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¿Para qué necesitan los pobres un ejército parásito?

enero 19, 2018 Redacción 34 comentarios

Por: Oscar Miguel Marroquín


Honduras es el país más pobre de toda América Latina, sin embargo, el presidente Juan Orlando
Hernández muestra ante los ojos del mundo entero, tener un EJÉRCITO PARASITO que
consume muchos millones de dólares a cambio de asesinar al pueblo en beneficio de unos
cuantos banqueros, empresarios y políticos.
Acaso los millones de dólares que se invierten en el ejército, no podrían servir para educación,
salud, vivienda y otros aspectos que saquen a Honduras del bochornoso último lugar que ocupa
en pobreza, la verdad es que, si se podría, sin embargo, en un país donde se prioriza mantener
un ejército fuerte a fin de contener toda forma de protesta social.
En Honduras además de sostener al ejército con una buena parte del presupuesto general
nacional, también se le refuerza periódicamente, lo que naturalmente hace que esto vaya en
detrimento de la inversión social, principalmente para los sectores más desposeídos del país
que, dicho sea de paso, están creciendo aceleradamente. En palabras más sencillas, mientras
los militares gozan de buenos salarios y prestaciones, el pueblo se debate entre la vida y la
muerte.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicó recientemente en su
informa anual, que Honduras se aloja en materia de pobreza en el último lugar en toda América
Latina, este informe quizá sea el mejor argumento que tengo para sostener que un país con
tantos pobres juntos, debería tomar medidas inmediatas para resolver esta grave situación.
Los índices de pobreza alcanzados por Honduras requieren sin duda alguna, acciones
contundentes, eliminar fuertes partidas presupuestarias en gastos militares y trasladarlos a la
inversión social, podría contribuir paulatinamente a la reducción de la pobreza.
No obstante, esto naturalmente sería un imposible en un país como en Honduras donde el statu
quo, necesita invariablemente al ejercito como forma de garantizar un poder por demás decirlo,
que se sostiene a sangre y fuego; por si alguien reclama ejemplos de lo que sostengo, basta con
mencionar el más reciente golpe de Estado contra el presidente José Manuel Zelaya, y cientos
de acciones represivas donde el ejército ha tenido participación directa o indirecta.
Generalmente toda la represión cometida por el ejército es arropada con el manto de la legalidad
constitucional, a fin de colocar estas acciones como una forma de “defender la patria”;
ocultando de esta manera que las acciones criminales del ejercito son en favor de los intereses
de grandes banqueros y empresarios que ven en todo tipo de protesta o denuncia social una
amenaza.
Ahora que Honduras nuevamente atraviesa una grave crisis política y social, el presidente Juan
Orlando Hernández y toda la oligarquía ocupan sin pensarlo dos veces al ejército para sofocar
(asesinando si es necesario) la protesta social generada por el descomunal FRAUDE
ELECTORAL.
El ejército hondureño además de parasito, es también el guardián permanente de unas pocas
familias que controlan la riqueza.
En resumidas cuentas, los pobres no necesitan un EJÉRCITO PARASITO.
Quienes si los necesitan son los Canahuati Larach, Ferrari, Facussé Barjum, Schucry Kafie,
Camilo Atala, Freddy Nasser y otros. Este EJÉRCITO PARASITO, es el que le garantiza a la
oligarquía un statu quo permanente.

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