Você está na página 1de 5

A lo largo de la historia los seres humanos siempre han estado establecidos por

grupos, desde sus inicios han dependido de otras personas para subsistir, y contrarrestar todas
las adversidades, así mismo se evidencia en la actualidad donde los grupos se establecen por
un número de personas que se congregan y establecen un vínculo, un grupo se define como
un todo lo que no es más que la suma de sus partes, sino que además tiene diferentes
propiedades (Lewin, 1978).

Ahora bien el rendimiento y productividad son unas variables que se desencadenan


en el proceso grupal, los cuales hacen que la eficacia, eficiencia y la utilidad de los recursos
establecidos sean óptimos o a su vez sean perjudiciales para el grupo. Por un lado, la
productividad, alude a la pertinencia para notar la eficacia en la realización de una tarea en
el estricto orden de los miembros, y en su repartición, donde se han de tener en cuenta los
recursos con los que se cuenta el grupo, las entradas, y la disponibilidad, la eficacia al
momento de realizar la tarea (número de miembros, habilidades y actitudes de los mismos
para realizar la tarea, herramientas físicas, etc.), al igual que la viabilidad de los resultados
deseados en relación a los objetivos y efectividad para alcanzarlo (Gil & Alcover, 1992),

Además se definiría por rendimiento al resultado de aquella tarea preestablecida que


conllevan a unas variables y procesos grupales implicados en la realización de una tarea
(Sanchez, 2014). El rendimiento es aquel objetivo que tiene el grupo y lleva a cabo bien sea
de manera positiva o negativa de acuerdo a las normas que se tengan de manera individual y
grupal, es así como se evidenciara a lo largo del proyecto pero ahora bien respecto a la
participación que tienen los integrantes en dicho grupo; respecto a esto la participación en
clase es una estrategia para el aprendizaje colectivo a través del lenguaje oral, que facilita el
análisis y critica; denota habilidades de escucha y comprende la pertinencia integral del
estudiante en el aula (Rueda et al., 2017)

Para un buen rendimiento grupal, autores han resaltado la importancia que tiene el
establecimiento de objetivos, el nivel de alcance de estos, su disciplinariedad y planificación,
el compromiso a sus objetivos influye en cinco facetas del proceso grupal (esfuerzo,
planificación, interés por aspectos del rendimiento no relacionados con el objetivo,
cooperación y comunicación) que a su vez influyen en el rendimiento (Sánchez, 2014) Estos
autores también han sugerido que la complejidad de la tarea y la interdependencia en el flujo
de trabajo son variables moderadoras que pueden afectar la relación entre nivel de objetivos
y compromiso por un lado y proceso grupal por el otro.

En este orden de ideas el rendimiento comprende lo intrínseco y extrínseco del grupo,


así pues, el ejercicio adecuado del liderazgo en el grupo, el sistema de recompensas utilizado,
el tipo de tarea, la composición del equipo de trabajo, la importancia de unas normas
consensuadas y de unos objetivos claros, deben tenerse muy en cuenta para promover las
condiciones ideales que fomentan unos resultados idóneos en el trabajo en equipo. La forma
en que se seleccionan los miembros del equipo, la continuidad o cambios en los miembros
del grupo, el ambiente de abordaje, la diversidad cultural, la personalidad de cada miembro,
su disponibilidad, emociones, sus grados de competitividad, el género de los participantes,
las formas de comunicación, los recursos del colectivo, la confianza, el grado de cohesión o
atracción entre los miembros, el balance optimo entre los conocimientos y la experiencia, la
forma en que se maneja el tiempo (entre otros), son aspectos de la composición grupal que
tienen una relación compleja con el rendimiento grupal; Y por último, pero no menos
importante, los expertos consideran otras técnicas adicionales para mejorar el rendimiento
del grupo, por ejemplo se han centrado en aumentar el esfuerzo de los miembros, también se
han insistido en el papel que desempeña la autoeficacia (individual y colectiva) en el
rendimiento (Bandura, 1986; Guzzo y colaboradores, 1993; Peterson y colaboradores, 2000;
Shamir, 1990).

Se infiere que el origen de la influencia que beneficia o perjudica el rendimiento es


meramente por presencia de los miembros que propician la facilitación o inhibición social,
también dependiendo de la coactividad de los participantes, es decir, si facilitan las
posibilidades en el alcance de los objetivos, o contrariamente, demuestran holgazanería
también incidirá en los resultados que se presenten; en cualquiera de los casos por esas
consecuencias individuales se afecta la potencialidad que ocasiona el incremento o descenso
del rendimiento.

Luego entonces, la facilitación social se refiere a los sujetos cuando realizan tareas
bien aprendidas o fáciles para ellos, y por ende la presencia de otros incrementa el
rendimiento, por el contrario, si la tarea es difícil y no fue bien aprendida, la presencia de
otros disminuirá el rendimiento; acá se denota el cómo se afecta positivamente el
comportamiento y las aptitudes por la mera presencia de otros. Designa el efecto positivo y
optimizador que la presencia de los demás suele tener sobre el comportamiento coadyuvando
a mejores resultados individual y/o colectivamente (Sánchez, 2014).

La inhibición explícitamente es aquella en donde el individuo disminuye su


rendimiento al sentir la presencia de otro esto siempre y cuando la tarea este difícil o no haya
sido bien aprendida esta y la holgazanería son los factores principales que inciden en la
perdida de rendimiento. (Blanco, Caballero & De la Corte, 2005).

Por otro lado, el rendimiento grupal puede adjudicarse a un problema donde se reduce
el esfuerzo y/o la motivación de sus miembros, resultando quizá inferior a cuando trabajan
de forma individual. Autores explican y sintetizan en tres aspectos posibles: La holgazanería
social entendida como la «reducción del esfuerzo individual cuando los sujetos son
responsables de forma colectiva de la realización de una tarea en comparación con el trabajo
individual en la misma tarea, es decir, se desentiende por ser una labor compartida; Y aunque
el daño repercuta en él siente que es responsabilidad del colectivo» (Williams, Karau &
Bourgeois, 1993), también está el efecto de ‘viajar gratis’ que se produce cuando existe la
posibilidad de que alguien del grupo pueda o deba realizar el trabajo necesario para que el
grupo logre sus objetivos, beneficiándose todos los demás de éste esfuerzo (Kerr y Bruun,
1983). Y, por último, otra manifestación puede ser la sensación de inequidad, donde «las
personas desean un tratamiento justo, de forma que lo que reciban del grupo corresponda a
lo que han aportado y que ésta relación sea equiparable a la que se establece con los demás
miembros del grupo», si eso no se da, se pierde la motivación grupal (Sánchez, 2014) Frente
al esquema clásico de entradas, procesos y salidas de las tareas grupales, y la consecución
del propósito. Existe un modelo desde el cual el rendimiento actual de un grupo (rendimiento
real) viene definido en relación al rendimiento potencial o al ideal de esos resultados. Es
decir, que está determinado por la productividad y la capacidad de los grupos para superar
los recursos individuales de los miembros que los componen y auspiciar los objetivos, pero
restándole las pérdidas debidas a un defectuoso proceso de grupo (aunque sin desestimar las
ganancias debidas al proceso de grupo). Las pérdidas de proceso suele incluirse para designar
las actividades del grupo que no se ajustan a la idea preconcebida del investigador de lo que
es un buen rendimiento, o que no alude a la plenitud de lo que en primera instancia consideró
el grupo en sus resultados (Sánchez,2014,). Para algunos autores, la transformación de los
recursos individuales en producto grupal no suele producir ganancias, porqué se sopesa una
suma del rendimiento; sí, en cambio, el hecho de trabajar en grupo en este caso, por ejemplo,
desemboca en ganancias de tipo motivacional cómo rendimiento que suple a nivel colectivo
e individual, se consigue uno de los factores del rendimiento grupal (Stroebe, Diehl &
Abakoumkin, 1996).

No se escatima en el tipo de grupo, ni la locación que tiene para hacer presencia de


estos fenómenos. El rendimiento, o resultado se evalúa al culminar y contrastar los propósitos
individuales o grupales; Por ejemplo, la base de una protesta, un consenso legislativo, o el
fin último de los estudiantes que están el proceso formativo. En éste sentido, en los
estudiantes se comprenden múltiples alternativas para lograr el cometido; Una buena
calificación, proximidad con el cuerpo docente, afinidad con los compañeros, recursos
digitales y lingüísticos de que dispone, hacen parte de los recursos que disponen para
solventar el interés educativo (o de cualquier índole) que tenga en su papel de estudiante, y
así a largo o corto plazo ir rindiendo efectivamente a las demandas individuales, personales,
contextuales etc. Modulando sus pensamientos y comportamientos en pro de satisfacer la
meta autónoma o colectiva.

Al participar en clase los estudiantes hacen uso de un recurso individual desde el


rendimiento y disposición que le proporciona el medio; la facilitación social del contexto y
quienes están en él, son muy importantes. Entiéndase la participación en clase cómo el
reporte y/o análisis verbal de materiales escritos o audiovisuales cómo una estrategia
didáctica y evaluativa empleada frecuentemente en las aulas universitarias; Se considera
cómo una estrategia que fomenta el aprendizaje activo, y que beneficia el pensamiento
crítico, las habilidades para escuchar y hablar, así como la atención e involucramiento en la
clase (Petress, 2006; Taylor, Gaylon, Forbes, Blondin y Williams, 2014). El fuerte peso de
las calificaciones, la confianza con el grupo en que se haya, la tentativa de sobre salir en el
grupo, el temor a hablar en público, o la autosuficiencia y conocimientos al respecto, son
variables que pueden repercutir mal o bien en la incidencia de los miembros para exponer
sus ideas (Rueda, Mares et al. 2017)

Você também pode gostar