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LA DELINCUENCIA ORGANIZADA EN AMÉRICA LATINA: LAS FUERZAS ARMADAS

CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO EN MÉXICO

Sagrario Morán Blanco

La apertura de las fronteras nacionales, la disminución de las restricciones comerciales


y financieras y la modernización de los sistemas de telecomunicaciones facilitan la
expansión de la delincuencia organizada a nivel trasnacional. Tanto es así que parece
que todos estos cambios son mejor aprovechados para los fines por las organizaciones
delictivas internacionales que por las instituciones encargadas de velar por la seguridad
ciudadana. En el espacio latinoamericano la inseguridad pública es una de las principales
amenazas para la estabilidad, el fortalecimiento democrático y el desarrollo.

En este artículo se explica hasta que punto la inseguridad generada por los cárteles de
la droga y el crimen organizado es uno de los grandes problemas de la población
latinoamericana, -cuatro de cada 10 ciudadanos latinoamericanos reconocen que ellos o
algún familiar han sido víctimas de asaltos, agredido o víctima de un delito en el último
año- así como los principales instrumentos jurídicos internacionales que se han creado
para combatir la Delincuencia Organizada en el ámbito latinoamericano. Además en el
artículo se hace especial mención al caso mejicano, un país en el que operan siete
cárteles del narcotráfico. En los últimos años el Gobierno mejicano ha iniciado una
ofensiva, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, para debilitar el fenómeno.

Los jóvenes mexicanos representan un poco más del 38% de las víctimas de homicidios
en el país en la última década, según el informe “La violencia juvenil en México”,
publicado en junio 2016 por el Banco Mundial.

La tasa de homicidio juvenil triplicó en solamente dos años, de 2008 a 2010, cuando llegó
a 25.5 homicidios por 100.000 habitantes.De acuerdo a estudios citados en el análisis
del Banco Mundial, una de las principales causas del aumento de la violencia han sido
las disputas entre organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico.
El homicidio de jóvenes se ha concentrado en el norte del país, según el informe. En el
2010, más de la mitad ocurrieron en cinco estados: Chihuahua, Sinaloa, el Estado de
México, Baja California y Guerrero. Además, el uso de armas de fuego en homicidios
juveniles casi se triplicó entre 2007 y 2015.

Los costos económicos directos e indirectos de la inseguridad y la violencia en el país -


entre otros el costo en la salud, o el de tener más gente en las cárceles - se estiman en
miles de millones de dólares, según investigaciones citadas en el informe.

2010: Más de la mitad de los delitos también cometidos por jóvenes

Los jóvenes no han sido solamente las víctimas, sino también la mayoría de los
agresores, una tendencia común encontrada en toda la región. Más de la mitad de los
delitos en 2010 se cometieron por jóvenes, afirma el informe. De estos jóvenes, la
mayoría tenía entre 18 y 24 años y casi todos (9 de cada 10) eran hombres.

Es muy importante para el gobierno trabajar en el lado de la prevención - para que se


siga previniendo que estos números crezcan, que más jóvenes se involucren en
actividades criminales y formen parte de estas estadísticas que hemos visto.

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