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Universidad Nacional de Córdoba

Facultad de Ciencias Sociales


Lic. Trabajo Social

“DERECHOS ENCAPSULADOS”

Autoras:

Ceballos, Valeria – 32809106

Díaz, María Florencia – 32454259

Mattio, Melisa – 33371463

Martínez, María Celeste – 33998326

Mercado, Micaela – 36125125

Monti, Fabiola – 31690257

Oviedo, Analisa – 30 445058

Sueldo, Nadia 36221635


En el presente artículo se desarrollara el tema pertinente a niños, niñas
en relación a la patologizacion de estos, centrándose en el espacio escolar,
considerándose que en el marco de la educación formal se “suele enmascarar
múltiples caracterizaciones y estigmatizaciones que dejan como resultado
fuertes marcas en la subjetividad de los niños y niñas, apareciendo una nueva
forma de “enfermedad” que (a veces) no tiene que ser “tratada” porque consiste
en la negativa de adaptarse ( cuando neurológica y afectivamente está sano/a)
(Perticarari, M; Griffa, F; 2013: pag 5). Así mismo es pertinente destacar que los
niños/niñas, están situados en un contexto social, político, cultural que se
encuentra en permanente movimiento, reconociendo que en la actualidad
existen ciertas representaciones sociales en relación a lo que es “normal y
anormal”.

Actualmente se adhiere a un enfoque de derechos debido a la transición


de un antiguo paradigma hacia un nuevo paradigma.

Con la Ley 10.903 denominada “Ley Agote” la política pública de niñez


surge como un modelo de control social de niños, niñas y adolescentes.
Respecto a la intervención del Estado, este parte de un concepto de “riesgo
moral y material” de niños, niñas y jóvenes y actúa cuando los considera como
un “peligro” para sí o para los demás. La intervención estatal se lleva a cabo a
través de la institucionalización y judicialización de los niños y niñas y se sustenta
básicamente con el poder de coerción del Estado.

El actual paradigma, Ley de Protección Integral de los Derechos de las


Niñas, Niños y Adolescentes, realiza cambios importantes en la concepción de
la niñez y adolescencia. A su vez, éste se relaciona con la concepción de sujeto
que establece la Convención de los Derechos del Niño respecto a los niños,
niñas y adolescentes como sujetos de Derechos. Este paradigma, deja de llamar
“menores” a quienes sufren dificultades y va a instituir la igualdad social de todos
los niños, niñas al constituirlos sujetos de derechos. De acuerdo a los contenidos,
niega el asistencialismo y no ve a los niños/as desde la necesidad, sino desde
sus derechos.

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En este sentido, se puede visibilizar en el actual escenario el lugar que
ocupan niños/as en posición de asimetría en relación a adultos/as responsables
(familia, educadores/as, tutores/as, arreglos institucionales, entre otros) donde
generalmente quedan posicionados en un lugar de “indefensión”, ejemplo de ello
es la diferencia en el suministro de medicamentos a un niño/a de 2 años que
seguramente será diferente a uno/a de 12 años al momento de poner en palabras
malestares.

Así, se puede observar la falta de aceptación, intolerancia, miedos y


desinformación con niños/as que llevan adelante procesos de aprendizaje y
socialización que no condicen con los parámetros esperados y signados por
instituciones. Se reconoce que la medicalización de los/as niños/as es una
herramienta de homogeneización de masas y mediante esta lograr una
“armonización” lo cual limita la condición de niños/as en sus procesos creativos
sino que los/as aliena para ser parte de un proceso productivo a futuro.

Desde el trabajo social, se considera la importancia y necesidad de


garantiza los derechos vulnerados de los/as niños/as. De este modo, se
proponen estrategias de intervención profesional tendientes a la reconstrucción
de historias de vulnerabilidad como así también el trabajo en redes articulando
no solamente equipos interdisciplinarios sino también actores que se encuentran
cercanos a estos/as niños/as y que sean agentes de cambio positivo.

A modo de cierre se retoma los aportes de Perticarari y Griffa quienes


refieren “los/as niños/as deben ser considerados sujetos activos, sin dejar por
fuera los que se salen “de la norma”, deben ser más escuchados en sus múltiples
expresiones para dejar de pensar en niños/as medicalizados, pasivos,
“menores”, para empezar a verlos como sujetos activos, constructores de
ciudadanía” ” (Perticarari, M; Griffa, F; 2013: pag 6).

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