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Quiero aprovechar esos vídeos para hacer una serie de artículos en los que expondré cada
una de esas técnicas y que su conocimiento se haga extensivo a todos aquellos que lo lean,
para que desde su juicio personal decidan de la idoneidad de la técnica y su posterior
adopción.
En ningún caso es mi intención declarar que éstas técnicas son la única manera de hacerlo,
puesto que después de mucho tiempo, me he dado cuenta que en este campo no hay
absolutos (idea totalmente contraria a la que tenía hace unos años). Creo que la mejor
orientación que se le puede dar a esto del Tiro de Combate es la de mostrar lo que se cree
más adecuado, explicar el porqué del mismo y dejar que cada uno adopte lo que le parezca
más oportuno. Me he cansado de pelear con unos y otros intentando llevar la razón y, no
habiendo servido para nada, he optado que lo mejor es mostrar dejando que la gente
decida.
Este artículo va a tratar sobre la recarga de emergencia de pistola. Voy a exponer la que para
mí es la mejor manera de hacer una recarga cuando el arma está totalmente descargada, es
decir, habiendo quedado la corredera abierta.
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La recarga de emergencia con pistola. Por Juan I. Carrión.
Para ello voy a dividirlo en pasos (que son los mismos que se reflejan en el vídeo adjunto):
• Primer paso: una vez que el tirador se da cuenta de que la corredera ha quedado
abierta, lo primero que tiene que hacer es extraer el cargador vacío de la pistola, antes si
quiera de empezar a llevar la pistola hacia el “área de trabajo”. En mi caso, una de las
cosas que aprendí con McPhee es la de ayudarme de la mano de apoyo (mano reactiva)
para permitirme llegar al botón de retenida del cargador con el dedo pulgar de mi mano
armada sin tener que deshacer el empuñamiento. Si éste es el caso de quien está
leyendo, recomiendo que lo pruebe para ver que se hace mucho más fácil el acceder a
dicho botón e incluso hacer más fuerza sobre él.
El motivo de hacerlo antes incluso de llevar el brazo hacia atrás es para aprovechar la
máxima verticalidad del cargador vacío hacia el suelo, con lo que la caída del mismo es
mucho más limpia. He visto en algunas ocasiones que el girar la mano armada antes de
tiempo provoca interrupciones en la caída del cargador, con la consiguiente pérdida de
tiempo.
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La recarga de emergencia con pistola. Por Juan I. Carrión.
La mano de apoyo va por el camino más corto hacia el cargador de repuesto lo antes
posible, en mi caso, después de haber ayudado a la otra a apretar la retenida del
cargador.
• Segundo paso: Caído el cargador, el brazo armado se encoge para colocar la pistola
en el área de trabajo (una burbuja delante de la cara a unos 30-45 cm) a la vez que se
orienta la embocadura del cargador ligeramente hacia dentro para facilitar el emboque
del municionado.
Es muy importante que la pistola no caiga excesivamente por debajo de la línea que
forman los ojos con blanco con el objeto de evitar dos situaciones:
b) Cuanto más se baje la pistola hacia el suelo, más hay que levantarla luego hacia el
objetivo, con lo que más tiempo se perderá en la realización de la recarga.
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La recarga de emergencia con pistola. Por Juan I. Carrión.
A la vez que el brazo armado se encoge, la mano de apoyo (mano reactiva) agarra el
cargador de repuesto, dejando el dedo índice a lo largo de la parte delantera del mismo
(donde quedan las puntas de los cartuchos). Es fundamental que la alineación del dedo
índice con esta parte del cargador quede bien hecha, puesto que errores en este aspecto
se traducen en fallos en la inserción del cargador en su embocadura.
a) Es mejor que hacerlo tirando de la corredera puesto que se pierde mucho menos
tiempo en hacer el mismo trabajo (concepto de eficiencia), en mi caso puede rondar
el medio segundo de diferencia. La excusa de la falta de musculatura fina como un
motivo para hacer la segunda frente a la primera se cae por su propio peso desde el
mismo momento que el tirador ha sido capaz de presionar el disparador, de apretar
la retenida del cargador, de introducir el cargador de repuesto, etc.
b) Es mejor que apretar con el dedo pulgar de la mano armada por varios motivos:
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La recarga de emergencia con pistola. Por Juan I. Carrión.
puede haber un tirador que no le llegue bien, es más fácil apretar en retenidas de
corredera duras y no es necesario volver a mover el pulgar de la mano armada hacia
arriba para poder hacer de nuevo un buen empuñamiento.
Pues bien, ya está explicada paso por paso la que para mí es la mejor manera de realizar la
recarga de emergencia. Ahora solo queda lo más importante, probar una cantidad de veces
suficiente para poder determinar si es mejor que la que se estaba haciendo habitualmente y
en caso de que así sea, incorporarla al repertorio de técnicas que ya se tiene.
Un saludo a todos.
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La recarga de emergencia con pistola. Por Juan I. Carrión.
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