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¿Qué es la hamartiología?

Pregunta: "¿Qué es la hamartiología?"

Respuesta: La hamartiología es el estudio del pecado. La


hamartiología se refiere a cómo se originó el pecado, cómo afecta a la
humanidad, y en qué resultará después de la muerte. El pecado
significa esencialmente a "no dar en el blanco". Todos nosotros no
hemos dado en el blanco de la justicia de Dios (Romanos 3:23).
Entonces, la hamartiología explica por qué hemos fallado, cómo lo
hemos hecho, y las consecuencias de no dar en el blanco. Estas son
algunas de las preguntas más importantes en la hamartiología:

¿Cuál es la definición del pecado? El pecado se describe en la biblia


como la transgresión de la ley de Dios (1 Juan 3:4) y la rebelión en
contra de Dios (Deuteronomio 9:7; Josué 1:18).

¿Todos heredamos el pecado de Adán y Eva? Romanos 5:12 dice, "Por


tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron".

¿Son todos los pecados iguales para Dios? Hay niveles de pecado;
algunos pecados son peores que otros. Al mismo tiempo, en lo que
respecta tanto a las consecuencias eternas y a la salvación, todos los
pecados son iguales. Todos y cada uno de los pecados conducirán a la
condenación eterna (Romanos 6:23).

¿Cómo puedo saber si algo es pecado? Hay cosas que la biblia


menciona específicamente y declara lo que es pecado. El problema
más difícil consiste en determinar lo que es pecaminoso en áreas en
las que la biblia no lo aborda directamente.

Podría parecer que el estudio de un tema tan deprimente como el


pecado, sería algo contraproducente para el cristiano. Después de
todo, ¿no somos salvados del pecado por la sangre de Cristo? ¡Sí! Pero
antes de que podamos entender la salvación, primero debemos
entender por qué la necesitamos. Ahí es donde entra la hamartiología.
Ella explica que todos somos pecadores por herencia, por imputación,
y por nuestra propia elección personal. Nos muestra por qué Dios debe
condenarnos por nuestros pecados. La hamartiología apunta a la
solución para el pecado, el cual es el sacrificio expiatorio de Cristo
Jesús. Cuando realmente comprendamos nuestra naturaleza
pecaminosa, comenzamos a entender la profundidad y la amplitud de
la naturaleza de nuestro gran Dios quien, por una parte, condena a los
pecadores al infierno en el justo juicio, luego, por otra parte, satisface
sus propias exigencias para la perfección. Sólo cuando comprendemos
la profundidad del pecado, podemos entender la altura del amor de
Dios por los pecadores.

Un versículo clave de las escrituras sobre hamartiología es Romanos


3:23-24, "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús".

Pneumatología
Pneumatología.
Disciplina de Pneumatología
la teología que se dedica
al estudio de Espíritu
Santo y abarca además Concepto: Pneumatología es un término que
los demás seres proviene del griego Pneuma que significa
espirituales y fenómenos, espíritu, soplo, hálito, viento.
especialmente las
interacciones entre los humanos y Dios.
Etimología
La palabra Pneumatología es un termino compuesto su primera parte
proviene de un vocablo castellano de la palabra Griega ¨πνεῦμα¨ encuentra
su sinónimo en la lengua románica pneuma y significa " espíritu", soplo,
hálito, viento. por otra parte ¨logía¨ se deriva a su vez del griego: Logos que
encuentra su significado en Tratado, ciencia, tocando además la referencia
bíblica Cristo como palabra y verbo divino en la teología tradicional cristiana,
de ahí su relación con la tercera persona de la trinidad Cristiana en el estudio
de la teología.

¿Qué es el premilenialismo?
Pregunta: "¿Qué es el premilenialismo?"

Respuesta: El premilenialismo es la opinión de que la Segunda Venida


de Cristo ocurrirá anterior a Su Reinado Milenial, y que el Reino Milenial
es literalmente de un período de 1,000 años. Para poder entender e
interpretar los pasajes de la Escritura que tratan sobre los eventos del
final de los tiempos, hay dos cosas que debemos entender claramente:
(1) un método apropiado para la interpretación de la Escritura, y (2) la
diferencia entre Israel (los judíos) y la Iglesia (el conjunto de todos los
creyentes en Jesucristo).

Primero: Un método apropiado para la interpretación de la Escritura,


requiere que la Escritura sea interpretada de manera que sea
consistente en su contexto. Esto es, que un pasaje debe ser
interpretado de manera que sea coherente con la audiencia para quién
fue escrita, aquellos de quiénes se escribe, por quiénes fue escrito,
etc. Es crucial conocer al autor, la audiencia a quién se proyecta, y los
antecedentes históricos de cada pasaje que se interpreta. Al
establecer el aspecto histórico y cultural, con frecuencia revelará el
significado correcto que tiene un pasaje. También es importante
recordar que la Escritura interpreta la Escritura. Esto es, muchas veces
un pasaje cubrirá un tópico o tema que también es referido en alguna
otra parte de la Biblia. Es importante interpretar todos estos pasajes
consistentemente el uno con el otro.

Finalmente, y lo más importante, los pasajes deben siempre ser


tomados en su significado normal, regular, sencillo, y literal, a menos
que el contexto del pasaje indique que es de naturaleza figurativa. Una
interpretación literal no eliminará la posibilidad de que se usen figuras
del lenguaje. Más bien, anima al intérprete a no incluir el significado
del lenguaje figurativo en el pasaje, a menos que sea apropiado por
ese contexto. Es crucial nunca buscar un significado “más profundo,
más espiritual” que el que es presentado. Esto es peligroso, porque
cuando se hace, las bases para la verdadera interpretación se colocan
en la mente del lector, en lugar de las que vienen de las Escrituras. En
este caso no puede haber objetivos comunes de interpretación, sino
que la Escritura se convierte en objeto de la impresión y significado
propio de todas y cada una de las personas que la leen. 2 Pedro 1:20-
21 nos recuerda “entendiendo primero esto, que ninguna profecía de
la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue
traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

Aplicando estos principios de interpretación bíblica, debe verse que


Israel (los descendientes físicos de Abraham) y la Iglesia (todos los
creyentes) son dos grupos diferentes. Es crucial reconocer y entender
que Israel y la Iglesia son distintos, porque si esto no es comprendido,
la Escritura será malinterpretada. Específicamente, los pasajes que
tratan con las promesas hechas a Israel (tanto cumplidas como por
cumplir) son propensos a malentenderse y malinterpretarse si uno
trata de aplicarlos a la iglesia, y viceversa. Recuerda, ¡el contexto del
pasaje determinará para quién fue escrito, y guiará a la interpretación
más certera!

Con estos dos conceptos en mente, veamos varios pasajes de la


Escritura que tratan con la visión del premilenialismo. Comencemos en
Génesis, en su capítulo 12, versos 1-3, donde leemos, “Pero Jehová
había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa
de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación
grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre y serás bendición.
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré;
y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”

Aquí Dios promete a Abraham tres cosas: que Abraham tendría muchos
descendientes, que esta nación ocuparía y poseería una tierra, y que
del linaje de Abraham (los judíos) vendría una bendición universal que
llegaría a toda la humanidad. En Génesis 15:9-17, Dios ratifica Su pacto
con Abraham. En la manera en que esto es hecho, Dios coloca toda la
responsabilidad del pacto sobre Él mismo. Esto es, no había nada que
pudiera hacer Abraham que ocasionara el fracaso del pacto que Dios
hizo. También en este pasaje, se establecen las fronteras para la tierra
que los judíos eventualmente ocuparían. Para una lista detallada de
los límites, lea Deuteronomio 34. Otros pasajes que tratan con la
promesa de la tierra son Deuteronomio 30:3-5 y Ezequiel 20:42-44.
2 Samuel, capítulo 7 trata de Cristo gobernando durante el milenio. 2
Samuel 7, versos 11-17 registran una promesa hecha por Dios al rey
David. Aquí Dios le promete a David que tendrá descendientes y que
de esos descendientes Dios establecerá Su reino eterno. Esto se refiere
al gobierno de Cristo durante el Milenio, y para siempre. Es importante
tener en mente que esta promesa debe ser cumplida literalmente, y
que aún no ha tenido lugar. Algunos creerían que el gobierno de
Salomón fue el cumplimiento literal de esta profecía, pero hay un
problema con eso - El territorio sobre el cual Salomón reinó, no es
propiedad de Israel en la actualidad, y Salomón tampoco reina sobre
el Israel actual. Recuerda que Dios prometió a Abraham y a sus
descendientes que poseerían la tierra para siempre, lo cual aún no ha
sucedido. También 2 Samuel 7 dice que Dios establecería un Rey que
reinaría eternamente. Por lo tanto Salomón no pudo ser el
cumplimiento de la promesa hecha a David. Por consiguiente, ¡esta es
una promesa que aún tiene que ser cumplida!

Ahora, con esto en mente, examina lo que está registrado en


Apocalipsis 20:1-7, “Vi un ángel que descendía del cielo, con la llave
del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la
serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años, y
lo arrojó al abismo, y lo encerró y puso su sello sobre él, para que no
engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y
después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. Y vi tronos,
y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las
almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la
palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen,
y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron
y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a
vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección;
la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán
sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él mil años. Cuando los
mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión.”

Los mil años que son mencionados repetidamente en Apocalipsis 20:1-


7 corresponden literalmente al reinado de 1,000 años de Cristo sobre
la tierra. Recuerda que la promesa hecha a David, respecto al reinado
tiene que ser cumplida literalmente, y aún no ha tenido lugar. El
Premilenialismo ve que este pasaje describe el futuro cumplimiento de
la promesa con Cristo en el trono. Dios hizo pactos incondicionales con
ambos Abraham y David. Ninguno de estos pactos ha sido cumplido
total o permanentemente. La única manera de que estos pactos
puedan ser cumplidos como Dios prometió que serían, es el literal y
físico reinado de Cristo en la tierra.

El aplicar un método de interpretación literal a la Escritura, da como


resultado que las piezas del rompecabezas se unan. Todas las profecías
del Antiguo Testamento sobre la Primera Venida de Jesucristo fueron
cumplidas literalmente, por lo tanto, debemos esperar que las
profecías respecto a Su Segunda Venida, también sean cumplidas
literalmente.

El Premilenialismo es el único sistema que concuerda con una


interpretación literal de los pactos de Dios y la profecía del fin de los
tiempos.

HAMARTIOLOGIA (Doctrina de pecado)



CAPITULO V

HAMARTIOLOGIA
(Doctrina de pecado)

I. EL ORIGEN DEL PECADO.


A. En el universo.
B. En la raza humana.
II. LA REALIDAD DEL PECADO.
A. Las Escrituras la declaran.
B. La naturaleza la proclama.
C. La ley la descubre.
D. La experiencia la demuestra.
E. El hombre la confiesa.
III. LA NATURALEZA DEL PECADO.
A. Punto de vista modernista.
B. Punto de vista Biblico.
C. Declaraciones Biblicas.
D. Definiciones teologicas.
E. Resumen de las Escrituras.
IV. EL ALCANCE DEL PECADO.
A. Los cielos.
B. La tierra.
V. EL REINO DEL PECADO.
A. Como un hecho.
B. Como un estado.
C. Como una naturaleza.
VI. EL CASTIGO DEL PECADO.
A. Penalidad natural.
B. El juicio de Dios.

CAPITULO V

HAMARTIOLOGIA

*La palabra hamartiología se deriva del griego hamartia, que significa


"pecado." Por consiguiente, hamartiología es la doctrina del pecado.
I. EL ORIGEN DEL PECADO

A. EN EL UNIVERSO.

En Ezequiel 28:11-19, vemos que Lucifer trajo el pecado al universo. "Se


enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa
de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para
que miren en ti." (v. 17) No existía el pecado antes de que Lucifer pecara y se
convirtiera en el diablo y Satanás. Su pecado, el primero en el universo, fue
cuando escogió su voluntad sobre la voluntad de Dios, deseando ser igual a
Dios.

B. EN LA RAZA HUMANA.

Puesto que hay pecado en la raza humana, el pecado tiene que haber tenido un
comienzo. Si el pecado no hubiese tenido un comienzo, el hombre habría sido
creado en pecado. Si fuese así, Dios sería el Creador del pecado; pero esto no
es el caso. El pecado entró en la raza humana a través del engaño y la
desobediencia, motivado por la incredulidad.

"Y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en
trasgresión." (I Timoteo 2:14). ¿Por qué permitió Dios que el hombre pecara?
La única respuesta que podemos ofrecer es Efesios 2:7. "Para mostrar en los
siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús."

II. LA REALIDAD DEL PECADO

A. LAS ESCRITURAS LA DECLARAN.


"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios." (Romanos 3:23) "Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para
que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los
creyentes." (Gálatas 3:22)

B. LA NATURALEZA LA PROCLAMA.

"Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de
parto hasta ahora." (Romanos 8:22)

C. LA LEY LA DESCUBRE.

"Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de
él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado." (Romanos
3:20) El apóstol Pablo pensó que él estaba libre de pecado hasta que miró en
el espejo de la ley de Dios. "... Pero yo no conocí el pecado sino por la ley;
porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No
codiciarás." (Romanos 7:7)

D. LA EXPERIENCIA LA DEMUESTRA.

Las experiencias de Moisés, David, Pedro y Juan revelan la realidad del


pecado. Aun nuestras propias experiencias la substancian.

E. EL HOMBRE LA CONFIESA.

1. Los santos la confesaron.


Job fue quien dijo, "He aquí que yo soy vil... Por tanto me aborrezco." Isaías
declaró, "¡Ay de mí! que soy muerto." Daniel, de quien no se menciona
aliento de pecado, dijo, "...porque no elevamos nuestros ruegos ante ti
confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias." (Daniel
9:18) Jeremías confesó, "Entenebrecido estoy." Pedro clamó, "Apártate de mí,
Señor, porque soy hombre pecador." Pablo declaró, "Que Cristo Jesús vino al
mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero." Lutero
expresó, "Temo más a mi corazón que al Papa y todos los cardenales." Moody
dijo, "El hombre con quien tengo más dificultad es el que camina debajo de mi
sombrero."

2. Los pecadores la han confesado.

Las Escrituras contienen numerosas confesiones de sus pecados de parte de


pecadores. Faraón declaró, "He pecado esta vez..." (Éxodo 9:27) Acán dijo a
Josué, "Verdaderamente yo he pecado..." (Josué 7:20) Balaam admitió, "He
pecado..." (Número 22:34) Aún Judas, quien traicionó al Señor, dijo, "Yo he
pecado..." (Mateo 27:4)

III. LA NATURALEZA DEL PECADO

A. EL PUNTO DE VISTA MODERNISTA.

1. La sociedad lo llama indiscreción.


2. Los intelectuales lo tildan de ignorancia.
3. Los evolucionistas dicen que es el rasgo de la bestia.
4. Los de la "ciencia cristiana" enseña que es la ausencia de bondad.
5. El hombre carnal lo excusa como una debilidad inofensiva.
6. Los teólogos modernos declaran que es el egoísmo.
B. EL PUNTO DE VISTA BIBLICO.

1. El pecado es "no alcanzar la marca."

"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de


Dios." (Romanos 3:23) Véase: Romanos 5:12, donde la palabra "pecar"
significa "errar al blanco divino."

2. El pecado es una trasgresión.

"Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es
infracción de la ley." (I Juan 3:4) La trasgresión de la ley puede ser
deliberada o no, pero siempre es pecado. Había pecado antes de la ley, pero no
había trasgresión. Véanse: Números 4:15; Josué 7:11,15; Isaías 24:5;
Daniel 9:11; Oseas 6:7; 8:1.

3. El pecado es torcer aquello que es recto.

"Justo" significa recto. El pecado es torcer aquello que antes era recto. David
dijo a Jehová, cuando vio al ángel que destruía al pueblo: "...Yo pequé, yo
hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva
contra mí, y contra la casa de mi padre." (II Samuel 24:17) Véanse:
Romanos 1:18; 6:13; II Tesalonicenses 2:12; II Pedro 2:15; I Juan 5:17.

4. El pecado es rebelión contra Dios.

"Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los
engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí." (Isaías 1:2) Véase: II
Tesalonicenses 2:4-8.
5. El pecado es una deuda.

"Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a


nuestros deudores." (Mateo 6:12) Véase: Lucas 11:4. Las palabras,
"debíamos" (Lucas 17:10), "debéis" (Juan 13:14) y "debemos" (II
Tesalonicenses 2:13) son de la misma palabra griega que denota una deuda.

6. El pecado es desobediencia.

El pecado es la falta de interés hacia Dios. "En los cuales anduvisteis en otro
tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la
potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia." (Efesios 2:2). Véanse: Efesios 5:6; Juan 3:36.

7. El pecado es desviarse de la exigencia de Dios.

Esto significa una caída. Toda ofensa contra Dios es una caída. La caída del
pecado produce mucho dolor. "Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas,
os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial." (Mateo
6:14). Véanse: Romanos 5:15-20; Gálatas 6:1.

8. El pecado es incredulidad.

"El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree
a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios
ha dado acerca de su Hijo." (I Juan 5:10)

9. El pecado es impiedad.
"Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es
contada por justicia." (Romanos 4:5) "Porque Cristo, cuando aún éramos
débiles, a su tiempo murió por los impíos." (Romanos 5:6) Véanse: I
Timoteo 1:9; I Pedro 4:18; II Pedro 2:5-7; Judas 1:4,15.

10. El pecado es iniquidad.

Con esto queremos significar una mala acción contra el orden moral del
universo. "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos,
celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios,
borracheras, orgías y cosas semejantes a éstas; acerca de las cuales os
amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no
heredarán el reino de Dios." (Gálatas 5:19-21). Véanse: Colosenses 3:5-9;
Marcos 7:19-20.

C. DECLARACIONES BIBLICAS.

"Toda injusticia es pecado..." (I Juan 5:17) Véanse: I Juan 3:4; Proverbios


14:21; 21:4; 24:9; Romanos 3:23; 6:23; I Samuel 15:23; Jeremías 3:25;
14:7; Santiago 2:9; 4:17; Romanos 14:23.

D. DEFINICIONES TEOLOGICAS.

1. El pecado es la trasgresión de la ley de Dios.


2. El pecado es la falta de amor hacia Dios, o el hombre.
3. El pecado es el egoísmo que no se somete a Dios.
4. El pecado es insubordinación.
5. El pecado es la falta de conformidad con Dios, y sus leyes morales, en
hecho, disposición, o estado.
6. El pecado es aquello que no debiera ser.

E. RESUMEN DE LAS ESCRITURAS.

1. Hacia Dios.

a. Rebelión. "Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como


ídolos e idolatría la obstinación..." (I Samuel 15:23)

b. Descuido de amar a Dios supremamente. "Y amarás a Jehová tu Dios de


todo corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas." (Deuteronomio 6:5)

2. Hacia la ley divina.

a. Trasgresión intencional. "Mas la persona que hiciere algo con soberbia,


así el natural como el extranjero, ultraja a Jehová; esa persona será cortada de
en medio de su pueblo." (Números 15:30).

b. Violación por ignorancia. "Si una persona pecare por yerro, ofrecerá una
cabra de un año para expiación." (Números 15:27) Véase: Hebreos 9:7.

3. Hacia los hombres.

a. Injusticia. "No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario


del jornalero en tu casa hasta la mañana." (Levítico 19:13)
b. Descuido de amar al prójimo. "No te vengarás, ni guardarás rencor a los
hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo
Jehová." (Levítico 19:18)

4. Hacia uno mismo.

a. Egoísmo. "Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y


perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mateo
16:26)

b. Corrupción. "He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me


concibió mi madre." (Salmo 51:5)

IV. EL ALCANCE DEL PECADO

A. LOS CIELOS.

Las Escrituras revelan el hecho de que tanto el pecado como la salvación


tuvieron su comienzo en el cielo y vinieron a la tierra. El pecado comenzó en
el cielo con la caída de Satanás. (Ezequiel capítulo 28) La salvación se
completa en el cielo con la obra de Mediador de Cristo. (Hebreos 9:24)

B. LA TIERRA.

1. El reino vegetal.

"Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del
árbol de que mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu
causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo." (Génesis 3:17-18) Isaías
53:13 revela la bendita realidad de que la maldición será quitada del reino
vegetal cuando Cristo venga. "En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar
de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que
nunca será raída."

2. El reino animal.

Antes de la caída del hombre no había animales carnívoros. Isaías 11:6-9 nos
dice que esta maldición será quitada cuando Cristo venga por segunda vez:
"Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el
becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los
pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león con
el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el
recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán
mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del
conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar."

3. La Raza Humana.

a. La universalidad del pecado. Todos los hombres son pecadores. "Por


cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios." (Romanos
3:23)

b. La totalidad del pecado. Todo su ser está afectado por el pecado - el


cuerpo, el alma y el espíritu. "Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno... No hay temor de Dios
delante de sus ojos. Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que
están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el
juicio de Dios." (Romanos 3:12,18,19)

V. EL REINO DEL PECADO


A. COMO UN ACTO.

El Hombre comete pecado por su conducta.

B. COMO UN ESTADO.

El Hombre carece de justicia.

C. COMO UNA NATURALEZA.

El Hombre es concebido en pecado, nacido en pecado; y es, por lo tanto, un


pecador por naturaleza.

VI. EL CASTIGO DEL PECADO

A. PENALIDAD NATURAL.

Esto puede ilustrarse mejor con el ejemplo del niño a quien le prohibieron que
comiera cierta comida. El niño desobedeció y comió demasiado, con el
resultado de que se enfermó. La consecuencia natural de su desobediencia fue
su enfermedad. La penalidad natural del pecado es la enfermedad, la
desilusión y la muerte física.

B. EL CASTIGO DE DIOS.
Para continuar con el ejemplo anterior, hallamos que la penalidad natural era
que el niño se enfermara. El castigo es el azote que él recibe de su padre.

*El castigo del pecado se describe por lo siguiente:

1. Muerte.

"Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 6:23) En las Escrituras, la muerte
jamás significa "aniquilación," o "destrucción total." No hay ningún pasaje en
las Escrituras donde la palabra "aniquilación" pueda sustituirse por la palabra
"muerte."

a. Muerte espiritual. "Pero la que se entrega a los placeres, viviendo está


muerta." (I Timoteo 5:6)

b. Muerte eterna. "Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego.


Esta es la muerte segunda." (Apocalipsis 20:14) "... cuando se manifieste el
Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para
dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de
nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición,
excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder." (II
Tesalonicenses 1:7-9) Véase: Apocalipsis 20:12; 21:18. No había muerte
antes de que el pecado entrara en la vida del hombre. El hombre fue creado
para habitar con Dios para siempre. La Biblia dice que la muerte "...pasó a
todos los hombres." (Romanos 5:12)

La palabra "pasó" es traducida "traspasará" en Lucas 2:35; "pasar" en Mateo


19:24; y "pasaron" en I Corintios 10:1.

2. Perdido.
"Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los
que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de
perdición, para que la Escritura se cumpliese." (Juan 17:12) La palabra
"perdió" es la misma palabra griega que se traduce "pierda" en Juan 3:16 y
"destruir" en Mateo 10:28.

3. Condenado.

"El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido


condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de
Dios." (Juan 3:18) La palabra griega, "condenación," es un término legal e
indica una decisión judicial. Esta misma palabra, "condenado," es traducida
"condenación" en Juan 5:29, y "juicio" en Mateo 11:22-24; II Pedro 2:4-9;
3:7; I Juan 4:17 y Judas 1:6.

4. Enjuiciado.

"Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley,
para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de
Dios." (Romanos 3:19)

5. Eterna perdición.

"Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el


camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por
ella." Véanse: Juan 17:12; II Tesalonicenses 2:3; Hebreos 10:39; II Pedro
3:7; Apocalipsis 17:8-11; Romanos 9:22; Filipenses 3:19; II Pedro 3:16.

Nota: En el nuevo testamento, generalmente, la palabra "perdición" implica


"destrucción," o "ruina." En Mateo 26:8 está traducida como "desperdicio."
"Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio?"
La palabra "pierden" en Mateo 9:17 es la misma palabra que "perdición." "Ni
echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el
vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres
nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente."

6. Castigo.

"E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna." (Mateo
25:46) Hay una diferencia entre este pasaje y el de Hebreos 12:6: "Porque el
Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo." La
diferencia es que los pecadores reciben castigo eterno, pero los santos reciben
disciplina terrenal.

7. Eterno - Perpetuo.

"E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna." (Mateo
25:46) Véanse: Judas 1:6; II Tesalonicenses 1:9; Apocalipsis 20:10; 14:11.

Algunos dicen que las palabras "eterno" y "perpetuo" significan "una larga
vida", "una época", o "lo que dura una edad." En otras palabras, ellos dicen
que los condenados van a soportar el fuego del infierno sólo por una época, y
que después de ser purificados, pasarán a gozar de la eterna bienaventuranza
celestial con los santos hijos de Dios. Pero a esto nosotros contestamos: "Si el
infierno y el castigo no son para siempre, entonces no existe nada que pudiera
llamarse "vida eterna," ni "salvación eterna," porque se usa la misma palabra
"eterno" en relación a ambas cosas.

La misma palabra "eterno," es usada para referirse a Dios. "¿Cuánto más la


sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo sin
mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que
sirváis al Dios vivo?" (Hebreos 9:14) "Según la revelación del misterio... pero
que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según
el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para
que obedezcan a la fe." (Romanos 16:25-26) Si el castigo en el infierno para
los que son condenados no es eterno, entonces la salvación no es eterna, y
Dios no es eterno. ¡PERO DIOS ES ETERNO! La salvación, también, es
eterna; y el castigo tiene que ser eterno.

Qué es la Soteriología y Por Qué es


Importante Para Todos Los Cristianos?
“Debemos entender que la obra entera por la cual los hombres son salvados de
su estado natural de pecado y de ruina, y son transportados al reino de Dios y
hechos herederos de la felicidad eterna, es de Dios, y únicamente de Él. ‘La
salvación es de Jehová’ (Jonás 2:9)” — Charles Spurgeon1).

Antes de hablarte sobre las doctrinas de la gracia en la serie de artículos que


estoy publicando en el blog, quiero hablarte sobre la soteriología y por qué
importa demasiado para todo cristiano.

Sé que la palabra “soteriología” es rara, pero con ella se llama a la rama de la


teología que estudia la salvación.

Todos los cristianos tienen una soteriología.


Los cristianos en teoría estamos de acuerdo en la verdad de que somos
salvados sólo por fe, sólo en cristo, sólo para la gloria de Dios y sólo por
gracia. Digo en teoría, porque en la práctica la historia es distinta debido a
conceptos errados que manejan muchas personas. Por ejemplo, algunos dicen
creer que la salvación es solo por gracia, pero en realidad no creen ni
interpretan correctamente lo que dice la Biblia sobre la gracia de Dios. Sobre
eso hablaremos un poco más adelante en esta serie de las doctrinas de la
gracia, pero por ahora volvamos al tema de este artículo.

Por la fe en Jesús, y por tanto en Su obra, somos librados del justo castigo que
merecemos (Romanos 3:25-26). También estamos de acuerdo en que hay un
cielo y un infierno, y en varios otros puntos de nuestra fe.

Sin embargo, la Biblia habla mucho más sobre cómo Dios salva a pecadores.
Prácticamente toda la Palabra está llena de información al respecto. Luego de
leerla, pueden surgir en tu cabeza preguntas como estas:
 ¿Dios elige a personas para que ellas crean el evangelio y sean salvas?
 ¿Jesús murió por todas las personas de la misma manera?
 ¿Jesús vino a hacer posible la salvación de todas las personas sin
asegurar la de nadie, o vino para salvar realmente a sus ovejas?
 ¿Podemos perder nuestra salvación?
 ¿La fe es algo que Dios nos regala?
 ¿Cómo las personas llegan a creer realmente el evangelio?
 Y muchas preguntas más.

La soteriología tiene que ver con respuestas a esa clase de interrogantes… y


todo cristiano, aunque tal vez no quiera admitirlo, posee alguna postura ante
preguntas como las que muestro arriba.

Lee también: No cometas estos 4 errores cuando leas la Biblia.

La soteriología importa porque Dios importa.


Un cristiano ama realmente a Dios porque el amor ha sido derramado en Su
corazón (Romanos 5:5). Ama a Dios porque Él le ha amado primero (1 Juan
4:10). Cuanto más ama a Dios, más lo quiere conocer y amarlo. Dios es
aquello que Su alma desea por encima de todo lo demás (Salmos 63:1).

Este Dios único y glorioso se ha revelado en la forma en que Él salva a


pecadores. En la manera en que Él nos salva, nos muestra atributos de Él (Su
justicia, santidad, sabiduría, omnipotencia, misericordia, etc) y rasgos de Su
gloria.

Por tanto, la soteriología importa porque Dios importa.

Si no queremos conocer más sobre cómo Dios salva a pecadores (y por tanto
conocer más de Él), entonces deberíamos preguntarnos: “¿Realmente Dios me
importa? ¿Realmente soy cristiano?” Es una contradicción ser cristiano y no
querer conocer cada día más a Dios, ya que la vida cristiana consiste en
conocerlo cada día más y más (Juan 17:3).

Es por eso que la soteriología es una parte esencial del conocimiento cristiano,
y cuanto más sólida y bíblica es nuestra soteriología y reconocemos la verdad,
más vamos a vivir como Dios quiere que vivamos ya que todo lo que Dios nos
ha revelado en Su Palabra es con este fin (2 Timoteo 3:16-17).

Lee también: Jesús y el hombre que no sabía de matemáticas.


El impacto de la soteriología en nuestras vidas.
La soteriología afecta cada área de nuestras vidas porque el verdadero
evangelio afecta cada área de nuestras vidas2).

Un conocimiento profundo, no solo en nuestras mentes, sino en nuestros


corazones, de cómo obra la gracia de Dios, tiene un gran impacto en la forma
en que vivimos la vida cristiana. Espero mostrarte un poco de eso a lo largo de
la serie.

“Cuanto más contemplamos a Dios y cómo Él nos


salva, nuestros corazones son llenos de
agradecimiento”
Cuanto más contemplamos a Dios y cómo Él nos salva, nuestros corazones
son llenos de agradecimiento, crecemos en humildad, estamos más aptos para
toda buena obra y descansamos más en Su amor y Soberanía. Vivimos para Su
gloria y con un gozo más sólido.

El apóstol Pablo, dirigido por el Espíritu Santo, nos enseña:

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos
escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin
mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados
hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para
alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”
(Efesios 1:3-6).

No ahondaré en los detalles de ese pasaje bíblico, pero quiero que notes las
palabras que enfaticé: Dios nos salva para que le alabemos en
agradecimiento… ¿Y cómo vamos a hacer eso si no conocemos y admitimos
lo que Él ha revelado en Su Palabra sobre cómo Su gracia obra en nuestras
vidas?

¿Cómo agradeceremos a Dios y confiaremos más en Él, si no sabemos todo lo


que Él quiere que sepamos que hizo por nosotros y por lo cual necesitamos
agradecerle?
La soteriología es más importante que lo que muchas personas piensan y
espero haberlo dejado claro en este artículo introductorio.

Israel en la escatología
Por Jaime Mazurek B. publicado originalmente en CONOZCA edición 1997.3
¿Cuál es el lugar de la nación de Israel en los planes de Dios para el futuro? En la comunidad
cristiana encontramos dos perspectivas bastante opuestas.Por un lado hay quienes afirman que
la relación especial de la nación de Israel con Dios dejó de existir completamente con la venida
de Cristo y la institución del Nuevo Pacto. Ya que la salvación para toda persona, sea judía o
no judía, se alcanza únicamente por su fe en la obra redentora de Cristo, ante Dios el ser
israelita hoy no es diferente a ser chileno, panameño o japonés. Esta perspectiva insiste en que
la Iglesia es la nueva Israel espiritual. Por lo tanto los textos bíblicos sobre Israel en el futuro
deben ser interpretados como pertinentes a la Iglesia. Se destacan pasajes como Romanos
2:29, “el verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del
corazón.” (NVI). Otra cita, Gálatas 6:16, interpreta la expresión “el Israel de Dios” como la
Iglesia.
Los que enseñan esta idea tienden a ser del pensamiento postmileniarista. Creen que la
segunda venida de Cristo acontecerá después de un milenio en que la Iglesia llegará a ejercer su
influencia evangelizadora en una manera global y absoluta. Algunos señalan que en cambio el
actual gobierno de Israel rechaza la idea de la divinidad de Cristo. Esta línea de pensamiento a
veces llega a extremismos con una retórica antisemita diciendo que Israel lleva la maldición de
Dios.
Por otro lado está la visión que el trato especial de Dios para con Israel no se ha acabado
aun. Desde la muerte de Cristo hasta el arrebatamiento de la Iglesia hay una paréntesis durante
la cual Dios ha manifestado su favor de manera especial sobre los no judíos. Después del
arrebatamiento Dios volverá a mostrar su favor especial sobre un santo remanente de la nación
israelita la cual llegará a dominar en la tierra durante el reino de mil años de Cristo.
¿Cuál debe ser nuestra actitud hacia estas opiniones tan opuestas? ¿Ha dejado de existir el pacto
de Dios para con Israel? ¿Hace un papel importante la nación de Israel en la escatología?
Responde el pasaje de Romanos 9-11 haciendo uso de preguntas retóricas para entablar la
discusión. Rechazó Dios a su pueblo? 11:1. ¿Acaso tropezaron para no levantarse
jamás? 11:11. Evidentemente Pablo anticipa un rotundo ¡No! como respuesta.
Un estudio de esta división de la carta junto a otros pasajes paralelos del Nuevo Testamento nos
ayudará mucho a comprender la condición y el papel de Israel en la historia de la salvación
durante el pasado, el presente y el futuro.

1. Israel bajo el antiguo pacto, 9:1-29


Pablo reconoce que antes de la venida de Cristo la nación de Israel gozaba de una relación
especial con Dios. En 9:4,5 el apóstol enumera ocho bendiciones especiales que Israel había
recibido:
1.1 la adopción como hijos
1.2 la gloria divina
1.3 los pactos
1.4 las leyes recibidas
1.5 la adoración en el templo
1.6 las promesas
1.7 los patriarcas
1.8 Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas, nacido de su linaje.

En seguida el apóstol destaca que tales bendiciones no fueron de provecho para todos los que
nacieron como israelitas, 9:6, sino para el grupo selecto de verdaderos “hijos de la promesa”,
los que habían imitado el ejemplo de su padre Abraham, el hombre de fe, 4:16,17. En el
capítulo 4 Pablo ya había puesto énfasis sobre la verdad que la justificación de Abraham y de
sus descendientes fue por su fe, 4:13. Las obligaciones de Dios en el pacto siempre han sido
para un remanente fiel.
Pablo afirma la justicia de Dios en bendecir a aquellos que permanecen en la relación de fe y de
rechazar a quienes porfían en desobediencia a su pacto. Históricamente Israel rechazó al Mesías
y al nuevo pacto. Salió así del abrigo de la protección especial en que Dios tantas veces los
había envuelto, 9:14-19.

2. Israel durante la “era de los no judíos”, 9:30-10:21.


No obstante las grandes bendiciones pasadas, Pablo reconocía varias tristes verdades sobre el
estado de sus compatriotas por haber rechazado al Mesías.
2.1 Buscan la justicia por las obras de la ley, 9:31,32.
2.2 Cristo les ha sido una piedra de tropiezo, 9:32,33.
2.3 Tienen celo de Dios, pero no basado en un conocimiento correcto, 10:2,3.
2.4 No se han sometido a la justicia de Dios, 10:3.
2.5 No han aceptado las buenas nuevas del evangelio, 10:16.
2.6 Han sido un pueblo desobediente y rebelde para con Dios, 10:21.

Este rechazo de Cristo de parte de Israel no fue el resultado de una acción determinante de
Dios, sino el fruto de su propia desobediencia a la expresa voluntad de Dios en Cristo, el
verdadero fin de la ley, 10:1-4.
Dios hizo, sin embargo, que aun este rechazo resultara en algo bueno: la conversión de los no
judíos. Pablo declara que Dios en su presciencia ya había anunciado tal resultado por medio de
los profetas Oseas e Isaías, 9:25-29; 10:19-21. Al ser rechazado por Israel, Dios llamaría a otro
pueblo. Se mostraría a quienes no le habían buscado hasta que esto provocase a celos a Israel.
Pablo pide a la iglesia que no se jacte en contra de los israelitas. Aunque anden lejos de Cristo,
Dios no ha dejado de tenerlos en su plan. Usa la metáfora de ramas injertadas para enseñar que
el cristiano no judío no debe olvidar que “tu siendo de olivo silvestre has sido injertado entre
las otras ramas. . . no te creas mejor que las ramas . . . si Dios no perdonó a las ramas
naturales, tampoco a ti te perdonará”, 11:17, 18, 21. Esta exhortación indica que el
antisemitismo no tiene lugar en la fe cristiana.
El rechazo de Cristo por parte de Israel no durará para siempre, 11:23, 26. En este tiempo
cuando el evangelio es predicado y recibido por gentes de todos los pueblos del mundo
incluyendo muchos judíos, no se ve al Israel nacional tornándose en forma masiva hacia Cristo
el Mesías. Sabemos que vendrá un día cuando sí un remanente grande lo haría. Pablo asegura
que será algo grande, 11:11,12.

3. Israel durante la Gran Tribulación


La epístola a los Romanos no da detalles sobre cómo o cuándo se producirá el gran
arrepentimiento de Israel. Indica, sí, al citar a Isaías 59:20,21, que será en el tiempo de la
segunda venida de Cristo.
Para apreciar más detalles sobre el papel de Israel en la escatología, es necesario ver los pasajes
de Daniel y Apocalipsis que tratan el asunto. Daniel, como todos los otros profetas, reconoció
la rebelión de Israel contra Jehová como la causa de su terrible sufrimiento durante sus días,
pero también veía a una nación de Israel en el horizonte del futuro más distante. En la profecía
clave de las setenta semanas de Daniel 9:20-27, Gabriel asegura a Daniel que las setenta
semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, 9:24. Un estudio
cuidadoso del pasaje revela que las primeras sesenta y nueve semanas se relacionan con Israel
desde el tiempo de su retorno de la cautividad hasta el Mesías y la posterior destrucción del
templo por Tito. Luego se aprecia el paréntesis de los no judíos. La semana setenta vuelve a
enfocar a la nación de Israel. A la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la
ofrenda. Daniel 9:27.
Se declara en Daniel 12:1 que Israel será libertado en el tiempo de gran angustia. Se ve la
protección especial de Dios sobre la nación israelita durante la Gran Tribulación. La expresión
“tu pueblo” que aparece en Daniel 9 y 12 no puede ser interpretado como cualquier otra cosa
que Israel, el pueblo de Daniel, jamás olvidado o negado por él durante sus largos años en
Babilonia. Es imposible pensar que para Daniel la expresión “tu pueblo” tenga que ver con
cristianos no judíos.
Daniel, Apocalipsis y otras epístolas paulinas revelan aun más datos sobre lo que ha de pasar en
Israel durante los tiempos finales que Pablo no menciona en su carta a los Romanos. En otros
libros, por ejemplo, sabemos de la recuperación de Israel de sus tierras, de la existencia de un
templo en Jerusalén. Ahí el Anticristo de modo similar a Antíoco Epífanes romperá su pacto
con Israel y profanará el lugar “haciéndose pasar por Dios”, 2Tesalonicenses 2:4; Daniel 9:27,
11:36-39; Apocalipsis 12:6; 13:2-8.
Es verdaderamente impresionante pensar en los eventos que han ocurrido en Palestina durante
este siglo: el retorno del pueblo judío, la restauración de la nación de Israel, las increíbles
victorias israelitas en las guerras, el renovado fervor hacia el culto ortodoxo judío y el interés
en construir el templo.
Nada menos que la revista secular, defensora absoluta de la teoría de la evolución, National
Geographic, en su edición de abril, 1996, incluyó un interesante artículo sobre la realidad
actual en Jerusalén. Dejó en claro el fuerte interés que hoy se observa en Israel para reconstruir
el templo. Indica que el rabino principal del Muro cree que el templo descenderá
milagrosamente del cielo.
La historia actual de Israel se mueve precisamente en la dirección que las profecías sugieren
acerca de la nación durante los tiempos finales. Se introduce un selecto grupo de 144.000 en
Apocalipsis 7:1-8. Muchas diferentes interpretaciones han surgido sobre la identidad de estas
personas. Con todo, dos o tres de ellas predominan en el mundo evangélico. Quienes sostienen
que Dios hoy no tiene una relación o plan especial para Israel y que la Iglesia ha de pasar por la
Gran Tribulación afirman que este número simboliza a la Iglesia completa. F.F. Bruce
pertenece a este grupo.
El problema con esta interpretación es que no reconoce la evidente importancia que Juan
atribuye a la nación de Israel en el Apocalipsis. Decir simplemente que las menciones de Israel
en el Apocalipsis deben entenderse como referentes a la Iglesia es negar la obvia distinción que
Juan hace entre personas judías y no judías, entre patriarcas y apóstoles, a través de todo el
libro. Juan ve alrededor del trono a veinticuatro ancianos, Apocalipsis 4:4. Una interpretación
lógica y muy aceptada de eso es que representan a los doce patriarcas y a los doce apóstoles,
símbolo de todo el pueblo de Dios de toda la historia humana unida en adoración. En la visión
de la nueva Jerusalén, la ciudad tiene doce puertas que llevan los nombres de las doce tribus de
Israel, 21:12. La ciudad tiene también doce cimientos en los cuales están los nombres de los
doce apóstoles, 21:14. ¿Cómo se puede decir que un conjunto de nombres es simbólico pero el
otro es literal? Queda claro para Juan que todo el pueblo de Dios ha llegado a su presencia por
medio del sacrificio de Cristo el cordero, 5:8-10. En ese pueblo, sin embargo, se reconocen con
distinción sus partes israelitas y gentiles.
El pasaje sobre los 144.000 de Apocalipsis 7:1-8 claramente los identifica como israelitas. Del
mismo modo en el siguiente versículo se identifica a la gran multitud vestida de ropas blancas
como de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. De nuevo uno se debe preguntar, ¿cómo
puede ser la identificación del versículo 7 simbólica, pero la del versículo 8 literal?
Es así que la Gran Tribulación que se llevará a cabo durante los siete años después del
arrebatamiento incluirá la manifestación especial del poder de Dios para un remanente de su
pueblo israelita quienes confiarán en Cristo y gozarán de la protección especial de Dios para
sobrevivir esos años terribles de persecución y de juicio divino sobre la tierra, Apocalipsis 7:3.

4. Israel durante el milenio


El milenio será el período de tiempo después de la Gran Tribulación y la segunda venida de
Cristo cuando reinará sobre la tierra en la compañía de sus santos. Los grandes profetas de
Israel anunciaron que vendría este tiempo glorioso cuando Jerusalén será la ciudad principal de
toda la tierra. Cristo reinará desde Jerusalén sobre un mundo lleno de paz. Miqueas lo describe
con elocuencia en 4:1-3, 6-8.

5. Israel en relación a la tierra nueva y cielo nuevo


En la etapa de la tierra nueva, la final de la escatología cristiana, aun se ve el afecto de Dios
para con Israel. La ciudad santa, capital del reino de Dios, se ha de llamar “La Nueva
Jerusalén”, Apocalipsis 21:2. Allí el pueblo de Dios será uno solo. Viviremos bañados en la
gloriosa luz que emana de la faz de Cristo, nuestro único Salvador. Habrá personas que llegaron
desde cada lengua, tribu y nación de la tierra. Pero la memoria de los patriarcas de Israel y el
amor de Dios para ese pueblo serán atestiguados por toda la eter
Estudios de Escatología: Israel, el pueblo escogido por
Dios (Tercera Parte)

La historia de Israel es una historia fascinante. Israel es conocido en la


Biblia como el pueblo escogido por Dios. Es el país más importante del
mundo, espiritualmente hablando. Dios tiene un plan especial para esta
diminuta nación y su gente. ¿Se han preguntado alguna vez cómo es que
un país tan diminuto tenga tanta importancia en el mundo que haga a los
gobiernos estar en vilo? ¿Se han preguntado cómo es posible que países
enormes como Egipto, Arabia Saudita, Irak, Irán, y otros se hayan
confabulado para destruir una nación tan pequeña y no lo hayan podido
conseguir? Esto es realmente milagroso. No hay otra explicación posible
que la mano de Dios está sobre Israel y que haya sobrevivido tantos
ataques de los que los odian. Dios ama a su pueblo y nos ama también a
nosotros los que ahora hemos pasado a ser parte de su pueblo por la fe en
Su Hijo Jesús.

Los judíos tienen una historia y una forma de vida peculiar. Desde
tiempos antiguos los judíos han sido odiados y perseguidos por sus
vecinos por todas las partes del mundo por donde han estado. Ellos han
vivido de forma diferente a los demás. Sus costumbres están basadas en
las leyes dadas por Dios en el Antiguo Testamento, aun cuando no hayan
obedecido siempre a todas estas leyes. De todas formas, si han puesto en
prácticas muchas de las cosas que Dios les mandó, lo que ha resultado en
gran ganancia para ellos.

Muchos han tenido celos de que hayan sido prósperos, y realmente es


sombroso comprobar como siempre parecen prosperar cuando otros
tienen problemas económicos. Por otra parte, los judíos siempre han
tenido una actitud de superioridad, sabiendo que su Dios es superior a los
demás dioses, y Sus caminos superiores a los de todos los de los demás
dioses.

Pero han cometido el error más grande. Cuando el que ellos consideran su
Dios los visita y lo hace enviando a Su Hijo, ellos en su ceguera lo
rechazan. Esto es una paradoja, ya que Jesús, su Mesías, vino
especialmente a buscarlos a ellos y llevarlos a tener una relación especial
con Dios, su Dios, el único Dios verdadero.

Como resultado de este rechazo, los judíos han estado bajo la disciplina
del Señor durante muchos años. Dios, en el Antiguo Testamento advierte
a su pueblo que si le obedecen serán grandemente bendecidos, pero si
deciden seguir su propio camino, solo les esperan desgracias. Esta
advertencia la hemos visto realizada delante de nuestros propios ojos.

El pueblo de Israel es un ejemplo de nuestra relación con Dios. Si


queremos saber lo que Dios piensa sobre la desobediencia hacia sus
mandamientos, aquí tenemos la respuesta.

Isaías 1

Una nación pecadora

1Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en


días de Uzías,(A) Jotam,(B) Acaz(C) y Ezequías,(D)reyes de Judá.

2Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los
engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.

3El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no


entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.

4!!Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de


malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo
de Israel, se volvieron atrás.

5¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda


cabeza está enferma, y todo corazón doliente.
Estas palabras se aplican a nosotros también los que somos hijos de Dios
por la fe en Jesucristo. El Señor nos bendice grandemente si obedecemos
sus mandamientos, pero si nos rebelamos y seguimos nuestros propios
pensamientos y deseos, el mismo destino que a Israel nos espera a
nosotros. Pero recordemos que nuestro Dios es muy misericordioso y
espera que volvamos a él arrepentidos porque quiere perdonarnos y
volver a bendecirnos. No seamos tozudos como los burros, sino sabios
sabiendo que la voluntad de Dios para nosotros siempre es lo mejor. Dios
nos disciplina porque nos ama y él sabe muy bien lo que hace, pero no
culpemos a la suerte, el diablo, u otras personas. Somos responsables de
nuestras propias acciones.

Ref. Biblegateway.com

Santa Biblia, ves. Reina Valera

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