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¿Es necesaria la radiografía de pelvis de rutina en el trauma cerrado?

En la actualidad cualquier persona que presente un politraumatismo es sometido a un


examen radiográfico de pelvis, no obstante, se plantea la posibilidad de proceder a una
revisión física con respecto a pacientes que acuden a urgencias.
En el documento expuesto se argumenta una revisión sistemática que abarco 16 estudios
primarios cada uno evaluado por los criterios de evaluación de alta calidad critica de la
literatura JAMA, la sensibilidad y especificidad de esta fueron mayores al 90%.
Las conductas de manejo utilizadas en pacientes con trauma cerrado a pesar de ser
certificadas por American Collage of Surgeons estas contrastan las recomendaciones
expuestas por Advanced Trauma Life Support, la razón por la cual se somete al paciente
a una radiografía de pelvis rutinaria se basa en la morbilidad y mortalidad asociada a la
fractura pélvica el cual oscila entre un 10%.
La morbilidad deriva principalmente en un sangrado pélvico además de que la fractura se
asocia a lesiones abdominales o del aparato genitourinario pudiendo desencadenar
cambios en el abordaje diagnóstico y manejo. En ciertas instituciones se procede a una
radiografía AP en pacientes con politraumatismo cerrado grave está a pesar de ser útil en
pacientes en estado crítico y alteraciones en estado de conciencia se cuestiona el costo-
beneficio de su uso en pacientes conscientes.
En los 16 estudios publicados por Sauerland-Bouillon y sus colaboradores (10
porspectivos y 6 retrospectivos) solo se pudieron utilizar 12 para su metástasis, existieron
un total de 5454 pacientes con trauma cerrado y 549 casos con fractura, los parámetros
predilectos utilizados fueron:
- Historia clínica
- Edema de la región pélvica
- Dolor a la compresión lateral y AP
- Inestabilidad pélvica
- Examen rectal
- Dolor neuropàtico
- Disminucion del rango movimiento de la cadera
- Deformidad
- Alteraciones palpables
- Lesiones a nivel uretral

El estudio de McCormick se centró en la detección de lesiones y evaluación del valor del


anillo pélvico posterior, el sacro, el dolor a la compresión pélvica, el rango de movilidad
de la cadera y el examen rectal en 66 pacientes con alta sospecha de lesión; se encontraron
una sensibilidad de 98% y una especificidad de 94% para detectar fracturas con la
palpación y los signos de compresión.
En el estudio de Gross se evaluó el dolor pélvico manifestado por el paciente u obtenido
con el examen y las maniobras de inestabilidad pélvica, en comparación con la radiografía
de pelvis, en 973 pacientes. La prevalencia de fracturas fue de 6,4% y se obtuvo una
sensibilidad de 96,8% y una especificidad de 47,6%.
La fractura de pelvis es una condición que puede desencadenar en la muerte o, en su
defecto, dejar secuelas importantes en un paciente traumatizado. La sintomatología
generalmente deriva en dolor, compresión o dolor en el anillo posterior a nivel pélvico,
dolor inguinal, dolor a la movilización de la cadera. Dichos signos son fáciles de observar
y no requieren entrenamiento específico, razón por la cual pueden ser evaluados por
cualquier personal de salud entrenado. Existe evidencia que indica que, con un alto nivel
de sospecha clínica y experiencia, un abordaje clínico es lo suficientemente sensible para
descartar una fractura de pelvis en el trauma cerrado, esto se basa en los siguientes
criterios.
Ausencia:
- Otras lesiones
- Dolor pélvico espontaneo
- A la inspección de signos clínicos de fractura
- Dolor a la compresión iliaca, rotación o flexión de la cadera
- Dolor con la palpación posterior de la pelvis y el sacro
En caso de que el paciente presente alguno de los casos expuestos se recomienda que este
se someta a un estudio radiológico, podemos concluir que el examen físico resulta
beneficioso para pacientes con politraumatismo en ciertos casos además de ser útil para
disminuir los costos de atención innecesarios hasta en un 50%.

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