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1. La costumbre:
Es un hábito jurídico practicado desde un cierto tiempo en forma regular, constante,
pública y pacífica en un determinado grupo social, con espontaneidad y convencimiento
de su valor normativo.
Con la costumbre como fuente del derecho, el pueblo romano se rigió por mucho tiempo
por uso inveterados, reguló instituciones fundamentales no solo de derecho público sino
también el derecho privado. De esta manera los órganos políticos primitivos (gens y
familia) fueron regulados por la costumbre: transferencia de propiedad, el régimen
judicial y las maneras de entrar y salir del núcleo familiar.
2. La ley:
Según las instutas de Gayo definimos ley como “lo que el pueblo mando y establece”.
Aparece la ley como manifestación del derecho escrito, como producto reflexivo de un
organismo estatal competente, contrariamente a lo que ocurría en el derecho no escrito o
consuetudinario que se creaba por la espontánea y continua repetición de actos por parte del
pueblo. En roma la ley era una decisión tomada por el pueblo reunido en los comicios a
propuesta del magistrado y sancionado por el senado.
La iniciativa para presentar los proyectos de ley o el ius agendi cum populo la tenían los
magistrados superiores: el cónsul, el pretor y el dictador. Tenía el siguiente procedimiento:
1. El magistrado proponía la ley publicándolas en unas tablas para ser vista por todos
durante tres semanas. Esta fase se conoce como promulgatio.
2. El magistrado se reunía en asambleas informales para discutir la conveniencia o
inconveniencia del proyecto. Esto se conocía como contiones.
3. En esta etapa todos se reúnen y le consultan al pueblo con el auspicio de los dioses si será
aprobado o rechazado. Esto se le conocía como centuaria.
4. En este era la ratificación o sanción por parte del senado.
Al finalizar la ley se grababa en tablas de bronce y se colocaban en distintos lugares públicos
de Roma y llevaba el nombre del magistrado o magistrados que la propusieron.
3. El plebiscito:
Fueron las decisiones votadas por la plebe en los concilia plebis a propuesta de un tribuno.
Se convirtieron en fuentes importantes del derecho romano desde la sanción de la ley
Hortencia que los equiparo con la ley. Se votaba por tribus, lo que facilitaba la aprobación.
4. El edicto de los magistrados:
El derecho honorario o derecho de los magistrados tuvo su mayor producción en los pretores,
quienes nutrieron el derecho honorario o de gentes. Estos tenían el ius edicendi que se definía
como la facultad que teníamos magistrados romanos superiores de expresar o indicar la
norma por la que habría de regirse la relación jurídica llevada a su conocimiento. Se
clasificaban en: anual o perpetuo, traslaticio y repentino.
Ejercían sus funciones valiéndose de acciones que eran las siguientes:
1. La datio actions: el pretor expresaba en su edicto perpetuo que concedería acciones a
quien o contra quien se encontrara en la normatividad regulada por él.
2. La negatio actionis: consistía en negar acción al litigante que cuando alegase un derecho
basado en el ius civile, resultaba repugnante al sentido jurídico.
3. La exceptio: para negar la pretensión del accionante si el demandado, por alguna
circunstancia especial, demostraba que el fallo no debía ser condenarlo sino absolverlo.
4. Praetoria stipulationis: el pretor ordenaba ciertas medidas extraprocesales para reforzar
una situación jurídica existente.
5. In intrigrum restitutionis: eran las medidas que hacían posible retrotraer una situación de
hecho al estado anterior que tenía al momento de su conclusión.
6. La bonorum posessio: por la que el magistrado ponía posesión de una persona el
patrimonio o cosa de otro.
7. La interdicta: eran órdenes incondicionales que el pretor impartía para que un individuo
restituyera o exhibiera alguna cosa.
5. La jurisprudencia:
Es la ciencia del derecho, tanto público como privado y el jurisconsulto romano del siglo II
define la jurisprudencia del siguiente modo: “una justa noticia de las cosas divinas y humanas
y una ciencia de lo justo y lo injusto”.
GLOSARIO
1. Edicto:
Decreto o de un mandato que se publica bajo la autoridad de un magistrado, una persona que
goza de las facultades para hacerlo de este modo o un ente que puede convalidar que lo allí
mencionado goza de cierta eficacia.
2. Jurisprudencia:
3. Inveterado:
Que es antiguo y está arraigado; especialmente referido a costumbres o creencias.
4. Instutas:
Son un conjunto de libros o manuales destinado a la enseñanza introductoria del Derecho
romano.
5. Consuetudinario:
6. Comicios:
Actos previos a una votación cuya finalidad es informar y convencer a los votantes
de las ideas de una candidatura.
Mecanismo a través del cual los miembros de una comunidad eligen por votación
representantes o cargos políticos, sindicales.
7. Pretor:
Magistrado de la antigua Roma, inferior al cónsul, que ejercía jurisdicción en esta ciudad o
en las provincias.
8. Auspicio:
Patrocinio o ayuda que recibe una persona, una entidad, un proyecto, etc., para propiciar su
desarrollo o su ejecución.
9. Translaticio:
Que tiene una palabra o una expresión y que no es el originario o literal, sino otro que guarda
cierta relación con este.
10. Litigante:
Que se enfrenta a otro en un juicio.
11. Retrotraer:
Establecer [una ley, decreto, etc.] que lo que en ella se dispone tenga validez en un período
de tiempo determinado, anterior al de su aprobación.
12.Jurisconsulto:
Persona que conoce profundamente la ciencia del derecho y se dedica principalmente a
resolver consultas legales.
13.Artífice:
Autor o causante de algo.
BIBLIOGRAFIA
1. Nociones del derecho romano. Autor: Francisco Alonso Garcés Correa
2. Lecciones del derecho romano. Autor: Carlos Medellín.
3. Diccionario la RAE.
4. La influencia del derecho romano en el actual. Autor: Universidad Kennedy.
5. Margadant F, Guillermo S. Derecho Romano. Decimoséptima edición. Editorial
Esfinge. México, 1991.
6. Morineau Iduarte, Marta. Roman Iglesias González. Derecho Romano. Cuarta
edición. Editorial Oxford. México, 2000.
7. Petit, Eugene. Derecho Romano. Décimo quinta edición. Editorial Porrúa. México,
1999.
8. Ventura Silva, Sabino. Derecho Romano. Undécima edición. Editorial Porrúa.
México, 1992