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Voces: HOMICIDIO ~ FEMICIDIO ~ VIOLENCIA DE GENERO ~ DELITOS CONTRA LA VIDA ~

REFORMA DEL CODIGO PENAL ~ AGRAVANTES ~ PENA MAXIMA ~ INTERPRETACION DE LA LEY


~ GRADUACION DE LA PENA ~ PRINCIPIO DE LEGALIDAD ~ HOMOSEXUALIDAD ~
DISCRIMINACION ~ VIOLENCIA ~ PRUEBA ~ EMOCION VIOLENTA ~ LESIONES
Título: Delito de femicidio y nuevos homicidios agravados
Autores: Molina, Magdalena Trotta, Federico
Publicado en: LA LEY 21/12/2012, 21/12/2012, 1

Sumario: I. Introducción.- II. La voluntad del legislador en la reforma.- III. Las modificaciones al
artículo 80 del Código Penal.- IV. Las repercusiones de esta reforma en otros artículos del Código.- V. ¿Es
un problema de pena? A modo de conclusión.

Abstract: La reforma efectuada por la ley 26.791 no tipificó nuevas conductas, sino que la modificación incidió
única y exclusivamente sobre la pena, detrayendo de la discrecionalidad judicial la posibilidad de que el juez
pueda imponer un rango que va de 8 a 25 años de prisión, para que la única opción para estos delitos sea la
prisión perpetua.
I. Introducción
El Congreso de la Nación sancionó la ley 26.791 por la cual se incorporaron a nuestro Código Penal el
delito de "femicidio" a través de la modificación del artículo 80.
La Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, ambos organismos legislativos aprobaron diferentes
versiones de reforma para la tipificación del delito de femicidio, siendo finalmente convertida en ley la versión
original proveniente de la Cámara de Diputados.
Intentaremos esbozar las razones que motivaron al legislador a emprender dicha reforma legislativa así como
algunos lineamientos para comprender e interpretar las modificaciones suscitadas en el Código Penal y su
inminente aplicación.
II. La voluntad del legislador en la reforma
El 18 de abril de 2012, el pleno de la Cámara de Diputados —mediante el orden del día 202—, modificó el
artículo 80 sobre homicidio agravado. Según surge de la versión taquigráfica, el miembro informante señaló
que el femicidio debía diferenciarse claramente de los homicidios en los que son víctimas las mujeres. Al
respecto dijo "el femicidio implica la muerte de la mujer por su condición de tal, mientras que en los homicidios
el género de la víctima resulta indiferente.".
Acerca de las razones para efectuar esta reforma se señaló en la mayoría de las exposiciones la "utilización
de la finalidad amenazante o disuasiva que tiene la pena"; el "aumento de los casos de muertes de mujeres en el
país"; la necesidad de "establecer una perspectiva de género en la mirada de la legislación argentina";
"considerar la fragilidad y la vulnerabilidad de la mujer en notable cantidad de situaciones y de ámbitos"; y
"otorgarle visibilidad a la problemática".
El 3 de octubre del mismo año, la Cámara de Senadores aprueba con algunas modificaciones la versión
sancionada por Diputados. Sin embargo, y más allá de diferencias puntuales, para la tipificación de la conducta
de lo que hoy vamos a entender como femicidio se utilizaron casi los mismos elementos para describir el tipo
penal. De la versión taquigráfica de aquel día surgen datos interesantes para interpretar la voluntad del
legislador a los fines de aplicar e interpretar el delito de femicidio. El miembro informante señaló que la
categoría teórica del femicidio había surgido justamente para hacer visibles y nombrar de una manera específica
a un "amplio conjunto de mujeres que engrosaban una lista indeterminada de quienes habían sido asesinadas por
violencia de género". Y agregó que su incorporación iba a significar una herramienta muy importante para la
"investigación y la acción política". En este sentido, se entendió que la tipificación del femicidio iba a contribuir
a garantizar la debida persecución del delito con directivas estatales claras, concretas y precisas.
Es importante resaltar que a lo largo del debate se señaló que el sistema judicial no aplicaba en forma
correcta el Código Penal en relación a los delitos donde existía violencia de género, lo que generaba una gran
preocupación social, resultando en definitiva el impulsor central de esta reforma. Asimismo se planteó que en
ciertos casos habría llegado a darse una aplicación discriminatoria y prejuiciosa de la normativa ya existente en
desmedro de los derechos de la víctima. Tal es así que en el debate en Comisiones del mencionado proyecto
hubo algunas propuestas que plantearon la no aplicación de la emoción violenta y del homicidio
preterintencional en los casos del delito de femicidio.
III. Las modificaciones al artículo 80 del Código Penal
El artículo 80 del Código Penal regula los supuestos del homicidio agravado que, como sabemos, son
aquellos supuestos excepcionales donde el legislador decide, por la gravedad de la conducta, establecer la pena
máxima —prisión perpetua—, sin posibilidad de otra condena.
En este sentido, la reforma efectuada por la ley 26.791 no tipificó nuevas conductas, sino que la
modificación incidió única y exclusivamente sobre la pena, detrayendo de la discrecionalidad judicial la
posibilidad de que el juez pueda imponer un rango que va de 8 a 25 años de prisión, para que la única opción
para estos delitos sea la prisión perpetua.
Sin embargo, veremos que la descripción de estos comportamientos exigirá a los operadores del derecho un
esfuerzo exegético superior, del cual sólo el tiempo podrá decir si será coincidente o no con la voluntad del
legislador.
A continuación, describiremos las reformas operadas en el artículo 80, que pasan a engrosar el listado de
conductas merecedoras de presión perpetua, seguidas de una breve explicación.
Artículo 80: Se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, pudiendo aplicarse lo dispuesto en el
artículo 52, al que matare....:
1. Inciso 1°: "A su ascendiente, descendiente, cónyuge, excónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha
mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia."
Esta reforma amplía el sujeto pasivo del delito, que ahora podrán ser no sólo los ascendientes, descendientes
y cónyuges, sino que también se encuentran comprendidos los ex cónyuges o personas con quien se "mantiene o
ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia."
Atrás queda la eterna discusión doctrinal de qué pasaba con el asesinato de aquél que se encontraba separado
de hecho de su esposa o esposo pero que mantenía intacto el vínculo matrimonial, o en los casos de nulidad de
matrimonio. Con esta reforma, dichos esposos o ex esposos quedan comprendidos en el agravante. Sin lugar a
dudas, nos encontramos ante un significativo cambio en el fundamento de esta previsión, que antes encontraba
apoyo en la "defensa del vínculo", el "respeto que se debían los cónyuges", o la "evitación de la disolución
ilícita del matrimonio". La transformación de la vida social argentina ha llegado hasta el derecho penal y como
observamos la familia ya no es entendida en la concepción tradicional, sino que ha mutado en diversas formas,
exigiéndose nuevas instancias de respeto a quienes mantuvieron o mantienen una vida en común.
Entendemos acertada la eliminación de la frase "sabiendo que los son", pues el tipo penal exige que el sujeto
actúe con dolo, de modo que comprende a quien pretende matar a su ascendiente, descendiente, cónyuge,
excónyuge, o pareja, sin necesidad de mención normativa. Como primera observación podemos decir que el
sujeto activo de este delito no sólo es el hombre, sino que también puede ser la mujer que asesinare a su
excónyuge o a su actual o expareja, pues ella también podría estar subsumida en la conducta y le correspondería
en ese caso el agravante.
Sobre esta modificación observamos la complicada labor que tendrán los jueces para poder interpretar qué
cualidades y características deberán tener dos personas para ser consideradas dentro de una "relación de pareja".
En este sentido, si bien el ítem "cónyuge" y "ex cónyuge" son conceptos definidos en nuestro ordenamiento
civil, no pasa lo mismo con la expresión "relación de pareja".
Según la Real Academia Española en su acepción tercera, pareja quiere decir "conjunto de dos personas,
animales o cosas que tienen entre sí alguna correlación o semejanza, y especialmente el formado por hombre y
mujer." Sin embargo, esta definición no sólo no nos alcanza a los fines de interpretar este inciso, sino que se
contradice con nuestro ordenamiento civil que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Haciendo a un lado esto... ¿Cuáles serían esas correlaciones o semejanzas que deberían tener dos personas
para quedar incluidas en el agravante del inciso 1°? Si la convivencia no es requisito... ¿Bastará qué hayan
tenido cinco, diez, veinte citas? ¿Deberán esperar a que su entorno social los reconozca como "novios"? ¿Qué
mantengan relaciones sexuales? ¿Qué se trate de una relación monógama? Acá nos permitimos reflexionar
cuántas veces dentro de una relación humana ambos miembros definen ese vínculo de maneras muy disímiles.
De lo expuesto, observamos en este ítem la punta de un iceberg que verá su gran dimensión al momento en que
el juzgador tenga que agravar el homicidio en donde la víctima (hombre o mujer) sea la "pareja" del victimario.
Si bien es fácil entender en lenguaje coloquial a qué nos referimos con "relación de pareja", esta
interpretación no puede extenderse sin más al derecho penal por las exigencias propias del principio de
legalidad. Creemos entonces que el empleo de este término acarreará importantes debates, apelaciones y
recursos hasta que finalmente la jurisprudencia se expida y devele su alcance, el que prevemos no será unánime.
En todo caso, toda duda sobre la extensión del agravante seguramente sea interpretada a favor del reo.
2. Inciso 4°: "Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de
género o su expresión."
Esta reforma agrega a los ya contemplados asesinatos por odio racial o religioso, las categorías de odio de
"género o a la orientación sexual", y el homicidio cometido por odio a la "identidad de género o su expresión".
El odio es la aversión que el agente siente por una persona o grupo de personas, y en el caso debería tratarse
de un odio que tenga como motivación la aversión a un género o a una determinada orientación sexual que
pueda o no poseer la víctima. Con relación al género, creemos que no se asimila a la orientación sexual como
sugeriría la redacción, sino que se trataría de dos supuestos diferentes. Entendemos que la expresión "género" se
refiere al odio en razón del género masculino o del género femenino, pues nada obstaría a esta interpretación.
En esta línea sería considerado un homicidio agravado tanto el cometido por un hombre que asesina a una mujer
por odiar su condición de tal, como el cometido por una mujer que asesina a un hombre por la misma razón.
Tampoco quedaría técnicamente excluido el supuesto de quien mata a una persona de su mismo sexo por odiar
su propio género, aunque será una difícil cuestión de hecho y prueba.
Con respecto al homicidio por odio a la orientación sexual de una persona, nos encontramos frente a un
supuesto extremo de homofobia. Estos crímenes tienen como móvil el rechazo y odio hacia las personas que por
alguna razón no tienen o no evidencian una sexualidad que podríamos denominar hegemónica o tradicional. La
inclusión de este supuesto es una de las batallas que hace mucho tiempo venían librando las organizaciones de
derechos humanos, especialmente después de la incorporación a nuestro ordenamiento del matrimonio
igualitario.
En relación al homicidio por odio a la identidad de género deberemos remitirnos a la ley 26.743 que nos da
una definición en su artículo 2°: "Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del
género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del
nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia
o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea
libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los
modales".
Como surge de la simple lectura, la referencia a la identidad de género ya comprende a la "expresión" de la
misma, por lo que la referencia normativa no estaría refiriéndose a un nuevo supuesto. Entendemos que dicha
redundancia radica en que al momento de la sanción no estaba vigente todavía la ley 26.743.
3. Inciso 11: A una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género.
Este inciso es la columna vertebral de la reforma, e incorpora a nuestro ordenamiento penal el delito de
femicidio. A la luz de lo normado, el sujeto pasivo del delito sólo puede ser una mujer, y el sujeto activo sólo
puede ser un hombre.
Sin embargo, para encuadrarse en el agravante no basta sólo la muerte de la mujer en manos de un hombre,
sino que para que se tipifique el femicidio debe mediar violencia de género.
El problema se suscita para delimitar los alcances e implicancias en el derecho penal de lo que se entiende
por "violencia de género". ¿Es la violencia contra la mujer regulada por la ley 26.485 o es algo distinto? ¿Para
establecer la violencia de género bastará con las declaraciones de testigos que hayan visto maltratos del hombre
a la mujer, o se necesitarán por el contrario denuncias penales, condenas o restricciones de acercamiento?
Entendemos que la voluntad del legislador es evitar que la violencia de género desemboque en un homicidio.
Ahora bien, se requiere un plus sobre el homicidio, el cual de por sí tiene violencia en su esencia. Para que
configure este delito es necesario que las agresiones contra la mujer sean previas al homicidio, antes de llegar a
la última violencia de todas, la muerte.
Creemos que no debería ser considerado para aplicar este agravante ni la extensión ni la intensidad de la
violencia que se haya ejercido (insultos, agresiones, etc.), mientras que haya sido efectivamente ejercida, sin
importar que haya sentencias condenatorias previas, pero sí personas o evidencias que acrediten los hechos de
violencia de género, todo ello en favor del ámbito de protección del bien jurídico tutelado en este caso, la vida
y el derecho a la igualdad de la mujer.
4. Inciso 12: Con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la que se mantiene o ha mantenido
una relación en los términos del inciso 1°.
Este inciso agrega una agravante novedosa, que también tuvo mucha repercusión en los medios de
comunicación en los últimos tiempos. Es el supuesto del "homicidio vinculado", quien mata a un tercero con el
que no tiene posiblemente ninguna relación o vínculo, con la finalidad de causar dolor a quien fuera su cónyuge,
excónyuge, pareja o expareja.
El "dolor" del que se habla en este inciso no es un dolor físico, sino que es un dolor moral o psicológico, que
se refiere a la pérdida de un ser querido. Es un crimen de venganza, quien en vez de matar a la persona objeto
de su furia, mata a una tercera persona que está relacionada con aquella, con la finalidad de provocarle un "mal"
por un sentimiento de culpa.
Un ejemplo sería quién mata a los hijos de su excónyuge —que a la vez no son hijos propios del sujeto
activo—por haber sido abandonado. Es común que muchas veces la amenaza recaiga no sobre la persona con la
que se tiene o tuvo la relación, sino sobre las personas que aquélla más ama, como pueden ser sus hijos o su
nueva pareja.
El sujeto pasivo puede ser entonces cualquier persona, pero la finalidad debe ser la de provocar sufrimiento
moral en la persona que tuvo una relación con el sujeto activo.
No debe confundirse este inciso con el sufrimiento del sujeto pasivo, que se encuentra contemplado ya en el
artículo 80 con la referencia al ensañamiento. El sufrimiento exigido por el tipo es a quien estaba vinculado
afectiva o familiarmente a la persona asesinada.
5. "Cuando en el caso del inciso 1° de este artículo, mediaren circunstancias extraordinarias de atenuación, el
juez podrá aplicar prisión o reclusión de ocho —8— a veinticinco —25— años. Esto no será aplicable a quien
anteriormente hubiera realizado actos de violencia contra la mujer víctima."
Esta modificación es otro estandarte contra el ejercicio de violencia contra la mujer. La intención de este
agregado surgió de los reclamos sociales, pues, al no estar definido claramente qué se entiende por
"circunstancias extraordinarias de atenuación", muchas organizaciones entendían que este atenuante
extraordinario era usado por los jueces para aplicar estereotipos de género.
No veda al juez de aplicar otro rango de condena cuando mediaren circunstancias extraordinarias de
atenuación para los casos del inciso 1°, pero sí la veda para el caso que se demostrare que anteriormente
hubieran habido actos de violencia. Pero no cualquier acto de violencia sino actos de violencia pura y
exclusivamente contra la mujer, que sí entendemos incluidos dentro de la amplia definición de violencia de la
ley 26.485.
Volvemos a algo que comentamos previamente, cuál será el criterio que el juzgador utilizará para calificar a
ciertos actos como actos de violencia contra la mujer. Esperemos que sean los que el legislador quiso, los que
realmente protejan a la mujer de la violencia y no que se busque burocráticamente alguna excusa para evitar su
aplicación. El juez que en un caso de homicidio calificado quiera apartarse de la pena de prisión perpetua,
deberá esforzarse bastante en su sentencia.
También observamos una situación complicada al definir la noción de "mujer". Obviamente todos sabemos
lo que es una mujer, pero hoy en día este concepto se ha visto ampliado.
Nos preguntamos qué sucederá cuando la víctima de un homicidio en los términos del artículo 80 inciso 1° y
en el cual se haya comprobado que mediaron previamente actos de violencia, la victima sea un hombre vestido
de mujer, siendo socialmente aceptado como tal. O bien cuando la víctima sea un hombre operado para ser
mujer. O una mujer con DNI de hombre. Muchos interrogantes y pocas certezas podemos brindar al respecto en
esta presentación, deberemos esperar que la jurisprudencia y la doctrina se manifiesten al respecto.
IV. Las repercusiones de esta reforma en otros artículos del Código
Las reformas operadas en el artículo 80 tienen repercusión en varios artículos del Código Penal. En principio,
la modificación del inciso 1° incide directamente en el artículo 82 de emoción violenta. A partir de esta reforma,
todos aquellos homicidios cometidos en estado de emoción violenta y que las circunstancias hicieren excusable
de ex cónyuges, parejas y exparejas van a tener la misma pena que hasta antes de la reforma tenían los del
cónyuge en estado de emoción violenta, esto es de 10 a 25 años de prisión.
Otra de las reformas indirectas de este artículo es el agravante en caso de lesiones del artículo 92. Todas las
lesiones cometidas con las previsiones del artículo 80 van a tener una pena mayor. Con relación al tema que nos
ocupa, pareciera en principio que las lesiones cometidas en el ejercicio de la violencia de género van a ser
consideradas como agravadas, si se ejercen de un hombre hacia una mujer aunque no medie entre ellos ninguna
relación ni vínculo.
El último artículo que se ve indirectamente modificado por esta reforma es el artículo 105 que contempla el
delito de "abuso de armas". En este caso, se aumentará un tercio la pena del delito si se dieran los supuestos del
artículo 80
V. ¿Es un problema de pena? A modo de conclusión
Sin lugar a dudas las modificaciones efectuadas por la ley 26.791 en el artículo 80 del Código Penal se
fundamentan en la consideración que los delitos allí contemplados revisten mayor gravedad porque, además de
atentar contra la vida humana, vulneran también la prohibición de discriminación e igualdad de trato
garantizado por nuestra Constitución nacional, generando un mayor daño individual y colectivo.
Sin lugar a dudas La opinión pública incidió abiertamente sobre el debate, visibilizando no sólo los casos de
mujeres que son asesinadas por razones de género, sino también las efectivas condenas que reciben quienes
cometen esos hechos, generando muchas veces la sensación de impunidad absoluta de los autores de tales
delitos.
Es muy interesante a este respecto el trabajo de investigación sobre discriminación de género en las
decisiones judiciales, llevado a cabo en el año 2010 por la Defensoría General de la Nación. Este
pormenorizado trabajo evidenció que las dificultades para la investigación de hechos de violencia contra
mujeres respondían, en general, a prácticas judiciales y no a deficiencias legales.
No podemos sino coincidir con dicha afirmación: nuestro Código Penal prevé duras sanciones para el
homicidio, que van de penas de 8 a 25 años para el homicidio simple, o prisión perpetua, si correspondiera
algún agravante.
El problema de la discriminación hacia las mujeres y la naturalización de la violencia doméstica en la
sociedad es lo que se termina reflejando en las resoluciones judiciales. Y son estas las prácticas que deben ser
modificadas, a través de capacitaciones y sensibilización en la problemática.
Es por ello que entendemos que el problema no radica en el monto de la pena, sino en la resistencia que
algunos jueces tienen en aplicar una sanción que consideran excesiva. Todo esto sumado a la equivocada idea
que el derecho penal debe permanecer ajeno a la violencia intrafamiliar.
Por estos motivos, una reforma legal que sólo se refleje en mayores penas en el Código Penal está
indefectiblemente condenada al fracaso. Sin embargo, abogamos para una aplicación sesuda de estas reformas,
desligada de concepciones prejuiciosas sobre el rol que cada persona se supone debe tener en la sociedad.
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723).

(1) Promulgada 11/12/2012. Publicada B.O. 14/12/2012.

(2) El proyecto que después se transformaría en ley resultó aprobado por 206 votos de 207 diputados
presentes.

(3) Diputado Oscar Albrieu, presidente de la Comisión de Legislación Penal de la Honorable Cámara de
Diputados.

(4) Versión taquigráfica del 18 de abril de 2012 disponible en


http://www1.hcdn.gov.ar/sesionesxml/provisorias/130-5.htm.

(5) Se puede consultar el Orden del Día 983/12 sancionado por la H. Cámara de Senadores en web
http://www.senado.gov.ar/web/proyectos/consultaOrdenDelDia.php.

(6) Mientras que en la versión de Diputados el femicidio era el homicidio cometido a una mujer cuando el
hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género, para la Cámara de Senadores el femicidio
era el homicidio cometido por un hombre a una mujer o a una persona que se autopercibiera con identidad de
género femenino y mediare violencia de género.

(7) Senador Pedro Guillermo Guastavino, presidente de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales de la
Honorable Cámara de Senadores.

(8) Versión taquigráfica disponible en web http://www.senado.gov.ar/web/taqui/cuerpo1.php

(9) "Quiero hacer una invocación a todos los jueces penales del país: que sean absolutamente restrictivos a
la hora de aceptar la defensa de emoción violenta, porque lo único que vino haciendo esa defensa es convalidar
esta noción de que las mujeres somos un bien disponible para los varones, a merced de sus deseos o de sus
impulsos" (Senadora Sonia Escudero)

(10) Al respecto dijo el miembro informante:"Como dije hace un momento, yo he quedado sorprendido por
la innumerable cantidad de fallos en donde queda claramente expuesto que hay una actitud discriminatoria hacia
la mujer, que quizás tendrá que ver con otras cuestiones y otros análisis, culturales y demás, pero marca a las
claras que el Poder Judicial tiene que mirar con objetividad esto y debe actuar en consecuencia, para que de esta
manera podamos no solamente avanzar en dar una respuesta legislativa a este terrible delito que es el femicidio
y una respuesta a las mujeres y al recuerdo de las mujeres asesinadas por violencia de género sino también
avanzar en ver de qué manera podemos lograr que esto vaya desapareciendo" [...] Hay muchos ejemplos sobre
esta cuestión. Por ejemplo, uno de los fallos más resonantes y emblemáticos fue el de Marisel Zambrano, una
joven de veintiocho años a la que asesinaron a golpes. El autor fue Juan Manuel Alejandro Zerda, quien resultó
condenado por homicidio preterintencional y sentenciado sólo a cinco años de prisión efectiva por asesinar a su
esposa y madre de su hija. Pero lo más insólito es que este hombre hoy —después de cumplir sus cinco años de
sentencia— está pidiendo la tenencia de su hija, a la cual dejó llorando al lado del cadáver de su madre.
Entonces, como digo, no basta con establecer reformas en el Código en este sentido si no tenemos una Justicia
que empiece a mirar estas cosas de la manera en que es necesario hacerlo."

(11) La tipificación autónoma del delito de femicidio planteada por la Cámara de Senadores como un
artículo 80 bis tenía en miras esa intención. Algunos sectores sostenían que, al sacar al femicidio como una
agravante del homicidio en el artículo 80, se iba a lograr que los jueces no tuvieran otra alternativa que aplicar
la pena de prisión perpetua, sin posibilidad de plantear otra defensa como la emoción violenta o el homicidio
preterintencional. Sin embargo, creemos que dogmáticamente y tal como estaba planteado, tal opción no
hubiera sido posible.

(12) Con excepción del artículo 80 in fine, que permite atenuar la pena de 8 a 25 años de prisión si se
dieran las circunstancias excepcionales de atenuación, sobre las que nos explayaremos más adelante.

(13) D'ALESSIO, Andrés José, "Código Penal de la Nación Comentado y Anotado", 2ª Edición 2009, La
Ley, Buenos Aires, t. II, 11.

(14) D'ALESSIO, Andrés José, op. cit., 12.

(15) Por esa razón en la sanción de Senado se había optado por la palabra "conviviente", que sí va a tener
regulación jurídica en la próxima reforma integral del Código Civil.

(16) En web http://lema.rae.es/drae/?val=pareja

(17) Y más grande será el esfuerzo para establecer la calidad de "expareja" sin haber mediado convivencia.

(18) En la versión que sancionó la Cámara de Senadores este inciso había quedado redactado de la
siguiente manera: "Por placer, codicia, odio racial, religioso, a la orientación sexual, a la identidad de género o
su expresión". Se decidió eliminar la referencia al odio de género porque se consideró que al tipificarse el
agravante del femicidio —que ya de por sí presupone un odio especial al género femenino—, no era intención
del legislador tipificar como homicidio agravado el "odio al género masculino".

(19) Con los alcances e interpretaciones posibles que planteamos al comentar la reforma al inciso 1.

(20) Y por lo tanto no se encontraría contemplado dentro del agravante de "descendientes" del inciso 1.

(21) Celopatía, infelidelidades, "inconductas" varias de la mujer son los eufemismos que utilizan algunos
operadores del derecho para insistir en el rol que creen debe tener una esposa dentro del matrimonio. A modo de
ejemplo, citamos este viejo fallo. La sentencia dice: "Excluida la emoción violenta por no haberse establecido
su excusabilidad en cambio puede considerarse que mediaron las circunstancias extraordinarias de atenuación
legisladas en el art. 80 "in fine" Cód. Penal, teniendo en cuenta para ello los hábitos y condiciones personales de
la víctima y del victimario, las circunstancias de tiempo, modo y lugar del suceso, en especial el regreso del
procesado al hogar tras la separación conyugal, su condición de hombre entregado de lleno al trabajo, su
abstención delictiva durante 34 años de vida, la inconducta de la occisa (que estaba alcoholizada incluso el día
de la muerte), la singular dureza de trato que dispensó con reiteración a su marido" de la CNCrim. y Correc.,
sala VI, junio 26-979., "Fernández, A. J.", La Ley, XXXIX, A-I, 1062, sum. 25.

(22) "Artículo 92: Si concurriere alguna de las circunstancias enumeradas en el artículo 80, la pena será: en
el caso del artículo 89, de seis meses a dos años; en el caso del artículo 90, de tres a diez años; y en el caso del
artículo 91, de tres a quince años".

(23) "Artículo 105: Si concurriera alguna de las circunstancias previstas en los artículos 80 y 81, inciso 1º,
letra a), la pena se aumentará o disminuirá en un tercio respectivamente."

(24) La investigación arrojó las siguientes conclusiones a) Poca rigurosidad en las investigaciones sobre
hechos de violencia de género; b) Valoración arbitraria de la prueba; c) Subsistencia de prejuicios y estereotipos
de género en los operadores jurídicos; y d) Revictimización. En Ministerio Público de la Defensa,
"Discriminación de Género en las Decisiones Judiciales, Justicia Penal y Violencia de Género", 2010.

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