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Resumen Ejecutivo

RESUMEN EJECUTIVO

El estudio tuvo un diseño descriptivo transversal prospectivo usando múltiples


fuentes primarias y secundarias de información. Se evaluaron a dos grupos:
exbeneficiarios y beneficiarios al momento del estudio. A efectos de reducir la
heterogeneidad de los grupos a estudiar, se definieron criterios de exclusión
relacionados a la permanencia del programa, complicaciones, información
incompleta, enfermedades mentales, etc.

El 70% de los beneficiarios PANTBC tienen entre 18 y 34 años, la cuarta parte


de ellos son jefes de su hogar, mientras que algo menos de la mitad son hijos
del jefe. Sus hogares están conformados en promedio por cinco miembros.
Alrededor del 80% tienen nivel de instrucción secundario o superior.

El 60% de los exbeneficiarios se encontraba con trabajo remunerado al


momento de la encuesta. Por otro lado, únicamente el 33% de beneficiarios
actuales tenía trabajo y el 54% se encontraban “cuidando la casa”.

La mitad de los jefes de hogar trabajan en el sector servicios, mientras que una
tercera parte pertenecen al sector comercio y un 15% al sector industrias. Dos
tercios de las viviendas son de propiedad de algún miembro del hogar,
típicamente de paredes y pisos de material noble, con servicios de agua y
desagüe intradomiciliarios.

El 60% de los beneficiarios fueron encontrados con un índice de masa corporal


(peso/talla2) normal, mientras que 13% estaban en sobrepeso u obesidad. La
proporción en déficit o bajo peso fue mayor entre los beneficiarios (27%)
respecto a los exbeneficiarios (13%). De modo similar, la proporción en
sobrepeso u obesidad fue menor para los beneficiarios (13%) respecto a los
exbeneficiarios (31%).

Uno de cada cinco beneficiarios fue encontrado anémico y uno de cada veinte
con déficit de Vitamina A.

Mediante una entrevista a 56 establecimientos de salud se registraron diversos


aspectos relacionados a su infraestructura y recursos. Así por ejemplo, se
encontró que las dos terceras partes eran Centros de Salud, y que los
responsables eran médicos en el 93%. Según los estándares del MINSA, el
84% de estos establecimientos contaba con el personal adecuado para la
atención ambulatoria según su nivel resolutivo.

Evaluación de Impacto Nutricional – PANTBC 7


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El 90 y 80% contaban con los antibióticos necesarios para los esquemas de


tratamiento de la tuberculosis I y II. Del mismo modo, dos terceras partes
contaban con los antibióticos para el esquema multidrogoresistente.

En el 35% de establecimientos los responsables del programa declararon que


durante el segundo semestre del 2002 tuvieron al menos una entrega
incompleta de canastas. Este porcentaje alcanzó un 14% para el último
reparto.

Durante el 2002 el personal responsable del PANTBC recibió en promedio 3.4


capacitaciones, siendo los temas más frecuentes manejo del PANTBC (29%),
almacenamiento de alimentos (19%) y temas de alimentación y nutrición (20%).
Prácticamente todos los responsables del PANTBC tuvieron conocimientos
adecuados sobre identificación de pacientes y los esquemas de tratamiento
antibiótico. Cuando se les preguntó por los temas que es necesario informar
a los nuevos pacientes, solo la antibioticoterapia apareció como respuesta en
más del 80%, mientras que duración del tratamiento, su importancia, las fases
y control de esputo tuvieron una presencia igual o menor al 53%.

Entre las recomendaciones para evitar el contagio, los responsables


mencionaron mantener ambientes ventilados en el 68%, separar los utensilios
50%, alimentarse adecuadamente 46% y desinfección de pisos 41%.

Este personal declaró que los efectos colaterales más frecuentes son náuseas
(57%), “ardor de estómago” (50%), y dolor de cabeza (21%). Según su
apreciación, estos serían causados principalmente por rifampicina (59%),
etambutol (25%) e isoniacida (23%).

El 95% del personal de salud considera como contactos a todos los familiares
de la persona con diagnóstico de tuberculosis, siendo las principales
actividades investigación bacteriológica, colocarles PPD, quimioprofilaxis en
menores de cinco años y consultas médicas.

El 57% coincide con las normas en declarar a un paciente recuperado cuando


ha terminado su tratamiento y su control baciloscópico es negativo.

En cuanto al manejo de los pacientes por el programa, se registró que al 94%


de los expacientes entrevistados se les realizó análisis de esputo, al 75% placa
de tórax y al 25% cultivo. El 77% estuvo en esquema I, y 20% en esquema II.

El 57% de los pacientes declaró haber pasado por una evaluación y orientación
nutricional, mientras que el 47% dijo haber sido atendido por el servicio de
psicología. Al 39% le midieron la presión arterial alguna vez y el 2% recibió
consulta de salud oral.

La conclusión más frecuente (35%) de las supervisiones recibidas por el


establecimiento no incluyó recomendación alguna. Mientras que las
conclusiones más frecuentes de las evaluaciones fueron relacionadas a la
recuperación del paciente (49%) y los alimentos (15%).

8 Evaluación de Impacto Nutricional –


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La compra de alimentos a través de la Bolsa de Productos de Lima durante el


2002, no necesariamente significó mejoras en cuanto a eficiencia en la
ejecución presupuestal, tiempo de entrega o satisfacción en la atención a
reclamos a los proveedores. Sólo en una región se pudo documentar una
pequeña ventaja (5%) de precios respecto a los obtenidos por adjudicación
directa. Todo esto pudiera representar el lento proceso de aprendizaje que
experimentaran durante el 2002 las regiones de salud, antes que el programa
fuera transferido al PRONAA.

La transferencia al PRONAA no había culminado al momento de cerrar el


acopio de información para el presente informe (Marzo 2003).

La canasta que según las normas entrega el PANTBC cubre el 40% de los
requerimientos para tres personas (padre, madre, hijo), en cuanto a proteínas
totales y grasas. En cambio el aporte de energía es 5% menor al esperado, el
de carbohidratos 14% menor y el de proteínas de alto valor biológico 61%
menor.

El 100% de aquellos que recibieron canasta, recibieron aceite vegetal, el 98%


arroz y menestras, mientras que el 80% recibió grated de pescado. Solo el
15% recibió leche como producto sustituto.

El frijol fue regalado por un 24% de familias PANTBC, mientras que un 11%
regalaban las otras menestras recibidas y un porcentaje similar el grated de
pescado.

El porcentaje de los alimentos que consume la familia que es consumido por el


paciente, resulta máximo para el grated de pescado (26%), mientras que para
los otros productos oscila entre el 12 y 15%.

Los alimentos de la canasta PANTBC que son ingeridos aportan el 13% de los
requerimientos energéticos del grupo objetivo. Para otros nutrientes este
porcentaje alcanza al 17% en el caso de las proteínas totales, 16% para
carbohidratos, 10% para proteínas de alto valor biológico y 5% para grasas.

El 40% de los pacientes fueron encontrados con una ingesta deficiente de


energía. El déficit de ingesta entre los pacientes fue máximo para grasas
(84%) y mínimo para carbohidratos (25%). La mitad de los pacientes fueron
encontrados con un déficit de ingesta de hierro y Vit
Cuando se evaluó cambios en el índice de amina A.
masa corporal respecto al tiempo que dura la permanencia de los pacientes en
el PANTBC, se evidenció un incremento sin importar esquema de tratamiento.
Este incremento se debe a una reducción en el porcentaje de pacientes con
déficit y un incremento en el grupo en sobrepeso, manteniéndose virtualmente
sin cambio el porcentaje de “normales”. Entre los pacientes en esquema 1, el
grupo más numeroso, aquellos que recibieron menos de tres canastas lograron
un incremento del IMC inferior en 0.45 puntos respecto a los que recibieron 6 o
más.

Evaluación de Impacto Nutricional – PANTBC 7


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Luego de la mejora hacia el final de la permanencia en el mismo, luego de un


periodo no menor de tres meses, se nota un ligero incremento del porcentaje
en bajo peso o déficit. Esto apuntaría a un deterioro del IMC luego de
interrumpir la recepción de alimentos.

El conocimiento previo que se tiene sobre la enfermedad muestra ser


importante para lo que se refiere a aspectos generales sobre la gravedad de la
enfermedad, el tipo de tratamiento, técnicas apropiadas de diagnóstico. A
pesar que no es desconocida, la tuberculosis si aparece como algo lejano, lo
que condiciona que frente a los síntomas de tos persistente no se sospeche de
esta infección, a pesar de haber tenido cerca de la tercera parte de los
entrevistados un familiar con la enfermedad.

La tos persistente, que no se cura tiende a ser asociada con la posibilidad de


tener tuberculosis, pero no así en un período de tiempo de 15 días, al que se
considera corto. De otro lado, en el camino de búsqueda de atención a sus
dolencias, el recurrir a establecimientos de salud no necesariamente implica,
durante los primeros contactos, el que se realicen pruebas diagnósticas
específicas para detectar el mal, según lo reportado por las personas enfermas
abordadas.

El marco explicativo de los orígenes de la enfermedad gira en torno al rol


principal de la mala alimentación. Esta categoría que incluye desarreglos en
horarios, en calidad y en cantidad de alimentos, así como en el apetito, está
acompañada también por el rol del contagio, y en menor medida por razones
vinculadas al descuido personal. El comportamiento dependiente de drogas o
alcohol resulta siendo mencionado en mayor proporción por las personas
vecinas de casos de tuberculosis.

Se tiende a resaltar medidas de separación para el enfermo de su entorno


familiar como tácticas para enfrentar la transmisión de la tuberculosis en el
hogar. No se manifiesta mucha confianza hacia la quimioprofilaxis como
barrera efectiva para evitar el contagio hacia los niños.

La casi total aceptación del tratamiento se ve cuestionada por los efectos


colaterales y por el hecho de tener que tomar muchas pastillas juntas a un
ritmo tan intensivo. La tendencia a tomar como más importante la primera fase,
hace que algunos pacientes se muestren proclives a la inasistencia durante la
segunda fase del tratamiento. Adicionalmente, el trabajo, el no querer asistir o
eventualidades con la falta de atención en el establecimiento de salud, explican
las inasistencias ocurridas. Los familiares de los pacientes aparecen como un
elemento importante para frenar la tendencia a inasistir, toda vez que ellos
también perciben un mayor riesgo para su salud si el enfermo falta al
tratamiento.

Si bien la mayoría de los pacientes conoce la posibilidad de recaída luego de


terminado el tratamiento, las medidas de cuidado posteriores se refieren mas a
asegurar una buena alimentación y en menor medida se toma en cuenta el
control periódico por medio del análisis de esputo.

8 Evaluación de Impacto Nutricional –


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El estigma social sigue estando asociado de manera fuerte a la enfermedad,


por lo que se prefiere no comunicar el diagnóstico más allá del círculo familiar.
La calificación de ser tuberculosos se extiende a toda la familia del enfermo.

Sobre el grado de satisfacción hacia el PANTBC encontramos que el ámbito de


las interacciones personales y educativas se muestra bastante favorable a la
aceptación de los beneficiarios y ex beneficiarios. Esto no exime el hecho que
el tipo de metodología manejada en las capacitaciones deba cambiar hacia una
forma más participativa y que parta de los contenidos manejados ya por los
pacientes, alejándose de un estilo de trabajo mas bien unidireccional y
expositivo.

En el ámbito del funcionamiento del programa, resulta evidente la falta de


caracterización como programa aparte del PNCT. Esto viene a ser importante
en tanto la preocupación por la nutrición es fundamental para explicar la
causalidad de la enfermedad, pero también su curación. Y teniendo en cuenta
esta conceptualización, puede ser capitalizada para trabajar temas mucho más
dirigidos a garantizar la continuidad en el tratamiento antituberculoso, como
sería por ejemplo el trabajar a partir de la alimentación los temas de
autoestima, con un enfoque integrador entre psicología y alimentación, por
ejemplo, para contrarrestar el alto costo emotivo y social que conlleva la
enfermedad.

Los principales factores de insatisfacción para algunos beneficiarios y ex


beneficiarios giran en torno al incumplimiento con la entrega de canasta de
alimentos. Del mismo modo que los principales elementos que condicionan la
satisfacción con el programa se refieren a la contribución que los alimentos
tienen para lograr una recuperación del estado de salud.

Para las encargadas, el programa estaría teniendo buena repercusión no tanto


a nivel de lo alimenticio como sí para garantizar la continuidad en el
tratamiento.

Evaluación de Impacto Nutricional – PANTBC 7


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8 Evaluación de Impacto Nutricional –

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