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EL ACTO PSICOANALITICO

1982- presentación del seminario de Jacques Lacan

Olga M. de Santesteban

Partimos del des-ser del sujeto supuesto al saber.


El acto es la caída del sujeto supuesto al saber y su reducción a un advenimiento del objeto a como
causa de la división del sujeto que viene a su lugar.
Jacques Lacan 1967-68

Presentamos en esta reunión algunas trazas de la lectura del seminario El Acto Psicoanalítico de Jacques Lacan.
En su enseñanza es el seminario número 15 y constituye un lugar de verdadera invención al ofrecer después de La lógica del fantasma una fórmula
que establece por primera vez en la historia del psicoanálisis, las posiciones a ocupar en la disparidad subjetiva que supone la transferencia.
Fue el seminario que acompañó el acto de fundación de la Escuela... su búsqueda, su encuentro, su traducción y su presentación llevan el eco del
descubrimiento, del impacto de una articulación absolutamente nueva y decisiva para el analista en la dirección de la cura... el eco también...
porqué no!... de la fascinación, del enamoramiento frente a los nuevos significantes:

El Acto-el Acta un lugar posible para colocar el no hay relación sexual... que le permita afirmar en el sujeto la certeza de pertenecer a un sexo... y
solo hay acto sexual para atreverse a exponer la demanda de goce autoerótico... y hacer su entrada al campo de lo real a través del fantasma.

Lacan decía que el modelo se pega a un niño que Freud descubrió, no lo dejó para los cerdos... hizo poesía, la que encontraba en la poética del
inconciente.
... El acto psicoanalítico – nos decía- parece idóneo para reverberar más luz sobre el acto.
El acto no puede pensarse sin la destitución subjetiva... el acto psicoanalítico... el acto sexual... todo acto...
Lacan dedicó este seminario a lo que sin duda sabia que era piedra de escándalo: la falla descubierta del sujeto supuesto al saber y que se sospechará
que la distancia entre el acto y la dignidad de su propósito, que aquí se revela, ha de tomarse para instruirnos sobre la ficción de un sujeto supuesto.
Esta verdad se la puede seguir ignorando
Que haya inconsciente quiere decir que hay saber sin sujeto... y ese saber es legible... aunque se lo quiera aplastar... el descubrimiento sobrevive.
Muchos pueden creer- todas lógicas filosóficas, onto-, teo-, cosmo-, y también psico-, que con que no se la denuncie... es como si el advenimiento del
inconsciente no hubiese ocurrido.
La división del sujeto introduce que consideremos el lugar del Otro... Lugar desde donde se produce la palabra del sujeto y desde donde esta fechada
su inscripción.
El otro punto de centramiento del seminario es el lugar que ocupa el objeto a...

... el psicoanalista se hace de objeto a. se hace, entiéndase: se hace producir: de objeto a: con objeto a.

Esta constituye otra de las grandes fórmulas del seminario que Jacques Lacan abría al diagramar la lógica de la falta y situar la función del objeto en
las estructuras freudianas.
Vuelve a redoblar su fórmula con La ética del psicoanálisis para centrar la función del erotismo.

Placer, barrera del goce, (aunque no a la inversa).


Realidad hecha de transferencia (aunque no a la inversa.
Y principio de vanidad, supremo, de que el verbo no valga sino cara a la muerte (y subráyese esa mirada, no la muerte, que se escapa).

Invención de una encrucijada increíble... apertura de sus callejones sin salida para romper el extravió de cada cual...
... el acto psicoanalítico esta determinado según el goce... hay maneras de preservarse de él...
A partir de la relación entre el sujeto supuesto al saber y el objeto a vuelve a situar la disparidad subjetiva, enriqueciendo la manipulación de la
transferencia, sin la cual no hay acto analítico... esa manipulación de la transferencia opera decididamente sobre el sujeto tal como esta
determinado e inscripto en el mundo como causado por un cierto efecto del significante.
La transferencia se presenta así como el único escenario donde puede habitar el sujeto del acto analítico... sin duda... solo sabe lo que se opera en
transferencia.
Pero la transferencia será también el escenario único para poner en cuestión la figura del sujeto supuesto al saber y esto se impone porque la materia
oscura, intrincada, escabrosa del goce... pone en cuestión esta figura que el analizante sabe que no esta encarnada en el analista... es solo su
soporte.
La existencia del objeto a se ha demostrado en la tarea psicoanalítica en el efecto de transferencia... ya que al introducir la función sujeto tomado
en la demanda instaurando el deseo, se encontró determinado por esas funciones que el análisis ha abrochado cómo los movimientos que van del seno
al excremento, de la voz a la mirada.
Es alrededor de estas funciones en la medida que en la relación analítica han sido atribuídas a quien es el partenaire, que esta el pivote y el soporte,
el instrumento que ha podido realizar la esencia de la función del sujeto dividido, al saber, la impotencia del saber.

Otro de los aportes importantes de este seminario giran alrededor de situar el acto de comienzo como una fundación renovada...

...el acto esta ligado a la determinación significante de un comienzo.... comienzo es renovación... es apuesta a un nuevo deseo... es creación... es
decisión que suscita un nuevo deseo... el acto es un decir... que se articula sobre esa asociación libre que permite al significante ponerse en acto,
desplazarse, sobre las palabras para dibujar su letra... Por esto, pedimos al sujeto que se ausente para que el significante haga su juego.

Se trata de:
...Jugar el juego de la verdad y del saber... jugar el juego de la ficción del sujeto supuesto al saber... y las formas de goce...
...jugar el juego de la elección forzada: ¿la bolsa o la vida?, ¿la libertad o la muerte? y así jugar el juego del no pienso al no soy...

Este acto de comienzo es una elección que se ofrece a probarse a los efectos del lenguaje... encomendándose a la deriva del lenguaje... hasta el
punto de perderse y reencontrarse en las vestiduras del amor en cuyo centro enmascarado pervive el objeto a como causa...
Frente a esta decisión y a esta apuesta el psicoanalista establece, permite, autoriza las condiciones del acto al precio de llegar él mismo a soportar
esta función del objeto a... para que el acto se inscriba en el Acta de una nueva historia de amor.
Es acto autorizado para que se revele el sujeto... ese sujeto radicalmente dividido... Lacan insiste que esta es la novedad aportada como un desafío
por el descubrimiento psicoanalítico que plantea como esencial que ese efecto de sujeto sea un efecto de división que una vez realizado puede darse
el retorno, que puede haber reacto, que podemos hablar de acto psicoanalítico...

El sujeto que se nos presenta es un sujeto en el cual está localizada la falta que Freud nos define como diferencia sexual, y donde la barra de la
represión fundante instala una hiancia. Así en el lugar de la división, en el lugar de aquello que enmascara la división, va a colocar el objeto a como
operación esencial de la dirección de la causa.
La colocación del objeto en la división del sujeto había sido planteada en el seminario El objeto del psicoanálisis para evaluar las consecuencias que
resultan de hacer pasar el goce al inconsciente... objeto a situado en el corazón mismo de la hiancia que separa el campo de la verdad del campo de
saber.

El objeto a va a ir tomando distintas conceptualizaciones a lo largo de la obra... desde la forma imaginaria que ya nos había aportado en El estadio
del espejo, donde a través de la identificación se produce la transformación en el sujeto cuando asume una imagen que funda el narcisismo,
introduce la regla de repartición entre lo imaginario y lo simbólico, es revelador de un mecanismo libidinal y funda la matriz simbólica en la que el
yo se precipita aún antes de objetivarse en la dialéctica de la identificación con el otro... hasta llegar a precisar el lugar que ocupa el objeto en La
lógica del fantasma como lugar de extracción de goce y su posibilidad de atravesamiento en la cura para ir drenando las diferentes formas de goce
que velan el verdadero lugar del objeto causa del deseo, expresándose en sus cuatro movimientos que van del seno al excremento... de la voz a la
mirada.
Esa causa del deseo que creo que va a plantear que es estrictamente equivalente a su doblez... o sea la división del sujeto o como lo plantea en el
74... un objeto sin sustancia para situar las viscisitudes de la pulsión en la economía de goce.
Así, lo que hace mirada, lo invocante, lo que se chupa o se caga marcaran las posiciones del sujeto.
En Problemas Cruciales para el Psicoanálisis 1964/65 dirá: ese objeto a es calificado en lo que nos importa saber: la regla de una acción como eco del
deseo.
Este objeto a en el Seminario del Acto... es fundamental para atrapar justamente la operación con el sujeto supuesto al saber ya que es el objeto
que enmascara la división.
Así toda la operación de El Acto... va a estar centrada justamente en la posibilidad de rescate de este objeto, a los fines de dejar al descubierto la
división.
Este objeto que Lacan señala presente al principio del espejismo del todo, pero que él trata de hacer vivir alrededor de eso, otros soportes que son
desechos, que son mirada, que son voz... porque esto nos permite destituir de su función la relación al termino todo.
En este seminario (del cual este año presentamos también sus ejes esenciales) Lacan diagrama la operación del saber planteando que la operación
significante produce un saber que en ciertos puntos hace falla, y esa falla va a estar referida específicamente a aquello que concierne a la posición o
al estatuto del sujeto como ser sexuado. Es a partir de estos puntos de falla donde Lacan dice que verdaderamente comienza el campo freudiano y se
trata entonces de abordar, a partir de la interpretación, estos puntos de falla.
Propone una fórmula:

El sujeto es sin saber, el saber es sin sujeto. Es un saber que en tanto ignorado define la esencia del descubrimiento freudiano. Un saber cuyo origen
puede ubicarse en el momento en que se instituye por un horror insuperable a la mirada de ese lugar donde yace el enigma del sexo; por esto;
permanece tachado, y se rehúsa al saber.

Entonces Lacan se pregunta cómo hacer la unión entre esos dos polos y el punto que encuentra que hace conjunción entre el polo del sujeto y el polo
del saber, se llamará: el sujeto supuesto al saber.
Constituye una verdadera invención que ha enriquecido de una manera increíble el concepto de transferencia.

Tal como lo decía en La Proposición del 9 de octubre de 1967... La transferencia, vengo martillándolo desde hace algún tiempo, no se concibe, sino
a partir del término del sujeto supuesto al saber.

En Lacan, lo que se podría ubicar en un comienzo es este lugar del Otro. El Otro que ustedes conocen bajo diferentes conceptualizaciones, como el
lugar del reservorio significante, el lugar donde el analistava a encontrar la materia prima para el Acto, este Otro que aparece entonces como Otro
tachado.
En el seminario Problemas cruciales para el psicoanálisis propone este esquema
El sujeto supuesto al saber es así, lugar de conjunción del sujeto y del saber, participa entonces, de esta característica del Otro, de esta posibilidad
digamos ilusoria. El sujeto supuesto al saber lo leemos en el plano de lo imaginario como una ficción. En El Acto...Lacan dice que si hay posibilidad de
que un análisis comience, es por la institución del sujeto supuesto al saber.
Esta institución comienza, a partir de una operación simple para el analista en la medida en que tiene frente a sí al sujeto neurótico, que viene a
desplegar su demanda.
Lacan define con dos características esenciales al sujeto neurótico, un sujeto que está a la búsqueda de saber; entonces el analista se ofrece como
soporte del movimiento transferencial, para ese saber que mortifica al sujeto. Sobre estos dos pilares, entonces, se ofrece a ser soporte de una
ficción instalada que le permitirá encaminarse a situar el estatuto del síntoma, para que esa ficción abra el camino a la verdadera cifra que soporta la
fixión de lo real del goce.

El aporte en el Seminario de El Acto... elabrochamiento que coloca sobre este esquema, tiene que ver entonces, fundamentalmente, con lo que
llama la reducción del sujeto supuesto al saber a la función del a, reducción de la función de idealización para rescatar el objeto a, objeto que viene
a enmascarar el lugar de la división del sujeto. O sea que desde el planteo de El Acto analítico
no habría posibilidad de abordaje de la división si no es factible abordar, los diferentes movimientos pulsionales. Aquí hay un punto de abrochamiento
fundamental que él efectúa sobre el a y la operación a realizar se llamará atravesar el fantasma acompañando en el estatuto del síntoma el
desprendimiento de los diferentes trozos de real que pertenecen al síntoma. La fórmula será: atravesar el fantasma- desanudar el síntoma.

Les decía antes que el sujeto supuesto al saber actuaba como lugar de conjunción entre el polo del sujeto y el polo del saber. El otro modo de hacer
conjunción en esto es el síntoma.
Hablamos del síntoma viniendo a surgir, también, como aquello que falla en el saber, y que viene entonces a dar cuenta de esta escisión y de esta
división.

Les decía antes que la operación que diagramó Lacan en el 64 para mostrarnos la constitución del saber, concernía, a puntos de falla, en la
constitución de lo que interesaba al sujeto como ser sexuado. Este saber va a aparecer entonces, como un saber ignorado. De algún modo lo imposible
va a quedar del lado del sujeto y del lado del saber van a quedar la sexualidad y la muerte.
El lugar de conjunción de estos dos polos era el sujeto supuesto al saber.
Se podría decir que ésta es la idea fundamental de El Acto... esta posibilidad de pensar en su reducción y que incluso plantea la paradoja del lugar del
analista, paradoja que tiene que ver con la posibilidad de ofrecerse como soporte, como sostén de una ficción que está desde el origen y desde el
vamos destinada a su pérdida.
El analista se ofrece también a ser soporte del estatuto del síntoma, y justamente la tarea de desanudamiento del síntoma es lo que permite abrir la
vía a la emergencia de la dimensión del goce.
En los Seminarios posteriores El Acto... y ya en la década del ‘70 la interpretación fundada en la letra recupera esta dimensión del goce que la
repetición significante nos aporta (Encore).
Vemos justamente en L’Envers que atrapar en la repetición el a como plus de goce abre una marcación esencial en el discurso.
Decíamos que el Seminario de El Acto...nos introduce en varias cuestiones: va a pensar en la operación psicoanalizante, va a definir el acto como una
relación entre significantes, el acto como un decir, y va a replantear directamente la dirección de la cura desde el lugar del analista que sabe a qué
lugar quedó reducido su propio analista.

El otro punto fundamental, es el trabajo sobre la estructura del fantasma. Hay aqui una operación, que efectúa, entre el objeto a, y el deseo del
sujeto y la destitución de esteobjeto en la burbuja del fantasma para colocarlo como causa del deseo, al extrae el a se evalúa su consecuencia en la
economía del goce.
El fantasma es una frase que va surgiendo, un enunciado gramatical que va insistiendo,un axioma repitiéndose en la cura hasta que llega un momento
que empezamos a construir por un lado, e instituir por el otro, o casi en el mismo movimiento de construcción se va constituyendo esta estructura
fantasmática pudiendo abrir los diferentes momentos o los diferentes movimientos pulsionales, (conocen el esquema que nos diagramó Freud
en Pegan a un niño), hasta el encuentro con el segundo momento, al cual podemos llamar, en la terminología de Lacan, el momento simbólico,
momento simbólico donde el Otro está tachado, donde este objeto va moviéndose, de algún modo, de todos los puntos de enganche que tenía a los
fines de crear la ilusión de totalidad y la operación entonces se va polarizando en estos dos puntos: $ — a, o sea que esto —que es una verdadera
invención en Lacan— nos lleva a reconceptualizar totalmente la noción de transferencia. En principio nos lleva a considerar los tres planos de Real,
Simbólico, Imaginario, y los modos de aparición de la transferencia según las modalidades que toman en estos diferentes registros.
Sin duda que el punto mas crucial del fantasma es que su función es cubrir lo real.
El fantasma permite asistir a lo que se ha creído que se era en el Deseo del Otro.
Abordar al sujeto supone acercarse a ubicar en ese a, lo que he sido para el Deseo del Otro... y - dirá Lacan: ningún desenlace es posible en el
enigma de mi deseo sin ese pasaje por el objeto a.

El otro concepto clave para pensar El Acto... es la cuestión del Padre.


Lacan toma como eje ordenador los tres mitos que propone Freud, me refiero, al mito de Totem y Tabú, al mito de Edipo y al mito de Moisés y
el monoteísmo, tres modos en que Freud va a plantear una respuesta a la pregunta por el Padre.
Lo que Lacan marca en El Acto... es un dato fundamental en el abordaje clínico:
...el Edipo es sólo el marco en el cual transcurre toda la tarea de análisis. El Edipo es un marco mítico.
Debemos considerar la tripartición de la función edípica.

Lacan nos propone tal como en la tragedia que consideremos el destino de los héroes. Sabemos que el héroe es aquel que sobre la escena no es más
que la figura de deshecho con que se clausura toda tragedia digna de ese nombre... el héroe esta destinado, a ese destino de no ser al fin mas que
deshecho de su propia empresa... y que todo lo que es del orden del sujeto esta a nivel de ese algo que tiene ese carácter dividido entre el
espectador y el coro.
No hay ninguna experiencia edípica en el psicoanálisis. El Edipo es el marco dentro del cual podemos reglar el juego... pero se trata de saber a qué
juego jugamos.

Otro punto fundamental, es entender que este marco sólo es posible de funcionar en la medida en que desde el comienzo hay algo que es instituído
como norma, como ley y que viene propuesto a partir de la regla fundamental.
Lacan dice que en realidad si se puede pensar en un juego, no es un juego de dos sino que está eminentemente regido por un tercero que es la
realidad de la diferencia sexual
Considerando el cierre del seminario quisiera recuperar la importancia decisiva que ha tenido sobre la entrevista preliminar recuperar el concepto
de Acto-Acta que se sella en la decisión de hacer un psicoanálisis, el compromiso que supone como acto de sujeto, la transferencia como puesta en
acto de la realidad del inconsciente en tanto el hacer psicoanalítico implica profundamente al sujeto.
Lacan señalaba que en el campo del lenguaje, es decisivo la manipulación de la letra para situar las posiciones subjetivas del ser, en tanto allí esta la
verdad del sujeto.
El acto implica una verdadera conversión en la posición del sujeto, esencialmente en su relación al saber. ...Para el analista la importancia decisiva se
plantea al producir la operación que supone hacer pasar las formas de goce al campo del saber... y en este camino nos encontramos con el carácter
irreductible del acto sexual a toda realización verídica ...situando que es solo en el acto psicoanalítico donde, aún tenemos la posibilidad de
responder a esta deficiencia que experimenta la verdad en su acceso al campo sexual... y es aquí donde se dirige Lacan después de situar el
verdadero lugar del acto sexual en la lógica del fantasma al definirlo como el espacio donde se pone en acto la demanda de goce autoerótico para
cada uno de los partenaires... terreno sin duda escabroso... pero necesario para establecer su estatuto.
Recuperamos del seminario Problemas cruciales para el psicoanálisis la importancia decisiva del ser-del-sujeto ... ya que el descubrimiento freudiano
estableció que el inconsciente solo se traduce en nudos de lenguaje y tiene por ende un ser de sujeto, donde el síntoma es su ser-de-verdad que debe
enfrentar el
ser-de-saber...

Alrededor de estos puntos fundamentales, gira el planteo de El Seminario del Acto, que no puede leerse si no es en secuencia con los seminarios
previos, sobre todo Problemas Cruciales para el Psicoanálisis y La Lógica del Fantasma.

Elegí para cerrar este primer abordaje una cita del seminario de Jacques Lacan, deProblemas Cruciales para el Psicoanálisis:

Digo yo —a aquel que demanda ser analista: lo que tú quieras cuando seas psicoanalista no irá nunca más lejos que allí donde él pueda conducirte.
Esto no es para engañarnos justamente de un merecido sermoneo sobre la responsabilidad de tu práctica. Tú sabes bien que todo ejercicio de un
poder no está sólo sujeto a error, sino en ese colmo de equivocación, de ser bienhecho en su error. . . lo que me falta decirte es el riesgo para tí de
ese matrimonio a la suerte del psicoanálisis.
Pues lo que tú pones aquí en juego no tiene nada que hacer con lo que de ello se trata en la salida de un psicoanálisis ordinario. Pues no basta que tú
seas, según la fórmula clásica, perfectamente claro en tus relaciones con tus pacientes; es necesario también que puedas soportar tus relaciones con
tus pacientes, es necesario también que tú puedas soportar tus relaciones con el psicoanálisis mismo.
Pues el psicoanálisis nos lo enseña; la verdad responde a una falta venial, en su lugar una represión, dicho de otro modo — tomando sobre el cuerpo
mismo donde yace tu ser, su razón.
No creas que ella sea más clemente a la falta capital siempre inminente en una acción que pretende seguir su traza sin conocer sus rastros. Una
acción cuyo medio es el verbo, titubea entre la mentira y la verdad, recubre sus trazos siempre con usura.
Mi posición está, pues, bien ligada a la suerte de todo aquello que se llama: los psicoanalistas. Pues el psicoanálisis no está en ninguna otra parte. Si
no se puede esperar nada más del psicoanálisis que lo que allí se pone, lo que yo exijo es, a saber: penetrar lo que hay detrás de una cierta
resistencia instituída en el cuerpo mismo de los psicoanalistas, esta es la puesta en cuestión esencial”.
Nada más.

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