Você está na página 1de 1

Hijita vi el video a las 5:00 am de hoy.

Es cierto lloré amargamente al pensar que el Hijo de Dios hecho Hombre, fue
encarnizado como el peor criminal; pero El aguantó todo porque ese era el precio para salvarnos de la muerte eterna.
Respecto a la misma conmemoración que se hace en Huaraz con toda una semana de procesiones y con imágenes tan
artísticamente esculpidas, te digo que respeto las tradiciones; pero hubo un buen tiempo en que yo renegaba de las
mismas. La razón? Veía gente que iba a las procesiones; pero estaban conversando, “chismeando” y comentando cosas
de sus vidas cotidianas o rajando para el vecino. Parejitas donde el varón abrazaba a la chica rodeándola con sus brazos
por la cintura (caminando a la par, él por detrás de ella), niños juguetones… en fin “un paseo”. De rato en rato miraban
las imágenes y ponían caras de atormentados y casi al instante ya estaban nuevamente riendo y tratando que sus risas
no se escuchen.
Las mujeres ancianas cantando sus melodías desafinadas, con voces de lloronas contratadas. De allí viene el dichode
“lloronas del Viernes Santo”.
La verdad querida hijita, anduve con una cuestión de fe por un tiempo considerable. Ya no quería ir a las procesiones,
sentía que no tendría fuerzas para soportar tantas irreverencias y los agarraría a patadas.
La gente atropellándose unos a otros para estar al lado de la imagen principal “El Cristo”, las velas derritiéndose con el
riesgo de quemar cabellos largos o abrigos peludos.
La gente confunde muchas veces un aspecto importante: son imágenes sagradas; pero no son Santas; porque SANTO
solo es Dios y si somos católicos estamos convencidos que Dios es uno solo y son tres personas a la vez, esto es un gran
misterio para la mente humana. Entonces cuando Jesús preguntó a sus discípulos ¿Quién soy Yo?, Pedro al instante
respondió: “Tú eres Dios”. Por esto y tajantemente por esto, fue designado Piedra de la Iglesia, PEDRO, PETRUS, y el
portador de las llaves de los cielos.
Debemos respetar las imágenes porque nos recuerdan pasajes del martirio de Jesús-Hijo de Dios, Dios mismo, Uno de la
Santa Trinidad; pero no debemos caer en la idolatría. Si te das cuenta, la gente mira las imágenes como si tuvieran vida.
Lo que deberíamos hacer es que al mirar esas imágenes, nuestras mentes y nuestras almas trajeran inmediatamente los
momentos tan amargos de Jesús y REZAR, ORAR, porque somos pecadores, porque nacemos con la marca del primer
pecado contraído en el paraíso y sin embargo por ese sacrificio podremos resucitar a la vida eterna; ese si es motivo
para llorar como Magdalenas. ¿Quién da la vida y en su camino al holocausto, es martirizado, calumniado, insultado,
escupido, señalado, flagelado, satanizado como el peor?; mientras que nosotros nos desgarramos las vestiduras si
alguien nos mira mal, si alguien nos insultó o no nos dio lo que queríamos. No somos capaces de pasar por lo mismo…
Dios tenga piedad de nosotros, líbranos Padre de este cáliz tan amargo… ¿Seremos capaces de terminar diciendo: “más
se haga tu voluntad y no la mía?
Por qué no rezar dentro de sus casas, cuando caminas, cuando estás a punto de dormir, antes de comer, y en todo
momento… porque eso es conversar con Dios o simplemente suplicarle… Acaso no es algo portentoso, tratar de hablar
con el mismo Dios?, por qué esperar una procesión y olvidarlo el resto del año. Eso es para llorar…
Estas “fiestas” de Semana Santa atraen mucho turismo, porque en los demás países con excepción de España no se
realizan este tipo de conmemoraciones multitudinarias.
Sin embargo los hay pocos que tienen FE y al mirar las imágenes se olvidan del yeso y del arte y simplemente oran
extasiados con la confianza de estar acompañando al mismo Dios; esos son contados con los dedos de una sola mano.
No tenemos fe ni siquiera del tamaño de un grano de mostaza, porque si lo tuviéramos, moveríamos montañas.
Después de varios años, de lucha interna, llegué a la conclusión que no tengo que fijarme en lo que hace el de mi
costado; ¿por qué lo juzgo?, si yo solo miro esas imágenes con respeto y me transporto a otro mundo espiritualmente
para conversar con Dios mientras camino la procesión, es suficiente. No debo distraerme mirando al resto. Cada uno
será responsable del recogimiento conque camina su procesión. Desde que pienso así, voy a las procesiones
nuevamente y me siento feliz de acompañar en el recorrido aunque sea en una remembranza; mi verdadero paseo con
Dios está en la oración.
Ahora comprendo que debemos cuidar que nuestros niños compartan estas tradiciones; pero debemos enseñarles a
caminar con fe, con humildad, con recogimiento y verdadera reflexión sobre el martirio de Jesús.
Caminemos pues aunque sea unas cuantas calles, si nuestra fe es tan pobre que necesitamos de imágenes para
recordarlo, necesitamos ver para creer, entonces BIENVENIDAS las imágenes y las procesiones… pero sin adorarlas,
porque solamente son imágenes sagradas, no son Dios.

Você também pode gostar