Você está na página 1de 16

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS

Espectáculo y animalidad.
Breve recorrido sobre los dispositivos de poder
y control sobre el viviente animal.

SEMINARIO: “Políticas de la animalidad: animales derridianos”

PROFESORA: Prof. Dra. Mónica B. Cragnolini

ALUMNA: María Luz Moreno

L.U: 32814251

1
Apenas recobrada la apariencia de lobo
y sin dejar de trotar hacia su guarida,
Denis consideró el extraño frenesí que lo había asaltado
bajo las humanas vestiduras de segunda mano.
Él, tan apacible y tranquilo de ordinario,
había visto evaporarse en el aire
tanto sus buenos principios como su mansedumbre.
La ira vengadora,
cuyos efectos se habían manifestado
sobre los tres chulos de la Madeleine (…)
le parecía a la vez inimaginable y fascinante.
Lobo Hombre . Boris Vian

2
Introducción
En este trabajo abordaremos algunos de los temas centrales trabajados en la Undécima Sesión
del Volumen I de la Bestia y el Soberano de Jacques Derrida. Dicha sesión nos lleva a recorrer a
partir del concepto de curiosidad, dos ejemplos paradigmáticos la autopsia y el zoológico. Que
nos permitirán abordar la cuestión del animal dentro de la lógica del sujeto moderno. Pero a la
vez nos permite establecer las redes que se dan entre ver- saber – poder que se constituyen en
estos ejemplos como dispositivos de control sobre el animal. Especialmente se subrayara la
cuestión del espectáculo en relación a los métodos de neutralización y objetivación que se
imponen como una violencia sobre el otro-animal.
Para abordar la temática, estableceremos las características centrales que denominan tanto la
autopsia como el zoológico que nos guiara hacia cierta concepción del viviente animal dentro de
estos dispositivos y como su naturaleza no puede ser reducida a un mero objeto. Estas
condiciones en las que el animal es definido a la vez compondrán un esquema político de
dominación del hombre como domador- domesticador. Lo que nos llevara a plantearnos formas
alternativas de relacionarnos con el animal y a plantearnos las limitaciones de estos dispositivos
que se presentan a lo largo del texto.
Partiendo de esto realizaremos algunas consideraciones a las concepciones introducidas por
Georges Bataille, respecto de la naturaleza del animal y ciertos puntos fundamentales sobre el
sacrificio animal. Que nos permitirán reflexionar más profundamente sobre el carácter de la
otredad del animal y dar una mirada más amplia al proceso de deconstrucción que intenta poner
de manifiesto Derrida.
Por otro lado, es necesario comprender el funcionamiento económico- político institucional que
se forja a través de estos dispositivos. Con lo cual abogaremos por algunos conceptos
desarrollados por Michel Foucault respecto de los procesos de disciplinamiento que operan
como formas de sujeción del animal, y a la vez, como dichos procesos se dan dentro del marco
de estos dispositivos que legitimizaran la cuestión del poder a partir se ver- saber. Con todo esto,
el trabajo que realiza Derrida respecto a la curiosidad nos demostrara las limitaciones de un tipo
de soberanía que privilegia una hospitalidad condicionada. Permitiéndonos repensar la cuestión
del vivir- juntos con el animal.
Por último a modo de conclusión trataremos de extrapolar este análisis, al funcionamiento
actual de estos dispositivos que no se han agotado. Si no que siguen funcionando

3
Estado del área

En lo que respecta a la producción académica existente, encontramos varios casos en


áreas interdisciplinarias que realizan aproximaciones a la cuestión del animal. La búsqueda que
se ha establecido se limita al último año de producciones universitarias y mencionaremos al
menos un artículo de relevancia con una antigüedad mayor.
En la búsqueda realizada con los nombres “Derrida”, “Foucault” y el sustantivo
“animal” arrojo diversos resultados especialmente orientados a las ciencias biológicas. Además
de algunos textos con desarrollo especifico sobre un autor u otro y sin temática sobre la
animalidad. La mayor parte de los resultados relevantes aparecen en una compilación llamada
The Bible and the posthumanis una compilación de Jennifer L. Koosed que presenta artículos
de interes que relacionan la concepción de animal de Derrida con la interpretación de la Biblia y
a la vez hay un énfasis importante en la cuestión del Sacrificio.
En segundo lugar, en la compilación de artículos Critical Animal Status. Thinking the
Unthinking de John Sorenson. Encontramos que el Capítulo 7 contiene un artículo de Zipporah
Weisberg, llamado The trouble with posthumanism: Bacteria are people too. El autor va
realizar un señalamiento respecto del tratamiento de la cuestión del viviente animal y desarrolla
una argumentación en post de agrandar dicha concepción hasta las bacterias. Dicho análisis lo
llevara a cabo utilizando la concepción derridiana de zoon.
En habla española, encontramos en las búsquedas la publicación en la revista El
Banquete de los dioses y teorías política contemporáneas. El artículo Hospitalidad y Relación.
La cultura como traducción en Derrida y Glissant. Tiene un extenso desarrollo de la relación de
la hospitalidad en los textos de Glissant pero a su vez presenta un apartado llamado “excurso
biopolítico” donde retoma la cuestión de la animalidad.
También una ponencia Las razones del animal. Algunas aportaciones de Derrida a la
ética ecológica de Domingo Fernández Agis de la Universidad de La Laguna. Las razones del
animal. Las razones del animal. Realiza un análisis de la animalidad a fin de desarrollar la
problemática de la reducción del mismo a objetos y cuales son las alternativas en el terreno de
una ética de la inclusión de la otredad. Por último mencionaremos la publicación en la Revista
Escritura e imagen Vol. Ext., del 2011, artículo llamado Hospitalidad (con el) animal de Mónica
Cragnolini que nos ha permitido darle un mejor recorte al marco teórico en relación al su trabajo
con la animalidad.

Dispositivo zoológico

En el desarrollo de la undécima sesión de la Bestia y el Soberano de Jacques Derrida, se


desarrolla la temática de la curiosidad como tema central. En dicho tratamiento la

4
conceptualización de la curiosidad se establecerá mediante el uso de dos ejemplos claves: el
dispositivo zoológico y la autopsia.
El dispositivo zoológico aparece en la sesión centrado en la existencia de la Casa de las
Fieras de Versalles, dicho espacio instaurado en 1662, representara un lujo monárquico. Se trata
de un espacio para el espectáculo y la domesticación de los animales, donde se une la ociosidad
de la monarquía absoluta con la afirmación del poder del hombre sobre el animal en una
neutralización del mismo por medio del cautiverio.
Para poder dar cuenta de este dispositivo deberemos transitar las diferentes aristas de la
temática. Por un lado caracterizaremos la relación que establece el autor con el cautiverio y la
objetivación del animal. En segundo lugar, la relación de la hospitalidad con el animal y su
fuerte conexión con la doma y por último la cuestión política que se juega en el dispositivo
zoológico respecto a la concepción de soberanía que de allí se extrae.
En primer termino, podemos abordar la descripción de la Casa de las Fieras que hace
Derrida considerando el cautiverio de los animales. El encierro animal parece manifestar una
mira des-vitalizante sobre el animal que a la vez objetiva. 1 Es decir, la puesta a disposición de
otro como limitado para funcionar como espectáculo e inspección del mismo. Los animales
estarían confinados a un encierro que los reduce a un objeto de inspección y de exposición
especular. Es decir, que ver en una jaula a un león, por ejemplo, no remitiría solamente al acto
de ver al animal en la jaula sino también manifestaría una operación sobre este otro que lo
neutralizaría como tal y lo transforma en un objeto curioso digno de ser estudiado.
Neutralizar al animal en post de un objeto de la curiosidad, implica para el autor una
inmediata relación con el cuidado. Lo que nos lleva a pensar la domesticación como forma de
cuidado, limitando la naturaleza de este otro limitamos su posibilidad de ser soberano sobre su
corporalidad y sobre salvajismo 2. La cuestión esta en pensar si realmente se puede cercar o
limitar la naturaleza animal. Derrida caracterizara a animal como Otro que aparece dentro de
una lógica incalculable, que no se podría reducir tajantemente a un objeto. Encontramos aquí
que existe algo de la vida animal que se nos escapa, que no puede ser develado pero que el
hombre con su necesidad de soberanía sobre el otro neutraliza a favor de establecer ciertos
límites de dominio.
En esta línea podemos considerar la caracterización que realiza Georges Bataille, en su
ensayo La animalidad. Donde los animales tienen una relación precisa con el medio que tiene
que ver con una inmediatez o inmanencia que los dota de una autonomía que esta representada
en su fuerza sobre otro animal 3. Reducirlo al cautiverio implica limitar al animal como un objeto
a lo que este autor explicará que la naturaleza animal contiene en sí un poder trascendente, que
no puede ser reducida a un objeto de ciencia o ser domesticado. Bataille, detalla que existe una
1
Derrida, J., Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I pp348
2
Cragnolini, Mónica. Hospitalidad (con el) animal. Escritura e imagen. Vol. ext. 2011. Madrid. Pp 317
3
Georges Bataille La animalidad, Teoría de la Religión, Taurus, Madrid. 1986

5
continuidad del mundo y del animal en sí mismo. Una continuidad que el hombre se ve
solamente en condiciones de experimentar cuando hay una transgresión de las prohibiciones y
una reafirmación de la muerte que es la única que podría restablecerla. Ya que el ser humano
vive en un estado de discontinuidad con los otros y con el medio 4.
La relación del cautiverio y la limitación de la naturaleza del animal, nos llevan a
considerar la segunda cuestión que remite a las formas de cuidado o reclusión como modos de
hospitalidad con el animal. Derrida señalara la mundialización de las instituciones zoológicas,
post revolución francesa, como un hecho comparable con las instituciones de salud mental 5. Ya
que a curiosidad opera como una forma para garantizar el cuidado del animal y del loco en tanto
curiosidades en si mismas. Los progresos económicos, los nuevos acondicionamientos en las
instalaciones y su íntima relación con el desarrollo del capitalismo, donde ser expandieran la
adquisición de nuevos especimenes domados para la curiosidad de los curiosos 6. Nuevos
límites en los zoológicos, nuevas formas de custodia y de cuidado aparecen como formas de
encierro. Donde se primara la ilusión de autonomía de los animales en espacio reducidos,
calculados y acondicionados. La figura de la jaula cambia para trasformarse en una fosa, que
señalara el autor, se trata de límites negativizados que expresan una violencia represiva sobre los
animales.
Como resaltábamos anteriormente esta forma de reducir al otro animal a un objeto es
imposible, ya que la hospitalidad con el animal nos demuestra que “viven” 7 junto a nosotros no
como un objeto disponible sino como un otro irreducible. Que claramente se expone en el
dispositivo de la autopsia y su relación con la soberanía. El animal genera esa extrañeza que
genera el extranjero al entrar a la casa, pero también se aplican sobre él los límites de la
hospitalidad condicionada en forma de doma o domesticación. Sin embargo, la naturaleza del
animal nos deja el resto de que este no puede ser reducido a este ejercicio de cosificación, en
nombre del resguardo y el cuidado del otro animal. Esta forma de acogida del animal que se
representa en el espectáculo del cautiverio como neutralización, da cuenta de una violencia
irrestricta sobre los animales.
La extrañeza que se da frente al animal, es muy bien caracterizada por Derrida en la
Primera Sesión de La bestia y el soberano, donde la mirada nos explicita el carácter de una
otredad que no parece reconocible, que se forja como limitrofilla. Lo que implicara una
reconfiguración constante de ese límite y de cómo habilitarlo. Es importante, señalar que el
reconocimiento del animal como otro irreconocible, nos abre una gama de posibilidades para
pensarlo fuera de la lógica del cálculo en a cual se objetiva al animal. Ya que se habilita la

4
Introducir aquí la concepción batailliana nos permite dar cuenta de la incalculable de la naturaleza
animal y hasta en este caso lo privilegiada que es.
5
Derrida, J., Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I, pp 348
6
Derrida, J., Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I, pp49
7
Cragnolini, Mónica. Hospitalidad (con el) animal. Escritura e imagen. Vol. ext. 2011. Madrid. Pp 317

6
concepción del que el otro como incalculable encarna una figura que se escapa a la objetivación
que nos obliga a pensar en otras formas de acogida 8.
En tercer lugar, la Casa de las fieras funciona como un dispositivo dispensador de
soberanía. Derrida relaciona la cuestión de la doma, el amaestramiento, la cría, entre otras 9.
Como formas de instaurar soberanía sobre el animal como apropiación y control sobre este. Esta
forma de relacionarnos con el animal al reducirlo a un objeto da cuenta de una única experiencia
con el otro, que impone una serie de limites (en tanto su naturaleza objetivada), saberes a
recopilar, modos de uso (ya que se lo entiende como un objeto) y una suerte de proliferación de
una preocupación comparativa respecto de las instituciones. La cuestión de derechos animales
en esta perspectiva es nula, puesto que los animales no son sujetos de derechos sino objetos
recopiladles en zoológicos, circos, etc. La instauración de la Casa de las Fieras de Versalles
pone de manifiesto las posibilidades y el poder del soberano como omnipresente, es decir, como
un simulacro que representa la ficción de limitar al otro animal en post de una economía de la
soberanía, de esa hospitalidad definida donde se los hacina y domestica. El dominio del
soberano sobre el animal, dice Derrida, parece concatenar la bestia, con el saber, el poder, el ver
y el tener.
En resumen el dispositivo que surge con la Casa de las Fieras de Versalles, para
posteriormente convertirse en los zoológicos, tal y como los conocemos, configuran una forma
de soberanía definida sobre el animal. Que lo introduce dentro de una hospitalidad condicionada
que lo neutraliza y limita por medio de jaulas o espacios cercados para que habiten. Limitando
su naturaleza en post de objetivarlo en el cautiverio, la domesticación, etc. La disposicionalidad
del animal en un espacio, que surge como reguardo o cuidado solo se trata de un lugar para que
el curioso espectador pueda saciarse. Dicho espectáculo no es otra cosa que la reducción por
medio de la violencia del otro a fin de limitarlo a la soberanía del hombre en tanto cálculo y
control de su entorno.

La autopsia como dispositivo

En el caso de la autopsia, se hace aun más evidente la puesta en escena del espectáculo,
es decir la visibilidad del animal como forma de apropiación y objetivación se presenta más
claramente. Es así que para abordar este ejemplo primero consideraremos la cuestión de la
autopsia como rito ceremonial, luego como la exposición del cadáver como disposicionalidad
del animal y por último como una institucionalización del saber sobre ese cuerpo.

8
En esta línea no nos detendremos a desarrollar la concepción huella y fantasma que toma Derrida para el
desarrollo pero si aclaramos que dichos Conceptos abonan esta concepción de incalculabilidad y de
“entre” del otro animal.
9
Derrida, J., Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I, p.pp 334

7
En primer lugar, a lo largo de la undécima sesión se puede recorrer la cuestión de la
autopsia remitiendo íntegramente a la cuestión ceremonial o ritual. En la descripción de la
escena de disección hay que prestarle especial atención a los lugares que ocupan los asistentes
en la sala magna, la ubicación rey sol observando como se registra e inspecciona en la
disección del elefante de 1681. Derrida señala que es en esta escena donde encontramos el
cadáver del elefante como un fenómeno de disposicionalidad del objeto. La ceremonia de la
autopsia se transforma en un cuadro político que pone de manifiesto la figura del animal-
objeto, el soberano como espectador10 y los médicos académicos develando los misterios de ese
cadáver (ver- saber). Donde se distingue claramente quién ocupa el rol, según el autor, de la
bestia y el soberano. El animal queda expuesto a la mirada del cálculo sometido y explorado 11
diferenciándose del cuerpo del soberano que parece iluminar la práctica autopsica. Decimos
aquí que se trata de una ceremonia ya que la misma se presenta como un espectáculo que no se
disocia y que deja en claro la manifestación de la representación de la bestia y el soberano. Uno
yace tendido, mientras el otro observa la disección. El primero anónimo abona a la ilusión de
poder del soberano que crea al lector- espectador representa estructuralmente la soberanía.
Podríamos pensar incluso que este espectáculo refuerza la ficción del pacto de soberanía, donde
el súbdito renuncia y otorga sus derechos de sujeción en una autoridad 12. Esta imagen como
ficción narrativa es inherente al simulacro de la autopsia. Derrida asegura que ahí se esboza la
trampa de la soberanía compartida, el simulacro en el cuadro político nos permite dar cuenta de
este fortalecimiento de los roles rey- súbditos.
En segundo lugar, la figura del cadáver en la autopsia nos lleva de nuevo a la condición
de disposicionalidad del animal como objeto de estudio. Asimismo, nos pone de manifiesto el
valor simbólico del elefante en la mesa de operaciones, esa bestia que fue acorralada, capturada
por un grupo de hombres y que es puesto ante los ojos del rey. Pensar el concepto de cadáver,
nos permite ahondar más en la relación del hombre y el animal, en tanto una manifestación de la
relación sujeto- objeto pero también como un encuentro entre la bestia y el soberano en un
movimiento que suspende y afianza el poder de uno sobre otro. Nuevamente aparece el animal
despojado de sus posibilidades, aparece sobre la mesa de disección como en el dispositivo
zoológico, limitado
En el texto, Derrida encontramos que este suceso nos pone en experiencia con un no-
saber con una ilimitación al saber afianzada en el ego cogito13. Es decir, encontramos una
excedencia en el viviente que se nos presenta como cadáver que socava la certeza absoluta y se

10
El soberano aparece en la undécima sesión como brillando sobre lo no sabido del cadáver animal. Esto
esta relacionado directamente con las características de la monarquía absoluta y su correlato soberano
sobre el saber.
11
Derrida, J., Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I, p.pp 336
12
Tomamos la cuestión del pacto tal y como lo menciona Derrida refiriendo a la concepción de Thomas
Hobbes, en El Leviatan.
13
Idem pp 330

8
transforma en un <<quizás>> que nos presenta una escena que supera al objeto elefante y se
transforma en el cadáver de un viviente que pone en jaque el saber monárquico.
Georges Bataille, en El Erotismo realiza algunas consideraciones al cadáver y en
particular al cadáver animal. Allí señala que los animales aparecían antiguamente como dioses,
en especial en el neolítico, el sacrificio animal aparece como un sacrilegio puesto que la victima
sacrificada colectivamente tenía carácter divino. Dicho sacrificio lo consagraba y divinizaba, el
animal es sagrado en tanto su violencia constitutiva, es decir por su naturaleza. Lo que
sobrepasa a los sujetos con su lógica de cálculo y en un doble movimiento los dota de una
profundidad que solo es alcanzada por aquellos que prestan atención al ritual. Esta muerte
espectacular dirá el autor, confirió en las religiones primitivas la revelación del orden de la
continuidad14. Sin embargo, con el paso del tiempo el sacrificio animal perdió el carácter
angustiante del sacrilegio y eventualmente en las religiones modernas el sacrificio fue
relacionado con lo simbólico15. El cálculo en la medida que avanza la historia humana se va
situando como forma central de concebir la realidad, donde este desborde en la certeza
cartesiana del no- saber se combate con el espectáculo de la disección del elefante.
En último lugar, la disposición del animal como objeto, el soberano dirigiendo la
autopsia mientras se realiza el develamiento del interior del animal, parece mostrarnos un
atravesamiento de las instituciones que empiezan a proliferar a lo largo del Siglo xvii- xviii.
Derrida señala que este interés por la anatomía del elefante y su funcionamiento orgánico
aparece como un saber comparativo que permite esclarecer las analogías entre la fisiología
animal y la humana16. Se juega en la autopsia un deseo de saber, de develar el interior del animal
muerto donde los que la realiza son personas acreditadas cirujanos, carniceros, etc. En este
cuerpo no hay consentimiento del animal a la autopsia, sin embargo es violentado en post del
saber. En este punto tenemos que referirnos a la cita que realiza Derrida, acerca del Tratado del
hombre, de Descartes donde la descripción del cuerpo humano se análoga al funcionamiento de
una máquina. Hay una tentativa clara por alejar al hombre de la animalidad, sin embargo,
Descartes denominara a lo que anima la circulación “espíritus animales”. Esta iniciativa de
reducción del viviente, encuentra nuevamente un resto que no permite reducir al hombre a una
simple máquina racional.
En resumen, encontramos en la autopsia, así igual que en el dispositivo zoológico la
conjugación del espectáculo y la disposicionalidad del animal como una afirmación de la
soberanía del hombre. No obstante el cadáver animal, abre una excedencia que no es calculable,
puesto que como viviente el animal muerto se presenta como algo que no parece responder a las
mismas condiciones que los objetos. Es decir, ante la mirada del rey, el elefante se e aparece
como un sujeto- objeto a la vez. Donde el cuadro político que revela la autopsia señala así
14
Bataille G. El Erotismo. cap vii matar y sacrificar. Tusques. Buenos Aires. 2002. pp86 a 89
15
El autor remite específicamente a las experiencias del cristianismo.
16
Derrida, J., Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I, p.335

9
también un atravesamiento de las instituciones del saber, que recopilan y dilucidan más allá de
esa curiosidad que las mueve en post de un control.

Ver- Saber – Poder


El escenario de la autopsia del elefante bajo la mirada –centelleante- de Luis el Grande
es un dispositivo que devela una doble función. Lo que permitirá acceder al saber, es decir, a
este conjunto de órganos, viseras y comparaciones análogas con el hombre y relacionarlo con el
poder del soberano. Esto definirá según Derrida, una relación entre el saber-poder. La curiosidad
que guía toda la sesión, lo dota al espectador de la visión tanto el poder soberano de Luis XV
como del develamiento objetivo del interior del animal. En el mismo lugar, entonces este
dispositivo, funciona como espectáculo -hace ver -y se transforma en mirada que se dirige al
seno mismo de la curiosidad. Esta no estará operando como un deseo de saber, sino que operara
como una pulsión de poder 17 que ordena el resto de las pulsiones. Es decir, que el ver y el saber
están supeditados al orden del poder, es decir, a una relación política.
Siguiendo esta línea Michel Foucault en Vigilar y Castigar desarrolla un análisis acerca
de los modos de disciplinamiento que se establecen en algunas instituciones como el
manicomio, la cárcel, la escuela, etc. Donde el cuerpo, esta sumergido en un campo político
donde las relaciones de poder operan sobre él. Estas relaciones lo determinan en tanto lo
limitan, lo marcan, lo doman, lo someten a castigos, lo obligan a unas ceremonias, etc.
Exigiéndole signos manifiestos de ese control. Esto se vinculara con una serie de relaciones
complejas y reciprocas que remiten a cierta utilización económica del cuerpo. 18 Al igual que en
la consideración de hospitalidad de Derrida, hay una concepción de economía que definiría las
formas de sujeción sobre los cuerpos. En este caso podríamos pensar el cuerpo del animal, se ha
convertido en una fuerza útil en el momento que ha sido sometido, ya sea en la autopsia o en el
zoológico, lo que lo hace productivo en tanto pone a disposición cierta forma de saber. Estas
formas de sometimiento sobre el animal que operan desde a violencia, lo organizan dentro del la
lógica del calculo donde se forja un saber de dicho cuerpo que implicara no solo un
conocimiento de sus funciones fisiológicas sino una limitación y un dominio de sus fuerzas. Lo
que para Foucault se denominará como tecnologías políticas del cuerpo 19. Asimismo desde esta
perspectiva es en 1977 que Foucault realizara una descripción del concepto de dispositivo20, en
una entrevista reproducida en Dichos y escritos se afirma lo siguiente:
“Lo que trato de indicar con este nombre es, en primer lugar, un conjunto resueltamente heterogéneo que
incluye discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas
administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas, brevemente, lo dicho y

17
Derrida, J., Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I, p.pp341
18
Baudino García, Virginia, Introducción a Vigilar y Castigar. Siglo XXI. Buenos Aires .
19
Foucault, Michel. Vigilar y Castigar. Siglo XXI. Argentina. Pp 120 -123
20
Singer, Taracon, Moreno, Wirz, Reina, López y Ramírez, La curiosidad mato al gato, Apunte de clase
de la undécima sesión de La Bestia y el Soberano Volumen I. Material inédito

10
también lo no-dicho, éstos son los elementos del dispositivo. El dispositivo mismo es la red que se establece entre
estos elementos.”
Por su parte, Derrida sostendrá que a través de este dispositivo hay un traspaso entre un “ver
autópsico del saber teórico y el ver autópsico del espectáculo teatral, entre lo teórico y lo teatral,
entre la inspección y el espectáculo” 21. Este último se edificará en una atracción narcisista que
se compone no ya por el deseo de saber, sino por el poder.
En el análisis de la autopsia, se disponen una cantidad de elemento que orquestan el dispositivo
como tal: el cuerpo del animal sobre la mesa de disección, el cuerpo del rey, los cuerpos de los
cirujanos, carniceros y demás. Lo que se destaca de este cuadro político es la contraposición de
la bestia y el soberano que ponen en funcionamiento al dispositivo como tal. Lo que es de
importante relevancia es señalar que esta mediatización por parte de las instituciones, que se ve
reflejada en la autopsia funcionaria como veedor del saber, garantizando su función política.
En el dispositivo zoológico, podemos observar el ordenamiento del dispositivo a partir del
cautiverio y el cuidado de los animales, funcionan coaccionando limites sobre los animales a
partir de funcionamiento institucional del mismo, como un potenciador del poder que está
basado en o atravesado por discursos de saber y regulaciones administrativas 22.
Dentro de este análisis, se puede resaltar la especial conexión que realiza Derrida sobre el poder
moderno y el saber medico psiquiátrico. Donde establece una comparación entre el animal y el
loco, ya que la institución metal al igual que el zoológico opera a través de mecanismos de
encierro, exhibición, estudio y tratamiento sobre los cuerpos. La relación entre la soberanía y el
poder psiquiátrico se desplegaran a partir de las mismas formas de aprensión, presentación y
representación. La relación de ambos dispositivos queda claramente explicada en cuanto se
considera que hay una búsqueda del cuidado del otro en tanto objeto. Ya que el loco, no tendría
capacidad racional, se lo reduce a un cuidado similar al del animal.
Dentro de la lógica de la curiosidad, es donde el poder se pone en práctica, ya que el cuidado
ira oscilando entre el tratar y el tratamiento 23. Derrida aquí se propone deconstruir ese saber
afianzado en estas instituciones donde el animal ha sido objetivado, que no daría lugar al
acontecimiento. Así abordará el tema pesando cómo el dasein o ser- ahí heideggeriano permite
ahondar en la problemática de la curiosidad, donde ya no se habla de cuidado si no de
tratamiento. Ya que esta experiencia configura una “extraña y equivoca economía” 24 que nos
permite introducirnos a la posibilidad de otro tipo de hospitalidad para con el animal. Si bien,
Heidegger desarrolla la domesticidad animal que supone una apropiación por familiaridad,
donde implicara una nueva forma de relación entre el hombre y el animal. Se le realizan claras

21
Derrida, J., Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I, p. 348.
22
Singer, Taracon, Moreno, Wirz, Reina, López y Ramírez, La curiosidad mato al gato, Apunte de clase
de la undécima sesión de La Bestia y el Soberano Volumen I. Material inédito
23
Derrida, J., Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I, p.351
24
Idem

11
criticas a estos procesos de domesticación aparecen en relación al Humanismo 25. El dasein se
ubica en el por curarse por acceder a la verdad del ser, es decir que mediante la cura, saliendo de
su estado de caído (das man) y de la ipseidad, impersonal que produce un aplanamiento del
todo, se reconoce a sí mismo en su más propia propiedad y se desliga de las habladurías. Este
tratamiento, podría producir una nueva economía y un nuevo modo de estar o un mejor estar
con el viviente animal.
Volviendo a los procesos de domesticación que saltan a la luz con la problemática de la
curiosidad, no se limitaran a los límites interiorizados sino también a los límites materiales
externos. Esto sucederá porque hay una technê, en sí misma, que parece entenderse como un
“saber instalar un límite”26. Estos límites que le son impostados al viviente animal responden
directamente a la representación del poder. Que queremos decir, la representación de esta
neutralización impuesta sobre los animales, implica un dotar de normas y valores sobre el otro
que no representan su propia legislación. Es decir, aplicar las leyes de la casa, una hospitalidad
condicionada, sobre aquel que no obedece a mis reglas por lo tanto significa imponer por la
violencia dichos valores. Esto aparecerá en la undécima sesión como una referencia a Louis
Marin en Le portrait du roi, donde este autor mencionado por Derrida establece una definición
del límite dentro de la geometría como mera representación pero a mismo tiempo obedecerá a
intereses por fuera de ella. La representación se configura así como la soberanía y funciona
como una ficción narrativa que se asienta en la cartografía de Versalles.
En esta operación descontructiva, que nos plantea Derrida señala un doble ligamiento entre la
responsabilidad sobre el otro animal y la imposición de ciertos límites que dan cuenta de un tipo
particular de soberanía. En esta empresa será necesario introducir la concepción de hospitalidad
incondicionada que abriría la posibilidad del vivir- juntos. Tenemos que recordar que como
mencionamos en la autopsia, hay algo que se da en la presentación del rey y el elefante que hace
que el soberano vea como sujeto y objeto a la vez al animal. Esto es lo que nos permitiría
dilucidar una excedencia que pone de manifiesto la irreductibilidad de otro a una mero objeto a
la mano. Dicha desbordamiento opera como una forma de extrañeza que socava la hospitalidad
condicionada que se acciona sobre el animal, donde no debe convertirse dicho extrañamiento en
una mismidad27. Tenemos entonces que abogar por replantearnos los términos de nuestra
responsabilidad tal y como ha sido planteada como un mecanismo de limitación sobre la

25
En la obra de Sloterdijk Normas para el parque humano, el autor realiza una crítica al pensamiento
heideggeriano expresando que el ‘despejo’ ya no está vacío y que ‘el claro’ es el lugar donde se está
llevando a cabo la batalla sobre los procesos de domesticación. Según Sloterdijk, la crítica al Humanismo
clásico pregonada por Heidegger en la Carta al Humanismo no es más que un ‘post-humanismo’, ya que
para Sloterdijk el tema latente del Humanismo es la domesticación del hombre en relación a las nuevas
‘biotecnologías’; lo cual puede relacionarse con la ‘biopoliticidad’ como forma de poder que domestica
sin que dicho proceso sea advertido por los afectados, como un límite interiorizado o una “prótesis”.
26
Singer, Taracon, Moreno, Wirz, Reina, López y Ramírez, La curiosidad mato al gato, Apunte de clase
de la undécima sesión de La Bestia y el Soberano Volumen I. Material inédito
27
Cragnolini, Mónica. Hospitalidad (con el) animal. Escritura e imagen. Vol. ext. 2011. Madrid. Pp 317.

12
libertad y la soberanía. Despegándonos de las concepciones de animal- objeto para pensar a otro
como deviniendo incalculable fuera de la neutralización de sus posibilidades. Derrida señalara
que esto remite tanto para los animales, como para los enfermos mentales a lo cuales se les
procura cuidados, limitaciones, etc. A los que se les asignan en carácter de la irresponsabilidad
que ellos impartirían, sin embargo esto se debe considerar como la manifestación del otro,
siendo radicalmente otro: ilimitable. Dentro de la hospitalidad incondicionada esto implicará no
imponer las reglas de mi casa, de mi economía, sino aceptar al otro en el orden de lo
incalculable fuera de las lógicas disciplinarias que lo trasformaría en un bien apropiable.
Hay que señalar que aquí hay una veta heideggeriana en tanto se trata al otro como puro
acontecimiento, donde el otro se nos aparece como un don imposible de devolver. Lo
centellante del acontecimiento de la llegada del otro, cuestiona las formas de apropiación y
disponibilidad del animal. Asimismo retomando la concepción de Bataille respecto de la
animalidad, nos estaríamos poniendo en contacto con ese orden de lo continuo que nos ha sido
vedado, con aquello que se manifiesta sagrado y fuera del tiempo del trabajo.
Esta forma de vivir con el otro, que nos plantea la hospitalidad incondicionada dará otros modos
de relación en tanto representación y espectáculo. En el disciplinamiento de los cuerpos
siguiendo la línea foucaultiana, el espectáculo es necesario para el afianzamiento del control. En
cambio al optar por una nueva forma de relación la representación de la soberanía nos obligaría
a una serie de soberanías divisibles que se adaptaran en cada caso a las distintas economías,
dones, etc. Se trataría de una soberanía desarrollada en la incondicionalidad respecto del
viviente animal. Sin embargo, nos queda cuestionarnos si las lógicas del espectáculo como
apariencia pero a la vez sujeción serían totalmente saldadas.

El tratamiento del otro animal hoy.

A lo largo del trabajo, hemos puesto de manifiesto las diferentes características de reducción a la
mismidad que operan en el animal. Dichos dispositivos, la autopsia y el zoológico, se establecen
dentro de las lógicas aglutinantes del ver- saber – poder que limitan, neutralizan, objetivan en
función de una pulsión de poder que se instaura como método de disciplinamiento y control.
Dando así una disposicionalidad sobre el cuerpo del otro, que es reducido a un mero objeto.
Tanto la autopsia como el zoológico, muestran el cautiverio y la sujeción por la doma como una
imposición de una hospitalidad condicionada sobre el otro. Es decir, las leyes propias de la casa
violentamente impostadas al extranjero, transformando al animal en una curiosidad que es
observada en el espectáculo de la representación. En la medida que se impone una forma
totalizadora de soberanía.

13
Derrida, como señalamos anteriormente, nos propone pensar a partir de esta imposibilidad de
meramente transformar en objeto al viviente animal en considerar otras formas de relación a
partir de la hospitalidad incondicionada. Donde el habitar con el otro no implicaría políticas
concretas de disciplinamiento sino que el otro se me presenta como incalculable.
Ahora bien, actualmente como señala Derrida, se ha modificado la forma de funcionar de estos
dispositivos. Especialmente en el caso de la Casa de las Bestias de Versalles, luego de la
revolución francesa se trasformara en una atracción democrática y popular 28. Posteriormente el
modelo de la Casa de Fieras se convertirá en el modelo mundializado del Siglo XIX, donde la
objetivación que queda meramente al servicio del saber académico. Es importante mencionar
aquí a Gerarld Durrell, fundador del zoológico de la Isla de Jersey en 1959. Este autor tiene la
concepción de que los zoológicos “como instituciones de conservación e investigación
científica” se opone a las “casas de fieras victorianas” 29 y, a pesar de ello, reproduce la misma
lógica de la violencia que señala Derrida.
Todos los conceptos sobre cómo cuidar [el subrayado es de Durrell] animales están cambiando
ahora y, sin duda, han cambiado radicalmente en los últimos veinte años, pero el enjaulado de
los zoológicos sólo está empezando a ponerse a su nivel. Los buenos zoos piensan ahora en
términos de grupos de animales y no especímenes solitarios o parejas. Se piensa más en curar
ese gran inconveniente de la cautividad en el que la gente piensa poco: el aburrimiento (...) El
primer paso hacia esto es un buen diseño de jaulas 30.
Al igual que en la teorización de Derrida, los nuevos diseños de los zoológicos como las fosas
se instauran como nuevos métodos de cuidado de los animales, es decir, formas más seguras de
control.
En la época actual las nuevas lógicas de los zoológicos dan cuenta de la aparición de
las reservas naturales que comienzan a establecerse durante el siglo XIX. El confinamiento que
pretende llevar hasta el campo mismo del hábitat salvaje e intocado del animal, la capacidad de
dominio como conocimiento y espectáculo. 31 La teatralidad del zoológico se ha exacerbado en
función de una paradoja, hoy en día, es preciso la mediación de la instituciones a favor de
preservar especies en peligro de extinción. Sin embargo a la vez, la naturaleza se vuelve un
espectáculo donde el animal encerrado ya no tiene la visibilidad de los barrotes, si no que por
medio de nuevas configuraciones de los espacios arquitectónicos da la ilusión de una
continuidad, es decir, de límites introyectados que tratan de reproducir de la manera mas similar
los hábitat de dichos animales. Estas nuevas formas de arquitectura, que combinan la
invisibilización de los medios de cautiverio dan cuenta de la irreductibilidad de las disciplinas

28
Derrida, J., Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I
29
Durrell, G., El arca inmóvil, Madrid, Alianza, 1984, p. 45.
30
Idem.
31
Singer, Taracon, Moreno, Wirz, Reina, López y Ramírez, La curiosidad mato al gato, Apunte de clase
de la undécima sesión de La Bestia y el Soberano Volumen I. Material inédito

14
de control. Asimismo nuevas modalidades de interacción con el animal como mero objeto
pueden observarse en lugares como el zoológico de Lujan, donde los sujetos tienen la
posibilidad de acercarse e interactuar con los animales. La interrupción del hombre y su
interacción inmediata, demarca los espacios de "cuidado", "entretenimiento", "descanso", etc.
En esta paradoja que surge de la supervivencia de los hábitats naturales vemos en ellos espacios
reservados a la intervención humana, pero también lógicas de la educación, del conocimiento
científico y del sano esparcimiento natural, las que vendrán de la mano con la nueva curiosidad
que comenzará a invadir estos espacios desde la segunda mitad del siglo XX. Así, visitante-
espectador se convierte en uno de los garantes de la supervivencia del nuevo zoológico, cuya
lógica se ha transportado hasta el mismo territorio animal 32.
Dicho esto es necesario reafirmar nuevas formas de relación con el viviente animal que
reconozcan la necesidad de dar cuenta del animal como otro sujeto de derecho. Donde se
intervenga para evitar su vulneración. Con los sucesos que han proliferado durante los últimos
años respecto, de los dispositivos zoológicos, donde muchas veces se vuelve un espectáculo las
noticias donde la doma ha fallado o donde las condiciones de cuidado de los animales son
paupérrimas, solo nos queda afirmar que estas lógicas de subyugación del otro animal a un mero
objeto están más vigentes que nunca. Tenemos entonces una deuda pendiente con este viviente
que es sagrado, inmanente e incalculable, de reconocer su naturaleza tal cual es como
deviniendo incondicionada.

Bibliografía

32
Singer, Taracon, Moreno, Wirz, Reina, López y Ramírez, La curiosidad mato al gato, Apunte de clase
de la undécima sesión de La Bestia y el Soberano Volumen I. Material inédito

15
 Derrida, Jacques, Seminario La Bestia y el soberano – Volumen I.
Editorial Manantial. Buenos Aires 2010.
 Durrell, G., El arca inmóvil, Madrid, Alianza, 1984.
 Singer, Taracon, Moreno, Wirz, Reina, López y Ramírez, La curiosidad
mato al gato, Apunte de clase de la undécima sesión de La Bestia y el
Soberano Volumen I. Material inédito
 Cragnolini, Mónica. Hospitalidad (con el) animal. Escritura e imagen.
Vol. Ext. 2011. Madrid
 Zipporah Weisberg, The trouble with posthumanism: Bacteria are people too
en Critical Animal Status. Thinking the Unthinking
 Jeniffer Koosed, The Bible and the posthumanis
 Ana Paula Penchaszadeh y Manuel Rebón ,Hospitalidad y Relación. La cultura
como traducción en Derrida y Glissant. El banquete de los dioses, 2013.
 Domingo Fernández Agis ,Las razones del animal. Algunas aportaciones de
Derrida a la ética ecológica, Universidad de La Laguna. 2013
 Baudino García, Virginia, Introducción a Vigilar y Castigar. Siglo XXI.
Buenos Aires
 Bataille Georges, La animalidad, Teoría de la Religión, Taurus, Madrid.
1986
 Bataille Georges, El Erotismo. Tusques. Buenos Aires. 2002

16

Você também pode gostar