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Universidad Nacional de Salta

Facultad de Humanidades
Carrera de Letras

Cuaderno teórico-práctico
Lengua Española I

Ana María Fernández Lávaque


Patricia Salas
Elda Mariana Campos

2013
Cuaderno teórico-práctico
Lengua Española I
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Introducción

El presente trabajo constituye una síntesis de los contenidos pro-


gramáticos de la cátedra de Lengua Española I, de la Carrera de Le-
tras, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta. La
propuesta es tomarlo como punto de referencia para ampliar la in-
formación con la lectura de la bibliografía sugerida.
Los objetivos cuya consecución se plantea a partir del estudio de
este material enriquecido con los textos seleccionados, se orientan a
la adquisición de los siguientes conocimientos y competencias:
ŒŒInformación esencial respecto al proceso histórico de los estudios
acerca del lenguaje.
ŒŒUbicación de la gramática en el conjunto de las disciplinas lingüís-
ticas.
ŒŒDescripción de la estructura sistemática del código lingüístico es-
pañol.
ŒŒReconocimiento de la estrecha relación entre la enseñanza de la
gramática de una lengua histórica y su empleo por la comunidad
de usuarios.
ŒŒEmpleo correcto de la norma estándar general de la lengua espa-
ñola, sobre todo en el registro escrito.
ŒŒPercepción relativa a la importancia del conocimiento del meta-
lenguaje gramatical con vistas al futuro accionar docente de los
actuales alumnos.
ŒŒManejo eficiente y riguroso de ese metalenguaje, asociado a la re-
flexión metalingüística.
ŒŒAcercamiento a los fundamentos epistemológicos que sustentan
la orientación gramatical elegida por la cátedra frente a otras lí-
neas teóricas.
ŒŒDesarrollo de la capacidad crítica para la valoración de textos y
programas del área de la lengua en los divesos niveles de ense-
ñanza.
En conformidad con tales objetivos, se organiza la exposición en
tres unidades:
1. La gramática
1.1. Antecedentes de los estudios del lenguaje: Aristóteles, es-

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Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

colástica medieval, Port Royal, lingüística histórica, adveni-


miento del estructuralismo: principios saussureanos.
1.2. Tipos de gramáticas: particular-general, normativa-descrip-
tiva, lógico-filosófica, sincrónica-diacrónica, comparada,
psicológica, etc.
1.3. Tres conceptos de gramática:
1.3.1. Propiedad inmanente de las lenguas.
1.3.2. Metalenguaje de primer grado: la descripción. Morfo-
logía y sintaxis.
1.3.3. Metalenguaje de segundo grado: teoría de la descrip-
ción.
1.3.4. El funcionalismo. Tres perspectivas funcionalistas
para la descripción del código lingüístico: André
Martinet, Emilio Alarcos LLorach, Michael Halliday.
1.4. Dos planos para el análisis lingüístico: el sistema y el uso.
Oración y texto.
2. La oración
2.1. La oración: contexto máximo del nivel morfosintáctico. Dis-
tintas caracterizaciones.
2.2. Relaciones sintagmáticas y paradigmáticas en la identifica-
ción de los niveles funcionales de la oración.
2.3. El sintagma. Oración y proposición. Palabra y morfema. Ca-
racterización de cada nivel.
2.4. Jerarquía de las funcionaes sintácticas: predicado, sujeto,
determinantes.
3. Propuesta de clasificación estructural de la oración
3.1. Según número y relación de componentes proposicionales:
simple y compleja. Coordinación y conectores. Subordina-
ción: función sustantiva, adjetiva y adverbial. Transposito-
res y relatores.
3.2. Según presencia o ausencia de una de sus funciones bási-
cas: oración unimembre, oración bimembre.
3.3. Según la estructura del predicado: verbal y no verbal.

Asimismo, se adoptan las siguientes abreviaturas, de las que se


precisan sus referencias en la segunda columna, para facilitar el aná-
lisis oracional:
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Fernández Lávaque, Salas y Campos

Oraciones
O. Oración
O.S. Oración simple
O.C. por Coord. Oración Compuesta por Coordinación
O.C. por Sub. Oración Compuesta por Subordinación

Proposiciones
P.P. Proposición Perfecta
P.Imp. Proposición Impersonal
P.Imperf. Proposición Imperfecta
Aprop. Aproposición
P.Sub. Proposición Subordinada
P.Sub.Sust. Proposición Subordinada Sustantiva
P.Sub.Adj. Proposición Subordinada Adjetiva
P.Sub.Adv. Proposición Subordinada Adverbial
P.Princ. Proposición Principal
P.Sub.Adv.Cond. Proposición Subordinada Adverbial Condicional
P.Sub.Adv.Caus. Proposición Subordinada Adverbial Causal
P.Sub.Adv.Conces. Proposición Subordinada Adverbial Concesiva
P.Sub.Adv.Consec. Proposición Subordinada Adverbial Consecutiva
P.Sub.Adv.Compar. Proposición Subordinada Adverbial Comparativa
P.Vdal. Proposición Verboidal

Sintagmas
Stg.Nom.Suj. Sintagma Nominal Sujeto
Stg.Verb.P.Verb. Sintagma Verbal Predicado Verbal
Stg.Verb.P.Nom. Sintagma Verbal Predicado Nominal
Stg.Nom. P. no Verb. Sintagma Nominal Predicado No Verbal
Stg.Adv. P. no Verb. Sintagma Adverbial Predicado No Verbal
Stg.Prep. P. no Verb. Sintagma Preposicional Predicado No Verbal

Funciones sintácticas
N. Núcleo
Dte. Determinante
Dte.Stg.Nom. Determinante Sintagma Nominal
Dte.Stg.Adv. Determinante Sintagma Adverbial
Dte.Prep. Determinante Preposicional
Dte.Propos. Determinante Proposicional
Dte.Orac. Determinante oracional
Apos. Aposición
Apos.Expl. Aposición Explicativa
Apos.Conj. Aposición Conjuntiva
Comp. de Nom. Complemento de Nombre
Comp. de Adv. Complemento de Adverbio
Const.Comp. Construcción Comparativa
O.D. Objeto Directo
O.I. Objeto Indirecto
Comp.Ag. Complemento Agente
Pred.Oblig. Predicativo Obligatorio
Pred. no Oblig. Predicativo No Obligatorio
Comp. de Rég. Complemento de Régimen
Dat.Int. Dativo de Interés

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Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Comp.Circ.Lugar Complemento Circunstancial de Lugar


Comp.Circ.Tiempo Complemento Circunstancial de Tiempo
Comp.Circ.Modo Complemento Circunstancial de Modo
Comp.Circ.Cantidad Complemento Circunstancial de Cantidad
Comp.Circ.Causa Complemento Circunstancial de Causa
Comp.Circ.Medio o Inst. Complemento Circunstancial de Medio o Instrumento
Comp.Circ.Tema Complemento Circunstancial de Tema o Argumento
Comp.Circ.Compañía Complemento Circunstancial de Compañía
Comp.Circ.Fin Complemento Circunstancial de Fin
Comp.Circ.Nocional Complemento Circunstancial Nocional

Índices oracionales
I.V. Índice Verbal
I.Neg. Índice de Negación
I.Af. Índice de Afirmación
I.Imp. Índice de Impersonalidad
I.Pas. Índice de Pasiva
I.Cuasi-ref. Índice de Cuasi-Refleja

Otras abreviaturas
Nexo Cop. Nexo Coordinante Copulativo
Nexo Dis. Nexo Coordinante Disyuntivo
Nexo Adv. Nexo Coordinante Adversativo
Subte. Subordinante
Subte. Rel. Subordinante Relator
Rte. Relacionante
Yuxt. Yuxtaposición

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Fernández Lávaque, Salas y Campos

1. La gramática
1.1. Antecedentes de los estudios del lenguaje: Aristóteles,
escolástica medieval, Port Royal, lingüística histórica, adveni-
miento del estructuralismo: principios saussureanos.

Antecedentes de los estudios del lenguaje

Los estudios de los mecanismos de lengua, es decir la gramática,


aparecieron tardíamente según evidencia la escasa documentación
existente sobre la alta antigüedad. Por entonces, la observación de la
lengua se dio en distintas agrupaciones humanas. Aunque los sume-
rios mostraron una primera conciencia del análisis fónico y léxico,
y los fenicios inventaron la notación alfabética, no hay en estos dos
pueblos un auténtico pensamiento gramatical.
Los chinos, en el siglo III a. C., evidenciaron interés lexicográfico
en dos importantes diccionarios históricos: el Eul Ya y el Chouo Wen.
Los musulmanes de las escuelas de Basra y de Bufa discutieron, en
los siglos II y III de la Hégira1, numerosos temas gramaticales, par-
ticularmente el origen nominal del verbo árabe. Toda esta actividad
en torno a la lengua no la focalizaba en sí misma pues sólo tenía
carácter filológico, era instrumento de la literatura. Los árabes bus-
caban fijar la lengua de Dios, la del Corán, y los chinos glosaban a los
clásicos preconfucianos y confucianos.
Los indios o hindúes contaron, muchos siglos antes de nuestra
era, con la descripción estructuralista del sánscrito realizada con
el rigor de un sistema deductivo, que lingüistas actuales señalan
como modelo indispensable para la tarea gramatical. Se trata de la
gramática de Panini (350 a. C. aproximadamente), Asta-adhiai (‘ocho
capítulos’), antecedente real de la gramática estructuralista contem-
poránea. Se titula y consta de ocho libros que contienen definiciones
y cuatro mil reglas, y su objetivo es la lengua hablada desde la pers-
pectiva sincrónica. En esta gramática, la unidad superior que rige
las funciones es la oración, así que trabaja con todos los datos de
la lengua y sus relaciones sistemáticas. Panini concebía la gramática
como un sistema de elementos simples cuya combinación se genera
mediante reglas ordenadas, abarcando todo el material.

1 Año primero del calendario musulmán, 622 de la era cristiana, cuando Mahoma
y sus seguidores huyeron perseguidos por los hombres de La Meca a Medina.

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Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Aristóteles

Los griegos crearon el vocablo «grammatiké», el ‘arte de escribir’,


de «gramma» ‘letra’, de donde procede el término español. En Grecia,
el estudio del lenguaje fue inseparable de la filosofía del lenguaje
(en los presocráticos, Platón, Aristóteles, los estoicos) o del comen-
tario de los textos literarios (Escuela de Alejandría). Las tres direc-
ciones de sus estudios lingüísticos fueron la etimología, la fonética
y la morfología.
Esta última fue el centro de los estudios gramaticales griegos. Si
bien no llegaron a la noción de morfema, la unidad de análisis fue la
palabra a la cual Aristóteles definió como componente de la oración
que tiene significado y que no se puede dividir en más unidades sig-
nificativas. En la búsqueda de adecuación entre las construcciones
lingüísticas y las operaciones lógicas, Aristóteles, quien propuso el
análisis binario de las oraciones en sujeto y predicado, señala que
la oposición nombre/verbo refleja la oposición sustancia/accidente.
Para Aristóteles lo importante eran las reglas fijas del hablar correc-
to y por eso se lo considera antecesor de la gramática normativa.
La fonética no era disciplina autónoma sino parte de la gramáti-
ca, en cuanto –sostenían– los sonidos sólo pueden ser estudiados
en función de las letras que los representan. El uso sistemático del
alfabeto fonético por parte de los lingüistas griegos implica los rudi-
mentos del análisis fonológico.
En el ámbito de la etimología, la discusión griega se desarrolló en-
tre naturalistas y convencionalistas, por un lado, y entre analogistas
y anomalistas, por otro. La controversia entre los primeros gira en
torno a la relación natural o arbitraria de la palabra con el referente.
Entre los segundos, los analogistas como Aristóteles se basaban en
las regularidades de la lengua y los estoicos anomalistas privilegia-
ban sus anomalías.
Pero la parte más desarrollada de los estudios lingüísticos grie-
gos fue la teoría de las partes de la oración, inaugurada por Platón
y Aristóteles, continuada por los estoicos y presentada en el primer
tratado de gramática griega por Dionisio de Tracia, quien distinguió
ocho partes, además de categorías secundarias como el género, el
número y el caso.
Los romanos retomaron los estudios griegos y contaron con discí-

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Fernández Lávaque, Salas y Campos

pulos de esos gramáticos, como Donato, Quintiliano y Varrón, quie-


nes distinguieron en el latín el mismo número de categorías de pa-
labras en función de su forma, como las señaladas en el griego por
los gramáticos alejandrinos. Varrón (siglo II d. C.), autor de una volu-
minosa descripción del latín, testimonia la productiva influencia de
todas las escuelas gramaticales griegas. Donato y Prisciano (siglo V)
codificaron la gramática latina para la posteridad, determinando ya
en gran parte la forma de los manuales contemporáneos.
Fue en Grecia y Roma donde se originó la distinción de las ocho
partes de la oración: artículo, nombre, pronombre, verbo, participio,
adverbio, preposición y conjunción.

Escolástica medieval

La no diferenciación entre lengua hablada y lengua escrita, y la


etimología del término «gramática», ‘arte de escribir’, condujo a la
escolástica medieval a entender la gramática como la descripción,
con fines didácticos, de cuatro partes de la lengua: ortografía, de «li-
tteris»; prosodia, de «syllabis»; etimología, de «dictione»; y syntaxis,
de «oratione».
Si bien no diferencia las perspectivas sincrónica y diacrónica, esta
propuesta se funda en un cruce entre dos ejes: uno separa al signo
de sus elementos y el otro clasifica las unidades en dos grados. Ello
se representa en este cuadro:

Signo Elementos
Unidades de primer grado Palabra: etimología Letra: ortografía
Unidades de segundo grado Construcción, oración: sintaxis Sílaba: prosodia

Desde el siglo VI, la prosodia fue eliminada por ser una disciplina
métrica, puramente práctica y entonces la etimología abarcó tres ra-
mas: partes de la oración, flexiones y formación de palabras: deriva-
ción y composición. Con esta última disciplina, de carácter interme-
dio entre la morfología y la sintaxis, se otorgó importancia creciente
a la complejidad de la palabra como compuesto de elementos, radi-
cales, derivativos y flexionales, y no como unidad indisoluble.
En la península ibérica, a los grandes logros nacionales se añadía
la unificación y la difusión lingüística. En 1492, poco después de la
última derrota árabe y mientras Colón se encontraba en viaje, apare-

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Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

ció la Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija, pri-


mera aplicación a la lengua vulgar. Nebrija señala los rasgos en que
el castellano se distinguía del latín, usa una terminología gramatical
puramente castellana como passado, venidero, acabado, no acabado,
más que acabado por ‘pretérito’, ‘futuro’, ‘perfecto’, ‘imperfecto’ y
‘pluscuamperfecto’, y une el estudio gramatical con el de la métrica y
las figuras retóricas, anticipando la unidad entre lenguaje y creación
literaria, propuesta contemporáneamente por el estructuralismo y la
estilística.
Con su gramática, Nebrija planteó los siguientes objetivos:
ŒŒSiguiendo afanes renacentistas, fijar normas para la perpetuidad
y solidez del idioma.
ŒŒFacilitar el aprendizaje del latín mediante el conocimiento grama-
tical de la lengua vulgar.
ŒŒQue la lengua fuera compañera del imperio.
La gramática de Nebrija fue complementada por el volumen Re-
glas de ortografía española de 1517, por el Diccionario latino-caste-
llano y castellano-latino y por una Ortografía, ambas obras también
de su autoría.
La tarea de Nebrija fue continuada por quienes se proponían al-
canzar las verdaderas leyes que regían el funcionamiento del caste-
llano, sin sujeción a los prejuicios gramaticales latinos. Y aunque no
manejaban un método científico riguroso, en ocasiones, como Juan
de Valdés, señalaban realidades gramaticales indudables. Nebrija re-
conoce, de acuerdo con lo estipulado por la escolástica medieval,
diversos niveles en la descripción de la lengua:
Partes de la gramática Objeto de estudio
Ortografía Letra
Prosodia Sílaba
Etimología Palabra
Sintaxis Oración

En el planteo de Nebrija, la unidad de cada nivel superior se cons-


tituye con unidades del anterior.

Port-Royal

Siguiendo una tradición del Renacimiento, época en que se procu-


ró liberar las lenguas nacionales del latín, en los siglos XVII y XVIII se

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Fernández Lávaque, Salas y Campos

gestaron dos concepciones de la gramática que estudiaban solamen-


te los estados de lengua contemporáneos, resultando así más cerca-
nas al estructuralismo del siglo XX que al historicismo del siglo XIX.
De modo que, después de la reflexión sobre la lengua que se dio
en la antigüedad (entre sumerios, fenicios, chinos, indios, musulma-
nes, griegos y romanos), los siglos XVII y XVIII presentan dos marcos
en la concepción lingüística-gramatical: el logicista y el normativo.
El primero corresponde a la gramática general, de la cual es expo-
nente la Gramática general y razonada de Claude Lancelot y Antoine
Arnauld, conocida como «Gramática de Port-Royal», a la que adhirie-
ron particularmente los franceses en todo el siglo XVIII, explicando
la lengua a través de las leyes del pensamiento e inscribiéndose así
en la tradición racionalista de la época clásica que remonta a Aris-
tóteles, fundador de la gramática lógica de Occidente: el habla se
origina en el pensamiento y la lengua es la imagen de nuestra repre-
sentación racional del mundo.
Esta concepción encierra el error, frecuente en la historia del pen-
samiento gramatical, de considerar como categorías lógicas univer-
sales a las existentes en la lengua del que investiga. Aristóteles, a
quien seguían los estudiosos de Port-Royal, presentaba como propie-
dades de todo objeto de experiencia diez elementos que en realidad
son categorías gramaticales del código griego. Por ello, los gramáti-
cos de lenguas no europeas formados en Europa, las estudiaron con
criterios de valor universal no convincentes.
El marco normativo, influido también por Aristóteles e inspirado
en el marco logicista, justificaba la lengua por la razón y consideraba
irracionales los usos erróneos: el purismo es consecuencia natural
de la idea de perfección del instrumento lingüístico. Un gran número
de usos sucumbe ante la tentación de legislar, condenar y recomen-
dar cuando se procura descubrir las estructuras de los mensajes re-
cogidos. Se toma entonces conciencia del carácter no científico de la
actitud normativa.

Lingüística histórica

En el siglo XIX, se produjo una especialización de los conocimien-


tos y la lingüística se reconoce como tal e incluye la gramática. La
transformación de las lenguas a través del tiempo llegó, a fines del
siglo XVIII, a ser el objeto de la lingüística histórica, a partir de dos
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Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

ideas básicas:
ŒŒEl cambio de las lenguas se debe no sólo a la voluntad consciente
de los hombres (por iniciativa de los gramáticos que «depuran»
la lengua, por resultado del esfuerzo de un grupo para ser com-
prendido por extranjeros, por creación de nuevas palabras para
designar nuevas realidades) sino también a una necesidad interna.
La lengua no sólo es transformada, sino que se transforma.
ŒŒEl cambio lingüístico es regular y respeta la organización interna
de las lenguas.
A diferencia de la etimología que se presentaba como «histórica»
y explicaba aisladamente una palabra buscando en un estado an-
terior la palabra de la cual provenía, la lingüística histórica expli-
caba una palabra b por una palabra a sólo cuando el paso de a a b
es el caso de una regla general aplicable a muchas otras palabras
y que permite entender que a’ se haya convertido en b’. La regu-
laridad implica que la diferencia entre a y b procede de alguno de
sus constituyentes presentes en otras muchas palabras afectadas
por el mismo cambio.
Incluso, se puede llegar más allá de los componentes gramatica-
les, al nivel de los componentes fonéticos, ámbito exitoso de la
lingüística histórica del siglo XIX que le permitió formular leyes fo-
néticas: una ley para dos lenguas o dos estados de una misma len-
gua muestra que a toda palabra de a que, en determinada posición
presenta un sonido x, corresponde una palabra de b en la que x
está reemplazada por x’. Así, las palabras latinas con c seguida de
a al pasar al francés cambiaron la c en ch: «campus» > «champ».
El nacimiento de la lingüística histórica estaría señalado por la pu-
blicación, en 1816, de la obra de Franz Bopp, Sistema de conjugación
de la lengua sánscrita, comparado con el de las lenguas griegas, lati-
na, persa y germánica. Las investigaciones semejantes concretadas
en Alemania, durante la primera mitad del siglo XIX, recibieron el
nombre de «gramática comparada». Además de Bopp, la practicaron
los hermanos Schlegel, Grimm, Schleicher y el danés Rask. Aplica-
ron el método comparativo al sánscrito (lengua sagrada de la India
antigua) y a las lenguas europeas antiguas, buscando su parentesco
como herederas de una sola lengua madre, el indoeuropeo, al cual
reconstruyeron. La comparación de dos lenguas es por sobre todo
comparación de sus elementos gramaticales, de los elementos cons-

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Fernández Lávaque, Salas y Campos

titutivos de las palabras como los radicales o elementos lexicales


(que designan nociones), eliminándose la comparación de los présta-
mos de otra lengua porque no pueden probar una evolución natural.
En cambio, los elementos gramaticales no presentan ese riesgo pues
constituyen sistemas coherentes en cada lengua.
En la segunda mitad del siglo XIX, un conjunto de lingüistas, casi
todos alemanes, renovaron la gramática comparada al introducir en
la lingüística histórica los principios del positivismo, triunfante en la
ciencia y en la filosofía. Se autodenominaron «neogramáticos» y sus
postulados fueron los siguientes:
ŒŒLa lingüística histórica no sólo debía describir los cambios, sino
también explicar sus causas.
ŒŒTal explicación debía ser positiva y buscada en la actividad de los
hablantes que al usar la lengua la transforman, sin apelar, como
Schleicher, al extenso discurrir filosófico.
ŒŒPara buscar causas no debían compararse estados de lengua dis-
tantes, sino contiguos.
ŒŒUn primer tipo de causa es fisiológica, articulatoria: la acción de
las leyes fonéticas se estimaba mecánica («ciega»), pues cuando
un cambio sucede en un estado de lengua ninguna palabra puede
evitarlo, cualquiera sea su situación semántica o gramatical.
ŒŒUn segundo tipo de causa es psicológica, por la tendencia a la ana-
logía, basada en la asociación de ideas: los hablantes agrupan las
palabras en clases, cuyos elementos son similares por el sonido y
por el sentido (antecedente del concepto de paradigma) y también
crean palabras nuevas que enriquecen esas clases. Por ejemplo:
la creación de «solucionar» y «accionar» a partir del modelo de
«funcionar».
ŒŒLa única explicación lingüística posible es la histórica y por eso no
se podría hablar de derivación (por ejemplo decir que «calzonci-
llo» viene de «calzón») sino cuando es demostrable que la palabra
fuente es anterior a la derivada.

El estructuralismo

Como vimos, a fines del siglo XIX los estudios sobre el lenguaje se
inclinaban hacia lo histórico, hacia el origen y el parentesco de las
lenguas indoeuropeas. Saussure, en cambio, centra su reflexión en el

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Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

«funcionamiento» y no en el «origen», «evolución» o «filiación» de


las lenguas. Con él terminan los estudios lingüísticos históricos y la
confusión de las investigaciones sobre la lengua.
Bally y Sechehaye recuerdan que Saussure debió luchar toda la
vida contra la insuficiencia conceptual y metodológica de la lingüís-
tica de su tiempo buscando «…obstinadamente las leyes directrices
que pudieran orientar su pensamiento a través de ese caos» (Saussu-
re, 1982: 31). En 1891, Saussure ya lamentaba que el estudio de las
lenguas esté desprovisto de verdadera base científica.
En efecto, a partir de esta consideración y después de escribir a
los 21 años su Memoria sobre el sistema primitivo de las vocales in-
doeuropeas (París, 1878), Ferdinand de Saussure revisa la práctica de
comparar dos estados gramaticales en tres cursos dictados en Gine-
bra entre 1906 y 1911, y publicados por sus alumnos en 1916 bajo
el título de Curso de lingüística general. Se ha señalado que no todo
en este libro es original de Saussure en cuanto se reconoce en sus
enunciados la influencia de la sociología de Durkheim y el hegelia-
nismo, sobre todo en el desarrollo mediante antinomias lingüísticas,
que Jakobson hizo notar considerándolo su gran revelador. El juego
de las oposiciones binarias, de las dualidades opositivas se encuen-
tra en todo el lenguaje, enfrentando lo articulatorio y lo acústico, el
sonido y el sentido, el significante y el significado, el individuo y la
sociedad, la lengua y el habla, lo material y lo insustancial, lo sincró-
nico y lo diacrónico, lo sintagmático y lo paradigmático, la identidad
y la oposición.

Los principios saussureanos

Los principios implícitos en el tan conocido volumen son los si-


guientes:
ŒŒPrincipio de sistematicidad: entender el lenguaje como un objeto
doble cuyas dos partes se suponen recíprocamente, la lengua y el
habla. Señalar que la lengua, conjunto de convenciones y produc-
to social de la facultad del lenguaje, será el objeto de estudio de
la lingüística pues, según la propia expresión de Saussure, «…hay
que colocarse desde el primer momento en el terreno de la lengua
y tomarla como norma de todas las otras manifestaciones del len-
guaje» (1982: 51).
Su enfoque sociológico coincide con el de Durkheim: en ambos,
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Fernández Lávaque, Salas y Campos

la institución social actúa como una norma impuesta a la colecti-


vidad; el individuo registra pasivamente y actualiza el funciona-
miento de un sistema independiente de su arbitrio. El habla es una
«práctica» que incrementa el «tesoro» de la lengua.
El objeto de la lingüística se presenta entonces distinto al de la
filología: mientras la primera propone estudiar el sistema de la
lengua, la segunda propone el estudio interpretativo del material
lingüístico para encontrar el sentido del documento estudiado.

ŒŒPrincipio de organización: partir del concepto de lengua entendida


como sistema de elementos formales articulados en combinacio-
nes variables. La lengua es una organización a la que Saussure
llama sistema (los estudiosos posteriores hablaron de estructura).
Si bien, por un lado, acepta como los neogramáticos que el habla,
es decir el uso del código lingüístico por los hablantes, es una de
las causas del cambio lingüístico, por otro lado, niega que el cam-
bio altere la organización de la lengua. De modo que para él no es
cierto que el funcionamiento del lenguaje (su empleo por los usua-
rios) sea causa de desorganización. Por ejemplo, la creación por
analogía no destruye sino que enriquece una categoría ya existen-
te. Así, la creación de «solucionar» a partir de «solución», añade
un par a la serie de «adición»-«adicionar», «función»-«funcionar».
Para los saussureanos, los elementos de la organización no pue-
den concebirse como independientes sino en su relación con la
totalidad, la delimitación de una unidad implica su relación con
las otras del sistema.

ŒŒPrincipio de funcionalidad: no considerar, a diferencia de los com-


paratistas, que la función esencial de la lengua sea representar
una estructura del pensamiento independiente de toda configura-
ción lingüística; tampoco aceptar la idea de Port Royal de que esa
representación sea el medio para la comunicación.
Partiendo de la base de que el pensamiento anterior a la lengua
es una masa amorfa, una nebulosa, el ginebrino sostiene que si la
lengua presenta en cada etapa una organización determinada, ello
no preexiste a su función esencial que es la de comunicar.

ŒŒPrincipio de oposición: la lengua es un sistema de valores puros en


el que cada elemento se opone a los demás. Cada unidad del sis-

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Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

tema lingüístico tiene un valor definido por sus relaciones con las
demás unidades, de modo que cada unidad lingüística es un valor
pues como una moneda que se trueca por un objeto diferente,
la capacidad de cambio del signo lingüístico está en que designa
una realidad ajena, a la cual llega por medio de su significado,
pero que no es su significado. Al igual que el «poder de cambio»
de una moneda, el «poder significativo» del signo lingüístico está
supeditado a las relaciones con otros signos de la lengua, siendo
imposible determinar un signo sin clasificarlo entre sus opuestos.
Así, el signo ‘presente’ sólo tiene realidad en relación con el signo
‘pasado’; el signo ‘singular’, en relación con el signo ‘plural’; el sig-
no ‘masculino’, en relación con el signo ‘femenino’.
En la lengua, sólo constituida por valores, no hay más que dife-
rencias, oposiciones, sin términos positivos; un sistema lingüístico
es una serie de diferencias de sonidos combinados con una serie
de diferencias de ideas. El principio de oposición está ligado al de
valor.

ŒŒPrincipio de linealidad: el principio del carácter lineal del signo


por el que, a diferencia de la simultaneidad de los significantes
visuales, el significante verbal es de naturaleza auditiva, se desa-
rrolla en el tiempo, sus elementos forman una cadena.
Esta característica se destaca cuando representamos los signifi-
cantes acústicos por la escritura, en la que la sucesión en el tiem-
po es sustituida por la línea espacial de los signos gráficos. Saus-
sure expresa: «El significante, por ser de naturaleza auditiva, se
desenvuelve en el tiempo únicamente y tiene los caracteres que
toma del tiempo: a) representa una extensión, y b) esa extensión
es mensurable en una sola dimensión; es una línea» (1982: 133).

ŒŒPrincipio de relación: su consecuencia son las relaciones sintag-


máticas que contraen las palabras en el discurso. El sintagma es
toda secuencia que agrupa varias unidades. Estas relaciones se
dan en presencia y se representan en el eje horizontal. Relaciones
diferentes son las paradigmáticas ubicadas, según Saussure, en
el cerebro, formando parte del «tesoro interior» que constituye la
lengua para cada individuo. En este caso la conexión no depende
de la extensión, sino de la memoria y la asociación. Estas relacio-
nes se dan en ausencia y se representan en el eje vertical:

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Fernández Lávaque, Salas y Campos

Relaciones sintagmáticas
Juan come pan.
Relaciones
Él come carne.
paradigmáticas
Aquel come arroz.
Alguien come fideos.

Ambos tipos de relaciones se corresponden con los dos métodos


de análisis estructural: la segmentación y la sustitución. El análi-
sis por segmentación divide los enunciados en categorías de sin-
tagmas y, a su vez, estos sintagmas, en clases de unidades. La
sustitución parte de una actividad clasificatoria de unidades en
conjuntos que tienen semejanzas, elementos con función grama-
tical equivalente y, por tanto, dentro del enunciado, unos pueden
ocupar el lugar de otros. La segmentación de la cadena llega a des-
cubrir los signos mínimos.
Por ejemplo, respecto de los verbos «deshacer» y «decidir», la al-
ternativa es descomponerlos o tratarlos como signos elementales.
Intuitivamente se siente que el análisis de «des-hacer» indica la
primera alternativa en cuanto ambos verbos llevan el elemento
«de». Pero a esta solución no puede llegarse de modo intuitivo
puesto que el «de» de «decidir» no puede suprimirse porque no
existe «cidir» como existe «hacer», ni puede reemplazarse por un
prefijo diferente ya que no existe «recidir» como existe «rehacer».
Por tanto, «decidir» no corresponde a una clasificación que inclu-
ye a «des-hacer» en un esquema combinatorio general, con resul-
tado en la serie «hacer», «deshacer», «rehacer».

ŒŒPrincipio de arbitrariedad: otro principio esencial en la conceptua-


lización saussureana. El convencionalismo de Whitney, en el que
se inspiró inicialmente Saussure, limita la arbitrariedad a la forma
externa, pues primero tenemos una idea y después le ponemos
un nombre, por lo que el concepto es prelingüístico. En cambio, la
arbitrariedad de Saussure comprende los dos planos porque nada
fijo preexiste a las operaciones de la lengua: sonido y pensamiento
son, antes de que medie la lengua, dos masas amorfas. Y así como
cada lengua delimita de modo diferente la masa amorfa de los so-
nidos pronunciables, también delimita de modo diferente la masa
amorfa del significado.

17
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Este principio de arbitrariedad fue prolífico en la lingüística post-


saussureana e incluso fue aplicado por otras disciplinas como la
antropología, la teoría de la comunicación social y el psicoanálisis.
Recién al finalizar el último de sus cursos, Saussure incorpora los
nombres respectivos de significante y significado al aspecto mate-
rial y al aspecto conceptual del signo.

ŒŒPrincipios de sincronía y diacronía: estudiar las realidades lingüís-


ticas actuales (se sitúa en la sincronía), desechando lo evolutivo
histórico y filosófico (es decir la diacronía). Saussure plantea dos
ejes fundamentales para el estudio de todas las ciencias que ope-
ran con valores: el eje de las simultaneidades y el eje de las sucesio-
nes. Según el primero, todo lo que es simultaneidad en la lengua
es lo que atañe al sistema y permite describir determinado estado
de lengua; según el segundo, los cambios experimentados en el
tiempo por un sistema lingüístico constituyen lo sucesivo, lo his-
tórico. El eje vertical es un vector que representa lo evolutivo; el
eje horizontal es un segmento que representa la idea de cerrado
en sí mismo:

A B

A partir de esta distinción, Saussure deslinda una lingüística sin-


crónica que se ocupa de los aspectos estáticos del sistema en equi-
librio y una lingüística diacrónica que estudia las evoluciones, las
alteraciones del sistema. La primera prevalece sobre la segunda
porque para la masa hablante la sincronía es la única realidad y
porque si el lingüista se ubica en la diacronía no será la lengua lo
que perciba sino una serie de acontecimientos que la modifican.
De acuerdo con esto, la teoría innovadora del concepto lengua se
transfiere metodológicamente a la lingüística sincrónica, mientras
la subordinación del habla pasa a la diacronía: «…todo cuanto es
diacrónico en la lengua sólo lo es por el habla» (1982: 172) y sus
elementos deben, a su vez, «subordinarse» a la lengua.
El ejemplo clásico es el que compara al juego de la lengua con una
partida de ajedrez: en ambos casos estamos frente a un sistema
18
Fernández Lávaque, Salas y Campos

de valores y sus modificaciones. Cada estado del juego, como un


estado de lengua, es un momento de equilibrio y después del mo-
vimiento de una pieza surge otro equilibrio y, tal como las piezas
tienen un valor relativo a su posición en el tablero, en la lengua
cada término tiene un valor relativo a su oposición con los demás.
Pero Saussure señala un punto en que la comparación no tiene
validez: «…el jugador de ajedrez tiene la intención de ejecutar el
movimiento y de modificar el sistema, mientras que la lengua no
premedita nada; sus piezas se desplazan –o mejor se modifican–
espontánea y fortuitamente…» (1982: 160).
Además, las leyes del ajedrez implican información diacrónica
como el conocer si el rey se ha movido para decidir enrocar, por
ejemplo. Ello no sucede en la lengua cuando se la estudia sincró-
nicamente, porque el enfoque estático propuesto por Saussure se
aplica únicamente a ese «estado momentáneo».
Para estudiar los sucesivos estados de las lenguas, Saussure ad-
virtió que se necesitaba una teoría lingüística. Para elaborarla,
era necesario situar cada elemento en la red de relaciones que lo
determina y por consiguiente estudiar cada estado de lengua en
equilibrio, abstrayendo la dimensión histórica.
Saussure era consciente de que el estado de lengua al que se aplica
la lingüística sincrónica es siempre el producto de factores his-
tóricos, siendo estos factores los que explican por qué el signo
es inmutable como también por qué el signo se altera, es muta-
ble. Explica así esta aparente contradicción: «Un estado de lengua
dado siempre es el producto de factores históricos, y esos factores
son los que explican por qué el signo es inmutable, es decir por
qué resiste toda sustitución arbitraria» (1982: 136). Más adelante
expresa: «…el signo está en condiciones de alterarse porque se
continúa» (1982: 140). El tiempo, que asegura la continuidad de la
lengua, altera más o menos rápidamente los signos lingüísticos.
Por tanto, se puede hablar tanto de la inmutabilidad como de la
mutabilidad del signo.

Una herencia polémica

Si bien el Curso de lingüística general presenta dos limitaciones


insalvables: la temprana muerte de Saussure y la publicación basada

19
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

en los apuntes de clase tomados por los alumnos, el libro será siem-
pre una obra clásica en la ciencia del lenguaje.
La teoría saussureana ejerció una influencia decisiva en la lingüís-
tica del siglo XX. Sin embargo, es lamentable que se hayan señalado
primeramente sus aspectos erróneos, más que sus extraordinarios
aciertos, que merecen ser destacados. Igualmente, es lamentable que
el texto del Curso de lingüística general no fuera estudiado como
doctrina coherente de pensamiento, sino parcialmente siguiendo la
orientación de la polémica de cada momento.
Los principios saussureanos fueron la base de escuelas lingüísti-
cas, particularmente las de Praga, Copenhague y París.

20
Fernández Lávaque, Salas y Campos

1.2. Tipos de gramáticas: particular-general, normativa-descrip-


tiva, lógico-filosófica, sincrónica-diacrónica, comparada, psico-
lógica, etc.

La Gramática puede ser clasificada desde distintas perspectivas:


ŒŒPor la extensión de su objeto, puede dirigirse a una o varias len-
guas:
Una lengua tendrá una gramática especial o particular, por ejem-

plo: gramática del español, del inglés, del francés, del quechua,
etc.
Todas las lenguas pueden ser estudiadas a través de una gramá-

tica general a lo cual tiende la glosemática (Hjelmslev): estable-
cer una gramática que permita el estudio de todas las lenguas
existentes.
Cabe preguntarse si es posible esta gramática, es decir si puede
afirmarse alguna afinidad fundamental entre todos los sistemas
lingüísticos existentes. La antigua gramática de base lógica as-
piraba a una validez universal. La investigación comparatista e
histórica del siglo XIX hizo pensar en la imposibilidad de esa
validez. En el Congreso de Lingüistas celebrado en 1948 en París,
se discutió sobre la existencia de categorías universales en la
gramática, sin que se llegase a un acuerdo. Sin embargo, pueden
señalarse algunos caracteres comunes en las lenguas. Exponente
de este tipo de gramática es la gramática de Port Royal del siglo
XVIII, que explicaba la lengua a través de las leyes del pensa-
miento y por tanto se inscribía en la tradición racionalista de la
época clásica que remonta a Aristóteles, fundador de la gramá-
tica lógica de Occidente: el habla se origina en el pensamiento
y la lengua es la imagen de nuestra representación racional del
mundo.
Puede también abarcarse varias lenguas con un estudio parale-

lo por medio de una gramática comparada, tipo de estudio que
tuvo importante vigencia durante el siglo XIX y que marcó el
nacimiento de la lingüística histórica con la publicación en 1816
de la obra de Franz Bopp, Sistema de conjugación de la lengua
sánscrita, comparado con el de las lenguas griegas, latina, per-
sa y germánica. Las investigaciones semejantes concretadas en
Alemania durante la primera mitad del siglo XIX, recibieron por

21
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

tanto el nombre de «gramática comparada».


ŒŒEl factor tiempo también gravita en una descripción gramatical:
Puede realizarse el estudio de una o varias lenguas en un mo-

mento de su evolución, o sea encararse un estudio estático, fijo,
que puede referirse a un estadio actual o a cualquier otro del
pasado de un código comunicativo. En este caso, se trata de una
gramática sincrónica. Asimismo, se pueden concretar estudios
gramaticales de la evolución de una lengua a través de etapas de
su historia, lo cual constituye una gramática diacrónica (históri-
ca).
Con el positivismo, en la segunda mitad del siglo XIX, la lingüís-
tica histórica dio paso a los neogramáticos (casi todos lingüistas
alemanes) con quienes se impuso la concepción historicista de
los hechos del lenguaje y de la gramática pues se abandonó la
confianza en la posibilidad de una gramática general, válida para
todas las lenguas en sus principios fundamentales. Las lenguas
eran consideradas sólo en su devenir; por lo tanto, la verdadera
gramática debía ser histórica y estudiar la evolución, los cambios
que experimentaran las lenguas a través del tiempo. La única
explicación lingüística posible era la histórica para los distintos
planos que constituyen el sistema de una lengua.
En este apartado que considera el factor tiempo, un segundo tipo

a señalar es la gramática pancrónica, que prescinde del discu-
rrir temporal pues propone estudiar la lengua en forma general,
absoluta y es esencialmente abstracta y generalizadora. En este
tipo se ubica también la glosemática de Hjelmslev.
ŒŒPor el método de exposición, o sea por la forma de observación o
actitud del investigador frente al objeto lengua:
Puede mostrarse cómo se producen los fenómenos gramaticales,

concretándose así una gramática descriptiva o sea la descrip-
ción del sistema morfofuncional o estructura fundamental de
una lengua en una fase determinada de su evolución; tiene pues
carácter estático o sincrónico. De aquí que, en un sentido am-
plio, también pueda llamarse funcional-estructural a la gramá-
tica descriptiva, pues «descriptiva», «funcional» y «estructural»
son términos que, en un sentido amplio, pueden aplicarse a la
verdadera gramática. En cuanto a la relación entre «funcional» y
«estructural», cabe recordar, por una parte, las palabras de Bu-

22
Fernández Lávaque, Salas y Campos

yssens: la estructura de una lengua se define por el aspecto par-


ticular que le da el funcionamiento de sus elementos y, por otra
parte, esta expresión de Hjelmslev: las funciones constituyen el
principio inherente y constitutivo de la estructura.
Si el estudio gramatical a realizar trata de encontrar los porqué

de los fenómenos lingüísticos, esa búsqueda de las causas gene-
ra una gramática explicativa.
ŒŒPor el modo de enfocar el objeto:
Puede estudiarse la forma en que una lengua se genera o trans-

forma, cómo a partir de algunos esquemas básicos puede darse
una variedad infinita de combinaciones dentro de un sistema; se
trata en este caso de una gramática generativa o transformacio-
nal.
Puede estudiarse una lengua estableciendo únicamente la clasi-

ficación jerárquica de sus unidades, lo cual conforma una gra-
mática taxonómica como la que concretó el distribucionalismo
iniciado por Z. S. Harris.
ŒŒPor el objetivo que persiguen, todos los estudios gramaticales
pueden seguir dos criterios:
Si tienden a la enseñanza de normas (reglas) de un sistema con

fines exclusivamente didácticos, conforman una gramática nor-
mativa que fue considerada como la única válida durante mucho
tiempo, sobre todo por el criterio académico. Se caracteriza por
dar normas para el manejo del sistema, por decir cómo el siste-
ma debe ser y no cómo realmente es; ello deriva de su criterio
atomicista al enfocar sólo los elementos, las formas, descuidan-
do sus relaciones estructurales en cuanto funciones. Esta gra-
mática vale actualmente sólo para la enseñanza de una lengua
extranjera.
El marco normativo, también influido por Aristóteles e inspirado
en el marco logicista, justificaba la lengua por la razón y conside-
raba irracionales los usos erróneos: el purismo es consecuencia
natural de la idea de perfección del instrumento lingüístico. Un
gran número de usos sucumbe ante la tentación de legislar, con-
denar y recomendar cuando se procura descubrir las estructuras
de los mensajes recogidos. Se toma entonces conciencia del ca-
rácter no científico de la actitud normativa.

23
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

A la denominación de «gramática normativa», procedente de los


lingüistas del siglo XIX, responde el conjunto de usos codifica-
dos en forma de reglas –prescripciones y prohibiciones– a las
que debe responder la comunidad lingüística. Esta perspectiva
es diferente a la de la gramática descriptiva que sólo explica el
funcionamiento de una lengua.
Su objetivo es, por lo tanto, fijar el uso correcto de la lengua
mediante una norma que contenga únicamente las utilizaciones
acordes con su preceptiva y que rechace las demás por vulgares,
incorrectas e impuras.
El rechazo a esta normatividad se dio a comienzos del siglo XX,
cuando los lingüistas otorgaron al término «norma» un nuevo
sentido que no refiere a ese uso particular de la lengua some-
tido a la preceptiva. Tal es el concepto de norma acuñado por
Coseriu quien la define como la «…realización “colectiva” del
sistema, que contiene el sistema mismo y, además, los elementos
funcionalmente “no pertinentes”, pero normales en el hablar de
una comunidad; el hablar (o, si se quiere, habla) es la realización
individual-concreta de la norma, que contiene la norma misma
y, además, la originalidad expresiva de los individuos hablantes»
(1969: 97-98), de modo que el esquema coseriano modifica al
saussureano:
A B
a hablar b
a’ norma b’
sistema

c’ d’
c d
C D

El cuadrado mayor A-B-C-D representa el hablar efectivamen-


te comprobado […] es decir, los actos lingüísticos concretamente
registrados en el momento de su producción.
El cuadrado intermedio a-b-c-d representa el primer grado de
abstracción, es decir, la norma […] que contiene sólo lo que en
el hablar concreto es repetición de modelos anteriores. Vale de-
cir que la operación abstractiva que se cumple al pasar de A-B-
C-D a a-b-c-d implica la eliminación de todo lo que en el hablar
es aspecto totalmente inédito, variante individual, ocasional o

24
Fernández Lávaque, Salas y Campos

momentánea, conservándose sólo los aspectos comunes que se


comprueban en los actos lingüísticos considerados y en sus mo-
delos.
El cuadrado menor a’-b’-c’-d’ representa el segundo grado de
abstracción o formalización, es decir, el sistema […] que contiene
sólo lo que en la norma es forma indispensable, oposición fun-
cional, habiéndose eliminado por la nueva operación abstractiva
todo lo que en la norma es simple costumbre, simple tradición
constante, elemento común en todo el hablar de la comunidad
considerada, pero sin valor funcional […] conservándose sólo lo
que es «funcionalmente pertinente» (1969: 95-96).

A pesar de la actitud no reflexiva (acientífica) que implica la gra-


mática normativa, su presencia se justifica en virtud de las nece-
sidades prácticas que satisface y que le dan derecho a subsistir
al lado de la gramática teórica o científica, ya sea de carácter
general o descriptivo, de una lengua determinada. En efecto, ella
se hace necesaria cuando en la enseñanza de la lengua se procu-
ra conducir a los niños y adolescentes hacia la adquisición de la
norma estándar del español.
En cambio, si los estudios gramaticales tienden al conocimiento

científico del sistema, constituirán una gramática científica que
se caracteriza por encontrar, a partir de la descripción, leyes que
se ajusten al sistema en cuanto describe cómo es el sistema or-
gánico de una lengua. Esta gramática vale sobre todo para el uso
de la lengua materna a fin de comprender claramente el sistema
que la estructura.
También por el objetivo, una gramática puede ser una gramática

psicológica, caso de los estudios lingüísticos de carácter general
que, cuando no pretenden ser independientes de la lógica o la
psicología y aun cuando no se titulen «psicológicos», tienen en
cuenta numerosos postulados de esa índole. Si bien los fenóme-
nos lingüísticos son en buena parte de base psicológica, admiten
una consideración independiente y formal en algunos aspectos
como el gramatical, que es la que debe intentarse.
Conclusión: por supuesto que cada uno de esos tipos incluidos en
la clasificación no constituye compartimentos diferentes y aislados,
sino que se imbrican, de modo que un determinado tipo de gramá-
tica participa de características propias de otros tipos. Por ejemplo,
la gramática generativa es simultáneamente gramática general, pan-
crónica, científica.

25
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

1.3. Tres conceptos de gramática


1.3.1. Propiedad inmanente de las lenguas
Lengua Española I corresponde a un curso de gramática. La gra-
mática puede entenderse de maneras diferentes. Tradicionalmente
se ha entendido por gramática la morfología y la sintaxis. En el si-
glo XX ha habido muchas perspectivas de estudiar los elementos
lingüísticos, se distinguieron los diferentes estratos o niveles de la
lengua, sus unidades y distintas estructuraciones. En la actualidad
el término «gramática» es sinónimo de «estructura». Una estructura
es un conjunto de elementos que contraen relaciones entre sí y con
el todo. Una lengua presenta una cantidad de elementos que no es-
tán sueltos sino que forman una estructura, que se puede reconocer
como un todo unitario y, al mismo tiempo, ese todo existe porque
esos elementos están relacionados entre sí de determinada manera.
En la construcción del predicado verbal, hay un verbo que confor-
ma una estructura con sus modificadores, los cuales guardan con el
verbo ciertas relaciones; a su vez cada uno de esos modificadores se
relaciona con los demás y se diferencia de los demás.
¿Qué es la estructura total de la lengua? En todos los estratos o
niveles se repite el mismo funcionamiento: en todos los estratos hay
estructuras. Las relaciones sintácticas de la lengua son parte de la
gramática y por lo tanto ésta es una propiedad de la lengua. Se habla
gramaticalmente cuando se construye correctamente una oración
pues las oraciones tienen estructura y por lo tanto tienen gramática;
una oración es gramatical si está de acuerdo con ciertas propiedades
que tienen las lenguas, de modo que las siguientes son oraciones
gramaticales:
La gente camina.
Un padre llegó temprano.
Los jóvenes piensan bien.

Sin embargo, la próxima oración no es una oración conformada en


español, es agramatical pues no se respeta en ella una estructura del
español, su tipología SVO:
* Camina gente la.

Gramática, pensada como las relaciones que guardan entre sí los


elementos o unidades de cualquiera de los niveles, es una propiedad
de la lengua. Toda lengua tiene por tanto gramática, tiene estructura.
26
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Esto coincide con la conceptualización de Eugenio Coseriu en «Lógi-


ca del lenguaje y lógica de la gramática», para quien G1 es la «estruc-
tura material y funcional de una lengua», la técnica que se pone en
actividad al hablar sobre la «realidad» ya organizada mediante las
«palabras» de la misma lengua, o sea gramática dada en el lenguaje
mismo, a la que denomina «gramática-objeto» (1978: 15-49).
En alguna época se creyó que hay lenguas que tienen gramática y
lenguas que no la tienen. Por ejemplo, al no entender a un indígena
que habla en su lengua, se ha llegado a pensar que es porque su
lengua no tiene gramática. Pero lo que no tiene es un libro que repre-
sente la gramática de su lengua. Todo el mundo habla en su propio
idioma como gramática. Toda lengua, para serlo efectivamente, tiene
que tener estructura y por lo tanto tiene que tener una gramática
interna. De modo que, en esta primera acepción del término «gra-
mática», se la concibe como propiedad interna de las lenguas, como
sinónimo de «estructura».
En este punto es importante distinguir entre estructura y sistema:
Estructura: entidad más abstracta que el sistema, que se da en to-
das las lenguas: conjunto de elementos lingüísticos + las relaciones
que los vinculan y definen como diferentes unos de otros (relaciones
de oposición, de alternancia, de exclusión, de concordancia, de iden-
tidad, etc.)
Sistema: corresponde a determinada lengua: conjunto de elemen-
tos lingüísticos + las relaciones que los vinculan + las reglas que
rigen esas relaciones en esa lengua.

1.3.2. Metalenguaje de primer grado: la descripción. Morfo-


logía y sintaxis
¿En qué consiste la descripción de esa estructura? La descripción
de la estructura de cualquier lengua se puede escribir y se tiene en-
tonces un libro de gramática. Eso es un metalenguaje. De modo que:
ŒŒPor un lado, la lengua tiene una estructuración que se denomina
«gramática». No hay ninguna lengua que no tenga gramática.
ŒŒPor otro, eso que es una propiedad de la lengua puede describir-
se y se describe con un lenguaje también. Pero ese lenguaje es
de otro nivel. En los niveles lógicos del lenguaje se reconocen la
lengua-objeto, con la que se habla, y el metalenguaje con que se

27
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

refiere a ella.
De estas dos oraciones, la primera corresponde al empleo de la
lengua-objeto y la segunda, al metalenguaje:
Argentina presenta varias regiones.
«Argentina» presenta nueve letras.
En el primer caso, se habla del país Argentina y en el segundo, de
la palabra «Argentina». En la primera oración, se alude al mundo ex-
terior al lenguaje y, en la segunda, dentro del lenguaje mismo.
Por tanto, la lengua objeto tiene gramática, tiene estructuración.
Ésta puede describirse con un metalenguaje y eso es también una
gramática. Un libro de gramática es una gramática en el sentido de
metalenguaje. Cuando se dice fonemas, palabras, oraciones, etc., se
está hablando de la lengua, haciendo una descripción de la lengua y
por lo tanto ello es un metalenguaje de primer grado. Esto coincide
con el concepto de G2 explicado por Coseriu como la «disciplina que
estudia y describe tal estructura» (1978: 19), el estudio de una len-
gua histórica.
Coseriu distingue tres planos en el lenguaje:
ŒŒPlano universal = el hablar en general o saber elocucional.
ŒŒPlano histórico = técnicas históricas del lenguaje a las que se de-
nomina «lenguas», motivadas en sus estructuras materiales y fun-
cionales sólo por el hecho de que están dadas históricamente; co-
rresponden al saber idiomático. Este plano es el de la propiedad
inmanente de las lenguas, la gramática que todos poseen.
ŒŒPlano individual = la realización individual y ocasional del lengua-
je, el discurso, correspondiente al saber discursivo, que sigue las
normas de coherencia del hablar en general.

1.3.3. Metalenguaje de segundo grado: teoría de la descrip-


ción
Asimismo, hay teorías que estudian cualquiera de los estratos de
una lengua y que se pueden llamar «gramáticas». Por ejemplo, existe
la gramática estructural, la gramática generativa, la gramática estra-
tificacional, la gramática tagmémica, etc. Son distintas escuelas gra-
maticales. En lugar de decir «teoría estratificacional», por ejemplo, lo
más corriente es decir gramática estratificacional. Se trata de teorías
acerca de cómo describir las lenguas, de cómo escribir gramáticas.

28
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Ello se puede hacer por medio de reglas, de definiciones, de esque-


mas arbóreos, etc. Este es otro grado de metalenguaje: un metalen-
guaje de segundo grado.
Se consideran, entonces, tres instancias:
ŒŒLa lengua que es la estructura que todos emplean para comuni-
carse.
ŒŒLa descripción que es un metalenguaje de primer grado.
ŒŒLas teorías para hacer descripciones que son metalenguajes de
segundo grado.
Para que quede más clara la distinción entre lengua-objeto y me-
talenguaje, puede tenerse en cuenta las gramáticas del español es-
critas en inglés, en francés o en alemán. En ese caso la lengua objeto
es el español y el metalenguaje está escrito en esas otras lenguas.
Estudiando latín o griego, probablemente se maneje una gramática
escrita en español que hable de la gramática latina o griega.
En síntesis, se distinguen cuatro conceptos de gramática:
ŒŒReducirla a ciertos estratos en el esquema de estructuración de
la lengua: morfología y sintaxis. Según otras teorías todos los es-
tratos forman la gramática porque si bien lo más común es tomar
la morfología y la sintaxis para los estudios gramaticales, no se
puede dejar de lado ni la fonología ni la semántica. Por tanto se
dan relaciones entre la gramática en sentido restringido (morfolo-
gía y sintaxis) con el ámbito fonológico y el semántico y, además,
con el discurso, que pertenece a un plano que está más allá de la
sintaxis. Las oraciones (la oración es el elemento máximo del pla-
no morfosintáctico) conforman a su vez estructuras mayores que
son los discursos los cuales tienen ciertos elementos en los que la
gramática es pertinente.
ŒŒEntenderla como una propiedad de las lenguas: todas tienen un
conjunto de estructuras particulares; ninguna lengua carece de
gramática en este sentido.
ŒŒDescribir esa estructura o metalenguaje de primer grado.
ŒŒFinalmente, están las teorías que dicen con qué procedimiento se
puede describir una gramática particular; tales teorías constituyen
el metalenguaje de segundo grado.

29
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

El análisis

Si los estudios gramaticales se reducen a la morfología y la sinta-


xis, se comprueba que ambas comparten la palabra como unidad:
para la primera el análisis se detiene en la palabra; para la segunda,
se inicia en la palabra.
Morfología y sintaxis estudian respectivamente la manera como se
organizan y se oponen las significaciones de una lengua a través de
formas gramaticales y de esquemas sintácticos adecuados.
La morfología se ocupa de la estructura interna de las palabras:
ŒŒmorfemas léxicos: significado que se define en el diccionario.
ŒŒmorfemas gramaticales: significado gramatical.
La sintaxis se ocupa de las relaciones existentes entre las palabras
que forman una oración. Las palabras se organizan de acuerdo con
determinadas reglas que conciernen al orden, a las conexiones explí-
citas e implícitas, a la selección que algunas palabras ejercen sobre
otras. Esas relaciones dan a la oración una estructura interna. El gra-
mático formula una hipótesis sobre ésta: su descripción estructural,
la cual representa la estructura interna de la oración que no respon-
de sólo a relaciones de linealidad y, según la cual, todas las palabras
están al mismo nivel, yuxtapuestas y solamente vinculadas por rela-
ciones de orden. Por ejemplo para esta oración podría trazarse una
descripción estructural como la siguiente:

Su hermano trajo los caramelos.

Este análisis de estructura lineal produce un esquema plano en


el que todas las palabras se vinculan directamente, por un mismo
tipo de relación, al nudo del que parten: la oración. La intuición de
los hablantes no se refleja en este análisis pues la relación entre su y
hermano no es tan estrecha como la que se advierte entre los y libros
aunque en los dos casos las palabras de cada par sean adyacentes, o
sea próximas, inmediatas.
Para superar estas deficiencias y reconocer cómo se establecen las
relaciones más estrechas entre las palabras de la oración, se pueden
detectar grupos de palabras o pares que formen una unidad: su her-
mano se relaciona con trajo y a esa construcción se une, en un paso
30
Fernández Lávaque, Salas y Campos

posterior, los libros. Si se representan gráficamente esas relaciones,


se obtiene un esquema arbóreo, una descripción estructural:

A B

Su hermano trajo

C
los caramelos

En este análisis se asciende desde los elementos más bajos a los


más altos. Generalmente se sigue el recorrido opuesto: se segmenta
la unidad más amplia en unidades menores hasta llegar a los ele-
mentos finales, las palabras.

1.3.4. Tres perspectivas funcionalistas para la descripción


del código lingüístico: André Martinet, Emilio Alarcos LLo-
rach, Michael Halliday.

El funcionalismo

La característica esencial de la lingüística funcional, en oposición


a otras corrientes de los estudios contemporáneos sobre el lenguaje,
es la de dar énfasis a la función, tanto si se trata de la función de la
lengua como instrumento de comunicación, de la función distintiva
en fonología o de las funciones sintácticas. En este último ámbito,
le parece fundamental el dar cuenta del modo como se organizan y
relacionan las grandes unidades del enunciado.
El funcionalismo, por lo tanto, se caracteriza por el énfasis que da
a la función y de acuerdo a lo recién expresado, la palabra «función»
tiene varios sentidos:
ŒŒPapel que desempeña el lenguaje, para qué sirve, para qué se usa.
En este sentido, el funcionalismo estudia las funciones del lengua-
je entre las cuales la primaria para muchos funcionalistas es la de
ser instrumento de comunicación. Función general.
ŒŒDefinición de las diferentes unidades del lenguaje:

31
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

función distintiva, propia de los fonemas.



función significativa, propia de los monemas o signos lingüísti-

cos mínimos.
ŒŒLa relación gramatical o sea la relación sintáctica que se establece
entre las unidades del enunciado oracional.
De acuerdo con la propuesta de las gramáticas escolares, analizar
una oración consiste en señalar las funciones que cumplen las pala-
bras o grupos de palabras en esa oración. Este ejercicio supone que
sus elementos poseen funciones sintácticas diferentes lo cual impli-
ca a su vez algunas tesis subyacentes:
ŒŒDesde la perspectiva sintáctica, la totalidad de la oración no es
un mero conjunto de elementos. En un conjunto, si no se le aña-
de ninguna estructura particular, la relación entre el elemento y
el conjunto es idéntica para todos los elementos. En cambio, la
sintaxis define ciertas relaciones entre la totalidad de la oración y
sus elementos, de modo que dos elementos distintos tienen una
relación diferente respecto a esa totalidad: por ejemplo, uno es
sujeto y otro es complemento.
ŒŒEsa peculiar relación que une un elemento a toda la oración cons-
tituye una función y como en un organismo biológico o social,
cada miembro de la oración contribuye a la concreción de la labor
colectiva.
ŒŒDos elementos de diferente naturaleza pueden tener la misma
función, por ejemplo un sustantivo y un adjetivo pueden ser atri-
butos:
Este hombre es bueno.
Ninguno es hombre.
Y, a la inversa, dos elementos de la misma naturaleza pueden te-
ner funciones diferentes. Un sustantivo, por ejemplo, puede ser
sujeto y complemento:
Sus libros fueron incendiados.
Todos trajeron sus libros.
Estos dos fenómenos evidencian la autonomía de la función sin-
táctica.
ŒŒCada lengua tiene un inventario preciso de sus funciones sintácti-
cas y éstas pueden aparecer en variadas oraciones.
Desde la Antigüedad (recordemos que Aristóteles fue quien pro-

32
Fernández Lávaque, Salas y Campos

puso el análisis binario en sujeto y predicado) se distinguieron dos


funciones que se definían así: la del sujeto (que indica el objeto del
que se habla) y la del predicado (afirmar algo del sujeto).
Pero en cuanto el análisis de una oración en sujeto y predicado no
deja residuo porque una parte cumple la primera función y todo el
resto cumple la de predicado, esta distinción obstaculizaba el descu-
brimiento de otras funciones.
Son los artículos «construcción» y «régimen» correspondientes a
Dumarsais y a Beauzée respectivamente e incluidos en la Encyclo-
pédie (Siglo XVIII), los que introdujeron la noción de complemento,
llevando el análisis más allá de la mencionada distinción binaria. Par-
tieron de la consideración relativa a que las palabras están relaciona-
das entre sí en la medida en que algunas «completan» el sentido de
otras. Se distinguieron entonces dos clases de complementos:
ŒŒComplementos de relación, cuando la palabra complementada en-
cierra la idea de una relación y la palabra complemento designa el
objeto de esa relación:
La madre de Luisa.
ŒŒComplementos de determinación, cuando el complemento precisa
solamente lo que aparece indeterminado en la palabra comple-
mentada: si alguien compra, compra algo, en un lugar, en deter-
minado momento, etc. Cada tipo de determinación posibilita un
tipo de complemento (objeto, de lugar, de tiempo, de instrumento,
etc.):
La madre compra pan allí.
La ampliación del concepto de función iniciada por Dumarsais y
Beauzée fue aceptada por la lingüística posterior aunque con algu-
nas diferencias.
La teoría de Beauzée presenta la yuxtaposición de dos tipos de
funciones heterogéneas:
ŒŒLas funciones sujeto y predicado, unidas a la condición misma del
acto de juicio (siempre se juzga algo sobre algo).
ŒŒLas funciones de complementación basadas en la imposibilidad de
que una palabra exprese una idea completa.
Por su parte, Lucien Tesnière, en Elementos de sintaxis estructural
(1994), suprime esta heterogeneidad en cuanto para él la oposición
sujeto/predicado es lógica pero no pertinente para la lingüística. Se-

33
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

gún este autor, toda función implica una relación de dependencia,


admitiendo que el complemento «depende» de lo complementado.
En el stemma, árbol que representa la red de dependencias en la
oración, el término superior no es complemento de nada, es el pre-
dicado, generalmente un verbo que no depende de otro término;
mientras, el complemento está debajo del término complementado
y unido a él por un trazo:

eligió

Tomás libro para amigo ayer

un excelente su

Tesnière distingue niveles de relaciones de dependencia. El predi-


cado es un «breve drama» que representa la acción o el proceso; sus
dependientes son los elementos de esa acción y pertenecen a dos
clases: los actantes, que designan a los actores, y los circunstantes,
que aluden a la situación. El siguiente cuadro muestra las equivalen-
cias entre los elementos categorizados por Tesnière y los considera-
dos por el funcionalismo:

Gramática funcional
Gramática de las valencias
(Martinet, Coseriu, Alarcos
(Tesnière)
Llorach)
Elemento del que arranca
Actor el proceso: /+animado/,
/+ - humano/. Sujeto
Elemento del que arranca
Agente
el proceso: /-animado/.
Elemento que comple-
Objeto menta el significado del
proceso: /-animado/.
Actantes Objeto directo
Elemento que comple-
Paciente menta el significado del
proceso: /+animado/.
Quien recibe los benefi-
Beneficiario cios o perjuicios del pro- Objeto indirecto
ceso: /+animado/.
Complemento circunstancial
Locativo Lugar del proceso.
de lugar

34
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Elemento con que se pro- Complemento circunstancial


Instrumento
duce el proceso. de medio o instrumento
Complemento circunstancial
Fuerza Génesis del proceso.
Circuns- de causa
tantes Complemento circunstancial
Tiempo Momento del proceso.
de tiempo
Complemento circunstancial
Locativo Lugar del proceso.
de lugar

El origen del funcionalismo se encuentra en el Círculo Lingüístico


de Praga y sus primeras influencias fueron recibidas en 1928 por An-
dré Martinet a través de Joseph Vendryes, su profesor en la Escuela
Práctica de Altos Estudios. Entre sus publicaciones más importantes,
son hitos del funcionalismo las siguientes:
ŒŒFonología como fonética funcional (1949), obra breve en la que el
autor manifiesta la importancia que él atribuye a la naturaleza
funcional de cualquier análisis lingüístico estructural.
ŒŒElementos de lingüística general (1960), manual en el que expone
la doctrina funcionalista.
ŒŒSintaxis general (1985), libro en el que expone su doctrina relativa
al plano de la sintaxis.
G. Guggenheim, en 1938, intentó aplicar los principios del fun-
cionalismo fonológico a la descripción gramatical: para definir la
función de un elemento gramatical (conjunción, preposición, modo,
tiempo, persona, género, número, etc.) se lo debe comparar con los
otros elementos gramaticales de la lengua, puesto que el hablante lo
elige en relación con ellos. Guggenheim llama oposición a toda pareja
de elementos gramaticales y distingue, según la tricotomía fonoló-
gica (rasgos no pertinentes, variantes libres y rasgos pertinentes) tres
tipos de oposiciones:
ŒŒElección impuesta de uno de los elementos: el indicativo se impo-
ne después de sé que…, el subjuntivo después de quiero que… Se
trata de servidumbre gramatical comparable con la redundancia
fonológica.
ŒŒPosibilidad de los dos elementos, pero su elección no produce di-
ferencia de sentido:
Imagina que le harán justicia.
Imagina que le hagan justicia.
Se trata de la variación estilística comparable con la variación libre

35
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

de los fonólogos.
ŒŒElección con diferencia de sentido:
Busco un libro que fue escrito en el siglo XV.
Busco un libro que haya sido escrito en el siglo XV.
Se trata de las diferencias pertinentes en cuanto hay oposición de
sentido.
Pero hay dificultad para extender a las unidades significativas los
conceptos fonológicos referidos a los fonemas, o sea a las unidades
distintivas. Así, ante la admisión de que respecto al fonema /a/ se
distingan sus rasgos pertinentes del rasgo velar no pertinente cuan-
do [a] está próxima a [j], como en bajo, cabe la pregunta de si es po-
sible hacer la misma separación entre la imposición del subjuntivo
después de quiero que… y la elección libre del subjuntivo cuando
no puede explicarse la función del subjuntivo elegido sin explicar la
función del subjuntivo impuesto, en cuanto ambos casos implican
‘incertidumbre’:
Busco un libro que haya sido escrito en el siglo XV.
Se concluye, entonces, que en gramática la actitud funcionalista
no conduce tan directamente al principio de oposición y valor dife-
rencial.
Este fue el motivo por el que el fonólogo André Martinet, cuando
construye una sintaxis funcional, introduce en ella principios de aná-
lisis que no tienen equivalente en la fonología. Por ejemplo, admite
que la función de todo enunciado es comunicar una experiencia y
que por lo tanto está constituido por un predicado (que designa el
proceso central en esa experiencia) acompañado eventualmente por
una serie de complementos (entre ellos el sujeto) cuya función es
aportar un tipo particular de información sobre el proceso. Pero esas
funciones no se establecen por conmutación: por ejemplo las expre-
siones que pueden ser complementos de tiempo no pueden ser com-
plementos de lugar y, en consecuencia, no tiene sentido preguntarse
si ambas funciones conmutan o no.
Respecto a la yuxtaposición de funciones heterogéneas plantea-
das por Beauzée y superada por Tesniére, André Martinet propone
lo siguiente como síntesis entre esas dos concepciones:
ŒŒEl predicado es para él, como para Tesniére, un elemento particu-
lar de la oración hacia el cual convergen todas las relaciones de

36
Fernández Lávaque, Salas y Campos

dependencia. En este sentido, no puede hablarse rigurosamente


de función en cuanto la función de un elemento se define siempre
por el tipo de relación que la une al predicado, directamente si es
una función primaria o indirectamente si se trata de una función
no primaria que depende de otro constituyente. Jesús y María es-
tán en función primaria respecto al verbo ama, en la siguiente
oración:
Jesús ama a María.
En cambio, calle, en función no primaria, no se liga directamente
al núcleo llorará en este caso:
El niño de la calle llorará mañana.
ŒŒAl mismo tiempo, Martinet procura hacer justicia a esa especie de
preeminencia reconocida durante mucho tiempo al sujeto, sin re-
currir a un análisis del juicio que obligaría a abandonar el ámbito
lingüístico.
La solución estaría en la teoría de la expansión: en una oración es
expansión todo término o grupo de términos que pueden extraerse
sin que la oración deje de ser tal y sin que se modifiquen las relacio-
nes entre los demás términos.
Después de extraer todas las expansiones, lo que queda se llama
nudo (Tomás eligió en el ejemplo analizado en esquema arbóreo) el
cual presenta siempre dos términos: el predicado, centro de rela-
ciones de la oración y el sujeto. Decir que una lengua comporta la
función de sujeto es decir que en esa lengua hay un complemento
obligatorio. Ese carácter de obligación opone el sujeto a todos los
demás complementos sin recurrir a criterios lógicos.

André Martinet

Martinet distingue estructura de función. La primera adquiere re-


finamiento, pues mientras los antiguos la definieron como «coloca-
ción de piedras en una obra», «ordenación de los huesos del cuerpo»,
«ordenación de las palabras en el discurso», el funcionalismo señala
la solidaridad de los elementos en cuanto cada uno es lo que es por
su relación con los demás, noción base de la teoría de la Gestalt
(1978: 51).
Respecto a la segunda, ya se enumeraron los sentidos que adquie-
re la palabra «función» en la nomenclatura funcionalista. Además,

37
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

este concepto se opone al de naturaleza en los estudios sintácticos


tradicionales, siendo todavía frecuente hacer la distinción en el aná-
lisis sintáctico entre sustantivo y su función sujeto. Esta distinción
es insustentable para Martinet porque la naturaleza de los elementos
es, de hecho, una clasificación básicamente funcional y no semán-
tica; incluso hay casos en que naturaleza y función se identifican
como en los elementos unifuncionales tales como los artículos, los
adverbios autónomos (aquí, ahora) y las partículas funcionales cuya
naturaleza se agota al definirlas como marcadores de función.
De lo dicho hasta aquí se concluye que hay estrecha relación en-
tre los conceptos de pertinencia, estructura y función: son elemen-
tos pertinentes de una estructura aquellos que permiten definir su
función; en la estructura de la lengua sólo interesa conservar, de la
realidad concreta, los elementos que son pertinentes por tener una
función comunicativa.
Al considerar la sintaxis el estudio de los elementos de la oración
(frase), Martinet la define como el conjunto de monemas relaciona-
dos por determinación o coordinación a un mismo predicado. Éste
es el centro de la oración, «...el monema en función del cual se orga-
nizan los otros monemas», formando cadenas de determinación que
terminan todas en el predicado. La determinación es la expansión
que relaciona un monema y un núcleo del cual depende.
La noción de monema se explica a partir de la noción martinetiana
de doble articulación, según la cual la lengua es un instrumento de
comunicación por el que la experiencia humana se analiza diferen-
temente en cada comunidad, en unidades dotadas de un contenido
semántico y de una expresión vocal, llamadas «monemas» (primera
articulación); esa expresión vocal se articula a su vez en unidades
distintivas y sucesivas llamadas «fonemas» (segunda articulación),
en número determinado en cada lengua y cuya naturaleza y relacio-
nes mutuas difieren también de una lengua a otra.
Si bien la relación entre un monema y otro no está pautada por
la relación real entre un elemento de la experiencia y otro, Martinet
señala que, por razones de comunicación, a cada elemento de la ex-
periencia debe corresponderle una unidad significativa lingüística.
Además, en sintaxis no se estudian solamente las relaciones entre
cada uno de los elementos, sino las que se dan entre cada uno de
ellos y la totalidad que los integra y les da coherencia. Por lo tanto, la

38
Fernández Lávaque, Salas y Campos

función gramatical es el rasgo lingüístico correspondiente a la rela-


ción entre un elemento de la experiencia y la experiencia total (1978:
293).
Se debe distinguir entre las relaciones sintácticas o funciones gra-
maticales (que son signos sintácticos) y los monemas (o signos léxi-
cos) cuyas funciones (o sea los significados sintácticos) son marca-
das por esas relaciones. Esta distinción entre signos léxicos y signos
sintácticos ayuda a diferenciar entre fenómenos semánticos y sin-
tácticos.
La autonomía sintáctica desempeña un papel decisivo en la orga-
nización del enunciado (oración) y, por lo tanto, en la reconstrucción
de la experiencia que el oyente obtiene a partir de esa organización.
El elemento autónomo es el núcleo predicativo cuya autonomía es
tal, que Martinet la llama «independencia sintáctica». En efecto, el
predicado no depende lingüísticamente de ningún otro elemento;
por sí solo constituye un enunciado mínimo capaz de subsistir en
un proceso comunicativo lingüístico. Por ello, el núcleo predicativo
carece de función sintáctica pues no marca relaciones; son los ele-
mentos que giran a su alrededor los que deben marcar sus relaciones
con él. Se puede en consecuencia afirmar que el elemento nuclear
predicativo es aquel que, por definición, marca su naturaleza de pre-
dicado gracias a su mera presencia. Es el primero de los autónomos,
el elemento independiente.
En la mayoría de las lenguas el núcleo predicativo es un sintag-
ma, o sea, la combinación de un lexema o monema lexical que es el
portador de: 1) el mensaje, de los elementos de la experiencia a ser
comunicada, y 2) de uno o varios actualizadores o auxiliares de pre-
dicación, en general monemas gramaticales, cuya función es hacer
que el contenido de los lexemas se actualice: lluvia es un lexema no
actualizado mientras llueve es una lexema actualizado por la flexión
verbal –e (tercera persona singular, única manifestación formal del
sujeto).
En otras lenguas, el elemento actualizador más frecuente es el su-
jeto, cuya única función es actualizar el lexema predicativo. Así, en
inglés: It rains.
Esa presencia obligatoria del sujeto ya sea en la flexión verbal, en
un pronombre personal como en inglés o en un lexema, hace que el
sujeto sea muchas veces poco informativo, puesto que por ser obli-

39
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

gatorio es esperado.
En casos en los que, según la nomenclatura tradicional, el predi-
cado es nominal el verbo copulativo pasa a ser auxiliar de predica-
ción, mientras que los sustantivos o adjetivos que funcionan como
predicativos de sujeto, pasan a desempeñar el papel de lexemas pre-
dicativos, o sea los portadores del mensaje. En los casos en que los
verbos de existencia no funcionan como cópulas y sólo actualizan
elementos nominales sin sujeto, los actualizadores se llaman «pre-
sentadores»:
Hay fiesta en el pueblo.
Está frío allá fuera.
Los estudiosos e intérpretes de la teoría martinetiana han agru-
pado las funciones sintácticas según diferentes criterios, logrando
así otras tantas clasificaciones. Una de ellas es la que ofrece Rafael
Hoyos Andrade (1992) quien señala que, según la relación entre un
elemento y el núcleo predicativo sea inmediata o mediata, se distin-
guen dos tipos de funciones ya aludidas anteriormente:
ŒŒFunciones primarias: que se establecen entre elementos ligados in-
mediatamente al núcleo y que asumen, en relación con ese núcleo
predicativo, las funciones de sujeto, objeto, dativo, circunstancial.
ŒŒFunciones no primarias: que se establecen entre el núcleo predi-
cativo y elementos determinantes de otros elementos que tienen
función primaria, por ejemplo: las funciones de los artículos, de
los plurales, de los complementos nominales, todos los cuales se
relacionan mediatamente con el núcleo predicativo.
También se ha distinguido, según el elemento en cuestión desem-
peñe una o varias funciones con respecto al núcleo predicativo:
ŒŒRelaciones unifuncionales: las que se dan entre sustantivos y artí-
culos, entre el monema plural y los nombres:
El libro
Los libros
ŒŒRelaciones plurifuncionales: las que se dan entre verbos y sustan-
tivos. El sustantivo gato, por ejemplo, puede asumir las funciones
de sujeto, objeto, dativo, circunstancial... con respecto al verbo
dar:
El gato obedece a mi hermana.
Vendieron el gato que me gustaba.

40
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Le doy comida al gato.


Paseo con el gato.
Asimismo, se han distinguido estas funciones según las relaciones
manifestadas sean o no características de determinados verbos:
ŒŒFunciones específicas, propias de ciertos verbos. Por ejemplo la
función objeto típica del verbo dar:
Le dio un abrazo antes de partir.
ŒŒFunciones no específicas, que no dependen de determinado tipo
de verbo:
Borda un mantel en el taller.
Las funciones sintácticas frecuentes en español son:
ŒŒFunciones primarias específicas:
Función objeto, marcada con frecuencia por la posición del ele-

mento o mediante un funcional que generalmente es la preposi-
ción a:
El amigo trajo un perro.
Función dativo, marcada por funcional cuando el elemento es un

nombre o por la forma misma del monema cuando éste es un
pronombre:
El amigo trajo un perro para él.
El amigo le trajo un perro.
Función indirecta, una función estrictamente específica, señala-

da en cada caso por un funcional propio que puede alternar con
cero:
Pienso en ti.
Te pienso.
Función agente, marcada por un funcional que es generalmente

la preposición por:
El perro fue traído por él.
ŒŒFunciones primarias no específicas:
 Función sujeto, marcada por la posición, por la forma del mone-
ma o por su propio significado.
 Funciones circunstanciales, marcadas por funcionales o por mo-
nemas o sintagmas autónomos.
ŒŒFunciones no primarias:
Función determinante nominal, marcada por funcional y por la

41
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

posición; la preposición de no introduce necesariamente un de-


terminante nominal:
Ropa de Bolivia.
Cuando está precedida por un verbo manifiesta un circunstan-
cial:
Viene de Bolivia.
Por eso decimos que la posición es también una marca de esta
función.
Función epíteto, marcada por la posición y por la naturaleza ad-

jetiva del elemento observado. Según algunos funcionalistas, el
adjetivo calificativo o epíteto sería autónomo por el hecho de
que por sí mismo indica cuál es su función. Eso no descarta una
cierta necesidad de la posición (antes o después del sustantivo)
como marca coadyuvante; un adjetivo solo equivale generalmen-
te a un sustantivo y, en ese caso, podrá cumplir las funciones de
un sustantivo: S, O, D, C, A.
Función apositiva, marcada por la posición.

Si bien Martinet manifiesta que para «…comprender cómo funcio-
na una lengua sincrónicamente, es necesario ocuparse de la morfo-
logía de una vez por todas y después concentrarse en la sintaxis, es
decir, en cómo se combinana los monemas, sin prestar ya ninguna
atención a los accidentes formales resultantes de las combinacio-
nes» (1978: 111), se concentra en una teoría de la sintaxis dejando
de lado la morfología.
Argumenta que el mensaje del funcionalismo en lingüística es el
principio de pertinencia por el que una ciencia se define no sólo por
la elección de un objeto, sino también por la elección de un modo es-
pecial de tratar ese objeto. Para la lingüística el objeto es el lenguaje
humano en todas sus variedades. Una larga experiencia demostró
que es su uso como instrumento de comunicación lo que determina
la forma adoptada por una lengua en una comunidad concreta.
Y agrega:
Lo que más ha perjudicado al progreso y difusión de la lin-
güística funcional es la existencia de un imperialismo lingüístico
americano que trata de convencer a los especialistas del mundo
entero de que todo gira entre el distribucionalismo … supera-
do, y el generativismo, con sus brillantes técnicas de venta, su
parato lógico-matemátcio y sus atractivas expresiones como …
«estructura profunda».

42
Fernández Lávaque, Salas y Campos

De hecho, el principio de pertinencia no tuvo nunca una opor-


tunidad en los Estados Unidos ... ni Bloomfield ni sus seguidores
hubieran tenido jamás la más mínima posibilidad de establecer
una jerarquía de hechos lingüísticos basados en la contribución
a la comunicación.
En lugar de un corpus supuestamente homogéneo ... tenemos
... una competencia supuestamente infalible ... encontramos la
... incapacidad de captar el lenguaje en su múltiple realidad, con
sus imperfecciones, variaciones según la sociedad, el espacio y
el tiempo (1978: 10-11).

Emilio Alarcos Llorach

La voluntad de Emilio Alarcos Llorach de construir una lingüística


basada en la moderna metodología de la ciencia no significó hacer
tabla rasa de las ideas gramaticales anteriores pues, además de co-
nocer a autores clásicos como Nebrija y Correas y a los de los siglos
XIX y XX, hizo referencia constante en sus trabajos a Andrés Bello
y recibió la influencia de Vicente Salvá, Rodolfo Lenz, Rafael Seco,
Samuel Gili y Gaya, Salvador Fernández Ramírez y las Gramáticas de
la Real Academia Española.
Respecto al principio de cientificidad, propio de las escuelas es-
tructuralistas, Alarcos mostró:
ŒŒAdmiración por los principios saussureanos como:
El binomio lengua/habla que marca los límites del objeto de la

lingüística.
El principio de sistematicidad, al puntualizar su adhesión al es-

tructuralismo.
Las relaciones sintagmáticas y paradigmáticas, tipos básicos de

relaciones estructurales.
La teoría del signo alusiva a la relación significante/significado y

a la concepción del significante como imagen acústica, precurso-
ra del fonema.
La relación opositiva de sus componentes.

La pareja sincronía/diacronía, cuando expresa: «La gramática …

no puede ser más que sincrónica, el estudio de un estado de len-
gua» (1984).
El principio de inmanencia, al considerar el lenguaje como fin en

sí mismo, o sea el estudio del lenguaje desde una perspectiva
lingüística.

43
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

ŒŒInfluencia de la Escuela de Praga en sus estudios fonológicos y


secundariamente en sus producciones gramaticales.
ŒŒInspiración en la Escuela de Copenhague desde sus primeras in-
vestigaciones gramaticales representadas por su Gramática Es-
tructural de 1951, particularmente en los postulados referidos a
la inmanencia, al binomio forma/sustancia y la oposición paradig-
mática/sintagmática.
ŒŒRecepción del funcionalismo francés en los instrumentos meto-
dológicos procedentes de los Elementos de lingüística general de
André Martinet (1978), tales como:
La concepción funcional realista que, a diferencia de la glosemá-

tica, considera la imbricación de las formas en la realidad; así,
incorpora lo que, en términos de Hjelmslev, llamaríamos la sus-
tancia conformada.
La adopción de algunas clasificaciones de Martinet respecto a las

unidades gramaticales: signos autónomos/signos dependientes,
signos léxicos/signos gramaticales.
La noción de la lengua como instrumento de comunicación, como

institución humana y social y como sistema de dos articulaciones,
cada una con su unidad y su disciplina correspondiente, uno de
los grandes principios del funcionalismo martinetiano al que, si
bien Alarcos Llorach (1978) acepta como marco de ordenamiento
de la lingüística, le agrega una tercera articulación en el plano
del contenido, la de las unidades distinguidas:

1ª articulación unidades significativas monemas gramática


2ª articulación unidades distintivas fonemas fonología

El principio de economía que dirige la diacronía, tanto de la evo-



lución fónica como del cambio gramatical.
ŒŒInterés por el descriptivismo americano, particularmente por el
rigor de la escuela de Bloomfield, aunque en el ámbito gramati-
cal, el análisis de constituyentes inmediatos apenas influyó en su
concepción de algunas unidades, como, por ejemplo, la definición
formal de oración: segmento entre dos pausas.
En síntesis, Alarcos Llorach produce una teoría ecléctica y así lo
manifiesta al expresar: «...prefiero tomar de unas y otras posiciones
aquello que me convenga para esbozar lo que entiendo y pretendo

44
Fernández Lávaque, Salas y Campos

practicar como método estructural y funcional» (1977).


En relación con el principio de inmanencia, su concepción gra-
matical prescinde de nociones psicológicas como las de Lenz o Gili
y Gaya, y también de conceptos lógicos propios de la gramática de
Port Royal. Con ello, reafirma este principio por el cual la lingüística
adquirió independencia en relación con otras disciplinas a las que,
hasta Saussure, estaba subordinada, como la retórica, la lógica y la
psicología y deja por lo tanto de abrevar en explicaciones externas
a su ámbito. Tal postura implicaba un rechazo al normativismo y al
purismo de la gramática tradicional, la cual más que una ciencia era
un arte, una técnica que atentaba contra la cientificidad sobre la que
buscaba construirse la gramática, pues a las disciplinas científicas
les compete describir y explicar las magnitudes que tienen lugar en
su campo de investigación. Así expresaba Alarcos Llorach su descon-
fianza ante la preocupación normativista de la Academia:
El lenguaje humano ha sido estudiado desde hace muchos
siglos según enfoques varios. Hasta el comienzo de nuestra cen-
turia (s. XX) ... la labor lingüística no se centró en el objeto mis-
mo que pretendía analizar la lengua, pues los viejos gramáticos
buscaban fines exteriores, bien sagrados, bien religiosos, bien
normativos y retóricos. Ahora, por el contrario, parece que todos
intentamos estudiar el lenguaje desde un punto de vista inma-
nente (1977).
Respecto al formalismo, a partir de la afirmación de Saussure de
que «la lengua es una forma y no una sustancia» (1916: 169) y como
para Hjelmslev el campo de la glosemática son las formas puras
(1971), Alarcos aplica este principio a cada uno de los niveles del
lenguaje: al fonológico y al gramatical. En el nivel gramatical, la for-
ma es distinta en cada lengua, pues las clases gramaticales (de géne-
ro, de número, de los demostrativos, de los morfemas verbales, etc.)
varía de lengua a lengua. Y en la sintaxis, una misma experiencia es
analizada por cada lengua de modo particular:
Llueve. / It’s rain.
Hace calor. / Il ne fait pa chaud.
En cuanto al binomio forma/significación, mientras la gramática
tradicional tenía un criterio a favor de la significación, Alarcos Llo-
rach, sin negarla, propone renunciar a ella para la determinación de
las funciones. Por ello, en la sintaxis, sin la fobia de algunos estructu-
ralistas, evita razonamientos semánticos, sustanciales. Por ejemplo,
el valor de la reciprocidad no tiene sentido porque el hecho de que

45
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

un sujeto plural aluda a dos entes de la realidad entre los cuales se


establece una actividad mutua, corresponde a la sustancia y no se
refleja en la forma del contenido (1990).
El principio funcionalista: si para Bühler la lengua es un «organum
para comunicar uno a otro algo sobre las cosas» (1950) y para Mar-
tinet «un instrumento de comunicación» (1978), para Alarcos Llo-
rach es válida la concepción relacional según la cual las funciones
lingüísticas son las relaciones mismas (en una orientación extrema
como la de Hjelmslev) o los polos que contraen esas relaciones. Esta
orientación implica el concepto de función sintáctica, tal como lo
concibe Alarcos; el sujeto, por ejemplo, es uno de los polos de la re-
lación predicativa. Y si las lenguas son objetos funcionales, la mejor
descripción será la que se base en sus funciones, superando el psico-
logismo saussureano y el formalismo de la glosemática.
Por otra parte, de acuerdo al principio de pertinencia, en la lengua
sólo es pertinente aquello que porta una función.
Además, frente a la sintaxis categorial de los lingüistas norteame-
ricanos (el análisis de constituyentes inmediatos y el de los genera-
tivistas), Alarcos Llorach, adoptando una perspectiva acorde con la
tradición gramatical europea, señala que el objeto de la descripción
no es suficiente con la determinación de la categoría y la jerarquía
de un constituyente, sino cuando se logra identificar la función de
un sintagma. Sin plantear la diferencia función/categoría correspon-
diente a la distinción función/naturaleza, por la que la gramática
tradicional adjudicaba una categoría a la naturaleza de un elemento
lingüístico, Alarcos señala la complementariedad de categorías y fun-
ciones, lo cual determina la mutua dependencia de dos disciplinas:
ŒŒLa morfología o morfemática realiza la asignación categorial, es-
tablece los paradigmas gramaticales y desentraña los valores de
contenido (morfemas) de las unidades de cada sistema, así como
las características de las expresiones (formantes) a las que esas
unidades se asocian.
ŒŒLa sintaxis estudia las relaciones sintagmáticas, es decir cómo esas
unidades contraen funciones sintácticas.
De la relación entre morfología y sintaxis depende la mutua co-
nexión entre paradigmática y sintagmática. Para él la morfosintaxis
sería la disciplina que abarca las dos perspectivas y que cubriría el
campo de la gramática.

46
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Alarcos Llorach concibe las funciones sintagmáticas como papeles


de los funtivos, de los sintagmas y se mantiene dentro de las funcio-
nes formales, excluyendo las funciones semánticas y las informati-
vas, con lo cual el estructuralismo rechazó el recurrir a nociones de
contenido, manteniéndose dentro de lo estrictamente formal. Nocio-
nes como agente, paciente, instrumento, compañía, beneficiario, son
ubicadas en la sustancia de contenido. Se apoya en el argumento de
que son variantes de invariantes funcionales como sujeto, que en las
oraciones siguientes corresponde al agente, al experimentante y al
paciente, respectivamente:
Juana riega las plantas.
Juana descansa tumbada.
Juana sufre a los vecinos.
La determinación funcional practicada desde Quintiliano median-
te preguntas retóricas o pronominalizaciones, regidas por factores
semánticos, del tipo ¿quién?, ¿qué?, ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿cómo?,
¿dónde?, ¿cuánto?, ¿con qué?, producía ambigüedades al establecer
las funciones sintácticas de naturaleza formal.
Alarcos propuso criterios formales más precisos:
ŒŒConcordancia en número y persona para determinar la función
sujeto léxico; por eso sostiene que no tiene sentido hablar de «su-
jeto» del infinitivo.
ŒŒConmutación por átonos pronominales para determinar las fun-
ciones implemento, complemento y atributo de ser, estar y pare-
cer:
me te le, lo, la nos os los, las
me te le, se nos os es, se

Compré el vestido. = Lo compré.


Le traje caramelos. = Se los traje.
Es bueno. = Lo es.
Parece adecuado. = Lo parece.
ŒŒConmutación por tónicos pronominales o por adverbios para la
determinación del suplemento, del aditamento y de los atributos
preposicionales:
Traje agua al sediento. = Traje agua para él. = Le traje agua.
= Se la traje.
Di a ti un libro. = Te lo di.

47
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Lo hice fácilmente. = Lo hice con facilidad.


Estuve de profesor. = Estuve de eso en Cartagena.
Pablo se mete a escritor. = Pablo se mete a eso.
ŒŒConmutación por cero (supresión) para determinar el carácter
obligatorio o marginal de un sintagma: el aditamento, por su mar-
ginalidad, no modifica la estructura del predicado, en tanto los
sintagmas de otros como los adyacentes circunstanciales con pre-
posición sí lo modifican, pues su conmutación por cero hace variar
el valor de la oración. Los siguientes son predicados distintos:
Hablaba.
Hablaba del tiempo.
ŒŒCoordinación: funciones sintácticas distintas no pueden coordi-
narse como en el caso del suplemento y el aditamento:
Traje flores a la maestra y en su casa.
ŒŒCoexistencia: la coexistencia no coordinada muestra que dos fun-
tivos no adquieren la misma función; así, el objeto indirecto y el
objeto preposicional pueden coexistir en una misma oración:
A mi compañero le huele el pelo a jazmín.
En el ejemplo, el incremento o duplicación del OI, le, indica que
el segmento antepuesto a mi compañero funciona como objeto
indirecto.
ŒŒPermutación, movilidad: son criterios interrelacionados caracte-
rísticos de los circunstanciales que, además de poder desaparecer
sin dejar huellas en la estructura oracional, pueden permutarse y
moverse respecto al orden de los componentes oracionales:
Estudiaba frecuentemente en la biblioteca.
En la biblioteca estudiaba frecuentemente.
Frecuentemente en la biblioteca estudiaba.
ŒŒOrden, posición: criterio para diferenciar adjetivos de tipo I (ad-
miten cualquier posición respecto al núcleo sustantivo y se co-
rresponden con los calificativos) y adjetivos de tipo II (los que en
presencia de otro adjetivo en el mismo grupo unitario exigen ir
antepuestos, nunca inmediatamente pospuestos a aquél y coinci-
den con los determinativos:
Estas relucientes joyas.
Estas joyas relucientes.
* Relucientes joyas estas.

48
Fernández Lávaque, Salas y Campos

ŒŒDistribución complementaria: criterio para identificar como miem-


bros de una misma clase a segmentos emparentados sustancial-
mente, pero que no se hallan en los mismos contextos; si no se da
la similitud, no se aplica. Es el caso de los pronombres personales,
de los que Alarcos dice:
Hay dos grupos de pronombres personales, los átonos y los
tónicos, que no establecen entre sí oposición paradigmática, sino
que sólo contrastan entre sí en el decurso. Son, no obstante, sig-
nos diferentes, como son diferentes unidades del significante las
consonantes y las vocales, que tampoco se oponen entre sí, sino
que sólo contrastan sintagmáticamente (1980).
ŒŒPausa: puede discriminar funciones como aditamento y atributo
oracional.
ŒŒForma externa de la construcción: en expresiones como así de ton-
to, si bien el campo semántico central del grupo es el del adjetivo
tonto, para Alarcos, gramaticalmente se debe considerar así como
el núcleo del grupo y de tonto como su término adyacente.
Como se puede observar, Alarcos Llorach cambia la nomenclatura
tradicional en la cual, al analizar los segmentos subrayados, se llega-
ba a conclusiones diferentes de las suyas y por eso propone nuevas
denominaciones:

Gramáticas tradicionales Alarcos Llorach


En mi cuadra se vende una casa. complemento directo sujeto
Hay arroz frito. sujeto implemento
Pesa setenta kilos. complemento circunstancial implemento

A propósito de este cambio de nomenclatura, Alarcos expresa:


La terminología que se utilice para designarlos es indiferente,
siempre que queden bien determinadas las particularidades de
cada función adyacente. Nosotros utilizamos los términos sujeto
léxico, implemento, suplemento, complemento y aditamento en
aras de la brevedad y para evitar las designaciones tradicionales,
más largas y que se prestaban por su relativa motivación a algu-
nas ambigüedades (1985).
En síntesis:
ŒŒFunciones sintácticas son los roles que asumen las magnitudes lin-
güísticas; una misma función puede ser desempeñada por elemen-
tos simples:
María sabe la verdad.
o por magnitudes complejas:

49
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

La casa de las muñecas está en el bosque.


Lo subrayado son funtivos, desempeñan la función sujeto.
ŒŒFuntivos: son los elementos que contraen una función sintáctica.
ŒŒUnidades: son los funtivos mínimos que pueden contraer una fun-
ción sintagmática. No se debe confundir funtivo con unidad: el
primero es la magnitud capacitada para representar una función,
pero no necesita ser mínimo. Toda unidad es un funtivo, pero no
todo funtivo es una unidad; la unidad es el funtivo mínimo de un
nivel funcional concreto.
ŒŒAdyacencia: la presencia de elementos contiguos a otros.
ŒŒFunciones tradicionales:
Implemento = objeto directo

Complemento = objeto indirecto

Suplemento = objeto preposicional:

Olía a miel.
Hablan de música.
(No debe confundirse con el circunstancial: Hablan con bronca.)
Atributo preposicional = adyacentes preposicionales del verbo

concordantes en género y número con el sujeto explícito o con el
género y el número del objeto directo; al igual que en los objetos
preposicionales, cuando esos segmentos son eludidos porque su
referencia es conocida, van junto al verbo con una unidad tónica
provista de preposición.
ŒŒNuevas funciones señaladas por Alarcos:
Alarcos diferencia dentro de los circunstanciales dos funciones:
Aditamento: función desempeñada por un adverbio, signo míni-

mo que no va introducido por índices funcionales (preposicio-
nes).
Suplemento: constituido por adyacentes verbales en estrecha re-

lación con el núcleo del predicado, de carácter nominal e intro-
ducidos por preposición.
Más tarde, realiza una nueva propuesta de trascendencia teórica

para la sintaxis: el atributo oracional, que desgaja del aditamento
y describe constituido por un adverbio que se ubica en el exte-
rior de la oración y la enmarca:
Felizmente, las cosas salieron bien.

50
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Michael Halliday

Michael Alexander Kirkwood Halliday (o M. A. K. Halliday) es un


lingüista inglés nacido en 1925 que realizó su formación inicial en el
estudio del chino mandarín y para ello estudió varios años en China.
De regreso se vinculó con John R. Firth, a través de quien recibió
la influencia de la Escuela de Praga y de la glosemática. Ejerció su
docencia e investigación en Londres y luego en la Universidad de
Sydney, Australia.
Aunque de manera general se entiende el funcionalismo como to-
das aquellas teorías que se oponen a la postura generativista, en el
sentido de que comparten la idea de que el lenguaje está motivado
contextualmente, en un sentido más estricto, se llama «lingüística
funcional» a los modelos teóricos que aparecen en Europa y Améri-
ca a finales de los años ’50 y se ocupan del desarrollo de tipologías
lingüísticas y de gramáticas de base oracional que tienen como ante-
cedentes el estructuralismo funcionalista.
La idea central de la lingüística funcional es que las situaciones co-
municativas condicionan los significados y también las estructuras
que los vehiculan, de manera que con esta forma de mirar el estudio
de la lengua se toma en cuenta el estudio de los usos reales y de
la variación como una de las características constituyentes del len-
guaje. El objetivo de esta lingüística no es explicar la universalidad
del lenguaje en el plano cognitivo sino el cambio y la variación en el
plano social. Interesa el lenguaje en tanto fenómeno comunicativo y
socio-cultural.
El punto de partida de este movimiento fue un artículo traducido
en 1964 de Mathesius (Lingüística de Praga, 1911) que presentó una
aproximación no historicista del lenguaje. Algunas de sus ideas fue-
ron tomadas por el funcionalismo después:
ŒŒLas estructuras gramaticales, fonológicas y semánticas del lengua-
je están determinadas por las funciones que realizan en las comu-
nidades que las usan.
ŒŒLas oraciones deben analizarse desde la perspectiva funcional.
ŒŒHay que establecer una clara distinción entre la noción de estruc-
tura oracional y la de enunciado con función comunicativa.
ŒŒLas oraciones se estructuran informativamente a partir de las no-
ciones de tema y rema.

51
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Halliday toma algunas ideas de su maestro Firth, quien disentía de


la visión estática y colectiva de la lengua que señalaba Saussure y no
consideraba necesario distinguir lengua y habla sino que había que
tomar el papel del individuo en el marco social en que se desarrolla
el hecho comunicativo. Para ello, Firth se concentró en el contexto
de situación, pues consideraba que allí se apreciaba mejor la depen-
dencia de las expresiones lingüísticas. En el estudio del lenguaje,
se pueden apreciar las dos dimensiones saussureanas, sintágmatica
(estructural ) y paradigmática que Firth llama sistema retomando lo
planteado por Hjelmslev. Firth (1957) propone diversas categorías
para relacionar el material lingüístico y el contexto cultural, como las
acciones verbales y no verbales de los participantes, los objetos rele-
vantes y el efecto de la acción verbal. Para este autor, el significado
es función en contexto pues sus aportes se basan también en los del
antropólogo Malinowsky y se refieren con el nombre de la Escuela
Lingüística de Londres.
Para el funcionalismo, el lenguaje no es un producto sino un pro-
ceso por el cual las lenguas, tal como las conocemos, se han ido con-
figurando como respuestas a las necesidades de comunicación en
acciones interactivas ubicadas en contextos específicos.
Halliday adopta el concepto de sistema de Firth. Expone su primer
modelo gramatical conocido como «gramática de escalas y catego-
rías». Se trata de un modelo de descripción lingüística donde desa-
rrolla algunos conceptos de su maestro para explicar qué es el len-
guaje y cómo funciona. Para ello considera que la gramática debe dar
cuenta tanto de las unidades mínimas (caracteres y morfemas) como
de las máximas, oraciones. Las unidades están organizadas jerárqui-
camente en escalas y pertenecen a clases distintas de acuerdo con la
posición que ocupan en el sistema, que es visto como un conjunto de
opciones para cada posición de la estructura.
Hacia la década de los ’70, Halliday va decantando el trabajo ante-
rior hacia la llamada «gramática sistémica» en la que se modifica la
noción de sistema por la de red de sistemas cuyas opciones se reali-
zan de manera simultánea, en unos casos de manera independiente
y desordenada y en otros, dependiente y ordenada jerárquicamente.
Considera que las opciones que se realizan en el plano paradigmá-
tico son más determinantes que las del sintagmático porque las pri-
meras reflejan la capacidad semántica del lenguaje.

52
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Su teoría se inscribe en una semiótica social, donde el lenguaje


no es visto como un sistema de estructuras y reglas sino como un
discurso, un intercambio de significados en contextos interpersona-
les, debido a lo cual define el concepto de función como el elemento
máximo de generalización. Las funciones ideativa, interpersonal y
textual son consideradas universales del lenguaje. Para Halliday, el
lenguaje como semiótica social está sujeto a dos tipos de variación:
de acuerdo con el usuario, la variación dialectal y, de acuerdo con el
uso en situaciones particulares, la variación de registro. La noción de
registro permite correlacionar las funciones universales del lenguaje
con los aspectos concretos de las situaciones comunicativas. Así las
variables del tipo campo, tenor y modo que configuran el registro del
uso, determinan respectivamente las opciones que el hablante reali-
za en los componentes ideacional, interpersonal y textual para cada
situación comunicativa.
En 1980 el modelo de Halliday se concentra en la investigación
de las funciones del lenguaje en las estructuras de cláusulas, en la
interpretación de los patrones gramaticales en términos de configu-
raciones relevantes para el análisis de los textos. Esta nueva revisión
del modelo se llama «gramática funcional» y presenta en detalle el
funcionamiento de la gramática que se ocupa del ensamble entre las
opciones ofrecidas desde los componentes ideacional e interperso-
nal para la construcción del mensaje, mediante la función textual.
El modelo es una gramática descriptiva del inglés en donde se pre-
sentan, entre otros, los mecanismos que intervienen en las opcio-
nes sobre la modalidad oracional, el orden de los constituyentes, la
estructura informativa en tema y rema, la selección de voz activa o
pasiva, la elección de complementos circunstanciales o la realización
de determinados verbos, sintagmas nominales o adverbios, siempre
siguiendo el marco funcional y discursivo presentado. Para explicitar
cuál es el fin del lenguaje, Halliday recurrió a las funciones de Bühler
redefinidas como función ideativa, función interpersonal y función
textual. De esta manera dotó a su gramática de tres componentes,
cada uno de los cuales cumple las funciones anteriormente mencio-
nadas: la codificación del proceso, los participantes y las circunstan-
cias (ideativa), la expresión de la modalidad (interpersonal) y la orga-
nización de la información y el mensaje (textual). Esta relación entre
los componentes de la gramática nuclear y las funciones del lenguaje
viene del Círculo Lingüístico de Praga con el concepto de perspectiva
53
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

funcional de la cláusula y el estudio de la gramática desde un triple


enfoque sintáctico-semántico-pragmático (idea de Mathesius, 1929).

La gramática sistémico-funcional

El planteo sistémico-funcional considera que el lenguaje es un sis-


tema de opciones: es sistémico porque privilegia la reconstrucción
del sistema y funcional porque la organización del sistema se hace
sobre la base de las funciones que permiten describir y explicar la
organización del lenguaje. Sistema no es lo mismo que estructura. A
esta gramática le interesa el primero como conjunto de los paradig-
mas posibles que un hablante tiene de su lengua. La estructura es la
realización concreta de las opciones en términos sintagmáticos.
El punto de partida es el texto, entendido como un sintagma para
explicar cómo funcionan los paradigmas que componen el sistema.
El sistema se realiza concretamente en los textos, que son la unidad
de análisis de esta gramática y la realización sintagmática de las
opciones paradigmáticas que un hablante maneja en función de un
grupo social determinado.
Esta gramática no solo pretende describir el sistema lingüístico
sino además explicarlo en función de su motivación social, de allí su
inscripción en la semiótica social.
En esta gramática se consideran tres sistemas que explican las tres
funciones del lenguaje mencionadas antes, todas ellas dependientes
de una función comunicativa general que considera el lenguaje en
términos de uso. Solo a través del lenguaje en uso se pueden abarcar
todas las utilidades y funciones del lenguaje y los componentes del
significado; por ello no se distingue un componente idealizado del
lenguaje y un uso concreto, y en la estructura textual se analizan las
funciones que explican el funcionamiento social del lenguaje.
En este sistema de opciones que es el lenguaje, el texto es, en prin-
cipio, cualquier cosa que se diga o escriba. Es una opción o un con-
junto de opciones concretas en una situación determinada y aparece
en un contexto de situación.
Halliday distingue la situación como un complejo de tres dimen-
siones: campo, tenor y modo. El campo es la acción social donde
surge el texto e incluye el tema. El tenor es el conjunto de relaciones
entre los participantes de la interacción e incluye el nivel de forma-

54
Fernández Lávaque, Salas y Campos

lidad. El modo es la serie de recursos que se usan para producir un


texto apropiado a la situación e incluye el medio.
Campo, tenor y modo configuran el registro, la variedad de lengua
determinada precisamente por el contexto de situación. El registro
es una de las dos variedades del lenguaje, según el uso y la situación
comunicativa. La otra es el dialecto, según el usuario (pertenencia
social, región geográfica, etc). El registro muestra lo que se habla de
acuerdo con lo que se está haciendo, mientras el dialecto lo hace de
acuerdo con lo que se es.
Para el funcionalismo, estructura y función se presuponen mutua-
mente y el sistema gramatical toma forma a partir de las funciones
pues es justamente el sistema de opciones disponible de los hablan-
tes: cada hablante hace su opción en distintos contextos y no en
abstracto. Considera básicamente tres funciones:
ŒŒFunción ideativa: sirve para interpretar la experiencia del mundo
real, establecer relaciones lógicas y conformar la visión de mundo.
ŒŒFunción interpersonal: sirve para establecer y mantener relaciones
sociales, y roles comunicativos de acuerdo con los papeles socia-
les de los hablantes.
ŒŒFunción textual: el lenguaje brinda a los usuarios los medios apro-
piados para crear mensajes o textos coherentes y la coherencia se
entiende tanto del texto consigo mismo como con el contexto de
situación. Gracias a esta función se crean los textos y se hace uso
del aspecto creativo de la lengua.
Un texto es una unidad semántica que se realiza, es decir, se co-
difica, a través de recursos léxico-gramaticales; por lo tanto, el texto
no pertenece a la gramática sino a la semántica. Pero son los consti-
tuyentes de los niveles gramaticales y léxicos los que hacen posible
que se formen los textos.
Los niveles lingüísticos o estratos de la gramática funcional son
los siguientes:

1) semántico →función ideativa

→función interpersonal

→ función textual
2) léxico-gramatical
3) fonológico

55
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

El nivel semántico consta de tres componentes funcionales que


se corresponden con las tres funciones del lenguaje. Este nivel no
puede considerarse sino como significado contextualmente depen-
diente, es decir significado en uso.
El nivel léxico-gramatical provee las unidades que permiten for-
mar los textos y se corresponde con la realización del significado en
términos morfológicos, sintácticos y léxicos.
El nivel fonológico posee unidades mínimas sin significado que,
combinadas, dan unidades con significado; este nivel realiza ese sig-
nificado en términos de sonidos distintivos.
El estrato léxico-gramatical está organizado en un sistema de ran-
gos y niveles y cada rango es el lugar de las configuraciones estruc-
turales donde las estructuras de las funciones se proyectan unas
sobre otras. El siguiente cuadro representa el sistema de rasgos del
nivel léxico-gramatical:

Oración Complejo de cláusulas


Cláusula Complejo de grupos
Grupos Complejo de palabras
Palabras Complejo de morfemas
Morfemas Complejo de fonemas

Un complejo es una estructura formada por combinaciones; cada


complejo define la unidad del nivel superior. Esta definición en tér-
minos de complejos es puramente conceptual. Una unidad puede
estar integrada por un complejo de unidades del estrato inferior o
por una sola.
Lo mismo sucede con los otros niveles. Así, un grupo es concep-
tualmente un complejo de palabras pero la posición del grupo puede
estar ocupada por solo una palabra.
Una idea central de la teoría funcionalista es que las funciones del
lenguaje ya están presentes en la estructura de la cláusula:
El chiquillo pateaba la pelota de trapo.
Se trata de una estructura formada por los siguientes elementos:
agente, chiquillo; proceso, pateaba; meta, pelota de trapo. Además
tiene un sujeto gramatical, chiquillo, y una forma conjugada, patea-
ba, que concuerda con el sujeto. La cláusula trata sobre el chiquillo
porque es el tema, el constituyente inicial.

56
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Todas las funciones anteriores se manifiestan simultáneamente


en la estructura de la cláusula, que es la unidad central del estrato
léxico-gramatical porque todas las demás unidades se entienden a
partir de ella, o sea que al mismo tiempo expresa un significado idea-
tivo, uno interpersonal y uno textual.

La cláusula como representación: el sistema de transitividad

Aquí importa la cláusula como referencia a lo que ocurre en el


mundo, es decir, que importa la cláusula como representación. El sis-
tema de transitividad permite analizar la expresión de los procesos
y de los roles participantes vinculados con ellos:
Papá Noel trajo mucho regalos a los niños en la última na-
vidad.
Se distinguen tres roles participantes en el proceso trajo: alguien
que trae, actor, Papá Noel; algo que se pueda traer, meta, muchos
regalos; alguien a quien se pueda traer algo, beneficiario, a los ni-
ños. Además hay un rol circunstancial, en la última navidad, que
corresponde a condiciones y restricciones asociadas a tiempo, lugar
y modo.
El sistema de transitividad permite efectuar análisis complejos.
Para las cláusulas cuyos procesos son acciones, se puede realizar
esta enumeración de roles participantes asociados a los procesos y
son reconocidos según la ausencia o presencia de los rasgos /anima-
do/ y /activo/. Las clases de roles de transitividad (procesos: verbos,
participantes: grupos sustantivos, circunstanciales: grupos preposi-
cionales y grupos adverbiales) se corresponden con las clases funda-
mentales de palabras del castellano.
Los roles circunstanciales son los menos sustanciales de los tres
tipos de transitividad y ello se debe a que dicho rol nunca puede
ser sujeto gramatical; un circunstancial no puede tener rol de sujeto
gramatical:
José estudia durante la noche.
Existen roles obligatorios y optativos que son imprescindibles
para entender las funciones de transitividad y los diversos tipos de
cláusulas. Halliday propone el concepto de función inherente para
referirse a la función asociada siempre a un determinado tipo de
proceso, aun cuando no se exprese en la estructura de la cláusula;
es un concepto gramatical, no textual, más apropiado que función
57
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

obligatoria.
Para Halliday, en cada oración no se está diciendo lo mismo de dis-
tinta manera sino que el significado depende de las opciones de los
usuarios de la lengua. Las siguientes oraciones no dicen lo mismo:
El jefe suspendió el pago.
Se suspendió el pago.
En este último caso, la voz pasiva con se borra, aparentemente, la
función inherente del actor.
Existen diferentes tipos de procesos que expresan acciones de dis-
tinta naturaleza y definen distintos tipos de cláusulas.
ŒŒCláusulas de procesos materiales, el mundo físico o del hacer: in-
volucran un participante activo como rol inherente (actor o instru-
mento).
ŒŒCláusulas de procesos mentales, el mundo de la conciencia o del
percibir: los roles inherentes son dos, un participante animado o
inanimado sobre cuya conciencia se actúa y un fenómeno que ac-
túa sobre ella (procesador y fenómeno).
ŒŒCláusulas de procesos de relación, el mundo de las relaciones abs-
tractas o del ser: se expresa una relación entre dos roles y se dis-
tinguen tres modos fundamentales como atributivo, identificador
o posesivo.
Otros tipos de proceso son una combinación de los anteriores:
ŒŒDe conducta: involucran un experimentante.
ŒŒVerbales: aparecen los roles de dicente y reporte.
ŒŒExistenciales: hay un único participante.

La cláusula como intercambio

Para entender cómo se proyecta la función interpersonal en la es-


tructura de la cláusula, es necesario partir del concepto de sujeto
gramatical y distinguirlo del lógico y el psicológico. Esta distinción
permite identificar los roles asumidos por el emisor y el receptor
en la situación comunicativa, en función de la actitud que tienen en
relación con lo que dicen. Así como el sistema de transitividad pro-
yecta la función ideativa en la estructura de la cláusula, el sistema de
modo proyecta la función interpersonal, cuyas opciones principales
son las modalidades declarativa, interrogativa e imperativa.

58
Fernández Lávaque, Salas y Campos

La cláusula como mensaje: estructura temática y distribución de


la información

Desde esta perspectiva, interesa la cláusula como mensaje, es de-


cir como portadora de información textual. Consta de un tema y un
rema. El tema, el elemento que se coloca en posición inicial, es el
pilar sobre el que se apoya el mensaje y el rema es el cuerpo del men-
saje. Ambos expresan posiciones estructurales respecto de la distri-
bución de la información. El tema constituye el sujeto psicológico.
Otro subsistema complementario que es manifestación de la fun-
ción textual es el sistema de dado y nuevo, conceptos que aluden
a la organización del mensaje sobre la información conocida y la
desconocida. Lo dado es tratado como información recuperable y se
espera que el oyente la pueda extraer del texto, es optativo, mientras
que lo nuevo es información no recuperable y un constituyente obli-
gatorio.
En la oralidad, la tematización y la estructura de la información se
expresan mediante la entonación. El acento principal (núcleo tónico)
marca el final del elemento nuevo y cualquier cosa dada le precede.

Los textos

Para Halliday, las cláusulas no se dan aisladas sino que se relacio-


nan semánticamente entre sí formando los textos.
La propiedad del texto es la textura, que permite determinar la ca-
racterística central del texto: la coherencia. Un texto es coherente in-
ternamente (cohesivo) y externamente (con el contexto de situación).
La coherencia textual es producto de la integración de la cohesión y
la consistencia del registro.
El concepto de cohesión no corresponde a la estructura de la ora-
ción pues ella se basta a sí misma. Es un concepto imprescindible
para establecer relaciones entre unidades oracionales, a través de las
cuales se realiza la unidad semántica llamada «texto». Por lo tanto,
éste no es una unidad estructural y necesita de la relaciones semán-
ticas que realizan la conexión entre las cláusulas y constituyen la
cohesión.
Halliday y Hasan proporcionan un listado de tipos de relaciones
textuales que se realizan mediante el léxico y la gramática dando
lugar a las diferentes relaciones cohesivas:

59
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Aditiva
Adversativa
Conjunción
Temporal
Causal

Anafórica
Gramatical Referencia
Catafórica

Nominal
Cohesión Elipsis
Verbal

Sustitución

Repetición
Reiteración Sinonimia
Léxica Palabra general

Colocación

La conjunción es un tipo de relación que puede aparecer explíci-


ta o implícitamente: la primera se expresa mediante marcadores o
construcciones, mientras en la segunda la cohesión se da sin marca-
dor formal.
La referencia es una instrucción de búsqueda y puede ser exofóri-
ca o endofórica según se trate de referencia que esté dentro o fuera
del texto. A su vez, la referencia endofórica puede ser anafórica o
catafórica según se busque la información hacia atrás o hacia delan-
te del texto.
La sustitución es otra forma de cohesión y consiste en reemplazar
una palabra por otra manteniendo su identidad referencial.
La elipsis es otro tipo de sustitución pero por cero, donde el ele-
mento elidido está ausente por innecesario. Según sea la naturaleza
del elemento elidido, la elipsis puede ser nominal o verbal.
La reiteración es la relación de elementos que tienen una misma
referencia.
La colocación alude a las palabras esperables en un texto, según el
campo semántico que en él se despliega.

60
Fernández Lávaque, Salas y Campos

1.4. Dos planos para el análisis lingüístico: el sistema y el


uso. Oración y texto.
Las más recientes orientaciones que han renovado las bases de la
lingüística inaugurada científicamente por Ferdinand de Saussure,
se han constituido en un conjunto de disciplinas cuyo norte funda-
mental es el estudio de lo que los especialistas denominan «lenguaje
en uso».
Entre ellas es interesante destacar el papel de la lingüística textual
y del análisis del discurso. El rol protagónico que el entusiasmo cien-
tífico otorga al estudio del texto ha conducido en los últimos treinta
años a desvalorizar y olvidar la revolución que, en el ámbito de las
ciencias humanas, había iniciado el reconocido ginebrino, quien ha-
bía otorgado prioridad a la descripción de las estructuras de la len-
gua. Décadas después, la teoría chomskiana, desde una perspectiva
psicologicista, volvería a focalizar el análisis del sistema.
El éxito alcanzado por el estructuralismo hasta más allá de la mi-
tad del siglo pasado y enmarcada en él una fecunda producción de
estudios gramaticales, ameritan revalorizar el papel que tiene la gra-
mática oracional tanto en el desarrollo de la ciencia lingüística como
en el campo de la enseñanza de la lengua.
Este intento de revalorización nace a propósito de la infundada
oposición establecida por los teóricos del texto entre el cultivo y
práctica de la «gramática propiamente dicha» y la llamada «gramá-
tica textual», cuyo objeto de estudio es la actividad lingüística con-
creta, en particular la vinculada con el código escrito de una lengua
dada.
Los especialistas en enseñanza de la lengua han dado prioridad al
estudio del habla y, por tanto, la gramática oracional se ha desterra-
do de las aulas en nombre de futuros logros que pudiera obtener la
aplicación de la gramática textual, los cuales no se divisan aún.
Así como los conceptos de lengua/habla y sistema/uso son com-
plementarios, las disciplinas que se ocupan de la unidad oración y
del objeto texto, también deben serlo en una relación dialéctica. En
efecto, ambas disciplinas debieran sostenerse mutuamente: la des-
cripción del sistema permite dar razón de los hechos que ocurren
durante la producción textual y, a su vez, ésta realimenta la orga-
nización de las estructuras lingüísticas. No pueden, por tanto, opo-
nerse sino complementarse. Umberto Eco expresa que «...cualquier
61
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

proceso de comunicación [y el texto lo es] entre seres humanos […]


presupone un sistema de significación como condición propia nece-
saria» (1977: 35). Una gramática no es otra cosa que un sistema de
significación que relaciona, a través de reglas subyacentes, determi-
nada expresión con cierto contenido. En consecuencia, es imposible
realizar un estudio objetivo del texto independiente de la gramática
que lo sostiene, y ésta no es únicamente la que atañe a su modo de
ser particular, sino, básicamente, la que corresponde a la oración, su
elemento constitutivo.
El reconocimiento de la oración y sus procesos –formación de sin-
tagmas desde la palabra a la oración, relaciones de concordancia,
morfemas suprasegmentales, solidaridades léxicas, orden de los
componentes y sus diferentes clases, etc.– como herramienta para la
producción y comprensión de textos permite un estudio más com-
pleto de las relaciones y reglas constitutivas de la gramática textual.
Esta perspectiva es avalada por investigadores como Michael Ha-
lliday quien, ante tendencias recientes de la lingüística que trabajan
el discurso ignorando la gramática sobre la que paradójicamente se
fundan, manifesta:

...sin una teoría de las expresiones –es decir de la gramática– no


hay manera de hacer explícita una interpretación del significado
de un texto.

Y añade:
Hace veinte años, cuando la corriente principal de la Lingüística
estaba en lo que se ha llamado la «era sintáctica», fue necesario
argumentar en contra de la gramática, señalando que no era el
principio y el fin de todo estudio de la lengua … Si yo ahora pa-
rezco un campeón de la gramática no es porque haya cambiado
de opinión en el problema, sino porque el problema ha cambia-
do. La actual preocupación se centra en el análisis del discurso,
o «lingüística del texto» y se supone a veces que ésta se puede
llevar a cabo sin gramática, o aun que es una alternativa a la
gramática. Pero esto es una ilusión. Un análisis del discurso que
no se base en la gramática no es un análisis en absoluto, sino
simplemente un comentario de un texto (1985: xvii).

Asimismo, es conveniente destacar que, desde las investigaciones


psicolingüísticas, se sabe que todo procesamiento textual, en el mo-
mento de interpretar, se efectúa en una dirección ascendente, desde
lo simple a lo complejo, esto es desde el procesamiento de la palabra
en la oración hasta el nivel del texto. La información explícita trans-
62
Fernández Lávaque, Salas y Campos

portada en la oración, de naturaleza léxico-sintáctica, contribuye a


suscitar inferencias en la mente del usuario, las que, dado el contexto
en que ocurren, van relacionándose con aquella hasta integrarse en
una textura global característica –narración, diálogo, descripción–,
que conlleva su macroestructura semántica.
A la inversa, cuando se trata de producir un texto, los procesos
derivan de una representación mental global: la información que se
pretende textualizar. Según el objetivo del locutor y el destinatario
del texto, éste irá construyéndose a partir de oraciones que combi-
nan determinado léxico y que a su vez se interrelacionan respon-
diendo a los objetivos previos.
Evidentemente, en ambas actividades, interpretar y producir un
texto, es insoslayable acudir al conocimiento de las funciones ora-
cionales, sin las cuales es imposible alcanzar el nivel del texto y su
gramática.
Ahora bien, no sólo se trata de recuperar los conocimientos gra-
maticales por su función de sostén del texto, sino además, porque
su enseñanza sistematizada ocupa un lugar fundamental en el de-
sarrollo del pensamiento abstracto y en su organización lógica. Al
respecto, Lev Vigotsky dice:

Se ha manifestado [...] que la escuela podría prescindir de la ins-


trucción gramatical [...] nuestros análisis muestran claramente
que el estudio de la gramática es de una importancia principalísi-
ma para el desarrollo mental del niño […] La gramática y la escri-
tura ayudan al niño a alcanzar un nivel superior en la evolución
del lenguaje (1992: 139-140).

Es entonces posible concluir que la reflexión metódica y sistemá-


tica acerca de las reglas que organizan la lengua y que inconsciente-
mente adquiere el hablante, contribuye al desarrollo de los procesos
superiores del pensamiento, del mismo modo que lo hacen la lógica
y la matemática.
Además, el reconocimiento de las unidades funcionales constituti-
vas de la oración y sus posibilidades combinatorias, facilita explicar
los cambios en los efectos de sentido que el texto produce. Todo ello
contribuye al enriquecimiento de la competencia comunicativa del
hablante, objetivo éste que se plantea la enseñanza de la gramática
textual. Debe destacarse que el logro de una mejor competencia co-
municativa implica necesariamente el de la competencia lingüística,

63
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

a la que apunta la enseñanza de la gramática oracional.


Es cierto lo que manifiesta Diane Blakemore (1992):

Una gramática de la oración es un código que establece una co-


rrespondencia entre representaciones semánticas y fonéticas.
Por ello no puede ocuparse de aquellas propiedades no lingüís-
ticas de los enunciados que los oyentes deben tener presentes,
si es que quieren descubrir qué es lo que el hablante trata de
expresar y qué relación se establece con lo que se ha dicho pre-
viamente.

Pero ello no es razón para dar preeminencia a la enseñanza de la


gramática textual por sobre la que estudia la oración, sus elemen-
tos y sus reglas de organización. Como se expresó en un comienzo,
ambas gramáticas son indispensables, salvo que, siendo diferente
el objeto de estudio de cada una, también debe serlo su método de
observación y análisis y, coherente con él, su enseñanza y las estra-
tegias propuestas para su aprendizaje.
Si, como se sostiene, las dos gramáticas aludidas tienen distintos
objetos de estudio, será menester caracterizar cada uno de ellos a
fin de delimitarlos claramente. Oración y texto son unidades no solo
de diferente nivel de complejidad sino de naturaleza totalmente di-
versa.
La primera, máxima unidad sintáctica en el plano de la lengua, no
tiene referencia sino únicamente significado, es decir que ingresa en
una oposición significativa dentro del sistema al que pertenece:
Naturalmente, habló. / Habló naturalmente.
¿Llegó temprano?/ Llegó temprano.
En ese plano de la lengua, la oración tiene una relativa autonomía
sintáctico-formal; no es, por tanto, autosuficiente desde el punto de
vista semántico. En suma, carece de dimensión pragmática pues es
una unidad abstracta, que interviene en la conformación del texto
a título de componente. Sus propiedades son el orden sintáctico, la
concordancia entre sus elementos nucleares y determinantes.
El texto, unidad real de comunicación, posee, en cambio, referen-
cia, significado y sentido, pues ocurre efectivamente en un contexto
determinado al que le corresponde de modo coherente. De allí que
el texto tenga necesariamente autonomía semántica en tanto ma-
nifiesta una determinada intención comunicativa, evidenciada en la
superestructura. Sus propiedades esenciales son la cohesión –de ín-

64
Fernández Lávaque, Salas y Campos

dole sintáctico-semántica– y la coherencia –particularmente de or-


den pragmático.
De acuerdo con la caracterización de la unidad oración y de la
unidad texto, resultan dos caminos metodológicos diferentes para
su análisis, es decir dos gramáticas con el mismo objetivo: hacer
conscientes en el hablante las reglas de producción y reconocimien-
to de aquellas unidades, con la finalidad de asegurar, respecto del
texto, una más adecuada competencia comunicativa fundada en una
correcta competencia lingüística que atañe a la oración.
En correspondencia con ese objetivo, el método de análisis oracio-
nal busca descubrir las reglas de construcción de las oraciones gra-
maticales, lo que implica el conocimiento de sus elementos consti-
tutivos y sus restricciones combinatorias. Por su parte, la gramática
del texto procura revelar las condiciones de producción que pautan
las características de cada tipo textual y en cuanto a éstas, señalar
y describir sus recursos propios y sus estrategias de inserción prag-
mática.
Características esenciales de la gramática oracional y de la gramá-
tica textual y sus correspondientes unidades de análisis:

Oración Texto (y/o enunciado)


1) Es la unidad de análisis de la gramá- 1) Es la unidad de análisis de la gramá-
tica oracional, en la cual se combinan tica textual. La palabra texto equivale
elementos lingüísticos de acuerdo con en algunos teóricos a discurso o a enun-
las reglas propias de un sistema, aun- ciado. El enunciado es la realización de
que no actualizado. Se ubica en el pla- la oración y por tanto su estudio co-
no de la lengua, o sea en el plano de la rresponde al plano del habla.
abstracción.
2) Esta unidad presenta autonomía «re- 2) Esta unidad, total y absolutamente
lativa» en lo sintáctico y formal (tonal), autónoma, se caracteriza como con-
o sea que se caracteriza por su autosu- junto sintáctico complejo, constituido
ficiencia, aunque no respecto al signi- por un grupo de oraciones entrelaza-
ficado. das que conforman una unidad estilís-
tica especial, realizada en un contexto
dado.
3) Su estudio no se detiene en el pla- 3) Se interesa fundamentalmente por la
no significativo, en cuanto denotación/ significación en contexto.
connotación y tampoco atiende al con-
texto.
4) El corpus analizado (por ejemplo una 4) Unidad y coherencia textual son con-
serie de oraciones) no necesita ser co- ceptos inexcusables.
herente.

65
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

5) Es la máxima unidad sintáctica en el 5) Es la unidad «real» de comunicación


orden de la lengua. «Máxima» porque y la intencionalidad comunicativa defi-
reúne en sí misma las otras unidades o ne su límite.
elementos de la lengua.
6) Su análisis nos lleva a determinar los 6) Su estudio conduce a la determina-
elementos funcionales que la compo- ción de una superestructura y una ma-
nen: sujeto y predicado y sus respecti- croestructura.
vas particiones en elementos nucleares En cuanto tiene propiedades semán-
y determinantes. ticas y pragmáticas, su análisis se in-
teresa por su relación con el contexto
comunicativo en que se produce y por
las relaciones semánticas entre las uni-
dades oracionales del texto.
7) Se presenta como unidad gramatical 7) Se presenta según orden lineal de su-
morfosintáctica, es decir sintagmática. perficie en secuencias de párrafos.
8) A esta gramática le interesa la des- 8) La gramática del texto debe realizar
cripción de las categorías de todas las su estudio en el contexto social, a fin
unidades que integran la unidad ora- de considerar las condiciones de pro-
ción. Es una disciplina puramente lin- ducción y de recepción. Esto remite al
güística. aporte de otras ciencias como la filoso-
fía, la literatura, la psicología, la socio-
logía, la antropología, la historia, etc.
9) Sus elementos, unidades léxicas y 9) En el texto, la lengua funciona como
morfosintácticas, funcionan como tér- actos de habla.
minos de una relación específica: son
puros valores.

El reconocimiento de las dos unidades y sus componentes, los


planos en que se sitúan, así como la práctica de ambos conjuntos de
reglas, las que conciernen a la oración y al texto, debieran conformar
el propósito central en la enseñanza de una lengua. En la comple-
mentariedad propuesta para las dos gramáticas, sería quizás posible
superar las siguientes deficiencias con que egresan los estudiantes
del nivel secundario:
ŒŒIncapacidad para producir textos escritos coherentes.
ŒŒInsuficientes estrategias cognitivas pragma-lingüísticas para la
comprensión y producción de mensajes orales y escritos en la nor-
ma estándar.
ŒŒEscaso desarrollo del pensamiento lógico, lo que dificulta el razo-
namiento en el plano de la abstracción teórica.
ŒŒImposibilidad para elaborar construcciones escritas inteligibles y
dificultad en la expresión oral formal.
Carencias como éstas son las que tanto dificultan el acceso a la

66
Fernández Lávaque, Salas y Campos

universidad y su permanencia en ella.


La realidad comunicativa actual, la que nos rodea y presiona, la
cual ha cambiado considerablemente desde fines del siglo pasado y
hasta el presente (comienzos del siglo XXI), ha llevado a que la ima-
gen pase a representar frente al texto más del 60% de la información
y, simultáneamente, esas imágenes y esos textos evolucionan hacia
tal complejidad, que el acceso a las nuevas formas corrientes de co-
municación exige una alfabetización desconocida y también conduce
a plantear la necesidad de una nueva unidad de análisis que conside-
re a la imagen con el texto incorporado.
En Gramática textual (1993), Salvio Martín Menéndez considera
las siguientes estrategias de cohesión como elementos del análisis
textual:
ŒŒGramatical
Referencia

Anafórica (instrucción de búsqueda hacia atrás en el texto)

Catafórica (instrucción de búsqueda hacia delante en el texto)

Elipsis (sustitución por cero)

Nominal

Verbal

Conjunción (relación entre cláusulas)

Aditiva

Adversativa

Temporal

Causal

Consecutiva

Sustitución (pronominalización)

ŒŒLéxica
Reiteración

Repetición

Sinonimia, antonimia

Palabra general

Series nominativas y verbales

Colocación (palabras de distinto referente, relacionadas con

otras esperables por pertenecer al mismo campo semántico)

67
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Ejemplo de análisis textual

PARAÍSOS PERSONALES
María Fasce
Las mudanzas están al tope del ranking de los grandes generadores de estrés. Pero
nada es comparable, dice nuestra columnista, a mudar una biblioteca. Del amor por
los libros, las nostalgias por los que perdimos, de la dicha que nos dan los que leímos y
de cuánto dicen de cada uno de nosotros habla la autora de La felicidad de las mujeres
(Ediciones Destino), La verdad según Virginia (Planeta) y el reciente A nadie le gusta
la soledad (Emecé).
Tengo una amiga que llora antes de cada mudanza. «Es una forma de infundirme
ánimos antes de la batalla», dice. Hace pocos meses me mudé a una nueva casa y pa-
decí los problemas de todos los que se han mudado: un caño se rompe en el momento
menos indicado, las ventanas no cierran, una vez elegida la pintura cambia de color,
las luces no encienden, el sofá no entra por la puerta. Problemas menores compara-
dos con el traslado de mi biblioteca. Miraba con ansiedad y temor las treinta cajas de
cartón en las que, me aseguraban, estaban todos mis libros. Conozco otro amigo que
se niega a mudarse por miedo a perderlos. Puedo entenderlo: se trata de una pérdida
fatal y de la que, sin embargo, no nos damos cuenta hasta el momento en que nece-
sitamos desesperadamente leer determinado libro y nos enteramos de que ya no está
donde debía estar. Lo más probable es que, a esas horas, las librerías estén cerradas, o
el libro agotado, pero aún cuando pudiéramos volver a comprarlo ya no sería lo mis-
mo: queremos exactamente la edición que leímos por primera vez, la queremos con
nuestras anotaciones, con las eventuales marcas que hemos dejado en ellos, boletos de
colectivo que hacían de señaladotes, pétalos de flores regaladas por novios ya olvida-
dos, recuerdos de una tarde en un jardín que ya no existe. En las páginas de un libro
leído nos recuperamos, recuperamos el tiempo en que lo leímos. Reemplazar un libro
perdido es como posar por segunda vez para una foto perdida.
Mark Twain decía que una biblioteca vacía ya era buena con tal de que no hubie-
ra en ella un libro de Jane Austen. Yo tenía varios libros de Jane Austen y de Mark
Twain en alguna de esas cajas en las que se había desmembrado mi biblioteca.
No siempre somos responsables de las cosas que hacemos o decimos, ni siquiera
de las cosas que escribimos, pero siempre somos responsables de nuestra biblioteca.
Allí estaba yo, acomodando en limpios estantes de madera mis libros polvorientos
y ajados; allí estaba yo, orgullosa de mi biblioteca. Mi hijo no me pertenece, ni sus
defectos ni sus virtudes son obra mía. Tampoco son míos los libros que he escrito. Soy
incapaz de repetir una sola de mis frases, pero sé de memoria frases, párrafos y versos
ajenos. Esos libros que escribieron otros y yo leí y releí y subrayé son míos. Mejor:
son yo misma.
Borges se imaginaba el paraíso bajo la forma de biblioteca. Mi paraíso se parece a la
vida, o no existe. Y la vida se parece a una biblioteca. Por eso trato de mantenerla en
orden, con la engañosa ilusión de poner orden en mi vida, que, como todas las vidas
quizá, es esencialmente caótica. Los libros más queridos, los de primera necesidad,
bien al alcance de la mano; en un sector especial, los que estoy leyendo (de canto en
el espacio superior de los autores norteamericanos, por ejemplo). Este ordenamiento
convive con otros: alfabético, por países, por épocas, ficción, no ficción. Los libros que
todavía no he leído ocupan los estantes superiores. Es un sector nómade y en continua
expansión, una probable reserva de felicidad.

68
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Hay pocas alegrías mayores que la de descubrir un nuevo autor en nuestra biblio-
teca. Pero también los libros que ya hemos leído pueden reescribirse en una nueva
lectura, renovar la admiración o, a veces, defraudarnos. Igual que las personas. Prefie-
ro las personas a los libros. Prefiero la vida a las bibliotecas, la vida al paraíso. Afortu-
nadamente nunca nos obligarán a elegir.
Me gustaría que mi hijo leyera un día mis libros preferidos. Lo imagino sentado
en un bar de Buenos Aires, con esa edición azul de Ficciones que me ha acompañado
siempre. Pero no estoy segura de que pueda contagiarse el amor a los libros. Como di-
ría Lope, quien lo probó lo sabe. Por ahora, no se me ocurre nada mejor que ponerme
a leer junto a él. Tiene tres años, pero siempre sabe cuándo soy feliz.

Consignas para el análisis

ŒŒIndicar el género al que se puede adscribir el texto.


ŒŒReconocer diferentes tipos de secuencias y cuál es la que predo-
mina.
ŒŒAnalizar y explicar el tipo de progresión temática.
ŒŒSeñalar la macroestructura/macroproposición que se advierte y
emplear las macrorreglas. Fundamentar de qué manera se utilizó
cada una.
ŒŒDeterminar la presencia de:
Recursos cohesivos (elipsis, referencias exo y endofóricas, co-

nectores, sinonimia, antonimia, hiperonimia, sustitución por me-
táforas o metonimias).
Diferentes modos de inscripción de los sujetos de la enuncia-

ción.
Citas abiertas directas o indirectas y encubiertas.

Ejemplos de modalizaciones.

ŒŒIndicar:
Características lingüístico-textuales de la escritura.

Contexto (dimensiones).

Intencionalidad del texto.

Cortesía.

Resolución

ŒŒEl texto se adscribe a un género discursivo: conjunto de convencio-


nes, pautas generales de usos sociales, que se establecen dentro
de una determinada comunidad. Un género discursivo depende
de factores socio-culturales e históricos. No todas las culturas ni
69
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

todas las épocas tienen los mismos géneros discursivos: la carta


familiar, por ejemplo, ya no se usa. En nuestro caso, el texto elegi-
do se inscribe dentro del género periodístico en general. En parti-
cular, dentro del género periodístico, es un artículo de opinión en
el que expresamente la autora da su punto de vista.
ŒŒLas secuencias son los modos de representación del texto. En este
texto predominan las secuencias argumentativas, es decir, aque-
llas en las que se opina a favor de una postura personal:
En las páginas de un libro leído nos recuperamos, recupe-
ramos el tiempo en que lo leímos…
Reemplazar un libro perdido es como posar por segunda
vez para una foto perdida…
No siempre somos responsables de las cosas que hacemos
o decimos, pero siempre somos responsables de nuestra
biblioteca…
Esos libros que escribieron otros y yo leí y releí y subrayé
son míos. Mejor: son yo misma…
Me gustaría que mi hijo leyera un día mis libros preferi-
dos…
Estas argumentaciones están enmarcadas en una secuencia narra-
tiva, es decir, aquellas en las que se cuenta algo:
Hace pocos meses me mudé a una nueva casa...
Hay algunas breves secuencias descriptivas, es decir, aquellas en
las que se observa algo:
…un caño se rompe en el momento menos indicado, las
ventanas no cierran, una vez elegida la pintura cambia de
color, las luces no encienden, el sofá no entra por la puerta.
ŒŒLa progresión temática muestra cómo se organiza la información
que presenta el texto:
Tema 1: Problemas que producen las mudanzas en general.
Tema 2: Problemas que producen las mudanzas de las bibliotecas.
Tema 3: Las bibliotecas como lugares personales y pasionales.
Tema 4: La pasión por la lectura.
Tema 5: La lectura como forma de la felicidad.
ŒŒLa macroestructura es la «estructura semántica global» del texto,
es decir, aquello que se almacena en la mente como lo que el lec-
tor considera central. Coincide con la respuesta a las preguntas:
¿De qué trata este texto?, ¿Cuál es el tema del texto? Se obtiene
mediante la aplicación de macrorreglas por las que: 1) se suprime
70
Fernández Lávaque, Salas y Campos

información no importante, 2) se integra la información que que-


da y 3) se construye, a partir de ello, el tema, en relación con lo
que uno ya conoce y puede fácilmente asociar.
La macroestructura suele coincidir con el título o tiene en el títu-
lo un indicador muy importante, en tanto la macroproposición es
la enunciación de la macroestructura. En nuestro texto, el título
«Paraísos personales» es parcialmente la macroestructura. La ma-
croestructura posible de este texto sería: «Las bibliotecas son mis
paraísos personales» (macroproposición). Explicarla permite ir ar-
mando nuevamente el texto.
ŒŒPresencia de:
Recursos cohesivos, elementos léxicos y gramaticales que ponen

en relación semántica las diferentes partes del texto:
Sustitución por metáfora: paraísos personales por bibliotecas.

Conectores: en

… se trata de una pérdida fatal y de la que, sin embargo, no
nos damos cuenta hasta el momento en que necesitamos
leer desesperadamente determinado libro…
sin embargo es un conector adversativo que restringe el alcan-
ce de lo dicho en primer término.
Sustitución por palabra general: en

Tengo una amiga que llora antes de cada mudanza. Es una
forma de infundirme ánimos antes de la batalla…
batalla actúa como palabra general en lugar de mudanza.
Repeticiones: libros, biblioteca.

Palabras esperables en función de un campo semántico común:

libros, lectores, autores, Borges, Mark Twain.
Inscripción del sujeto de la enunciación: quien enuncia se hace

explícito como responsable de lo que dice en el texto. En este
texto es fundamental y abundante ya que se trata de un texto de
opinión. Quien enuncia aparece de modo permanente en primera
persona del singular:
Tengo una amiga…
Soy incapaz de repetir una sola de mis frase.
Prefiero las personas a los libros.
Me gustaría que mi hijo leyera un día mis libros preferidos.
Tiene tres años, pero siempre sabe cuando soy feliz.

71
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Citas directas, indirectas o encubiertas: mención, explícita o no,



de lo dicho por alguien:
Directa: «Es una forma de infundirme ánimos antes de la bata-

lla» dice la amiga de la autora.
Indirecta: «Mark Twain decía que una biblioteca vacía ya era

buena con tal de que no hubiera en ella ningún libro de Jane
Austen» (autora inglesa contemporánea de Twain y que a él,
evidentemente, le disgustaba).
Indirecta: «Borges se imaginaba un paraíso bajo la forma de

biblioteca» (alude al «Poema de los dones» en el que Borges
dice: «Lento en mi sombra, la penumbra hueca/exploro con el
báculo indeciso/yo, que me figuraba el paraíso/bajo la forma
de una biblioteca»).
Indirecta: «Como diría Lope, quien lo probó lo sabe» (alude a

un célebre soneto en el que Lope de Vega (autor del Siglo de
Oro español) habla del amor.
Ejemplos de modalizaciones: ubicación del enunciador frente al

enunciado.
Lo más probable es que, a esas horas, las librerías estén
cerradas…
No siempre somos responsables de las cosas que hacemos
o decimos…
Me gustaría que mi hijo leyera un día…
Pero no estoy segura de que pueda contagiarse el amor a
los libros.
Por ahora, no se me ocurre nada mejor que ponerme a leer
junto a él.
ŒŒRespecto de:
Características lingüístico-textuales de la escritura:

Planificada: supone una organización previa en la que ha habi-

do correcciones sobre todo cuando se trata de un texto perio-
dístico que debe ser leído en varias instancias.
Tiene título y secciones: copete (resumen del artículo) y artí-

culo.
Dividida en seis párrafos.

Se respetan marcas de puntuación.

Intencionalidad del texto: es una propiedad que tiene el autor del

72
Fernández Lávaque, Salas y Campos

texto; se relaciona con qué quiere comunicar a su auditorio:


En este caso la autora, además de contar su experiencia perso-

nal con las mudanzas, las mudanzas de bibliotecas y las con-
secuencias que tiene el hecho de tener una biblioteca, informa
sobre la felicidad que supone leer.
Intenta comunicar básicamente una opinión acerca de un tema.

El tema: la lectura; la opinión: leer produce felicidad.

Contexto y cortesía

Al tratarse de un artículo de opinión, la dimensión del contexto
es la totalidad del periódico en el que apareció el texto.
Por cortesía se entienden las formas verbales mediante las cua-
les el enunciador preserva su propia imagen y la de los lecto-
res. Los plurales de cortesía predominan en el artículo.
…queremos exactamente la edición que leímos por prime-
ra vez, la queremos con nuestras anotaciones…
(modo de disculpar la negativa del amigo a mudarse por temor
a perder libros).
No siempre somos responsables de las cosas que hacemos
o decimos…
(modo de aligerar cargas de responsabilidad en sí misma y en
los lectores).

73
Fernández Lávaque, Salas y Campos

2. La oración
2.1. La oración: contexto máximo del nivel morfosintáctico. Dis-
tintas caracterizaciones.

Es posible considerar tres criterios para definir (caracterizar) la


oración:
ŒŒUnidad de significado.
ŒŒUnidad de entonación.
ŒŒAutonomía sintáctica.
Los tres criterios a veces se suman y otras se entrecruzan en defi-
niciones registradas en textos de nivel medio y superior. Según Luis
Juan Piccardo (1954), la autonomía sintáctica es el punto de partida
para establecer la oración como categoría gramatical y desde esta
perspectiva la define también Francisco Marcos Marín (1980). La Real
Academia Española en su Esbozo de una nueva gramática de la len-
gua española (1985) la define tanto desde el aspecto sintáctico-tonal:
«…las inflexiones de la entonación, la trabazón que la concordancia
indica entre las palabras que la componen; el enlace que señalan las
partículas: el orden fijo o libre con que se suceden las palabras…»,
como desde el punto de vista semántico (ya no lógico): «…la unidad
más pequeña de sentido completo en sí misma…», mientras que Ofe-
lia Kovacci (1986, 1990-1992) combina el criterio sintáctico y el fono-
lógico para definirla.
De acuerdo con la perspectiva teórica adoptada, el funcionalismo,
la oración constituye una estructura sintagmática que puede forma-
lizarse a través de un sujeto y un predicado, de varios sujetos y va-
rios predicados o resolverse en sintagmas nominales, adverbiales y
verboidales:
Días de primavera.
Muy dulcemente.
Numerarse.
La oración presenta en español diversas fórmulas lingüísticas:
ŒŒRelación contrastiva sujeto-predicado (aunque esta estructura no
siempre es índice de oración):
Todos llegamos temprano.
ŒŒAusencia de uno de esos elementos:
Se espera noticias.

75
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

ŒŒUnidades sintagmáticas que no pueden considerarse ni sujeto ni


predicado:
¡Cuidado!
¡Fuego!
¡Socorro!
¡Silencio!
ŒŒEstructuras más complejas con más de un verbo en forma perso-
nal o como suma de proposiciones:
Pensamos que te gustaban los dulces.
ŒŒCombinación de los esquemas anteriores:
Construcciones yuxtapuestas:

Día de verano... truena furiosamente, los pastores regresan
temprano.
Proposiciones coordinadas:

Ellos empezaron a estudiar cuando llegó el invierno y ter-
minaron hacia la primavera.
Resulta necesario delimitar el concepto de oración del de propo-
sición en cuanto este último es objeto de discusión entre los estu-
diosos de la sintaxis, cada uno desde su punto de vista particular
y desde la orientación teórica en que se inscribe. Entre quienes se
pronuncian en contra del concepto de proposición se ubica Juan M.
Lope Blanch quien señala que la antinomia oración/proposición es
desarrollada por Bello (1973) y aprovechada por Amado Alonso y
Henríquez Ureña (1938-1939).
El concepto de proposición, definida por Bello como el sintagma
formado por sujeto + predicado, sustituye al de oración en los casos
en que tales estructuras son complementos o integran una unidad
mayor como en el caso de la coordinación. En este sentido, Andrés
Bello distingue oración de proposición de este modo: «Se llama ora-
ción a toda proposición o conjunto de proposiciones que forman
sentido completo…» y clasifica la proposición en:
ŒŒRegular: la que tiene sujeto y atributo expresos o que pueden fá-
cilmente suplirse.
ŒŒIrregular o anómala: la que carece de sujeto pero nunca de atri-
buto:
Llueve.
Se considera aceptable el concepto de proposición por las siguien-

76
Fernández Lávaque, Salas y Campos

tes razones:
ŒŒLa gramática buscó describir la oración en sus dos realizaciones
esenciales: bimembre/unimembre basándose en sus notas semán-
ticas (unidad de sentido) y sintáctico-formales (autonomía sintác-
tica y unidad de entonación o figura tonal). La consideración sin-
táctico-formal se vincula con la tradición bloomfieldiana de:
Forma lingüística en posición absoluta.

Forma lingüística incluida, que se corresponde con la propues-

ta de Alonso y Henríquez Ureña de independencia/dependencia
sintáctica.
ŒŒRevisando la Gramática de la lengua castellana de Bello (1847) se
concluye que los conceptos de oración y proposición no aparecen
nunca como nociones polarizadas. El aporte de su teoría consiste
en deslindar los criterios para la descripción del primer nivel del
análisis gramatical, es decir el primer nivel que se reconoce en la
oración. Al expresar que «el sujeto y el atributo unidos forman la
proposición» y que la oración se define por su «unidad de senti-
do», Bello pretende distinguir, no oponer.
Según Bello la proposición es el patrón para el estudio de la ora-
ción en sus distintas realizaciones y se caracteriza por la presen-
cia de (sujeto) + predicado; este último es el formante obligatorio
de las proposiciones regulares y de las irregulares o anómalas. Por
ello, para este gramático la oración debe contener, por lo menos,
una proposición en cualquiera de sus dos tipos:
La oración es (sujeto) + predicado + sentido completo

La proposición es (sujeto) + predicado

De modo que Bello requiere en la proposición, por sobre todo, el
predicado y define a la oración como «proposición o conjunto de
proposiciones».
Además, Bello concuerda con las modernas propuestas sobre el
valor semántico de la oración pero prescinde del plano del conte-
nido para describir la proposición, pues, según se indicó, la propo-
sición es solamente una unidad sintagmática de (sujeto) + predica-
do o solamente de predicado. En consecuencia, las proposiciones
que no están constituidas por estos dos formantes se consideran
elípticas y deben reconstruirse, aunque quedan fuera del campo
de las proposiciones aquellas construcciones en las que resulta

77
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

arriesgado el intento de catalización del predicado o del sujeto:


¡Fuego!
¡Socorro!
Falta en la teoría de Bello respecto de la proposición el otro térmi-
no que permite delimitarla, pues el de oración no es el que se le
opone. Esta omisión y el que se haya interpretado erróneamente
su teoría dan quizás razón de la anarquía en el tratamiento del
tema. Bello describe la proposición como estructura sintáctica y
prescinde del nivel fónico y semántico.
ŒŒDesde el punto de vista fónico, la carencia de figura tonal propia
de la proposición es señalada por la mayoría de los gramáticos.
ŒŒDesde la perspectiva semántica:
Algunos autores dicen que la proposición no tiene unidad de

sentido o sentido completo: A. Alonso, Henríquez Ureña, Roca
Pons.
Otros consideran que, como la oración, la proposición tiene uni-

dad de sentido y por tanto manifiesta la actitud del hablante:
Kovacci, Lacau y Rosetti, Agüero-Darrigrán.
Una tercera perspectiva argumenta que toda unidad gramatical,

en cuanto signo, tiene un plano significativo aunque cada nivel
significa de distinto modo:
La palabra y la frase designan.

La proposición manifiesta una actitud.

La oración es la mínima unidad de comunicación o sea mínima

unidad de ese sentido superior que es el texto.
Según esta perspectiva, es necesario discriminar entre mínima
unidad de sentido o comunicación y manifestación de actitud.
ŒŒDesde lo sintáctico hay por lo menos tres criterios:
Autores que, siguiendo a Bello, consideran sólo el predicado

como obligatorio de la proposición regular o típica e introducen
el concepto de proposición atípica para las otras realizaciones
de esta unidad sintagmática en la oración. Otros exigen los dos
constituyentes: Alonso y Henríquez Ureña, Roca Pons, DRAE.
Aun cuando la oposición de Bloomfield entre forma libre y for-

ma ligada o incluida rebasa esta cuestión, en ciertos autores se
corresponde con la antinomia oración/proposición (Bratosevich,

78
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Lacau y Rosetti) y se combina con la oposición independencia/


dependencia sintáctica (Lacau y Rosetti, Kovacci, Loprete, Men-
ghi-Pescetto-Spinelli, Sperber y Zaffaroni, Berenguer Carisomo,
Sánchez Márquez, Roca Pons, Alcina Franch y Blecua, Marcos Ma-
rín, RAE). Para la mayoría de los autores enumerados sólo son
dependientes las proposiciones subordinadas e inordinadas y
por eso no aluden a proposiciones sino a oraciones coordinadas.
Así por ejemplo, Lacau y Rosetti dan las siguientes definiciones
de las dos unidades de análisis:
Oración es un conjunto de palabras que tiene unidad de sentido
y autonomía sintáctica.
Proposición es un conjunto de palabras que tiene unidad de sen-
tido, pero que está en dependencia sintáctica; se halla incluida
dentro de una construcción mayor.
Para Kovacci y Lacau-Rosetti la dependencia sintáctica no se iden-

tifica con la subordinación sino que está determinada por la de-
pendencia fonosintáctica de la proposición respecto a la oración.
O sea que en las oraciones coordinadas las proposiciones care-
cen de figura tonal propia y no funcionan independientemente.
Las llaman «suboraciones» y tienen el mismo valor sintáctico, a
diferencia de las incluidas o subordinadas.
Es evidente que hay diversidad de criterios y el concepto de pro-
posición perdió en las gramáticas españolas y argentinas el preciso
campo que le asignó Bello. El reconocimiento de su término negativo
completaría la tarea y permitiría describir la oración. Esa unidad,
constituida por sintagmas nominales, verboidales o adverbiales, se
denomina «aproposición»:
¡Fuego!
¡Socorro!
¡Silencio en la casa!
y la construcción elíptica, «proposición no formalizada», que puede
ser parte de un diálogo o presentar un verboide (infinitivo, partici-
pio, gerundio):
– ¿Quién es?
– Yo (soy).
La proposición no formalizada, en el segundo caso, equivale a una
proposición de sujeto + predicado:
Pienso venir hoy.= Pienso que yo vendré hoy.

79
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

porque desarrollando ese verboide en una forma personal, se forma-


liza una proposición regular de sujeto + predicado.
La estructura de la proposición, concepto cuyos pioneros fueron
Bello, Alonso y Henríquez Ureña, es punto de partida para carac-
terizar la oración considerando el número de proposiciones que la
conforman, aunque en el caso de la oración simple la proposición
coincide con ella. Se trata del primer criterio de clasificación estruc-
tural de la oración, que se desarrolla más adelante.
Además, resulta pertinente el concepto de proposición porque,
por una parte, permite caracterizar las construcciones que no se en-
cuadran en las fórmulas de proposición regular (sujeto + predicado)
e irregular (sólo predicado) previstas por Bello y, por otra, permite
delimitar, a los efectos del análisis morfosintáctico de clases funcio-
nales, todas aquellas realizaciones que Lope Blanch engloba como
anómalas y que resultan difíciles de ubicar en dicho análisis.
Juan M. Lope Blanch es ejemplo de pronunciamiento contra el con-
cepto de proposición con estos argumentos:
ŒŒImplicadas en el concepto general de cláusula (que no se define
por su estructura gramatical sino por manifestar el contenido de
conciencia) ubica cinco unidades que considera verdaderamente
gramaticales, morfosintácticas: oración, frase, prooración, período
y oración compuesta. La fundamental es la oración.
ŒŒLa oración es la unidad morfosintáctica por excelencia; su estruc-
tura se define como el sintagma bimembre cuyos miembros están
en relación predicativa, sea cual fuere la relación que establezca
con otra oración: coordinación, subordinación o yuxtaposición.
Y si la proposición, según Bello, se caracteriza por la relación suje-
to-predicado, Lope Blanch concluye que «…no ha habido más que
un simple e innecesario cambio de nombres» y en un período por
parataxis o hipotaxis, tenemos dos o más oraciones y no proposi-
ciones. De acuerdo con ello, la siguiente oración:
Quien canta su mal espanta.
usada por Lope Blanch para ejemplificar su punto de vista, cons-
tituye:

80
Fernández Lávaque, Salas y Campos

1 cláusula = oración = 1 oración gra- + elemento pre-


compuesta matical sujeto dicativo

sujeto que a su su sujeto está


vez comprende en la desinen-
sujeto + predica- cia verbal (no
do (sería una pro- sería propo-
posición) sición porque
carece de su-
jeto)

Para Bello, Alonso y Henríquez Ureña habría:


1 oración compuesta = 2 proposiciones.
ŒŒComo tercer argumento, Lope Blanch expresa que si el objeto de
la gramática es el estudio de las funciones que desempeñan las
formas lingüísticas, la gramática es una morfosintaxis, como el
estructuralismo y la glosemática pusieron en claro y, por tanto,
debe reservarse para la unidad fundamental de la morfosintaxis
(sintagma bimembre de sujeto + predicado) el nombre de oración
y no de proposición. Debe eliminarse de la nomenclatura la pro-
posición porque su estructura es igual a la de la oración. De modo
que para este autor oración es solamente la expresión predicativa
bimembre; prescinde de los criterios de independencia sintáctica y
autonomía tonal con los que generalmente se la caracteriza. Agru-
pa, entonces, bajo la denominación de «enunciados autónomos»,
un conjunto de estructuras que comprenden desde interjecciones
hasta períodos sintácticos complejos, pasando por tipos de cons-
trucciones que había enumerado entre las unidades sintácticas re-
conocidas por él a partir de «…la más sólida tradición gramatical
española», como la frase que hacia el final de su trabajo denomina
«sintagma nominal» o «frase de estructura no predicativa».
Se advierte esta contradicción en el discurso de Lope Blanch: al co-
menzar su trabajo expresa que oración, frase, prooración, período y
oración compuesta son verdaderas unidades morfosintácticas, pero
en las conclusiones dice que sólo la oración lo es, en tanto que los
autónomos no tienen forma gramatical ni función sintáctica, aunque
cumplan una función comunicativa.

81
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Comparación

Lengua Española I Lope Blanch

------------------------------- Cláusula

Oración Oración

Proposición
Sirve para caracterizar las distintas
concreciones gramaticales de la oración

Regular Irregular (Bello)


Perfecta Imperfecta Oración unimembre
Oración bimembre
(S + P) (P) Impersonal
Yo leo. Hace frío.

Aproposición Frase

Sintagmas nominales, adverbiales, Expresión de un solo elemento nuclear, normalmente


verboidales ni en función sujeto ni un sustantivo que puede ir acompañado por diversos
en función predicado complementos gramaticales

Proposición
Prooración
verboidal

Con núcleo verboide: Elipsis: estructura no oracional que evoca una oración
Decidí comprar joyas. antes anunciada

Oración compuesta Período Parataxis

Por coordinación [yuxtaposición]


Por una sola relación sintáctica
y subordinación

Período complejo Hipotaxis

Combina tipos de oraciones

Coordinación + Subordinación
coordinación

--------------------------------- Oración compuesta

Una oración + estructura predicativa


Quien canta, su mal espanta.
Quien ríe primero, ríe mejor.

82
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Distintas caracterizaciones de la oración

Desde el punto de vista formal, que es el que compete al gra-


mático … Todos los elementos, palabras, frases u oraciones en-
teras, que se relacionen de modo inmediato o mediato con un
verbo en forma personal, forman con él una oración (Gili y Gaya,
1964: 23).
Se llama oración toda proposición o conjunto de proposicio-
nes que forma sentido completo… (Bello y Cuervo, 1973: 129).
Oración es una unidad de comunicación constituida por un
conjunto de palabras. Pero es una unidad de comunicación míni-
ma, es la forma más pequeña de mensaje ... En primer lugar, des-
de el punto de vista de la fonología, cada oración está delimitada
por una pausa que la precede y una pausa que la sigue, y, en con-
secuencia, va enunciada con una entonación independiente con
respecto a lo que se dice antes y después de ella (Seco, 1980: 71).
Para Amado Alonso y Henríquez Ureña lo fundamental para
definir la oración es la actitud ante la significación. Se trata de
un concepto semántico que se apoya en la filosofía fenomenoló-
gica y que lleva a la definición siguiente: «La menor unidad del
habla que tiene sentido en sí misma se llama oración». Al lado
de esta definición semántica, fundamental para comprender el
valor humano del lenguaje como transmisor de comunicación,
y que concibe la oración como un hecho de habla, hay que tener
en cuenta a la oración como unidad de lengua: existe una estruc-
tura funcional que permite construir oraciones. Cada oración
se compone de sujeto y predicado. Sustantivo y verbo son los
elementos centrales de toda oración. Sustantivo y verbo como
sujeto y predicado están ligados por una relación de concordan-
cia. En torno a ellos se agrupan los restantes complementos...
Llamaremos oración sólo a las oraciones independientes. A las
dependientes las llamaremos proposiciones, suboraciones o ele-
mentos de oraciones complejas, y también, en su caso, cláusulas
(Marcos Marín, 1980: 334-335).
Al indagar las unidades sintácticas que el hablante establece
en su elocución, hallamos como unidad intencional de primer
plano la oración, que ya puede ser definida del modo siguiente:
la oración es la unidad más pequeña de sentido completo en sí
misma en que se divide el habla real. Las oraciones se van su-
cediendo en el discurso; pero cada una de ellas es autosuficien-
te para decir que enunciamos, preguntamos, deseamos o man-
damos algo. La unidad de intención con que se produce cada
oración tiene además signos exteriores que la aseguran para el
hablante y el oyente. Tales son: las inflexiones de la entonación;
la trabazón que la concordancia indica entre las palabras que la
componen; el enlace que señalan las partículas; el orden fijo o
libre con que se suceden las palabras y las frases. Fuera de los
límites de cada oración no funcionan ya estos recursos expresi-
vos de su unidad interna: la curva melódica es otra; desaparece
la concordancia (salvo en referencias anafóricas), y no actúan ya

83
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

ni el régimen de las preposiciones ni el enlace conjuntivo, excep-


to en algunas conjunciones continuativas. Estos factores indican
en todos los casos los límites de una oración. Al definirla como
la menor unidad sintáctica del habla no debe pensarse en su ex-
tensión: hay oraciones cortas que contienen una sola palabra y
otras, largas, que comprenden muchas palabras y frases. Lo que
importa es que cada una de ellas tenga sentido completo en sí
misma y exprese una enunciación, una pregunta, un deseo o un
mandato (Real Academia Española, 1985: 350).
La secuencia de palabras (sintácticas) solidaria con una figu-
ra tonal forma una construcción sintáctica oracional ... la cons-
trucción oracional es sintácticamente autónoma. Cualquier otra
construcción es sintácticamente incluida (no autónoma) (Kovac-
ci, 1986: 15).
...podemos definir la oración como la unidad lingüística for-
mada por dos componentes solidarios: a) componente sintácti-
co: una palabra o sintagma; y b) componente suprasintáctico:
la figura tonal. La figura tonal permite establecer unidades de
sentido con autonomía sintáctica. Expliquémonos: permite frag-
mentar la cadena del habla de modo tal que cada unidad –la ora-
ción– manifieste el sentido que le presta determinada actitud del
hablante, llamada también modalidad (aseverativa: Pasaremos
delante de la capilla; Nieva; exhortativa: Venga por aquí; inte-
rrogativa: ¿La mamá de la señora Gay?; etc.).Como resultado de
los límites que la figura tonal le impone, el componente sintác-
tico (palabra o sintagma) es autónomo: no está incluido en una
unidad sintáctica mayor. En el siguiente ejemplo encerramos las
oraciones entre corchetes:
[La tarea poética consiste en configurar y expresar unitaria-
mente la intuición y el sentimiento.] [...] [Las intuiciones son sen-
timientos objetivados.] [Un triunfo de la estructura.] [Forma inte-
rior.] [Creación.] (Amado Alonso Poesía y estilo de Pablo Neruda,
37).
Si se considera el texto a partir de Las intuiciones... se observa
que la particular intención comunicativa del autor ha conforma-
do cuatro oraciones destacando con la modalidad aseverativa y
la autonomía sintáctica cuatro fragmentos del discurso. Con esta
partición los tres últimos fragmentos han adquirido un relieve
expresivo máximo que se atenuaría al mínimo si formasen parte
de una sola unidad expresiva. Comparemos:
[Las intuiciones son sentimientos objetivados, un triunfo de la
estructura, forma interior, creación.] (Kovacci, 1990-1992: 41-42).
La secuencia de signos proferida por un hablante (manifes-
tada por una combinación de fonemas sucesivos) queda delimi-
tada entre el silencio previo a la elocución y el que sigue a su
cese, y va acompañada por un determinado contorno melódico o
curva de entonación. El signo (o el conjunto de signos) que emi-
te el hablante, y ha de captar el oyente, consiste en un mensaje
con sentido cabal y concreto dentro de la situación en que se
produce. Se llama enunciado a esta unidad mínima de comuni-

84
Fernández Lávaque, Salas y Campos

cación... Entre los enunciados existe un tipo especial conocido


con el término de oración. Uno de sus componentes, la palabra
que se llama verbo (o sintagma verbal ), contiene dos unidades
significativas entre las cuales se establece la relación predicativa:
el sujeto y el predicado, que se entienden tradicionalmente como
“aquello de que se dice algo” el primero, y el segundo “lo que se
dice del sujeto”. El núcleo de la oración es ... el verbo pues en él
se cumple la relación predicativa. Los demás componentes que
en la oración pueden aparecer en torno al núcleo son términos
adyacentes cuya presencia no es indispensable para que exista
oración. Los enunciados que carezcan de una forma verbal per-
sonal que funcione como núcleo no son oraciones y ofrecen una
estructura interna diferente: con la denominación de frases se
estudiarán más adelante (Alarcos Llorach, 1994: 255-257).
Se considera que una oración es una unidad sintácticamen-
te autónoma. Pero esa autonomía tiene dependencia semántica
y pragmáticamente de una unidad mayor: el texto (Menéndez,
1993: 46).
... oración ... es una unidad lingüística con estructura propia (+
Núcleo + Márgenes), unidad gramatical y textual o de enunciado,
componente regularmente de parágrafos, que tiene autonomía
y autosuficiencia semántica, independencia gramatical y unidad
fónica.
La oración consta de una base segmental y unos supraseg-
mentos, simbióticos, que cooperan en la expresión del conteni-
do. Es una cadena lingüística entre dos pausas, con una melodía
propia, organizada en unidades tonales significativas.
Posee autosuficiencia semántica en cuanto que ella sola, sin
apoyarse en ninguna otra unidad, es capaz de transmitir un men-
saje comprensible. Esto no impide que generalmente forme par-
te de unidades de contenido textuales, más complejas...
Desde el punto de vista gramatical, la oración es independien-
te; es decir, tiene una estructura que no necesita apoyarse en
ninguna otra para ser plena y gramatical. Compárese la oración
Cuando tú llegaste yo estaba de viaje, con la cláusula Cuando tú
llegaste.
Esto no obsta para que las oraciones en un texto guarden en-
tre sí relaciones sintácticas y semánticas y para que alguno de
sus elementos pueda referirse por anáfora o catáfora a los de
otra oración precedente o siguiente (Hernández Alonso, 1995:
68).
Ángela Di Tullio, a propósito de las definiciones y caracterizaciones
de la oración, expresa:
Lo que todas las definiciones ... tienen en común es conside-
rar a la oración como una unidad de comunicación, o sea, como la
unidad en la que puede dividirse un texto. Como tal, se define en
términos extragramaticales: semánticos, pragmáticos y fonológi-
cos. En este sentido la oración es una unidad que corresponde al
análisis del discurso, más que a la gramática propiamente dicha
... Si la oración es concebida, en cambio, como unidad estric-

85
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

tamente gramatical, lo que se requiere es que se la caracterice


como unidad de construcción, para lo cual corresponde definir-
la a partir de su estructura interna. En este segundo sentido,
tendremos que identificar los constituyentes que la integran. Se
trata de una construcción predicativa: consta de un sujeto y de
un predicado. En su caso típico, el núcleo del predicado es un
verbo conjugado, es decir que presenta la flexión de persona y
número, en concordancia con el sujeto, y de tiempo y modo. Para
diferenciar ambos sentidos, aplicaremos a este última entidad la
denominación de cláusula (Di Tullio, 1997: 73).
Es la categoría en la que se integran las cláusulas para cons-
tituir una unidad que, además de contenerlas, las supera. Las
semejanzas y diferencias existentes entre cláusulas y oraciones
son, aproximadamente, las que existen entre palabras y frases.
Las palabras se combinan entre sí para constituir frases. Cada
palabra constitutiva de una frase desempeña con respecto a ésta
una determinada función. Cada cláusula constitutiva de una ora-
ción realiza también una cierta función con respecto a ella (Rojo,
1978: 53).
¿Es necesario el concepto «oración»? La respuesta incluye
estos aspectos:
No existe un único concepto “oración”, sino muchos.
El término “oración” coexiste frecuentemente con otras de-
signaciones (“frase”, “sentencia”, “enunciado”, “cláusula”, “pro-
posición”, “inciso”, etc.) que en unos casos se contemplan como
sinónimos suyos y en otros, no.
No siempre se han aplicado los mismos criterios en su carac-
terización. Estos pueden ser: semánticos, lógicos, psicológicos,
formales, funcionales, etc.
Las diferentes definiciones de oración no siempre abarcan
usos designativos idénticos. Para algunos autores secuencias
como Gran actuación circense o ¡El trapero! Son oraciones autén-
ticas, mientras que otros les niegan esta propiedad.
Nuestro razonamiento parte de ciertos principios...:
La oración es una unidad lingüística. Por lo tanto su caracteri-
zación ha de ser inmanente.
La oración es una unidad sintáctica (Gutiérrez Ordóñez, 1997:
41).
Las oraciones son unidades mínimas de predicación, es decir,
segmentos que ponen en relación un sujeto con un predicado
[…] Este puede ser verbal, como en Los pájaros volaban bajo, o
no serlo, como en ¡Muy interesante el partido de ayer! […] (RAE,
2010: 17).

Equivalencias con el metalenguaje usado en Lengua Española I:

Nexus = Cláusula = Proposición.


Frase = Aproposición (ausencia de relación predicativa)

86
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Los límites entre oración y proposición pueden ser:


ŒŒFormales: la carencia de figura tonal que caracteriza a la proposi-
ción es señalada por la mayoría de los gramáticos.
ŒŒSemánticos: hay divergencias entre los autores respecto a si la
proposición tiene o no unidad de significado.
ŒŒSintácticos:
Algunos autores como Amado Alonso y Roca Pons, y el Diccio-

nario de la RAE exigen en la proposición la presencia de los dos
constituyentes: S + P. Otros, como Andrés Bello, sólo exigen el
predicado e incluso en este caso la consideran regular o típica.
Respecto a la dependencia/independencia, para algunos gramá-

ticos sólo son dependientes las subordinadas; consideran ora-
ciones a las coordinadas. Esta es la perspectiva de Alonso y Ure-
ña, Roca Pons, Marcos Marín y Alsina Franch y Blecua.
En cuanto a la dependencia sintáctica y de figura tonal o sea for-

mal-sintáctica, para Kovacci y Lacau-Rosetti la dependencia resi-
de en la falta de figura tonal propia de la proposición respecto a
la oración. Según estas autoras, las suboraciones (proposiciones
coordinadas) no la tienen, como tampoco la tienen las proposi-
ciones incluidas (proposiciones subordinadas recursivas) al for-
mar parte de una unidad superior. En consecuencia, al no poder
funcionar independientemente, tampoco tienen autonomía sin-
táctica.

2.2. Relaciones sintagmáticas y paradigmáticas en la identifica-


ción de los niveles funcionales de la oración.

Las relaciones sintagmáticas y paradigmáticas operan en la cons-


titución de niveles gramaticales.
En la conciencia de los hablantes, estas formas lingüísticas apare-
cen cada una como una unidad:
La noche camina tristemente sobre mi cansancio pero nadie lo advierte.
Esta unidad es reconocida como «frase», en la cual cada elemento
constituyente guarda con los otros una relación necesaria, en este
caso la concordancia de número, pues no es posible decir: la noche
caminan. Pero la denominación genérica que los estudios gramatica-

87
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

les le dan es «oración». Algunos autores usan estas denominaciones


indistintamente y otros se circunscriben a una de ellas.
Para identificar esta unidad como oración, se aludió a dos aspec-
tos:
ŒŒElementos que la constituyen.
ŒŒRelaciones entre ellos.
Según ya se caracterizó al estructuralismo como una de las tenden-
cias de los estudios lingüísticos y por ende gramaticales, es conocido
que esta perspectiva considera que en la lengua toda identidad se
funda en la diferencia, o sea que las relaciones son las que determi-
nan la identidad de los elementos y no hay identidad sin diferencia.
De modo que, para saber cuáles son los elementos de la unidad
oracional propuesta, se necesita ante todo, poner de manifiesto las
relaciones presentes en ella. Se observa que hay elementos lingüís-
ticos que están unos detrás de otros, en la línea de sucesividad. El
procedimiento combinatorio que reunió por ejemplo a la + noche +
camina + tristemente…, está sostenido por la característica de linea-
lidad de la lengua.
Es preciso recordar cómo definía Saussure la linealidad: «El signi-
ficante, por ser de naturaleza auditiva, se desenvuelve en el tiempo
únicamente y tiene los caracteres que toma del tiempo: a) representa
una extensión y b) esa extensión es mensurable en una sola dimen-
sión; es una línea» (1982: 133).
El signo es lineal: se desenvuelve en el tiempo a causa de su na-
turaleza acústica, por lo tanto esta característica surge de la propia
naturaleza del signo que es auditiva; los signos son sucesivos, se
desarrollan en el eje horizontal.
Otro factor relevante de las relaciones contraídas por lo elementos
en función de la linealidad, es el hecho de que se trata de relaciones
entre elementos todos presentes.
A este tipo de relaciones que contraen los signos lingüísticos, se
las denomina precisamente relaciones sintagmáticas y sus caracte-
rísticas son las siguientes:

88
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Se dan en el plano del habla.


Surgen del carácter lineal del signo y por lo tanto suceden en el eje ho-
rizontal.
Se producen en presencia de los otros signos en el acto de habla.
predicativa
(el predicado respecto del sujeto)
El poeta piensa…
El coche corre…
De determina-
ción
Relaciones (en un sintagma indirecta o anexada
sintagmá- siempre hay (a través de un conector)
ticas o de elementos deter- …piensa … en su suerte…
contraste minados y deter- …corre … hacia su destino…
Son relaciones
de dos tipos minantes)
directa
…su destino…
…su suerte…

De coordinación El poeta piensa … y alguien lo


(entre unidades observa.
del mismo valor El coche corre … y alguien lo de-
sintáctico) tiene.

En síntesis, al construir un enunciado cualquiera se combina una


serie de unidades significativas. Todo enunciado es, pues, fruto de
una doble actividad de selección y combinación.
Ahora bien: ¿de dónde se extraen estas unidades que se seleccio-
nan y combinan? Se las extrae, por selección, de la memoria, donde
están junto a otras unidades con las que mantienen alguna relación.
Según el tipo de relación establecida constituirán un determinado
paradigma. Cada unidad significativa forma parte de varios paradig-
mas, pues cada signo puede relacionarse con otros por su significa-
do, su significante y su referente; también puede relacionarse por su
capacidad para desempeñar o no una función en el enunciado:

Por el signi- Por el signi- Por el refe- Varios para-


Por la función
ficado ficante rente digmas
educación rubí comida su destino alelí
enseñanza alelí alimento mi cansancio rosa
docencia maravedí sustento (complemento circunstancial) clavel
coche el poeta
noche la joven
(sujeto)

89
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Las relaciones que establecen entre sí los miembros de un para-


digma se llaman relaciones paradigmáticas y sus características son
las siguientes:

Se dan en el código, en la lengua, fuera del discurso.


Se grafican a lo largo de un eje vertical.
Se producen en ausencia de otras formas evocadas que
están asociadas a ellas pero ausentes.
fonética

Relaciones Por semejanza morfológica


paradigmáti-
cas o asocia-
tivas significativa
Son relaciones que confi-
guran microestructuras
fonética

Por diferencia morfológica

significativa

Los signos no están solos, aislados, pues la lengua no es un catá-


logo de unidades, sino que están dispuestos en estructuras y un mis-
mo signo forma parte de varias microestructuras paradigmáticas:

entre los vehículos automotores


coche
entre los medios de transporte en ge-
neral

Según las circunstancias, se elige una forma y se desechan otras.


Selección y sustitución son fases de una misma tarea. Una vez selec-
cionadas las unidades de dos o más paradigmas se combinan en el
sintagma.
Este ejemplo, aunque no corresponde al ámbito de la lengua es
muy esclarecedor: en un reloj hay tres paradigmas, el de las horas,
el de los minutos y el de los segundos. Seleccionando una unidad de
cada paradigma y combinando las tres se obtiene el sintagma que
significa un momento determinado: 6 horas, 30 minutos, 40 segun-
dos.

90
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Operaciones de análisis
S S
E U
G S
M T ŒŒ plano de la lengua
ŒŒ plano del habla
E I ŒŒ asociación
Relaciones ŒŒ linealidad ŒŒ eje vertical Relaciones
ŒŒ eje horizontal N T
sintagmá- ŒŒ en ausencia paradig-
ŒŒ en presencia T U
ticas ŒŒ microestructuras máticas
ŒŒ determinación A C ŒŒ por semejanza u
ŒŒ coordinación C I oposición
I Ó
Ó N
N

Hasta aquí sólo se atendió a las relaciones que contraen los ele-
mentos de la oración como unidad en el plano de la lengua. Tales
relaciones llevan a definir sus productos:
ŒŒParadigma: microestructura de elementos asociados en la mente
por similitud u oposición.
ŒŒSintagma: organización sucesiva de elementos que se apoya en el
carácter lineal de la lengua.
Entre todas las unidades que integran un paradigma se establece
una relación de oposición y, a su vez, cada una del paradigma se rela-
ciona con las otras del sintagma y ésta es una relación de contraste.
Si son esas las relaciones que identifican las unidades de la ora-
ción gramatical, será necesario poner a ambas en actividad para ob-
servar qué tipo de unidades delimitan. En este punto es necesario un
paréntesis para destacar dos aspectos importantes:
ŒŒLa gramática como ciencia estudia la forma del significado, es de-
cir el modo como adquiere forma lingüística una experiencia, una
determinada clasificación del mundo. Esa clasificación se eviden-
cia en las unidades de la primera articulación, unidades fónicas
con sentido, con función semántica, morfemas.
ŒŒDesde el punto de vista estructural, un sistema lingüístico (como
otros sistemas) se organiza jerárquicamente y la distinción de ni-
veles es el reconocimiento de esa jerarquización.
De modo que el análisis tendrá que mostrar no sólo las diferentes
unidades que integran la oración, sino también los niveles jerárqui-
cos en que ellas se organizan.
El análisis por niveles permite mostrar la estructura del sistema,
«la arquitectura del todo» dice Benveniste. La consideración de que

91
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

el lenguaje es un sistema articulado en niveles, se basa en que es,


precisamente, un sistema de dos articulaciones y esto explica la ra-
cionalidad de su análisis en niveles jerarquizados. El concepto de
doble articulación propuesto por Martinet (1978) procura definir la
especificidad de las lenguas naturales frente a los otros medios de
comunicación: la primera articulación corresponde al nivel de los sig-
nos-morfemas y la segunda, al nivel de los fonemas que constituyen
los formantes de los morfemas. Estos son los signos mínimos por-
tadores de significación. André Martinet propuso el término «mone-
ma» para el signo lingüístico mínimo, denominado «morfema» en el
sentido norteamericano.
Los fonemas son las unidades mínimas, no segmentables a nivel
del sintagma, mientras en el plano de la expresión se analiza en uni-
dades más pequeñas, llamadas «rasgos fonológicos»: /b/ = bilabial,
sonoro.
Dos son los procedimientos que propone el estructuralismo para
su reconocimiento; ambos se vinculan con los dos tipos de relacio-
nes descriptas.
Respecto de la jerarquización de los niveles gramaticales,
a) La segmentación de las unidades menores que
la combinatoria sintagmática ha reunido en la
Ambos procedimien- oración, o sea en base a la linealidad (relaciones
tos se complemen- en presencia).
tan y se sostienen
mutuamente en la b) La sustitución de dichas unidades por otras
determinación de los asociadas a ellas, es decir por otras que hubie-
niveles gramaticales ran podido estar en su lugar, por configurar con
ellas un paradigma, o sea relaciones en ausen-
cia.
Así, al segmentar una de las oraciones se puede observar cómo se
sustituyen dos sintagmas por unidades menores:
El coche corre rápidamente hacia su destino.
reflexiona apresuradamente en su destino
Aquel vuela siempre allí
medita depresivamente en aquello
Él guía sin prisa hacia el lugar
Alguien pelea con alegría por eso
con tristeza

Además, es posible sustituir las unidades segmentadas.


92
Fernández Lávaque, Salas y Campos

La oración pudo segmentarse porque tiene unidades menores ar-


ticuladas; esa segmentación no es arbitraria sino según las posibili-
dades de sus unidades de ser sustituibles por otras del mismo valor,
de aparecer en otros contextos y según tengan sentido.
Es necesario insistir en los dos procedimientos básicos: la segmen-
tación y la sustitución o conmutación, que se basan en las dos clases
de relaciones que contraen las unidades de un sistema lingüístico: la
segmentación, en las relaciones sintagmáticas y la sustitución, en las
paradigmáticas.
El siguiente gráfico es una representación de los niveles gramati-
cales en que se articula un texto:
Unidad Cualidad Nivel
(rasgo cualitativo)

Fonema ............................. Distinción .... Fonológico


/b/ rasgos fónicos: se distingue /b/
bilabial, sonoro de /p/
+
Monema ............................. Función .... Monémico
La suma de monemas
perr – o – s
constituye
porta una noción
porta noción porta noción de
acerca de la rea-
de género número
lidad
Esque-
ma de Niveles
José tienen una fun- gramati-
Pedro ción determinada cales
Rona distintiva
funcional +
significativa
Palabra .................................. Significado ........... Léxico
que combinada una distinta combinación
da distinto significado:
Juan dio pan a Pedro.
Pedro dio pan a Juan.
+
Oración .................................. Enunciado ........... Sintáctico
(se considera la
relación
sujeto-predicado)

Los monemas, unidades de la primera articulación, son suscepti-

93
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

bles de combinarse para constituir unidades de rango superior. Cada


uno de esos rangos constituye un nivel diferente, en la medida en
que haya entre las unidades constituyentes no sólo una diferencia-
ción cuantitativa (la que surge de la combinación) sino también cua-
litativa: cada nivel pone de relieve algo más y algo distinto de lo que
había en el nivel inferior. Pero no debe olvidarse que la gramática
sólo se ocupa de la forma del significado y por lo tanto quedarían
fuera las unidades del nivel fonológico.

La funcionalidad e interdependencia de las relaciones sintagmáti-


cas y paradigmáticas en la determinación de los niveles gramati-
cales

La segmentación permite dividir la oración en unidades menores


y llegar hasta las últimas unidades significativas a partir del aspecto
formal de la lengua pues se delimitan unidades funcionalmente sus-
tituibles por otras.
Es decir que el sintagma es entendido como sumatoria de unida-
des del nivel anterior, y la operación de segmentación avanza preci-
samente sobre el supuesto de la existencia de relaciones de contras-
te que delimitan las unidades.
Todas las sustituciones de un nivel constituyen un paradigma. Si
se sustituye la primera parte de la oración presentada anteriormen-
te, se obtienen combinaciones diferentes. La sustitución asegura que
las funciones sustituidas permanecen:

…pero nadie lo advierte


y quiere
aunque alguien comprende
consuela
ve

Si se realiza el análisis morfosintáctico por niveles, se irá segmen-


tando en clases funcionales y con ello proyectando sobre la oración
propuesta las relaciones paradigmáticas:

94
Fernández Lávaque, Salas y Campos

La noche camina rápidamente sobre mi cansancio pero nadie lo advierte.


Stg.O.C. por Coord.
Stg.P.P. Nexo Stg.P.P.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb. Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
Dte. N. N. Dte.Stg.Adv. Dte.Prep. Comp.Circ.Lu- Dte. N.
Comp.Circ. gar (figurado) O.D.
Modo
L MG L U S Rte. Stg.Nom.
Dte. N

L = Lexema
MG = Morfema gramatical
U = Vocal de unión
S = Sufijo

En orden inverso al del cuadro de niveles presentado, o sea del


nivel superior al inferior, se parte de la oración y, en un primer nivel
de análisis, se determinan sus constituyentes proposicionales (no
incluido en el cuadro por ser un concepto que Rona adopta); luego se
reconocen sus constituyentes básicos: sujeto – predicado; el próximo
nivel marca en cada una de esas funciones núcleos y modificadores.
Si se continúa este análisis sintáctico se llegará a las mínimas uni-
dades significativas, los morfemas (monemas), y se habrá realizado
análisis morfosintáctico.
El sintagma es el supuesto constante en el que se puede operar la
segmentación. La determinación de niveles gramaticales no es otra
cosa que el producto de la incidencia simultánea de ambas relacio-
nes en la constitución de la oración.
La sustitución y la segmentación son operaciones que tienen dis-
tinta extensión: la oración es segmentable pero no conmutable; el
morfema es conmutable pero no segmentable en unidades significa-
tivas.
Lo expuesto ha demostrado:
ŒŒLa interdependencia de ambas relaciones en la determinación de
niveles gramaticales.
ŒŒLa funcionalidad, en la medida en que se revisó el modo como los
dos tipos de relaciones operan simultáneamente
en la producción de oraciones.

en el análisis que el lingüista pueda realizar para poner en evi-

dencia los constituyentes de un sistema lingüístico y las relacio-
nes que los determinan, identificándolos.
Asimismo, el análisis morfosintáctico realizado muestra la fun-

95
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

cionalidad e interdependencia de las relaciones sintagmáticas y pa-


radigmáticas en la constitución de niveles gramaticales, a través de
la determinación de unidades. El modo de operar de estas relaciones
sintagmáticas y paradigmáticas es doble, pues se orienta hacia:
ŒŒla producción de oraciones.
ŒŒla comprensión de ellas (lo cual se da también en el análisis que el
lingüista realiza).
La oración es el sintagma gramatical por excelencia.
El texto no es objeto de la gramática oracional sino de la gramática
del texto.

2.3. El sintagma. Oración y proposición. Palabra y morfema. Ca-


racterización de cada nivel.

El sintagma

El estructural-funcionalismo europeo, una perspectiva teórica para


describir la norma estándar general del código lingüístico español,
adopta la noción de sintagma que remonta a la tradición saussurea-
na donde precisamente encuentra su origen.
En efecto, la técnica de análisis oracional se apoya en los crite-
rios de segmentación y sustitución que Emile Benveniste sostiene en
su conocido artículo “Los niveles del análisis lingüístico”(1971). Así,
cuando se segmentan por niveles los componentes sintácticos ora-
cionales para asignarles la función que surge de las relaciones entre
sus elementos, no se hace otra cosa que delimitar sintagmas.
El término «sintagma» tiene una relación evidente con la dimen-
sión combinatoria del lenguaje y por lo tanto, con el principio de
linealidad de la lengua. El sintagma no es una sola unidad significa-
tiva sino dos o más analizables; incluso la palabra es un sintagma
que tiene dos unidades significativas: el lexema que contiene el nú-
cleo conceptual y el monema (morfema) que contiene el significado
gramatical. El sintagma se constituye por conexión de unidades que
pertenecen a un mismo nivel sintáctico; es una asociación de unida-
des significativas organizadas según la cadena lineal del habla y en
torno a un núcleo que es necesario para la existencia de la unidad
sintagmática.
En un análisis de las unidades lingüísticas que conforman una ora-

96
Fernández Lávaque, Salas y Campos

ción, se aíslan tan sólo constituyentes formales. ¿Qué es necesario


para que en estos constituyentes formales se reconozcan unidades
de un nivel definido? Al comprobar si esos constituyentes se inte-
gran en el nivel superior se obtienen sintagmas, unidades dotadas
de función.
De modo que en las unidades sintagmáticas de los distintos nive-
les se encuentra el principio racional de la relación forma-significado
que los gobierna:
ŒŒLa forma de un sintagma se define como su capacidad de disociar-
se en elementos de nivel inferior.
ŒŒEl significado (en este caso: función) de un sintagma se define
como su capacidad de integrar una unidad de nivel superior.
Pero, en busca de una caracterización precisa de esta unidad lin-
güística es necesario señalar que existen dos perspectivas acerca del
sintagma:
ŒŒLas que lo conciben como la asociación de varios elementos lin-
güísticos:
un / balde / de / agua
le/ía/mos
ŒŒLas que lo definen como una magnitud sintáctica mínima:
Cada noche/ veía /a su vecino/ en su casa.
La primera postura, que no se considera excluyente respecto de la
segunda, parte del mismo Saussure y es seguida por sus discípulos
de la Escuela de Ginebra. El maestro expresa lo siguiente cuando ca-
racteriza el sintagma:
...las palabras contraen entre sí, en virtud de su encadena-
miento, relaciones fundadas en el carácter lineal de la lengua,
que excluye la posibilidad de pronunciar dos elementos a la vez.
Los elementos se alinean uno tras otro en la cadena del habla.
Estas combinaciones que se apoyan en la extensión se pueden
llamar sintagmas. El sintagma se compone siempre, pues, de dos
o más unidades consecutivas (1982: 207).
La noción de sintagma como asociación de varios elementos gra-
maticales, formado por unidades significativas menores fue dada
por Saussure quien definió la oración como el sintagma gramatical
por excelencia.
El segundo punto de vista es el que sostiene Alarcos Llorach, re-
presentante del funcionalismo español, quien concibe el sintagma
no como el mero resultado de la combinación de elementos, sino
97
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

como «función sintáctica simple, elemental». De modo que, para la


Escuela de Oviedo, el sintagma se define como «unidad de función
sintáctica», elemento mínimo capaz de representar uno de los roles
de la arquitectura formal combinatoria de la secuencia.
Aunque Alarcos Llorach (1984) no admite caracterizar el sintagma
como mera combinación de elementos, sí le otorga un papel central
en la dimensión combinatoria de la lengua: es la «unidad de la com-
binatoria sintagmática, por tanto unidad de función sintáctica».
Todo sintagma ha de estar adscrito a una categoría según las fun-
ciones que esté capacitado para representar. Existen algunos sintag-
mas bivalentes, que, por ejemplo, pueden funcionar como sustan-
tivos y como adjetivos según la relación que contraigan con otros
elementos de la oración. En las siguientes oraciones, el pronombre
demostrativo este de la primera funciona como sujeto, en tanto el
adjetivo demostrativo este de la segunda, como determinante:
Este no estudia.
Este vestido no me sienta bien.
Este hecho no refuta la corrección del procedimiento para la deter-
minación de las clases, ya que ellas se precisan en la oración porque
en esta unidad cada segmento se relaciona con los otros de donde
deriva su función. No habría ningún inconveniente en que una mis-
ma persona fuera, según las circunstancias o el contexto, zapatero,
dentista o cocinero.
Las dos perspectivas antes expuestas no son excluyentes, sino que
más bien una es completada por otra, ya que la primera toma en
cuenta la forma (asociación de elementos lingüísticos), mientras la
segunda se apoya en la función (magnitud sintáctica) para caracteri-
zar el sintagma. En suma, el sintagma se da por conexión de unida-
des que pertenecen al mismo nivel y que integran una misma fun-
ción. Similar perspectiva es la de Hernández Alonso quien expresa:
En principio toda unidad de función dentro de una estructura de nexus es un
sintagma. Es claro que nace de la combinación de palabras, que es unidad eminen-
temente del decurso, sintagmática, de extensión varia, y que de las combinaciones
posibles de dos sintagmas distintos nace el nexus (SN-SV), y aun la oración. Todo
sintagma consta de una función en abstracto, dentro de una estructura superior…
(1996, 325).
Es importante, junto a las caracterizaciones positivas que dicen
qué es el sintagma, tales las dos perspectivas que se acaba de men-
98
Fernández Lávaque, Salas y Campos

cionar, precisar también qué no es. Para eso será necesario oponer-
lo a otros conceptos cercanos. Por una parte, siguiendo a Saussure,
oponerlo a paradigma y, por otra parte, diferenciarlo de monema:
ŒŒLos dos tipos de relaciones que contraen los signos lingüísticos
son:
Las sintagmáticas, en presencia, basadas en la linealidad de la

lengua y cuya operación organizativa es la combinación.
Las paradigmáticas o asociativas, en ausencia, cuyas operaciones

constitutivas son selección-sustitución.
ŒŒLa unidad de la sintaxis no es el monema sino el sintagma que se
define precisamente como el elemento esencial de la combinato-
ria.
ŒŒTanto monema como sintagma son unidades lingüísticas, pero de
distinta función:
El monema es la unidad de significación:

perr – o
El sintagma es la unidad de función sintáctica:

Mi perro guardián / come demasiado.
No todo monema puede contraer función sintáctica:
El perro come.
En esta oración el, aislado, no tiene función sintáctica.
ŒŒLos monemas, en cuanto tales, contraen relaciones intrasintagmáticas:
sueñ-o y si un monema puede contraer también funciones sintácticas, in-
tersintagmáticas: sueño y espero, se debe a que también él constituye un
sintagma.
El sintagma por excelencia, según Saussure, es la oración, que es
un macrosintagma formado por un sintagma nominal y un sintagma
verbal. En ella y de acuerdo a las funciones de cada sintagma se pue-
de proponer esta clasificación:
ŒŒEl sintagma nominal que cumple las funciones de: sujeto, objeto
directo, objeto indirecto, complemento circunstancial (este último
puede tener forma de sintagma nominal igual que los anteriores,
aunque con frecuencia acepta en su expresión un adverbio), com-
plemento agente y predicativo obligatorio.
ŒŒEl sintagma verbal cumple precisamente la función de predicado.
Según la organización de sus componentes en la oración, se puede

99
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

proponer esta clasificación de los sintagmas:


Monorrémicos

Concéntricos (uninucleares) Núcleo + determinantes

Asociativos
Endocéntricos
Sintagmas Coordinativos (plurinucleares) Reiterativos

Explicativos

Predicativos (SN-SV)
Exocéntricos
Prepositivos

Sintagmas endocéntricos son aquellas construcciones conmuta-


bles en su función por alguno de los elementos del propio sintagma;
o sea que el todo es conmutable por alguna de sus partes. El elemen-
to conmutable del conjunto suele recibir el nombre de núcleo. En
este ejemplo:
La hermosa chica estalló en carcajadas.
se puede conmutar el primer SN por chica, que pertenece a la catego-
ría nominal al igual que el sintagma completo conmutado.
Este tipo de sintagma es concéntrico cuando tiene un solo núcleo
+ determinantes:
El joven rubio.
Dentro de este subgrupo se encuentran los sintagmas nominales
y verbales.
ŒŒEl sintagma nominal suele presentar esta estructura: determinan-
tes + núcleo nominal + determinantes.
Los determinantes, que inciden sobre el núcleo, pueden ser:
Artículos: el, la…
Actualizadores Demostrativos: este, ese…
Tienen valor deíc-
Posesivos: mi, tu… tico y pueden ir
antes o después del
núcleo.
Numerales: un…
Cuantificadores
Indefinidos: varios…

En general todas las clases de adjetivos determinan al núcleo


sustantivo del sintagma nominal.
100
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Variantes determinativas son igualmente las aposiciones, como:


Los científicos, amigos de estudiar, protestaban.
También actúan como determinantes algunos adverbios respecto
de un núcleo nominal:
Una niña bien salió a gritar.
ŒŒEn el sintagma verbal o predicado se distinguen:
El propio sintagma verbal compuesto por un núcleo y un com-

plemento inherente, cuya presencia o ausencia modifica todo el
sintagma, o sea el objeto directo, que lo constituye en una es-
tructura analítica (V + OD), y otros complementos facultativos,
el objeto indirecto y los circunstanciales, llamados también «ele-
mentos marginales» porque su presencia o ausencia no afecta la
estructura del sintagma verbal.
Por otra parte, la estructura del sintagma verbal endocéntrico

puede ser monorrémica o sintética, que es el caso de las oracio-
nes impersonales alusivas a fenómenos de la naturaleza:
Llueve.
Truena.
Los sintagmas endocéntricos coordinativos son plurinucleares

en cuanto la coordinación es una forma de expansión entre ele-
mentos equifuncionales y cada uno de los núcleos puede, a su
vez, tener expansiones de carácter subordinado. De ahí nace la
complejidad que puede tener una oración. Dentro de esta coordi-
nación entran también los elementos yuxtapuestos que configu-
ran un mismo sintagma. Se distinguen tres grupos de sintagmas
coordinados:
Asociativos: integrados por elementos coordinados de igual

clase que forman un solo sintagma nominal o verbal:
Mi maestra y su mamá viajaron anoche.
Marta corría y saltaba sin descanso.
Reiterativos: sintagmas coordinativos en que un elemento apa-

rece reiterado en la misma función bajo distinta forma:
Juan, él solito, lo ha realizado.
Explicativos: sintagmas de forma yuxtapuesta, en los que el

segundo elemento tiene la misma función significativa que el
primero y aporta significación al núcleo. Son sintagmas a caba-
llo entre los coordinativos y los concéntricos o uninucleares.

101
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Algunos estudiosos ven en ellos dos núcleos, mientras otros


aceptan uno solo y un determinante. Así por ejemplo:
las aposiciones explicativas:

París, capital de Francia, resplandece.
las aposiciones prepositivas o determinantes preposicionales:

La Virgen del Cerro.
El Museo de la Ciudad.
Sintagmas exocéntricos son aquellas construcciones que pertene-
cen a distinta categoría de aquella a la que pertenecen sus ele-
mentos, es decir, que tienen diferente función y por tanto no son
conmutables por sus elementos.
En este tipo se distinguen dos clases:
El sintagma predicativo, SN-SV, que no es equifuncional ni de la

misma categoría que sus componentes. Al mismo caso corres-
ponden las proposiciones subordinadas en función de sintagma
nominal por medio de un transpositor:
Dijo que los chicos vendrían.
El sintagma prepositivo, el grupo más típico de los exocéntricos

cuya forma es: preposición + término:
Veraneamos en San Lorenzo.
En este caso el sintagma subrayado no es conmutable por ninguno
de sus miembros. El término de este tipo de sintagma puede llevar
determinantes o coordinativas, con lo cual llega a la combinación de
sintagmas.
Una expansión puede recibir otras diversas y producirse expansio-
nes en cadena. Así, un sintagma exocéntrico, como la proposición,
puede incluir sintagmas endocéntricos y dentro de éstos, a su vez,
puede darse una expansión determinante prepositiva que forma otro
exocéntrico y así sucesivamente:
Mis hijos adquirieron una camioneta de marca desconocida.
O. (exocéntrico)
Stg.Nom.Suj. (endocéntrico) Stg.Verb.P.Verb. (endocéntrico)
Dte. N. N. Dte. Stg.Nom. O.D. (endocéntrico)
Dte. N. Dte. Stg.Prep. (exocéntrico)
Rte. Stg.Nom (endocéntrico)
N. Dte.

102
Fernández Lávaque, Salas y Campos

De modo que en el análisis de los niveles que se reconocen en la


oración, se comprueba que cada uno de ellos constituye un sintag-
ma, es decir una unidad lingüística de orden sintáctico que está en
la base de cada nivel y que adquiere un significado gramatical, o sea
una función.

Palabra y morfema

Hasta fines del siglo XVIII, casi todos los lingüistas parecen coin-
cidir en el acuerdo tácito de considerar que la palabra es la unidad
lingüística más pequeña que tenga realidad en la cadena hablada y
sea a la vez portadora de significación. Si se descompone la palabra
aparecen las unidades no significativas: las sílabas, las letras. Esta
posición se basa no sólo sobre una tradición gráfica establecida a
partir del Renacimiento, sino también sobre fenómenos de pronun-
ciación: la palabra es la unidad de acentuación.
El advenimiento de la lingüística comparativa impuso una disocia-
ción de la palabra en unidades significativas más elementales.
André Martinet ha propuesto el término «monema» para designar
el signo lingüístico mínimo o «morfema» (en el sentido norteameri-
cano), esto es, la unidad mínima de la primera articulación (por opo-
sición al fonema, unidad mínima de la segunda articulación). El autor
reserva el término «morfema» para los elementos gramaticales y el
de «lexema» para la base léxica: morfemas y lexemas constituyen en
su teoría la clase de los monemas.
Para el análisis de constituyentes inmediatos, practicado en Nor-
teamérica, los morfemas son las unidades mínimas del análisis gra-
matical (unidades que componen las palabras) o sea los signos mí-
nimos (= «monemas» en la terminología de Martinet) portadores de
significación, más allá de los cuales se entra en el análisis fonológico.
Desde esta perspectiva, pueden distinguirse los morfemas léxicos
(frecuentemente llamados «lexemas») y los morfemas gramaticales
(llamados, algunas veces, «gramemas») (Greimás y Courtés, 1990:
266).
La primera articulación es el lugar de las unidades mínimas do-
tadas de forma vocal y sentido mediante las cuales los individuos
transmiten hechos comunes de experiencias, tienen forma percep-
tible (significantes) y ocurren en cierta posición más o menos fija
según el idioma (sistema) de que se trate. La segunda articulación

103
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

es el lugar de las unidades discretas dotadas sólo de forma vocal,


que carecen de sentido pero contribuyen a «definir» el sentido de las
unidades anteriores.
De los monemas léxicos, algunos poseen autonomía suficiente
para configurar el léxico, el vocabulario, es decir el subsistema de
las palabras de una lengua determinada y pertenecen a inventarios
abiertos pues, por ejemplo, la aparición de un nuevo nombre de ali-
mentos no llevaría necesariamente a una modificación del valor de
sopas.
Los monemas gramaticales (como presente de indicativo o artícu-
lo) pertenecen a inventarios cerrados en cuanto a que la aparición
de un nuevo artículo o de un nuevo tiempo verbal llevaría necesaria-
mente a modificar el valor de los artículos y de los tiempos existen-
tes.
Por lo tanto, la palabra se define por la naturaleza de los elemen-
tos que la componen:

herman-o / herman-a
Y constatar que el elemento lexical
Se puede com- perr-o / perr-a se conserva y que la oposición ge-
parar espos-o / espos-a nérica -o/-a implica una distinción
de sexo.
niñ-o / niñ-a

Asimismo, la tem-a
corresponden- tem-e El elemento tem- puede conmutar
cia entre varia- con un número elevado e indefini-
ción de forma tem-ía do de otros monemas: am-, tom-,
y de sentido se sub-, part-, salt-, com-, porque es
da en los verbos un monema lexical.
como:

Sólo puede conmutar con un nú-


mero restringido y definido de
monemas, porque es un monema
En cambio -a gramatical que está obligatoria-
mente ligado a un monema lexical.
Aunque hay monemas gramatica-
les libres: muy, ni, el, de.

El monema lexical es el monema base que expresa el significado


fundamental de la palabra. Hay palabras formadas por la base: cielo,
mar, sol, primavera, ángel, trébol. Son palabras simples.

104
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Li-
porque, mucho, ni, para, muy, un, el, mi, hasta, o, y, pero, aún
bres

En el sus- Género tío/tía, hijo/hija


tantivo Número niño/niños, hijo/hijos

Flexivos
Indican Género bello/bella
accidentes Número blanco/blancos
grama- En el adje-
tivo Positivo: bueno, malo
ticales,
Grado Comparativo: mejor, más bueno que
es decir,
Superlativo: óptimo, buenísimo
entran en
sistemas
de conju-
Modo canto/cante
gación
Tiempo canto/canté
En el verbo
Persona canto/cantas
Número canto/cantamos

Semiau-
Afijos multimillonario, multiuso, bidimen-
Mor- Prefijos tóno-
Son mor- sional, vicepresidente, minifalda
femas Preceden mos
femas que
grama- a la base,
se colocan
ticales Liga- si una pa-
antes o in- (negativo): indescriptible, innece-
dos labra está
detrás de sario, innegable
abierta a la Integra-
la base.
izquierda dos re- (intensivo): rebién, representar,
Se cons-
se la puede rehacer, reduplicar
tituyen
prefijar
así las
voluntaria-
palabras
mente. Cualita- sobrecargar, convivir, trasluz, des-
complejas:
base + tivos montar, deshacer
afijo.
Los afijos
son ele- -ería: lugar en que se tiene un co-
mentos mercio (librería, papelería, santería)
Sufijos
que se -al/-ar: lugar de plantación (maizal,
Siguen a
unen al trigal, pinar)
la base.
morfema De as- -ido: grito, ruido (mugido, ladrido,
El proce-
base para pecto aullido)
dimiento
formar pa- general- -ismo: dominio conceptual (naciona-
de derivar
labras, no mente lismo, conservadurismo)
palabras
pudiendo especia- -ista: persona ligada a un dominio
se llama
ellos solos lizados (nacionalista, anarquista)
sufijación
constituir -idad: relación de calidad (dignidad,
(expansión
una pala- debilidad)
progresiva)
bra. -ino (-uzco, -izo): afinidad (blanqueci-
no, rojizo)

105
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

En el adjetivo:
-dor: virtualidad, actividad (broncea-
dor, matizador)
-ado/-ido: resultativo (ampliado, afei-
tado)
De as-
En el sustantivo:
pecto
-ación/-ción: acción vista en su de-
sarrollo (atomización, reducción,
dignificación)
-dor/-ante/-ente: valor de agente
(grabador, vendedor, repelente)

De for-
mulación trabajaba
de pro- comía
ceso

Mor-
femas Liga- Cuantitativos: aumentativos (caso-
Afijos Sufijos
grama- dos na, hombrón), diminutivos (mesita,
ticales librito)
Cualitativos: despectivos (gentuza,
ricacho), intensificativos (altísimos)
Hay palabras con un elemento le-
xical, que han sido memorizadas
formando un todo indivisible: hor-
nillo (horno), tachuela (tacha), palillo
(palo), cazuela (cazo), abanico (aba-
Derivati-
no).
vos
Este es el mecanismo por el que se
construyen las palabras compuestas:
siete-mesino, casa-quinta, boca-calle,
noche-buena.
Algunas con una –i de transición
(manicalloso, pelirroja).
Hay elementos que enriquecen la
composición: oleoducto (conducir,
conduce aceite), cinelandia (tierra
del cine).

106
Fernández Lávaque, Salas y Campos

2.4. Jerarquía de las funciones sintácticas: predicado, sujeto,


determinantes.

Jerarquía de las funciones sintácticas

Es necesario recordar que la oración es el sintagma por excelencia,


señalamiento realizado por Saussure que consideró la oración como
unidad del habla y no de la lengua, lo que significaría dejarla fuera
de los estudios de la lingüística. Sin embargo, reconoció que es el
sintagma «por excelencia» (1982: 204). Por lo tanto, hay que revisar
las características sintagmáticas para caracterizar la oración y sus
constituyentes esenciales, el sujeto y el predicado.
Cada unidad de la cadena hablada pertenece a dos conjuntos:
ŒŒCon otras unidades de la cadena, con las cuales contrasta, consti-
tuye un conjunto sintagmático.
ŒŒCon otras unidades que se caracterizan por poder aparecer en su
lugar en el contexto en cuestión y a las cuales se opone, constituye
un conjunto paradigmático o paradigma.
Un sintagma es una combinación de unidades realizadas por el
sujeto hablante en la cadena hablada, es decir en la sucesión de uni-
dades lingüísticas que se dan en el habla. El sintagma no es una sola
unidad significativa, sino dos o más analizables. La noción de sintag-
ma formado por unidades significativas menores fue establecida por
Saussure. Se da por conexión de unidades que pertenecen al mismo
nivel, pues no se reconoce relación entre un sintagma y una palabra
si ella no es sintagma o núcleo sintáctico de él.
Las conexiones gramaticales de las unidades lingüísticas determi-
nan tres clases de sintagmas:
ŒŒAsociativos o por coordinación.
ŒŒDeterminativos.
ŒŒPredicativos.
Los sintagmas predicativos son binarios, relacionan un sujeto y un
predicado, como en la oración

El hombre es mortal.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Nom.

donde el sintagma verbal predicado aporta una noción al tema del


sujeto.
107
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

La gramática tradicional decía que el predicado predica algo del


sujeto (tema y rema respectivamente). La relación entre sujeto y pre-
dicado es de interdependencia mutua, relación de contraste: para
que haya sujeto es necesario que haya predicado. El sintagma oracio-
nal es un sintagma predicativo.
Los sintagmas determinativos también son binarios, pues estable-
cen una relación entre un núcleo y un determinante, como

La joya de oro
Stg.Nom.
Dte. N. Dte.Prep.

Un elemento es necesario para la existencia del otro pero no a


la inversa: el núcleo es necesario para la existencia de esa unidad
sintagmática, no así los modificadores porque toda la unidad tiene
el mismo valor que el núcleo. La unidad del sintagma no puede faltar
sin que el sintagma deje de ser tal. La estrecha relación entre núcleo
y determinante se marca a través de una serie de rasgos gramaticales
de estos sintagmas, por ejemplo como la concordancia. Los morfe-
mas funcionales, las preposiciones, orientan sobre la conexión de las
unidades que son término inicial y final de la relación.
Los sintagmas asociativos no son binarios, pues las unidades que
los conforman pueden analizarse sin apoyarse en la otra unidad,
como

Su alma llora pero su rostro ríe.

Estos sintagmas se conforman con unidades que pertenecen al


mismo nivel de análisis, que tienen la misma función gramatical, y
que se relacionan por conjunciones, aunque pueden presentarse sin
nexo, sólo indicados por una coma. Desde el punto de vista lingüísti-
co, ninguna unidad es imprescindible para la existencia de la otra. La
relación es de asociación porque cada una de las unidades funciona
independientemente y se relaciona con las demás en la oración, lo-
grándose la unidad a nivel del sentido.
De modo que es pertinente indicar el lugar del sintagma entre las
unidades reconocibles al hacer el análisis de niveles:

108
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Texto (No es una unidad gramatical, sino de comunica-


Habla
(enunciado) ción).

(Mínima unidad de comunicación analizable grama-


Oración
ticalmente, techo máximo del análisis gramatical).

(Toda combinación de signos lo es: unidad grama-


Sintagma tical, combinación de dos o más monemas; es base
de todas las estructuras gramaticales).

Proposición

Lengua
Sintagma nomi-
nal, verbal, ad-
verbial

Palabra

Monema (morfe-
ma)

Desde el punto de vista tonal formal, la proposición corresponde


a una figura tonal cuando coincide con la oración. Cuando las ora-
ciones son compuestas, las proposiciones son unidades menores co-
rrespondientes a figuras tonales incluidas en la figura tonal mayor.
La proposición está formada por dos constituyentes: el sintagma
nominal y el sintagma verbal. Cuando carece de estos elementos,
hablamos de aproposición y proposición no formalizada. La segmen-
tación de una proposición en un primer nivel de análisis deja como
resultado un sintagma nominal y un sintagma verbal.
El sintagma nominal puede tener como núcleo un sustantivo o un
adjetivo. El verbal tiene como núcleo un verbo. Cuando el sintagma
nominal aparece en relación directa de contraste con el verbal, cum-
ple la función de sujeto.
El sintagma nominal cuyo centro es un núcleo sustantivo puede
cumplir varias funciones en la oración, entre las que se destacan las
siguientes:

109
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

ŒŒSujeto

Platero es pequeño.
Stg.Nom.Suj.
N.

ŒŒComplemento de sujeto
Determinante preposicional

El suave andar de Platero me atraía.


Stg.Nom.Suj.

Dte. Dte. N. Det.Prep.

DPre = Determinante preposicional

Sustantivo en aposición

El amigo de Juan R. Jiménez, Platero, llenó sus horas.


Stg.Nom.Suj.
N. Apos.

ŒŒPuede desempeñar una función en el predicado

He leído Platero.
Stg.Verb.P.Verb.
N. Stg.Nom.O.D.

De modo que la función del sintagma nominal y su núcleo no es


sólo la de sujeto, sino que también desempeña otras funciones en el
sujeto y en el predicado de la proposición.
En cualquier función, el núcleo del sintagma nominal puede estar
modificado por:
ŒŒDeterminante (modificador directo), función que pueden cumplir
categorías lingüísticas como el artículo y el adjetivo.
ŒŒDeterminante preposicional (modificador indirecto), que presenta
una preposición + sustantivo.
ŒŒDeterminante aposición, que se realiza con el sustantivo.
ŒŒDeterminante construcción comparativa, que se estructura con las
conjunciones como o cual + sustantivo.
ŒŒDeterminante proposicional, que presenta normalmente una con-

110
Fernández Lávaque, Salas y Campos

junción subordinante o un pronombre relativo + proposición ([S]


+ P) equivalente a un sustantivo o un adjetivo:

El Platero que leí en mi infancia, aún me atrae.


Stg.Nom.Suj.
N. Dte.Propos.

Las palabras sustitutos, que no tienen contenido semántico, o sea


los pronombres, sobre todo los personales, interesan para recono-
cer sintagmas nominales con núcleo sustantivo. Esos pronombres
retienen del latín la categoría del caso, que el sustantivo perdió en la
lengua española.
Sujeto Platero es pequeño. = Él es pequeño.
Objeto directo He leído Platero. = Lo he leído.
Objeto indirecto (determinante prepo- Regalaré el libro a mi = Le regalaré el libro.
sicional) amigo.
Circunstancial (término de preposición) Vino con Mario. = Vino con él.

El sintagma nominal integrado por diferentes o más de un núcleo


o sea un sintagma por coordinación, vincula sus unidades a través de
los procedimientos básicos de la coordinación.
En la oración analizada a continuación, si se sacan los determi-
nantes no se pierde el sentido, porque el núcleo se relaciona con sus
determinantes por la concordancia en género y número, es decir por
acuerdo gramatical entre clases de palabras.

Yayá, la muchacha del bar, lo esperaba.


Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
N. Dte. Stg.Nom. Apos. Dte. O.D. N.

Como a veces el determinante es un sustantivo término de prepo-


sición, en esta oración la preposición señala la relación entre rumor
y caminos, rige un sintagma nominal en el caso de los caminos…

El rumor pedregoso de los caminos oscuros estaba lejos.


Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
Dte. N. Dte. Stg.Nom. Dte.Prep.
Rte. Stg.Nom.

También el núcleo puede unirse a sus determinantes por nexos de


subordinación:

111
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

conocida
La ciudad que conocí ya no existe.

El subordinante que marca que la proposición sustituye a un adje-


tivo morfológico; además este nexo tiene otra marca de la conexión:
sustituye a la ciudad.
En síntesis: la conexión de concordancia entre las unidades del
sintagma nominal se da a través de dos relaciones gramaticales bási-
cas: la coordinación y la determinación.
Relaciones Realizaciones Marcas
Por coordinación Con nexo Conjunciones
Sin nexo Pausas (coma en la lengua escrita)
Por determina- De un adjetivo Concordancia en género y número
ción De un sustantivo término de Preposiciones
preposición
De un sustantivo en aposición Pausa o coma y concordancia en
género y número
Proposición subordinada Subordinante

Desde el punto de vista gramatical la oración presenta distintas


posibilidades de realización y, en la construcción de oraciones, el
plano semántico no puede dejarse de lado, pues una oración actua-
lizada en un enunciado cumple su función comunicativa cuando el
mensaje está organizado de tal modo que el interlocutor reciba in-
formación y la acepte como válida.
Las unidades significativas que forman una oración funcionan en
ella siguiendo las reglas que rigen el funcionamiento de todas las
construcciones de una lengua. El límite de originalidad en una poesía
no puede sobrepasar las posibilidades sintácticas del sistema.
El comportamiento funcional de las unidades significativas de una
oración está determinado por elementos gramaticales que existen
en la lengua para tal fin: presencia de monemas funcionales (prepo-
siciones), orden de colocación de los elementos (la inversión puede
afectar el sentido), el significado, etc. Todos ellos, según Martinet
(1978a), son recursos que contribuyen a definir el valor funcional de
las palabras en la oración.
Las funciones de las unidades léxicas comportan el inventario de
funciones sintácticas del español: sujeto y predicado, básicas, y en el
predicado: el objeto directo, el objeto indirecto, el complemento agen-

112
Fernández Lávaque, Salas y Campos

te, los complementos circunstanciales, los complementos de nombre,


el predicativo obligatorio, el predicativo no obligatorio. Son funciones
desempeñadas por palabras de contenido léxico o sustitutos de ellas.
Las conjunciones y preposiciones no tienen contenido léxico pero sí
valor gramatical. Sustantivo, adjetivo, verbo y adverbio tienen conte-
nido léxico y además son las que cumplen las funciones enunciadas.

El sujeto

La definición lógica del sujeto: «Parte de la oración de la cual se


habla», fue muy observada. Semánticamente el sujeto es el tema bá-
sico de la oración; pero no es el único tema y por tanto esta defini-
ción resulta limitada.
Otra definición sostenía: «Es la parte de la oración que realiza la
acción del verbo». Pero hay muchos casos en que el verbo no signifi-
ca acción, como:
Él padece reumatismo.
Las caracterizaciones del sujeto desde la perspectiva semántica
no parecen apropiadas:
ŒŒRealiza la acción.
ŒŒEs clasificado o calificado por el predicado.
ŒŒRecibe la acción.
¿Qué valor semántico tiene? Es uno de los actantes (actores) (Pot-
tier, 1970) que se realizan en la proposición; fundamentalmente es
el actante que contrae relación semántica estrecha con el predicado.
El objeto directo y el objeto indirecto son también actantes.
Semánticamente el sujeto es el tema de la predicación, la cual es el
rema; cuando hay índice verbal, el predicado nominal clasifica al su-
jeto desde el universo del discurso; el verbo no tiene contenido lexe-
mático. La importancia semántica y gramatical del sujeto determina
la necesidad de su presencia en la oración cuando ésta es proposi-
cional. Desde el punto de vista gramatical, el sujeto puede constituir
una estructura nominal o sólo catalizarse en la desinencia verbal.
Desde el punto de vista morfosintáctico, el sujeto:
ŒŒEs un constituyente básico de la proposición, y por tanto debe es-
tar presente porque su presencia es lo que permite que la unidad
significativa se realice plenamente; desde el punto de vista grama-
tical, con él se completa la estructura de la proposición.
113
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

ŒŒAparece en el primer nivel de análisis junto al predicado y por ello


puede considerárselo como una función sintáctica primaria, valor
éste que comparte con el predicado.
ŒŒLa relación que contraen sujeto y predicado, que determina el va-
lor idéntico de una y otra función, es una relación de contraste;
se relaciona con el predicado por contraste, en cuanto ambos se
presuponen (no es relación por oposición, porque ésta se da en el
paradigma).
ŒŒSe configura en español a través de un sintagma nominal, pero
a diferencia de lo que pasa con el predicado (apenas aparece el
verbo, se sabe que éste presupone un predicado) no es posible
determinar que la presencia de un sintagma nominal implique un
sujeto, porque un sintagma nominal no funciona exclusivamente
como sujeto.
ŒŒSu núcleo es necesariamente sustantivo o función sustantiva (el
núcleo del sintagma nominal es siempre sustantivo; el del sintag-
ma nominal sujeto es sustantivo o función sustantiva).
ŒŒGuarda con el predicado una relación táctica directa en la cadena,
se une directamente al predicado (no necesita un nexo o marca
que establezca esa relación) con cuyo núcleo se relaciona por con-
cordancia en número y persona cuando se trata de un sintagma
verbal (oraciones predicativas) y en género y número con el núcleo
del predicado nominal (predicativo obligatorio).
La concordancia es una de las marcas de la conexión entre las uni-
dades gramaticales. Hay una discordancia señalada por Kovacci
(1990-1992: 117-118):

Todos estáis estudiando. (el oyente está involucrado)


Todos estamos estudiando. (el hablante está involucrado)
Todos están estudiando. (ni uno ni otro están involucrados)

Las mujeres salteñas son elegantes. (tercera persona)


Las mujeres salteñas sois elegantes. (segunda persona)
Las mujeres salteñas somos elegantes. (primera persona)

Se trata de una concordancia referencial que depende de la cir-


cunstancia, de la situación del hablante.
ŒŒNunca va introducido por preposición en función preposicional, o
sea relacionar un núcleo con un término, y cuando está introduci-
114
Fernández Lávaque, Salas y Campos

do por preposición, ésta es enfática:


Entre todos nosotros lo haremos.
Todos nosotros lo haremos.
(Entre) Ellos se entienden.
ŒŒEs una construcción endocéntrica (Kovacci, 1990-1992: 54): toda
la construcción tiene la función del núcleo. Desde Bloomfield la
gramática norteamericana distingue entre construcciones en-
docéntricas (tienen en mismo valor gramatical que el núcleo) y
exocéntricas (no cumplen la función del núcleo). El sujeto es una
construcción endocéntrica porque toda la construcción equivale
al núcleo:
El hermoso muchacho del barrio se graduó. = El muchacho
se graduó.
Otros ejemplos de construcciones endocéntricas:
Escuché una bella melodía. = Escuché una melodía.
Vive cerca de casa. = Vive cerca.
ŒŒEl sujeto puede formalizarse por medio de un:
Sustantivo (o sintagma nominal)

Adjetivo

Pronombre (el caso en español sólo se conserva en la palabra

pronominal)
Adverbio sustantivado

Proposición:

Que vos lo digás es extraño.


Stg.P.Sub.Sust. Suj.
Subte.

Pronombre relativo:

Quien canta, sus males espanta.


Stg.P.Sub.Sust. Suj. Stg.Verb.P.Verb.
Suj. Stg.Verb. P.Verb. Stg.Nom.O.D. N.

Quien canta sus males, espanta.


Stg.P.Sub.Sust.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
Suj. Stg.Verb.P.Verb.
N. Stg.Nom.O.D.

115
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Si el hombre supiera el valor que tiene la mujer, andaría en


cuatro patas en su búsqueda.

Si el hombre supiera el valor que tiene, la mujer andaría en


cuatro patas en su búsqueda.

ŒŒLos modificadores de su núcleo son, según se anticipó en las pá-


ginas 109 y 110:
Determinante

Determinante preposicional

Aposición

Explicativa (entre comas)

Conjuntiva

Construcción comparativa

Determinante proposicional

ŒŒSustantivación
Cualquier tipo de determinante sustantivo; la sustantivación no

depende únicamente del clítico «lo».
Cualquier función sustantiva lleva el artículo.

Desde el punto de vista fónico, el sujeto es un grupo que va entre
pausas y tiene por lo menos un acento principal marcando al núcleo
(aunque puede presentar más de una unidad acentual), o sea que es
una unidad acentual y que después de él hay una pausa interna en el
enunciado oracional, de modo que constituye un grupo fónico real
o virtual y ello significa una posible pausa que a veces se marca y
otras no.
Desde el punto de vista ortográfico, no se puede separar sujeto
y predicado por coma. El sujeto es un sintagma normalmente autó-
nomo, que puede aparecer en cualquier lugar de la oración; sin em-
bargo, a veces es el sentido el que determina el sujeto y hay circuns-
tancias en que la ubicación del sujeto es lo que permite delimitarlo,
como en la siguiente oración de Unamuno:
El aire cargado de ajenos alientos respiraba el rencor de odios y enconadas disputas.
Stg.Nom.Suj.

Desde el punto de vista de la concordancia:

116
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Al llegar vos, ellos partieron. Frase absoluta: diferentes


Entendiendo todos el tema, no- sujetos.
sotros vamos a hacer práctica.
(Yo) Vengo para (yo) escucharte Frase conjunta: el mismo
la verdad. sujeto.

Todo lo dicho es una caracterización y no una definición del su-


jeto.

El predicado

Las denominaciones deben tener su fundamento en el mismo he-


cho gramatical. En consecuencia, al hablar de sintagma verbal se
comprueba:
ŒŒEsa estructura es regida por la palabra verbal que se reconoce por-
que pertenece al paradigma con características formales particu-
lares: no tiene género y hace referencia a nociones que permiten
individualizarla: persona, tiempo, modo, número y aspecto.
ŒŒSu función específica es ser predicado.
ŒŒNecesariamente se relaciona con el sintagma nominal sujeto pues
ambos son la base de la proposición perfecta.
ŒŒHay marcas que evidencian la conexión del sujeto con el predica-
do: concordancia en número y persona.
ŒŒSe une directamente al sujeto.
ŒŒSus marcas de independencia son la pausa y el tono.
ŒŒDesde el punto de vista semántico, el valor predicativo, argumen-
tativo del sintagma verbal marca su conexión con el sujeto que es
el actante.
ŒŒEl predicado es el otro constituyente básico de toda estructura
proposicional. Existe predicado referido a un sujeto con el cual
contrasta.
Lo expresado conduce a la relación tema-rema, que es todo lo que
amplía, precisa, delimita el alcance del sujeto. El tema es lo conocido
y el rema aporta la significación nueva.
Sus realizaciones en español:
a) El mar refleja la lámina de un cielo encrespado.
b) El mar es una lámina.

117
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

En a) el núcleo del sintagma verbal es el núcleo de la información;


en b) el sintagma verbal funciona de modo distinto.
En español el predicado se manifiesta a través de un sintagma
verbal:
ŒŒFormalizado
ŒŒNo formalizado (catalizable):

Juan, aquí.
Stg.Nom.Suj. P.

(Juan está aquí.)

El predicado con sintagma verbal expreso presenta dos tipos:


ŒŒPredicado verbal.
ŒŒPredicado nominal (atributivo).
De modo que la oración bimembre se constituye mediante sujeto
+ predicado.

Nominal o Verbo copulativo + sintagma


La joven es trabajadora. A
atributivo nominal
Predi-
No verbal Verbo predicativo catalizable El mejor camino, el recto. B
cado
Verbo predicativo formali-
Verbal La joven trabaja. C
zado

Desde el punto de vista formal, el ejemplo A es diferente del ejem-


plo C; esa diferencia está expresada por el hecho de que la unidad es
puede desaparecer.
Verbo transitivo El alumno compró flores para la maestra.
Predicado Verbo intransitivo Josefa salió a la calle.
verbal Las flores fueron compradas por el alumno
Perífrasis verbal pasiva
para la maestra.

En este tipo de predicado, el verbo es el elemento esencial de la pre-


dicación en todos los aspectos. Su núcleo es un verbo con contenido
lexemático, el cual concuerda con el sujeto en número y persona.
El verbo transitivo puede dar lugar a una oración pasiva en la cual
el núcleo del predicado es una perífrasis pasiva.
El predicado verbal puede ser:
ŒŒSimple: el que tiene un solo verbo.

118
Fernández Lávaque, Salas y Campos

ŒŒCompuesto: el que tiene más de un verbo coordinado.


Cuando se habla de verbo se alude al verbo finito, es decir con-
jugado. No se considera verbos ni al infinitivo, ni al gerundio ni al
participio, los cuales son verboides. El verbo es toda forma verbal
conjugada que tenga terminaciones de persona y número para la
concordancia con el sujeto.
Hay casos en que el verbo forma predicado por sí solo:
Pepa come.
Pero por lo general el verbo está acompañado por modificadores.
Esos determinantes del verbo se organizan por la rección de ciertos
pronombres, por la posibilidad de transformación de voz activa a
voz pasiva y por la valencia.
Los determinantes del núcleo en el predicado verbal son:
ŒŒObjeto directo
ŒŒObjeto indirecto
ŒŒComplemento agente
ŒŒComplemento de régimen
ŒŒComplemento circunstancial
ŒŒComplemento predicativo no obligatorio

Objeto directo

En la siguiente oración, el núcleo del predicado es el verbo trajo y


la joya es el objeto directo:

El padre trajo la joya.


Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
Dte. N. N. Dte. Stg.Nom.O.D.
Dte. N.

Si se pregunta: «¿El padre trajo la joya?», alguien puede contestar:


«La trajo».
Se usa la forma pronominal para representar al objeto directo. Las
formas lo, la, los, las son las formas del caso variable objetivo (en es-
pañol la categoría del caso desapareció; queda parcialmente vigente
en esas formas pronominales); son variables en género y número de
acuerdo con el género y número del sustantivo al que reemplazan.
La conmutación por las formas pronominales es un recurso im-

119
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

portante para el reconocimiento del objeto directo, el cual es el mo-


dificador que es un pronombre en caso variable objetivo. Por tanto el
objeto directo es conmutable por las formas del pronombre personal
átono complemento de tercera persona acusativo. Ese pronombre o
bien representa al objeto directo o bien lo duplica:
No lo leí al libro.
Libro y lo son el mismo objeto directo duplicado; hay casos en que
se quiere enfatizar o tematizar el objeto directo y entonces es obli-
gatoria la repetición.
Otra forma de reconocer el objeto directo es mediante la transfor-
mación de la oración activa en voz pasiva, pues la presencia en ella
de un verbo transitivo remite a la posibilidad de formar una oración
pasiva. La oración que tiene objeto directo indefectiblemente es de
voz activa; la oración del ejemplo sería entonces:
La joya fue traída por el padre.
Lo que era objeto directo en la voz activa constituye el sujeto en la
voz pasiva. Reconocer si un sustantivo en el predicado es o no objeto
directo presenta la dificultad de que algunos verbos no admiten la
voz pasiva, por ejemplo:
Yo tengo un libro.
es una oración activa; pero
Un libro es tenido por mí.
no es una oración aceptable. Tener y algunos otros verbos no admi-
ten la voz pasiva, sí la rección del caso variable objetivo.
El objeto directo se incorpora al sintagma verbal uniéndose al nú-
cleo directamente. La preposición a no es imprescindible; sólo se usa
para persona o cosa personificada, o como elemento diacrítico para
destacar el sustantivo:
La montaña oculta a la casa.
Cuando el objeto directo es toda una proposición, se incorpora
por subordinantes sobre todo la conjunción que.
Desde el punto de vista significativo, el objeto directo delimita el
amplio campo semántico del verbo transitivo. Esta necesidad no es
presentada por el verbo intransitivo.
Sintetizando las características del objeto directo:
ŒŒEs complemento de un verbo transitivo.
ŒŒEs sintagma nominal o función equivalente.
120
Fernández Lávaque, Salas y Campos

ŒŒSe sustituye por lo-la / los-las.


ŒŒEs apreposicional salvo cuando se trata de persona (a).
ŒŒEs sujeto de la oración pasiva.
ŒŒEs sólo complemento en el predicado.
ŒŒSi se suprime, cambia la estructura oracional.
Respecto de la proposición subordinada sustantiva objeto directo,
puede ser:
ŒŒEn estilo directo: sin nexo, hay sólo narrador y hablante y se repro-
duce textualmente. Hay autores que hablan de la «objetiva direc-
ta» como yuxtapuesta, pero la mayoría la considera subordinada:
Andrés dijo: «Esta tarde será el acto».
«No es poeta, señor», dijo la joven.
ŒŒEn estilo indirecto: hay nexo, un narrador y un hablante:
Carlos dijo que vendrá.
Se pregunta si ella estará contenta.
Tenía cuanto había buscado siempre.
Recordaba cuando Sandra lo llamó.
Tan sólo mis fantasmas saben lo que me sucede.

Objeto indirecto

La siguiente es una oración con sujeto desinencial, un objeto di-


recto y un objeto indirecto duplicado: le y a Roberto (les si fuera a
ellos, en plural):
SD
Le di la carta a Roberto.
Stg.O.S. - P.P.
Stg.Verb.P.Verb.
O.I. N. Stg.Nom.O.D. O.I.

Esas formas le y les también son el caso objetivo, pero son las for-
mas especializadas en representar el objeto indirecto. Las formas lo,
la, los, las corresponden al caso acusativo latino, propio del objeto
directo; mientras que le y les corresponden al caso dativo, propio del
objeto indirecto.
En español, dentro de las formas variables objetivas del pronom-
bre personal, hay especializadas en el objeto directo y especializadas
en el objeto indirecto. En casi toda Argentina se usan estas formas
121
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

etimológicas. En cambio, en España se dice por ejemplo:


¿Le viste a Marta?
Marta es el objeto directo y está duplicado por la forma le; de modo
que usan la forma le cuando se trata de objetos directos de persona.
¿Qué pasa con el objeto indirecto cuando la oración es pasiva?
Le di la carta a Roberto.
se transforma en
La carta le fue dada por mí a Roberto.
El objeto indirecto no cambió.
El objeto indirecto es, junto al sujeto y al objeto directo, uno de
los actores dentro del mensaje. El objeto indirecto es la noción no-
minal hacia la cual se orienta el sentido del verbo + el objeto directo,
si el verbo es transitivo.
Desde el punto de vista gramatical, el objeto indirecto se presenta
con ciertas características que lo diferencian del objeto directo:

Dije la verdad a papá.


la le / se

La dije a papá.
Le dije la verdad.
Se la dije.

Comparación entre objeto directo y objeto indirecto:

El objeto directo
ŒŒSe introduce directamente o por medio de a.
ŒŒDefine la estructura del sintagma verbal.
ŒŒEs sustituible por lo, la, los, las.
ŒŒEs sintagma nominal.
El objeto indirecto:
ŒŒEs el elemento cuya presencia es complementaria y no obligatoria
para la estructura del sintagma verbal: su presencia o ausencia
aporta una información, pero en nada modifica la estructura del
predicado, de modo que se trata de un complemento opcional.
ŒŒVa precedido por las preposiciones a o para, aunque estos trans-
positores prepositivos no son distintivos ni privativos, pero sí ne-
cesarios.
122
Fernández Lávaque, Salas y Campos

ŒŒLas formas que puede presentar son las propias de todo sintagma
nominal.
ŒŒEl mejor medio para reconocerlo es la conmutación pronominal
átona por me, te, nos, os, le, les (se+lo, se+la, se+los, se+las):
Escribió a su hermano.
Le escribió.
Dijo la verdad a Raúl.
Se la dijo.
ŒŒSe realiza por
preposición + sintagma nominal

pronombre

proposición introducida generalmente por que o quien:

A quien llegue pronto le diremos el secreto.
ŒŒLa frecuencia con que aparece en oraciones transitivas no debe in-
ducir a asociarlo exclusivamente a ellas, pues el predicado puede
ser transitivo con objeto directo o sin él y puede ser predicado de
estructura intransitiva:
Esto es bueno para mí.
Las gramáticas dan este caso como objeto indirecto en un predi-
cado de contenido atributivo (sujeto + verbo + predicativo obliga-
torio + objeto indirecto). Pero para mí no tiene el mismo compor-
tamiento que en Lo trajo para mí. En el primer caso, modifica el
núcleo del predicado nominal o de toda la estructura de la oración
copulativa.
ŒŒSu contenido alude al beneficiario o afectado por la significación
del verbo o del predicado.
ŒŒNo corresponde a su función el complemento de finalidad:

Raúl trajo el libro para que lo fichemos.


Stg.O.S. - P.P.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
N. Dte. Stg.Nom.O.D. Dte.Prep. Comp.Circ.Fin

Las posibles ambigüedades se resuelven por la conmutación pro-


nominal o por el contexto:
Preséntame a tu amiga. = Preséntamela.
Además, el contenido semántico principal de este complemento

123
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

presenta una gama de matices significativos, especialmente cuando


está representado por pronombres:
ŒŒDativo de interés: expresa el beneficiado por una acción y será el
contexto el que aclare este matiz:
Se tomó todo el café.
El perro se comió la carne.
ŒŒDativo ético: expresa la afectividad e interés que el hablante tiene
en la significación verbal:
No te me escapés.

Complemento agente

Es propio de la voz pasiva.

La joya fue traída por el padre. Voz pasiva


El padre trajo la joya. Voz activa

Lo que es un sujeto en voz activa, en voz pasiva se constituye en


el agente y por tanto sigue siendo el actor de la acción; a su vez el
objeto pasa a ser sujeto.
Está construido siempre como complemento precedido por la pre-
posición por y a veces, aunque menos frecuente, por la preposición
de. Ortega y Gasset solía usar el agente con de, así por ejemplo:
Leonardo no amó a las mujeres ni fue amado de ellas.

Complemento de régimen

Es la función sintáctica que desempeñan los grupos preposicio-


nales argumentales, es decir, aquellos exigidos semánticamente por
los predicados. Por estar regidos por los verbos, deben diferenciarse
de los complementos circunstanciales, que pueden omitirse sin que
pierda sentido la oración:

Su vida dependía de la inteligencia de sus amigos.


Stg.O.S. - P.P.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
Dte. N. N. Dte.Prep. Comp. de Rég.

124
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Complemento circunstancial

Los circunstanciales no responden a ninguna de las pruebas con-


sideradas: no hay ningún pronombre objetivo que los manifieste, ni
tienen ningún papel en la transformación de activa a pasiva.
Estudia rápidamente.
(rápidamente funciona como complemento circunstancial
de modo)

Llegó hasta aquí.


(hasta aquí funciona como complemento circunstancial de
lugar)

Habló ayer.
(ayer funciona como complemento circunstancial de tiem-
po)

Cortó con el cuchillo.


(con el cuchillo funciona como complemento circunstancial
de instrumento)

Los complementos circunstanciales pueden estar constituidos por


adverbios o construcciones de distintas clases. Se suelen clasificar en
las gramáticas como circunstanciales de tiempo, de lugar, de modo,
de cantidad, etc.
A veces se puede decidir claramente qué tipo de circunstancial
es, especialmente si hay un adverbio de una clase determinada que
lo manifieste. Por ejemplo, ayer, hoy son adverbios de tiempo; aquí,
allá, de lugar, etc. Pero a veces hay algunos circunstanciales que no
se pueden clasificar tan fácilmente.
Se trata de sintagmas secundarios y accidentales para la estructu-
ra del predicado al cual enmarcan. Estos elementos a los que Alarcos
Llorach (1951) llama «aditamentos», tienen gran movilidad dentro
de la oración.
Es común la creencia tradicional de que el complemento circuns-
tancial coincide con la función adverbial y de que cuando funcio-
na como tal aditamento cubre el lugar de un adverbio. Pero, según
Hernández Alonso (1996): 1), ni el adverbio funciona siempre como
circunstancial, 2) ni el adverbio es una función, sino una categoría
que puede desempeñar diversas funciones, 3) ni todo matiz circuns-
tancial tiene adverbios que lo expliciten, ya que es mayor el número

125
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

de circunstancias expresadas por tal función que el de clases signifi-


cativas de los adverbios.
Como generalmente el complemento circunstancial ha sido consi-
derado marginal, esta cuestión de su marginalidad necesita precisio-
nes. Si se trata de marginalidad funcional, puede aceptarse que su
presencia o ausencia no siempre modifica la estructura nuclear de la
proposición; pero sí puede provocar la agramaticalidad de algunas
oraciones. Si en
El acto fue en la Sala de Sesiones.
se prescinde del circunstancial, lo que queda:
*El acto fue.
no es gramatical.
Es decir que hay verbos que exigen una complementación de cual-
quier tipo y que no pueden constituir, por sí solos, predicado.
Respecto a su obligatoriedad u opcionalidad, Hernández Alonso
(1996) sostiene que se pueden establecer dos posibilidades de fun-
ción semántica, aunque la relación semántica entre un circunstancial
y el núcleo del predicado verbal es menos íntima que entre ese nú-
cleo y el objeto directo:
ŒŒFunción de complemento: obligatorio y necesario, al punto de que
su ausencia produce oraciones no gramaticales. Esta función se da
en las frases nominales y en frases que comienzan por el sintagma
circunstancial:
A la derecha, una mesa; al fondo, una puerta.
En casa de mujer rica ella manda y ella grita.
ŒŒFunción de adjunto: opcional. Su ausencia sólo resta una informa-
ción secundaria a la oración.
La forma que pueden adoptar los circunstanciales son, en princi-
pio, todas las propias de un sintagma nominal, pero dentro de éstas
cabe distinguir varias posibilidades:
ŒŒCon marca prepositiva que es la más frecuente:
Llegó a las cuatro.
ŒŒSin marca prepositiva:
Salió mucho tiempo antes.
ŒŒUn adverbio sin ningún tipo de marca:
Expone muy mal.
 Una proposición:
126
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Ya habías salido cuando llegué.


ŒŒUn infinitivo con preposición, un gerundio o participio en estruc-
tura absoluta:
Al amanecer partirá la caravana.
Hablando se entiende la gente.
En cuanto al significado, los matices semánticos que pueden ex-
presar estos sintagmas son muchos, pero su interés para la gramá-
tica es subsidiario. No importa, con un criterio gramatical, si una
proposición expresa modo o tiempo, pues se trata de un rasgo se-
mántico; lo fundamental es su función, su forma y su estructura. Lo
importante es que se lo reconozca como circunstancial y se lo distin-
ga de los otros modificadores.
Para organizar de alguna manera la abundancia de significados
circunstanciales es apropiada la distinción de Pottier entre:
ŒŒEspaciales.
ŒŒTemporales.
ŒŒNocionales (que incluye todos los que no encajan en los anterio-
res).
Estos cuatro modificadores: objeto directo, objeto indirecto, com-
plemento agente y complemento circunstancial, son monovalentes,
porque sólo modifican al verbo.

Predicativo no obligatorio

Es bivalente:

El agua corre lenta.


Stg.O.S. - P.P.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
Dte. N. N. Pred. no Oblig.

El agua corre lentamente.


Stg.O.S. - P.P.
Stg.Nom.Suj. SV PV
Dte. N. N. Comp.Circ.Modo

En ambos casos tenemos un predicado verbal con un núcleo y un


modificador. En corre lentamente, se trata de un circunstancial de
modo: es un adverbio de modo que modifica únicamente al verbo.

127
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Pero en el caso de corre lenta un adjetivo, por un lado, está modifi-


cando al verbo y, por otro, concuerda con el sustantivo del sujeto en
género y número: la terminación –a de lenta presenta el género que
corresponde a agua, y por lo tanto modifica también al sujeto. Si el
sujeto hubiera sido río habríamos dicho corre lento.
De modo que este modificador, el predicativo, es bivalente, tiene
dos valencias: una hacia el verbo núcleo del predicado y otra hacia el
sustantivo núcleo del sujeto. Es un predicativo subjetivo.
Hay otro predicativo que es objetivo:
SD
Te veo cansado.
Stg.O.S. - P.P. - Stg.Verb.P.Verb.
O.D. N. Pred. no Oblig.

El objeto directo te es masculino singular; cansado modifica al


verbo porque indica un modo de ver y a su vez modifica al objeto
directo te porque es el modo de ver a esa persona. Es un predicativo
objetivo porque modifica al núcleo del predicado y al objeto directo.
Esas son las dos valencias.
En síntesis, las características del predicado verbal son:
ŒŒEs constituyente de la oración proposicional.
ŒŒSe refiere al sujeto y a él se une directamente.
ŒŒEs un sintagma verbal.
ŒŒTiene un acento principal.
ŒŒHay juntura entre sujeto y predicado.
ŒŒEl núcleo del sintagma verbal es el núcleo de la información.

Predicado nominal

Se concreta en oraciones con verbo copulativo, las cuales constitu-


yen el segundo grupo de la clasificación según la naturaleza grama-
tical del predicado.
Este predicado -dice la R.A.E.- clasifica al sujeto. Se formaliza a
través de los verbos intransitivos ser y estar que en el análisis se
denominan «índices verbales» (Pottier, 1970) más un sintagma no-
minal que constituye el predicativo obligatorio (sustantivo, adjetivo,
pronombre, palabras o frases de valor nominal).

128
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Presenta doble concordancia:


ŒŒDe verbo y sujeto en número y persona.
ŒŒDel núcleo del sintagma nominal con el sujeto en género y núme-
ro.
Hernández Alonso (1996) expresa que lingüísticamente no hay di-
ferencia entre los dos tipos de predicados distinguidos tradicional-
mente, predicado verbal y predicado nominal, porque el segundo
constituye igualmente un sintagma verbal. Aunque –agrega– meto-
dológicamente puede mantenerse el grupo de las oraciones atributi-
vas con un predicado analítico peculiar: O = S + IV + SN (predicativo
obligatorio).
Ambos tipos de predicado son sintagmas verbales:
ŒŒV + (SN, Prop, SAdv.) → son optativos.
ŒŒIV + SN → es obligatorio.
La atribución es una forma de predicación con verbos determina-
dos: ser y estar, desemantizados parcialmente y acompañados de un
sintagma complementario atributo.
El verbo necesita una determinación o concreción, que le otorga el
atributo. Los dos verbos tienen una gran extensión significativa y la
función semántica del atributo es la de precisar, limitar, determinar
el contenido verbal. Ni ser ni estar admiten cualquier tipo de atribu-
tos; así estar, debido a que conserva en buena parte su significado
estativo y no admite sustantivos como atributos (salvo que sean va-
lorativos con carácter objetivo: Este chico está mosca.), ni pronom-
bres, adjetivos determinativos, ni infinitivos ni proposiciones.
Con todos esos atributos siempre aparece el verbo ser:
Yo soy aquel.
Querer es poder.
La verdad es que todos escucharon su palabra.
Ser admite atributos adjetivos de cualquier clase: nominales, pro-
nominales, verbales, adverbiales y proposiciones. Estar casi sólo
acepta atributos adjetivos cualitativos o valorativos, adverbios de la
misma clase y nominales prepositivos:
La dueña soy yo.
¿Este chico es así o está así?
¿Cómo estás?
Está en ayunas.

129
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

No toda oración con ser y estar es atributiva, sino sólo aquellas


que llevan atributo. Estos dos verbos pueden también formar estruc-
turas intransitivas de significado estativo:
Está en casa.
Fue aquí.
Estuvo en el cine.
Particularmente estar puede aparecer como verbo de estado y no
como índice verbal.

Diferencias entre ser y estar

ŒŒUn criterio lógico distingue la expresión de cualidades esenciales y


permanentes con el verbo ser y de transitorias o accidentales con
el verbo estar. Esta es la posición de la Real Academia Española
(1917), de Andrés Bello (1941) y de García de Diego (1951).
ŒŒOtros autores, siguiendo a Hanssen (1913), distinguen según el
criterio aspectual, el valor imperfectivo para el predicado con ser
y el perfectivo, con estar. Se entiende por perfectivo aquel proceso
que para realizarse ha de llegar a término, mientras que imper-
fectivo es el que no necesita llegar a término para ser, pues en
cualquier momento de su transcurso tiene significado completo:
saltar, disparar, golpear tienen significado perfectivo; vivir, an-
dar, volar lo tienen imperfectivo. La dificultad de este criterio es
que el aspecto perfectivo/imperfectivo está mediatizado por otros
factores (tiempo verbal, contexto…) y no sólo por el significado
del verbo.
ŒŒSamuel Gili y Gaya (1964) acepta el criterio anterior y le agrega el
devenir:
Estar expresa enunciados resultantes de un proceso previo expe-

rimentado, de un devenir, y contiene un valor resultativo:
El jarrón está roto.
Ser forma oraciones independientes del proceso previo o deve-

nir.
La mesa es ancha.
Pero en
El jarrón está intacto.
se anula el criterio de resultado de una acción previa, por el sig-
130
Fernández Lávaque, Salas y Campos

nificado del atributo.


ŒŒAlgunos gramáticos conjugan diversos criterios y ofrecen una ca-
suística didácticamente interesante, pero no válida como base lin-
güística distintiva.
Hernández Alonso sostiene que ser es verbo idóneo para significar
lo inmutable en tanto estar es verbo con significado de mutación.
Este autor agrega:
Carácter abstracto, atemporal (aunque puede ser usado en dis-

tintos tiempos verbales) del enunciado con ser.
Concreción, sometimiento al tiempo y a las circunstancias en las

oraciones con estar.
Ser es el verbo idóneo para las frases de valor permanente y de-

finitorias, que estar rechaza.
Las diferencias son semánticas solamente, pues las estructuras

que forman son igualmente atributivas.
Se presenta a continuación un cuadro comparativo entre los tipos
de predicado que establece Kovacci (1990-1992: 86) y los que en este
trabajo se distinguen:
Lengua Española I Kovacci
Predicado nominal El hombre es bueno. Predicados Con predicativo obligatorio
Predicado verbal El hombre corre bien. verbales

Los ríos, profundos. Predicado nominal


Predicado nominal (se cataliza son)
o verbal con núcleo
elidido Los ríos, allí. Predicado adverbial
(se cataliza están) Predicados
Predicado de pro- ¿Yo, estudiar? (¿Yo no verbales
posición no forma- estudio?)
lizada con núcleo La casa, decorada. (La Predicado verboidal
verboide casa fue decorada.)

131
Fernández Lávaque, Salas y Campos

3. Propuesta de clasificación estructural de la ora-


ción.

Revisados varios manuales universitarios dedicados a teoría y


descripción gramatical, no se relevó en ellos un capítulo destinado a
presentar una clasificación integradora de la oración a partir de los
distintos aspectos con que fuera descripta. Solamente se encontró,
a través de sus capítulos, tratamientos discontinuos o mezclados de
esos aspectos en algunos casos y, en otros, clasificaciones parciales
en cuanto atienden a una sola de las características de esta unidad
gramatical.
Ya se dijo que en general los gramáticos apelan a tres criterios
para caracterizarla:
ŒŒUnidad de sentido.
ŒŒUnidad de entonación.
ŒŒUnidad con autonomía sintáctica.
Los tres a veces se suman y otras se entrecruzan en las definicio-
nes relevadas en textos de nivel medio y superior.
La Real Academia Española clasifica las oraciones según dos cri-
terios:
ŒŒLa actitud psicológica del hablante. Respecto a este criterio la RAE
coincide con el de Samuel Gili y Gaya:
La intención del hablante separa e individualiza las oraciones
para decir que en cada una de ellas se enuncia, pregunta, desea
o manda algo. En el análisis de cualquier oración debemos dis-
tinguir, por consiguiente, entre el contenido de la representación
psíquica, lo que en ella se dice y la actitud del que habla con res-
pecto a dicho contenido (RAE, 1985: 353).
…un discurso se divide intencionalmente en partes bien di-
ferenciadas para el espíritu del que habla. La intencionalidad de
esta división es su carácter esencial. Esta fragmentación men-
tal del discurso en unidades psíquicas intencionales, a las que
llamaremos desde ahora oraciones psíquicas, tiene su expresión
fonética, comprensible siempre para el oyente, en la curva meló-
dica del lenguaje (1964: 18).
ŒŒLa naturaleza gramatical y semántica del sujeto y el predicado tie-
nen exigencias formales que originan diversos tipos de oraciones
(1985: 353-354).

133
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Cuadro clasificatorio de las oraciones simples:

Enunciativas
Exclamativas
De posibilidad
I. Según la actitud del hablante Dubitativas
Interrogativas
Desiderativas
Exhortativas

Con verbo copulativo


Intransitivas
Transitivas
II. Según la naturaleza gramatical de predicado Pasivas
Reflexivas
Recíprocas
Impersonales

La RAE expresa: «Las denominaciones de cada uno de los dos es-


quemas [resultantes de la clasificación según esos dos criterios] no
son absolutas porque en la realidad lingüística se crean zonas inter-
medias, que exigen mayor número de matices en la nomenclatura»
(1985: 354).
En general hay conciencia respecto a las dificultades para esa clasi-
ficación. Además, las clasificaciones aluden sólo a la oración simple
y no a la oración compuesta. La búsqueda de criterios clasificatorios
que permitieran superar tal dificultad, llevó a la selección del traba-
jo que Fanny Osán de Pérez Sáez tituló precisamente «Propuesta de
clasificación estructural de la oración» (1984).
Dicha propuesta de tres criterios tiene por objeto la clasificación
de la oración cualquiera sea su estructura, a fin de superar la dicoto-
mía simple-compuesta, porque «...en toda estructura oracional pue-
den reconocerse los mismos esquemas»; así, en caso de una oración
compuesta coordinada, primero se determina la relación entre sus
proposiciones, la cual no es diferente de la que se da entre unidades
de una oración simple y luego se procede al análisis de la estructura
de cada proposición.

134
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Los tres criterios que la autora propone para clasificar la oración


son los siguientes:
ŒŒSegún el número y relación de los componentes proposicionales
(atiende a las características de la expansión propositiva):

Simple: una sola propo- La noche cae sobre las


sición casas.

Coordinadas (yuxtapuestas):
las proposiciones están en el La carta fue enviada
mismo nivel sintáctico, o sea pero nunca la recibió.
que no hay progresión.
Compuesta: dos más
proposiciones
Subordinadas: la proposición
Los árboles cuyas hojas
transpuesta a sustantivo,
van cayendo parecen
adjetivo o adverbio aporta
desnudos.
un nuevo valor sintáctico.

ŒŒSegún la presencia o ausencia de sujeto o predicado (atiende a los


constituyentes funcionales):

Impersonal: cuando Se dice que no vendrá.


falta el sujeto. Llueve copiosamente.
Unimembre
Aproposición: cuando ¡Sol radiante esta mañana!
falta el predicado. ¡Silencio!

Bimembre: constituida por


(sujeto) + predicado, o sea
por los dos constituyen- Los atardeceres rojos me conmueven.
tes sintácticos básicos de la
estructura oracional propositiva.

ŒŒSegún la naturaleza del predicado (siguiendo el Esbozo de una


nueva gramática de la lengua española, 1985):

135
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Verbo + objeto directo no-


Pepa trajo flores.
minal

Pepa las trajo.


Oblicuo: el suje- Pepa se lava la cara.
to no se identifi- Oración transitiva re-
ca con el objeto fleja o no.
directo Para Bello la oblicua
nunca es una refleja.
Pepa se mira en el es-
pejo.
No oblicuo: su- Oración transitiva re-
Transi- jeto y objeto fleja.
tiva: Verbo +
directo son una Para Bello la oración
objeto di-
misma persona, cuasirrefleja y el dativo
recto pro-
acontecimiento ético están en el grupo
En voz nominal
o cosa. de las reflejas, aunque
activa semánticamente no lo
sean.
De pre- Recíproco: el su-
dicado jeto alude a dos
verbal o más referen-
Pepa y Pocho se besa-
tes, personas,
ron.
hechos o cosas;
cada una actúa
sobre las otras.
Para Bello la proposición regular transitiva comprende:
oblicua, refleja y recíproca.

Con objeto
Le habló por teléfono.
Intran- indirecto
sitiva Sin objeto
María murió.
indirecto

Peri- La comida fue hecha


frástica por mí.
En voz Se dicen muchas cosas.
pasiva Pasiva Se comentó noticias.
con se Se comentaron las no-
ticias.

De pre-
Las noticias no son
dicado
buenas.
nominal

136
Fernández Lávaque, Salas y Campos

3.1. Según número y relación de componentes proposicionales:


simple y compleja. Coordinación y conectores. Subordinación:
función sustantiva, adjetiva y adverbial. Transpositores y rela-
tores.

Primer criterio

Primero se reconoce el número de proposiciones en la oración.


Luego se atiende a las características de la expansión propositiva:
si la proposición añadida pertenece al mismo nivel de análisis de la
anterior o si aporta un nuevo valor sintáctico. Lo que define la coor-
dinación y la subordinación es la manera como se incorporan a la
estructura de la oración general.
Ya se expuso acerca de la oración simple, sus características y com-
ponentes. A continuación se expone acerca de la oración compuesta
(algunos autores le dan otra denominación; así, Samuel Gili y Gaya
(1964) la llama período).
La oración compuesta se analiza como una oración simple que
tiene alguno o algunos de sus elementos sintácticos expresados por
una proposición. En consecuencia, la interdependencia de los ele-
mentos sintácticos traba de tal modo la expresión que, al separar
las proposiciones, éstas no sólo quedan psicológicamente mutiladas,
como en la coordinación, sino que una de ellas resulta formalmente
incompleta, al igual que si en una oración simple se intentara sepa-
rar el sujeto o algún complemento del verbo y, en consecuencia, esos
elementos quedarían como expresiones gramaticalmente vacías.

Coordinación o parataxis

Como procedimiento gramatical implica la unión de elementos


que tienen el mismo valor sintáctico:
a) El padre y el hijo caminan lentamente.
b) Los jóvenes son lindos e inteligentes.
c) Sale al alba y regresa a la noche.
Las unidades subrayadas no dependen una de otra sino que se
hallan al mismo nivel. Si se analiza el valor de cada una de esas tres
oraciones:
ŒŒEn a hay dos núcleos que están funcionando como sujetos y por

137
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

tanto son equifuncionales (tienen la misma función).


ŒŒEn b las dos unidades también desempeñan la misma función de
predicativo obligatorio y en consecuencia, tienen el mismo valor
sintáctico.
ŒŒEn c el sintagma oracional se constituye con dos proposiciones;
tampoco presentan dependencia sintáctica la una respecto de la
otra.
En la coordinación las proposiciones que se unen deben:
ŒŒSemánticamente, presentar cohesión, o sea integración de sentido.
ŒŒMorfológicamente, estar relacionadas por conjunciones o pausas.
ŒŒFónicamente, mantener la misma altura musical de la voz.
La presencia de unidades coordinadas se comprueba por un co-
nector que generalmente es una conjunción, la cual se constata en el
nivel inmediatamente superior del análisis.
Desde el punto de vista fonológico, la coordinación está marcada
por junturas o pausas que se llenan con conectores. Aunque puede
haber coordinadas que no llevan la marca gramatical de la relación,
caso de las yuxtapuestas o coordinación sin nexo.
De modo que las proposiciones coordinadas se clasifican en dos
grupos:
ŒŒYuxtapuestas o coordinadas sin nexo: en las oraciones que confor-
man, las proposiciones están a un mismo nivel sintáctico, es decir,
tienen igual valor gramatical. Si se separaran, formarían unidades
independientes de sentido. Las proposiciones yuxtapuestas están
vinculadas entre sí a través de un signo gráfico, que puede ser la
coma o el punto y coma.
[(Pasaron los padres un rato al comedor); (él descansaba
con los ojos heridos y desorbitados); (ella bebía aquel trago
frío de café)].
Todos pasean, ella estudia.
ŒŒCoordinadas con nexo: al igual que las proposiciones yuxtapues-
tas, las coordinadas se ubican a un mismo nivel sintáctico, pero
a diferencia de aquéllas, están unidas a través de un nexo coordi-
nante:
Muchos fueron pasados a cuchillo implacablemente, pero alguno y yo pudimos escapar.
Stg.O.C. por Coord.
P.P. Nexo P.P.

138
Fernández Lávaque, Salas y Campos

La coordinación, como se comprueba en los ejemplos a y b, no


afecta solamente a unidades proposicionales. Pueden coordinarse
unidades menores en la oración simple, en cualquiera de sus compo-
nentes. Siguiendo este primer criterio clasificatorio, en este apartado
se trata la coordinación de proposiciones.
La oración compuesta por coordinación se clasifica en:
ŒŒCopulativa, con nexos como y, e, ni, que.
ŒŒAdversativa, con nexos como pero, mas, sino.
ŒŒDisyuntiva, con nexos como o, u.
Algunos autores, al clasificar este tipo de oración, reconocen tam-
bién:
ŒŒDistributiva, con nexos como ya … ya, bien … bien.
ŒŒConsecutiva, con nexos como entonces, luego.

Oración compuesta coordinada copulativa

Los conectores de las proposiciones que la componen, las cuales


pertenecen al mismo nivel sintáctico, son las llamadas «conjuncio-
nes copulativas»: y, e, ni, que. La última, arcaizante, aparece en el
lenguaje infantil y en frases hechas sobre todo de la lengua rural,
con valor de y:

Dale que dale. = Dale y dale.

Conjunción subordinante Dijo que está bien.


Funciones Subordinante relativo Vi el cartel que dejaste.
de que Pronombre interrogativo y exclamativo ¿Qué decís?
Conjunción copulativa Dale que dale.

Las proposiciones unidas por conjunciones copulativas tienen va-


lor aditivo. Bernard Pottier (1970) les asigna el mismo valor de la
suma, pues puede ser continuada indefinidamente, aunque a veces
la cópula es sólo de dos unidades y no de dos o más proposiciones:
Llegó y solucionó el problema.

Las unidades conectadas por estas conjunciones pueden tener


modalidad afirmativa mediante y, o modalidad negativa expresada
por ni:

139
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Afirmación + afirmación + afirmación Su marca es y o Comió y dejó comer.


e según la situa- Vos te precipitás e Inés se
ción fónica. caracteriza por su inercia.
Negación + negación Su marca es ni No comió ni dejó comer.
No quería abandonar mi
casa ni nosotros lo hubiéra-
mos permitido.
Negación + afirmación No estudió y se presentó al
examen.
Afirmación + negación Estudió y no se presentó al
examen.

La simetría se marca fundamentalmente a través del tiempo ver-


bal, aunque puede darse la asimetría por falta de correspondencia
entre los tiempos verbales, como entre el pretérito perfecto simple y
el presente de la siguiente oración:
Llamó y sólo habla operías.

Oración compuesta coordinada adversativa

Expresa nociones semánticas contrarias, objetando o eliminando


una:
Es fuerte pero no aguantó.
La gramática tradicional reconoce dos formas de adversativas:
ŒŒParciales: cuyos nexos son pero, mas, sin embargo, no obstante.
ŒŒTotales: cuyos nexos son sino, salvo, excepto.
No siempre se da esta distinción pues a veces la adversidad total
está implícita en una proposición relacionada por pero:
Era sano pero murió repentinamente.
No quiero que engordés sino que te alimentés.
[(Vive castigado), sin embargo (no es malo)].
[(Yo no los vi) pero (en verdad existen)].

Oración compuesta coordinada disyuntiva

Expresa opción entre dos posibilidades y ha sido considerada


como incluida en la distributiva (para algunos estudiosos esto se
produce a la inversa). Está conectada por o (y su variante u). Los va-
lores semánticos de la disyunción pueden ser de exclusión:
O traés o llevás.
y también de identificación:

140
Fernández Lávaque, Salas y Campos

La Casa de Hernández o Museo de la Ciudad.


La Casa de Arias Rengel o Museo de Bellas Artes.
[¿(Abandonó voluntariamente su mutismo) o (lo forzaron
a hacerlo)?]
[(Debes corregirte) u (olvidaré mi promesa de ayuda)].
Bernard Pottier (1970: 76) dice que la adversativa implica sustrac-
ción y que la disyuntiva propone como posibilidad la identificación
del valor de las dos proposiciones.

Oración compuesta coordinada distributiva

Se caracteriza por la presencia de morfemas o palabras que tienen


valor alternante o que se reiteran:
Bien cobra, bien anda.
Unos se esfuerzan, otros haraganean.
Las proposiciones no se unen por conjunción, sino que se presentan
simplemente yuxtapuestas; la coordinación entre ellas se establece
empleando palabras correlativas y a veces repitiendo una misma pa-
labra: unos … otros, éstos … aquellos, aquí … allí, bien … bien, cuando
… cuando, ya … ya, tan pronto … tan pronto, etc.

Subordinación o hipotaxis

Según la perspectiva psicologista de Gili y Gaya (1964: 325), la dis-


tinción entre la coordinación o parataxis y la subordinación o hipota-
xis, se basa en diferencias puramente formales. Este autor, que para
definir la oración pone el acento en la perspectiva psicológica, dice
que las proposiciones (que llama «oraciones») coordinadas, lo mismo
que las yuxtapuestas, dependen de la unidad psíquica intencional
del complejo de que forman parte. Por tanto, no hay proposición que
desde el punto de vista psicológico, no esté subordinada a la oración
compuesta (Gili y Gaya denomina «período» a esta última); de modo
que todas las proposiciones del período están subordinadas. Así por
ejemplo cuando una de ellas lleva un imperativo o un vocativo, des-
tinados a llamar la atención del interlocutor, puede ir al principio o
fin del período, sin que por ello se altere su fuerza expresiva:
Quiero llegar temprano; apuráte.
gradación descendente gradación ascendente

141
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

De modo que en todo período (oración compuesta) hay una propo-


sición cuyo refuerzo fonético expresa mayor importancia psíquica.
En todo período de cualquier clase que sea, hay una proposición
expresivamente más intensa (cuyo relieve señalan los recursos foné-
ticos) a la cual se adhieren las demás proposiciones como a su centro
de gravedad. Éstas son las semejanzas troncales entre la yuxtaposi-
ción, la coordinación y la subordinación.
Entre la unión paratáctica y la hipotáctica, la diferencia radica en
que la subordinación alcanza expresión gramatical en la hipotaxis
mediante la trabazón de sus componentes. O sea que en la hipota-
xis una de las proposiciones convierte las proposiciones subordina-
das en elementos sintácticos propios, las cuales funcionan entonces
como sujeto, atributo, complemento, etc.
Como procedimiento sintáctico, la subordinación se diferencia
de la coordinación en que mientras ésta une elementos del mismo
nivel, la subordinación se establece entre sintagmas proposiciona-
les de distinta jerarquía sintáctica. Mientras la coordinación conecta
unidades equifuncionales, la subordinación introduce dentro de la
estructura de la oración toda una proposición en lugar de una uni-
dad lexemática o sus equivalentes (sustantivo, adjetivo, adverbio).
Por tanto, la subordinación se halla en un nivel sintáctico inferior
aun cuando no cumpla la función de un determinante, pues puede
desempeñar función de sujeto.
Las proposiciones subordinadas dependen de las palabras o cons-
trucciones a las que modifican. Siempre dependen de otra construc-
ción; por ello, pertenecen a planos sintácticos distintos. Pueden cum-
plir dentro de la oración las funciones del adjetivo, del sustantivo o
del adverbio (por lo tanto, pueden constituir el sujeto de una ora-
ción, los modificadores del sustantivo, el objeto directo, el objeto
indirecto, el predicado no verbal, el predicativo, los complementos
circunstanciales, etc.) y, de acuerdo con dichas funciones, se clasifi-
can en subordinadas adjetivas, sustantivas o adverbiales:
Proposición subordinada sustan- Me parece que traerá la ropa.
tiva sujeto Que no mientas es lo que deseo.

Proposición subordinada sustan- Creo que todo saldrá bien.


tiva objeto directo Don Pedro quiere saber cómo sucedieron
las cosas.

142
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Proposición subordinada adje- Compré una blusa que me gusta mucho.


tiva

Proposición subordinada adjeti- Este pueblo, que sería un día una ciudad
va explicativa cosmopolita, acabó por arrojar de sí a los
primeros conquistadores.

Proposición subordinada adver- Nos veremos cuando te portés adecuada-


bial complemento circunstancial mente.
de tiempo

La proposición subordinada puede cumplir en la oración compues-


ta las mismas funciones gramaticales del sustantivo, del adjetivo y
del adverbio. No la del verbo porque su función es muy privativa.
Las marcas morfológicas de la subordinación son: la juntura, las
conjunciones que, si, los pronombres y adverbios relativos y otros
nexos con valor equivalente: aunque, según.
En el caso de los relativos, éstos cumplen una función en su pro-
posición, sirven para orientar al lector hacia un referente antes enun-
ciado o una referencia implícita y tienen la significación de ese refe-
rente.
La subordinación es un fenómeno gramatical que se expresa por
las relaciones paradigmáticas que contraen las unidades en el siste-
ma y que están latentes en la conciencia del hablante.
En el lenguaje infantil, las conjunciones subordinantes aparecen
tardíamente, salvo que, simple nexo copulativo, porque y para que.
Las otras se presentan posteriormente a medida que van siendo ne-
cesarias y muchas de ellas seguirán siendo desconocidas durante
toda la vida según el grado de instrucción, sobre todo literaria (Gili y
Gaya, 1964: 272-273).

Tipos de proposiciones subordinadas

ŒŒAdjetivas
ŒŒSustantivas
ŒŒAdverbiales

143
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Proposiciones subordinadas adjetivas

Cumplen la función de adjetivos y, como éstos, modifican al sus-


tantivo que está en la oración como antecedente (palabra a la que se
refiere el pronombre relativo). Pueden presentarse en el sujeto, mo-
dificando al núcleo o a otro sustantivo presente en el complemento
de nombre, en la aposición o en la construcción comparativa, o en el
predicado, siempre como determinantes de sustantivos. Al cumplir
la función de adjetivos, las proposiciones subordinadas pueden ser
reemplazadas por éstos.
Los encabezadores de las proposiciones subordinadas adjetivas
se llaman «relacionantes» y son los pronombres relativos: que, el
cual, la cual, los cuales, las cuales, lo cual, quien, quienes, cuyo, cuya,
cuyos, cuyas, donde, cuando y como. Estos pronombres cumplen, en
la proposición subordinada adjetiva, una función determinada (suje-
to, objeto directo, complemento circunstancial, etc.).
Los pronombres que, cual y quien, cumplen, dentro de la proposi-
ción subordinada, la función de sustantivos:

soltera
La nieve era una doncella que se estaba por casar.

útil
Este es el instrumento con el cual hicimos la medición.

generoso
Estuve con el director quien me propueso el viaje.

Los pronombres cuyo, cuya, cuyos y cuyas cumplen la función de


adjetivos dentro de la proposición subordinada:

desconocidos
Eran labradores cuyos métodos no conocíamos.

Los pronombres donde, cuando y como cumplen la función de ad-


verbios dentro de la proposición subordinada:

ocupado
Tiene un gran salón donde trabajo.

144
Fernández Lávaque, Salas y Campos

imaginado
La obra no fue del modo como la imaginamos.

sobrecogedor
Llegamos en aquel momento cuando el cielo retumbaba.

Proposiciones subordinadas sustantivas

Cumplen la función de sustantivos y, como tales, pueden ser: su-


jeto, aposición, término de preposición, objeto directo, predicativo
obligatorio y predicado nominal. Las proposiciones subordinadas
sustantivas se reconocen mediante la sustitución por los pronom-
bres esto, estos, éste, ésta, eso, etc., en función sustantiva.
Los subordinantes de las proposiciones subordinadas sustantivas
son que, si, quien, el que, la que, lo que, los que, las que. Existe tam-
bién la subordinación sin nexo: es el caso de las proposiciones en
estilo directo y de las exclamativas e interrogativas indirectas.
ŒŒEn función sujeto:
éste
Quien asume esa actitud carga con las consecuencias.

ŒŒEn función apositiva:


los viajeros, esos
Ustedes, los que viajan el lunes, preparen los equipajes.

ŒŒEn función término de preposición:


éste
La casa de quien me hablaste será vendida.

esto
Miró el cielo por que le recordaba su día de suerte.

esto
Tiene la preocupación de que no lleguemos a tiempo.

esto
Lo saludó para que lo reconociera.

145
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

ŒŒEn función de objeto directo:


eso
Le preguntó si quedaban indios en la región.

esto
Comprendió que él también era una apariencia.

Las proposiciones subordinadas objeto directo pueden unirse a


la principal sin nexo; es el caso de la omisión del nexo, del estilo
indirecto, de las interrogativas y de las exclamativas indirectas.
Omisión del nexo:

eso
Te pido me contestes lo antes posible.

Estilo directo:

eso
De tanto en tanto murmuraba «se lo transmitiré».
Interrogativa o exclamativa indirecta:

eso
Pensé qué podía hacer mientras tanto.

eso
Lamenté cuánto nos habían perjudicado.

ŒŒEn función de predicado nominal:


esto
Lo cierto es que el aparato no funciona.

esto
Lo malo, que están en plena guerra.

Proposiciones subordinadas adverbiales

Cumplen en la oración las mismas funciones que el adverbio y,


como tales, pueden modificar al verbo, al adjetivo, al adverbio y tam-
bién a toda la oración. Las proposiciones subordinadas adverbiales
se clasifican en dos grupos y existen nexos o encabezadores especí-
ficos para cada tipo:
146
Fernández Lávaque, Salas y Campos

ŒŒLas que determinan al verbo como circunstanciales: son las propo-


siciones adverbiales de tiempo, de lugar, de modo y de cantidad.
Subordinadas adverbiales de tiempo: pueden reemplazarse por

adverbios de tiempo: entonces, ahora, hoy, mañana, temprano,
tarde, etc. Los encabezadores son cuando, mientras, no bien, en
tanto, en cuanto, entre tanto, siempre que, mientras que, antes
que, ahora que, desde que, hasta que:
entonces
No escribe desde cuando se enfermó.

temprano
Lo encontró entonces, mientras navegaba.

Subordinadas adverbiales de lugar: pueden reemplazarse por ad-



verbios de lugar: aquí, allí, arriba, abajo, etc. Los encabezadores
son donde, adonde, por donde, hacia donde, de donde, para don-
de, hasta donde:

allí
Entraba donde ella vivía.

allí
Los niños, donde comienza la escalera.

Subordinadas adverbiales de modo: pueden reemplazarse por el



adverbio así. Los encabezadores son como, cual, conforme, se-
gún:
rápidamente
La penumbra avanza así como crece nuestro desasosiego.

Subordinadas adverbiales de cantidad: pueden reemplazarse por



los adverbios poco, mucho, bastante, demasiado, etc. Su encabe-
zador es cuanto:
mucho
Gritó cuanto pudo.

mucho
Trabajó cuanto sus fuerzas le permitieron.

147
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

ŒŒLas que no determinan al verbo como circunstanciales: son las


proposiciones subordinadas causales, condicionales, consecuti-
vas y concesivas. Las proposiciones subordinadas de tiempo y de
modo que determinan a toda la oración también pertenecen a este
grupo. Son determinantes de proposición, porque determinan al
resto de la oración y no sólo a uno de sus elementos.
Proposiciones subordinadas de tiempo y de modo que determi-

nan a todo el resto de la oración:
entonces
Cuando llueva, refrescará.

entonces
En tanto esto sucedía, había gran agitación en el centro.

así
Conforme lo establecieron, dictaron la reglamentación.

Subordinadas adverbiales de causa: la encabezan los nexos su-



bordinantes porque, pues, ya que, puesto que:

Te diré la verdad pues has jurado por tu vida.

Le convenía ese lugar ya que era un mundo invisible.

Subordinadas adverbiales condicionales: indican una condición



para que se realice lo dicho en la proposición principal. Sus en-
cabezadores son los nexos si, como, con tal que, siempre que,
conque, a condición de que, en caso de que, supuesto que:
Si estuviera ocupado, no tendría tiempo para pensar.

Siempre que puedan, ellos asistirán.

Subordinadas adverbiales consecutivas: indican una consecuen-



cia de lo dicho en la proposición principal. Se caracterizan por
la presencia de los intensificadores: tan, tanto, tal, de tal modo,
de modo, de tal suerte, de suerte, de manera, de tal manera, a
tal punto. Todos estos intensificadores preceden al subordinante
que:
Tanto la quería que dio, loco de amor, la vida por ella.

148
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Era tan desdichada que sólo deseaba la muerte.

Subordinadas adverbiales concesivas: indican concesión (una ob-



jeción que no es suficiente como para que no se realice lo dicho
en la proposición principal). Sus encabezadores son aunque, así,
siquiera, aun cuando, si bien, por más que, mal que, por poco que,
sea quien sea, digan lo que digan:
Aunque no es fácil, hacélo.

Mal que les pese, ésta es mi decisión.

Síntesis

Las siguientes son oraciones simples, porque poseen una sola pro-
posición:
Acompañan a Garay muchos jóvenes criollos.
Stg.O.S. - P.P.

Los españoles de la comitiva son gentes modestas y laboriosas.


Stg.O.S. - P.P.

En cambio, éstas son oraciones compuestas:


Acompañan a Garay muchos jóvenes criollos y los españoles de la comitiva son gentes modestas.
Stg.O.C. por Coord.
P.P. Nexo P.P.

La corrupción es una lacra social pero todos trabajamos contra ella.


Stg.O.C. por Coord.
P.P. Nexo P.P.

En las oraciones anteriores, las unidades mantienen su sentido,


pero la presencia de los nexos coordinantes y y pero las vincula, es
decir, han dejado de ser independientes. Estas oraciones están for-
madas por dos unidades menores, que constituyen proposiciones.
Tales proposiciones integran un todo unitario: la oración. El descen-
so tonal coincide con el punto que la cierra.
En la oración que sigue, hay cuatro proposiciones, conectadas me-
diante el nexo coordinante y y los subordinantes cuya y que:

149
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Acompañan a Garay muchos jóvenes cuya procedencia es criolla y algunos


Stg.O.C. por Coord. y Sub.
Stg.P.P. Nexo

Stg.Verb.P.Verb. Stg.Nom.Suj.
N. Stg.Nom.O.D. Dte. N. Dte.Propos.Sub.Adj. Dte.

españoles que constituyen la comitiva son gente modesta y de laboriosa posición.

Stg.P.P.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Nom.
N. Dte.Propos.Sub.Adj. I.V. Stg.Nom.Pred.Oblig.

Cláusulas (construcciones o proposiciones) conjuntas y absolutas

ŒŒDe infinitivo: se construyen sin conector salvo cuando son interro-


gativas totales. El infinitivo puede ser conjunto o absoluto:
Es conjunto cuando su sujeto es correferencial con un sustantivo

del contexto; en este caso lo más frecuente es que el sujeto del
infinitivo sea desinencial, tácito:
(yo tranquilizo)
Me urge tranquilizar a este amigo.
Stg.O.C. por Sub. - P.P.
Stg.Verb.P.Verb. Stg. P.Sub.Sust. P.Vdal.Suj. C.Conjunta
O.I. N. N. Dte.Prep.O.D.
Rte. Stg.Nom.
Dte. N.

En esta oración el sujeto del infinitivo es correferencial con el ob-


jeto indirecto me.
Es absoluto cuando:

Su sujeto es independiente del contexto:

(entró) (voy)
Entrar él e irme yo, será todo uno.
Stg.O.C. por Sub. - P.P.
Stg.P.Sub.Sust.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
P.Vdal. C.Abs. Nexo P.Vdal. C.Abs. I.V. Stg.Nom.Pred.Oblig.
N. Suj. N. Suj. Dte. N.

150
Fernández Lávaque, Salas y Campos

El infinitivo corresponde a verbos que no admiten sujetos (ver-



bos impersonales):
(empezó a llover) SD (nosotros)
Al empezar a llover nos guarecimos en el zaguán.
Stg.O.C. por Sub. - P.P. - Stg.Verb.P.Verb.
P.Sub.Adv. P.Vdal. C.Abs. Dte.O.D. N. Dte.Prep. Comp.Circ.Lugar

El contexto no señala un sujeto:



El triunfar en la sociedad fue su meta.
Stg.O.C. por Sub. - P.P.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Nom.
Dte. P.Sub.Sust. P.Vdal. Stg.Verb.P.Verb.C.Abs. I.V. Stg.Nom.Pred.Oblig.
N. Dte.Prep. Comp.Circ.Lugar Dte. N.

ŒŒDe gerundio:
El gerundio es conjunto cuando su sujeto es correferencial con el

de la oración o con el objeto directo:
(bajaba)
La Teresa corría locamente bajando la cuesta.
Stg.O.C. por Sub. - P.P.
Stg.Nom.Suj. SV PV
Dte. N. N. Comp.Circ.Modo P.Sub.Adv. P.Vdal. Comp.Circ.Modo C.Conj.
N. Dte.Stg.Nom.O.D.
Dte. N.

El sujeto de bajando la cuesta es la Teresa, normalmente omiti-


do.

El gerundio es absoluto cuando su sujeto es independiente del



contexto:
(estaba)
El hecho ocurrió estando yo ausente.
Stg.O.C. por Sub.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
Dte. N. N P.Sub.Adv. P.Vdal. Comp.Circ.Tiempo C.Abs.
I.V. Suj. Pred.Oblig.

151
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

ŒŒDe participio:
(abrió)
Abierto el pico, el pájaro voló.
Stg.O.C. por Sub.
Stg.Verb.P.Verb. Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
P.Sub.Adv. P.Vdal. Comp.Circ.Modo C.Abs. Dte. N. N.
N. Stg.Nom.O.D.
Dte. N.

152
Fernández Lávaque, Salas y Campos

3.2. Según presencia o ausencia de una de las funciones bási-


cas: oración unimembre, oración bimembre.

Segundo criterio

Oración bimembre: es la que presenta los dos constituyentes bá-


sicos ya estudiados, sujeto y predicado. Ambos son términos inter-
dependientes: no es posible hablar en una oración de un sujeto si
no hay un predicado y a la inversa, salvo en la oración impersonal,
tampoco hablar de un predicado si no se identifica gramaticalmente
un sujeto.
Una oración como
Profesores discursearon.
está formada por dos palabras, las cuales, en el contexto sintáctico,
son los elementos mínimos que pueden permutarse o que permiten
la intercalación de otros elementos. Se puede decir
Discursearon profesores.
o
Discursearon varios profesores.
con lo cual no sólo se alteró el orden, sino que también se intercaló
la palabra varios y con ambos procedimientos se comprueba que se
trata de dos unidades diferentes: profesores, sujeto; discursearon,
predicado.
Dentro de la palabra no se puede intercalar elementos ni permutar
el orden de los que la conforman pues estos están en una posición
fija dada por la lengua. La sintaxis permite una mayor movilidad.
En la oración dada, se presentan dos constituyentes a los cuales
se les pondrá los rótulos de «sujeto» y «predicado verbal» respecti-
vamente.
Según las gramáticas, el sujeto puede tener varias definiciones
que corresponden a distintos puntos de vista. Desde la perspectiva
adoptada en este trabajo, en el estrato sintáctico se caracteriza al
sujeto como aquel elemento de la oración que contrae concordancia
de persona y número con otro constituyente que tiene que estar pre-
sente en la oración. En la oración dada, profesores es un sustantivo
en plural, marcado por -es; el verbo en tercera persona discursearon
también está en plural (contrasta con discurseó que es tercera perso-
na singular), en concordancia con el plural de profesores.

153
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Si el sujeto no manifiesta persona, puede ser sustituible por el


pronombre que sí la manifiesta (pues los sustantivos en sí no tienen
persona y si se interpreta que en profesores la persona es la tercera,
es porque se puede sustituir esa palabra por el pronombre de tercera
persona plural: ellos).
La presencia del sujeto es relativa, porque el verbo puede marcar
que el sujeto existe, aunque no esté expreso: sujeto desinencial.
El sujeto puede ser simple o compuesto, según esté constituido por
uno o más núcleos. Asimismo, es sabido que el o los núcleos pueden
estar acompañados por elementos secundarios denominados «deter-
minantes» o «modificadores».
Sintetizando, para saber cuál es el sujeto y cuál es el predicado
de una oración bimembre (en el caso del predicado verbal) se debe
considerar la concordancia entre sujeto y predicado respecto a la
persona y al número, las dos categorías morfológicas que el sujeto
puede manifestar.
El otro constituyente fundamental de la oración bimembre es el
predicado el cual ya fue caracterizado.
Oración unimembre: es aquella que no tiene una partición A/B,
o sea un sujeto y un predicado. Las dos posibilidades que presenta
esta estructura son la de ser o no articulada: una sola o más de una
palabra respectivamente.
Cualquier clase de palabra puede ser una oración unimembre no
articulada. Así por ejemplo:

Mesa. Sustantivo
Pedro. Nombre propio
Yo. Pronombre personal
¡Lindo! Adjetivo
¡Arriba! Adverbio
¡Ojalá! Interjección
¡Pararse! Verboide

Incluso son oraciones unimembres los casos especiales de subor-


dinantes y coordinantes: si en un diálogo preguntan: «¿De dónde
vino?» y se contesta: «De…» porque la persona interrogada se queda
pensando de dónde había venido, quien había preguntado insistirá:
«¿Y?».
154
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Por último, es necesario citar los verbos de conjugación incom-


pleta que se conocen como de fenómenos atmosféricos, conjugables
sólo en tercera persona singular: Llueve.
Las oraciones unimembres articuladas pueden ser construcciones
endocéntricas o exocéntricas:
ŒŒEndocéntricas:
Sustantivas:

Naranjas baratas.
Adjetivas:

Muy bellas.
Adverbiales:

Frente a vos.
Muy lejos.
Junto a mí.
Verboidales:

No pisar el césped.
Con interjección:

¡Ay de mí!
Verbales impersonales (tienen como núcleo un verbo imperso-

nal):
Llueve a cántaros.
Hay niños aquí.
Hace calor.
Oraciones que dependen del contexto para determinar si son o

no impersonales:
Es bimembre con sujeto desinencial si se alude a
«los chicos», de los que antes se estuvo hablando.

Cantan en la calle.
Es unimembre impersonal, a pesar del morfema
plural en el verbo, si, de pronto, se oyen voces sin
saber quiénes cantan.

ŒŒExocéntricas: locuciones adverbiales, de subordinante y término,


que no equivalen a sus núcleos y por tanto no pueden reempla-
zarlos:
De mañana.
Por la noche.

155
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Por favor.
A hurtadillas.
A cántaros.
A bastonazos.

En síntesis, las oraciones unimembres pueden ser:


ŒŒSintagma verbal: impersonales
ŒŒSintagma nominal
ŒŒSintagma adverbial

La impersonalidad en español

Las oraciones impersonales son una clase de las unimembres. De


las tres personas propias de los pronombres y de los verbos, las dos
primeras son expresivas de las personas del diálogo. La tercera es
la llamada «no persona» que caracteriza a los verbos de las oracio-
nes impersonales. Los verbos impersonales que son núcleos de los
predicados en las oraciones unimembres de sintagma verbal, sólo
pueden ser conjugados en la tercera persona singular o plural, aun
cuando en otros contextos presenten el paradigma de la conjugación
completa.
Las oraciones impersonales se clasifican según contengan:
ŒŒVerbos en tercera persona singular:
Verbos de conjugación incompleta: son los verbos que semán-

ticamente indican accidentes meteorológicos, en los cuales se
bloquean las categorías morfológicas de género y número co-
rrespondientes al sujeto, aunque manifiesten el tiempo, el modo
y el aspecto: llover, tronar, relampaguear, nevar, amanecer, ano-
checer, etc. Se llaman también «verbos unipersonales». Pueden
presentar la función sujeto por razones estilísticas:
Su boca llovió elogios.
Verbos de conjugación completa: son los que, en cantidad apre-

ciable, actúan como impersonales en ciertos contextos:
Hacer:

Usado como fabricar constituye oraciones con sujeto y predi-
cado:
Ellos hacen muebles.

156
Fernández Lávaque, Salas y Campos

En otros usos, no hay ningún sujeto posible que pueda relacio-


narse con la acción producida:
Hace calor.
Es erróneo el uso del verbo concordando con el número del
objeto directo:
Hace grandes calores.
* Hicieron / hacen fuertes calores.
Este verbo, como impersonal, se encuentra en las oraciones
adverbiales de tiempo, formando construcciones unimembres:
No lo veo desde hace tiempo.
Decir:

Conforma oraciones bimembres, con sujeto y predicado:
Él dice que vendrá.
También oraciones impersonales:
En los diarios dice que mejorará el tiempo.
En esta oración, el hablante no alude ni a quien se ocupa de
asuntos meteorológicos en el diario, ni a ningún sujeto en par-
ticular; por tanto borra al posible sujeto mediante la imperso-
nalidad. El plural da menor certeza aun que el singular, pues
esa pluralidad implica vaguedad e incertidumbre:
Los diarios dicen que mejorará el tiempo.
Comentar, afirmar:

Son verbos que conforman oraciones impersonales en plural,
en tanto la forma singular requiere el uso de se:
En el diario comentan (afirman) que mejorará el tiempo.
Se comenta (afirma) que mejorará el tiempo.
Haber:

Este verbo presenta, para la impersonalidad, la forma particu-
lar hay en presente del modo indicativo. Tampoco concuerda
con el objeto directo:
Hay mucho por decir.
Hay carne en la heladera.
Hubo muchos truenos.
* Hubieron muchos truenos.
Bastar:

El verbo lleva un complemento régimen. Es un verbo usado

157
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

como impersonal, porque no es factible reponer ningún sujeto


ni pensar en ninguna persona. No se puede pasar el verbo a
plural:
No le basta con lo que tiene.
Si se elimina la preposición con, se constituye una oración per-
sonal que consta de sujeto y predicado, y el verbo puede pasar
a plural:
No le bastó lo que ha comido.
No le bastan los que ya leyó.
Oler:

Conforma oraciones unimembres impersonales con verbos fi-
jados en tercera persona singular:
Huele a lavanda.
Aquí huele bien.
Se puede decir:
Se huele bien aquí.
También, oraciones personales con sujeto y predicado, algunas
de las cuales se pueden interpretar como reflejas recíprocas:
Estos cuartos huelen mal.
Los perros se huelen.
Ser:

Constituye oraciones impersonales cuando no se puede cata-
lizar en ellas ningún sujeto ni tampoco es posible pasar las
oraciones al plural:
Es temprano.
* Son temprano.
Es de día.
* Son de día.
También oraciones personales bimembres:
Es lindo.
En algunas oraciones, se puede pensar ser como equivalente a
existir, por lo que tales oraciones son personales:
Es el amanecer.
Es el alba.
Es tu época.
Es tu juventud.

158
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Pero cuando ser va con sintagmas que indican transcurrir tem-


poral, constituye un uso impersonal del verbo.
Estar:

Constituye oraciones bimembres de sujeto y predicado:
Está loco.
Están locos.
También oraciones impersonales:
Está oscuro.
Es una oración con sujeto desinencial, si en el contexto ante-
rior se ha especificado a qué se alude:
El cuarto está oscuro.
Pero si se sale de una casa a la noche y se la enuncia, no hay
ningún sujeto específico y, por tanto, se trata de una oración
unimembre impersonal.
Ir:

Se usa como impersonal en tercera persona singular:
¿Cómo te va?
El verbo, en esta oración, tiene un sentido globalizador que
alude a todas las circunstancias concernientes a la vida del
interlocutor.
En plural conforma oraciones bimembres:
¿Cómo van tus cosas?
El sujeto de esta oración es tus cosas.
ŒŒImpersonal con se: en la oración así construida se silencia el agen-
te o productor de la acción cuando se pierde su interés para el
que habla, de modo que se + verbo en tercera persona singular es
índice de impersonalidad, es decir, sólo índice de sujeto Ø (cero):
Se aceptó la paz.
ŒŒVerbos en tercera persona plural: cuando se desea evitar la enun-
ciación explícita del sujeto, se produce también la oración uni-
membre impersonal:
Si no se sabe el sujeto, se expresa en plural aunque se trate de

una sola persona:
Llaman a la puerta.
No se especifica el sujeto, si lo prioritario es manifestar otra idea:

Me regalaron un libro.

159
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

3.3. Según la estructura del predicado: verbal y no verbal

Tercer criterio

Ya se expusieron ampliamente las características del predicado


nominal y del predicado verbal. El primero configura el tipo de ora-
ciones llamadas «atributivas» y el segundo, las denominadas «predi-
cativas», en las cuales la palabra esencial del predicado es el verbo y
por esto se considera que el predicado es verbal, en tanto que en las
atributivas el predicado es nominal.
El verbo de una oración predicativa puede bastar por sí solo para
expresar todo lo que se quiere decir del sujeto o puede llevar pala-
bras que completen la predicación. En el primer caso, el verbo es de
predicación completa pues no hay en el predicado más palabra que
él:
El joven huye.
En el segundo caso, acompañan al verbo otras palabras que, por
completar todo lo que se desea decir del sujeto, se llaman «comple-
mentos». El verbo es entonces de predicación incompleta:
El joven huye por atrás de la casa.
Ya se dijo también que dichos complementos del verbo son el ob-
jeto directo, el objeto indirecto, los complementos circunstanciales,
el predicativo no obligatorio y el complemento agente. En relación
con el objeto directo, las oraciones que no lo tienen son intransitivas,
aunque acompañen al verbo otros complementos, y cuando sí tienen
el complemento acusativo u objeto directo, son transitivas:

Intransitiva Marta vive en su ciudad natal.


Transitiva Marta estudia una materia difícil.

El significado de algunos verbos dificulta la presencia de un obje-


to directo. Así, morir, vivir, quedar, dormir, etc. no se prestan a que
haya una cosa muerta, vivida, quedada, dormida, distinta del sujeto.
Sin embargo, a veces hay un objeto directo implícito en la misma
significación del verbo y se lo cataliza:
Dormir un sueño tranquilo.
Morir una muerte gloriosa.
Vivir una vida angustiosa.
A pesar de que, por naturaleza, esos verbos son intransitivos y en
160
Fernández Lávaque, Salas y Campos

los ejemplos se da una cierta tautología, ésta tiene valor expresivo.


Por el contrario, otros verbos se inclinan, también por naturaleza,
a llevar un acusativo: dar, entregar, abandonar, mostrar, etc., los
cuales no pueden prescindir de enunciar la cosa dada, entregada,
abandonada, mostrada, para que la oración tenga sentido. Lo ge-
neral es que la significación de los verbos no dificulte que puedan
usarse como transitivos o intransitivos y entonces se dirá:
El automovilista ha abandonado.
El cadete ha entregado.
Entre las oraciones intransitivas los gramáticos distinguen el gru-
po de las oraciones con verbo de estado. Tales verbos son habitual-
mente intransitivos y denotan hechos no relacionados con un objeto
directo, sino que expresan en el sujeto una situación más o menos
fija:
Marta está en la oficina todo el día.
Quedamos muy satisfechos.
Llegaron cansadísimos.
En estas oraciones la actividad del sujeto está aminorada, hasta el
punto de que no produce la acción, sino que ésta se produce en él.
Estas oraciones están por lo tanto en el límite entre las oraciones ac-
tivas (sujeto agente) sobre las que ya se ha expuesto y las oraciones
pasivas (sujeto paciente).
Las oraciones caracterizadas como atributivas y predicativas y
dentro de éstas las transitivas e intransitivas (salvo el grupo con
verbo de estado) son en general tipificadas como oraciones activas
respecto de las cuales se considera que el sujeto actúa, es agente; si
se expresa:
Raúl padece dolor.
semánticamente el sujeto no es agente, pero gramaticalmente el ver-
bo indica acción.
Cuando el interés del que habla está en el objeto de la acción y
no en el sujeto, se configuran las oraciones pasivas que presentan
sujeto paciente y verbo en voz pasiva. Estas oraciones pueden llevar
o no expresado el agente o productor de la acción, acompañado de
las preposiciones por o de. Este tercer elemento se llama, según la
gramática latina, «ablativo agente». Las oraciones que lo tienen se
denominan «primeras de pasiva» y las que no lo tienen, «segundas
de pasiva».
161
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

El uso de las oraciones pasivas no es frecuente en lengua españo-


la y hay razones de la historia del idioma, determinantes de que se
prefiera la construcción activa.
Sin embargo, es mayor el uso de las oraciones pasivas (reflejas)
con se y el verbo en activa:

Activa Los medios de comunicación difundieron la tragedia.


Pasiva La tragedia fue difundida por los medios de comunicación.
Pasiva con se Se difundió la tragedia por los medios de comunicación.

En este último caso, los límites que separan las oraciones pasivas
de las impersonales no son claros.
De modo que en español hay dos formas de expresar la pasiva:

Segunda de pasiva Los envíos son aguardados. Sujeto paciente.

Se (índice de pasiva) + tercera


Se aguardan los envíos.
persona plural + sujeto paciente.
Pasiva con se
Se (índice de pasiva) + tercera
Se aguarda un envío.
persona singular + sujeto paciente

En cambio:

Se (índice de impersonalidad) +
Se aguarda un envío. tercera persona singular + objeto di-
recto singular.
Impersonal con se
Se (índice de impersonalidad) +
Se aguarda los envíos. tercera persona singular + objeto
directo plural.

Así como en las oraciones antes caracterizadas el sujeto es agente


(activas) o paciente (pasivas), en las reflexivas y recíprocas el sujeto
es al mismo tiempo agente y paciente. Ambas llevan el verbo en voz
activa + los pronombres personales en sus formas átonas: me, te, se
(singular y plural de tercera persona), nos y os.
En las oraciones reflexivas la acción del sujeto recae sobre él mis-
mo o se refleja en él, o sea que el sujeto es a la vez complemento de
la acción verbal que realiza:

162
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Yo me corto.
Stg.O.S. - P.P.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
O.D. N.

Yo me corto las uñas.


Stg.O.S. - P.P.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
O.I. N. Stg.Nom.O.D.
Dte. N.

Estas oraciones reflexivas son:


ŒŒDirectas, cuando el pronombre representa en ellas el objeto direc-
to:
Vos te vestís.
Stg.O.S. - P.P.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
O.D. N.

ŒŒIndirectas, cuando el pronombre representa en ellas el objeto in-


directo:
Vos te pintás las uñas.
Stg.O.S. - P.P.
Stg.Nom.Suj. Stg.Verb.P.Verb.
O.I. N. Stg.Nom.O.D.
Dte. N.

En las oraciones recíprocas dos o más sujetos realizan la acción y


a la vez la reciben mutuamente. Son una modalidad de las reflexivas,
de las que no se distinguen por la forma sino por el sentido. Sólo lle-
van verbos transitivos, porque con los intransitivos no puede darse
reciprocidad. En
El chico y el hombre se quejaban.
hay dos acciones distintas. Pero en
El chico y el hombre se pelearon.
la acción es recíproca.

163
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Para la claridad del significado recíproco se agregan palabras o


frases que eviten la ambigüedad: entre sí, mutuamente, uno a otro.
A veces tales locuciones son enfáticas:
Hermano y hermana se querían entre sí.
La forma se presenta varios usos, pues etimológicamente no tiene
siempre el mismo origen:

Reflexivo Se mira.
Recíproco Se pegan.
Personal Se lo advertí. Equivalente a le: Le advertí.
Se Impersonal Se comenta el episodio.
Índice de pasiva Se esperan las noticias.
Pseudorreflejo Se ha muerto el perro. Innecesario.
Dativo ético Se comió todo lo mío. Innecesario.

Oración pseudorefleja y otras…

Estos ejemplos representan el tipo de oración reflexiva pura por-


que la acción vuelve sobre el sujeto (la persona) que la realiza:
La señora se tiñe el pelo.
Nosotros nos bañamos temprano.
Ellos se han puesto sus chalecos.
Pero a veces el sujeto no es propiamente agente, sino que sólo in-
terviene o influye en la acción que otro realiza. En estas oraciones el
sujeto ordena, dirige o costea la acción sin ejecutarla por sí mismo:
Me construí una casa.
Vos te hacés una blusa.
En el primer caso, el albañil lleva la acción a cabo y, en el segundo,
la modista.
De modo similar la reflexión del acto puede atenuarse al punto
que los pronombres no sean ya objeto directo u objeto indirecto,
sino que indiquen vagamente una participación o interés en la acción
producida. Las gradaciones son muchas, desde el dativo ético o de
interés:
Pepe se tomó el café.
El perro se comió mi carne.
hasta las expresiones con verbos intransitivos, que algunos autores

164
Fernández Lávaque, Salas y Campos

llaman «pseudoreflejas» por sentirse ya muy distantes del significa-


do reflexivo:
Me voy.
Se levantó de la silla como un rayo.
Te estás en casa.
El perro se murió ayer.
Me salí de la oficina.
Se avergüenza fácilmente.
Se fue tarde de mi casa.
En estos ejemplos, el leve matiz de participación que el pronom-
bre indica es suficiente para distinguir el valor expresivo de estas
oraciones respecto de las activas o de estado que se obtendrían su-
primiendo el pronombre:
Voy.
Estás en casa.
El perro murió ayer.
Las expresiones con el pronombre son muy usuales, especialmen-
te en la lengua coloquial, aunque algunas de ellas se tachan por con-
siderarse excesivamente vulgares. En ciertos casos se llega a tal dis-
tancia del sentido reflexivo, que para dar a entender que el agua sale
de la bañera o la lluvia atraviesa un techo, se dice:
La bañera se sale.
El tejado se llueve.
Algunos verbos como arrepentirse, quejarse, jactarse y atreverse,
han llegado a no tener otro modo de expresión que el reflexivo.

165
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

166
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Práctica
Analizar sintácticamente por niveles, indicando las funciones, el
siguiente corpus de oraciones.
Oraciones simples
1. La hermana de mi buen amigo Pablo es muy estudiosa.
2. Aquella semana pareció interminable.
3. Los estudiantes argentinos han estado muy bien considerados en
Europa.
4. Ustedes, los más grandes del colegio, darán el ejemplo a sus com-
pañeros en el acto del 9 de julio.
5. Mi querida tía había tejido esos escarpines con mucho amor para
su primer hijo durante su embarazo.
6. Estos libros de poemas han sido escritos por el gran poeta chileno
Pablo Neruda.
7. Esa maqueta fue hecha pacientemente con fósforos por las alum-
nas de octavo para las clases de Artística.
8. Romina, la más seria del curso, se reía a a carcajadas por los chis-
tes del payaso.
9. Nosotros, ustedes y ellos iremos al cine con las profesoras de His-
toria el próximo viernes.
10. El amor y la belleza de María sorprenden a todos sus amigos cada
mañana.
11. Ayer cocinamos la torta con mucho dulce de leche para tu cum-
pleaños.
12. Mi hermana y sus amigas estudiaron con mucha voluntad toda la
tarde para la evaluación de mañana.
13. María fue felicitada por los directivos del establecimiento por su
buena conducta.
14. El televisor del cuarto se rompió por el golpe de ayer.
15. Esta beba preciosa es hija de María.
16. Las computadoras del colegio no funcionan bien.
17. Estas vacaciones de invierno fueron las mejores de mi corta vida.
18. La selección salteña de rugby ganó el último partido de aquel
campeonato del ’98.
19. En internet, José encontró rápidamente toda la información para
la monografía de Literatura.
20. Esta semana muchos alumnos faltaron por la epidemia de saram-
pión.
21. Florencia, Marta y Silvia son inseparables.
22. Los ejercicios de Matemática fueron resueltos correctamente por
Juan.

167
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Oraciones compuestas por coordinación


23. El hombre sale temprano y su mujer lo espera.
24. El campo está nevado y los niños juegan divertidos.
25. Algunos viajan en colectivo, otros caminan hacia su pueblo.
26. Nada saben los estudiantes, nada estudian.

Oraciones compuestas coordinadas copulativas


27. Florecen las campanillas y en la fuente se estanca la esperanza.
28. Llegó Aída y todos callaron.
29. Así miraba desde los cristales de su ventana y los niños parecían
dormidos.
30. Elena marchó a su casa e Irma quedó contenta.

Oraciones compuestas coordinadas adversativas


32. La sociedad ha desaparecido completamente pero los ideales si-
guen en pie.
33. Tú y él salieron pero no regresaron.
34. La noche vuelve a su silencio pero ya no están desamparados.
35. Estudiaron mucho, no obstante no aprobaron.
36. Vivió lejos mucho tiempo, sin embargo no olvidó sus raíces.
37. Los estudiantes nuevos presentarán prácticos , salvo Juan y Pe-
dro.
38. Estudia mas no aprende.
39. No corre sino vuela.

Oraciones compuestas coordinadas disyuntivas


40. Coronados de gloria vivamos o juremos con gloria morir.
41. Se habrá perdido en el camino o se quedó dormido.
42. Juan dirige la empresa u Horacio lo hace.
43. Ni la pena me atormenta ni me anima el desconcierto.
44. O vienes o te vas.

Oraciones compuestas coordinadas distributivas


45. Unos llegan temprano, otros esperan a los choferes.
46. Aquí están tus cosas, allí verás las mías.
47. Bien estudia, bien aprende.

168
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Oraciones compuestas por subordinación


Proposiciones subordinadas sustantivas
48. Que todo lo digas es extraño.
49. Quien dijo estas cosas volverá pronto.
50. Cierto es que su pulso está débil.
51. Los libros de quien ya te conté están tirados por todas partes.
52. No vine para que me hagas esperar.
53. Preguntaron a los docentes si seguirá el paro.
54. Advirtió a los padres que iba a Montevideo a comprar las tierras.
55. Diles a las chicas que lleven los zapatos allí.
56. Ha sospechado que la quería y regresó pronto.
57. Te dije que me conteste ahora.
58. Te pido me lleves a su casa.
59. La anciana pregunta si le pasa algo.
60. Sabrás que le dijo: «no vengas más».
61. «Aquí le manda esto el sastre» –díjole el hombre.
62. Los que viven lejos preguntaron qué colectivo toman.
63. Lo cierto es que nada pasó.
64. Lo bueno de que estés cerca es que llegarás temprano; lo malo,
que no conocerás nada.
65. Dicen que suenan las olas en la barraca.

Proposiciones subordinadas adjetivas


69. Aquellos, que llegaron temprano, viajarán después de clase.
70. El hombre andaba en el auto que había heredado de su padre.
71. La mujer que toca el piano murió ayer.
72. Facundo Quiroga, el caudillo cuyos hechos todos conocen, es el
tema de mañana.
73. Conducía al pueblo donde había vivido su infancia.
74. Soy la mujer a quien todos confían sus inquietudes.
75. Esa mañana, cuando lo conocí, era radiante.
76. El encuadernador, cuya mujer es de La Rioja, me contó la historia.
77. Había países donde todo era precioso.
78. El campamento que anoche parecía numeroso desapareció en la
noche.
79. He suprimido estos párrafos por los cuales esperaba terminar
mejor el texto.
80. Muchas veces ideaba historias en que él era un héroe.
81. Adelantó con rapidez en la escultura que había empezado ese
año.
82. Mi verso es un ciervo herido que busca amparo en el monte.

169
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

Proposiciones subordinadas adverbiales


82. Nace el árbol donde menos se lo espera.
83. No podré marcharme cuando quiera.
84. Guárdalos como yo los guardé.
85. Camina cuanto puede.
86. Las cosas me ocurrieron como había previsto.
87. Marchó por donde había venido.
88. El libro está allí, donde te lo indiqué.
89. Si ella faltara, se acabaría el universo.
90. Se le caían los brazos porque ya no tenía fuerzas.
91. Vi un círculo de cielo tan azul, que parecía púrpura.
92. Llegó no bien terminó su tarea.
93. Viajará siempre que termine el trabajo.
94. Las cosas ocurrieron ahora que no hay nadie.
95. No sabe nada desde que desapareció.
96. Fuimos a buscar flores en tanto ella preparaba el desayuno.
97. Mientras haya un misterio para el hombre habrá poesía.
98. Apenas aparece, desaparece.
99. El hombre se marchó de la calle en cuanto pudo.
100. La casa estaba edificada en línea recta al parque cuando la em-
pezaron a demoler.
101. Hablaba como escribía.
102. Quedó donde los pusieron cuando se terminó la clase.
103. El emperador dio permiso para que el domingo sacase el maes-
tro al pájaro.

170
Fernández Lávaque, Salas y Campos

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174
Fernández Lávaque, Salas y Campos

Índice

Introducción 3
1. La gramática
1.1. Antecedentes de los estudios del lenguaje: Aristóteles, escolás-
tica medieval, Port Royal, lingüística histórica, advenimiento del
estructuralismo: principios saussureanos.
Antecedentes de los estudios del lenguaje 7
Aristóteles 8
Escolástica medieval 9
Port-Royal 10
Lingüística histórica 11
El estructuralismo 13
Los principios saussureanos 14
Una herencia polémica 19
1.2. Tipos de gramáticas: particular-general, normativa-descriptiva, 21
lógico-filosófica, sincrónica-diacrónica, comparada, psicológica, etc.
1.3. Tres conceptos de gramática
1.3.1. Propiedad inmanente de las lenguas 26
1.3.2. Metalenguaje de primer grado: la descripción. Morfología 27
y sintaxis
1.3.3. Metalenguaje de segundo grado: teoría de la descripción 28
El análisis 30
1.3.4. Tres perspectivas funcionalistas para la descripción del
código lingüístico: André Martinet, Emilio Alarcos LLorach, Mi-
chael Halliday.
El funcionalismo 31
André Martinet 37
Emilio Alarcos Llorach 43
Michael Halliday 51
1.4. Dos planos para el análisis lingüístico: el sistema y el uso. Ora- 61
ción y texto.
Ejemplo de análisis textual 68
2. La oración
2.1. La oración: contexto máximo del nivel morfosintáctico. Distin- 75
tas caracterizaciones.
Distintas caracterizaciones de la oración 83
2.2. Relaciones sintagmáticas y paradigmáticas en la identificación 87
de los niveles funcionales de la oración.
Operaciones de análisis 91
La funcionalidad e interdependencia de las relaciones sintagmá- 94
ticas y paradigmáticas en la determinación de los niveles grama-
ticales
175
Cuaderno teórico-práctico - Lengua Española I

2.3. El sintagma. Oración y proposición. Palabra y morfema. Carac-


terización de cada nivel.
El sintagma 96
Palabra y morfema 103
2.4. Jerarquía de las funciones sintácticas: predicado, sujeto, deter-
minantes.
Jerarquía de las funciones sintácticas 107
El sujeto 113
El predicado 117
Objeto directo 119
Objeto indirecto 121
Comparación entre objeto directo y objeto indirecto 122
Complemento agente 124
Complemento de régimen 124
Complemento circunstancial 125
Predicativo no obligatorio 127
Predicado nominal 128
Diferencias entre ser y estar 130
3. Propuesta de clasificación estructural de la oración. 133
3.1. Según número y relación de componentes proposicionales:
simple y compleja. Coordinación y conectores. Subordinación: fun-
ción sustantiva, adjetiva y adverbial. Transpositores y relatores.
Coordinación o parataxis 139
Oración compuesta coordinada copulativa 139
Oración compuesta coordinada adversativa 140
Oración compuesta coordinada disyuntiva 140
Oración compuesta coordinada distributiva 141
Subordinación o hipotaxis 141
Proposiciones subordinadas adjetivas 144
Proposiciones subordinadas sustantivas 145
Proposiciones subordinadas adverbiales 146
Cláusulas (construcciones o proposiciones) conjuntas y absolutas 150
3.2. Según presencia o ausencia de una de las funciones básicas:
oración unimembre, oración bimembre.
Oración bimembre 153
Oración unimembre 154
La impersonalidad en español 156
3.3. Según la estructura del predicado: verbal y no verbal. 160
Propuesta de clasificación estructural de la oración (cuadro) 166
Práctica 167
Bibliografía 171
176

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