Você está na página 1de 6

¿QUÉ ES PH?

El pH es una medida de acidez o alcalinidad de una disolución. El pH indica la concentración de


iones de hidrógeno presentes en determinadas disoluciones. La sigla significa potencial de
hidrógeno.

Ácidos y bases: su definición y su significado

Reciben el nombre de ácidos Las moléculas que contienen átomos de hidrógeno que pueden
liberar iones hidrógeno en una solución. Un ejemplo es el ácido clorhídrico (HCl), que se ioniza
en el agua para formar iones hidrógeno (H+) e iones cloruro (Cl). El término alcalosis se refiere
a una extracción excesiva de H+ de los líquidos orgánicos, en contraposición a su adición
excesiva, situación que recibe el nombre de acidosis.

Un ácido fuerte es aquel que se disocia rápidamente y libera grandes cantidades de H+ a la


solución, los ácidos débiles tienen menos tendencia a disociar sus iones y, por tanto, liberan H+
con menos fuerza. Mientras que una base fuerte es la que reacciona de forma rápida y potente
con H+ y, por tanto, lo elimina con rapidez de una solución.

Equilibrio ácido-base

Este equilibrio depende de la concentración de iones hidrógeno. Si la concentración de iones


hidrógeno está elevada la solución se vuelve más ácida, pero si disminuye entonces se vuelve
más alcalina. La cantidad de hidrógeno ionizado en solución se determina por el concepto de
pH definido en 1909 por el danés Lauritz Sörensen. El pH es el logaritmo negativo de la
concentración de iones H. Un pH menor de 7 se considera ácido, y superior de 7 se considera
alcalino. Un pH de 7 corresponde a neutralidad. Una solución con un pH de 7 es neutra, ya que
a esa concentración el número de iones hidrógeno está equilibrado por el número de iones
hidroxilo presentes. El pH normal de la sangre arterial es de 7,4, mientras que el pH de la
sangre venosa y de los líquidos intersticiales es de alrededor de 7,35 debido a la mayor
cantidad de dióxido de carbono. Como el pH normal de la sangre arterial es de 7,4, se
considera que una persona tiene acidosis cuando el pH es inferior a este valor y que tiene
alcalosis cuando el pH es superior a 7,4. El límite inferior del pH con el que la vida es posible
unas cuantas horas es de alrededor de 6,8, y el límite superior de alrededor de 8.
La regulación de la concentración del pH sanguíneo depende de tres mecanismos:
1. Regulación respiratoria.
2. Sistemas amortiguadores (buffer).
3. Regulación renal del pH.
Regulación respiratoria
Si la profundidad y frecuencia respiratoria aumentan se pierde más CO2, disminuyendo la
concentración de ácido carbónico en la sangre; pero si la profundidad y frecuencia respiratoria
disminuyen (respiración superficial) se extrae menos CO2 y la concentración de ácido
carbónico en la sangre aumenta, lo que conduce a un cambio en la relación de ácido carbónico
con bicarbonato de sodio. Aunque los pulmones pueden modificar el pH cambiando la presión
de dióxido de carbono (PCO2), no existe ningún cambio en la cantidad de iones hidrógeno.
Sistemas amortiguadores.
Las soluciones buffer absorben el exceso de iones hidrógeno o los liberan, según los
requerimientos. En el organismo existen tres sistemas buffer, de los cuales el sistema del
bicarbonato es el más importante, porque regula las concentraciones relativas de ácido
carbónico (H 2 CO 3 ) y bicarbonato de sodio. Cuando los ácidos fuertes ingresan a la sangre,
inmediatamente son amortiguados por la reacción con la sal de bicarbonato de sodio, y los
cationes hidrógeno se eliminan para formar moléculas de ácido carbónico y una sal de sodio
más el ácido amortiguado. El bicarbonato se encuentra en el líquido extracelular en una
relación de una parte de ácido carbónico por 20 partes de bicarbonato base.
Regulación renal del pH.
El H2CO3 se forma en las células tubulares renales al combinarse el CO2 con agua en el ciclo de
Krebs bajo la influencia de la anhidrasa carbónica. Entonces un ion hidrógeno del ácido
carbónico ingresa al filtrado y se intercambia por un ion de sodio. Después, el catión hidrógeno
reemplaza al sodio en la molécula de fosfato y se excreta por la orina. El H2CO3 en el filtrado
no se pierde totalmente en la orina, ya que se disocia en CO2 y agua. Entonces el CO2 difunde
hacia atrás a la célula tubular y regresa a los capilares como bicarbonato de sodio o ion
bicarbonato (HCO3). Otro mecanismo utilizado por la célula tubular para regular el pH es la
secreción de amoniaco (NH 3). La glutamina se metaboliza generando NH 3. Cuando éste
ingresa al filtrado, un ion de sodio ingresa a la célula tubular y luego a los capilares. Los iones
hidrógeno y el amoniaco se secretan en intercambio por sodio en el filtrado, lo que produce el
regreso del bicarbonato de sodio a la circulación.
Bibliografía:

Sánchez, D. Biología celular y molecular, Editorial Alfil, S. A. de C. V., 2006. ProQuest Ebook
Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/ucesp/detail.action?docID=3206479.

Guyton, A.C.& Hall, J.E. (2016).Tratado de Fisiología médica. 13ª Edición. S.A. ELSEVIER
ESPAÑA
SEÑALIZACIÓN CELULAR
Las células se comunican entre sí mediante moléculas mensajeras extracelulares. Los
mensajeros extracelulares pueden viajar una distancia corta y estimular células en estrecha
proximidad con el origen del mensaje, o viajar por todo el cuerpo y potencialmente estimular
células muy alejadas de la fuente.
En el caso de la señalización autocrina, la célula que produce el mensajero expresa receptores
en su superficie los cuales pueden responder a ese mensaje En consecuencia, las células que
liberan el mensaje se estimularán (o inhibirán) a sí mismas. Durante la estimulación paracrina
las moléculas mensajeras viajan sólo cortas distancias por el espacio extracelular hasta células
en estrecha proximidad con la célula que genera el mensaje. Finalmente, durante la
señalización endocrina, las moléculas mensajeras llegan a sus células blancas a través del
torrente sanguíneo.

La señalización celular se inicia con la liberación de una molécula mensajera por una célula que
envía mensajes a otras células del cuerpo. Las células sólo pueden responder a un mensaje
extracelular si expresan receptores que reconozcan y se unan de modo específico a la
molécula mensajera particular. En la mayoría de los casos, la molécula mensajera (o ligando)
se une con un receptor en la superficie extracelular. Esta interacción determina que una señal
se releve a través de la membrana hasta el dominio citoplásmico del receptor. Una vez que
llega a la superficie interna de la membrana plasmática, la señal se transmite por dos vías
principales hacia el interior de la célula. La ruta particular que tome depende del tipo de
receptor que se activa.
Un tipo de receptor transmite una señal del dominio citoplasmático a una enzima cercana, la
cual genera un segundo mensajero. Como esto induce una reacción celular mediante la
generación de un segundo mensajero, la enzima se conoce como efector.
Otro tipo de receptor transmite una señal mediante la transformación de su dominio
citoplásmico en una estación de reclutamiento para las proteínas de señalización celular.
Ya sea que la señal se transmita por un segundo mensajero o por el reclutamiento de
proteínas, el resultado es similar: se activa una proteína que se coloca en la parte superior de
una vía de señalización.

RECEPTORES CELULARES

Designa a las proteínas que permiten la interacción de determinadas sustancias con los
mecanismos del metabolismo celular. Los receptores son proteínas o glicoproteínas presentes
en la membrana plasmática, en las membranas de los organelos o en el citosol celular, a las
que se unen específicamente otras sustancias químicas llamadas moléculas señalizadoras,
como las hormonas y los neurotransmisores.

Los receptores y ligandos son de muchas formas, pero todos tienen algo en común: vienen en
pares combinados en los que un receptor solo reconoce uno o algunos ligandos específicos y
un ligando que solo se une a uno o algunos receptores diana. La unión del ligando al receptor
cambia su forma o actividad, lo que le permite transmitir una señal o producir directamente un
cambio dentro de la célula.

Tipos de receptores

Los receptores son de muchos tipos, pero pueden dividirse en dos categorías principales:
receptores intracelulares, que se encuentran dentro de la célula (en el citoplasma o en el
núcleo) y receptores de la superficie celular.

Receptores intracelulares:

Son proteínas receptoras que se encuentran al


interior de la célula, generalmente en el citoplasma
o en el núcleo. En la mayoría de los casos, los
ligandos de los receptores intracelulares son
moléculas pequeñas e hidrofóbicas, ya que deben
poder cruzar la membrana plasmática para alcanzar
a sus receptores. Por ejemplo, los receptores
principales de las hormonas esteroideas
hidrofóbicas, como las hormonas sexuales estradiol.
Cuando una hormona entra a una célula y se une a
su receptor, hace que este cambie de forma, lo que
permite que el complejo receptor-hormona entre al
núcleo y regule la actividad génica, En algunos casos sucede al contrario: el canal
generalmente está abierto y la unión del ligando hace que se cierre.

Receptores de superficie celular:

Los receptores de superficie celular son proteínas ancladas a la membrana que se unen al
ligando en la parte exterior de la célula. En este tipo de señalización, el ligando no necesita
cruzar la membrana plasmática. De este modo, muchos tipos de moléculas (incluyendo a las
grandes moléculas hidrofílicas) pueden actuar como ligandos.
Un receptor de superficie celular típico tiene tres diferentes dominios o regiones protéicas: un
dominio extracelular que se puede unir al ligando, un dominio hidrofóbico que se extiende a
través de la membrana y un dominio intracelular ("dentro de la célula") que transmite la señal.
Ejemplos de receptores de superficie celular:
Canales iónicos activados por ligando.
Los canales iónicos activados por ligando
son canales de iones que se abren en
respuesta a la unión de un ligando. Para
formar un canal, este tipo de receptores
de superficie celular tiene una región que
atraviesa la membrana con un canal
hidrofílico en medio. El canal permite que
los iones crucen la membrana sin tener
que tocar el centro hidrofóbico de la bicapa de fosfolípidos.
Cuando un ligando se une a la región extracelular del canal, la estructura de la proteína cambia
de tal manera que los iones de un tipo en particular, pueden pasar a través de él o puede
suceder al contrario que el canal este abierto y la unión del ligando hace que se cierre
Receptores acoplados a proteínas G.
Son una gran familia de receptores de superficie
celular que tienen una estructura y métodos de
señalización similares. Todos los miembros de la
familia GPCR tienen siete segmentos de proteína
diferentes que cruzan la membrana y transmiten
señales dentro de la célula mediante un tipo de
proteína llamada proteína G.
Las proteínas G son de diferentes tipos pero todas
se unen al nucleótido trifosfato de guanosina
(GTP), al que pueden degradar para formar GDP.
Una proteína G unida a GTP está activa o
"encendida", mientras que si está unida a un GDP,
estará inactiva o "apagada".
Las proteínas G que se asocian a GPCR son de un
tipo compuesto por tres subunidades conocido como proteínas G heterotriméricas. Cuando se
unen a un receptor inactivo, están en su forma "apagada”.
Sin embargo, la unión con un ligando cambia el panorama: el GPCR se activa y hace que la
proteína G cambie el GDP por GTP. La proteína G activada se divide en dos pieza, que se
separan del GPCR. Las subunidades pueden interactuar con otras proteínas, lo que
desencadena una vía de señalización que conduce a una respuesta.
Finalmente la subunidad α hidroliza el GTP a GDP, lo que inactiva la proteína G. Luego la
proteína G inactiva se reensambla como una unidad de tres partes asociada al GPCR. La
señalización celular que utiliza receptores asociados a proteína G es cíclica y puede repetirse
una y otra vez en respuesta a la unión con el ligando.
Receptores ligandos a enzima
Los receptores ligados a enzimas son receptores de superficie celular con dominios
intracelulares asociados a una enzima. En algunos casos, el dominio intracelular del receptor es
realmente una enzima que puede catalizar una reacción. Otros receptores asociados a enzimas
tienen un dominio intracelular que interactúa con una enzima, para funcionar las moléculas
señalizadoras se unen primero a los dominios extracelulares de dos receptores tirosina quinasa
vecinos. Los dos receptores se unen. Entonces los receptores pegan fosfatos a sus tirosinas en
los dominios intracelulares de cada uno de ellos. La tirosina fosforilada puede transmitir la
En muchos casos, los receptores fosforilados sirven como una plataforma de acoplamiento
para otras proteínas que tienen dominios de unión específica. Varias proteínas tienen este tipo
de dominios y, cuando una de ellas se une al receptor, puede iniciar una cascada de
señalización corriente abajo que genera una respuesta celular6,7^{6,7}señal a otras moléculas
en la célula. Ejemplo: las moléculas señalizadoras se unen primero a los dominios
extracelulares de dos receptores tirosina quinasa vecinos. Los dos receptores se unen o
dimerizan. Entonces los receptores pegan fosfatos a sus tirosinas en los dominios
intracelulares de cada uno de ellos. La tirosina fosforilada puede transmitir la señal a otras
moléculas en la célula.
Los receptores tirosina-quinasa son cruciales para muchos procesos de señalización en seres
humanos. Por ejemplo, se unen a factores de crecimiento, moléculas señalizadoras que
promueven la división y supervivencia celulares. Debido a su función en la señalización por
factor de crecimiento, los receptores tirosina-quinasa son esenciales en el cuerpo, pero su
actividad debe mantenerse en equilibrio: los receptores de factor de crecimiento demasiado
activos se asocian son algunos tipos de cáncer.

Ligandos
Los ligandos, que son producidos por células señalizadoras e interactúan con los receptores al
interior o exterior de las células diana, son de muchos tipos diferentes. Algunos son proteínas,
otros son moléculas hidrofóbicas como los esteroides y otros incluso son moléculas gaseosas
pequeñas como el óxido nítrico. En esta sección veremos algunos ejemplos de los diferentes
tipos de ligandos.
Ligandos que pueden entrar a la célula
Los pequeños ligandos hidrofóbicos pueden atravesar la membrana plasmática y unirse a
receptores intracelulares en el núcleo o en el citoplasma. En el cuerpo humano, algunos de los
ligandos más importantes de este tipo son las hormonas esteroideas.
Entre las hormonas esteroideas comunes están la hormona femenina estradiol, que es un tipo
de estrógeno, y la hormona masculina testosterona. La vitamina D, una molécula que se
sintetiza en la piel mediante la energía luminosa, es otro ejemplo de hormona esteroidea.
Debido a que son hidrofóbicas, estas hormonas no tienen problema para atravesar la
membrana plasmática, pero deben unirse a proteínas acarreadoras para viajar por el torrente
sanguíneo acuoso.
Ligandos que se unen al exterior de la célula.
Los ligandos solubles en agua son polares o cargados y no pueden atravesar la membrana
plasmática con facilidad, así que la mayoría de ellos se une a los dominios extracelulares de los
receptores de superficie celular y permanece en la superficie exterior de la célula.
Los ligandos peptídicos son la clase más grande y diversa de ligandos solubles en agua. Por
ejemplo, los factores de crecimiento, las hormonas como la insulina y ciertos
neurotransmisores entran en esta categoría.

Bibliografía:
Karp G., (2008). Biología celular y molecular. México DF, México. McGraw-Hill
INTERAMERICANA EDITORES, S.A. de C.V.

Khan Academy. (2019). Ligandos y receptores. Recuperado de:


https://es.khanacademy.org/science/biology/cell-signaling/mechanisms-of-cell-
signaling/a/signal-perception

Você também pode gostar