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5 ejercicios de coaching para practicar en familia

https://www.clarin.com/entremujeres/hogar-y-familia/ejercicios-coaching-practicar-
familia_0_rJLiWb1ob.html
Conocerse más, entenderse, cooperar y sumar a la armonía del hogar pueden ser algunos de los
resultados tras poner en práctica estos “juegos” entre padres e hijos.

Crianza
Llevar herramientas de coaching al mundo de la familia no solo es posible, sino que resultará
entretenido y saludable, por cuanto les ayudará a conocerse más, entenderse, cooperar y sumar
juntos para la armonía del hogar. Estos son cinco ejemplos de algunas actividades que pueden
realizarse en conjunto, y que funcionan muy bien entre los mayores con los niños y adolescentes.
También pueden recibir invitados, como familiares y amigos que pasen tiempo con ustedes: todos
son bienvenidos.

1 - El frasco de las emociones


Un frasco grande y transparente, con tapa, será el receptáculo de papeles de diferentes colores. Cada
papel tendrá escrito el nombre de una emoción positiva (alegría, felicidad, serenidad, entusiasmo,
optimismo, visión positiva, aceptación, comunicación efectiva, etcétera). Podés colocar papelitos en
blanco y lápiz al lado, para seguir aumentando la lista. Colocá el envase en un lugar accesible para
todos. Cada vez que se presenta un conflicto entre dos o más miembros del hogar, la invitación es a
tomar del frasco un papel, y ejecutar la emoción que está allí. Lo hará todo el núcleo familiar -y no
solo los que afrontan un problema- durante una hora corrida. Luego, por ejemplo, en el espacio del
almuerzo o la cena, o un momento donde estén todos juntos, analizarán los comportamientos y
dialogarán, siempre asumiendo el rol de la emoción positiva que le tocó a cada uno.

Preguntas como disparadores: ¿Cómo te sentías antes y después? ¿En qué observás algún cambio?
¿De qué forma podrías ser más asertivo la próxima vez? ¿Para qué te sirve vivir más conectado con
-tal- emoción negativa, y -tal- positiva?

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2 - La rueda de la vida
Dibujá un círculo donde colocarás unas 8 parcelas iguales, con líneas verticales, horizontales y
oblicuas. Es como una gran pizza de tu vida.
Cada miembro del hogar determinará cuáles son las áreas que representa cada porción; por ejemplo,
salud, trabajo, familia, amigos, diversión, estudios.

Yendo una a una, en sentido de las agujas del reloj si lo quieren, colocá una puntuación de 1 a 10 en
la línea divisoria de cada parcela, donde el 1 será justo el centro del círculo concéntrico que has
dibujado, y el 10 -por ejemplo- estará más cerca del borde. Es decir que si marcaras 5 -por ejemplo-
, tu numeración 5 estará justo a medio camino entre el centro y el borde de esa área. Completá todos
los espacios.

Uní todos los puntos con una línea gruesa, midiendo el resultado: trazá con una línea, una unión
entre los distintos puntos de las puntuaciones. Como quizás hayas colocado distinta numeración, te
va a dar una figura irregular.

Para cada persona tendrá una medición distinta. ¿Qué podés observar? En principio, una forma
irregular por lo general. En segundo lugar, en qué áreas estás calificada muy bajo -esto determina
que hay una oportunidad para mejorar-.

Preguntas como disparadores: ¿Cómo es tu dibujo, muy pequeño, irregular, muy parejo o
desparejo? ¿Qué representa esto? ¿Hay áreas visibles donde puedes mejorar? ¿Qué pequeñas
acciones concretas puedes empezar hoy mismo para modificar esos aspectos?

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3 - Ensalada de palabras
Según los países, hay distintas denominaciones para los acrósticos donde se van colocando palabras
que refieren a una letra en particular. En algunos le llaman ensalada de letras, de palabras o "tutti
fruti". El proceso es muy sencillo: todos los jugadores tomarán una hoja en blanco, y, en forma
horizontal, escribirán unos casilleros de izquierda a derecha -los más pequeños podrán dibujar, o
hacerlo verbalmente-.

Cada casillero tendrá consignas escritas arriba, una a continuación de la otra, encabezando
columnas para completar hacia abajo. La primera columna que dice “emoción”, y luego, las
siguientes con estas palabras: “cuando…” y a continuación, “me siento”, “y cuando me siento así”,
“por lo general”, “me gustaría”, “así me sentiría”, “por eso elijo” Se trata de elaborar las emociones
negativas en familia. Una persona empieza, piensa una emoción negativa o de aflicción, y la dice en
voz alta al equipo. Todos la anotan en la columna de “emociones”, y completan el patrón de
preguntas.
Por ejemplo, si la emoción que se elege es “tristeza”, alguien podría completar lo siguiente: “Me
siento” = triste “Y cuando me siento así” = me encierro “Por lo general” = me aíslo “Me gustaría” =
ser escuchado “Así me sentiría” = apoyado “Por eso elijo” = pedir ayuda cuando estoy triste Lo
importante es que el primer patrón/columna será una emoción negativa y, el último, un resultado
superador acerca de cómo querés elaborar esa emoción negativa.

Preguntas como disparadores: ¿Qué compromiso podés hacer de ahora en más para sentirte mejor?
¿Qué sentiste internamente cuando hacías este juego? ¿Hay alguna situación que recordaste
especialmente? ¿Cómo recordás que la atravesaste y superaste?

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4 - Darse feedback para aprender unos de otros
Feedback es una palabra del inglés que significa retroalimentación. Este ejercicio necesita del
compromiso de todos. Es muy sencillo: cada vez que vayas a decirle algo a otra persona de la
familia, primero observá con qué carga de emociones lo harás. Si es positivo y que eleve y
construya a la otra persona, a vos y a los demás, ¡bienvenido! Si viene con una carga negativa en
forma de juicios, críticas y quejas: ¡detenete! Y aplicá la herramienta del feedback, siguiendo el
siguiente método.

La familia entera tomará un momento para practicar feedback asertivo tantas veces como sea
necesario. Cada persona se acercará a la otra, y, mirándose a los ojos, dirá: “Lo que aprecio de vos
es…” y enumerará tres cosas POSITIVAS que esa persona APRECIA de verdad de la otra persona.
Luego, podrá decir, “Y la forma en que YO VEO que podés mejorar es…”, y comentará su aporte
de mejora apropiándose de la comunicación, haciéndolo en primera persona. Una vez que finalizó,
la otra persona podrá decir “muchas gracias” (sólo eso) y darse un buen abrazo o gesto cariñoso
entre ambos. Todos necesitan dar y recibir feedback en este ejercicio. Podés colocar una música
suave de fondo, y facilitar una dinámica en rueda para que se miren a los ojos, y todos sean
alcanzados con la experiencia.

Preguntas como disparadores: ¿Hubo alguna información nueva para que pienses en el ejercicio?
¿Qué sentiste en cada momento de lo que te comentaron para mejorar? ¿Cuál fue el mejor aporte
positivo que recibiste? ¿Cómo fue tu emoción cuando dabas reconocimiento a otros? ¿Y cuándo lo
recibías?

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5 - Unos minutos de mayor consciencia
Es cierto que armonizar los horarios y energías de toda la familia se convierte en un desafío. Sin
embargo, la práctica indica que, una vez que comenzás a experimentarlo, ya no querrás sacarlo de la
rutina.

Este ejercicio grupal requiere de toda la familia que convive. Por ejemplo, sentados en círculo,
tomarán tres minutos por día para cerrar los ojos, en silencio, y meditar, silenciar la mente y las
emociones. Tan solo tres minutos pueden hacer una gran diferencia. Y más aún si se logra hacerlo
en medio de alguna disputa o diferencia.

Si la familia lo desea puede repetirlo tantas veces como quieran; y es recomendable que lo haga
cada persona, individualmente, como inductor del sueño, justo antes de quedarse dormidos.

Preguntas como disparadores: ¿Te sentiste más tranquilo? ¿Hubo muchos pensamientos
revoloteando en tu cabeza? Cuando abriste los ojos, ¿qué percibiste de ti y los demás? ¿Cómo te
ayudaría esta práctica tan sencilla y breve, si la haces con mayor frecuencia en cualquier ámbito?

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Antes de empezar a jugar: cómo preparar el terreno


Es necesario crear un contexto apropiado para que todos puedan asumir el reto con interés y
entusiasmo. Ambos componentes de la actitud son indispensables para poner en marcha las
acciones, y que todos salgan beneficiados.

El concepto de “ganar = ganar” necesitará ser conversado previamente, al igual de que no existe
aquí una forma correcta de hacerlo: lo único que basta es hacerlo. Una vez hecho, cada miembro del
equipo, en este caso una familia, recibe el resultado en la parte proporcional a su dedicación e
intención.

El valor del juego


Así como los juegos de mesa y la lectura de cuentos para los niños, estos ejercicios sencillos pueden
ser implementados con el único objetivo de divertirse y aprender. Sostenidos en el tiempo, pueden
funcionar como:

Disparadores para conversar temas importantes;


Estimuladores de la empatía;
Ayudas para encarar conflictos;
Entretenidas excusas para tomar consciencia;
Evaluadores del compromiso individual donde cada uno es su propio termómetro.
Estos ejercicios puedan ayudarte a conquistar un mayor autoconocimiento y consciencia para llevar
adelante la convivencia en familia. Como siempre, la clave está en la práctica permanente.

Por Daniel Colombo, coach experto en CEO y alta gerencia, conferencista internacional,
comunicador profesional, autor de 21 libros. www.danielcolombo.com. En Twitter,
@danielcolombopr.

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