Você está na página 1de 1

frecuencia

Con frecuencia se transmite únicamente la parte de imagen por sí sola, y ésta circula entonces
como un proverbio popular. En ese caso, el sentido brota claramente de la imagen misma, o
bien, por su empleo en una situación particular, las palabras adquieren su significado concreto.
Hay muchísimas sentencias en forma de imagen en el material sinóptico:
Mt 5,14: la ciudad sobre la colina
Mc 2,17: el médico y los enfermos
Mt 3,10: el árbol estéril es arrojado al fuego
Mc 2,19: ayunar en día de bodas.
Mt 24,28: la carroña y las águilas
Lc 5,39: el vino añejo
Lc 4,23: médico, cúrate a ti mismo.
Martin Dibelius ha llamado la atención sobre el modo como Lucas reelabora el material de los
dichos de Jesús, incluyéndolos en estructuras narrativas más complejas. En este sentido,
analiza con detención la estructura narrativa del capítulo cuarto de su evangelio, aquella a la
que pertenece el lógion que estamos estudiando. Su tesis es que Lucas maneja y compone con
los lógia unidades narrativas dentro de escenarios de carácter histórico. Y escribe:
Lucas historiza; reúne los dichos de Jesús en marcos narrativos y los sitúa en un lugar
adecuado, es decir, en el marco más verosímil desde una perspectiva histórica. En el capítulo IV
hemos indicado ya que, al hacer esto, Lucha se aproxima a las formas literarias existentes en el
mundo entorno y adapta la tradición de los dichos de Jesús a la de los chria griegos. Así
reelabora además el estilo originario de la tradición de los dichos y, al situarlos en un marco
narrativo, les otorga un carácter narrativo.
Ya tenemos una breve caracterización, de acuerdo con el método de la historia de las formas,
tanto de la sentencia que estamos comentando como del contexto en que aparece. Otro tema
importante es el de su función. Como en general la de los proverbios, su función parece
claramente parenética. Martin Dibelius ha dedicado un precioso capítulo de su libro a estudiar
el carácter parenético de este tipo de sentencias evangélicas. «Es indudable que la recopilación
de dichos no respondió en un primer momento a un interés cristológico, pues en los textos
atribuibles a la fuente Q domina normalmente un interés muy distinto. Tal interés es el mismo
que podemos observar en el caso de Pablo: los dichos de Jesús fueron agrupados
originariamente con una finalidad parenética para ofrecer a
la comunidad consejos, soluciones a los problemas y directrices concretas sobre la base de las
palabras del Maestro. Este interés típico no se manifestó únicamente en los orígenes de la
configuración de la fuente 0 sino que predominó en absoluto en la recopilación de dichos de
Jesús. El modo en que se formulan y recopilan tales dichos revela este interés».
Se trata, pues, de un «proverbio» que tiene una función ejemplificante. Este tipo de sentencias
estaba muy extendido en la literatura hebrea y oriental. De hecho, el proverbio citado es claro
que se presenta como tal, y no como una sentencia original de Jesús. Y, en efecto, conocemos
por otros testimonios literarios que tal proverbio estaba ampliamente difundido en el medio
hebreo, en el griego y en otros limítrofes. El P. Lagrange trae la mayor parte de los textos
paralelos en su comentario al evangelio de Lucas:

Você também pode gostar