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El siglo xx fue una época excedente de sonido como forma de eludir o invisibilizar aquello que
por obvio, vergonzoso o terrible no podía acceder a la palabra, los diferentes, no letrados, los
negros, los incapaces fueron condenados al silencio (NEUMAN). La voz del conquistador se
levanto y los vencidos aceptaron el silencio como una forma de sobrevivencia pero el silencio
no era suficiente para preservar el orden, el poderoso decidió probar con la mediación, los
otros deberían estructurar su discurso ateniéndose a los modelos del grupo dominante. El
territorio de encuentro colectivo, el espacio público se convirtió en un simulacro en donde
decir diferencias, la palabra blanca, letrada fortaleció su poder el transformar la condena al
silencio en participación regulada, in visibilizó al otro, lo domestico.
Escuchar los silencios puede ayudar a situar la paz multicultural, no como no guerra o ausencia
de conflictos sino como una relación posible de inclusión al otro. La hipótesis es que las
violencias acrecientan los dominios alimentándose del miedo y la incapacidad política de los
ciudadanos pensados de segunda.
El orden social preserva su sentido a través de las Doxas, como las ha llamado Bordieu son
verdades autoevidentes que se instalan como sentido común, proveen un repertorio de
verdades que nos hacen actuar, Ej.: las mujeres son débiles, los niños deben callar y escuchar.
Este mecanismo adquiere hoy una importancia clave en el contexto de la comunicación
intercultural mediática, es su capacidad de convertirse en discurso justifica torio para la
exclusión de identidades. La doxa como discurso persistente sobre la norma (el debe ser)
complica la posibilidad de otorgarle un lugar a la diferencia. La negación del acceso al espacio
público de numerosos actores sociales trajo como consecuencia la separación de lo público y
lo privado, lo exterior (territorio masculino) como espacio importante y lo interior (territorio
femenino) como residual. Barman 1999: los que no alcancen los patrones de normalidad
quedaran excluidos fuera de los círculos, este planteamiento cita a los planificadores urbanos
de 1975, El pensamiento excluyente del espacio publico trazo el parámetro de normalidad y
quienes no se apegaban a la norma eran confinados a la muerte cívica (alejamiento
geográfico), los enfermos, ancianos, mujeres. En la expansión del mundo desde el periodo
colonial hasta el siglo 19 los cronistas y científicos consignaron la anomalía (los otros, los
salvajes, promiscuos, los inferiores).
Gobineau y Saint Vincent decían que los negros eran brutos perezosos, los más diferentes y su
gran ambición era comer, pensamiento que caló hondo en los procesos de conformación de la
diferencia.
Hay que analizar la historia para analizar como en la actualidad los nuevos poderes globales
siguen diciendo quienes son inviables, y pese a que el discurso de exclusión se disfracen de
civilidad el condenara la otro a la muerte cívica no ha cambiado en lo sustantivo. No se puede
pensar en la paz sin hacernos cargo de la historia de las negaciones, como transformar nuestra
concepción de lo público en donde lo privado no sea su contrario.
Políticas de Identidad: entre la negación y el paternalismo.
La identidad se construye con el otro diferente o igual, las identidades son históricas y
posibilita entender la reedición de las luchas étnicas o religiosas explica la nesecidad de
muchas comunidades de mostrarse ante el mundo en un esquema de buenos y malos. Sobre la
sociedad contemporánea Castells plantea que las identidades pueden agruparse bajo dos
lógicas: las identidades defensivas : aquellas que ante los embates del mundo moderno
desarrollan una defensa frente al entorno, aquí ubica a las identidades defensivas indígenas y a
las del renovado nazismo europeo por ejemplo, ambas reaccionan ante ciertas amenazas pero
hay una gran diferencia mientras a las primeras se les niega el ser reconocidas equitativamente
en el espacio publico las otras tienen posibilidad de hacerse gobierno. Las identidades de
proyecto: las que pasan de una defensa a una actitud pro-activa, Ej.: móv. Feminista,
ecologista. Esta historia cultural explica las dificultades que experimentan las comunidades
para transformar la “identidad defensiva” en “identidad proyecto”, hay un pasado con carga
de símbolos de exclusión y condenas que no pueden eludirse para una paz mundial.
Las identidades nacionales se tejieron a partir de las narrativas de la consolidación
hegemónica, proyecto de Estado nación se consolido mediante dos operaciones: la negación y
el paternalismo.
De la negación demonizarte, la cultura dominante paso a la mirada condescendiente, aquella
que le permitía al portador de la verdad ayudar al diferente, significo desvalorizar su cultura y
obligarlo a aceptar la normalidad impuesta. La negación de la cultura y el paternalismo sobre
ciertos grupos sociales, aumento el abismo de la comunicación intercultural y convirtió el
aprendizaje de la alengua del otro en un acto de dominación o sumisión.
Un presente amordazado.
La ciudad: El exilio dentro de una ciudad es una experiencia vivida por algunos que sienten el
entorno poblado de amenazas, físicas y morales. Ciudad y violencia se han convertido en
sinónimos, que va unido del miedo, aportado por el relato del vecino, de los medios y que
genera en la comunidad una energía contra lo que percibe como enemigo. Se da el
crecimiento de grupos ,autodefensa de vecinos ”alertas” , estas redes se fundan en el miedo y
en la capacidad de descifrar las señales de amenaza, estos operadores se comportan con dosis
de intolerancia, represión y división social. ( GUTMAN Y REESE)