Era la década de los 60's, caracterizada por diversos movimientos protestantes
culturales, tales como lo fueron el movimiento feminista, el movimiento de liberación
LGBT, el movimiento negro con el reconocimiento de los derechos fundamentales de esta población; el Mayo Francés, que fue un movimiento estudiantil ocurrido en 1968 en París, entre otros. Además, al margen de la Guerra Fría, el mundo estaba dividido entre capitalistas y comunistas, liderados por los bloques estadounidenses y soviéticos respectivamente. Por otro lado, en el campo del saber, se levantaba la antipsiquiatría promovida por Thomas Szasz y otros, que iniciaron a cuestionar los conceptos de salud mental y enfermedad, preguntándose por la valía de los discursos relacionados con los mencionados términos. En Latinoamérica, la Revolución Cubana triunfa a finales del 59. Las dictaduras del Cono Sur como la de Argentina, Chile, y Uruguay marcan la época de los 70's, además de otras dictaduras como en Bolivia, Brasil, Venezuela, República Dominicana y Panamá. Aparecen entonces, en este contexto histórico, corrientes lideradas por psicólogos, sociólogos y antropólogos que "cuestionan las dinámicas de poder imperantes […], por lo que plantean la necesidad de crear una psicología de corte radical". (cita) Surge así, una Psicología Radical que critica los modelos de enfermedad mental tradicionales, además del enfoque psiquiátrico y la metodología y técnicas que usaba la psicología tradicional, que, según …, respondía a las necesidades del Estado y la Iglesia, estructuras dominantes que controlaban las Ciencias para mantener el poder. Junto a esto, criticaban el abordaje simplificado que se hacía a la enfermedad, que dejaba a un lado el contexto en donde se vivía, o sea, dejando al sujeto en el aire. En ese sentido, la Psicología Radical se oponía al ejercicio de dominación que se vislumbraba en el ejercicio médico-paciente, que entreveía una lógica función excluyente para que los dominadores mantuvieran el poder, demarcando así el tipo de individuo que estos sistemas productivos al mando necesitaban. (cita) Además de esta crítica a la enfermedad mental y a la psicología tradicional dependiente de teorías establecidas, también se empezaron a cuestionar asimetrías como los desbalances de poder existentes en la época, así como la relación entre homosexual y heterosexual, hombre y mujer, blanco y negro, socialista y capitalista, entre otras. A nivel latinoamericano, aparece la Psicología Social Comunitaria en 1982 a manos de Maritza Montero en Venezuela, quien proponía una mirada del poder y control que las personas podían tener sobre sus problemas y la posibilidad de cambio. A diferencia de la psicología tradicional que giraba alrededor de la patología, esta nueva vertiente psicológica incitaba a pensar al ser humano desde la potencialidad más que desde la enfermedad. La psicología orientada a la patología surgió en un contexto histórico de postguerra, pero los avances a través de los años exigían una transformación del enfoque psicológico, que ahora era propuesto por Montero. Surge, como cuestión, ¿Qué sucede con la psique colectiva que no emprende acciones para transformar la realidad? Simultáneamente en esa lógica de praxis transformadora, emerge la Psicología Social de la Liberación, que postulaba que las acciones a realizar debían ser acciones comprometidas con la transformación. Fue propuesta por Martín Baró, Jesuíta que fue defensor de derechos humanos y apoyaba procesos psicosociales en El Salvador, país en el que fue asesinado por su oficio. A un régimen que impone inequidades no le conviene que las personas no tengan pensamiento crítico. Por otro lado, en los 70, los mismos planteamientos de la crítica se llevan a los planos de la educación, que consecuentemente da origen en Brasil a la educación popular con Paulo Freire, quien inició a cuestionar la llamada 'educación bancaria', y que, además, afirmaba que el saber es una construcción social. Sumado a esto, emerge también la sociología militante de Fals Borda, quien a diferencia de su compañero de estudio Camilo Torres, sacerdote guerrillero fundador del Ejército de Liberación Nacional, decidió seguir con sus planteamientos críticos sin dejar seducirse por la lucha armada, planteando que hay que tomar posición crítica sobre todo asunto sin ceder al neutralismo, ya que hacerlo es convertirse en cómplice. Entonces, según Maritza Montero, la Psicología Social Crítica tiene dos orígenes fundamentales, que son 1) el surgimiento de esta perspectiva de las ciencias sociales en América Latina, y 2) a nivel anglosajón, llamada Psicología Radical, que somete al escrutinio la perspectiva tradicional psicológica. De acuerdo a la visión de Montero, esta perspectiva que nacía en las Ciencias Sociales (como se cita en.…), cambia el modo de ver las cosas, devela mecanismos que subyacen al poder, abre nuevas perspectivas del conocimiento y libera de modos preestablecidos de observar la realidad psíquica, que eran considerados como únicos hasta ese momento. Como características bases de la condición "crítica" de esta perspectiva, se debe tener en cuenta algunos puntos que giran alrededor del concepto eje de la misma: La crítica existe cuando se identifican las diversas explicaciones que se pueden hallar en un fenómeno, ya que se parte del concepto crisis, de significado griego, que representa la facultad o acción de elegir. Además, se debe aceptar un clima de perturbación como resultado del análisis íntegro del fenómeno considerado, ya que la crítica, en su señalamiento del origen y camino que recorre el planteamiento, permite ver sus vacíos, incoherencias y debilidades, así como sus fortalezas, dejando ver que no es una única norma a seguir. Por otro lado, la crítica, que es siempre perenne, recibe el carácter de fatalidad de la vida cotidiana, ya que es la vía por la cual se llega a la prueba de la falsedad de las 'verdades'. Sumado a esto, la crítica nunca tendrá carácter estático, sino cambiante. Todo planteamiento, teoría, perspectiva o ley será objeto de la crítica, dando a entender que esta no tiene contenido ni forma preestablecida. Sin duda, la crítica no debe ser vista ni buena ni mala, sino como un instrumento útil y menester para transformar las cosas, que siempre mostrará las debilidades y fortalezas de lo criticado y de quién critica. Como última característica, se anota que el movimiento crítico da a entender que el conocimiento está marcado por la historicidad de su producción, y no por un reflejo objetivo de la realidad (cita). Michel Foucault decía que "la crítica es absolutamente indispensable para toda transformación" (Foucault, 1981). Para él, el pensamiento existe más allá de lo ya establecido, y la crítica tiene como objetivo despertar ese pensamiento y buscar cambiarlo, demostrando que "las cosas no son tan evidentes como se cree, procurar que lo que se acepta como evidente ya no sea evidente". O sea, según Foucault, hay que interesarse por transformar el pensamiento a través de la crítica, porque la transformación que ajusta el pensamiento preestablecido a la realidad de las situaciones "no es más que una transformación superficial". El objetivo es, en otras palabras, llegar al punto de no poder pensar más lo que se pensaba, entendiendo esto como un proceso gradual y sempiterno.
Referencias FOUCAULT, M., "¿Es importante pensar?", entrevista con D. Éribon, Libération, No. 15, París, 30-31 de mayo de 1981, p. 21, trad. Silvana Ferrentino.