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Año 5 Nº 41

Spes Unica

Escriben y colaboran en este número:


Carlos Mollá; Cristian Kocak; Chabela Ximénez; Eli Serebrenik;
Elisa Pérez; Gisela Courtois; Guillem de Rubenhor; Horacio Ot-
heguy Riveira; José Luis García Ortego; Mariano Liébana; Oscar
Ramentev; Roberto Langella

MARZO 2014
Pá gin a 2 S pe s Un ica

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Pá gin a 3 S pe s Un ica

Sumario
Editorial 4
Amor a primera vista, por Wislowa Szymborska 5

El fulgor de esos ojos, por Eli Serebrenik 6

La perla más bella, por Oscar Ramentev 8

El encargo, por Carlos Mollá 10

La palabra no es un dato, por Gisela Courtois 14

Otra vez Gricel (3º parte), por Roberto Langella 16

No me pidas eso, por Guillem de Rubenhor 20

Humedad interior, por Elisa Pérez 22

La mujer en llamas (capítulo 5), por Horacio Otheguy Riveira 26

Canelita o el paso de azúcar amarga (14º entrega),


por Chabela Ximénez 29
Textuales 31
Se me cayeron las alas 32
Micromachismos: El poder masculino en la pareja “moderna” (2º
parte), por Luis Bonino
¿Quimicontás?, por Mariano Liébana 37

El último viaje del ingeniero Flanderk, por José Luis García Ortego 39

Prácticas adivinatorias extrañas: La quiromancia (2º parte) 41

Misceláneas interrumpidas,
por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella 46
El arte de John William Waterhouse 48
Horóscopo 51

Sumario de números anteriores 52


Pá gin a 4 S pe s Un ica

La falta de templanza oportunidades no hayan aparecido, no aparezcan,


solo que debí saber no bajar la guardia, debí dar-

¿
me cuenta que hacer lo necesario en el momento
De qué voy a hablarles en esta oportunidad?
oportuno también sirve para no dilapidar lo que
Hace un rato apenas, me contaron una her-
ya se posee, no solo para zanjar dificultades.
mosa historia. Un hombre vivía con su fami-
lia en un rancho con techo de paja. Una noche A los 49 años de edad los últimos errores que se
hubo una plaga de langostas, y en poco tiempo el cometen son los peores. Disculpen la melancolía,
techo quedó devastado, la familia desguarnecida, el pesimismo. No me comió ningún personaje,
casi a la intemperie, lo que provocó mucha angustia nunca deseé ser un poeta negro, casi empiezo a
en el hijo menor. Entonces, el padre tomó una silla desear no haber tenido una naturaleza artística,
y fue con ella a sentarse a un rincón, llamando al porque el solo hecho de tenerla implica, para em-
hijo y diciéndole ―vení, hijo, que desde este rincón bellecer el mundo, levantar la basura del suelo, y
se ven las estrellas más hermosas‖. no vale ponerla debajo de la alfombra.

La que acabo de contar es una historia verídica, le No deseen para sus hijos que sean artistas, es una
pasó a alguien. tarea bastante insalubre, a menos que aparezca
alguien que te produzca, que te financie.
Bueno, con algo de esto tenía que ver la película La
vida es bella, con Roberto Benigni, creo. No diré que esta revista es gratis. Muchos de mis
consultas astrológicas llegan a través de ella; en ese
No se puede amar a un hijo sin una cierta entereza.
sentido compensa el esfuerzo. También es cierto
En realidad, no se puede amar a nadie sin ello, no
que podría seguir haciéndola porque sí, por gusto,
se le puede amar bien, como corresponde amar, al
porque le tengo el suficiente afecto para conti-
menos; no se puede amar falto de entereza sin oca-
nuarla, sin orden de importancia, también porque
sionar daño, mucho quizás.
la existencia de la Spes es importante para alguna
No alcanza con el solo amor, ni con las buenas in- gente.
tenciones, los arrepentimientos y juramentos, ni
Pero lo cierto es que me he defraudado a mí mis-
con los buenos deseos; no alcanza siquiera con pre-
mo en algunos aspectos de mi vida. Conmigo se
star atención, si en los momentos de adversidad no
aplica el ―dime de qué te jactas…‖, muchos de
se mantiene la calma para poder afrontarlos. Es
ustedes saben a qué me refiero, solo que han teni-
más, las buenas intenciones, la sensibilidad, la inteli-
do a bien disimularlo por mucho tiempo.
gencia, el don de gente, el buen humor, son solo
aspectos secundarios si en el momento necesario Pienso que éste es un buen lugar para pedir las
falta la templanza, la entereza. Un hombre puede correspondientes disculpas. He generado expecta-
ser poco inteligente, tosco en su sensibilidad, pero tivas que después no cumplí en algunos, que
se le considerará con afecto, con amor, si sabe quizás nunca pueda cumplir, porque, será que ten-
cómo comportarse en cada momento. go ―chamuyo‖, pero tampoco soy tan brillante
como parecía.

Y
Debí ser más humilde, seguramente, pero tuve
o no he sabido comportarme como corres-
miedo de que así nunca arribaría a algunos de mis
pondía en cada momento de mi vida. No
deseos. Tonto de mí, no advertí que por el otro
siempre supe hacer lo que era necesario.
camino, el de la vanidad, tampoco.
Quizás por haber tenido que hacer tantas veces
apenas lo necesario para mantenerme a flote, que
siempre esperé con ansiedad el momento en que se Roberto Langella, marzo, 2014.
vieran cumplidos mis deseos. Y no es que esas
Pá gin a 5 S pe s Un ica

Ambos están convencidos Todo principio


de que los ha unido un sentimiento repenti- no es mas que una continuación,
no. y el libro de los acontecimientos
Es hermosa esa seguridad, se encuentra siempre abierto a la mitad.
pero la inseguridad es más hermosa.

Imaginan que como antes no se conocían


no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los
pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cru-
zado?

Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfo-
no-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.

Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.

Hubo signos, señales,


pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?

Hubo algo perdido y encontrado.


Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.

Hubo picaportes y timbres


en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de
despertar.
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El fulgor de esos ojos, por Eli Serebrenik


E
l fulgor de su rápida visto, con el corazón latiéndome La noche se cerró más aún. Sólo
mirada me anonadó. fuera del cuerpo. distinguía las siluetas de aquellos
Nunca he visto en ojo El quedó mirando hacia abajo dos, cargando sus bultos y avan-
humano semejante brillo. Pa- desde lo alto de la loma. Allí hay zando con inusitada liviandad.
recía el faro de una moto en una enorme arboleda y un peque- Yo tropezaba con ramas y pie-
una nocturna ruta solitaria. ño arroyo donde abrevan los ani- dras, cuando de pronto sentí en
Decidí seguirlo a pesar del mie- males del lugar. mi costado la dura y tranquiliza-
do a que algo horrendo sucedie- Sin lograr darme cuenta del tiem- dora certeza de que aquella tar-
ra. Imposible evitar ir tras él. po transcurrido, vi de pie a su de, mi arma particular había que-
Caminamos por las últimas ca- lado la figura nítida de una mujer. dado en el bolsillo del pantalón,
llecitas del pueblo, las que lin- precisamente el que llevaba
Ella también portaba un bulto en puesto.
dan con los montes arbolados y su espalda.
olorosos que, a esta hora y en El paisaje me parecía distinto
esta situación, se me antojaban No notaban mi presencia o al pese a no ver casi nada. Se escu-
escalofriantes. menos lo disimulaban a la perfec- chaba el rumor de una cascada
ción. lejana.
Momentos antes del fulgor de
aquellos ojos impensados, esta- En medio de la noche ambos Por fin el alba se hizo presente
ba yo terminando de regar los caminaron conmigo detrás. con cauta penumbra.
malvones pensando en acostar- El miedo dominaba cada uno de El ruido del agua ahora era in-
me y fumar una pipa en la oscu- mis movimientos, pero aún así, tenso y el viento de la madruga-
ridad de mi cuarto. prefería seguirlos a darme vuelta da trajo hasta mi nariz el perfu-
Nada más verlo pasar, con ge- e ir a mi casa a dormir como si no me de la menta. Algo más im-
nuina y sigilosa elegancia, para hubiera visto nada. pregnó mi olfato, con suavidad
disparar un interrogante impos- Ellos transmitían algo inhumano, al comienzo, invadiendo arrolla-
tergable. espantoso y yo no podía soportar doramente después, un profun-
Apoyé la regadera en la mesa la idea de dejarlos ir y no saber do olor a madera húmeda y que-
pequeña atestada de utensilios dónde estaban o haciendo qué. mada. Algo esponjoso se inflaba
de jardín, tomé un abrigo y salí. Los bultos sobre sus espaldas me como levadura de cerveza de-
perturbaban. Tal vez eran muer- ntro de mi nariz. Sentí ganas de
Sobre su espalda cargaba un sonreír y dirigir la mirada hacia
bulto grande, estaba oscuro, no tos lo que llevaban, para ser ente-
rrados en medio de la arboleda arriba para oler mejor.
logré ver mucho más.
sin que nadie pudiera jamás Los dos estaban cerca, a unos
Caminaba con pasos elásticos y hallarlos. ¿Y si eran bombas listas seis metros.
largos, demasiado largos. Me para ser detonadas en una escue-
sentía un tonto correteando tras Como telón de fondo tras ellos,
la? ¿Por qué eran tan altos y ele- varios saltos de agua espumaban
él, un tonto o un niño pequeño gantes?
tras un padre displicente. el aire. Yo miraba escondido
Me resultaban sospechosas las tras un matorral.
Luego de andar un rato llega- largas siluetas andando como
mos a un promontorio, las lu- El hombre que tenía la piel
gatos con joroba. Piernas y tron- completamente gris, plateada,
ces de la ciudad se veían lejos cos sumamente elásticos, finos
como estrellas difuminadas en tomó la mano de ella afectuosa-
cuellos rematados en cabezas mente. La mujer era roja, borra-
un cielo negro. perfectas. Los enormes bultos vino, todo el cuerpo menos sus
Un latido de dolor desplazó mi parecían no pesarles ni dificultar radiantes ojos. Ambos tenían
atención hacia la mano derecha su andar parejo y veloz. alas de la misma textura y color
que, lastimada por una corteza Busqué con la mirada temiendo que el resto de sus cuerpos, alas
saliente, sangraba, grité de mie- que aparecieran otros rezagados parecidas a las de desaparecidos
do y auto conmiseración. que, al sorprenderme espiando, reptiles volantes pero más pe-
De golpe el desconocido detu- me asesinaran en medio de la queñas, daban la impresión de
vo su marcha y casi topé con él, oscuridad. ser muy fuertes y duras.
pero logré detenerme sin ser
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La noche me había confundido clavó en mi sitio, no pude so-


con temibles bultos, pero ahora portarlo. Saqué el control remo-
el sol me permitía ver de qué se to de mi bolsillo y los apagué de
trataba. un solo golpe.
Ellos no notaron mi presencia,
se miraban mutuamente.
Yo, aterrado, recordaba el fulgor
de sus ojos y trataba de calmar-
me pensando que el hecho de
haberlo contemplado, no tenía
por qué significar que ellos me
hubiesen visto.
El agua estruendosa era surcada
por un arco iris de lado a lado.
Ellos, quietos ahora, se comuni-
caban entre sí.
Ella se inclinó y alzó una piedra
que refulgió entre sus rojas ma-
nos, la acercó a los labios y am-
bos al mismo tiempo respiraron
sobre ella, luego la arrojaron al
medio de la cascada. Me pareció
que la piedra tenía alas y que no
cayó en ningún momento.
El oscuro cuerpo masculino
onduló en el aire y sus alas se
abrieron totalmente, con una de
ellas golpeó cariñosamente la
cabeza de la mujer, ella lo em-
pujó un poco. Jugaban en el
amanecer brillante.
La intensidad del olor a madera
se tornó espléndida, surgía de
esos cuerpos hacia el aire que
los circundaba. Arrobado, casi
sin aliento, olí y miré a la pareja.
Se tomaron de las manos y él
alzó vuelo llevándola como un
peso muerto, atrapada por la
fuerza de la gravedad, ella pata-
leó y queriendo deshacerse de
su mano buscó el apoyo de las
rocas para sus pies. Lo consi-
guió cayendo con suavidad so-
bre la hierba, ambos reían a car-
cajadas. La mujer optó por abrir
también sus alas rojas y co-
menzó a volar en círculo sobre
las aguas. Se elevaron juntos.
Fue entonces cuando me vieron
agazapado en el monte. El ful-
gor de esos cuatro ojos, como
faros en la noche, el brillo cálido
y dulzón de sus miradas, me
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La perla más bella


bella, por Oscar Ramentev

E E
n el archipiélago del l clima de primavera per- Johel y Coralina no se conocen
Mar de Cortez hay una manente y la gran profu- entre sí, ella vive al norte y él al
ciudad costera, cuyo sión de ostras perleras de sur, espaciados por demasiada
nombre por deformación ter- la zona hacen que los nativos de cantidad de kilómetros.
minó siendo La Cortesía (y sus La Cortesía vivan la mayor parte

P
gentilicios, ―corteses‖, de sus vidas más tiempo nadando
―cortesas‖). en el mar, que andando por tierra. ero una noche, mientras
Desarrollan su cuerpo y su orga- cenaban su pescado coci-
En todas las ciudades costeras
nismo de manera natural en fun- do al calor de la hoguera,
de esas islas la actividad princi-
ción de eso, desde niños, desde a la intemperie, a un costado de
pal –en algunos casos, como en la choza, Johel junto con su
La Cortesía, la única– es la pes- casi nacidos. Hay bebés en las
bajas profundidades buscando abuela, Coralina junto con su
ca de perlas. abuelo, los jóvenes se jactaban
ostras, no hay mucho más en qué
En La Cortesía nadie sabe entretenerse. Los cuerpos de to- de ser siempre, en la ciudad,
hacer, al menos nadie practica dos se curten al rayo del sol, bar- quienes más hermosas perlas
hacer otra cosa más que pescar nizados por la sal. Son felices, sabían pescar, y de lo afortuna-
perlas. Tienen el sustento ase- son gente hermosa. dos que eran por eso. En reali-
gurado porque nunca dejarán dad, ocurría que a estos jóvenes
de llegar comerciantes de todas Son las personas en el mundo no les importaba en la vida otra
partes del mundo a comprarles que mayor rendimiento han sabi- cosa más que pescar sus bellas
sus perlas. En otras partes del do encontrar a la capacidad pul- perlas.
mundo, también, se considera monar, para permanecer bajo el
agua. Un habitante de La Cortesía Hastiados quizás de siempre
que los cortesianos son gente tener que oír la misma canción,
embrutecida, empobrecida y se zambulle, y vaya a saberse
cuándo volveremos a verlos. un día los ancianos respondieron
expoliada prácticamente por los
en las antípodas y al unísono:
poderosos intereses mezquinos Y es tal la interdependencia entre
y extranjeros, incluso hay mu- esa forma de vida y el mar, que el ―La perla más bella del mundo
chas organizaciones bregando país no ha crecido en profundi- no se halla sino más allá del mar,
por sus derechos e independen- dad de superficie, sino que se atrás del horizonte, donde no
cia de este yugo. Pero los mis- trata de una extensa lonja en kiló- hay ser que jamás pueda llegar a
mos cortesianos no lo ven así, metros, de una franja costera. nado. Una perla que por tal her-
ellos son felices en su sistema Detrás de ellos solo hay selva mosura afamada, los hombres
de vida. virgen. de los barcos consideran mítica.
Incluso eligen su manera de
trabajar, lo que luego les repre-
sentará una diferenciada calidad
de vida, si bien es cierto que en
comparación con otras partes
del mundo tales opciones son
bastante austeras. Pero, por
ejemplo, hay cortesianos y cor-
tesianas que prefieren pescar
perlas por carradas, para tener
mayor cantidad que vender.
Otros optan solo por buscar las
más bellas, las más grandes, las
menos deformadas, la de parti-
cular brillo o matiz.
Johel y Coralina son de esta
última especie de pescadores.
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Los dioses del mar la han pues- Le entusiasmó deducir que la riencia, todo perdió sentido,
to ahí, adonde de ninguna ma- medida de su alcance mar aden- supieron que eran inmortales,
nera nunca llegará el hombre, y tro era proporcional a llegar a dioses, en el todo y en la nada.
sin embargo, apenados por descubrir esa sensación de can- Ya no había adónde ir, ya no
nuestra imposibilidad, nos rega- sancio, experimentarla, encon- había adónde regresar. Queda-
lan las otras perlas, esas que pes- trar su límite. ron suspendidos en la superficie
camos‖. Entonces se sumergió y encaró del mar, como luces perpetuas,
Ni a Johel ni a Coralina les el nado hacia el horizonte. A con el abismo debajo, viéndose.
gustó ese cuento. Esa noche se muchos kilómetros de distancia,

A
fueron a dormir malhumorados. Johel hacía lo mismo. l menos es lo que rela-
ta el mito acerca del

A N
l despuntar el alba, co- adaron hacia el océano, origen de las ciudades
mo de costumbre, fue- hasta alcanzarlo, duran- submarinas.
ron junto con los demás te siete días y siete no-
de la ciudad a empezar la faena. ches, sin dormir, sin cansarse,
Era tradición allí que la muche- pero perdiendo de vista los ban-
dumbre lo hiciera a la carrera, cos de ostras en las primeras
atravesando la playa, dando gri- horas de la travesía, apenas
tos de júbilo desenfrenado, cha- alejándose de la costa.
poteando, hasta finalmente verla Nadaron a través de mares her-
zambullirse en el mar. vidos por el sol más agobiante,
Esa mañana a Coralina le mo- iluminados por la luna, en la
lestó un poco el alboroto, al cual noche más cerrada, en la tor-
sin embargo estaba acostumbra- menta más inclemente y en las
da. Algo desganada –no había aguas más calmas, y siguieron y
dormido bien– se metió en el siguieron y nunca se cansaron, y
mar. Lo mismo le ocurría a Jo- no supieron ni siquiera si en
hel, a muchos kilómetros al sur algún momento durmieron, per-
de distancia. didas todas las referencias de
No lograban concentrarse en espacio y de tiempo. Se alimen-
distinguir las perlas más bellas taron de pescado crudo, de cual-
entre todas las que iban encon- quier modo, nunca conocieron
trando, todas les parecían comu- el agua dulce.
nes, vulgares; en otras circuns- Tampoco nunca encontraron la
tancias se las hubieran dado al perla más bella.
pescador más cercano, pero esta Y en un momento de la expe-
vez, intuyeron que de actuar
como siempre terminarían la
jornada con las manos vacías.
Luego del almuerzo y del des-
canso, cuando volvió a ingresar
al mar, Coralina se quedó vien-
do el horizonte por un instante.
Nunca se había preguntado
cuán mar adentro podía llegar a
nadar, y advertirlo le hizo notar
que no sabía nada tampoco
acerca de su resistencia física. Se
trabajaba en horas de sol, se
dormía por la noche, pero ella
nada sabía del cansancio físico,
jamás lo había sentido.
De más está decir que a Johel le
sucedía lo mismo.
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El encargo, por Carlos Mollá


E
ntró el sargento en el querían pagar por recuperarlos. quedado con los míos cuidando
dormitorio de los mu- Fue una misión muy sencilla, pe- de la granja familiar. Tenía una
chachos, gritando, ro a mí me amargó y me revolvió vida apacible salpicada, de vez
gesticulando y encendiendo las entrañas durante muchos en cuando, con reacciones extre-
todas las luces de la sala, como años. Llegamos a su casa en el sur madamente violentas cuando me
tantas otras veces. del país, como la zorra al galline- pasaba con la bebida. El alcohol
— ¡Arriba, hijos de puta! ¿Qué, ro, a la madrugada. Entramos me metía en peleas cada vez que
vais a quedaros ahí todo el día? violentamente, rompiendo puer- lo probaba, hasta que un día casi
En cinco minutos os quiero tas, ventanas, gritando y disparan- mato a mi hermano en una de
formados en el patio. ¡Ah! ¡Y do a todo lo que se movía. Daba ellas. El miedo a hacer algo terri-
con el uniforme de campaña! igual si era un perro o un niño. Si ble me hizo escapar de casa y
Reaccionábamos como si tuvié- estaba vivo había que procurar refugiarme en la milicia donde
ramos un resorte en las piernas. que dejara de estarlo. Daba igual. pensaba que la violencia estaba
Saltábamos de la cama y corría- Así hasta que no se movió nada mejor canalizada.
mos al baño para desaguar y ni nadie en esa casa. Tan rápido Lo que me extrañaba era no en-
lavarnos la cara, que era lo úni- como entramos, desaparecimos tender por qué no resolvía este
co que nos iba a dar tiempo a de aquella pequeña granja. problema la policía. ¿Sería un
hacer. Mientras buscaba en la Rezaba para que esta vez no fuera secuestro hecho por una banda
taquilla los pantalones y la ca- lo mismo. No tardamos en estar de narcos? ¿Nos íbamos a en-
misa que tenía que usar en las formados. Nos entregaron a cada frentar a otro ejército? No pará-
misiones especiales, me invadió uno de nosotros, una bolsa con bamos de mirarnos unos a otros
el temor de tener que repetir la fruta, pan y algo de queso. Nos pero nadie decía nada.
última acción que realizamos mandaron subir a la pick-up y Llegamos a una casa solitaria, en
sobre un infeliz. Nos encomen- emprendimos la marcha. Me tran- medio de un bosque. No se veía
daron ir a la casa de un político quilizaba ver que íbamos en un a nadie aunque se notaba que la
indígena y matarlo. ―Está to- auto oficial, por lo que no iba a vivienda estaba habitada. Había
mando mucha relevancia el ne- ser una misión clandestina. Con- un carro aparcado afuera y ropa
gro éste. La gente empieza a forme desgranábamos kilómetros colgada en el tendedero.
seguirlo con bastante devoción. se iba filtrando algo acerca de lo Nos desplegamos silenciosa-
Está jodiendo bastante a los del que pretendían de nosotros. Pa- mente, ocupando lugares es-
gobierno, así que hay que recía que nos dirigíamos a un tratégicos para iniciar el asalto.
cargárselo‖. rescate. Alguien había secuestra- El sargento, y los compañeros
Nos amenazaron con reventar- do a dos mujeres y teníamos que Miguel y Pedro llegaron hasta las
nos, como es natural, si alguien liberarlas. No tendríamos que ventanas y pudieron observar
se enteraba de lo que íbamos a asesinar a nadie pero podríamos qué ocurría dentro. Debieron
hacer. Esa vez no nos pusimos enfrentarnos a pistoleros y vernos calcular la gente que allí había y
ningún uniforme, fuimos de en una refriega muy dura. Los lo que estaba ocurriendo. Se giró
civiles en uno de los carros ro- nervios estaban a flor de piel. y empezó a hacernos gestos para
bados que nos iban dejando en Yo había decidido ingresar en el que siguiéramos avanzando has-
el cuartel una vez recogidos por ejército con 25 años, ya bastante ta que nos apostamos pegados a
la policía y que los dueños no mayor. Toda mi vida me había las paredes alrededor de la casa.
Pá gin a 11 S pe s Un ica

Con la mano marcó el 1 como — ¡Qué has hecho, hijo de puta! gentuza como tú no merece ir a
el número de oponentes a los - Le repetía rojo de ira, agarrán- la cárcel. No merece un plato
que habría que abatir. Los que dolo por el cuello. -¡Te voy a de comida tres veces por día.
estaban al lado de la puerta la reventar! ¡Animal, hay que ser No merece una cama caliente.
abrieron de una patada y entra- animal!-. Tú no vas a pisar la cárcel.
ron todos a la vez preparados El hombre, de unos 30, 35 años, Entendiendo el significado de
para encontrarse con cualquier de tez quemada, bajo y muy esas palabras, el hombre mudó
cosa. panzón, intentaba a duras penas, de color, sus ojos se abrieron y
Fue fácil inmovilizarlo, no opu- ya con las esposas en las muñe- enseguida se dibujó el pánico en
so apenas resistencia. Estaba en cas no ser asfixiado por oficial, su cara.
el salón con tal cantidad de cer- agarrándose a sus brazos para — Usted es un oficial. Usted,
veza en el cuerpo que coordina- atenuar toda su fuerza y echán- capitán, tiene que llevarme ante
ba con bastante dificultad. Los dose hacia atrás en el sillón don- el juez y llamar a mi licenciado -
demás que no se ocupaban del de estaba sentado. suplicaba el gordo incorporán-
güey, fuimos distribuyéndonos Cuando la tensión se calmó algo dose un poco en el sofá.
por las dependencias de la casa y el negro supo que no lo iban a — Llevadlo a la cocina, desnu-
para investigar qué estaba ocu- matar allí mismo, no se le ocu- dadlo y tumbadlo boca abajo en
rriendo. Al poco la mesa, que
rato se oyó la ahora voy yo.-
voz de Hugo, Ordenó con la
uno de los mu- voz más severa
chachos. que jamás había
— ¡Capitán, escuchado.
capitán!- El gri- El capitán entró
to era desgarra- después con
dor, trágico. una tubería de
Corrimos todos hierro, o de
hacia el dormi- plomo en la
torio y nos en- mano, con la
contramos a una cara rota y des-
mujer joven encajada por la
tirada en el suelo completamen- rrió otra cosa que decirle al ca- rabia y se la dio a Miguel, orde-
te desnuda, con las piernas pitán que él se encontraba al nando que se la metiéramos por
abiertas y las manos atadas a la amparo de la ley y que exigía el culo. Nos quedamos parados
espalda, con sangre por todas que llamaran al abogado. Insistía sin saber qué hacer mientras el
partes. El nudo en la garganta se en esto. negro se largó a chillar pidiendo
terminó de cerrar al ver sobre la — Llamen al licenciado-. Como clemencia y gritando como un
cama a una niña de unos 9 o 10 intuyendo que sólo esa llamada loco.
años con signos claros de haber podría salvarlo de la ira de los — ¡Déjame, carajo!- Mandó,
sido también violada y tortura- militares. quitándole la barra al soldado y
da. Al cabo de un rato, el capitán poniéndole un extremo en el
— ¡Hijo de la chingada!- Fue lo que caminaba cabizbajo alrede- culo, empezó a empujar como
único que se oyó. Después de dor del salón, se dio la vuelta un poseso, haciéndola girar a la
maldecir, el capitán se volvió al hacia él y le dijo: vez para obligarla a entrar. Los
animal que había sido capaz de — No, pendejo de mierda, tú gritos de aquel desgraciado eran
hacer algo así. no vas a ir a la cárcel, no. La ya totalmente descontrolados,
Pá gin a 12 S pe s Un ica

mientras intentábamos entre


todos sujetarlo con todas nues-
tras fuerzas para que no se mo-
viera. La sangre que manaba
mostraba la avería que se le
estaba infiriendo.
Al rato, miró al sargento con
unos ojos que daban pavor y le
dijo:
— ¡Continúe usted, sargento!
¡Hasta el final!- Entregándole la
barra.
Él se fue y los demás nos que-
damos terminando la faena.
Fueron veinte minutos terribles.
El güey no paraba de chillar y la
barra no se detenía con nada.
Poco a poco las energías se le
fueron agotando, bien por la
pérdida de sangre o por los da-
ños internos que imaginamos
que se estaban produciendo. La
imagen que quedó era dantesca.
Muerto y despatarrado sobre la
mesa, envuelto en sangre y con
un trozo de barra asomándole
por el culo.
Al poco tiempo me licencié.
Han pasado cinco años y ahora
soy el ayudante de un mecánico
de motores de barco en Acapul-
co. Estamos en un alto del tra-
bajo, tomando una cerveza que
trajo el patrón español del vele-
ro.
Este güero se ha comprado este
viejo barco en Ensenada y el
muy loco pretende llevárselo a
España.
¡Es increíble! En el mundo hay
gente para todo.
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Consultorio Astrológico Spesunica

Informe de vidas pasadas:


Nuevo servicio de Spesunica

Los eclipses solares y lunares prenatales nos brindan información acerca del karma de
un individuo, las características en conjunto de sus vidas pasadas y el correlato que de
ello puede deducirse respecto de su vida actual.
Esquemáticamente, podemos decir que por el signo zodiacal de su eclipse solar es que
se indica las lecciones que ha venido el individuo a impartir a sus semejantes, mientras
que el signo de su eclipse lunar es la guía de lecciones que necesita aprender para una
ulterior evolución del karma.
Un resumen de esto se agrega en el informe convencional de carta natal que nosotros
brindamos desde nuestros inicios.
Ahora ofrecemos una versión extendida, con una información realmente profunda, deta-
llada, y lo más importante, de uso práctico, complementaria a la de la carta natal, por lo
que, podemos agregar, ni siquiera es necesario para el consultante creer en la reencar-
nación ni en la teoría del karma.
El informe se divide en dos partes: la referida al eclipse solar y la respectiva al eclipse
lunar, ambos según el signo en que hubieran ocurrido.
Por cada parte se detallan las expresiones consciente, inconscientes y transpersonales
de sus influencias, y una valorable información acerca de la integración física, que brinda
un pormenorizado detalle de la forma que tenemos de somatizar nuestras cuestiones
kármicas, es decir, una valorable información acerca de las causas de nuestros proble-
mas de salud, física y psicológica.
Para la adquisición de este servicio no es necesaria la realización de la carta natal, pero
insistimos que en absoluto esta información reemplaza a la de la carta astral, sino que la
complementa y profundiza.
Se trata de un informe de entre 15 y 20 páginas en formato A4, tipo de letra tamaño 11.
Para ver un modelo de este informe, hacer click aquí.
Para mayor información acerca de este servicio, por favor comunicarse a
robertolangella@spesunicastrologia.com.ar.

www.spesunicastrologia.com.ar
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La palabra no es un dato
Sobre la enfermedad psicosomática y el discurso
por Gisela Courtois (Lic. en Psicología)

A
menudo escuchamos a no es inexistente. Existe. Y mu- al instante (vale decir que esta
alguien tranquilizarse u cho. Un brote de lupus puede actitud es la más saludable para
ofenderse (según el llevar a la muerte, un pico de hi- el psiquismo) pero luego pueden
caso) cuando se le sugiere que pertensión arterial también. Nada tener inconvenientes a la hora de
sus padecimientos físicos son más existente y físico que lo psi- relacionar la emoción inicial con
de origen psicosomático. Psico- cosomático. la tensión siguiente, con el in-
somático suena a inexistente, a Y en cuanto a si es una enferme- somnio que sufren y finalmente
imaginario o autoprovocado. dad imaginaria, menos aún. Si hay con el estallido psicosomático
De allí que muchos se tranquili- algo de lo que carece quien pade- que sobreviene. Porque en el
zan pensando que su dolor físi- ce una enfermedad de origen psi- proceso de elaboración de
co ―ya se les pasará si piensan cosomático es de imaginación. La sentimientos y emociones es
en otra cosa‖, o se ofenden imaginación es parte del bagaje de importante que la relación
sintiéndose acusados de auto- herramientas que necesita un ser entre un sentimiento, su re-
provocarse una enfermedad, humano para la más elemental de gistro y la palabra que lo des-
incluso de fingirla. sus funciones psíquicas: advertir cribe sea concientizada. El
Vamos a poner un poco de or- un sentimiento o emoción, adver- proceso debe ser creación del
den al asunto. Es definitiva- tir si proviene del entorno o de sujeto, no prestado desde
mente imposible enfermar vo- un conflicto interno, determinar afuera por parte del consenso
luntariamente, como es imposi- la naturaleza y la intensidad de la o la tradición.
ble nacer o morir voluntaria- tensión interna que produce y,
mente. Hay negligencias o auto- finalmente, lograr una formación El trabajo del hablante
agresiones que delatan la finali- discursiva que permita describir y

E
dad autodestructiva de una per- xisten perfiles de perso-
sona, incluso podemos pesqui- nalidad psicosomática
sar deseos de encarnar un rol que tienen sus propias
con tal dramatismo que pueden características y cuyo origen se
reflejarse en el destino con el remonta a los primero tiempos
correr del tiempo, pero nada de de vida e incluso a la vida intrau-
esto se parece a un acto volun- terina. Algunas de estas carac-
tario como vestirse o llamar por terísticas son la sobreadaptación
teléfono a un amigo. En este al entorno, el conservadurismo
sentido vale recordar: nada de a la vez elaborar aquello que su- en sus respuestas (sin originali-
lo psicosomático es voluntario. cede en nuestra vida anímica y dad, escasa confrontación con el
Precisamente el perfil de perso- que, de no tomarnos todo este medio), poca resonancia afecti-
nalidad psicosomática es diame- trabajo, ocurrirá de manera sorda. va, poco registro de lo que sien-
tralmente distinto del perfil de Trabajo complejo, hay que adver- te él mismo, lo que llamamos
quien presenta conductas auto- tirlo. Esto, que debería ser habi- ―piel paquidérmica‖, en el senti-
destructivas voluntarias, como tual, que debería ocurrir a diario do de que parece tener un regis-
adicciones, deportes de riesgo, dado que poseemos los elemen- tro muy rudimentario de lo que
juego patológico, etc. Con esta tos mentales como para llevarlo a el ambiente puede provocar so-
aclaración estoy adelantando un cabo, en verdad es un proceso bre él. El llanto puede aparecer
dato: no existen enfermedades complejo para la mayoría de no- con frecuencia en el psicosomá-
psicosomáticas sino personas sotros. Algunos comienzan regis- tico, pero el llanto no es palabra,
cuya personalidad las predispo- trando la mitad del proceso, es y es aquí a donde nos trae el
nen a tener estallidos psico- decir la tensión interna, y luego tema de esta nota.
somáticos; lo que no excluye a pasan racionalmente a interpretar Tanto para un perfil psicosomá-
las demás personas de la posibi- de dónde, de qué conflicto pro- tico como para otros, el trabajo
lidad de padecer enfermedades viene esta tensión y así tratan de en el que debemos insistir es el
de origen psicosomático. advertir su naturaleza. Para otros mismo: hablar. Porque hablar no
Por otra parte, lo psicosomático el sentimiento mismo se registra tiene por finalidad brindar infor-
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mación desde el emisor al recep- sujeto. Toda la tensión que no el reconocer un sentimiento
tor a través de un medio oral o encuentra manera de ser elabo- como propio, como apropiado,
escrito. Hablar es una actividad rada tiende a descargarse bajo la o como protagonista. Los esce-
constructora de mundo interno. forma de enfermedad física narios son descritos como foto-
Lo que para el niño es jugar, (dejemos por ahora de lado la grafías, el orden es siempre cro-
para el adulto es fantasear y particularidad del psicótico que nológico y no emocional. Y por
hablar. En el discurso, y precisa- puede descargar a través del lo tanto el llanto es simple des-
mente delante de otro, es cuan- delirio, o del psicópata que ge- carga, en el mejor de los casos
do tiene lugar la asociación de nera su descarga a través de la inofensiva, pero nunca resoluti-
ideas, la unión entre representa- acción sobre otros o sobre sí va, nunca introspectiva.
ciones y los afectos que están mismo a la manera de objetos).
ligados a ellas y que, por medio Esta tensión descargada a través Hablar no es informar
de la represión o de la expulsión de la enfermedad, hay que ad-

E
de la conciencia, los hemos se- vertirlo, NO ES RESOLUTI- ntonces, recordemos.
parado. VA. No significa la resolución Hablar no cumple una
En esas asociaciones se enrique- de un conflicto, sino una mera simple finalidad infor-
ce, se construye y se embellece, descarga momentánea y la ten- mativa. Hablar es lo que nos
por qué no, el mundo interno. Y sión volverá a reproducirse fren- distingue como seres humanos
esto, además de constituir lo te a una situación similar. de otros seres. Y no es tan im-
más esencial de nuestra activi- Por otra parte, si bien en todo portante porque debamos estar
dad psíquica, nos vuelve más sujeto, por normal que sea, exis- orgullosos de serlo, sino porque
resistentes a la tensión. A mayor te la represión de un afecto in- es nuestra mejor, nuestra más
cantidad y claridad de asociacio- soportable a la conciencia, en el genuina herramienta para cons-
nes mejor preparados estaremos estallido psicosomático podría- truirnos a nosotros mismos y
para soportar la presión de un mos decir que tal afecto no se para construir el entorno. Di-
conflicto, interno o con el am- encuentra reprimido sino expul- cho en términos kleinianos,
biente. A la vez, a mayor canti- sado, rechazado del suceder para construir mundo interno y
dad de asociaciones estaremos psíquico. El neurótico normal mundo externo. La palabra es
en mejores condiciones para puede olvidar un suceso que liberadora, es habilitación para
comprender la naturaleza del trae aparejado un sentimiento sentir aún aquellos sentimientos
conflicto, sus implicancias, sus indeseable, pero ese sentimiento de los que no nos podamos
posibles resoluciones, el apren- retorna en la cadena discursiva, sentir orgullosos. Habilita a po-
dizaje que podamos sacar del en los sueños, en los síntomas sicionarnos en el mundo, a pro-
mismo, etc. Para pasarlo a obsesivos, fóbicos o histéricos. tagonizar nuestra historia, a
términos físicos, es como decir El neurótico habla de su sínto- utilizar la memoria individual y
que si un circuito tiene mayor ma, su discurso es florido, utili- colectiva a favor de nuestra rea-
complejidad en sus conexiones y za metáforas, comparaciones, se lidad presente. La palabra cura
robustez en sus materiales, ma- siente identificado con tal o cual al hablante, muchas veces tam-
yor cantidad de voltaje resistirá personaje de una novela, entra bién cura a quien escucha y, en
antes de colapsar o ―quemar‖ en contacto emocional (más algún que otro caso, hasta cura
alguno de sus tramos. tarde o más temprano) con las al hablado, al referenciado. Por-
expresiones artísticas y con las que también comprendiendo el
El discurso funciona en el situaciones afectivas en general. papel que juegan los personajes
sentido opuesto a la enfer- El discurso psicosomático (y de nuestro mundo interno esta-
medad repito, que no es exclusivo de mos dejando mayor libertad de
los sujetos con perfil psico- acción a los personajes del

H
ablar, entonces, permi- somático) es monocorde, tipifi- mundo externo.
te elaborar un conflic- cado, plagado de lugares comu- Y ya sabemos cómo funciona
to. Esto significa reco- nes y conclusiones ya escucha- esto de vivir entre personas:
nocerlo, advertir los sentimien- das por tradición. Es común libertad y salud quizás sean la
tos concomitantes a él, recono- escuchar frases como misma palabra.
cer lo mucho o poco que nos ―imagínese, doctor, a uno le
afecta. Todo este proceso ocu- pasa algo así y uno se siente
rre en el sentido contrario de la mal‖. El impersonal ―Uno‖ apa-
enfermedad. La tensión que no rece infinitamente en el discurso
se somete a discurso enferma al psicosomático. Nunca se refiere
a sí mismo desde el ―yo‖, desde
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Otra vez Gricel (tercera entrega),


por Roberto Langella
Esta novela está inspirada en la historia real de amor que vivieron José María Contursi (1911—1972) y Su-
sana Gricel Viganó (1920—1994). Contursi fue uno de los poetas de la era de oro del tango, quien entre
otras canciones, compuso Gricel, el tema central que le dedicara a su musa.
Gricel pertenece al repertorio clásico del tango argentino.
Esta historia no pretende ser más que un homenaje a esta historia de amor, por lo que no se deberían bus-
car precisiones históricas demasiado exactas. Del mismo modo, los nombres de los personajes reales fue-
ron cambiados.
También, deseo agradecerle a mi amigo Horacio Otheguy Riveira, por el tiempo dedicado a la corrección de
este trabajo, y por sus observaciones siempre oportunas.

R. L.

6 Preguntó, metiendo la mano en el el título. Después me lo vas a


bolsillo del mameluco engrasado. prestar—. Dijo devolviéndoselo.

G
ricel esperaba con an- —Deje… Si le tendría que dar Gricel le respondió con una son-
siedad el ómnibus de la güelto, con tanta sonrisa… risa, y volvió corriendo a la esta-
mañana, que venía de la —No, cóbreme. Si no, no voy a ción de servicio.
ciudad de Córdoba, trayendo la poder pedirle más favores. Se sentó sobre el guardabarros
correspondencia para el pueblo —Déjese de macanas—. Respon- de un ómnibus que había allí,
y el semanario Noticias Serranas. dió el hombre mientras metía el esperando ser reparado, y abrió
El chofer hacía sonar el claxon cambio y ya salía de allí. el libro en una página al azar,
desde un kilómetro antes de Gricel se abrió el mameluco y como era que le gustaba leer los
llegar, para que el entusiasmo echó el libro dentro, contra su de poemas. Este se titulaba, Lla-
de la chica estuviera en su máxi- barriga. Después corrió hacia la ma.
mo esplendor cuando él arriba- hostería, con el paquete de co-
ra. O pasaba a la máxima velo- rrespondencia bajo el brazo. Mi queja abre la pulpa
cidad posible si no había nada Entró allí como una tromba, reci- del corazón divino
que dejar en la estación de ser- biendo una lluvia de piropos de y su estremecimiento
vicio, creyendo que así también parte de los parroquianos que aterciopela
la desilusión de Gricel pasaría ocupaban las diferentes mesas del el musgo de la tierra.
más rápido. bar. Fue a sentarse a una mesa del Un ámbar agridulce
Esa mañana, Gricel corrió a la fondo y abrió el paquete. destilado de las
ruta al oír el ronco sonido, se- Revisó la correspondencia, pero flores cerúleas
guida de cerca por los ladridos no encontró nada para ella ni cae a mojar
de ―Galli‖. para sus padres. Separó el ejem- mis labios sedientos.
El ómnibus se detuvo, y el cho- plar de Noticias Serranas que les
fer arrojó el paquete de corres- correspondía y fue al mostrador a Ríos de sangre
pondencia por la ventanilla, que dejarle el paquete a su madre, bajan de mis manos
la chica atajó en el aire. para cuando viniera a retirarlo el a salpicar el rostro
—¡Gracias!—. Exclamó, re- cartero. de los hombres.
galándole al hombre una sonri- —¿No recibiste carta de Dolly? Sobre la cruz del tiempo
sa espléndida. —. Le preguntó su madre. clavada estoy.
—¡Epa, epa, muchachita!, no se —No, pero me trajeron el libro
apure… ¿Usté no me había de Alfonsina Storni, el que pu-
El rumor lejano
hecho un encargo, de la ciudá? blicó el año pasado.
del mundo, ráfaga cálida,
—¡El libro!, ¿me lo trajo?—. El —A ver, mostrámelo—. Gricel se
evapora el sudor
hombre se lo dio, otra vez puso de espaldas a los parroquia-
de mi frente.
dejándolo caer por la ventanilla. nos y se abrió el mameluco. Le
—¡Muchas gracias!—. Volvió a dio el libro a su madre. —Mundo
de Siete Pozos… Es hermoso desde Mis ojos, faros de angustia,
sonreír. —¿Cuánto le debo?—. trazan señales misteriosas
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los sectores más radicali- la audición!


zados como de los más Más adelante agregaba: … En
nacionalistas, se realiza- los últimos meses me he hecho de un
ban en distintos puntos grupo de amigos magníficos; cantan-
del país, sin éxito alguno. tes, poetas y músicos, todos
Gricel se divertía ahora, “tangueros de ley”, por supuesto.
dibujándole cicatrices en Muero porque los conozcas...
la cara, puñales clavados Gricel terminó de leer la carta.
La mano que había sostenido el
en la espalda, a las foto-
papel, descansaba ahora sobre
grafías del General Justo su regazo. Alzó la vista y vio a
(un apellido notablemen- su padre trabajando en la esta-
te paradójico), las que ción de servicio. ―Hacer el es-
publicaba Los Principios, fuerzo‖, pensó. Sabía que basta-
el diario que compraba ba con comentárselo al padre
su padre. para que el hombre buscara el
modo de hacer dinero extra
en los mares desiertos. para que su hija viajara a Bue-
Y eterna, 8 nos Aires. Pero Gricel era cons-
la llama de mi corazón ciente de que hacía años su pa-

A
sube en espirales quella mañana encontró dre realizaba esfuerzos extras y
a iluminar el horizonte. una carta de Dolly en el también ello era algo que le pre-
paquete de la corres- ocupaba.
Cerró el libro y los ojos, estre- pondencia, la que fue a leer bajo Así que dobló la carta y la
chando el poemario contra su el alero del porche. Se sentó en guardó en su bolsillo. Tomó el
pecho, que lo sentía pleno, col- la mecedora y cruzó los pies último ejemplar de Noticias Se-
mado, como un panal de miel. sobre la baranda que unía los rranas, que había dejado en el
Un toque de claxon la sacó de postes que sostenían al alero. suelo y lo abrió, procurando
su encanto. Abrió los ojos y vio Con una mano sostuvo el papel, olvidar pronto el asunto de Do-
mientras con la otra acariciaba lly.
el automóvil que había llegado.
distraídamente la cabeza de Pero en la tercera página de
Se rascó la nariz y saltó del guar- ―Galli‖, que se hallaba echado a aquella revista encontró un
dabarros en que se hallaba sen- su lado. anuncio revelador. Atención,
tada. Fue a atender. En la carta Dolly le decía ―sentir señoritas de 15 a 25 años de edad.
estar tocando el cielo con las El Club Social “Vecinos de Capilla
7 manos‖. La sorprendente buena del Monte” se complace en invitarlas
nueva era que había conseguido a la inscripción para el certamen de

H
un espacio para cantar en una belleza “Miss Capilla del Monte
acía ya casi dos años
audición con público de Radio 1935”, a realizarse el próximo sába-
que Yrigoyen había
Stentor. Dolly había dado el do, 30 de enero. El honorable jurado
muerto. Con el triunfo primer paso en el largo camino estará integrado por honorabilísimos
del Dr. Amadeo Sabattini, re- del estrellato.
presentante del radicalismo en representantes del quehacer cultural
Mi felicidad sería completa si pudieras de nuestra querida provincia, oriun-
las elecciones por la goberna-
estar ese día entre el público, le decía dos respectivamente de las ciudades de
ción de la provincia, de ese año,
en la carta. Sé que los problemas Córdoba y Cosquín, y de un tercero
Córdoba iba a parecer vivir una
económicos de tu familia te hicieron venido especialmente de Buenos Ai-
realidad política marcadamente
decidir no venir este verano a Buenos res, a designar. No deje de participar,
distinta, medianamente mejor a
Aires, pero, ¡por favor, hacé el esfuer- sea la mujer más bella de Capilla del
la del resto del país, donde se zo! Yo sé que tenés las agallas sufi- Monte. El certamen será diferenciado
consagraría totalitariamente el cientes hasta como para robar un
conservadurismo, por medio del en dos categorías, entre las edades de
Banco. Tampoco te pido tanto, era 15 a 19, y de 20 a 25. Hay $ 10.
tan mentado ―fraude patrióti-
una broma. Te pagaría el pasaje, si — de premio, para cada una de las
co‖ (una manera argentina de
mi situación fuera algo mejor que la Reinas, e importantes premios para
querer justificar el delito con
tuya. Por favor, ¡aunque sea solo una las princesas. ¡No falte!
supuestas motivaciones nobles).
semana! ¡Tres días, uno, solo tres La audición de Dolly en la radio
En el transcurso del año, los
horas! ¡Aunque tuvieras luego que sería el primer sábado de febre-
alzamientos militares, tanto de salir corriendo para Retiro, después de ro; no podía ser más perfecto.
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A la hora del mediodía, la fami- el dorado cabello recogido con


lia se hallaba reunida para al- hebillas.
morzar, alrededor de una de las A la entrada del club, la fila de
mesas de la hostería. parloteantes jovencitas que iban a
—Mamá, quiero participar en el inscribirse, llegaba a la calle.
concurso de belleza del Club La hija del boticario abrió los ojos,
Social. grandes como platos.
El matrimonio se miró entre sí, —¡Mirá quién viene ahí!—. Le
sorprendido. dijo a su amiga, que era hija de
—¿Concurso de becheza?, ¿e, maestra de escuela. —¡La loca del
ma per qué, concurso de beche- mameluco!
za? —Qué mamarracho… Ah, pero si
Gricel miró a su padre, ofendi- ella participa, yo no me inscribo;
da. ya me van a oír.
—Para ganarlo. ¿O no creés —¿Pero qué tenés miedo, pavota,
que pueda ganarlo? con semejante adefesio? Debe
—E… Ma… ¡No, cara ragazzi- creer que el premio se lo dan a la
na!, tutti lo contrari… Precisa- que sale última.
mente, io non necesito que Se pusieron a reír con sus risitas
venca ninguno pelandrune a estridentes y Gricel las escuchó,
decirme que la mía ragazza e la pero hizo caso omiso de las burlas
má bela di tutto Córdoba… E, y fue a ubicarse última en la fila.
ma, ¿qué dico Córdoba?, ¡di Luego se les quedó viendo, cuan-
tutti la Archentina! Dopo di la do advirtió que las chicas la mira-
sua mamma, pero cherto. ban de arriba abajo.
—Pero ella no va a participar, Gricel se llevó una mano a la ore-
así que voy a ganar—. Sonrió ja, lentamente, mientras les seguía
Gricel. sosteniendo la mirada. Cuando la
—¿Y cuándo es el concurso?— retiró, tenía un cigarrillo sin filtro
. Preguntó la madre. entre los dedos. Se lo llevó a los
—El sábado que viene. labios y lo encendió con un fósfo-
—Entonces va a haber que ro que sacó del bolsillo, el que
prepararse, queda poco tiempo. prendió raspándolo contra la suela
Dejalo todo por mi cuenta. del zapato.
Después de almorzar, Isabel La hija del boticario la veía hacer,
fue a ver en el ropero de Gricel. con aprensión.
Sacó los tres o cuatro vestidos —Qué asco, Dios mío—. Mur-
que la chica tenía, los que usaba muró.
en las oportunidades en que iba Cuando llegó el turno de Gricel
a Buenos Aires. Isabel sacó uno en la mesa donde se inscribían las
de estos. Se proveyó luego de concursantes, la mujer que atendía
botones, restos de tela, y de su también la miró con desprecio.
costurero, y volvió a la hostería. —¿Qué edad tenés?
Por la tarde, Gricel se dirigió al Gricel la miró fijamente.
Club Social a inscribirse en el —Cumplo los quince en abril.
certamen, seguida siempre ale- La mujer resopló, cansada.
gremente por ―Galli‖. —Está bien, total… —. Dijo en-
Caminaba despreocupadamente cogiéndose de hombros, ob-
con las manos metidas en los servándola.
bolsillos de su pantalón gris,
silbando un tango y pateando
cascotitos del camino. Llevaba
puesta una remera negra, de las
que dejaban los proveedores de
combustibles, con la marca
Texaco impresa en la espalda.
Tenía la frente descubierta, con
Pá gin a 19 S pe s Un ica
Pá gin a 20 S pe s Un ica

No me pidas eso
eso, por Guillem de Rubenhor
F
ue tan fácil que les pare- Felipe siempre ríe, Manuela nun- talladamente en una cita especial
ció un milagro. De esos ca. para consumar su operístico
flechazos que en las pelí- En la cima de toda seducción, lo encuentro a cuerpo abierto, pa-
culas les suenan cursis, pero mismo que en la ausencia y el sión absoluta.
que en el fondo desean que les declive, el joven que vive encan- Para entonces elegirían una casa
suceda a ellos con acompaña- tado de haberse conocido, seduc- rural en la montaña, pero mien-
miento de orquesta sinfónica y tor facilón de cuantas chicas co- tras tanto continuarían como
paisajes idílicos. noce, camarero que bailotea entre estaban: cada uno en un piso
Manuela y Felipe, fieles a su las mesas con su cintura cimbre- compartido.
estilo, la energía desinhibida y el ante y aire altivo, es una especie Manuela trabajaba de lunes a
rigor estricto hasta para lograr de galán de otros tiempos cómo- viernes de 7 de la mañana a 4 de
el máximo placer propio y aje- damente encajado en el siglo la tarde en una cafetería y de 6
no, pero jamás enamorados. XXI, uno que combina la cortesía de la tarde a 10 de la noche en
Nunca con verdaderos deseos con el deseo y la simpatía a partes una librería. Las noches eran
de continuar viendo a la pareja iguales, un ejemplar masculino suyas en un toqueteo incesante
de turno. Se cansaban con faci- que provoca la sensación de que que les doblegaba, sin llegar al
lidad, se aburrían, y lo que les el placer sexual forma parte de la enlace absoluto.
había parecido muy excitante lo existencia como un torrente de Se prometieron un encuentro
acababan encontrando ridículo. felicidad al alcance de cualquiera. completo muy bien gozado, con
una primera parte lenta y sinuo-

H
— Es que somos raros. ace dos semanas que sa y una segunda parte entre
— Muy raros, sí. Felipe sólo quiere estar gritos de éxtasis con un hombre
con Manuela, la pasajera dentro de una mujer y una mujer

L
a primera vez se dieron de un autobús al que subió por entregada a un hombre que la
por bienvenidos junto a error, en dirección contraria a la adora, cada uno con su sexo
una farola, bajo un fuer- que iba, y bajó cuando ella lo correspondiente y con el del
te aguacero que les dejó empa- hizo, y era noche, y llovía como otro en la poesía de los raros:
pados y se sorprendieron a sí todos los días en los que consa-
mismos besándose cuando el graron su amor y se dejaron caer — También somos extraños
agua dejó de caer, cuando paró de rodillas en medio de una ave- para nosotros…
de pronto como si fuera un nida con pocos coches, y junta- — Lindos frikis es lo que so-
efecto teatral. Se besaron y ron sus manos y elevaron los ojos mos, mi amor.
abrazaron de tal modo que se al cielo: — Me gusta mucho estar conti-
sentían en la gloria, su olor y su go.
tacto, su respiración, era como — Demos gracias. Dios se divier-

C
si se reencontraran después de te con nosotros. uando al fin se reunieron
una larga separación. para entregarse comple-
Volvió la lluvia de poco a mu- tamente impúdicos en un
cho y se largaron de allí andan- largo fin de semana, Manuela le
do bajo el agua cogidos de la mostró las fotos que sacó cuan-
cintura, dejándose empapar y do sus paseos: la lluvia mansa, la
chapoteando en los charcos. lluvia frenética, un otoño madri-
leño con la luz de sus pasiones
alumbrándolo todo.
Llegaron a la casa en la montaña
para tres días con sus noches

T
res días andando bajo la pero se quedaron cinco. Ella le
lluvia, y amándose a me- descubrió placeres que él no
dias en zaguanes, jardines, conocía, aunque se consideraba
parques... Se comprometieron a un experto en los mimos más
hacerse el amor a lo grande y de- encendidos.
Pá gin a 21 S pe s Un ica

Una de esas mañanas Felipe no — Vale. OK. Está bien. Pero muchacha dulce y un poco pu-
aguantó más y le pidió que son- antes te ataré las muñecas al dorosa con la sonrisa prohibida.
riera. cabecero y los tobillos al pie de
Le rogó que por una vez sonrie- la cama. — Prométeme que no me lo
ra. — Estupendo. volverás a pedir.
Al ver su expresión de disgusto, — Sólo puedo prometerte que
añadió: l aceptó, feliz de descu- te lo volveré a pedir sin previo

— Vale, está bien. Ahora no,


otro día.
É brirla en un juego de lo
más ingenioso.
aviso; sí, por favor, deja que lo
deje caer en cualquier momen-
to, como quien no quiere la
—Esta tía es divina, una fuera cosa, como quien está de paso y

E
n realidad necesitaba que de serie mayor de lo que fui ca- necesita descender del tren en
le sorprendiera con una paz de imaginar. El dolor. Siem- un pueblo fantasma, oscuro y
sonrisa. La amaba y esta- pre pensé que podía haber una peligroso.
ba dispuesto a seguirle donde gran excitación en el dolor. Es

Y
fuera, pero sólo le hacía dudar de lo más brillante, se las sabe le abrazó con mucha
su falta de risa. Su incapacidad todas, seguro que me sorprende fuerza, y Manuela lloró
para cualquier tipo de risa. Ella con un plato especial… libremente por primera
no le dio vueltas al asunto. vez.

L
o volcó sobre la cama, le No le dijo lo que pensaba: Que
— No me pidas eso. ató como dijo que iba a al fin alguien la amaría de ver-
hacer y lo montó. dad y para siempre. Alguien a
l la tomó a chacota porque Con arte supremo logró una vez quien no se veía capaz de matar.

É le pareció una broma de


zarzuela, y canturreó:
más que el miembro semidormi-
do entrara para crecer en su in-
terior, mientras movía su cadera
No me pidas eso, Oh, no, con creciente entusiasmo. Felipe
Manuela de mi vidaaaaaaa. sonreía esperando la sonrisa
prometida, pero cuando ésta

Y
ella permaneció como llegó fue la de otra persona, una
siempre, gozosa ante el cara llena de cicatrices sanguino-
chisporroteo de su mu- lentas, con encías verdes, colmi-
chacho endiabladamente gracio- llos afilados, pómulos deforma-
so y excitante. Tardó un poco dos, ojos vidriosos, lengua de
en responder. serpiente y grito sobrecogedor,
que al mismo tiempo
— No puedo cumplir con tu que le aterrorizaba le
deseo. Dejémoslo así. Cada uno provocaba una suce-
es como es. sión de orgasmos
— No es posible, cómo vas a jamás imaginados.
decirme eso, es sólo una sonrisa

E
lo que te pido. l amanecer les
sorprendió

Y
revoloteó, hizo el paya- dormidos. Fe-
so, el bufón de una corte lipe en la cama, con
aún inexistente, pero a marcas en sus muñe-
punto de crearse; se ocupó de cas y tobillos, morde-
un strip tease voluptuoso, se duras en los hombros
lanzó sobre ella a desnudarle y los muslos, sangran-
haciéndole cosquillas, pero todo tes arañazos en el pe-
fue inútil. cho. Manuela en un
rincón, hecha un ovi-
— Por favor, sonríe cuando esté llo. Él bajó de la cama
adentro y te corras, por favor y la despertó con be-
sonríe entonces una sola vez y sos cortos que volvie-
me harás el hombre más feliz ron a despertarle los
del mundo. sentidos: era la misma
Pá gin a 22 S pe s Un ica

La lluvia torrencial no se y frías, angustiada por el tante, pero debía curar-


detuvo hasta más allá paso del tiempo, por la se. Antes de un mes ten-
del anochecer engullen- lentitud de las horas que ía que estar de nuevo
do con fuerza todo a su antes del accidente se le preparada para reanu-
alrededor. escurrían entre las manos dar su vida.
como arena de playa, y Su hijo y su madre de-
ahora parecían barriles pendían de ella, de su
I
llenos de piedras incapa- trabajo, de su energía

H
ces de mover. Era deses- para continuar.
oy hacía dos
perante para ella, acos-
semanas que
tumbrada a no parar en
Inés perma- II
todo el día y, a veces, en
necía en cama. Su pier-
toda la noche.

C
na derecha se quebró al uando
caer desde esa ventana Tomás
que intentaba limpiar consiguió
como todos los últimos avanzar por la
miércoles de cada mes, abarrotada calzada
desde hacía tres años. llena de vehículos,
La oficina se encontraba casi había amane-
situada en la planta pri- cido. El sol comen-
mera; por suerte para zaba a desperezar-
ella, ya que si la caída se por el lado este
hubiera sido desde más de la calle. Sus
arriba, posiblemente tímidos rayos in-
hoy no podría ni haber tentaban abrirse paso
La rotura fue limpia pero
tenido la ocasión de entre las nubes oscuras
requirió una intervención
quejarse de su mala que hoy amenazaban
quirúrgica que consiguió
suerte. lluvia todo el día. Tomás,
alinear los huesos despla-
Inés consumía su estan- medio dormido tras el
zados. La convalecencia
cia en esa cama de madrugón, sacaba fuer-
sería difícil, dura e irri-
sábanas blancas, rígidas zas inhumanas para
Pá gin a 23 S pe s Un ica

mantener los ojos abier- mitían un sopor insopor- siempre, ella tenía
tos. La temprana hora y table. Esto fue suficiente razón.
el poco descanso de un para impedir que viera III
fin de semana repleto de cómo alguien se acerca-

I
mucha juerga con bebi- ba. Una anciana harapo-
rene era una mujer
das de alto voltaje, no le sa, de ojos legañosos y
atractiva, de pelo
daban tregua. cansados, envuelta con
corto y rubio. Su
Comenzaba otra semana un pañuelo de cuadros
dedicación a la medicina
en la que reuniones, do- grises y un abrigo raído
le ocupaba por completo
cumentos y responsabili- por el paso del tiempo y
toda su energía y casi
dades se mezclaban sin el mal uso, dio un pe-
todo su tiempo. Entre
descanso en su trabajo queño golpecito en el
las horas de hospital y
diario. espejo de Tomás, que
el tiempo de investiga-
le hizo mirar con sobre-
Esa mañana la lentitud ción en su estudio sobre
salto. Negó con desdén
del tráfico consiguió en- “La morfología de los
la limosna de la anciana,
cresparle. Sin escuchar tejidos adiposos del sis-
antes de decirle:
la canción que la radio tema muscular periféri-
emitía por enésima vez, -Déjame en paz.
co”, sus jornadas se
pensaba lo incoherente Los ojos de la vagabun- hacían interminables. Su
que resultaba el que mi- da se quedaron fijos so- profesión era la medici-
les de coches y las som- bre él, esperando algo na, la vivía con una pa-
bras que los conducían, que no llegó. Se dio me- sión absoluta que ahora
intentaran transitar a la dia vuelta para continuar pretendía culminar en
vez por una misma vía, entre las luces de los fa- un estudio perfecto.
sin posibilidades de ros contiguos, su cami-
Exigente en su trabajo,
avanzar, ungidos por la nar errante.
permanecía relajada y
monotonía de la costum- A pesar del susto, el so- confiada en su vida per-
bre. Encendió su tercer por de Tomás no se des- sonal. Su marido en-
cigarrillo. vanecía. tendía bien su esfuerzo
La incipiente luz le des- -Debería haber hecho y siempre estuvieron de
lumbraba. No veía bien caso a mi mujer y acuerdo en no tener
lo que ocurría a su alre- haberme tomado un hijos. El tenía también
dedor. El sueño, la au- analgésico-. Pensó mal- un trabajo muy absor-
sencia de claridad y el humorado. Como casi bente que le mantenía
aburrimiento le trans-
Pá gin a 24 S pe s Un ica

ocupado con lo que, pa- esa mujer? ¿Cómo se lla- un niño de seis años y
ra ella, ambos eran feli- maba?... Preguntaré a una anciana sumida en
ces respetando la ocu- Vanessa para que exija una constante depresión,
pación del otro. su regreso inmediato. se agolpaban en su
mente. Sin contar con el
trabajo, incierto e inse-
IV V
guro. Dos semanas hab-

T M
ían sido suficientes para
omás consiguió ientras
que toda su vida se des-
sortear el tráfi- Tomás mal-
montara por completo y
co y llegar a la decía su ma-
para que la fragilidad se
oficina, pero cuando co- la suerte, al otro lado de
hiciera más palpable.
menzó a instalarse, la la ciudad Inés escuchaba
Irene entró en la habita-
lluvia empezaba a gol- a la doctora su pronóstico
ción de la chica morena
pear con fuerza los cris- inmediato. La recupera-
y solitaria con el historial
tales. Desde el primer ción debía continuar fuera
entre sus manos. Aún le
piso del edificio las go- del hospital. El sistema
quedaban varias habita-
tas se veían caer y cho- era así, ahora debía recu-
ciones que visitar antes
car contra el suelo, perarse en su domicilio:
de seguir con su mo-
marcando un estruendo reposo, descanso, movi-
mento de estudio. En
musical inconfundible, a mientos progresivos y
sus planes no figuraba
través de grandes gote- lentos...
entretenerse mucho en
ras. ¡Lo que faltaba! Se
ese caso, por lo que le
disponía a llamar por la
incomodó que la chica
línea interior a la secre-
preguntara con tanta in-
taría cuando notó que
sistencia sobre su recu-
los expedientes se hab-
peración. La explicación
ían cambiado de sitio,
estaba clara. Iba a dele-
que todo estaba movi-
gar en su ayudante que
do. No soportaba que le Una lágrima se escurrió
debía aprender a tratar a
tocaran sus cosas. por su mejilla cuando la
los pacientes. Su tesis la
-¡Cómo tengo que decir- doctora le transmitió las
estaba esperando. Ni los
le a la limpiadora que novedades con extrema
ojos llorosos de la chica,
no manoseé mis pape- frialdad. La imagen de un
ni la inquietud que mos-
les! ¿Cuándo volverá cuarto piso sin ascensor,
traba, detuvieron un se-
Pá gin a 25 S pe s Un ica

gundo más a la doctora. tentaba organizar el día cama acomodó los innu-
Tampoco tomó el móvil siguiente: tenia que lla- merables cojines de co-
que había dejado en el mar al trabajo, propo- lores que la poblaban
bolsillo para que no la nerles algo. Escuchó la para conseguir una pos-
molestaran. Era su mari- voz de la doctora a tura que hiciera más
do; pero ahora no podía través de los cristales. agradable la espera de
hablar con él, debía ter- -¡Llevo esperando más su marido, a la vez que
minar de leer ese artícu- de quince minutos...! Es repasaba una vez más
lo tan interesante. increíble... sus apuntes. La lluvia

Era tarde cuando Irene volvía a arreciar fuerte.

llamó a un taxi para vol- En la cama, su amiga


VI
ver a su casa. Salió a la acomodaba el almo-

T
puerta del hospital hadón de Inés para que
ras otro día du-
mientras esperaba bajo reposara tranquila junto
ro, Tomás deci-
el paraguas, con una ga- a su hijo que la abraza-
dió homenajear
bardina beige ajustada a ba fuerte. El esfuerzo de
su esfuerzo personal
la cintura. En la sala de subir cuatro pisos la
consigo mismo y con al-
espera próxima, Inés se habían dejado exhausta.
guien más que siempre
mantenía con la cabeza Fuera la lluvia se torna-
estaba dispuesta a con-
ladeada y la pierna esti- ba suave.
solar sus penas. Tomó el
rada. Observó en la cor- Al otro lado de la ciu-
vehículo, puso las luces
ta distancia cómo la dad, o del mundo, unos
y silenció el móvil. No
doctora clavaba sus bo- brazos rodeaban el
esperaba ninguna llama-
tas de cuero, en el asfal- cuerpo desnudo de
da, ni siquiera su mujer
to mojado, junto a un Tomás que se acomoda-
le había devuelto la su-
enorme charco. No para- ba entre ellos, sin oír la
ya.
ba de moverse, se mos- lluvia que caía fuera, ni
traba impaciente, en es- La casa estaba vacía. El
escuchar la vibración del
pera de algo o de al- enfado de Irene aún le
móvil dentro del bolsillo
guien. Ella aún tenía duró en el regreso a ca-
de su pantalón.
tiempo: una amiga iba sa, pero al entrar en

a ir a buscarla cuando esa inmensa y oscura

terminara su jornada y estancia, decidió olvidar-

para eso quedaba casi se de la lluvia, del hospi-

una hora. Pensativa in- tal y de los demás. En la


Pá gin a 26 S pe s Un ica

C
ontinúa tocando noche de tormenta. Ve partir al único cliente aumenta el sonido
sobre la mesa hombre de la cicatriz en la cara; se del aparato hasta aturdirle con
del salón, poseí- marcha cojeando a causa de otra una banda sonora de orquesta
da por su propio aquelarre de cicatriz que no se ve: una que nace sinfónica.
mujeres, ahora con un placer en el muslo y muere debajo de la Desesperado, remueve
añadido: el sonido de sus largas rodilla. facturas y descubre la del piano
uñas sobre un teclado verdade- Siente una humedad deli- que no sabe que están instalan-
ro en un ambiente cargado de cada y agradable, siente sobre su do en el otro extremo de la ca-
humo, sudores masculinos y piel el agradable calor de sus ma- sa: 150 mil euros en metálico;
fuertes perfumes en los escotes nos cuarteadas, y en la nuca la confirma que su papel como
de las mujeres. Y en medio ella, boca herida de ese hombre aún abogado y administrador con
radiante, interpretando el con- sin nombre ni pasado. ese hombre peligra más que
cierto de Tchaikovsky rodeada Una presión en el pecho nunca. Intenta pensar en algo
por marineros bien pertrecha- parece que va a dejarla sin respira- que dé la vuelta a la escena a su
dos de fulanas. Un público in- ción. Busca un cigarrillo mentola- favor, pero la pantalla es dema-
sólito que la admira sin atrever- do, como el que fumaba en la im- siado grande para esa sala, la
se a moverse de su sitio ni a pactante escena de la taberna, pe- música cada vez más estridente,
hablar en voz alta. ro aquí, en Casa Legaré, no hay y encima le asalta la imagen de
Desde la mesa junto al tabaco, en Casa Legaré es imposi- su mujer esperándole en el
ventanal que da al mar un soli- ble fumar, la casa de un médico hotel junto al Casino de Torre-
tario no le quita los ojos de en- estricto, riguroso, que te mantiene lodones, en la misma suite 21
cima. El único que ella siente y te adora y te tortura, aquí en donde festejaron su primera
cercano, como si la acariciara Casa Legaré… noche de suerte. En el bolsillo
con la mirada, aunque desde su Se borra la niebla del re- secreto del portafolio tiene el
butaca no puede verle la cara. cuerdo, ya no se acuerda de sí dinero para jugar esta noche,
Cuando termina de tocar se misma fumando. Ahora concentra pero acumula deudas importan-
pone de pie para agradecer los su visión y su energía en la lenta tes, y se le está escapando la
aplausos y le mira de frente. Le aparición de un camión con la posibilidad de llegar a un acuer-
reconoce. Le sobrecoge la cica- foto de un piano de cola en la ca- do tranquilizador con el doctor.
triz que le atraviesa la cara y rrocería. Habla consigo mismo mientras
cruza unos labios que alguna la película invade el espacio y la

L
vez besó. Todos la agasajan egaré continúa intención: Cómo es posible que
menos él, y no puede dejar de exhibiendo su pelí- comprara un piano a ese precio
sentirse una extraña, ridícula cula, un mediome- y en metálico; si es que hasta
portadora de música celestial traje con título y empaque profe- que conoció a esta mujer era un
entre bestias. Y se escucha: sional: Construcción de un paraíso. El tipo austero tirando a rácano,
―Bestias no. Hermosos. Son administrador insiste con su docu- esto es de locos, tiene un mal
seres hermosos, carnales, libres. mentación, visiblemente nervioso. fario que corta el hipo, cuanto
A lo mejor tú eres la bestia‖. Lo que ve le aterra y asquea a par- más vueltas le doy peor me
Palabras en un cuerpo que se tes iguales, pero sobre todo le es- siento; no puedo entender este
siente descolocado al que todos panta la actitud de Marcial, mani- desastre y me vendría bien en-
aplauden, como si escuchar sus pulando el mando a distancia, alu- tenderlo porque necesito seguir
conciertos fuera la única mane- cinado, sonriendo, divirtiéndose, ganando dinero a su lado…
ra de hacerla suya, de desnudar- encendiendo un cigarrillo tras Llevo una hora de retraso y no
la para una posesión colectiva. otro. Distribuye los documentos quiero llegar a la suite y que
Camina lentamente sobre taco- sobre la mesa, los saldos banca- Muñeca empiece a desesperar,
nes incómodos, y nadie la sigue rios, las tasaciones de las propie- quedamos en que la llamaría
cuando entra en un camerino dades que podrían vender a un para que se prepare su baño de
sin paredes, expuesto en un precio menor si quieren conseguir espuma…
acantilado, invadido por el soni- liquidez. Pero no encuentra la me-
do del mar embravecido en nor respuesta. Por el contrario, su
Pá gin a 27 S pe s Un ica

Luarca es la más valiosa y el


hotelito en Gijón no está nada
mal, pero llevarán tiempo.
— Lo dejo en tus ma-
nos. Ya te llevarás tu buena co-
misión.
— Y otra cosa: tienes
que ir al hospital. Los de Recur-
sos Humanos te han enviado
cartas que no has respondido.
Están a punto de despedirte.
— ¿Despedirme a mí,
con lo que me adoran?
— Te ausentas sin pre-
vio aviso, no atiendes la consul-
ta, y hasta abandonaste una ope-
ración.
— ¿Estás seguro de que
hablas de mí?

C
uando se asoma
el morro del ca-
mión envuelto
en lazos de colores, lo hace muy
despacio, iluminándose como un
árbol de navidad. El espectáculo
es muy llamativo en el anoche-


cer nevado de la montaña. Eloí-
sa sale corriendo a recibirlo.
Está especialmente emocionada,
más que nunca en estos días en
los que apenas ha dormido, eli-
A intentarlo? minadas todas las pastillas, des-
— Hay que evitarle pedidos los enfermeros del dor-
cualquier estrés. ¿Así que tan mitorio, echados a las papeleras
ver, Marcial, te recojo mañana a mal están las cosas y me reco- todos los medicamentos, exi-
las 11 y firmamos con el notario. miendas que venda todo lo giendo la desaparición del perso-
Ahora tengo mucha prisa. heredado de mi madre? Se re- nal, y sobre todo descubriendo
— ¿Te parece que le volverá en su tumba. Tendré su propio olor en un ferviente
comente las dificultades econó- que hacer un ritual para serenar- enamoramiento de sí misma.
micas a Eloísa? Quizás deba pre- la. Tengo tan olvidadas esas Cada 48 horas tomaba
venirla de que se acabaron los prácticas. Pero, bueno, antes las pócimas del doctor Droichter
gastos extraordinarios. ¡Menuda que nada ¿por qué no hipoteca- -Leberman, quien logró crearle
locura de piano le compré! mos esta casa? un olor corporal que ella re-
— Locura de piano, por — Porque ya tiene una chazó en cuanto dejó de tomar
supuesto. Pero no te recomiendo segunda hipoteca. las otras medicinas. Liberó su
que le comentes nada, cuanto — Vaya, en fin, ya en- olfato por completo y llevó a un
menos sepa mejor, de cualquier contrarás una solución, ahora contenedor los 1.250 envases en
manera todas las propiedades deja que te ponga la secuencia plena madrugada como una la-
son tuyas, ella no tiene nada ni en que le operaron los párpados drona, temerosa de ser descu-
puede reclamar nada. y las ojeras, qué genios, verás el bierta y de que todo aquel infier-
— Mejor, sí, claro, resultado… no volviera a empezar. Nunca
imagínate, si la pobre conociera — Sigamos con esto, más la doparían y utilizarían de
la cifra de lo que ha costado su por favor. Según está el cambio esa manera. ¿Nunca más? No
tratamiento lo mismo vuelve a lo de México no resultará intere- todo estuvo mal, Legaré le gusta,
prenderse fuego. sante. Asturias parece el mejor le gusta y le detesta. El equilibrio
— ¿Temes que vuelva a negocio. La casa del indiano en es débil. A la primera de cambio
Pá gin a 28 S pe s Un ica

vuelve a trastabillar. En su dor-


mitorio suele encerrarse con
llave, se desnuda, se mira en los
detalles, se gusta, se horripila, se
siente plena, se siente obscena,
pero es capaz de producir una
armonía placentera al olfatearse
y descubrir el verdadero olor de
una mujer perdida. Le encanta
definirse de ese modo, suena a
tango, a bolero, a copla, ¿y qué
tiene que ver una concertista de
Brahms y Tchaikovsky con una
mujer perdida, una mujer del
puerto…?
La falta de respuestas
no le angustia. Disfruta. Son
oleadas de un raro cariño sobre
la piel, caricias lentas que se
hacen frenéticas. En los labios
contiene susurros apasionados
en varios idiomas, mensajes de
amor para conformar una pare-
ja entre ella y la música. Una
pareja que se quiere todopode-
rosa, dispuesta a salir en busca
del pasado con uñas y dientes:
ve con alegría el descenso del
piano, la delicadeza con que lo
manipulan, y lo ve todo bajo la
nieve con un absurdo vestido
de noche y una mantilla sobre
los hombros. No tiene frío.
Más bien todo lo contrario al
sentir el aliento en la nuca del
hombre del bar. El cojo atracti-
vo, tan flaco, como de hambre
antigua, es ahora una amenaza
que flota en el aire. Al entrar en
casa y despedir a los transpor-
tistas se tranquiliza en vano: el
hombre de las cicatrices está
allí, esperándole desnudo y san-
grante, como si acabara de ser
acuchillado y reclamara su ayu-
da. Pero ella no sólo no le auxi-
lia, sino que disfruta escuchan-
do sus gemidos. Sonríe y se
sienta ante el piano con las ma-
nos limpias oliendo a sangre y
las uñas largas tamborileando
en las teclas.

Continuará
Pá gin a 29 S pe s Un ica

Canelita o el paso de azúcar amarga

Entrega XIV.- Para decir puerta y no oír el transistor por encontrar la verdade-
adiós de Bienvenido. Tampoco ra causa de aquel sinies-
oía el sonido de las cacero- tro silencio.

E
las al chocar en la cocina, No se equivocó, las per-
l frío de las maña-
ni las risas de Daniela en sianas de metal de la
nas de agosto
los pasillos. Todo estaba venta caían a media asta
ayuda a despejar
invadido por un silencio po- y la barra estaba desierta
los pensamientos. Em-
co común, que no presa- tras el letrero de cerrado
pieza fresco, intermitente
giaba nada bueno. que colgaba en la puerta.
luego con los primeros
En un principio pensó en el Algo estaba pasando y
rayos de luz y va tornán-
niño y recordó la conversa- tenía que ser lo suficien-
dose templado en cuanto
ción alterada que estuvie- temente grave como para
el sol se da cuenta de
ron manteniendo Doña Pi- que María Antonia no
que el día no puede, o no
lar y Rufino, justo cuando hubiera abierto a su hora
quiere, comenzar sin él.
ella se marchaba. Pero lo El Paso de Azúcar.
Canelita dejó la motoci-
apartó de su mente por po- Más curiosa que decidi-
cleta junto a los sombra-
co probable ya que, por la da, se encaminó al salón
jos que hacían de apar-
hora que era, el niño debía y ahí los encontró a to-
camientos en la venta y
estar en el pueblo, dando dos.
no pudo evitar la tenta-
sus clases particulares de Lo primero que vio fue la
ción de mirar hacia el
verano. bonita cara de Daniela,
hostal. La dueña tendía
También pensó en Rafael y que la miraba boquiabier-
las sábanas mientras la
lo imaginó llegando a ta y sin articular palabra,
mujer del sombrero to-
través del camino de como esperando de ella
maba el sol con los ojos
detrás, cruzando por la co- una explicación.
cerrados, como querien-
cina y reclamando dere- Rufino abrazaba a María
do aspirar la mañana por
chos que jamás contrajo ni Antonia que, en silencio,
los párpados.
ejerció para con el niño. lloraba sobre su hombro,
La chica envidió su tiem-
Pero lo descartó por impo- con la cabeza hundida en
po para el descanso y
sible, dado el buen humor su camisa.
suspiró resignada, enca-
que aireaba su esposa jun- Doña Pilar, sentada en
minándose hacia la coci-
to con las sábanas. una de las sillas, con las
na. No era aún demasia-
Totalmente desarmadas manos cruzadas sobre el
do tarde, sólo se había
sus teorías, Canelita re- pecho como una doloro-
retrasado una media
corría la cocina desierta, sa en procesión, respira-
hora, pero la costumbre
agudizando el oído e ima- ba con dificultad sin apar-
de esperar el agrio co-
ginando tragedias más im- tar los ojos de su hijo.
mentario de María Anto-
posibles cada vez. Bienvenido, sentado en
nia, la hacía estar nervio-
Una especie de llanto con- el suelo y apoyando la
sa e intranquila, sin po-
tenido parecía provenir de cabeza sobre las faldas
der pensar en otra cosa
algún lugar del salón de de su madre, parecía
que no fuera el rosario
celebraciones y ella seguía humanamente derrotado,
de excusas que venía
el pasillo despacio, hasta la abatido por un dolor que
ensayando de camino a
zona del bar, más por cer- iba más allá de lo físico y
la venta.
ciorarse de que algo fuera lo desgarraba, rompién-
Le sorprendió cruzar la
de lo normal pasaba, que dole el alma.
Pá gin a 30 S pe s Un ica

Entonces su cerebro em-


pezó a comprender y a
encadenar ideas. Las
campanadas repicando en
la mañana, los corrillos de
las vecinas comentando
tan temprano, las puertas
de los bares atestadas de
hombres del pueblo, con
el café en la mano y las
caras de preocupación.
Eran las fiestas del pue-
blo, las fiestas patronales
de la uva, cuando el viejo
veía las luces y revivía
aquella madrugada maldi-
ta.
A los pies de Bienvenido,
una botella de Rioja des-
cansaba intacta, esperan-
do una ocasión que jamás
llegó.
Dos guardias civiles se
mantenían de pié junto a
la barra, con el semblante
serio del que no puede
evitar dar una mala noticia
en un día festivo.
- No sabíamos a quién
avisar –se disculpaba el
más joven-. En el pueblo
nos dijeron que ustedes
eran como su familia.
- Debió tener un momento
de lucidez, Pilar –dijo el
más viejo-. Nos lo encon-
tramos colgado en un pino
del descampado. Allí don-
de antiguamente se
acampaban los feriantes.
Donde pasó lo que pasó.

(CONTINÚA EN EL
PRÓXIMO NÚMERO)

También pueden leer esta


historia en el blog de la
autora.
Pá gin a 31 S pe s Un ica

Textuales
―Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui. Allá Dios qué será divino, yo me muero
como viví‖. Silvio Rodríguez.

―Me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma‖. Julio Cortázar.

―El código moral del fin del milenio no condena la injusticia sino el fracaso‖. Eduardo Galeano

―En esta vida lo importante no es lo que te ocurre sino cómo lo afrontas‖. Joan Manuel Serrat.

―Herir al corazón es crearlo‖. Arturo Porchia.

―No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella‖. Charles Chaplin.

―La principal ocupación de mi vida consiste en pasarla lo mejor posible‖. Michel de Montaigne.

―Si el corazón se aburre de querer para qué sirve‖. Mario Benedetti.

―Para la mayoría de la gente el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado y no
en amar, no en la propia capacidad de amar‖. Erich Fromm.

―Es más fácil escribir diez tomos de principios filosóficos que poner en práctica uno solo de esos
principios‖. León Tolstoi.

―La alegría de ver y entender es el más perfecto don de la naturaleza‖. Albert Einstein.

―El tiempo es difícil de encontrar y fácil de perder‖. Lao-Tsé.

―La belleza que atrae puede no coincidir con la belleza que enamora‖. Pitágoras.

― A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo‖. Jean de
La Fontaine.

―El secreto del éxito en la vida de un hombre está en prepararse para aprovechar la ocasión cuan-
do se presente‖. Benjamín Disraeli.

―Abandonar puede tener justificación, abandonarse no la tiene jamás‖. Ralph W. Emerson.

―El que sabe atar no usa cuerdas ni nudos, y sin embargo nadie puede desatar lo que él ha uni-
do‖. Tao Te King.
Pá gin a 32 S pe s Un ica

Se me cayeron las alas (parte 26)


A la memoria de Eduardo Daniel Melgar
#470 04-dic-2010 2:25 perto. ¿¿¿Seguirá dándole #478 04-dic-2010 2:59
Eduardo Daniel Melgar batalla a las teutonas??? Simón Domínguez Barahona
Me trabé con el ratón de ¡Claro que se relacionan! ¿no
m.... Pero lo contagié. #474 04-dic-2010 2:42 ha escuchado, maese sureño,
Eduardo Daniel Melgar de un tal Bilbo Bolsón?,
¡¡¡ese es un jobi!!!, y según
#471 04-dic-2010 2:31 Creo que el furioso hizo una
entiendo algo tienen de ma-
Eduardo Daniel Melgar maqueta de sí mismo y se
gia.
empaquetó a Hong Kong.
Estamos descolocados. El
capitán en eso terismo (ese
#479 04-dic-2010 3:23
tero) y es experto en tarot y #475 04-dic-2010 2:42
poiesis; el druida en para Eduardo Daniel Melgar
Eduardo Daniel Melgar
norma y es músico y ese tero Se perdieron en el bosque de
Perdón, jon con.
ismo; yo en sueños y estoy los trols. Este jobi borda los
en astroboy (me gustó la pe- manteles de Psiquis y le pone
li) ¿Me quieren decir por #476 04-dic-2010 2:46 azúcar a las salsas de Peral.
qué, por qué? Ah, si estuvie- Eduardo Daniel Melgar
ra Neves, que es experta en
¿Y qué tiene que ver el colec- #480 04-dic-2010 3:27
Baudrillard; ah Felipe, ah
cionismo y jobis y la cocina Alma Delia Chávez Rojas
Chust, ah Guadalupe Posa-
con los exquisitos temas espi-
da, quién te lustrara las cala- Me siento ofendida y corrida
rituales que la cofradía espe-
veras. de este foro de pláticas espi-
cialista desarroya concienzu-
rituales y etéreas.
da y tenaz y elocuaz y etc,
¿¿¿No ve mi querido maese
#472 04-dic-2010 2:34 mente?
que soy experta en hobbies y
Eduardo Daniel Melgar coleccionismo y el misterio-
Cuánta soledá en esta di- #477 04-dic-2010 2:57 so Antonio lo es de cocina
mensión descosida. Help Eduardo Daniel Melgar temática???
Veronike. Pero bueno, me voy a ver si
Bué, no salió el post. Decía en algún otro foro soy bien
que ya comprendo, usté co- recibida.
#473 04-dic-2010 2:39 lecciona huesos de puchero
Bye.
Alma Delia Chávez Rojas para pintarlos de colorado y
don Olmo echa a diestra y
Maese, precisamente en eso
siniestra yuyos pal amor en #481 04-dic-2010 15:52
estaba pensando: astrología,
las recetas y si se llamara en Roberto Langella
esoterismo, paranormales,
vez de Alma, Psiquis o Sesa,
cocina temática y yo hobbies Muy bien, otro experturiado
habría mayor coincidencia y
y coleccionismo. más. Ahora lo tenemos que
que don Antonio del Olmo se
Me pregunto cómo fue que experteduriar al furioso,
llamara Juan del Peral, tam-
la vida unió nuestros desti- "experto en walkirias pam-
bién.
nos, ¿¿¿algún duende tiró peanas", podría ser.
los caracoles en algún sueño
extraño???
Oigan, ¿¿¿y el furioso???, es
el único que falta de ser ex-
Pá gin a 33 S pe s Un ica

#482 04-dic-2010 15:57 tario hilarantemente jocoso to. Para eso, Simón el mago
Roberto Langella que hizo que se me quitará la sirve de antena y yo le cebo
niebla ocasionada por el mate al Sueñero, mientras se
Es así: Nosotros desprecia-
cúmulo de tarea de mi ma- concentra y se pone en tran-
mos a los de la ñueish, los
estría. ce, así, con los ojos bizcos.
filósofos nos deprecian a no-
Bueno, que me quedo a dar-
sotros, los historiadores de-
les lata, me gusto mucho eso
precian a los filósofos, los #487 04-dic-2010 21:22
de cambiarme el nombre a
políticos a los historiadores, Roberto Langella
psiquis y lo de los huesos del
y los economistas nos des-
puchero... eso fue genial. Y sí, va siendo hora de que
precian a todos los demás. Es
Lo de Jobi también lo fue. definamos nuestro decálogo
la cadena alimenticia que
me gustó mucho la pelí del humbertiano.
sostiene al orbe.
Sr. de los anillos.
Sale, que me voy, porque
aun no termino la homework #488 04-dic-2010 21:24
#483 04-dic-2010 16:05
y es para hoy hoy hoy. Roberto Langella
Roberto Langella
Decálogo 1: En la medida en
No se ofenda, misia Alma, si
que un humbertiano confeso
ustedes son los reconocidos #485 04-dic-2010 20:05
no sea "Sueñero", deberá
últimos acólitos seguidores Alma Delia Chávez Rojas comer mandarinas en públi-
de las brujas de la macbet,
Oigan, chicos, por ahí leí que co o ser pelado bigotón (a
que ya se sabía desde tiem-
para finales del mes habrá las mujeres se les eximirá
pos de Merlín, que lo que
algo relacionado con los del contenido de este inciso).
cocinaban en el caldero era
decálogos, por qué no vamos
un locro criollo; ¡oh, la ma-
haciendo el decálogo de éste
gia de las especias y yerbas #489 04-dic-2010 21:24
sitio o de la humbertología,
aromáticas, que devuelven Roberto Langella
como dice el mago.
astralidades a sus respectivas
Me olvidaba. O ingrávido
carnaduras! ¡Si habré aterri-
zado en mis vuelos astrales como el furioso.
#486 04-dic-2010 21:19
por la pizzería de Pillín en Roberto Langella
San Telmo, donde de parado #490 05-dic-2010 5:51
El maese la va a correr furi-
nomás se degustaba una de Simón Domínguez Barahona
bundamente si le sigue di-
muzza con fainá y moscato!
ciendo "sureño", es No te iráaaaaas, Alma, que
"sueñero", de "sueño", no de como dije por ahí, no hay
#484 04-dic-2010 20:04 "sur"; o si usted quiere, co- como vivir sin alma....
Alma Delia Chávez Rojas mo acepción le aceptamos un Además, una conversación
"sueñero sureño", si va siem- solo de hombres como que
Mis queridos:
pre precedido del correspon- no queda… es necesaria e
Creo que hubo una colisión
diente "maese". indispensable tu presencia
astral de comentarios infruc-
¿Y cómo va a creer que al- para, en muchas veces dejar-
tuosos. Al tiempo que leí que
guien pueda querer correrla nos calladitos, o sacarnos de
el maese me corría brutal-
de aquí, si usté cumple con la "co" infinitos como en el
mente de este lar, me ofendí,
función de ser nuestra repre- juego tradicional japonés go.
puse mi post y me jui
sentante diplomática en
(apagando furibundamente
Smalville?; vea, maese
mi lap). #491 05-dic-2010 5:51
"sueñero" conecta con las
Y ahora que llego en la ma- Simón Domínguez Barahona
mentes superiores de
ñana, me encuentro que el
Kriptón. Somos nosotros los Ya iré pensando en un decá-
post del sureño no salió y
que dirigimos el destino del logo importante para los
que el mago pone un comen-
clar quen cuando era chiqui- humbertólogos...
Pá gin a 34 S pe s Un ica

Micromachismos: El poder masculino en la pareja


“moderna” (2º parte), por Luis Bonino

E
ste artículo está dedicado especialmente a los varones que están intentando revisar, rebelarse y de-
nunciar los códigos machistas en los que fueron entrenados y que se están esforzando para lograr
igualdad con las mujeres. Pretende ser un llamado a seguir profundizando en la reflexión y auto-
crítica sobre los propios comportamientos, aplaudiendo los propios logros en el camino hacia la igualdad,
pero sin olvidar que queda aún mucho por recorrer. Es un aporte realizado desde la convicción que los
varones no debemos anclarnos en lo ya conseguido ni sobrevalorarlo, que junto a nuestros deseos de cam-
bio también hay resistencias, que la autocomplacencia es mala consejera, que es necesario ver los no-
cambios que existen dentro del proceso de cambio. Y que la igualdad real solo es posible si los varones
detectamos y desactivamos todos los obstáculos y resistencias—grandes y pequeños, propios y sociales,
cotidianos o no—que se oponen a ella.

Luis Bonino. Psicoterapeuta y Director del Centro de Estudios de la Condición Masculina, de Madrid.
www.luisbonino.com luisbonino@luisbonino.com
(Tomado de Voces de Hombres por la Igualdad, compilado por José Ángel Lozoya y José María Bedo-
ya. Editado por Chema Espada).

B ourdieu, por otra


parte, ha mostrado a
través de sus estu-
dios sobre el pueblo bere-
jeres (ya que a quien está
―por debajo‖ se ve menos), y
permite evadirse de la res-
ponsabilidad por los efectos
en cuanto a nuestro modo
de percibir desde arriba a
las mujeres, mantener—en
clave actual—los ―secretos
ber cómo el entrenamiento que sobre ellas tiene la pro- del poderoso‖ y monopolizar
para llegar a ser un pia conducta dominante, que la utilización del código para
―hombre como se de- ejerce sobre atribuyendo la autonomía y el poder.
be‖ (que incluye ser supe- esos efectos a la ―naturaleza‖ Es cierto que el machismo
rior a las mujeres) va con- o a la ―debilidad‖ de ellas. La puro y duro ya no se lleva.
solidando un modo mascu- posibilidad de transformación Ya no se puede tan fácil-
lino de ubicarse en jerarqu- de las jerarquías tiene como mente utilizar abiertamente
ía con las mujeres y un mo- prerrequisito desnaturalizar el ―código del poderoso‖,
do de percibirlas ―desde lo naturalizado, cuestionar la sus claves y sus trucos se-
arriba‖, similar al de otros naturalidad masculina de po- cretos para facilitar el estar
grupos dominantes. Una nerse por arriba. También por arriba, sin ser tachado
―mirada del dominante‖, Bourdieu se suma a las ideas de machista. Pero eso no
decía Bourdieu (como la de Godelier en cuanto a los implica que los varones re-
del señor feudal desde su ritos de iniciación, destacan- nieguen totalmente de estar
castillo o como la de quien do su carácter de ritos de en esa posición ni que dejen
está en la sala VIP de los ―institucionalización‖, de ac- de naturalizar su posición de
aeropuertos), que sigue ceso al ―club‖ masculino al privilegio social. Los com-
hoy tan incorporada como que las mujeres no pueden portamientos masculinos
hábito masculino, que no entrar. que tienen por objetivo la
se percibe como tal, sino A pesar que los baruya y los exclusión de la mujer del
como el modo normal de berebere parecen muy aleja- terreno del poder y del dere-
ver—importante también dos de nosotros, los varones cho de la autonomía no han
esto para el tema de este actuales progresistas, de- desaparecido, sino que se
artículo—. Esta mirada na- mocráticos, igualitarios, no han modificado para lograr
turaliza y oculta la jerarquía nos diferenciamos—como los mismos efectos. Al me-
de género, favorece no ver concluyen Godelier y Bour- nos en el Occidente de-
las necesidades de las mu- dieu— demasiado de ellos mocrático ya no se excluye
Pá gin a 35 S pe s Un ica

explícitamente a las muje- ner poder, maquinarias de nador este camino y por él
res del reino de los que tie- la dominación, mecanismos me muevo hace tiempo,
nen derecho a ser persona para mantenerse por arriba empujado por dos situacio-
y no objeto, sino que se lo de las mujeres, machismos nes. La primera, convivir en
hace de un modo sutil y sutiles y no solo explícitos… pareja con una mujer que
oculto (incluso para los va- en el pasado pero también no me permitió nunca estar
rones mismos) a través de en el presente. Los varones por arriba y que ha visibili-
diferentes trucos secretos que nos sentimos igualita- zado siempre mis manio-
para mantenerse por arriba, rios deberíamos hacer algo bras de retención de poder,
aprendidos—como los baru- con todo esto, ya todos es- lo que me obligó a tener
ya—en el proceso de tos mecanismos son un mu- que ir reconociendo, no sin
―hacerse hombre‖. ro que impide la igualdad, al contradicciones, mis resis-
Aunque cueste reconocerlo, excluir a las mujeres de los tencias no reconocidas a lo
la mayoría de los varones recursos sociales y perso- igualitario. La otra, trabajar
no hemos abandonado to- nales que les debería per- en psicoterapia con muje-
talmente los códigos de do- mitir—como a nosotros— res y descubrir los daños a
minación y exclusión de las legitimar la individuación y la autonomía femenina que
mujeres transmitidos de ge- la validez del tiempo propio, provocan los ―pequeños‖
neración en generación, afianzarse en ver las pro- comportamientos cotidianos
ni hemos cambiado total- de dominio de los mo-
mente el ―natural‖ modo dernos baruyas y bere-
―desde arriba‖ con el que beres que son (somos)
se las percibe. ¿O acaso muchos de los ―nuevos‖
es muy diferente la acti- varones, los progresistas
tud de los hombres baru- que ya se sienten iguali-
ya con la música, al truco tarios.
manipulativo de los di- En mi tarea de psicotera-
rectivos varones que uti- peuta he podido ir com-
lizan las reuniones infor- probando con el tiempo
males fuera del trabajo cómo las mujeres, al re-
para las grandes decisio- conocer las pequeñas y
nes empresariales, para así pias percepciones como continuas actitudes mascu-
excluir a las mujeres en válidas, las propias ideas linas de dominio cotidiano,
puestos de decisión, ya que como apropiadas, los pro- quedan menos atrapadas
éstas generalmente no pue- pios comportamientos como en ellas y con más posibili-
den ir a dichas reuniones si adecuados y los propios dades de reclamo y acción
tienen cargas familiares? En recursos como confiables. Y frente al varón que los reali-
esas reuniones, opacas pa- con ello, equivalentes en za, y cómo el desenmasca-
ra las mujeres, no solo se voz y voto en lo público y en ramiento, deshabituación y
toman decisiones sino que lo doméstico. Godelier y erradicación de dichos
son parte activa de la crea- Bourdieu nos han mostrado comportamientos por parte
ción de redes de intercam- un camino: revelar los de los varones, junto al dis-
bio e influencia imprescindi- ―secretos del poderoso‖ - tanciamiento de la posición
bles para ascender en la transparentar lo oculto— desde la que se ejercen, es
jerarquía laboral. Ni tampo- para compartir con las mu- un factor clave para el logro
co son muy diferentes a los jeres el código de habilida- de una relación democráti-
bereberes y baruya los va- des necesarias para lograr ca y saludable entre muje-
rones que tomamos como la autonomía, y para contri- res y varones en lo cotidia-
ejemplos al principio del buir a erradicar esas ocultas no.
artículo. En la próxima sec- maniobras masculinas para
Quiero aclarar que al hablar
ción nos ocuparemos de mantenerse en posición su-
perior, bloqueando la auto- del dominio, me refiero al
develar lo oculto en sus poder de dominio, que es la
comportamientos. nomía femenina.
capacidad de control y do-
Códigos, secretos, miradas, A mí me ha parecido muy minio sobre la vida o los
trucos masculinos para rete- enriquecedor y autocuestio- hechos de otras personas.
Pá gin a 36 S pe s Un ica

Es un poder impositivo que Retomando el objetivo de so e imposición de las pro-


se ejerce de modo visible u este artículo— pias “razones”, en la vida
ocultamente sobre o contra desenmascarar los ocultos cotidiana, que permiten
l@s otr@s. comportamientos de dominio hacer lo que se quiere e im-
En las relaciones de pareja, de los hombres a los que ya piden que ellas puedan
y desde hace siglos, este no se define como machis- hacerlo de igual modo. Son
poder se adjudica a los va- tas—quiero comenzar por hábiles artes, comporta-
rones y no a las mujeres, y poner a estos comportamien- mientos sutiles o insidiosos,
su ejercicio determina tos un nombre que los identi- reiterativos y casi invisibles
prácticas abusivas sobre la fique. Divers@s autor@s que los varones ejecutan
individualidad femenina y estudios@s de la vida coti- permanentemente quizás no
permite además a los varo- diana (Miller, Bourdieu, Glick, tanto para sojuzgar sino pa-
nes monopolizar el llamado Castañeda, etc.) han llamado ra oponerse al cambio feme-
poder de microdefinición, a los ―pequeños‖ comporta- nino.
que consiste en la capaci- mientos masculinos para es- Ahora que los ―grandes‖ ma-
dad y habilidad de una per- tar por arriba de las mujeres: chismos y dominaciones
sona en imponer sus pro- pequeñas tiranías, terrorismo masculinas se aceptan cada
pios intereses, creencias y íntimo, violencia ―blanda‖, vez menos, probablemente
percepciones. ―suave‖ o de ―muy baja inten- sean las armas, trucos, tre-
sidad‖, tretas de la domina- tas y trampas más frecuen-
El poder de dominio es di- ción, machismo invisible o
ferente al poder de actua- tes que los varones utilizan
sexismo benévolo. Desde actualmente para obstaculi-
ción y autoafirmativo, que
1990 yo los he denominado zar la rebeldía femenina al
es la capacidad de hacer y “Micromachismos” (en ade-
transformar, es la fuerza rol social asignado y encasi-
lante mM). Y así lo hice por- llarlas en él. Son los
personal de existir, decidir y
que si definimos al machismo ―pequeños‖ machismos que
autoafirmarse, es el poder como la ideología y las
para ser y hacer. Sirve para pese a ello, producen pode-
prácticas de la superioridad rosos efectos en las muje-
disponer de un@ mism@, masculina, estamos hablan-
ejercer la autonomía, evitar res.
do de él pero en sus formas
ser esclav@s de otr@s, y ―micro‖ - asociado al término Todos los mM son compor-
decir ―yo‖ y ―no‖. Permite la micropoderes del sociólogo tamientos manipulativos que
colaboración con otr@s o francés Foucault—por lo casi ocupan una parte importan-
ejercer la autoridad delega- te del repertorio de compor-
imperceptibles, especialmen-
da democráticamente. te invisibles y ocultos para tamientos masculinos
Quienes lo ejercen deben las mujeres que los padecen ―normales‖ hacia las muje-
tener una legitimidad social y que boicotean su creciente res.
que los autorice (y esta le-
autonomía en el mundo ac-
gitimidad solo la han obte-
tual.
nido hasta hace muy poco
los hombres). Si bien estos comportamien-
tos se pueden descubrir en
Existe otro poder, el poder
diversos ámbitos de la rela-
heteroafirmativo—diferente
ción entre mujeres y varones,
al autoafirmativo—que es la en las siguientes líneas me
capacidad de cuidado y de- ocuparé de aquellos que se
dicación a otr@s, necesaria (continúa en el número que
producen en el espacio de la viene).
para que las personas cui- pareja heterosexual con
dadas crezcan, se afirmen
hij@s.
y sean autónomas. Está
legitimado para las mujeres Los mM son “pequeños” y
en nuestra cultura, y no pa- cotidianos ejercicios del po-
ra los hombres, quienes der de dominio, comporta-
deben rebelarse al modelo mientos “suaves” o de
de masculinidad tradicional “bajísima intensidad” con las
para ejercerlo. mujeres. Formas y modos,
larvados y negados, de abu-
Pá gin a 37 S pe s Un ica

¿
ACLARANDO, DIJO UN numéricamente iguales sólo en del mar, o cerca. (Y lejos de los
VASCO ciertas condiciones. ¿Cuáles?: polos). Por eso, porque son po-
que, donde vos estés, la acelera- co significativas, un paquete de

A
ción de la Gravedad G valga arroz pesa prácticamente lo mis-
claración: Interrumpo PRECISAMENTE eso. Sólo en mo en la China que acá.
esta simpática disquisi- ESA precisa condición 1 kilogra- Salvo que estés en el Aconcagua,
ción para retomar algo mo (masa) PESA un kilogra- en donde la pérdida de peso es
que me dejé colgado. mo (fuerza, o peso). O sea: sólo chiquita pero fácilmente medi-
El tema del peso y la masa. No allí una pesa de un kilo PESA un ble. Así que estudiá bien eso del
es porque vaya faltando aire el kilo. Lindo trabalenguas. peso y la masa si querés hablar
motivo por el cual pesamos Todo arranca de ponerle el MIS- con propiedad. ¿Por qué usé el
menos a medida que ascende- MO nombre a dos cosas DIS- peso y no la masa, directamente?
mos, sino porque nos vamos TINTAS. Tan ridículo como lo Porque el peso es algo muy in-
alejando del objeto gravitacio- de billon y billón. La MASA tuitivo y la masa no. Cualquiera
nal que nos atrae: la Tierra. siempre está, es el sinónimo de se da cuenta, mirando nomás,
No te voy a hacer otro CANTIDAD de materia. Por eso cuánto pesará un paquete de
―incordio‖ más con esto, que es la unidad básica de medida. yerba, o uno de azúcar. En cam-
en cualquier libro de Física está. El PESO depende de la gravedad bio es bastante poco intuitivo
Pero te diré que la masa y el del lugar, pero es tan útil porque ver a un astronauta flotando, o
peso QUE TÚ INTUYES (el vivimos en la superficie terrestre. al cacho de hierro. Por eso se
que los Físicos definen con G: Un astronauta no pesa práctica- le reían a Colón cuando decía
9,8 m/segundo cuadrado) son mente nada (para nuestra intui- que no se iba a caer si viajaba a
directamente proporcionales y ción) en el espacio exterior la parte de abajo del mundo. O -
(porque allí G es más estrictamente- a la parte de
bajísima). Y, sin atrás del mundo.
embargo, conserva Pero, bueno, una vez entregada
toda su masa. Aná- la intuición inicial, hay que ir
logamente, un kilo corrigiendo, como las tuercas del
de fierro, colocado auto ese que te decía en las Pala-
en el centro mismo bras Iniciales. Porque a veces
de la Tierra, tam- nuestra intuición nos engaña.
poco pesa nada, Como me pasó con Cobos.
porque ya está jus-
to donde quería ME PERDÍ
estar. Y sigue te-
niendo un kilogra-
mo de masa, de
MATERIA. La
Q ué macana. Con la aclara-
ción esta me perdí.
¿Viste?: no conviene dejar
explicación con cabos sueltos en la explicación.
pesos, en vez de Porque si no, el problema salta
masas, vale sola- en cualquier momento. Como
mente en la super- cuando te quise decir que el
ficie terrestre. (En hombre perdía peso al subir una
la Luna serán montaña y tuve que salir a mar-
OTROS pesos). Y car porque había quedado en
aún en la superficie offside con lo de la Gravedad.
terrestre hay varia- Es lo que pasa cuando hablás
ciones locales que, desde el principio de cualquier
por suerte, no son tema: es como una tabla rasa
muy significativas que no tiene ningún camino. Y
si estamos a nivel entonces, para donde agarres vas
Pá gin a 38 S pe s Un ica

dejando cabos sueltos por todos CAPÍTULO DOS: El líqui- algunas cosas, y todo el mundo
lados. Y un montón de cosas do elemento, el aburrido te entiende.
atadas con alambre, como diría sólido Al agua sólida se la llama
el gran Ignacio Copani. ―hielo‖. Un sobrenombre.
Por eso no voy a cambiar de
tema sin cerrar algo que también Y, como sabemos, existe a bajas
AGUA QUE HAS DE BE- temperaturas. ¿Cuáles?: Desde
venía quedando abierto. Y es
BER. -273 ºC hasta 0 ºC. A medida
que los gases reales se compor-
tan PARECIDO a las Leyes que le vamos encajando la pa-

N
de los gases ideales sólo cuan- unca has visto licuarse changa de la temperatura se va
do están muy diluidos. Es decir, al aire, porque pasa a dilatando, como cualquiera.
no muy apretaditos. Cuando los líquido a temperaturas ¿Por qué sigue conservando su
entrás a juntar, y juntar, se en- bajísimas. Pero, en cambio,
tran a molestar entre ellos. forma y, hasta cierto punto, su
muchas veces has ―visto‖ licuar-
Y se van desviando mucho de se (volverse líquido) al agua ga- volumen? Se ve que porque sus
las conductas esperadas por las seosa. (Keki con el cambio per- moléculas DEBEN estar muy
Leyes de los gases IDEALES. manente de género, tipo herma- pegoteadas, unidas por alguna
Es más. El sueño alcohólico de frodita, del / la(s) agua(s), fuerza atractiva. Se ve que se
Lord Kelvin -de que el gas se ¿no?). Y entonces, vamos con el quieren. No como esos gases
transformaba en un mísero pun- agua-las aguas, que es un mate- antipáticos que andan cada uno
to, cuando la temperatura des- rial crucial, también. Y que in-
cendía a -273ºC - no es cierto. tuitivamente sirve mucho como por su lado. Y porque se quie-
Fue un bolazo de la Agatha ejemplo. ren, permanecen formando fi-
Christie esa, para darle más sus- ¿Por qué sabemos tanto del las, como soldaditos serios.
penso a la novela. Porque Kel- agua? Porque el agua está en A pesar de que el pogo, afuera
vin sabía - tanto como cualquier todos lados. Ni siquiera pode- (y, por lo tanto, adentro) es ca-
otro- que, en algún momento mos vivir sin ella. Todos los días da vez más desenfrenado. Bai-
de la enfriada, el gas se transfor- tenemos que tomar, mínimo, un
ma en líquido. Y, si seguís en- lar, bailan, porque, si los toca-
litro, para seguir viviendo. Por mos, sentimos que se están ca-
friando, en sólido. Y eso no se eso, además de vivir en el fondo
te achica así nomás. Y, además, lentando. Y es que no son de
de un mar de gases, tenemos
la VERDAD que ocultó que vivir cerquita del agua. Y fierro los muchachos (salvo el
Agatha , de puro Inglesa, es que tiene que ser bastante limpia, hierro). Pero seguramente bailo-
ese muchacho era medio rarito. encima. Así que la hemos estu- tearán siempre haciendo un
Y no es por decir, pero NUN- diado mucho desde siempre. pasito para acá, otro pasito
CA le dieron bola las minas, ni Incidentalmente, el agua es el
antes ni después, por su baranda para allá, una vueltita y vuelta al
ÚNICO material que conoces mismo lugar. Como esos que
a Whisky barato. No como mi que está en la naturaleza en los
amigo lúcido, un auténtico están en un Boliche y no se ani-
tres estados de agregación: sóli-
gourmant (aunque áspero para do, líquido y gaseoso. ¿Te ima- man a sacar a nadie, pero mues-
los prólogos, eso sí…). ginás cómo sería la vida si la tran que son unos cancheros
Bueno, ahora sí, me dejo de Tierra estuviese sólo un poco bárbaros. Como ese personaje
embromar con los gases. POR más fría? ¿O un poco más ca- de Capusoto que me hace reír
AHORA, diría Chávez. En el lentita? Ya ves, debes amar al
volumen V vamos a abordarlos tanto. Porque me hace acordar
agua como si fuera tu cónyuge,
de vuelta, un poco más en serio. a mí.
aunque a veces tenga sus tsuna-
Y explicarlos con una teoría más mis, sus inundaciones, sus preci-
general y unificada, llamada por pitaciones, sus ocasionales des-
su iniciador, el genial John Dal- plantes de gelidez. Porque es el
ton, Teoría Cinética de los 50 % de tu cuerpo.
gases. ¡¡¡Chau, chau , cháááuu- Hasta que la muerte los separe. PARA COMUNICARSE CON
uu!!!
Me gusta el agua. Más que la EL AUTOR ESCRIBIR A maria-
Coca y esas porquerías. (Que, noliebanabiog@hotmail.com.
además, mi religión me las
prohíbe). Pero lo mejor que
tiene es que permite explicar
Pá gin a 39 S pe s Un ica

EL ÚLTIMO VIAJE DEL INGENIERO


FLANDERK
por José Luis García Ortego

E
l silencio de la cabina ver… ¿Adónde vas? A esa veloci- iremos los dos juntos donde
espacial se vio de golpe dad dentro de 32 horas patrón quieras pero no me obligues a
interrumpido por una habrás perdido contacto con no- seguir en el Enterprise sin ti.
conexión. sotros. Si no continuamos detrás -Coge otra nave caza y ven a mi
-Ingeniero Flanderk –dijo una de ti dentro de 188 horas saldrás encuentro…
voz medio enérgica medio su- de nuestra área de reconocimien- -Sabes que no puedo…
plicante que salía de algún lugar to y perderemos tu posición… -Lo sé. Era una broma… Te
misterioso. -Responda. Tienes energía imperecedera pero creo lo que dices además –
El ingeniero Flanderk sonrió. si algo falla dependes de la Cen- asintió Flanderk. Quiso añadir
Era un tipo delgado, apuesto, tral… Tarde o temprano te que- algo pero no sabía qué. Miró a
aparentemente muy joven para darás vagando en el cosmos… ambos lados de su puesto, todo
un empleo de tanta responsabi- -Me arriesgaré-. Y dicho esto estaba sumido en la oscuridad,
lidad si hacemos caso a los dis- trató de levantarse del acolchado excepto en la parte del panel de
tintivos tan llamativos de su sillón de mando pero lo pensó mando todo era un turbio con-
uniforme. Más que una barba mejor y volvió a sumirse en el glomerado de planchas metálicas
de dos días, una pelusilla en su sopor. Sabía que le quedaba un y tubos. Pensó en irse al camaro-
mentón completaba un aspecto largo viaje y no tenía ninguna te a tumbarse un rato pero final-
desaliñado. Abrió un ojo para prisa. Lo peor es que ese viaje era mente prefirió echar un vistazo a
echar un vistazo cansino sobre muy incierto tal y como le decía los indicadores de control.
el panel de mandos que corría a el comandante. -Flanderk, ¿no me dices nada
lo largo de todo el frente. Las Todo seguía igual cuando des- más?
lucecitas indicaban normalidad. pertó de nuevo. La temperatura -¿Qué quieres que te diga? ¿Qué
Encima una panorámica por la era agradable pero sentía frío. En quiero volver? No puedo. Claro
que se divisaba un cosmos ne- la pantalla un punto luminoso de que me gustaría que estuvieras a
gro que le recordaba a un viejo mayor grosor que el resto desta- mi lado pero ya es imposible.
salvapantallas del ordenador. caba por el área de la constela- Nunca volveremos a estar jun-
-Ingeniero Flanderk, le ruego ción Hydra. Nada, una estrella tos, nunca volveré a estar junto a
que conteste –insistió la voz joven sin importancia. Estaría ti ni junto a nadie. Estaré a eo-
masculina-. Si no considera un registrada pero le daba igual, no nes de distancia de todo el mun-
cambio de actitud tendremos era su objetivo. do, estaré a años luz del Enter-
que tomar medidas muy des- -Flanderk… -esta vez la voz am- prise pero averiguaré al final qué
agradables… que no quisiéra- biental era femenina. -Soy Karen. señal es esa. Y de paso me dará
mos… Queda poco para la desconexión. tiempo a ver algún planeta extra-
-No me haga reír, comandante Tienes que reflexionar. Pensarás ño que nadie ha visto ni verá, de
–habló por fin Flanderk-. ¿Qué que el comandante me ha pedido miles de colores, y atravesaré a
medidas va a tomar? Le voy a que hable contigo pero no es así. toda velocidad cadenas de aste-
decir yo las medidas… Seiscien- Quiero que sepas que es iniciativa roides como si fuera un juego de
tos noventa mil kilómetros de mía… Es la verdad. Quiero vol- consola y… bueno, ya sabes…
distancia hasta usted y aumen- ver a verte… No sé cómo decir- lo que hay por aquí. Siempre es
tando. Y sin posibilidad de per- lo… Te necesito, es algo muy interesante.
seguirme. Hágase la idea, co- importante para mí que regreses. -No podrás averiguar nada por-
mandante, no pienso volver, No quiero perderte por nada del que sabes que sea lo que sea
por nada que haya en este espa- mundo, no quiero perderte bajo aquello que persigues se aleja
cio infinito, sobrecogedor y… ningún pretexto… No hay nada continuamente, es una quimera,
lo que quiera usted ver en él… que me haga sentir que podría un efecto engañoso… No sé ni
en este espacio que nos ro- seguir viviendo sin ti de igual for- nadie lo sabe. Es inútil… Y
dea… no pienso volver al En- ma. Regresa y si no quieres que- además… ¿Para qué? ¿Qué te
terprise. darte, recógeme y me voy conti- solucionará si llegas a ello?
-Pero, muchacho, vamos a go, esto es así… créeme. Nos -Pues nada –y Flanderk rió-. Y
Pá gin a 40 S pe s Un ica

tampoco es que sea mucha la


curiosidad que tenga pero así
están las cosas.
-El comandante podría haber
dicho ya que te abandonaba,
que se rendía ante tu obstina-
ción. Podía haber dado media
vuelta y seguir con nuestro viaje
pero ni siquiera se lo ha plantea-
do. Deberías de valorar eso, al
menos. Nadie quiere perderte…
¿Es que no puedes comprender-
lo? ¿Me oyes?
Sus últimas preguntas fueron
gritando. Karen estaba desespe-
rada pero eso no parecía impor-
tarle a Flanderk. El ingeniero
Flanderk se ajustó en el asiento
y cerró los ojos. Se puso a recor-
dar viejas imágenes de su niñez
que surgían espontáneamente.
Eran recuerdos inconexos, que
empezaban y terminaban rápida-
mente: un momento tranquilo
con su padre, otro con su amigo
Miquel riéndose a carcajadas
aquella vez que… Recordó a su
abuela sentada a su lado en casa
de sus padres. Después le vino a
la cabeza una canción de Linda
Ronstandt que tenía olvidada y
su espíritu se llenó de melancol-
ía. A continuación tuvo miedo y
pensó en que debía volver pero
el dolor era siempre muy inten-
so y no le apetecía. Luego se
durmió otra vez.

La doctora salió al pasillo con


gesto compungido. Inmediata-
mente un hombre y una mujer
corrieron hacia ella pero como
si no quisieran, con miedo.
-Lo siento…
Ni el hombre ni la doctora estu-
vieron prestos a coger el cuerpo
de la mujer que tras un grito
ahogado se derrumbó.
Pá gin a 41 S pe s Un ica

ñ
º
( T o m a d o d e “ A s t r o l o g í a y C i e n c i a s
A d i v i n a t o r i a s ” . B i b l i o t e c a B á s i c a M u l t i m e d i a .
F . G . E d i t o r e s . M a d r i d , 1 9 9 8 ) .
EL LENGUAJE DE LOS DE- dedo de Saturno es demasiado sando sobre el advenimiento de
DOS largo, y sobresale muy por en- ciertos asuntos desagradables,
cima de los dedos índice y anu- relativos al mundo afectivo y
lar, indica la necesidad de apar- sensual de las personas.

A lo largo de los tiempos,


tamiento que tienen las perso-
nas y su carácter solitario. Si el
dedo de Saturno es excesiva- - Dedo de Mercurio: Si el de-
los quirománticos más notorios mente corto, entonces es una do meñique, o dedo de Mercu-
se han preocupado por encon- muestra de la preponderancia rio, es más largo de lo normal,
trar en los dedos aquellas carac- se está mostrando la existencia
de la intuición sobre la razón y
terísticas y claves enigmáticas de una gran capacidad cognos-
el análisis.
que los antiguos astrólogos citiva por parte estas personas.
asignaban a los planetas. Esto Si el dedo de Saturno tiene la
misma longitud que el dedo de En cambio, cuando una perso-
ha llevado a realizar una catalo- na tiene muy torcido su dedo
gación de los dedos asociándo- Júpiter y el dedo de Apolo, en-
tonces se está advirtiendo sobre meñique es porque, en ocasio-
los a la Astrología: nes, se verá obligada a realizar
las posibilidades con que cuen-
ta una persona para salir bien acciones poco ortodoxas desde
- Dedo de Júpiter: Cuando una un punto de vista ético. Si,
parada de las peores situaciones
persona tiene muy marcado el además, este dedo tiene sus
que se le presenten en la vida.
relieve de las falanges de su falanges excesivamente cortas,
dedo índice, o dedo de Júpiter, entonces es un síntoma claro de
es porque se siente cansada de - Dedo de Apolo: Cuando una que la persona de esta carac-
la monotonía de su tarea coti- persona tiene muy largo el de- terísticas, tarde o temprano, se
diana. do anular, o dedo de Apolo, se encontrará con problemas fa-
puede interpretar que sus es- miliares afectivos bastante gra-
Si una persona tiene su dedo fuerzos, realizados desde lo ves y, al intentar resolverlos,
índice más largo que el resto de
más profundo de su ánimo, no sólo logrará causar más daño a
los dedos, entonces se está indi- logran contener la arrogancia y sus seres queridos.
cando que va a tener éxito en la prepotencia de las que se re-
sus negocios, proyectos y em- Los quirománticos advierten
visten sus acciones externas. que no son dignas de confianza
presas. Cuando el dedo índice
de una persona es excesivamen- Particularmente se manifiesta aquellas personas que al estirar
te corto, es que su rasgo más esta tendencia, dañina para sí por completo su dedo meñique,
característico es la debilidad de mismas y para sus colaborado- llegan con la punta de éste has-
ánimo y la pobreza de espíritu. res más cercanos, en aquellas ta la misma línea de nacimiento
Si el dedo índice de una persona personas que ocupan cargos de la uña de su dedo anular.
es muy gordo, entonces, ésta públicos o que son famosas y También, catalogan de astutas
destacará por su atrevimiento y conocidas por su profesión: a las personas que tienen el
terquedad. artistas, políticos, gobernantes, dedo de Mercurio doblado en
intelectuales... Si, en cambio, dirección al dedo de Apolo.
una persona tiene el dedo anu-
- Dedo de Saturno: Se dice que lar muy corto, entonces es que
un dedo corazón, o de Saturno, su característica definitoria es PALMAS Y PULGARES
perfectamente recto y en conso- la timidez.
nancia proporcional con el resto

A
Cuando este dedo se halla de-
de los dedos de la mano, dice formado, o guarda una signifi-
mucho en favor de la sensibili- lgunos estudiosos de la
cativa desproporción con res-
dad de las personas. Cuando el Quiromancia estudian de forma
pecto a los demás, se está avi-
Pá gin a 42 S pe s Un ica

especial todas las claves adivi- ción y fogosidad. - Una palma excesivamente
natorias que se encierran en el blanda y muy dúctil es síntoma
dedo pulgar. Estos, consideran de la preponderancia del senti-
que la complejidad emblemáti-
ca de este dedo es superior a la
de todos los demás y advierten
P ero, sin duda, es la palma
miento y el afecto sobre cuales-
quiera otras consideraciones.
Es propia de personas que va-
de la importancia de ciertos de- de la mano, el elemento de loran especialmente la ternura
talles de la mano a la hora de mayor poder predictivo, la que y el afecto, y que se muestran
investigar su valor predictivo. goza de una mayor atención y muy apegadas a los suyos y
de una constante reflexión por
En este sentido, se detallan cada poco predispuestas a entablar
una de las características del parte de los distintos investiga-
amistad con desconocidos.
dedo pulgar, de la siguiente for- dores y estudiosos de la Quiro-
mancia. En este sentido, se han
ma:
descrito las diversas caracterís- MONTES Y LÍNEAS DE LA
ticas externas de la palma de la MANO
Pulgar largo y flexible = Indica mano y, al propio tiempo, se ha

L
respeto y tolerancia y, al mismo definido su alcance y se ha lle-
tiempo, delata una clara capaci- gado a elaborar una lista que a Quiromancia tiene
otros aspectos especial-
dad para el liderazgo. Es indica- establece toda la complejidad
tivo, también, de sensatez y en- adivinatoria de la palma de la mente destacables, de
tereza de juicio; aunque, en oca- mano y su relación con la per- los cuales puede decirse que
siones, puede simbolizar la ex- son más importantes, universa-
sonalidad y el carácter:
les y populares que los otros.
travagancia y los modos afecta-
Se trata de los montes y las
dos.
- Una palma estrecha y larga, líneas; éstas últimas se dividen
indica que todo en la vida revis- en líneas principales, líneas
Pulgar corto y rígido = Indica te una seriedad exagerada. La secundarias y líneas raras. Am-
cautela y reserva, especialmente responsabilidad se lleva hasta bos elementos constituyen la
cuando se trata de asuntos fami- unas cotas que llevan a la au- base adivinatoria de la Quiro-
liares y que, al propio tiempo, sencia del sentido del humor. mancia y, sin lugar a dudas,
guardan relación con el dinero La exigencia ética, y el gusto puede afirmarse que la lectura
como, por ejemplo, puede ser por lo místico y lo trascendente de la mano sólo es posible si
una herencia. También simboli- son otras tantas cualidades in- se saben analizar con detalle.
za la fidelidad y la lealtad. herentes al tipo de palma que se Los montes de las manos, al
está considerando. igual que los signos astrológi-
Pulgar grande y voluminoso = cos, reciben la influencia dire-
Indica vigor, fortaleza y vitalis- - Una palma blanda y fofa indi- cta de los planetas y se revis-
mo. También simboliza la pre- ca pereza e indolencia. Por lo ten de las cualidades inherentes
disposición para resolver con general, y en ello coinciden a aquéllos. En total son ocho
contundencia y energía determi- todos los estudiosos de la Qui- los montes reveladores del
nados asuntos, especialmente en romancia, este tipo de mano poder predictivo que subyace
el campo de los negocios. revela un carácter apático y una en la mano y están constituidos
personalidad débil y vulnerable. por los abultamientos natura-
les de las bases de los dedos y
Pulgar muy pegado a la palma de ciertas zonas de la palma.
de la mano = Indica un acendra- - Una palma voluminosa y
do sentido de la justicia y el grande es indicio de claridad de
orden. juicio y de sencillez en las ar- Monte de Venus
gumentaciones y los plantea-

S
mientos. Cuando el espesor de egún los quirománticos
Pulgar con las falanges de igual la palma voluminosa es apreta- más notables, la base del
longitud = Indica un carácter do y firme, en vez de blando y pulgar aporta elementos
sereno y equilibrado. suelto, delata una actitud reple- para la lectura de la mano, rela-
ta de iniciativa y plena de cionados con lo sensible y lo
Pulgar con las falanges del mis- energía y actividad. emocional, puesto que toda
mo grosor = Indica precipita- esta zona recibe la influencia
Pá gin a 43 S pe s Un ica

Un Monte de Venus de los restantes montes.


irregular, es decir, más Cuando el Monte de Júpiter
abultado en sus contor- aparece inclinado, o muy cer-
nos que en su centro, cano, al Monte de Saturno,
revela la existencia de simboliza la predisposición a
cierta tendencia hacia trabajar en equipo.
el campo de lo estético
Un Monte de Júpiter normal-
y lo artístico.
mente desarrollado es señal de
buen carácter, de ambición mo-
Monte de Marte derada y de altruismo. Si se
presenta excesivamente abulta-

C
do es indicio de un carácter
omo ya se ha autoritario, presumido y arro-
dicho, hay dos
gante. Es señal de egoísmo y
montes que re-
misantropía.
ciben la influencia de
Marte. Estos dos mon- El Monte de Júpiter escasa-
tes se llaman Monte mente abultado revela apatía,
Inferior de Marte y pereza y falta de confianza en
de Venus y, por lo mismo, Monte Superior de Marte. uno mismo.
queda impregnada de las cua- El primero de ellos ocupa me-
lidades propias de este planeta. mos superficie que el segundo, y
Representa, también, la rela- se encuentra situado en la zona
ción con el mundo exterior, en comprendida entre el Monte de
el sentido de que en ella radi- Monte de Saturno
Venus y el Monte de Júpiter.
can los afectos, las pasiones,
Un Monte Inferior de Marte con

O
las amistades, las compañías...
desarrollo normal indica atrevi- cupa la zona situada en
La significación más profunda la base del dedo co-
miento, resolución y valentía.
del Monte de Venus viene razón o dedo de Satur-
dada por sus peculiaridades Si es excesivamente abultado
revela cierta predisposición a la no.
externas y, así, cuando una
violencia y a la imposición de Cuando aparece más cercano al
persona tiene el Monte de Ve-
nus amplio y redondeado, es métodos coactivos. primero que al segundo, es se-
Un Monte Inferior de Marte ñal de grandes aspiraciones y,
señal indicadora de su talante
muy poco abultado es señal de por el contrario, si se sitúa más
afectuoso y sincero, y de su
del lado del Monte de Apolo,
capacidad para comprender el temor y pusilanimidad.
sufrimiento de quienes convi- entonces es símbolo de sensibi-
Por su parte, el Monte Superior lidad artística.
ven con ella. de proporciones y formas consi-
deradas normales, es señal de la Si está normalmente desarrolla-
Si el Monte de Venus está po-
do, el Monte de Saturno reve-
co desarrollado, indica un importancia de los principios y
carácter independiente y, a la valores éticos y morales. Por el la seriedad en los juicios, men-
contrario, si está excesivamente talidad discreta, acción pruden-
vez, es señal de una constitu-
abultado: Revela la existencia te y gusto por el estudio.
ción física delicada.
de una personalidad de mal Un Monte de Saturno excesiva-
Por su parte, un Monte de Ve-
nus grande y abultado es señal carácter y ausencia de tacto en mente desarrollado indica un
el trato con los demás. carácter taciturno y melancóli-
de vitalidad física y mental. Si
co y denota, además, la actitud
el abultamiento es firme y des-
introvertida y depresiva de las
taca por su prominencia, indi- Monte de Júpiter
ca una personalidad de carác- personas.

S
ter pasional, preocupada por lo Si está escasamente abultado,
e encuentra situado en la simboliza lo cotidiano, lo co-
sexual. Si el abultamiento es
zona de nacimiento del rriente, el futuro ordinario y
blando y fofo, entonces indica
dedo índice y, por regla efímero.
volubilidad y proclividad a la
general, suele ser bastante abul-
excitación y a la agresividad.
tado en proporción al volumen
Pá gin a 44 S pe s Un ica

Monte de Apolo y rectas, al cual le han denomi- Monte de Luna normalmente


nado siempre los quirománticos desarrollado indica intuición,

E
con el nombre de "estigma del perspicacia y sensibilidad artís-
l Monte de Apolo se médico". En realidad se trata, tica; también representa el re-
encuentra situado en la también, de las líneas llamadas surgimiento del mundo ideal,
zona aledaña a la base
del matrimonio, las cuales cor- romántico y estético.
del dedo anular, o dedo del tan horizontalmente el Monte
Sol, y, por lo general, su abul- El Monte de la Luna excesiva-
de Mercurio, y lindan con las mente desarrollado guarda rela-
tamiento se detecta a simple líneas de los hijos; éstas, arran-
vista, sin necesidad de palpa- ción con las posturas excéntri-
can verticalmente de la base del cas e infrecuentes. Representa,
ción o meticulosas averigua- Monte de Mercurio, y se pro-
ciones táctiles. asimismo, la capacidad para la
yectan a lo largo del nacimiento introspección.
Cuando el Monte de Apolo del dedo meñique.
aparece tan cercano al Monte Si se presenta como escasa-
Monte de Mercurio normalmen- mente abultado, revela la falta
de Mercurio que resulta difícil te desarrollado es señal de un
deslindar las fronteras de cada de imaginación y la pobreza
carácter dicharachero, extraver- mental. Advierte, además, so-
uno de ellos, refuerza su sim-
tido, animado y alegre. bre la existencia del engaño y
bolismo y revela la existencia
de tendencias artísticas. Si el Monte de Mercurio está las actitudes plenas de fanatis-
excesivamente desarrollado, mo y rigidez.
Un Monte de Apolo normal- representa la fuerza del materia-
mente desarrollado revela una lismo, el fluir del enredo y el
gran capacidad intuitiva, la
resurgimiento de las complica-
fuerza del talento, la inteligen- ciones en todos los aspectos.
cia despierta, el saber selectivo Revela, además, la existencia de
y el gusto por lo artístico y lo la mentira y el engaño, así como
estético. También es indicio de
el desprecio por las opiniones
la necesidad de compasión y
ajenas.
expresa la buena suerte y el
talante apacible y afable. Un Monte de Mercurio escasa-
mente abultado indica carencia
El Monte de Apolo excesiva-
de estímulos y alicientes para
mente abultado indica la ten- actuar. Representa el fracaso, la
dencia a vivir la vida de una
tristeza y la apatía generalizada.
manera lúdica, como si de un
juego se tratara, y, sobre todo,
revela la preponderancia del Monte de la Luna
hedonismo y la alegría sobre

S
la austeridad y el sacrificio.
e encuentra situado en la
Cuando es escasamente abul- parte inferior de la palma,
tado hace mención a la exis- por debajo del Monte de
tencia de actitudes frívolas, Mercurio, y en línea vertical con
que rozan la estupidez y el éste. El Monte de la Luna es
desatino. Por lo general, es uno de los más voluminosos y
señal de carencia de alicientes, abultados, por lo que se puede
y de falta de sensibilidad crea- apreciar a simple vista con rela-
tiva. tiva facilidad. Por lo general, el
Monte de la Luna guarda rela-
Monte de Mercurio ción con los planos intuitivo e
imaginativo; también se le aso-
cia con la fantasía y con la acti-

O
cupa la zona situada vidad mística. A veces, el Monte
en la base del dedo de la Luna es tan extenso que
meñique, o dedo de puede llegar a juntarse con el
Mercurio, y, por lo general, Monte de Venus, en cuyo caso
su abultamiento aparece cruza- simboliza el exceso de apasiona-
do por un haz de líneas cortas miento.
Pá gin a 45 S pe s Un ica
Pá gin a 46 S pe s Un ica

,
Por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella

¿
Está usted sano y salvo, * miento del poder sanador del
amigo mío? Preocupado cura, sin duda una gran persona-

A
me tiene en su nueva eta- lidad. Lo mejor de la película
pa de impetuosa juventud. Si lejandro Doria es un son bastantes escenas y el final
sólo es aislamiento enamorado, fenómeno, un creador de en el que en un encuentro con la
feliz he de sentirme, mas si algo televisión, cine y teatro mujer que le ayuda y le ama
turbio le acosa, por mínimo que con una capacidad de trabajo de platónicamente cuenta su des-
fuere, le suplico me lo haga sa- lo más variopinta. Hizo de todo. graciada vida de niño.
ber. Impresionante. A mí lo que más
me gusta de Alejandro Doria es También conmueve ver a Duilio
Un saludo cordial de quien le su pasión por el melodrama, tan- Marzio con la cara llena de ele-
desea lo mejor con sincero to en el género más popular co- gantes arrugas y el porte distin-
afecto, mo la telenovela como en el cine. guido de siempre en el papel de
Hor de Madrid. un resbaladizo obispo. A los
Una de sus películas que más me demás actores no los conozco y
ha emocionado (y que vi en un son muy buenos. A Graciela
Posdata: ayer conversé mucho cine de Madrid junto a un crítico Borges en los 70 la intelligentzia
con usted tras ver Las manos, la de cine, compañero mucho ma- del cine la adoraba, y a mí me
película que mi admirado Ale- yor que yo, ya fallecido, que llora- repateaba: tan pija, tan estática,
jandro Doria realizó sobre el ba al final) es Darse cuenta, una de tan guapa como sosa, nunca
fenómeno del Padre Mario las pocas veces que me gustó Luis entendí su éxito. Sin embargo,
Pantaleo. Brandoni, con una Dora Baret ahora mayorcita es otra cosa;
fenomenal y una de esas colabo- también me gustó en una come-
Creo que usted no tiene en bue- raciones magistrales de China
na estima al célebre director, yo dia con Gasalla.
Zorrilla. Temas límites: la miseria,
le aprecio mucho por su dedica- el amor no correspondido, y en
ción plena y rica en matices al este caso, sobre todo, un tipo con H. O. R.
melodrama, un género muy las piernas destrozadas que está
despreciado por la intelligentzia deprimido y no quiere hacer el
nacional. doloroso esfuerzo de ponerse en *
movimiento en la rehabilitación, y

M
H. O. R. entonces un médico con su pro- irá, justamente Darse
pia vida destrozada y cobrando cuenta es una película
una mierda en el hospital, se de- de Doria que menos
* dica full time al enfermo, le exige, me gustó, jajaja. El libro y el
le maltrata, hace lo que sea para guión son muy buenos, pero me

S
í, que le tengo mucha empujarle a luchar por la vida y pareció pareja y tremendamente
estima a Doria, que no no dejarse vencer por la adversi- sobreactuada; una de esas pelí-
solo ha hecho grandes dad. Y claro, cómo no vas a llorar culas en que los personajes
películas, como "Esperando la cuando llega la escena final en "dicen cosas", además, muy
carroza" también ciclos de TV que el muchacho, después de dar tópico del cine argento.
que quedan en la memoria, un muchos pasos agarrado, se lanza A mí Brandoni me gusta como
capo total. No vi Las manos, solo a caminar y cuando va a ca- comediante, no en drama.
sobre un caso muy famoso, el erse le sostiene el médico en un Del cine de Doria me han gusta-
del Padre Mario, que jamás oí a gran abrazo. Sólo con esa película do más Cien veces no debo
nadie atreverse a poner en du- le doy por consagrado. (comedia); Sofía (con una exqui-
da, y que estaba bastante dejado En esta otra del padre Mario se sita Dora Baret); Esperando la
de la mano de la Iglesia, tengo resiente por el tono de vida de carroza (desde ya), Los pasajeros del
entendido. santo sin contradicciones. Pero, jardín, Los miedos (de lo que salió
claro, la hace con el aval de per- el ciclo de TV); La isla. Como
sonajes que todavía viven, y segu- sea, Doria es un genio. Darse
R. L. ramente bajo su propio convenci- cuenta es la que menos me gustó,
Pá gin a 47 S pe s Un ica

lo que no le resta mérito. ¿Y por qué digo descabezar a la la señora que organizó el en-
La del Padre Mario no la vi; me policía?, porque nadie niega el cuentro. Estuvo bien de vinos y
decís que te molestó lo de la derecho de la policía como labu- aperitivos porque la chica tardó
santificación del protagonista, rantes, y en una estructura verti- en llegar y la mujer pagó todo.
bueno, pero es biográfica, posi- calista y agremiada, tienen que OK. Cuando llegó habló como
blemente no se le haya encon- ser ellos quienes velen por sus una máquina y yo creí que esta-
trado mácula ni prontuario, jaja- derechos y hagan sus reclamos ba un poco mal de la olla, pero
ja, tengo entendido que efectiva- por los canales correspondien- eso es bastante normal, no me
mente este hombre era muy tes. Ojo, que los que están mal preocupa, pero una hora y pico
especial, casi un santo, al mar- de sueldos son los policías rasos, después ya estaba analizando lo
gen de que, entiendo a lo que no los comisarios ni jefes de que me contaba y le hacía un
vas, pero quizás sencillamente policía, que tienen sus negocia- plan de trabajo para corregirle el
este hombre no haya tenido dos con el narcotráfico y la texto, darle sugerencias y editár-
dobleces. prostitución, entre otras. selo, pero que hasta que no tu-
Es verdad lo que decís, Graciela Además que a ellos les conviene viera una copia sobre la mesa
Borges se ha ido volviendo una tener los ánimos caldeados ahí no podría hablarle de precio. Y
gran actriz con el tiempo. Sí, vi abajo, porque después de todo, en esas que me dice: No puedo
también esa película que decís, nunca dejaron de despreciar a la darte nada porque nada está
con Antonio Gasalla, la historia democracia. Sigue habiendo escrito. Ja. Resultaba tener toda
de unos hermanos ya maduros, mucha cosa ideológica en juego, la novela en la cabeza y en bo-
con una relación bastante con- al margen de los derechos y las rradores sueltos, sin orden ni
flictiva. Me pareció que a la his- injusticias. ¿Sabés cuanto cana concierto. Trabajaba en no sé
toria le faltó un poco de vuelo, resentido estaría orgulloso de qué y a cada rato tomaba nota
pero las actuaciones, geniales. que se le encomiende ser el que de las maravillosas ideas que se
le ponga una bala entre ojo y ojo le ocurrían. Nada. Pero se iba
a Cristina? Además que han vis- agregando gente del rrioba y así
R. L. to mucha película de Rambo, me presentan a un tipo bastante
ponele. grande y bien formado, sereno,
* que resultó ser Policía Nacional,
R. L. la principal en litigio siempre

A
con las policías menores de las
sín son las cosas, a ve-
Comunidades, etc. Entonces se
ces de acuerdo, a veces * puso a contar cosas, proble-
no, ¿vio, don Roberto?
mas... y de pronto me quedé de
Los miedos me gustaría verla, tie-

V
piedra cuando me cuenta lo
ne un gran reparto y se hizo en oy entendiendo la cosa,
difícil que es poner en vereda a
los últimos años de la dictadura. y me tranquiliza más,
"los malos" (sic) porque el juez
Intentaré bajarla. porque en este panora-
está hasta arriba de expedientes
ma no puede haber una mano
y si no son asuntos graves los
poderosa en la economía que
H. O. R. deja sueltos pero uno sabe que
aproveche esta circunstancia: a
el tipo es un malo, que vende
ningún sector puede interesarle
droga cerca de los colegios, y
* la amenaza de la tropa. Antes se
entonces le pego un susto para
la jugaban por la amenaza de los
que el malo no vuelva por ahí, y

S
jefazos, pero la tropa policial ni
í, bueno, como Cristina es que si no pones de tu parte
militar nunca se levantó, creo
dijo en su día, ellos tienen los malos se multiplican y nues-
yo. Esto de que han visto mu-
la obligación de ser opti- tra misión se esfuma.
cho Rambo tiene guasa pero es
mistas. Anoche ella jugó de po- así de dramático. El tipo hablaba bien, tenía cul-
licía mala, ahora a Capitanich le tura, le gustaba leer, y su cuerpo
Hace unos meses tuve un en-
toca hacer de policía bueno. De bien formado era porque iba al
cuentro de humor absurdo. Una
la Sota se dejó torcer el brazo en gimnasio cuatro días a la sema-
tallerista bastante pirada insistió
Córdoba, eso es debilitar la de- na, gimnasio que, con los recor-
en presentarme a una chica que
mocracia. Ahora hay que nego- tes, se lo ha de pagar él, etc.
quería consultarme sobre una
ciar lo mejor que se pueda y Pero ahí tenés, el Vieron Ram-
novela sobre la mafia. Allí fue,
después descabezar a la policía y bo, ponele.
suspirando por un currito. La
arrancar de nuevo. H. O. R.
cita se dio en un bar habitual de
Pá gin a 48 S pe s Un ica

El arte de John W. Waterhouse


Pá gin a 49 S pe s Un ica
Pá gin a 50 S pe s Un ica

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Pá gin a 51 S pe s Un ica

Horóscopo de marzo
marzo, por Roberto Langella
Aries a
Mes de cumpleaños para los del
enamoramiento, para disfrutar en
pareja. Excelente temporada para
escritores y para el aprendizaje
parientes. Después del 21, en
el hogar. Cuidado con gastar
mucho en diversión y placeres.
técnico.
primer decanato. A partir del día Cuidado con los accidentes
19 se hallarán un tanto ensimis- domésticos y las discusiones
mados pero es un mes para dis-
frutar mucho de las amistades, sin
embargo podrían tener muchas
Virgo f
Un mes para disfrutar mucho de
con aquellos con quienes se
convive.
discusiones con la pareja. la pareja. Para los empleados, un

Tauro b
trabajo fácil y agradable (las muje-
res, a cuidar su salud e higiene
genital). Posibilidad de gran acti-
Acuario k
vidad financiera, ganancias y gas- La atención mayormente pues-
Comienzan el mes con amistades ta en el tema de las ganancias.
tos.
y proyectos, hacia el día 21 se Asimismo, durante todo el
hallarán más ensimismados.
Disfrutarán de la profesion.
Cuidado con accidentes
domésticos y cuidense de los
Libra g
Un mes de mucho trabajo, pero
mes se hallarán muy románti-
cos y enamoradizos. Mucha
actividad relacionada con lo
dolores de cabeza también de muchos placeres. Hay extranjero, viajes en coche, o
una concentración de energías mucha actividad intelectual

Géminis c que deberá ser bien canalizada,


realicen deportes.
superior.

Problemas con todo aquellos que


represente autoridad, hasta el día
21, luego, posibles peleas con Escorpio h Piscis l
amigos. Satisfacciones provenien- Un mes de mucha recreación y Mes de cumpleaños para la
tes del extranjero o de actividades actividad creativa, mayor necesi- mayoría de este signo. Hasta el
artísticas. Se recomienda realizar dad de concentración en el traba- día 18 se hallarán un tanto
deportes, para canalizar un exceso jo, a partir del día 21. Embelleci- ensimismados, poco comuni-
de energías miento del hogar. Hay una repre- cativos, igualmente en lo emo-
sión de energías que debe ser
cional se encontrarán algo dis-
Cáncer d
La atención puesta en asuntos
bien canalizada, se recomienda
realizar ejercicio físico. tantes, fríos. De cualquier ma-
nera, pueden disfrutar de mu-
cha actividad sexual, quizás un
extranjeros, científicos o filosófi-
cos, hasta el día 21, luego, posi-
bles problemas con la autoridad.
Sagitario i
La atención mayormente puesta
tanto desapegada de las emo-
ciones.
Disfrutarán mucho de la sexuali- en asuntos de hogar. Buena rela-
dad. Cuidado con los accidentes y ción con hermanos y parientes,
discusiones domésticas con aque- muy buena época para escritores
llos con quienes se convive. de literatura fantástica. Se reco-
mienda practicar deportes.

Leo e
También un mes de mucha Capricornio j
sexualidad, hasta el día 21, en que La atención puesta en el entorno
la atención se vuelca más a lo inmediato, en los hermanos y
filosófico y científico. Un mes de
Pá gin a 52 S pe s Un ica

Sumario de los números anteriores


(La lista completa de números anteriores la hallarán aquí).
.
Revista Spes Unica nº 18 - Abril 2012
(Comprar versión impresa)
Contenido: 29 de febrero, perdón y después (Roberto Langella); Noticias del mundillo literario; La juventud (Yoselem
Divincenzo); El huésped de Drácula (Bram Stoker); Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astro-
logía (Armando Rey); Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas (Mary Paz Reyes Peña); Las acólitas de Carrie
Bradshaw (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Los signos del zodiaco en la historia: Cáncer; De la
musa al poeta / Pecado / Desterrada / La muerte le sienta bien (María Ester Rinaldi); Misceláneas interrumpidas
(Otheguy Riveira-Langella); El arte de Pilar Giménez Bret; Onomancia; Horóscopo.

Revista Spes Unica nº 19 . Mayo 2012


(Comprar versión impresa)
Contenido: De atenuantes y agravantes (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; La madurez (Yoselem
Divincenzo); El huésped de Drácula (Bram Stoker); Malvinas en Madrid (Guillem de Rubenhor); Ideas y bosquejos para
una filosofía y una hermenéutica de la astrología (Armando Rey); Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas
(Mary Paz Reyes Peña); Los poetas malditos (Roberto Langella); El Astrólogo y la Tarotista (Ñapi); Grandes poemas
muy breves en español del siglo XX (Jorge David Alonso Curiel); Los signos del zodiaco en la historia: Leo; Compu-
manía (Mary Paz Reyes Peña); Misceláneas interrumpidas (Otheguy Riveira-Langella); El arte de Eva Besnyö; Onomancia;
Horóscopo.

Revista Spes Unica nº 20 - Junio 2012


(Comprar versión impresa)
Contenido: Las flechas del tiempo, la aljaba de la edad (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El hués-
ped de Drácula (3º parte), por Bram Stoker; Norman Cousins, la risa es cosa seria, por Guillem de Rubenhor; El suicida,
por Enrique Anderson Imbert; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (8º parte), por
Armando Rey; Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Acerca de las naturaliza-
ciones, por Roberto Langella; La poesía de Charles Bukowski, por Jorge David Alonso Curiel; Admirable, por Fabiana
Villafañe; El Astrólogo y la Tarotista; Los signos del Zodíaco en la Historia (Virgo); Golpes bajos, por María de la Paz
Reyes Peña; Garganta de sombras, por María Ester Rinaldi; Tom Traubert’s Blues, por Tom Waits; Misceláneas inte-
rrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Edward Hooper; Onomancia; Horóscopo.

Revista Spes Unica nº 21 - Julio 2012


(Comprar versión impresa)
Contenido: Noche de horror (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El huésped de Drácula (última
parte), por Bram Stoker; Margarita Landi, señora del crimen, por Guillem de Rubenhor; Ideas y bosquejos para una filo-
sofía y una hermenéutica de la astrología (9º parte), por Armando Rey; Se me cayeron las alas; Divagaciones pelotu-
das, por María de la Paz Reyes Peña; Escuchame, por Horacio Otheguy Riveira; Tres poetas españoles que apuestan por la
claridad, por Jorge David Alonso Curiel; El Astrólogo y la Tarotista; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy
Riveira y Roberto Langella; Princesitas muertas, por Thomas Czarnecki; Los signos del zodiaco en la historia (Libra); Los
viejos de mierda, por Roberto Langella; Onomancia; Horóscopo.

Revista Spes Unica nº 22 - Agosto 2012


(Comprar versión impresa)
Contenido: Cortinas de humo (Reyes Peña-Langella); Noticias del mundillo literario; El marciano (1º parte), por Ray
Bradbury; No está escrito en ninguna parte, por Horacio Otheguy Riveira; La voz de un pueblo dormido, por Fabián
Gutiérrez Reyes; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Damas del crimen en primera línea de fuego,
Pá gin a 53 S pe s Un ica

por Guillem de Rubenhor; Ideas y bosquejos para una filosofía y una hermenéutica de la astrología (10º parte), por Ar-
mando Rey; Se me cayeron las alas; El Astrólogo y la Tarotista; Recordando “Nueve Reinas”, de Fabián Bielinsky,
por Jorge Alonso Curiel; Los signos del zodiaco en la historia (Escorpio); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Ot-
heguy Riveira y Roberto Langella; Pablo Scalise, de Llavallol para el mundo; Lo mejor (y lo peor) de Facebook; Onoman-
cia; Horóscopo.

Revista Spes Unica nº 23 - Septiembre 2012


(Comprar versión impresa)
Contenido: Vamos por todo, por Mary Paz Reyes Peña; Noticias del mundillo literario; El marciano (2º parte), por Ray
Bradbury; Suzanne Leperrier, la trapèziste, por Horacio Otheguy Riveira; Ideas y bosquejos para una filosofía y una her-
menéutica de la astrología (11º parte), por Armando Rey; La pareja perfecta del siglo XXI (1º parte), por Simón Domín-
guez Barahona; Se me cayeron las alas; Poesía (El descubrimiento / De Dios / Él (Yo) / Resurgir primario / Miseran-
do), por Daniel Grustán Isabela; Divagaciones pelotudas, por Mary Paz Reyes Peña; Lesiones del buen escribir, por Ro-
berto Langella; El astrólogo y la tarotista, por Ñapi; Súbitos (El último suspiro de Narciso Ibáñez Menta), por Guillem
de Rubenhor; Los signos del zodiaco en la historia (Sagitario); Tumbas de la gloria, por Fito Páez; Misceláneas inte-
rrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; La escultura hiperrealista de Ron Mueck; Lo mejor de Face-
book; Lo peor de Facebook ; Onomancia; Horóscopo

Revista Spes Unica nº 24 - Octubre 2012


(Comprar versión impresa)
Editorial, por María de la Paz Reyes Peña; Dos años, por Roberto Langella; Noticias del mundillo literario; El mar-
ciano (última parte), por Ray Bradbury; Súbitos (Cuando ellas se desnudan), por Guillem de Rubenhor; La pareja
perfecta del siglo XXI (última parte), por Simón Domínguez Barahona; Ideas y bosquejos para una filosofía y una
hermenéutica de la astrología (última parte), por Armando Rey; Se me cayeron las alas; La Pastora / Florencio: el
maquis hermafrodita, por Horacio Otheguy Riveira; Poesía, por Daniel Grustán Isabela (El ayeante primigenio, En
menos de un millón de años, Tú que me lees); Lesiones del buen escribir, por Mary Paz Reyes Peña; Lesiones del
buen escribir 2, por Roberto Langella; Divagaciones pelotudas, por Mary Paz Reyes Peña; Divagaciones pelotudas 2,
por Roberto Langella; El Tarot de la Tarotista, por Ñapi; Los signos del zodiaco en la historia (Capricornio); Mis-
celáneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Scott Davidson; Lo Mejor de
Facebook; Lo peor de Facebook; Onomancia; Horóscopo; Sumario de números anteriores.

Revista Spes Unica nº 25 - Noviembre 2012


(Comprar versión impresa)
Editorial, por Roberto Langella; Calaverita para mi flaco, por María de la Paz Reyes Peña; Introducción a Gritos
desde el Hades, por María de la Paz Reyes Peña; Semillas, por Jorge Dossi; Aventuras de una tarotista alocada (Los
trabajos negros de Gina), por María de la Paz Reyes Peña; María de la Paz en Veracruz, por Horacio Otheguy Rivei-
ra; Poesía (Qué dirías / Vivir / Descubrimiento / Lo gris / Los villanos / Una promesa), por María de la Paz Reyes
Peña; Poesía (Canción de amor para Mary Paz / A Mary Paz / Ouroboros consumada / Inventario / Escribir tu
nombre con sangre), por Roberto Langella; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; La galería de
arte del Astrólogo y la Tarotista, por Ñapi; El Facebook de Mary Paz; Lo efímero y lo perdurable, por Roberto Lan-
gella y María de la Paz Reyes Peña; Los signos del zodiaco en la historia (Acuario); Onomancia ; Horóscopo ; Suma-
rio de los números anteriores.

Revista Spes Unica nº 26 - Diciembre 2012


(Comprar versión impresa)
Seguir viviendo sin tu amor, por Roberto Langella; Noticias del mundillo literario; Los amantes, por Julio Cortázar;
Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (1º parte), por Jorge Luis Borges; El fantasma de la tía Guillermina, por Horacio Ot-
heguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amargo (1º parte), por Chabela Ximénez; Divagaciones pelotudas, por
María de la Paz Reyes Peña; Poesía, por Daniel Grustán Isabela; Se me cayeron las alas (parte 11); Sobre la astrología
predictiva, por Eloy R. Dumond; Lesiones del buen escribir, por Roberto Langella; El Elegido, por María de la Paz
Reyes Peña (1962-2012), por Guillem de Rubenhor; Esperando a Godot, por Ñapi; Misceláneas interrumpidas, por
Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Bruno Torfs; Lo mejor de Facebook; Los signos del zodia-
co en la historia (Piscis); Onomancia; Horóscopo; Sumario de los números anteriores.
Pá gin a 54 S pe s Un ica

Revista Spes Unica nº 27 - Enero 2013


(Comprar versión impresa)
Editorial; La soledad, por Bersuit Vergarabat; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (2º parte), por Jorge Luis Borges; Tres cerve-
zas, dos tintos y un vermouth con ginebra, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (2º parte),
por Chabela Ximénez; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Poesía, por Daniel Grustán Isabela; Se me
cayeron las alas; Lesiones del buen vivir, por Roberto Langella; Valientes mujeres con pene, por Guillem de Rubenhor;
Los signos del horóscopo chino (Rata); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El
arte de Winsor McCay; Escritoras; Esperando a Godot, por Ñapi; Onomancia; Horóscopo; Sumario de números
anteriores.

Revista Spes Unica nº 28 - Febrero 2013


(Comprar versión impresa)
Contenido: Editorial; Hic et Nunc, por Julio Cortázar; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (3º parte), por Jorge Luis Borges; Deja
que te enseñe, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (3º parte), por Chabela Ximénez; Diva-
gaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Poesía, por Daniel Grustán Isabela; Se me cayeron las alas; Lesiones
del buen vivir, por Roberto Langella; El silencio de Lorna, por Guillem de Rubenhor; Los signos del horóscopo chino
(Búfalo); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Cristian Kocak; Esperan-
do a Godot, por Ñapi; Onomancia; Horóscopo; Sumario de los números anteriores.

Revista Spes Unica nº 29 - Marzo 2013


(Comprar versión impresa)
Contenido: Editorial; Se apaga la vista, por Arseni Tarkovski; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (4º parte), por Jorge Luis
Borges; Laureano y Eleonora, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (4º entrega), por Chabela
Ximénez; Divagaciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Poesía, por Daniel Grustán Isabela; Se me cayeron las
alas; Lesiones de astrología, por Roberto Langella; Médicos, enfermos y payasos, por Guillem de Rubenhor; El arte como
ansia de lo ideal (1º parte), por Andrei Tarkovski; ¿Quimecontás?, por Mariano Liebana; Los signos del horóscopo
chino (Tigre); Batman desencadenado (1º entrega), por Oscar Ramentev; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Ot-
heguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Erwin Olaf; Esperando a Godot, por Ñapi; Onomancia; Horóscopo; Suma-
rio de números anteriores.

Revista Spes Unica nº 30 - Abril 2013


(Comprar versión impresa)
Contenido: Editorial; Soneto 126, por Lope de Vega; Tlön, Uqbar, Orbis Tertius (última parte), por Jorge Luis Borges;
La visitante, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (5º parte), por Chabela Ximénez; Divaga-
ciones pelotudas, por María de la Paz Reyes Peña; Se me cayeron las alas; Lesiones del buen vivir, por Roberto Langella;
Magníficos borrachos con su placentera amargura, por Guillem de Rubenhor; El arte como ansia de lo ideal (2º parte),
por Andrei Tarkovski; Las Horaciones de Horacio, por Horacio Otheguy Riveira; ¿Quimecontás?, por Mariano Liebana;
Los signos del horóscopo chino (Gato); Batman desencadenado (2º parte), por Oscar Ramentev; Misceláneas inte-
rrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Sven Fennema; Onomancia; Horóscopo; Sumario
de los números anteriores.

Revista Spes Unica nº 31 - Mayo 2013


(Comprar versión impresa)
Contenido: Editorial; Parad los relojes, por W. H. Auden; Seco estudio de caballos, por Clarice Lispector; No escaparás
de ésta, por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (6º entrega), por Chabela Ximénez; Marie Mo-
llins, funámbula, por Guillem de Rubenhor; Se me cayeron las alas; El arte como ansia de lo ideal (3º parte), por Andrei
Tarkovski; Las horaciones de Horacio, por Horacio Otheguy Riveira; ¿Quimecontás?, por Mariano Liebana; Los signos
del horóscopo chino (Dragón); Batman desencadenado (3º entrega), por Oscar Ramentev; Misceláneas interrumpidas,
por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Dan Mountford; Horóscopo; Sumario de números anteriores.

Revista Spes Unica nº 32 - Junio 2013


Contenido: Editorial; El murciélago rubio, por Spencer Holst; Serafín y sus mujeres, por Horacio Otheguy Riveira; La
euforia, por Roberto Langella; Canelita o el paso de azúcar amargo (7º entrega), por Chabela Ximénez; Una historia de
amor que viaja en tren, por Guillem de Rubenhor; Se me cayeron las alas; El arte como ansia de lo ideal (última parte),
Pá gin a 55 S pe s Un ica

por Andrei Tarkovski; Las horaciones de Horacio, por Horacio Otheguy Riveira; ¿Quimecontás?, por Mariano Liebana;
Los signos del horóscopo chino (Serpiente); Batman desencadenado (4º parte), por Oscar Ramentev; Misceláneas inte-
rrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Maya Kulenovic; Horóscopo; Sumario de núme-
ros anteriores.

Revista Spes Unica nº 33 - Julio 2013


Contenido: Editorial; No es fácil enamorarse de una mujer que tiene freezer, por Juan Sasturain; La noche de los feos,
por Mario Benedetti; El hombre del traje gris, por Horacio Otheguy Riveira; ―Tom Waits. Conversaciones, entrevistas y
opiniones‖, de Mac Montandon, por Roberto Langella; Canelita o el paso de azúcar amargo (8º entrega), por Chabela
Ximénez; Por qué no soy vegetariano (1º parte), por William T. Jarvis; Se me cayeron las alas; Las horaciones de Hora-
cio, por Horacio Otheguy Riveira; ¿Quimecontás?, por Mariano Liebana; Los signos del horóscopo chino (Caballo); El
otro lado (1º parte), por José Luis García Ortego; Batman desencadenado (4º parte), por Oscar Ramentev; Misceláneas
interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Antonio Berni; Horóscopo; Sumario de núme-
ros anteriores.

Revista Spes Unica nº 34 - Agosto 2013


Contenido: Editorial; La mala, por María de la Paz Reyes Peña; Aroma, sabor y sonrisa, por Horacio Otheguy Riveira;
Facepopular, la nueva red social latinoamericana, por Roberto Langella; El alacrán, por Elisa Pérez; Por qué no soy
vegetariano (2º parte), por William T. Jarvis; Canelita o el paso de azúcar amarga (9º parte), por Chabela Ximénez; Una
mujer fatal, por Guillem de Rubenhor; Amaría viajar en tren, por Roberto Langella; Traición inesperada, por Ana Riera; La
ceremonia de los peces, por Ana Riera; Se me cayeron las alas; El elegido, de María de la Paz Reyes Peña (1962-
2012), por Horacio Otheguy Riveira; El otro lado (2º parte), por José Luis García Ortego; ¿Quimecontás?, por Mariano
Liebana; Los signos del horóscopo chino (Cabra); Batman desencadenado (6º parte), por Oscar Ramentev; Misceláneas
interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Paolo Roversi; Horóscopo; Sumario de los
números anteriores

Revista Spes Unica nº 35 - Septiembre 2013


Editorial; La decadencia de la amistad, por Alejandro Dolina; Una visión extraordinaria, por Horacio Otheguy Riveira;
Sobre el feminismo y otras militancias, por Roberto Langella; Por qué no soy vegetariano (3º parte), por William T.
Jarvis; Mancha de vino rojo, por Chabela Ximénez; Tom Ripley, el gran amor de Patricia Highsmith, por Guillem de
Rubenhor; Se me cayeron las alas; Las horaciones de Horacio, por Horacio Otheguy Riveira; El otro lado (última parte),
por José Luis García Ortego; Apareció María Teresa, la protagonista (real) de un corto de ficción, por Roberto Langella;
Textuales; Prohibido fumar, por Chabela Ximénez; ¿Quimicontás?, por Mariano Liebana; Los signos del horóscopo
chino (mono); Batman desencadenado (6º entrega), por Oscar Ramentev; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Ot-
heguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Otto Dix; Horóscopo; Sumario de números anteriores

Revista Spes Unica nº 36 - Octubre 2013


Editorial; Llorar a lágrima viva, por Oliverio Girondo; El misterio de Guadalupe Cisneros, por Horacio Otheguy Riveira;
El duelo, por Roberto Langella; Viscosa realidad, por Elisa Pérez; Por qué no soy vegetariano (4º parte), por William T.
Jarvis; Canelita o el paso de azúcar amarga (10º entrega), por Chabela Ximénez; Una Málaga entre velas, por Paula Al-
fonso; Se me cayeron las alas; Francisco González Ledesma: novela negra en las calles de Barcelona, por Guillem de
Rubenhor; El hombre evidente, por José Luis García Ortego; Los libros, por María de la Paz Reyes Peña; Bienvenidos al
paisaje de mar con olivos, por Horacio Otheguy Riveira; ¿Quimicontás?, por Mariano Liébana; Los signos del horóscopo
chino (Gallo); Batman desencadenado (7º entrega), por Oscar Ramentev; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Ot-
heguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Alexander Bolotov; Horóscopo ; Sumario de números anteriores

Revista Spes Unica nº 37 - Noviembre 2013


Editorial; La hormiga, por Marco Denevi; Paciencia limitada, por Guillem de Rubenhor; La cabina número cuatro, por
Ana Riera; 3 breves, por Roberto Langella; Viaje en autobús, por Paula Alfonso; Por qué no soy vegetariano (última par-
te), por William T. Jarvis; Canelita o el paso de azúcar amarga (11º entrega), por Chabela Ximénez; La mujer en llamas,
por Horacio Otheguy Riveira; Se me cayeron las alas; La religión, por María de la Paz Reyes Peña; La prueba, por Elisa
Pá gin a 56 S pe s Un ica

Pérez; ¿Quimicontás?, por Mariano Liébana; Los signos del horóscopo chino (Perro); Batman desencadenado (8º par-
te), por Oscar Ramentev; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Juha Hel-
minet; Horóscopo; Sumario de números anteriores.

Revista Spes Unica nº 38 - Diciembre 2013


Editorial; ¿Así que quieres ser escritor?, por Charles Bukowski; Doble vida, por Gisela Courtois; Al doblar una esquina,
por Roberto Langella; Los novios, por María de la Paz Reyes Peña; Personas sin sentimientos, por José Luis García Ortego;
La mujer en llamas (capitulo 2), por Horacio Otheguy Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (12º entrega), por
Chabela Ximénez; Se me cayeron las alas; Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013, por Guillem de Rubenhor; Textua-
les; Coquetería fingida, por Elisa Pérez; ¿Quimicontás?, por Mariano Liébana; Los signos del horóscopo chino (Jabalí);
Batman desencadenado (última parte), por Oscar Ramentev; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y
Roberto Langella; El arte de Kai Fagerström; Horóscopo; Sumario de números anteriores.

Spes Unica nº 39 - Enero 2014


Editorial; Cuestión de tiempo, por Gisela Courtois; El asesino, por Oscar Ramentev; La mujer en llamas (capítulo 3), por
Horacio Otheguy Riveira; El misterio de la cama de las rosas talladas, por Chabela Ximénez; Se me cayeron las alas; Festín
de señorita, por Guillem de Rubenhor; Silencio roto, por Elisa Pérez; Otra vez Gricel (1º entrega), por Roberto Langella;
¿Quimicontás?, por Mariano Liébana; Prácticas adivinatorias extrañas: La frenología; La astrología, eso en lo que (no)
todos creen, por Roberto Langella; Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de
Alessandro Bavari; Horóscopo; Sumario de números anteriores

Spes Unica nº 40 - Febrero 2014


Editorial; Al oído, por Alfonsina Storni; Los sabios, por Oscar Ramentev; Hasta siempre, Juan Gelman, por Horacio Ot-
heguy Riveira; Poesía de Juan Gelman (1930-2014); Funciones yoicas, por Gisela Courtois; Otra vez Gricel (2º parte),
por Roberto Langella; El hombre del anorak, por Paula Alfonso; La mujer en llamas (capítulo 4), por Horacio Otheguy
Riveira; Canelita o el paso de azúcar amarga (13º entrega), por Chabela Ximénez; Se me cayeron las alas; Micromachis-
mos: El poder masculino en la pareja ―moderna‖ (1º parte), por Luis Bonino; ¿Quimicontás?, por Mariano Liébana;
Romance de la mujer bella y el escultor, por Roberto Langella; Prácticas adivinatorias extrañas: La quiromancia (1º
parte); Misceláneas interrumpidas, por Horacio Otheguy Riveira y Roberto Langella; El arte de Gustav Doré; Horóscopo;
Sumario de números anteriores

El Astrólogo y la Tarotista (edición única y definitiva)


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La estructura del curso es modular, mensual y correlativa; esto significa que el alumno adquirirá por
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recibiendo un apunte de contenidos. La correlatividad de nuestras clases apunta a que nadie podrá
"saltearse" módulos, ni obviar algunos de los primeros, aunque se contara con conocimientos previos.
Sin embargo, las clases serán individuales y el alumno sí podrá "saltearse" meses de asistencia, sin
perder la correlatividad; es decir, al regresar al curso, hubiera pasado el tiempo que fuere, retomará
desde el mismo punto donde lo dejó.
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entonces el certificado de asistencia al curso, y de reconocimiento del egresado como astrólogo.
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Todas las clases serán dictadas por Roberto Langella


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Carátula personalizada para ir encarpetando los apuntes
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A la memoria de María de la Paz Reyes Peña (1962-2012)
Astro lógico Spesunica co-fundadora de esta revista y del consultorio astrológico
Spesunica. Por siempre.
A S T R O L O G Í A ,
T A R O T , P O E M A S , Spes Unica. Año 5 nº 41. Marzo de 2014
C U E N T O S Y O T R O S Editada por el Consultorio Astrológico Spesunica
C U E N T O S . . .
Dirección: Roberto Langella
Registro de Propiedad Intelectual: En trámite.
Impreso por Peecho B. V., Amsterdam, Nether-
lands
www.spesunicastrologia.com.ar
Diseño de tapa: Cristian Kocak
robertolangella@spesunicastrologia.com.ar Colaboran en este número: Horacio Otheguy Ri-
veira; Gisela Courtois; Eli Serebrenik; Mariano
Página de la revista en Facebook, aquí. Liébana; Chabela Ximénez; Guillem de Rubenhor;
Elisa Pérez; José Luis García Ortego; Oscar Ra-
Otros sitios de interés:
mentev.
Roberto Langella Faquin Blog
Las afirmaciones y opiniones vertidas en los artículos
Roberto Langella Faquin Poesía y textos son de exclusiva responsabilidad de quienes
los escriben.
Se prohíbe la reproducción total o parcial por cual-
quier medio de esta publicación, sin previa autoriza-
ción de la editorial.
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Un lugar de encuentro. Los números atrasados pueden ser obtenidos si-
guiendo este vínculo:
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¡Esperamos sus
colaboraciones!

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