El documento comienza describiendo la conducta típica que se encuentra en
nuestro código penal, en donde pone en énfasis el verbo rector “matar a otro” y el resultado que este representa en su realización con elementos subjetivos y objetivos. Luego se refiere al principio de culpabilidad “Nulla crime, nulla poena, sine culpa” sin duda uno de los mas importantes dentro de la doctrina jurídico penal en donde se condena solo a la persona que haya obrado con dolo o culpa, eximiendo los casos fortuitos. A pesar de que la culpabilidad ha sido criticada por es uno de los conformantes de del Derecho Penal propio de un Estado de derecho. En el punto número tres se refiere al tipo penal del homicidio, que es el delito contra la vida por excelencia, pero esta puede generar otras alternativas direccionales que pueden tener su fin en un dolo directo, dolo indirecto y dolo eventual todos estos conceptos buscan definir de diversas maneras los diferentes resultados del tipo penal y encontrar una solución razonable y justa para cada uno de ellos, aunque siempre se encuentren diversas opiniones y divisiones respecto del hecho ilícito y sus consecuencias. Debemos entender también que el delito en si está integrado de manera compleja por elementos de carácter subjetivo y objetivo, pero con una base esencial que es la culpabilidad y este debe ser el fundamento más importante a la hora de definir las penas. Respecto de lo anterior, determinar la culpabilidad ha sido uno de los temas más controversiales en diversas exposiciones doctrinales e interpretaciones de autores de reconocimiento como por ejemplo Alfredo Etcheberry que estima que este se funda en el reconocimiento de la dignidad humana y del hombre como un ser libre. En Chile el código penal ha establecido que son delitos las acciones u omisiones dolosas o imprudentes expresamente descritas en la ley. Hay dos doctrinas que hacen la diferenciación entre dolo eventual y culpa consciente. Primero esta la teoría de la probabilidad que estima que depende del limite que ha considerado el hechor para la realización del resultado. Para Mayer la persona que comete el delito tiene dolo respecto del resultado cuando sabe que la conducta, en las circunstancias dadas, ósea hacer que el resultado tenga su lugar. Luego conforme con la teoría de la aceptación, hay un elemento emocional, en donde se debe buscar si la persona pretendía contentarse con la realización del hecho típico o si se realizó con la confianza de que todo iba a resultar como lo planeaba. Según la Corte Suprema existe dolo eventual, cuando el sujeto se representa la posibilidad de un resultado que no se proponía causar; pero que en definitiva, lo acepta para el caso de que el evento llegara a producirse. Lo que entendimos de esto es que el individuo que realiza una determinada acción entro en la posibilidad de dañar a alguien y pese a que pudo evitarlo, continuo con su accionar. Luego en la preterintención, la persona dolosamente quiere producir un determinado resultado y provoca otro, de mayor gravedad que el pretendido, pero que se encuentra en la misma línea de gravedad, pero diverso que el que quería ocasionar. Por ejemplo: De Lesiones a Homicidio. De Lesiones leves a graves. El resultado causado es diferente al que quería el autor, pero del mismo índole que el que se pretendía causar, Manzini postula que el resultado debe ser del mismo genero o especie del interés jurídico