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Introducción: ¿Por qué les fascina tanto la salvación a los ángeles? Ellos están cerca al
trono de Dios y contemplan a Rey en toda su majestad. Sobre esta verdad escribe el
salmista cuando dice:
“Jehová reina; temblarán los pueblos. Él está sentado sobre los querubines, se
conmoverá la tierra.” (Sal. 99:1)
“Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres
Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra.” (Is. 37:16)
Los ángeles son testigos directos de la santidad de Dios, por ello repiten
constantemente “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos, toda la tierra está llena de
su gloria”. (Is. 6:3)
Los ángeles han contemplado la justicia de Dios al acercar la Ley al hombre, por lo cual
dice Pablo: “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las
transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue
ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.” (Gal. 3:19)
Los ángeles son testigos directos de los atributos de Dios porque los contemplan
constantemente en el trono de su divinidad. Pero cuenta la historia bíblica que los
ángeles que no fueron elegidos se rebelaron contra Dios para realizar una infame
revuelta contra su Santidad, por lo cual dice Judas: “Y a los ángeles que no guardaron
su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad,
en prisiones eternas, para el juicio del gran día.” (Jud. 6)
Qué horrenda expectación de juicio han visto los ángeles escogidos al contemplar la ira
de Dios sobre los rebeldes. Ellos saben el significado de las palabras justicia, ira,
santidad, poder y verdad porque lo contemplan en la gloria cerca al trono de Dios. Pero
hasta ese momento en el diccionario angelical faltaba el significado de una palabra,
aquella en la que se resume nuestra salvación y es “Gracia”.
Los ángeles no sabían que significaba gracia porque a los rebeldes, el Señor los echó
con justicia, y los escogidos están en su trono sin necesidad de ser lavados porque son
perfectos y limpios.
Pero ahora, en la historia de Dios, cuándo el Padre crea al hombre y el pecado
degenera la raza humana, los ángeles fueron testigos de cómo ante la pregunta celestial
“¿Quién irá por nosotros?” el Hijo levanta su voz y dice “Yo iré”.
Los ángeles no entienden qué hay en el hombre para que Dios mismo venga a sacarlos
del foso de pecado. Pero en el hombre corrupto y depravado no hay algo bueno para
que Dios se digne en venir, sino que hemos sido creados para que Dios demuestre que
significa “Gracia” ante la corte celestial. Por lo cual dice Pablo a los romanos “y para
hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia
que él preparó de antemano para gloria” (Ro. 9:23)
Amados santos de Dios, si los ángeles quieren conocer el significado de la gracia, deben
contemplar al hombre, pues en él está la esencia misma de la gracia de Dios.
Pero hay tres verdades sobre esta gracia que los santos profetas del antiguo testamento
y los ángeles de la gloria de Dios anhelan mirar y vamos a examinarlo más
detenidamente.
- Cuán insondables son las riquezas que Dios ha otorgado al hombre que cree en
Jesús. No podemos ni aún imaginar la profundidad de esa gracia.
- Dios tenía reservado este misterio de salvación desde antes de la fundación del
mundo. Jesús alaba a su Padre diciendo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las
revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.” (Mt. 11:25-26) Tenemos
nosotros la exclusividad de este regalo.
- Amados santos de Dios, es por esta razón que los ángeles están interesados en
conocer esta virtud de gracia. Y Dios le ha dado el privilegio a los hombres de
enseñarle a los ángeles de esta salvación. Como está escrito: “De esta manera
ahora, por medio de la iglesia, todos los poderes y autoridades en el cielo podrán
conocer la sabiduría de Dios, que se muestra en tan variadas formas.” (Ef. 3:10)
Somos maestros de la gracia redentora de Dios para los seres angélicos en la
gloria.
- Este versículo no enseña que Jesús haya sido muerto desde antes de que el
mundo haya sido creado, sino que en los planes de Dios ya estaba el cordero de
Dios dispuesto para el sacrificio.
- Este versículo enseña que en la eternidad de Dios las cosas pasadas y futuras
pueden suceder en el presente. Pablo escribió sobre la gloria de la salvación a los
Romanos diciendo: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para
que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también
llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos
también glorificó.” (Ro. 8:29-30). La glorificación es una gracia que aún no la
vemos cumplida en nosotros, sin embargo en la seguridad de la salvación
podemos estar convencidos que sí seremos glorificados porque Dios en su
presente de eternidad nos ve ya en gloria con Él.
Los ángeles están asombrados de la sabiduría de Dios. Porque tenía el plan desde
antes de crear al mundo y fue efectuado con e cumplimiento de los siglos.
- Jesucristo nuestro Señor fue molido por completo. Su rostro ya no podía ser
reconocido. La Escritura dice acerca de Jesús de manera profética y poética: “Mi
amado es blanco y rubio, Señalado entre diez mil.” (Cnt. 5:10). La hermosura de
nuestro amado Señor fue deformada por lo desfigurado del pecado. ¿Cuál fue el
motivo? La Escritura contesta: “no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos,
mas sin atractivo para que le deseemos.” (Is. 53:2) Jesús es el ejemplo vivo de
que el pecado desfigura la imagen de Dios en el hombre. El Santo que no debía
sufrir cargó con nuestro pecado en la Cruz. La única manera para que el hombre
desee mirar nuevamente la hermosura de Jesús es después de que Él haya sido
desfigurado por lo infame del pecado.
b) El Cristo abandonado
“Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los
aborrece” (Sal. 11:5)
- Note que el salmo no dice que Jehová ama a “los justos” sino “al justo” haciendo
referencia que no hay justo ni aún uno y que sólo Jesús es aquél justo a quien
Jehová prueba. El verso también menciona que aborrece a los pecadores de los
cuales somos todos nosotros. Es increíble que se haya usado este término que
también significa ODIAR. Dios aborrece al pecador al punto que su ira está presta
para desatarse contra él. El salmista dice acerca de los enemigos de Dios: “Los
pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira; Jehová los deshará en su ira,
Y fuego los consumirá.” (Sal. 21:9). La indignación divina al pecado del hombre es
tal que todo el ardor de su ira se acumuló para derramarse sobre el género
humano, pero allí el justo, el fiel, el Santo, el humilde Hijo de Dios se puso en
medio para que toda la ira de Dios cayera sobre él. Y aun así, no lo estimamos.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2 Co. 5:21)
- ¿Qué significa eso? Que Dios trató a su Hijo como debió tratarlo a usted. La
Escritura dice: “Maldito todo el que es colgado en un madero” (Gal. 3:13) En esa
cruz debía estar usted por depravado y pecador, pero el inocente Hijo de Dios
ahora está allí, siendo tratado como un maldito por Dios.
“Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama
sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
(Mt. 27:46)
- ¿Cree usted que puede hacer algo para agregar al sacrificio de Jesús? Cristo ya
canceló la deuda que teníamos con su Padre. Porque al decirle a Dios en la cruz
“Ya te cancelé, nada te deben ellos”, luego murió. Si hubiera oportunidad para que
usted o yo hagamos algo para agregar a su cruento sacrificio el seguiría en la cruz
esperando que nosotros podamos aportar algo a su muerte redentora. Pero Jesús
murió al decir: “Consumado es” para demostrar que no hay nada más que se
pueda hacer. Sólo la gracia de Dios es la que salva al pecador.
Los ángeles anhelaron tan sólo mirar como en la cruz se derramó la ira de Dios para
perdonar a los verdaderos culpables.
III. (Los ángeles) Anhelan mirar las glorias que vendrían tras los sufrimientos de
Jesús:
a) La gloria de la Recreación:
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Co. 5:17)
- Sólo el cristianismo, tiene el poder de transformar una vida cuando sus pecados
son perdonados. Pablo escribiendo a los Romanos les dice: “Porque no me
avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel
que cree” (Ro. 1:16). El evangelio de Jesús tiene un poder explosivo y
transformador en el que puede recrear a los hombres que han sido salvos por la fe
en él. Pablo les dice a los Gálatas “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale
nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.” (Gal. 6:15) y continúa
diciéndole a los Efesios: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos
en ellas” (Ef. 2:10). Sólo el evangelio de Jesús tiene el poder de recrear las cosas.
Isaías dice: “Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho” (Is.
53:11) A Jesús le complace ver ahora que su muerte da fruto de salvación. Sólo el
evangelio de Jesús tiene el poder de transformar lo vil y menospreciado del mundo
en la joya más preciosa para Dios.
b) La gloria de la Predicación:
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por
medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”
(2 Co. 5:20)
c) La gloria de su Venida:
“Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a
vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el
Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para
dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de
nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos
de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día
para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron”
(2 Ts. 1:6-10)
- Nuestro Señor volverá con gran resplandor y poder y los ángeles están a la
expectativa de tan magno evento de gloria. Pero así como para los creyentes este
día será de luz para los incrédulos este día será de lloro y crujir de dientes pues
serán apartado de Dios por toda la eternidad.
Los ángeles no sólo se asombran de lo grande que fue nuestra salvación, de lo cruenta
que fue la muerte de Jesús, o de lo grandioso de la predicación. Los ángeles anhelan
mirar cómo el Señor retornará al final de los siglos para consumar la obra que empezó
en la cruz.