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CAVIDADES COMUNES A CRANEO Y CARA

1.- ÓRBITA.-

Las órbitas son cavidades ubicadas a derecha e izquierda de la línea mediana. Presentan la forma
de una pirámide cuadrangular de base anterior y vértice posterior, cuyo eje se dirige oblicuamente
hacia posterior y medial y mide aproximadamente 45 mm. de longitud

La base de forma cuadrilátera y ángulos redondeados mide 40 mm. de ancho y 35 mm. de alto
aproximadamente. Su contorno o reborde orbitario, está constituido por superior por el borde
supraorbitario del frontal por medial y por el borde superomedial del hueso cigomático por lateral,
por inferior está conformada por el mismo borde supero medial del hueso cigomático en su
porción horizontal y el hueso maxilar por medial el cual, con la cresta lagrimal anterior delimita
por medial la base orbitaria; por superior a esta cresta el contorno orbitario tiende a borrarse en
una extensión de 10 a 15 mm. hasta encontrarse con el extremo medial del borde supraorbitario
del frontal. En el borde superior de la base de la órbita en la unión de los dos tercios laterales con
el tercio medial encontramos la incisura supraorbitaria (a veces convertida en agujero) que
permite el paso del nervio y vasos supraorbitarios; medial a ésta y mucho menos marcada se ubica
la incisura frontal que da paso a la arteria supratroclear y al ramo medial del nervio supraorbitario

El vértice de la órbita corresponde a la porción medial y más ancha de la fisura orbitaria superior,
constituida por el ala mayor y menor del esfenoides y la cara lateral del cuerpo del esfenoides. En
este punto encontramos el tubérculo infraóptico, el cual presta inserción al anillo tendinoso
común de los músculos del bulbo ocular. Esta fisura además comunica a la órbita con la fosa
craneal media de la base del cráneo permitiendo el paso de los nervios oculomotor, troclear,
abductor y oftálmico junto a la vena oftálmica superior

Las paredes de la órbita son cuatro:

La pared superior de forma relativamente triangular está conformada por la cara inferior del ala
menor del esfenoides por posterior y la porción orbitaria del frontal por anterior Fig. 6. En esta
pared encontramos en situación anterolateral la fosa lagrimal, para la glándula del mismo nombre,
anteromedialmente se encuentra la fosita troclear donde se fija la polea de reflexión del músculo
oblicuo superior. Posterior a estos accidentes se observa la sutura frontoesfenoidal que articula el
frontal con el ala menor del esfenoides. La pared superior de la órbita es delgada, pudiendo estar
excavada por prolongaciones del seno frontal, por intermedio de esta pared la órbita se relaciona
con la fosa craneal anterior de la base del cráneo.

La pared inferior, también de forma triangular, relaciona la órbita con el seno maxilar y está
constituida por la cara orbitaria del maxilar por anteromedial y por el proceso frontal del hueso
cigomático por lateral a ella, posteromedial a ellos se ubica la cara superior del proceso orbitario
del palatino. En esta pared encontramos las suturas entre los huesos citados y en relación a la
fisura orbitaria inferior observamos el surco infraorbitario el cual se transforma pronto en canal
para ir a abrirse en el agujero infraorbitario en la cara anterior del maxilar a 5 mm. del reborde
orbitario inferior. Este surco y canal aloja la paquete vasculonervioso infraorbitario .

La pared medial es plana y está conformada de anterior a posterior por el proceso frontal del
maxilar, el hueso lagrimal, la lámina orbitaria del etmoides y finalmente el la parte anterior de la
cara lateral del cuerpo del esfenoides. En esta cara se puede observar las suturas que articulan
estos cuatro huesos. En la parte anterior de esta cara se encuentra el surco lagrimal, en el cual se
ubica el saco lagrimal, limitado por la cresta lagrimal anterior (del maxilar) y la cresta lagrimal
posterior (del lagrimal), este surco se transformará luego en un canal que pone en comunicación la
órbita con el meato inferior de la cavidad nasal . Esta pared se relaciona con la cavidad nasal, el
laberinto etmoidal y el seno esfenoidal .

La pared lateral es la más gruesa y resistente de las cuatro y es la más susceptible de recibir
traumas. En su parte anterior esta constituida por el proceso frontal del hueso cigomático, sus dos
tercios posteriores están dados por la cara orbitaria del ala mayor del esfenoides. Se observan en
esta cara la sutura esfenocigomática y el agujero cigomático orbitario .

La confluencia de estas cuatro paredes entre si determina la formación de cuatro ángulos:

El ángulo superomedial sigue la línea de sutura entre al hueso frontal con el proceso frontal del
maxilar, el hueso lagrimal, y la lámina orbitaria del etmoides. A la altura de la sutura
frontoetmoidal se observan los agujeros etmoidal anterior y posterior los cuales dan ingreso a sus
respectivos canales. El canal etmoidal anterior comunica la órbita con la fosa craneal anterior a la
altura de las lámina cribosa del etmoides y por el transcurren los vasos y nervios etmoidales
anteriores. El canal etmoidal posterior la pone en comunicación con el laberinto etmoidal y el seno
esfenoidal y por el transcurren los vasos y nervios etmoidales posteriores destinados a dichas
estructuras. Finalmente en el extremo más posterior de este ángulo se observa en canal óptico
que la comunica con la fosa craneal media, transcurriendo por este el nervio óptico y la arteria
oftálmica .
El ángulo inferomedial presenta en su parte anterior el orificio superior del canal nasolagrimal,
luego observamos las suturas entre los huesos que conforman la parte inferior de la pared medial
de la órbita terminando por posterior con la articulación del cuerpo del esfenoides con el proceso
orbitario del palatino, el cual a su vez conforma el segmento más medial de la fisura orbitaria
inferior .

El ángulo superolateral en su parte anterior se confunde con la fosa lagrimal y con el extremo
lateral de la fisura orbitaria superior por posterior. En este punto el hueso frontal completa el
pequeño espacio que queda por lateral por la separación entre el ala menor y mayor del
esfenoides .

El ángulo inferolateral está constituido por el proceso frontal del hueso cigomático en su parte
anterior y por la fisura orbitaria inferior por posterior. Esta fisura se encuentra limitada
superiormente por el ala mayor del esfenoides, por inferior la constituyen de lateral a medial el
hueso cigomático, el maxilar y el proceso orbitario del palatino. Esta fisura pone en comunicación
la órbita con la fosa infratemporal y pterigopalatina, permitiendo el paso del paquete
vasculonervioso infraorbitario y de la vena oftálmica inferior.

2.- CAVIDAD NASAL.

Las cavidades nasales son dos corredores aplanados transversalmente que se ubican a cada lado
de la línea mediana, superiores a la cavidad oral, inferiores a la base del cráneo y entre ambas
órbitas. Presentan una abertura anterior y otra posterior así como cuatro paredes.

La abertura anterior, común a ambas cavidades está circunscrita por el borde anterior del maxilar
y su proceso frontal inferolateralmente, por superior se encuentra limitada por el borde inferior
de los huesos nasales. El orificio tiene forma de corazón de naipe francés, de base inferior y vértice
superior. En su base en relación a la línea mediana se observa la espina nasal anterior. Por su
forma, a esta abertura anterior se la ha denominado también abertura piriforme.
La abertura posterior> conocida como coanas, ponen en amplia comunicación a las cavidades
nasales con la faringe. De forma rectangular e inclinadas de superior a inferior y de posterior a
anterior están constituidas medialmente por el borde posterior del vómer, que separa una coana
de la otra, superiormente por la cara inferior del cuerpo del esfenoides y el borde posterior de las
alas del vómer, lateralmente por la lámina medial del proceso pterigoideo y finalmente por
inferior se ubica el borde posterior de las láminas horizontales de los palatinos con la espina nasal
posterior en la línea mediana.

La pared lateral está conformada por seis huesos: Maxilar, lagrimal, etmoides, concha nasal
inferior, palatino y esfenoides . El maxilar con su cara medial o base, es el centro alrededor del
cual se articulan los otros huesos que forman esta pared de la cavidad nasal. De esta manera de
anterior a posterior encontramos: la cara medial del proceso frontal del maxilar cuyo borde
posterior se articula con el borde anterior del hueso lagrimal conformando de esta manera la
pared medial del canal nasolagrimal el cual se abrirá en el extremo más anterior del meato
inferior. Así mismo el borde posterior del lagrimal articula con el borde anterolateral del laberinto
etmoidal (de esta manera el laberinto etmoidal se presenta como parte de la pared medial de la
órbita y lateral de la cavidad nasal). Cabe hacer notar la presencia de las conchas superior y media
que se desprenden de la cara lateral del laberinto etmoidal, así como del proceso unciformes del
etmoides ubicado lateralmente a las concha nasal media y que desciende en sentido
posterolateral en busca de articularse con el maxilar, cerrando parcialmente el gran ostium del
seno maxilar. Posterior al etmoides ubicamos la lámina perpendicular del palatino, la cual también
contribuye a cerrar parcialmente la abertura del seno maxilar Fig. 16. Esta lámina en su extremos
superior presenta la incisura esfenopalatina limitada por anterior por el proceso orbitario y por el
proceso esfenoidal del palatino por posterior. La incisura se transforma en agujero por la posición
por superior del cuerpo del esfenoides, el agujero esfenopalatino pone en comunicación la cavidad
nasal con la fosa pterigopalatina y a través de él transcurre el paquete vasculonervioso
esfenopalatino. Siguiendo hacia posterior por ésta pared lateral, encontramos articulándose con el
borde posterior de la lámina perpendicular del palatino al borde anterior de la lámina medial del
proceso pterigoideo del esfenoides . Como el proceso pterigoideo, desde su nacimiento, se dirige
oblicuamente hacia anteroinferior a articularse con el maxilar en su extremidad inferior, será la
lámina perpendicular del palatino quien cierre el espacio comprendido entre el proceso
pterigoideo y el maxilar, de esta manera el palatino será pared lateral de la cavidad nasal y pared
medial de la fosa pterigopalatina. La cara medial de la lámina medial del proceso pterigoideo
termina en esta pared hacia posterior, constituyendo las coanas ya descritas. La concha nasal
inferior es un hueso de la cara independiente, (recordemos que las conchas nasales superior y
media son parte del etmoides), el cual articula por su extremidad anterior con la cresta conchal del
maxilar, luego a través de su proceso lagrimal articula con el hueso lagrimal circunscribiendo con
éste la abertura inferior del canal nasolagrimal, posterior se ubica el proceso maxilar de la concha,
el cual articula con el maxilar en el contorno inferior del hiato maxilar colaborando entonces a su
estrechamiento, continuando por el borde superior de la concha hacia posterior ubicamos el
proceso etmoidal, el cual articula con el proceso unciformes del etmoides, estrechando aún más el
orificio del seno maxilar, el cual quedará finalmente a nivel del meato medio de la cavidad nasal .
La presencia de las conchas en esta pared de la cavidad nasal, las cuales descienden hacia medial,
determinan un espacio entre cada una de ellas y la pared propiamente tal, estos espacios son los
llamados meatos nasales superior, medio e inferior. Es en estos meatos donde se abrirán a la
cavidad nasal los senos paranasales y el conducto nasolagrimal Fig. 18. A saber en el meato
superior drenan las celdillas etmoidales posteriores (parte del laberinto etmoidal), en el meato
medio se abren el seno frontal, el seno maxilar y las celdillas etmoidales anteriores; importante en
el meato medio es la eminencia que hace en ella la bulla etmoidal (celdilla etmoidal anterior más
dilatada) y anterior a ella el proceso unciformes, entre ambas se determina la conformación del
hiato semilunar en donde se abrirán las cavidades anteriormente mencionadas Fig. 19. Finalmente
en el meato inferior se abre el canal nasolagrimal.

La pared superior es estrecha (entre 3 y 4 mm.) y es cóncava hacia inferior. Está constituida por
anterior por la cara posterior de los huesos nasales y la espina nasal del frontal en la línea
mediana, le continua la lámina cribosa del etmoides y finalmente la cara anterior e inferior del
cuerpo del esfenoides; en relación a la cara anterior del cuerpo del esfenoides se ubican los
orificios del seno esfenoidal que vienen a abrirse a nivel del receso esfenoetmoidal por
posterosuperior a la concha nasal superior. En relación al segmento inferior del cuerpo del
esfenoides éste se encuentra articulado con el vómer determinando la presencia de los canales
vomerorrostral y vomerovaginal; de la misma manera el proceso esfenoidal del palatino y el
cuerpo del esfenoides determina la conformación del canal palatovaginal que comunica la zona de
las coanas con fosa pterigopalatina, por este canal transcurren los vasos palatovaginales y el
nervio faríngeo de la división maxilar del nervio trigémino . Esta pared de la cavidad nasal se
relaciona directamente con la fosa craneal anterior, antecedente a considerar en los traumas de la
región dada su delgadez y fragilidad por la presencia de la lámina cribosa del etmoides.

La pared inferior es más ancha que la superior y está constituida anteriormente por los procesos
palatinos de los maxilares y los procesos horizontales del palatino por posterior; en el segmento
anterior por posterior a la espina nasal posterior y a cada lado de la línea mediana, puede
observarse el agujero superior del canal incisivo que comunica la cavidad nasal con la cavidad oral,
por éste canal transcurren los vasos y nervios nasopalatinos. Esta pared con mucho es la más
gruesa de la cavidad nasal y por su cara inferior constituye el paladar duro de la cavidad oral.

La pared medial o tabique comprende al vómer por posterior, su borde superior se articula con la
cresta esfenoidal inferior del cuerpo del esfenoides, su borde inferior articula con la cresta nasal
ubicada en el piso de la cavidad, su borde anterior articula con la lámina perpendicular del
etmoides y el cartílago del tabique. La lámina perpendicular del etmoides, a su vez, articula con el
vómer posteroinferiormente y con la espina nasal del frontal en situación anterosuperior. El
tabique nasal se completa por anterior con el cartílago del tabique. Cabe hacer notar en esta
pared la presencia del surco del vómer por donde transcurren los vasos y nervios nasopalatinos en
busca del canal incisivo.

3.- FOSA PTERIGOIDEA.

Situada en la cara posterior de los procesos pterigoideos , limitada lateralmente por las láminas
lateral y medial del proceso pterigoideo se encuentra cerrada por inferior por el proceso piramidal
del palatino que se interpone entre ambas láminas en el punto que éstas se articulan con la
tuberosidad del maxilar. Prolongada verticalmente en ella encontramos: por lateral el origen del
músculo pterigoideo medial en casi la totalidad de la fosa, por medial y superior ubicamos la fosita
escafoidea donde se origina el músculo tensor del velo palatino.

4.- FOSA PTERIGOPALATINA.

Región ubicada por medial a la región infratemporal, lateral a la cavidad nasal y posterior a la
tuberosidad del maxilar a través de la cual se relaciona con el seno maxilar. Presenta la forma de
una pirámide cuadrangular de base superior y vértice inferior

Su base está constituida por la cara inferior del ala mayor del esfenoides, en ella encontramos el
agujero anterior del canal redondo, por el cual ingresa a esta fosa el nervio maxilar, segunda
división del nervio trigémino; anterior a él y relacionándola con la órbita encontramos la fisura
orbitaria inferior, por intermedio de la cual el paquete vasculonervioso infraorbitario ingresa a la
órbita .
Su vértice está constituido por la articulación del proceso pterigoideo con la tuberosidad del
maxilar, en este punto ubicamos el canal palatino mayor que comunica esta región con la bóveda
palatina de la cavidad oral, transcurriendo por él el paquete vasculonervioso palatino mayor. Este
canal, permite acceder desde la cavidad oral al nervio maxilar con el objeto de bloquearlo con
soluciones anestésicas locales.

Su pared anterior está dada por la tuberosidad del maxilar y por ende relacionada con el seno
maxilar. Atravesando el seno maxilar se puede acceder quirúrgicamente desde anterior a la fosa
pterigopalatina situada profundamente en la cara.

La pared posterior la constituye el proceso pterigoideo del esfenoides, que oblicuamente


desciende a articularse con la tuberosidad del maxilar. En la parte superior de esta pared se ubica
el orificio anterior del canal pterigoideo que comunica esta región con el exocráneo en la
inmediación del agujero rasgado, este canal permite el paso del paquete vasculonervioso del canal
pterigoideo.

La pared medial está conformada por la cara lateral de la lámina perpendicular del palatino, en su
parte superior se presenta el agujero esfenopalatino que la pone en comunicación con la cavidad
nasal, transcurriendo por él el paquete vasculonervioso esfenopalatino. Posterior al agujero
esfenopalatino se ubica el canal palatovaginal, el cual comunica la fosa con el sector de las coanas
en la cavidad nasal.

La pared lateral no existe y está representada por una amplia comunicación con la región
infratemporal: la fisura pterigomaxilar, constituida por el proceso pterigoideo y la tuberosidad del
maxilar. Por esta fisura transita hacia la fosa pterigopalatina la arteria maxilar, que entregará en
ella sus últimas ramas colaterales, venas que en las inmediaciones ayudarán a conformar el plexo
venoso pterigoideo y finalmente los nervios alveolares posterosuperiores que, desprendiéndose
del nervio maxilar buscan los agujeros del mismo nombre ubicados en la tuberosidad del maxilar
pero en la región infratemporal.

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5.- REGIÓN INFRATEMPORAL.

Esta región se ubica por lateral a la fosa pterigopalatina y pterigoidea, posterior a la tuberosidad
del maxilar y medial a la rama de la mandíbula Fig. 27. Para su estudio presenta seis paredes:

La pared superior está constituida por la cara inferior del ala mayor del esfenoides, desde el
nacimiento de los procesos pterigoideos hasta la cresta infratemporal. En este segmento
encontramos al agujero oval y al espinoso Fig. 28, comunicando esta región con la fosa craneal
media, permitiendo el paso del nervio mandibular y de la arteria meníngea media
respectivamente. Por lateral a este segmento óseo la región infratemporal se encuentra
comunicada ampliamente con la región temporal a través del hiato cigomático-temporal, por él
transcurren el músculo temporal en busca del proceso coronoídeo de la mandíbula, los nervios
temporales profundos, los vasos temporales profundos anterior y posterior y la prolongación
temporal del cuerpo adiposo de la mejilla.

La pared lateral en su segmento posterior se encuentra determinada por la cara interna de la rama
de la mandíbula, de esta manera la región infratemporal de comunica a través de la incisura
mandibular con la profundidad de la región maseterina, por esta vía llegan al masetero la arteria
maseterina, colateral de la arteria maxilar, su vena y el nervio maseterino, ramo del nervio
mandibular. Por anterior a la rama de la mandíbula y limitando el hiato cigomático-temporal se
ubica el hueso cigomático con su proceso temporal.

La pared inferior, así como la posterior, desde el punto de vista de la osteología no existen. Por
tanto se traza una línea imaginaría tangente al borde basilar de la mandíbula y que se detiene en
el plano entregado por la proyección hacia posterior del borde posterior de la lámina medial del
proceso pterigoideo, y una tangente al borde posterior de la rama mandibular que se detiene al
interceptar el plano anterior, respectivamente.

La pared anterior se constituye por la tuberosidad del maxilar en donde encontramos los agujeros
alveolares posterosuperiores , para los nervios y vasos homónimos. Por inferior al maxilar la región
infratemporal no presenta una pared ósea, por lo que desde el punto de vista óseo se comunica
ampliamente con la cavidad oral. En la cabeza con los tejidos blandos ésta comunicación queda
cerrada por la posición del músculo buccinador y el constrictor superior de la faringe. En la parte
superior de esta pared la región infratemporal comunica con la órbita por intermedio de la fisura
orbitaria inferior.

La pared medial presenta de anterior a posterior: la fisura pterigomaxilar Fig. 29, que la pone en
comunicación con la región pterigopalatina; la cara lateral de la lámina lateral del proceso
pterigoideo y finalmente un plano que prolonga el borde posterior de la lámina medial del proceso
pterigoideo (con tejidos blandos este segmento queda constituido por la pared lateral de la
faringe).(Ver video en página principal)

6.- CAVIDAD ORAL.

La cavidad oral no presenta paredes óseas posterior ni inferior. Está limitada lateralmente por la
mandíbula y las arcadas alveolodentarias, por tanto en ella observamos los elementos de la cara
interna del cuerpo mandibular. De la línea mediana a distal: Las espinas mentonianas superiores e
inferiores para la inserción de los músculos geniogloso y genihioideo respectivamente,
lateralmente se observa la línea milohioidea para la inserción del músculo milohioideo .
Anterosuperior a la línea milohioidea se observa la fosita sublingual que aloja la glándula del
mismo nombre Fig. 30. Cabe hacer notar que la inserción del músculo milohioideo, en la cara
interna del cuerpo mandibular, determina el límite entre la cavidad oral y las regiones
submandibular y submentoniana, que son parte del cuello. De esta manera las fositas digástricas y
submandibular que se ubican en el cuerpo mandibular inferiores a la línea milohioidea no deben
considerarse como parte de las paredes de la cavidad oral. Así mismo la cara interna de la rama
mandibular, como ya hemos visto, es la pared lateral de la región infratemporal.

La pared superior de la cavidad oral está dada por la bóveda palatina, la cual se conforma por la
cara inferior de los procesos palatinos de los maxilares y la lámina horizontal de los huesos
palatinos. La articulación de estos huesos determina la formación de una sutura cruciforme en
esta pared. Observamos en la bóveda palatina: En la parte más anterior de la sutura descrita
encontramos el agujero incisivo, que comunica la cavidad oral con las cavidades nasales y da paso
al paquete vasculonervioso nasopalatino. Lateral y posterior y a ambos lados, identificamos el
agujero palatino mayor que es continuado por el canal del mismo nombre, y que a su vez
comunicará a la cavidad oral con la fosa pterigopalatina permitiendo el paso de los vasos y nervios
palatinos mayores, posteromedial al agujero palatino mayor se observan los agujeros palatinos
menores, para los vasos y nervios homónimos .

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