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1.
El uso del término 'económico' parece estar maldito por las
ambigüedades que presenta. La teoría económica le ha investido de
una connotación temporal que resulta inútil fuera de los estrechos
límites de nuestras sociedades dominadas por el mercado. Términos
como oferta, demanda, precios, deberían reemplazarse por otros más
amplios, tales como recursos, requisitos y equivalencias. El historiador
podría entonces comparar las instituciones económicas de los
diferentes períodos y regiones sin correr el peligro de atribuir a los
hechos la forma mercantil de las cosas. (Polanyi, [1977] 1994: 56)
2.
Pero el hombre tiene casi constantemente necesidad de otros, y es
vano esperar que la cooperación de los demás provenga sólo de su
benevolencia. Es mucho más probable que consiga el apoyo de los
demás si logra predisponer su egoísmo a favor suyo y les convence
de que es ventajoso para ellos hacer lo que se les pide. El sentido de
todo ofrecimiento es, dame esto, que es lo que quiero, y tendrás
aquello, que es lo que deseas; siendo así como conseguimos la
mayoría de los bienes que necesitamos. No obtenemos los alimentos
de la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero, sino
de su preocupación por su propio. No nos dirigimos a sus sentimientos
humanitarios sino a su egoísmo, y nunca les hablamos de sus
necesidades sino de sus propias ventajas. (Smith, [1776] 1988: 96)
3.
Todo hombre es rico o pobre según el grado en que pueda gozar de
las cosas necesarias, convenientes y de recreo de la vida. Pero una
vez que la división del trabajo se ha extendido totalmente, puede
procurarse tan sólo una parte muy pequeña de las mismas con su
trabajo personal. La mayor parte debe conseguirlas del trabajo de
otras personas, y será rico o pobre según la cantidad de trabajo ajeno
de que pueda disponer o comprar. (Smith, [1776] 1988: 115)
DESARROLLO:
1. El término “económico” puede ser abordado desde la definición formalista,
que define a lo económico como una relación entre fines y medios
escasos, que al mismo tiempo estos medios escasos, tienen usos
alternativos, el formalismo solo puede ser aplicado en el capitalismo. Karl
Polanyi, critica esto, y da una definición sustantivista de lo económico, la
cual se refiere a un intercambio del hombre con la naturaleza que se da
de diferentes maneras en las diversas sociedades. El hombre, como
cualquier otro ser viviente, no puede subsistir sin un entorno físico que lo
sustente. Ósea, que el concepto está compuesto por dos significados
usados vagamente, tanto para definir escasez, como en sentido
substantivo, balanceando así entre la ambigüedad de ambos significados.
Naturalizar la igualdad de la estructura económica del hombre en general,
con la mentalidad de mercado ha producido una falacia económica que
tiene raíz en el siglo XIX, para el autor esto es una mala influencia para el
pensamiento de las personas, ninguna sociedad puede existir sin ningún
tipo de substantivo de economía. “Si desde el principio la falaz
identificación de los <fenómenos económicos> con los <fenómenos de
mercado> era comprensible, después se convirtió en casi una necesidad
de práctica de la nueva sociedad y de la forma de vida que nació con los
dolores de la Revolución Industrial.” (Polanyi, “El sustento del hombre”
[1977] (1994)).
El mecanismo del mercado se define en, oferta – demanda – precio, es
una institución moderna con una estructura que no resulta fácil de
establecer ni de mantener, reducir a esto lo económico es borrar de la
escena la mayor parte de la historia del hombre, sostiene Polanyi.
Los pensadores relistas, realzaron un significado substantivo del concepto
económico, identificando la economía con la industria más que con los
negocios, con los medios de producción más que con los títulos de
propiedad. El concepto de economía surge con los fisiócratas franceses
al mismo tiempo que la institución del mercado como mecanismo de
oferta- demanda- precio. El mercado logro envolver a la sociedad,
transformándola, en lo que el autor denomina “transformación
económica”.
Dicha transformación se genera en el momento en que la tierra y el trabajo
se convirtieron en mercancías, como si desde un principio existirían para
la venta. La oferta y la demanda se presentaban tanto para la tierra como
para el trabajo, eran ofrecidos en sus propios mercados, tal cual las
mercancías que se producían con su intervención. Lo que Polanyi
describe en este caso, no es más que lo nombrado por Marx “relaciones
de producción” donde el obrero es oprimido, para poder comer, por la
ambición de ganancias del patrón, lo que garantiza el funcionamiento de
este mecanismo. En la jerarquización de clases, oferta y demanda eran
iguales a la clase trabajadora y los empresarios. La clase de los
capitalistas estaba delimitada por los mercados de tierras, dinero, capital
y sus usos o servicios respectivos, lo que hacía que sus ingresos sean
fijados por el mercado, su rango y posición por sus ingresos.
A las instituciones de mercado, Polanyi, las definió “como instituciones
que comprenden una multitud de ofertas o una multitud de demandas, o
bien ambas” (Karl Polanyi, [1957] (2012)). Las instituciones de mercados
son instituciones de intercambio, el mercado y el intercambio no son lo
mismo.
La forma correcta de introducirse al mundo de las instituciones de
mercado es en términos de “elementos del mercado”, son herramientas
útiles para explorar con detalle los conceptos que dificulten el
entendimiento de las instituciones mencionadas. Dos elementos del
mercado son específicos, las dichas anteriormente, multitud de ofertas y
multitud de demandas, son la base de una institución de mercado. Al igual
la competencia es parte de las características fundamentales de las
instituciones de mercado, la competencia económica está restringida a los
mercados.
La diversidad de instituciones de mercado, se vio opacada por el concepto
formal del mecanismo de oferta- demanda – precio, esto no es nuevo ya
que el enfoque sustantivo produce una considerable apertura de la propia
perspectiva, cuando se ocupa de estos términos centrales.
“… es preciso comprender, con mayor claridad que con la que a veces se
lo hizo en épocas anteriores, que el mercado no puede, de manera
alguna, suplantarse como marco de referencia, a menos que las ciencias
sociales logren desarrollar un marco más amplio, al cual pueda referirse
el propio mercado.” (Karl Polanyi, “El lugar de las economías en las
sociedades.” [1957] (2012)).