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Guía práctica para ayudar a tú BB y 52 semanas de recetas.

Teorías de paternidad sobre la alimentación de nuestros hijos.


Aquí hablamos de tres posturas; la alimentación por demanda, el de horario rígido
y la alimentación dirigida por los padres.
Antes de este siglo, el sentido común no los conceptos teóricos, era lo más
importante para criar a los hijos. Las madres daban el pecho a sus bebés cuando
tenían hambre o seguían unas normas preestablecidas en relación con el hambre
del bebé. La madre buscaba los ciclos de hambre de su bebé para ajustarlos a su
necesidad de atender a toda la familia y no tenía la necesidad de estar viendo el
reloj para saber que se acercaba la hora de darle comer. Su horario de comida lo
establecían las obligaciones domésticas que gobernaban su día. Sin duda la
alimentación rutinaria encajaba con su horario de manera adecuada para satisfacer
las necesidades de su bebé y las de toda su familiai.
Durante este siglo, ha habido dos teorías que han dominado la labor de los padres
estadounidenses. Durante los primeros años de vida, un grupo de científicos
conocidos como conductualistas introdujeron la primera teoría. Estaban
convencidos de que el niño lo moldeaba el ambiente que lo rodeaba. Las emociones
y sentimientos en desarrollo del pequeño quedaron sin reconocer, desechadas por
un cuidado específico y controlado. Los conductualistas pensaban que esa
estructura externa produciría en el niño emociones controladas y eso era lo que se
deseaba. En estados unidos hubo un estudio en los años 20 en donde las madres
se les pidió que introdujeran la costumbre de alimentar al bebé conocida como
alimentación rígida o apegada al reloj. Se estableció, de manera estricta, la
alimentación cada cuatro horas. Todas las buenas madres lo siguieron
rigurosamente. Si el bebé tenía hambre a las tres horas, mala suerte porque no lo
alimentarían hasta que hubieran pasado las cuatro horas. El reloj era la autoridad
final, sin la menor consideración a las necesidades del bebé ni de la madre.
A mediados de la década de los 40, una segunda teoría, una adaptación de las
teorías sobre la crianza de los hijos de Sigmund Freud, comenzó a modificar la
rigidez del conductualismo. Los seguidores de Sigmund Freud del siglo XX
destacaron las cualidades instintivas, semejantes a las de los animales, de la
infancia como punto de partida para dirigir al niño. La estructura no era tan
importante para estos teóricos como lo eran las emociones del desarrollo infantil.
Con las revisiones que se hicieron a las teorías de Freud, los padres
estadounidenses se fueron al otro extremo. Ahora al bebé se le alimentaba en el
momento en que éste comenzaba a quejarse, sin importar si tenía hambre o no.
Conforme a esta teoría, el alimentar al bebé satisfacía al mismo tiempo las
necesidades nutricionales y las supuestas necesidades psicológicas.
La teoría que se recomienda hoy en día es la alimentación dirigida por los padres
esta teoría es más amigable, menos agotadora.
Esta clase de alimentación es una estrategia para dirigir la vida del pequeño, su
propósito es ayudar a las madres a establecer contacto con sus bebés y a que éstos,
a su vez, lo establezcan con ellas. Representa un enfoque proactivo del cuidado
del bebé, que satisface las necesidades del recién nacido y las del resto de la
familia. La alimentación dirigida por los padres es el punto central entre un horario
rígido, en un extremo, y la relación de unión en el otro. Posee suficiente estructura
como para dar seguridad y hacer que haya orden en el mundo del bebé, haciendo
posible al mismo tiempo que haya una flexibilidad que dé a la madre la libertad
necesaria como para reaccionar ante una necesidad en cualquier momento.
Una estrategia dirigida por los padres hace que se destaque lo mejor tanto en los
padres como en el bebé porque está orientada al niño, no se centra en el hijo ni en
la madre. Con este enfoque de sentido común, la madre colabora con las
necesidades de su bebé y éste, al mismo tiempo, aprende a cooperar con la
dirección de la madre. El resultado es realmente adecuado. Con este enfoque, de
la alimentación dirigida por los padres, la madre alimenta a su bebé cuando tiene
hambre, pero aprovecha las primeras semanas para dirigir los patrones de hambre
de su bebé mediante una rutina básica. Debido a que al bebé se le considera como
un miembro que es bienvenido a la familia, pero no es el centro de ella y debido a
que no es tan frágil desde el punto de vista emocional como piensan los adeptos a
la teoría de la unión, todo el mundo sale ganando, el bebé, la madre, el padre y los
hermanos con frecuencia olvidados. Además funciona a partir de la premisa de que
tanto la madre como el padre son importantes en el proceso de la crianza de los
hijos. Si bien es cierto que la madre es la principal proveedora de ese cuidado, el
padre sigue formando parte del equipo de dirección y los bebés responden a todo
esto con un crecimiento saludable, durmiendo de una manera sana y disfrutando de
la seguridad de saber que los quierenii.

Beneficios de una alimentación dirigida por los padres


Primer beneficio
¿Quién no va a desear que el niño duerma durante toda la noche? Para aumentar
la posibilidad de éxito, establezca una rutina para su hijo dirigida por usted de
alimentación, para el tiempo que está despierto y para cuando duerme. Primero
viene la hora de dar de comer al bebé, seguida por el tiempo de vigilia y el del sueño
concluye la secuencia. Esta interacción rutinaria, en la que se dan estos tres
factores, favorece los sanos patrones de sueño nocturno. Después de la primera
semana del nacimiento del bebé, es tarea de la mamá establecer esta secuencia.
Los padres creemos, de manera equivoca, que nuestros bebés deben regular su
propia rutina y que la labor de ellos es sólo la de responder. Después de todo los
bebes saben cuándo tienen hambre y cuando están listos para dormir. ¿De veras?,
bueno, nadie puede discutir que los bebés saben cuándo tienen hambre. Sin
embargo, surge un problema porque no son capaces de regular sus patrones de
hambre, los bebés saben cuándo están cansados, pero no son capaces de
establecer, por sí mismos, ciclos estables de sueño y de vigilia. Ahí es donde entran
los papas para dirigirlo en lugar de depender de la incapacidad del bebé para
establecer su propio orden. Las indicaciones que se le estén dando al bebé le
ayudarán a organizar su reloj biológico y a responder de manera adecuada.
Entre las 7 y las 9 semanas de vida, los padres pueden esperar que sus ciclos de
sueño por las noches sean continuos y duren entre 7 y 8 horas. Después de los tres
meses de edad, esas horas aumentan entre 9 y 11 horas de sueño cada noche.
Segundo Beneficio
Cuando se alimenta al bebé por medio de la alimentación dirigida por los padres,
sus patrones de hambre se estabilizan. El motivo por el que sucede es que el
mecanismo del hambre (la digestión y la absorción) funcionan como si tuvieran una
memoria metabólica reforzada por la rutina. Si los periodos de alimentación del bebé
son regulares. El bebé acabará por establecer un metabolismo del hambre que será
estable y predecible. Ejemplo, si se alimenta al bebé con un horario de 7 am, 10 am,
1 pm, 4 pm, y 10 pm se sincronizará con esas horas todo esto solo sucede si es una
alimentación rutinaria con esto el bebé en automático se organiza y estable patrones
de sueño óptimos.
Tercer beneficio
No se trata tanto de lo que entra por la boca, sino de cuándo entra. Es evidente que
existe una diferencia entre el comportamiento del sueño del niño que ha sido criado
mediante la unión con los padres y aquel que lo ha sido mediante la alimentación
dirigida por los padres. Hay bebés que algunas noches les cuesta dormir o
despiertan cada dos horas y que esto puede hacerlo durante dos años, algunos
estudios mencionan que este patrón no es sano para el bebé ni para la madre. Con
este patrón aparece la fatiga y el bebé se vuelve irritable, llorón y es difícil calmarlo.
Lo importante es que el bebé como y debe haber un esfuerzo para mantener
despierto al bebé hacer todo lo necesario para lograrlo (frótele los pies, acaríciele la
cara, cámbiele el pañal, háblele, pero es preciso que se alimente). Las madres que
se esfuerzan por conseguir la alimentación completa durante la primera semana
tendrán un bebé que se adaptará, de manera natural, a una rutina consistente.
El resultado será la confianza y la comodidad para la mamá y el bebé.

Algunas ideas para la vigilia


Mamá, papá y el bebé juntos
Comer: Si el bebé toma biberón o pecho, la madre pasará una gran parte del día
con el bebé en los brazos mientras come.
Cantar: mientras este despierto.
Leer: libros de cartón o de plástico y con mucho colorido.
Bañarse: mencionarle las partes de su cuerpo o simplemente chapotearle el agua.
Caminar: Mientras se está caminando se le puede cantar o hablarle.
Jugar: No se podrá jugar con recién nacido solo se podrá mover suavemente y
hablarle.

Bebé solo
Fotos: Pegar fotos con colores brillantes en su cuarto es estimularlo visualmente.
Móviles: Le ayudaran a seguir el movimiento con sus ojos.
Gimnasio: Ayuda a desarrollar la coordinación manual y ocular. Quitar cuando el
bebé aprenda a sentarse.
Columpio: es un aparato que ayuda contemplar lo que sucede a su alrededor, son
espacial. No debe dejar que se duerma en este artefacto ya que podría asociar el
dormir con el arrullo.
Asiento de bebés: Ayuda a su bebé a estar sentado y a fijarse en el mundo
circulante.
Corralito: Cuando tenga un mes el bebé comience a ponerlo ahí, permita que el
niño tome una siesta en el corralito de vez en cuando.
Todo esto no más de 15 minutos ya que puede estar demasiado estimulado y
no pueda dormir.
Si se sigue con los principios de la alimentación dirigida por los padres, éste será el
periodo cuando su bebé dejará de comer en la noche y empezará a dormir de
manera continua entre siete y ocho horas.
La siesta durante el día debe durar por lo menos una hora y media,
Aproximadamente de 3 a 5 meses.

Alimentación saludable: Lo que debes saber para que tus hijos


coman sano.
No es ninguna novedad que la alimentación saludable trae una larga lista de
beneficios para la salud, tanto a corto como largo plazo. Sin embargo, cuando esto
no lo tenemos incorporado como un hábito, comer sano puede significar un
verdadero desafío.

Es por esto, que inculcarles hábitos de alimentación saludable a nuestros hijos


es uno de los mejores regalos que le podemos dejar para su vida y las futuras
generaciones. Pero ¿cómo podemos lograr que nuestros hijos tengan hábitos de
alimentación sana?

Clarita Swinbur, Nutricionista de la Universidad Católica, quien es enfática en


señalar que, “la alimentación es uno de los factores más importantes para el
correcto crecimiento y desarrollo físico y mental de los niños. Si desde pequeños se
les incorpora a su vida una alimentación saludable, se verá reflejado en su vida
adulta”.

Los alimentos que no pueden faltar

Según explica la experta en alimentación; las frutas, verduras, lácteos, carnes -en
cortes desgrasados-, pescado, huevos y legumbres, no pueden faltar en el menú
semanal de nuestros hijos.

Frutas y verduras
Aportan vitaminas y minerales que son fundamentales para todos los procesos del
metabolismo y para regular todas las funciones del organismo. Además aportan
fibra, que es fundamental para regular el tránsito intestinal y además regula la
absorción de nutrientes, retrasando la absorción de azúcares y colesterol.

Lácteos
Además de aportar proteínas, aportan calcio que es el principal componente de los
huesos.

Carnes
Las carnes aportan proteínas que favorecen el desarrollo de la masa muscular del
niño.

Pescados y el huevo
El pescado y el huevo aportan grasas saludables y buenas para el cuerpo, en
particular el omega 3.

Legumbres
Las legumbres aportan proteínas y fibra, lo que las hace un plato de fondo muy
completo.

Cuatro claves para una alimentación sana


La nutricionista de la Universidad Católica, nos cuenta en qué debemos fijarnos para
inculcar en nuestros hijos el hábito de una alimentación saludable.

1. No pierdas la cuenta de las calorías diarias.


A pesar que las calorías que deben ingerir los niños depende de la edad y el sexo
del niño, la nutricionista nos da un estimativo por edad.

“En los niños de 6 meses a los 2 años, las calorías en promedio es entre 600 a 1000
kcal y en prescolares de 2 a 5 años, las kcal en promedio es entre 1200 a 1300 kcal.
Sin embargo, lo más correcto es hacer un cálculo individualizado según el sexo, la
edad y el desarrollo del niño.”, advierte la especialista.

2. Equilibrio en el menú semanal.


La nutricionista recomienda incluir en el menú semanal alimentos que puedan cubrir
todas las necesidades de los niños y ojalá evitar azúcares y grasas en extremo.

“El menú semanal de los niños debe incluir diariamente lácteos semidescremados,
cereales como arroz, papas, tallarines, quínoa, pan; frutas y verduras, agua y aceite
vegetal crudo en cantidades moderadas. Se debe incluir dos veces a la semana
pescado, dos veces a la semana carnes rojas o blancas (cortes bajos en grasa),
dos veces por semana legumbres y dos veces por semana huevo (ojalá preparado
al agua)”, detalla Clarita.

3. Evita las golosinas.


Sabemos que es una tarea casi imposible de cumplir. Sobre todo si nuestros hijos
van a un cumpleaños o se juntan con otros niños. Siempre verán y tendrán ganas
de probar dulces. ¿Qué hacemos entonces?

Para evitar las tentaciones en los niños la experta en nutrición asegura que “la clave
es no mostrarle ni darles a probar estos alimentos, sino esperar que a él le baje la
inquietud. Si tú le das agua a tu hijo desde chico, de seguro evitarás que le gusten
los jugos y bebidas. Lo mismo con las golosinas. Para evitar las tentaciones, en los
cumpleaños prefiere fruta picada, sándwiches caseros, pasteles caseros y galletas
caseras”.

Pero si ya es imposible privarlos de los dulces, Clarita nos indica que “las porciones
máximas de golosinas en los niños, al ser tan altos en azúcares y grasas saturadas,
es 1 golosina o 3 galletas dulces.”

4. Envía colaciones saludables


Como sabemos que con el ajetreado estilo de vida que llevamos, es difícil detenerse
a pensar en opciones saludables para enviar a nuestros hijos al colegio o jardín, la
nutricionista comparte a continuación algunas alternativas saludables para enviar
de colación al jardín o colegio.

 Frutas: en lo posible entera o picada y con cáscara, y no jugos de fruta


 Lácteos semi descremados: una cajita de leche blanca o un yogurt.
 Pan: por ejemplo un sándwich de un pan pita o dos rebanadas de pan molde con
acompañamiento saludable como jamón, quesillo, tomate, lechuga.
 Evita a toda costa los productos procesados: todo lo que viene envuelto en paquete
como galletas, golosinas, jugos néctar, entre otros.

Los malos comienzos y las tragedias se evitan vigilando al bebé ante señales de
alimentación adecuada o inadecuada. Si empieza usted a encontrar indicadores que
no son sanos, llame a su pediatra e infórmele de manera objetiva acerca de sus
observaciones y así poder ayudar a su bebé a tener un desarrollo sano y fuerte.

i
Conocinedo a tú bebé; Gary Ezzo y Robert Bucknam, M.D.
ii
Conocinedo a tú bebé; Gary Ezzo y Robert Bucknam, M.D.

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