Aristóteles

La física
Son seres naturales aquellos “que tienen en sí mismo el principio de movimiento y reposo”; son seres
artificiales aquellos que poseen un principio extrínseco de movimiento.
El Movimiento
Existe un ser en potencia y un ser en acto; acto es lo que un ser actualmente es; potencia lo que puede llegar a
ser. En Aristóteles, el “movimiento” es cualquier clase de cambio, no solo de lugar. Aristóteles diferenció dos
clases de movimiento, sustancial y accidental. El sustancial consiste en un cambio de sustancia. En cuanto al
movimiento accidental, en él permanece la sustancia y varían los accidentes. Podemos distinguir tres clases de
movimientos accidentales: cuantitativo, según la cantidad; cualitativo, modifica la cualidad; y movimiento de
lugar o locativo, variación de lugar.
Hilemorfismo
Según esta teoría el ser, todas las cosas naturales constan o están compuestas de materia y forma. Se entiende
por materia el principio inmediato y, por tanto, determinable, y por forma el principio determinado y
determinante. Conforme a la diferenciación entre sustancia y accidentes debemos diferenciar también por una
parte, entre materia primera o materia prima y materia segunda, y por otra parte, entre forma sustancial y forma
accidental. La materia primera es el sujeto permanente de todos los cambios, es pura indeterminación, pura
potencia susceptible de recibir todos los cambios y no puede existir separada de la forma. La materia segunda
supone ya alguna determinación formal y consiste en la materia de alguna realidad concreta y precisa, sobre
dicha realidad advienen los accidentes. La forma sustancial es, el principio que determina a la materia prima
constituyendo la sustancia y haciendo que los entes sean lo que son. Mientras que la forma accidental,
adviniendo sobre la materia segunda, determina el accidente haciendo que este sea lo que es. Los accidentes se
componen de materia segunda y de forma accidental.
Las causas
Para Aristóteles la Ciencia consiste en el conocimiento de las cualidades de las cosas, pues las causas explican
el movimiento de los seres. Podemos distinguir dos tipos de causas: causas intrínsecas y extrínsecas. Son
intrínsecas aquellas que se encuentran en los objetos, la material y la formal; son extrínsecas aquellas que
intervienen en la cosa desde fuera, la eficiente y la final. La causa material es aquella de la que algo se hace, la
causa formal es la que determina algo a ser lo que es, la eficiente es la que hace lo hecho, la final es el objetivo
o fin que se pretende con la acción. Dentro de la causa final distinguimos entre el fin de la obra y el fin del
agente: el fin de la obra viene constituido por aquella realidad a la que lleva el obrar del agente; el fin del
agente, se refiere a los objetivos que el agente persigue con el objeto o con la cosa realizada.
Metafísica
Aristóteles enuncia la teoría del motor inmóvil, todo es movido por influencia de otro motor, pero debe haber
un primer motor que mueva a todos los demás que además debe ser inmóvil. Ese primer motor no mueve
mecánicamente, sino que mueve atrayendo, ya que todos los seres están compuestos por potencia y acto, y
aspiran, desean o apetecen el acto.
Antropología
Aristóteles defiende que el hombre conoce por la experiencia, y niega la existencia de conocimientos innatos.
Aristóteles diferencia tres tipos de alma:
Alma vegetativa; está relacionada con la búsqueda la asimilación y el aprovechamiento de los recursos vitales.
Su objetivo es la conservación de la especie. Es propia de todos los seres vivos aunque es específica de las
plantas.
Alma sensitiva; está relacionada con la percepción sensible y la capacidad de trasladarse, modificar e
interactuar con el entorno. Es propia de todos los animales, incluido el ser humano.
Alma intelectiva; permite conocer al mundo y a uno mismo, así como llevar a término la acción mejor. Es
propia del ser humano en exclusividad.
Ciencia
La ciencia (episteme) es para Aristóteles un saber universal, seguro, indudable y organizado. Forma parte de la
ciencia todo enunciado que establece las causas, es decir, que determina porque algo tiene que ser
necesariamente de la manera que es, y no puede ser de ninguna otra forma. En la ciencia hay que distinguir
entre el conocimiento científico, que es inductivo y la explicación científica, que es deductiva.
El científico trabaja elaborando inducciones, pues sus descubrimientos consisten en alcanzar lo universal a
partir de las realidades concretas que observa. La ciencia se origina en lo particular, pero es universal. No hay
conocimiento científico de lo particular. Sin embargo, la explicación científica es siempre deductiva. En todas
las ciencias hay que partir de unos enunciados que se conocen como axiomas, de los cuales se derivan, deducen
y demuestran otros enunciados, que son los teoremas. La verdad de los teoremas se sustenta por lo tanto en los
axiomas.
La lógica aristotélica
La lógica se define como el estudio del razonamiento. La lógica u organon es, para Aristóteles, un instrumento,
una herramienta para hacer ciencia. La lógica se funda en tres principios o axiomas: el principio de identidad, el
principio de no contradicción y el principio del tercio excluso.
Principio de identidad: toda cosa es igual a sí misma.
Principio de no contradicción: algo no puede ser y no ser al mismo tiempo.
Principio del tercio excluso: no hay término medio entre una cosa y su contraria.
Silogismos, enunciados y términos
La lógica aristotélica se centra fundamentalmente en el estudio del razonamiento deductivo, que califica como
silogismo. Un razonamiento deductivo o silogismo es aquel en el que la conclusión se sigue necesariamente de
las premisas. Premisas verdaderas, conclusión verdadera.
Los enunciados o proposiciones son oraciones que describen la realidad. En todo silogismo se distinguen tres
enunciados o proposiciones; dos premisas y una conclusión.
Ética
La ética estudia el carácter humano, se centra en cómo el individuo alcanza el bien. El concepto central de la
ética aristotélica es el de eudemonía, que se acostumbra a traducir como “felicidad, excelencia o florecimiento”.
La eudemonía o felicidad es el fin último de todas las conductas humanas, la razón última que explica todo
acto. La ética aristotélica es por tanto teológica, pues valora las acciones en cuanto conducen al fin deseado, la
felicidad.
Del mismo modo que todo lo que existe en la naturaleza tiende a un fin, el fin del ser humano es alcanzar la
perfección, llevar al acto todas las potencialidades humanas. Aristóteles considera que la eudemonía es la vida a
la que aspira todo ser humano y la razón última por la que se realiza todo. La felicidad o eudemonía tiene las
siguientes características:
- La felicidad, la vida completa y feliz es una forma de actuar y de vivir que consiste en el cultivo de
virtudes y excelencias del carácter y del intelecto.
- La eudemonía es un fin en sí misma, la felicidad es el fin último.
- La eudemonia o felicidad abarca toda la vida, no se refiere, por tanto, a un momento concreto y
pasajero.
Dadas sus características, la eudemonia no puede identificarse con el placer, el honor o la riqueza, tal como
habían hecho algunos filósofos de la época:
- El placer no puede ser la única guía para la vida y la toma de decisiones.
- La riqueza y el dinero son un medio para obtener otras cosas. Las posesiones exclusivamente no
procuran la felicidad.
- La fama y el honor no dependen de uno mismo, sino que los otorgan otros. La felicidad tiene que
depender de uno mismo.
Aristóteles descarta que la felicidad se identifique con la riqueza, el placer o el honor; sin embargo, considera
que estas circunstancias son un requisito para que una persona pueda ser feliz.
El término medio y el carácter
El término medio, idea central de la ética aristotélica, es el camino que conduce a la eudemonía. Consiste en
aplicar la razón a los sentidos y emociones de modo que una emoción no nos desborde, ni la falta de emociones
vuelva insulsa a la vida. La virtud se alcanza cuando se encuentra el término medio. La virtud es el término
medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto. El término medio es la acción más racional y
adecuada. El término medio no es el mismo para todos, sino que depende de las circunstancias.