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Imagen de ultrasonido.
En ausencia de un programa de detección serológica para la infección por CMV en el
embarazo, los hallazgos por ultrasonido durante el segundo o tercer trimestre del
embarazo pueden proporcionar la primera evidencia de la presunta infección por CMV.
Si ya se ha establecido el diagnóstico de infección materna y fetal por amniocentesis, se
recomienda realizar una evaluación periódica de ultrasonido cada 3 a 5 semanas para
detectar signos de infección fetal sintomática. Las características morfológicas fetales
transitorias podrían influir de manera crítica en el diagnóstico. Como la
ventriculomegalia y la microcefalia. Las pruebas neurosonográficas pueden mejorar el
rendimiento diagnóstico, alcanzando valores de VPP y VPN comparables a los
informados para RMN La combinación de los resultados de ultrasonido y
trombocitopenia fetal en el momento del diagnóstico prenatal mostró un 79% de VPP y
un 91% de VPN en la predicción de cualquier síntoma al nacer o al final del embarazo,
mientras que el ultrasonido solo alcanzó el 93% del VPN. El combinado de imágenes y
pruebas de laboratorio señala específicamente los casos de cCMV, ya que otras
infecciones congénitas comunes (principalmente toxoplasmosis, rubéola, HSV y VZV)
y trastornos cromosómicos comparten alteraciones neurológicas similares
indistinguibles solo con la ecografía
Resonancia magnética
En general, se acepta que los hallazgos de IRM negativos concomitantes con los
resultados negativos de ultrasonido que excluyen de manera confiable los resultados
graves para los fetos infectados (46).