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EL DESARROLLO

el desarrollo es un concepto muy amplio que tiene en cuenta muchos factores, económicos,
sociales y ambientales.

La finalidad última de todas las políticas de los estados debería ser el logro de un mayor
grado de desarrollo de un país.

Una visión amplia del desarrollo tiene en cuenta todos los aspectos de la vida de las personas,
desde el acceso a bienes y servicios hasta la libertad política, la participación social activa y
el respeto de sus tradiciones.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) pone el énfasis en el individuo y su libertad.


El desarrollo es un proceso de vida en el cual los individuos tienen posibilidad de elegir entre
alternativas para satisfacer sus propias aspiraciones. Las aspiraciones principales son:
1- Tener una vida prolongada y saludable

2- Búsqueda de conocimientos

3- Acceso a recursos que permitan lograr un cierto nivel de vida

El desarrollo es un concepto amplio que incluye al crecimiento económico, pero no debe


confundirse el crecimiento con el desarrollo. El crecimiento es sólo un medio para alcanzar
un mejor nivel de vida. El desarrollo, además, incluye otras facetas de la vida, como la
participación política de los individuos, la equidad de género, el respeto por las tradiciones
culturales y la utilización sostenida de los recursos naturales.

DESARROLLO SOSTENIBLE

«el desarrollo sostenible como la satisfacción de «las necesidades de la generación presente


sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades». (Informe titulado «Nuestro futuro común» de 1987, Comisión Mundial sobre
el Medio Ambiente y el Desarrollo), el desarrollo sostenible ha emergido como el principio
rector para el desarrollo mundial a largo plazo. Consta de tres pilares, el desarrollo sostenible
trata de lograr, de manera equilibrada, el desarrollo económico, el desarrollo social y la
protección del medio ambiente.

En 1992, la comunidad internacional se reunió en Río de Janeiro, Brasil, para discutir los
medios para poner en práctica el desarrollo sostenible. Durante la denominada Cumbre de la
Tierra de Río, los líderes mundiales adoptaron el Programa 21, con planes de acción
específicos para lograr el desarrollo sostenible en los planos nacional, regional e
internacional. Esto fue seguido en 2002 por la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo
Sostenible, que se aprobó el Plan de Aplicación de Johannesburgo. El Plan de Aplicación se
basó en los progresos realizados y las lecciones aprendidas desde la Cumbre de la Tierra, y
prevé un enfoque más específico, con medidas concretas y metas cuantificables y con plazos
y metas.
DESARROLLO SUSTENTABLE

El concepto desarrollo sustentable es el resultado de una acción concertada de las naciones


para impulsar un modelo de desarrollo económico mundial compatible con la conservación
del medio ambiente y con la equidad social.

Sus antecedentes se remontan a los años 50 del siglo XX, cuando germinan preocupaciones
en torno a los daños al medio ambiente causados por la segunda guerra mundial. Sin embargo,
es hasta 1987 cuando la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo (CMMAD)
de las Naciones Unidas, presidida por la Dra. Gro Harlem Brundtland, presenta el informe
“Nuestro Futuro Común”, conocido también como “Informe Brundtland”, en el que se
difunde y acuña la definición más conocida sobre el desarrollo sustentable:

“Desarrollo sustentable es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades”. (CMMAD, 1987:24)

El desarrollo sustentable se ha constituido un “manifiesto político”, es decir, se ha elevado


como una poderosa proclama que se dirige a ciudadanos, organizaciones civiles, empresas y
gobiernos para impulsar acciones, principios éticos y nuevas instituciones orientadas a un
objetivo común: la sustentabilidad.

CALIDAD DE VIDA Y PRODUCTIVIDAD

Para aumentar la productividad se requiere, antes que todo, que los actores de la producción
deseen lograrlo y, luego, que cuenten con las herramientas para poderlo hacer. El deseo de
lograrlo depende de la motivación de las personas; la administración de empresas ha sido
prolífica en generar teorías de cómo alcanzarlo. En nuestro medio esto tropieza con una
cultura laboral que estimula el enfrentamiento, más que la armonía entre trabajadores y
patrones. Los empresarios colombianos debemos realizar un esfuerzo enorme para lograr
transformar la cultura que rige las relaciones obrero-patronales y establecer reglas claras que
premien la eficiencia y comprometan el esfuerzo.

Las herramientas para poder aumentar la productividad son de dos clases: por una parte, se
necesitan procesos y equipos eficientes y por otra, conocimientos técnicos de primer nivel
para poder optimizar su uso; lo primero encierra grandes costos y lo segundo un tesonero
esfuerzo de capacitación, que arranca desde la escuela básica y nunca termina.

Todos conocemos que el nivel de productividad de una empresa o de toda la economía de un


país, es lo que determina en última instancia su capacidad de competir, sus ingresos y su nivel
de vida. Se establece así una cadena que enlaza el nivel de vida de los individuos de una
sociedad con su productividad y de ésta con su capacitación. Decir esto es como patentar la
pólvora en la era atómica, pero aunque lo conocemos no lo practicamos; es responsabilidad
de la dirigencia nacional corregir este grave error, a pesar de que pareciera que la educación
y la capacitación técnica no dieran votos.

Descuidar la educación y la capacitación técnica en el mundo de hoy le ha costado a países,


como los Estados Unidos, el liderazgo en muchos sectores de avanzada, a nosotros nos
significará mantenernos en la pobreza indefinidamente. El día que me enteré de que en el
Japón hace 100 años, 90 de cada 100 jóvenes terminaban la escuela secundaria y que ésta ya
era de buena calidad, entendí que allí no había sucedido ningún milagro.

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