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Universidad Central de Venezuela

Facultad de Humanidades y Educación

Comisión de Estudios de Postgrado

Maestría en Filosofía

Lógica II

Larry Tadino

Falacias y persuasión.

Un argumento, cualquiera que sea el tema al que se refiera, tiene por regla
general trata de establecer la verdad de su conclusión. Pero los argumentos
pueden fallar de dos maneras en ese propósito: la primera es suponer alguna
proposición falsa como una de las premisas del argumento, y la segunda forma, el
intento de establecer la verdad de su conclusión es que sus premisas no la
impliquen1.

Así, en lógica el término falacia se emplea para los argumentos que aun
siendo incorrectos, resultan persuasivos de manera psicológica. En este sentido,
una falacia es un “error de razonamiento”, un tipo de aumento que puede parecer
correcto pero que demuestra luego de examinarlo que no lo es.

En un argumento falaz no hay relación necesaria entre la verdad de las


premisas y la verdad de la conclusión, ambas pueden ser verdaderas, pero la
verdad de la conclusión no está garantizada, de allí porque son erróneos y malos
argumentos, ya que no clarifica los problemas correctamente que se pueden
originar en el uso del lenguaje.

Se reconocen argumentos ambiguos, persuasivos, emotivos que causan un


giro en las conexiones lógicas en las que en ellas se encuentran. En efecto, se
caracterizan y exponer algunos argumentos falaces: falacias de atinencia

1 COPI, Irving. Introducción a la lógica, México, Limusa, 2007, p. 125.


(argumento por la ignorancia, la apelación inapropiada a la autoridad, pregunta
compleja, argumento ad hominem, ad hominem circunstancial, accidente y
accidente inverso, causa falsa, petición de principio, conclusión inatinente), y
falacias de ambigüedad (equívoco, anfibología, acento, composición y división).
Ahora bien, expondremos dos tipos de argumentos falaces:

1. Argumentun ad populum: la falacia ad populum es común en el


discurso políticos. Se pretende justificar sus proposiciones presumiendo
contar con el apoyo mayoritario del pueblo o de un grupo numeroso de
personas.
Ejemplo: Candidato a la Presidencia de México: “Yo voy a necesitar del
acompañamiento, del apoyo del pueblo para poder llevar a cabo las
reformas que necesita nuestro país. Voy a gobernar para el pueblo y con
el pueblo”.
2. Argumentun ad hominem: la falacia ad hominem se dirige a atacar al
adversario a propósito de sus atributos, características, creencias sobre
esa persona o juicios de valor sin fundamento racional.
Ejemplo: Candidata a la Presidencia de México: “No queremos ese
candidato joven que le tiene miedo a los jóvenes, que cuando fue a la
Ibero terminó en el baño y no fue al debate de los jóvenes de México,
ese candidato no, ese candidato representa lo que ustedes han
padecido en Veracruz, representa autoritarismo, representa rendición
frente al crimen, representa deuda, representa abuso de poder”.

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