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Problemática Antropológica de la Salud

ACTIVIDADES DE LA VIDA DIARIA DESDE UNA PERSPECTIVA


ANTROPOLOGICA.
J.A. Flores Martos
La antropología ha constituido al cuerpo como objeto de investigación y tema
clásico de sus trabajos.
El cuerpo es una entidad de composición compleja, de materialidad compleja,
pero definición alusiva.
El cuerpo no es un solo una realidad biológica sino una realidad cultura. Esta
vinculada a un contexto. En su composición y practicas son evidentes marcas o
huellas de la cultura que lo ha configurado.
Es necesario superar la idea occidental y etnocéntrica del cuerpo humano como
“natural”, universal y único, esta perspectiva “naturalista” obvian las
desigualdades y diferencias corporales que son construidas socialmente,
contingentes y reversibles, y no vienen dadas por el poder determinante del
cuerpo biológico.
Se trata de una realidad cambiante en el tiempo (variación corporal en la historia
de una sociedad) y en el espacio (en las diferentes culturas del planeta).
Para un abordaje antropológico mas atinado, se debe considerar al cuerpo como
una totalidad de experiencia tangible y sociocultural.
Es un territorio y espacio sensible donde cada cultura inscribe y graba sus
nociones de “persona”, “ser humano” o “individuo”. El cuerpo se revela de modo
destacado en cada sociedad como el locus intimo/público central de
configuración de la identidad, del escenario cultural privilegiado para la expresión
de las nociones de persona, individuo y sociedad.
Las actividades humanas son corpóreas no se dan sin el cuerpo.
El cuerpo debe entenderse desde el relativismo cultural y de la toma de
conciencia de su plena inserción en un contexto concentro y singular. La
antropología elaboró el concepto de relativismo cultural para combatir las ideas
racistas en general, y el concepto de mentalidad primitiva en particular. El padre
del relativismo cultural, Franz Boas, demostró que “cada valor hay que
entenderlo en el contexto de cultura”.
El concepto de cultura es también una creación de la antropología. En principio
entendida como el principal rasco distintivo de los seres humanos (todos tienen
cultura).
Kluckhohn entendía la cultura como una manera de pensar, sentir y creer, ligada
a nuestra herencia social, y distanciándonos de nuestra herencia orgánica.
El carácter cotidiano, omnipresente, con el que la cultura impregna, orienta e
impulsa todo el abanico de las practicas habituales y actividades de la vida de
los miembros de una sociedad.
Los procesos de construcción social de la realidad activadas en el seno de los
diferentes contextos socioculturales son generados a partir de la cotidianeidad y
rutina de la vida diaria.
El mundo de la vida cotidiana es la principal base en que se apoya la percepción
y construcción de la realidad,
Hay dos rasgos que comparten las sociedades, si nos atenemos a la vida
cotidiana. Uno es el que proporciona un mundo coherente a los seres humanos,
un “refugio seguro”. El otro, que posee un carácter intersubjetivo y consensuado:
“la realidad en la vida cotidiana se presenta como un mundo intersubjetivo. Esta
intersubjetividad establece una señalada diferencia entre la vida cotidiana y las
otras realidades de las que tengo conciencia” (Le Breton, 1995).
Hablar de AVD supone entender de protagonismo que el cuerpo tiene en todas
ellas. Una multiplicidad de prácticas, técnicas y rituales, están presididas por un
orden reglamentario que parte desde lo mas imperceptible y nimio hasta los
actos que consideramos “espontáneos” o “naturales” en los seres humanos.
Marcel Mauss, referente de la sociología y de la moderna antropología social,
hace foco en las “técnicas corporales” o “técnicas del cuerpo”, ya que con
anterioridad a las técnicas de instrumentos se producían técnicas corporales.
Define a las técnicas corporales como la forma en las que los hombres, sociedad
por sociedad, hacen uso de su cuerpo en la forma tradicional. Mauss, resaltaba
la perspectiva del etnógrafo o la mirada atenta de cualquier observador puede
constatar la existencia de un conjunto de técnicas que utiliza el cuerpo en sus
actividades diarias, actitudes y movimientos, cualquier movimiento inteligente se
aprende culturalmente por el ser humano.
En algunas de las actividades de vida diaria, cuando el hombre usa el cuerpo,
pueden calificarse como auténticos rituales que jalonan el mundo cotidiano de
los seres humanos de cada sociedad. Para Le Breton, la existencia colectiva está
basada en un encabalgamiento de rituales cuya función es regir las relaciones
entre los hombres y el mundo, y entre los hombres entre si. Para Mary Douglas,
el ritual actúa como un “transmisor de cultura” y ejerce un efecto “coercitivo sobre
el comportamiento social”, desde el trabajo e interés de los antropólogos, todo
aquello que compone a un ritual (acciones, objetos, palabras) son susceptibles
a ser analizados para descubrir el conjunto de creencias y conceptos
subyacentes mediante los cuales esos hombres (y sociedades) dan sentido a la
vida personal y su realidad social.
Las actitudes, percepciones y usos que otorgan sentido al cuerpo y a la vida de
los seres humanos varían según la multiplicidad de sociedad y culturas que
existen. Se pueden clasificar en dos tendencias: las sociedades que conciben al
cuerpo de modo instrumental (individualizado) y las sociedades que consideran
al cuerpo de un modo integral, una entidad ligada a la colectividad, naturaleza y
al resto de los miembros de su comunidad.
El cuerpo instrumental (individual): para los habitantes de las sociedades
occidentales, conciben su cuerpo como un instrumento individual que debe ser
bien cuidado (como una herramienta o instrumento de utilidad) para ser usado
con eficacia. El individuo occidental vive en una sociedad atravesada por el
individualismo que ubica al cuerpo como un lugar de división, un corte que les
separa del mundo, y como el recinto objetivo de la soberanía del ego.
El cuerpo que la modernidad ha instaurado en occidente se ha convertido en una
entidad protagónica dentro de la sociedad de consumo y mercados, influyendo
ellos en los que influyen en pautas y preocupaciones, y lo modelan conforme a
sus criterios e intereses mas o menos efímeros. El culto moderno al cuerpo del
individuo se expande con fuerza a finales del siglo XX, produciéndose una suerte
de “rehabilitación” del cuerpo como un fin en si mismo, y provocando
modificaciones en la relación del individuo consigo mismo y con los demás.
Un cuerpo colectivo y social: existen ciertas sociedades y culturas donde el
concepto de “individuo” tiene una difícil traducción, y eso que en las sociedades
occidentales llaman “cuerpo” y sus actividades y técnicas corporales cotidianas
desplegadas solo pueden ser comprendidas desde su anclaje en una comunidad
mas amplia, a partir de la trama de relaciones que se establecen entre ese ser
humano, la Naturaleza que le rodea y la colectividad que participa.
En estos contextos, resulta difícil encontrarse con concepciones del cuerpo de
carácter instrumental; mas bien son las visiones integrales del complejo cuerpo-
sujeto-comunidad-naturaleza que sirven para dar razón a propios y extraños de
su realidad social y cultural.

DE LAS NECESDIADES (BASICAS Y CULTURALES),


DEMANDAS Y SATIFACTORES
Prof. Claudio Staffolani
En el mundo de la vida, influenciado por el devenir cultural, se ha diferenciado
dos tipos de necesidades, las mas básicas y elementales, sin cuya satisfacción
total o parcial los seres humanos no podrían continuar su vida (alimentación,
afecto, abrigo, vivienda, etc.). Estas necesidades, forman parte de nuestra
condición humana y se transmiten de generación en generación sin variaciones
a lo largo de la historia y sin modificaciones por efectos de la cultura; lo que ha
variado son las formas de satisfacerlas, tanto a través del tiempo como desde
las diferencias que marca cada civilización.
El segundo tipo de necesidades, las culturales, son las producidas por el
hombre a través de la interacción social y que repercuten desde lo grupal en los
individuos. Estas necesidades, no inciden directa e inmediatamente sobre el
tránsito de la vida a la muerte, al no ser satisfechas total o parcialmente, pero si
repercuten desde el punto de vista de los procesos de salud-enfermedad, ya que
al no ser atendidas por el grupo de referencia más inmediato (familia, comunidad)
o por la organización social (Estado) las personas corren gran riesgo de
inclinarse en el desarrollo de procesos patológicos, tanto desde el punto de vista
psíquico como somático. Habitualmente, las necesidades culturales son valores
o características éticas (comportamientos) y materiales que las personas
incorporan como requisito, presionados por ciertos imaginarios sociales, para
poder integrarse dentro de grupos que a su vez intentar diferenciarse de otros
estratos de la población.

Demanda Necesidad
6
5 1 7
4 2

3
Satifactor

1- Adecuación entre el satisfactor, demanda y necesidad. (situación


deseable)
2- Hay necesidad y satisfactor pero no hay demanda expresada por la
comunidad.
3- Hay satisfactor pero no hay ni demanda ni evaluación de la necesidad.
4- Hay satisfactor que cubre una demanda que no se corresponde a una
necesidad.
5- Hay una demanda que no corresponde a una necesidad ni tampoco se
organiza un satisfactor.
6- Hay una demanda que corresponde a una necesidad, pero no se
satisface.
7- Hay una necesidad sobre la que no hay una demanda y que no se
satisface.

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