Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Registro nro.:
LEX nro.:
#29322893#212601231#20180806120414443
Contra este decisorio, la defensa oficial interpuso
recurso de casación (fs. 51/56 vta.), el cual fue concedido a
fs. 57/59.
A fs. 65, se presentó la defensa oficial ante esta
Cámara, a mantener el recurso oportunamente deducido y,
posteriormente, los autos fueron puestos en término de oficina
a fs. 66.
Finalmente superada la etapa procesal prevista por el
art. 468 del ordenamiento ritual, la causa quedó en
condiciones de ser resuelta (fs. 79).
-II-
a. Con invocación del artículo 456 del CPPN, la
defensa sostuvo que la decisión recurrida es arbitraria, pues
no analizó las circunstancias del caso con relación a la
doctrina del fallo “Arriola” de la CSJN.
Sostuvo que “las circunstancias de modo, tiempo y
lugar en que habría acaecido el episodio considerado, permiten
concluir que la conducta que se le reprocha a […] Cabrera no
ha trascendido la esfera de reserva del individuo, por lo que
su comportamiento ha quedado amparado por el artículo 19 de la
Constitución Nacional” (fs. 54 vta.).
Argumentó que “el hecho de que ciertos vecinos del
barrio hayan tomado conocimiento –o sospechado- de la
existencia de presuntas conductas relacionadas con alcaloides
en el domicilio allanado, ello no implica bajo ningún punto de
vista que la acción atribuida a [su] pupilo haya afectado el
bien jurídico que pretende proteger la norma en cuestión, pues
[…] una acción privada no es aquella que accede al
conocimiento público, sino aquella que afecta a terceros” (fs.
55 y vta.).
Sostuvo que “el artículo 5º inc. “a”, anteúltimo
párrafo, de la ley 23.737 es inconstitucional [en] aquellos
supuestos en que no hubo trascendencia a terceros”.
#29322893#212601231#20180806120414443
Cámara Federal de Casación Penal Sala II
Causa Nº FSM 60401/2016/4/CFC1
“Cabrera, Sergio Rodrigo s/ recurso
de casación”
#29322893#212601231#20180806120414443
estupefaciente para comercializarlo solo porque sus consortes
de causa habrían ejercido dicha actividad”, lo cual, se
traduce a su entender, en una imputación a base de
“responsabilidad objetiva” (fs. 71 vta.).
Insistió en que la conducta reprochada a su defendido
se encuentra amparada en el principio de reserva del art. 19
de la CN y al derecho a la privacidad (fs. 72).
Sostuvo que en la sentencia examinada se confundió
“el concepto de ‘intimidad’ con la idea de privacidad”, pues
“[l]as acciones privadas son aquellas que –aun siendo
accesibles al conocimiento público- no afectan a terceros”,
mientras que “la intimidad constituye una esfera de la persona
que está exenta del conocimiento público” (fs. 72 vta.).
En razón de ello, arguyó que “aunque la presunta
tenencia de Cabrera hubiera sido conocida por sus vecinos, se
trató de una acción privada que no afectó ningún bien jurídico
y que no puede ser penalizada” (fs. 72 vta.).
Agregó que como “el accionar enrostrado recayó en el
ámbito constitucional de privacidad” resulta aplicable al caso
la doctrina que el cimero Tribunal sentó en el fallo “Arriola”
(fs. 73 vta.).
-III-
En primer lugar, corresponde tratar el agravio
vinculado a la violación del principio de ne bis in idem, que
considero que no tendrá acogida favorable el reclamo
defensista.
Al respecto, el recurrente adujo que admitir el
recurso de apelación del Fiscal contra el sobreseimiento
dictado por el juez de instrucción genera el riesgo a ser
nuevamente perseguido.
Sin embargo, no indica de qué manera concreta ello
genera una nueva persecución, o provoca que existan dos
juzgamientos a la misma persona por idéntico hecho, pues,
#29322893#212601231#20180806120414443
Cámara Federal de Casación Penal Sala II
Causa Nº FSM 60401/2016/4/CFC1
“Cabrera, Sergio Rodrigo s/ recurso
de casación”
#29322893#212601231#20180806120414443
Frente al remedio de apelación deducido por el
acusador público (cfr. fs. 23/26.), la Sala II de la Cámara
Federal de Apelaciones de San Martín,
Pcia. De Bs. As., hizo lugar al recurso y revocó la decisión
liberatoria (cfr. fs. 47/49 vta.).
Para así resolver, los jueces sostuvieron que “no
puede afirmarse con certeza que la posesión de las plantas de
marihuana en poder de Cabrera, estuviese orientada
exclusivamente a la finalidad de aprovisamiento personal” (fs.
48 vta.).
Señalaron que “el hallazgo de los materiales [7
plantas de marihuana] no obedeció a un encuentro fortuito;
sino que se habría concretado con motivo de las tareas de
campo que identificaron al domicilio de Cabrera como un centro
de abastecimiento y comercio de estupefacientes” (ibidem).
A su vez, evaluaron que “la conducta reprochada a
Cabrera [delito de peligro] habría tenido trascendencia
pública, en la medida que los hechos podrían haber devenido
ostensibles a terceros [denunciantes que advierte sobre venta
de drogas en el lugar y tareas de campo anuncia esta misma
circunstancia]” (fs. 49).
Por último, afirmaron que “es plausible que la
situación de Cabrera haya objetivamente exorbitado el ámbito
privado de protección constitucional que establece el artículo
18 de la Constitución Nacional” y por ello descartaron la
aplicación de la doctrina de “Arriola” (fs. 49 y vta.).
Sentado cuanto precede, advierto que, en atención a
las particularidades que se presentan en el presente caso, por
los argumentos que expondré a continuación, corresponde
ingresar al fondo del asunto para evitar un innecesario
dispendio jurisdiccional.
En primer lugar, corresponde señalar que el marco de
discusión se centra en si la conducta reprochada a Cabrera ha
#29322893#212601231#20180806120414443
Cámara Federal de Casación Penal Sala II
Causa Nº FSM 60401/2016/4/CFC1
“Cabrera, Sergio Rodrigo s/ recurso
de casación”
#29322893#212601231#20180806120414443
actividad de cultivar plantas para producir estupefacientes
para consumo personal, y la segunda la simple tenencia de
estupefacientes, también para consumo personal, lo cierto es
que ambas figuras tienen como denominador común el bien
jurídico tutelado -salud pública- y requieren para su
configuración la necesaria demostración de la trascendencia a
terceros que implicaría la conducta imputada, para de ahí en
más pasar a analizar si resulta factible la subsunción
jurídica en tales tipos penales. Ello, como paso previo al
control de constitucionalidad del referido art. 5° anteúltimo
párrafo
ibidem que introduce la defensa.
De modo que para resolver correctamente nuestro caso,
cobran vocación aplicativa las consideraciones vertidas al
votar en las causas 6470 “Sacramento, Facundo Nicolás s/ rec.
de casación”, rta. el 7 de marzo de 2006, reg. 127, 6472
“Guerra, Jorge Néstor Rubén s/ rec. de casación”, rta. el 7 de
marzo de 2006, reg. 128 y 6475 “Grimberg, Alejo Fabián s/ rec.
de casación”, rta. el 7 de marzo de 2006, reg. 129, ambas de
la Sala III de este Tribunal -a cuyas reflexiones me remito
mutatis mutandi para sintetizar-, y los lineamientos sentados
por nuestro Máximo Tribunal en el precedente “Arriola”
(Fallos, 332:1963).
Es que, insisto en esto, dadas las características
comunes que poseen dichas figuras, más allá de las distintas
conductas que contemplan, ambas aluden a un uso y consumo
personal respectivamente de la substancia estupefaciente, y
protegen el mismo bien jurídico; por ende, y con especial
remisión a los postulados establecidos en los antecedentes
evocados, podemos asegurar que la naturaleza colectiva del
bien tutelado (salud pública), impone determinar si las
plantas incautadas fueron ostentadas públicamente por el
#29322893#212601231#20180806120414443
Cámara Federal de Casación Penal Sala II
Causa Nº FSM 60401/2016/4/CFC1
“Cabrera, Sergio Rodrigo s/ recurso
de casación”
#29322893#212601231#20180806120414443
insostenible situación del derecho penal”, Editorial Comares,
Granada, 2000, pp. 433/434, con cita de Lüderssen).
En función de las consideraciones señaladas, y de
acuerdo a las particulares características del suceso
investigado acerca de que las siete (7) plantas en cuestión se
encontraban dentro del domicilio de Cabrera.
Además, no se debe confundir la concreción de la
lesión al bien jurídico protegido con la exhibición de la
conducta a terceras personas. En efecto, mientras que en el
primer caso se cumple con el manto prohibido, en el segundo,
no necesariamente, si, justamente, no se materializa el
peligro que veda el tipo penal.
En la sentencia examinada se valoró que las plantas
eran “ostensibles”,” porque “el denunciante […] advierte sobre
ventas de drogas en el lugar y tareas de campo que anuncian
es[a] misma circunstancia” más no se dijo de qué manera la
plantación de cannabis sativa en la vivienda de Cabrera
menoscabó la “salud pública”, más aun tomando en consideración
que el juez instructor descartó la hipótesis de tráfico y ello
no fue objetado en ningún momento por el acusador público.
De esa forma, por las particularidades que presenta
este caso, no es posible afirmar sin más que la conducta
endilgada a Cabrera haya excedido la esfera de privacidad que
ampara el art. 19 de nuestra Carta Magna.
En consecuencia, entiendo que corresponde hacer lugar
al recurso de la defensa, sin costas, anular la decisión
impugnada, estar a la inconstitucionalidad y al sobreseimiento
de Sergio Rodrigo Cabrera, dispuestos por el juez de
instrucción a fs. 20 vta./22 (arts. 19 de la CN; 336 inc. 3º,
470 y 471 del CPPN).
Tal es mi voto.
El juez Alejandro W. Slokar dijo:
#29322893#212601231#20180806120414443
Cámara Federal de Casación Penal Sala II
Causa Nº FSM 60401/2016/4/CFC1
“Cabrera, Sergio Rodrigo s/ recurso
de casación”
#29322893#212601231#20180806120414443
Internacional de Derechos Civiles y Políticos)”. Y también que
"…el desenvolvimiento del ser humano no queda sujeto a las
iniciativas y cuidados del poder público. Bajo una perspectiva
general, aquél posee, retiene y desarrolla, en términos más o
menos amplios, la capacidad de conducir su vida, resolver
sobre la mejor forma de hacerlo, valerse de medios e
instrumentos para este fin, seleccionados y utilizados con
autonomía —que es prenda de madurez y condición de libertad— e
incluso resistir o rechazar en forma legítima la injerencia
indebida y las agresiones que se le dirigen. Esto exalta la
idea de autonomía y desecha tentaciones opresoras, que
pudieran ocultarse bajo un supuesto afán de beneficiar al
sujeto, establecer su conveniencia y anticipar o iluminar sus
decisiones" (CIDH en el caso Ximenes Lopes vs. Brasil, del 4
de julio de 2006, parágrafo 10 del voto del Juez Sergio García
Ramírez).
A partir de ello, siendo que los siete plantines de
marihuana, se encontraba alejados a la vista de otras
personas, no se evidencia, en el caso, la concreta afectación
al bien jurídico salud pública ni daños producidos a bienes
jurídicos o derechos de terceros.
2. Por las razones expuestas, propongo al Acuerdo:
Hacer lugar al recurso de casación deducido por la
defensa, anular la decisión impugnada y estar al
sobreseimiento dictado por el juez de grado a Sergio Rodrigo
Cabrera (cfr. fs. 20 vta./22). Sin costas.
Tal es mi voto.
En virtud del resultado habido en la votación que
antecede, el Tribunal RESUELVE:
HACER LUGAR al recurso de la defensa, SIN COSTAS,
ANULAR la decisión impugnada, y ESTAR a la
inconstitucionalidad y al sobreseimiento de Sergio Rodrigo
Cabrera, dispuestos por el juez de instrucción a fs. 20
#29322893#212601231#20180806120414443
Cámara Federal de Casación Penal Sala II
Causa Nº FSM 60401/2016/4/CFC1
“Cabrera, Sergio Rodrigo s/ recurso
de casación”
#29322893#212601231#20180806120414443