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COLECCION DEMOS
EDITORIAL ARIEL
EL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO
••
LEOPOLDO ZEA
EL PENSAMIENTO
LATINOAMERICANO
•·
. ,
EDITORIAL ARIEL
Esplugues de Llohregat
BARCELONA · · ·
la. .edición: 1965 (Editorial Pormaca, S. A., México)
2a. edición:
3a. edición: enero de 1976
© 1965 y : Macmillan Company, Nueva York
© 1976: Editorial Ariel, S. A., Esplugues de Llobregat (Barcelona)
Primera edición mexicana: 1976 (siete mil ejemplares)
© 197 6: Ariel Seix Barra!, S. A.,. Cía. Editorial
Morelos 98~304~México 1, D .F.
Depósit~legal: B. 2.784~1976
ISBN: 84 344 1793 6
Impreso y hecho en México
Péinted and 'made in Mexico
1 • 6
1
73 07
LEOPOLDO ZEA
DIAL~CTICADEL PENSAMIENTO
LATINOAMERICANO
2. - ZEA
1~ INTRODUCCIÚN
(futuro) con los medios con los cuales cuenta para reali-
zarlos · (pasado) en un presente· en que van realizándose.
Se puede .decir que se· hace patente la concordia entre su
realidad y sus deseos.
Ahora bien, en una actitud como la de los pueblos ibe-
roamericanos, lo que se hace patente es eso que hemos
llamado ·«utopía milenaria», esto es, futuro, anhelos, · sin
relación con el pasado, sin relación con la realidad. Un
futuro cuya realización depende· de una pura voluntad, de
una voluntad sin apoyo en la realidad. En otras palabras,
de una voluntad fuera · del tiempo real que, por ser tal,
resulta milagrosa. Un tipo de voluntad que sólo es válido
concebir en la divinidad · ajena .al tiempo. Una divinidad
para la cual no hay tiempo, no hay historia. Frente a esta
voluntad, ajena-al hombre, no queda sino la espera. Esto
es, la historia sin sentido, el presente siempre expectante.
Algo que ha de· venir, pese a la realidad, pese a todo lo
hecho. Frente a esto no cabe sino la espera permanente,
el prep~rarse permanentemente para lo que ha de aconte-
cer. El estar alerta ante una realidad que un .buen día ha
de cambiar, sin que este cambio tenga algo que ver con
lo que ha sido o está siendo. Lo que ha de ser será inde-
pendientemente de que -nunca haya sido. ·T al parece ser el
sentido de lá espera, de la expectativa, de la dimensión
histórica del latinoamericano, de la dialéctica en· que se
apoya.
DIME.NSIÓN DE LA EXPECTATIVA
LA HERENCIA IBERA
EL .PENSAMIENTO
. BOLIVARIANO
comun.
Esto es,· una comt.tnidad de naciones unidas por algo
más · que el egoí5mo de las sociedades modernas que, a
lo más qué-aspiran es al equilibrio relativo de sus respec-
SENTIMIENTO DE DEPENDENCIA
.,,
Hegel, en sus Lecciones. de Filosofía de la Historia, al
referirse al continente americano, decía: «América es el
país del porvenir. En tiempos futuros se mostrará su im-
portancia histórica, acaso en la lucha entre América del
Norte y América del Sur. Es un país de nostalgia para los
que están hastiados del museo histórico de la vieja Euro·
pa». Pero, agregaba, «América debe apartarse del suelo
en que, hasta hoy, se ha desarrollado 'la historia universal.
Lo que hasta ahora acontece allí no es más que el eco
del viejo mundo y el reflejo de ajena vida». Mas esto es
algo que corresponde al porvenir. Y «Como país del por-
venir, . América no nos interesa; pues el filósofo no hace
profecías». En esta forma el filósofo alemán hacía a un
lado a nuestro continente, dejándolo en el olvido de la
historia. ·
Para Hegel, que concibe la historia de las ideas como
un movimiento dialéctico, en el cual toda superación es a]
mismo tiempo negación y conservación, la América carece
de historia y, al carecer de historia, carece de r ealidad.
La historia de que se puede hablar en este continente no
es sino un eco o reflejo de la historia del viejo mundo, su
•'
' anexo. De acuerdo con Hegel, América tendrá historia,
existirá, cuando sea capaz de entrar en ese movimiento
dialéctico mediante el cual se desarrolla el espíritu; esto
es, cuando sea capaz de negar un pasado que ya no le es
52 INTRODUCCIÓN
LA AUTONOMÍA INTELECTUAL
5. -DA
66 INTRODUCCIÓN
..
EL ROMANTICISMO Y EL SENTIDO DE ORIGINALIDAD
INFLUENCIAS FILOSÓFICAS
LA REVOLUCIÓN DE INDEPENDENCIA
Y LA REACCIÓN COLONIAL
. .
3. Sarmiento, Facundo.
106 PRIMERA PARTE
CATOLICISMO O REPUBLICANISMO
EVOLUCIÓN Y REVOLUCIÓN
.
S. Bilbao, Sociabilidad chilena.
V
EL TERCER PARTIDO
EL PARTIDO PROGRESISTA
SAJONIZACIÓN DE HISPANOAMÉRICA
INDEPENDENCIA Y HERENCIA
3. lbid.
176 PRIMERA PARTE
3. lbid.
FILOSOFÍA DE UN NUEVO ORDEN 195
#
LA EXPERIENCIA BRASILERA
DE LA COLONIA A LA INDEPENDENCIA
EL ECLECTICISMO Y EL IMPERIO
LASTARRIA Y EL COMTISMO
2. lbid.
EL POSITIVISMO COMO FILOSOFÍA LIBERAL 227
4. Lastarria, La América.
230 SEGUNDA PARTE
5. Ibid.
234 SEGUNDA PARTE
ORTODOXOS Y HETERODOXOS
2. lbid.
238 SEGUNDA PARTE
S. lbid.
ORTODOXOS Y HETERODOXOS 241
EL APÓSTOL DE LA HUMANIDAD
las huelgas son las únicas defensas con que cuentan los
proletarios y de ninguna manera deben arrebatárs~les». 10
Y en otro lugar · se refiere concretamente al socialismo
como uno de los fines del positivismo, aunque contrario a
la comunidad de bienes. Dice: «Entre las muchas dificulta-
des que viene a remediar el positivismo se 4alla la del
socialismo. El origen de éste, en la aspiración del proleta-
riado a mejorar su triste condición, no puede ser más
legítimo». Pero, agrega, lo que es erróneo es la solución,
la de la comunidad de bienes. «El positivismo desecha
todo examen sobre la adquisición primera de los capitales,
que sólo conduciría a perturbar el orden social, y se con-
creta a exigir su buen empleo.» No importa el origen; lo
que importa ya es el empleo que se dé a estos bienes. El
positivismo «Conserva la separación entre los empresa-
rios y los obreros; pero mira a los primeros como simples
administradores del capital humano, moralmente respon-
sables de su gerencia».u
Los ricos no son así. dueños de sus bienes; simplemente
guardianes de bienes que pertenecen a la humanidad. ~sta
deberá pedir cuentas del uso que de ellos se haga. No hay
división de clases; simplemente división de oficios. El di-
nero, que en México es visto como signo de superi9ridad,
inclusive moral,12 es visto por Lagarrigue como un inst:ru-
mento que puede ser puesto al servicio de la cordialidad
entre los hombres. El principio de esta cordialidad es el
altruismo. «La funesta anarquía que ahora lo ha invadido
todo -dice- y que· amenaza con disolver los hogares y pa-
trias y convertir al mundo en un campo horrible de san~
grienta discordia, se irá disipando al soplo sagrado de la
doctrina altruista, y nuestra doctrina altruista y nuestra
existencia revestirá en la tierra las más bellas condiciones
de virtud, de armonía y felicidad. Unidos blancos, amari-
llos y negros, proletarios y patricios, colaborarán religio-
LA HETERODOXIA CHILENA
Dos ACTITUDES
1
LA GRAN DERROTA
9. Nuestros indios.
V
POSITIVISMO Y NACIONALIDAD
4. lbid.
1o ......
290 SEGUNDA PARTE
EL PROBLEMA INDfGENA
ESTRANGULAMIENTO DE BOLIVIA
5. lbid.
EL POSITIVISMO COMO EDUCACIÓN 315
antecesores. «Si todos los alumnos de una clase han estu-
diado unas descripciones, si todos las repiten con una
uniformidad desesperante», entonces no hay originalidad
ni tampoco libertad. «Hay que convencerse -agregaba-:
los congresos mudos o uniformes, los unicatos políticos, los
cesarismos republicanos [ ... ] se han engendrado en mu-
cha parte en la uniformidad del aula. Esta escuela, dice
en otro lugar, acaba con la personalidad. Es una escuela
para la dictadura. Ha contribuido como la ignorancia mis-
ma, como la raza decadente, como la extensión sin habitan-
tes, como las leyes de la herencia histórica, como la mala
educación política, a conducir al país al abismo de una
quiebra económica que no tiene precedentes en el mundo
civilizado, en plena paz, en plena salud, y a sancionar como
práctica republicana, en una nación abierta a .~ todas las
ideas más adelantadas, la fórmula política de la jefatura
única y la más moderna del mando por el mando, como
quien dice "debo ser gobernado por la razón o por la
fuerza", m~s corrientemente y más fácilmente por la fuer-
za.» Siguiendo sus mismas ideas, Ferreira se oponía a los
exámenes, los cuales eran considerados como la batalla
«más estéril que todas las victorias del cesarismo sobre la
libertad». Lo~ exámenes limitan la personalidad del edu-
cando. «Muchos de esos mismos sobresalientes que han
brillado estérilmente en las aulas -dice Ferreira~, con
cierta presuntuosidad infantil, que destruye las bases de
un carácter sólido, se apagan en la vida. Ya no sienten la
coacción exterior de la próxima lección o del próximo exa·
men, y no trabajan. Es el negro liberto, que ya no verá el
látigo del capataz. Ha sido manumitido con todas las fór·
mulas sacramentales; pero no habiendo aprendido a tra-
bajar con espontaneidad, es un. mal ciudadano en la re-
pública de la ciencia.» Discutir no daña; la espontaneidad
es siempre creadora. «La libertad de discusión no tiene
peligro; sólo la esclavitud es temible. Todos l<;>s grandes
pensadores o~iginales se han extraviado muchas veces;
sólo al joven no se le permite sustentar un error; por eso
el maestro se le adelanta para enseñarle una verdad, que
luego, andando los años, resulta una verdad académica.
Así llega el discípulo a respetar más la opinión del pro·
316 SEGUNDA PARTE
. 6. lbid. .
EL POSITIVISMO COMO EDUCACIÓN 317
9. lbid.
10. Bassi, op. ctt.
. . VIII
EL POSITIVISMO Y I..A BURGUESfA ARGENTINA
LA GENERACIÓN DE 1880
LUCHA DE CLASES
7. Ibid.
IX
. .
POSITIVISMO Y SOCIALISMO
Co MTISM O Y SOCIALISMO
POSITIVISMO Y MARXISMO
2. lbid.
346 SEGUNDA PARTE
4. lbid.
370 SEGUNDA PARTE
6. lbid.
372 SEGUNDA PARTE
8. lbid.
XII
SPENCER CONTRA HEGEL
S. lbid.
6. lbid.
SPENCER CONTRA H EGEL 381
SPENCER Y EL SEPARATISMO
8. Ibid.
XIII
LA RAZA LATINA Y EL POSITIVISMO
4. En La Libertad. ·
392 SEGUNDA PARTE
LA GENERACIÓN
. .. . DE LOS «CIENTÍFICOS»
.
LA LIBERTAD CREADORA
?7 - .,..,..
418 TERCERA PARTE
bre del ideal! Lleva tu corazón como lago que derrame por
todos sus bordes agua pura; ahoga tu violento egoísmo
en desinterés más poderoso. El positivismo de Comte y
de Spencer -agrega Vasconcelos- nunca pudo contener
nuestras aspiraciones; hoy por estar en desacuerdo con: los
datos de la ciencia misma, se halla sin vitalidad y sin ra-
zón, parece que nos libertamos de un peso de conciencia
y que la vida se ha ampliado. ¡ El mundo que una filosofía
intencionada pero estrecha, quiso cerrar, está abierto, pen-
·sadores:!» 10 ·
El argentino Alejandro Korn, en el otro extremo de la
América Latina, sostendrá ideas semejantes al distinguir
entre lo que llama mundo objetivo y mundo subjetivo. «El
mundo objetivo -dice- obedece a normas necesarias, a
leyes. El mundo subjetivo carece de leyes, es libre. · El pri-
mero desarrolla ·mecánicamente una serie de hechos forzo-
sos que pueden preverse. E.n el segundo actúa una volun-
tad .q ue quiere lo que se le antoja y cuyas resoluciones no
pueden preverse. Aquél obedece a causas perdidas en el
pasado, éste a finalidades ·proyectadas en el futuro. Frente
al mecanismo se yergue el yo · autónomo.» ·P ero esta liber-
tad es sólo de querer, no de hacer; para hacer lo que se
quiere tendrá que contarse con las leyes que rigen el mun-
do objetivo. Pero contarse con ellas para poner este mun-
do al servicio del mundo subjetivo, del mundo del espíritu.
«:Ésta es la condición del esfuerzo subjetivo y la libertad
no pretende aniquilarla; pretende únicamente, sustraerse· a
la coerción para alcanzar sus propios fines.» El dominio
sobre el orden objetivo constituye la libertad económica.
Pero no basta, también el sujeto se siente cohibido por sus
propias condiciones. Y de ellas trata de ·e manciparse dán-
dose normas· que libremente ha de respetar~ «Solamente
la autarquía que encuadra la voluntad en una . disciplina,
fijada por ella misma; nos da la ·libertad ética.» Libertad
económica y libertad ética forman un complemento dentro
del cual se constituye. la libertad propiamente humana. «Se
compenet:r.an y se presuponen, no pueden existir la tina
ALAS Y PLOMO
LATINOAMÉRICA Y EUROPA
9. lbid.
DE LO CONCRETO A LO UNIVERSAL 439
EL NUEVO HUMANISMO
SALTO A LO UNIVERSAL
del hombre que las crea, sino en la forma como éstas h~n
sido utilizadas por los hombres, tanto por quienes las
originaron para liberarse, como por quienes las tomaron
como instrumento para negarse a sí mismos,-afirmando a
su propio dominador, en lugar de afirmarse a sí mismos.
De allí que otro caribe, Frantz Fanon, diga, hablando de
esta filosofía y pensamiento, así como de la posibilidad de
una cultura que no sea ya· de dominación, sino de libera-
ción; de la filosofía y cultura del hombre y para el hom-
bre, no en beneficio O.e unos hombres y perjuicio de otros:
«Si queremos transformar a África en una ·nueva Europa,
a América en una nueva Europa, confiemos entonces a los
europeos los destinos. de nuestros países. Sabrán hacerlo
mejor que los mejor dotados de nosotros. Pero si quere-
mos que la humanidad avance con audacia, si queremos
elevarla a un nivel distinto del ·que le ha impuesto Europa,
entonces hay que inventar, hay que descubrir. Si queremos
responder a la esper~nza de nuestros pueblos,· no hay que
fijarse sólo en Europa. Además, si queremos responder
a la esperanza de los europeos, no hay que reflejar una
imagen aún ideal de su sociedad y de su pensamiento, por
los que sienten de cuando en cuando una inmensa náusea.
Por Europa, por nosotros mismos y por la humanidad,
compañeros, hay que cambiar de piel, desarrollar un pen-
samiento nuevo, tratar de crear un hombre nuevo».23 ·
ser occidental.» ·
Descubriendo la inautenticidad de Occidente, los lati-
nqamericél:nos .se descubrieron, a S~ mismos, como hom-
bres. Por ello los lat~noamericai?-9S y otros hombres a
quienes se regateó la ·ct;tlidad huf!lana pueden ahora realizar,
con mayor (:lltura, lo que la cultura occidental mantuvo en
las fronteras de sus limitado.s intereses. «~mérica ·L atina,
después de habe;r estado sojuzgada cult_uralment~ ·por Eu-
ropa, pero separada de ella en sus .realidades .y .en sus
posibilidades, se encuentra en .e l mismo camino.» Ésta
América, (([ .. . ] al descubrir el s·~ntido de su autenticidad
en la afirmación del hombre, ~1 liqerar~e de los modelos,
de los sistemas y de lé:ls vigencias "impuestas por los oc-
cidentales, logra penetrar en el corazón mismo de ·la cul-
tura europea. El plantear la lucha por la liberación de ·
los ho:.;nbres como la .fuente de su senti.d o y la meta de su
historia, empalma con Occidente, entra junto con él en la
538 TERCERA PARTE
mos algo mejor que hacer que seguir a Europa? ¿No tene~
mos otra cosa que hacer que seguir a Europa? Occidente
ha· querido ser una aventura del espíritu. Y en nombre del
espíritu, del espíritu europeo por supuesto, Europa ha jus~
tificado sus crímenes y ha legitimado la esclavitud en la
que mantiene a las cuatro quintas partes de la humanidad.»
No niega Fanon la grandeza de la cultura occidental, la
reconoce, pero sin rencor señala simplemente su insuficien~
cia. «Europa ha hecho lo que tenía que hacer y, en suma,
lo ha hecho bien; dejémonos de acusarla, pero digámoslo
firmemente que no debe segujr haciendo tanto ruido. Ya
no tenemos que temerla, dejemos, pues, de envidiarla. El
Tercer Mundo está ahora frente a Europa como una masa
colosal cuyo proyecto debe ser tratar de resolver los pro~
blemas a los cuales esa Europa no ha sabido aportar solu-
ciones.» No se trata, una vez más, de alcanzar a Europa,
de ser como ell~ ni como su alter ego los Estados Unidos.
No se trata de repetir el error de nuestros mayores en
América, que también pueden presentarse en otros lugares
·de este Tercer Mundo. No se trata de ser ·c omo ningún
otro modelo extraño asesinando lo qué el hombre de este
mundo tiene de propio. « [ ... ] No hay que hablar de ren~
dimientos, de intensificación, de ritmo -dice Fanon-. No,
no se trata ·d e volver a la Naturaleza.- Se trata concreta-
mente de no llevar a los hombres por direcciones que los
mutilen, de no imponer al cerebro ritmos que rápidamente
lo menoscaban y le perturban. Con el pretexto de alcanzar
a Europa no hay que forzar al hombre, que arrancarlo de
sí mismo, de. su intimidad, no hay que quebrarlo, no hay
que matarlo. · No, no queremos alcanzar a nadie. Pero que-
remos marchar constantemente, de noche y de día, en com-
pañía del hombre, de todos los hombres.»
No se trata de alcanzar así a nadie, pero tampoco de
negar a nadie como antes lo hizo Occidente en nombre de
sus más altos ideales. Fanon no quiere ya saber de agra-
vios pasados. Ésos son ya historia que, para que no viva,
ha de ser asimilada. Odiar a alguien es mantener una for-
ma de dependencia. Fanon no quiere cargar con la esclavi-·
tud de sus abuelos, esta esclavitud deberá ser recordada
pero sólo para que no vuelva a ser ejercida. Los pueblos
540 TERCERA PARTE
INr'RODUCCIÓN .
PRJMERA PARTE
SEGUNDA PARTE