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Universidad del Cauca - Usaca
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Señora
JUEZ QUINTO PENAL DEL CIRCUITO DE POPAYAN
Popayán Cauca
Despacho

Referencia Radicación 19001-6000602-2008-01079


Procesado FERNANDO PENCUA ROSERO
Delitos HURTO CALIFICADO Y AGRAVADO Y OTROS
Actuación SUSTENTACION RECURSO DE APELACION
CONTRA LA SENTENCIA DE PRIMERA DE 20
DE ABRIL 2018.

FRANCISCO RIVERA ROJAS, identificado con C.C No.- 76.296.100,


abogado con T.P No.- 93.666 del C.S de la J., litigando en defensa 1
técnica del procesado BALMES JESUS RODRIGUEZ RIASCOS
dentro del asunto de la referencia, dentro de los oportunos términos
me permito SUSTENTAR el RECURSO DE APELACION,
oportunamente formulado contra la sentencia de primera instancia
leída el 20 de abril de 2018.

La fundamentación del recurso ordinario vertical es la siguiente:

1.- LOS HECHOS Y EL TRAMITE PROCESAL

1.1.- Los hechos.

Según el audio (minuto17:00) que contiene la lectura de la sentencia,


los hechos fueron recogidos en los siguientes términos:
“El día 10 de diciembre de 2008 en la casa de habitación del señor
PABLO ANDRES SEGURA QUIÑONEZ ubicada en la Calle 4 B No.- 33-
28 del Barrio Santa Catalina de Popayán, este cuando se encontraba
en la puerta de la vivienda en compañía de 2 personas más, fueron
abordados por hombres que portaban armas de fuego que los hicieron
entrar en el inmueble y mediando agresiones verbales y físicas los
obligaron a tenderse en el piso, allí le exigían al propietario de la
vivienda señor SEGURA QUIÑONEZ que entregara la caja fuerte y a la
negativa de la víctima indicando que no tenia nada en su poder fue
golpeado en la cabeza por uno de los sujetos con su arma de fuego a
la vez le amenazó con matar a su hijo que se encontraba en una
habitación durmiendo. Bajo esta presión el señor SEGURA QUIÑONEZ
indicó donde estaba la caja fuerte y la abrió, procediendo los
victimarios a desocupar la caja que contenía la suma de $30.080.000,
45 relojes antiguos de colección avaluados por la víctima en
$15.000.000, además de apoderarse de otros bienes de la casa como
una cámara fotográfica de $230.000, un celular Nokia de $70.000,
unos binoculares de $700.000, unas gafas Rayban de $800.000, unos
cascos y un maletín por valor de $150.000”.

1.2.- La actuación procesal relevante.


2

Para lo que interesa a este recurso, tenemos que 13 de febrero de


2009, ante el Juzgado Segundo Penal Municipal con funciones de
control de garantías de Popayán, la Fiscalía solicitó la legalización de
la captura de BALMES DE JESUS RODRIGUEZ RIASCOS y otro1,
imputó cargos por los punibles de Hurto Calificado y Agravado y
Fabricación, Tráfico y Porte de Armas, cargos a los que el imputado
no se allanó. Es de anotar que la Fiscalía no acusó a RODRIGUEZ
RIASCOS por el punible de Secuestro simple, por el que sí acusó a
los copartícipes EVANS ALEJANDRO SINISTERRA, JHON DAIRO
RAMIREZ MUÑOZ, MANUEL FERNANDO BETANCOURT Y EDUAR
ANDRES OLAVE SEGOVIA.

1
EDUARD ANDRES OLAVE SEGOVIA.
El 11 de marzo de 2009, la Fiscalía radicó escrito de acusación contra
RODRIGUEZ RIASCOS por los mencionados punibles.

Tras el agotamiento de las audiencias de acusación, preparatoria y


juicio oral, el despacho profirió el 20 de abril de 2018 (minuto 6:00)
el sentido preclusivo del fallo por el punible de Fabricación, Tráfico y
porte de Armas por prescripción de la acción penal y condenatorio
por el punible de Hurto Calificado y Agravado.

2.- LA SENTENCIA RECURRIDA Y SUS FUNDAMENTOS

2.1.- La decisión. -

3
En la sentencia confutada, el despacho a-quo irrogó condena (minuto
1:37:52) contra BALMES JESUS RODRIGUEZ RIASCOS al
encontrarlo penalmente responsable a título de con-autor doloso del
punible de Hurto Calificado y Agravado conforme a los artículos 240
numeral 1 y 241 numeral 10 del C.P. Consecuencialmente impuso
pena de prisión de 36 meses, inhabilitación de derechos y funciones
públicas por el mismo periodo y otorgó la suspensión de la ejecución
de la pena conforme al artículo 63 del C.P.-

2.2.- Los Fundamentos de la sentencia.

Al minuto 1:16:05, la sentencia acomete el estudio de la existencia


material del Hurto y la responsabilidad penal de los procesados, entre
ellos, de BALMES JESUS RODRIGUEZ RIASCOS.
Al punto:

 Dijo que se pudo establecer las funciones que cumplieron todos


y cada uno de los imputados.
 Indicó que se demostró que para el 10 de septiembre de 2008
“ingresaron a la vivienda del señor PABLO ANDRES SEGURA y su familia
tres sujetos que responden a los nombres de EVANS ALEJANDRO
SINISTRERRA, JHON DARIO RAMIREZ y JOSE DUVAN QUEVEDO”.

 Declaró que la totalidad de los acusados actuaron con pleno


conocimiento del delito y sus consecuencias.
 Dijo que la actividad de despojo “requirió de una planeación,
concentración, división de trabajo previa a la comisión de la
conducta investigada”.
 Al analizar el papel que cada uno de los procesados cumplió en
el ilícito objeto de decisión, al minuto 1:23:30 dijo que,

“MANUEL FERNANDO BETANCUT, EDUAR ANDRES OLAVE SEGOVIA y


JOSE DUVAN QUEVEDO concertaron el hurto unos días anteriores, el día 10 4
de septiembre de 2008 en inmediaciones del centro de Popayán tal como lo
señaló JOSE DUVAN QUEVEDO, re reunieron posteriormente para el huerto
se repitió(sic) en la casa del señor EVANS ALEJANDRO SINISTERRA, allí,
según expresa QUEVEDO asignaron las funciones que cada uno debía
cumplir en desarrollo del Hurto, dando cuenta del conocimiento y dominio
del hecho a cometer, cumpliendo de tal manera los presupuestos de la co-
autorìa, es decir llevar a cabo un acuerdo previo que cada uno de los
coautores y personas investigadas en este momento realizan un aporte
esencial, además existe una división de trabajo”.

 Sobre el roll que BALMES DE JESUS RODRIGUEZ RIASCOS


habría cumplido, al minuto 1:25:25, dijo:

“debe enfatizarse que el señor BALMES DE JESUS RODRIGUEZ acudió


a la escena en que se repartió el botín, y tuvo también conocimiento
previo al delito en tanto el testimonio del señor JOSE DUVAN
QUEVEDO, participante del hurto dejo claro que el señor RODRIGUEZ
RIASCOS quien aseguraba la zona, aseverando así sin lugar a dudas
el aporte que el señor en cuestión ofrecía a la orquesta criminal que
era esencial”.

 La falladora agregó,

“para concluir la división de trabajo con el antedicho es más que


evidente, si bien hubo funciones que cada uno cumplió dentro de su
roll interior del grupo criminal, todos y cada uno desempeñó una
función asignada con anterioridad y cuyo fin únicamente era el de
asegurar la comisión del delito”.

3.- LOS MOTIVOS DE LA IMPUGNACION.

3.1- COMPLICIDAD Y EXCLUSION DEL AGRAVANTE DEL


NUMERAL 10 DEL ARTICULO 241 DEL C.P.

3.1.1.- Fundamentos jurídicos. 5

Acusamos la sentencia cuestionada de aplicar indebidamente el inciso 2


del artículo 29 C.P que regula los riquitos para estructurar la co-autorìa,
e inaplicar lo normado en el inciso 3 del artículo 30 del código penal
sustantivo que dice relación con la modalidad de participación en el
delito a título de complicidad. Del mismo modo, la sentencia aplicó
indebidamente la agravante del numeral 10 del artículo 241 del C.P,
desconociendo la no comunicabilidad de esa circunstancia a
RODRIGUEZ RIASCOS, según el art. 62 del C.P, Se verá:

El inciso 2 del artículo 29 C.P aplicado en la sentencia preceptúa:

“Artículo 29. Autores. Es autor quien realice la conducta punible por


sí mismo o utilizando a otro como instrumento.
Son coautores los que, mediando un acuerdo común, actúan
con división del trabajo criminal atendiendo la importancia del
aporte.

También es autor quien actúa como miembro u órgano de


representación autorizado o de hecho de una persona jurídica, de un
ente colectivo sin tal atributo, o de una persona natural cuya
representación voluntaria se detente, y realiza la conducta punible,
aunque los elementos especiales que fundamentan la penalidad de la
figura punible respectiva no concurran en él, pero sí en la persona o
ente colectivo representado.

El autor en sus diversas modalidades incurrirá en la pena prevista


para la conducta punible.” (negrillas fuera de texto).

Y el inciso 3 del artículo 30 del código penal, disposición que alegamos


inaplicada dice:

“Artículo 30. Partícipes. Son partícipes el determinador y el cómplice.

Quien determine a otro a realizar la conducta antijurídica incurrirá en


la pena prevista para la infracción.
6
Quien contribuya a la realización de la conducta antijurídica
o preste una ayuda posterior, por concierto previo o
concomitante a la misma, incurrirá en la pena prevista para la
correspondiente infracción disminuida de una sexta parte a la
mitad.

Al interviniente que no teniendo las calidades especiales exigidas en


el tipo penal concurra en su realización, se le rebajará la pena en una
cuarta parte.”

Por ofrecer claridad absoluta sobre la diferencia entre estas dos


modalidades de participación en el delito, esto es, entre COAUTORIA y
COMPLICAD, presentamos el recuento que sobre la posición de la
corporación, hizo la Corte en el AP7084-2017 -25 de octubre-, radicación
48086, M.P JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO:

“3. Lo cierto es que la tesis de la Corte sobre la coautoría impropia y su


distinción respecto de la complicidad ha sido, en general, constante.
………………..

“Se predica la coautoría, cuando plurales personas son


gregarias por voluntad propia de la misma causa al margen de
la ley, comparten conscientemente los fines ilícitos propuestos y
están de acuerdo con los medios delictivos para lograrlos, de
modo que cooperan poniendo todo de su parte para alcanzar
esos cometidos, realizando cada uno las tareas que le
corresponden, coordinadas por quienes desempeñen a su vez el
rol de liderazgo”.

“En tales circunstancias, quienes así actúan, coparticipan


criminalmente en calidad de coautores, aunque no todos
concurran por sí mismos a la realización material de los delitos
específicos; y son coautores, porque de todos ellos puede
predicarse que dominan el hecho colectivo y gobiernan su propia
voluntad, en la medida justa del trabajo que les correspondiere
efectuar, siguiendo la división del trabajo planificada de
antemano o acordada desde la ideación criminal (CSJ SP, 7 mar.
2007, rad. 23825)”.

“Pero, lo concerniente a la participación –en este caso la


complicidad– excluye la ejecución de la acción típica por parte del
partícipe, porque lo que éste hace es una contribución al injusto doloso
que otro comete: «Si se busca una característica general para todas las
manifestaciones o formas de aparición de la autoría que la delimite de 7
la participación, se ha de decir: el autor es la figura central en la
realización de la acción ejecutiva típica. El partícipe es una figura
marginal o personaje secundario…» (Roxin, Claus; Derecho Penal,
Parte General, Tomo II, parágrafo 25–10)”.

“Tal concepto ha sido claramente explicado por la doctrina en


vigor de la Sala (CSJ, AP, 26 de febrero de 2014, rad. 42428)”:

“Tanto el artículo 30 de la Ley 599 de 2000, como el artículo 24


del Decreto 100 de 1980, (…), establecen que el cómplice es la
persona que contribuye a la realización de la conducta
antijurídica o presta una ayuda posterior, por concierto previo o
concomitante a la misma”.

“Lo anterior permite entender que ese partícipe accesorio no


realiza la conducta típica, sólo contribuye de manera más o
menos eficaz, sin tener dominio en la producción del hecho. Por
eso, como no realiza el verbo rector, su conducta no puede ser
la causa del resultado antijurídico sino una condición del
mismo”.

“En síntesis, «…sólo quien domina el hecho puede ser tenido


como autor; mientras que el cómplice es aquél que simplemente presta
una ayuda o brinda un apoyo que no es de significativa importancia
para la realización de la conducta ilícita, es decir, participa sin tener
el dominio propio del hecho.» (CSJ, SP, 9 de marzo de 2006, rad.
22327)”.

En lo que tiene que ver con la coautoría impropia, ha reiterado lo


siguiente (CSJ, SP, auto del 18 de junio de 2014, rad. 43772):

“De antaño ha explicado la jurisprudencia de esta


Corporación (CSJ SP, 7 mar. 2007, Rad. 23825) en qué consiste la
coautoría y cómo se configura a pesar de que no todos concurran a
la ejecución del hecho”:

“Se predica la coautoría, cuando plurales personas son


gregarias por voluntad propia de la misma causa al margen de
la ley, comparten conscientemente los fines ilícitos propuestos y
están de acuerdo con los medios delictivos para lograrlos, de
modo que cooperan poniendo todo de su parte para alcanzar
esos cometidos, realizando cada uno las tareas que le
corresponden, coordinadas por quienes desempeñen a su vez el
rol de liderazgo”.

“En tales circunstancias, quienes así actúan, coparticipan


criminalmente en calidad de coautores, aunque no todos
concurran por sí mismos a la realización material de los delitos 8
específicos; y son coautores, porque de todos ellos puede
predicarse que dominan el hecho colectivo y gobiernan su propia
voluntad, en la medida justa del trabajo que les correspondiere
efectuar, siguiendo la división del trabajo planificada de
antemano o acordada desde la ideación criminal”.

“Ese criterio fue recientemente confirmado por la Sala (CSJ


SP, 22 ene. 2014, Rad. 38725), al precisar que la coautoría
funcional se puede deducir de los hechos que demuestran la
decisión conjunta de realizar el delito”:

“Es sabido que para la coautoría funcional el acuerdo del plan


criminal no requiere de un pacto detallado, pues se deduce de
los actos desencadenantes, de los hechos demostrativos de la
decisión conjunta de su realización”.

“Según la teoría del dominio del hecho, autor es quien domina


el hecho y para efectos de la coautoría lo decisivo es tener un
dominio funcional del hecho, pues cada sujeto controla el
acontecer total en cooperación con los demás, no tiene en sí
mismo un control parcial, ni tampoco global, sino que éste se
predica de todos”.

“A su turno, de acuerdo con la definición prevista en el artículo


29 de la Ley 599 de 2000 relacionada con que «Son coautores
los que, mediando un acuerdo común, actúan con división del
trabajo criminal atendiendo la importancia del aporte», la Corte
Suprema de Justicia ha enfatizado en la necesaria presencia de
los siguientes elementos: i) un acuerdo o plan común; ii) división
de funciones y iii) trascendencia del aporte en la fase ejecutiva
del ilícito”.

“Lo anterior implica al operador judicial sopesar tanto el factor


subjetivo relacionado con el asentimiento expreso o tácito de los
sujetos conforme al plan común y su decidida participación en
tal colectividad con ese propósito definido, como factores
objetivos dados por la conducta desplegada por cada uno como
propia de una labor conjunta o global y la entidad de tal aporte”.

Así, la reseña jurisprudencial precedente, extensa pero


pertinente, contenida en precedentes que se reiteran unos a otros,
deja ver a las claras que la postura de la Sala sobre el alcance de las
figuras de la coautoría y la complicidad ha sido constante.”

3.1.2.- El caso concreto de BALMES JESUS RODRIGUEZ RIASCOS.

De la mano de los antecedentes legales y jurisprudenciales citados se


tiene que una declaración de justicia a título de coautoría debe pasar
9
por la demostración i) de la existencia del acuerdo previo expreso o tácito,
iii) del planeamiento de la ejecución del hecho con división del trabajo y
del reparto de tareas, y ii) de la prueba de la importancia del aporte
demostrativo del co-dominio funcional del hecho.

El cómplice no ejecuta la acción típica, pero si contribuye con una


conducta punible con posterioridad a la realización de esta, tras un
acuerdo previo o concomitante a la ejecución del crimen que otro comete

Según la acusación y las pruebas ingresadas al juicio oral, en el


acontecer criminal que tuvo lugar con motivo del hurto contra el señor
PABLO ANDRES SEGURA QUIÑONEZ y su familia, se pueden verificar
fácilmente las etapas de planeación y ejecución.
La planeación ocurrió en un lugar cerca de las instalaciones del
acueducto de Popayán y en una casa del barrio Valencia de esta ciudad;
y la ejecución se llevó acabo en la casa de víctima. Ejecutado lo anterior,
se produce el traslado del botín a una casa del barrio Moscopan.

JOSE DUVAN QUEVEDO desfiló en el juicio oral para narrar, en tanto


actor principal de los actos, la forma como se planeó, ejecutó y aseguró
el objeto del hurto.

Sobre la ideación del plan criminal, QUEVEDO narra que el hurto fue
planeado en el acueducto de Popayán y en una casa del barrio Valencia,
planeación de la que participaron MANUEL FERNANDO BETANCURT
GARCIA, EDUAR ANDRES OLVA SEGOVIA y el propio QUEVEDO.

En punto de la ejecución del plan en casa de los SEGURA QUIÑONEZ,


narra QUEVEDO que a la habitación ingresan él, EVANS ALEJANDRO
SINISTERRA y JHON DARIO RAMIREZ MUÑOZ.
10

Obtenido el botín, los maleantes abandonan el lugar y se trasladan a


una residencia de un tal alias “CAQUETA” ubicada en Moscopan,
traslado en el que participan, el mismo alias “CAQUETA” y el narrador
QUEVEDO.

Ya ubicados en la casa de Moscopan, es en donde QUEVEDO ubica a


BALMES JESUS RODRIGUEZ RIASCOS, al indicar que llego en
motocicleta, vestido con uniforme de policía e ingresó al lugar. De aquí,
dice QUEVEDO, se trasladó con RODRIGUEZ RIASCOS en una
motocicleta BIWIS a la casa del barrio Valencia donde EVANS
ALEJANDRO SINISTERRA, en donde tuvo lugar la repartición del botín.
Así de clara la ideación, planeación y ejecución del hurto, fuerza
concluir, a partir del mismo testimonio de la victima SEGURA
QUIÑONEZ y del testigo estrella de la Fiscalía JOSE DUVAN QUEVEDO
que BALMES JESUS RODRIGUEZ RIASCOS nunca fue actor principal
del hurto, pues está demostrado que no participó en la ideación,
planeación ni ejecución del punible. El actor principal del crimen JOSE
DUVAN QUEVEDO es exacto, concreto y responsivo en indicar el
nombre de quien lo contacto para venderle la idea del robo -MANUEL
FERNANDO BETANCOUT-, y de quienes participaron con él en la planeación

del ilícito - MANUEL FERNANDO BETANCUT GARCIA y EDUAR ANDRES OLVA


SEGOVIA – y de quienes, con él, ingresaron a la casa de la víctima - EVANS

ALEJANDRO SINISTERRA y JHON DARIO RAMIREZ MUÑOZ -.

Si no hay prueba que demuestre que RODRIGUEZ RIASCOS participó


de la ideación y planeación del crimen, porque tanto la víctima y el
principal victimario QUEVEDO no lo relacionan interviniendo en esos
roles, tampoco podría, -sin contrariarse la lógica-, concluirse que compartió
conscientemente los fines ilícitos propuestos. Tampoco podría decirse 11
que estuvo de acuerdo con los medios delictivos planeados para lograr
el cometido propuesto. Si no estuvo en la planeación del delito, tampoco
pudo haber asumido tareas con los “dueños” del comportamiento
criminal, como para que se le tenga como “dueño” también. Si no estuvo
en la planeación, tampoco distribuyó tareas, ni asumió, creyéndose actor
principal del reparto delictivo, la ejecución de algunas de ellas. Si no
participó de la ideación y planeación del acontecer delictivo, tampoco
puede decirse que hacia parte de una división de trabajo dibujada de
antemano o acordada desde la ideación de la empresa. Como no ideó, ni
planeo la ejecución del hurto, de él tampoco se puede predicar que
gobernaba el acontecer total con las otras personas que sí participaron
en la ideación y planificación. Si todo esto es así, como así se desprende
de los mismos testigos de cargo -victima SEGURA QUIÑONEZ y principal
victimario JOSE DUVAN QUEVEDO-, debe descartarse cualquier participación

de BALMES JESUS RODRIGUEZ RIASCOS a título de coautor, pues no


concurren los exigentes requisitos que la dogmática penal exige para su
estructuración a partir del inciso 2 del artículo 29 del C.P.
Tal como se ha alegado por esta defensa, si le creemos al testigo JOSE
DUVAN QUEVEDO, de sus relatos se concluye que RODRIGUEZ
RIASCOS aparece dentro del acontecer fáctico, con posterioridad a la
misma ejecución del hurto, pues habría ingresado a una casa de
Moscopan, a donde había llegado QUEVEDO, tras el apoderamiento del
botín en la casa de los SEGURA. Recuérdese que QUEVEDO sale con el
botín desde la casa de los SEGURA hasta la casa de Moscopan, en
compañía de alias “CAQUETA”. De allí se desprende que RODRIGUEZ
RIASCOS ni siquiera fue quien ayudó a QUEVEDO a huir del sitio del
hecho en los momentos posteriores pero inmediatos al mismo. No
olvidemos que ya ubicado el maleante QUEVEDO en MOSCOPAN, el
hurto estaba consumado, porque los bienes hurtados ya se encontraban
por fuera de la esfera de su dueño.

Si el comportamiento fáctico probado a RODRIGUEZ RIASCOS no es


otro que entrar a la casa de Moscopan, y desde allí trasladarse en
compañía de QUEVEDO hacia otro lugar en el barrio Valencia con fines
12
de reparto del botín, aquella participación lo sería a titulo de COMPLICE,
que no de coautor. Esto porque su contribución es posterior a la
ejecución del hecho, y como lo principal del acontecer fáctico -léase
idear, planear y ejecutar el hurto- ya se había ejecutado por los
verdaderos dueños de la empresa criminal, aunque contribución, la de
RODRIGUEZ RIASCOS resulta ser apenas secundaria, que no central o
principal.

RODRIGUEZ RIASCOS, según la narración de los hechos que hacen


SEGURA QUIÑONEZ y QUEVEDO, no realizó el hurto, no realizó la
conducta típica, más si hubiera participado de ella, como una figura
marginal o secundaria prestando una ayuda posterior a su ejecución.

Claro que RODUIGUEZ RIASCOS habría prestado la ayuda a los


“dueños” de la empresa criminal estructurada para cometer el hurto a
SEGURA QUIÑONEZ, tras un acuerdo, de pronto previo, o quizá
concomitante a la ejecución del hecho, pero ese acuerdo de colaboración
o ayuda, ya previo, ora concomitante, no lo convierte en coautor, más si
en COMPLICE, pues, tal como se viene demostrando, la Fiscalía no
probó en juicio que aquel participó de la ideación, planeación ni
ejecución del hurto, por lo que no hay prueba de que RODRIGUEZ
RIASCOS haya ajustado su comportamiento consiente, a hacer parte
como socio principal o decisivo, o si se quiere como “dueño” o
“accionista” del pull criminal que ideó, planeo y ejecuto el hecho. Se
repite por última vez: de lo único que habría prueba es de que,
RODRIGUEZ RIASCOS prestó una ayuda posterior a la ejecución del
hecho, eso sí por acuerdo de pronto previo, o quizá concomitante con
quienes eran los “dueños” del negocio criminal.

Como el hombre es culpable ante la ley no por lo que es, sino por lo que
hace según las teorías que arropan el derecho penal de acto; y si las
pruebas, especialmente las testimoniales de la victima SEGURA
QUIÑONEZ y del victimario QUEVEDO, no demuestran la concurrencia 13
de los exigentes requisitos de la coautoría, como que solo alcanzarían
para demostrar a RODRIGUEZ RIASCOS un comportamiento de
ayudante al delito de otros en las postrimerías de su ejecución,
seguramente porque así lo acordó con anterioridad o en el mismo
momento en que se ejecutaba, no era dable, en punto de la tipicidad
estricta irrogar condena como coautor en aplicación del inciso 2 del
artículo 29 C.P que regula los riquitos para estructurar la COAUTORIA
como lo hizo el fallo, pues, lo jurídicamente correcto era aplicar lo
normado en el inciso 3 del artículo 30 del código penal sustantivo que
dice relación con la modalidad de participación en el delito a título de
COMPLICIDAD.

Tanto acusación y condena se produjo por Hurto calificado según el art.


240 inciso 1 AGRAVADO conforme al numeral 10 del artículo 241.

Estas circunstancias no podrían endilgarse a RODRIGUEZ RIASCOS, a


partir de los mismos fundamentos que excluyen su responsabilidad a
título de autoría, y que lo ubican como cómplice, pues, tal como lo refiere
la jurisprudencia arriba citada, el cómplice no realiza la conducta típica,
como sí lo hace el coautor; el cómplice simplemente presta una ayuda o
contribuye a la misma sin tener dominio en la producción del hecho. En
ese sentido, a RODRIGUEZ RIASCOS no se le puede endilgar esas
agravantes porque, tal como se vio, mi defendido no participó de la
planeación ni de la ejecución del hurto, como si lo hacen los coautores,
por lo que no es pasible de la imputación jurídica de la citada agravante.

Al punto, el artículo 62 del C.P, establece que las circunstancias


agravantes de índole material que concurran en el autor, solo se
comunican a los participes que las hubieran conocido al momento de
la planeación o ejecución de la conducta punible. Dice,

Artículo 62. Comunicabilidad de circunstancias. Las circunstancias


agravantes o atenuantes de carácter personal que concurran en el
autor de la conducta no se comunican a los partícipes, y sólo serán
tenidas en cuenta para agravar o atenuar la responsabilidad de 14
aquellos que las hayan conocido.

Las circunstancias agravantes o atenuantes de índole material


que concurran en el autor se comunicarán a los partícipes que
las hubiesen conocido en el momento de la planeación o
ejecución de la conducta punible.

Si no hay prueba que planeó el hurto, ni ejecutó el mismo, en tanto que


como cómplice simplemente prestó una ayuda, tampoco pudo haber
conocido las circunstancias agravantes referida, por lo que conforme la
norma, no se le puede comunicar esas circunstancias.

Ahora bien. La declaración de justicia que a titulo de complicidad


reclamamos, tiene trascendental efecto en punto del destino final del
proceso, pues si así se acoge por la judicatura, tendríamos que la acción
penal por el hurto, con participación a título de complicidad, estaría
prescriba para BELMES JESUS RODRIGUEZ RIASCOS.
Ciertamente, según el inciso 3 del artículo 30 del C.P, la pena para el
cómplice es la prevista para el autor, disminuida de una sexta parte a la
mitad. Del otro lado, según el artículo 60-5 del C.P, la disminución
mayor se aplica al mínimo de la pena fijada en el tipo y la disminución
menor se aplica al máximo.

El 13 de febrero de 2009 cuando tuvo lugar la imputación de cargos, se


interrumpió la prescripción de la acción penal, según el art. 292 del
C.P.P., con la consecuencia de que empieza a correr un nuevo termino
por la mitad del señalado anteriormente, sin ser mayor a 10 ni inferior a
5 años – Artículo 86 C.P- para que se consolide ese fenómeno.

En esas circunstancias, de acuerdo con la pena mayor para el cómplice


del HURTO, la acción penal ya habría alcanzado el fenómeno de la
prescripción ocurriría, luego de contar el nuevo término tras la
interrupción de la prescripción de la acción penal con la imputación de 15
cargos que tuvo lugar el citado 13 de febrero de 2009.

PETICION

Por lo expuesto ruego a la Colegiatura que habrá de resolver la alzada,


MODIFICAR la sentencia objeto del recurso, para en su lugar acceder
indicar la condena a titulo de COMPLICE por el punible del HURTO, y
como consecuencia de la tasación de la nueva pena, declarar la
prescripción de la acción penal en favor del procesado RODRIGUEZ
RIASCOS.
NOTIFICACIONES

Recibo en la Calle 34 Norte No.- 9-76 Apto 706, edifico Barcelona


Condominio de Popayán Cauca, celular. 316-8688128, correo:
riverarojasabogado@gmail.com

Con respeto,
FRANCISCO RIVERA ROJAS
C.C No.- 76.296.100
T.P No.- 93.666 del C.S de la J.

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