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Cosas que los ángeles anhelan mirar

- Texto: 1 Pe. 1:10-12


- Serie: ---
- Meta: La salvación es el don más grande de Dios para la humanidad, y debemos vivir
a la luz de esa verdad.
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Introducción: ¿Por qué les fascina tanto la salvación a los ángeles? Ellos están cerca al
trono de Dios y contemplan a Rey en toda su majestad. Sobre esta verdad escribe el
salmista cuando dice:

“Jehová reina; temblarán los pueblos. Él está sentado sobre los querubines, se
conmoverá la tierra.” (Sal. 99:1)

El profeta Isaías escribe:

“Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres
Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra.” (Is. 37:16)

Los ángeles son testigos directos de la santidad de Dios, por ello repiten
constantemente “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos, toda la tierra está llena de
su gloria”. (Is. 6:3)

Los ángeles han contemplado la justicia de Dios al acercar la Ley al hombre, por lo cual
dice Pablo: “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las
transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue
ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.” (Gal. 3:19)

Los ángeles son testigos directos de los atributos de Dios porque los contemplan
constantemente en el trono de su divinidad. Pero cuenta la historia bíblica que los
ángeles que no fueron elegidos se rebelaron contra Dios para realizar una infame
revuelta contra su Santidad, por lo cual dice Judas: “Y a los ángeles que no guardaron
su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad,
en prisiones eternas, para el juicio del gran día.” (Jud. 6)

Qué horrenda expectación de juicio han visto los ángeles escogidos al contemplar la ira
de Dios sobre los rebeldes. Ellos saben el significado de las palabras justicia, ira,
santidad, poder y verdad porque lo contemplan en la gloria cerca al trono de Dios. Pero
hasta ese momento en el diccionario angelical faltaba el significado de una palabra,
aquella en la que se resume nuestra salvación y es “Gracia”.

Los ángeles no sabían que significaba gracia porque a los rebeldes, el Señor los echó
con justicia, y los escogidos están en su trono sin necesidad de ser lavados porque son
perfectos y limpios.
Pero ahora, en la historia de Dios, cuándo el Padre crea al hombre y el pecado
degenera la raza humana, los ángeles fueron testigos de cómo ante la pregunta celestial
“¿Quién irá por nosotros?” el Hijo levanta su voz y dice “Yo iré”.

Los ángeles no entienden qué hay en el hombre para que Dios mismo venga a sacarlos
del foso de pecado. Pero en el hombre corrupto y depravado no hay algo bueno para
que Dios se digne en venir, sino que hemos sido creados para que Dios demuestre que
significa “Gracia” ante la corte celestial. Por lo cual dice Pablo a los romanos “y para
hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia
que él preparó de antemano para gloria” (Ro. 9:23)

Amados santos de Dios, si los ángeles quieren conocer el significado de la gracia, deben
contemplar al hombre, pues en él está la esencia misma de la gracia de Dios.

Pero hay tres verdades sobre esta gracia que los santos profetas del antiguo testamento
y los ángeles de la gloria de Dios anhelan mirar y vamos a examinarlo más
detenidamente.

I. Anhelaron mirar la salvación predestinada:


a) Dios tenía ya el plan desde antes de los siglos:
“A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta
gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de
Cristo, y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde
los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de
Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y
potestades en los lugares celestiales,”
(Ef. 3:8-10)

- Cuán insondables son las riquezas que Dios ha otorgado al hombre que cree en
Jesús. No podemos ni aún imaginar la profundidad de esa gracia.

- Dios tenía reservado este misterio de salvación desde antes de la fundación del
mundo. Jesús alaba a su Padre diciendo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las
revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.” (Mt. 11:25-26) Tenemos
nosotros la exclusividad de este regalo.

- La iglesia no es más que el trofeo de Dios para demostrar en la eternidad que Él


es un raudal de misericordia. Por lo cual dice Escritura: “Dios hizo esto para
mostrar en el futuro su inmensa generosidad siendo bondadoso con nosotros a
través de Jesucristo” (Ef. 2:7 PDT)

- Amados santos de Dios, es por esta razón que los ángeles están interesados en
conocer esta virtud de gracia. Y Dios le ha dado el privilegio a los hombres de
enseñarle a los ángeles de esta salvación. Como está escrito: “De esta manera
ahora, por medio de la iglesia, todos los poderes y autoridades en el cielo podrán
conocer la sabiduría de Dios, que se muestra en tan variadas formas.” (Ef. 3:10)
Somos maestros de la gracia redentora de Dios para los seres angélicos en la
gloria.

b) Dios tenía ya al Cordero del sacrificio:


“Y la adoraron (a la Bestia) todos los moradores de la tierra cuyos nombres no
estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el
principio del mundo.” (Ap. 13:8)

- Este versículo no enseña que Jesús haya sido muerto desde antes de que el
mundo haya sido creado, sino que en los planes de Dios ya estaba el cordero de
Dios dispuesto para el sacrificio.

- Este versículo enseña que en la eternidad de Dios las cosas pasadas y futuras
pueden suceder en el presente. Pablo escribió sobre la gloria de la salvación a los
Romanos diciendo: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para
que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también
llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos
también glorificó.” (Ro. 8:29-30). La glorificación es una gracia que aún no la
vemos cumplida en nosotros, sin embargo en la seguridad de la salvación
podemos estar convencidos que sí seremos glorificados porque Dios en su
presente de eternidad nos ve ya en gloria con Él.

c) Dios tenía ya los nombres de los salvos:


“La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición;
y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la
fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era
y no es, y será.” (Ro. 13:6-7)

- Dios ya tenía en su sabiduría los nombres de aquellos que por la fe aceptaran el


regalo de la salvación en Cristo. Esta obra de gracia no fue un invento del
momento. Fue el designio soberano de Dios desde antes de los siglos. El Señor
Jesucristo le dijo a sus discípulos: “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os
sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.” (Mt.
10:20) Esto nos da la plena seguridad de nuestra salvación.

Los ángeles están asombrados de la sabiduría de Dios. Porque tenía el plan desde
antes de crear al mundo y fue efectuado con e cumplimiento de los siglos.

II. (Los ángeles y profetas) Anhelaron mirar los sufrimientos de Cristo:


a) El Cristo molido
“Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres
su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres” (Is. 52:14)

- Jesucristo nuestro Señor fue molido por completo. Su rostro ya no podía ser
reconocido. La Escritura dice acerca de Jesús de manera profética y poética: “Mi
amado es blanco y rubio, Señalado entre diez mil.” (Cnt. 5:10). La hermosura de
nuestro amado Señor fue deformada por lo desfigurado del pecado. ¿Cuál fue el
motivo? La Escritura contesta: “no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos,
mas sin atractivo para que le deseemos.” (Is. 53:2) Jesús es el ejemplo vivo de
que el pecado desfigura la imagen de Dios en el hombre. El Santo que no debía
sufrir cargó con nuestro pecado en la Cruz. La única manera para que el hombre
desee mirar nuevamente la hermosura de Jesús es después de que Él haya sido
desfigurado por lo infame del pecado.

“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en


quebranto.” (Is. 53:3)

- La traducción DHH recita mejor el verso: “Era un hombre lleno de dolor,


acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo
despreciamos, no le tuvimos en cuenta.” Jesús sufrió en la cruz la pena que usted
y yo debimos de pagar. ¡Él era inocente! Isaías dice: “Angustiado él, y afligido, no
abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus
trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.” (v. 7) No merecía ser tratado como
un culpable, pero lo hizo para satisfacer delante Dios las demandas de su
divinidad.

- El cuerpo de Cristo fue totalmente pulverizado para que Dios se quedara


satisfecho. ¿De qué?

b) El Cristo abandonado
“Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los
aborrece” (Sal. 11:5)

- Note que el salmo no dice que Jehová ama a “los justos” sino “al justo” haciendo
referencia que no hay justo ni aún uno y que sólo Jesús es aquél justo a quien
Jehová prueba. El verso también menciona que aborrece a los pecadores de los
cuales somos todos nosotros. Es increíble que se haya usado este término que
también significa ODIAR. Dios aborrece al pecador al punto que su ira está presta
para desatarse contra él. El salmista dice acerca de los enemigos de Dios: “Los
pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira; Jehová los deshará en su ira,
Y fuego los consumirá.” (Sal. 21:9). La indignación divina al pecado del hombre es
tal que todo el ardor de su ira se acumuló para derramarse sobre el género
humano, pero allí el justo, el fiel, el Santo, el humilde Hijo de Dios se puso en
medio para que toda la ira de Dios cayera sobre él. Y aun así, no lo estimamos.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2 Co. 5:21)

- ¿Qué significa eso? Que Dios trató a su Hijo como debió tratarlo a usted. La
Escritura dice: “Maldito todo el que es colgado en un madero” (Gal. 3:13) En esa
cruz debía estar usted por depravado y pecador, pero el inocente Hijo de Dios
ahora está allí, siendo tratado como un maldito por Dios.

“Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama
sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
(Mt. 27:46)

- Hermanos ¿Hay un lugar en el universo en el que no esté la presencia de Dios? La


Escritura dice: “Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi
estrado, he aquí, allí tú estás.” (Sal. 139:8). ¿Puede inclusive el pecador sentirse
sólo en algún momento? No, la Escritura declara: “Vuestro Padre que está en los
cielos, hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e
injustos.” (Mt. 5:45) Aún las provisiones de Dios son un regalo para los incrédulos.
Y es que el único lugar en el que el hombre experimentará la soledad total fuera de
la presencia de Dios será en el lago de fuego. Ese es el único lugar donde el
hombre sabrá que significa estar completamente abandonado por Dios. Y sabe
algo, ese dolor de soledad que todavía no ha sido experimentado por nadie ya lo
sintió Jesús en la cruz cuando dijo: “Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”.
Jesús estaba sintiendo allí la soledad del lago de fuego para que usted no lo tenga
que sentir jamás. Jesús se estaba sintiendo solo para que usted no se sienta solo
jamás.

c) El Cristo que consumó todo


“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado
la cabeza, entregó el espíritu.” (Jn. 19:30)

- ¿Cree usted que puede hacer algo para agregar al sacrificio de Jesús? Cristo ya
canceló la deuda que teníamos con su Padre. Porque al decirle a Dios en la cruz
“Ya te cancelé, nada te deben ellos”, luego murió. Si hubiera oportunidad para que
usted o yo hagamos algo para agregar a su cruento sacrificio el seguiría en la cruz
esperando que nosotros podamos aportar algo a su muerte redentora. Pero Jesús
murió al decir: “Consumado es” para demostrar que no hay nada más que se
pueda hacer. Sólo la gracia de Dios es la que salva al pecador.

Los ángeles anhelaron tan sólo mirar como en la cruz se derramó la ira de Dios para
perdonar a los verdaderos culpables.
III. (Los ángeles) Anhelan mirar las glorias que vendrían tras los sufrimientos de
Jesús:
a) La gloria de la Recreación:
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Co. 5:17)

- Sólo el cristianismo, tiene el poder de transformar una vida cuando sus pecados
son perdonados. Pablo escribiendo a los Romanos les dice: “Porque no me
avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel
que cree” (Ro. 1:16). El evangelio de Jesús tiene un poder explosivo y
transformador en el que puede recrear a los hombres que han sido salvos por la fe
en él. Pablo les dice a los Gálatas “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale
nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.” (Gal. 6:15) y continúa
diciéndole a los Efesios: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos
en ellas” (Ef. 2:10). Sólo el evangelio de Jesús tiene el poder de recrear las cosas.
Isaías dice: “Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho” (Is.
53:11) A Jesús le complace ver ahora que su muerte da fruto de salvación. Sólo el
evangelio de Jesús tiene el poder de transformar lo vil y menospreciado del mundo
en la joya más preciosa para Dios.

b) La gloria de la Predicación:
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por
medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”
(2 Co. 5:20)

- La gracia soberana de Dios no sólo se ha complacido en hacernos nuevas


criaturas sino que nos ha dignificado, convirtiéndonos en embajadores del Reino
de Dios. La gracia de Dios es manifestada por Ana cuando dijo: “El levanta del
polvo al pobre, Y del muladar exalta al menesteroso, Para hacerle sentarse con
príncipes y heredar un sitio de honor” (1 Sam. 2:8) Hermanos, qué glorioso es el
Señor que nos ha exaltado en su muerte para que ahora seamos embajadores de
su reino que claman en las calles: “Reconciliaos con Dios”.

c) La gloria de su Venida:
“Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a
vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el
Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para
dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de
nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos
de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día
para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron”
(2 Ts. 1:6-10)
- Nuestro Señor volverá con gran resplandor y poder y los ángeles están a la
expectativa de tan magno evento de gloria. Pero así como para los creyentes este
día será de luz para los incrédulos este día será de lloro y crujir de dientes pues
serán apartado de Dios por toda la eternidad.

Los ángeles no sólo se asombran de lo grande que fue nuestra salvación, de lo cruenta
que fue la muerte de Jesús, o de lo grandioso de la predicación. Los ángeles anhelan
mirar cómo el Señor retornará al final de los siglos para consumar la obra que empezó
en la cruz.

Conclusión: Amados hermanos, la Universidad de la gracia de Dios está aquí en la


tierra. ¡Qué grande es esta salvación que aún los ángeles anhelan mirarla! Sin embargo,
es increíble que los ángeles estén deseando mirar la gloria de la gracia de Dios en
Cristo, pero los hombres que se pueden beneficiar de esa gracia, no deseen ni aun
hablar de ello. Oremos para que Dios siga abriendo los corazones y las mentes de las
personas para que su gracia salve al pecador.

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