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dxEvaluación del gobierno de Plutarco Elías Calles (1924-1928) y

del Maximato: Emilio Portes (1928-1930), Pascual Ortiz (1930-


1932) y Abelardo Rodríguez (1932-1934).

La presidencia de Calles se caracterizó por la consolidación y profundización de la


revolución mexicana de 1910: reforma agraria, extensión de la enseñanza,
construcción de obras públicas, reorganización del ejército. Su política anticlerical
le enfrentó violentamente con la Iglesia católica. También mantuvo un áspero
conflicto con Estados Unidos a raíz de sus pretensiones de nacionalizar el petróleo
y las propiedades territoriales como preveía la Constitución aprobada en 1917;
finalmente, Calles hubo de ceder, autorizando la penetración en México de los
intereses económicos norteamericanos (1927). Pese a todo, y por sus numerosas
realizaciones e instituciones que fundó, se le considera el creador del México
moderno

 Éxitos
 Inversión en infraestructura e industria
 Continuación del proyecto educativo
 Continuación de la Reforma Agraria

- En política agropecuaria se inician obras muy importantes de riego por medio


de la Comisión Nacional de Irrigación y para vincular el campo con las zonas
urbanas se creó la Comisión Nacional de Caminos, que proyecta diversas
carreteras como la México-Puebla. Se funda el Banco de Crédito Agrícola y
la Comisión Nacional Agraria. Se moderniza y amplía el sistema ferroviario.
Para reglamentar la repartición de tierras ejidales se promulga la Ley Fraga.
Se crean las primeras escuelas agrarias.
- En términos agrarios, Calles fue partidario de la mediana propiedad
eficiente, y más que en el reparto agrario, confiaba en la irrigación, el
financiamiento y el uso de nuevas tecnologías como instrumentos para
solucionar los problemas de los campesinos.
-
 Conciencia de proyecto nacional

o Creación de instituciones
- Entre 1925 y 1926 nacieron varias instituciones que mostraban el propósito
de consolidar al propio estado pero también de hacer de éste una palanca de
la modernización del país. Entre las instituciones que se fundaron destacan
dos bancos, el Banco de México, que fungiría como banca central y emisor
exclusivo de moneda corriente, y el Banco Nacional de Crédito Agrícola y
Ganadero, cuya función era apoyar la producción rural, que en esa época se
consideraba la base de la economía nacional. En 1926 se echaron a andar
dos comisiones especializadas, de Caminos e Irrigación, que mostraban las
prioridades.

 Campañas de salubridad
- Influido por las políticas de salud de otros países, entre ellos la Unión
Soviética, el régimen formuló el Reglamento de Salubridad Pública en 1925
y, un año después, el Código Sanitario que reguló el ejercicio de la
prostitución e introdujo el examen prenupcial y estipuló que se establecieran
servicios sanitarios en los estados, sostenidos por el gobierno federal,
mediante "delegaciones federales de salubridad". En 1934 se expidió la Ley
de Coordinación y Cooperación de Servicios Sanitarios en la República.

 Fracasos

 Política Exterior: Relación con Estados Unidos


o Art.27

- El principal objetivo de la Nueva Política Económica del presidente Calles y


su equipo de técnicos parece haber sido, como afirma Périer, liberar al país
del dominio económico extranjero reduciendo al mínimo la injerencia en la
vida nacional de particulares, empresas o naciones extranjeras.
- Los asuntos que causaron mayores fricciones con el vecino del norte fueron
la reforma agraria, la propiedad del subsuelo y el pago de la deuda externa.
- artículo 27 constitucional. El primero afectaba las posesiones extranjeras en
una franja de 100 kilómetros a lo largo de las fronteras y 50 de las costas.
Pero mayor oposición suscitó la ley reglamentaria del párrafo IV, relativo a
los derechos petroleros, que estipulaba que las empresas con derechos
anteriores a 1917 debían cambiar sus títulos de propiedad por concesiones
con duración de 50 años. Las compañías petroleras, apoyadas por el
gobierno de Washington, se negaron a aceptar la nueva legislación y
desafiaron al de México abriendo nuevos pozos. Calles amenazó con enviar
al ejército. La tensión aumentó por la política del gobierno mexicano hacia
Centro y Sudamérica, muy distinta de la política intervencionista
estadounidense, y por su relación diplomática con el gobierno bolchevique.
Pero ni los estadounidenses ni el gobierno mexicano deseaban una ruptura,
y menos llegar a las armas. Calles tuvo que conciliar y dar marcha atrás en
su política petrolera. En ese cambio influyó el arribo en octubre de 1927 del
nuevo embajador estadounidense, Dwight W Morrow. La solución del
conflicto se debió a concesiones mutuas. En noviembre de 1927 el poder
judicial declaró anticonstitucional la nueva ley reglamentaria de la fracción IV
del artículo 27 constitucional -la "ley petrolera''- por su carácter retroactivo y
confiscatorio. Los derechos adquiridos por los petroleros antes de 1917
fueron reconocidos de manera absoluta, con lo que desapareció el límite de
50 años. Los títulos de propiedad se cambiaron por concesiones
confirmatorias. El gobierno estadounidense dio por concluido el conflicto.
Morrow también convenció a Calles de ir terminando con el reparto de tierras,
e intervino en el problema del pago de la deuda externa, que sin embargo no
se resolvió hasta 1942. Incluso aconsejó al nuevo secretario de Hacienda,
Luis Montes de Oca, dejar de pagar la deuda externa para que así el país
pudiera sanear sus finanzas. Por si fuera poco, Morrow intervino en las
negociaciones que pondrían fin a la guerra cristera, junto con otros emisarios
y agentes extranjeros. (Luis Aboites y Engracia Lovo)

 Conflicto religioso (Guerra Cristera 1926-1929)

- El gobierno de Calles se distinguió por unir los intereses de la burguesía y


de los latifundistas, así como por una campaña anticlerical que provocó
conflictos y enfrentamientos entre la iglesia y el gobierno, dividió a los
campesinos y desató una guerra fratricida. Esta guerra fue motivada, en
primer lugar, por el deseo de las autoridades eclesiásticas de revivir la unión
de las funciones estatales con las eclesiásticas; en segundo lugar, por el
anticlericalismo del presidente Calles, que lo llevó a tomar medidas drásticas
y de reto hacia el clero. La declaración de guerra por el clero se puede
resumir así: “El episcopado, clero y católicos no reconocemos y
combatiremos los artículos 3, 5, 27 y 139 de la Constitución vigente. Calles
respondió con represalias: ¡Es un reto al gobierno y a la revolución! No estoy
dispuesto a tolerarlo. Ya que los curas se ponen en ese plan, hay que
aplicarles la ley tal como está”.8
- Prosiguió el cierre de escuelas, conventos, orfanatos y hasta hospitales en
manos de las monjas. El enfrentamiento armado se desató a partir de un
decreto que obligaba a los curas a inscribirse ante las autoridades estatales
para poder ejercer su ministerio. Entonces estos protestaron y suspendieron
el culto público. (Alcira Soler Durán)
- En buena medida el estallido de la guerra cristera, a fines de 1926, fue
resultado de las tensiones crecientes entre la jerarquía católica y un sector
de católicos con los nuevos gobernantes, en particular con Calles. El
malestar católico provenía, como se ha dicho, del rechazo a varios artículos
de la Constitución de 1917 (3º, 5º, 24, 27 y 130) que se consideraban
contrarios a los intereses de la iglesia que representaba la religión mayoritaria
del país. Establecer la libertad de creencias y estipular prohibiciones como la
de adquirir y poseer propiedades inmuebles, someterse a la regulación
gubernamental en materia de cultos y de contenidos educativos, así como
limitar la libertad de expresión y prohibir la participación política de los
sacerdotes eran otros tantos ingredientes de un anticlericalismo que rondaba
entre algunos sectores de revolucionarios como reacción a lo que ellos
consideraban una alianza de la iglesia católica con las dictaduras de Díaz y
Huerta y por la necesidad de limitar su peso ideológico. La respuesta oficial
fue la expulsión de sacerdotes extranjeros y la reglamentación de las
escuelas privadas. De ahí en adelante se intensificó el duelo de agresiones
y desafíos: Calles respondió al boicot de la liga con la ley que reformaba el
código penal para el Distrito Federal y territorios, mejor conocida como Ley
Calles, que señalaba las penas para los delitos e infracciones en materia de
culto e imponía límites al ejercicio del ministerio religioso y a la labor
educativa.

 Concentración del poder

o Manipulación y control de sindicatos


- Con la idea de buscar una estabilización —esto es, la esperanza de los
callistas por volver al poder—, “Calles se colocó por encima de todos los
jefes, en lo alto, como fuerza popular, tutelar, ideológica y armada”. (Pablo
González Casanova).
-
o Creación del PNR
- El partido de Estado se origina con Calles, máximo representante de la clase
política, quien aceleró su creación como medida para controlar el poder. En
marzo de 1929 quedó constituido el Partido Nacional Revolucionario (PNR):
“Más que un partido, el PNR comenzó siendo una verdadera coalición de
fuerzas bajo el mando de un Comité Ejecutivo Nacional a través del cual se
imponía la autoridad de Calles”.10 Este partido aglutinó fuerza, sentimiento
y poder, después de la situación de descontrol, violencia e impotencia por
parte del gobierno central, cuando se propuso poner orden en la nueva
política revolucionaria. […] El PNR fue prácticamente un instrumento de
Calles para prolongar su mandato hasta principios de 1936, cuando fue
expulsado del país por Cárdenas. (Alcira Soler Durán)
- Calles, quien luego de dejar la presidencia en noviembre de 1928 se convirtió
en el hombre fuerte del escenario político nacional, a tal grado que se le
empezó a llamar “jefe máximo de la Revolución”. Entre 1929 y 1935 Calles
gozó de gran influencia; entraba y salía de los gabinetes presidenciales y
participaba en la dirección del gobierno gracias a la lealtad de algunos altos
funcionarios, a sus ligas con el ejército, y a su papel como líder de hecho del
PNR.

 Reforma Agraria
- Durante el Maximato no sólo se fragmentó el agrarismo, se puso además en
duda la idea misma de transformar el sistema de propiedad en el campo a
través de los ejidos. Una parte importante del grupo gobernante “los
“veteranos”—, identificados con los proyectos ortodoxos de desarrollo
económico capitalista y que constituían el grueso de los allegados al general
Calles, consideró que en 1930 había llegado el momento de terminar con la
inseguridad que la reforma agraria había creado entre los medianos y
grandes propietarios; pensaban que, de lo contrario, no se podría contar con
una economía rural dinámica y, después de todo, la agricultura seguía siendo
el corazón del sistema económico. l respecto, los casos de Obregón o el
propio Calles eran significativos, pero de ningún modo excepcionales. En
realidad, los revolucionarios sonorenses nunca estuvieron comprometidos
con una reforma agraria radical, demanda relacionada más bien con las
condiciones imperantes en el centro y el sur del país que en el norte. De
todos modos, al finalizar los años veinte era clara la existencia de una
corriente entre el grupo gobernante que favorecía un compromiso con la
hacienda2 y cuya fuerza se puede comprobar por el simple hecho de que al
dej&r Calles la presidencia, casi tres lustros después de que los
terratenientes habían perdido su poder político en beneficio de los líderes
constitucionalistas, los campesinos sin tierra apenas habían recibido 4.2
millones de hectáreas y muchas de éstas habían sido expropiadas no a las
grandes haciendas sino a los ranchos. Sólo en Morelos —y eso por la fuerza
del zapatismo— se podía decir que la antigua estructura de la propiedad de
la tierra había quedado sensiblemente transformada; en el resto del agro
mexicano, la hacienda, esa hacienda colonial que se había afianzado en el
siglo XIX, seguía siendo la unidad productiva dominante. Así pues, desde el
punto de vista de Calles, la reforma agraria no debía ser, en última instancia,
un problema de justicia social mal entendida sino de productividad puesto
que la única forma de alcanzar las metas de bienestar social en el campo era
dar prioridad a la eficacia; reducir la producción era una justicia mal
entendida. Los terratenientes apoyaron decididamente esos propósitos, pero
por su imagen reaccionaria no pudieron llegar a establecer una alianza formal
y efectiva con Calles y los veteranos. En definitiva, el gobierno de Ortiz Rubio
dio oficialmente por terminado el programa de reparto agrario en varios
estados. (Lorenzo Meyer)

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