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BAJA VISIÓN?
I.S.B.N.: 84-9700-231-8
Depósito legal: MA-35-2005
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Antonio Rodríguez Fuentes
EDICIONES
A L J I B E
A mi mujer, Lydia, por su útil ayuda y revisión; a mis padres,
Manolo y Mª Luisa, por su apoyo inestimable; y al resto de mi
familia, por el tiempo que he dejado de pasar con ellos.
INTRODUCCIÓN ................................................................ 13
PROCESO LECTOR
METACOMPRENSIÓN
CONOCIMIENTO AUTO-REGULACIÓN
DECODIFICACIÓN COMPRENSIÓN
Ruta Ruta E
Visual Auditiva PALABRA
S
PROPOSICIÓN T
R
F FRASE
Combinación A
L
T
U PÁRRAFO
E
I
PALABRA TEXTO G
D
I
E
PROCESOS A
Z
S
PERCEPTIVOS COGNITIVOS
INTRODUCCIÓN
1.1. La ceguera
de las personas con baja visión se encuentra reducido entre los lími-
tes 20º y 10º.
Ahora bien, los planteamientos actuales apuestan por una
evaluación global, contemplando no sólo los límites cuantitativos
anteriores sino aspectos cualitativos, como el uso que hace el sujeto
de su resto visual. ¿Por qué? Dos o más personas con idénticos atri-
butos visuales pueden hacer un uso funcional diferente de la visión.
Evidentemente, el uso funcional estará, en parte, determinado por el
resto visual que presenta el sujeto; si bien, también depende de la
implementación de programas de estimulación visual después de,
por supuesto, los programas de rehabilitación visual.
Agudeza Campo de
Visual Visión
Cromatismo Sensibilidad
visual al contraste
65º-75º
65º-75º
cierta independencia de cómo sea éste, esto es, casi con independen-
cia de la agudeza visual, del campo visual, de la capacidad de aco-
modación, de la sensibilidad a los colores y al contraste. Más bien
dependerá del uso del resto visual que se ha incitado a hacer al pro-
pio individuo, la actitud que muestra ante su déficit visual y su acep-
tación y adaptación (a veces suelen mostrarse reticentes a utilizar su
visión), así como la actitud y expectativas de los que le rodean (que
también se han mostrado reacios a que la utilicen y sobre todo a
procurar actividades para que lo hagan).
Ahora bien ¿cómo se evalúa el uso del resto visual? Se han
diseñado diversas técnicas para evaluar la eficiencia visual. Para
Bueno y Toro (1994) las más conocidas son las siguientes:
• Escala de Eficiencia Visual (Barraga, 1992). Procura medir
el funcionamiento visual a través de una serie de ítems, in-
tegrados por gráficos que progresivamente van decreciendo
y haciéndose más complejos e incrementando los detalles
que los conforman.
• Procedimiento de Valoración Diagnóstica (Barraga y Mo-
rris, 1980). Este procedimiento se incluye dentro del pro-
grama de estimulación visual, diseñado por los autores,
como forma de evaluación inicial, para personalizar el pro-
grama de desarrollo de la eficiencia en el funcionamiento
visual, y final, para detectar su eficacia.
• Test para el Desarrollo de la Percepción Visual (Frostig,
1978). Este test se presenta vertebrado en cinco áreas per-
ceptivas: coordinación viso-motora, figura-fondo, constan-
cia perceptual, posición en el espacio y la percepción de las
relaciones espaciales.
• Lista de Control (Chapman y Tobin, 1986). Forma parte
también del programa de estimulación propuesto por estos
autores. Trata de evaluar el punto de partida del uso visual a
través de la detección de diferencias entre objetos, la coor-
dinación óculo-manual, la percepción de colores, etc.
• Evaluación Visual (VAP) del Programa de Programación-
Capacidad, Atención y Procesamiento (Blanksby, 1992).
Este programa también incluye un instrumento de evalua-
ción, formado por 19 preguntas, del que parte la elaboración
del programa adaptado a las características individuales.
34 ¿Cómo leen los niños con ceguera y baja visión?
INTRODUCCIÓN
LENGUA ESCRITA
R
E E
M Escritura Lectura C
I E
Expresión LENGUA Comprensión
S P
O Habla Escucha T
R O
R
LENGUA ORAL
CONDUCTISTA
IN ADQUISICIÓN Y
Desarrollo SO La relaciones
NA DESARROLLO
innato del CI desarrollan el
TIS DEL LENGUAJE
lenguaje oral. AL lenguaje oral.
TA
COGNITIVO
INTRODUCCIÓN
1 4
2 5
3 6
EVALUACIÓN INICIAL
B
R Respuestas Respuestas
A afirmativas negativas
I
L Respuestas Respuestas
L T
negativas afirmativas
E I
N
T
EVALUACIÓN PERMANENTE (RETROALIMENTACIÓN) A
así como evitar su aparición en los lectores neófitos. Con estos pro-
pósitos se enumeran, a continuación, algunos de los más comunes
(Fernández, 2001):
• Algunos dedos no tocan el texto, perdiéndose así su capaci-
dad perceptiva, bien por presentarse erguidos excesivamen-
te rígidos o bien recogidos.
• La presión excesiva o insuficiente de las yemas de los de-
dos, lo cual incrementa en ambos casos la dificultad de la
percepción háptica.
• La tensión inadecuada de los dedos que puede resultar con-
traproducente para la correcta movilidad de los mismos.
• La/s muñeca/s mal colocada/s, fuera del soporte del pupitre
o del texto, o bien no descansando sobre los mismos (sin
apoyo) aumenta el cansancio físico.
• La rigidez o flacidez excesiva de la/s muñeca/s reduce la
operatividad y funcionalidad de la/s misma/s.
• La posición inadecuada asimétrica de las manos y los ante-
brazos, con movimientos desacompasados produce duplici-
dad de esfuerzos.
• El desplazamiento lateral de antebrazos y brazos genera
incomodidad que se reduce cuando éstos aparecen parale-
los.
• La tensión excesiva en los hombros, en el cuello, en la es-
palda o en cualquier otro músculo de las extremidades su-
periores o del tronco desencadena fatiga.
• La respiración inadecuada o entrecortada influye en la rela-
jación y tono muscular impidiendo su correcta movilidad y
funcionalidad.
• Los movimientos adicionales a los imprescindibles, como
las estereotipias que reducen la concentración en la lectura
y en sus movimientos precisos.
De otra parte, existe un sistema de acceso a la información
con el que no cabe duda que se accede a ella de forma global. Se
trata del acceso oral a la información a través de los libros hablados
o a través de las distintas modalidades de conversión de textos al
lenguaje oral, que se darán a conocer en el siguiente capítulo. Ade-
más del acceso directo al léxico el desempeño decodificador resulta
más cómodo y rápido, aunque demanda esfuerzo adicional de aten-
84 ¿Cómo leen los niños con ceguera y baja visión?
casos de lectores con baja visión que superen los límites inferiores de
lectores con visión normal, rápidos (200 palabras/minuto) e incluso
los lectores excelentes (400 palabras/minuto), aunque las probabili-
dades son reducidas, según los autores. Tan relevante como la clasi-
ficación anterior es la que los mismos autores señalan en función de
la/s afección/es propias de la patología que padecen. En efecto, dis-
tinguen cuatro tipos de afecciones que se enumeran a continuación,
de forma operativa, sin olvidar la posibilidad de que tales afecciones
pueden encontrarse combinadas en un mismo sujeto:
• Alumnos con visión periférica, que presentarán problemas
de percepción del texto que tienen delante, y aún más para
percibirlo con nitidez, debido a que tienen dañada la parte
del ojo que registra la mayor agudeza: la mácula. Por tanto,
de no realizarse entrenamientos apropiados de fijación ocu-
lar evitando la pérdida visual central (por encima o por de-
bajo del estocoma), cabe la posibilidad de que el sujeto pre-
sente problemas gestuales, posturales y de movimientos de
la cabeza, durante el desempeño de la tarea lectoescritora,
que pueden resultar contraproducentes, a la vez que su des-
empeño en la decodificación no sea apropiado. Será el pro-
pio sujeto el que ha de descubrir el mejor ángulo que le
proporcione la mejor visión con la postura más ergonómica.
Arjona, González y Romero (1994) aconsejan en estos ca-
sos mover el texto en lugar de la cabeza, con el propósito de
no variar el ángulo visual conseguido, evitando las conti-
nuas desorientaciones en la lectura.
• Alumnos con visión central, que, posiblemente, presenta-
rán dificultades de localización, exploración y seguimiento
de las sílabas y/o palabras y en el paso de una línea a otra,
así como una reducción considerable en la velocidad lecto-
ra, como consecuencia de la reducción del campo visual. En
estos casos, se recomienda experimentar la decodificación
bien mediante movimientos oculares tradicionales aunque
más frecuentes que en condiciones de visión normal, o bien
mover el texto. El propio lector será quien decidirá la técni-
ca que le resulte más apropiada.
• Alumnos con Nistagmus, patología que afecta a todas las
habilidades visuales que se requieren para la lectoescritura
94 ¿Cómo leen los niños con ceguera y baja visión?
INTRODUCCIÓN
Como quiera que los ciegos acceden a los textos a través del
tacto en el caso de la lectura en relieve Braille y del Optacom, y a
través del oído en el caso del Libro Hablado y los sintetizadores de
voz, se hace necesario un buen desarrollo de sendos sentidos; esen-
ciales también para el desarrollo integral del niño ciego. Por un
lado, la estimulación del sentido háptico se erige una estrategia fun-
damental ineludible para la persona ciega, de tal suerte que procure
una óptima funcionalidad táctil y háptica. Desde pequeño se propi-
ciará que el niño manipule la mayor cantidad y variedad de objetos y
100 ¿Cómo leen los niños con ceguera y baja visión?
también personas, con mayor intensidad que los videntes que pue-
den completar tal percepción a través de la vista, aunque incluso
para éstos sea precisa la manipulación táctil y háptica para concebir
pesos, formas, texturas y consistencias de los objetos manipulados.
En ello consiste precisamente la estimulación táctil: procurar al
niño ciego una ingente cantidad y variedad de objetos con diferentes
texturas, formas, volúmenes, composiciones,... para que adquiera
una alta sensibilidad táctil. Incluso resulta pertinente la manipula-
ción simultánea de varios objetos (por ejemplo, juguetes), unos nue-
vos otros ya conocidos con propósito de que el niño pueda contras-
tarlos y amplíe progresivamente de esta manera su memoria háptica.
Sendos objetivos estrechamente relacionados: incremento de la sen-
sibilidad para la discriminación y captación háptica, y del almacén
de representaciones y conocimientos hápticos, son las finalidades
de la estimulación táctil y háptica.
Evidentemente, hay que empezar por el desarrollo de una ac-
titud favorable hacia la utilización del tacto y hacia la manipulación
de objetos nuevos, aspectos que no siempre se muestran de forma
espontánea. Para lograrlo, Bueno y otros (2000b) proponen que to-
das las actividades de manipulación se realicen colaborativamente y
no de forma autónoma por parte del niño, al menos al principio. En
esta línea, los autores proponen que el adulto siente al pequeño en
sus rodillas y comiencen ambos a manipular, describir y comparar
los objetos, incitando la manipulación activa del niño, dirigiendo
sus manos y sus movimientos. Paulatinamente se irá incrementando
la autonomía del alumno en tanto que la propia manipulación inde-
pendiente se torne suficientemente enriquecedora para él, como
fuente de información. Se ha de procurar que el alumno realice un
reconocimiento bimanual con movimientos de arriba a abajo, bus-
cando la fusión de las manos que culminará la percepción. La velo-
cidad ha de ser media, pues una velocidad excesiva puede producir
el efecto de reducción del objeto, mientras que se corre el riesgo de
engrandecer el mismo con excesiva lentitud perceptiva. La presión
háptica ha de ser la necesaria para captar los contornos y la textura
del objeto. Son frecuentes presiones excesivas que reducen la sensi-
bilidad y en el caso de la lectura producen un desgaste innecesario
del texto, a la vez que incrementan la fatiga, sin beneficio aparente
para la captación. Por último, se prestará atención a las condiciones
El desarrollo sensorial y los recursos idóneos... 101
LA COMPRENSIÓN Y LA METACOMPRENSIÓN
DE LA LECTURA EN PERSONAS CON
DISCAPACIDAD VISUAL
INTRODUCCIÓN
Aplicación de la
Comprensión información
literal. obtenida para resolver
problemas.
Lectura Lectura
Crítica. Interpretativa.
nando estos datos con los obtenidos por lectores sin deficiencias
visuales. Aunque lo interesante no es el contraste entre ellos para
determinar la existencia o inexistencia de desfases o deficiencias
sino la comprensión de las repercusiones que pudieran tener alguna
de las particularidades de la lectura Braille.
EL SISTEMA BRAILLE
a b c d e
f g h i j
k l m n o
p q r s t
u v x y z
140 ¿Cómo leen los niños con ceguera y baja visión?
á é í ó ú
ü ñ w ç
mayúscula
1 2 3 4 5
Anexo. El Sistema Braille 141
6 7 8 9 0
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