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FIJO
FUENTE: www.gerencie.com
El artículo 46 del código sustantivo del trabajo tiene dicho que el contrato de
trabajo a término fijo debe siempre constar por escrito, de suerte que en principio
la prueba ideal de este tipo de contrato es precisamente una copia del contrato
mismo, sin perjuicio que se pueda probar de otra manera, como en efecto lo
permite el mismo artículo 54 del mismo código cuando dice que “La existencia y
condiciones del contrato de trabajo pueden acreditarse por los medios probatorios
ordinarios”.
Significa esto que no es requisito insuperable que se deba aportar una copia del
contrato de trabajo en el que por escrito conste su duración.
“En ese orden importa a la Corte revisar su posición frente a los efectos que venía
sosteniendo se derivaban del artículo 46 del Código Sustantivo del Trabajo en
cuanto a la prueba del contrato de trabajo a término fijo, pues, como es sabido, se
afirmaba mayoritariamente que la duración definida de la relación contractual no
podía ser demostrada en el proceso más que con el escrito contentivo del
convenio en tal sentido, muy a pesar de que el posterior artículo 54 del mismo
estatuto sustantivo, de manera inequívoca preceptúa que la existencia y
condiciones del contrato de trabajo pueden acreditarse por los medios probatorios
ordinarios.
Es cierto que para el contrato de trabajo a término fijo exige la ley, como una de
las excepciones que resulta a la regla universal de permanencia del contrato de
trabajo en virtud de los principios de estabilidad y continuidad que lo informan,
que dicha estipulación conste por escrito, esto es, que sea instrumentada o, en
otros términos, vertida documentalmente.
(…)
Es claro entonces que ante la imposibilidad de allegar una copia del contrato de
trabajo (que sería la ideal sin lugar a dudas), se podrá probar de variadas formas
que el término pactado fue fijo.
Aunque la ley laboral, artículos 37 y 38 del código sustantivo del trabajo, no han
contemplado expresamente que el contrato de trabajo a término fijo deba ser
escrito, la jurisprudencia ha considerado que cuando se trate de plazos fijos en la
duración de los contratos verbales, los acuerdos relativos a ello, deben constar
siempre por escrito, lo que equivale que el contrato a término fijo debe ser siempre
por escrito. [Cortes suprema de justicia, sentencia diciembre 16 de 1956].
Quiere decir esto que todo contrato verbal se debe entender que es indefinido y
como tal se debe tratar, en especial al momento de su liquidación.
Existe la creencia popular que un contrato de trabajo a término fijo que se renueve
muchas veces, se convierte en un contrato a término indefinido, lo cual es
absolutamente equivocado.
La ley laboral no contempló que un contrato de trabajo a término fijo renovado más
de X veces, se convirtiera en indefinido, y es más, de forma taxativa estableció la
posibilidad de que se renovara indefinidamente.
Contrato a término fijo. El contrato de trabajo a término fijo debe constar siempre
por escrito y su duración no puede ser superior a tres (3) años, pero es renovable
indefinidamente.
(…)
Un contrato de trabajo a término fijo sin liquidarse, puede ser convertido a término
indefinido. Veamos cuáles son las posibles consecuencias o implicaciones de esa
decisión.
En primer lugar hay que precisar que todo contrato puede ser modificado por las
partes que lo firmaron en todas las partes que lo conforman, y en el caso que nos
ocupa, no hace falta liquidar el primer contrato; es suficiente con incluir otro sí que
cambie la duración de fija a indefinida.
Consideramos que este supuesto sólo afecta dos conceptos muy puntuales: las
cesantías y la indemnización por despido injustificado.
Casi todos los conceptos de nómina son liquidados mensualmente, incluso las
cesantías, no obstante, las cesantías no se entregan directamente al trabajados
sino hasta que se liquide el contrato de trabajo.
Uno de los principios que la jurisprudencia y la misma ley laboral han venido
desarrollando, tiene que ver con la imposibilidad de desmejorar las condiciones
laborales del trabajador, por tanto, cualquier cambio que se haga en un contrato
de trabajo, debe realizarse bajo la premisa que no se deben desmejorar las
condiciones actuales de que goza el trabajador, a no ser que medie un expreso
acuerdo del trabajador, como suele suceder en algunas empresas que sufren
fuertes crisis económicas, donde los empleados aceptan cierta diminución de
privilegios en aras del bien común, pero ello es válido sólo en condiciones
excepcionales y por supuesto, con la aceptación del trabajador.
Aunque ya hemos tocado este tema, las dudas persisten entre algunos de
nuestros usuarios, por lo que intentaremos aclarar en qué momento un contrato de
trabajo a término fijo se puede convertir en un contrato a término indefinido.
El contrato de trabajo a término fijo está regulado por el artículo 46 del código
sustantivo del trabajo, que dice:
Contrato a término fijo. El contrato de trabajo a término fijo debe constar siempre
por escrito y su duración no puede ser superior a tres (3) años, pero es renovable
indefinidamente.
PAR. En los contratos a término fijo inferior a un año, los trabajadores tendrán
derecho al pago de vacaciones y prima de servicios en proporción al tiempo
laborado cualquiera que éste sea.
Lo primero que hay que resaltar para solucionar la inquietud que se plantea en
este documento, es lo que dice el primer párrafo del artículo 46 del código
sustantivo del trabajo: “…pero es renovable indefinidamente.”.
Esto significa que el contrato de trabajo a término fijo, que no puede tener una
duración superior a tres años, se puede renovar indefinidamente, luego cada vez
que se renueve, seguirá siendo un contrato a término fijo.
Así las cosas, si se ha firmado un contrato de trabajo con una duración de un año,
por ejemplo, se podrá renovar por infinidad de veces y siempre seguirá siendo un
contrato de trabajo a término fijo a un año.
Muchas empresas creen que con celebrar contratos por escrito a término fijo
inferiores a un año y de manera sucesiva con sus empleados cumplen con la ley; y
se eximen de cargas laborales como lo son el pago de vacaciones, la afiliación en
un fondo de cesantías, como al reconocimiento de los intereses de las cesantías
que merecen los trabajadores. Ambos elementos prestacionales consagrados en
la ley laboral Colombiana.
Para el caso de las cesantías, ya estudiamos que las mismas han de pagarse por
cada año de servicios o por fracción si es inferior, pero si el contrato se ejecuta en
el mes de enero corresponderá pagar sus intereses a un fondo de cesantías para
garantizar su rendimiento. Mientras que las vacaciones corresponden a 15 días de
salario por cada año laborado o fracción si se trabaja menos de 365 días.
Pues bien, cuando el empleador cree evadir estas dos obligaciones y no deja
vencer estos dos eventos, se generan las mismas obligaciones, puesto que en el
derecho laboral prima la "realidad frente a las formas" ,es decir ,que si se pacta
algo por escrito ,contractualmente no tendrá validez frente a lo que realmente
prime en las relaciones obrero-patronales. Situación muy diferente sucede en los
contratos de origen civil, puesto que en dichos negocios jurídicos el contrato es
ley para las partes. Para el caso en concreto, si el trabajador firma contrato a un
año y cada año el empleador engancha a su mismo trabajador bajo la misma
modalidad sin interrupción estaríamos frente a la figura de un contrato a término
indefinido, generándose las siguientes consecuencias: