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11. Cesión de Derechos.

La cesión de derechos está definida como la operación por la cual una persona cede a otra su
derecho a exigir una determinada prestación. A diferencia de lo que ocurre en la cesión de
posición contractual, en este caso el cedente sólo está transfiriendo un derecho de crédito, pero
no una posición en una relación contractual, es decir, el cesionario no asume los derechos y
obligaciones derivados de un contrato, sino únicamente un derecho de crédito.

A diferencia también de lo que ocurre en la cesión de posición contractual, en la cesión de


derechos nos encontramos ante una figura que no necesariamente tiene como antecedente un
contrato. Por ejemplo, una persona puede tener un derecho de crédito para exigir el pago de una
indemnización por responsabilidad extracontractual, de tal manera que tiene un derecho a cobrar
una determinada cantidad de dinero. Este derecho puede ser cedido a otra persona.

El Dr. Cristhian Northcote Sandoval señala que la cesión de derechos difiere también de la cesión
de posición contractual por el hecho que no requiere del consentimiento del deudor. Esto es así
porque al deudor no le genera ningún perjuicio cumplir su obligación frente a una u otra persona.
En la cesión de posición contractual sí resulta importante el consentimiento del cedido porque el
cesionario no sólo está adquiriendo un derecho, sino que también está asumiendo obligaciones en
el contrato y el cedido tiene derecho a aceptar que tales obligaciones sean asumidas por una
persona distinta a su contraparte original. Pero, sí es necesario comunicarle la cesión al deudor
para que ésta surta efectos. La comunicación debe ser fehaciente, es decir, debe permitir acreditar
que el deudor efectivamente la ha recibido, por lo que se sugiere que se haga por vía notarial.
(Sandoval, 2011, págs. 1 - 2)

Para efectuar la cesión de derechos, es necesario que exista un documento escrito, firmado por el
cedente y el cesionario. Es común que se haga participar al deudor cedido en el acuerdo de cesión,
pero como hemos manifestado, no es obligatorio. En cuanto a la naturaleza de los derechos que
pueden ser cedidos, debemos señalar que pueden ser objeto de cesión todos los derechos
disponibles de una persona, incluso aquellos que sean materia de un proceso judicial, arbitral o
administrativo.

Puede cederse también el derecho a participar en una masa hereditaria, una vez que ha fallecido
el causante. La cesión de derechos no es factible si existe un pacto expreso entre el cedente y el
deudor cedido que excluya dicha posibilidad. Asimismo, por ley o por la naturaleza de la
obligación la cesión puede ser restringida.

Al igual que en la cesión de posición contractual, el cedente está obligado frente al cesionario a
responder por la existencia y exigibilidad del derecho cedido, salvo acuerdo distinto. Pero, no está
obligado a responder por el incumplimiento del deudor cedido, a menos que haya asumido tal
responsabilidad expresamente.

Ahora bien, si el deudor cedido cumple con la prestación frente al cedente, antes de ser
comunicado sobre la cesión, queda liberado de responsabilidad. Pero, si se puede acreditar que el
deudor tenía conocimiento de la cesión, entonces no se libera de responsabilidad.

12. Diferencia entre cesión de derechos y cesión de posición contractual en el marco de las
contrataciones estatales.

La cesión de derechos está definida como la operación por la cual una persona cede a otra su
derecho a exigir una determinada prestación. A diferencia de lo que ocurre en la cesión de
posición contractual, en este caso el cedente sólo está transfiriendo un derecho de crédito, pero
no una posición en una relación contractual, es decir, el cesionario no asume los derechos y
obligaciones derivados de un contrato, sino únicamente un derecho de crédito.

Juan José Díaz Guevara señala que a diferencia también de lo que ocurre en la cesión de posición
contractual, en la cesión de derechos nos encontramos ante una figura que no necesariamente
tiene como antecedente un contrato. Por ejemplo, una persona puede tener un derecho de crédito
para exigir el pago de una indemnización por responsabilidad extracontractual, de tal manera que
tiene un derecho a cobrar una determinada cantidad de dinero. Este derecho puede ser cedido a
otra persona. La cesión de derechos difiere también de la cesión de posición contractual por el
hecho que no requiere del consentimiento del deudor. Esto es así porque al deudor no le genera
ningún perjuicio cumplir su obligación frente a una u otra persona. (Guevara, 2015, págs. 18 - 20)

En la cesión de posición contractual sí resulta importante el consentimiento del cedido porque el


cesionario no sólo está adquiriendo un derecho, sino que también está asumiendo obligaciones en
el contrato y el cedido tiene derecho a aceptar que tales obligaciones sean asumidas por una
persona distinta a su contraparte original.

Pero sí es necesario comunicarle la cesión al deudor para que ésta surta efectos. La comunicación
debe ser fehaciente, es decir, debe permitir acreditar que el deudor efectivamente la ha recibido,
por lo que se sugiere que se haga por vía notarial.

Para efectuar la cesión de derechos es necesario que exista un documento escrito, firmado por el
cedente y el cesionario. Es común que se haga participar al deudor cedido en el acuerdo de cesión,
pero como hemos manifestado, no es obligatorio.

En cuanto a la naturaleza de los derechos que pueden ser cedidos, debemos señalar que pueden
ser objeto de cesión todos los derechos disponibles de una persona, incluso aquellos que sean
materia de un proceso judicial, arbitral o administrativo. Puede cederse también el derecho a
participar en una masa hereditaria, una vez que ha fallecido el causante.

La cesión de derechos no es factible si existe un pacto expreso entre el cedente y el deudor cedido
que excluya dicha posibilidad. Asimismo, por ley o por la naturaleza de la obligación, la cesión
puede ser restringida.

Al igual que en la cesión de posición contractual, el cedente está obligado frente al cesionario a
responder por la existencia y exigibilidad del derecho cedido, salvo acuerdo distinto. Pero no está
obligado a responder por el incumplimiento del deudor cedido, a menos que haya asumido tal
responsabilidad expresamente.

Ahora bien, si el deudor cedido cumple con la prestación frente al cedente, antes de ser
comunicado sobre la cesión, queda liberado de responsabilidad. Pero si se puede acreditar que el
deudor tenía conocimiento de la cesión, entonces no se libera de responsabilidad.

Durante la ejecución del contrato, pueden producirse distintas situaciones que determinen que
alguna de las personas que celebraron el contrato deba dejar de formar parte de la relación y ceder
su lugar a otra persona. (Guevara, 2015, pág. 19)

Para identificar las posiciones en el contrato y en la cesión de posición contractual, utilizaremos


los siguientes términos:

 Cedente: Es la persona que cede su posición en el contrato, de tal manera que


deja de formar parte de la relación contractual.
 Cesionario: Es la persona que adquiere la posición dentro del contrato recibiendo
la del cedente. Asume todos los derechos y obligaciones del cedente.
 Cedido: Es la contraparte del cedente en el contrato. Debe prestar su
consentimiento para que se realice la cesión.

Para llevar a cabo la cesión de la posición en la relación contractual, es necesario que se presenten
los siguientes elementos o condiciones:

 El contrato debe contener prestaciones no ejecutadas total o parcialmente.


 El cedido debe manifestar su consentimiento, ya sea antes, simultáneamente o
después del acuerdo de cesión.
 Cuando la conformidad del cedido se hubiera dado previamente al acuerdo de
cesión, el contrato sólo tendrá efectos desde que el acuerdo le es comunicado a
la contraparte por escrito de fecha cierta.

Una vez celebrada la cesión de posición contractual, el cedente sale de la relación contractual y
el cesionario ingresa en ella, asumiendo los derechos y obligaciones que el cedente tenía. Veamos
con mayor detalle los efectos que genera la cesión de posición contractual:

 El efecto principal de la cesión de posición contractual, como ya hemos referido,


es la salida del cedente de la relación contractual y el ingreso del cesionario, quien
asume todos los derechos y obligaciones que le correspondían al cedente en el
contrato.
 El cedente se libera de responsabilidad de las obligaciones derivadas del contrato.
 Sin embargo, por acuerdo entre las partes, el cedente puede seguir obligado frente
al cedido, es decir, a la contraparte, a cumplir con el contrato si el cesionario
incumple.
 Asimismo, el cedente es responsable frente al cesionario por la existencia y
validez del contrato, salvo que hubieran acordado lo contrario.
 El cedente puede también asumir responsabilidad por el cumplimiento de las
obligaciones del deudor, en cuyo caso asume la calidad de fiador.
 El cesionario puede utilizar contra el cedido los medios de defensa que se derivan
del contrato, pero no aquellos que se derivan de otras relaciones existentes entre
el cedido y el cedente.
 Si existen garantías que respaldan el cumplimiento del contrato, éstas no pasan a
favor del cesionario sin la aceptación expresa de los garantes.

Como vemos, la cesión de posición contractual es una figura compleja, que puede generar la
vinculación de muchas personas en una sola relación contractual.

Es necesario distinguir dos figuras que afectan la configuración inicial de un contrato vigente y
que tienen consecuencias jurídicas disímiles: La cesión de derechos y la cesión de posición
contractual. En este punto resulta importante tener en cuenta la OPINIÓN N° 018-2008/DOP
emitida por la Dirección de Operaciones del OSCE.

En relación con la cesión de derechos, el artículo 1206º del Código Civil, de aplicación supletoria,
la define como “el acto de disposición en virtud del cual el cedente transmite al cesionario el
derecho de exigir la prestación a cargo de su deudor, que se ha obligado a transferir por un
título distinto (…) La cesión puede hacerse aun sin el asentimiento del deudor” (el resaltado y
subrayado es nuestro).

En ese sentido, la cesión de derechos implica que un tercero (llamado cesionario) cuente con todas
aquellas facultades que le permitan hacer efectiva la acreencia que tiene el acreedor (llamado
cedente) respecto de su deudor (llamado cedido).

En los contratos celebrados entre un privado y el Estado, la cesión de derechos se traduce en que
un tercero cesionario pueda cobrar de la Entidad cedida el valor de los bienes, servicios u obras
ejecutados por el contratista cedente.

Por otro lado, el artículo 1435° del Código Civil establece que “en los contratos con prestaciones
no ejecutadas total o parcialmente, cualquiera de las partes puede ceder a un tercero su posición
contractual. (…) Se requiere que la otra parte preste su conformidad antes, simultáneamente o
después del acuerdo de cesión…”.

Así, la cesión de posición contractual supone que la parte contractual cedente, con el
consentimiento imprescindible del cedido, transfiera a un tercero cesionario su posición subjetiva
en el contrato, lo que significa que dicho tercero se convierte en el titular de todos los derechos y
obligaciones que se derivan del contrato celebrado originalmente entre el cedente y el cedido. En
esa medida, en un contrato celebrado entre un privado y el Estado, el contratista transferiría
completamente a un tercero las obligaciones asumidas con la Entidad (entrega de determinados
bienes, prestación del servicio o la ejecución de la obra). Asimismo, se haría acreedor a la
contraprestación por parte de la Entidad.

Ahora bien, debe tenerse en cuenta que la normativa de contrataciones y adquisiciones vigente
establece algunas restricciones a la aplicación de las referidas instituciones. En efecto, Juan José
Diaz Guevara menciona que “Salvo disposición legal o reglamentaria en contrario, el contratista
puede ceder sus derechos a favor de terceros, caso en el cual la Entidad abonará a éstos la
prestación a su cargo dentro de los límites establecidos en la cesión. En el ámbito de las normas
de contrataciones y adquisiciones del Estado no procede la cesión de posición contractual, salvo
en los casos de transferencia de propiedad de bienes que se encuentren arrendados a las
Entidades, cuando se produzcan fusiones o escisiones o que exista norma legal que lo permita
expresamente”. (Guevara, 2015, pág. 20)

De ello se concluye que, si bien cabe que los contratistas puedan ceder, por ejemplo, el derecho
al cobro a favor de un tercero, se encuentra prohibido que cedan su posición como obligados
frente a la Entidad. De esta manera, el cumplimiento de las obligaciones pactadas en el contrato
(entrega de los bienes, prestación del servicio o ejecución de la obra) continuará a cargo del
contratista seleccionado por la Entidad, no pudiendo ser transferidas a ningún tercero.
Así, si bien la transferencia de una línea de negocios por parte de un contratista (cedente) a una
tercera empresa (cesionario) podría habilitar la cesión de derechos del transferente de dichos
activos y pasivos, en el marco de la normativa de contratación pública, este acuerdo habilitaría al
tercero cesionario únicamente a recibir el pago de la Entidad cedida por las prestaciones
ejecutadas por el contratista cedente. Asumir otras obligaciones pactadas en el contrato (como
sería la obligación de entregar los bienes, prestar el servicio o ejecutar la obra) implicaría en
realidad una cesión de posición contractual.

Así, bajo el ámbito de aplicación de la normativa de contrataciones y adquisiciones del Estado, la


cesión de derechos solamente implica que el tercero cesionario tenga facultades para cobrar el
pago por las prestaciones ejecutadas por el contratista cedente. Por lo tanto, el cumplimiento de
las obligaciones pactadas en el contrato, como es el caso de la entrega de bienes, prestación del
servicio o ejecución de la obra, continuarán a cargo del contratista cedente.

Por otro lado, si bien la transferencia de una línea de negocios por parte de un contratista (cedente)
a una tercera empresa (cesionario) podría habilitar la cesión de derechos del transferente de dichos
activos y pasivos, en el marco de la normativa de contratación pública, este acuerdo habilitaría al
tercero cesionario únicamente a recibir el pago de la Entidad cedida por las prestaciones
ejecutadas por el contratista cedente. Asumir otras obligaciones pactadas en el contrato (como
sería la obligación de entregar los bienes, prestar el servicio o ejecutar la obra) implicaría en
realidad una cesión de posición contractual, la misma que se encuentra proscrita por el
Reglamento.

13. Cesión de deudas

Hemos visto las figuras referidas a la cesión de posición contractual y a la cesión de derechos o
de créditos, cada una de las cuales posee una regulación y características propias. Sin embargo,
consideramos pertinente aclarar una situación que resulta muy común en las operaciones
comerciales y es la referida a la denominada “cesión de deudas”.

Mario Castillo Freyre explica la temática de la siguiente manera: Se trata de una operación en la
cual una persona A que mantiene una deuda frente a otra persona B, le “cede” a una tercera
persona C dicha deuda, de forma tal que será C quien se haga cargo del pago. (Freyre, 2015, pág.
4)

Y ponemos entre comillas al término “ceder” porque estrictamente, las deudas o pasivos no se
ceden, es decir, a diferencia de un derecho de crédito que es un bien del cual se puede disponer,
una deuda o un pasivo no es un bien del cual el deudor pueda disponer, pues justamente es él el
obligado a cumplir con dicha deuda y no puede decidir que otra persona la asuma y oponer dicha
cesión al acreedor.
Así, en el ejemplo mencionado, el acreedor B no estaría obligado a aceptar el acuerdo adoptado
entre A y C para que sea C quien asuma la obligación de pagar la deuda y que, según la intención
de A, el acreedor B solamente le pueda exigir el pago a C y ya no a A. (Freyre, 2015, pág. 4)

Se puede pensar que esta situación es incorrecta porque cuando se trata de la cesión de un crédito
el acuerdo entre el acreedor original y el acreedor cesionario sí surte efectos frente al deudor, pero
en realidad, se trata de situaciones muy distintas.

En la cesión de créditos, como ya lo hemos visto, no es necesaria la participación del deudor en


el acuerdo de cesión para que el acreedor cesionario o adquirente del crédito le pueda exigir el
pago de la obligación, oponiéndole el acuerdo de cesión celebrado con el acreedor original a pesar
que el deudor no participó en él. En este caso, la cesión es oponible porque jurídicamente no tiene
relevancia para el deudor la identidad de la persona a la que le debe pagar, únicamente tiene
relevancia verificar que dicha persona es la legítima titular del crédito.

Cuando hablamos de la cesión de una deuda o pasivo la situación es completamente distinta, pues
para el acreedor sí tiene relevancia determinar la identidad de la persona que está obligada a
pagarle, por una razón muy sencilla, la solvencia.

En efecto, para un acreedor A no es lo mismo que su deudor sea B o C, pues cada uno de ellos
tiene un patrimonio distinto y puede responder de distinta manera sus obligaciones.
Probablemente, cuando A celebró su operación con B, evaluó su patrimonio, solvencia y
capacidad de pago, además del elemento de la confianza que resulta importante también. En tal
medida, para A sí tiene importancia que, en lugar de B, sea C quien le deba pagar la deuda, porque
probablemente C no tenga la misma capacidad de pago que B y podría verse perjudicada su
posibilidad de recuperar su crédito.

Por estas consideraciones, para que el acuerdo por el cual un deudor A le cede su deuda a un
deudor C y que este acuerdo sea oponible al acreedor B, es necesario que B participe en dicho
acuerdo, de forma tal que renuncia a sus derechos frente a A y solamente se entenderá con C para
efectos del pago de la deuda. (Freyre, 2015, pág. 5)

Debe tenerse en cuenta que esto no impide que en cualquier caso una persona pague la deuda de
otra, lo cual no requiere de ningún acuerdo ni siquiera con el deudor original, pero este caso no
constituye lo que se conoce como una cesión de deuda sino simplemente de un pago por tercera
persona.
Bibliografía
Freyre, M. C. (2015). LA CESIÓN DE DERECHO. LA CESIÓN DE DERECHO, 4 - 6.

Guevara, J. J. (2015). LA CESIÓN DE POSICIÓN CONTRACTUAL EN. Derecho y Cambio Social, 18 -


20.

Sandoval, D. C. (2011). La cesión de posición contractual. Área Empresarial, 1 - 2.

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