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Gestión y desarrollo de
proyectos de energías
renovables y de eficiencia
energética.
Cuando nos adentramos en el campo de la gestión de proyectos nos encontramos que para
definir o delimitar el propio concepto existen muchas y variadas opciones. Siguiendo un
organismo de referencia internacional, el Project Management Institute (PMI) lo define como
un esfuerzo temporal que se lleva a cabo para crear un producto, servicio o resultado único .
La planificación, ejecución y puesta en marcha de cualquier instalación para generar energía
eléctrica, entre ellas las que utilizan fuentes de energías renovables, podría encuadrarse
perfectamente dentro de esta definición. Sin embargo, una vez construido y puesto en marcha
el “producto” (la instalación renovable) el proceso podría parecer concluido.
El ciclo de vida de los proyectos energéticos suelen dividirse en las siguientes fases: 1ª)
desarrollo, 2ª) construcción y 3ª) operación. En muchos casos, puede aparecer de forma
separada una primera fase previa y una última de desmantelamiento. Evidentemente para
instalaciones de pequeño tamaño todo este procedimiento resulta más sencillo y en muchos
casos por su reducido tiempo de ejecución no tiene sentido considerar.
Cada una de las fases planteadas puede ser considerada un proyecto en sí atendiendo la
definición más formal vista anteriormente . En cada fase se buscaría un producto o resultado
único (ver cuadro siguiente) y en muchos casos incluso son ejecutados y tutelados por agentes
o empresas distintas.
Fase Previa. Para que demos comienzo a cualquier proyecto de energías
renovables necesitamos un emplazamiento específico, lo que nos va a permitir
hacer las primeras evaluaciones en cuanto al recurso energético disponible
(radiación, viento o biomasa) y las posibilidades de éxito de su desarrollo
posterior (limitaciones medioambientales, capacidad de conexión y otra serie
de limitaciones técnicas y normativas). Todas estas tareas previas
encaminadas a la búsqueda e identificación de localizaciones pueden
considerarse previas al comienzo de proyecto. La experiencia y capacidad
técnica nos puede ayudar avanzar en proyectos con mayores probabilidades
de éxito. Por ello y de forma previa es necesario analizar las propuestas que
se nos presentan, realizar estudios básicos de viabilidad, identificar las mejores
oportunidades de negocio y formar un portfolio o cartera de proyectos con
perspectivas de desarrollo futuro.
Resaltar que tanto el procedimiento de todo el desarrollo como los plazos de tiempo varía
de una tecnología a otra. Mientras que para la fotovoltaica uno de los primeros pasos es
solicitar el Punto de Acceso/Conexión a la compañía eléctrica para la eólica es realizar
las mediciones de viento (mínimo un año). Durante esta fase se irán realizando diseños
aproximados por parte de un equipo de técnicos que nos permitirán avanzar tanto en la
consecución de permisos como en los análisis de viabilidad. Cuando el proyecto se
encuentra en una fase de desarrollo avanzada se comienza con las búsqueda de
financiación ante las entidades financieras (e incluso búsqueda de nuevos accionistas),
petición de ofertas a los suministradores de equipos, a los contratistas con capacidad de
ejecutar las obras y resto de participantes que formaran parte de la estructura del
proyecto. Podemos decir que esta fase se da por finalizada con la asignación del
proyecto (como admitido) en el Registro de Pre-asignación de Retribución del Régimen
Especial . Los requisitos para poder inscribirse en este Registro resume el trabajo a
realizar durante toda la fase de desarrollo:
Fase de Construcción. Lo podemos dividir en distintas subfases:
"Subfase de Puesta en Marcha". Una vez construida la planta se requiere una serie
de autorizaciones para poderla conectar a la red pública. Entre ellos podemos
destacar el Acta de Puesta en Servicio, los contratos con la compañía eléctrica y la
inclusión de la planta en el Registro de Instalaciones del Régimen Especial que me
permitirá poder iniciar la operación y facturación en la modalidad elegida o
disponible . Durante un tiempo determinado y una vez conectada la planta puede
operar en periodo de pruebas.
Durante la fase de explotación junto a los ingresos por venta de energía hay que
atender los gastos de explotación necesarios para mantener estos sistemas en sus
niveles óptimos. Entre ellos podemos citar los gastos de O&M contratados pero
también los gastos administrativos, alquiler de terrenos, seguros, reposiciones e
impuestos y tasas. El retorno de la inversión de las instalaciones renovables se
produce a largo plazo y es de suma importancia llevar una buena gestión integral
del todo el proceso siguiendo los protocolos establecidos.