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Las fiestas bíblicas por lo tanto, difieren en su origen, su propósito, y su contenido a las
fiestas paganas. Para los israelitas las estaciones del año como el verano, el otoño, la
primavera o el invierno eran obra del Creador para beneficio de los hombres. Estas
estaciones manifestaban la atención de Dios hacia sus criaturas. Así que las fiestas
judías no sólo reconocían a Dios como su proveedor, sino que también buscaban el
favor ilimitado y gratuito del Señor hacia un pueblo elegido, al que él mismo había
liberado mediante su intervención personal en este mundo.
El gozo que se expresaba durante las fiestas era un gozo genuino. Por más que hubiera
obligaciones religiosas durante las fiestas, esto no evitaba que los judíos disfrutaran de
las celebraciones. En Dt. 16:14 leemos: “Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu
hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven
en tus poblaciones”.
Los sacrificios que se ofrecían durante las fiestas, simbolizaban el perdón de pecados y
la reconciliación con Dios. En 2 Cr. 30:22 el relato bíblico dice: “Y habló Ezequías al
corazón de todos los levitas que tenían buena inteligencia en el servicio de Jehová. Y
comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne por siete días, ofreciendo sacrificios de
paz, y dando gracias a Jehová el Dios de sus padres”.
Ser excluido de celebrar las fiestas del Señor se consideraba una pérdida y privación del
privilegio que tenía cualquier judío de guardar las fiestas. En Nm: 9.7 la Ley decía
acerca de unos hombres que estaban en duda en guardar o no la pascua ya que habían
tenido contacto con cuerpos muertos: “Nosotros estamos inmundos por causa de
muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer ofrenda a Jehová a su tiempo entre los
hijos de Israel?”.
Con el paso de los años, muchos israelitas guardaban las fiestas pero de manera ritual y
vacía convirtiéndolo en un mero ritualismo, algo que disgustaba a los profetas quienes
esperaban que el pueblo notara y entendiera la importancia espiritual de las fiestas. El
profetas Isaías dice: “No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación;
luna nueva y día de reposo,[a] el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad
vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene
aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis
vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la
oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la
iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a
hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad
a la viuda.” (Is. 1:13–17)
a) Los Holocaustos:
“Llamó Jehová a Moisés, y habló con él desde el tabernáculo de reunión, diciendo:
Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno de entre vosotros ofrece ofrenda
a Jehová, de ganado vacuno u ovejuno haréis vuestra ofrenda. Si su ofrenda fuere
holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá a la
puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová. Y pondrá su mano sobre la
cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya.”
(Lev. 1:1-4)
- El holocausto era una ofrenda entregada de manera completa para Dios. Otras
ofrendas podían ser repartidas entre el sacrificio y el sacerdote, sin embargo el
holocausto era quemado completamente para Dios.
- Los animales permitidos para esta ofrenda eran: Becerro (para los ricos), corderos
o machos cabríos (clase media) y tórtolas y palominos (clase baja). Nadie puede
acercarse a Dios sin algo qué ofrecer.
b) Ofrendas de Harina:
“Cuando alguna persona ofreciere oblación a Jehová, su ofrenda será flor de
harina, sobre la cual echará aceite, y pondrá sobre ella incienso, y la traerá a los
sacerdotes, hijos de Aarón; y de ello tomará el sacerdote su puño lleno de la flor de
harina y del aceite, con todo el incienso, y lo hará arder sobre el altar para
memorial; ofrenda encendida es, de olor grato a Jehová”. (Lev. 2:1-2)
c) Ofrendas de paz:
“Si su ofrenda fuere sacrificio de paz, si hubiere de ofrecerla de ganado vacuno,
sea macho o hembra, sin defecto la ofrecerá delante de Jehová. Pondrá su mano
sobre la cabeza de su ofrenda, y la degollará a la puerta del tabernáculo de
reunión; y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán su sangre sobre el altar
alrededor. Luego ofrecerá del sacrificio de paz, como ofrenda encendida a Jehová,
la grosura que cubre los intestinos, y toda la grosura que está sobre las entrañas, y
los dos riñones y la grosura que está sobre ellos, y sobre los ijares; y con los
riñones quitará la grosura de los intestinos que está sobre el hígado. Y los hijos de
Aarón harán arder esto en el altar, sobre el holocausto que estará sobre la leña que
habrá encima del fuego; es ofrenda de olor grato para Jehová.” (Lv. 3:1-5)
e) Ofrendas de expiación:
“Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Cuando alguna persona cometiere falta, y
pecare por yerro en las cosas santas de Jehová, traerá por su culpa a Jehová un
carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación en siclos de plata del
siclo del santuario, en ofrenda por el pecado. Y pagará lo que hubiere defraudado
de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta parte, y lo dará al sacerdote; y el
sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio por el pecado, y será
perdonado.”
(Lv. 5:14-16)
¿Qué podemos aprender de las ofrendas que Israel entregaba a Dios según la Ley?
Podemos ver tres aspectos importantes:
1. Las tres primeras ofrendas tienen que ver con mantener la comunión con el Dios
de Israel. Y las otras dos con la restauración de la comunión. Así que el judío
debía ofrecer constantemente sacrificios y ofrendas para estar en comunión
continua con Dios.
2. Las ofrendas y sacrificio demuestran la santidad de Dios. Es un ser tan santo que
ha buscado relacionarse con el hombre pero para hacerlo necesita que éste se
presente expiado de pecado. Su deseo debe ser complacido.
3. El hombre es un ser pecador. No es el hombre pecador porque peca, sino que
peca porque es pecador. Está en nuestra naturaleza caída el deseo del pecado. El
hombre necesita un sustituto.
- Se sacrificaba un cordero para recordar que su sangre sirvió para que el Ángel de
Jehová pasara (pesaj) por las casas hebreas sin dañarlas.
- Esta fiesta se celebra el 15 de Tishrei en Israel y recuerda los cuarenta años que
Israel vagó por el desierto hasta llegar a la tierra prometida. Durante una semana
Israel habita en Cabañas hechas de hojas para recordar que su morada en el
desierto eran enramadas antes de establecerse al fin en su tierra.
¿Qué aprendemos de las fiestas? Que Dios desea que su pueblo recuerde siempre sus
favores y misericordias. Somos seres muy sensibles a olvidarnos los favores de Dios
pero a través de las fiestas Israel tenía una forma de recordar constantemente el favor
de Dios para con ellos.
- El propósito de las ofrendas y las fiestas de Israel tenían como objetivo demostrar
la gran obra redentora de nuestro Señor Jesucristo.
(1) Las ofrendas: Las cinco ofrendas de Israel pueden ser resumidas en la única
ofrenda eficaz hecha por el Hijo de Dios en la Cruz. El Escritor de Hebreos
escribe: “Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y
ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los
pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio
por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante
esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;
porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.”
(Heb. 10:11-14) Sólo la muerte de Jesús es la única ofrenda valiosa para Dios.
Acerca de nuestro Señor y su ofrenda perfecta dice Pablo: “Y andad en amor,
como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y
sacrificio a Dios en olor fragante.” (Ef. 5:2)
(2) Las fiestas: Las seis fiestas religiosas de Israel reflejan la obra redentora de
Jesús y su pronto advenimiento.
La pascua: Esta fiesta nos recuerda el sacrificio de Jesús en la Cruz. Pablo
dice a los Corintios: “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis
nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo,
ya fue sacrificada por nosotros.” (2 Co. 5:7)
Expiación: Esta fiesta nos recuerda los juicios de Dios que vendrán durante
la tribulación a la tierra para purificar al mundo de su maldad. El libro de
Isaías 26:16 menciona: “Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron
oración cuando los castigaste”.
Tabernáculos: Esta fiesta nos recuerda la era Milenial con Jesús como Rey.
El profeta Zacarías dice en el cap. 14:16: “Y todos los que sobrevivieren de
las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para
adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los
tabernáculos”.
- Para el autor de Hebreos, todo el asunto de los sacrificios no era más que una
copia imprecisa del Culto verdadero. Dice que estas cosas no son más que una
sombra imprecisa. La palabra que usa es skiá, la palabra griega para sombra, que
quiere decir un reflejo nebuloso, una mera silueta, una forma sin realidad.
- Lo que realmente quiere decir, es que sin Cristo, todas las sombras del Antiguo
Testamento no tendrían sentido. Cristo es el que le da sentido y realidad a la Ley.