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RESPIRATORIO

CARDIACO
CIRCULATORIO
RENAL
GENESICO
D I G E S T I V O , el e

Aprenda a conocer esta


maravillosa y secreta ciencia
Prof. ALE\ HAENDhL

La Irisdiagnosis
Conozca su Salud con el (ris de
sus Ojos

EL IRIS revela los males


del Sistema:
RESPIRATORIO,
CARDÍACO
CIRCULATORIO
RENAL
GENÉSICO
DIGESTIVO, etcétera.

Aprenda a Conocer esta


Maravillosa y SECRETA CIENCIA.

15 de Noviembre 1149 Buenos Aires


Queda lucho rl depósito
que previene la ley 11.723

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Buenos Aires

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Impreso en la Argentina
I N D I C E

P R Ó LO G O .................................................................................. 7
G aW'M i o i . — Anatomía del Ojo .......................................... 13
Consideraciones importante*. órganos de la Vista. — El apa­
rato Lagrimal. — El Globo del Ojo. — La Esclerótica. — La
Córnea. I a Coroides. — F.l Iris — La Retina. — El Cuerpo
Vitreo. - Kl Cristalino. - FISIOLOGÍA DEL SENTIDO |>E
L \ VISTA. — Importancia del órgano de la vista. — Nervios
Ópticos. — Mecanismo de la visión.

C apítulo ii . — Relación de lo¿ Órganos y el I r i s ........... 28


En qué consiste. — l.a Iristnpía y la Medicina Naturista. —
Ipil Salud, el Naturismo y la Indoiogía. — Reconocimiento de
]a Enfermedad por el Iris. — Las Enfermedades en el Iris. —
Reflejos orgánicos en el Iris.

C a p íh t.o iii . — Mapas Irisiiósticos usuales ....................... 38


(¿lié son los Mapas. — Mafia Primero: Círculos ccmcéutricos. —
/otias del Cuerpo. — El cuerpo eu el Iris. — Organos en el
Iris. — Recapitulación gráfica. — Maneras de Examinar.

C a p ít u l o iv . — Cita ti ros (le Estados Patológicos............. 50


Contextura orgánica. — Clasificación del Iris. — Los Signos
iridológicos.

C apíti LO v. — Casos Patológicos en Irisdiagnosis......... 03


Estudio Euiid.imeiitai. — Cabeza y Cerebio.

C a p ít u l o v i . — La Jrisdiagnosis en (unción ................... 71


El Sistema Cardíaco. — La Circulación. — La Hipertensión. —
La Artcriosclerosis.
6 l’ R O r . A1.EX M A j: N I) K I.

Pág.
C apítulo vil — La Interpretación Iridológica ............. 78
LI Sistema Respiratorio. — Casos de alecciones. — Brontuneu-
monía. — Bronquios. — Asma. — Tidrereulosis.

C apítulo viii . — La Iriscopía y las Enfermedades del Sis­


tema Digestivo ..................................................................... 86
Análisis retrospectivo. — Estómago. — Intestinos. — Hígado. —
Bazo. — Páncreas. — Recto. — Ano.

C apítulo ix. — La Disfunción Genésica, Renal y Uretral


en Relación al Irisd ¡agnóstico ...................................... 95
La manifestación de los Sexos en el Iris. — Vientre. — Matriz. —
Sexos. — Sistema Renal. — Riñones. — Vejiga.

C apítulo x. — Afecciones Reumáticas y Nerviosas . . . . 106


f.a Indoiogía y los Músculos y Nervios. — El Reumatismo. —
Enfermedades musculares. — El sistema nervioso. — Los nervios
y las enfermedades. — Manifestaciones nerviosas en el iris.

Conclusiones 115
PRÓLOGO

Existe una ciencia, la irísdiagnosis, que tic tener la tras­


cendencia que tiene cualquiera de las otras, revolucionaría en
cierto sentido el diagnóstico médico, haciéndolo más cercano,
más certero, más completo. Sobre todo, permitiría, aun a los
profanos en medicina, tener una idea cabal sobre el sentido
de los síntomas que experimenia en si mismo.
La presente obra tiende, precisamente —como otras del
mismo tema—, a popularizar dicho conocimiento, haciéndolo
asequible a todas las personas con nociones de anatomía y fi­
siología, para el reconocimiento de enfermedades que a veces
no es posible descubrir ni con ayuda de los rayos X ni de los
análisis más completos.
En este sentido, La Medicina Naturista presta un seña­
lado servicio al Irisdiagnóstico, porque familiariza al lector con
los recursos y las formas naturales que hallamos en todas las
manifestaciones de la vida y de la naturaleza.
Consiguientemente, la Iriscopía no es sino una manifesta­
ción de la misma Ciencia Natural. En rigor de verdad, su es­
tudio se relaciona con la estrecha conexión que existe £ntre el
iris de los ojos de una persona y sus nervios; los cuales, cu
reacciones a veces infinitesimales, denuncian los procesos mor­
bosos de alguna región afectada del organismo. Dicha reacción
se manifiesta luego en el iris. Veamos de qué manera.
Las enfermedades que puede sufrir el individuo se reflejan
en la entidad biológica llamada iris-pupilar, que comprende
precisamente el iris y la pupila del ojo. Es decir, que obser­
vando las alteraciones que se manifiestan en esa zona, el espe-
H I* k C) F. A I, E X II A F. N 1) F. L

c¡:iI¡si:i» en cMinados mininos, puede precisar ion exactitud el


diagnóstico de Ja dolencia que sufre el paciente. Realmente el
método es maravilloso y permite ganar tiempo para aplicar de
inmediato la terapéutica que más conviene para atacar el caso
patológico.
Esto es semiología, porque al buscar algún signo sobre la
entidad iris-pupilar se practica semiotecnia, y reunir e inter­
pretar esos signos para relacionarlos con otros de la economía
humana, es hacer semiología. Bueno es aclarar que emendemos
por signo iris-pupilar a toda manifestación diferencial que se
presenta sobre la circunferencia de la pupila y sobre el tejido
constitutivo del iris.
Dadas las múltiples conexiones que tiene el sistema ner­
vioso pupilar con el resto del organismo, puede decirse que,
tanto en estado normal como patológico, las pupilas reciben
constantemente el estímulo de los diversos órganos y aparatos
a través del sistema nervioso central y periférico y puede de­
cirse también que sus diámetros y reflejos normales dependen
de la armonía funcional de todo el organismo. Nosotros consi­
deramos que la pupila es sólo la expresión del iris y que no
puede concebirse aisladamente. El iris con su perforación cen­
tral constituye la entidad biológica iris-pupilar, una e indi­
visible. Por lo cual decimos que la pupila no tiene inervación,
sino que es el ilis quien la tiene. Es la función cltrl iris que
agranda o achica la pupila. Ahora, ampliando lo sostenido en
el mencionado libro, decimos y desafiamos a que nos refuten
el concepto, que el verdadero título de esta lección es el si­
guiente: “ Diagnóstico de las enfermedades del sistema nervioso
y demás órganos de la economía por los síntomas irispupila-
rcs,,. Porque si se ha aceptado que hay síntomas papilares
cuando hay “dolor agudo en un punto alejado, como el ele
una artritis, cólico hepático, otitis, etc.'\ nada impide acep­
tar que también haya síntomas sobre el iris por la íntima
conexión que tienen uno con otro. Una midriasis —el ojo no
responde en este caso a las variaciones luminosas—, amplía el
tamaño de la pupila peto achica la superficie del iris y, a la
inversa, una miosis agranda la superficie del iris y achica el
JA I R I S 1) I A í ; X O S I s [i

1amafio de Ja piJ]>í];t. Estos movimientos están regidos: unos


por el nervio motor ocular común, y los otros por el simpático
cervical. Es, pues, el tono de la musculatura del iris el que
rige el tamaño de la pupila. Y el tejido del ¿lis mandante es el
que sufre constantes transformaciones durante el continuo
juego de contracción y dilatación necesarias para la adapta­
ción del iris a las condiciones ambientales de luz. Porque des­
de el punto de vista funcional, el iris, tabique membranoso,
circular y contráctil, es un verdadero diafragma que regula
la penetración de la luz en eí globo ocular.
Ya sabemos todo lo que se ha dicho y mal dicho del diag­
nóstico por el iris o iris-diagnóstico o augendingnóstico de los
alemanes, que es el diagnóstico ocular. Sabemos también su
inicua explotación por profesionales y empíricos que ni si­
quiera se lian tornado el trabajo de estudiarlo con algún de­
tenimiento. Hay una razón para explicar el descrédito del diag­
nóstico por e! iris, por parte tlel profesor universitario, y es
(jue no se ha publicado hasta ahora libro alguno que sea me­
dianamente aceptable, 'lodos los que circulan y tío son mu­
chos por suerte, son falsos y equivocados en sus fines. Sirven
únicamente para desorientar y engañar a quien tiene la in­
genuidad de confiarse en ellos. Todos tratan de inducir a una
finalidad terapéutica olvidando que se trata .solamente de un
sistema de diagnóstico.
Es decir, que el iris-pupila se transforma en un verdadero
radar humano ¡mes detecta las enfermedades que sufre el or­
ganismo y permite mediante su observación, su reconocimien­
to por parte del especialista. Hasta ahí va su misión. Luego
el médico podrá certificar el diagnóstico mediante análisis,
radiografías, etc. del órgano afectado y prescribir la medica­
ción adecuada para sanar al enfermo.
Irisdiagnosis es la ciencia que revela los desórdenes fun­
cionales del cuerpo humano, por alteraciones deí tejido nidal,
manchas, círculos concéntricos, oscurecimiento, imbécil las y
decoloraciones del iris del ojo.
Mediante la Indoiogía es posible comprobar la normalidad
o anormalidad funcional del organismo, estableciendo tilín-
10 P R O h A l. H X IU K N D E L

bién la calillad de su sangre y de sus tejidos y el estado de cada


uno ile los órganos del cuerpo.
La delicada membrana del iris está cti conexión nerviosa,
directa o indirectamente, con todo nuestro cuerpo y en cada
una de sus partes.
El tris no permanece indiferente a ninguna reacción ner­
viosa de nuestro organismo, sino que está en permanente y
constante actividad. Tan grande es su sensibilidad que se im­
presiona y contrae con el más pequeño rayo de luz, c impide,
asi, que la retina del ojo sufra alteraciones luminosas.
La energía nerviosa de cada persona está en relación di­
recta con la actividad del iris; esta energía manifiesta incapa­
cidad o depresión, cuando el iris reacciona con flojedad. Asi
se explica que los venenos depriman la vitalidad del sistema
nervioso, manifestándose en la dilatación de la pupila que
llega al máximo en la muerte.
Quedamos entonces en que, la más pequeña emoción y el
más ligero rayo de luz hacen reaccionar el iris. Las enferme­
dades tienen una reacción defensiva del organismo en general
y local en el órgano afectada: se sobreentiende, entonces, la
actuación del iris que no permanece indiferente a las reaccio­
nes nerviosas, las que quedan impresas en su tejido momen­
tánea o constantemente, de acuerdo con el proceso de reac­
ción orgánica.
Los ojos de una persona acusan su estado de salud cuando
se hallan uniformes y limpios en sus Lejidos, brillantes y ac­
tivos en su membrana. En cambio, los ojos de una persona
enferma, muestran un iris sucio y sin brillo, de fibras altera­
das, manchado y desteñido.
La personalidad física y moral de una persona está ex­
puesta en su rostro. Sus facciones, su expresión, sus colores,
revelan normalidad o anormalidad psíquica u orgánica.
El carácter de una persona y su idiosincrasia lo indican
la forma de la nariz, la amplitud ele la frente, la consistencia
de las mandíbulas y hasta por los detalles de las orejas.
Lo mismo ocurre con las manos del hombre donde, sus
I A IRISDÍAGNOSIS II

formas, las lincas de la palma, sus dedos, sus liñas, son expo­
líenles de los rasgos característicos de su personalidad.
El punto central de la personalidad completa del ser hu­
mano es, sin duda alguna, los ojos. Con ellos reflejamos la
bondad y la malicia de nuestros sentimientos; la alegría, con­
goja, cólera, dolor, angustia, inquietud, desengaño y cuanto
sentimiento conmueve nuestra alma.
Cuando sentimos un dolor en cualquier parte de nuestro
cuerpo, instantáneamente nuestros ojos cambian su expresión,
ya que éstos están directa o indirectamente vinculados cotí
cada parte y con todo nuestro organismo.
No es extraño, entonces, que el iris se impresione con las
reacciones nerviosas que toda enfermedad supone, siendo el
centro de la actividad del ojo.
Cuando los medicamentos no alcanzan a ser expulsados
por los riñones, pulmones, intestinos y piel, pueden verse en el
iris como materias extrañas, a los tejidos del cuerpo, dificul­
tando la circulación de Ja sangre, obstruyendo Jos procesos
vitales, etcétera...
El iris muestra los desarreglos digestivos como origen y
punto de apoyo en todo proceso de enfermedad; por lo que
no hay enfermo con buena digestión, ni individuo sano con
mala digestión.
CApiri'lo I

ANATOMIA DEL OJO

Consideraciones importantes

No podríamos continuar en el estudio de la iiisropía sin


tener una noción anatómica y fisiológica del ojo humano.
Por esta razón, en las páginas que siguen y que correspon­
den a este primer capítulo, ofrecemos las instrucciones perti­
nentes, aprobadas por la Medicina Naturista.
La Medicina Naturista, como bien lo habrán apreciado
ya nuestros lectores, respalda esta obra sobre el conocimiento
de las enfermedades en base al examen del iris, donde, como
hemos visto, se concentran finísimos filamentos nerviosos pro­
cedentes de todas las zonas del cuerpo. De hallarse enfermo
cualquier órgano, inmediatamente se refleja la dolencia en el
iris. El descubridor de esta maravillosa ciencia refiere que tuvo
su primera experiencia al observar, casualmente, el iris de un
perro, el cual no ofrecía mayor alteración, hasta que casi in­
mediatamente el mismo animal se rompió una pata. La dolen­
cia se reflejó en el iris.
Otros experimentos han demostrado, sin lugar a dudas, el
valor de esta nueva ciencia que la Medicina Naturista pone
al alcance de todos.
11 PRO f . A I. 1£ X II A V. N 1) t L

Órganos de la vista

“Este sentido es el que da a conocer la forma, el volumen,


el color, la situación respectiva de los objetos, la distancia a
(jue se hallan unos de otros, el estado tic reposo o movimiento
en que se encuentran, etc.” Está representado por el ojo, órga­
no doble situado entre el cráneo y la cara, que parece como
si se separaran para recibirlo. El órgano de la vísta se relaciona
en la parte superior con la masa encefálica, a la que está in­
timamente ligado; por la inferior con la cara, constituyendo
lino de sus más bellos adornos, y por dentro con el aparato
olfativo.
El sentido de la vista consta de dos órdenes de órganos:
uno principal, fundamental, llamémoslo así, par y simétrico,
que es el globo ocular, y otros accesorios, que tienen el doble
objeto de proteger el globo ocular v de promover y facilitar
sus movimientos. Estas partes accesorias son las cejas, los pár­
pados, el aparato lagrimal, músculos, tejidos celular y adiposo,
vasos, nervios y, por último, la órbita. La mayor parte de estos
órganos accesorios son conocidos ya por haberse tratado de
ellos en los respectivos cursos, por lo que sólo se tratará ahora
de las cejas, los párpados y el aparato Jagrimal. En cuanto a
los músculos, el adjunto grabado dará una idea de ellos.
La ceja es una eminencia rrmsculocutánea, que está en la
prominencia oblicua del hueso coronal llamada arco superci­
liar, eminencia que está provista de pelos de 12 a 15 milíme­
tros de largo y cuyo color es generalmente igual al de los
cabellos.
Los párpados, en número de dos en cada ojo, son unos
velos movibles músculomembranosos, uno superior y otro in­
ferior. F.1 superior procede de la piel de la frente, y el inferior
del culis de la mejilla. Los párpados ofrecen dos caras, anterior
y posterior, dos bordes, uno adherente y otro libre, y dos extre­
mos, uno externo y otro interno. El borde adherente del pár­
pado superior es continuación por delante de la piel de la
ceja y por detrás de la conjuntiva ocular y el del párpado in-
LA IRISDI AGNOSIS 15

ferior, de la piel de la cara. El borde libre tiene un espesor de


2 milímetros, y hay que considerar en él dos partes, una que
corresponde al globo del ojo y otra al aparato lagrimal. La
correspondiente al ojo, llamada porción ciliar, está cubierta
por las pestañas, pelos más espesos y duros que los de las ce­
jas, y son más largas en el párpado superior que en el inferior.
Cucntansc 100, 120 y hasta 150 en cada párpado. La porción
lagrimal del borde libre de los párpados se diferencia de la
anterior en que es mucho más corta y redondeada, y presenta
un relieve debido a los conductos lagrimales que hay en su
espesor. En este borde libre, la porción ciliar está separada de
la lagrimal por un tubérculo, el tubérculo lagrimal, en el que
hay un orificio perceptible a simple vista que forma la entrada
de los conductos lagrimales y que se denomina punto lagrimal.
Los párpados se unen en sus extremos constituyendo las comi­
suras o ángulos de los párpados, que se clasifican en interno
y externo. En los párpados, las glándulas son muy numerosas,
pudiendo dividirse en tres clases: las que vierten en el contor­
no del orificio palpebral su secreción; las que vierten el pro­
ducto de su secreción en la piel; y las que los derraman en la
superficie libre de la conjuntiva.

El aparato lagrimal

El aparato lagrimal está constituido por una glándula, la


glándula lagrimal, que deposita las lágrimas en la superficie
de la conjuntiva, por las vías lagrimales, que comprenden los
puntos, los conductos y el saco lagrimales, y por el conduc­
to nasal.
La glándula lagrimal, que se representa en el adjunto
grabado, así como las glándulas de Mcibomio, está situada en
la parte superior, anterior y externa de la cavidad orbitaria,
y se compone de dos porciones, orbitaria la una y palpebral
la otra.
Los punios lagrimales se encuentran, como ya se ha dicho,
Ifi P k O F. A L F X II A t N I) K I.

en el vértice del tubérculo lagrimal, en el borde libre de los


párpados.
Los conductos lagrimales se extienden desde los pumos la­
grimales hasta el saco lagrimal.
El saco lagrimal es un conducto cilindrico que se halla
detrás del tendón del músculo orbicular y en la parle anterior
de la órbita. Es oblicuo de dentro a afuera, sus dimensiones
son de l i a 13 milímetros de largo y de 3 a 5 de diámetro,
y su forma la de un cilindro algo aplanado.
El conducto nasal es continuación del saco lagrimal, no
constituyendo realmente los dos conductos más que lino solo,
que se encuentra en la parte superior en el espesor de la pared
inferior y en el espesor de la pared externa de las fosas nasales.

El globo del ojo

Está situado en la cavidad orbitaria, y su forma es casi


esférica en sus cinco sextas partes posteriores, estando formada
la sexta parte inferior por un segmento de otra esfera mucho
más pequeña que sobresale ligeramente de la mayor.
El volumen del globo del ojo es naturalmente variable,
siendo por regla general más pequeño en la mujer que en el
hombre. De sus cinco diámetros el anteroposterior es el mayor
y mide 23,9 milímetros en la mujer y 21.fi en el hombre: el
más corto es el vertical, que mide 23 milímetros en la mujer
y 23,5 en e! hombre. Eos dos diámetros oblicuos superan al
transversal y al vertical. El peso del globo del ojo es de
7 a 8 gramos.
Para el estudio anatómico ofrece el globo del ojo dos ór­
denes de órganos: membranas y medios transparentes. Las
membranas son, de afuera a adentro, la esclerótica y la córnea,
que constituyen la segunda cubierta: y la retina, que constitu­
ye la tercera. Los medios transparentes son, de atrás a adelan­
te el cuerpo vitreo el cristalino el humor acuoso y la córnea
transparente.
LA IRtSDI AGNOSIS 17

llu tir fteio n N 1


18 P R O l\ A I. F. X II A K N 1 U L

La esclerótica

La esclerótica, llamada por los antiguos córnea opaca,


es una membrana densa, opaca y fibrosa que cubre las cinco
sextas partes del globo del ojo, mientras que la sexta parte
anterior la forma la córnea transparente, que se engasta, por
decirlo así, en la opaca, de cuya disposición puede formarse
idea por el grabado anterior que representa una sección del
ojo humano. Su color es blanco azulado en los niños y blanco
oscuro en las personas mayores. Es la membrana más gruesa y
resistente del ojo, para el que constituye un poderoso medio
de protección y defensa, y en ella se insertan todos los múscu­
los que mueven el globo ocular. La esclerótica está perforada
por detrás para dar paso al nervio óptico y por la parte anterior
presenta otra abertura mayor en la que se engasta la córnea
transparente.

La córnea transparente
l •»
Tiene la forma de un fragmento de esfera. Las fibras que
componen su sustancia están tan íntimamente enlazadas con
las de la esclerótica que no se separan ni aun por maceración.
En la unión de la córnea con la esclerótica es de donde las
fibras de ésta se hacen transparentes.

La coroides

La coroides, que con el iris forma la segunda cubierta del


globo del ojo, se diferencia de las membranas antes descritas
por su tinte oscuro y su gran vascularidad. Se aplica sobre la
retina, cuya corvadura toma, y tiene en su parte posterior una
perforación por la que atraviesa el nervio óptico y otra en la
anterior para recibir el iris. Es menos espesa (pie la cubierta
fibrosa del ojo y algo más que la retina, siendo su consistencia
LA I R I S r> I A (i N ( I S I S 10

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20 P RO I. Al.EX HAENDEL

muy débil. La cara externa de la coroides corresponde a la


interna de la esclerótica y la cara interna cóncava, correspon­
de a la retina. La extremidad posterior presenta el orificio
por el que pasa el nervio óptico, y la extremidad anterior,
llamada zona coroidea, se compone de dos capas: una externa,
que se llama músculo ciliar, y otra interna que constituye el
cuerpo o los procesos ciliares.

El iris

El iris, que corresponde al diafragma de los instrumentos


de óptica, es una membrana circular y contráctil, situada en­
tre la córnea y el cristalino, que tiene una perforación en su
centro por la que pasan los rayos luminosos, y se llama pu­
pila n niña del ojo. El color del iris difiere según los indi­
viduos, y su diámetro es de 12,5 milímetros. La pupila varía
mucho en tamaño debido a su propiedad de contraerse y di­
latarse, siendo en estado de mediana dilatación de 3 a 4 mi­
límetros. El iris tiene dos circunferencias, una mayor que se
adhiere al músculo ciliar, y otra menor, o abertura pupilar
que está bañada por el humor acuoso; y dos caras, la anterior,
convexa y de color muy variado, y la interna que se amolda
al cristalino y por tanto, es convexa.

La retina

Es una membrana dotada de mucha sensibilidad en la


que se reflejan las imágenes de los cuerpos del exterior. Tiene
menos espesor aun que la coroides y su cohesión es tan débil
que apenas se la puede tocar sin rasgarla. Su cara externa,
convexa, se aplica a la pigmentaria de la coroides sin adherirse
a ella, y la interna, cóncava, cubre el cuerpo vitreo. La extre­
midad posterior de la retina es una continuación del nervio
óptico; y la anterior termina en una circunferencia festoneada
y dentada que corresponde a la zona coroidea y a la zona de
LA IRISIll A G NOS I S 21

Zinn, que es una especie de ajilar que rodea al cristalino.


Como todas las demás membranas del globo del ojo, la retina
esta provista de vasos, ios que se representan en el grabado
correspondiente.

El cuerpo vitreo

Es el más voluminoso de los medios transparentes del ojo,


y ocupa los dos tercios posteriores «del globo ocular. Su (orina
es esferoidea, su transparencia completa, y su consistencia aná­
loga a la del hierro fundido, con el que se la ha comparado.
Se encuentra en relación por detrás con la retina y por la
parte anterior con el cristalino. La estructura del cuerpo vi­
treo, la forman una membrana Llamada membrana Iualoidcs,
y un líquido contenido en ella, denominado humor vitreo.

El cristalino

lis una lente biconvexa y se halla situado entre el cuerpo


vitreo y el humor acuoso. Las caras del cristalino son lisas y
tersas, correspondiendo la anterior al iris y la posterior al
cuerpo vitreo. Se compone de una parte envolvente, denomi­
nada cápsula del cristalino, y de una sustancia propia fibrosa,
o núcleo, que constituye el cristalino propiamente dicho. El
grabado que va a continuación representa la cara anterior de
la lente cristalina.
El humor acuoso es un liquido que llena la cámara an­
terior del globo del ojo, entendiéndose por cámara anterior
el espacio comprendido entre la córnea y el iris. Es incoloro,
transparente, y de densidad análoga a la del agua.
Además de la cámara anterior del globo del ojo que se
acaba de citar, hay otra, llamada cámara posterior, que tiene
por límites: en la parte anterior el iris, en la posterior el cris­
talino y parte de la zona de Zinn, y en la circunferencia la
parte libre o flotante de los cuerpos ciliares.
p R O V. A 1. F X 11 A K N 1) t L

Ilustración N‘ 3
LA IRISD1 AGNOSIS 23

FISIOLOGÍA DEL SENTIDO DE LA VISTA

Importancia del órgano de la vista

La vista es uno de los más poderosos auxiliares de la in­


teligencia: contribuye en gran parte a hacernos formar juicio
de cuanto nos rodea: de la forma, colores, dimensiones, etc.,
de los objetos; nos avisa de los peligros que nos amenazan;
nos permite contemplar y admirar las bellezas de la Naturale­
za; nos proporciona multitud de placeres; en una palabra,
los servicios que presta directa o indirectamente son de gran­
dísimo valor; hasta el punto que puede asegurarse que sin el
sentido de la vista el progreso habría sido imposible. Una
humanidad ciega sería una humanidad estacionaria hasta cier­
to punto y la vida animal no se diferenciaría de la vegetal.
Los ojos son, además, el espejo del alma, como vulgar­
mente se dice, porque en ellos se retratan las impresiones, los
sentimientos y hasta el carácter y el modo de ser de los indi­
viduos; que así como la palabra es el intérprete de la razón,
la mirada lo es del sentimiento.

Los nervios opíleos

La visión se verifica por medio de los nervios ópticos, que


no ofrecen otra particularidad que la de ser los únicos ca­
paces de transmitir al cerebro las impresiones visuales y la de
carecer en sí de sensibilidad general. Que son los únicos ner­
vios que sirven para la función visual, lo demuestra el hecho
de que cualquier lesión en ellos produce infaliblemente alte­
raciones en la vista y, en nimbas ocasiones, su pérdida com­
pleta. En cuanto a la insensibilidad general de esos nervios,
se pueden pinchar, cauterizar o cortar sin que se manifieste
la menor sensación dolorosa. V no sólo sott insensibles los
nervios ópticos, así como la retina, sino que, cuando estos te-
24 P R O F Al. E X H A E N O E L

Ilustración N* 4
L A I R I S D I A G N O S I S 25

jidos se estimulan, sc producen impresiones luminosas, lo que


está probado por repetidos experimentos.

Mecanismo de la visión

La luz se transmite por medio del éter, fluido sutil, invi­


sible, imponderable y elástico <jue, en el decir general de los
físicos, llena todo el espacio y por su movimiento vibratorio
produce los fenómenos luminosos y otros varios del mismo or­
den. Estas vibraciones llegan al interior del ojo atravesando sus
tejidos transparentes, y producen en el cerebro la sensación
de la luz. Para comprender bien cómo penetran estos rayos
por los medios transparentes del globo del ojo, es indispensa­
ble conocer las leyes de la refracción de la luz, de la que se
ocupa la física, puesto que el globo del ojo es un verdadero
instrumento óptico. Entiéndese por refracción, el hecho de cam­
biar la dirección de los rayos de la luz al pasar oblicuamente
de un medio a otro de diferente densidad, como se ve al in­
troducir un bastón, por ejemplo, en el agua. Los rayos lumí­
nicos llegan paralelamente a la cubierta exterior del globo
del ojo —la córnea— atraviesan esta membrana, el humor acuo­
so, el cristalino y el humor vitreo; medios todos que tienen
una densidad mayor que: la del aire. Estos rayos convergen
luego y van a reunirse en la retina, donde se forma la imagen
real del objeto. Suponiendo que se tirara una linea recta en­
tre el punto luminoso y la imagen retiniaua, esta linca pasaría
por el centro óptico del ojo, o sea el punto nodal, que se llama
línea de dirección de la visión, o línea visual.
El ojo es realmente una cámara oscura. Su parte interna
está rccubicrta por una membrana oscura, pigmentosa, la co­
roides, cuyo electo inmediato es el de impedir que las imá­
genes se confundan en reflexión inferna. Los rayos de luz
penetran por una abertura circular, la pupila, que se ensancha
más o menos según las contracciones del iris. Cuando la luz
es tnuy intensa o los objetos están muy próximos, la pupila
P R O I . A I. I. X II A I. N n E I.

Ilustración N°5
LA IRISDIACNOSIS 27

se contrae, mientras que, por el contrario se dilata cuando la


luz escasea o los objetos están muy distantes.
La única parte del ojo que percibe la impresión de la
luz es la capa de bastoncillos y conos ele la retina, como se ve
por el siguiente experimento hecho por vez primera por Piii-
kinje: se concentra sobre la esclerótica, con una lente convexa
de foco corto, una luz intensa en un punto lo más distante
posible de la córnea. La luz pasa por este punto a través de
las membranas transparentes del ojo y su imagen llega a la
retina. Si se mira entonces a una superficie oscura, el campo
visual presenta una iluminación amarillo-rojiza de aspecto ar­
borescente producido por la sombra de los grandes vasos re­
tiñíanos, y, al mover la lente en cualquier dirección (pie sea,
las sombras de los vasos siguen todos sus movimientos.
No todas las partes de la retina tienen la misma sensibi­
lidad a la luz, pudiendo considerarse en ella, desde este punto
de vista, tres zonas: unn, en que la visión es completa, cons­
tituida por la parte central de la retina, en la que se halla la
mancha amarilla, que es el pumo más sensible; otra, en la que la
sensibilidad disminuye, formada por la periferia de la retina, y
la tercera, totalmente insensible, tpie corresponde a la pupila
del nervio óptico o punto ciego.
C a p í h il o II

RELACIÓN DE LOS ÓRGANOS Y EL IRIS

En que consiste

I£n el prólogo y el capítulo I hicimos una breve referencia


a la relación que existe entre los óiganos del cuerpo y el iris.

flu ftlrad ón N C

Hoy, por ser éste el tema del presente capitulo, nos extendere­
mos con mayor detenimiento sobre el particular, a fin de que
LA IRIS DIAGNOSIS 29

nuestros lectores tengan una visión amplia y completa de dicha


relación.
Pero antes permítasenos decir algunas palabras más sobre
la Iriscopía y su relación directa con la Medicina Naturista.
Consideramos necesario y hasta imprescindible hacer tal
aclaración porque la mayoría de los textos sobre ¡risd¡agnóstico
que circulan por ahí no hacen mención a tan importante vincu­
lo. ¿Por qué? Es una pregunta que se la dirigimos a los autores
de esos estudios.

La Iriscopía y la Medicina Naturista

Por qué consideramos que una y otra ciencia son implíci­


tas y se complementan o, mejor tal vez, constituyen una sola
manifestación de la Naturaleza. En efecto, si estimamos que
el cuerpo animal es una cosa que la naturaleza ha producido
por medio de una de sus fuentes, todo lo que con él se relacio­
na, directa o indirectamente, es también una manifestación de
aquélla.
La Medicina Naturista, para quienes conocen las obras
que se publican en esta misma colección, trata del unido de
emprender la curación y el tratamiento de todas las dolen­
cias conocidas por el hombre, en base a un concepto sim­
ple, o sea: por medio del empleo de recursos sencillos y que
han estado siempre a! alcance del hombre desde que el mundo
es mundo. Tales fuentes no son otras que la alimentación, el
agua, las plantas, la energía solar y la actividad física.
Por esos medios, que no cuesta nada adquirir —con ex­
cepción tal vez de ciertos alimentos—, es posible hacer que el
organismo enfermo —enfermo de los excesos o las limitaciones
que son resultantes de la vida moderna y de las grandes con­
centraciones humanas— adquiera de nuevo lozanía, vigor, for­
taleza, salud. Incluso puede lograr el tratamiento naturista que
la persona caduca y enferma rejuvenezca físicamente cuando
un prematuro envejecimiento, causa de la vida desordenada,
ha marcado huellas en el físico.
3(1 PROF. A L E X HAENDEL

Por supuesto, la terapéutica de las enfermedades, por me­


dio clel procedimiento naturista, difiere en alguna forma, pero
no en lo sustancial. Los métodos siempre son los mismos, en
todos los casos, lo mismo que los agentes terapéuticos. Lo que
varía es la forma de aplicación. F.n algunos casos será necesario
emplear, por ejemplo, mayor cantidad de ciertos agentes, en
otros habrá que suprimirlos por completo, [emplazándolos por
otros que hagan el efecto deseado.
Por lo expuesto, tenemos entonces (pie la Medicina Natu­
rista ofrece al hombre la oportunidad de restablecerse de todas
las dolencias que lo afectan o puedan afectar en el futuro. La
Medicina Naturista le proporciona, asimismo, la capacidad de
ser el propio árbitro de su salud.

La Salud, el Naturismo y la Indoiogía

Como resultado de ello venios cpic la persona puede, lle­


gado cierto momento de au toca pací tación, conocer su salud
con mayor profundidad, incluso, que su médico. Y ello porque
estará en condiciones de reconocer todos los síntomas y las ca­
racterísticas de su mal.
La Medicina Naturista enseña también al hombre a seguir
un régimen de vida sano, eximiéndolo de todas las taras
alimentarias y de otra índole que lo afectan cuando, apartán­
dose de la naturaleza y de la vida sana en contacto con ella,
sigue normas torcidas y contraproducentes para su salud física,
mental y espiritual.
El ejercicio, los baños, las plantas medicinales, la energía
solar, las curas de contacto, la alimentación racional y el aire
oxigenado, son los elementos que ayudan a mantener un buen
estado de salud. Lo que el método naturista enseña es, precisa­
mente, cómo utilizar y en qué medida y ordenamiento, a dichos
agentes.
Ahora bien. ;qué relación existe entre estos dos aspectos,
es decir, la salud y la Medicina Naturista, con el Iris-
diagnóstico?
LA IR1SDIAÍÍNOS1S 31

llu&lraciún N' 7
32 P R O F. ALEX MAENDEL

Como vamos a ver en seguida, uno muy estrecho.


En efecto, se puede reconocer una enfermedad por los
síntomas. Eso es elemental. Por los efectos y los síntomas des­
cubrimos que padecemos de tal o cual dolencia. Aquéllos, si no
tenemos cultura nalurisín, nos inducen a apelar a los servicios
de un médico. Éste seguirá la indicación cíe aquéllos y proce­
derá de acuerdo. Que lo haga certeramente o no, dependerá
de su visión como profesional.

Reconocimiento de la enfermedad por el Iris

¿Pero qué resultará en el caso de que el profesional equi­


voque el diagnóstico por la mala interpretación de ciertos
síntomas? No sería la primera vez que ello pueda ocurrir. Des­
graciadamente, ocurre muy a menudo. Los síntomas suelen ser
torcidamente interpretados, no por error del médico, sino por­
que aquéllos son mal explicados por el propio paciente, o con­
fundidos en sus manifestaciones.
La historia médica está llena de errores, a veces fatales, de
este tipo. Muchas personas perecieron por causa de una mala
interpretación. La junta médica, por otra parte, tiene la mi­
sión de aclarar el panorama clínico cuando los síntomas no
son interpretados correctamente, cuando existe posibilidad de
error, o cuando aquéllos no son suficientemente claros.
En otras ocasiones, ocurre que los síntomas de una enfer­
medad pueden fácilmente ser confundidos con otros. Eso es
muy fácil, especialmente en el caso de las dolencias digestivas,
o en las enfermedades internas. Una fiebre continua, no iden-
tificable a pesar de los análisis, de la radioscopia, etcétera,
puede causar la adopción de medidas graves que, a la postre,
resulten funestas.
De consiguiente, es muy útil que sea el propio enfermo
quien pueda determinar su enfermedad y un solamente por la
experimentación de los síntomas, sino por la manifestación
de ellos.
LA [RISDI AGNOSIS 33

Nos estamos refiriendo, claro está, a la manifestación de


la enfermedad en el iris.

Las enfermedades en el iris

Todas las zonas de! cuerpo llevan en su constitución físi­


ca y orgánica delicados filamentos nerviosos, los cuales, por
distintas redes, vienen a vincularse con la masa encefálica. F.sns
mismos filamentos nerviosos se hallan conectados, como puede
verse por los grabados, con el iris y los nervios faciales.
Vale decir, cuanto ocurre en aquellas zonas, sea en forma
de afección o de dolor, se refleja tanto en el rosno como —toda­
vía más fehacientemente—, en el iris.
Por consiguiente, tenemos (pee es posible determinar, me­
diante un examen del iris, que zona y que órgano del cuerpo
se hallan afectados, ya por una enfermedad, ya por un dolor.
Si una persona conoce el mapa iridologico, podrá entonces
saber con claridad meridiana, qué tipo de dolencia le afecta.
Si los síntomas coinciden con tales manifestaciones, se tendrá
entonces, lógicamente, un diagnóstico certero, que el médico
naturista confirmará con toda seguridad.
La presente obra, como lo hemos expresado antes, tiene
el objeto fundamental de llevar al mayor número de personas
que se interesan por las enfermedades, desde el punto de vista
de la Medicina Naturista, y que desean o procuran curarse de
las mismas con ayuda de sí mismos y la aplicación del trata­
miento naturista.
Nuestra colección de obras naturistas no estaría comple­
tada, entonces, si no ofreciéramos aquí la oportunidad de re­
conocer las enfermedades de una manera acaso más segura que
la sintomatología.
Porque, a nuestro juicio, no puede caber diagnóstico más
completo que aquel que se basa en la iriscopía. No hay lugar
del cuerpo, órgano o glándula, por pequeño que sea, que no se
halle reflejado en t! iris, ya el derecho o el izquierdo.
Mirando el iris con ayuda de una lupa, observando su
31 P R O F. ,\ L K X IIAENDEL

Ins der«cbo
Iris izquierdo
L A I RISDIAGNOSIS 35

constitución, lineas, sombras, claros, ondas, etcétera, que se


presentan en ellos, así como los colores, se tendrá —si se proce­
de con las instrucciones que damos en los capítulos siguientes
y en la forma que se indica— un claro panorama del sistema
orgánico y de la parte posiblemente afectada.
Cabe señalar aquí que si la iriscopía fuese aplicada por
kt ciencia oficial, muchos médicos adquirirían fama y celebri­
dad por la certeza de sus diagnósticos. Pero para muchos dis­
tinguidos profesionales, la iriscopía sólo es una rama de la
charlatanería y por consiguiente indigna de que un reputado
médico oficial la tome en cuenta.
Pronto veremos cuán funestamente equivocados están
quienes obran de acuerdo con este falso concepto.
Veamos ahora en qué consiste la relación de los órganos
del cuerpo y el iris.

Reflejos orgánicos en el Iris

La mitad del cuerpo es reflejada por cada ojo: de esa ma­


nera podemos observar que el área del corazón y del bazo se
encuentran en el iris del ojo izquierdo mientras que en el iris
del ojo derecho hallamos la zona correspondiente al hígado.
En cada iris están ubicados los órganos pares; los órganos
únicos son divididos por el plano vertical que pasa por el eje
de la nariz y espina dorsal. Dichos órganos están representa­
dos por mitad en el iris correspondiente a cada ojo; así sucede
con la boca, lengua, tráquea, esófago, órganos genitales y uri­
narios, columna vertebral, etc.
El sistema nervioso de la vida vegetativa, gran simpático,
se encuentra rodeando la pupila y formando su borde.
El área del estómago se ubica rodeando este anillo ner­
vioso, el eje de la vida; el área del intestino grueso e intestino
delgado rodea la zona estomacal.
leñemos aún el sistema neuroglandular y circulatorio que
está ubicado alrededor de la zona digestiva.
Los otros óiganos del cuerpo están en situación itulepen-
36 PROF. ALEX HAENDEL

Ilustración N 9
LA IRISDI AGNOSIS 37

cliente con respecto al aparato digestivo y tienen en el iris una


ubicación de forma radial llegando al borde externo del disco
iridal; la piel se refleja en esta zona.
El proceso vital está fundamentado en las funciones ner­
viosa y digestiva y, no debemos olvidar que la sangre, que es
un producto de la digestión, nutre a estos mismos.
La división de nuestro organismo en dos mitades justifica
la fortaleza que tiene un lado del cuerpo con respecto al otro,
en ciertas personas; por consiguiente, es lógico cine el lado
derecho de un individuo no sea invulnerable a ciertas enfer­
medades, mientras que en otros las enfermedades afectan con
más facilidad el lado izquierdo.
Muchas veces, en una misma persona el iris tic uno de sus
ojos aparece en estallo de normalidad, mientras que en el otro
es posible advertir alteraciones más o menos pronunciadas. Ra­
ramente, suele observarse también que el color en el iris de un
ojo es diferente al otro, lo que acusa una degeneración más
pronunciada en la constitución orgánica de un lado.
La ubicación de las diferentes áreas en el iris no es un
hecho casual, sino real. La sabia Naturaleza nos hace apreciar
la reproducción fiel del interior de nuestro cuerpo a través del
cristal del iris y por él podemos anotar las acusaciones contra
nuestros actos violatoi ios de las leyes naturales.
C a p ít u l o III

M APAS IRISNÓSTICOS USUALES

Qué son los Mapas

Por los grabados adjuntos podrán verse una serie de mapas


írisnósticos en uso actualmente por diversos maestros que se
dedican a esta ciencia de la Irisropía.
Significamos con ello que en la presente obra nuestros lec­
tores habrán de encontrar no sólo las instrucciones que son
similares a otras en circulación, sino que, de tener otros trata­
dos sobre el mismo tema, podrán interpretarlos de acuerdo
con sus claves. Claves que son, en suma, normas de análisis y
distribución de zonas, de acuerdo con la manifestación refleja
orgánica en el iris.
El método de estudio, como habrá de verse en seguida, no
puede ser más simple. Hasta una persona con elementos bási­
cos de educación podrá interpretarlos y ponerlos en práctica.
Por lo demás, al realizar el repaso de Ja anatomía y la fisiología
del ojo, y luego al estudiar la relación del cuerpo con el iris,
hemos venido poniendo en práctica nuestras enseñanzas. Quie­
re decir, entonces, que el menos avisado de nuestros lectores está
en condiciones de trazar su propio mapa irisnóstico, en primer
término, y luego de interpretarlo y aun de interpretar otros
mapas. En una palabra, podrá hacer su propio diagnóstico y
podrá, asimismo, ser útil en el caso de otras personas enfermas
menos favorecidas en este conocimiento.
En suma, el enfermo o la persona que, sin serlo realmen-
LA IRIÜHI AGNOSI S 39

te, quiera conocer más o menos profundamente esta nueva


ciencia del insdiagnóstico, sólo debe estudiar y retener en la
memoria las condiciones ideales de la interpretación de los
síntomas que se reflejan en el iris de los ojos. Para lograr tal
conocimiento, que en otras circunstancias y en otros tiempos
hubieran sido conceptuados hasLa como milagrosos, no sera
necesario sino que siga esas instrucciones al pie de la letra.
Pero basta de digresiones y entremos en materia.

Mapa Primero: Círculos Concéntricos

Como se verá por el grabado adjunto, Mapa 1, tenemos


que el iris, para mayor comprensión e interpretación, se halla
dividido en seis círculos concéntricos. Seis para el iris derecho,
seis para el izquierdo.
Obsérvese, sin embargo, que la numeración o clasificación
de tales círculos va de adentro hacía afuera, en los dos iris.
Así vemos que el círculo número I corresponde al centro del
ojo. De ahí por el lado interior (tómese nota de esto, pues es
importante) parte el primer círculo, el segundo y los restantes.
Ahora bien, para saber qué zonas o qué sector del cuerpo
comprende cada círculo, haremos un breve resumen de su
contenido.

Círculo 1
El círculo 1 señala la zona estomacal.
La zona estomacal se halla reflejada en los dos iris, el de­
recho e izquierdo. Incluso puede determinarse el lugar exacto
de la afección con sólo examinar el iris en el cual se observa
la perturbación.
Por consiguiente, cuando existe una úlcera estomacal, por
ejemplo, situada en el lado izquierdo del estómago, dicha do­
lencia se reflejará en un sector del círculo 1 del iris izquierdo.
En los ejemplos que iremos estudiando luego veremos
cómo se aplica tal interpretación.
40 PROF. A L t X HA KN O E L

Círculo 2

El circulo 2 señala la zona intestina].


De la misma manera que en el caso anterior, la zona in­
testinal se halla reflejada en los dos iris. Y tal como en el
ejemplo anterior, también será posible hallar el lugar exacto
de la afección intestinal, con sólo examinar el iris donde apa­
rece la anomalía.

El extremo del intestino grueso, el recto y el ano, aunque


podría incluirse en esta clasificación, aparecen, sin embargo,
LA IRIS DIAGNOSIS 41

en los círculos 5 y fi, exteriores, correspondiendo el último al


ano. Véanse los Mapas 5 y 6.

Círculo 3
El círculo 3 delimita e! sistema circulatorio y la parte en­
docrina del organismo, especialmente las internas, como las
glándulas del páncreas y el ba/o. También parle del corazón,
el hígado y la vesícula biliar se encuentran dentro del círculo.
Pero en relación al área comprendida por el círculo 3, no
es lo mismo en ambos iris. Aquí se advierte ya una gran dife­
rencia. Rogamos consultar detenidamente los Mapas 4, 5, 6 y 7.
Se verá así que. mientras en la zona del iris derecho, por
ejemplo, del lado externo se ve la presencia del hígado, en el
lado externo del iris izquierdo se encuentran el páncreas y
el bazo.
Para el estudio de los dos iris y su compleja distribución
de órganos y zonas orgánicas, se debe tener en cuenta que el
iris viene a ser (si tomamos un ejemplo gráfico práctico) como
si en tinta copiativa lomáramos el iris derecho y luego lo apli­
cáramos sobre otra hoja de papel. Al abrir ambas hojas se
verán fielmente reproducidas las zonas. Así, por ejemplo, la
cara, el cerebro, los pulmones, el corazón, se hallarán reprodu­
cidos casi con fidelidad.
Pero no siempre ocurre así con ciertos órganos. En un iris
se halla reflejado como hemos visto, el hígado, en el Indo exte­
rior inferior del derecho. Si la copia fuese fiel, el hígado de­
biera aparecer también en el mismo lugar, exterior c inferior
izquierdo, del iris izquierdo, pero no es así, pues el lugar lo
ocupan el bazo y el páncreas.
Estas sutiles variaciones sera necesario estudiarlas con de­
tenimiento, grabándolas en la memoria, para no experimentar
después lamentables errores. Otro ejemplo, en la parte inferior
interna del iris derecho se refleja la zona vaginal y de la ma­
triz. En la misma zona, pero del iris izquierdo, se refleja el
órgano sexual masculino.
12 PROF. A I. K X HAENDEL

Círculo 4
El círculo cuatro delimita, primordialmente, el sistema
muscular del organismo. Pero dentro de él se hallarán también
algunos órganos importantes o partes de los mismos que ya
se vieran en el círculo 3.

Círculo 5
El círculo 5 delimita el sistema linfático del organismo.
Dentro de él, sin embargo, se hallarán importantes órganos,
como los pulmones, parte del cerebro, el útero, la vejiga, la
lengua, etcétera.

Círculo 6
En este círculo se halla reflejada la zona de la piel. Asi­
mismo será pusiblc hallar en él algunas partes del cuerpo,
como el cerebro, los ojos, la nariz, la boca, el ano, la vulva y
en general todos los sectores exteriores del cuerpo.

Mapa Segundo: Zonas del Cuerpo.

Las zonas o mitades del cuerpo que corresponden a cada


iris se encontrarán en el Mapa 2. que a tal efecto muestra los
iris derecho e izquierdo y sus correspondientes cuatro mitades.
Si examinamos ahora el mapa correspondiente al iris de­
recho, veremos que su mitad superior corresponde con las
mitades superior y posterior del cuerpo, y la superior y ante­
rior, igualmente. La mitad inferior del mapa, entonces, corres­
ponde: el inferior izquierdo, a la mitad inferior y anterior del
cuerpo; y el derecho, a la mitad inferior y posterior del mismo.
Fiemos dicho que el iris izquierdo viene a ser una copia
del derecho. Si examinamos la mitad superior del mapa corres­
pondiente a ese iris, tendremos entonces que la mitad superior
izquierda (que corresponde a la derecha del iris derecho) re­
fleja la mitad superior y anterior del cuerpo. La mitad supe-
LA IRISDI AGNOSIS 43

rior derecha (correspondiente a la izquierda del iris dereihn)


refleja la mitad superior y posterior del cuerpo.
Por supuesto, la mitad inferior del mapa, suhdívidida a
su vez en otras dos, derecha e izquierda, corresponde a la mi­
tad inferior anterior y a la mitad inferior y posterior, respec­
tivamente, tlel cuerpo.
Así tenemos clasificado por zonas, diríamos, el mapa que
ahora entraremos a estudiar con mayor detalle.

Mapa Tercero: Zonas del Cuerpo en el Iris

Los dos grabados, correspondientes a los Iris derecho e


izquierdo, respectivamente, creemos que son bastante explícitos
de por sí.
Sin embargo y a mayor abundamiento, para la mejor com­
prensión del lector, vamos a explicar su diagrama.
Como se vera, en primer termino tenemos que cada mapa
o círculo se halla dividido en doce casillas, partiendo desde la
hora doce de un reloj, casilla que corresponde al número 1.
Por orden regular y en el mismo sentido que las manecillas
del reloj, siguen las otras casillas, hasta completar la doce.
Esta división en casillas es muy importante, como no tar­
darán en ver nuestros lectores. Cuando se haga la clasificación
o interpretación de los iris, mencionaremos con frecuencia los
números de casillas donde se advierten las afecciones o dolen­
cias. Si nuestros amigos consultantes guardan memoria del
orden y la colocación de las casillas, podrán ubicar sin dificul­
tad el lugar donde se encuentre el órgano o la zona orgánica
afectada.
Pero la división en casillas es sólo uno de los aspectos del
mapa que estamos estudiando.
En efecto, en torno a cada mapa o circulo se verá la ins­
cripción de zonas orgánicas y/u órganos a que corresponden.
Dicha clasificación se hace en ambos iris y es aquí donde, por
primera vez, advertimos las diferencias. Diferencias que será
necesario tener en cuenta posteriormente.
14 P R O F. A L E X H A K N l> E l.

MAPA N* 2
LA IRISDÍAGNOSIS 45

Veremos entonces que la parte superior de cada círculo,


el centro, que comprendería las casillas 1 y 12, corresponden
al cerebro, cerebelo y la frente. Por orden correlativo vienen
luego los otros órganos.
Conviene que nuestros amigos memoríren bien esta ubica­
ción, que ayudará a comprender mejor los mapas 4, 5, 6 y 7,
que pasamos a considerar en seguida.

Mapa Cuarto: Órganos en el Iris

Vemos ahora, dentro del diagrama anterior, la colocación


de los órganos respectivos y que corresponden a cada Iris. Fácil
1c resultará ahora al lector determinar la exacta ubicación de
cada zona, parte u órgano del cuerpo, dentro del correspon­
diente iris.
El mapa 4*?, como los anteriores, es doble, derecho e
izquierdo, y corresponde a los iris de ambos lados.
Nuestros amigos harán bien en estudiarlos con deteni­
miento, fijando al mismo tiempo en la mente la distribución
de zonas y casillas.

Mapas Quinto y Sexto: órganos en el Iris

Estos dos mapas, iguales en su dibujo, distintos en su dia­


grama, nos permitirán apreciar los iris derecho e izquierdo,
junto con las zonas orgánicas que cada círculo, casilla y mitad
reproduce, pero excluyendo a los últimos del dibujo. Ello no
sólo nos da mayor claridad de visión y concepción, sino que
aclara también la distribución de los órganos.
Podemos decir que ahora sí estamos en condiciones de
ubicar con facilidad la afección que observamos en nuestro
propio iris o en el de quien se confia a nosotros.
Iris Derecho Iris Izquierdo

PROF.
ALEX
I I A F N D U
MAPA NO 3

Iris Derecho Iris Izquierdo


LA
I R [ SD I A G N OS1 S

f lustra eror. M *4 - !
48 PROF. ALfcX HA EN DE L

Mapa Séptimo: Recapitulación gráfica

En este mapa, que représenla los dos iris, liemos creído


necesario expresar gráficamente, para su última comprensión,
las loralizaciones orgánicas en ambos iris, ron clasificación
interna de los órganos. Esto hará imposible ningún error, que
podría cometerse de no existir una clasificación previa general
de cada órgano en relación a su ubicación en el mapa.
Por ello creemos haber completado el estudio de los Mapas
Iris nósticos, los que, sin embargo, deben repasarse con frecuen­
cia durante las observaciones, hasta llegar a familiarizarse por
completo.

Maneras de Examinar

Supongamos ahora que no somos nosotros mismos quienes


deseamos estudiar nuestros iris, pata "saber” las enfermedades
que nos aquejan o amenazan, sino que alguien, confiando en
nuestra capacidad de juicio y análisis, viene a vernos y pedirnos
el favor de examinar sus ojos. ¿Cómo debemos proceder?
De la manera más sencilla.
En primer término, todo irisdiagnosticador debe tener su
lupa, cuanto más potente, mejor. Ello permitirá advertir todas
las pequeñas y sutiles manifestaciones de la naturaleza que, por
medio de los iris, nos dicen qué males nos aquejan.
Debe tener frente a sí los croquis de ambos iris, en blanco,
para insertar en ellos las observaciones que vaya fijando: líneas,
ondas, sombras, puntos, rayas, etcétera, en cada punto preciso
del iris. }
En tercer término, debe realizar el examen de los iris a la
luz natural o a la de un foco, colocando al interesado de modo
que los ojos, y particularmente los iris, no brillen ni reflejen
ia luz. !
Tomadas estas medidas, se procederá a examinar el iris
derecho, por zonas. Si en alguna de ellas se observa algo im­
portante, debe examinarse inmediatamente el mismo órgano
LA I R ] $ [) I A G >\ O $ I 5 49

—si esto es posible— en el iris opuesto. Si la observación de­


muestra la existencia de algún punto, sombra, línea, indicará
(como veremos luego, en el estudio pertinente de las manifes­
taciones ¡ridológicas) la existencia de una enfermedad estable­
cida en -determinado órgano, y la naturaleza del mismo, es
decir si es grave o no,
Estamos ya en condiciones de conocer los próximos secre­
tos del irisd¡agnóstico.
Pasemos, pues, el umbral de la experimentación práctica.
C a p ít u l o IV

CUADROS DE ESTADOS PATOLÓGICOS

Contextura orgánica

En los cuadros que siguen, a los cuales hemos agregado


los dibujos pertinentes, nuestros lectores hallarán la guía más
completa sobre la naturaleza de los signos que se encuentran a
menudo en el iris y que señalan, sin lugar a dudas, las dolen­
cias ocultas o declaradas que afectan a una persona.
En consecuencia, los signos que se vayan estudiando indi­
carán qué y cómo se debe interpretarlos. La contextura orgá­
nica, como ya lo hemos dicho repetidas veces, se manifiesta por
medio de tales signos, ya en forma de líneas radiales, circula­
res, círculos, manchas, esponjamientos, canaletas, etcétera.
Por lo expuesto, poseer el dominio de la cahal interpre­
tación de tales signos es poseer el secreto de la indoiogía. Como
se ve, esta segunda parte del conocimiento iridológirn es tanto
o más importante aun que el conocimiento anterior, expuesto
en los tres capítulos precedentes. Es por esta razón que a dicho
estudio hemos dedicado todo el resto de la obra. Sin él, sería
falsa toda presunción de sabiduría iridológica y de capacidad
de irisdiagnóstico.
Nuestros lectores deben comprender que sólo la convicción
de que es preciso sanear el campo de la Medicina Naturisla,
otorgando sólo a personas capacitadas la posibilidad de obte­
ner conocimientos útiles a sí mismos cuanto a la sociedad o
humanidad dohentes, nos obliga a exigir, por medio de una
LA I R I S DI A G N O S J S 51

seria demanda de estudio, que quienes emprendan el mismo


lo llagan animados del sincero propósito de auinsupcración.
No se trata de crear charlatanes ni curanderos, sino personas
conscientes que se ayuden a sí mismos en caso de enfermedad.
'Todo otro propósito sería mezquino y por tanto punible.
A aquellos que acudan a nosotros con su acervo de peque­
ñas y bastardas ambiciones y que encuentren —por ello mismo—
difícil el estudio que sigue, les decimos que harán bien en aban­
donar aquí mismo sus presunciones materialistas. La iriscopía
es una ciencia verdadera, altruista, humanitaria. Por tamo, no
puede estar al alcance de cualquiera. Si se encuentran dificul­
tades en el estudio posterior, o si nuestras explicaciones resul­
tan demasiado técnicas, Ies logamos que no sigan adelante.
Está visto que no es para ellos este estudio. Por lo demás, a
quienes se hallan enfermos y requieren un diagnóstico exacto,
les recomendamos que acudan a un médico naturista, especia­
lista en irisdiagnosis.
Dicho esto, prosigamos.

Clasificación del Iris

Fig. N* 1

El primer conoi iiuicnto racional sobre la uinsi¡ilición de


los iris se refiere a su clasificación. Hay iris tic cuatro clases.
P R O F. A LE X II A E N D E L

Estudiemos el primero: o sea, iris perfecto.


En la trama del tejido iridal las íibras son compactas, fir­
mes y uniformes, sin manchas ni imperfecciones. Con ayuda
de una lupa se pueden ver, en algunos iris, unas líneas muy
Finas blanquecinas. Este iris se suele hallar en niños nacidos
de padres sanos, que llevan tina vida metódica, en plena natu­
raleza.
Los individuos que tienen la suerte de poseer un iris así
conformado, deben valorarse como depositarios de un patri­
monio que será heredado por sus descendientes y de cuyo valor
son responsables.

Iris Bueno

Fig. N? 2
El iris corriente entre las personas sanas, acusa una cons­
titución más que regular. Su color castaño claro o azul, se
encuentra corrientemente algo mezclado. En el cuerpo del te­
jido iridal se observan pequeños defectos.

Iris Regular

Este iris posee una conformación mediana con sustancias


orgánicas impuras, presentando anillos nerviosos, corona sim-
LA 1R I 5 H I AG N O SI S 53

pática y ciertas veres el rosario linfático. Las fibras del tejida


iridal son más o menos imperfectas y denotan inflamaciones y
destrucciones; casi siempre hay marcas (pie muestran la acu-

Fig. NO 3
mulación de impurezas que nacen de los abusos cometidos en la
alimentación y de las eliminaciones deficientes de la piel, riño­
nes e intestinos*

Iris Imperfecto

Fig. NO 4
Este iris por su color e impureza se asemeja al anterior,
pero posee una contextura mucho más débil. Sus fibras son
51 P R O F. A L E X H AENDKL

desordenadas, con aberturas, entre las que se observan manchas


y sombras negras que muestran los procesos destructivos infla­
matorios y crónicos.
Esta primera fase del estudio que estarnas reaJi/nndu nos
permitió conocer en qué se distingue un iris perfecto de otro
medianamente apto y de uno malo.
Para un conocimiento limitado, ello bastaría. Pero nuestro
propósito, como ya lo hemos dicho, es ir más lejos. Mucho más,
en efecto, de lo que podrían esperar algunos desaprensivos.
Ahora debemos entrar en el estudio de los signos iridoló­
gicos propiamente dichos.
Aquellos que animados por un espíritu altruista y desinte­
resado, se propongan seguirnos en el estudio, verán que es muy
importante, vital, diríamos, el conocimiento sobre la forma y
presentación de aquellos signos.

Los Signos Iridológicos

Los signos iridológicos se presentan no sólo en determina­


das zonas orgánicas reflejadas en el mapa irisnóstico, sino en
ciertas formas o clases que es preciso conocer de memoria, para
no aventurar un diagnóstico equivocado.
Por consiguiente, sobre un mismo sector o zona u órgano,
puede manifestarse una mancha, pongamos por ejemplo. Ello
de acuerdo a lo que veremos luego, será un tipo de manifesta­
ción patológica. Si en lugar de manchas, es una línea, o un
punto, o una canaleta, el órgano en cuestión estará padeciendo
diversos estados en el proceso peyorativo de la enfermedad, ya
que cada forma indica un tipo distinto.
Pero entremos ya en el apasionante estudio que estamos
señalando.

Líneas Radiales:

El relajamiento tisular es ocasionado por la nutrición


I. A IRISÜIAGKOSIS 55

mala o irregular de las células. Las líneas radiales ponen eu


evidencia esta deficiencia y por ellas es posible localizar el
órgano afectado.
En la figura 5 dichas lineas se encuentran ci Me las zonas
3 y (3 dentro del dominio de la zona gástrica.

Líneas circulares

La disgregación de los tejidos originada por el relaja­


miento de los mismos, se hace visible con la presencia de líneas

Fig* 5 Fig. N? 6

en forma de círculos en dirección perpendicular a las líneas


radiales, fig. 6.

Debilidad del iris

El iris sin fortaleza acusa la debilidad del organismo. Este


iris así constituido contrae enfermedades con suma facilidad,
siendo especialmente propenso a la tuberculosis y neoplasmas.

Fig. N* 7

En la figura 7 se pueden distinguir las formaciones pa­


tológicas explicadas, en el área 3-4.
56 PROF. ALEX IIAENDEL

Dilatación de la pupila

La figura 8 difiere completamente de las pupilas nor­


males y contraídas, ya que ésta nos indica la existencia de una
pupila dilatada muy dolorosa.

Dolores más o menos intensos o repetidos a cortos inter­


valos causan la dilatación de la pupila y dan una marca carac­
terística al iris.
El iris izquierdo en la figura 2, acusa un mal cardíaco
que ocasiona el síndrome doloroso.

Signos angulares

Estas marcas indican la existencia de una zona afectada en


el organismo, con dolores recidivantes difíciles de combatir.
En la figura 9 se puede observar un iris que evidencia
la gravedad del mal. La pupila dilatada acompaña a los signos
angulares en el noventa y nueve por ciento de los casos. En la
LA IRISDIAGNOS1S 57

figura 9 se puede apreciar que la parte afectada es la hipo-


gástrica, que se encuentra entre las panes 5-7.

Signos de úlcera

Las manchas que se observan en la figura 10 son oscuras


y circunscritas y acusan un grado de ulceración avanzada.

Fig. N<? !0

Si observamos las manchas descritas en su núcleo más


oscuro o negro, podremos vislumbrar la existencia de cáncer.
En la figura es posible observar que los signos que se ven
en el iris marcan la existencia de una grave ulceración avanza­
da, cerca del piloro, y un pasible tumor canceroso.

Signos de fuertes dolores

Las lincas claras onduladas en zigzag, son signos de dolo­


res recidivantes, que sobresalen dentro tic los otros signos con­
currentes. Estos signos se pueden divisar en todas las zonas
del iris.
En la figura 11 se encuentran en la zona que corresponde
a la región vesical, de LG.

Signos de desecación

La formación en el iris de característicos signos en forma


de cadena se debe a la insuficiente o mala circulación sanguí­
nea. Estos signos de desecación acusan la mala provisión de
58 P K O F. A L E X HAENÜEL

sangre en la zona tisular, ya que en un mismo órgano la san­


gre llega de manera abundante o insuficiente.
La razón de esta anomalía es la relajación del tejido y la
natural inclinación a adquirir ciertas enfermedades.

En la figura 12 se puede ver de 9 a II un gran diverticu-


lo, seno que destaca un trastorno mular muy intenso.

Signos catarrales

Las líneas radiales en grupos o haces indican la presencia


de signos catarrales que revelan un estado constitutivo inclina­
do a soportar inflamaciones.
Se encuentran, indistintamente, en zonas mucosas o mem­
branosas, como así tauibióri en la zona coi respondiente al tubo

digestivo; sic*np»e acusa predisposición hacia la inflamación


de las mucosas.
En la Tigura 13 dichos signos sobresalen entre las zonas 2-3
de la región que corresponde al tracto intestinal.
I. A !Rl.SniACNOSlS 59

Estados inflamatorios

La existencia de procesos exudativos es revelada por estos


signos catarrales, que aunque agudos tienen tendencia a la ero
nicidad por su duración prolongada. En el límite entre la faz
aguda y la crónica se encuentran estos estados inflamatorios.
La afección se reduce en el proceso crónico y aparecen sig­
nos anulares de bordes netos en el iris. Si se observan signos
pequeños y claros, colocados estrechamente uno junto al otro
la afección es de suma importancia. Esto se puede observar en
el sector del iris 8-10 de la figura 14.

Vegetaciones o Proliferaciones

Manchas redondeadas u ovaladas de color gris oscuro son


las que manifiestan estos signos. Una gran debilidad constitu­
cional es un factor causa] más importante. Estas manchas sig­
nifican transformaciones orgánicas.

Fig. N* 15 Fig. N* 1G

La zona vesical 3-5, lesionada, es la que muestra la figu­


ra 15. Una afección crónica de larga data es la que acusa
este signo.

Signos da labilidad visceral

Estos signos expresan que hay una menor capacidad de


resistencia en ciertas partes de algún órgano u órganos. F.I te-
ÜO PROI - . A L E X H A FNI ) E L

jido reblandecido determina el reblandecimiento de una zona


limitada que se manifiesta en el iris por los sigilos ya descritos.
Son bien visibles, dentro de la región gastrointestinal, en
la zona 3-G de la figura 16.

Deshidratación de los tejidos

Los tejidos deshidratados están distribuidos por todo el


iris, en forma de celdillas o en panal, significando defectos de
la nutrición celular y mala distribución de los elementos de de­
fensa orgánica. Estos signos expresan predisposición a conLraer
enfermedades escrofulosas o tuberculosas. La curación será
difícil si Jos órganos afectados son de importancia vital, el
irisdiagnóstico señalara, entonces el peligro latente.
En la figura 17 las diversas manchas de color claro que
se observan son notables por la intensidad, especialmente
en 3-5.

Signos de necrosis

Las variaciones en el iris que permiten reconocer la impor­


tancia de la afección son seguidas por cada etapa del desarrollo
de la enfermedad o de pérdida de sustancia orgánica.

Fig. 18

Las manchas más grandes son puntos o zonas oscuras reu­


nidos; para el órgano afectado son, a su vez, signos de mayor
daño que indican la gravedad de la lesión orgánica.
La zona oscura entre 8-9 puede observarse en la figura 18.
El iris izquierdo que tiene los signos más chicos, semejantes a
puntos como las pequeñas manchas y oscurecimientos 8-9 cx-
LA IRIS DIAGNOSIS 61

presa una inclinación especial a sufrir de conlinun enfer­


medades.

Signos de enfermedades nerviosas

Estos signos que están correlacionados estrechamente con


la enfermedad principal y que señalan zonas dolorosas se pue­
den observar especialmente, en las enfermedades nerviosas. En
la enfermedad se perciben aun en los intervalos, entre los pe­
ríodos de agravación o mayor intensidad del mal.
Mediante la observación de las zonas dolorosas por estos

signos, el irisdíagnóstico puede confirmar una forma fuerte de


histeria o jaqueca.
Se puede observar un conjunto de signos nerviosas en el
iris derecho de la figura 19 desde 2 n 5 en la región corres­
pondiente a la tráquea.

Nervios débiles

Los estados de debilidad son indicados por signos finos y


estrechos, situados uno al lado de otro. Los fenómenos doloro­
sos no siempre acompañan estos estados. La debilidad general
cerebral es un tipo de afección que puede dar estos signos. Los
signos descritos del iris derecho de la figura 20 lo expresan así;
estos mismos signos se distribuyen en la región cefálica
entre 10 y 1.

Signos de curación

Cuando se desarrolló un proceso grave en las zonas que


(32 P R O F. A LE X HAKNDEL

acusaban capacidad de resistencia disminuida, cuya curación


fue completa después de un tiempo, aparecen en el iris signos
que acusan la eliminación de la enfermedad.
IJna forma cerrada característica adquiere el signo abier­
to basta entonces. Estos signos tienen siempre el mismo signi­
ficado aunque se encuentren en zonas diversas. Son bien visi­
bles en 2-3 en el iris de la figura 21.

Nidos de tenias o ascárides

La existencia de parásitos intestinales son indicados por


signos en forma de nidos, como los que se pueden ver en la
figura 22.

Fig. NO 21 Fig. NO 22

En el iris derecho de la figura 22 son visibles en 2-5 estos


nidos apiñados en grupos individuales.
C a p ít i io V

CASOS PATOLÓGICOS EN IRISDIAGNOSIS

Estudio fundamental

Hemos expresado, al empezar el capítulo anterior, que


nuestra misión didáctica y, si se nos permite, humanitaria,
tiene un sentido elevado: iluminar a la humanidad doliente y
llevarla hacia el alivio con ayuda de sí misma y de la madre
naturaleza, tan pródiga en los dones que ha distribuido sobre
la faz terrestre.
Con esto, taxativamente, dejamos sentado que nuestro
propósito no es servir intereses mezquinos de gentes aprovecha­
das y sin conciencia, que pueden hacer de esta ciencia de !a
iriscopía un vil comercio.
Quien venga a nosotros animado del sincero deseo de
servir a la humanidad por este medio, encontrará en esta obra
todo el aprendizaje, el estímulo y la posibilidad de lograr sus
propósitos. A ellos, a quienes nos sigan paso a paso en la larga
y a veces agotadora tarca del estudio concienzudo, les decimos
que el final será más grato dei que puedan imaginar. El co­
nocimiento adquirido les servirá para sentirse más satisfechos
de sí mismos que en otras circunstancias. En una palabra, ellos
hallarán en las dificultades del estudio, precisamente la satis­
facción que han venido a buscar.
Pero quienes hayan acudido a nosotros en demanda de
un medio de especulación o de comercio, se sentirán defrau­
dados. En aquellas dificultades encontrarán vallas insalvables,
G4 P R O I-. A I. E X H AE NDEL

porque sin parar mientes en las explicaciones a veces minucio


sasf querrán llegar más pronto a la meta. Y una vez allí descu­
brirán que apenas saben algo más que al principio.
La explicación de esta defección es simple: nc se habrán
identificado en ningún momento con el espíritu que impulsó
la creación de esta obra de divulgación científica.
Y en este sentido, toda la obra de la Medicina Nalurista
es altruista y generosa como lo es la misma Naturaleza. No hay
términos medios ni razones para explotar al ser necesitado. Lo
que la naturaleza prodiga con tanta generosidad no puede ser
acaparado por unos cuantos inescrupulosos. No se puede co­
merciar con las enseñanzas y experiencias de la ciencia natu-
rista, de la cual la indoiogía es una rama esencial.
En las páginas que siguen, hasta finalizar la obra, nues­
tros lectores encontrarán el estudio en diagnosis de diversos
casos patológicos.
Ellos tienen el propósito de demostrar, con la práctica,
cómo se debe interpretar la presentación de signos en el iris, de
conformidad a la clasificación que hemos estudiado en el pre­
cedente capítulo.
Vale decir, que quien se decida a servir a la humanidad
por este camino, tendrá a la vista muchísimos casos que le ser­
virán de ejemplo y de guía. En casos de duda, o en casos en
que los signos demuestren posibilidad de errores, o de compli­
cación, también en esos ejemplos podrán hallar la debida
orientación.
Generalmente, debido a que se presentan varios signos a
la vez, ubicados en distintas zonas orgánicas, la interpretación
parece difícil y complicada. Sin embargo, no siempre es así.
Bastará que se observe el iris con detenimiento y por la forma
y la profundidad de los signos podrá verse dónde empezó el
mal, dónde se halla la raíz del mismo, y cuáles son las ramifi­
caciones. De la misma manera, se puede incluso anticipar qué
otros males subsecuentes vendrán si el paciente no es atendido.
Y tal profundidad de conocimiento es, precisamente, el
que deseamos adquieran nuestros sinceros lectores. Sin estos
ejemplos, sin las guías y las muestras que constituyen, en suma,
LA I R I S I) I A G N O S I S 65

los casos que pasamos a estudiar sin solución de continuidad


hasta el final, sólo tienden «i proporcionar al estudiante de
irisdiagnosis la seguridad que le liará falta para determinar,
en la práctica, los casos que se le presenten.
El organismo humano se compone de varias panes, todas
ellas fundamentales. Por consiguiente, nuestro estudio debe
referirse a cada una de ellas. Empezamos entonces con el es­
tudio de los casos que comprenden afecciones en la cabeza y/o
el cerebro. En los capítulos siguientes iremos tratando, por
orden de continuación, los otros casos.
Los ejemplos que se dan, debemos advertirlo, son unila­
terales. Quiere decir, en ningún momento deben ser tomados
como moldes o patrones. Cuando más servirán para ilustrar
sobre otros casos parecidos, pero sin que los signos sean idén­
ticos en su manifestación ni tampoco en su interpretación.
Dicho esto, empecemos.

CABEZA Y CEREBRO

Caso 1

¡ris derecho. — Las finas líneas radiales en la zona de la


cabeza representadas en el iris son los síntomas accidentales

Fig. 23
66 PROF. ALEX H AE NDEL

que padece el enfermo, como las cefaleas de 1-2. Las manchas


oscuras en 3 en la zona correspondiente a la tráquea y en 8-9,
en la bronquial acusan una hrpersecreción mucosa simultánea
de tráquea y bronquios.
Ir is izquierdo. — Los mismos signos descritos en el iris an­
terior aparecen en este iris. FJ iris nos dice que no hay pertur­
baciones nerviosas ya que ellas corresponden únicamente al
funcionamiento orgánico. Las alteraciones de un lado del cuer­
po son más peligrosas y requieren mayor cuidado cuando el
iris izquierdo aparece más débil que el derecho. Las zonas co­
rrespondientes en el iris son más oscuras cuando la circulación
sanguínea es lenta, y, recíprocamente serán más claras si la
circulación está acelerada.

Caso 2
Ir is derecho. — F.n la parle superior del iris, en la zona
cerebral se ven iridaciones que indican alteraciones confirma­
das por el interrogatorio. La existencia de cefaleas no son ex­

presadas imprescindiblemente por estos signos, sino que expre­


san una extraordinaria sensibilidad a las corrientes de aire.
Los trastornos neurálgicos son expresados por líneas blan­
cas, delgadas, situadas especialmente en el área superior del
LA 1R1SDIAGNOS1S 67

iris. Ln hipertrofia de las amígdalas la indica el oscurecimiento


incompleto del borde del iris.
Ir is izquierdo. — Mientras que en el iris izquierdo es más
visible la parte inferior del cuerpo, en el derecho se nota una
aclaración pronunciada en la parte superior del cuerpo.
F.n <), aumenta el perímetro del cuello por la hipertrofia
de las glándulas del mismo.

Caso 3
Ir is derecho. — Las capas blanquecinas cubren profusa­
mente la tráquea y la zona cerebral. El diagnóstico revela hi-
persensibilidad.

Eí metabolismo desfavorable indica intensa alteración


orgánica que se trasmite al iris por medio de manchas blan­
quecinas.
Ir is izquierdo. — La insuficiente irrigación del cerebro
por la irregular presión sanguínea expresan la formidable de­
coloración en la zona cerebral.
El iris superior con una tonalidad excesivamente clara
indica anemia cerebral. Se nota un recargo funcional del cere­
bro (srn m e u agc) y este signo de debilidad es el centro de agra­
vación orgánica.
G8 PROF. AL EX HAENDEL

Caso 4
Ir is derecho. — Eu la zona traqueal está localizada la afec­
ción. En 3, las diversas y especiales perturbaciones del tipo de
insuficiencia funcional se encuentran en la zona de la traquea.
Los tejidos de la tráquea se han debilitado al fijarse n adherirse
en ellos la secreción mucosa. Los signos oscuros de pérdida de
sustancia expresan esta alteración.

/lis izquierdo. — En este iris se ha transformado el nítido


dibujo que se observa en el iris derecho, en una trama difusa
de color gris, especialmente en las regiones sanguínea y mucosa.
El color original del iris ha sido cubierto por aglutina­
ciones mucosas. Solamente en la zona 9-10 se revela el color
azul natural del iris de este enfermo. Hay una asimetría pu-
pilar. Líi pupila derecha está menos contraída que la izquierda.
Los defectos funcionales graves de las glándulas cervicales
son indicados por los signos oscuros de carácter especial que
se ven entre 9-10.

Caso 5
Ir is derecho. — Los principales signos de agravación son
causados por la hipofunción glandular. Los signos que atra­
viesan el 5•? círculo de la 3^ gran región indican disminución
de capacidad en la resistencia. IJn signo bien destacado en la
LA IkISÜIACNO SIS G9

zona ccrcbclosa, indica trastornos epilépticos. l Tna mancha


oscura que llega al borde del iris localiza este signo en 11. Los
trastornos oculares y la acomodación y movimiento de ambos
ojos ponen de manifiesto ia alteración.

En 2, estas alteraciones se muestran por una mancha cla­


ra y borrosa que indica la agravación de las zonas mucosas.
Los signos de enfermedad cefálica, son los que revelan
la relación del proceso patológico.
Ir is izquierdo. — La intensa perturbación de la zona ce­
fálica es señalada por la tonalidad clara del área 12 a 1. El
iris izquierdo revela zonas claras y oscuras de agravación como
en el derecho.

Caso G
Ir is derecho. — El oído medio sufre un proceso purulento
desde hace dos años, y ha dejado en el iris signos profundos,
como el pronunciado oscurecimiento de 10-11 en la región
mucosa que presenta como fondo una tonalidad clara. Las li­
neas nerviosas que señalan hipersensibilidad dolorosa se en­
cuentran en las cercanías de este signo.
La participación de las amígdalas y faringe en el proceso
patológico es indicada por los signos oscuros en 2 a 3.
Ir is izquierdo. — La alteración de la zona cefálica, espe-
70 PROF. AL EX HAF.NREL

ciaJmente de 8 a 0, es mostrada por las líneas radiales de


color blanco.

Fig. N? 28

El iris izquierdo señala la impresión general del iris de­


recho. En 2» es bien visible el signo del oído y tiene un punto
oscuro característico.
C a p it u l o V I

LA IRISDIAGNOSIS EN FUNCIÓN

El Sistema Cardíaco

En el precédeme capítulo hemos estudiado algunos ejem­


plos prácticos para la interpretación de casos de afecciones en
la cabeza y/o el cerebro.
En este capítulo nos referiremos a los casos, alarmante­
mente numerosos pero que nosotros hemos sintetizado, de afec­
ciones al sistema cardíaco y circulatorio.
En este aspecto van incluidos, implícitamente, aquellos
casos de hipertensión, de arteriosclerosis, asi como las afeccio­
nes cardíacas propiamente dichas.
En algunos casos, fuerza será referirse a los orígenes de
la dolencia, pues las afecciones del sistema cardíaco y circu­
latorio tienen su fundamento en la función digestiva, entre
otros.
Los lectores hallarán en estos ejemplos, así como en los
anteriores, la gama de conocimiento y experiencia con la cual
podrán, en el futuro, basar sus propias interpretaciones.
Dicho esto, continuemos.

Caso 7
Ir is derecho. — La insuficiencia cardíaca con alteración
del metabolismo muestra un estado patológico serio.
Las alteraciones sanguíneas con las debidas consecuencias
72 PROI - . A L t X HAENDEL

cardiacas se aprecian por los numerosos signos claros, casi


blancos.
Iris izquierdo. — Acusa las principales características que
el derecho. En 3, en la zona correspondiente al corazón, apa­
rece la afección preponderante. La existencia de una dilata­
ción aórtica serta seguramente confirmada por un examen

clínico. Se observan ramificaciones grandes y pequeñas que


parten de los signos cardíacos y circulatorios arriba del signo
antes mencionado. Estos signos raramente se manifiestan en
otro iris con tanta claridad.
En 3, la debilidad caidíaca, miocarditis, es indicada por
un signo que aparece como un punto intestinal. En resumen,
enfermedad crónica del corazón.

Caso 8
Ir is de re ch o . — Las áreas oscuras y claras alternadas que
significan mala circulación de la sangre se ven en todo el sec­
tor medio del iris.
La composición de la sangre es perturbada por la fun­
ción intestinal que se encuentra totalmente alterada y es cau­
sa del éxtasis circulatorio.
Ir is iz q u ie r d o . — Las perturbaciones cardíacas de origen
nervioso son indicadas por lincas claras y finas que se extien-
LA IK1SDIAGNOSIS 73

den paralelas jumo a zonas oscuras hasta el borde del iris.


Los diversos grados de claridad del iris expresan la insufi­
ciencia de irrigación sanguínea al corazón.

Fig. N? 30

El debilitamiento de la Tuerza de contracción del cora­


zón es indicado en 3, por el arco oscuro.

Caso 9
Ir is derecho. — Un sector blanco rodea a la zona intes­
tinal en la región sanguínea desde 11 a (i. Es signo de recarga

funcional del sistema circulatorio. En la parte inferior de


este iris se observa una decoloración desde 5 a 9, interrum-
74 PROF. AL EX HAF-NDEL

pida de 10 a 4 que tiene relación con la circulación sanguí­


nea y con procesos incipientes de calcificación local.
Ir is izquierdo. — Como expresión de s u n n e n a g e gastroin­
testinal se observan en primer término de 3—5 signos de de­
bilidad. Las perturbaciones cardíacas corresponden al sector
oscuro en 3.
La señal de debilidad pulmonar relacionada con la recar­
ga funcional cardíaca se observa cerca del borde del iris.
A través de todo el iris se observa la insuficiencia circu­
latoria. El mal funcionamiento de la piel por la deficiente
circulación superficial lo indica el signo circular que corre
paralelo al borde del iris.

Caso 10
Ir is d e re ch o . — Las perturbaciones circulatorias generales
se indican por los anillos blancos que caracterizan el tipo
constitucional.

La zona cardíaca, también presenta signos de debilita­


miento importante, aun cuando el signo que se observe en 3
no es lo suficientemente intenso, como para atribuirle un
mal pronóstico.
Ir i s izquierdo. — Idénticos signos y agravaciones se pre­
sentan aquí. El signo en 3 expresa una incipiente debilidad
LA IRISDIAGNOSIS 75

cardíaca, por lo que se hace necesario activar la circulación


sanguínea y tonificar el músculo cardíaco. En 3, este mismo
oscurecimiento de la zona cardíaca indica debilidad muscular
del corazón, que provoca sensaciones de miedo y temor.
Una futura afección se expresa por los anillos de “pér­
dida de sustancia”, por los signos nítidos de poca consistencia
tisular que se observan especialmente en el corazón.

Caso 11
Ir is d erecho . — Según la zona este iris presenta tonalidades
más claras y más oscuras, esta variación debe atribuirse a la
deficiente circulación sanguínea de los órganos que correspon­
den a las zonas más claras.
Una desigual irrigación sanguínea, se expresa por la dis­
tinta coloración del iris en ambos ojos. La acumulación de
sustancias tóxicas se observan en el color oscuro. Las perturba­
ciones circulatorias y la propensión a espasmos circulatorios
se indican por los círculos claros.

Fig. 33

Ir is izquierdo. — Aquí se expresan los mismos signos de


irrigación insuficiente. La mala calidad de la sangre se expre­
sa por el anillo claro que aparece en la zona sanguínea.
El enfermo, al ejecutar movimientos bruscos o gimnásti­
cos hace que en la zona cardíaca en 3 se produzca gran pér­
dida de sustancia o por lo menos gran debilitamiento.
7Ó PROF. AI . E X HAENDEL

Los dos signos oscuros en 3, que provienen de !a zona


intestinal indican alteraciones cardiacas.

Caso 12
Ir is de re ch o . — En ambos ojos hay signos de insuficiente
aprovisionamiento sanguíneo y de debilidad cardíaca. La re­
gión cardíaca muestra perturbaciones que se manifiestan por
palpitaciones con el esfuerzo o excitaciones emocionales.
La zona gástrica c intestinal muestra una tonalidad más
clara, más profunda c infundibiliforme, en ambos ojos. Por
insuficiente aprovisionamiento sanguíneo indican gran debi­
lidad gástrica e intestinal.

Ir is izquierdo. — La impresión que se recibe al observar


este iris, es la de trastornos grandulares, cuya susceptibilidad
no está localizada en una zona orgánica particular, sino que
incluye a todos los órganos.
En resumen se observan en este iris debilidad tisuiar y
muscular con la consiguiente debilidad del corazón.

Caso 13
Ir is derecho. — Pequeños puntos negros ponen en eviden­
cia las zonas de debilidad. El tejido está debilitado y tiene
mala circulación sanguínea. El debilitamiento está indicado
LA IRIS DIAGNOSIS 77

por anillos claros y Ja aclaración total en 2 a 6. Esta debilidad


es cnngéniia al corazón. Para este tipo constitucional dichos
anillos claros significan estancamientos circulatorios en la zona
muscular.

Las perturbaciones glandulares están indicadas por la par­


te externa del iris que está oscurecida íntegramente.
Ir is izquierdo. — Una desigual aclaración manifiesta en
este iris la deficiente irrigación sanguínea, siendo la región
más débil en la parte exterior del iris en 5 a 12. Sobresale
notablemente en 3 la zona cardíaca. Los trastornos funciona­
les en todas las glándulas los indica la parte exterior del iris
que aparece más oscura.
CAriT U LO V II

LA INTERPRETACIÓN IRIDOLÓGICA

Casos da afecciones en el sistema respiratorio

Por orden de importancia en la constitución orgánica y


en relación a la exposición ya hecha, sobre las afecciones de
la cabeza y el sistema cardíaco y circulatorio, consideramos
necesario exponer aquí las complicaciones patológicas concer­
nientes al sistema respiratorio.
Para ello, hemos elegido algunos casos probados y feha­
cientes en los cuales las manifestaciones iridológicas coinci­
dieron con los síntomas y otras manifestaciones de la enfer­
medad.
Por lo demás, en el estudio del irisdiagnóstico existen
pocas dudas cuando se presentan las manifestaciones de enfer­
medades pulmonares, por ejemplo. Entre ellas, la tuberculosis,
a la que es posible distinguir, como se verá en los ejemplos ci­
tados, a simple vista.
Pero sólo el estudio y la capacitación facultarán a un
entendido a formular conclusiones sobre cualquier tipo de
manifestación patológica en el iris.

Caso 14
Ir is derecho. — Debilidad constitucional es el signo de este
iris. Los pulmones se encuentran especialmente afectados. Los
signos de debilidad pulmonar de 9 a 10 se observan en la
parte inferior del iris. Estos signos tenían al principio colo-
LA IRISDIAGNOSIS 79

ración azul oscura. La repetición periódica del proceso gripal


es indicada por zonas claras en el borde del iris. La enferme­
dad de los ganglios cervicales y la sensibilización de Ja laringe
al frío es indicada en 3 por los signos oscuros.

Fig. N* 36

Ir is izquierdo. — En este iris el signo pulmonar es más


evidente que en el derecho, los puntos oscuros indicadores del
proceso pulmonar que certifican que las lesiones se han cerra­
do, se pueden ver haciendo un examen prolijo. De 2 a 3 se
destaca la señal de debilidad pulmonar que expresa una segu­
ra predisposición a la tuberculosis. En consecuencia, llegamos
a la conclusión de que una enfermedad tan grave como la
tuberculosis se la puede seguir en las zonas del iris.

Caso 15
Ir is derecho. — Los signos ovalados y alargados que sobre­
salen en ambos ojos nos permiten suponer una debilidad mus­
cular y tisular progresiva con una natural predisposición a
la tuberculosis.
Los grandes signos son notables, el traqueal en 3 y pul­
monar de 9 a 10.
Ir is izquierdo. — Al observar este iris podemos ver delga­
dos signos de color amarillo claro, agrupados en capas que
expresan la afección pulmonar. El irisdiagnóstico nos permite
80 P R O F. ALEX HAENDEL

asegurar la existencia de una debilidad progresiva en la región


pulmonar ya que en la zona 9 -10 se ven signos que indican
el síndrome doloroso de dicha región.

Kn comee tienda, el iris izquierdo posee las mismas carac­


terísticas que el derecho ya (pie acusa un posible grado de tu­
berculosis.

Caso 16
Ir is derecho. — Las lineas blancas que indican el síndrome
doloroso de la región pulmonar se pueden observar fácilmente
en la zona 9- 10 del iris. En el borde del iris los procesos gri-

Fig. N9 38
LA I RIS D I A G N O S I S 81

pales repetidos son percibidos por puntos claros que indican


también debilidad bronquial.
En el tipo Eupatorio se incluye a los enfermos con pre­
disposición a afecciones catarrales de la mucosa nasal y farín­
gea y a la debilidad general.
Ir is izq u ie rd o . — Todas las regiones orgánicas presentan
un aspecto similar en este iris. En el iris izquierdo es fácil
distinguir una capa amarillenta que se extiende por todos
los órganos, impidiendo que los signos respectivos se observen
con nitidez mientras que en el iris derecho cada zona resalta
individualmente con distintos caracteres.
La zona pulmonar se presenta oscurecida, en 3, con pers­
pectivas de una conglutinación mayor.

Caso 17
Iris derecho. — Si nos detenemos a observar esLc iris ad­
vertiremos que sus signos expresan la influencia hereditaria
de la afección pulmonar.

Dos oscurecimientos se observan en la zona 3, traquea],


en la zona pulmonar, 9 a 10 se distinguen pequeñas zonas de
debilidad. En el medio del iris y en otros sectores se destacan
muy bien los signos grandes, ovalados, oscuros que indican
debilidad general.
82 PROF. ALEX HAENDEL

Ir is izquierdo. — La enfermedad puesta de manifiesto en


estado latente en el iris derecho ha adquirido en este iris una
configuración propia. Desde el punto de vista iridológico y
clínico la sintomatología es clara. La alteración funcional de
los pulmones se advierte en 3 por 3 signos característicos.
Aquí los signos ovalados aparecen algo más diferentes que
los anteriores, y expresan síntomas mucho más agudos. En re­
sumen tenemos un cuadro típico de tuberculosis pulmonar.

Caso 18
Ir is derecho. — Los signos característicos al área pulmonar
indican que dicha zona presenta alteraciones diversas. Un pul­
món débil y posiblemente afectado es dable advertir por la
mala contextura torácica.

Superficiales, algo alargados y oscuros son los signos en


9, los pequeños oscurecimientos indican catarros pulmonares
incompletamente curados. Estos mismos signos se repiten en
3 en el sector simétrico, e indican alteraciones traqueales, con
trastornos catarrales crónicos.
Ir is izquierdo. — También aquí en la zona 9, los puntos
oscuros indican alteraciones pulmonares. En 3 el signo alar­
gado y ovalado en gran tamaño indican insuficiencia valvular
LA IRISDI AGNOSIS 83

que por su posición da lugar a verdaderos signos de síntomas


asmáticos.
En resumen se advierte una debilidad general como con­
secuencia de procesos catarrales mal curados. Propensión a
accesos asmáticos.

Caso 19
Ir is derecho. — Los trastornos pulmonares que acompa­
ñan al síndrome doloroso dan la sospecha de alteración pul­
monar grave. Por el dibujo 9 a 10 se observa que esos signos
desaparecen tan rápidamente como cuando se evidencian. La
buena irrigación sanguínea es indicada en esta zona por el
borde del iris que aparece muy oscurecido.
Este iris expresa simultáneamente predisposición a los
procesos inflamatorios e irregular aporte sanguíneo.

Ir is izquierdo. — Presenta las mismas características evi­


denciadas en el iris derecho.
En la zona 9 sobresalen y se pueden observar fácilmente
los signos oscuros de alteración pulmonar. En 3, los numerosos
signos de debilidad indican ía alteración funcional del área
pulmonar y la debilidad del aparato respiratorio.
81 P R O F. AI.EX II A E N D É L

Caso 20
Ir is d e re ch o . — La pupila excesivamente dilatada y el iris
muy flojo expresan el proceso patológico que prevalece en el
lado derecho. La propensión a la inflamación de las amígda­
las se indica por el agrupamiento de los signos en 3.
Los signos de este iris revelan que la región más sensible
del cuerpo está radicada en la zona bronquial, existiendo
gran susceptibilidad para los resfríos.

Ir is iz q u ie rd o . — En este iris la pupila no acusa dilatación,


sino tamaño normal.
Los signos que se extienden hasta el borde del iris acusan
el debilitamiento de los órganos correspondientes. Se obser­
van nuevamente los grandes divertículos o senos que dan a este
iris un aspecto laxo y expresan una gran debilidad general.
En resumen, los signos de este iris acusan una gran de­
bilidad general. Alteración muscular y tisular. Propensión a
la tuberculosis.

Caso 20 (a)
Ir is de re ch o .
— En la zona pulmonar, además de la per­
turbación general de la nutrición, la aclaración del sector in­
ferior y el anillo interno indican que las zonas bronquiales
se hallan intensamente alteradas.
LA IR 1S D I AGNOSIS 85

La participación de las amígdalas y faringe en el proceso


patológico se indica por los signos oscuros en 2 a 3.
Los signos correspondientes al sistema respiratorio indi­
can, en resumen, una creciente debilidad en esta zona.
Ir is izq u ie rd o . — La impresión general recibida en el iris
derecho se ratifica en el izquierdo.
La observación detenida de la zona tonícica de 8 a 9
indica claramente una alteración pulmonar con formación
de cavernas; por los bordes con signos mucosos que se ven
en esta zona se puede deducir que existe también una insu­
ficiente excreción.
La debilidad general, con la consecuente agravación cor­
poral se indica por las líneas radiales de color blanco, espe­
cialmente de 8 a 11.
C a p ít u l o V l l l

LA IRISCOPÍA Y LAS ENFERMEDADES DEL


SISTEMA DIGESTIVO

Análisis retrospectivo

En los capítulos precedentes hemos venido estudiando im­


portantes aspectos del irisdiagnóstico en relación a partes fun­
damentales del cuerpo humano. Hoy habremos de hablar de
las enfermedades del sistema digestivo.
Al respecto diremos que la Medicina Naturista considera
que muchísimas de las dolencias y enfermedades que afectan
al género humano se originan, precisamente, en el sistema
digestivo. Es allí, en el estómago, en los intestinos, en las
glándulas dependientes del sistema, como el hígado, el pán­
creas y el bazo, donde se halla el horno o foco de donde salen
todas las enfermedades, incluso aquéllas al parecer menos vin­
culadas a dicho sistema, como pueden ser las afecciones res­
piratorias o las cardíacas. Sin embargo, la experiencia médica
ha demostrado que existe una muy estrecha relación del sis­
tema digestivo con todas las otras funciones orgánicas.
De ahí la importancia que le asignamos a este estudio,
que rogamos a nuestros lectores practiquen con detención, en
vista de las confusiones y errores a que pueden inducir falsas
apreciaciones.

Caso 21
Ir is derecho. — La trama en este iris aparece confusa, cu-
I. A IRIS DIAGNOSIS 87

bierta con lina capa grisácea. Éste es el cuadro característico


de personas de gran sensibilidad y propensión a las enferme­
dades.
Varios signos extraordinarios que indican relajación ab­
dominal, se observan en G en la parte inferior del iris. Ames
y después de G aparecen en la zona intestinal dos signos gran­
des y oscuros (toxinas) ; nuevos signos ovalados y oscuros se
observan en el sector exterior del iris de 9 a II.

Fig. N* 43

Ir is izquierdo. — La estructura del ¡lis puede reconocerse


bien desde la zona gástrica hasta la región sanguínea. Con
las zonas correspondientes a los demás órganos, idcmificables
en otros casos, pero que aquí faltan por completo, no ocurre
lo mismo.
La asimetría pupilar expresa los distintos grados de "agra­
vación” orgánica.
En resumen, los signos del iris acusan intensa debilidad
orgánica con posible tendencia al cáncer intestinal.

Caso 22
Ir is d e re cho . — En este iris sobresalen especialmente las
alteraciones de la región abdominal. La zona gástrica muestra
en parte una sombra clara, índice de hipei acidez. La zona
intestinal está nítidamente limitada por ángulos agudos, sig-
88 ]’ R U F. ALEX II A E N D E L

nif¡cando alteraciones funcionales del intestino por errores de


dicta.
Los pequeños signos ovalados de 7 a 8, cerca del limite
intestinal indican alteración del intestino y como consecuen­
cia, fuerte predisposición para la tuberculosis intestinal.

Fig. N9 44

Ir is izquierdo. —La perturbación del proceso nutritivo con


influencia decisiva en el funcionamiento orgánico se muestra
en la zona gastrointestinal.
Se destaca en este iris la región clara de la primera zona
intestinal que indica la insuficiente capacidad digestiva.
Es muy demostrativa la extraordinaria dilatación pupiíar
en relación directa con las perturbaciones orgánicas genera­
les.

Caso 23
Ir is derecho. — La avanzada edad de la enferma está en re­
lación con la aclaración que rodea simétricamente al iris en
su borde.
La alteración de la región gastrointestinal sobresale parti­
cularmente.
En 7, el signo oscuro puntiíorme que aparece en el lími­
te de la zona gástrica indica úlcera del pilero, que confirma
LA IKISDIAGNOSIS 89

la indagación clínica. La zona gastrointestinal, en la parle ex­


terna clel iris aparece agrandada, siendo el origen de esta anor­
malidad un nial régimen alimentario.

Ir is izquierdo. — En 6 la propensión a los procesos ulcero­


sos va acompañada en la zona intestinal, de un estancamiento
que en su progresivo desarrollo da origen a la úlcera. En el
momento clel examen este estancamiento se puede comprobar
como una zona sensible a la presión.
También en la zona gástrica antes de 9, los puntos oscu­
ros acusan formación tumoral, úlceras y probable cáncer. Por
fuera de la zona gastrointestinal se expresa esto último por un
punto muy oscuro.

Caso 24
Ir is derecho. — Las secuelas de una deficiente acción nu­
tricia de la sangre es revelada por este iris. No existen zonas
orgánicas que nn presenten decoloraciones en mayor o menor
grado.
1.a zona gastrointestinal se encuentra especialmente alte­
rada, y es el punto inicial de! proceso patológico general.
El sector inferior del iris se encuentra muy decolorado e
indudablemente tiene relación con alteraciones intestinales,
aunque el aspecto borroso de este cuadro no permite la con­
firmación de esta premisa.
90 PROF. AL EX H A E N [> K L

En este iris los signos de la zona abdo-


Ir i s izquierdo. —
ininnl expresan el cuadro general de inflación orgánica, con
menos nitidez que en el lado derecho, lo que indica que la
afección es más intensa en el lado derecho.

Fig. N* 4G

La zona gastrointestinal aparece como una sombra oscura


alrededor de la pupila y de la cual parten rayos extraordina­
riamente delgados. En este iris se observa propensión a las
ulceraciones o ncoplasias de carácter maligno.

Caso 25
Ir is derecho. — La deficiente nutrición de los órganos ab­
dominales se expresa por los signos localizados por una parte
de la zona gastrointestinal y vesical.
En 7, la zona hepática indica debilitamiento de la resis­
tencia del hígado.
Los signos de 5 a 9, muy cerca de la frontera intestinal,
indican que la zona abdominal se halla debilitada y especial­
mente los órganos de la región intestinal inferior. Pequeños
puntos oscuros y agrupados ponen en evidencia las zonas de
debilidad.
Ir is izquierdo. — El oscurecimiento de la zona rorrespon-
LA IRISDIAGNOSIS 91

diente destaca la deficiente nutrición gástrica, que se continúa


con poca variación en la zona intestinal.

El signo alargado que se observa en 8, aproximadamente,


significa perturbaciones vesicales.
En 4 merece hacer mención especial, los dibujos oscuros
de la zona del bazo.

Caso 26
Ir is derecho. — En G en el sector situado a la derecha es
visible la disminución de la función hepática. El gran oscure­

cimiento de esta zona pone en relación al hígado con la enfer­


medad general. La zona gástrica aparece algo más oscura.
02 PROF. AI. EX H A E N D E 1.

expresando únicamente alteraciones funcionales. Líneas claras


que se van tornando oscuras se ven en la zona intestinal; su
significado es de alteraciones orgánicas y también funcionales.
En 8, la nube oscura mayor indica congestión hepática.
Los signos claros del bazo, un poco delan­
Ir is izquierdo. —
te de 5, indican fenómenos inflamatorios producidos por sus­
tancias residuales de la nutrición acumuladas anormalmente.
En 6 en el sector medio y algo hacia 7, se pueden advertir
fácilmente, dos puntos oscuros que indican depósitos de sustan­
cias tóxicas en los organismos correspondientes a esa área.
El iris muestra una gama de colores que va desde el azul
original al marrón oscuro.

Caso 27
Ir is d e re cho . — El factor causal de los principales signos de
agravación es la hipofunción glandular. Especialmente el 5?

Fig. N? 49

círculo de la 3? gran región aparece atravesado por signos que


indican disminución de su respectiva capacidad de resistencia.
Los puntos oscuros casi negros en las zonas gástricas e in­
testinal indican acumulación de toxinas y predisposición here­
ditaria al cáncer. El oscurecimiento indica en 8, trastornos
funcionales del hígado,
L A I R I S I) I A G N O S I S 93

Ir is izquierdo. — Zonas claras y oscuras tic agravación, son


reveladas por el iris izquierdo, como en el derecho.
De 4 a 5, los signos oscuros de alteraciones funcionales
del bazo indican predisposición a las enfermedades febriles.
En resumen podemos advenir en ambos ojos, que la zona
gastrointestinal muestra signos de debilitamiento que se dis­
tribuyen por toda la primera gran región.

Caso 28
Ir is derecho. —La primera gran región en forma de cráter,
rodeando como un anillo externo a la zona intestinal da el
sello característico al iris.
La responsable del proceso patológico que sufre el enfer­
mo es la zona gastrointestinal. Están interesadas las funciones
de todos los ganglios en general, por lo que puede decirse que
el cuadro es de proceso ganglionar.

Fig. 50

Ir is izquierdo. —Al observar detenidamente los signos que


presenta este iris podemos observar que los síntomas son más
característicos que en el lado derecho, especialmente marcados
en la zona gastrointestinal.
En 4-5 es posible advertir alteraciones de la función del
bazo como participación de este órgano en el proceso progre­
sivo ganglionar.
94 P R O F. AI.EX H A F . N l> F. L

Como pronóstico puede expresarse que este organismo su­


cumbirá ante cualquier infección por leve que sea.

Caso 29
Ir is d e re cho .
— Los signos de inflamación, cuyo punto
inicial se hallan en la zona intestinal, son representados por
líneas blanquecinas, más o menos claras, dispuestas en forma
de hacecillos o manojos, que se distribuyen en todas las zonas
orgánicas alrededor del iris. Existe un sector claro especial,
comprendido entre 10 y 4, que indica que todos los órganos
comprendidos en él están afectados.

Ir is iz q u ie rd o . — Se observa una mancha grande, ador


marrón, que llega hasta el borde del iris y que es la erupción
de toxinas durante un proceso gástrico, cuya duración se pro­
longó excesivamente. El esófago en 9 acusa lesiones debidas a
la descuidada ingestión de alimentos. En 7, podemos observar
la hipotonía de la musculatura del intestino recto y trastornos
de la glándula prostática.
Las líneas agudas y bien marcadas que limitan la zona
intestinal significan trastornos graves de la fundón intestinal
acompañados de doíores abdominales, a veces muy violentos.
C a pít u l o IX

LA DISFUNCIÓN GENÉSICA, RENAL Y


URETRAL EN RELACIÓN AL
IRISDIAGNÓSTICO

La manifestación de los sexos en el Iris

Como ya hemos visto en los primeros capítulos, particular­


mente el III, al tratar ele los mapas, las partes genésicas del
género humano se hallan reflejadas, con apreciable nitidez, en
ciertos sectores del iris. O sea, en la mitad inferior interna de
ambos iris.
De ahí que sea posible determinar, con alguna justeza,
cuando existen manifestaciones patológicas en dichos órganos
o los órganos subsidiarios (como la matriz y los ovarios en la
mujer, por ejemplo).
Sin embargo, debe tenerse cuidado al determinar los sig­
nos y el lugar que ocupan, en relación no sólo a las zonas, sino
a los círculos. Esto es importante.
Los tres primeros casos que ofrecemos, tienen que ver con
la parte genésica.
Los cuatro siguientes con la función renal. Y los cincos
restantes con la función uretral.
Debe tomarse nota de ello, para no confundir las conclu­
siones.

Caso 30
Ir is derecho. — En G existe un gran signo de debilidad
96 P R O r. A I. K X IIA I-N I) F. L

que comprende al ihero extendiéndose hasta los ovarios. En 5,


aproximadamente, es posible advertir la inflamación del útero
y desviación del mismo. En 7, afección del ovario, predisposi­
ción al desarrollo de tumores y quistes.
AI observar los signos que indican el área del sistema pro­
creador podemos advertir debilidad en los órganos sexuales.

Ir is izquierdo. — En este iris es fácil apreciar las alteracio­


nes oválicas de 7 a 8. El cuadro que se nos presenta es similar
al del iris derecho aunque en éste los trastornos suelen ser más
agudos. Existe una gran predisposición hacia la ovaritis, que
se percibe por un punto oscuro vecino a la zona corres­
pondiente.
De un trastorno nervioso se han desarrollado en la enfer­
ma estas alteraciones orgánicas que obligan a recomendarle
reposo físico y mental.

Caso 31
Ir is derecho. — El anillo marrón que se observa alrededor
de la pupila es el índice de la causa de lodos los trastornos.
Las finas irradiaciones hacia la zona abdominal, ovario
derecho 7, útero y vagina 5-6, indican trastornos funcionales
de los órganos respectivos, que no solamente son causa de reac­
ciones psíquicas, sino también de desequilibrio hormonal.
LA IR1SD1 A G N O S I S 07

En 7, aproximadamente hacia el borde externo, el ovario se


revela aumentado de volumen, y en 5, desplazamiento y agran-
damicnto uterino.

Fig. N9 53

Ir is iz q u ie r d o . — En este iris aparecen los mismos signos


que en el anteriormente descrito. F.l iris diagnóstico es un exce­
lente índice para determinar el buen funcionamiento de cada
sector del organismo y por ello podemos apreciar los trastor­
nos correspondientes a la zona de los ovarios sin mucha difi­
cultad; seguros de no fallar en nuestras apreciaciones.

Caso 32
Ir is derecho. — En el iris de color marrón la asimetría
pupilar juntamente con los anillos convulsivos y las líneas ra­
diales transversales, señalan en principio un tipo constitucio­
nal desfavorable.
De 5 a G el ¡risdiagnóstico nos señala que el punto oscuro
indica insuficiente irrigación sanguínea de los órganos sexuales,
mientras que en 7 el oscurecimiento vecino al gran signo hlan-
co indica afección oválica.
— i.a impresión general de este iris es acti­
Ir is izquierdo.
vidad disminuida y atonía o laxitud nerviosa. La parte inferior
del cuerpo es la más aledada, como se puede observar por la
nitidez de los signos en la parle inferior del ilis.
98 P R O F. ALE X M A K N 1) K L

Los trastornos ováricos se indican por los diversos grados


de claridad del iris que son perfectamente distinguibles y que
expresan la insuficiente irrigación sanguínea.

Caso 33
Ir is derecho. — I.os signos de infJamarión son expuestos
por las líneas blanquecinas, más o menos claras, dispuestas en
forma de hacecillos o manojos, distribuidos en todas las zonas

Fig. 55

orgánicas alrededor del iris. Su punto inicial se halla en la zona


intestinal. Entre 10 y 4 existe un claro especial que señala que
todos los órganos comprendidos en él están afectados.
LA IR1SD1ACX05IS 9D

La inhibición del pensamiento puede durar hasta un mi­


nuto en este tipo de enfermos. En la región dorsal y renal G,
que se irradian hacia la vejiga 4-5 aparecen violentos dolores
cuando el enfermo vuelve en sí. Los dolores desaparecen si este
estado coincide con el deseo de orinar.
Ir is iz q u ie rd o .
— En la zona renal en 6, aparecen signos
muy nítidos. Éstos nos muestran después de una leve observa­
ción, que en 6 el signo extraordinariamente grande y ancho
indica inflamación crónica con aumento de tamaño deí riñón.
Esta inflamación crónica trae aparejada el aumento del
volumen renal.

Caso 34
Ir is derecho. — La intensa alteración orgánica y funcional
del riñón se indica en G, por el signo renal, muy oscuro.
Tras una pequeña observación, es posible advertir que hay
lesión de parénquina con disminución de la secreción de orina.
También es posible apreciar en G, en la parte media del
iris, una inflamación renal crónica con edema.

Los oscurecimientos en 6, al lado del signo renal indican


perturbaciones de glándulas de secreción interna.
Ir is izquierdo. — Las manifestaciones de disnea y perturba-
100 P R O F. AI . E X II A E N D E L

clones de 1;k excreción urinaria se observan en 6, en forma de


mancha alargada y oscura. En el iris en 8, un gran signo ova­
lado indica que la vejiga estrechamente vinculada a la activi­
dad renal tiene extraordinaria propensión a sufrir inflamacio­
nes y es índice de debilidad.
En G el signo alargado y oscuro situado un poco más exter­
namente expresa la alteración de las cápsulas suprarrenales
asociada a perturbaciones de las glándulas de secreción interna.

Oaso 3a

Ir is derecho. — Los signos de este iris indican que la ulte­


rior lesión de los pulmones ha sido originada por la disminu­
ción de la función renal. En 6, en la parte inferior del iris se
observa el gran signo renal. AI principio del tratamiento se
podía advertir que estos signos tenían coloración azul oscura.
En el sector medio del iris, en G, la inflamación crónica del
riñón con perturbaciones funcionales de las cápsulas suprarre­
nales se indica por el signo oscuro interno.

Fig. N? 57

Ir is izquierdo. — De nuevo se destaca en 6 el signo de alte­


ración renal. El gran signo ovalado y ancho del riñón en C>,
además de los demás signos descritos en el iris derecho, llaman
la atención.
La impresión total de este iris, es la de un enfermo predis-
LA IRISOIAGNOSIS 101

puesto a la debilidad general, pero cuya susceptibilidad no está


localizada en una zona orgánica particular, sino que incluye
a todos los órganos, y especialmente al riñón.

Caso 36
Ir is derecho. — Las alteraciones de la zona renal tienen
influencia en la aparición de dolores. La zona renal aparece
en el iris funcionalmente debilitada.
El gran signo de debilidad renal en 6, se indica por un
conglomerado de partes blancogrisáceas.
Las aclaraciones que rodean simétricamente al iris en su
borde están en relación con la avanzada edad de la enferma.
Luego de este ligero pero profundo irisdiagnóstico nos
permitimos manifestar que la zona renal presenta alteraciones
profundas que causan muchos de los otros trastornos.
Ir is izquierdo. — También aquí en la zona renal en G,
aparecen grandes trastornos que acusan la debilidad existente
en el riñón.
En ambos ojos la zona renal tiene una tonalidad blanco-
grisácea que acusan la poca fortaleza de la región renal y el
posible edema renal.

Caso 37
Iris derecho. — La mancha clara cerca de 5 denota las afee-
102 PROF. ALEX HAENDEL

ciones de las vías urinarias y el signo de éxtasis e inflamación


de la vejiga y uretra, lo encontramos fuertemente dibujado, en
esta zona. En G, el linón derecho aunque menos pronunciado,
se hace visible.
La irritación periódica del ciego no se debe descuidar,
aunque no tiene relación con las afecciones mencionadas más
arriba, que la actividad de los ganglios linfáticos se halla per­
turbada se indica por la irritación periódica del ciego.

Fig. 59

Ir is izquierdo. — El aspecto similar que presentan casi


todas las regiones orgánicas es característico en este iris. Mien­
tras que en el iris izquierdo se observa una capa amarillenta,
que se extiende por todos los órganos e impide que los signos
respectivos se observen con nitidez, en el iris derecho cada
zona individualmente resalta con caracteres distintos.
A la izquierda y visible en G, el signo renal está bien mar­
cado. En la parte media del iris, en G, hacia el sector externo
del iris, se expresan trastornos de las cápsulas suprarrenales, y
hacia el sector medio, trastornos crónicos del riñón.

Caso 38
Ir is de re ch o . — Que la capacidad de excreción del riñón
y vejiga, ha disminuido provocando el éxtasis venoso con for­
mación de várices y en consecuencia, las úlceras varicosas en
LA 1R1SD1AGNOSIS 103

la pierna derecha, es evidenciada por los signos en 5 y en 6. Los


signos claros en G que rodean a la zona correspondiente y se
extienden hasta el borde del iris manifiestan la propensión a
esos trastornos circulatorios de las extremidades.
En 6, la alteración funcional de la zona renal se indica
por manchas oscuras en el sector medio del iris.

Ir is izquierdo.— Como se puede observar por la nitidez


de los signos en la parte inferior del iris la parte inferior del
cuerpo es la m;ís afectada.
El signo renal tiene forma ovalada muy notable y está
muy oscurecido.
En la parte media del iris, en 6, el signo pequeño y alar­
gado indica alteración crónica renal.

Caso 39
Ir is de re ch o . — Al observar detenidamente el iris derecho
los signos correspondientes a la zona renal en G, acusan una
gran predisposición hacia el edema renal.
En 6, el signo renal expresa la inflamación crónica del ri­
ñón que puede influir sobre la función de la vejiga como lo
indican los puntos oscuros.
Ir is izquierdo. — Este iris, muestra además del predomi­
nio de la zona sanguínea, ya observado en el iris derecho, en
forma bien definida el signo renal 6.
104 PROF. ALEX UAENDEL

Este iris expresa la impresión totai de un completa rela­


jamiento. Los tejidos son poco resistentes a la presión y blan­
dos. La presión ligera sobre la superficie cutánea, que es muy
sensible, deja señales que perduran durante días y aun
semanas.

El signo renal en f», en la parte media del iris es lo más


importante en este cuadro. Este signo expresa la inflamación
crónica del riñón y edema.
En resumen, el irisdiagnóstico señala en ambos iris una
enfermedad crónica renal con predisposición a edemas.
C a pít u l o X

LAS AFECCIONES REUMÁTICAS Y


NERVIOSAS

La Indoiogía y los Músculos y Nervios

Habíamos dicho, en el Capítulo III, que la /ona muscular


se halla limitada por el círculo 4.
No se han determinado con precisión las limitaciones del
sistema nervioso en los iris. Sin embargo, como la red nerviosa
se extiende a todo e! organismo, no cabe duda de que las afec­
ciones de tal tipo se manifiestan al mismo tiempo que la en­
fermedad en sí.
A pesar de lo cual, algunos reputados indólogos han seña­
lado con precisión las sensibles akerariones nerviosas. Los es­
tudios pertinentes los ofrecemos en los ejemplos que siguen.
El estudioso que quiera llegar a conclusiones semejantes,
debe presenciar un clima sintomatológico concordante. Vale
decir, no debe aventurarse a formular conclusiones sin antes
estar seguro de la alteración nerviosa del órgano afectado. Por
lo demás, el modo de interpretación que damos como ejemplo
servirá para orientar a quienes tengan dudas sobre el particular.
A dichos ejemplos remitimos, pues, a nuestros amigos
lectores.

Caso 40
Ir is derecho. — En la parte inferior de este iris se observa
la decoloración desde 5 a 9, interrumpida de 10 a 4, que tiene
lo r> PROF. A L E X HAE NDEL

relación con la avanzada edad del sujeto y con procesos inci­


pientes de calcificación local.
El área ancha y clara en el borde del iris es el llamado
“anillo de vejez/' y es un fenómeno propio de la edad.
En este iris es posible observar que la región sanguínea
desde II a fi presenta un sector blanquecino rodeando a la
zona intestinal.

Fig. N* 62

7m izquierdo. — A través de todo el iris se observa la in­


suficiencia circulatoria. De ahí la importancia del signo circu­
lar ijuc corre paralelo al borde de! iris y que indica el debili­
tamiento muscular por la deficiente circulación superficial.
En conclusión advertimos que los signos correspondientes
al área muscular indican debilidad general.
Este iris acusa los mismos signos del iris derecho; es decir
debilidad total de los tejidos.

Caso 41
Ir is derecho. ~ La disminución de la capacidad de resis­
tencia de los tejidos, es provocada por el aporte alimentario de
escaso valor nutritivo; especialmente en las mucosas que se
hallan afectadas en su totalidad, como lo demuestran los círcu­
los claros que encontramos sin interrupción d e l a 5 y d e 6 a ! 1 .
Las manchas claras indican también acumulación de sus-
LA IRISDIACNOSIS 107

rancias tóxicas, sobre todo ácido úrico, que determina la pre­


disposición a sufrimientos reumáticos.
En el iris de 7 a 8 los pumos más grandes y oscuros indi­
can tendencia a la formación neoplásica.

Iris izquierdo. — En el iris izquierdo aparecen los mismos


signos que en el iris derecho.
En la parte inferior del iris, correspondiente a la zona
del bazo, en 5, se observa un oscurecimiento especial que reve­
la la hiperactividad de dicho órgano por mayor requerimiento.
En el iris se expresa el perjuicio ocasionado por este exceso de
trabajo como un debilitamiento del bazo.
Mediante el irisdiagnóstico advertimos en el iris izquierdo
evidentes signos de debilidad muscular y tisular.

Caso 42
Ir is derecho. — Nuevamente sobresalen en ambos ojos los
signos ovalados y alargados que indican debilidad muscular.
También es posible observar que los signos blancos indi­
can acumulación de ácido úrico y predisposición a trastornos
reumáticos.
La inflamación reumática renal acompañada de violentos
dolores se marra por las líneas finas y blancas en zigzag.
ir is izquierdo. — El significado general es idéntico al ante-
] 08 P R O F. AL EX I1AENDEL

lior. Los sufrimientos reumáticos son indicados por signos


blancos y aguzados. Estos dolores son, por lo general, de apa­
rición brusca y violenta.

Tales accesos de tipo reumático son periódicos y hacen su­


frir al enfermo dolores de larga duración. La existencia de
dicho proceso se indica por el irisdiagnósiico.
En resumen, advertimos debilidad general con propensión
a los enfriamientos reumáticos.

Caso 43
Ir is derecho. — Se observan en este iris signos de carácter

singular y muy marcados que indican preferentemente infla­


mación de los nervios.
LA 1R1SDIACNOS1S 109

La sorprendente decoloración de 12 a 3, casi de color blan­


co, indica sedimentos y sufrimientos reumáticos.
En este iris se comprueba, también, que los signos ovala­
dos extendidos en la parte media del iris de 2 I ¡2 a 4, indican
debilidad muscular.
Ir is izquierdo. — En este iris es característico el aspecto
similar que presentan casi todas las regiones orgánicas. Mien­
tras que en el iris derecho es posible observar cada zona indi­
vidualmente con caracteres distintos, en el izquierdo se obser­
va una capa amarillenta, que se extiende por todos los órganos
no permitiendo que los signos respectivos se observen con
nitidez.
El signo ovalado, aproximadamente en 1, indica cefaleas
por debilidad hereditaria de los nervios craneales.

Caso 44
Ir is derecho. — Puede hacerse un excelente pronóstico con
la observación de ambos cuadros iridológicos.
Por los círculos claros que atraviesan el iris es posible ob­

servar la pérdida de elasticidad de los tejidos. Los tejidos débi­


les se localizan en los puntos donde estos círculos claros más se
aproximan.
Las lincas oscuras indican debilidad muscular con falla de
los nervios sensoriales, apatía.
no P R O !■. A LE X HAENDEL

Ir is izquierdo. — En este iris se presentan signos similares


e idénticas agravaciones.
I-os anillos t!e pérdida de sustancia indican con adelanto
una futura afección, por los signos de pérdida de la consisten­
cia risular que se observan.
En resumen, advertimos hiperexcitabilidad nerviosa por
anómala circulación sanguínea, y debilidad tisular general.
En.ambos ojos, los anillos blancos que caracterizan el tipo
constitucional indican perturbaciones nerviosas.

Caso 45
Ir is derecho. — Una continua y fatigosa expectoración
provoca la irritación nerviosa que es la causante ele que el sis­
tema nervioso se encuentre debilitado. En 3, las finas líneas
nerviosas indican la hiperexcitación nerviosa y la exagerada sen­
sibilidad de los tejidos.
Aquí el iris derecho aparece más claro y nítido que el iz­
quierdo, significando que en la mitad izquierda del cuerpo, los
órganos se hallan más enfermos con una mayor relajación
total. Los nervios también, han perdido su elasticidad (iris
desiguales) .

Ir is izquierdo. — En este iris el nítido dibujo que se obser­


va en el iris derecho, se ha transformado en una trama difusa
LA 1RISDI AGNOSIS tli

de color gris. El color azul natural cíe este iris solamente se re­
vela como tal en la zona 9-10, tomando por contraste una to­
nalidad más oscura que no índica por ello enfermedad orgá­
nica. La pupila derecha se halla menos contraída que la izquier­
da. Existe asimetría pupilar.
Como consecuencia de la acumulación de las sustancias
tóxicas que se manifiestan por relajamiento general, aquí apa­
recen los tejidos, músculos y nervios muy alterados en su
función.

Caso 46
Ir is derecho. — Graves alteraciones nerviosas son fáciles
de presumir por la gran asimetría pupilar. La pupila izquierda
se encuentra contraída mientras que la pupila derecha se halla
muy dilatada.
La asimetría pupilar juntamente con los anillos convulsi­
vos y las lincas radiales transversales, en el iris de color marrón,
señala en principio un tipo constitucional desfavorable. Existe
gran predisposición a las alteraciones graves nerviosas de apa­
rición brusca.

Ir is izquierdo. — Este iris muestra actividad disminuida y


atonía o laxitud nerviosa, ésa es la impresión general que se
recibe por el ¡risdiagnóstico. La pane más afectada es la in-
112 PROF. A L F. X IÍAF.NDEL

fcrinr del cuerpo, romo se puede observar por la nitidez de los


signos un la parte inferior del iris.
En lineas claras y finas que se extienden paralelas en $,
junto a zonas oscuras basta el borde del iris indican perturba­
ciones cardiacas de origen nervioso en su mayor parte.
Estas perturbaciones están inarcadas en 3, por el arco
oscuro.

Caso 47
Ir is derecho. — El sector superior del iris aparece muy
oscurecido indicando anemia cerebral. Esto, sin duda alguna,
da lugar a graves alteraciones nerviosas que son confirmadas
en el iris por anillos convulsivos.
Este iris acusa una deficiente acción nutricia de la sangre
que, sin duda, ocasiona trastornos nerviosos de importancia.

Iris iz q u ie rd o . — Los signos de debilidad muscular y tisular


aparecen en ambos iris, representados por los anillos claros en
la última gran región que presenta características especiales.
Además de las observaciones descritas para el iris derecho,
se agregan en el iris izquierdo los pequeños signos cardíacos
ocasionados por trastornos nerviosos.
Después de haber observado detenidamente los signos co-
LA IRISDIACNOSIS 113

respondientes a las zonas nerviosas vemos que las graves alte­


raciones nerviosas que allí se presentan son ocasionadas por
acumulación de toxinas.

Caso 48
Iris d e re cho . — Los trastornos nerviosos son indicados en
ambos iris por la dilatación pupilar. En este iris se destacan
sectores más oscuros, sobre el uniforme color castaño, especial­
mente localizados en la zona gástrica e intestinal. Los signos
circulares que caracterizan en los ojos de color marrón el tipo
constitucional señalan la alteración general de la circulación
en lodo el organismo.
Los signos alargados, oscuros y pequeños que aparecen en
la zona intestinal indican alteraciones nerviosas.
La alteración tisular, por deficiente nutrición, se indica
por los anillos claros del sector inferior del iris.

Ir is izquierdo, — Este iris no ofrece signos muy especiales


y podría decirse que si este sujeto llevara una vida normal se
podrían eliminar todos los padecimientos que son de origen
nervioso.
En resumen, vemos trastornos nerviosos generales que cau­
san muchos otros estados patológicos.
114 PROF. AL E £ HAENDEL

Caso 49
Ir is derecho. — Un buen estado de salud es el que acusa
la densidad normal de este iris. Sin embargo, la asimetría pu«
pilar indica, también, trastornos nerviosos graves, confirmados
por las líneas finas radiales que se observan en ambos ojos.
Estas líneas acusan los diferentes grados de dolores nerviosos.
La propensión a trastornos nerviosos está bien marcada
en este iris por lo que se puede afirmar que las otras posibles
enfermedades serán ocasionadas por debilidades nerviosas.

Ir is iz q u ie rd o . — En la zona del cuello, de 9 a 10, se obser­


va una gran alteración, especialmente de los ganglios cervicales.
En el sistema linfático existen signos de debilidad más
marcados que indican susceptibilidad a las alteraciones.
La alteración de los ganglios cervicales se indica por signos
pequeños y oscuros que revelan total alteración funcional de
las glándulas internas.
En resumen, se advierte que los trastornos nerviosos son
generales.
CONCLUSIONES

Ha llegado a su término nuestra obra.


Creemos haber realizado una labor no sólo electiva, sino
completa en el sentido de* la aplicación práctica de las
enseñanzas.
Como lo liemos dicho anteriormente, cada lector es ahora
responsable de la aplicación que pueda dar a la enseñanza ad­
quirida. La resolución de ello la dejamos a su conciencia de
persona de bien. No está de más repetir aquí que, quien lo
haga en beneficio de la humanidad, con el estricto deseo de
hacer el bien por el bien mismo, verá facilitada y aun orientada
su labor con diagnósticos exactos. Las fuerzas imponderables que
vigilan la conducta humana entran en juego en estos casos. Así
lo reconoce y lo admite la Medicina Naturista.
Adquirir un conocimiento para aplicarlo a la explotación
y el comercio, es un acto vil y punible, no sólo ante las leyes
humanas, sino ante las otras, que sólo los ciegos y los vanidosos
se atreven a negar.
La indoiogía es aplicable en los casos personales, cuando
el estudioso es un particular cualquiera que desea tratarse y
aun lograr su curación por los medios naUiri¿vLas. En el sentido
de aplicación general, sólo los médicos —particularmente los
médicos naturistas— son los únicos que pueden explotar tal
conocimiento.
Cualquier otro sentido que se quiera dar a esto carecerá
de veracidad y honradez. Por lo tanto, quien lo haga se conver­
tirá en culpable, ante todas Jas leyes y deberá atenerse a las
consecuencias de su culpabilidad consciente. Pues la adverten­
cia ha sido bastante explícita.
116 P R O F. AL E X HAENDEI,

Unas palabras anees de concluir.


En la colección de obras y temas científicos, en relación a
la Medicina Naturista que publica esta editorial, encontrarán
nuestros lectores la guía complementaria res|>ccto al mal o la
dolencia específicos en los cuales se hallen interesados. Quie­
nes nos hayan seguido hasta aquí, adquiriendo los conocimien­
tos necesarios de irisdiagnóstico, deben ahora conocer los detalles
íntimos de la enfermedad que los aqueja.
Y deben hacerlo por dos razones. En primer término, por­
que así conocerán más dicha enfermedad. Y luego, porque apli­
cando el método naturista en el tratamiento, no harán sino
seguir las interpretaciones y las sugestiones de la indoiogía en
relación a esa misma dolencia.
Con lo cual se habrá completado el círculo y se hará po
sible el tratamiento y la eventual curación de toda enfermedad,
por difícil o crónica que parezca.
En este sentido, la Medicina Naturista ha obrado ma­
ravillas.
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