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es una Estafa
Smedley D. Buttler,
Mayor General del cuerpo de Infantería de Marina
de los Estados Unidos
La guerra es una estafa.-
Cuando el 21 de agosto de 1931, Smedley D. Buttler, Mayor General
del cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos, se presentó en el
edificio de la Legión Americana de Connecticut, dispuesto a leer el discurso
para el que había sido invitado, todos guardaron un respetuoso silencio y
esperaron sus palabras.
Porque Buttler no era un militar cualquiera: era el militar más
condecorado de los Estados Unidos. Había sido condecorado por el
Congreso con dos medallas de oro y poseía además la Medalla por Servicios
Distinguidos, y participado en tantas batallas, que era difícil recordar todos
sus nombres. Ahora se había retirado y quería dedicarse a otra causa, pero
nadie sabía cuál era.
Buttler se sentó con un ademán nervioso, pasó la mano por su
escaso pelo, y miró a su audiencia fijamente, luego comenzó a hablar. Aquel
discurso sorprendió a unos y molestó a muchos, porque dijo cosas que
jamás pensaron oír de boca de un destacado militar como él.
Los bonos patrióticos emitidos por los bancos, fueron otro engaño que
sólo benefició a los bancos. En otros tiempos, los soldados cobraban una
recompensa en dinero cuando se ganaba un objetivo, pero ahora no cobran
nada. Napoleón dijo hace tiempo “ los hombres viven enamorados de las
condecoraciones”
Así que se les atiborró de patriotismo y se cambió la recompensa por las
condecoraciones. Hasta Dios apoyaba matar al enemigo, porque la
guerra traería la democracia al mundo entero. Nadie les dijo que la
guerra se hacia por dólares y centavos…”
Aquel libro era un problema para los banqueros, porque Buttler era el
militar más querido entre el ejército y tras la guerra, muchos veteranos
estaban en paro y sin dinero, si la gente se ponía de su parte, habría
problemas, así que intentaron comprar a Buttler, todos los hombres tenían un
precio, seguro que Buttler también.
Los Du Pont y la banca J.P. Morgan con apoyo de los Rockefeller, la Sun
Oil y la General Motors , entre otros, habían constituido la Liga
Norteamericana por la Libertad y mandaron a Gerald. P. MacGuire para que
hablara con Buttler: querían establecer en EE.UU una dictadura fascista y
le ofrecían trescientos millones de dólares para que capitaneara un ejército
de 500.000 veteranos y desempleados que marcharían sobre Columbia;
aquella marcha provocaría la caída del gobierno. Buttler simuló estar de
acuerdo: quería llegar hasta el fondo de aquella conspiración y conocer los
nombres de los implicados. Cuando reunió toda la información lo denunció
ante el Comité de Actividades Anti Americanas.
Pero Buttler no contó con que sus enemigos dominaban los medios
periodísticos. El Nueva York Times apoyó a la Liga, dijeron que su denuncia
era exagerada, que todo había sido una charla de cóctel y muchas revistas
publicaron caricaturas y se rieron de sus temores, hasta el alcalde de Nueva
York desacreditó a Buttler por tomarse en serio una broma de un día de
fiesta. Aunque el Comité reconoció que la denuncia de Buttler era verdad,
no consiguió nada : ni un solo miembro de la Liga fue llamado a testificar o
acusado de traición.