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1ª Parte
Y entonces, en primer lugar, creo que debemos hablar del por qué es importante
estudiar la Biblia, y creo que ésta es una especie de motivación; como usted
sabe, si usted dice: “Oiga, usted tiene que estudiar la Biblia, y así es como lo
tiene que hacer”, quizá no esté muy motivado. Entonces, quiero motivarlo un
poco, y en nuestras primeras dos sesiones vamos a hablar del por qué es
importante que estudiemos la Biblia, y después vamos a dar la vuelta a la
esquina, y en las últimas dos realmente vamos a hablar de cómo hacerlo. Walter
Scott, un gran cristiano, estaba muriendo; le dijo a su secretaria: “Tráeme el
libro”. Su secretaria vio la librería que estaba allá afuera, la biblioteca que estaba
afuera y vio miles de libro, y ella regresó y le preguntó: “Dr. Scott, ¿qué libro?”,
él dijo: “El libro, la Biblia, el único libro para un hombre moribundo”.
Y tendría que añadir que la Biblia no solo es el único libro para un hombre
moribundo, sino que es el único libro para un hombre vivo, porque es la Palabra
de vida, como también la esperanza en la muerte; entonces, llegamos a la
Palabra de Dios con un sentido tremendo de emoción y expectativa. Permítame
compartirle, para comenzar esta sesión, algo acerca de la autoridad de la
Palabra de Dios, y realmente esto cubre el tema del por qué es importante
estudiar la Biblia. En primer lugar, permítame decir esto: Declaramos desde el
principio que las Escrituras son la Palabra de Dios; no son la opinión de los
hombres, no es filosofía humana, no son las ideas de alguien, no es una
colección de los mejores pensamientos de los mejores hombres; es la Palabra
de Dios, y como tal, hay varias cosas que necesitamos reconocer acerca de
ella. Número 1, es infalible. En total, la Biblia no tiene errores; en sus autógrafos
originales no tiene error. En el Salmo 19:7, la Biblia dice de sí misma: “La ley de
Jehová es perfecta”, no tiene errores; de hecho, tiene que ser, porque fue
escrita, su autor es Dios quien no tiene errores, no comete errores.
No solo es infalible en su totalidad, sino que hay una palabra, hay una segunda
palabra que usamos para describir a la Biblia, y es la palabra ‘inerrante’; no solo
infalible en su totalidad, sino inerrante en las partes. En Proverbios 30:5 y 6 dice
esto: “Toda Palabra de Dios es limpia;...no añadas a sus palabras, para que no
te reprenda, y seas hallado mentiroso”. Toda Palabra de Dios es pura. La Biblia
no solo es infalible en su totalidad, sino que también en sus partes, al grado que
toda palabra es la verdad de Dios; y añadiría otro término, la Biblia no solo es
infalible e inerrante sino que está completa, no necesita que se le añada nada.
Ahora, quizás eso es una sorpresa para algunas personas; hay personas en la
actualidad que creen que necesitamos añadirle algo a la Biblia; hay cierta
especie de una combinación de filosofía y teología conocida como la Neo-
Ortodoxia, y nos dicen que la Biblia simplemente fue un comentario en su día,
acerca de la experiencia espiritual del hombre, y en la actualidad el hombre está
teniendo más experiencias espirituales y necesita otro comentario.
La Biblia termina con una advertencia, termina con una advertencia, no quitarle
nada ni añadirle nada; eso es un testimonio de su totalidad, de que está
completa; es infalible en su totalidad, es inerrante en sus partes, nunca comete
un error en su presentación total y en su presentación más divisible, y está
completa. Ahora, tenemos que añadir una cuarta palabra acerca de la Biblia, y
es que tiene ‘autoridad’. Si es perfecta, y está completa, entonces es la última
palabra tiene la autoridad final. Isaías 1:2 dice esto: “Oídos, cielos, y escucha
tú, tierra, porque habla Jehová”. Cuando Dios habla, toda persona escucha
porque Él es la autoridad final. La Biblia demanda obediencia. La Biblia no es
un libro que está abierto a discusión, y con ello no quiere decir que no debemos
hablar de sus implicaciones, no debemos discutir sus aplicaciones y
significados; quiero decir que no debemos discutir si es verdad o no; es
autoritativa, afirma y asume que es verdad.
En Juan 8:31 usted tiene ese pequeño incidente en donde Jesús es confrontado
por algunos de los líderes judíos, y conforme Jesús se enfrenta a estos líderes,
se lleva a cabo un pequeño diálogo y ahí, claro, hay otras personas, y dice en
el texto ahí que muchos creyeron en él. Sin duda alguna, algunos de ellos eran
líderes, pero Él les dijo: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis
verdaderamente mis discípulos”; en otras palabras, Él demandó respuesta a su
verdad, él demandó una respuesta a su Palabra; es autoritativa. En Gálatas
3:10 dice esto: “Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas
escritas en el libro de la Ley, para hacerlas”. ¡Sorprendente! Maldito es cualquier
persona que no permanece en todo lo que está escrito en este libro; es una
declaración tremenda de autoridad absoluta.
¿Sabe una cosa? Una de las cosas increíbles en ser un maestro de la Palabra
de Dios es que usted sabe que hará lo que dice que hará. ¿Sabe una cosa?
Con frecuencia me pregunto acerca del vendedor, que va de puerta en puerta,
que entra y trata de hacer una demostración de su producto y no funciona;
siempre pienso en la señora que estaba viviendo ahí en el campo, y vino el
vendedor de aspiradoras y llegó a la puerta, y él estaba ahí presionándola
mucho, y le dijo: “Oiga señora, tengo el mejor producto que jamás ha visto, esta
aspiradora se va a comer lo que sea.
Ahora, ahí tiene usted a dos tipos de personas diferentes: La gente que recibe
las cosas de Dios, y la gente que no recibe; la gente que puede recibir, y la
gente que no puede; la gente incrédula no las puede recibir, no tienen al Espíritu
Santo; la mente humana no puede recibirlo; la gente que conoce a Dios tienen
al Espíritu Santo, y reciben la Palabra de Dios. Como puede ver, es un factor
determinante; aquellas personas que reciben la Palabra de Dios, indican por el
entendimiento mismo de la Palabra de Dios, que poseen al Espíritu Santo, y eso
les comprueba que son creyentes. Hoy que venía en el avión, tuve la
oportunidad de hablarle a un hombre, que continuamente admitió que él no
entendía la Biblia; realmente no le dije esto a él en tantas palabras, pero se lo
hice ver que no esperábamos que él entendiera la Biblia, él no tenía el
ingrediente necesario para entenderla, la vida de Dios en su alma por la
presencia del Espíritu Santo.
Usted tiene que recibirla por fe en últimas, pero claro que hay algunas cosas
convincentes que hacen que nuestra fe sea razonable. Hay cinco áreas básicas
de prueba. Número 1, es la experiencia. Una de las primeras razones por las
que creo que la Biblia es verdad, es porque nos da la experiencia que dice que
nos va a dar. Por ejemplo, la Biblia dice que Dios perdonará sus pecados; yo lo
creo, acepté su perdón, ¿y sabe una cosa?, lo hizo; dice usted: “¿Cómo lo
sabes?”, “Tengo un sentido de libertad de la culpabilidad, tengo un sentido de
perdón. ¿Sabe que la Biblia dice que si alguno está en Cristo, nueva criatura
es? Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. Vine a
Jesucristo un día, ¿y sabe lo que pasó? Las cosas viejas pasaron, y he aquí
todas son hechas nuevas, y lo experimenté”. La Biblia realmente cambia vidas.
Alguien dijo que una Biblia que se está deshaciendo normalmente le pertenece
a alguien que no se está deshaciendo; y creo que eso es verdad, porque la
Biblia puede arreglar las vidas; millones de personas por todo el mundo son una
prueba viva de que la Biblia es verdad, lo están experimentando; es difícil
discutir en contra de esto, ¿pero sabe una cosa?, aunque es un gran argumento
en un sentido, es uno débil en otro sentido, porque si usted comienza a basar
todo en la experiencia, usted va a terminar con algunas personas que han tenido
algunas experiencias bastante raras. Usted sabe, el ebrio, el hombre que está
borracho, que ve a los elefantes rosas, pero realmente no los ve; y el musulmán,
y el budista, y el hombre Hare Krishna, y el hombre que se sienta allá debajo de
un árbol y contempla ahí su ombligo, y cualquier otra persona, van a tener una
experiencia, y si usted basa todo en la experiencia está en problemas.
Entonces, digo que tan solo es una manera, y de las cinco, probablemente la
manera más pobre, pero todavía es evidencia para algunos. Creo que una
segunda que prueba la validez de la Biblia es la ciencia. La gente dice: “Bueno,
la Biblia no es un libro de ciencia, y científicamente es incorrecta, la Biblia no
usa términos científicos”; pero, ¿sabe una cosa?, la gente con frecuencia dice:
“¿Qué hay acerca del Antiguo Testamento que dice que el sol se detuvo?”,
ahora, sabemos que el sol no se detuvo, ¿qué sucedió?, si algo pasó es que la
Tierra dejó de rotar, y parecía como que el sol se detuvo. Dicen: “Bueno, como
puedes ver, en esos tiempos antiguos pensaban que el sol estaba dándole
vueltas a la Tierra, en lugar de que fuera al revés; simplemente ese es un error
bíblico típico”. Pero, como puede ver, el problema es que la gente estaban
analizándolo científicamente, y ellos no estaban haciendo eso, estaban viendo
lo que les pareció que pasó; y usted hace lo mismo, usted se levanta en la
mañana y ve al este, y dice: “Oh, qué bonita Tierra que está rotando”, esa no es
la Tierra que está rotando, ese es un amanecer; usted entiende lo que está
diciendo, usted ve al oeste y dice: “Qué hermosa Tierra que está rotando”, ¡no,
no, no!, es un atardecer.
Alguien dijo que podría decirlo de esta manera; cuando alguien le preguntara si
quisiera que le ayudara ahí en la cena, usted podría decir: “Bueno, la salubridad
gastronómica me amonesta que he llegado a un estado de digestión coherente
con la integridad dietética”, o podría decir: “No, gracias, ya comí lo suficiente”,
esto es cuando alguien le pregunta: “¿Quieres más de comer?”. Como puede
ver, no siempre necesitamos una respuesta científica para todo; algunas veces
la observación pura es suficiente. La Biblia dice algunas cosas que se presentan
desde el punto de vista de observación humana; pero, por otro lado, cuando la
Biblia habla acerca de un principio científico, es precisa, es correcta, es exacta.
Dice usted: “Bueno, de vez en cuando un cerdo ciego puede encontrar la subida.
Quizás Isaías simplemente adivinó”; bueno, esa podría ser una posibilidad, sino
fuera por el hecho de que lo mismo se presenta en otras porciones de la Biblia
el mismo ciclo hidrológico; estaba pensando en Job 36:27: “Porque Él hace que
las pequeñas gotas de agua rieguen lluvia de acuerdo con el vapor, La cual
destilan las nubes, Goteando en abundancia sobre los hombres. ¿Quién podrá
comprender la extensión de las nubes, Y el sonido estrepitoso de su morada?”,
y aquí de nuevo está la discusión de la lluvia; usted puede volver a comparar
esto con el Salmo 135 –y simplemente estamos viendo algunas muestras–,
versículo 7: “Él hace que los vapores asciendan a los fines de la tierra, Él hace
los relámpagos para la lluvia; Saca de sus depósitos los vientos”; aquí de nuevo
está la discusión de esta maravillosa secuencia de la lluvia, y los vapores
ascendentes del mar para plantar el agua de nuevo en las nubes.
Dentro de la ciencia de la geología, por ejemplo, hay una disciplina que se llama
la ‘isostasia’ –la cual es algo interesante, realmente bastante nuevo–, es el
estudio del equilibrio de la tierra; la idea dice que pesos iguales se necesitan
para apoyar a pesos iguales, de tal manera que la masa de la tierra debe ser
apoyada de manera igual por la masa del agua. Pero realmente nunca han
descubierto nada que sea demasiado nuevo, porque si usted regresa al buen y
antiguo Isaías, que no era un científico en absoluto, simplemente un profeta de
Dios. En el capítulo 40 de Isaías, en el versículo 12, dice: “Dios ha medido las
aguas en el hueco de su mano, Él midió los cielos con su palmo, Él ha medido
el polvo de la tierra, Él ha pesado los montes con balanza y con pesas los
collados”, Dios conoce todo acerca de la isostasia, Él sabe todo acerca de ese
tipo de cosas; es algo increíble cuando usted llega a la Biblia y comienza a
estudiarla inclusive científicamente. Pienso en Herber Spencer, quien murió en
1913, y dijo… bueno, Herbert Spencer descubrió lo más maravilloso acerca de
las categorías de todas las cosas que existen en el ambiente del universo; él
dijo que todo podía dividirse en estas categorías: Tiempo, fuerza, acción,
espacio y materia; cinco categorías científicas clásicas: Tiempo, fuerza, acción,
espacio y materia. Herbert Spencer dijo: “Todo encaja en éstas”.
Hay una cuarta área de prueba cuando usted ve la Biblia, y ese es el área de
los milagros. Digo que la Biblia es un libro divino porque tiene milagros, y es la
prueba de que Dios está involucrado en ella; tiene que ser un libro sobrenatural,
debido a toda la actividad sobrenatural. Dice usted: “Bueno, ¿cómo sabemos
que todos los milagros son verdad?”, bueno, todos son mostrados aquí, y tienen
la información de apoyo aquí; por ejemplo, cuando Jesús resucitó de los
muertos, más de 500 personas lo vieron resucitado de los muertos, eso es
suficiente como para convencer a cualquier jurado. La naturaleza milagrosa
misma de la Biblia habla de Dios; entonces, la experiencia, la ciencia, y el
testimonio de Cristo, y los milagros de la Biblia; y después, en quinto lugar, la
profecía. No hay manera de explicar el hecho de que la Biblia predice cosas que
van a suceder históricamente, a menos de que usted vea a Dios como el autor.
Continuamente hay gente que me dice, conforme les confronto con Jesucristo,
hablo con ellos con frecuencia: “Bueno –me dicen– no conozco, no sé qué es la
verdad”. Pilatos llegó al punto en su vida en el que vio a Jesús, y él le dijo: “¿Qué
es verdad? –él era un cínico– ¿Qué es verdad? No me des esa cosa ridícula de
la verdad. He estado buscando eso por mucho tiempo. ¿Qué es verdad? ¿Qué
es la verdad?”. Leí que casi tres mil nuevas páginas de material son impresas
cada 60 segundos en nuestra sociedad, están produciendo información,
toneladas de información.
La primera razón por la que creo que debemos estudiar la Palabra de Dios es
porque es la fuente de verdad. Jesús dijo: “Mi Palabra es la clave. Si vosotros
permaneciereis en mi palabra –Juan 8:31– conoceréis la verdad, y la verdad os
hará libres”. ¿Qué quiere decir con eso? Bueno, es simplemente como el
hombre que está trabajando en el problema de matemáticas; tan pronto como
llega la respuesta, él está libre y se va; así como el científico que está en el
laboratorio, está vaciando todo en los tubos de ensaye, y se queda ahí hasta
que dice: “¡Eureka! ¡Lo encontré!”, y está libre. Y el hombre va a buscar y a
luchar, y está buscando a tientas la verdad, hasta que llega al lugar en donde la
encuentra y está libre.
Y le voy a decir una cosa, una razón por la que debe estudiar la Biblia, es porque
la verdad está ahí; la verdad acerca de Dios; la verdad acerca del hombre; la
verdad acerca de la vida; la verdad acerca de la muerte; la verdad acerca de
usted y yo; la verdad acerca de los hombres, las mujeres, los niños, los maridos,
las esposas, los padres, las madres; la verdad acerca de los amigos, enemigos;
la verdad acerca de cómo usted debe ser en el trabajo, cómo debe ser usted en
la casa; inclusive la verdad acerca de cómo debe comer, beber, cómo debe vivir,
cómo debe pensar; la verdad todo está ahí, qué recurso. Disfrútelo. Permítame
darle una segunda… una segunda razón por la que creo que debe usted –y esto
le va a motivar a estudiar la verdad–, no solo porque es la fuente de verdad,
sino porque es la fuente –puedo usar esta palabra– de felicidad. Quizá le gusta
‘gozo’ mejor, o quizá le gusta mejor ‘bendición’, pero ‘felicidad’ lo expresa. La
verdad está ahí, y nos trae gozo.
Permítame mostrarle algunas cosas en las Escrituras; tenemos que usar las
Escrituras para exaltar a las Escrituras. En el Salmo 19:8, escuche esto: “Los
mandamientos de Jehová (y simplemente está hablando de los principios de las
Escrituras) son rectos que alegran el corazón. Los mandamientos de Jehová
son rectos que alegran el corazón”, ¿no es ese un gran pensamiento? Los
mandamientos de Jehová son rectos que alegran el corazón. Cuando usted
comience a estudiar la Biblia y aprende estas grandes verdades, se emociona
tanto… Le voy a decir una cosa, yo estudio la Biblia mucho, porque
constantemente estoy enseñando y predicando la Palabra, y la estudio porque
la amo tanto, y nunca he encontrado en mi vida que disminuya la emoción que
disfruto en el descubrimiento de la gran verdad que viene de la Palabra de Dios.
Cuando comenzamos cité Jeremías 15:16: “Fueron halladas tus Palabras por
mí, y las comí, y tu Palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón”. 1ª de
Juan 1:4, me encanta este versículo: “Estas cosas os he escrito para que
vuestro gozo sea cumplido”. ¿No es eso maravilloso? ¡Gozo pleno, completo!
Hay una declaración maravillosa que hizo nuestro Señor en ese magnífico
capítulo 15 de Juan, el capítulo en donde Él se presenta a sí mismo como la vid;
en el capítulo 15 y el versículo 11, él dice esto:”Estas cosas os he hablado para
que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”. Qué tremendo
pensamiento: Gozo de las Escrituras.
¿Quiere saber algo? Por otro lado, permítame decirle esto: Usted podría
esforzarse por ser obediente en toda manera legalista en la que usted quisiera,
pero si en su corazón usted no quisiera hacerlo y estuviera peleando contra eso,
Él nunca le daría el gozo; porque, como puede ver, el hacer obras buenas sin
un corazón correcto no cuenta. Permítame mostrarle lo que quiero decir. La
Biblia habla de fruto, habla de diferentes tipos de fruto; y habla del fruto del
Espíritu y esas son actitudes. Y antes de que jamás esté el fruto en su vida, así
como ganar a gente para Cristo, o estudiar la Palabra de Dios, o cualquier cosa
de lo que habla la Biblia como fruto, alabanza, ofrenda, todas las buenas obras;
pero antes de que el fruto por fuera signifique algo, tiene que salir del fruto del
espíritu del interior. Ahora, escuche esto: El fruto de acción, las cosas que usted
hace sin la actitud, sin el fruto de actitud, lo que usted siente es legalismo puro,
eso es fariseísmo; usted puede hacer lo que usted quiera por fuera, puede ser
un legalista del más meticuloso como los fariseos y nunca conocerá el gozo.
Por otro lado, si su corazón es un corazón de obediencia y un corazón de
actitud, puede fracasar por fuera y Dios le dará el gozo porque Él ve el espíritu
de obediencia, de gracia en su corazón, eso es lo que Él busca. Entonces, la
promesa es ésta, estudie la Biblia, ¿por qué? Número 1, es la fuerte de verdad;
número 2, es la fuente de regocijo. Dice usted: “Oye MacArthur, realmente
valoro lo que estás diciendo; tengo noticias para ti: Estudio la Biblia todo el
tiempo y tengo mucho dolor, tengo muchos problemas”, bueno, tengo un
versículo para usted afortunadamente, no quiero dejarlo ahí volando con ese
pensamiento; Dios no solo le dice exactamente que va usted a recibir el gozo,
¿verdad? Dios no le dice exactamente cuándo es que usted va a recibir el gozo,
¿verdad? Quizá tenga que esperar un poco de tiempo.
Entonces, en Juan 16 Él está viendo a los discípulos y les dice: “Yo ya me voy”,
y están ahí sentados, usted sabe, ahí todos tristes, todo mundo ha dejado su
profesión, han estado siguiendo a Jesús por tres años, y Jesús se levanta y dice
un día: “Ya me voy caballeros, los voy a dejar y me voy a ir”, así es; y todos
están diciendo: “Oye, ¡espera un momento, hombre! Yo me uní a este asunto
pensando que el Reino iba a venir, ¿qué pasó? Algo sucedió”, y tienen mucha
tristeza, están muy tristes, y Jesús dice en Juan 16:20: “De cierto, de cierto os
digo, os digo que lloraréis o lamentaréis, pero el mundo se regocijará, y vosotros
estaréis tristes”, ahora escuchen: “Pero vuestra tristeza se convertirá en gozo”;
en otras palabras, tiene que reconocer que algunas veces va a haber tristeza
antes de que llegue a haber gozo.
Tercera cosa, una tercera fuerza motivadora, una tercera razón por la que debe
estudiar la Biblia es que la Palabra es la fuente de victoria. No sé usted, pero a
mí me gusta ganar, a mí no me gusta perder; pierdo mucho, pero no me gusta,
me gusta ganar. Yo creo que si usted va a hacer algo, hágalo bien. Mi papá
solía decirme de vez en cuando, cuando era un pequeño: “Mira, escucha Johnny
–él decía–, si lo vas a hacer, hazlo conforme a lo mejor de tu capacidad o no
vale la pena que lo hagas”, y así crecí, buscando la excelencia; me gusta ganar,
no me gusta perder; me gusta ganar, y veo eso en mi propia vida cristiana. No
me gusta darle una ocasión al adversario, no me gusta darle la ventaja… como
dice en Corintios, no me gusta ver a Satanás victorioso, no me gusta ver al
mundo dominarme, no me gusta ver a la carne vencer al espíritu, quiero ganar,
tengo un deseo por ganar.
Lo que él estaba diciendo era: “Mira, Dios prometió que Él cuidaría de mí, yo
voy a mantener mi confianza en su promesa; yo nunca usaré mis propios
poderes para violar la promesa de Dios”; Él rechazó la tentación con la Palabra
de Dios. Después el diablo lo lleva a la Santa Ciudad, a Jerusalén, lo eleva hasta
el pináculo del templo; probablemente esa parte que salía del templo, ahí por el
Valle de Hinom, que estaba sobre el Valle de Hinom, el cual era una caída de
varios metros, y lo colocó ahí y le dijo: “¿Por qué no te avientas? Simplemente
aviéntate. Después de todo, –y el diablo dice– ¿quieres citar las Escrituras? Te
las voy a citar también: ‘Él encargará a sus ángeles acerca de ti, y en sus manos
te sostendrán para que tu pie no tropiece en piedra’. ¿Quieres confiar en Dios?
¿Vas a aferrarte a Dios? ¿No vas a hacer pan? ¿Vas a creer en Dios? Bueno,
¿por qué no crees realmente en Dios y te avientas aquí un clavado para ver si
Él cumple su Palabra?”, se oye bien, Satanás es inteligente.
“¿Quieres decirme cuánto confías en la Palabra de Dios?, aquí hay una buena
manera de probarlo. Aviéntate, que Él te atrape”; Jesús le dijo: “Escrito está: ‘No
tentarás al Señor, tu Dios’”. “Confía en Dios –dijo Jesús–, no presumas de Dios.
Cree en que Él va a cuidar de ti a lo largo del viaje. No te coloques ahí en la
autopista”, ¿te das cuenta? Ahí está la diferencia. Satanás entonces le muestra
desde un monte alto los reinos del mundo, y le dice: “Mira, te voy a dar todo eso,
si postrado me adorares”; Jesús le dijo: “Sal, vete Satanás. Una fue bastante
mala, la dos fue intolerable, y la tres es absolutamente suficiente. Vete, porque
escrito está: ‘Al Señor, tu Dios, adorarás, y a Él solo servirás’”, y entonces el
diablo le dejó, y vinieron ángeles y le sirvieron, y Dios cumplió todas sus
promesas. El punto es este: Jesús respondió la tentación de Satanás tres veces,
y cada vez que lo hizo, Él citó directamente del Antiguo Testamento.
Y él decía: “Déjanos, ¿qué tenemos que ver contigo Jesús de Nazaret? ¿Has
venido para destruirnos?”, el hombre está lleno de estos demonios, y todos
están gritando: “Sé quién eres, el Santo de Dios”, y Jesús lo reprendió diciendo:
“Calla. Sal de él”. Y cuando el demonio lo había aventado en medio de ellos,
salió de él y no lo lastimó, y todos estaban sorprendidos y hablaban entre sí
mismos diciendo: “¿Qué palabra es ésta, que con autoridad y poder manda a
los espíritus inmundos y le obedecen?”. ¿Sabe usted lo que Jesús hizo? Ahí Él
estableció su autoridad y su poder sobre Satanás por su Palabra. Con una
palabra, Él podía derrotar a los demonios; con una palabra, Él dijo: “Vete
Satanás”; con una palabra, Él echó a la legión de demonios de un maníaco en
Gadara. Y ellos decían de Él: “Nunca un hombre habló como este hombre. Él
habla como un hombre de autoridad; no como los escribas y los fariseos”.
La espada del Espíritu no es una espada grande, ancha, que usted simplemente
mueve por todos lados esperando cortarle la cabeza a algún demonio tarde o
temprano, no es algo usado de manera indiscriminada sin control, no es
comprar una Biblia grande y pegarle a los demonios en la cabeza con ella; no
es eso en absoluto. La espada del Espíritu es una ‘machaira’, es una daga, es
corta, es incisiva; debe entrar en un lugar vulnerable, o de lo contrario no hace
ningún daño; la espada del Espíritu entonces no es algo general sino específico.
Ahora, observe además, la palabra aquí no es la palabra ‘logos’, la palabra
griega normal ‘logos’ sería usada de una palabra general; la Biblia es la‘logos’,
Cristo es el ‘logos’; una palabra general es el ‘logos’. Cuando la Biblia quiere
hablar de algo específico, habla la palabra ‘rhema’ o ‘rhemata’. Ahora, observe
esto. Esto significa una declaración específica.
Ahora, ¿está listo para oír esto? La Palabra del Espíritu es la declaración
específica de la Palabra de Dios, que entra en el punto específico de la
tentación. La gente dice: “Bueno, tengo la espada del Espíritu, yo soy dueño de
una Biblia”; escuche, usted podrá ser dueño de una Biblia, de una bodega de
Biblias, y no tener la espada del Espíritu. Tener la espada del Espíritu no es ser
dueño de una Biblia, sino conocer el principio específico en la Biblia que se
aplica en el punto específico de tentación; y la única manera en la que usted
conocerá la victoria en la vida cristiana, es conocer el principio de la Palabra de
Dios, para hacer esa aplicación en el punto específico en donde Satanás ataca,
en donde la carne ataca, en donde al mundo ataca; conforme usted se llena a
sí mismo de la Palabra de Dios, se convierte en la fuente de la victoria.
Ahora, como puede ver, usted ni siquiera puede vivir la vida cristiana sin el
estudio bíblico; es la fuente de verdad, es la fuente de gozo, es la fuente de
victoria. Permítame darle un cuarto. La Palabra de Dios es también la fuente de
crecimiento. Todo mundo quiere crecer; como usted sabe, si usted alguna vez
ha visto, en nuestra iglesia tenemos un ministerio maravilloso para la gente
mentalmente discapacitada; algunos de ellos, créalo o no, tienen 30 años de
edad, y tienen la mente de un bebé, y todavía están en pañales; y usted sabe,
esto es algo triste. Que Dios bendiga estas queridas personas, los amamos, y
Dios los ama, y yo creo que tienen una parte muy especial en su Reino; pero es
algo tan triste ver a alguien que no creció. ¿Y sabe una cosa que es casi tan
triste? Ver a cristianos que no crecen; retrasados, con un crecimiento
estancado, nunca crecen; y la razón por la que no crecen es porque no se meten
a la Palabra. Pueden ir a la iglesia y sentarse ahí, usted sabe, y llegan a la
iglesia y se llena, y se van; nunca nada pasa, es triste. Pedro dice esto, y este
es un gran texto, 1ª de Pedro 2:2: “Desead como niños recién nacidos la leche
espiritual no adulterada, para que por ella (¿qué?) crezcáis”.
Y, ¿sabe una cosa?, entre más crece usted, más emocionante se vuelve. La
Palabra es una fuente de vida, usted madura, usted es enriquecido, usted se
fortalece; y conforme usted crece, y conforme usted se vuelve más fuerte, usted
puede derrotar a Satanás; y conforme usted crece, usted conoce más acerca
de Dios y su naturaleza; usted es enriquecido de toda manera… usted es
enriquecido en toda manera posible. En Juan 6:63 Jesús dijo esto: “Las palabras
que yo os hablo son Espíritu y son vida”; Jeremías dijo: “Fueron halladas tus
Palabras por mí y yo las comí”, alimentarse de la Palabra de Dios; y después
en Juan 1:18 dice: “Él de su voluntad nos hizo nacer por la Palabra de verdad”.
La Palabra da vida, la Palabra sustenta la vida, la Palabra edifica la vida; es
nutrición tremenda. Creo que es 1ª de Timoteo 4 que añade a nuestro
entendimiento esto; versículo 6 dice: “Si esto enseñas a los hermanos, serás
buen ministro de Jesucristo”, escuche esta gran línea, esta gran frase: “Nutrido
con las palabras de la fe”.
La Palabra nos nutre, nos alimenta, nos edifica, hace que crezcamos. Al final
de 2ª de Pedro, después de que él ha dado las declaraciones tremendas acerca
del colapso del universo, y él ha hablado de los elementos que se van a derretir
con calor ardiente y todas esas otras cosas, y cómo todo va a terminar; él dice:
“¿Qué debemos hacer? Debemos crecer en la gracia y el conocimiento del
Señor Jesucristo”, crecer, crecer, y crecemos conforme nos alimentamos de la
Palabra de Dios. Dios quiere que maduremos, Él quiere que nos edifiquemos,
Él quiere que nos fortalezcamos; y, de hecho, si usted examina 1ª de Juan 2,
usted encuentra el patrón del crecimiento exactamente ahí; una de las escrituras
más importantes en toda la Biblia, escuche lo que dice: “Os he escrito a vosotros
padres, porque habéis conocido al que es desde el principio; os escribo a
vosotros jóvenes, porque habéis vencido al maligno; os escribo a vosotros
hijitos, porque han conocido al Padre”.
Ahora, usted ve ahí tres categorías: Padres, jóvenes, y a los niños pequeños; y
usted notará tres diferencias: “Os escrito a vosotros pequeños, que han
conocido al Padre; os escribo a vosotros jóvenes, porque habéis vencido al
maligno; os he escrito a vosotros padres, porque conocéis al que era desde el
principio”. Ahora, ¿sabe qué son esas tres cosas? Son categorías de
crecimiento espiritual; esos no son literalmente niños pequeños, jóvenes y
padres; no serviría de nada escribir el versículo a pequeños, de cualquier
manera no lo podrán leer; está hablando de niveles de crecimiento espiritual.
Ahora, todos comenzamos como niños pequeños, todos comenzamos y
conocemos al Padre; ese es el ‘bah-bah’ espiritual. Usted no conoce mucho
cuando es un nuevo cristiano, pero usted sabe que Jesús me ama, esto sé pues
la Biblia dice así: “Dios es mi Padre, y es maravilloso, y demás”; estamos
balbuceando, ‘bah-bah’ espiritualmente, ¿se da cuenta? Pero usted no debe
quedarse ahí, eso es realmente triste; usted llega al segundo nivel: jóvenes.
Satanás se está apareciendo como ángel de luz, sus ministros son ángeles de
luz, él trabaja en las religiones falsas; y un joven espiritual –escuche– es alguien
que vence a Satanás en el sentido de que él sabe lo suficiente acerca de la
Palabra de Dios, como para no verse tentado por las religiones falsas, sino que
más bien él se enoja por ello. Por ejemplo, la característica de un niño espiritual
es, de acuerdo con Efesios 4:14, es que él es llevado por doquier por todo viento
de doctrina; los bebés espirituales tienen problemas con la falsa doctrina; los
jóvenes espirituales son personas que conocen su Biblia, conocen su doctrina,
de tal manera que la falsa doctrina de Satanás no les apela en lo absoluto. Pero
hay un tercer nivel; él dice: “Os he escrito a vosotros padres, porque habéis
conocido al que era desde el principio”.
Ahora, escuche esto: ¿Sabe quién es el padre? Esa es la persona que ha ido
más allá de la página; él no solo conoce a la doctrina, él conoce al Dios que está
detrás de la doctrina, ¿se da cuenta? Ahora, en estos tres pasos usted tiene el
progreso de crecimiento espiritual; comenzamos como bebés, conforme nos
alimentamos de la Palabra nos fortalecemos; nunca vencemos la carne, pero
podemos vencer al mundo. Nuestra fe hace eso, 1ª de Juan 5 dice: “Podemos
vencer los esfuerzos de Satanás de la religión falsa”, la doctrina hace eso;
nunca venceremos la carne, ese siempre será un problema; pero podemos
tener el gozo de vencer los sistemas falsos de religión de Satanás. He visto eso
suceder.
Le puedo decir, cada vez que un hombre o una mujer llega al lugar de ser un
joven espiritual, invariablemente llegan al punto en donde la religión falsa los
hace enojar, y quieren salir, y quieren pelear con las sectas; y después conforme
maduran más allá de eso, ya no están tan preocupados por pelear con las
sectas, comienzan a probar quién es Dios, comienzan a entrar a las
profundidades de la mente del Dios Eterno, y comienzan a ir más allá de que
son padre espiritual, y comienzan a caminar en la presencia del Santo. Ahí es
a donde debemos ir nuestro crecimiento. Escuche: Usted pierde si se queda
como bebé, usted pierde si se queda como un joven espiritual y lo único que
conoce es la doctrina, usted tiene que llegar al lugar en el que ha comenzado a
caminar en la presencia misma del Dios del universo, en donde usted realmente
comienza a tocar a la persona misma de Dios; ese es el fin del crecimiento.
¿Alguna vez ha pensado en el hecho de que usted puede ser lo que usted
piense? ¿Usted a veces ha llegado a pensar en el hecho de que usted puede
hacer mucho más allá de lo que pueda pensar? ¿Alguna vez llega a pensar en
el hecho de que usted puede hacer mucho más abundantemente de lo que
puede pedir o entender? Eso es mucho poder, ¿no es cierto? Francamente no
tiene sentido estar allí en la orilla con ese tipo de recursos. Conforme usted se
alimenta de la Palabra de Dios tiene un efecto poderoso; hace que su vida sea
una fuente de energía en la confrontación con cualquier persona en cualquier
momento. Entonces, debemos estudiar la Palabra de Dios porque es la fuente
de la verdad, la fuente de la felicidad, la fuente de la victoria, la fuente del
crecimiento, la fuente del poder; y uno más: Debemos estudiar la Biblia porque
es la fuente de guía, guía. ¿Sabe una cosa? Cuando yo quiero saber lo que
Dios quiere que yo haga, voy a la Palabra.
La gente dice: “Oh, estoy buscando la voluntad de Dios”, usted los oye decir eso
todo el tiempo. Escribí un libro acerca de eso que se llama ‘Encontrada la
Voluntad de Dios’, simplemente para que la gente sepa que no estaba perdido;
todo mundo quiere encontrar dónde está la voluntad de Dios; creen que Dios
juega a las escondidas, y se esconde y esconde su voluntad, y le dice a la gente:
“Más. Tibio, tibio, tibio. Caliente”, eso no es verdad. La voluntad de Dios es fácil
de encontrar, está aquí en su libro; si usted estudia la Biblia, usted va a
encontrar una y otra vez la frase ‘esta es la voluntad de Dios’, ‘esta es la
voluntad de Dios’, ‘esta es la voluntad de Dios’, y usted puede conocer la
voluntad de Dios al estudiar la Palabra de Dios. ¿Qué dice el Salmo 119:105?
Simplemente dice que: “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi
camino”, bastante simple, la Palabra es una guía; conforme abro la Palabra de
Dios, me guía.
El salmista clamó y dijo: “Oh, cuánto amo yo tu ley. Oh, cómo amo yo tu ley”,
Salmo 119, ahí lo dijo; y me encanta el Salmo 19, él dijo: “La ley es más dulce
para mí que la miel del panal, y deseable más que el oro, sí, más que el oro
afinado”. Lea el Salmo 19:7 al 10, una de las porciones más hermosas. Si esto
es lo que dice, entonces créala, y hónrela, y ámela. Y permíteme darle una
cuarta cosa, simplemente para recordarle lo que dijimos antes: Obedézcala. Si
realmente es verdad, obedézcala; responde a ella, responda a ella, diga ‘sí’ a
ella cuando habla, continúe en ella. Siga la amonestación de 1ª de Juan 2:5:
“Todo aquel que guardare su Palabra, en él verdaderamente el amor de Dios es
perfeccionado”. Si realmente es lo que dices ser, entonces créala, hónrela, y
ámela, y obedézcala a cualquier precio. De hecho, en Romanos 6:16 dice: “A
quien ustedes se entregan, a quien ustedes ceden como siervos, ustedes
obedecen”. Si ustedes ceden como siervos a Dios, obedecen a Dios;
simplemente es parte del asunto, obedézcala.
En quinto lugar, y me gusta ésta: Pelee por ella. Si realmente es verdad, pelee
por ella. De hecho, en Judas 3 dice: “Contendáis ardientemente por la fe”, y la
fe ahí significa ‘el cuerpo de verdad revelada’. Agonice por ella, involúcrese a sí
mismo en una batalla por defender la Palabra de Dios. Si realmente es verdad,
si realmente puede hacer las cosas que dijimos, créala, hónrela, ámela,
obedézcala, y pelee por ella. Permíteme darle otra: Predíquela. 2ª de Timoteo
4:2, Pablo simplemente dijo esto: “Timoteo (¿qué?) predica la Palabra”. Si
realmente es verdad, predíquela. Finalmente, créala, hónrela, ámela,
obedézcala, pelee por ella, predíquela. ¿Está listo para ésta?: Estúdiela. De
hecho, a Timoteo le dijo en 2ª de Timoteo 2:15: “Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse,
que usa bien la Palabra de verdad”; y la palabra ‘usa bien’ significa ‘cortar
derecho’, ‘cortarla derecho’. Córtala derecho, hombre; estúdiala para que
puedas cortarla derecho, interpretarla apropiadamente; córtala derecho.
Oremos juntos. Padre, gracias porque podemos acercarnos a tu libro con tal
expectativa, sabiendo lo que hará en nuestras vidas, y a través de ello podemos
glorificarte. En el nombre de Jesús. Amén.