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Las costumbres de Israel: las ofrendas y las fiestas

- Texto: Col. 2:13-17


- Serie: Israel, una nación escogida
- Meta: Nuestro comportamiento no puede ser moldeado por el ascetismo o las
celebraciones culturales, sino que debe ser moldeado por la presencia de Cristo a
quien debemos imitar.
- Fecha:
- Lugar:

Introducción: En el antiguo Cercano Oriente se han realizado muchas fiestas y rituales


de carácter religioso, que estaban relacionados con las estaciones del año, por lo tanto,
las fiestas paganas antiguas se vinculaban con los dioses del panteón antiguo, quienes
se reunían para hacer banquetes, o hacer fiestas con los hombres.

Las fiestas bíblicas por lo tanto, difieren en su origen, su propósito, y su contenido a las
fiestas paganas. Para los israelitas las estaciones del año como el verano, el otoño, la
primavera o el invierno eran obra del Creador para beneficio de los hombres. Estas
estaciones manifestaban la atención de Dios hacia sus criaturas. Así que las fiestas
judías no sólo reconocían a Dios como su proveedor, sino que también buscaban el
favor ilimitado y gratuito del Señor hacia un pueblo elegido, al que él mismo había
liberado mediante su intervención personal en este mundo.

El gozo que se expresaba durante las fiestas era un gozo genuino. Por más que hubiera
obligaciones religiosas durante las fiestas, esto no evitaba que los judíos disfrutaran de
las celebraciones. En Dt. 16:14 leemos: “Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu
hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven
en tus poblaciones”.

La respuesta del que participaba en las fiestas era básicamente un reconocimiento


religioso y moral de que era un pecador arrepentido delante de la santidad de Dios y por
lo tanto tenía mucha devoción a la Ley de Dios. En Ex. 13:9 se lee: “Y te será como una
señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Jehová
esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó Jehová de Egipto”.

Los sacrificios que se ofrecían durante las fiestas, simbolizaban el perdón de pecados y
la reconciliación con Dios. En 2 Cr. 30:22 el relato bíblico dice: “Y habló Ezequías al
corazón de todos los levitas que tenían buena inteligencia en el servicio de Jehová. Y
comieron de lo sacrificado en la fiesta solemne por siete días, ofreciendo sacrificios de
paz, y dando gracias a Jehová el Dios de sus padres”.

Ser excluido de celebrar las fiestas del Señor se consideraba una pérdida y privación del
privilegio que tenía cualquier judío de guardar las fiestas. En Nm: 9.7 la Ley decía
acerca de unos hombres que estaban en duda en guardar o no la pascua ya que habían
tenido contacto con cuerpos muertos: “Nosotros estamos inmundos por causa de
muerto; ¿por qué seremos impedidos de ofrecer ofrenda a Jehová a su tiempo entre los
hijos de Israel?”.
Con el paso de los años, muchos israelitas guardaban las fiestas pero de manera ritual y
vacía convirtiéndolo en un mero ritualismo, algo que disgustaba a los profetas quienes
esperaban que el pueblo notara y entendiera la importancia espiritual de las fiestas. El
profetas Isaías dice: “No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación;
luna nueva y día de reposo,[a] el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad
vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene
aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis
vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la
oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la
iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a
hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad
a la viuda.” (Is. 1:13–17)

Muchos de los judíos hicieron que la religión consistiera en observancias externas, lo


cual no coincidía con la intención de Dios sobre celebrar las fiestas desde la época en
que lo ordenó. El profeta Nahum escribe: “He aquí sobre los montes los pies del que trae
buenas nuevas, del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple tus votos;
porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado; pereció del todo.” (Nah. 1.15). En el
Nuevo Testamento nuestro Señor Jesucristo y los creyentes piadosos que en forma
diligente y espiritual observaban las fiestas judías entendían bien el aspecto espiritual de
las fiestas ordenadas por Dios. Las fiestas eran una ordenanza divina para gozar de los
bienes que Dios le otorgaba a su nación amada: Israel.

I. Las ofrendas del Pueblo:


Las ofrendas que Dios ordenó entregar al pueblo de Israel las vemos descritas en el
Libro de Levítico:

a) Los Holocaustos:
“Llamó Jehová a Moisés, y habló con él desde el tabernáculo de reunión, diciendo:
Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno de entre vosotros ofrece ofrenda
a Jehová, de ganado vacuno u ovejuno haréis vuestra ofrenda. Si su ofrenda fuere
holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá a la
puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová. Y pondrá su mano sobre la
cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya.”
(Lev. 1:1-4)

- El holocausto era una ofrenda entregada de manera completa para Dios. Otras
ofrendas podían ser repartidas entre el sacrificio y el sacerdote, sin embargo el
holocausto era quemado completamente para Dios.

- Los animales permitidos para esta ofrenda eran: Becerro (para los ricos), corderos
o machos cabríos (clase media) y tórtolas y palominos (clase baja). Nadie puede
acercarse a Dios sin algo qué ofrecer.
b) Ofrendas de Harina:
“Cuando alguna persona ofreciere oblación a Jehová, su ofrenda será flor de
harina, sobre la cual echará aceite, y pondrá sobre ella incienso, y la traerá a los
sacerdotes, hijos de Aarón; y de ello tomará el sacerdote su puño lleno de la flor de
harina y del aceite, con todo el incienso, y lo hará arder sobre el altar para
memorial; ofrenda encendida es, de olor grato a Jehová”. (Lev. 2:1-2)

- Algunas características sobre este tipo de ofrendas:


(1) Se compartían con los sacerdotes (v. 3)
(2) No debía tener levadura ni miel (v. 11)
(3) Debía ser sazonada con sal (v. 13) La sal preserva.

c) Ofrendas de paz:
“Si su ofrenda fuere sacrificio de paz, si hubiere de ofrecerla de ganado vacuno,
sea macho o hembra, sin defecto la ofrecerá delante de Jehová. Pondrá su mano
sobre la cabeza de su ofrenda, y la degollará a la puerta del tabernáculo de
reunión; y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán su sangre sobre el altar
alrededor. Luego ofrecerá del sacrificio de paz, como ofrenda encendida a Jehová,
la grosura que cubre los intestinos, y toda la grosura que está sobre las entrañas, y
los dos riñones y la grosura que está sobre ellos, y sobre los ijares; y con los
riñones quitará la grosura de los intestinos que está sobre el hígado. Y los hijos de
Aarón harán arder esto en el altar, sobre el holocausto que estará sobre la leña que
habrá encima del fuego; es ofrenda de olor grato para Jehová.” (Lv. 3:1-5)

- Algunas características sobre este tipo de ofrenda:


(1) Debía ser sin defecto (v. 1)
(2) Se rocía la sangre sobre el altar (v. 8)
(3) Es un estatuto perpetuo (v. 17)

d) Sacrificios por el pecado:


“Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando
alguna persona pecare por yerro en alguno de los mandamientos de Jehová sobre
cosas que no se han de hacer, e hiciere alguna de ellas; si el sacerdote ungido
pecare según el pecado del pueblo, ofrecerá a Jehová, por su pecado que habrá
cometido, un becerro sin defecto para expiación.” (Lv. 4:1-3)

- En este capítulo de Levítico se mencionan cuatro tipos de personas que podían


usar este recurso espiritual:
(1) El sacerdote ungido
(2) toda la asamblea de Israel
(3) un dirigente
(4) alguno del pueblo.
- Este tipo de ofrendas es una representación de lo sucio y pecador que es el
hombre frente a la santidad de Dios.

e) Ofrendas de expiación:
“Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Cuando alguna persona cometiere falta, y
pecare por yerro en las cosas santas de Jehová, traerá por su culpa a Jehová un
carnero sin defecto de los rebaños, conforme a tu estimación en siclos de plata del
siclo del santuario, en ofrenda por el pecado. Y pagará lo que hubiere defraudado
de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta parte, y lo dará al sacerdote; y el
sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio por el pecado, y será
perdonado.”
(Lv. 5:14-16)

- Casos en los que se requería entregar esta ofrenda:


(1) Cuando se retenía, sin saberlo, alguna ofrenda que debía presentarse a Dios
(5:14-16).
(2) Cuando se infringía, sin saberlo, algún mandamiento de Dios (5:17-19).
(3) Cuando se hacía daño, sin saberlo, a la propiedad de otra persona (6:1-7).

¿Qué podemos aprender de las ofrendas que Israel entregaba a Dios según la Ley?
Podemos ver tres aspectos importantes:

1. Las tres primeras ofrendas tienen que ver con mantener la comunión con el Dios
de Israel. Y las otras dos con la restauración de la comunión. Así que el judío
debía ofrecer constantemente sacrificios y ofrendas para estar en comunión
continua con Dios.
2. Las ofrendas y sacrificio demuestran la santidad de Dios. Es un ser tan santo que
ha buscado relacionarse con el hombre pero para hacerlo necesita que éste se
presente expiado de pecado. Su deseo debe ser complacido.
3. El hombre es un ser pecador. No es el hombre pecador porque peca, sino que
peca porque es pecador. Está en nuestra naturaleza caída el deseo del pecado. El
hombre necesita un sustituto.

II. Las fiestas en el Pueblo de Israel:


En el pueblo de Israel se celebraban seis fiestas anuales:
a) La pascua:
“En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de
Jehová. Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin
levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. El primer día tendréis
santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. Y ofreceréis a Jehová siete
días ofrenda encendida; el séptimo día será santa convocación; ningún trabajo de
siervo haréis.” (Lev. 23:5-8)
- Se celebra el 14 de Nisán y recordaba la salida de Israel de la tierra de Egipto por
mano de Moisés.

- Se sacrificaba un cordero para recordar que su sangre sirvió para que el Ángel de
Jehová pasara (pesaj) por las casas hebreas sin dañarlas.

b) Fiesta de las primicias:


“Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando
hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote
una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote
mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del
día de reposo[c] la mecerá. Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero
de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. Su ofrenda será dos décimas de
efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda encendida a Jehová en olor
gratísimo; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. No comeréis pan, ni
grano tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la
ofrenda de vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera
que habitéis.” (Lv. 23:9-14)

- Esta fiesta se celebra el 17 de Nisán. Y es una manera de agradecer a Dios por


todas sus bondades.

- Se entregaban las primeras cosechas a Dios para representar que él tiene la


preeminencia en todo.

c) Fiesta de las semanas (Pentecostés)


“Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que
ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. Hasta el
día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces
ofreceréis el nuevo grano a Jehová.” (Lev. 23:15-16)

- Se celebraba cincuenta días después de la pascua y recuerda al judío que Dios le


ha dado la cosecha del año. Esta fiesta recuerda también la entrega de la Ley por
mano de Moisés cuando llegaron al monte Horeb.
d) Fiesta de las trompetas:
“Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes
séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de
trompetas, y una santa convocación. Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis
ofrenda encendida a Jehová.”
(Lev. 23:23-25)
- Esta fiesta se celebra el 1 de Tishrei en Israel. Recuerda un nuevo año para Israel
y que Dios sigue en el control de todo en el mundo. Además son juzgadas las
acciones de los hombres por todo el año pasado.
e) Fiesta de la expiación:
“También habló Jehová a Moisés, diciendo: A los diez días de este mes séptimo
será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y
ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.” (Lev. 23:26-27)

- Esta fiesta se celebra el 10 de Tishrei en Israel y es conocida como Yom Kippur.


Era la única fiesta en la que el sumo sacerdote podía entrar al Lugar Santo para
hablar con Dios. Se expiaban todos los pecados de Israel. Se hace un ayuno en
Israel.

f) Fiesta de los Tabernáculos:


“Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince
días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por
siete días. El primer día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervos
haréis.” (Lev. 23:33-35)

- Esta fiesta se celebra el 15 de Tishrei en Israel y recuerda los cuarenta años que
Israel vagó por el desierto hasta llegar a la tierra prometida. Durante una semana
Israel habita en Cabañas hechas de hojas para recordar que su morada en el
desierto eran enramadas antes de establecerse al fin en su tierra.

¿Qué aprendemos de las fiestas? Que Dios desea que su pueblo recuerde siempre sus
favores y misericordias. Somos seres muy sensibles a olvidarnos los favores de Dios
pero a través de las fiestas Israel tenía una forma de recordar constantemente el favor
de Dios para con ellos.

III. La sombra de Cristo reflejándose:


¿Tiene alguna conexión los sacrificios, las ofrendas y las fiestas que Israel guardaba?

a) Todo es sombra de Cristo:


“Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta,
luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el
cuerpo es de Cristo.” (Col. 2:16-17)

- El propósito de las ofrendas y las fiestas de Israel tenían como objetivo demostrar
la gran obra redentora de nuestro Señor Jesucristo.

(1) Las ofrendas: Las cinco ofrendas de Israel pueden ser resumidas en la única
ofrenda eficaz hecha por el Hijo de Dios en la Cruz. El Escritor de Hebreos
escribe: “Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y
ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los
pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio
por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante
esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;
porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.”
(Heb. 10:11-14) Sólo la muerte de Jesús es la única ofrenda valiosa para Dios.
Acerca de nuestro Señor y su ofrenda perfecta dice Pablo: “Y andad en amor,
como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y
sacrificio a Dios en olor fragante.” (Ef. 5:2)

(2) Las fiestas: Las seis fiestas religiosas de Israel reflejan la obra redentora de
Jesús y su pronto advenimiento.
 La pascua: Esta fiesta nos recuerda el sacrificio de Jesús en la Cruz. Pablo
dice a los Corintios: “Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis
nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo,
ya fue sacrificada por nosotros.” (2 Co. 5:7)

 Las primicias: Esta fiesta nos recuerda la Resurrección de Jesús. Pablo


escribe en 1 Co. 15:23 “Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las
primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.”

 Pentecostés: Esta fiesta nos recuerda un gran evento, el inicio de la Iglesia


Cristiana. En Hch. 2:1-4 leemos: “Cuando llegó el día de Pentecostés
estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo
como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde
estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego,
asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu
Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba
que hablasen.”

 Trompetas: Esta fiesta nos recuerda la próxima venida de Jesús. En 1 Co.


15:51-52 leemos: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero
todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos,
a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán
resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.”

 Expiación: Esta fiesta nos recuerda los juicios de Dios que vendrán durante
la tribulación a la tierra para purificar al mundo de su maldad. El libro de
Isaías 26:16 menciona: “Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron
oración cuando los castigaste”.

 Tabernáculos: Esta fiesta nos recuerda la era Milenial con Jesús como Rey.
El profeta Zacarías dice en el cap. 14:16: “Y todos los que sobrevivieren de
las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para
adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los
tabernáculos”.

b) Las fiestas, sacrificios y ofrendas representan cosas mayores para nosotros:


“Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de
las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente
cada año, hacer perfectos a los que se acercan.” (Heb.
10:1)

- Para el autor de Hebreos, todo el asunto de los sacrificios no era más que una
copia imprecisa del Culto verdadero. Dice que estas cosas no son más que una
sombra imprecisa. La palabra que usa es skiá, la palabra griega para sombra, que
quiere decir un reflejo nebuloso, una mera silueta, una forma sin realidad.

- Lo que realmente quiere decir, es que sin Cristo, todas las sombras del Antiguo
Testamento no tendrían sentido. Cristo es el que le da sentido y realidad a la Ley.

Conclusión: Amados hermanos, ¡Qué grande es la gracia divina! En cada detalle, en


cada palabra y en cada letra de la ley se ve reflejada la obra más grande de la
historia: La muerte de Jesús por nosotros. Así que nuestro comportamiento no debe
ser regulado por costumbres u ordenanzas humanas, sino que nuestra vida debe ser
la imitación única de aquél que agradó al Padre. ¿Está viviendo usted a la luz de esa
verdad?

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