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VI JORNADAS INTERDISCIPLINARIAS

DE ESTUDIOS AGRARIOS Y AGROINDUSTRIALES


Buenos Aires, 11, 12 y 13 de noviembre de 2009

Eje temático 4: Problemas demográficos y de organización del territorio. Migraciones y nuevos espacios
agrícolas. El concepto de ruralidad.

Procesos sociales agrarios y movilidades territoriales1


Mónica Bendini y Norma Steimbreger 2
Acerca de lo rural y lo urbano
La investigación social acerca de la movilidad territorial y de los procesos de cambio en el
mundo rural nos introduce en el campo de la reflexión teórica acerca de la presión de la
modernización en el agro y de la significación de lo rural como espacio no residual frente a
lo moderno y urbano.
Consideramos que el análisis de los espacios rurales integra los ámbitos urbanos para la
comprensión de su funcionamiento y sus transformaciones, a través de las relaciones de
mercados de producto, laboral, de servicios. Por un lado se observa el hecho que
productores y asalariados con sus familias viven en centros urbanos o pueblos rurales y
trabajan en el campo, sea en forma permanente o temporal: por otro, se da el hecho que
teniendo residencia rural, trabajan en centros urbanos o pueblos rurales. Una cuestión
vinculada tiene que ver con el centramiento/descentramiento de lo agrario en lo rural en
cuanto el tipos de ocupaciones y fuentes de ingresos agrícolas y no agrícolas, las que
generan un entramado de relaciones sociales y económicas complejas y dinámicas. La
interdependencia entre el mundo rural y el medio urbano potencia la pluriactividad en los
sujetos y en los pueblos rurales (Gómez, 2008; Pérez Correa, 2001; Tsakoumagkos, 2005)
Otro debate refiere a la naturaleza de mundo rural. Wanderley (2001) propone dos
elementos diferenciadores que le otorgan identidad. Uno de ellos es el espacio rural como
territorio diferenciado y construido socialmente resultado de la ocupación, de las formas de

1
En este texto se incorporan datos y avances de proyectos del Grupo de Estudios Sociales Agrarios (GESA):
PICT ANPCyT 38146, PIP CONICET 6825 y FADECS UNCo 072.
2
Dra. en Sociología. Investigadora y Directora del GESA. Profesora de la Facultad de Derecho y Ciencias
Sociales. Universidad Nacional del Comahue, Argentina
Dra. en Universidad de Murcia. Profesora del Departamento de Geografía e investigadora del GESA.
Universidad Nacional del Comahue, Argentina.
dominación social que tiene como base material la estructura de tenencia y uso de la tierra y
otros recursos naturales; y de las relaciones campo-ciudad. El otro es el lugar de vida, es
decir, donde se vive y se vivencia el mundo. Se trata de una concepción del medio rural
como lugar específico de vida y de trabajo, que incorpora a los sujetos del medio rural en su
diversidad (Wanderley, 2001). La autora “caracteriza a la ruralidad en tanto espacio de vida
y de identidad social y expresa la hipótesis que en las sociedades modernas el medio rural
más allá de perder sus significaciones y de diluirse en una homogeneidad social urbana,
reitera sus particularidades, afirmándose como un espacio singular y un actor colectivo”
(Bendini, 2006:92). De forma propositiva, al igual que Murmis (1998), Bendini señala que
es necesario profundizar la investigación empírica, los estudios de caso para comprender la
gran diversidad de situaciones al interior del mundo rural.
Mostramos en este trabajo situaciones diversas de dinámicas urbano rurales y de
desplazamientos espaciales a nivel de sujetos y de actividades en regiones agropecuarias de
la provincia de Río Negro, las que entendemos ejemplifican las cuestiones planteadas.
Como señalan Sequeiros y Osorio (2001), los conceptos de rural y urbano están en
constante intercambio y mediación y necesitan redefinirse con el tiempo en relación a los
contenidos a los que se aplican. En el contexto de estudio, los nexos entre lo rural y lo
urbano; entre lo rural disperso/diseminado 3 (campo abierto) y lo rural aglomerado (pueblos
y parajes) y entre actividades extensivas (ganadería de secano “rural diseminado”) e
intensivas (agricultura bajo riego con pluriactividad agraria y no agraria) involucran formas
históricas y recientes de movilidad territorial de la población.
Las regiones que analizamos -agrícola empresarial a escala de exportación con importante
presencia de trabajadores extrarregionales; agrícola tradicional intensiva “cuasiurbana” con
predominio familiar en base productiva; ganadera extensiva marginal con presencia
campesina e indígena y persistencia de pueblos/parajes rurales- contienen un hilo
comprensivo común que es la presión de la actual modernización (Csurgó, Kovách, y
Kucerová, 2008; Pérez Sainz, 2005) en la construcción social de territorialidades -del
capital y del trabajo.
La investigación empírica se basa en estudios de caso, los que tiene la particularidad de
involucrar regiones y actores. Resultado de esta aproximación, el diseño metodológico
combina fuentes de datos primarios y documentales/censales, técnicas de relevamiento y de
3
Vapnarsky (1983) identifica población aglomerada con el concepto de localidad tal como fuera definido
anteriormente y se refiere a aquella población que está radicada en ciudades, pueblos y parajes con áreas
edificadas y alguna trama mayor o menor de calles. Asimismo introduce los términos población dispersa y
población diseminada. En el primer caso, el autor se refiere a la población que generalmente se ubica en áreas
rurales de regadío destinadas a cultivos o a ganadería intensiva y, en el segundo, a la población que se
encuentra en las áreas de secano destinadas a la ganadería
análisis cuantitativo y cualitativo. El estudio acotado a espacio geográfico -provincia de Río
Negro- entendemos no implica un recorte arbitrario de los procesos o del espacio social que
construyen los actores y sus relaciones. Más bien, intentamos centrar el análisis en puntos
de anclaje, donde los rasgos regionales se presentan más claramente destacados (Alvaro y
Bendini, 2008) y generar categorías teóricas que faciliten interpretaciones comparativas de
alcance más genérico. En este sentido, integramos las tres regiones en la reflexión analítica
sobre las vinculaciones de la movilidad espacial y los nexos rural urbano con los procesos
sociales agrarios y dinámica del mundo rural que los condicionan, orientan o facilitan.

Ejes teóricos que vertebran el abordaje


Las dimensiones de análisis que trasvasan este trabajo -cadenas de valor agropecuario,
pueblos rurales, pluriactividad y movilidad territorial- permiten recorrer el camino en la
construcción social de los datos e interpretar las situaciones diferenciales en el actual
contexto de la modernización.
Cadena de valor agropecuaria. La consolidación de las cadenas de valor agropecuaria es
otra de las formas de expresión de la modernización globalizante. Implica la profundización
de la integración vertical y de los controles en los distintos eslabones o segmentos, desde la
producción al consumo final de los productos agrícolas. Este proceso es acompañado, en las
últimas décadas, de una creciente concentración, intensificación y movilidad del capital y
del trabajo, transnacionalización y multilocalización empresarial; complejas estrategias de
descentralización geográfica productiva /centralización de agestión, acompañado por
requerimientos crecientes de mano de obra transitoria mayoritariamente extra-local. Se
producen, a su vez, importantes alteraciones en el comportamiento del sistema productivo y
en consecuencia en la sociedad y el territorio.
En síntesis con la internacionalización del capital y con la globalización de la
modernización agroindustrial, se extiende el control del gran capital en el campo. Su
penetración no es homogénea y genera modalidades diversas de inserción de los diferentes
agentes de la cadena, desplazamiento doble del capital hacia donde la mano de obra es
barata y del trabajo hacia los lugares donde se establece el capital (Bendini, 2007). En este
contexto hay aumento del trabajo temporario, de la pluriactividad y cambios en la dinámica
poblacional. Asimismo, el desarrollo de las distintas cadenas manifiesta cursos inciertos y
cambiantes; emergen nuevas formas de organización, nuevos requerimientos, los que
fuerzan a los actores sociales a continuos reposicionamientos y producen movilidades
sociales y territoriales (Bendini y Steimbreger, 2005)
Pluriactividad. Los estudios rurales en Argentina coinciden en definirla, a nivel general,
como la combinación de actividades agrarias y no agrarias y de fuentes de ingresos, en la
extensividad del este comportamiento a diversos estratos de la estructura social, y respecto
del peso creciente que adquiere esta práctica en la conformación del ingreso (Neiman y
otros, 2001; Cucullu y Murmis 2003; González y otros 2005: Gras. 2005; Alvaro 2008;
Bendini, Murmis y Tsakoumagkos, 2008). Tradicionalmente los trabajos sobre el tema
abordan la pluriactividad como una estrategia de adaptación tendiente a garantizar la
persistencia de las explotaciones más vulnerables, frente a los nuevos requisitos de
capitalización. Más recientemente, la creciente importancia de las ocupaciones no agrícolas
y, en especial, las no asalariadas tanto entre aquellos sectores como entre las capas medias,
abrió una serie de interrogantes teóricos en relación con la viabilidad de la ocupación
agraria como actividad independiente y autosustentada (Craviotti, 1999).

La pluriactividad no representa una respuesta meramente de supervivencia, no se asocia


solamente a problemas de sostenibilidad de la unidad productiva o de supervivencia
familiar; puede ser también un comportamiento que refleje formas de diversificación
orientadas a la acumulación. Puede ser una práctica histórica o nueva en el desarrollo de
carreras vitales y laborales de los integrantes de la unidad familiar. Muchas familias agrarias
–es decir, cuya inscripción en el sistema social viene dado por una inserción exclusiva en la
producción agropecuaria – no tienen residencia rural (dispersa o cuasiurbana9 es decir
residen en pueblos rurales o centros urbanos. En otros casos, familias cuya actividad
principal es o era hasta hace poco no agraria, tienen residencia rural porque residen en las
explotaciones. En otras palabras, si anteriormente era posible establecer cierta identidad
entre ocupación y residencia, hoy esta asociación se torna difusa (Cravioti, 2005).

Entre los factores a considerar, obran aquellos vinculados con las características de los
mercados locales de trabajo, la cercanía de las ciudades, las oportunidades de trabajo y
requerimientos. Ligado a lo anterior la pluriactividad se ve favorecida por el acceso a
niveles de formación de los miembros de la familia, En el caso de los pueblos rurales, la
pluriactividad nos sitúa en un terreno distinto ya que la mayor parte de las veces el sistema
de actividades no está organizado alrededor de una parcela o chacra (Murmis y Feldman,
2005).

Pueblo rural. Localización en la cual se desarrollan actividades que cubren una vasta gama
laboral desde el trabajo sin capital hasta distintas formas de utilización de capital. En
Argentina la definición de pueblo rural es predominantemente estadística y refiere a los
centros poblados/localidad/aglomeración con menos de 2.000 habitantes. La población de
estos pueblos sumada al resto que reside a campo abierto, se clasifica como rural.

Una tendencia observada en Argentina según registros censales es que la población rural y
la población rural dispersa disminuyen 9 y 8,5 por ciento respectivamente entre 1991 y
2001 en Argentina sin embargo ese hecho coexiste con crecimiento, 11 por ciento de la
población rural aglomerada -pueblos rurales (Murmis y Feldman, 2005). Adoptamos el
concepto ampliado de pueblo rural que excede la demarcación cuantitativa y que incluye
modos de vida, redes de relaciones sociales, representaciones colectivas e imágenes
identitarias del mundo rural. Se trata de pueblos que a pesar de tener más de 2000 habitantes
mantienen particularidades históricas, sociales, culturales, ambientales que los constituyen
con una naturaleza más próxima a lo rural.

Movilidad territorial. Implica moverse en espacios multiformes y cada vez más amplios;
desde los desplazamientos cotidianos hasta las estadías de larga duración, desde los
movimientos pendulares a circulares continuos, desde los asentamientos temporarios hasta
los más o menos definitivos, desde trayectorias migratorias hasta comportamientos
ocasionales (Domenach y Picouet, 1995; Bendini y Steimbreger, 2008). Se trata de todos los
fenómenos y procesos relacionados con el desplazamiento geográfico de los individuos que
componen una población (CENEP, 1995).

El concepto de residencia actúa como criterio de demarcación temporaria de la movilidad.


Tradicionalmente la noción de residencia única definía el carácter de la movilidad. La
multiplicidad de trayectorias y de su duración redefine el concepto ya que diminuye la
importancia de la residencia única, emergen categorías nuevas tales como residencias
principal/secundaria, múltiples, ocasionales, sucesivas. Algunos autores incorporan la
noción de espacio de vida que delimita el ámbito territorial de actividades y relaciones que
supera el lugar de residencia y del trabajo Por otro lado estos espacios y la residencia base
se redefine según sea la reversibilidad del movimiento (Domenach y Picouet, 1995).

Se pueden distinguir desplazamiento que se realizan en el interior del espacio de vida sin
modificarlo -desplazamientos cotidianos o temporarios entre diferentes lugares que
constituyen ese espacio- y aquellos que modifican el espacio habitual, sea por la ampliación
o reducción del número de lugares utilizados o por un cambio radical del área de residencia.
En el caso de la movilidad estacional, ésta ya no implica ruptura entre el lugar de origen y
de destino: sea el movimiento pendular o circular (Lara, 2006); adopte la forma de
nomadismo laboral o seminómade, responda a la lógica de retorno al hogar (Pedreño, 1999)
aunque esa lógica se resignifique con las propias trayectorias generacionales, proyectos
migratorios familiares o, por su alcance, sea ocasional o temporario con repetición del
movimiento. La movilidad involucra un amplio abanico de movimientos, los casos que aquí
se presentan dan cuenta de algunos, entendiendo que la modalidad que adoptan puede
extenderse a otros contextos situaciones.

Procesos sociales en regiones rurales de la Patagonia


En un contexto donde se vuelve más difusa la división entre movimientos de trabajadores
familiares y asalariados intra/interterritoriales, entre desplazamientos de tipo definitivo y
ocasional/transitorio, entre residencia única y múltiple y entre espacios de vida y de trabajo,
se presentan tres casos empíricos de una misma unidad jurídico-administrativa, provincia de
Río Negro en la Patagonia, Argentina.
La organización histórica de las estructuras socio productivas regionales en las cuales
incidieron decididamente las políticas públicas, tuvo su correlato en la distribución de la
población de Río Negro y la forma que ha adquirido el desarrollo del capitalismo agrario.
Así, en esta Provincia patagónica, se contraponen por un lado, áreas con fuerte
concentración demográfica y económica como es son las zonas turísticas, los centros
mineros y los oasis de riego donde se localizan dos de los tres estudios de casos: el Alto
Valle tradicional y el Valle Medio como nueva área de expansión, ambos especializados en
la producción de peras y manzanas para exportación. Por otro, las áreas de meseta 4
destinadas a la producción ganadera extensiva, muy escasamente pobladas. En este último
espacio, se localiza el tercer caso: la Línea Sur caracterizada por la persistencia de pueblos y
parajes rurales, escaso dinamismo económico e histórico aislamiento.
En estas regiones, la dinámica de la movilidad espacial es analizada según tipo de
movilidad, en base a las dimensiones: duración temporal y reversibilidad del movimiento,
actividades/ocupaciones diferenciadas o combinadas, dirección del desplazamiento entre
ámbitos rurales y urbanos, carácter específico que asume lo rural y lo urbano. Los casos de
estudio comparten condiciones macro estructurales que moldean la estructura social y
productiva, y la presión de la modernización que paradojalmente no reduce las
desigualdades socio territoriales, es decir persisten asimetrías y formas de subalternización
y marginación que podrían pensarse superadas (Murmis y Bendini, 2003)

4
Se trata de mesetas áridas y de estepa arbustiva. Estas geoformas se han originado por movimientos
epirogénicos de ascenso y descenso que han afectado a sedimentos cretácicos y terciarios dispuestos
horizontalmente, los que a su vez han sido labrados por el poder erosivo de los ríos durante el Cuaternario.
I. Región agrícola de exportación empresarial a escala con presencia de trabajadores
estacionales extrarregionales

El proceso de incorporación de tierras al circuito frutícola en el norte de la Patagonia


argentina está estrechamente vinculado a la creciente demanda internacional de frutas
frescas de contraestación y a la necesidad, por parte de las firmas agroexportadoras, de
adecuar su organización y logística para responder de manera rápida y flexible a los
requerimientos crecientemente cambiantes de la demanda.
La especificidad que asume en la actualidad la expansión del gran capital en el Valle Medio,
expresa una forma particular de ampliación de la frontera agrícola, distinta de los procesos
de colonización del Alto Valle tradicional y del mismo Valle Medio en la primera mitad del
siglo pasado. La nueva organización técnico-productiva en gran escala, produce una
revalorización económica del territorio en función de los procesos de reestructuración de los
patrones de acumulación mundial, se consolidan las empresas agroalimentarias articuladas
al mercado global y al capital trasnacional y se configuran en la región mercados laborales
flexibles.

Esta región está localizada en la cuenca media del río Negro, en el departamento
Avellaneda, provincia de Río Negro, a 100 km de la zona tradicional del Alto Valle, a no
más de 250 km del puerto de San Antonio Este. En las últimas décadas, se observa una
revalorización del territorio a raíz de la expansión productiva y descentralización geográfica
de algunas empresas integradas. Surge un “nuevo espacio agrícola” con producción a escala
y que demanda importantes volúmenes de mano de obra estacional. Los rasgos actuales más
destacados son: posicionamiento hegemónico de grandes empresas en la cadena frutícola,
desplazamiento y subordinación de pequeños y medianos productores, disminución del
trabajo familiar, identificado tradicionalmente con la pequeña producción., incremento de
trabajadores asalariados, predominantemente de tipo transitorio, consolidación de flujos
migratorios estacionales, asentamiento de migrantes extrarregionales e importante
crecimiento demográfico de las comunidades rurales.
Esta agricultura demanda fuertes requerimientos de mano de obra en época de cosecha, que
supera ampliamente la oferta local. Se generan desplazamientos pendulares desde
provincias distantes (en promedio una distancia de 2.000 km), principalmente del norte
argentino. Fuentes institucionales y gremiales estimaron que la cantidad de trabajadores
extrarregionales se incrementó en algo más del 50 por ciento en la última temporada,
2008/09. Esta movilidad llega a duplicar estacionalmente la población local (en términos
absolutos significa un incremento, en promedio, de 4.500 habitantes en pequeños centros
urbanos que no superan los 10.000 durante la cosecha). Este proceso además se expresa en
la radicación de población migrante y por ende, en un sustantivo crecimiento de algunas
localidades (es el caso de la población de Chimpay y Coronel Belisle que en el último
período intercensal, crecieron por encima del 100 por ciento; o de Lamarque y Darwin que
umentaron entre 30 y 40 por ciento).
La movilidad pendular que se genera a partir de la localización de grandes empresas
frutícolas, no es nueva (trabajadores migrantes arribaban con su familia para la cosecha del
tomate en décadas anteriores a la expansión frutícola) pero se produce un cambio cuanti
cualitativo en el volumen y naturaleza de los flujos migratorios (perfil sociodemográfico,
origen, volumen, forma de contratación y reclutamiento) con consecuencias en las
comunidades. La demanda estacional extrarregional persiste y se incrementa por aumento
de la superficie cultivada, de los mayores rendimientos y de la productividad del trabajo.
Estos trabajadores se alojan temporariamente en áreas rurales de producción (en gamelas
empresariales, trailers, piezas compartidas en la explotación) y algunos pocos, en centros
urbanos o pueblos rurales próximos (inquilinatos, piezas precarias)
La siguiente tipología diferencia a los trabajadores asalariados que se desplazan en forma
pendular teniendo en cuenta las ocupaciones y ámbitos de residencia base y de trabajo 5: i)
asalariado con multiocupación agraria, residencia base urbana y periurbana; ii) semi
asalariado, campesino con tareas prediales y extra-prediales, proveniente de Santiago del
Estero y en menor medida de Tucumán, con residencia rural; iii) asalariado urbano o
periurbano con pluriactividad multisectorial, combina tareas urbanas y agrícolas
estacionales, proveniente del norte del país y de la Línea Sur; iv) desocupado urbano en área
de origen u ocupado ocasionalmente en sector servicio, comercio, de reciente inserción
agrícola, proveniente de distintas localidades de la Provincia.
Asimismo, a nivel de dinámicas urbano rurales, se generan distintas movilidades espaciales
de tipo pendular o circular: i) entre áreas rurales de origen y de destino (movilidad rural
disperso a rural disperso), ii) de zona rural dispersa a pueblo/centro urbano (movilidad rural
disperso a urbana/rural aglomerada), iii) de zona urbana o periurbana extrarregional a
pueblos o centros urbanos (movilidad urbano/rural aglomerado a urbano/rural aglomerado),
iv) de zona urbana o periurbana extrarregional a las explotaciones agrícolas (urbano/rural
aglomerado a rural disperso).

5
Para mayor detalle sobre esta tipología ver Bendini, M.; Radonich, M. y Steimbreger, N. 2001. “Los trabajadores
agrícolas estacionales. Marco teórico-metodológico para un estudio de caso”. En Estudios Migratorios
Latinoamericanos. Año 16, N° 47.
En síntesis, en esta región predomina la territorialidad del capital materializada por la
movilidad del gran capital transnacional o transnacionalizado que, en las últimas tres
décadas, despliega una organización empresarial concentrada y a escala con fuerte demanda
de mano de obra estacional, generando entre otros efectos, las movilidades aquí descriptas

II Región agrícola tradicional intensiva rural “cuasiurbana” con predominio de base


productiva familiar
El Alto Valle de la provincia de Río Negro es el área frutícola bajo riego tradicional de la
cuenca del río Negro ubicada sobre su margen izquierda, desde las inmediaciones de la
confluencia de los ríos Neuquén y Limay, en el sector occidental del Valle hasta la
finalización del canal principal de riego en Chichinales en el sector oriental. Con un total
214.000 habitantes (INDEC, 2001) contiene el 47 por ciento del total provincial y agrupa 8
localidades que fueron surgiendo alrededor de las estaciones a lo largo de la línea del
ferrocarril (Colonización Sud), con una distancia de 10 kilómetros entre cada una. Este
trazado y posterior urbanización dio a la región impronta de ciudad lineal tal como la
caracterizan Vapñarsky y Pantelides (1987).
Orientada desde sus inicios, hace casi ochenta años, al mercado externo se configuró una
matriz productiva de base familiar (productores chacareros) con mano de obra asalariada,
principalmente para la cosecha. Esta organización social de la agricultura persiste aunque
actualmente coextiendo con empresas integradas. Disminuyen los trabajadores permanentes
-peones- que son sustituidos por transitorios permanentes locales con residencia
mayoritariamente en pueblos o centros urbanos, por migrante radicados (asentamientos,
barrios marginales, calles ciegas) y por trabajadores estacionales extrarregionales.
Es característica tradicional, la movilidad reversible pendular, otrora flujo rural rural
extralocal (campesinos o semiasalariados de otras partes de la región y de Chile) y
actualmente desplazamientos intrarregionales de migrantes asentados, interregionales de
otros lugares de la región y del norte del país, esta última descriptas en la región I de este
texto.
Focalizamos ahora, en el productor chacarero 6; sujeto identitario de esta zona. A medida que
el proceso de modernización fue tornándose selectivo y concentrado, este tipo de productor
(73 por ciento7 del total de productores del Alto valle) se torna mucho más subordinado en
la cadena, más limitado en sus opciones de expansión. Hay desplazamientos de unidades
familiares pero también persistencias. Estos sujetos agrarios desarrollan diferentes

6
Definimos al chacarero como productor familiar capitalizado y sujeto histórico identitario regional.
7
CAR 2005: Censo de Áreas Bajo Riego, provincia de Río Negro.
estrategias adaptativas, entre ellas la pluriactividad, fenómeno relevante pues alcanza al 38
por ciento de los productores de la región, cifra que supera ampliamente el 23 por ciento
del promedio nacional (Alvaro y Bendini, 2008).
La combinación de ocupaciones genera movilidades al interior de la región y contribuye a la
constitución de un espacio de vida y de trabajo pluriactivo con residencia única (rural o
urbana) o con doble residencia (urbana y rural). Datos primarios agregados 8 dan cuenta de la
existencia de una amplia gama de prácticas ocupacionales combinadas en las familias. Se
generan formas diversas de asumir la pluriactividad con desplazamientos del productor y/o
de familiares de tipo rural disperso (chacra) a pueblos dentro o fuera de la jurisdicción
ejidal. El carácter cuasi urbano de esta agricultura facilita esta dinámica socio espacial.
Los movimientos principales de los trabajadores familiares y asalariados en su conjunto
son: i) estacional extrarregional pendular, a veces circular (movilidades diversas urbano
rurales entre lugares de origen y destino de trabajadores asalariados); ii) pendular rural
disperso a centro urbano/rural aglomerado por pluriactividad asociada a cierto nivel de
capitalización de trabajadores familiares; iii) pendular urbano a rural por pluriactividad o
cambio de residencia de trabajadores familiares incluyendo el productor e igual que el
anterior asociado a ciento nivel de capital acumulado. iv) pendular urbano/rural aglomerado
a rural disperso de trabajadores asalariados que se trasladan ocasional, estacional o en forma
permanente a las chacras como espacio de trabajo; multiocupación.
En las últimas décadas aumenta la residencia base en centros urbanos por acceso a otros
mercados de trabajo, de bienes y, servicios. Prevalece la residencia rural en los productores
menos capitalizados y los desplazamientos pendulares en los más capitalizados asociados a
la doble residencia (rural-urbana) y a cambios en residencia base (de la chacra a la ciudad
próxima). La mitad de los productores reside en zona rural, en chacras que están muy cerca
del pueblo o centro urbano; un 41 por ciento reside en otros pueblos o centros urbanos de la
región y un 9 por ciento, en centros urbanos extrarregionales. En términos demográficos,
mayoritariamente se trata de desplazamientos internos, es decir, dentro de la misma unidad
político-administrativa (ejido). En menor medida, se puede observar movilidad territorial en
el sentido estricto del término, generándose traslados que implican cambios de jurisdicción
pero al interior de la región. Este dinamismo es consecuencia de la fuerte articulación rural
urbana que caracteriza a este oasis de riego, donde la continuidad de los espacios de cultivo
se va entretejiendo con el rosario de ciudades y pueblos que se localizan muy próximos

8
Datos de entrevistas semiestructuradas a 50 productores por relevamiento muestral (Proyecto GESA PIP
CONICET, 2007-08) en Cipolletti y Allen, localidades representativas del Alto Valle que forman parte de las
primeras colonias -Colonia Los Viñedos y Colonia La Lucinda respectivamente.
unos de otros (ciudad lineal), desde Chichinales hasta Plottier en dirección este-oeste y
desde Neuquén-Cipolletti hasta Contraalmirante Cordero, en sentido sur-norte.
Las inserciones pluriactivas de los chacareros asumen así características particulares en el
Alto Valle, ya caracterizado como ciudad lineal, y esa proximidad en la interfase rural
urbano es un hecho que incide en el tipo de ocupaciones predominantes y en las condiciones
para la pluriactividad; y, tiene que ver con el peculiar carácter cuasi-urbano de esta
agricultura intensiva. En el caso de la localidad de Cipolletti, este rasgo es mucho más
acentuado por su vecindad de la ciudad de Neuquén y explica el comportamiento más
pluriactivo de los productores que en Allen -53 y 24 por ciento respectivamente.
Las ocupaciones extraprediales que predominan son las de comercio. Las características del
Alto Valle hacen que ningún comercio de consumo sea sólo urbano y, sin duda, no es sólo
rural. Es interesante aquí, ver cómo es "gente de campo" la que se hace cargo de ese
comercio de consumo. En cierta medida las dos categorías de ocupaciones/inserciones que
siguen en importancia, tienen que ver con el mismo fenómeno de "fusión urbano-rural". Se
registra aproximadamente un 20 por ciento de profesionales, que se incrementa
notoriamente si se tiene en cuenta a los hijos. Varios de ellos se formaron antes de la
existencia de la Universidad regional. Incluso si se formaron en la Universidad regional esto
estaría indicando que participan de un circuito urbano-rural, no corriente en otros lugares.
Una segunda categoría es la de jubilados y pensionados, lo cual hace pensar también en un
contexto de presencia estatal que va más allá de lo rural y en residencias más urbanas por
razones de seguridad y de salud. En la categoría menos numerosa (14 por ciento)
encontramos las actividades más ligadas directamente a lo rural, son los casos de servicios
de maquinarias, de asesoramiento agrícola, de mantenimiento de red de riego, entre otros
(Bendini, Murmis y Tsakoumagkos, 2008)

Este escenario urbano rural facilita la pluriactividad por mayores oportunidades laborales y
educativas. A nivel de trabajadores familiares, se intensifica la histórica movilidad interna
rural dispersa a urbana y se complejiza con desplazamientos pendulares internos
urbano/rural aglomerado a urbano /rural aglomerado y extrarregionales a centros urbanos de
mayor complejidad en zonas aledañas. En síntesis, la región representa un espacio donde se
materializa tempranamente el capital internacional, se globaliza en las últimas décadas
aunque con persistencia de una organización familiar del trabajo en las unidades. Es decir,
se entreteje una territorialidad mixta capital – trabajo, con coexistencia asimétrica de una
organización empresarial y otra familiar de la agricultura.
III Región ganadera extensiva rural diseminada: con persistencia de campesinado y de
pueblos/parajes rurales.

Esta región corresponde a la Línea Sur que abarca una extensa zona de meseta destinada a
la producción ganadera extensiva -principalmente ovina- muy escasamente poblada. Por
sus características económicas es el área más deprimida y marginal de la provincia de Río
Negro. Su nombre proviene de la línea de ferrocarril trazada entre 1910 y 1934 a lo largo de
cinco de los seis departamentos rionegrinos que la integran. Durante décadas, esta región se
caracterizó por la pérdida de población o por el bajo crecimiento demográfico ligado a las
crisis de la ganadería lanar. A pesar de la desaceleración diferencial del crecimiento
demográfico e incluso de la expulsión de población, en el último periodo intercensal (1991-
2001) se produjo un incremento en la población de la mayoría de los pueblos rurales, y de
algunos parajes que componen la Línea Sur; como es el caso de las localidades de
Maquinchao (2.175 habitantes) y Pilcaniyeu (726 habitantes) cuya variación intercensal ha
sido del 13 y 18 por ciento, respectivamente.

Simultáneamente fue disminuyendo la población dispersa (campo abierto). En general, la


actividad ganadera se desarrolla en un contexto de importantes restricciones estructurales y
de creciente degradación de los pastizales por problemas climáticos, fundiarios, de manejo
de los recursos, de mercado de productos y precios relativos. Estos procesos impactan en el
volumen de existencias ganaderas y su productividad como en los niveles de rentabilidad, lo
cual trae aparejado una continua descapitalización y la consiguiente pérdida de ingresos de
los pequeños productores especialmente, que en algunos casos condujo al abandono del
campo. El círculo que generan estos factores es complejo y de difícil ruptura; situación que
exige políticas activas diferenciadas de desarrollo rural.

Localmente se registra una explotación minera reducida -básicamente rocas de aplicación y


áridos-, actividad que al igual que la ganadería, se caracteriza por una baja demanda de
mano de obra. La producción de artesanías se presenta como una alternativa que permite
incrementar los ingresos familiares; se trata de una actividad orientada al uso doméstico y
en algunos casos, a la venta local como forma de obtener productos básicos de consumo-
harina, yerba, azúcar- denominados “vicios” por los propios campesinos.

Relevamientos realizados en las localidades de la Línea Sur 9, dan cuenta de las razones y
condiciones de la distribución y redistribución de la población regional. La mayoría de los

9
Se realizaron entrevistas a informantes clave (GESA FADECS UNCo 2008) y encuestas a 62 familias de las
localidades de Pilcaniyeu, Comallo, Ingeniero Jacobacci, Maquinchao, Los Menucos y Sierra Colorada
(proyecto H/084 2004-2007. Dpto. de Geografia. UNCo).
jefes y jefas de hogares nacieron en parajes y campos próximos; en general, vinculados con
la ganadería extensiva ya sea como asalariados rurales (peones), puesteros de estancias o
pequeños productores ganaderos. La razón más frecuente del desplazamiento, ya sea del
productor/aparcero y del trabajador asalariado, solos o con su familia, hacia las localidades
donde residen en la actualidad, ha sido el estudio de los hijos. En este sentido, es común que
la esposa y los hijos se instalen de manera definitiva en el pueblo rural y desde esta
residencia base, el jefe se traslade diaria o semanalmente para trabajar en el campo. La
asistencia en salud, se suma a la necesidad de “vivir en el pueblo”, principalmente en el
caso de población adulta mayor y ancianos
“Los que se vinieron del área rural, muchos de ellos tienen una casa en barrios periféricos
de la localidad y mantienen el campo. La mujer y los hijos se quedan en el pueblo y el
esposo en el campo. Otros abandonaron el campo y se van de la región, en general,
terminan siendo asistidos por los municipios” (funcionario municipal, 2006).
La segunda causa de la movilidad es la búsqueda de trabajo. Se trata fundamentalmente de
inserciones laborales en actividades no agrarias como tareas en el sector público, oficios
varios, actividad minera y changas varias. En el caso de las mujeres, es frecuente la
producción de artesanías (tejidos, dulces, etc.) como una forma de aumentar los ingresos
familiares. Asimismo, la pérdida de ganado por inclemencias climáticas (nevadas,
inundaciones o sequías), es un factor relevante a la hora de analizar las causas de expulsión
de población de las áreas de población dispersa. En relación a ello, muchos pobladores
recuerdan la gran nevada producida en el año 1984
“…después de la nevada del 84 muchos se fueron al Sur, a Comodoro Rivadavia y a Santa
Cruz para trabajar en estancias grandes. Algunos que vendieron fueron a Viedma,
Patagones y Bariloche. También de allí han vuelto” (productor, 2006).
“Los ingresos del campo en años anteriores, no ha sido bueno: hubo gran mortandad de
animales. Entonces la gente se vino a la localidad, se dio la salida de toda la familia que, o
venden el campo, o lo mantienen. Esto representa una carga para el municipio al no haber
otro tipo de trabajo… Ahora que los precios han mejorado y que hay líneas de
financiamiento de Nación para pequeños productores para la compra de animales, la gente
se afianzó en el campo y sobre todo la gente joven está queriendo volver al campo”
(funcionario municipal, 2006).
La baja rentabilidad de las pequeñas explotaciones ganaderas sumada a las precarias
condiciones de trabajo y de vida, y la ausencia de servicios que caracterizan las zonas
rurales dispersas de la Línea Sur son condiciones favorables para la emigración de la
población del campo a localidades y parajes más cercanos. Desde esta nueva residencia
base, se producen movimientos urbano-rurales de tipo transitorio para la realización de
trabajos temporarios acompañando el ritmo de las actividades rurales. Se pueden citar la
realización de tareas estacionales en la ganadería de meseta (en especial, la esquila), en la
cosecha de fruta en las áreas bajo riego del Alto Valle y Valle Medio, y turísticas en la Zona
Andina, especialmente en Bariloche o en “la costa”, en Las Grutas y Mar del Plata.
Simultáneamente al arribo de población desde el campo, se da un proceso de emigración de
jóvenes por razones de estudios terciarios o universitarios, pero también por búsqueda de
mejores oportunidades laborales, siendo los destinos más comunes las áreas regionales del
norte de la Patagonia (actividades en turismo, petróleo, ganadería extensiva y fruticultura).

Estos fenómenos ponen de manifiesto la movilidad con rasgos tradicionales que presenta un
escenario diferente a los de las otras regiones caracterizadas pudiéndose identificar
dinámicas demográficas diferenciales de acuerdo a la naturaleza de los sistemas productivos
y de los mercados locales de trabajo no agrario. Si bien en la actualidad esta región muestra
rasgos de movilidad rural urbana tradicional, difiere de los característicos a nivel nacional
orientados a grandes ciudades, aquí se trata de movimientos de población que se
direccionan hacia pueblos rurales cercanos fuertemente identificados con lo agrario.

Partiendo de la definición de “pueblo” como localización de actividades que cubren una


gama laboral desde el trabajo sin capital hasta distintas formas de utilización de capital en
este caso los trabajos concretos que prevalecen son: peones rurales, puesteros de estancias o
pequeños productores ganaderos, artesanas, porteras, entre otras. Por esta razón, la
pluriactividad en pueblos rurales de la Línea Sur nos sitúa en escenarios diferentes a la de
los productores agropecuarios del Alto Valle. La inserción ocupacional en estos pueblos está
vinculada con formas tradicionales de monoactividad y de pluriactividad con escasa
diversidad, ya que el trabajo gira fundamentalmente en torno de los ciclos productivos de la
ganadería extensiva, de por si, poco demandadora de mano de obra.
La reproducción social adquiere rasgos propios de la vida de los pueblos rurales. Las formas
que prevalecen son: i) monoactividad rural: la mayoría de los ocupados desarrolla tareas
vinculadas con la ganadería: pequeños productores familiares, o trabajadores asalariados
-puesteros y peones rurales, no siempre se trata de empleos permanentes, a veces, realizan
trabajos rurales temporarios con diferentes patrones, incluso pueden ser contratados para la
esquila en estancias de la Patagonia austral, ausentándose del hogar durante varias semanas
o meses; ii) monoactividad en pueblo: se trata de ocupaciones tradicionales como
transportista de personas y/o mercancía, trabajos de jardinería, construcción y comercio,
serenos, tareas de mantenimiento, producción de artesanías, sector público (salud y
educación), en el municipio; iii) pluriactividad rural/pueblo: pequeño productor/asalariado
rural que combina con alguna actividad en el pueblo (servicios; comercios; sector público) o
bien el pueblo muchas veces constituye la base para un trabajo principal complementado
con trabajo rural; iv) pluriinserción rural/pueblo; pueblo/pueblo: combinación de
actividades rurales, de servicios, comerciales y/o ingresos provenientes de
jubilaciones/pensiones y de planes sociales, puede incluir movimientos estacionales; v)
pluriocasionalidad rural/pueblo: trabajo rurales y en el poblado, intermitente (changas);
búsqueda de un ingreso mínimo a través de la combinación de una multitud de tareas
ocasionales, tiende a asociarse con situaciones de pobreza y con desplazamientos hacia
otras áreas demandadora de mano de obra transitoria/ocasional.
En síntesis, la dinámica social y espacial expresa el predominio de la territorialidad del
trabajo y la prevalencia de movilidades de tipo rural diseminada a rural aglomerado. Esta
dinámica expresa rasgos tradicionales por la direccional del flujo rural urbano, pero con
rasgos nuevos pues el pueblo –rural aglomerado- se transforma en lugar de destino y
espacio de vida de la población diseminada que a su vez incorpora nuevos rasgos con
desplazamientos pendulares de tipo rural aglomerado (pueblo) a rural diseminado (campo).
Esta nueva situación no elimina los históricos movimientos pendulares y definitivos rural
aglomerado a centros urbanos extrarregionales, de la Provincia y de otras zonas del país.

Modernización: movilidades y territorialidades


Los resultados de la investigación empírica al integrar comparativamente formas de
movilidad en diferentes espacios (áreas de inserción en cadenas globales y zonas extensivas
marginales, pueblos rurales y centros urbanos o ciudad lineal) mediante los ejes
conceptuales iniciales, muestran la diversidad de situaciones a nivel de espacios, de
actividades y ocupaciones, de movilidades y territorialidades. Desde los casos se transita a
la reflexión analítica, acerca de la redefinición de la dinámica urbano rural en su carácter y
nexos múltiples; la resignificación de la movilidad territorial superando el concepto de
disrupción temporaria de espacios social y geográfico en el caso de la movilidad estacional,
o más general, superando el de residencia base y espacio de trabajo e interpretándola como
continuidades de prácticas, como ampliación de espacios de vida. En conjunto, el análisis de
las tres regiones da cuenta de la complejidad de la vinculación entre ambos fenómenos:
dinámica urbano rural y movilidad territorial sea el movimiento estacional reversible,
nomadismo pendular/circular, interno/territorial, tradicional con nuevos rasgos; análisis que
estimamos brinda elementos para considerar en acciones y políticas de desarrollo territorial
La redistribución espacial de la organización productiva, la expansión territorial del gran
capital, la incorporación selectiva de tecnología, la concentración económica en las cadenas
de valor agropecuarias, la crisis de algunas actividades productivas como la ganadería
extensiva o la fruticultura no reconvertida; generan movilidades intensificadas del capital y
del trabajo como también diferentes desplazamientos urbano-rural, rural-rural,
rural- urbano, y dinámicas ocupacionales de carácter más plural. En síntesis, la presión de la
modernización se expresa, entre otros, en cambios en las dinámica urbano rural y en la
complejización de la movilidad (Csite, Csurgo, Kovach, Nagy, 2002)
La diversidad de situaciones emergentes expresa la complejidad de la movilidad en torno a
la dinámica rural urbano y las prácticas de los sujetos y actividades en las regiones.
Involucra tanto condiciones estructurales y coyunturales del contexto económico, social y
político, como decisiones y dinámicas familiares -micro procesos que se expresan en
carreras vitales, laborales, estrategias familiares; se manifiesta tanto en continuidades como
en rupturas. Aparece también en este contexto del norte de la Patagonia la movilidad por
sustitución (Lara, 2009) ) que refiere a que determinado grupo se inserta en los segmentos
del mercado de trabajo dejados vacíos por otros trabajadores que encuentra mejores
opciones -local por extralocal, asalariado permanente por transitorio, familias por hombres,
no familiar por familiar, pluriactivos por exclusivos agrarios, norteños por chilenos. La
búsqueda de empleo, de mejores condiciones de vida y/o de trabajo, la pluriactividad como
estrategias de reproducción, la educación como opción o idea fuerza en las familias, es decir
la dinámica de los fenómenos y procesos sociales agrarios producen entre otros, un
entramado complejo de desplazamientos espaciales, tales como:

o Movilidad rural disperso a urbana/rural aglomerada: i) Movimiento más o menos


definitivo de zona rural dispersa a rural aglomerada (pueblos o parajes) conectando
ocupaciones rurales agropecuarias y no agropecuarias, pluriactividad y
pluriocasionalidad ii) Movimiento estacional pendular de zona rural dispersa a pueblo/
centro urbano.
o Movilidad rural disperso a rural disperso: i) Multiocupación agraria con traslados
sucesivos en el campo al interior de una región productiva. ii) Desplazamiento
estacional pendular o circular de áreas rurales de origen y destino
o Movilidad urbana/rural aglomerado a rural disperso: i) Monoactividad en puesto/
pequeño campo de actividad extensiva con residencia en paraje o pueblo rural. ii)
Trabajo intermitente ocasional o estacional en el campo desde residencia y trabajo en el
poblado asociado con pobreza iii) Pueblo o centro urbano constituye base para trabajo
principal complementando ingresos con otras ocupaciones agrarias, asociado con cierto
nivel de capital acumulado (social, material o simbólico)
o Movilidad urbano/rural aglomerado a urbano/rural aglomerado. Desplazamiento
estacional extrarregional pendular o circular de zona urbana o periurbana extrarregional
a pueblos o centros urbanos.
o Movilidad interna perirural a pueblo o centro urbano. Asociada a cierto nivel de
capitalización. i) desplazamiento pendular de la chacra al pueblo o centro urbano por
pluriactividad para sostenimiento y/o por ampliación de necesidades familiares. ii)
Traslado más o menos definitivo por doble residencia o cambio de residencia única
o Movilidad urbano/rural aglomerado a rural disperso. Desplazamiento estacional
extrarregional pendular o circular de zona urbana o periurbana extrarregional a las
explotaciones agrícolas

Estos diferentes movimientos generan cambios en la organización doméstica, en la vida


rural, en las representaciones identitarias, en los espacios vivenciales y de trabajo.
La jerarquía de los espacios económicos, dicho de otro modo, las desigualdades regionales
aumentan la distancia entre niveles de vida y opciones de empleo, lo cual evidentemente es
fuente de desplazamiento. Las disparidades se acentúan entre las zonas de agricultura de
exportación y aquellas regiones ganaderas de secano no plenamente insertas en la economía
globalizada. Sin embargo, las asimetrías internas, la precarización, la subalternización y
marginalización persisten en ambas y no se eliminan con la modernización.
Como expresa Lara (2006), las desigualdades regionales y la jerarquización de los
territorios intensifican los desplazamientos y estimulan un encadenamiento de movimientos
a diferentes escalas geográficas. Dentro de este complejo fenómeno social, la movilidad
espacial de los trabajadores familiares y asalariados en regiones agropecuarias con
diferentes dinámicas productivas, opera en su diversidad “como vasos comunicantes,
conectando espacios (...), suscitando nuevas configuraciones y nuevos agentes territoriales,
así como nuevos tipos de actores sociales -en el campo laboral político, económico y
cultural” (Lara, 2009 s/n).
Por último, las transformaciones en los comportamientos ocupacionales, en las regiones
productivas y en la movilidad de la población dan lugar a nuevos espacios sociales, a
nuevos vínculos territoriales y a interrelaciones rural urbanas más complejas. Son, en
síntesis, expresiones del desarrollo del capitalismo a nivel de los sujetos, sus trabajos y
movilidades espaciales en la dialéctica persistencia/desplazamiento, continuidad/sustitución,
cohesión/diversidad, modernización/marginalización

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