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Carla Araneda Ulloa

Orientadora Educacional, Vocacional y Laboral

EL CAMINAR JUNTO A OTROS…

Introducirnos en la idea de camino y en lo que para el hombre y para los pueblos,


significa caminar. Queremos hacer memoria de nuestro caminar de todos los días para
descubrir la presencia de quién nos acompaña.

IMAGINERIA

1. ¿Qué nos parece que un camino puede simbolizar?


2. Hacer silencio, y en forma personal, recordar un camino que
habitualmente recorre cada uno (puede ser el que se camina al volver a
casa desde el colegio, el de la cancha, el gimnasio, el entrenamiento
etc.) o algún camino en común que hayan hecho, como alguna
peregrinación, caminata, marcha, viaje.
3. Se sugiere que vayan recorriendo las imágenes que se ven en ese
camino, teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

¿Qué cosas te llaman la atención?.


¿Qué olores te vienen a la memoria?
¿A quiénes ves, con quiénes hablas?
¿Qué ruidos son los más frecuentes?
¿Quiénes te acompañan en ese caminar?
¿Qué preocupaciones te han aparecido?

Mi EXPERIENCIA ACTUAL

4. ¿Qué personas siento que me han acompañado en este caminar desde


el nacimiento?
5. En situaciones que me colocan triste, con rabia, angustiado, con miedo,
desanimo, cansancio, etc. ¿Quiénes han estado a mi lado?
6. ¿Me ha dado fuerzas a lo largo de mi vida, saber que alguien me
acompaña?
7. ¿Cuando me di cuenta o reconocí que alguien caminaba junto a mi
lado?
8. ¿Qué siento al darme cuenta que alguien se hace presente en mi vida y
comparte momentos importantes para mí?
9. ¿Qué cosas he compartido, momentos felices o tristes con la persona
que camina junto a mi?
10.¿Qué consecuencias tiene en mi vida el haber descubierto a la persona
que va a mi lado, se refleja su presencia en nuestros objetivos,
propósitos y compromisos? ejemplificarlos.
Carla Araneda Ulloa
Orientadora Educacional, Vocacional y Laboral

La leyenda del conejo de Pascua


¿Por qué el conejo es el animal típico de Pascua o Semana Santa?

El conejo de Pascua es uno de los símbolos de la Semana Santa, sobre todo en


los países anglosajones, donde es muy típico regalar huevos de Pascua.
Incluso es común decorarlos y esconderlos.

Este juego en el que los niños han de encontrar los huevos que ha ido dejando
el conejo de Pascua es la diversión de los niños el Domingo de Pascua. Pero,
¿por qué un conejo? Esta es la historia del conejo de Pascua.

Cuenta a tu hijo la leyenda del conejo de Pascua

El origen del conejo de Pascua se remonta a las fiestas anglosajonas pré-


cristianas, cuando el conejo era el símbolo de la fertilidad y estaba asociado a
la diosa Easter, a quien se le dedicaba el mes de abril y el honor de las fiestas
de la primavera entre los pueblos del norte de Europa.

Con el paso del tiempo, la figura del conejo de Pascua se fue incluyendo y
adaptando a la Semana Santa y, a partir del siglo XIX, se empezaron a fabricar
los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania.

Una de las figuras favoritas de los pasteleros para fabricar figuras de chocolate
era el conejo de Pascua, que era quien además traía los huevos de colores y
de chocolate el Domingo de Pascua o Domingo de Resurrección, debido a que
la leyenda del conejo de Pascua se fue haciendo cada vez más famosa.
Esta curiosa leyenda cuenta que, cuando metieron a Jesús en el sepulcro que
les había dado José de Arimatea, había dentro de la cueva un conejo
escondido, que muy asustado veía cómo toda la gente entraba, lloraba y
estaba triste porque Jesús había muerto.
Carla Araneda Ulloa
Orientadora Educacional, Vocacional y Laboral

El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra


que cerraba la entrada y lo veía y lo veía preguntándose quien sería ese Señor
a quien querían tanto todas las personas.

Así pasó mucho rato viéndolo; pasó todo el día y toda una noche, cuando de
repente el conejito vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas
con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada
y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca!

El conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que
avisar a todo el mundo y a todas las personas que lloraban, que ya no tenían
que estar tristes porque Jesús había resucitado.

Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo
pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría, y así lo hizo.

Desde entonces, cuenta la leyenda que, el conejo sale cada Domingo de


Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordar al mundo
que Jesús resucitó y hay que vivir alegres.

El juego de esconder los huevos de Pascua que ha ido dejando el conejo de


Pascua en todas las casas es la diversión de los niños el Domingo de Pascua.
Toda una tradición en muchos lugares que se celebra cada año. Uno de los
más famosos juegos de los huevos de Pascua es el que se organiza en la
Casa Blanca, en Washington, EE UU.

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