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LOS VESTIGIOS DEL MENSAJE DE DIOS

Si bien es cierto, en muchos casos nuestras creencias y costumbres son lo


más preciado, es contradictorio como por un conformismo innato en la
sociedad de hoy, no nos preguntamos muy a menudo si realmente todo aquello
en lo que creemos es tal cual y como nos lo han enseñado nuestra familia,
iglesia y sociedad en general.

La interpretación errada, no solo de la biblia sino de cualquier texto da como


resultado la perdida de la esencia del mensaje real que inicialmente intento
difundir el escritor o en este caso el interlocutor (Dios), que en el algunos casos
puede generar grandes conflictos (un gran ejemplo de esto es el conflicto
armado que se vive entre Palestina e Israel), y si sabemos que nuestra Biblia
es el compendio de lo que inicialmente fue una tradición oral y luego se plasmó
de forma escrita, es muy probable que en la mayoría de los casos no se haya
mantenido el mensaje original.

Sin embargo, gracias a la exégesis del texto bíblico los estudiosos de la misma
han podido hacer un análisis profundo, partiendo de la contextualización
socioeconómica, histórica y cultural de cada libro, y llama bastante la atención
ver como los intereses (los cuales no siempre fueron coherentes con el
mensaje de Dios) de los diversos autores de los libros que componen la biblia
tergiversaron el mensaje original y como de ese mensaje se desprendieron una
serie de costumbres y lineamientos, generando en muchos casos
problemáticas como la exclusión en muchos casos de los menos favorecidos.

Dicho esto, surgen grandes interrogantes: ¿El mensaje actual de la Biblia es el


mensaje original de Dios?, ¿Cuál es el rostro de Dios para nosotros? ¿Acaso
es un Dios vengativo, castigador, religioso y selectivo? o ¿es acaso un Dios
justo, misericordioso, espiritual e incluyente?
Vivimos en una sociedad que ve un rostro de Dios tan ajustado a nuestros
intereses, que parecería que es un Dios hecho a nuestra media, donde lo que
no nos gusta se lo cortamos hasta que encaje con nuestro pensar.
Afortunadamente hace más de 2000 años un hecho revelador nos permitió
conocer el enfoque real de lo que Dios quiere para su pueblo, Jesucristo es
sinónimo de verdad y de testimonio; rompe con los paradigmas y generó en su
momento conflictos con todo lo que estaba establecido.

Jesús nos muestra a un Dios diferente a nuestras creencias, y han sido tan
difíciles de asimilar, que incluso hoy en día no aceptamos completamente sus
enseñanzas. Dios deja atrás el hecho de ser un dios incoherente, para
convertirse finalmente en su realidad, es decir se convierte en un Dios de amor,
pero este amor no es un amor romántico tal y como pensaríamos y como nos
han enseñado, este Dios es un Dios incluyente, misericordioso y sobre es Dios
que nos está llamando a ser partícipes de su reino y sobre a realizar su
proyecto en nuestras vidas.

Este llamado lo podemos aplicar en cosas tan básicas que podemos aplicar
desde nuestro mismo núcleo familiar, entorno laboral, comunidad, etc., no
importa por donde empecemos, lo importante es concientizarnos de las
necesidades del otro, y sobre todo de ser testimonios vivientes del reino de
Dios mientras estemos en vida.

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