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POLICÍAS LOCALES

1978-2008
Coordinación por las Comunidades Autónomas:

MARCO ESTATUTARIO
JOSÉ ESCALANTE CASTARROYO

POLICÍAS LOCALES
1978-2008
Coordinación por las Comunidades Autónomas:

MARCO ESTATUTARIO
Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el diseño de la cubierta, puede
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José Escalante Castarroyo
Madrid, 2008

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Teléfono (+34) 91 5442846 - (+34) 91 5442869
e-mail: info@dykinson.com
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ISBN: 978-84-9849-246-0
Depósito Legal: M-23130-2008

Preimpresión por:
Besing Servicios Gráficos, S.L.
besing@terra.es

Impresión por:
Safekat, S.L.
Belmonte de Tajo, 55 - 3.º A - 28019 Madrid
A mi director de TESIS, Dr. Alejandro Ruiz-Huerta Carbonell por
las muchas horas de compañía y orientación académica.

A los muchos compañeros de las Policías Locales de España, en re-


conocimiento a la profesionalidad lograda en estos treinta años, para
que las nuevas generaciones de policías locales no olviden que en el hoy,
que estamos construyendo entre todos, están los ayeres.
ÍNDICE
Pág.

ABREVIATURAS ......................................................................................... XV

PRÓLOGO...................................................................................................... XIX

PRESENTACIÓN.......................................................................................... XXV

FUNDACIÓN CLUB DE LA SEGURIDAD ............................................ XXIX

PRIMERA PARTE
LOS ANTECEDENTES CONSTITUCIONALES Y
ESTATUTARIOS DE LA SEGURIDAD PUBLICA MUNICIPAL

CAPÍTULO I. LA SEGURIDAD PUBLICA MUNICIPAL EN EL


CONSTITUCIONALISMO ESPAÑOL .................................................... 3
1. EL MUNICIPIO EN LOS INICIOS DEL CONSTITUCIONA-
LISMO ESPAÑOL .................................................................................. 3
2. EL CONSTITUCIONALISMO ESPAÑOL Y LA SEGURIDAD
PÚBLICA MUNICIPAL.......................................................................... 11

CAPÍTULO II. LOS PRECEDENTES ESTATUTARIOS DE LAS


POLICIAS MUNICIPALES PREVIOS A LA CONSTITUCIÓN
ESPAÑOLA DE 1978 .................................................................................... 19
1. LAS GUARDIAS MUNICIPALES EN LA NORMATIVA
MUNICIPAL ............................................................................................ 20
2. EL REGLAMENTO DE FUNCIONARIOS DE
ADMINISTRACIÓN LOCAL DE 1952................................................. 23
3. LA POLICÍA MUNICIPAL Y LAS FUNCIONES COMPARTIDAS 30

SEGUNDA PARTE
LA PREVISIÓN CONSTITUCIONAL DE LAS POLICIAS
LOCALES EN 1978 Y EN EL BLOQUE DE LA
CONTITUCIONALIDAD

CAPÍTULO III. ANTECEDENTES Y PREVISIÓN DE LAS


POLICIAS LOCALES EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978 . 41
1. EN LOS TRABAJOS Y DEBATES PRECONSTITUCIONALES ....... 41
X Índice

Pág.
2. EN EL TEXTO DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978 ...... 48

CAPÍTULO IV. LA LEY ORGÁNICA DE FUERZAS Y CUERPOS


DE SEGURIDAD DE 1986........................................................................... 51
1. LOS ANTECEDENTES PARLAMENTARIOS DE LA LEY
ORGÁNICA.............................................................................................. 51
2. UNA VISIÓN GENERAL DE LA LEY ORGÁNICA ......................... 56
3. EL MODELO DE POLICÍA TERRITORIAL EN LA LEY
ORGÁNICA.............................................................................................. 60
3.1. Policías del Estado ....................................................................... 60
3.1.1. El Cuerpo Nacional de Policía.............................................. 63
3.1.2. La Guardia Civil................................................................... 64
3.2. Policías de las Comunidades Autónomas ............................... 65
3.3. Policías de las Corporaciones Locales...................................... 70
4. LA LEY ORGÁNICA: UN ESTATUTO COMÚN PARA TODAS
LAS FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD .................................. 74

CAPÍTULO V. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICIAS


LOCALES POR LAS COMUNIDADES AUTONOMAS...................... 83
1. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LA LEY
ORGÁNICA DE FYCS DE 1986............................................................. 83
2. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LOS
ESTATUTOS DE AUTONOMÍA DE LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS......................................................................................... 88
3. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LAS
LEYES DE COORDINACIÓN ............................................................... 89
4. LOS DESARROLLOS REGLAMENTARIOS DE LAS LEYES DE
COORDINACIÓN................................................................................... 91
5. EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y LA COORDINACIÓN DE
LAS POLICÍAS LOCALES POR LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS......................................................................................... 93
5.1. Concepto y ámbito de la coordinación de las Policías
Locales ............................................................................................ 95
5.2. Las Leyes de Coordinación de las Policías Locales
objeto de constitucionalidad.................................................... 100
5.3. Los motivos objeto de constitucionalidad y la doctrina
del Tribunal Constitucional ...................................................... 102
Índice XI

Pág.
5.3.1. Ámbito de actuación territorial de las Policías Locales ........ 103
5.3.2. Cuerpos de Policía Local supramunicipales.......................... 104
5.3.3. Policía Local en funciones de Policía Autonómica ............... 105
5.3.4. Acuerdos de colaboración policial entre Ayuntamientos...... 107
5.3.5. Medios e instrumentos de información recíproca ................. 108
5.3.6. Equivalencia de estudios profesionales ................................. 109
5.3.7. Movilidad entre cuerpos de Policía Local ............................. 111
5.3.8. Uniformidad y armamento ................................................... 112

TERCERA PARTE
MARCO ESTATUTARIO COMPARADO DE LAS POLICIAS
LOCALES EN LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS

CAPÍTULO VI. MARCO ESTATUTARIO COMPARADO DE LAS


DIFERENTES LEYES DE COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS
LOCALES Y SUS NORMAS DE DESARROLLO................................... 117
1. LA CREACIÓN DE LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL.............. 120
2. LOS MUNICIPIOS SIN CUERPO DE POLICÍA LOCAL .................. 122
3. LAS DENOMINACIONES DE LOS CUERPOS DE POLICÍA
LOCAL ...................................................................................................... 127
3.1. De Guardia a Policía .................................................................... 129
3.2. Guardia Urbana ó Municipal ..................................................... 131
3.3. Policía Municipal ........................................................................ 133
3.4. Policía Local................................................................................... 134
4. LA ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA Y JERÁRQUICA EN LOS
CUERPOS DE POLICÍA LOCAL........................................................... 136
5. LAS FUNCIONES DE LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL.......... 145
5.1. Las funciones preconstitucionales ............................................ 145
5.2. Las funciones postconstitucionales .......................................... 151
5.2.1. Constitución Española de 1978 ............................................ 151
5.2.2. Ley Orgánica 2/1986 de F y C S........................................... 152
5.2.3. Ley 7/1985 Reguladora de las Bases de Régimen Local........ 154
5.2.4. Tráfico y Seguridad Vial....................................................... 156
5.2.5. Poder Judicial y Policía Judicial............................................ 158
5.2.6. Ley de Modernización del Gobierno Local ............................ 160
XII Índice

Pág.
5.2.7. Leyes de Régimen Especial de Barcelona y Madrid.............. 160
5.3. Las funciones en las normas de coordinación de las CC.AA 162
6. LA JEFATURA EN LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL............... 164
6.1. Jefatura política y la jefatura técnica ........................................ 164
6.2. La provisión de la Jefatura ......................................................... 168
6.3. Las funciones de la Jefatura o del Jefe de Policía Local ....... 172
7. LA FORMACIÓN PROFESIONAL EN LOS CUERPOS
DE POLICÍA LOCAL .............................................................................. 174
7.1. Los centros de formación de las Policías Locales en las CC.AA. 176
7.2. La formación que imparten las Comunidades Autónomas . 179
7.2.1. Formación básica .................................................................. 179
7.2.2. Formación permanente ......................................................... 181
7.2.3. Formación para la promoción profesional ............................ 183
7.3. La carrera profesional.................................................................. 188
7.4. Las enseñanzas profesionales y los títulos en las
universidades ................................................................................ 193
8. LA MOVILIDAD ENTRE LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL ... 199
9. LA SEGUNDA ACTIVIDAD EN LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL 205
9.1. Primeros antecedentes normativos ........................................... 205
9.2. En la normativa básica y local.................................................... 207
9.3. El concepto actual de segunda actividad ................................. 208
9.4. Causas que originan la segunda actividad.............................. 209
9.5. Las edades del pase a la segunda actividad ............................ 211
9.6. Los destinos para la situación de segunda actividad ............ 211
9.7. Las retribuciones en la situación de segunda actividad ....... 212

CUARTA PARTE
REFLEXIONES PROFESIONALES SOBRE EL SISTEMA
DE SEGURIDAD PÚBLICA TERRITORIAL
Y EL MODELO DE POLICÍA

CAPÍTULO VII. ¿COORDINACIÓN O DESCOORDINACIÓN


POLICIAL? ..................................................................................................... 219
1. DIVERSIDAD DE CUERPOS POLICIALES EN UN MISMO
TERRITORIO............................................................................................ 219
Índice XIII

Pág.
2. DIVERSIDAD EN LA NORMATIVA COORDINADORA SOBRE
LAS POLICÍAS LOCALES...................................................................... 223
3. NO MÁS CUERPOS DE POLICÍA: CREAR POLICÍAS
AUTONÓMICAS DESDE LAS ACTUALES FUERZAS Y
CUERPOS DE SEGURIDAD .................................................................. 227

CAPÍTULO VIII. NECESIDAD DE UN SISTEMA DE


SEGURIDAD PÚBLICA TERRITORIAL INTEGRADO..................... 235
1. LA SEGURIDAD PÚBLICA EN ESPAÑA: TERRENO DE
ENCUENTRO DE TODAS LAS ADMINISTRACIONES .................. 235
2. EL SISTEMA DE SEGURIDAD PÚBLICA TERRITORIAL Y EL
MODELO DE POLICÍA TRIDIMENSIONAL ..................................... 239
3. LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS: UN ESPACIO
TERRITORIAL EN FORMACIÓN PARA LA SEGURIDAD
PÚBLICA Y LAS POLICÍAS AUTONÓMICAS .................................. 243
4. EXPERIENCIAS EN ALGUNAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS: LA APUESTA POR LAS POLICÍAS LOCALES..... 248
5. LOS MUNICIPIOS: UN ESPACIO TERRITORIAL PARA LA
SEGURIDAD PÚBLICA Y LAS POLICÍAS LOCALES ...................... 258
5.1. Los Alcaldes y la seguridad pública local................................ 261
5.2. La Policía Local, una institución que evoluciona................... 265

CAPÍTULO IX. UN SISTEMA DE SEGURIDAD PÚBLICA


TERRITORIAL Y DE POLICÍA PRECISADOS DE REFORMA ......... 269
1. LA LEY ORGÁNICA 2/1986 DE FYCS: UNA LEY OBSOLETA ... 269
1.1 Necesidad de la reforma: Razones y principios ..................... 272
1.2. Alcance de la reforma de la Ley Orgánica de FyCS ............... 279
1.2.1. Título III: De las Policía de las Comunidades Autónomas... 281
1.2.2. Título IV: De la colaboración y coordinación entre el
Estado y las CC.AA. ............................................................. 284
1.2.3. Título V: De las Policías Locales .......................................... 288
2. LA ARMONIZACIÓN ESTATUTARIA NACIONAL DE LOS
CUERPOS DE POLICÍA LOCAL: UNA CARENCIA CRÓNICA .... 292
2.1. La armonización estatutaria de las Policías Locales en un
Estatuto Específico Nacional ...................................................... 300
2.2. Alcance y contenido del Estatuto Específico Nacional para
las Policías Locales ....................................................................... 302
XIV Índice

Pág.
3. LA RACIONALIZACIÓN FUNCIONAL Y PROFESIONAL DE
LAS POLICÍAS LOCALES: UNA NECESIDAD................................. 306
3.1. Los municipios gran población ................................................. 308
3.2. Los municipios con más de 10.000 habitantes no gran
población........................................................................................ 311
3.3. Los municipios con menos de 10.000 habitantes.................... 313
A MODO DE CONCLUSIÓN ...................................................................... 317

QUINTA PARTE
ANEXOS

I. RELACIÓN DE LAS NORMAS MÁS SIGNIFICATIVAS, DE


APLICACIÓN A LAS POLICÍAS MUNICIPALES, PREVIAS A LA
CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978 Y A LA LEY ORGÁNICA
2/1986 DE FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD....................... 321
II. MARCO ESTATUTARIO DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LAS
COMUNIDADES AUTÓNOMAS ........................................................ 323
III. RELACIÓN DE LA LEGISLACIÓN POLICIAL MÁS
SIGNIFICATIVA EN ESPAÑA ............................................................. 341
IV. ESCUELAS DE FORMACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES
EN LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS ......................................... 355
V. CARRERA PROFESIONAL EN EL CUERPO NACIONAL DE
POLICÍA Y LA GUARDIA CIVIL......................................................... 361
VI. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS EN LOS ESTATUTOS
DE AUTONOMÍA ................................................................................... 363
BIBLIOGRAFIA ............................................................................................. 367
ABREVIATURAS

Adic. Adicional
Apdo. Apartado
Art. Artículo
BOC Boletín Oficial de las Cortes
BOA Boletín Oficial de Aragón
BOC Boletín Oficial de Cantabria
BOCA Boletín Oficial de Canarias
BOCG Boletín Oficial de las Cortes Generales
BOCLM Boletín Oficial de Castilla-La Mancha
BOCM Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid
BOCyL Boletín Oficial de Castilla y León
BOE Boletín Oficial del Estado
BOIB Boletín Oficial de las Islas Baleares
BOJA Boletín Oficial de la Comunidad de Andalucía
BOLR Boletín Oficial de La Rioja
BONA Boletín Oficial de Navarra
BOPA Boletín Oficial del Principado de Asturias
BOPV Boletín Oficial del País Vasco
BORM Boletín Oficial de la Región de Murcia
CAT Cataluña
CC Código de la Circulación y sus Anexos, Decreto de 25
de Septiembre de 1934.
CCAA Comunidades Autónomas
CE Constitución Española
CIS Centro de Investigaciones Sociológicas
CNP Cuerpo Nacional de Policía
CyL Castilla y León
DGP Dirección General de la Policía
DOE Diario Oficial de Extremadura
DOG Diario Oficial de Galicia
DOGC Diario Oficial de la Generalidad de Cataluña
DOGV Diario Oficial de la Generalidad Valenciana
Disp. Disposición
XVI Abreviaturas

EA Estatuto de Autonomía
EBFP Ley 7/2007, de 12 de abril, Estatuto Básico del Em-
pleado Público
Ed. Edición
Edit. Editorial
Exp. Exposición
FEMP Federación Española de Municipios y Provincias
FyCS Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
GC Guardia Civil
IB Islas Baleares
IC Islas Canarias
INE Instituto Nacional de Estadística
IVAP Instituto Vasco de Administración Pública
IVSP Instituto Valenciano de Seguridad Pública
LBERL Ley 41/1975, de 19 de noviembre, de Bases del Estatu-
to de Régimen Local
LCPL Ley de Coordinación de Policías Locales
LMRFP Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Re-
forma de la Función Pública.
LEcrim Ley de Enjuiciamiento Criminal, Decreto de 14 de sep-
tiembre de 1882
LO Ley Orgánica
LOU Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Univer-
sidades.
LO FyCS Ley 2/1986, de 13 de Marzo, de Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad
LOPJ Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial
LOPSC Ley Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protec-
ción de la Seguridad Ciudadana
LOTC Ley Orgánica 2/1979, de 3 de octubre, del Tribunal
Constitucional, modificada por Ley Orgánica 7/99, de
21 de abril
LRBRL Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de
Régimen Local
LRJAP-PAC Ley 30/92, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico
de las Administraciones Públicas y del Procedimiento
Administrativo Común
LSV Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y
Seguridad Vial
MAP Ministerio de Administraciones Públicas
Abreviaturas XVII

Ob. cit. Obra citada


p. Página
pp Páginas
PA Policía Autonómica
PL Policía Local
PP Partido Popular
PSOE Partido Socialista Obrero Español
RAE Real Academia Española
RD Real Decreto
DRL Real Decreto Legislativo
RFAL Decreto del Ministerio de la Gobernación de 30 de
mayo de 1952, Reglamento de Funcionarios de Admi-
nistración Local
RPT. Relación de Puestos de Trabajo
ROF Real Decreto 2568/1986, de 28 de noviembre, Regla-
mento de Organización y Funcionamiento y Régimen
Jurídico de las Administraciones Locales
STC Sentencia del Tribunal Constitucional
STS Sentencia del Tribunal Supremo
TALRL Texto articulado de la Ley de Régimen Local, Decreto
de 16 de diciembre de 1950.
TSJCyL Tribunal Suprior de Justicia de Castilla y León
TRRL Real Decreto Legislativo 781/1986, de 18 de abril, Tex-
to Refundido de las Disposiciones Vigentes en Mate-
ria de Régimen Local
UCD Unión de Centro Democrático
UBU Universidad de Burgos
UNED Universidad Nacional de Educación a Distancia
USAL Universidad de Salamanca
PRÓLOGO
A modo de explicación previa, he de señalar que asumo el encargo
que me hace el autor de esta obra, José Escalante –magnífico profesio-
nal de la seguridad y mejor amigo–, de prologar la misma, con la satis-
facción que me produce ver publicado un nuevo libro sobre la policía
en nuestro país, ya que no hace falta más que echar una ojeada a la bi-
bliografía que aporta el autor, para comprobar la endémica escasez de
obras sobre la materia, ya que apenas han aparecido en los últimos
años nuevas publicaciones, a lo que habría que añadir que la mayoría
de ellas, como le ocurre a ésta, siguen teniendo un claro perfil jurídico,
muy propio de la cultura continental europea, pero carentes de un en-
foque más socio-político de la cuestión.
En ese sentido, y como buena tesis doctoral, José Escalante comien-
za por hacer un detallado análisis histórico de lo que ha sido la presen-
cia de las Policías Municipales (PP MM) en el sistema de seguridad es-
pañol, con especial referencia al largo período del 'franquismo',
durante el cual estos Cuerpos tuvieron siempre una clara subordina-
ción a las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE), dentro de lo que se
consideraba un modelo militarizado de seguridad, con Gobernadores
Civiles y Jefes de esas policías procedentes en su gran mayoría de las
Fuerzas Armadas (FAS). Resultan extremadamente pertinente las refe-
rencias genéricas que el autor lleva a cabo respecto de la Ley de Policía
de 1978, no decía nada importante de las PPMM y lo único que hacía
era reconocer la autonomía municipal-, promulgada de manera simul-
tánea a la Constitución, de ahí que muchos, entre los que se incluye el
autor del libro y el que esto escribe, la consideren "preconstitucional",
pero que se mantuvo vigente hasta la aprobación de la Ley Orgánica de
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (LOFCSS) en 1986.
Como era lógico suponer, mucho más actual y preciso es el estudio
que realiza a partir de la promulgación de la Constitución de 1978, con
especial detenimiento en la cuestión, para mí fundamental, de intentar
determinar la secuencia del denominado "bloque de constitucionali-
dad", es decir, definir la secuencia normativa con la se que pretendía
construir el sistema de seguridad en España. Es cierto que si bien al
principio del proceso hubo sus dudas entre optar por una vía (Consti-
XX Prólogo

tución, Ley Orgánica y Estatutos de Autonomía) u otra (Constitución,


Estatutos de Autonomía y Ley Orgánica), lo cierto es que la propia di-
námica política del momento llevó a que de manera muy clara hubiese
primado la segunda de ellas, al no haber sido capaces los sucesivos go-
biernos de aprobar hasta 1986 la LOFCS, cuando ya lo estaban todos los
Estatutos de Autonomía.
Respecto de la LOFCS, aunque en algún momento de su trabajo
José Escalante la califica de "camino sin retorno" en la profesionaliza-
ción de las Policías Locales (PPLL), poco después afirma que resolvió el
problema del marco competencial municipal de forma "cicatera", pues,
aparte de ser tardía en su promulgación y compleja en su contenido,
pretendía seguir manteniendo un modelo centralista. En su opinión,
considera que el marco de coordinación establecido por dicha ley parece
haberse quedado corto para unas Comunidades Autónomas (CCAA) y
resulta "oneroso y problemático" para otras, habiéndose creado una
"manifiesta deshomogeneidad" entre las diferentes PPLL de España y
entre las de cada una de las CC AA. En ese mismo tono crítico, le resulta
muy difícil de entender el contenido del artículo 37 de esa ley, relativo a
las Policías Autónomas (PPAA), calificándolo de "muy centralista".
Aunque sólo sea de pasada, resalta la importancia de las, a mi juicio de-
terminantes, tres primeras Disposiciones Finales de la LOFCS, en la
medida que dejan al margen del pretendido sistema a tres partes im-
portantes del mismo: País Vasco, Cataluña y Navarra.
A continuación, el autor aborda cuestiones de tanto interés como
puede ser el tema de la policía judicial, el cual merecería, por sí solo,
una tesis doctoral, al ser una de las claves más determinantes del mode-
lo policial. Así, subraya los "criterios dispares" entre los jueces a la hora
de requerir a las FSE, PPAA o PPLL, fruto de las divergencias entre la
LOPJ (todos los policías pueden ser policía judicial) y la LOFCS (los au-
tonómicos y locales serán colaboradores de las FSE). En torno a la mis-
ma cuestión, no parece muy adecuado a estas alturas alegar como argu-
mentos a favor de que las PP LL puedan asumir dicha competencia en
base al artículo 283 de la ya más que centenaria Ley de Enjuiciamiento
Criminal, o la custodia de detenidos en los calabozos municipales.
Entrando ya de lleno en el estudio de las diferentes leyes de coordi-
nación de PPLL, considera que la de Cataluña, de 1984, y primera en
publicarse, fue el "precedente legal" de lo que luego se recogería en la
LOFCS, si bien la diversidad de formas en que fue asumida la compe-
tencia de coordinación en las distintas CCAA, en opinión de José Esca-
lante, ha conducido en estos momentos a la existencia de "17 posibles
Prólogo XXI

modelos de Policía Local", con incipientes sistemas de seguridad públi-


ca territorial diferenciados. Uno de los aspectos en los que el autor hace
más hincapié es en el del "Estatuto" de las PP LL, llamando la atención
sobre el "olvido estatutario" de las PPLL en los primeros años de la
transición, en mayor medida tras la constitución de los primeros Ayun-
tamientos democráticos en 1979, cuestión que, a su juicio, todavía sigue
sin resolverse, de ahí que hable de "descoordinación" estatutaria a nivel
nacional en este ámbito. Con un código estatutario tan "amplio y diver-
so" -lo forman 17 leyes, 85 decretos y 60 órdenes autonómicas-, sin que
se haya promulgado el necesario Estatuto Nacional, no debe extrañar
que, en estos momento, se produzca una situación de diferencias mani-
fiestas entre las distintas CCAA, llegando a existir PP LL "de primera y
de segunda categoría".
Otra de las que considera "asignaturas pendientes" del actual siste-
ma de seguridad es el de la formación, al no existir una carrera profe-
sional homogénea, lo que provoca que se sigan dando situaciones de
hecho que no están amparadas por ninguna norma, considerando que
una de las mayores dificultades para 1ograrlo es la falta de homologa-
ción de los estudios por el MEC. Por ello, no es extraño que, al lado de
las recién creadas Escuelas Autonómicas de policía -algunas, como la
de Madrid, que ha sufrido ya numerosas vicisitudes administrativas-,
donde existe también una gran diversidad, pervivan las antiguas y
prestigiosas Academias de PM en muchas de las grandes ciudades. De
manera simultánea, no dejan de aparecer todo tipo de cursos, másters,
e incluso titulaciones propias en universidades o empresas privadas,
que lo que hacen es complicar todavía más dicho sistema.
Una nueva "asignatura pendiente" del actual sistema de seguridad
pública español es, para José Escalante, el tema de la promoción profe-
sional, toda vez que, aparte de las escasas posibilidades de promoción
que genera la falta de movilidad, plantea como otra de las claves que
impiden un buen funcionamiento del sistema la falta de titulaciones
para acceder a un grupo o escala superior (no se olvida de recordar la
limitación de acceso de mandos autonómicos y locales a las FSE), lo
que obliga en muchos casos a tener que echar mano de la peculiar figu-
ra de la "dispensa". A la hora de abordar las diferentes clasificaciones
de funcionarios locales de policía, por grupos, escalas y niveles retri-
butivos, según la CCAA de que se trate, resultan muy esclarecedores
los cuadros que acompaña el autor y, para intentar resolver todas esas
importantes carencias, el autor propone la modificación de la "vetusta"
XXII Prólogo

LOFCS y que se apruebe un 'Estatuto Específico Nacional' para todas


las PPLL.
Como podrá comprobar el lector de estas líneas, el libro que aquí se
prologa está lleno de temas sugerentes y polémicos, como lo es el de los
problemas que pueden derivarse de la relación entre las jefaturas "polí-
tica" y "técnica" de las PP LL, en mayor medida cuando el que los relata
es un Jefe de PL con amplia experiencia en este campo. Para él, se trata
de otra de las "cuestiones clave" sobre la que "nunca se ha debatido su-
ficientemente" y que, tras reconocer que el equilibrio entre ambas nun-
ca fue fácil, ni lo es ahora, puede acabar provocando indefinición en los
dos ámbitos. Además de advertir sobre los riesgos de "politización" de
esos Cuerpos, están los problemas que comporta, en ocasiones, la falta
de control político de esas responsabilidades. Por ello, el prologuista
no acaba de entender muy bien su interés en que se reconozca la autori-
dad del alcalde y se le otorgue "un campo competencial propio en ma-
teria de seguridad pública al municipio", sin advertir suficientemente
de los riesgos que tal posición pueda entrañar.
A la hora de abordar el análisis del actual modelo policial, califica-
do de "tridimensional, complejo y asimétrico", "complejo y costoso",
"costoso en relación a los servicios que presta", considera que, si bien a
favor del actual sistema están los buenos niveles de seguridad ciudada-
na y la mejor imagen de los Cuerpos de Policía, frente a ello aparecen
nuevos retos para la seguridad, como pueden ser el marco europeo o
las mejoras en temas como coordinación y eficiencia del sistema. En ese
sentido, aprovecha para reclamar la presencia del ámbito local en órga-
nos de coordinación tanto a nivel estatal (Consejo de Política de Seguri-
dad) como autonómico (Juntas de Seguridad), que no se contemplan en
la actualidad.
Tras calificar la actual LOFCS de "vetusta" y de que "el modelo de la
LOFyCS ya no es posible hoy", subraya que el actual diseño constitu-
cional presenta diversas "asimetrías", ya sea por el reconocimiento de
los derechos históricos o por las distintas velocidades con que nacieron
las CCAA, por lo que propone una serie de modificaciones de dicha
ley, no como las que ha sufrido hasta ahora, siempre de manera indi-
recta, ya fuese para crear los agentes de movilidad en Madrid o para
posibilitar la mancomunización de PPLL en pequeños municipios (se
muestra favorable a este modelo de prestación del servicio). A tal fin,
opina que, para poder crear PL, se debería subir el límite de población a
10.000 habitantes y que sólo pudiesen hacerlo quienes estén en condi-
ciones de garantizar la prestación del servicio de manera permanente,
Prólogo XXIII

con la necesaria plantilla de personal y los medios materiales suficien-


tes.
De cara a esa necesaria reforma, José Escalante considera que, aun
cuando las CCAA son un "espacio en formación" para la seguridad pú-
blica, el sistema tardará años en consolidarse, ya que, además de que
permanecerán las tres PPAA de la actualidad –por cierto, llama la aten-
ción sobre el hecho de que esas tres CCAA hayan intentado crear siste-
mas de seguridad propios (integrales) en los que quedarían al margen
tanto las FSE como las PPLL–, el resto de CCAA podrían llegar a asu-
mir las competencias del artículo 38 LOFCS. En sus conclusiones, tras
considerar que el actual sistema de seguridad público está "lleno de im-
previsiones y manifiestas asimetrías, cuando no descoordinado funcio-
nalmente y sin armonización ni cohesión entre los partícipes del mis-
mo", no vislumbra otro final para el mismo que la "federalización" del
Estado de las Autonomías, si bien añade que "crear por tanto más cuer-
pos de policía territoriales en estos momentos, entienden muchas Co-
munidades Autónomas y quien esto escribe, que no es ni necesario ni
procedente y que a más Cuerpos habrá más descoordinación, más cos-
tes y menos eficacia en materia de seguridad territorial", lo que no deja
de provocar cierta extrañeza en ese planteamiento, toda vez que la vía
del artículo 38 LOFCS no parece la más adecuada para llegar a esa pre-
tendida "federalización" del sistema.
De las últimas experiencias que se están llevando a cabo por parte
de algunas CCAA, José Escalante señala las realizadas en Canarias,
donde, con su "Plan de Seguridad", pretendían poner en marcha su
propia PA a través de la coordinación de las PPLL, modelo que intentó
siguieran otras comunidades y que no deja de plantear múltiples du-
das; o la de Madrid, con su proyecto BESCAM, experiencia que, en opi-
nión del prologuista, más parece un instrumento de confrontación con
la Administración central que un verdadero sistema de seguridad pro-
pio, a pesar de que el mismo se pretenda exportar a otras CCAA, como
es el caso de Murcia. De cara al futuro, y con vistas a la necesaria refor-
ma, José Escalante considera necesario revisar, aparte de la normativa
básica, toda la política de recursos humanos y técnicos, de cara a conse-
guir un sistema mucho más eficiente, para lo cual reclama "un amplio
consenso parlamentario", algo que, con la experiencia de la Subcomi-
sión parlamentaria cerrada en 1999 sin acuerdo alguno, no parece fácil
de conseguir. En cualquier caso, hay que concluir que el lector del libro
se va a encontrar ante una obra muy elaborada que pretende convertir-
se en una herramienta más de las que se emplearán, sin ningún género
XXIV Prólogo

de dudas, en los debates que se lleven a cabo en torno a es tipo de cues-


tiones. Por todo ello, enhorabuena al autor de la obra y, al lector, que
disfrute de su contenido.

GONZALO JAR COUSELO


General de Brigada de la Guardia Civil
PRESENTACIÓN

El 6 de diciembre del año 2008 coincide con el XXX aniversario de la


ratificación, por el pueblo español en referéndum, de la Constitución
Española de 1978; la efemérides es el acicate para reflexionar sobre un
pasado tan intenso como el vivido por España en estos treinta años; con
aquella se puso fin a un sistema político autoritario y se restablecía un
sistema democrático. Una España en la que hubo unos primeros prota-
gonistas excepcionales, los españoles, hombres y mujeres, que hicieron
posible que el sistema no sólo cambiara sino que haya sido modelo
para otros países.
Entre estos hombres y mujeres están los protectores de la seguri-
dad y defensa de los derechos y libertades que la misma Constitución
reconoce, los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad depen-
dientes de las diversas Administraciones Públicas, la Policía. Protago-
nistas también en esta trascendental etapa de nuestra historia. Y dentro
de estos, aquellos cercanos Guardias Municipales, hoy Policías Loca-
les, entonces auxiliares y ahora miembros activos del sistema de segu-
ridad pública diseñado por la Constitución e insertos en el contexto de
la seguridad como valor en alza socialmente, por lo que ésta representa
como garantía del sistema democrático y de los derechos de los ciuda-
danos.
Con estos últimos, los Policías Locales, pretendo recorrer el camino
que iniciara la Constitución Española de 1978, por primera vez, en su di-
latada historia, referenciados expresamente en una Constitución, la cual
otorga a las Comunidades Autónomas la competencia coordinadora so-
bre estos Cuerpos de Seguridad local. En el contexto de la constituciona-
lización de la coordinación de las Policías Locales por las Comunidades
Autónomas, inscribimos esta publicación, que es la parte mas significati-
va de la TESIS DOCTORAL del Autor, partiendo de la coordinación de
las Policías Locales por cada una de las Comunidades Autónomas obten-
dremos el marco estatutario actual de estos Cuerpos en aquellas.
Un largo recorrido (1978 - 2008) que ha significado el despegar de-
finitivo de las Policías Locales de España como miembros de pleno de-
recho dentro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, que si bien hoy el
XXVI Presentación

sistema de seguridad pública territorial y el modelo policial están nece-


sitados de una redefinición, no es menos cierto que la consolidación de
las Policías Locales es un hecho y que su contribución e importancia
para la seguridad ciudadana en el ámbito local vienen reconocidas por
su proximidad y mediación social, como ningún otro Cuerpo de Segu-
ridad lo ha logrado nunca.
El título elegido para esta parte de la TESIS DOCTORAL que publi-
camos, aparte de ser un reto profesional apasionante para el autor,
quién se inició en la profesión policial en 1983, etapa intermedia entre
la promulgación de la Constitución Española de 1978, que establece la
estructura territorial de España y de la Ley Orgánica 2/1986 de Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad, que diseña el modelo de policía territorial, es
un trabajo novedoso en cuanto hasta el momento se desconoce que se
haya afrontado un marco estatutario comparado de los Cuerpos de Po-
licía Local en las diferentes Comunidades Autónomas en España.
La publicación encuentra además su oportunidad en un momento
en el que se acaban de aprobar o están en el Parlamento diversas refor-
mas de Estatutos de Autonomía en diversas Comunidades Autóno-
mas, asumiendo o pretendiendo asumir estatutariamente la competen-
cia de seguridad pública.
Igualmente está en pleno planteamiento social y político el sistema
de seguridad pública territorial con varias leyes al respecto promulga-
das por las Comunidades Autónomas, así como el modelo de policía te-
rritorial pretendido y porque no recordarlo una vez mas, la tan pretendi-
da segunda descentralización competencial hacia las Administraciones
Locales, las cuales invocan reiteradamente el principio de subsidiarie-
dad en la prestación de los servicios a los vecinos, también los servicios
de seguridad.
Como punto de partida y con una metodología secuenciada en el
tiempo, la publicación cuenta con una primera parte a modo de intro-
ducción en la que se contemplan los antecedentes constitucionales y es-
tatutarios previos a la Constitución Española de 1978, referidos tanto a
la seguridad pública municipal en España hasta entonces, como de los
precedentes histórico-estatutarios de las policías locales hoy, entonces
municipales. El conjunto nos facilita el conocimiento de cómo estaban
las actuales policías locales y el sistema de seguridad local en España
cuando se promulga la Constitución Española de 1978.
Conocidos estos precedente, estamos en mejores condiciones para
afrontar propiamente en una segunda parte la previsión de la Policía
Local en la Constitución de 1978 y en el bloque de la constitucionali-
Presentación XXVII

dad, con especial incidencia en el sistema territorial en el que esta se


inscribe y el modelo de policía que diseña la Ley Orgánica a la que re-
mite la propia Constitución Española de 1978.
Es interesante conocer los debates y trabajos parlamentarios que fi-
nalizaron con la elaboración y posterior aprobación de la Constitución
Española de 1978, la previsión en ella de “la coordinación de las Poli-
cías Locales por las Comunidades Autónomas” e igualmente los ante-
cedentes previos a la gestación y aprobación de la Ley Orgánica de
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que aquella determina. Obtenemos
así la información básica de partida sobre la previsión constitucional de
la Coordinación de las Policías Locales por las Comunidades Autóno-
mas y el diseño del sistema de seguridad territorial y modelo de poli-
cía, que en palabras de la propia Ley Orgánica “se centra en las líneas
maestras del régimen jurídico de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
en su conjunto, tanto las dependientes del Gobierno de la Nación,
como de las Policías Autonómicas y Locales”.
El ejercicio funcional de la competencia constitucional coordinado-
ra de las Policías Locales por las Comunidades Autónomas ha produci-
do un abundante desarrollo legal y reglamentario, materializado en un
complejo y diverso Marco Estatutario para las Policías Locales de Espa-
ña, que afrontamos en una tercera parte, dando origen así a diecisiete
posibles modelos de Policía Local, tantos como Comunidades Autóno-
mas se han constituido, tan diferentes unos de otros, que hoy podemos
observar, no ya modelos diferenciados de policía, sino incipientes sis-
temas de seguridad pública territorial diferenciados en algunas Comu-
nidades Autónomas.
Para obtener una visión de conjunto del Marco Estatutario de las
Policías Locales de España hemos investigado desde los inicios de la
asunción de la competencia en los diferentes Estatutos de Autonomía,
en las propias Leyes de Coordinación y en los desarrollos reglamenta-
rios de estas, cotejando la abundante doctrina, que al respecto de esta
competencia constitucional y estatutaria, ha producido el Tribunal
Constitucional.
Con el conjunto de la información e investigación realizadas obte-
nemos el Marco Estatutario actual ( año 2007) en el que se encuentran
las Policías Locales, con una salvedad, hemos circunscrito este marco a
aquellos aspectos estatutarios más significativos, resultando éste tan
diverso que advertimos, podrá sorprender a mas de uno, de hasta don-
de se ha llegado en la denominada “descoordinación” estatutaria na-
cional también de las Policías Locales.
XXVIII Presentación

Conocida la posición de las Policías Locales en el actual sistema de


seguridad pública y modelo de policía y a la vista de su actual tridi-
mensionalidad: Policías del Estado, Policías de las Comunidades Autó-
nomas y Policías Locales, entendemos que ambos están precisados de
una reforma en profundidad que los racionalice, integre y profesionali-
ce. Reformas que habrán de ser introducidas con la modificación de la
vetusta Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad vigente y con
la armonización estatutaria de las Policías Locales en un Estatuto Espe-
cífico Nacional para todas ellas. Aspectos que contemplamos en una
cuarta parte.
La consolidación del Estado autonómico en España y la tendencia
actual federalizante, ofrecen un campo de investigación muy significa-
tivo para la seguridad pública territorial y la Policía Local, las cuales
exigen esa mezcla imprescindible de imaginación y reflexión sobre la
autentica dimensión de la competencia estatutaria asumida por las Co-
munidades Autónomas sobre las Policías Locales, en el contexto del
bloque constitucional y lo que puede suponer en un futuro en el que,
federalizado el actual Estado Autonómico, haya necesidad de disponer
de policía propia en cada Comunidad Autónoma.
Entendemos que esta publicación pone a disposición de los estu-
diosos de la seguridad pública territorial y los profesionales de las Poli-
cías Locales una herramienta informativa suficientemente amplia para
facilitar su conocimiento y desde el entender su situación tanto en el
sistema de seguridad pública como en el modelo de policía territorial
actuales, en los que las Policías Locales son parte importante y una
apuesta de futuro.
Significar que la publicación se ilustra con abundantes cuadros re-
sumen, gráficos y anexos que complementan y apoyan al texto, facili-
tando con ello su comprensión.

El Autor
Burgos , marzo de 2008
FUNDACIÓN CLUB DE LA SEGURIDAD
Creada para contribuir a la mejora de la
seguridad, la protección y la convivencia
ciudadanas

La Fundación CLUB DE LA SEGURIDAD es una entidad sin áni-


mo de lucro que nace con una clara vocación: contribuir a la mejora de
la seguridad, de la atención a las emergencias y de la convivencia ciu-
dadana. Para ello, estimulará la reflexión y el debate sobre el Sistema
Público de Seguridad, así como su interrelación con la Seguridad Pri-
vada.
La Fundación Club de la Seguridad tiene por fin contribuir a la me-
jora de la seguridad y convivencia ciudadanas desde una perspectiva
integral, que incluye la Protección Civil y la atención a las emergencias.
Los cuatro ejes de actuación de la Fundación son: Exclusividad,
tendencia; Visión de futuro, solidaridad; Estrategia, rentabilidad so-
cial; Beneficio, forum, cluster.
La Fundación Club de la Seguridad quiere constituirse en un foro,
amplio y plural, de los responsables del sector promoviendo reuniones
frecuentes y un Gran Encuentro Anual.
La Fundación desarrollará acciones para garantizar la atención a
las víctimas del delito y la integración de las personas en riesgo de ex-
clusión social.

I. INTRODUCCIÓN

Son fines de la Fundación:


a) Contribuir a la mejora de la seguridad y convivencia ciudada-
nas desde una perspectiva integral, que incluye la Protección
Civil y la atención a las emergencias.
b) Estimular la reflexión y el debate sobre el Sistema Público de
Seguridad, su relación con la seguridad privada, y los sistemas
de Protección Ciudadana.
XXX Fundación Club de la Seguridad

c) Estudiar y analizar la evolución de la delincuencia y de aque-


llos fenómenos sociales que tienen especial incidencia en la se-
guridad ciudadana, para hacer propuestas que contribuyan a
su solución.
d) Fomentar el conocimiento y una mayor comprensión social
del papel que desarrollan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
los Servicios de Seguridad Privada y los Servicios de Atención
a la Emergencia.
e) Impulsar una interacción positiva, cooperadora y no competi-
tiva entre el Sistema Público de Seguridad, la Seguridad Priva-
da y los Servicios de Atención a la Emergencia.
f) Cooperar con Instituciones públicas y no gubernamentales de
países en vías de desarrollo, para contribuir a la mejora de la
seguridad y protección ciudadana en dichas sociedades.
g) Afianzar el compromiso con los valores constitucionales y la
orientación hacia la ciudadanía, de las personas que, tanto en
la esfera pública como en la privada, participen en responsabi-
lidades relacionadas con la Seguridad Ciudadana y la atención
a la Emergencia.
h) La Fundación podrá ser miembro o afiliarse a otros Organis-
mos, entidades o Instituciones que persigan alguno de sus fines.

Para la consecución de los fines mencionados en el artículo ante-


rior, la Fundación realizará, entre otras, las siguientes Actividades:
a) Estimular el desarrollo de nuevos modelos de gestión, orienta-
dos hacia la ciudadanía y la prestación de un servicio de cali-
dad, tanto en los servicios públicos, como en los privados.
b) Desarrollar investigaciones socio-criminológicas de la delin-
cuencia y estudios sobre los nuevos fenómenos y los conflictos
sociales que tienen especial incidencia en la Seguridad Ciuda-
dana.
c) Crear y conceder becas, para fomentar el estudio y la investi-
gación de los problemas relacionados con la convivencia, la se-
guridad y la protección ciudadana.
d) Asesorar y coadyuvar a los procesos de desarrollo de comuni-
dades humanas, rurales o urbanas y de corporaciones dedica-
das a la seguridad y la protección, sean públicas o privadas, es-
pañolas o extranjeras.
e) Desarrollar acciones formativas, seminarios, conferencias y
encuentros destinados a capacitar a los profesionales y respon-
Fundación Club de la Seguridad XXXI

sables de la Seguridad, y debatir sobre los problemas relacio-


nados con la convivencia, la seguridad y la protección ciuda-
dana.
f) Planificar, diseñar y/o realizar todo tipo de proyectos que ten-
gan por finalidad la búsqueda de fórmulas o experiencias teó-
ricas o prácticas relacionadas con los fines fundacionales.
g) Organizar, coordinar y/o dirigir campañas en los medios de
comunicación, en relación siempre a nuestros fines fundacio-
nales.
h) Colaborar con entidades afines con los fines de la fundación en
cuanto a su objeto, españolas y extranjeras.
i) Desarrollar programas académicos y docentes que se concier-
ten con entidades de carácter universitario.
j) Editar y difundir libros, revistas, folletos y otras publicaciones
para desarrollar y promocionar los fines de la fundación.
k) Promover la atención a las víctimas del delito y la integración
de las personas en riesgo de exclusión social.
l) Y, de modo genérico, la realización de cuantas actuaciones
sean precisas dirigidas al mejor logro de nuestros fines funda-
cionales.

II. COMPOSICIÓN DEL PATRONATO

El Patronato es el órgano de gobierno de la Fundación.


Marca sus líneas de actuación, en el marco de sus fines generales,
adoptando sus decisiones por mayoría y representando legalmente a la
Fundación ante terceros.
Los estatutos establecen que el Patronato se compondrá de un mí-
nimo de tres y un máximo de cinco miembros.
En la actualidad, el Patronato está formado por 3 miembros y 1 co-
laborador:
‡ Presidente: D. Ignacio Muñoz Gorbea, Director General de
EUROSEG.
‡ Vicepresidente: D. Oscar Echevarria García, Presidente de
EUROSEG y Director General de INTEGRA+SEGURIDAD.
‡ Secretario General: D. José Francisco Cano de la Vega, Secreta-
rio General de UNIJEPOL y Director Técnico de CONJEPOL.
‡ Coordinador: D. Juan Salvador Roldán García, Consultor/Audi-
tor Externo de CECAPOL.
XXXII Fundación Club de la Seguridad

El Patronato cuenta con 6 asesores:


‡ D. José Ignacio Jiménez del Castillo, Jefe de Seguridad de Securi-
tas Direct.
‡ D. Jaume Curbet Hereu, Consultor Internacional de Seguridad y
Emergencias.
‡ D. Leonardo Lafuente Valentín, Vicesecretario General de UNIJEPOL.
‡ D. Francisco Vanaclocha Bellver, Catedrático de Ciencia Política
y de la Administración y Director del Master en Dirección y Gestión
de la Seguridad por la Universidad Carlos III de Madrid.
‡ D. Juan Ramos, General de la Guardia Civil en situación de reserva.
‡ D. Carlos Carmona, Director de Seguridad del Ayuntamiento de
Alcobendas.

III. LINEAS ESTRATEGICAS DE ACTUACIÓN

Los 4 ejes de actuación de la Fundación CLUB DE LA SEGURIDAD son:


‡ Exclusividad, tendencia
‡ Visión de futuro, solidaridad
‡ Estrategia, rentabilidad social
‡ Beneficio, forum, cluster

Las 3 líneas de trabajo de la Fundación son:


‡ Mejora del Sistema Público de Seguridad
‡ Actividades profesionales para los miembros de la Fundación
‡ Sociedad y Seguridad

IV. PROGRAMAS

Entre otros, los programas que configuran el Plan Estratégico de la


Fundación son:

‡ Club de encuentro y debate sobre Seguridad y Protección ciu-


dadanas

La mejora permanente del sistema público de seguridad y su inte-


rrelación con la seguridad privada, los sistemas de atención a la emer-
gencia...requieren de la reflexión y el debate de sus principales actores.
La Fundación Club de la Seguridad quiere constituirse en ese foro, am-
plio y plural, de los responsables del sector promoviendo reuniones
frecuentes y un Gran Encuentro Anual.
Fundación Club de la Seguridad XXXIII

‡ Atención a las víctimas del delito e integración de las perso-


nas en riesgo de exclusión social

Desarrollaremos acciones para garantizar la atención a las víctimas


del delito, para facilitarles apoyo jurídico y psicosocial, así como pro-
gramas de integración para personas en riesgo de exclusión social.

‡ Becas “Fundación Club de la Seguridad”

Impulsaremos el desarrollo de un Programa de Becas, con el objeti-


vo de favorecer la mejora de la gestión de los Servicios de Seguridad,
así como los de Atención a la Emergencia.

‡ Mejora de la Seguridad y Protección Ciudadana en países en


vías de desarrollo

Pondremos en marcha diferentes medidas para conseguir la mejo-


ra de la Seguridad Ciudadana y de la Convivencia, así como de los sis-
temas y servicios de respuesta a las Emergencias en los países en vías
de desarrollo.

‡ Programa de publicaciones

A pesar de la indiscutible importancia del sector de seguridad y


atención a la emergencia, resulta sorprendente la escasez de publica-
ciones sobre estas cuestiones en España. La Fundación Club de la Segu-
ridad actuará como mecenas para impulsar la publicación de libros,
monografías y artículos de calidad.

‡ Proyectos de investigación

Para poder aportar soluciones eficaces a los problemas relacionados


con la inseguridad y la atención a la emergencia, necesitamos hacer pri-
mero diagnósticos certeros. La Fundación Club de la Seguridad impul-
sará un programa específico para la investigación de estos fenómenos.

‡ Premios Nacionales de Seguridad Vial

Crearemos los Premios Nacionales de Seguridad Vial, para estable-


cer unas distinciones de carácter nacional, dirigidas a las personas y en-
tidades que más se destaquen por su actividad en pro de la Seguridad
XXXIV Fundación Club de la Seguridad

Vial y en la lucha contra la siniestralidad de tráfico, uno de los grandes


problemas de nuestro país.

‡ Premios Nacionales de Seguridad y Emergencias

La Fundación Club de la Seguridad será la institución que conti-


nuará impulsando la celebración de los prestigiosos Premios Naciona-
les de Seguridad y Emergencias, para reconocer a las personas y enti-
dades que se destaquen en el sector cada año.

V. EMPRESAS, ORGANISMOS E INSTITUCIONES


COLABORADORES

Tendrán la consideración de Entidades colaboradoras con la Fun-


dación las personas jurídicas de cualquier naturaleza que sean desig-
nadas por acuerdo del Patronato en consideración a la contribución
realizada a la Fundación por cualquier medio –económico, inmueble,
material, técnico o humano– dirigida a la consecución de los objetivos
de la Fundación.
El Patronato nombrará como Entidades colaboradoras a todas
aquellas entidades jurídicas que realicen una donación económica a la
Fundación por una cuantía mínima anual de CIENTO CINCUENTA
MIL EUROS (150.000 €).
Al tratarse de personas jurídicas, las Empresas colaboradoras y los
Organismos o Instituciones colaboradores con la Fundación estarán re-
presentados en el Patronato por su representante legal o la persona física
que sea designada a los efectos. Tanto los representantes de las primeras
como los de los segundos podrán asistir a las reuniones ordinarias del
Patronato con voz pero sin voto.
Dispondrán de los siguientes derechos:
‡ Representación legal en el Patronato con voz pero sin voto.
‡ Inclusión de su imagen corporativa en todas las herramientas de
gestión, marketing, promoción, actividad, etc. de la Fundación.
‡ Acceso a las actividades designadas para el conjunto (empre-
sas, organismos e instituciones colaboradoras) del patronato
de la Fundación.
‡ Acceso a todas las actividades de los miembros de la Fundación.
‡ 15 invitaciones, de un solo uso por invitación, al año, para los
no miembros de la Fundación.
Fundación Club de la Seguridad XXXV

‡ Acceso directo, a través de los canales estipulados por el Patro-


nato, a los miembros de la Fundación.

VI. MIEMBROS DE LA FUNDACIÓN

La Fundación dispondrá de diferentes tipos de miembros sin voz


en las reuniones del Patronato, y que serán las que a continuación se se-
ñalan:
‡ Miembros de Pleno Derecho.
‡ Miembros Institucionales.
‡ Miembros de Honor.
‡ Miembros Asesores.

SEDE EN MADRID
Avda. de la Industria, 6. 2º B
28100 Alcobendas
MADRID
Tel./Fax: 91 8436274
www.clubdelaseguridad.com
PRIMERA PARTE
LOS ANTECEDENTES CONSTITUCIONALES
Y ESTATUTARIOS DE LA SEGURIDAD
PÚBLICA MUNICIPAL

CAPÍTULO I . LA SEGURIDAD PÚBLICA MUNICIPAL EN EL


CONSTITUCIONALISMO ESPAÑOL

1. EL MUNICIPIO EN LOS INICIOS DEL


CONSTITUCIONALISMO ESPAÑOL

2. EL CONSTITUCIONALISMO ESPAÑOL Y LA SEGURIDAD


PÚBLICA MUNICIPAL

CAPÍTULO II. LOS PRECEDENTES ESTATUTARIOS Y


FUNCIONALES DE LAS POLICÍAS MUNICIPALES PREVIOS A
LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978

1. LAS GUARDIAS MUNICIPALES EN LA NORMATIVA


MUNICIPAL

2. EL REGLAMENTO DE FUNCIONARIOS DE
ADMINISTRACIÓN LOCAL DE 1952

3. LA POLICÍA MUNICIPAL Y LAS FUNCIONES


COMPARTIDAS
CAPÍTULO I
LA SEGURIDAD PÚBLICA MUNICIPAL EN
EL CONSTITUCIONALISMO ESPAÑOL

1. EL MUNICIPIO EN LOS INICIOS DEL CONSTITUCIONALISMO


ESPAÑOL

En palabras de Requena la historia de la administración local sólo


puede ser comprendida en el contexto más amplio de la historia social
y política en la que se desarrolla. Como parte de la política general, las
soluciones que en su ámbito se dan, deben ser puestas en relación con
las ideologías y aspiraciones que los distintos actores mantienen en su
pugna por el poder, con sus modelos políticos y sus métodos de gobier-
no. Además, deben tenerse igualmente en cuenta las tensiones que ori-
ginan las tendencias de las clases dominantes a perpetuar su “status
quo” deformando, en lo preciso, la aplicación de leyes que pueden per-
judicarles. Así, en la España del siglo XIX coinciden una legislación li-
beral, más o menos progresista y democrática, con unas oligarquías in-
teresadas en retrasar el desarrollo político y social del país. Y es en la
esfera de lo local, de la vida concreta en las ciudades, donde estas ten-
siones manifiestan una gran nitidez y crudeza1.
La reforma liberal de la administración local española tiene innega-
bles conexiones con un proceso general de reformulación del concepto
de Estado y, más concretamente, del modo en que se ejerce su poder,
que parte del siglo XVII y se afianza desde finales del siglo XVIII. Como
resultado de esta revisión, aparecen entonces en nuestro país los Trata-
dos de Policía, concreciones técnicas de una nueva concepción del con-
trol social.
La aparición y el posterior desarrollo de los cuerpos de policía en
los municipios puede también interpretarse desde esta perspectiva am-
1
REQUENA HIDALGO, J., La gestión política del espacio urbano, Estudio compa-
rado, Universidad de Barcelona, 1997, en www.ub.es/geocvit/reqbcn.htm, (consulta efec-
tuada el 30.05.05), p.2.
4 José Escalante Castarroyo

plia de la historia de la formación del Estado. Nuestro régimen munici-


pal se establece en el siglo XIX cuando se construye el Estado liberal so-
bre los restos del Antiguo Régimen. Es precisamente en esta época de
transición cuando se crean la mayoría de cuerpos de policía propios de
los Ayuntamientos, las denominadas Guardias Municipales2, cuerpos
uniformados y profesionales que se insertan en el organigrama munici-
pal con la claridad y definición de que adolecían otras clases funciona-
riales que pudieran identificarse como antecesores3, nos estamos refi-
riendo a los Alguaciles y Serenos.
Es por ello que en este primer capítulo presentamos la aparición de
los cuerpos de policía local entre la evolución del régimen municipal
surgido de la Revolución Liberal y la conformación del modelo policial
español, entendida siempre en ese enfoque amplio del control social
que encontramos en Foucault que va más allá de las connotaciones de
prohibición-represión y vigilancia y se extiende hasta las más positivas
que impregnan “los mecanismos susceptibles de inducir actitudes y
configurar comportamientos y opiniones”4. Haremos referencia aquí a
una institución que surge como un instrumento más del gobierno urba-
no, a partir de su propia actividad y de la legislación que ella misma
hace cumplir5.
Recordemos con López Garrido que el Estado liberal se afianza a
partir de las tensiones que se van produciendo entre lo que este llama
“dos hipótesis de alianza”, centradas en la burguesía y las capas me-
dias6. Por un lado está la que hubiese aislado a la oligarquía absolutis-
ta, formada por la incipiente clase media, la burguesía industrial y co-
mercial, los pequeños propietarios y grupos asalariados urbanos,
junto a la masa de campesinos; por otro, la que se impuso, la alta bur-
guesía unida a la nobleza contando con el apoyo circunstancial de al-
gunos sectores de las capas medias. Ambos bloques sociales, progre-
sista y conservador, proponen una alternativa política al Antiguo

2
Los Cuerpos de Barcelona (1846); Zaragoza (1849); Madrid (1850); Albacete y
Murcia (1854); Burgos (1860), entre otros.
3
ESCALANTE, J., Policía Local de Burgos Ayer y hoy, Edit. Instituto Municipal de
Cultura del Ayuntamiento de Burgos, 2000, pp. 19 y ss.
4
FOUCALT, M., Vigilar y castigar, Madrid, Siglo XXI, 1978 p. 135.
5
De ahí que las primeras denominaciones de las actuales Policías Locales reci-
bieran la de Guardias urbanas y una de sus primigeneas funciones también fuera velar
por el cumplimiento de las ordenanzas municipales.
6
LOPEZ GARRIDO, D., La Guardia Civil y los orígenes del estado centralista, Barce-
lona, Crítica, 1982, pág.25.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 5

Régimen, un Estado sustentado por una fórmula social distinta en


cada caso.
En España, según interpretación de Fontana, que hace alusión a un
pacto tácito de reparto de mercados entre fuerzas del Antiguo Régimen
y la burguesía, “no se produjo una ruptura con el Antiguo Régimen al
estilo francés sino que se optó por una reforma más gradual”7. Al no
contar la burguesía con un consenso social suficiente por sus compro-
misos con el Antiguo Régimen y por la presencia de nobles en las ins-
tancia más altas de la vida social y política, el Ejército tuteló de forma
constante el desarrollo de la vida española en la época, para asegurar la
imposición de las decisiones políticas que exigía el proyecto moderado
de sociedad y de Estado que iba a triunfar como modelo español de li-
beralismo hasta 1931, excepto en el breve período comprendido entre
1868 y 1874.
Conscientes de que era en el ámbito local donde, en buena parte, se
dirimían las pugnas entre las tendencias liberales, más o menos progre-
sistas y democráticas, y los intereses más conservadores, los revolucio-
narios de Cádiz, según García de Enterría, al diseñar el Estado liberal,
pusieron bajo la supervisión del poder central el gobierno de los muni-
cipios, encomendado, al menos en teoría, a unos ayuntamientos popu-
lares. Contradiciendo en cierto modo la ideología y la práctica de una
parte del liberalismo europeo, el inglés, los legisladores gaditanos sem-
braron la semilla de una organización centralizada de la administra-
ción y del gobierno que luego, la reforma moderada de 1845 implanta-
ría a ultranza8.
En su régimen municipal, según el análisis detallado del régimen
municipal surgido de la revolución Liberal que hace de Castro, la activi-
dad de gobierno en los ayuntamientos era contemplada en términos de
administración, o sea, como simple aplicación local de las medidas dicta-
das por la autoridad superior9. El municipio se articulaba en una estructu-
ra territorial más amplia, la de las provincias, y las relaciones exteriores de
los consistorios tendían a establecerse a través de una rígida cadena de
cargos unipersonales, formada por el jefe político local como primer alcal-
de y el provincial, después llamado gobernador civil. Este presidía auto-
7
FONTANA, J., Cambio económico y actitudes políticas en la España del siglo XIX,
Ariel, 2ª ed. Barcelona, 1975.
8
GARCIA DE ENTERRIA, E., Revolución francesa y administración contemporánea,
Edit. Taurus, Madrid, 1972, cap. II,III y IV.
9
CASTRO CONCEPCIÓN, La revolución liberal y los municipios españoles, Alian-
za Editorial, Madrid, 1979.
6 José Escalante Castarroyo

máticamente el ayuntamiento de la capital donde residiese y podía hacer-


lo también en otro cualquiera de su provincia, siempre con voto en caso
de empate10. De esta forma, el gobierno gozaba de representación directa,
tanto en las principales corporaciones del territorio nacional como en
aquéllas que pudieran requerirlo en momentos determinados.
Sin perjuicio de estas limitaciones del poder municipal, que que-
dan meticulosamente encajadas en los mecanismos generales del Esta-
do, el ayuntamiento liberal recibe de la Constitución de Cádiz atribu-
ciones muy amplias que abarcan toda la administración civil del
término municipal correspondiente, entre ellas “la seguridad de las
personas y bienes de los vecinos y la conservación del orden público”,
funciones éstas que estarán a cargo de los ayuntamientos. Estos queda-
rían igualmente facultados para “elaborar las ordenanzas municipales
del pueblo y presentarlas en las Cortes para su aprobación”11.
El establecimiento de un poder local popular, pilar básico del mo-
delo liberal de Estado junto con una serie de libertades, tiene como ma-
nifestación más evidente, además de los ayuntamientos y alcaldes ele-
gidos, un cuerpo de seguridad local denominado la Milicia Nacional12.
Además de las amplias competencias administrativas, la Constitución
de Cádiz ofreció a los ayuntamientos el apoyo armado que supone te-
ner bajo su mando a esta fuerza civil. Para López Garrido, la Milicia
Nacional “fue el soporte básico y el factor más dinámico, con más em-
puje de la acción de rompimiento con el Antiguo Régimen, en ese pro-
ceso que abarca de 1810-1843”13. Surge aquella con la Guerra de la Inde-
pendencia al servicio de las juntas, inspirada por la idea de “el pueblo
en armas”, aunque su regulación efectiva a escala nacional no se inicia-
rá hasta abril de 1820, plasmada en el Reglamento de 1822; según este
“las milicias son fuerzas ciudadanas, y no de vasallos ni de señores”14.
Son, al tiempo, nacionales y locales, junto a su extensión nacional, su
organización y dirección son municipales y el alcalde es su máxima au-
toridad en cada localidad.

10
Así venía establecido en el art. 13 de la Instrucción dada el 23 de junio de 1813
para el gobierno económico-político de las provincias.
11
Véase el Título VI , cap. 8º, art. 309 al 323 de la Constitución Española de 1812 y
Capítulo I de la Instrucción de 1813 ya citada.
12
RUIZ MORALES, J., Historia de la Milicia Nacional desde su creación hasta nuestros
días, Madrid, 1855.
13
LOPEZ GARRIDO 1982, Ob. cit. P. 30.
14
Este concepto viene establecido en el art. 42 del Reglamento de la Milicia de
1820 que se mantuvo también en el Reglamento de 1835.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 7

Pese a que todavía no puede hablarse de un aparato policial muni-


cipal en España cuando el Estado liberal empieza a gestarse, sí puede
afirmarse que aquél forma parte del proyecto político que se desarrolló
a lo largo de todo el siglo XIX. Entre la libertad y la autoridad, el libera-
lismo gaditano, lastrado por el consenso entre la burguesía y el Anti-
guo Régimen, opta claramente por este valor cuando, al escaso desa-
rrollo de la declaración de derechos y libertades, añade una regulación
del orden público en la que se reservan al Ejército las principales com-
petencias en materia de seguridad pública.
Las alternativas que caracterizaron el transcurso del siglo XIX es-
pañol, avanzando entre liberales y absolutistas, se reflejan también en
el aparato policial, inmerso como estaba en el epicentro de las luchas
por el poder. Cada una de estas alternativas, desconfiando mutuamen-
te de su pacto “contra natura”, trataron de mantener su propia fuerza
armada. Para el Antiguo Régimen seguía siendo el Ejército, al que se
sumaban otras partidas de clara filiación al viejo sistema. La burguesía
se concentró en la Milicia Nacional. Mientras se afiance el régimen libe-
ral, como señala López Garrido “cada vuelta al absolutismo supone la
vuelta a la anterior estructura de seguridad; es decir, la supresión del
Ministerio de la Gobernación, supresión de los Jefes Políticos, reenvío
de sus competencias de seguridad y orden público a los Comandantes
y Capitanes Generales, y creación de órganos de policía política, autár-
quicos y con competencias juzgadoras”15. Siempre, siguiendo los ava-
tares de los liberales, las Milicias serán desarmadas.
A pesar de lo dicho, es necesario señalar que, en estas reacciones, el
Ejército mantuvo en su seno a elementos de filiación liberal, permitiendo
entender el papel arbitral que desempeñó en todo el proceso. Determinó
el advenimiento del Trienio Constitucional con el pronunciamiento de
Riego, en enero de 1820, y neutralizó los intentos de reorganización de la
policía que se dieron durante la Década Absolutista (1823-1833); celosos
de su parcela de poder, los militares sólo admitieron la creación de un
Ministerio del Interior con competencias en determinadas materias ad-
ministrativas, pero no policiales y de seguridad.
El problema de la sucesión de Fernando VII se resolvió con la asun-
ción de la regencia por parte de María Cristina, en octubre de 1833. Esta
ganó para su causa a los liberales, excluidos desde 1823 de toda partici-
pación en el sistema político, y mantuvo al Ejército ocupado en la re-
presión de los carlistas hasta 1837.

15
LOPEZ GARRIDO, 1987, Ob. cit. p. 34.
8 José Escalante Castarroyo

En el contexto de vacilante reformismo del Estatuto Real de 1834 y


hasta finales de 1843 se desarrollan las distintas fases de la revolución
liberal española, La primera fase de la revolución, de desmantelamien-
to del régimen feudal y de implantación de la propiedad burguesa, se
inicia con la llegada de Mendizábal al Ministerio de Hacienda. Después
de este hecho de gran trascendencia económica, empieza la etapa de
construcción del nuevo Estado, en la que destacan siempre de fondo las
luchas entre moderados y progresistas.
El 14 de julio de 1840, María Cristina sanciona la Ley de Ayunta-
mientos moderada, pieza clave del centralismo, y ello provoca la rebe-
lión de la Milicia, incitada por Espartero, vencedor de los carlistas y apo-
yado por los progresistas. El enfrentamiento entre el general y la Reina
desemboca en la revocación de la ley municipal y en la renuncia de la re-
gente el día 12 de octubre. Una vez en Madrid, se produce una inflexión
hacia el moderantismo que cierra esta larga etapa revolucionaria. Con la
caída de Espartero la contrarrevolución moderada triunfa definitiva-
mente en España y, a partir de 1844, el reinado de Isabel II supuso una es-
tabilización del nuevo régimen a partir de unos principios liberales con-
solidados y una práctica de gobierno autoritaria, especialmente sensible
a los intereses más conservadores de la sociedad española.
Durante el período de regencias, los militares siguieron controlan-
do la evolución de la mínima estructura policial creada hasta entonces.
Los subdelegados de Fomento de la regencia de María Cristina segui-
rán sin alcanzar competencias plenas en materia de policía y el minis-
tro, Javier de Burgos, dimitirá en 1834 sin poder haber trasplantado el
modelo policial francés a la reforma de la administración española.
Por más que la potenciación de la Milicia Nacional fue una de las prin-
cipales preocupaciones de la burguesía, el liberalismo español no pudo
implantar el modelo policial francés. Pudiendo haber sido el embrión de
una administración policial civil, la Milicia se militarizó en sus relaciones
con la ciudadanía mientras que, por su parte, el Ejército iba desempeñan-
do un papel cada vez más político. Los moderados hicieron resurgir a la
Milicia en un claro intento de convertirla a sus propósitos; rescatada por la
Constitución de 1837 de la dependencia funcional de los Capitanes Gene-
rales, la transformaron en Milicia Urbana y restringieron el acceso a ella a
los estamentos no propietarios. Su organización se fue adecuando al es-
quema de centralización y sus mandos, antes elegidos, pasaron a ser de-
signados por el Gobernador Civil, figura en fase de afianzamiento16.
16
La C.E. de 1837 contempla a la Milicia Nacional en el art.77 y en el contexto del
Título 13 bajo el Título: De la fuerza militar nacional.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 9

Con los moderados se produce un tránsito controlado en el cam-


bio de Régimen, permitiéndose a los absolutistas instalarse en el Esta-
do liberal. Los ministros de Isabel II, Cea Bermúdez, Martínez de la
Rosa y Javier de Burgos teorizaron sobre la soberanía de la razón y la
inteligencia, sobre la legitimidad dominadora de la clase propietaria
y sobre la “libertad prudente”. Del desarticulado Estado absolutista
se pasa al Estado centralista; éste es el Estado de los moderados y su
gran teórico fue Javier de Burgos, quien propugnó, junto a otros, los
beneficios de la monarquía constitucional, o limitada, que “procura
evitar los inconvenientes de los Gobiernos absolutos y de los demo-
cráticos”.
De Burgos ve, desde su experiencia francesa, la inadecuación de las
estructuras político-administrativas españolas a los progresos de los
nuevos tiempos a que debía enfrentarse. Diagnosticó la enfermedad
del Antiguo Régimen a partir de la ausencia de poder en los órganos
centrales del Estado, incapaces de ser oídos, y menos aún obedecidos
en todo el país. Concibió la acción política como una labor planificado-
ra y uniformizadora, que se podía dirigir desde un despacho, y que de-
bía ser ejecutada obedientemente por agentes diseminados por todo el
territorio del Estado. Según la tesis de Burgos, el Estado debería ser so-
bre todo centralización, “la omnipresencia de la administración, con-
sistía en que, se remuevan a un tiempo millares de obstáculos, y se pro-
mueva, con un sólo impulso uniforme e ilustrado, una masa inmensa
de prosperidad... Los encargados de este servicio deben formar entre sí
una cadena que, acabando en el último agente de policía municipal,
empiece en el jefe de la administración”17.
En la reforma de Javier de Burgos, como puede verse, la Adminis-
tración local aparece como el último escalafón de la pirámide del Esta-
do y en ella, los moderados potencian la figura del alcalde, magistratura
unipersonal, sobre la corporación municipal y establecen el nombra-
miento de aquél por la Corona como delegado local del Gobierno, des-
echando la pluralidad de alcaldes populares del modelo gaditano-pro-
gresista18. No tendrán reparos los legisladores moderados en recuperar
la vieja figura del corregidor absolutista bajo la forma del alcalde-corre-
gidor para las localidades políticamente más conflictivas.

17
Son palabras dirigidas al Señor Fernando VII desde París, el 24 de enero de
1826, sobre los males que aquejaban entonces a España y los medios de remediarlos,
recogidas por LOPEZ GARRIDO, 1982,en Ob. cit.p. 37.
18
La C.E. de 1812 señalaba en el art. 309 que “para el gobierno de los Pueblos ha-
brá Ayuntamientos compuestos de Alcalde ó Alcaldes...”
10 José Escalante Castarroyo

Como es lógico, la reacción moderada de 1843 tuvo un fuerte


componente antimunicipalista y pretendía claramente la eliminación
de la personalidad política de las ciudades. Retoma el hilo de la nona-
ta ley de 1840, que volvió a poner en vigor provisionalmente, y desar-
ma a las milicias nacionales. En palabras de Requena el temor del go-
bierno moderado a la capacidad desestabilizadora de los grandes
municipios urbanos se reflejó en la ley municipal de 1845, culmina-
ción del proceso de absorción política por el Estado. Los ayuntamien-
tos dejan de ser vistos como células animadoras de la política, del pro-
greso y del bienestar social; es necesario controlarlos, para atajar
cualquier tipo de oposición al gobierno y asegurar el trámite de las
elecciones de diputados a Cortes, para ello restringirá aún más el su-
fragio que impuso el Estatuto Real”19.
El triunfo de los moderados y su década en el poder entre 1844
y1854 significaron la definición y el definitivo asiento de un modelo
policial concreto, inspirado en la referencia centralista francesa, que
se disponía a ejercer un control reticular sobre todo el territorio del
Estado. La Guardia Civil será su piedra angular. Tras el golpe de Es-
tado de 1843, el desarme de la Milicia Nacional es un signo claro de
ruptura con el proyecto político del que era portadora. En 1842, par-
ticipó en una serie de motines contra los consumos, negativas al sis-
tema de quintas, huelgas y ocupaciones de fincas. Esta falta de sin-
tonía con los intereses de la clase dirigente determinó su disolución
por el General Narváez, un año antes de la creación de la Guardia
Civil, con la que el moderantismo triunfante sostendrá el Estado
centralista.
La mayoría de los ayuntamientos data en estas fechas, ya des-
mantelada la Milicia Nacional y creada la Guardia Civil, la creación
de las denominadas Guardias Municipales, de ahí que mantengamos
que la aparición de estos cuerpos de seguridad locales responden a la
necesidad de seguridad de los Ayuntamientos y de sus municipios. El
poder central había venido regulando sistemáticamente todo lo rela-
tivo a la Milicia Nacional quitando competencias efectivas a los muni-
cipios sobre esta fuerza de implantación local. Su desaparición crea
un vacío que es aprovechado para la creación de cuerpos locales de
policía.

19
REQUENA, F.,1997, en Ob. cit. p.10.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 11

2. EL CONSTITUCIONALISMO ESPAÑOL Y LA SEGURIDAD


PÚBLICA MUNICIPAL

La primera Constitución escrita, dada por las Cortes de Cádiz el 18


de Marzo de 1812, encomendaba a los Ayuntamientos, entre otras “la
policía de salubridad y comodidad, así como el auxilio al Alcalde en todo
lo que pertenezca a la seguridad de las personas y bienes de los vecinos y
a la conservación del orden público” .20 Este precepto constitucional nos
autoriza a considerar, sin olvidar los avatares políticos que hemos visto
en el anterior apartado, el origen y punto de partida del actual sistema de
seguridad público local, incluso también de las actuales Policías Locales.
No debemos olvidar que, es un Decreto de las Cortes de Cádiz fecha-
do el 23 de mayo de 1812, el que ordena la formación de los Ayuntamien-
tos constitucionales, disposición que será aclarada por otra de igual rango
en marzo de 1821 y será una nueva Orden de aquellas Cortes, promulga-
da el 31 de Diciembre de 1813 la que autorizará a los Alcaldes constitucio-
nales para el nombramiento de los Alguaciles, cuerpo este que mantene-
mos como antecesor de los actuales Policías Locales, antes denominadas
Policías Municipales y primeramente Guardias Municipales21.
No obstante lo señalado sobre los Alguaciles y los inicios de un “sis-
tema de seguridad propio local”, durante gran parte del siglo XIX será el
Ejercito y las Milicias Nacionales, en palabras de Turrado Vidal, en oca-
siones también denominadas Urbanas, los que velarán por la seguridad
local22, pues es la propia Constitución de 1812, la que encomienda al Ejér-
cito la defensa exterior del Estado, y la conservación del orden interior23,
importante menester que compartirá con los Cuerpos de Milicias Nacio-
nales que la misma creaba en los siguientes términos: “Habrá en cada
provincia cuerpos de Milicias Nacionales, compuestos de habitantes de
cada una de ellas, con proporción a su población y circunstancias”24.
La Ley de 9 de junio de 1821, primera Ley constitutiva del Ejército en su
artículo 6 señala que “ la Nación española establece la fuerza armada para
defender el Estado de los enemigos exteriores y para asegurar la libertad
20
Contemplado en el Título VI referido al Gobierno interior de las Provincias y
de los Pueblos, Capítulo I art. 321 y s.s.
21
ESCALANTE, Policía Local de Burgos, Ob. cit. p.17 y s.s.
22
TURRADO VIDAL, L., La policía en la historia contemporánea de España (1766-
1986), Edit. Secretaria General Técnica del Ministerio del Interior, Madrid, 1995.
23
El art. 356 determinaba que “Habrá una fuerza militar nacional permanente
de tierra, y de mar para la defensa exterior del Estado, y la conservación del orden in-
terior”.
24
Art. 362 de la C. E. de 1812.
12 José Escalante Castarroyo

política, el orden público y la ejecución de las leyes”. En el artículo 4, a la


fuerza armada terrestre la divide en tropas de continuo servicio y milicias
nacionales, clasificando a estas milicias en Milicia activa y Milicia Local.
La Ordenanza para la Milicia Nacional Local de la Península e Islas
adyacentes será promulgada por el Decreto de 29 de Junio de 1822, y
según su artículo 4 la Milicia Nacional tiene por objeto “sostener la
Constitución, debiendo también dar guardia en las casas consistoriales
o donde el Ayuntamiento señale, patrullar, concurrir a las funciones
públicas, perseguir malhechores, escoltar presos y caudales nacionales,
y defender los hogares y términos de sus pueblos cuando sea necesa-
rio”. Tal Ordenanza señala mas tarde, en su artículo 10 que “la Milicia
Nacional depende de los Ayuntamientos y las quejas contra estos se
propondrán en las Diputaciones provinciales”. Los Cuerpos de Mili-
cias quedaron definitivamente suprimidos en el año de 1875.
Tanto en el inicio como en el desarrollo del constitucionalismo es-
pañol, la débil autonomía municipal que iniciara nuestra primera
Constitución con la creación de los Ayuntamientos Constitucionales,
va a verse frecuentemente mermada cuando no suspendida y la Auto-
ridad Municipal supeditada a otra Autoridad, los Gobernadores25.
Pero no podemos pasar por alto que es durante ese siglo XIX, en el que
los Ayuntamientos adquieren los rasgos contemporáneos y es precisa-
mente también cuando comienzan a crearse, en las poblaciones mas
importantes, las denominadas Guardias Municipales, sustituyendo en
unos casos a aquellas Milicias Locales o integrando en otros a los vetus-
tos Cuerpos de Alguaciles y Serenos, guardianes hasta entonces de ca-
lles y plazas en nuestras ciudades y pueblos, orígenes funcionales de
los primeros que podemos decir se pierden en el tiempo26, siendo los
Serenos creados por primera vez a finales del siglo XVIII27.

25
Así venía establecido por el art. 309 de la C.E. de 1812 que determinaba que “ Para
el gobierno interior de los pueblos habrá Ayuntamientos compuestos del Alcalde o Alcal-
des, los Regidores, y el Procurador Síndico, y presididos por el Jefe político donde lo hu-
biere, y en su defecto por el Alcalde, o el primer nombrado entre estos, si hubiere dos”.
26
Entre otras la Cédula Real de Enrique III de 1403 mandando al “Alcalde de
Burgos, licenciado Gil González y al Alguacil que no conozcan en causa civil o crimi-
nal por pertenecer a los jueces del Rey y este no lleve derecho alguno por razón de al-
macena”, según se cita en ESCALANTE, Policía Local de Burgos, p. 33.
27
Los primeros Serenos serán establecidos en Madrid por un Edicto del Rey Car-
los IV en 1797 por el que “resolvía establecer los Serenos o Celadores nocturnos bajo el
cuidado e inspección de los Alcaldes de mi Real Casa y Corte y de Quartel y demás”.
No obstante este establecimiento en Madrid la extensión a toda España no sería hasta
bien entrado el siglo XIX.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 13

Los inicios de los actuales Cuerpos de seguridad locales, actual Po-


licía Local, no van a ser fáciles, convivirán con “policías militares”
como las Milicias Ciudadanas, los Voluntarios de la Libertad, Realistas,
... cuya dependencia, funciones y servicio en las poblaciones también lo
será para los Ayuntamientos que en ocasiones corren con los gastos de
mantenimiento, a pesar de la escasez de recursos disponibles.
La seguridad en los Municipios se verá alterada por las crisis eco-
nómicas y la emigración a las ciudades desde los ámbitos rurales, inse-
guridad que sensibilizará al poder real y para paliarla Isabel II exten-
derá los Serenos a toda España28, cuerpo también dependiente de la
municipalidad, que prestarán sus funcione por las noches, en los pri-
meros años compaginando funciones de seguridad y policía adminis-
trativa con la de faroleros, encendiendo y manteniendo la incipiente es-
tructura del alumbrado público de las ciudades y pueblos importantes.
Los Serenos, como señala el Alcalde de Burgos en 1859 “no resol-
vieron el estado de inseguridad, la falta de policía y el aumento de ex-
tranjeros en nuestra ciudad que se ven por todas partes”, de ahí que el
Ayuntamiento decida, como ya lo habían hecho otras muchas ciuda-
des, crear una Guardia Municipal. Tenía Burgos entonces 25.000 habi-
tantes aproximadamente29.
Retomando el hilo conductor de nuestro derecho constitucional, las
sucesivas Constituciones desde la de 1812 hasta la Ley Orgánica del Esta-
do de 1967 disponen que la organización y atribuciones de los Ayunta-
mientos se regirá por sus respectivas leyes. Por tanto y desde antiguo va-
rias disposiciones, entre ellas la Ley de 2 de octubre de 1877, ya establecía
28
Así se reflejaba en la exposición de motivos del RD de 15 de Septiembre de
1834, en palabras del Ministro de Fomento José María Moscoso de Altamira, sucesor
en el cargo a Javier de Burgos: “ Señora: persuadido de que el establecimiento del
alumbrado y Serenos en los pueblos, al mismo tiempo que contribuye en gran medida
a la comodidad y seguridad de sus habitantes, evita la perpetración de varios delitos
que no llegarían a cometerse si la soledad y las sombras de la noche no asegurasen la
impunidad de sus autores, considerando además que si bien es conocida la utilidad de
esta y otras medidas de policía urbana, sufre no obstante en su ejecución largas, y aún
interminables dilaciones, si se abandona a la voluntad de los habitantes o de las autori-
dades locales, que bajo este aspecto es objeto digno de ocupar a una administración
que aspira a corresponder en todo a las miras ilustradas de V.M. Para que los pueblos
de la monarquía obtengan de la policía urbana las mejoras inseparables de una civili-
zación progresiva, tengo el honor de proponer a la aprobación y rúbrica de V.M. el ad-
junto Decreto”.
29
La creación del Cuerpo de Serenos en Burgos esta fechada el 1 de Enero de
1841 y la Guardia Municipal el 21 de Diciembre de 1860, según consta en el Archivo
Municipal de Burgos Signaturas C-9-24/20 y 19-155
14 José Escalante Castarroyo

en el art. 73 que era obligación de los Ayuntamientos “procurar por si o


con los asociados, el exacto cumplimiento, con arreglo a los recursos y
necesidades del pueblo, de los fines y servicios que, según dicha Ley,
quedaban sometidos a su actuación y vigilancia, y en particular, la poli-
cía urbana y rural, policía de seguridad, así como la administración, cus-
todia y conservación de todas las fincas, bienes y derechos del pueblo”.
Esta misma Ley en el art. 14, facultaba a los Ayuntamientos para la for-
mación de las Ordenanzas Municipales de policía urbana y rural, así
como que “los Agentes Municipales que usen armas dependan exclusi-
vamente del Alcalde en su nombramiento y separación”.
Se inicia un nuevo siglo, el XX, con la creación de Guardias Munici-
pales prácticamente en todas las poblaciones importantes, lo que hace
necesario, ante la diversidad de Cuerpos Municipales, dictar normas
unificadoras de todos los servicios de vigilancia y seguridad, lo que se
realiza por un Decreto del Ministerio de la Gobernación de 24 de Febre-
ro de 1908 que dispuso en su art. 1º que “en las capitales de Provincia y
en las demás poblaciones donde existan o en los sucesivo se establez-
can servicios de vigilancia y seguridad, los Gobernadores Civiles,
oyendo a los respectivos Alcaldes, dictarán las reglas necesarias para
que la Guardia Municipal armada, los serenos municipales o particula-
res, alcantarilleros, guardas de campo y demás agentes municipales
presten su cooperación a los servicios de orden público, prevención y
represión de delitos y faltas”.
La normalización de la vida ciudadana, tras la tragedia de la Guerra
Civil iniciada en 1936 y finalizada en 1939, viene acompañada de la rees-
tructuración de los Ayuntamientos, hasta entonces democráticos y ahora
nombrados bajo criterios fuertemente centralizadores y acordes con el
nuevo régimen nacido de la contienda, abriéndose una etapa para las
Guardias Municipales que va a estar caracterizada por el ostracismo y la
subordinación a los Cuerpos Policiales del Estado en coherencia con la
sumisión de los Alcaldes a los Gobernadores Civiles, etapa en la que su
papel en la seguridad local va a ser muy secundario y sus funciones se
inscriben en el ámbito administrativo, primero como Agentes para hacer
cumplir las Ordenanzas Municipales y después las Normas de circula-
ción dado que el tráfico en las ciudades comenzaba a mediados del siglo
XX a ser un problema para las Autoridades municipales.
Asentado el régimen político impuesto por el General Franco, se pro-
mulga en 1952 el Reglamento de Funcionarios de Administración Local30,

30
Decreto de 30 de mayo de 1952, ( B.O.E. del 28 de junio).
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 15

con el se abren nuevas perspectivas para la profesión de Policía Munici-


pal, que en su art. 252 disponía: “La Guardia Municipal constituirá en
cada Ayuntamiento un solo Cuerpo bajo la denominación genérica de
Policía Municipal, sin perjuicio de las especialidades y denominación de
urbana, rural, nocturna, de tráfico y otras semejantes”. Se determinan la
dependencia y el orden jerárquico de los Cuerpos, otorgando facultades
directivas a los Alcaldes como Jefes de la Administración Municipal,
bien entendido que esta Jefatura seguía supeditada por las superiores
atribuciones del Gobernador Civil, dado que los Alcaldes seguían siendo
delegados del Gobierno en la localidad, pero las Policías Municipales se-
rán en adelante un Cuerpo único y no como venía siendo hasta entonces
diversidad de empleados municipales ejerciendo funciones relacionadas
con las seguridad y la policía administrativa (vigilantes nocturnos, al-
guaciles, serenos, ...); y lo que era mas anárquico la existencia de diversi-
dad de jefes. Era un Cuerpo único y un solo Jefe del mismo: el Alcalde
con un solo Jefe también en la estructura funcional: el funcionario de ma-
yor graduación. Una escala jerárquica daría forma a las estructuras de los
cuerpos acabando con la diversidad de empleos también hasta entonces
existentes y estableciendo los que hasta no hace muchos años han sido
comunes en todas las plantillas de Policía Municipal de España: Guar-
dia, Cabo, Sargento, Suboficial, Oficial, Subinspector e Inspector y hoy
de nuevo diversos por la asunción por las Comunidades Autónomas,
como veremos mas adelante, de las funciones coordinadoras sobre las
Policías Locales en su ámbito territorial respectivo.
Alcaldes y Policía Municipal van a seguir, prácticamente hasta
1975, muy parejos en competencias de seguridad, pocas, secundarias y
supeditadas al Gobernador y a los Cuerpos de Seguridad del Estado.
La muerte del General Franco en 1975, la reinstauración de la Monar-
quía a continuación y lo que va a ser mas importante, la aprobación de
una nueva Constitución en 1978, van a suponer también para las Poli-
cías Municipales un futuro nuevo31, en unos también nuevos Ayunta-
mientos32, en un país que inicia un camino hacia la democracia, el plu-
ralismo político y el reconocimiento de los principios que imperan en la

31
Es la nueva Constitución Española de 1978 la que establece en el art. 104.2 que
“Una Ley Orgánica determinará las funciones, principios básicos de actuación y estatutos
de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad”, (citadas en adelante C.E. de 1978 y LOFyCS).
32
Así se establece en el art. 140 de la C.E. 1978 al señalar que “La constitución ga-
rantiza la autonomía de los municipios. Estos gozarán de personalidad jurídica plena.
Su gobierno y administración corresponde a sus respectivos Ayuntamientos, integra-
dos por los Alcaldes y los Concejales”.
16 José Escalante Castarroyo

Comunidad Económica Europea a la que pretende incorporarse, ade-


más de reconocer el derecho a la autonomía de las nacionalidades y re-
giones que la integran. La Policía en general y la Municipal en particu-
lar iniciarán entonces el difícil camino de la adecuación a esa nueva
realidad social, política, jurídica y territorial que configura la nueva
Constitución.
Entrados ya en este período de nuestra historia reciente es preciso se-
ñalar el progreso que han experimentado los Cuerpos de Policía, ahora
Local, dependientes de los Ayuntamientos, parejos nuevamente a la im-
portancia que se les confiere a los Municipios y a sus Alcaldes en la nue-
va estructura territorial que la Constitución Española diseña en 1978.
Por primera vez en el constitucionalismo español se va ha hacer re-
ferencia en su articulado a las Policías Locales tanto de forma genérica
al referirse a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de los que forma par-
te33, como en el Título octavo, columna vertebral del diseño del nuevo
estado, al encomendar a las Comunidades Autónomas la coordinación,
en el ámbito territorial respectivo, de las Policías Locales34. La coordi-
nación de las Policías Locales va a originar una nueva fuente normati-
va, en principio tendente a unificar los Cuerpos en aspectos tan impor-
tantes como la formación, los medios, la uniformidad, etc. dejando
para el pasado la atomización de aquellos y su aislamiento profesional
para iniciar una nueva etapa de identidad profesional en cada una de
las Comunidades Autónomas.
La autonomía municipal, tantas veces devaluada, nuevamente será
reconocida por la nueva Constitución, dotando a los Ayuntamientos
de marcos normativos acordes con los nuevos tiempos, lo que va a su-
poner para las Policías de aquellos dependientes, un auge en su impor-
tancia y la potenciación dentro del sistema de seguridad pública que la
Constitución diseña, materializado también, por primera vez en su his-
toria, en una Ley con carácter de Orgánica35, reguladora del conjunto
33
La referencia se hace en el art. 104 1 y 2 de la C.E.de 1978.
34
Establecido en el art. 148.1.22 de la C.E. de 1978 en los siguientes términos:
“Las Comunidades Autónomas podrán asumir competencias en las siguientes mate-
rias: ... La coordinación y demás facultades en relación con las policías locales en los
términos que establezca una ley orgánica”.
35
La Ley Orgánica sería la 2/1986, de 13 de marzo, de FyCS que en el art. 2 esta-
blece: “ Son Fuerzas y Cuerpos de Seguridad:
– Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dependientes del Gobierno de
la nación.
– Los Cuerpos de Policía dependientes de las Comunidades Autónomas.
– Los Cuerpos de Policía dependientes de las Corporaciones Locales”.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 17

de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, determinándose las funciones de


cada uno de ellos y los principios básicos de actuación comunes.
El protagonismo que como Cuerpo de Seguridad local tomarán en
adelante las Policías Locales será parejo a la importancia que los Ayunta-
mientos y los Alcaldes representan en el nuevo marco territorial. La Ad-
ministración Local, la más cercana a los ciudadanos, va a suponer tam-
bién para las Policías Locales ser el Cuerpo de Seguridad más próximo y
demandado por los vecinos en la nueva etapa constitucional.
Antes y ahora, el pasado y el futuro de las Policías dependientes de
los Ayuntamientos, hoy denominadas Locales, está ligado al devenir
de los mismos, de ahí que no pueda separarse la trayectoria de estos
funcionarios sin contemplar los avatares y progresos de las Adminis-
traciones Locales. Concluyamos con Gonzalo Muinelo señalando que
“las Policías Locales de los municipios son los Cuerpos de policía más
antiguos que existen en España y que su marco legal nunca llegó a estar
sólidamente establecido principalmente por los acontecimientos histó-
ricos, las convulsiones políticas y las influencias caciquiles o feudales
tan arraigados en las villas y pueblos de España”36.
37

CONSTITUCIONES HISTÓRICAS ESPAÑOLAS37


Constitución de Cádiz, de 19 de marzo de 1812
Vigencia: desde 1812 hasta 1814; desde 1820 hasta 1823 y desde 1836
hasta 1837

Constitución de 18 de junio de 1837


Vigencia: desde1837 hasta 1845

Constitución de 23 de mayo de 1845


Vigencia: desde 1845 hasta 1868

Constitución de 6 de junio de 1869


Vigencia: desde 1869 hasta 1873

Constitución de 30 de junio de 1876


Vigencia: desde 1876 hasta 1923

Constitución de 9 de diciembre de 1931


Vigencia: desde 1931 hasta 1939

36
MUINELO ALARCON, G., El marco legal de las Policías Locales en España, Edit.
Ayuntamiento de Valladolid, 1991, p. 16 y s.s.
37
Información obtenida en la pág. www.congreso.es/constitución/otras
CAPÍTULO II
LOS PRECEDENTES ESTATUTARIOS Y
FUNCIONALES DE LAS POLICÍAS
MUNICIPALES PREVIOS A LA
CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978
Es el momento, tras este breve recorrido por el pasado constitu-
cional del municipio y la seguridad local, dar paso al marco estatuta-
rio y funcional de los Cuerpos de seguridad locales hasta la proximi-
dad de la instauración de la democracia en España, con la
promulgación de la Constitución Española en 1978, la constitución de
los primeros Ayuntamientos democráticos en 1979 y la entrada en vi-
gor de la Ley Orgánica 2/1986, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
(en adelante LOFyCS), fueron hitos que podemos considerar como el
inicio de la consolidación de las Policías Municipales como Cuerpos
de Seguridad propiamente. Años cruciales en la reciente historia de
España en la que, como decíamos en la presentación de este trabajo,
había unos protagonistas indiscutibles “los ciudadanos”, y junto a es-
tos unos servidores públicos “la policía”, las diferentes Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad38.
La precaria situación profesional que ha sido consustancial a la fi-
gura del guardia o policía municipal desde la creación generalizada de
OB. estos Cuerpos en la segunda mitad del siglo XIX, y las continuas
convulsiones sociopolíticas que afectaron a la Administración españo-
la relegaron toda consideración de un régimen estatutario y funcional
propio que pudiera regular y encuadrara sus actividades profesiona-
les, hasta tal punto que la legislación anterior a 1924 elude incluso su
calificación de funcionario y por supuesto sin que llegue a percibirse la
remota posibilidad de establecer una reglamentación funcional a nivel
38
El art. 2 de la LOFyCS señala como FyCS:
a) Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad dependientes del Gobierno de la nación.
b) Los Cuerpos de Policía dependientes de las Comunidades Autónomas
c) Los Cuerpos de Policía dependientes de las Corporaciones Locales
20 José Escalante Castarroyo

nacional o específica para el Cuerpo39, como sí se hace para los Cuerpos


Nacionales40 e incluso para los Cuerpos dependientes de las Diputacio-
nes Forales41.

1. LAS GUARDIAS MUNICIPALES EN LA NORMATIVA


MUNICIPAL

En el Estatuto Municipal de 1924 en su artículo 195 se atribuía al Al-


calde, como Delegado del Gobierno, “la facultad de nombrar, separar,
suspender, corregir y premiar a los guardias y agentes armados del Mu-
nicipio, dando cuenta al Ayuntamiento”42, lo que hace suponer la exis-
tencia de una norma de carácter interno que regulase aquellos aspectos,
a falta de una reglamentación específica de carácter estatal similar a la
que si se preveía en el artículo 93 para otros funcionarios técnicos, admi-
nistrativos o subalternos. Pero es en este Estatuto Municipal donde apa-
rece una clara referencia a “las plazas de subalternos, guardias y agentes
armados de los Ayuntamientos”, plazas que habrían de ser cubiertas por
los Ayuntamientos según el reglamento de cada Corporación.
De lo antes señalado podemos deducir que la profesión de guardia
municipal no solo carecía de un marco legal específico sino que estaba
excluido del estamento funcionarial, regulándose, en el mejor de los ca-
sos, por las normas internas y particulares de cada Ayuntamiento, con
39
En adelante nos será de utilidad GONZALEZ Y RODRÍGUEZ, C., Manual de
las secciones de Orden Público. Colección de Leyes, Reales Decretos, Ordenes e Instrucciones
sobre el ramo de vigilancia, Imprenta de Julián Peña, Madrid 1868, reeditado por la Se-
cretaria General Técnica del Ministerio del Interior en 1986.
40
Véase entre otros precedentes las Leyes de 27 de Febrero de 1908 organizando
la Policía Gubernativa y de 15 de Marzo de 1940 de reorganización de la Guardia Civil;
el Real Decreto de 27 de Noviembre de 1912, creando la Dirección General de Seguri-
dad o el RD de 25 de Noviembre de 1930 aprobando el Reglamento orgánico de la Po-
licía Gubernativa y la Orden de 1 de mayo de 1943 aprobando el Reglamento para el
servicio del Cuerpo de la Guardia Civil. Y ya mas próximos el Decreto 2038/1975, de
17 de julio que aprueba el Reglamento Orgánico de la Policía Gubernativa y la Ley 55/
78, de 4 de diciembre, de la Policía.
41
Veáse entre otros los Decretos de 21 de julio de 1950, de reorganización de los
Mozos de Escuadra y de 20 de Abril de 1951 aprobando su Reglamento modificado
por RD 2579/1980, de 24 de octubre o el Real Decreto 2903/1980, de 22 de diciembre,
regulador de Miñones y Miqueletes de las Diputaciones Forales de Álava, Guipúzcoa
y Vizcaya.
42
El Estatuto Municipal de 1924 fue aprobado por RD Ley de 8 de marzo, firma-
do en nombre del Rey Alfonso XIII por el Presidente del Directorio Militar Miguel Pri-
mo de Rivera y Orbaneja.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 21

la consiguiente inseguridad jurídica y administrativa que ello acarrea-


ba. Cuatro años más tarde, el 14 de Mayo de 1928, se promulga el regla-
mento orgánico provisional de los funcionarios Municipales que nada
añadía al status de la Guardia Municipal 43.
Tendrá que llegar el año 1935 para que aparezca el primer reconoci-
miento del carácter funcionarial de los guardias municipales, que se
produce mediante la Ley Municipal de 31 de octubre, al establecer en
su artículo 157 lo siguiente:

“Los funcionarios de la Administración Municipal se clasifican en los


grupos siguientes:
a) Administrativos
b) Facultativos y técnicos
c) De servicios especiales, y
d) Subalternos y Guardias Municipales”.

Tras la guerra civil española (1936-1939), y la reestructuración de


los Ayuntamientos, esta vez bajo criterios muy centralizados, se abre
una etapa en la seguridad local que se prolongará, como veremos, has-
ta bien entrada la etapa democrática y que estará caracterizada de una
parte, por la subordinación de las Guardias Municipales a los Cuerpos
de seguridad dependientes del Estado en coherencia con la sumisión
de los Alcaldes a los Gobernadores Civiles y, de otra, por la tenaz lucha
por alcanzar una dignidad corporativa en la que estarán empeñadas las
jefaturas de las plantillas especialmente de las Ciudades, mandadas
por imperativo legal, por Jefes y Oficiales procedentes del Ejercito na-
cional.
Diez años después de la Ley Municipal de 1935 se promulgó la Ley
de Régimen Local de 17 de Julio de 1945, que va a plasmar la doctrina
del nuevo régimen político surgido de la guerra civil sobre las Admi-
nistraciones Municipales y cuyas bases deberán ser articuladas por
otra Ley dado que en esta solo se hace referencia a las Haciendas Loca-
les, haberes mínimos de cierta clase de funcionarios y constitución de
Ayuntamientos y Diputaciones Provinciales. Se inicia así un período
43
Como prueba de ello podemos señalar que a la Guardia Municipal de Burgos,
creada en 1860, se la dotó del primer Reglamento a la vez que su creación, constando
copia del mismo en el Archivo Municipal de Burgos, (Signatura 19-55). Varios Regla-
mentos mas regularían el Cuerpo con posterioridad y hasta bien entrada la época de-
mocrática, siendo estos en los años 1888 ( signatura 22-965), 1913 ( signatura ad-5186/
2), 1934 ( signatura 19-2766) y 1984 (Pleno del Ayuntamiento de 7 de junio), según ES-
CALANTE, Policía Local de Burgos, ob. cit.
22 José Escalante Castarroyo

de siete años durante los cuales distintos estamentos funcionariales


presionarán para que se elaboren proyectos reglamentarios que desa-
rrollen los que en su día estableciera el Estatuto Municipal de 1924 y la
Ley articulada de Régimen Local de 1945.
A esa inquietud no fue ajena la Guardia Municipal en cuyo seno se
constituyó una Comisión formada por varios Jefes de las más importan-
tes plantillas españolas quienes, estableciendo los debidos contactos en-
tre ciudades, elaboraron un anteproyecto de Reglamento de mínimos
para los Cuerpos de la Guardia Municipal Española, anteproyecto que
fue entregado el 15 de Mayo de 1950 en la Dirección General de Admi-
nistración Local. Es significativo recordar lo que en la Instancia que
acompañaba al anteproyecto se decía que “constituía una gran dificultad
el hecho de que no existiera un solo antecedente sobre reglamentación
general de la Guardia Municipal. Las reglamentaciones específicas de
unos cuantos centenares de Municipios, frente a millares que carecen
aún de esta norma, no hace sino aumentar la confusión que existe desde
siempre en esta clase de funcionarios municipales, regulados de formas
distintas y aún contradictorias, de las que muchas veces no se obtiene
toda la eficacia que sería conveniente alcanzar y que, en cuanto a benefi-
cios económicos, se suelen encontrar por bajo de los que el nuevo Estado
tiene concedido a la generalidad de los productores españoles”. Esta rea-
lista exposición de la situación de las guardias municipales justificaba so-
bradamente el anteproyecto presentado cuya motivación fundamental
no era otra que reclamar una igualdad inicial de derechos y deberes de
los componentes de todos los Cuerpos de Guardia Municipal, a partir de
cuya normativa estatal, cada municipio, en desarrollo de sus facultades
económicas, pudiera hacer regulaciones complementarias.
Como se aprecia, la solicitud de una norma general de ámbito na-
cional respetaba las facultades de los Ayuntamientos en materia de re-
glamentación específica de sus guardias municipales, sin embargo esta
solicitud iba a resultar inoportuna porque la Administración estaba a
punto de promulgar la tan esperada Ley de 17 de julio de 1945 que ven-
dría a sustituir a la Ley Municipal de 1935 hasta entonces vigente.
Por lo que se refiere a los Cuerpos de Guardia Municipal el Texto
articulado publicado en 1950 seguiría insistiendo en la consideración
de los guardias municipales como funcionarios subalternos encarga-
dos de funciones secundarias de vigilancia y siendo su tratamiento le-
gal el mismo que el de los ordenanzas y celadores municipales, pese a
que sus responsabilidades profesionales fuesen obviamente superiores
ya en esos años. Consecuencias de esta Ley fueron entre otras, que el
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 23

acceso al Cuerpo se hiciera mediante concurso, previo examen de apti-


tud y que el nombramiento y las sanciones serían facultades del Alcal-
de, autoridad de la que dependía el Cuerpo 44.
La posibilidad de reglamentación que había dejado entreabierta la Ley
de 1945 motivó por segunda vez la creación de una Comisión de Jefes de
Plantillas con el fin de gestionar ante la Dirección General de Administra-
ción la regulación de diversos aspectos de la profesión de Guardia Munici-
pal en el articulado del reglamento de Funcionarios Locales que se hallaba
en preparación. Tal concreción legal, señalaban los comisionados en su es-
crito, “ya constituiría una conquista profesional resonante de unos Cuer-
pos, porque hasta hoy, a pesar de la calificada función de autoridad que
tienen asignada, se han mantenido en la penumbra de todas las confusio-
nes y han sido objeto de los máximos desvíos e incomprensiones”.
Con este espíritu se expuso a la Dirección General de Administración
Local, entre otras, las siguientes propuestas: La inclusión de los guardias
municipales en el grupo de funcionarios de Servicios Especiales, argumen-
tando que las funciones secundarias de vigilancia eran propias de guardas
de paseos y jardines; la organización, dentro de la Dirección General de
una Inspección General de Cuerpo encargada de la aplicación en todo el te-
rritorio nacional de la normativa reglamentaria que al efecto se redactara;
la unificación del procedimiento disciplinario con el resto de los funciona-
rios municipales; la organización de la enseñanza profesional en el Cuerpo;
la fijación de las clases y categorías profesionales establecidas en función de
la plantilla; la unificación del armamento y vestuario; el reconocimiento del
derecho a la permuta en determinadas condiciones y entre poblaciones
análogas; la redacción de un Reglamento Técnico del Servicio y el cambio
de la denominación tradicional por la de Policía Municipal45.

2. EL REGLAMENTO DE FUNCIONARIOS DE
ADMINISTRACIÓN LOCAL DE 1952

Apenas seis meses después, vería la luz el Reglamento de Funcio-


narios de Administración Local (en adelante RFAL) y en su texto arti-
culado, no solo se dedicaba una sección a la Policía Municipal sino que
44
Así venía establecido por el art. 116 d) del Texto Articulado de la Ley de Régi-
men Local, Decreto de 16 de diciembre de 1950, (citado en adelante TALRL).
45
Según refleja MUINELO ALARCON, G., en Policía Local: veinticinco años al ser-
vicio de los Ayuntamientos democráticos, Edit. Castilla Ediciones, Valladolid, 2005, citan-
do la Revista Técnico Legislativa Policía Municipal correspondiente a 1951, los Jefes
comisionados fueron los de Bilbao, Salamanca, Santander, Ávila y Zaragoza.
24 José Escalante Castarroyo

se recogían algunas de las aspiraciones del Cuerpo que habían sido


presentadas a la Administración por los Jefes de Plantilla comisiona-
dos.
El tan esperado RFAL supuso para los Cuerpos de Policía Munici-
pal de todos los Ayuntamientos en palabras de Muinelo, “la primera
confirmación de su identidad profesional, tras un largo período de pos-
guerra durante el cual poco o nada se había avanzado para proporcio-
nar un marco jurídico a sus miembros que tutelase las intervenciones
en defensa de las Leyes del Estado y de la Normativa municipal”46. Y
aunque sólo se dedicaban a ello siete artículos, el nuevo Reglamento sa-
tisfizo muchas esperanzas profesionales, no tanto por lo que prometía,
como por lo que reconocía: la existencia de un solo Cuerpo policial, es-
tructurado y jerarquizado, con unas determinadas, aunque no dema-
siado concretas, funciones a realizar.
El articulado referido a la Policía Municipal, al que comenzó a lla-
mar Cuerpo de Policía Municipal, suponía una importante clarifica-
ción del confusionismo profesional existente hasta entonces; así lo po-
nía de manifiesto un comentario editorial al señalar que “el nuevo texto
legal iba a constituir además un armazón reglamentario moderno y ac-
tualizado que le permitiría conocer perfectamente su contenido y al-
cance, delimitando claramente sus funciones e instituyendo solemne-
mente la carrera de la Policía Municipal”47. Elogios que a la vista de los
resultados obtenidos, no hay que olvidar que estos artículos estarán vi-
gentes hasta bien entrado los años 1980, parecen desproporcionados si
se tiene en cuenta la indigencia legislativa que en aquellos años se pa-
decía, por eso se entiende que colmase las modestas aspiraciones inter-
nas.
Piénsese que, como señala Alberto Gallego y Burín en un cometario
a esta norma, “el novísimo Reglamento de Funcionarios de Adminis-
tración Local de 1952 constituía la primera regulación orgánica que se
hacía en España de la llamada, hasta entonces, Guardia Municipal y su-
ponía un planteamiento orgánico sin ningún precedente legal, que con-
solidaba la categoría profesional del guardia municipal como funcio-
nario de servicios especiales”48. Categoría que se comprende que fuera
causa de tan generalizada satisfacción si nos situamos en la coyuntura
en la que se encontraban entonces los guardias municipales, menospre-
46
Ibidem, p. 21 y s.s.
47
Editorial de la Revista Policía Municipal, Técnico Legislativa, Edit. Ediciones
Cosema S.L, correspondiente al año 1952.
48
Ibidem, Revista Policía Municipal, “El Régimen Local de España”, año 1952.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 25

ciados, incomprendidos, no situados en la verdadera esfera a que obli-


gaba su condición de depositarios de atributos autoritarios, tratados en
la mayoría de las Corporaciones Municipales con una evidente falta de
equidad en relación con los derechos económicos reconocidos a otros
funcionarios municipales, cuando la intencionalidad del legislador, ya
desde el Estatuto Municipal de 1924, era la igualdad de consideración
de todos los servidores de los Ayuntamientos.
Por la importancia que, como precedente normativo tiene el RFAL
respecto de las Policías Municipales y especialmente por su larga vi-
gencia, destacamos los siguientes contenidos:
1. Así, el artículo 249 decía: “Tendrán la consideración de funciona-
rios de Servicios Especiales los guardias y los agentes que usen armas”,
incluyendo en este grupo a los bomberos, a los celadores, a los vigilan-
tes, a los conductores y, en general, al personal a quién no se exija título
académico ni profesional, pero si aptitud peculiar calificada para el
ejercicio de su cometido. Las tan denostadas misiones secundarias de
vigilancia quedaban reservadas para los funcionarios subalternos, ta-
les como vigilantes nocturnos, serenos de comercio, vigilantes del al-
cantarillado, vigilantes de jardines y otros similares, aunque subsistie-
ra una equiparación con los policías municipales en lo que se refería a
las retribuciones básicas. Y por supuesto se reconocía, expresa o implí-
citamente, a los policías municipales los derechos pasivos, económicos,
asistenciales o de permuta comunes a los demás funcionarios del
Ayuntamiento, así como las normas legales de acceso a la función pú-
blica y las pruebas pertinentes de aptitud física y cultural necesarias
para comprobar las condiciones cualificadas que debían reunir todos
los aspirantes a funcionarios.
2. En la Sección 2ª del RFAL, dedicada específicamente a los funcio-
narios que usan armas, el art. 252 establecía que “la guardia municipal
constituirá un solo cuerpo, sin perjuicio de las especialidades y deno-
minaciones de urbana, rural, nocturna, de tráfico y otras semejantes”,
afirmación que eliminaba la tendencia a establecer distintas secciones,
bajo diferentes dependencias municipales y divididas en comparti-
mentos estancos que frecuentemente comprometían la eficacia de las
actuaciones policiales, provocando la división interna e incluso la con-
frontación entre las diversas facciones en que se articulaba el Cuerpo.
Las necesarias especialidades, lógica consecuencia de la multiplicidad
de cometidos a desempeñar por el Cuerpo, ni excluían el cumplimiento
de las comunes a toda Policía, ni tenían por qué suponer una dedica-
ción única y de por vida a quienes accidentalmente lo desempeñaban.
26 José Escalante Castarroyo

3. Esa estructuración orgánica que, por lo insólita, llegó a ser califi-


cada de “revolucionaria”, en realidad se limitaba a establecer algo tan
elemental como la dependencia y el orden jerárquico dado que era este
el que tenia la facultad de mantener el orden y proveer la seguridad pú-
blica e individual en el municipio 49. Así en el artículo 253 otorgaba las
facultades directivas del Cuerpo a los Alcaldes, como Jefes de la Admi-
nistración municipal, facultades significativamente recortadas por las
superiores atribuciones del Gobernador Civil, dado que, en el régimen
político entonces vigente, la figura del Alcalde era la de un mero Dele-
gado del Gobierno en cada localidad, nombrado bien por este o por el
Ministerio de la Gobernación, según el número de habitantes, cargo de
aceptación y desempeño obligatorio, de carácter indefinido y de ejerci-
cio gratuito. La situación generaba una peligrosa ambigüedad que en-
tonces no fue valorada suficientemente y que sería causa de no pocos
conflictos en localidades donde la personalidad del Alcalde era lo sufi-
cientemente fuerte como para imponer los criterios de utilización de
“su Policía Municipal”.
Si, en cambio, parecía más clara la cuestión del mando del Cuerpo
que necesariamente tendría que recaer en un solo Jefe inmediato, ter-
minando así con la viciosa costumbre de dividir el Cuerpo en grupús-
culos con distintas jefaturas. A partir de este RFAL el asunto quedaba
definitivamente resuelto, reservándose el mando del Cuerpo para el
funcionario de mayor graduación. Insistimos en esta reafirmación del
“mando único” y del sistema para ser cubierto, porque con ello se re-
solvían no pocas situaciones de notoria arbitrariedad y generadoras de
conflictos internos, allí donde existían distintas secciones mandadas
por distintos jefes que, aunque todos dependientes del Alcalde y del
Secretario, carecían de un Jefe técnico que las integrase en un solo Cuer-
po policial.
Gallego y Burín enjuiciaba así este problema que el mismo califica-
ba de anárquico: “La unidad de mando en aspectos y asuntos de esta
naturaleza, consideramos que es esencial para la homogeneidad de
funciones y para el mantenimiento de una tónica de servicio que no
procede fuera distinta en funcionarios, aunque con cometidos distintos
calificados todos por el común denominador de ser agentes de la Auto-
ridad, individuos con uso de armas e integrantes de la plantilla de una
Corporación Local”50.

49
Art. 117 del TALRL.
50
Idem, Revista Técnico Legislativa, correspondiente al año 1950.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 27

Una escala jerárquica dio forma a la estructura del Cuerpo acaban-


do con la anarquía existente hasta entonces y estableciendo los empleos
y categorías, de menor a mayor, según la importancia creciente de cada
localidad, de cabo, sargento, suboficial, oficial, subinspector e inspec-
tor que todavía hoy subsisten en muchas plantillas.
La indefinición de los cometidos del Cuerpo, que existía a la pro-
mulgación del Reglamento, es de indudable interés, dado que las
atribuciones aparecían diluidas en viejos Reglamentos Municipales,
allá donde estos existían, sin otro fundamento legal que los artículos
del Estatuto Municipal de 1924, por el que quedaban especialmente
obligados los Ayuntamientos al cumplimiento de los servicios de po-
licía de seguridad y de circulación en las poblaciones que lo precisa-
sen51, y la también Ley Municipal de 1935 cuando señala como atri-
buciones del Alcalde, en su calidad de Delegado del Gobierno, la de
“mantener el orden y proveer a la seguridad pública e individual con
medidas preventivas y represivas, asumiendo el Alcalde el mando
de cualquier fuerza pública que se sostuviese con recursos municipa-
les”52.
4. Aparece la primera relación a nivel nacional de las funciones que
debía cumplimentar la flamante Policía Municipal y que, en principio,
podían suponer, además de una dignificación del Cuerpo, el término
de las prácticas abusivas a que, por su condición de subalterno, nume-
rosas corporaciones habían sometido a los guardias municipales. Fun-
ciones que por su indudable interés reproducimos:

“La Policía Municipal tendrá las siguientes funciones:


a) Vigilancia y ordenación del tráfico
b) Policía judicial
c) Orden público
d) Cooperación a la representación corporativa
e) Las demás que le correspondan o se le encomienden” 53.

En efecto, la inclusión de la vigilancia y ordenación del tráfico


en las vías urbanas54, el desempeño del cometido de Policía Judi-
51
Artículo 115 del Estatuto Municipal de 1924.
52
Art. 84 de la Ley Municipal de 1935.
53
Previstas en el artículo 255 del Reglamento de Funcionarios de Administra-
ción Local de 1952, Decreto de 30 de mayo, (en adelante citado como RFAL).
54
Dentro de la Policía Armada existía una especialidad de Policía de tráfico, que
sería declarada a extinguir por Ley de 30 de julio de 1959, atribuyendo dichas funcio-
nes a la Guardia Civil, art. 3º y 7º.
28 José Escalante Castarroyo

cial55 y el mantenimiento del orden público56 suponía la asignación de


unas funciones policiales que alejaban a los guardias de los oficios de
recaderos y recaudadores que, estoicamente, habían venido desarro-
llando. La cooperación a la representación corporativa daba lógica-
mente al Cuerpo su carácter de funcionario del Ayuntamiento y como
tal a los cometidos de seguridad y protocolo debidos a las Autoridades
municipales y al papel de velador del cumplimiento de sus disposicio-
nes.
5. Todo ello hubiese colmado de satisfacción las aspiraciones fun-
cionales de los profesionales si no hubiera sido por la ambigua redac-
ción de la última de las funciones que el Reglamento de 1952 reservaba
al Cuerpo y que no era otra que “las demás que le correspondan o se le
encomienden”, un autentico cajón de sastre donde tenían cabida todas
las arbitrariedades, más o menos teñidas de legalidad, que a cualquier
corporativo o alto funcionario pudieran ocurrírsele, desde pegar carte-
les por las calles, repartir periódicos o hacer todo tipo de recados, hasta
aparcar y cuidar de los vehículos particulares de los señores ediles.
6. En otro orden de cosas el RFAL reafirmaba inequívocamente en
el artículo 255.2 el protagonismo de la Policía Municipal en lo que res-
pecta al ejercicio de la Autoridad, dentro de las competencias munici-
pales, calificando como auxiliares del Cuerpo a “los funcionarios sub-
alternos que tengan asignadas misiones secundarias de vigilancia en
relación con los servicios y dependencias municipales, así como a los
vigilantes nocturnos o serenos, del comercio y particulares, porteros,
vigilantes del alcantarillado, electricidad y otros”.
Esta precisión reglamentaria era realmente necesaria por cuanto
existía un natural confusionismo, provocado por la fuerza de la costum-
bre, en el ejercicio de determinadas parcelas de la Autoridad por parte de
los genéricamente llamados vigilantes, algunos dotados incluso de ar-
55
Según el art. 283 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, Decreto de 14 de sep-
tiembre de 1882, ( en adelante citada como LEcrim) constituirán la policía judicial:
1º. Las autoridades administrativas encargadas de la seguridad pública...
2º. Los empleados o subalternos de la policía de seguridad, cualesquiera que sea
su denominación.
... 5º. Los serenos, celadores y cualesquiera otros agentes municipales de policía
urbana o rural.
56
Respecto de esta función no debemos olvidar que la Policía Municipal era con-
siderada como “auxiliar de la Policía Gubernativa”, así expresamente lo contemplaba
el Reglamento Orgánico de aquella, Decreto 2038/1975, de 17 de julio.
En lo relativo al régimen y funciones de la Policía Municipal en materia de orden
público se establecía por el RD 823/1976, de 23 de abril.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 29

mas y la aplicación del concepto de policía judicial que la Ley de Enjui-


ciamiento Criminal de 1882 atribuía en el artículo 283 por igual a serenos,
celadores y cualesquiera otros agentes de policía urbana o rural, equipa-
rando estas dispares funciones al mismo rango de auxiliares de la justicia
o de los jueces y tribunales competentes en materia penal, quedando
obligados a seguir las instrucciones que de aquellas Autoridades recibie-
sen a efectos de la investigación de los delitos y persecución de los delin-
cuentes. Y aunque, por supuesto, el nuevo Reglamento no podía invali-
dar lo dispuesto por la Ley, sí establecía expresamente unas nuevas
categorías profesionales: la de Agente de la Autoridad y la de Auxiliar de
la misma. El paso del tiempo, la paulatina acomodación a la función y la
desaparición de algunas de estas profesiones y oficios fueron solventan-
do esta, en su día espinosa cuestión, hasta su total superación 57.
7. Aspecto, más bien curioso, del contenido del Reglamento que
ahora comentamos, lo fue entonces la expresa atribución que se hacía a
las Diputaciones Provinciales y a los Cabildos Insulares para organizar
y sostener, con cargos a sus presupuestos, un Cuerpo de Policía propio
para “el servicio de custodia y vigilancia dentro de los fines atribuidos
a la competencia provincial”, lo cual de facto suponía la creación de
otra Policía, esta de ámbito provincial, si bien con las cortapisas legales
de autorización previa del Consejo de Ministros y a propuesta del Mi-
nisterio de Gobernación; todo lo cual, y posiblemente por recaer el peso
de su sostenimiento en las tradicionales menguadas arcas de las Dipu-
taciones, abortó la posibilidad ofertada por la Administración del Esta-
do y muy pocas Entidades Provinciales crearon su propio Cuerpo de
Seguridad, del que, por cierto, sólo se fue haciendo referencias ocasio-
nales en la legislación posterior y se omitió en la LOFyCS, con lo que las
Policías Provinciales existentes llegaron a encontrarse sin tutela ni am-
paro legales, dándose pie para que algunas Diputaciones organizaran
discutibles Cuerpos de vigilantes para la custodia de sus instalaciones.
Reconocidos explícitamente la condición de funcionario y carácter
de Agente de la Autoridad, el devenir de los Cuerpos de Policía Muni-
cipal experimenta, a partir del RFAL de 1952, un incomprensible vacío
legislativo que sólo se verá interrumpido veintitrés años después de

57
Los serenos serán suprimidos por el Decreto 1199/1974, de 4 de Abril, desarro-
llado por Orden de 11 de Septiembre del mismo año, integrándose en las plantillas
municipales de las Policías Municipales.
En 1977 el RD 2727, de 15 de Octubre, desarrollado por Orden de 9 de Enero de
1978 establece el servicio de Vigilantes Nocturnos en los municipios capitales de pro-
vincia o que posean mas de cien mil habitantes.
30 José Escalante Castarroyo

aquel, con el Decreto 688/1975 sobre regulación provisional de los


Funcionarios de los diversos subgrupos de la Administración Especial
de las Corporaciones Locales al incluir en el Grupo de Servicios Espe-
ciales a la Policía Municipal, para, en cuatro artículos, reiterar su situa-
ción anterior y precisar algún aspecto de su organización 58.
Incorporado orgánicamente a un denominado Subgrupo de Servi-
cios Especiales, junto con los bomberos, vigilantes, músicos y personal
de oficio, los Cuerpos de Policía Municipal veían confirmadas sus ante-
riores funciones, ni una más, si bien con la merma de la cita expresa de la
de policía judicial que figuraba en el RFAL; aunque es cierto que en la
nueva redacción se hacía referencia a las funciones que le podían corres-
ponder según la legislación general, en la que indiscutiblemente estaría
contemplada la de policía judicial según lo establecido en la Ley de En-
juiciamiento Criminal59. Sin embargo esta omisión del nuevo texto resul-
taba peligrosa por cuanto el desarrollo de las funciones de policía judi-
cial por parte de los “municipales” siempre había sido, y lo es aún hoy
día en la práctica por las policías del Estado, porque a pesar de que “las
funciones generales de policía judicial corresponden a todos los miem-
bros de las FyCS” se señala más adelante que “constituyen la policía ju-
dicial en sentido estricto las Unidades Orgánicas previstas en el art. 30 de
la LOFyCS integradas por miembros del Cuerpo Nacional de Policía y
de la Guardia Civil”, excluyendo expresamente así a las demás policías60.

3. LA POLICÍA MUNICIPAL Y LAS FUNCIONES COMPARTIDAS

Llegados a este punto y conocidos los más importantes preceden-


tes legales y reglamentarios de las Policías Municipales61, es ineludible
abordar, por su importancia, las competencias funcionales comparti-
das entre los diferentes Cuerpos de Policía existentes en el municipio
entonces62, polémica que aún llega a nuestros días y que subyace en
58
Decreto 688/1975, B.O.E. del 5 de Abril del mismo año.
59
Ley promulgada por RD de 14 de septiembre de 1882, Gaceta del 17 de sep-
tiembre de 1882, (citado en adelante como LEcrim).
60
Cuestionada sobre la base de lo establecido por el art. 1 del RD 769/1987, de 19
de junio, sobre Regulación de la Policía Judicial.
61
Véase Anexo I: Relación de las normas más significativas previas a la C.E. de
1978 y LOFyCS. de aplicación para las Policías Municipales.
62
Recordemos que los Cuerpos de seguridad dependientes del Estado desplega-
dos en las ciudades eran el Cuerpo Superior de Policía y la Policía Armada, ambas po-
licías serán unificadas bajo la denominación de Cuerpo Nacional de Policía Nacional
por la LOFyCS, (Disp. Transitoria Primera).
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 31

cuantos planteamientos políticos se han sucedido para realizar una de-


finitiva estructura funcional de la Policía española, sin que hasta el mo-
mento, se haya encontrado una solución convincente y satisfactoria
para aquella. Fundamentalmente podemos considerar como funciones
compartidas desde entonces: el tráfico y la seguridad vial, el orden pú-
blico hoy entendido como seguridad ciudadana y la policía judicial.
En lo que refiere al tráfico y la seguridad vial, ya el Código de la
Circulación establecía en su artículo 12 que los municipios podrían
adoptar en cada localidad “disposiciones u ordenanzas especiales re-
gulando la circulación dentro de las vías de su especial jurisdicción” 63,
sin que pudieran aquellas oponerse, alterar o desvirtuar los preceptos
de dicho Código, dedicando seguidamente el Capítulo VI a la circula-
ción urbana. Tal delegación de funciones fue concretada posteriormen-
te por Orden de 22 de julio de 196164, que regulaba la actuación de las
Autoridades y Agentes Municipales en materia de tráfico. En el articu-
lado de esta Orden Ministerial se decía: “los Alcaldes pueden, con po-
testad delegada, ordenar el tráfico dentro del núcleo urbano de su po-
blación y adoptar las disposiciones oportunas a fin de que la Policía
Urbana de Circulación (entiéndase aquí Policía Municipal) cuyos com-
ponentes no deberán participar en actividad alguna relacionada con la
rama del automóvil y poseerán los conocimientos técnicos y prácticos
precisos, se atienda con carácter preferente a evitar y en su caso denun-
ciar las infracciones a los preceptos del Código que determine, junto
con las normas específicas de regulación, la Jefatura Central de Tráfico
en la Instrucción que se dicte”.
El orden público ha sido otra de las competencias compartidas ge-
neradoras de mayor confucionismo y de tensiones entre los diversos
Cuerpos Policiales. Como ya señalara el Reglamento de Funcionarios
de Administración Local en 1952, la función de orden público es atri-
buida a la Policía Municipal sin ninguna matización que pudiera limi-
tar el ejercicio de la misma. El concepto asimismo ha estado sujeto a im-
portantes evoluciones, en lógica coherencia con las sucesivas etapas
históricas en que ha tenido que aplicarse, teniendo sus antecedentes
más próximos en la Ley de Orden Público de 30 de junio de 1959. En es-
ta, según su promotor el Ministro Alonso Vega es donde verdadera-
mente aparecen concreciones sobre el papel que los Municipios y, con-
secuentemente, las Policías Municipales debían desempeñar en tan
63
Decreto de 25 de Septiembre de 1934 aprobando el Código de la Circulación y
sus anexos, Gaceta número 269, de 26 de septiembre, ( en adelante citado como CC).
64
B.O.E. núm. 184 correspondiente a 1961.
32 José Escalante Castarroyo

delicada función. Así en el artículo 7 establecía lo siguiente: “bajo la au-


toridad y dirección del Gobernador Civil correspondiente, los Alcaldes
coadyuvarán a la conservación del orden público en sus respectivos
términos municipales; ejercerán en los municipios que no sean capita-
les de provincia, la autoridad gubernativa cuando el Gobernador no la
asuma personalmente o por un delegado especial. Y obrarán por su
propia iniciativa y responsabilidad cuando las circunstancias no le per-
mitiesen pedir o recibir instrucciones, dando cuenta de sus actos lo más
rápidamente posible al Gobernador Civil”.
Esta confirmación de la posibilidad de actuación funcional de la
Policía Municipal como colaborador del orden público precisará, años
más tarde, en periodo de transición política, de una nueva matización
mediante el Decreto 823/1976, de 23 de Abril, sobre funcionarios de la
Policía Municipal y Cuerpos Armados de las Corporaciones Locales,
en el cual y en su artículo primero se urgía la necesidad de regular las
funciones de la Policía Municipal en la materia, en tanto no se promul-
gase el texto articulado de la Ley 41/1975, de 19 de noviembre, por la
que se aprobarían las Bases del Estatuto de Régimen Local. Se trata
pues de una disposición de emergencia sin duda provocada por la con-
fusión que una deficiente redacción de los textos legales anteriores ha-
bía ocasionado.
Y es por aquel Decreto 823/1976 cuando queda inequívocamente
establecido el carácter de auxiliar de los policías municipales en mate-
ria de orden público65, reconociéndoseles a todos los efectos la conside-
ración de Agentes de la Autoridad66,así como el mantenimiento de su
régimen de instrucción, disciplina y organización interior y, conse-
cuentemente, el sometimiento a sus propios jefes, quienes asumirían la
responsabilidad personal de los actos que sus subordinados hubiesen
ejecutado en cumplimiento de órdenes generales o particulares de
aquellos recibidas67.
Pero este tira y afloja, que se observa en la legislación de esta etapa,
fruto sin duda alguna de los vaivenes propios del período de transición
que empezaba, desde un régimen centralista a unas estructuras admi-
nistrativas mas autónomas, no podía estar ausente en el Decreto la re-
gulación de las funciones compartidas y, por ello mismo, en el artículo
4 se suaviza la condición de auxiliar que tan explícitamente se había
asignado a la Policía Municipal, con la ambigua redacción de este nue-
65
Previsión en el art. 2.1.
66
Idem, art. 2.2.
67
Idem, art. 2.3.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 33

vo artículo que merece su trascripción completa: “En todos los casos la


alteración del orden público así como en los supuestos que la permitan
prevenir, los miembros de la Policía Municipal y de los Cuerpos Arma-
dos de las Corporaciones Provinciales deberán actuar con función pro-
pia en la guarda de aquellos, tanto colaborando con las restantes Fuer-
zas del Orden Público como actuando por sí mismas con las medidas
que la situación aconsejen”.
Y como esta prerrogativa pudiese resultar excesiva e incontrolada,
en el apartado siguiente del mismo artículo reservaba a los Gobernado-
res Civiles la posibilidad de disponer de la Policía Municipal en los di-
versos municipios de la provincia cuando la prevención o manteni-
miento del orden público así lo aconsejasen “dictando las órdenes que
procedan a dichos fines y quedando sometidos dichos Cuerpos, en es-
tos casos y a efectos disciplinarios, a lo dispuesto en el capítulo VIII, Tí-
tulo II, del Reglamento orgánico de la Policía Gubernativa”68. Lo que
parece significar la recuperación absoluta de la situación y algo verda-
deramente sorprendente: la posibilidad de que funcionarios de las Po-
licías Municipales, Cuerpo tradicionalmente civil, pudiesen, por obra y
gracia de un Gobernador Civil, verse incluidos en un Consejo de Gue-
rra, debido a la aplicación del Código de Justicia Militar, entonces vi-
gente para la Policía Armada, hoy Cuerpo Nacional de Policía, también
con carácter civil, pero entonces militar.
La ceremonia de la confusión funcional tendría su epílogo con la
publicación del Real Decreto 110/1977, de 8 de febrero, por el que se
actualizaba la enumeración de Autoridades competentes en materia de
Orden Público, entre las que no se hacía mención expresa del Alcalde y
sí de la figura del Delegado del Gobierno en el municipio, quién, ade-
más de ser competente en la materia, heredaría las potestades sancio-
nadoras otrora atribuidas a los Alcaldes. La alteración precisó de una
aclaración ministerial posterior 69.
En cuanto a la tercera de las funciones compartidas, la de policía ju-
dicial, no solo compartida con otras Policías, sino también con Alcal-
des, serenos, alguaciles, guardas de monte, guardas jurados,70etc. la ba-
talla entablada adquiere visos de especial virulencia al entrar en juego
68
Aprobado por Decreto 2.038/1975, de 17 de julio.
69
Aclaración realizada por la Orden de 18 de abril de 1979, sobre facultades de
los Alcaldes en materia de Orden Público.
70
El artículo 283 de la LEcrim. de Enjuiciamiento Criminal determina quienes
constituyen la Policía Judicial y son Auxiliares de los Jueces y Tribunales competentes
en materia penal y Ministerio Fiscal, relacionando entre ellos a los citados.
34 José Escalante Castarroyo

la Autoridad judicial y al existir criterios dispares entre los mismos Jue-


ces y Tribunales, en lo que se refiere a la utilización de la Policía Muni-
cipal en la redacción de diligencias previas e incluso de atestados por
presuntos delitos previstos en el Código Penal.
Si dejamos a un lado el papel de policía judicial que las Policías Mu-
nicipales ejercen en materia de accidentes de tráfico en el casco urba-
no71, que hoy nadie discute, pero que con anterioridad a la LOFyCS fue
causa de no pocos incidentes entre municipales, nacionales y guardias
civiles y nos centramos exclusivamente en las actuaciones como Policía
Judicial con ocasión de la presunta comisión de un delito, el único ante-
cedente que existe en la etapa preconstitucional es la citada Ley de En-
juiciamiento Criminal, cuando en España solo existía un Cuerpo poli-
cial auténticamente organizado que era el de la Guardia Civil y que
desempeñaba sus funciones en el ámbito rural. Cortina Frade hacía re-
ferencia a aquella precaria situación en los siguientes términos: “Se ca-
recía de Cuerpos de Policía e Investigación centralizados, de unos ar-
chivos orgánicos de datos y antecedentes y la técnica policial estaba
todavía en ciernes, quedando al arbitrio de la iniciativa personal del
Juez y de sus investigaciones colaborantes. La ciencia de la deducción
imperaba y el Manual del Juez de Instrucción de Hans Gress, publicado
en Berlín en 1983, constituía la principal orientación científica para la
investigación de los delitos”72.
No obstante ello y esparcidas en el tiempo se han producido algu-
nas agresiones a las disposiciones de la Ley de Enjuiciamiento Crimi-
nal, presuntas vulneraciones revestidas de Ordenes o Circulares que, si
bien tuvieron poca fuerza dispositiva, sí lograron un efecto disuasor
que llegó a apartar ya tempranamente a las Policías Municipales de las
funciones de policía judicial, así como a convertirlas en meros auxilia-
res de los Cuerpos policiales del Estado. Uno de los textos que corrobo-
ran cuanto antecede lo encontramos en la Orden Circular del Ministe-
rio de la Gobernación número 231, de 25 de mayo de 1948, que venía a
establecer unas competencias preferenciales del entonces Cuerpo Ge-
neral de Policía, respecto a las Policías de las Corporaciones Municipa-
les, el polémico texto, entendemos de dudosa legalidad, decía: “La LE-
crim, en su artículo 283, enumera taxativamente quienes forman la

71
Función ya establecida en el RFAL de 1952 y consolidada por la LOFyCS en el
art.53 b) en los siguientes términos: “Instruir atestados por accidentes de circulación
dentro del casco urbano”.
72
Revista Policía Municipal, Técnico Legislativa, Cuaderno Profesional “La Poli-
cía Municipal miembro de la Policía judicial” correspondiente al año 1988.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 35

Policía Judicial y entre sus integrantes figuran la Policía Gubernativa y


la Policía Municipal, lo que viene dando lugar a continuos incidentes
en aquellas localidades en donde existe plantilla del Cuerpo General de
Policía, al formalizar la Policía Municipal atestados por la comisión de
delitos y practicar detenciones con ese motivo, desoyendo los razona-
dos requerimientos del mando del Cuerpo General de Policía, que es
quién, con arreglo a lo dispuesto en la Ley de 8 de marzo de 1941 y el
Decreto de aplicación de la misma, de 31 de diciembre de igual año,
debe dirigir en las poblaciones que exista plantilla, los asuntos que
afecten al orden público puesto que, según los artículos primero y se-
gundo respectivamente de dichas disposiciones, la Policía Municipal
figura entre los auxiliares de la Gubernativa, por lo cual no existe duda
en lo concerniente a la subordinación jerárquica de aquélla a ésta para
dicho específico cometido, por lo que, a propuesta de mi autoridad, el
Excmo. Sr. Ministro de Gobernación, según me comunica en escrito de
Secretaría Política, se ha dirigido al Ilmo. Sr. Director General de la Ad-
ministración Local ordenándoles haga saber a todos los Ayuntamien-
tos donde exista plantilla del Cuerpo Superior de Policía se abstengan
de tramitar asuntos de índole criminal, político-social o de orden públi-
co, debiendo hacerlo en la Comisaría e Inspección del Cuerpo citado”.
No se puede pasar por alto, como testimonio de lo anteriormente
expuesto, una referencia a la Ley de 8 de marzo de 1941, dictada por la
Jefatura del Estado y que fue desarrollada por el Decreto del Ministerio
de la Gobernación de 31 de diciembre del mismo año, con el título Poli-
cía - Policía Armada y de Tráfico, que tendría la increíble vigencia de 37
años73, y que establecía tres grupos de fuerzas policiales:
1. El Cuerpo General de Policía y el Cuerpo de Policía Armada y
de Tráfico, que integraban a todos los componentes de los ser-
vicios de investigación y vigilancia, de seguridad y asalto y de
vigilancia de caminos.
2. El Instituto de la Guardia Civil.
3. La milicia del Partido y, simultáneamente, la sumisión de los
demás Cuerpos armados (Guardias Municipales, Vigilantes
Nocturnos, Guardias Forestales y Jurados) que fueron califica-
dos de elementos auxiliares y obligados a cooperar en la de-
fensa del orden y de la seguridad general, con sujeción a las
disposiciones legales y a las circulares y bandos de la Direc-
ción General de Seguridad y de los Gobernadores Civiles.
73
Tan larga vigencia finalizaría con la Ley de Policía 55/1978, de 4 de diciembre.
36 José Escalante Castarroyo

El Decreto de 31 de Diciembre de 1941 dictado para la ejecución y


complemento de la Ley de 8 de Marzo aclaraba la composición de la
fuerza policial denominada Milicia del Partido de esta manera: “La Mi-
licia de Falange Española Tradicionista y de las J.O.N.S participará
también en la ejecución de los servicios policiales cuando sea requerida
para ello por la Dirección General de Seguridad, a cuyo efecto el titular
de ese Organismo podrá comunicarse directamente con la Jerarquía de
aquella Organización”. Asimismo especificaba quienes constituían los
elementos auxiliares de la Policía Gubernativa del Estado, figurando
en primer lugar los servicios de Policía Municipal, Guardas Forestales
y Jurados, y cualesquiera Cuerpos uniformados o armados que depen-
diesen de las Entidades locales infraestatales.
La última manifestación legal de la siempre pretendida supremacía
de los Cuerpos del Estado sobre los Municipales, que no colaboración in-
terpolicial, se manifiesta en la Ley de Policía 55/1978, de 4 de diciembre,
curiosamente dos días antes de refrendar los españoles la Constitución
Española de 1978, y dirigida exclusivamente a los Cuerpos de Seguridad
del Estado, cuyo artículo 1.2 contemplaba que “ la organización y funcio-
nes de los Cuerpos de Seguridad dependientes de las provincias y muni-
cipios se regirán por disposiciones especiales que, a su vez, regularán las
competencias de los Cuerpos mencionados y su coordinación obligada y
obligada colaboración con los de Seguridad del Estado, bajo el principio
de la primera y superior dirección de estos”.
Casi simultáneamente la Constitución Española de 1978 garantiza-
ba la autonomía de los municipios con personalidad jurídica plena74, lo
cual modificaba sustancialmente el panorama legislativo y las compe-
tencias de los Alcaldes y, consecuentemente, las posibilidades de ac-
tuación de las Policías de ellos dependientes.
No obstante lo anterior y como cita anecdótica, es en esta Ley de Poli-
cía de 1978 donde por primera vez en la legislación española se considera a
la Policía Municipal como un Cuerpo de Seguridad. La supremacía y obli-
gada subordinación de unos Cuerpos de Seguridad, los municipales, res-
pecto de otros, los nacionales, terminará ocho años más tarde con otra Ley,
la LOFyCS que la Constitución de mismo año 1978 determina75.
74
Art. 140 de la C.E. de 1978.
75
Idem, art. 104.2 que señala “una Ley Orgánica determinará las funciones, prin-
cipios básicos de actuación y Estatutos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad” y en el
art. 3 de la LO 2/1986 de FyCS al establecer que “ Los miembros de las Fuerzas y Cuer-
pos de Seguridad ajustarán su actividad al principio de cooperación recíproca y su co-
ordinación se efectuará a través de los órganos que a tal efecto establece esta Ley”.
Primera parte: Antecedentes de la seguridad pública municipal 37

Como último intento de organización de la Policía Municipal, pre-


vio a la nueva etapa constitucional, encontramos el R/D 3.046/1977, de
6 de octubre, por el que se articula parcialmente la Ley 41/1975 de Ba-
ses de Régimen Local, que sin duda era la normativa más completa que
hasta aquel momento había tenido la Policía Municipal, algunos de cu-
yos preceptos se encuentran todavía en vigor y como tales recogidos en
el Real Decreto Legislativo 781/1986, de 18 de abril, por el que se
aprueba el Texto Refundido de las Disposiciones Legales vigentes en
Materia de Régimen Local, en adelante TRRL, aún vigente.
Dedica este Real Decreto el capítulo IV a los funcionarios de carrera
de la Administración Local y dentro de estos distingue dos Escalas, la
de Administración general y la de Administración especial, dividiendo
esta en dos subescalas, una Técnica y otra de Servicios Especiales, seña-
lando que pertenecerán a la referida subescala “los funcionarios que
desarrolle tareas que requieren una aptitud específica, y para cuyo ejer-
cicio no se exija, con carácter general, la posesión de títulos académicos
o profesionalmente determinados”76, incluyendo en esta subescala,
junto a “ la policía municipal y sus auxiliares”, al servicio de extinción
de incendios, al personal de cometidos especiales y al de oficios quie-
nes, como los demás funcionarios, deberán acceder a los puestos por
los sistemas de oposición, concurso o concurso-oposición, sin perjuicio
de las normas específicas.
Respecto de las funciones de la policía local, como no podía ser de
otra manera, el citado R/D 781 señala que las ejercerá “de acuerdo con
lo previsto en el Título V de la LOFyCS”, publicada tres días antes77.

76
Art. 172.1 y s.s. del RFAL.
77
La LOFyCS fue promulgada el 13 de marzo de 1986.
38 José Escalante Castarroyo

PRECEDENTES FUNCIONALES Y LEGALES DE


LAS POLICIAS MUNICIPALES A 197878
Ley de Régimen Local
Ordenanzas Reglamento de Funcionarios
Municipales y Bandos del de Ad. Local
Alcalde: Ordenanzas Municipales,
Bandos, Acuerdos
Velar por su cumpli-
Reglamentos de Régimen
miento
Interior de las Corporaciones
Otras disposiciones municipales
Código de la Circulación y
Circulación urbana: Disposiciones complementarias.
Agentes del Vigilancia, ordenación y Circulares de la Jefatura Central
Municipio de Tráfico.
denuncia infracciones
Otras disposiciones en la
materia.

Representación
Reglamentos especiales de Cere-
corporativa:
monial y Protocolo de las Corpora-
Actos, ceremonias y
ciones.
protocolo oficiales

FUNCIONES
Y Ley de Orden Público
NORMAS Reglamento de Espectáculos y dis-
posiciones complementarias en la
Gubernativas:
materia.
Como auxiliar de la
Disposiciones en materia de Esta-
Policía Gubernativa para
blecimientos públicos, Menores,
mantenimiento del Orden
Asociaciones y Reuniones.
Público y otras funciones
Reglamento de Armas y
determinadas
Explosivos
Otras disposiciones
Agentes de la gubernativas.
Autoridad

Judicial:
Auxiliar de Jueces y
Ministerio fiscal: para
Código Penal .
persecución de
Leyes Penales especiales.
delincuentes, prestación
Ley de Enjuiciamiento Criminal
de auxilio a quienes lo
precisen, denuncia de
delitos y faltas...

78
Elaboración propia partiendo de CARRASCO, M., Tratado de Policía Municipal,
Madrid, 1973, p. 198.
SEGUNDA PARTE
LA PREVISIÓN CONSTITUCIONAL DE LAS
POLICÍAS LOCALES EN 1978 Y EN EL
BLOQUE DE LA CONSTITUCIONALIDAD

CAPÍTULO III. ANTECEDENTES Y PREVISIÓN DE LAS


POLICÍAS LOCALES EN LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE
1978

1. EN LOS TRABAJOS Y DEBATES PRECONSTITUCIONALES


2. EN EL TEXTO DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978

CAPÍTULO IV. LA LEY ORGÁNICA DE FUERZAS Y CUERPOS DE


SEGURIDAD DE 1986

1. LOS ANTECEDENTES PARLAMENTARIOS DE LA LEY


ORGÁNICA
2. UNA VISIÓN GENERAL DE LA LEY ORGÁNICA
3. EL MODELO DE POLICÍA TERRITORIAL EN LA LEY
ORGÁNICA
3.1. Policías del Estado
3.1.1. El Cuerpo Nacional de Policía
3.1.2. La Guardia Civil
3.2. Policías de las Comunidades Autónomas
3.3. Policías de las Corporaciones Locales
4. LA LEY ORGÁNICA: ESTATUTO COMÚN PARA TODAS
LAS FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD

CAPÍTULO V. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS


LOCALES POR LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS

1. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LA


LEY ORGÁNICA DE FYCS DE 1986
40 José Escalante Castarroyo

2. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LOS


ESTATUTOS DE AUTONOMÍA DE LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS
3. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LAS
LEYES DE COORDINACIÓN
4. LOS DESARROLLOS REGLAMENTARIOS DE LAS LEYES
DE COORDINACIÓN
5. EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y LA COORDINACIÓN
DE LAS POLICÍAS LOCALES POR LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS
5.1. Concepto y ámbito de la coordinación de las Policías
Locales
5.2. Las Leyes de Coordinación de las Policías Locales
objeto de constitucionalidad
5.3. Los motivos objeto de constitucionalidad y la doctrina
del Tribunal Constitucional
5.3.1. Ámbito de actuación territorial de las Policías Locales
5.3.2. Cuerpos de Policía Local supramunicipales
5.3.3. Policía Local en funciones de Policía Autonómica
5.3.4. Acuerdos de colaboración policial entre
Ayuntamientos
5.3.5. Medios e instrumentos de información recíproca
5.3.6. Equivalencia de estudios profesionales
5.3.7. Movilidad entre cuerpos de Policía Local
5.3.8. Uniformidad y armamento
CAPÍTULO III
ANTECEDENTES Y PREVISIÓN DE LAS
POLICÍAS LOCALES EN LA CONSTITUCIÓN
ESPAÑOLA DE 1978

1. EN LOS TRABAJOS Y DEBATES PRECONSTITUCIONALES

Al amparo de lo dispuesto en el art. 3º de la Ley para la Reforma Po-


lítica1, el Congreso de los Diputados, formado en las elecciones genera-
les de 15 de junio de 1977, hizo uso de su derecho de iniciativa constitu-
cional designando, en una de sus primeras sesiones, una Comisión
Constitucional2, después denominada Comisión de Asuntos Constitu-
cionales y Libertades Públicas3, que nombró la Ponencia redactora del
anteproyecto de Constitución4. Sobre la base de este Anteproyecto5, y

1
Ley 1/77, de 4 de enero de 1977, para la Reforma Política, aprobada por las
Cortes el 18 de Noviembre de 1976 con 425 votos a favor, 59 en contra y 34 abstencio-
nes y en Referéndum el día 15 de Diciembre. Esta Ley fue derogada expresamente por
la Constitución.
El artículo 3º señalaba: “ la iniciativa de la reforma constitucional corresponderá:
a) Al Gobierno
b) Al Congreso de Diputados”
2
La Comisión Constitucional fue creada, una vez aprobada por el Congreso de
los Diputados la moción redactada por los representantes de los grupos parlamenta-
rios y la Mesa, en la Sesión de 26 de julio de 1977.
3
Esta nueva denominación fue dada por el art. 43 del Reglamento provisional
del Congreso de los Diputados de 17 de Octubre de 1977.
4
La sesión constitutiva de la Ponencia redactora tuvo lugar el día 1 de Agosto de
1977 y en ella se eligieron los siguientes ponentes constitucionales: Gabriel Cisneros
Laborda, Manuel Fraga Iribarne, Miguel Herrero Rodríguez de Miñon, Gregorio Pe-
ces-Barba Martínez, José Pedro Pérez-Llorca y Rodrigo, Miguel Roca i Junyent y Jordi
Solé Tura. Las reuniones de la Ponencia Constitucional tuvieron lugar durante 29 se-
siones y por el carácter reservado de los trabajos no existe versión oficial del contenido
de aquellas.
5
El Anteproyecto de Constitución redactado por la Ponencia constitucional fue
publicado en el B.O.C. del día 5 de Enero de 1978, núm. 44.
42 José Escalante Castarroyo

mediante sucesivas modificaciones introducidas durante su discusión


en el Congreso de los Diputados, en el Senado y en la Comisión Mixta,
se formó el texto vigente de la Constitución Española de 1978.
Pero lo que aquí nos interesa no es como se gestó la actual Constitu-
ción Española de 1978, sino aquello que en ella se refiere a las Policías
Locales, y especialmente, a la Coordinación de estas por las Comunida-
des Autónomas.
Para ello el mejor procedimiento encontrado ha sido acudir a los
trabajos parlamentarios, pues son ellos la mejor fuente de información
que pasados los años tenemos6.
En el Anteproyecto de Constitución la primera referencia a la poli-
cía en general se encuentra en el Título V, referido al Gobierno y la Ad-
ministración, fijada en dos apartados del art. 102 que señalaba:

“1. Las Fuerzas de orden público, bajo dependencia del Gobierno, ten-
drán como misión defender el ordenamiento constitucional, proteger el
libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos y garantizar
la seguridad personal de estos.
2. Una ley orgánica determinará las funciones, principios básicos de ac-
tuación y estatuto de las Fuerzas de orden público.”

En el Título VI, correspondiente al Poder Judicial, encontramos


otra referencia en el art. 116 en los siguientes términos:

“La policía judicial depende de los Tribunales y del Ministerio Fiscal en


sus funciones de averiguación del delito y descubrimiento del delincuen-
te, en los términos que la ley establezca”.

Indagando nuevamente en ese Anteproyecto nos interesa seguir


buscando la referencia a una competencia nueva y de una Administra-
ción también nueva, las Comunidades Autónomas, y lo vamos a en-
contrar en el tan debatido Título VIII, cuya denominación en el Ante-
proyecto constitucional es “ De los territorios Autónomos” y en cuyo
recorrido encontramos una primera referencia en el art. 137, donde se
señala: “La regulación y administración de las materias no atribuidas
expresamente al Estado por esta Constitución, podrá corresponder a
los Territorios Autónomos en virtud de sus respectivos Estatutos”. Se-
guidamente en el art. 138 relacionará las competencias exclusivas del
6
La edición de los trabajos parlamentarios empleada ha sido la preparada por el
letrado SAINZ MORENO, F., Constitución Española, Trabajos Parlamentarios, Servicio
de Estudios y Publicaciones, Cortes Generales, IV Tomos, Madrid, 1980, (en adelante
Cortes Generales, Trabajos Parlamentarios).
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 43

Estado y es dentro de estas, la señalada en el apdo. 29 donde aparece “a


los efectos de lo prevenido en el precedente artículo, se entienden como
de la exclusiva competencia del Estado las siguientes materias: 29. Or-
den público, sin perjuicio de la posibilidad de crear policías territoria-
les que coadyuven al sostenimiento del orden público en la forma que
se establezca en los Estatutos”.
De momento ninguna referencia directa a las Policías Locales, a pe-
sar de ser en este apartado el que, tras sucesivos debates y cambios7,
contemple a aquellas.
Como era de esperar, a este primer Anteproyecto de Constitución,
se presentaron varios votos particulares, de los que merece ser destaca-
do, en lo referido a los anteriores artículos, el formulado por el Ponente
Fraga Iribarne del Grupo Parlamentario de la entonces Alianza Popu-
lar y como portavoz del mismo en relación con el art. 102.2 antes citado
propuso se añadiera: “sin perjuicio de su conexión con las fuerzas ar-
madas cuando corresponda”. Al respecto de las materias que fuesen
competencia exclusiva del Estado su propuesta, en relación con el artí-
culo 138.29, es que se diga pura y simplemente: “orden público” 8.
Otro de los votos particulares será formulado por el Grupo Parla-
mentario Comunista que proponía se añadiera al artículo 102 un tercer
párrafo con la siguiente redacción: “La Constitución reconoce el dere-
cho de los miembros de las Fuerzas de Orden Público a la constitución
de organizaciones sindicales” 9.
Pero van a ser los votos particulares presentados por el Grupo Par-
lamentario Socialista, donde encontraremos las primeras referencias
que van a marcar la trayectoria a seguir, sobre la competencia coordina-
dora de las Policías Locales por las Comunidades Autónomas, aún deno-
minadas Territorios Autónomos en el Anteproyecto. Efectivamente,
este Grupo Parlamentario propone en su voto particular y dentro del
art. 138, recordemos que es donde se relacionan las competencias ex-
clusivas del Estado, sustituir el texto del art. 138 íntegramente por otro.
De un repaso del mismo encontramos una modificación sustancial al
aparecer las competencias compartidas en los siguientes términos:
7
Este artículo y competencia terminará siendo el art. 149.1.29 de la C.E. de 1978
promulgada y lo será con el texto:“Seguridad pública, sin perjuicio de la posibilidad
de creación de policías por las comunidades Autónomas en la forma que se establezca
en los respectivos Estatutos en el marco de lo que disponga una ley orgánica”.
8
Cortes Generales, Trabajos Parlamentarios, Ob. cit. p. 36.
9
Idem, pág. 42. La representación del Grupo Comunista en la Ponencia encar-
gada de redactar el Anteproyecto de Constitución sería Jordi Solé Tura.
44 José Escalante Castarroyo

“La competencia compartida entre los órganos centrales y los de los te-
rritorios autónomos se organiza de la siguiente forma:
a) Es competencia de las Cortes la legislación exclusiva y corresponderá
a los órganos de la Administración Central, a los de los Territorios Au-
tónomos, o a ambos, según lo determine la Ley, su ejecución en las si-
guientes materias:
j) Orden público.
c) Corresponde a los órganos de los Territorios Autónomos el desarrollo
legislativo y la ejecución en el marco de la legislación de bases aprobadas
por las Cortes, las siguientes materias:
3. Es competencia exclusiva de los órganos de los Territorios Autónomos
la legislación exclusiva y la ejecución de las siguientes materias:
d) Ordenación y régimen jurídico de la Administración Local.
“Policía territorial, municipal y rural” 10.

Los demás grupos presentes en el Parlamento no realizaron votos


particulares en relación con los artículos precedentes.
Los debates parlamentarios sobre el Anteproyecto de Constitución
no se detuvieron aquí, siguieron tanto en la Comisión de Asuntos
Constitucionales11 como en el Pleno del Congreso de los Diputados12,
de ahí que lo más procedente sea seguir indagando en los debates para
encontrar lo que pretendemos, la referencia directa y definitiva a las
Policías Locales.
Concluido por la Ponencia Constitucional designada al efecto el es-
tudio de las enmiendas al anteproyecto de Constitución, y en el infor-
me de aquella de fecha 17 de Abril de 1978 que se acompaña como
Anexo al Texto Constitucional resultante, y dentro del Título VIII refe-
rido a las Comunidades Autónomas y las competencias a asumir por
estas, aparece por primera vez la coordinación de Policías Locales en
los siguientes términos:
10
Cortes Generales, Trabajos Parlamentarios, p. 50.
La representación del Grupo Socialista en la Ponencia encargada de redactar el
Anteproyecto de Constitución sería Gregorio Peces-Barba Martínez.
11
La Comisión de Asuntos Constitucionales se reunió en 24 sesiones, al finalizar
estas elevó al Pleno de la Cámara su Dictamen, junto con las enmiendas y votos parti-
culares, B.O.C. de 1 de julio de 1978.
12
Los debates en el Pleno del Congreso de los Diputados tuvieron lugar durante
doce sesiones. Como resultado del debate, el Pleno de la Cámara elaboró un Texto de
Proyecto de Constitución que fue sometido a votación en su conjunto en la sesión de
21 de Julio de 1978, siendo aprobado por 258 votos a favor, 2 en contra y 14 abstencio-
nes. El texto aprobado se publicó en B.O.C. de 24 de julio de 1978.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 45

“Como consecuencia del criterio adoptado por mayoría sobre el conteni-


do del Título VIII, la Ponencia redacta la siguiente disposición adicio-
nal:
r) La policía de sus edificios e instalaciones y de los montes. La regula-
ción y coordinación de las demás policías locales”13.

Los debates en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Liberta-


des Públicas sobre este último texto constitucional siguieron artículo
por artículo y varias sesiones más, pero tendrá que llegar a la celebrada
el 14 de Junio de 1978 en la que nuevamente se debata el art. 139 bis que
es, en principio, donde se contemplan las competencias a asumir por
las Comunidades Autónomas sobre las Policías Locales, con el texto
antes referido del apartado r) 14. Por la importancia de la citada Comi-
sión, pues va a marcar el fin de los debates sobre el tema que tratamos,
dejando definitivamente redactado su contenido, voy a extenderme so-
bre la misma.
La reunión se iniciaba, en palabras de su Presidente Emilio Attard
Alonso, con mas demora de la prevista, señalando que “aprobado el ar-
tículo 139, se han repartido entre SS.SS. diversas enmiendas in voce que
tratan de introducir un artículo 139 bis, suscritas por Unión de Centro
de Democrático, concediendo la palabra al señor Meilán Gil quién pro-
pone:
“En primer lugar convertir en un artículo, que sería un art. 139 bis
eventualmente, el actual número dos de la disposición adicional del dic-
tamen de la Ponencia. Parece más correcto que en el articulado de la
Constitución figure todo lo que es regulación general de las autonomías
... no parece que esté justificada esta disposición adicional, en cuya expli-
cación no voy a entrar ahora ... la entradilla de ese nuevo artículo tendría
que cambiar ... y la modificación que se propone tal como Sus Señorías
pueden leer consiste en decir: Las comunidades autónomas podrán asu-
mir competencias en las siguientes materias: ...
... Por lo que se refiere al apartado r), también proponemos una redac-
ción que recoja un equilibrio entre las competencias de las Comunidades
Autónomas en materia de policía, con la competencia del Estado en la
materia, de tal manera que en este equilibrio no sufran ni las autonomías
ni la visión unitaria que del orden público puede tenerse.

13
Informe de la Ponencia Constitucional de fecha 10 de Abril, B.O.C. núm.82, de
17 de Abril de 1978.
14
Diario de sesiones del Congreso de los Diputados, Comisión de Asuntos Cons-
titucionales y Libertades Públicas, sesión número 20.
46 José Escalante Castarroyo

En este sentido quiero pedir a los señores comisionados disculpas por


una omisión al redactar la enmienda, porque falta la palabra “locales”
después de “las policías”: “la coordinación y demás facultades en rela-
ción con las policías locales en los términos que establezca una Ley Or-
gánica” sería la redacción exacta”.

Puesta a votación la enmienda correspondiente a la letra r) del artí-


culo 139 bis que decía: “La vigilancia y protección de sus edificios e ins-
talaciones, la coordinación y demás facultades en relación con las poli-
cías locales, en los términos que establezca una Ley Orgánica”, esta fue
aprobada por 32 votos a favor y dos en contra, sin abstenciones.
Examinado todo el Anteproyecto de Constitución por la Comisión de
Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas lo eleva a la Mesa del Con-
greso mediante el correspondiente dictamen15, la enmienda introducida y
aprobada anteriormente figura ahora en el art. 141.1 letra u), dentro de las
competencias que podrán asumir las Comunidades Autónomas.
Al texto constitucional, se acompañan varias enmiendas y votos
particulares, cuya defensa en Pleno se ha solicitado y aparece, entre
otras, una in voce efectuada por el miembro del Grupo Parlamentario
Mixto Emilio Gastón, que no será debatida en la sesión plenaria en la
que se debate el art. 14116, procediendo a la votación del texto del dicta-
men sobre el citados art. 141 resultando los votos emitidos 281, a favor
264, en contra dos, abstenciones 15, quedando así aprobado el texto del
art. 141 del proyecto de Constitución.
El texto del Proyecto de Constitución, tras el debate del Pleno, es
examinado y aprobado por el Congreso de los Diputados permane-
ciendo “la coordinación de las policías locales por las Comunidades
Autónomas” en el art. 141 apdo. u) 17.
Se abrirá nuevamente abrirá un plazo de presentación de enmiendas,
entre las que se encuentra una de los Senadores Vascos proponiendo la
sustitución del texto íntegro del artículo citado, que si bien no modifica el
espíritu del texto primero en lo relativo a las Policías Locales, si al volver a
aparecer en su propuesta separar el apdo. u) en dos, proponiendo:
u) La vigilancia y protección de sus edificios e instalaciones.
v) La coordinación de las policías regional y locales.
15
El dictamen final del Texto del Anteproyecto se presento a la Mesa del Congre-
so de los Diputados el día 1 de julio de 1978, B.O.C. número 121.
16
Cortes Generales, Trabajos Parlamentarios, Diario de sesiones del Congreso
de los Diputados, Sesión Plenaria número 41, celebrada el día 19 de julio de 1978.
17
Pleno del Congreso de los Diputados, sesión celebrada el 21 de julio de 1978,
B.O.C. núm. 135, del 24 de julio.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 47

La enmienda fue rechazada primeramente en la Comisión de


Constitución del Senado por 17 votos en contra y uno a favor y con siete
abstenciones18. Igualmente fue rechazada la enmienda en la sesión Ple-
naria del Senado celebrada el 3 de Octubre de 1978, en esta ocasión por
142 votos en contra, 19 a favor y 16 abstenciones.
El 3 Octubre de 1978 la Comisión de Constitución del Senado, una
vez examinado el proyecto de Constitución, lo eleva mediante dictamen
nuevamente19, publicándose el texto donde “la coordinación de las Poli-
cías Locales por las Comunidades Autónomas” sigue figurando dentro
de las competencias de estas pero ahora será en el artículo 146.1 apdo. u).
Los debates habidos en el Pleno de Senado,20 que introdujeron una
serie de modificaciones al Texto de Proyecto de Constitución aprobado
por el Congreso21, no afectaron a lo que nos interesa, la coordinación de
las Policías Locales por las Comunidades Autónomas.
Dictaminado este texto por la Comisión Mixta Congreso-Senado22,
la coordinación de las Policías Locales variará nuevamente en el articu-
lado pasando al artículo 148.1 apdo. 22º., donde ya permanecerá de for-
ma invariable.
Sometido el texto constitucional a aprobación por separado de
cada una de las Cámaras23, Congreso y Senado y a Referéndum de la
Nación24, sanción Real25 y publicación en el BOE26, la nueva Constitu-
ción para España quedará lista para entrará en vigor.
18
Cortes Generales, Trabajos Parlamentarios, Sesión de la Comisión de Consti-
tución celebrada el día 12 de septiembre de 1978, pág. 3943.
19
B.O.C. núm. 157, del 6 de Octubre de 1978.
20
Cortes Generales, Trabajos Parlamentarios, p. 2953 y ss.
Los debates en Pleno del Senado sobre el Proyecto de Constitución se prolonga-
ron durante 10 sesiones, entre los días 18 de Agosto y 14 de septiembre de 1978.
21
B.O.C. núm. 161, del 13 de Octubre de 178.
22
B.O.C. núm. 170, del 28 de octubre de 1978.
23
Cortes Generales, Trabajos Parlamentarios, p. 4911 y s.s.
Las sesiones de ambas cámaras se celebraron el mismo día 31 de Octubre de
1978,. Diarios de sesiones del Congreso núm. 130 y del Senado número 68.
24
Referéndum celebrado el 6 de Diciembre de 1978 y cuyo resultado fue:
Electores 26.632.180; votantes 17.873.301; Votos a favor 15.706.078; votos en con-
tra 1.400.505; votos en blanco 632.902 y nulos 133.786. Cortes Generales, Trabajos Par-
lamentarios, p. 4987.
25
Sesión conjunta del Congreso de los Diputados y del Senado, celebrada en el
Palacio de las Cortes el 27 de diciembre de 1978.
26
La publicación de la Constitución Española se realizó en el B.O.E. del 29 de Di-
ciembre de 1978, además de la versión en castellano, también se hizo en lengua balear,
catalana, euskera, gallega y valenciana.
48 José Escalante Castarroyo

2. EN EL TEXTO DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978

La Constitución Española de 1978 es la primera del constitucionalis-


mo español que expresamente hace referencia a las Policías Locales27,
aunque ya desde antiguo los Ayuntamientos tenían encomendadas fun-
ciones de policía y orden público, vaya como referencia la cita de nuestra
primera Constitución escrita, la de Cádiz el 18 de Marzo de 1812, que en
su Título VI, al tratar del Gobierno interior de las provincias y de los pue-
blos, en el Capítulo I, al referirse a los Ayuntamientos les encomienda,
entre otras: “ la policía de salubridad y comodidad, así como el auxilio al
Alcalde en todo lo que pertenezca a la seguridad de las personas y bienes
de los vecinos y a la conservación del orden público” 28.
Las referencias en la Constitución Española de 1978 a las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad y especialmente en lo relativo a las Policías Locales
podemos inscribirlas, genéricamente, en el contexto de la referencia gene-
ral que sobre su estatuto realiza el art. 104.2 al señalar que “una Ley Orgá-
nica determinará las funciones, principios básicos de actuación y estatutos
de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad” y específicamente en el art.
148.1.22 al fijar, como vimos anteriormente, en las competencias que po-
drán asumir las Comunidades Autónomas, señalando al respecto dentro
de las materias: “La coordinación y demás facultades en relación con las
policías locales en los términos que establezca una Ley Orgánica”. Sin olvi-
dar que el art. 149.1.29 establece, como competencia exclusiva del Estado “
la seguridad pública, sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías
por las Comunidades Autónomas en la forma que se establezca en los res-
pectivos Estatutos en el marco de lo que disponga una Ley Orgánica”.
Los dos primeros preceptos constitucionales debemos contemplar-
los, por lo que respecta a las Policías Locales, en relación con el art. 140
de la Constitución Española donde se garantiza la autonomía de los
municipios al señalar esta que “gozarán de personalidad jurídica ple-
na. Su gobierno y administración corresponde a sus respectivos Ayun-
tamientos, integrados por los Alcaldes y Concejales”. Recodemos que
son los municipios, la Administración Local, de la que vienen depen-
diendo los Cuerpos de Policía Local.
Es por tanto en ese contexto y articulado constitucional donde de-
bemos inscribir a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en general y a las
27
Si bien es cierto como vimos, que anteriores Constituciones Españolas a la de
1978 hacen referencia a otros Cuerpos de seguridad como la Milicia Nacional, somos
de la opinión que esta no fue propiamente una “policía” local.
28
Art. 321 de la C.E. de 1812.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 49

Policías Locales en particular y su coordinación por las Comunidades


Autónomas, sin olvidar que a pesar de ser la seguridad pública una
competencia exclusiva del Estado, no es menos cierto que ésta es difícil
de parcelar y es un terreno en el que se encuentran las diferentes Admi-
nistraciones Públicas que la misma Constitución Española determina:
Estado, Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales y que tie-
nen competencias en materia de seguridad pública, con colectivos poli-
ciales de ellas dependientes que actúan en un mismo territorio, con
funciones similares y al menos parcialmente comunes como señala la
LOFyCS29.

CONSTITUCIÓN DE 1978 Y POLICÍA


Art. 70 e) – Inelegibilidad e incompatibilidad de los miembros de las
FyCS

Art. 104.1 – Previsión de las FyCS dependientes del Gobierno.

Art. 104.2 – Previsión de la LO FyCS.

Art. 126 – Dependencia funcional de la Policía Judicial.

Art.148.1.22 – Previsión de la Coordinación de las Policías Locales por la


Comunidades Autónomas.

Art. 149.1.29 – Seguridad pública: Competencia exclusiva del Estado,


posibilidad de creación de Policías por las Comunidades Autónomas.

29
Preámbulo de la LO de FyCS.
CAPÍTULO IV
LA LEY ORGÁNICA DE FUERZAS Y
CUERPOS DE SEGURIDAD DE 1986

1. LOS ANTECEDENTES PARLAMENTARIOS DE LA LEY


ORGÁNICA

La previsión normativa que la Constitución Española de 1978 hace


en el art.104.2 “a lo que establezca una Ley Orgánica” va a verse mate-
rializada en 1986 con la promulgación de la Ley Orgánica 2/1986 de
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad30; un largo camino se había hecho des-
de la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978 hasta la pro-
mulgación de esta Ley el 13 de marzo de 1986. Años llenos de impor-
tantes cambios, especialmente en concreto de adecuación al nuevo
sistema y régimen constitucional, que no fue nada fácil en una transi-
ción política y menos aún para los colectivos policiales que venían del
anterior sistema político y que habían sido el apoyó y el elemento cen-
tral del entonces orden público que tantos debates produjo durante la
elaboración del texto constitucional y que va a ser sustituido por el de
seguridad ciudadana, en atención a sus destinatarios y portadores de
derechos y libertades: los ciudadanos.
La preocupación del legislador postconstitucional, después de
1978, sobre la Policía y más concretamente sobre la seguridad pública,
orden público o seguridad ciudadana, términos estos en ocasiones de
difícil concreción según la visión política del que los empleara, va a ser
una constante del debate parlamentario con la presentación de interpe-
laciones, preguntas y proyectos de ley31.
30
Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
B.O.E. del 14.3.1986.
31
Congreso de los Diputados, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, Documentación
preparada para la tramitación del proyecto de Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, 4 Tomos, Septiembre 1985.
Entre la primera y segunda legislatura hubo 52 preguntas, 8 interpelaciones, 5
proposiciones de Ley o no, cuatro proyectos de ley y un debate, todos ellos en relación con
52 José Escalante Castarroyo

Como precedentes normativos más inmediatos, relacionados con


el estatuto de las Policías Locales, el legislador postconstituyente, como
ya señalamos tiene al RFAL, donde siguiendo la exposición de motivos
se regulan las distintas facetas de la relación de empleo público de to-
dos los funcionarios de la Administración Local. En lo que respecta a la
Policía Municipal éste le dedica específicamente los artículos 252, 253 y
255 para establecer su denominación, estructura y funciones.
Otro importante precedente es la Ley 4/1975 de Bases del Estatuto
de Régimen Local32, que en lo relativo a los funcionarios públicos locales
dedica su Sección tercera, denominándoles funcionarios de Administra-
ción Especial y donde encuadra a la Policía Municipal y a sus auxiliares.
El tercer precedente es la Ley de Policía de 1978 de la que aún no
formando parte las Policías Municipales, hay una única referencia a
ellas en el art. 1.2 para señalar que “la organización y funciones de los
Cuerpos de seguridad dependientes de las Provincias y Municipios se
regirán por sus disposiciones especiales” 33. Estas disposiciones esta-
blecerán las competencias de los Cuerpos mencionados, su coordina-
ción y obligada colaboración con los de seguridad del Estado, bajo el
principio de la primacía y superior dirección de estos”. Esta Ley man-
tendrá el modelo de policía preconstitucional que venía diseñado por
el anterior sistema político, hasta que fue derogada expresamente por
la LOFyCS. Fueron ocho años de difícil convivencia entre Constitución
Española, Ayuntamientos democráticos constituidos en 1979 e inicios
de la descentralización territorial del Estado con el establecimiento de
las Comunidades Autónomas.
Dos años antes el R/D 823/1976 regulaba el régimen y funciones
de la Policía Municipal en materia de orden público34, recordando que
el Reglamento orgánico de la Policía Gubernativa consideraba como
“auxiliares de esta a quienes pertenezcan a Cuerpos armados que de-
pendan de las Diputaciones o Ayuntamientos” 35.

aspectos sobre seguridad ciudadana, así consta en la documentación preparatoria


31

para la tramitación del Proyecto de Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,


BOCG nº 163, de 18 de septiembre de 1985, Tomo I.
32
Art. 97 y s.s. del Real Decreto 3046/ 1977, de 6 de octubre , por el que se articula
parcialmente la Ley 41/1975 de Bases del Estatuto de Régimen Local, en lo relativo a
los funcionarios públicos y otros extremos.
33
Ley 55/1978, de 4 de diciembre, de la Policía.
34
RD 823/1976, de 23 de Abril, por el que se regula el régimen de funciones de la
Policía Municipal en materia de orden público.
35
Art. 6 del Decreto 2038/1975, de 17 de julio, por el que se aprueba el Reglamen-
to orgánico de la Policía Gubernativa.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 53

El olvido estatutario de las Policías Municipales, durante los pri-


meros años del cambio político y constitucional, solo fue removido por
algunos parlamentarios como el realizado por el Grupo Parlamentario
Socialista del Senado en mayo de 1978, interpelando al Gobierno sobre
la necesidad de establecer de forma general, clara y objetivamente de-
cían “su estatuto profesional y funcional, una concreta y objetiva regu-
lación de sus derechos asociativos y sindicales y un estatuto económico
básico”36, o por el Grupo Parlamentario Socialista andaluz en Noviem-
bre del 1979 que seguía interpelando al Gobierno sobre “la necesidad
de establecer un estatuto profesional y funcional de los miembros de la
Policía Municipal, la necesidad de regular sus derechos asociativos
sindicales, establecer un estatuto económico y básico e integrar a los
agentes en el régimen General de la Seguridad Social”37. El entonces
Ministro de Interior Rodolfo Martín Villa contestando a los Senadores
interpelantes manifestó que “es intención del Gobierno y del Ministro
del Interior aprobar, en el plazo de unos tres meses, un Estatuto para
establecer el régimen jurídico de estos Cuerpos de Funcionarios Loca-
les” 38.
En Junio de 1978 se negocia en el Ministerio del Interior, con la De-
legación de la Coordinadora Nacional de Policía Municipal, surgida
del I Congreso Nacional39, un Proyecto de Estatuto, que concluye con
un contenido a casi entera satisfacción de los interesados. Un año des-
pués la respuesta del Ministro aún no se había materializado, ni se ma-
terializará años después, a pesar de que también en la Ley de Bases de
Régimen Local en 1985 se contempla su elaboración40.
En el año 1979 hubo dos proyectos de Ley que acapararon más
atención parlamentaria que la elaboración de un Estatuto profesional
para las Policías Municipales, fueron la Ley de Seguridad Ciudadana41

36
Interpelación presentada por Joaquín Navarro Esteban y otros senadores en
relación con el estatuto profesional, asociativo y económico y de seguridad social de
los miembros de la Policía Municipal, B.O.C. del 24 de mayo de 1978.
37
Pregunta de Joaquín Martínez Bjorkman y Antonio Ojeda Escobar sobre inten-
ciones del Ministerio del Interior en relación con el proyecto de Estatuto de la Policía
Municipal, B.O.C. de 23 de Noviembre de 1979.
38
Ibidem, B.O.C.
39
Esta coordinadora elaboró y negoció, siendo Ministro Rodolfo Martín Villa, un
Proyecto de Estatuto para los Cuerpos de Policía Local de España.
40
La disposición final tercera de esta Ley (en adelante LRBRL) señala que “ El
personal de las Policías municipales ... gozará de un Estatuto específico, aprobado re-
glamentariamente, teniendo en cuenta ... la ley de Fuerzas y Cuerpos de seguridad”.
41
B.O.C.núm. 73-I de 21 de septiembre de 1979.
54 José Escalante Castarroyo

y la Ley Orgánica de Policía de las Comunidades Autónomas42. La pri-


mera se materializaría definitivamente casi doce años después, en 1992
con la Ley Orgánica 1/199243, no así la segunda que iniciaba los debates
parlamentarios en Julio de 1979 y finalizaba siendo retirada por el Go-
bierno44. En este proyecto de Ley de Policía de las Comunidades Autó-
nomas encontramos una única referencia a las Policías Locales, la del
artículo 1.2 que señalaba: “Corresponde, así mismo, a las Comunida-
des Autónomas, en virtud de lo dispuesto en el art. 148.1 apdo. 22 de la
Constitución, la coordinación y demás facultades que en relación con
las Policías Locales les atribuya la ley y los respectivos Estatutos de Au-
tonomía”45.
Estaba aún lejana la promulgación de LOFyCS que establece la
Constitución Española en el art. 104 y ello a pesar de haber acordado la
mesa del Congreso, ya el 22 de septiembre de 1980, la urgencia de su
tramitación. Ni la Ley de Policía Autonómica ni el Estatuto de Policía
Municipal volverían a tratarse en el Parlamento. El devenir legislativo
que debían desarrollar “los estatutos de las Fuerzas y Cuerpos de Segu-
ridad” andaría por otros derroteros, mientras tanto las Policías Locales
seguían rigiéndose, mayoritariamente, por normas preconstituciona-
les. Ante este vacío legal las Comunidades Autónomas del País Vasco
y Cataluña se anticiparían, una en 1981 obteniendo la financiación de
las competencias asumidas en materia de Policía46 y la otra promulgan-
do la Ley 19/1983 de Creación de la Policía Autonómica47, y lo que es
más significativo en relación con la Policía Local, la primera aproba-
ción en España de una Ley de Coordinación de las Policías Locales que
vería la luz en Cataluña en Marzo de 198448, textos todos ellos anterio-
res a la LO de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que era la que debía fi-
jar el Estatuto de los Cuerpos de Policía en España y especialmente los

42
B.O.C.núm. 65-I de 11 de julio de 1979.
43
Ley Orgánica 1/92, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciuda-
dana, B.O.E. de 22 de febrero, (en adelante LOPC).
44
Acordado por el Consejo de Ministros en su reunión del día 3 de mayo, B.O.C.
núm. 65-II 1 de 13 de junio de 1980.
45
Dictamen de la Comisión conteniendo el Proyecto de Ley Orgánica de Policías
de las Comunidades Autónomas. B.O.C. núm. 65 II, de 7 de diciembre de 1979.
46
RD 3531/1981, de 29 de diciembre, por el que se aprueba la financiación de las
competencias asumidas por la Comunidad Autónoma del País Vasco en materia de
Policía.
47
Ley 19/ 1983, de 14 de julio, Generalidad de Cataluña, creación de la Policía
Autonómica de la Generalidad.
48
Ley de 5 de marzo de 1984, de coordinación de Policías Locales de Cataluña.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 55

criterios relativos a la coordinación de las Policías Locales de conformi-


dad con la Constitución Española.
Sorprende comprobar cómo la Ley de Coordinación de Policías Lo-
cales de Cataluña, recordemos promulgada en marzo de 1984, dos años
antes que la LOFyCS, fija las funciones coordinadoras de la Comuni-
dad Autónoma sobre las Policías Locales de Cataluña49, funciones que
nos atrevemos a señalar no muy distintas de las que luego se recoge-
rían por la LOFyCS y aplicables para el resto de Comunidades Autóno-
mas, en el artículo 39 de esta. Por su importancia transcribimos dichas
funciones:

“1. La coordinación de la actuación de las Policías Locales a que hace re-


ferencia el artículo anterior comprende, entre otras, las siguientes fun-
ciones:
a) Establecer las normas básicas de estructura y organización interna, a
los que habrán de ajustarse los Reglamentos de Policías Locales de Cata-
luña.
b) Promover la homogeneización de sus medios técnicos.
c) Fijar las condiciones básicas de acceso, formación y promoción de los
Policías Locales y establecer los medios necesarios para ello.
d) Establecer los criterios que harán posible un sistema de información
recíproca.
f) Dar a las Entidades Locales que lo soliciten el asesoramiento necesario
en esta materia.
g) Canalizar la colaboración eventual entre las diversas Entidades Loca-
les al objeto de atender sus necesidades temporales o extraordinarias.
h) Favorecer y fomentar la creación de servicios de Policía Intermunici-
pal o comarcal en las zonas donde los Ayuntamientos correspondientes
no puedan afrontar los gastos de una Policía propia o bien donde las cir-
cunstancias aconsejen mancomunar o unificar los servicios de Policías
Locales”.

No cabe ninguna duda que Cataluña, al haberse anticipado a la


LOFyCS, con este precedente legal sobre las funciones de coordinación
de las Policías Locales, ha marcado no solo el camino, sino que me atre-
vo a decir, que ha condicionado incluso al legislador de aquella Ley Or-
gánica para fijar las que luego serían las funciones coordinadoras en to-
das las Comunidades Autónomas y para todas las Policías Locales. Y
este criterio está fundado, no solo en la similitud de varias de ellas, sino
49
Íbidem, art. 3.1 .
56 José Escalante Castarroyo

porque la propia Ley de Coordinación figura dentro de la documenta-


ción preparada para la tramitación del proyecto de LOFyCS.50.

2. UNA VISIÓN GENERAL DE LA LEY ORGÁNICA

Desde la promulgación de la Constitución Española de 1978 que dispo-


ne en el artículo 104.2 que “una Ley Orgánica determinará las funciones,
principios básicos de actuación y estatutos de las Fuerzas y Cuerpos de Se-
guridad”, tendrán que pasar mas de siete años para que ese mandato se
haga realidad51, lo que pone a las claras las dificultades habidas para su pro-
mulgación, no olvidemos que dos días antes de someterse a Referéndum la
Constitución Española, las Cortes Generales aprobaban una Ley de Policía
solamente para los Cuerpos de Seguridad del Estado52; incluso había habi-
do intentos para promulgar una Ley de Policía Autonómica que no prospe-
ró y se retiró53. De las Policías Locales nada se legislaba, salvo la referencia
constitucional, seguían bajo normas estatutarias preconstitucionales y de
hecho asumiendo un papel nuevo, en unos Ayuntamientos también nue-
vos, pues llevaban constituidos democráticamente desde abril de 197954, de
ahí que los profesionales que fuimos testigos en aquellos momentos, espe-
ráramos con impaciencia a aquella Ley Orgánica que debía ser para todas
las Policías y confiábamos que con ella se iniciara una nueva etapa profesio-
nal, pareja a la etapa política y sobre todo superara el pasado.
Ahora, con la perspectiva que da el tiempo, podemos señalar que la
Ley Orgánica fue tardía en el tiempo pero inició un camino sin retorno en
la profesionalización, como Cuerpo de Seguridad, de las Policías Loca-
les, que si bien no fueron tratadas en ella como podía esperarse, es cierto
que supuso un paso importantísimo respecto de cómo estas estaban y a
donde se las dirigía. Bien es cierto que a estas alturas del siglo XXI y con
veinte años de vigencia, es preciso que la Ley Orgánica se adecue a la rea-
lidad actual, esa es hoy la necesidad, pero no es menos cierto y es obliga-
do reconocer que la misma supuso entonces un importante cambio.

50
Congreso de los Diputados, Documentación sobre Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
Tomo I. B.O.C. núm. 163, de 18 de septiembre de 1985.
51
La C.E. de 1978 entra en vigor con la publicación en el B.O.E. el 29 de Diciem-
bre de 1978 y la LOFyCS con la publicación en el B.O.E. el 14 de marzo de 1986.
52
Ley 55/1978, de 4 de diciembre, de Policía.
53
Proyecto de Ley Orgánica de Policías de las Comunidades Autónomas, B.O.C.
número 65 I, de 11 de julio de 1979.
54
Las primera elecciones municipales postconstitucionales tuvieron lugar el mes
de Abril de 1979.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 57

La importancia de la previsión constitucional de la Ley Orgánica, que-


da patente en el artículo primero, al delimitar tanto la seguridad pública te-
rritorial como el modelo de policía, señalando primeramente que “la seguri-
dad pública es competencia exclusiva del Estado. Su mantenimiento
corresponde al Gobierno de la Nación”, dando participación a las Comuni-
dades Autónomas y a las Corporaciones Locales, según los Estatutos de
aquellas y la Ley LRBRL de estas, y dejando claro que dicho “mantenimien-
to de la seguridad pública se ejercerá por las distintas Administraciones a
través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad” de ellas dependientes55.
Como se dice en su Preámbulo, la Ley Orgánica responde funda-
mentalmente al mandato del artículo 104 de la Constitución, teniendo
en su mayor parte carácter de Ley Orgánica, y con pretensión de ser
omnicomprensiva, acogiendo la problemática de las Fuerzas y Cuer-
pos de Seguridad del Estado, de las Comunidades Autónomas y de las
Corporaciones Locales.
El carácter de Ley Orgánica viene exigido por el citado artículo 104
de la Constitución, para las funciones, principios básicos de actuación y
estatutos genéricos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, por el artí-
culo 149.1.29.ª para determinar el marco en el que los Estatutos de Au-
tonomía pueden establecer la forma de concretar la posibilidad de crea-
ción de policías por las Comunidades y por el artículo 148.1.22.ª, para
fijar los términos dentro de los cuales las Comunidades Autónomas
pueden asumir competencias en cuanto a la “coordinación y demás fa-
cultades en relación con las policías locales”.
56

Preceptos con carácter de Ley Orgánica56


- De los Cuerpos y Fuerzas de seguridad: Disposiciones generales, principios
básicos de actuación y disposiciones estatutarias comunes.
- De las Policías de las Comunidades Autonómicas: Principios generales, compe-
tencias de las Comunidades Autónomas y régimen estatutario de las Policías.
- Colaboración y coordinación entre Estado y Comunidades Autónomas:
Adscripción de Unidades del CNP y órganos de coordinación.
- De las Policías Locales: Todo el título.

55
Art. 1 apdos. 1, 2, 3 y 4 de la LOFyCS.
56
De conformidad con la disposición final quinta de la LOFyCS “ tienen el carác-
ter de Ley Orgánica los preceptos que se contienen en los Títulos I, III, V y el Título II,
salvo los artículos 10, 11.2 a 6,12.1 y 17 del mismo, la disposición segunda, tercera y las
disposiciones finales”.
58 José Escalante Castarroyo

Sin embargo, otros aspectos de la Ley no tienen el carácter de Ley


Orgánica, por lo que nos encontramos ante una Ley mixta, que tiene la
consideración de Ley Orgánica respecto de determinados preceptos y
de Ley ordinaria en aquellos otros que no exigen tal consideración, de-
terminación que se concreta en una disposición final en la Ley que enu-
mera los preceptos que tienen carácter de Ley Orgánica.
Por lo que respecta a la estructura propiamente de la Ley Orgánica,
esta consta de un Preámbulo, cinco Títulos, con un total de 54 artículos,
cuatro disposiciones transitorias, cuatro adicionales, cinco finales y
una derogatoria, siendo procedente señalar que dentro de esta, aparte
de las disposiciones estatutarias comunes a todos los integrantes de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a las Policías Locales concretamente
la ley les dedica expresamente el Título V, artículos 51 al 54.
El objetivo principal de la Ley Orgánica se centra en el diseño de las
líneas maestras del régimen jurídico de las Fuerzas y Cuerpos de Segu-
ridad en su conjunto, tanto de las dependientes del Gobierno de la Na-
ción como de las Policías Autónomas y Locales, estableciendo los prin-
cipios básicos de actuación comunes a todos ellos y fijando sus criterios
estatutarios fundamentales.
A ello parece apuntar la propia Constitución Española de 1978
cuando en el artículo 104.2 se remite a una Ley Orgánica para determi-
nar las funciones, principios básicos de actuación y estatutos de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en contraposición a la matización
efectuada en el apartado 1 del mismo artículo constitucional, que se re-
fiere exclusivamente a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad dependien-
tes del Gobierno de la Nación.
La existencia de varios colectivos policiales que actúan en un mis-
mo territorio, con funciones similares y, al menos parcialmente comu-
nes, obliga necesariamente a dotarlos de principios básicos de actua-
ción idénticos y de criterios estatutarios también comunes, y el
mecanismo más adecuado para ello es reunir sus regulaciones en un
texto legal único que constituye la base más adecuada para sentar el
principio fundamental de la materia: el de la cooperación recíproca y
de coordinación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad pertenecientes
a todas las esferas administrativas.
Al respecto de todo ello recordemos que el artículo 149.1.29.ª de la
Constitución Española de 1978 dispone que “el Estado tiene competen-
cia exclusiva en materia de seguridad pública, sin perjuicio de la posi-
bilidad de creación de Policías por las Comunidades Autónomas en la
forma que se establezca en los respectivos Estatutos en el marco de lo
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 59

que disponga una Ley Orgánica”. El propio Tribunal Constitucional ha


venido a confirmar esta competencia exclusiva sobre la seguridad pú-
blica precisando que las competencias autonómicas en este ámbito
afectan al aspecto orgánico, esto es, al servicio disponible para garanti-
zar la seguridad pública, disponer de Policía, no al aspecto material,
por lo que la existencia de una Policía Autonómica no modifica la titu-
laridad estatal de la competencia controvertida57.
De otro lado, el artículo 148.1.22.º del mismo texto constitucional
señala que las Comunidades Autónomas podrán asumir competencias
para la vigilancia y protección de sus edificios e instalaciones, así como
“la coordinación y demás facultades en relación con las Policías Loca-
les en los términos que establezca una Ley Orgánica”.
En cuanto a las Corporaciones Locales, el artículo 25.2 de la LRBRL
establece que el municipio ejercerá, en todo caso, competencias en los
términos de la legislación del Estado y de las Comunidades Autóno-
mas, entre otras, en las siguientes materias:
“a) Seguridad en lugares públicos.
b) Ordenación del tráfico de vehículos y personas en las vías urbanas.
c) Protección civil, prevención y extinción de incendios” 58.
Por tanto, las disposiciones generales que venimos citando sientan
las bases del sistema de seguridad y modelo policial español, concre-
tando este en tres niveles:
a) Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: Cuerpo Nacional
de Policía y Cuerpo de la Guardia Civil.
b) Policías de las Comunidades Autónomas: Policías Autonómicas.
c) Policías de las Corporaciones Locales: Policías Locales.
Los integrantes de estos colectivos policiales deberán ajustar su actua-
ción al principio de cooperación recíproca y su coordinación se efectuará a
través de los órganos que a tal efecto establece la propia Ley Orgánica59.
57
STC 117/1984, de 5 de diciembre, entre otras.
58
La vigente LRBRL es la Ley 7/1985 de 2 de Abril y entre las diversas modifica-
ciones efectuadas, una muy significativa ha sido la referida a la “ modernización del
Gobierno Local” efectuada por Ley 57/2003, de 16 de diciembre.
59
Órganos que se prevén en los art. 48 a 50 y 54 de la citada LOFyCS. entre los
que se encuentran:
El “Consejo de política de seguridad” para garantizar la coordinación entre las
políticas de seguridad pública del Estado y de las Comunidades Autónomas.
El “Comité de expertos” para asesorar técnicamente y “Junta de seguridad” en
las Comunidades Autónomas donde disponga de Cuerpos de Policía .
La “Junta Local de seguridad” en los municipios que tengan Cuerpo de policía
propio.
60 José Escalante Castarroyo

Finalmente se dispones que “todos tienen el deber de prestar a las


Fuerzas y Cuerpos de Seguridad el auxilio necesario en la investigación y
persecución de los delitos en los términos previstos legalmente”, añadien-
do a continuación que “las personas y entidades que ejerzan funciones de
vigilancia, seguridad o custodia referidas a personal y bienes o servicios
de titularidad pública o privada tienen especial obligación de auxiliar o co-
laborar en todo momento con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”.

3. EL MODELO DE POLICÍA TERRITORIAL EN LA LEY


ORGÁNICA
Venimos señalando que la Ley Orgánica, cumpliendo el mandato
constitucional, diseña el modelo de policía territorial en el contexto del
sistema de seguridad pública en España:
60

Administraciones públicas y policía en España60


– Administración del Estado: Policías del Estado.
– Administración de las Comunidades Autónomas: Policías de las
Comunidades Autónomas.
– Administración Local: Policías de las Corporaciones Locales.

3.1. Policías del Estado

Se inicia el preámbulo III de la LOFyCS recordando que, “con fun-


damentación directa en el artículo 104 de la Constitución, la Ley decla-
ra, a todos los efectos, la naturaleza de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado que corresponde al Cuerpo Nacional de Policía, nacido de la
integración de los Cuerpos Superior de Policía y de Policía Nacional y
al Cuerpo de la Guardia Civil”.
A tal efecto, dispone el art. 9 de la mencionada Ley que “las Fuerzas
y Cuerpos de Seguridad del Estado ejercen sus funciones en todo el te-
rritorio nacional y están integradas por:
60
De conformidad con el art. 2 de la LOFyCS que desarrolla el art. 104.2 de la C.E.
de 1978.
“ Son Fuerzas y Cuerpos de Seguridad:
a) Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, dependientes del Gobierno
de la Nación.
b) Los Cuerpos de Policía dependientes de las Comunidades Autónomas.
c) Los Cuerpos de Policía dependientes de las Corporaciones Locales”.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 61

a) El Cuerpo Nacional de Policía, que es un Instituto Armado de


naturaleza civil, dependiente del Ministro del Interior.
b) La Guardia Civil, que es un Instituto Armado de naturaleza
militar, dependiente del Ministro del Interior, en el desempe-
ño de las funciones que esta Ley le atribuye, y del Ministro de
Defensa en el cumplimiento de las misiones de carácter militar
que éste o el Gobierno le encomienden. En tiempo de guerra y
durante el estado de sitio, dependerá exclusivamente del Mi-
nistro de Defensa”.
De otro lado, el art. 10 de la misma Ley Orgánica establece:

“1. Corresponde al Ministro del Interior la administración general de la


seguridad ciudadana y el mando superior de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, así como la responsabilidad de las relaciones de
colaboración y auxilio con las Autoridades policiales de otros países,
conforme a lo establecido en los Tratados y Acuerdos Internacionales.
2. Bajo la inmediata autoridad del Ministro del Interior, dicho mando
será ejercido en los términos establecidos en esta Ley por el Director de la
Seguridad del Estado61, del que dependen directamente las Direcciones
Generales de la Guardia Civil y de la Policía, a través de las cuales coor-
dinará la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
3. En cada provincia, el Gobernador Civil ejercerá el mando directo de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado62, con sujeción a las di-
rectrices de los órganos mencionados en los apartados anteriores, sin
perjuicio de la dependencia funcional de las Unidades de Policía Judi-
cial, respecto de los Jueces, de los Tribunales y del Ministerio Fiscal, en
sus funciones de averiguación del delito y descubrimiento y asegura-
miento del delincuente”.

Teniendo como precedente el art. 104.1 de la Constitución que esta-


blece que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen como
misión “ proteger el libre ejercicios de los derechos y libertades y garan-
tizar la seguridad ciudadana” son funciones comunes a ambos cuer-
pos, de conformidad con l art. 11, las siguientes:
61
Esta referencia al “Director de la Seguridad del Estado” debe entenderse hecha
en la actualidad conforme con el RD 991/2006, de 8 de septiembre, que desarrolla la
estructura orgánica del Ministerio del Interior.
62
Sobre esta referencia al Gobernador Civil conviene recordar que la Ley 6/1997,
de 14 de Abril, de Organización y Funcionamiento de la Administración General del
Estado, suprimió esta figura de origen napoleónico, sustituyéndola por los Delegados
del Gobierno en las Comunidades Autónomas y los Subdelegados del Gobierno en las
Provincias.
62 José Escalante Castarroyo

“a) Velar por el cumplimiento de las Leyes y disposiciones generales, eje-


cutando las órdenes que reciban de las Autoridades, en el ámbito de sus
respectivas competencias.
b) Auxiliar y proteger a las personas y asegurar la conservación y custo-
dia de los bienes que se encuentren en situación de peligro por cualquier
causa.
c) Vigilar y proteger los edificios e instalaciones públicos que lo requie-
ran.
d) Velar por la protección y seguridad de altas personalidades.
e) Mantener y restablecer, en su caso, el orden y la seguridad ciudadana.
f) Prevenir la comisión de actos delictivos.
g) Investigar los delitos para descubrir y detener a los presuntos culpa-
bles, asegurar los instrumentos, efectos y pruebas del delito, poniéndolos
a disposición del Juez o Tribunal competente y elaborar los informes téc-
nicos y periciales procedentes.
h) Captar, recibir y analizar cuantos datos tengan interés para el orden y
la seguridad pública, y estudiar, planificar y ejecutar los métodos y téc-
nicas de prevención de la delincuencia.
i) Colaborar con los Servicios de Protección Civil en los casos de grave
riesgo, catástrofe, o calamidad pública, en los términos que se establez-
can en la legislación de Protección Civil”.

Las funciones antes señaladas serán ejercidas con arreglo a la si-


guiente distribución territorial de competencias:

“a) Corresponde al Cuerpo Nacional de Policía ejercitar dichas funcio-


nes en las capitales de provincia y en los términos municipales y núcleos
urbanos que el Gobierno determine.
b) La Guardia Civil las ejercerá en el resto del territorio nacional y su
mar territorial”.

No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, los miembros del


Cuerpo Nacional de Policía podrán ejercer las funciones de investiga-
ción y las de coordinación de los datos a que se refieren los apartados g)
y h) del número 1 de este artículo, en todo el territorio nacional.
Igualmente, la Guardia Civil, para el desempeño de sus competen-
cias propias, podrá asimismo realizar las investigaciones procedentes
en todo el territorio nacional, cuando ello fuere preciso.
En todo caso de actuación fuera de su ámbito territorial, los miem-
bros de cada Cuerpo deberán dar cuenta al otro de las mismas.
Sin perjuicio de la distribución de competencias anteriormente se-
ñalada, ambos Cuerpos deberán actuar fuera de su ámbito competen-
cial por mandato judicial o del Ministerio Fiscal o, en casos excepciona-
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 63

les, cuando lo requiera la debida eficacia en su actuación. En ambos


supuestos deberán comunicarlo de inmediato al Gobernador Civil y a
los mandos con competencia territorial o material63, el Gobernador Ci-
vil podrá ordenar la continuación de las actuaciones o, por el contrario,
el pase de las mismas al Cuerpo competente, salvo cuando estuvieren
actuando por mandato judicial o del Ministerio Fiscal.
Los posibles conflictos de competencias que puedan surgir entre
los dos Cuerpos estatales se resuelven en el apdo. 5 del art. 11 en los si-
guientes términos:

“En caso de conflicto de competencias, ya sea positivo o negativo, se hará


cargo del servicio el Cuerpo que haya realizado las primeras actuaciones,
hasta que se resuelva lo procedente por el Gobernador Civil o las instan-
cias superiores del Ministerio del Interior, sin perjuicio de lo dispuesto
para la Policía Judicial”.

Por último, al objeto de conseguir la óptima utilización de los me-


dios disponibles y la racional distribución de efectivos, el Ministerio
del Interior podrá ordenar que cualesquiera de los Cuerpos asuma, en
zonas o núcleos determinados, todas o algunas de las funciones exclu-
sivas asignadas al otro Cuerpo.

3.1.1. El Cuerpo Nacional de Policía

El Cuerpo Nacional de Policía se crea por la LOFyCS mediante la


unificación del Cuerpo Superior de Policía y del Cuerpo de la Policía
Nacional, correspondiéndole, además de las funciones comunes con la
Guardia Civil antes citas y previstas en el art. 11, las funciones propias
que se relacionan:
“a) La expedición del Documento Nacional de Identidad y de los pasa-
portes.
b) El control de entrada y salida del territorio nacional de españoles y ex-
tranjeros.
c) Las previstas en la legislación sobre extranjería, refugio y asilo, extra-
dición, expulsión, emigración e inmigración.
d) La vigilancia e inspección del cumplimiento de la normativa en mate-
ria de juego.
63
La Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la Admi-
nistración General del Estado, ha suprimido la figura de los Gobernadores Civiles,
que son sustituidos por los Delegados del Gobierno en las Comunidades Autónomas
y los Subdelegados del Gobierno en las Provincias.
64 José Escalante Castarroyo

e) La investigación y persecución de los delitos relacionados con la droga.


f) Colaborar y prestar auxilio a las Policías de otros países conforme a lo
establecido en los Tratados o Acuerdos Internacionales sobre las leyes,
bajo la superior dirección del Ministerio del Interior.
g) El control de las entidades y servicios privados de seguridad, vigilan-
cia e investigación, de su personal, medios y actuaciones.
h) Aquellas otras que le atribuya la legislación vigente”.

3.1.2. La Guardia Civil

Según el artículo 9.b) de la LOFyCS “la Guardia Civil es un Institu-


to Armado de naturaleza militar, dependiente del Ministerio del Interior,
en el desempeño de las funciones que esta Ley le atribuye, y del Ministerio
de Defensa, en el cumplimiento de las misiones de carácter militar que éste
o el Gobierno le encomienden. En tiempo de guerra y durante el estado de
sitio, dependerá exclusivamente del Ministerio de Defensa”.
Es decir, el Cuerpo de la Guardia Civil, de naturaleza militar, tiene
una doble dependencia: del Ministerio del Interior en el ejercicio de sus
funciones policiales, y del Ministerio de Defensa en el desempeño de
misiones de carácter militar.
Ello significa que la Guardia Civil, como Cuerpo de Seguridad, sin
perjuicio de realizar en determinadas circunstancias misiones de carác-
ter militar, centra su actuación en el ejercicio de funciones propiamente
policiales, en consecuencia, sin perjuicio del estatuto personal atribui-
ble a los miembros del Cuerpo de la Guardia Civil, por razones de fue-
ro, disciplina, formación y mando, debe considerarse normal su actua-
ción en el mantenimiento del orden y la seguridad pública.
En cuanto a sus funciones, además de las comunes con el Cuerpo Na-
cional de Policía, según el art. 12.1 b) serán funciones de la Guardia Civil:
“a) Las derivadas de la legislación vigente sobre armas y explosivos.
b) El resguardo fiscal del Estado y las actuaciones encaminadas a evitar
y perseguir el contrabando.
c) La vigilancia del tráfico, tránsito y transporte en las vías públicas
interurbanas.
d) La custodia de vías de comunicación terrestre, costas, fronteras, puer-
tos, aeropuertos y centros e instalaciones que por su interés lo requieran.
e) Velar por el cumplimiento de las disposiciones que tiendan a la con-
servación de la naturaleza y medio ambiente, de los recursos hidráulicos,
así como de la riqueza cinegética, piscícola, forestal y de cualquier otra
índole relacionada con la naturaleza.
f) La conducción interurbana de presos y detenidos.
g) Aquellas otras que le atribuye la legislación vigente”.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 65

Policías del Estado


1. Base constitucional: Art. 104.1
2. Dos Fuerzas y Cuerpos de Seguridad: Cuerpo Nacional de Policía y
Guardia Civil.
3. Ámbito territorial funcional: CNP en las capitales de Provincia y
términos municipales que se determinen GC Resto territorio nacional
y mar territorial.

3.2. Policías de las Comunidades Autónomas


El Título III de la LOFyCS está dedicado a las Policías de las Comu-
nidades Autónomas, dividido en tres Capítulos en los que se abordan
los principios generales, las competencias que las Comunidades Autó-
nomas podrán ejercer a través de sus Cuerpos de Policía y el régimen
estatutario de estos64.
Como se dice en el Preámbulo de la Ley Orgánica, el Título III de la
misma, bajo la rúbrica “De las Policías de las Comunidades Autónomas”,
pretende desarrollar la previsión contenida en el artículo 148.1.22.ª de la
Constitución, donde se señala que “las Comunidades Autónomas podrán
asumir competencias para la vigilancia y protección de sus edificios e ins-
talaciones, así como la coordinación y demás facultades en relación con las
Policías Locales en los términos que establezca una Ley Orgánica”.
De otro lado, conviene recordar que el artículo 149.1.29ª del propio
texto constitucional, tras señalar que el Estado tiene competencia ex-
clusiva sobre la seguridad pública, resalta que ello será sin perjuicio de
“la posibilidad de creación de policías por las Comunidades Autóno-
mas en la forma que se establezca en los respectivos Estatutos en el
marco de lo que disponga una Ley Orgánica”.
Siguiendo a la Constitución y en la actualidad, podemos distinguir entre
Comunidades Autónomas con Cuerpos de Policía propios, ya creados, Co-
munidades cuyos Estatutos prevén la posibilidad de creación de Policías y
Comunidades cuyos Estatutos no contienen tal previsión; ofreciéndose a las
segundas la posibilidad de ejercer sus competencias policiales, en principio,
acudiendo a la adscripción de Unidades del Cuerpo Nacional de Policía65.
64
Comprende los art. 37, 38 y 39 y 40 al 44 de la citada LOFyCS.
65
Más adelante, veremos que el modelo de seguridad y de policía en las Comu-
nidades Autónomas no se circunscribe – exclusivamente – a los enunciados, ya que el
T.C. se ha pronunciado a favor de que las Policías Locales, en el ámbito territorial de
intervención propio, también puedan desempeñar funciones de Policía Autonómica
para la respectiva Comunidad Autónoma.
66 José Escalante Castarroyo

La posibilidad constitucional de creación de Policías Autónomas


viene prevista en los Estatutos de Autonomía de las siguientes Comu-
nidades: País Vasco, Cataluña, Navarra, Andalucía, Canarias, Galicia y
Comunidad Valenciana, encontrándose creadas tres Policías Autonó-
micas, las correspondientes a las tres primeras Comunidades citadas.
Para comprender el reparto de competencias, entre el Estado y las Co-
munidades Autónomas, en materia de seguridad pública, se indica en el
Preámbulo IV de la Ley Orgánica que es preciso señalar que tal delimita-
ción tiene dos soportes fundamentales “la presente Ley Orgánica y los Es-
tatutos de Autonomía”. En el esquema de ordenación normativa que la
Constitución estableció, se encomienda a una Ley Orgánica la fijación del
marco de regulación de las Policías Autónomas, mientras que a los Estatu-
tos de Autonomía determinar la forma de creación de las mismas.
El Tribunal Constitucional ha usado ya, en diversas ocasiones, la
noción de “bloque de constitucionalidad”66, para referirse a los instru-
mentos normativos que, junto con la Constitución misma y como com-
plemento de ella, es preciso tener en cuenta para fijar con exactitud el
régimen de una determinada competencia.
La pieza normativa en la que se relacionan de modo principal las
competencias autonómicas es, sin duda, el Estatuto de Autonomía. Pero
no es la única, ni es tampoco la norma de aplicación exclusiva para resol-
ver los problemas interpretativos que pueden suscitarse. Son, por el con-
trario, los preceptos de la Constitución el marco de referencia más gene-
ral y permanente, “no agotando su virtualidad en el momento de la
aprobación del Estatuto de Autonomía, sino que continuarán siendo
preceptos operativos en el momento de realizar la interpretación de los
preceptos de éste, a través de los cuales se realiza la asunción de compe-
tencias por la Comunidad Autónoma” en palabras del propio T.C.67.
Una vez sentadas las precedentes consideraciones, conviene poner
de manifiesto que, en la asignación de funciones generales a las Comu-
nidades Autónomas, se distingue entre aquellas competencias necesa-
rias, que ineludiblemente deben respetarse, vigilancia y protección de
sus edificios e instalaciones y coordinación de las Policías Locales y las
de libre disposición del legislador estatal.
Por conexión con las primeras, las funciones se extienden a la pro-
tección de las personalidades autonómicas y a la vigilancia y protec-
ción de los demás bienes de la Comunidad. Y, de la atribución específi-
ca de otras competencias, surge también la relativa al uso de la coacción
66
Entre otras en las Sentencias de 23 de marzo y de 24 de mayo de 1981.
67
Sentencia del TC de 4 de mayo de 1982.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 67

administrativa, para obtener la objetividad de los actos o decisiones de


las Comunidades Autónomas.
Entre las funciones, calificadas de concurrentes o de colaboración,
deben mencionarse especialmente las relativas a la vigilancia de espa-
cios públicos, protección de manifestaciones y mantenimiento del orden
en grandes concentraciones humanas, si bien permitiendo la interven-
ción de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a requerimiento
de las autoridades de la Comunidad o cuando lo estimen necesario las
autoridades estatales competentes.
Este sistema de competencias tiene una excepción en el caso de
aquellas Comunidades Autónomas que dispongan de Cuerpos de Poli-
cía propios, a la entrada en vigor de la Ley Orgánica, a las cuales, por
razones de respeto a las situaciones creadas, así como de funcionalidad
y eficacia, se les permite mantener su actual régimen de competencias,
sin perjuicio de la aplicación directa de las normas estatutarias y orgá-
nicas comunes previstas en la Ley Orgánica68.
Como se ha dicho, el mencionado artículo 38 de la LOFyCS distin-
gue entre funciones con carácter de propias, en colaboración con las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de prestación simultánea
e indiferenciada con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Dice el precepto mencionado que las Comunidades Autónomas, a
que se refiere el número 1 del artículo citado, Comunidades en cuyos
Estatutos esté previsto la creación de Cuerpos de Policía, podrán ejer-
cer, a través de sus Cuerpos de Policía, las siguientes funciones:

1. Con carácter de propias

a) Velar por el cumplimiento de las disposiciones y órdenes sin-


gulares dictadas por los órganos de la Comunidad Autónoma.
68
Así expresamente lo contempla la LOFyCS en la Disposición final primera
para el País Vasco: “Lo dispuesto en la Ley Orgánica no será de aplicación a la compe-
tencia que el artículo 17 del Estatuto de Autonomía atribuye a las instituciones del País
Vasco en materia de régimen de la Policía Autónoma”.
En la disposición final segunda para Cataluña: “La Policía autónoma de Cataluña
se rige por su Estatuto de Autonomía y normas que lo desarrollen, , la presente Ley
Orgánica carácter supletorio respecto a las que la Ley Orgánica tiene carácter supleto-
rio de conformidad con el art.13.1 de aquel”.
Y en la disposición final tercera para Navarra: “La Policía Foral de Navarra se re-
girá por la Ley Orgánica 13/1982 de 10 de agosto, de reintegración y Amejoramiento
del régimen Foral de Navarra, y normas que la desarrollan, respecto de las que la pre-
sente Ley tendrá carácter supletorio”.
68 José Escalante Castarroyo

b) La vigilancia y protección de personas, órganos, edificios, estable-


cimientos y dependencias de la Comunidad Autónoma y de sus
entes instrumentales, garantizando el normal funcionamiento de
las instalaciones y la seguridad de los usuarios de sus servicios.
c) La inspección de las actividades sometidas a la ordenación o
disciplina de la Comunidad Autónoma, denunciando toda ac-
tividad ilícita.
d) El uso de la coacción en orden a la ejecución forzosa de los ac-
tos o disposiciones de la propia Comunidad Autónoma

2. Funciones en colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de


Seguridad del Estado:
a) Velar por el cumplimiento de las Leyes y demás disposiciones
del Estado y garantizar el funcionamiento de los servicios pú-
blicos esenciales.
b) Participar en las funciones de Policía Judicial, en la forma esta-
blecida en el artículo 29.2 de esta Ley.
c) Vigilar los espacios públicos, proteger las manifestaciones y
mantener el orden en grandes concentraciones humanas.
El ejercicio de esta función corresponderá, con carácter prioritario, a los
Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas, sin perjuicio de la in-
tervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cuando, bien a
requerimiento de las Autoridades de la Comunidad Autónoma, o bien por
decisión propia, lo estimen necesario las Autoridades estatales competentes.
Funciones de prestación simultánea e indiferenciada con las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado:
a) La cooperación a la resolución amistosa de los conflictos priva-
dos cuando sean requeridos para ello.
b) La prestación de auxilio en los casos de accidente, catástrofe o
calamidad pública, participando en la forma prevista en las
Leyes, en la ejecución de los planes de Protección Civil.
c) Velar por el cumplimiento de las disposiciones que tiendan a
la conservación de la naturaleza y medio ambiente, recursos
hidráulicos, así como la riqueza cinegética, piscícola, forestal y
de cualquier otra índole relacionada con la naturaleza”.
Respecto del régimen estatutario de las Policías Autónomas, la Ley
Orgánica dedica el Capítulo III del Título III, que comprende los artícu-
los 40 al 44, dicho régimen será el que determine la Comunidad respec-
tiva, con sujeción a las bases que en la Ley se establecen, como princi-
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 69

pios mínimos que persiguen una cierta armonización entre todos los
colectivos que se ocupan de la seguridad pública.
Así, el art. 40 de la Ley Orgánica señala que el régimen estatutario de
los Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas vendrá determi-
nado, de conformidad con lo establecido en el artículo 149.1.18 de la Cons-
titución69, por los principios generales del título I de esta Ley y por lo que
dispongan al efecto los Estatutos de Autonomía y la legislación de las Co-
munidades Autónomas, así como por los específicos de cada Cuerpo.
Dispone así mismo el art. 41 que corresponde a los órganos compe-
tentes de cada Comunidad Autónoma, previo informe del Consejo a
que se refiere el artículo 48 de esta Ley Orgánica70, la creación de sus
Cuerpos de Policía, así como su modificación y supresión en los casos
en que así se prevea en los respectivos Estatutos de Autonomía.
Igualmente se señala que los Cuerpos de Policía de las Comunida-
des Autónomas son Institutos armados de naturaleza civil, con estruc-
tura y organización jerarquizada.
Y por último, el art. 44 establece que la selección, el ingreso, la promo-
ción y formación de los miembros de los Cuerpos de Policía de las Comuni-
dades Autónomas se regulará y organizará por las respectivas Comunida-
des Autónomas, sin perjuicio de lo establecido en los respectivos Estatutos.
71

Policías de las Comunidades Autónomas


1. Base constitucional: Art. 149.1.29
2. Policía Autónomas creadas: País Vasco: Ertzaintza; Cataluña: Mossos
d´Esquadra y Navarra: Policía Foral.
3. Previsión Estatutaria de policía propia: Andalucía, Canarias,
Comunidad Valenciana, Galicia, Islas Baleares, Aragón y Castilla y León71.
4. Ámbito funcional: El territorio de la Comunidad Autónoma

69
El citado art. 149.1.18 de la C.E. de 1978 señala que “ las bases del régimen de
las Administraciones Públicas y del régimen estatutario de los funcionarios ... garanti-
zarán a los administrados un tratamiento común ante ellas; el procedimiento adminis-
trativo común, sin perjuicio de las especialidades derivadas de la organización propia
de las comunidades Autónomas”.
70
Se está refiriendo al Consejo de Política de Seguridad, que presidido por el Mi-
nistro de Interior, lo integran los Consejeros de Interior o Gobernación de las Comuni-
dades Autónomas y un número igual de representantes del Gobierno de la Nación.
71
Las últimas reformas de Estatutos de Autonomía aprobadas en el año 2007 ( Is-
las Baleares, Aragón y Castilla y León) prevén la competencia de seguridad pública
con cuerpo de policía propio a similitud de las denominadas Comunidades históricas,
que ya lo contemplaron al asumir la autonomía .
70 José Escalante Castarroyo

3.3. Policías de las Corporaciones Locales

El Preámbulo IV de la LOFyCS recuerda que el artículo 25 de la LR-


BRL reconoce competencias a los municipios en materias de seguridad
en lugares públicos y de ordenación del tráfico de personas y vehículos
en las vías urbanas.
A partir del reconocimiento de dichas competencias, la Ley Orgá-
nica admite distintas modalidades de ejecución de las mismas, desde la
creación de Cuerpos de Policía propios, por parte de las Corporaciones
Locales, hasta la utilización de personal auxiliar de custodia y vigilan-
cia.
Por lo que respecta a las funciones, según señala la exposición de
motivos de la Ley, dado que no existe ningún condicionamiento consti-
tucional, “se ha procurado dar a las Corporaciones Locales una partici-
pación en el mantenimiento de la seguridad ciudadana, coherente con
el modelo diseñado, presidido por la evitación de duplicidades y con-
currencias innecesarias y en función de las características propias de
los Cuerpos de Policía Local y de la actividad que tradicionalmente vie-
nen realizando”.
Sin la distinción formal, que aquí no tiene sentido, entre competen-
cias exclusivas y concurrentes, se atribuyen a las Policías Locales las
funciones naturales y constitutivas de toda policía, recogiéndose como
especifica la ya citada ordenación, señalización y dirección del tráfico
urbano, añadiendo la de vigilancia y protección de personalidades y
bienes de carácter local, en concordancia con cometidos similares de
los demás Cuerpos policiales, y atribuyéndoles también las funciones
de colaboración con las demás Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en ma-
teria de policía judicial y de seguridad ciudadana.
Y como, obviamente, se reconoce la potestad normativa de las Co-
munidades Autónomas en la materia y se parte de la autonomía muni-
cipal para la ordenación complementaria de estos Cuerpos de policía,
la Ley Orgánica, en cuanto a régimen estatutario, se limita a reiterar la
aplicación a las Policías Locales de los criterios generales establecidos
en los capítulos II y III del título I de dicha Ley Orgánica.
Y en el Preámbulo V de la mencionada Ley se reitera el principio de
cooperación recíproca y de coordinación orgánica, que recoge el artícu-
lo 3, entre los miembros de los distintos Cuerpos de Seguridad, ya de-
pendan del Gobierno del Estado, de las Comunidades Autónomas o de
las Corporaciones Locales.
En cuanto a los órganos de coordinación a nivel municipal la Ley
recoge la posibilidad de constituir Juntas Locales de Seguridad en los
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 71

municipios que dispongan de Cuerpos de Policía propios, para armo-


nizar su actuación y la de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Esta-
do, como mecanismo complementario de coordinación operativa.
El Título V de la Ley Orgánica que comprende los art. 51 a 54, está
dedicado a las Policías Locales, recoge los requisitos para la creación de
estos Cuerpos, su naturaleza y funciones, así como la posibilidad de
que pueda constituirse la Junta Local de Seguridad.
Respecto de la creación de cuerpos de Policía por las Corporacio-
nes Locales dispone la Ley Orgánica, que “los municipios podrán crear
Cuerpos de Policía propios, de acuerdo con lo previsto en la presente
Ley, en la Ley de Bases de Régimen Local y en la legislación autonómi-
ca72.
En los municipios donde no exista Policía Municipal, los cometidos
de ésta serán ejercidos por el personal que desempeñe funciones de
custodia y vigilancia de bienes, servicios e instalaciones, con la deno-
minación de Guardas, Vigilantes, Agentes, Alguaciles o análogos.
Dichos Cuerpos solo podrán actuar en el ámbito territorial del mu-
nicipio respectivo, salvo en situaciones de emergencia y previo reque-
rimiento de las Autoridades competentes”.
No obstante, cuando ejerzan funciones de protección de autorida-
des de las Corporaciones Locales, podrán actuar fuera del término mu-
nicipal respectivo, con autorización del Ministerio del Interior o de la
correspondiente autoridad de la Comunidad Autónoma que cuente
con Cuerpo de Policía Autonómica, cuando desarrollen íntegramente
esas actuaciones en el ámbito territorial de dicha Comunidad Autóno-
ma.
Según establece el art. 21.1.h) de la LRBRL, corresponde al Alcalde
ejercer la jefatura de la Policía Municipal, así como el nombramiento y
sanción de los funcionarios que lleven armas.
A tenor de lo dispuesto en el artículo 2 de la Ley Orgánica, los
Cuerpos de Policía dependientes de las Corporaciones Locales forman
parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
De otro lado es importante resaltar, conforme establece el art. 52 de
la Ley Orgánica, que “los Cuerpos de Policía Local son Institutos arma-
dos, de naturaleza civil con estructura y organización jerarquizada, ri-
72
La disposición viene recogida en el art.51.1 LOFyCS y la remisión hecha a la
LRBRL hace referencia a la Disposición final tercera que establece para los Cuerpos de
Policía Local la aprobación reglamentaria de un Estatuto específico, nunca promulga-
do, hoy suplido por las Leyes de Coordinación y demás normas de desarrollo promul-
gadas por las Comunidades Autónomas.
72 José Escalante Castarroyo

giéndose, en cuanto a su régimen estatutario, por los principios genera-


les de los capítulos II y III del título I y por la sección 4.ª del capítulo IV
del título II de la Ley con la adecuación que exija la dependencia de la
Administración correspondiente, las disposiciones dictadas al respecto
por las Comunidades Autónomas y los Reglamentos específicos para
cada Cuerpo y demás normas dictadas por los correspondientes Ayun-
tamientos”73, encontramos aquí el marco normativo en el que se inscri-
ben las Policías Locales.
Se señala asimismo que serán también de aplicación a los miem-
bros de dichos Cuerpos lo dispuesto, respecto a los Cuerpos de Policía
de las Comunidades Autónomas en el artículo 41.3 de la Ley, es decir,
deberán vestir el uniforme reglamentario en el ejercicio de sus funcio-
nes, salvo los casos excepcionales que autorice el Delegado del Gobier-
no respectivo.
La disposición final tercera de la LRBRL establece que “el personal
de las Policías Municipales ... gozará de un Estatuto específico, aproba-
do reglamentariamente, teniendo en cuenta ... la Ley de Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad”.
Antes de pasar a relacionar las funciones que la Ley Orgánica esta-
blece para las Policías Locales, debemos recordar que el artículo 1.3 esta-
blece que las Corporaciones Locales participarán en el mantenimiento de
la seguridad pública en los términos establecidos en la LRBRL y en el mar-
co de la propia Ley Orgánica.
Así, el art. 25.2 de la LRBRL dispone que el Municipio ejercerá, en
todo caso, competencias en los términos de la legislación del Estado y
de las Comunidades Autónomas en las siguientes materias:
“Seguridad en lugares públicos.
Ordenación del tráfico de vehículos y personas en las vías urbanas.
Protección civil, prevención y extinción de incendios.
Protección del medio ambiente”.
Igualmente se establece en la transitoria quinta de la citada LRBRL
que “los Municipios cabeza de partido judicial en que no exista estable-
cimiento penitenciario alguno asumirán, en régimen de competencia
delegada, la ejecución del servicio de depósito de detenidos a disposi-
ción judicial, correspondiendo la custodia de dichos detenidos a la Po-
licía Municipal en funciones de Policía Judicial”.
73
La remisión se hace a los art. 5 al 8 y 27 y 28, referidos a los principios básicos
de actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, las disposiciones estatutarias co-
munes para todos ellos y el régimen disciplinario respectivamente.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 73

Volviendo el art. 53 de la Ley Orgánica dispone que los Cuerpos de


Policía Local deberán ejercer las siguientes funciones:

“a) Proteger a las autoridades de las Corporaciones Locales, y vigilancia


o custodia de sus edificios e instalaciones.
b) Ordenar, señalizar y dirigir el tráfico en el casco urbano, de acuerdo
con lo establecido en las normas de circulación.
c) Instruir atestados por accidentes de circulación dentro del casco urbano.
d) Policía Administrativa, en lo relativo a las Ordenanzas, Bandos y de-
más disposiciones municipales dentro del ámbito de su competencia.
e) Participar en las funciones de Policía Judicial, en la forma establecida
en el artículo 29.2 de esta Ley, es decir, con el carácter de colaboración
con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
f) La prestación de auxilio, en los casos de accidente, catástrofe o calami-
dad pública, participando, en la forma prevista en las Leyes, en la ejecu-
ción de los planes de Protección Civil.
g) Efectuar diligencias de prevención y cuantas actuaciones tiendan a
evitar la comisión de actos delictivos en el marco de colaboración estable-
cido en las Juntas de Seguridad.
h) Vigilar los espacios públicos y colaborar con las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado y con la Policía de las Comunidades Autónomas
en la protección de las manifestaciones y el mantenimiento del orden en
grandes concentraciones humanas, cuando sean requeridos para ello.
i) Cooperar en la resolución de los conflictos privados cuando sean re-
queridos para ello”.

Las actuaciones que practiquen los Cuerpos de Policía Local en el


ejercicio de las funciones previstas en los apartados c) y g) precedentes
deberán ser comunicadas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Es-
tado competentes.
74

Policías de las Corporaciones Locales


1. Base constitucional: Art. 148.1.22

2. Ámbito funcional: El territorio del municipio respectivo74.

3. Previsión de creación de Cuerpos de Policía Local: Municipios de


más de 5.000 habitantes, según LRBRL y Leyes de coordinación CC.AA.

74
Respecto a este ámbito funcional debemos tener presente la modificación ope-
rada por LO 16/2007, de 13 de diciembre, complementaria de la Ley para el desarrollo
sostenible del medio rural, que en el artículo único modifica la LOFyCS añadiendo
una Disposición Adicional Quinta.
74 José Escalante Castarroyo

4. LA LEY ORGÁNICA: ESTATUTO COMÚN PARA TODAS LAS


FUERZAS Y CUERPOS DE SEGURIDAD

Como se dice en el Preámbulo II de la LOFyCS, en el aspecto estatu-


tario, esta “pretende configurar una organización policial, basada en
criterios de profesionalidad y eficacia, atribuyendo una especial im-
portancia a la formación permanente de los funcionarios y a la promo-
ción profesional de los mismos”, señalando a continuación que “los
funcionarios de policía materializan el eje de un difícil equilibrio, de
pesos y contrapesos, de facultades y obligaciones, ya que deben prote-
ger la vida y la integridad de las personas, pero vienen obligados a usar
armas; deben tratar correcta y esmeradamente a los miembros de la co-
munidad, pero han de actuar con energía y decisión cuando las cir-
cunstancias lo requieran. Y la balanza capaz de lograr ese equilibrio,
entre tales fuerzas contrapuestas, no puede ser otra que la exigencia de
una actividad de formación y perfeccionamiento permanentes, respec-
to a la cual se pone un énfasis especial, sobre la base de una adecuada
selección que garantice el equilibrio psicológico de la persona”.
La constitucionalización del tema de las Fuerzas y Cuerpos de Seguri-
dad es una necesidad y una lógica derivación de su misión trascendental,
en cuanto a la protección del libre ejercicio de los derechos y libertades que,
en el contexto de la Constitución, son objeto de su Título I y principal, ya
que integran la Carta Magna del ciudadano español. Esta es la razón que
determina el particular relieve con que la Ley Orgánica resalta la promesa o
juramento de acatar y cumplir la Constitución, por parte de los miembros
de todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, que no constituye un mero
trámite o formalismo, sino un requisito esencial, constitutivo de la condi-
ción policial y al mismo tiempo símbolo o emblema de su alta misión.
Por lo demás, con carácter general, la Ley Orgánica regula la prácti-
ca totalidad de los aspectos esenciales, integrantes de su estatuto perso-
nal: promoción profesional, régimen de trabajo, sindicación, incompa-
tibilidades, responsabilidad, etc. procurando mantener el necesario
equilibrio, entre el reconocimiento y respeto de los derechos personales
y profesionales y las obligadas limitaciones a que ha de someterse el
ejercicio de algunos de dichos derechos, en razón de las especiales ca-
racterísticas de la función policial.
La Ley Orgánica, bajo la rúbrica “Disposiciones estatutarias comu-
nes”, regula en los art. 6 a 8 una serie de derechos y deberes que, al igual
que los principios básicos de actuación, afectan a todos los miembros de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ya dependan del Gobierno del Esta-
do, de las Comunidades Autónomas o de las Corporaciones Locales.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 75

75

Ley Orgánica: Estatuto común de las FyCS75


– Prohibición del derecho de huelga y las acciones sustitutivas

– Adecuada promoción profesional, social y humana

– Formación y perfeccionamiento profesional y permanente

– Juramento o promesa de acatamiento Constitución

– Remuneración justa

– Horario de servicio adaptado a las peculiaridades de la función

– Incompatibilidad con actividad pública o privada

– Provisión puestos conforme a mérito, capacidad, ...

– Régimen disciplinario acorde a la estructura y función

– Carácter de Agente de la Autoridad

Con independencia de algunas limitaciones que el art. 6 determina


para los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, como el
ejercicio del derecho de sindicación o la prohibición del derecho de
huelga, conviene advertir que los miembros de las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad no pueden ser elegidos para participar en asuntos públi-
cos y, cuando deseen presentarse a las elecciones deberán pasar a la si-
tuación administrativa que corresponda76. Asimismo, los miembros de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad son incompatibles para el desem-
peño de la función de jurado77.
Con carácter general, el apartado 1 del art. 6 de la Ley Orgánica es-
tablece que los poderes públicos promoverán las condiciones más fa-
vorables para una adecuada promoción profesional, social y humana
de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de acuerdo
con los principios de objetividad, igualdad de oportunidades, mérito y
capacidad.
75
Las disposiciones estatutarias comunes a todas las Fuerzas y Cuerpos de Segu-
ridad vienen contempladas en el art. 6 de la LOFyCS.
76
De conformidad con el art. 6.i) y 7 de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, de
Régimen Electoral General.
77
Previsión contemplada en el art. 10 de la Ley Orgánica 5/1995, de 22 de Mayo,
del Tribunal del Jurado.
76 José Escalante Castarroyo

En la misma línea, el apartado 6 del precepto mencionado señala


que los puestos de servicio en las respectivas categorías se proveerán
conforme a los principios de mérito, capacidad y antigüedad a tenor de
lo dispuesto en la correspondiente reglamentación en concordancia
con el texto constitucional78.
En cuanto a la formación y perfeccionamiento de los miembros de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, establece el art. 6.2 de la Ley Orgá-
nica, que la misma se adecuará a los principios señalados en el artículo
y se ajustará los siguientes criterios:
a) Tendrá carácter profesional y permanente.
b) Los estudios que se cursen en los centros de enseñanza depen-
dientes de las diferentes Administraciones Públicas podrán
ser objeto de convalidación por en Ministerio de Educación y
Ciencia, que a tal fin tendrá en cuenta las titulaciones exigidas
para el acceso a cada uno de ellos y la naturaleza y duración de
dichos estudios.
c) Para impartir las enseñanzas y cursos referidos se promoverá
la colaboración institucional de la Universidad, el Poder Judi-
cial, el Ministerio Fiscal, las Fuerzas Armadas y de otras Insti-
tuciones, Centros o establecimientos que específicamente inte-
resen a los referidos fines docentes.
La selección, formación, promoción y perfeccionamiento de los dis-
tintos Cuerpos Policiales vienen recogidos en su legislación específica de
cada uno de ellos, sin olvidar que, en el caso de las Policías Locales, con-
forme a lo dispuesto en el artículo 39 de la Ley Orgánica, “corresponde a
las Comunidades Autónomas fijar los criterios de selección, formación,
promoción y movilidad de las Policías Locales, determinando los distin-
tos niveles exigibles para cada categoría, así como coordinar la forma-
ción profesional de las citadas Policías Locales mediante la creación de
Escuelas de Formación de Mandos y de Formación Básica”.
Como vimos el art. 6.3 de la Ley Orgánica dispone que los miem-
bros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad deberán jurar o prometer
acatamiento a la Constitución como norma fundamental del Estado, de
conformidad con lo que establece al respecto el artículo 1º del RD 707/
1979, de 5 de abril que en el acto de toma de posesión de cargos o fun-
78
La C.E. de 1978 preceptúa en el art. 103.3 que “la Ley regulará el estatuto de los
funcionarios públicos, el acceso a la función pública de acuerdo con los principios de
mérito y capacidad, las peculiaridades del ejercicio de su derecho a sindicación, el sis-
tema de incompatibilidades y las garantías para la imparcialidad en el ejercicio de sus
funciones”.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 77

ciones públicas en la Administración, quien haya de dar posesión for-


mulará al designado la siguiente pregunta: “¿Juráis o prometéis por
vuestra conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del car-
go ..., con lealtad al Rey, y guardar y hacer guardar la Constitución,
como norma fundamental del Estado”, pregunta que será contestada
por quien haya de tomar posesión con una simple afirmativa.
La fórmula anterior podrá ser sustituida por el juramento o prome-
sa prestado personalmente por quien va a tomar posesión, de cumplir
fielmente las obligaciones del cargo con lealtad al Rey y de guardar y
hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado.
Los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tendrán de-
recho a una remuneración justa, que contemple su nivel de formación,
régimen de incompatibilidades, movilidad por razones de servicio, de-
dicación y el riesgo que comporta su misión, así como la especificidad
de los horarios de trabajo y su peculiar estructura, expresamente así lo
contempla la Ley Orgánica en el apdo. 4 del artículo 6.
Conforme se establece en la LMRFP, las retribuciones de los funcio-
narios se clasifican en básicas y complementarias 79.
Las retribuciones deben contemplar el nivel de formación de los
funcionarios, de forma que, de acuerdo con la titulación exigida para
su ingreso, los Cuerpos, Escalas, Clases y Categorías de funcionarios se
agrupan en los siguientes grupos:
Grupo A. Título de Doctor, Licenciado, Ingeniero, Arquitecto o equi-
valente.
Grupo B. Título de Ingeniero Técnico, Diplomado Universitario,
Arquitecto Técnico, Formación Profesional de tercer grado o equiva-
lente.
Grupo C. Título de Bachiller, Formación Profesional de segundo
grado o equivalente.
Grupo D. Título de Graduado Escolar, Formación Profesional de
primer grado o equivalente.
Debemos recordar en relación con los anteriores Grupos las equi-
valencias establecidas por la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Bá-
79
De conformidad con la citada LMRFP, son retribuciones básicas: El sueldo
asignado a cada uno de los grupos en los que se organizan los Cuerpos y Escalas, Cla-
ses o Categorías; los trienios, por cada tres años de servicio y las pagas extraordinarias.
Son retribuciones complementarias: El complemento de destino; el grado perso-
nal; el complemento específico; el complemento de productividad y las gratificaciones
por servicios extraordinarios.
78 José Escalante Castarroyo

sico del Empleado Público que se corresponden con las siguientes: A


como A1; B como A2; C como C1 y D como C2.
En cuanto al horario de servicio, establece el artículo 6.5 de la Ley
Orgánica que el mismo se determinará reglamentariamente y se adap-
tará a las peculiares características de la función policial.
Por el contrario el art. 6.7 de dicha Ley Orgánica dispone que la per-
tenencia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad es causa de incompati-
bilidad para el desempeño de cualquier otra actividad pública o priva-
da, salvo aquellas actividades exceptuadas de la legislación sobre
incapacidades80.
El Preámbulo II de la Ley Orgánica dedica una especial mención a
la interdicción de la huelga o de acciones sustitutivas de la misma, se-
ñalando que dicha prohibición se lleva a cabo, dentro del marco delimi-
tado por el artículo 28 de la Constitución81, en aras de los intereses pre-
eminentes que corresponde proteger a los Cuerpos de Seguridad, al
objeto de asegurar la prestación continuada de sus servicios, que no ad-
mite interrupción. Lógicamente, como lo exige la protección de los de-
rechos personales y profesionales de estos funcionarios, la Ley prevé la
determinación de los cauces de expresión y solución de los conflictos
que puedan producirse por razones profesionales.
Señala al respecto el apdo. 8 del art. 6 de la LOFyCS, que los miem-
bros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no podrán ejercer en ningún
caso el derecho de huelga, ni acciones sustitutivas del mismo o concerta-
das con el fin de alterar el normal funcionamiento de los servicios. El in-
cumplimiento de esta prohibición puede dar lugar también a las res-
ponsabilidades administrativas previstas en el régimen disciplinario
de los diferentes Cuerpos de Policía.
En cuanto al derecho de sindicación, aunque no viene recogido ex-
presamente en las disposiciones estatutarias comunes de la Ley Orgá-
nica, el artículo 28.1 de la Constitución garantiza el derecho “de todos a
sindicarse libremente”, si bien precisa a continuación que “la ley podrá
limitar o exceptuar el ejercicio de este derecho a las Fuerzas o Institutos
armados o a los demás Cuerpos sometidos a disciplina militar y regula-
80
La normativa sobre incompatibilidades viene recogida fundamentalmente en
la Ley 53/1984, de 26 de diciembre, de Incompatibilidades del personal al servicio de
las Administraciones Públicas, y el RD 598/1995, de 30 de abril.
81
Según el art. 28.1 de la C.E. de 1978 “ Todos tienen derecho a sindicarse libre-
mente. La Ley podrá limitar o exceptuar de este derecho a las Fuerzas o Institutos ar-
mados o a los demás Cuerpos sometidos a disciplina militar y regulará las peculiari-
dades de su ejercicio para los funcionarios públicos”.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 79

rá las peculiaridades de su ejercicio para los funcionarios públicos”. En


desarrollo de esta previsión la Ley Orgánica da un tratamiento distinto
a los diferentes Cuerpos de Seguridad.
Así, los miembros de la Guardia Civil, conforme establece el artícu-
lo 15.2, no podrán pertenecer a partidos políticos o sindicatos ni hacer
peticiones colectivas, si bien individualmente podrán ejercer el dere-
cho de petición en los términos establecidos en su legislación específi-
ca. Al respecto la LO 11/2007, de 22 de octubre ha regulado los dere-
chos y deberes de sus miembros y cuando finalizaba el año 2007 la
Orden INT/3939/07, de 28 de diciembre habilitaba el Registro de Aso-
ciaciones Profesionales.
Los miembros del Cuerpo Nacional de Policía, según el art. 18, tie-
nen derecho a constituir organizaciones sindicales de ámbito nacional
para la defensa de sus intereses profesionales, así como afiliarse a las
mismas y participar activamente en ellas en los términos previstos en la
propia Ley Orgánica. Al efecto el apdo. 2 del precepto mencionado
precisa que los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía sólo po-
drán afiliarse a organizaciones sindicales formadas exclusivamente
por miembros del propio Cuerpo. Dichas organizaciones no podrán fe-
derarse o confederarse con otras que, a su vez, no estén integradas ex-
clusivamente por miembros del referido Cuerpo. No obstante, podrán
formar parte de organizaciones internacionales de su mismo carácter.
Para los miembros de las Policías de las Comunidades Autónomas,
la Ley guarda silencio, por lo que se estará a lo establecido para los fun-
cionarios en general o lo que se señale en su legislación específica.
Respecto a los miembros de los Cuerpos de Policía Local, el artículo
52.2 señala que, en atención a la especificidad de las funciones de di-
chos Cuerpos, les será de aplicación la Ley que se dicte en cumplimien-
to de lo establecido en la Disposición Adicional Segunda, apdo. 2, de la
Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto, de Libertad Sindical. Por tanto
habrá que estar a lo dispuesto en el régimen general sobre asociacionis-
mo sindical de los funcionarios.
Dispone el art. 6.9 de la Ley Orgánica que el régimen disciplinario
de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, sin perjuicio
de la observancia de las debidas garantías, estará inspirado en unos
principios acordes con la misión fundamental que la Constitución les
atribuye y con la estructura y organización jerarquizada y disciplinada
propias de los mismos.
En el ámbito disciplinario, a los funcionarios policiales les son de
aplicación las normas previstas para los funcionarios en general, si bien
80 José Escalante Castarroyo

habrá que tener en cuenta lo dispuesto en la legislación específica de


cada Cuerpo.Así, con respecto al Cuerpo Nacional de Policía, la propia
Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad diseña las líneas generales de
su régimen disciplinario en los art. 27 y 28 desarrollados reglamenta-
riamente, articulado que también le son de aplicación a los miembros
de las Policías Locales con la adecuación que exija la dependencia de la
Administración correspondiente, las disposiciones aplicadas al respec-
to por las Comunidades Autónomas y los Reglamentos específicos de
cada Cuerpo y demás normas dictadas por los correspondientes Ayun-
tamientos82.
En cuanto al Cuerpo de la Guardia Civil, su régimen disciplinario
se contempla en la Ley Orgánica 12/2007, de 22 de octubre, del Régi-
men Disciplinario de la Guardia Civil.
Respecto a los miembros de las Policías de las Comunidades Autó-
nomas, el art. 40 de la LOFyCS se remite a la legislación de cada Comu-
nidad y a los Reglamentos específicos de cada Cuerpo.
La consideración de Autoridad de los miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de seguridad viene recogido en el art. 7 de la Ley Orgánica al esta-
blecer que en el ejercicio de sus funciones “los miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad tendrán a todos los efectos legales el carácter de
Agentes de la Autoridad”.
Para entender y delimitar dicho carácter acudimos a varias Sentencias
del Tribunal Supremo, así la de 5 de octubre de 1974 define al Agente de la
autoridad como “aquél que, por nombramiento competente, posee atribu-
ciones de vigilancia o policía pública”, y más reciente la de 18 de noviem-
bre de 1992 del mismo Tribunal que entiende por Agentes de la Autori-
dad “aquellas personas que por disposición legal o nombramiento de
quien para ello es competente, se hallan encargadas del mantenimiento
del orden público y de la seguridad de las personas y cosas”.
Y por último, dentro del estatuto común, el art. 8 de la Ley Orgáni-
ca contempla una serie de particularidades con motivo de la incoación
de un procedimiento penal contra funcionarios policiales, que consti-
tuyen lo que ha venido en denominarse el “fuero policial”, objeto de
planteamiento ante el Tribunal Constitucional de varias cuestiones de
inconstitucionalidad sobre dicho artículo, estimándose parcialmente
una de ellas83. En consecuencia, tras el fallo la regulación del enjuicia-
82
El desarrollo reglamentario de ha producido por el R/D 884/1989, de 14 de ju-
lio, Reglamento de Régimen disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía.
83
Del citado art. 8, el apdo. segundo de la LOFyCS fue objeto de recurso de incons-
titucionalidad núm. 487/1986 y declarado nulo por STC 55/1990, de 28 de marzo.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 81

miento de las infracciones penales cometidas por los miembros de las


Fuerzas y Cuerpos de Seguridad corresponderá:
a) Si se trata de faltas, el conocimiento en primera instancia se
atribuye a los Jueces de Instrucción, con apelación ante las Au-
diencias Provinciales.
b) Si se trata de delitos, sea cual fuere la competencia ordinaria en
función de la penalidad genérica de los mismos, la instrucción
y, eventualmente, el procesamiento, corresponderá a los Jue-
ces de Instrucción o Jueces Centrales de Instrucción, en su caso,
la vista de la causa será siempre ante la Audiencia Provincial (o
Audiencia Nacional, si se trata de delitos cuya competencia
objetiva esté atribuida a la Sala de lo Penal de este Tribunal) y
el recurso ante el fallo de ésta será el de casación ante el Tribu-
nal Supremo.
Con respecto a los miembros de la Guardia Civil, igualmente han
sido los Tribunales los que ha delimitado su enjuiciamiento84, así:
a) La jurisdicción ordinaria es competente siempre que un miem-
bro de la Guardia Civil cometa delito en el ejercicio de sus fun-
ciones propias y específicas, que son las expresamente enume-
radas en los artículos 11.1 y 12.1.b) de la Ley Orgánica.
b) Será igualmente competente aquella jurisdicción cuando se
cometa un delito común.
c) Será competente la jurisdicción militar siempre que el miem-
bro de la Guardia Civil cometa un delito de los definidos como
militares en el Código Penal Militar.
En cuanto al cumplimiento de la prisión preventiva y de las penas pri-
vativas de libertad de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguri-
dad, el artículo 99.2 del Reglamento Penitenciario determina igualmente
la separación de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado y de los militares que sean internados en establecimientos peniten-
ciarios comunes 85.

84
S.T.S. de 30 de marzo de 1990.
85
El Reglamento Penitenciario ha sido aprobado por RD 190/1996, de 9 de febrero.
82 José Escalante Castarroyo

86

EFECTIVOS POLICIALES Y
SEGURIDAD PRIVADA EN ESPAÑA- 200786
Número de efectivos % sobre total

Guardia Civil 73.835 35,08

Cuerpo Nacional de Policía 51.831 24,62

Policía Local 63.000 29,93

Moços d`Esquadra 13.100 6,22

Ertzainza 7.731 3,67

Policía Foral de Navarra 1.000 0,47

TOTAL POLICÍAS 210.497 100 %

SEGURIDAD PRIVADA 123.500

86
Elaboración propia con datos del Ministerio del Interior, Comunidades Autó-
nomas, Municipios y Empresas de Seguridad Privada, correspondientes al año 2007.
Respecto de la GC son los efectivos a 1.1.08; El CNP es a 11.12.07; La PA del país Vasco
a 30.06.07; La PF de Navarra a 31.12.07 y sobre la PA de Cataluña los datos de 2005 mas
las convocatorias de los años 2006 y 2007.
CAPÍTULO V
LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS
LOCALES POR LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS

1. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LA LEY


ORGÁNICA DE FyCS DE 1986

Conocida la Ley Orgánica tras aquella visión general de la misma y


el proceso de su gestación que la precedió, corresponde ahora exami-
nar de ella los aspectos relativos a la “coordinación de las Policías Loca-
les” cuya remisión a dicha Ley Orgánica se hace por la Constitución Es-
pañola en el art. 148.1.2287.
Sorprende comprobar la tardanza producida entre la promulga-
ción de la Constitución Española y la Ley Orgánica, una en 1978 y la
otra en 1986, tardanza que como vimos no fue olvido parlamentario,
pues era frecuente en este período el debate político que se producía en
las Cámaras sobre la seguridad pública; quizás fuera la complejidad de
afrontar el tema de la seguridad pública y en ella la problemática de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, inmersas una y otra en el contexto te-
rritorial en el que se desarrollaba España aquellos años, especialmente
con los inicios del Estado Autonómico.
En lo que respecta a las Policías Locales, y en concreto a la coordi-
nación de éstas por las Comunidades Autónomas, el proyecto de Ley
Orgánica inicial no va diferir del texto final promulgado88, salvo la ma-
tización realizada de referenciar, junto con los preceptos de la Ley Or-
gánica y la legislación autonómica, la legislación sobre Bases de Régi-
men Local89.
87
La expresión que la C.E. emplea es: “En los términos que establezca una Ley
Orgánica”.
88
B.O.C.G. número 163, 18 de septiembre de 1985, Proyecto de Ley: Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad (Orgánica).
89
Referencia hecha a la LRBRL.
84 José Escalante Castarroyo

La exposición de motivos del citado Proyecto de Ley Orgánica se-


ñalaba que “en materia de competencias autonómicas, tiene entidad
propia la coordinación de las policías locales. Según la sentencia del
Tribunal Constitucional de 28 de Abril de 1983, la coordinación es un
concepto que usa la Constitución como instrumento para la fijación
de medios y sistemas de relación, con objeto de lograr una cierta ho-
mogeneidad y hacer posibles, en su caso, actuaciones conjuntas y la
colaboración mutua. Atendiendo a esta consideración general y a los
preceptos normativos de las Comunidades, el desarrollo del artículo
148.1.22, en cuanto a la coordinación y demás facultades en relación
con las Policías Locales, se desarrolla ampliamente, con gran riqueza
de posibilidades de coordinación y con carácter común respecto a to-
das las Comunidades que hayan asumido competencias sobre la ma-
teria, ya que estas facultades se han de ejecutar por los órganos de Go-
bierno de las Comunidades Autónomas y no por las Policías de estas,
lo que hace indiferente, a este respecto, el hecho de que las hayan
creado o no”.
La coordinación de las Policías Locales que se establece como com-
petencia necesaria de las Comunidades Autónomas por la Constitu-
ción Española de 1978 en el art. 148.1.22, a diferencia de las competen-
cias de libre disposición del legislador estatal, viene señalada en el
proyecto de Ley Orgánica en el art. 37. Artículo que transcribimos a
continuación:
“En relación con las Policías Locales, corresponde a las Comunida-
des Autónomas coordinar su actuación en el ámbito territorial de la Co-
munidad, mediante el ejercicio de las siguientes competencias:
a) Establecimiento de las normas marco a las que habrá de ajus-
tarse los Reglamentos de Policías Locales de conformidad con
lo dispuesto en la presente Ley.
b) Establecer o propiciar, según los casos, la homogeneización de
los distintos Cuerpos de Policías Locales, en materia de me-
dios técnicos para aumentar la eficacia y colaboración de estos,
de uniformes y retribuciones.
c) Fijar los criterios de selección, formación, promoción movili-
dad de las Policías Locales, determinado los distintos niveles
educativos exigibles para cada categoría, sin que en ningún ca-
so, el nivel pueda ser inferior a Graduado Escolar.
d) Coordinar la formación profesional de las Policías Locales,
mediante la creación de Escuelas de Formación de Mandos y
de Formación Básica”.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 85

En la documentación preparada para la tramitación del proyecto


de Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad90, aparte de los
antecedentes legales generales existentes sobre estos, encontramos
un antecedente legal a la Ley Orgánica, que va a suponer, el condicio-
nante legal más inmediato. Me estoy refiriendo a la primera Ley de
Coordinación de Policías Locales promulgada en España: la Ley de
Coordinación de las Policías Locales de Cataluña91. Con tan solo seis
artículos, este texto legal servirá de base y modelo para el estableci-
miento en la Ley Orgánica de la competencia funcional sobre la coor-
dinación de las Policías Locales para el resto de las Comunidades Au-
tónomas.
Por su importancia traemos aquí parte del texto donde podemos
corroborar cuanto señalamos. Así, “la Generalidad de Cataluña, al
amparo de las facultades que le otorgan la Constitución y el Estatuto
de Autonomía, entiende que la promulgación de la presente Ley es
primordial para llegar, respetando totalmente la autonomía munici-
pal, a un mayor grado de profesionalización y eficacia de las Policías
Locales, como resultado de una progresiva unificación de criterios en
su actuación, lo que comportará una potenciación de la misma Policía
Municipal y en consecuencia una mejora del sistema de seguridad
pública” 92.
Dentro del objeto de la Ley se señala que esta pretende “establecer,
respetando la autonomía municipal, los criterios normativos para la co-
ordinación de la actuación de las Policías Locales de Cataluña, de
acuerdo con lo previsto en el artículo 13.3 del Estatuto de Autonomía, a
fin de mejorar su eficacia”.
Respecto de lo que la Ley entiende por coordinación, el artículo 2
señala que “a los efectos se entiende por coordinación de la actuación
de las Policías Locales la determinación de los medios y sistemas de re-
lación que hacen posible su acción conjunta mediante las autoridades
competentes, de modo que se consiga la integración de las respectivas
actuaciones particulares en la globalidad del sistema de seguridad ciu-
dadana que les está confiada”.

90
Congreso de los Diputados, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, documentación
preparada para la tramitación del Proyecto de Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, Tres Tomos, elaborada por la Secretaria General Técnica del Congreso de
los Diputados, Dirección de Estudios y Documentación, Septiembre de 1985.
91
Ley de 5 de marzo de 1984, de coordinación de Policías Locales de Cataluña.
92
Art. 148.1.22 de la Constitución Española y art. 13.3 de la Ley Orgánica 4/1979,
de 18 de diciembre, Estatuto de Autonomía de Cataluña.
86 José Escalante Castarroyo

Este importante antecedente legal, cual es el ámbito comprensivo


de la coordinación previsto en el artículo 3.1, según la citada ley, va a
comprender las siguientes funciones:

“a) Establecer las normas básicas de estructura y organización interna,


a las que habrán de ajustarse los reglamentos de Policías Locales de Ca-
taluña.
b) Promover la homogeneización de sus medios técnicos.
c) Fijar las condiciones básicas de acceso, formación y promoción de los
Policías Locales y establecer los medios necesarios para ello.
d) Establecer los criterios que harán posible un sistema de información
recíproca.
e) Dar a las Entidades locales que lo soliciten el asesoramiento necesario
en esta materia.
f) Canalizar la colaboración eventual entre las diversas Entidades loca-
les al objeto de atender sus necesidades temporales o extraordinarias.
g) Favorecer y fomentar la creación de servicios de policía intermunici-
pal o comarcal en las zonas donde los Ayuntamientos correspondientes
no puedan afrontar los gastos de una Policía propia o bien donde las cir-
cunstancias aconsejen mancomunar o unificar los servicios de Policías
Locales”.

El proyecto de LOFyCS se tramitó por el procedimiento de urgen-


cia93, disponiendo los Diputados y los Grupos Parlamentarios de un
breve plazo para la presentación de enmiendas, que modificaron el tex-
to del proyecto en aspectos como el del inicio del artículo con la refe-
rencia añadida a conformidad con “la Ley de Bases de Régimen Local”
y la sustitución de la palabra “competencias” del Proyecto por “funcio-
nes” al final del apartado. El resto del artículo se mantuvo intacto y
como venía en el Proyecto inicial, con la salvedad de que en la Ley Or-
gánica aprobada finalmente variará el artículo pasando al 39.
El texto definitivo resultante será:

“Corresponde a las Comunidades Autónomas, de conformidad con la


presente Ley y con la de Bases de Régimen Local, coordinar la actuación
93
La Mesa del Congreso de los Diputados, reunida el día 17 de septiembre, acor-
dó que “de conformidad con lo dispuesto en el artículo 109 del Reglamento de la Cá-
mara ... y en aplicación de lo establecido en el artículo 93 del Reglamento, se tramitará
por el procedimiento de urgencia. Los Señores Diputados y los Grupos Parlamenta-
rios disponen de un plazo, que expira el 30 de septiembre de 1985, para presentar en-
miendas al citado proyecto de ley cuyo texto se inserta a continuación”, B.O.C.G. del
18 de septiembre, núm. 163.I – Proyecto de Ley Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, (Or-
gánica).
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 87

de las Policías Locales en el ámbito territorial de la Comunidad mediante


el ejercicio de las siguientes funciones:
a) Establecimiento de las normas marco a las que habrán de ajustarse los
Reglamentos de Policías Locales de conformidad con lo dispuesto en la
presente Ley y en la de Bases de Régimen Local.
b) Establecer o propiciar, según los casos, la homogeneización de los dis-
tintos Cuerpos de Policías Locales, en materia de medios técnicos para
aumentar la eficacia y colaboración de estos, de uniformes y retribucio-
nes.
c) Fijar los criterios de selección, formación, promoción movilidad de las
Policías Locales, determinado los distintos niveles educativos exigibles
para cada categoría, sin que en ningún caso, el nivel pueda ser inferior a
Graduado Escolar.
d) Coordinar la formación profesional de las Policías Locales, mediante la
creación de Escuelas de Formación de Mandos y de Formación Básica”.

De la lectura y comparación entre textos legales podemos concluir,


de acuerdo con lo que venimos sosteniendo, que las funciones de coor-
dinación de la Generalidad de Cataluña, establecidas previamente en
la Ley de Coordinación de Policías Locales de esta Comunidad Autó-
noma fueron el precedente legal más significativo en el proyecto de
LOFyCS y la determinación de aquellas para todas las Comunidades
Autónomas.
En una y otra Ley, de Coordinación de Policías Locales de Cataluña
y Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad encontramos muchas
expresiones con finalidad similar, así:
– Establecer normas básicas de estructura y organización a las
que habrán de ajustarse los Reglamentos de las Policías Loca-
les” frente a “establecer normas marco a las que habrán de
ajustarse los Reglamentos de las Policías Locales”.
– “Homogeneización de sus medios técnicos” frente a “homoge-
neización de los distintos ... medios técnicos”.
– “Fijar las condiciones básicas de acceso, formación y promo-
ción” frente a “fijar los criterios de selección, formación, pro-
moción, ...”
Este antecedente legal, influyó de manera considerable, no solo en
el texto final promulgado de la Ley Orgánica, sino también servirá
como antecedente para las sucesivas Leyes de Coordinación de otras
Comunidades Autónomas, que a pesar de tener delimitadas las funcio-
nes por el art. 39 de aquella, se inspiraron en la Ley de Coordinación de
Cataluña a la hora de concretar en sus respectivas Leyes el ámbito de la
88 José Escalante Castarroyo

Coordinación, de ahí que muchas de ellas fueran objeto de Recurso


ante el Tribunal Constitucional, como se verá más adelante.

2. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LOS


ESTATUTOS DE AUTONOMÍA DE LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS

Establece la Constitución Española de 1978 que “los Estatutos de


Autonomía serán la norma institucional básica de cada Comunidad
Autónoma y el Estado los reconocerá y amparará como parte integran-
te de su ordenamiento jurídico,... debiendo contener estos, entre otras,
las competencia asumidas dentro del marco establecido en la Constitu-
ción”94, relacionando en el artículo siguiente las materias competencia-
les que podrán asumir las Comunidades Autónomas y entre las que
cabe recordar a “la coordinación y demás facultades en relación con las
policías locales en los términos que establezca una Ley Orgánica”95.
Ley que, obvia decirse, es la LOFyCS. Los términos en que ha de ser
ejercida la coordinación y demás facultades en relación con las Policías
Locales a que se refiere el artículo 148.1.22ª de la Constitución Española
se recogen, como hemos visto con anterioridad en el art. 39 de la citada
Ley Orgánica y que ya transcribimos en el apartado anterior.
Llegado a este punto es obligado dar un paso más e indagar, aun-
que solo sea sucintamente, lo que cada uno de los Estatutos de Autono-
mía de las diferentes Comunidades Autónomas establecen o asumen
como competencia en relación con las Policías Locales y la coordina-
ción de estas en el ámbito de la Comunidad Autónoma respectiva96,
pues va a ser esta asunción competencial la que marcará, en cada una
de ellas, el desarrollo legal de la competencia y que será objeto del si-
guiente apartado. Haciendo un repaso por la misma observamos:
Dos Comunidades Autónomas, País Vasco y Galicia, no contem-
plan, expresamente, en sus Estatutos de Autonomía la competencia
constitucional de coordinar a las Policías Locales, si en cambió la han
asumido, promulgando la correspondiente Ley en unos casos denomi-
nada de Policía en el País Vasco o de Coordinación de Policías Locales
en Galicia.

94
Art. 147.1 de la C. E. de 1978.
95
Idem, Art. 148.1.22 .
96
Véase Anexo VI: La coordinación de las Policías Locales en los Estados de Au-
tonomía.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 89

Aunque Canarias no contempla expresamente en su Estatuto de


Autonomía la competencia constitucional de coordinar las Policías Lo-
cales, si en cambio asume expresamente la competencia “ en materia de
seguridad ciudadana en los términos del artículo 148.1.22”, que no es
otro que el referido a la coordinación de las Policías Locales. Vemos
que a pesar de figurar en esos términos, promulgará la correspondiente
Ley de Coordinación de Policía Local.
Un aspecto peculiar es el de las Ciudades Autónomas de Ceuta y
Melilla en las que sus Estatutos asumen Policía Local, no en los térmi-
nos de la coordinación constitucional de las Policías Locales prevista
por el artículo 148.1.22, sino “en los términos del artículo 149.1.29”97que
es relativo a la seguridad pública y la creación de Policía propia. Pode-
mos deducir por tanto que la Policía Local de estas dos ciudades pue-
den pasar de ser Policías Locales a Policías Locales Autonómicas.
El último bloque lo constituyen el resto de Comunidades Autóno-
mas en las que los Estatutos contemplan la competencia empleando en
unos casos los términos textuales del art. 148.1.22: “Coordinación, ac-
tuación y demás facultades en relación con las Policías Locales en los
términos que establezca una Ley Orgánica sin perjuicio de la depen-
dencia de las autoridades municipales” y en otros “ de ordenación de
las policías locales” añadiendo además el toponímico comunitario de
“andaluzas, aragonesas, de Castilla y León o de Navarra”.

3. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LAS


LEYES DE COORDINACIÓN

Profundizando más en la Coordinación de las Policías Locales des-


cendemos a las Leyes vigentes de Policía o de Coordinación promulga-
das por las Comunidades Autónomas98, en las que se definen en unos
casos y determinan en otros, el ámbito de la coordinación sobre los
Cuerpos de Policía Local de la respectiva Comunidad Autónoma, di-
97
El art. 149 de la C.E. fija las materias sobre las que el Estado tiene competencia
exclusiva, entre las que se halla la 29ª que determina: “Seguridad pública, sin perjuicio
de la posibilidad de creación de policías por las Comunidades Autónomas en la forma
que se establezca en los respectivos Estatutos en el marco de los que disponga una Ley
Orgánica”.
Los Estatutos de Autonomía de las dos ciudades autónomas se corresponden con
las Leyes Orgánicas 1/1995 y 2/1995 ambas de 13 de marzo y la competencia viene
prevista en el art. 24 de ambos Estatutos.
98
Véase Anexo II: Marco estatutario de las Policías Locales en las Comunidades
Autónomas.
90 José Escalante Castarroyo

verso y variados son los términos y expresiones con las que se concreta
dicha competencia constitucional y estatutaria.
Así, en las referencias a la coordinación en las leyes de coordinación o
de policía podemos señalar que, o bien por así establecerlo el respectivo
Estatuto de Autonomía, como hemos visto, o fundado en el precepto cons-
titucional, todas las Comunidades han asumido en su territorio las compe-
tencias en materia de coordinación de las Policías Locales. Igualmente de
forma generalizada, salvo las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla99,
todas ellas han promulgado Leyes en el ejercicio de dicha competencia.
Si observamos los textos de cada una de las Leyes de coordinación
vemos que la mayoría de ellas, 13 Leyes de coordinación, señalan lo
que entienden por esta100; tres Leyes de coordinación no la definen,
pero señalan las competencias en la materia o lo que comprende su
ejercicio101; una Ley de coordinación señala los objetivos de la coordina-
ción102 y otra las funciones de coordinación103.
Y si profundizamos en cada uno de los textos podemos comprobar
que en todos ellos, se refieren expresiones de las contenidas en el art. 39
de la LOFyCS, tales como:
– Establecer Normas Marco.
– Homogeneización de los distintos cuerpos, de medios, de re-
tribuciones, uniformidad.
– Fijar los criterios de selección, formación, promoción, movili-
dad, retribuciones.
– Aumentar la eficacia y colaboración.
Por último señalamos las expresiones, que aún estando compren-
didas dentro de las funciones de coordinación, se diferencian de las ge-
neralidades anteriores, empleando para concretar la coordinación tér-
minos como:
– Conjunto de técnicas y medidas, de norma de colaboración.
– Instrumentar medios para inspeccionar.
– Fijación de medidas y sistemas de relación y acción conjunta.
99
La Ciudad Autónoma ha promulgado tres Reglamentos, uno de la Policía Local
de 3 de junio de 2002; el de Régimen disciplinario de los funcionarios de la Policía Local
de 6 de Agosto de 2004 y de la Academia de la Policía Local de 15 de septiembre de 1997.
100
Son las Leyes de las Comunidades Autónomas de Canarias, Cantabria, Catalu-
ña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Gali-
cia, La Rioja, País Vasco, Principado de Asturias y Región de Murcia.
101
Son las Leyes de Andalucía, Navarra y Aragón.
102
Es la Ley correspondiente a las Islas Baleares.
103
Es la Ley de Coordinación de la Comunidad de Madrid.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 91

– Funcionamiento homogéneo de los Cuerpos.


– Mecanismos de relación entre Administraciones competentes.
– Mejora de la profesionalidad de las Policías Locales.
– Establecer red de transmisiones.
– Establecer banco de datos.
– Facilitar sistemas de información y colaboración recíprocas.
– Servicio de documentación y estudios sobre policías locales.
– Asesoramiento a las Corporaciones Locales.
– Armonización de criterios de actuación.
– Creación de cuerpos de policía municipal o comarcal104.
– Normas de estructura interna.

4. LOS DESARROLLOS REGLAMENTARIOS DE LAS LEYES DE


COORDINACIÓN

El abundante desarrollo reglamentario y de otro tipo que de las Leyes


de Policía o de Coordinación de las Policías Locales han hecho las diferen-
tes Comunidades Autónomas, son tantos que podemos decir que el “códi-
go estatutario” es tan amplio y diverso que hemos decidido referirnos aquí
solo en forma numérica, dado que dedica un apartado expresamente al
“marco estatutario comparativo de las diferentes leyes y los desarrollos re-
glamentarios” donde se pondrá en evidencia el “diverso y amplio marco
estatutario profesional” actual de los Cuerpos de Policía Local de España.
Prueba de ello es que, la abundante normativa existente promulgada
por las diferentes Comunidades Autónomas en relación con la competen-
cia coordinadora sobre las Policías Locales, hoy comprende, además de las
17 Leyes de Coordinación o de Policía, por 85 Decretos y 60 Ordenes 105.
Como anticipo de ese abundante desarrollo normativo, significar
que el mismo comprende, como más significativos, la reglamentación
de los siguientes aspectos:
– Los Reglamentos o Normas Marco, propiamente.
– Las Academias o Centros de formación.
– La selección, ingreso y promoción y baremos de méritos.
– La provisión de los puestos de trabajo.
104
La previsión de este tipo de Policía Local solo se contempla en la Ley Foral de
Navarra, art. 24, como podemos comprobar en el apartado relativo al Tribunal Consti-
tucional y las Policías Locales, este motivo fue objeto de Recurso a otras Leyes de Co-
ordinación, pero no en cambio sobre la previsión legal en Navarra.
105
Véase el cuadro al final de este apartado y el Anexo III: Marco estatutario de
las Policías Locales en las Comunidades Autónomas.
92 José Escalante Castarroyo

– La situación administrativa de segunda actividad.


– El régimen disciplinario.
– La movilidad.
– La uniformidad.
– Distinciones y condecoraciones.
– Homogeneización de medios técnicos.
– Registro de Policías Locales.
– Comisiones de coordinación.
– Equipos técnicos y defensivos.
106

Desarrollos normativos en las Comunidades


Autónomas en materia de coordinación
de las Policías Locales106
Andalucía: 1 Ley, 12 Decretos y 17 Órdenes
Aragón: 1 Ley y 4 Decretos
Cantabria: 1 Ley, 2 Decretos y 1 Orden
Cataluña: 4 Leyes (Escuela, Policía Local y Sistema seguridad) y 7 Decretos
Castilla-La Mancha: 1 Ley, 2 Decretos y Órdenes
Castilla y León: 2 Leyes (Protección Ciudadana) 6 Decretos y 5 Órdenes
Comunidad de Madrid: 2 Leyes (ISES ), 2 Decretos y 3 Órdenes
Comunidad Valenciana: 1 Ley, 11 Decretos y 8 Órdenes
Extremadura: 1 Ley, 2 Decretos y 4 Órdenes
Galicia: 2 Leye (Academia), 4 Decretos y 3 Órdenes
Islas Baleares: 1 Ley, 8 Decretos y 3 Órdenes
Canarias: 2 Leyes (Sistema de Seguridad) 5 Decretos y 8 Órdenes
La Rioja: 1 Ley, 2 Decretos y 1 Orden
Navarra: 2 Leyes Forales (Seguridad pública) y 4 Decretos Forales
País Vasco: 1 Ley, 10 Decretos y 3 Órdenes
Principado de Asturias: 1 Ley y 1 Decreto
Región de Murcia: 1 ley, 3 Decretos y 2 Órdenes

106
Relación de las normas más significativas, partiendo de ORDUÑA PRADA E.
Código de Legislación de las Policías Locales, Ed. Dikinson S.L. 2005, incorporandose las
variables habidas desde su publicación a fecha diciembre 2007.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 93

5. EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y LA COORDINACIÓN DE


LAS POLICÍAS LOCALES POR LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS

El artículo 1 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional deter-


mina que “es el interprete supremo de la Constitución”107, definiéndo-
se así la función específica de aquel y manifestándose esta en cuatro
grande áreas, según la propia Constitución Española de 1978:
1. Control de la constitucionalidad de las leyes y demás normas
con fuerza de ley.
2. Garantía de los derechos fundamentales y libertades.
3. Resolución de los conflictos de competencia entre los diferen-
tes órganos del Estado y las Comunidades Autónomas.
4. De las demás materias que le atribuyen la propia Constitución
y las leyes108.
Evidentemente, de las cuatro funciones citadas, nos interesan espe-
cialmente dos: la constitucionalidad de las leyes y los conflictos de
competencia entre el Estado y las Comunidades Autónomas, pues es
dentro de esos dos posibles ámbitos donde la actuación del Tribunal
Constitucional, en palabras de Ruiz-Huerta “la actuación se convierte
en substancial y que afecta, a lo que genéricamente se puede denomi-
nar como cláusulas abiertas de la Constitución, es decir, aquellos conte-
nidos constitucionales que no han sido concretados en el texto constitu-
cional, por voluntad del constituyente”109, entre los que entendemos se
encuentra la competencia constitucional prevista en el apdo. 22 del ar-
tículo 148.1 “ la coordinación y demás facultades en relación con las po-
licías locales en los términos que establezca una ley orgánica.” Cláusu-
la abierta y dejada a la remisión a una Ley Orgánica, donde se concretó
el ejercicio de las funciones coordinadoras y demás facultades y que vi-
mos con anterioridad 110.
Partiendo de esa premisa y entendiendo que la competencia consti-
tucional atribuida las Comunidades Autónomas de coordinar las Poli-
cías Locales, es una cláusula abierta, coincidimos con Rubio Llorente al
señalar que aquella “aparece en términos tan complejos que no parece
107
Ley Orgánica 2/1979, de 3 de Octubre, del Tribunal Constitucional, B.O.E. del
5 de octubre, modificada por Ley Orgánica 7/99, de 21 de abril, adelante LOTC.
108
Art. 161 de la C.E. de 1978.
109
RUIZ-HUERTA, A., “El sistema constitucional de cohesión internormativa en el Es-
tado Autonómico”, Tesis , Universidad de Valladolid 1991-1992.
110
Las funciones de coordinación vienen fijadas por el art. 39 de la LO de FyCS.
94 José Escalante Castarroyo

exagerado afirmar que el sistema completo solo puede ser obra juris-
prudencial”111.
Por consiguiente, la interpretación del Tribunal Constitucional resul-
ta también fundamental para completar el sistema de competencias que
señala la Constitución, que como dice Muñoz Machado “la función inter-
pretativa de la Constitución que el tribunal Constitucional tiene atribuida
es realmente crucial para el proceso aplicativo de la Constitución”112.
Y esa labor interpretativa, cuando afecta a las cláusulas abiertas de
la Constitución, en palabras de Ruiz-Huerta113, prolonga el mismo con-
tenido constitucional, que se moldea en la labor interpretativa hasta
darle un contenido preciso. En esta línea, que manifiesta lo que llama-
mos la función completiva de la Constitución, puede llegar a decirse,
siguiendo a Rubio Llorente, que los Tribunales Constitucionales, en su
labor interpretativa “crean auténticos preceptos jurídicos y siempre
normas, si se entiende que éstas son el contenido concreto que al simple
precepto da la interpretación”114. Manifestación o creación de normas
jurídicas que deriva en una función normativa continuada de la Consti-
tución cuando extiende su fuerza y es aplicada a la realidad con la juris-
prudencia del Tribunal Constitucional, dando así significado a aque-
llas cláusulas abiertas. Siguiendo a Ruiz-Huerta “se produce así la
creación de ese factor jurídico que va a estar en la base de la aparición
jurisprudencial de la idea del bloque de constitucionalidad, en cuanto
que la jurisprudencia constitucional, al completar el texto constitucio-
nal, el sistema de organización territorial del poder que ella misma in-
troduce, provoca una ampliación de lo que puede llamarse “marco de
la constitucionalidad”115.
El contenido constitucional del artículo 148.1.22 deja su desarrollo
a una la Ley Orgánica y a la asunción de las competencias por las Co-
munidades Autónomas, apreciándose, dados los desajustes entre pre-
cepto constitucional, Ley Orgánica y Leyes coordinadoras, que deter-
minadas manifestaciones legislativas no cumplen o se exceden en el
papel específico en la articulación normativa a la hora de asumir la
competencia constitucional del 148.1.22.

111
RUBIO LLORENTE, F., “El lugar de la Ley entre las fuentes del derecho”, REDC.
número 16 Enero- Abril 1986.
112
MUÑOZ MACHADO, S., “Derecho Público de las Comunidades Autónomas” Ed.
Cívitas, Tomo I - Madrid 1982.
113
RUIZ-HUERTA, A. 1991-1992, Ob. cit.
114
RUBIO LLORENTE, F., 1982, Ob cit.
115
RUIZ-HUERTA A., 1991-1992, Ob. cit.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 95

Por todo ello, la intervención del Tribunal Constitucional se con-


vierte en el factor decisivo que completa los ámbitos de la coordinación
por las Comunidades Autónomas sobre las Policías Locales, dando vir-
tualidad jurídica a las Leyes de Coordinación por aquellas promulga-
das. Una actuación que ha sido reiterada a lo largo de estos años de
constitucionalismo y autonomía territorial. Y es que los reiterados pro-
nunciamientos del Alto Tribunal ponen de manifiesto la realidad del
bloque de la constitucionalidad, en cuanto parámetro y en cuanto ele-
mento de cierre del proceso de interpretación de la competencia entre
el Estado y las Comunidades Autónomas.
Todo el proceso recorrido en estos años puede darnos algunas cla-
ves de esas referencias en la interpretación constitucional, empezando
por lo que significa la misma coordinación que, por otro lado, es la
frontera inmediata de la labor interpretativa, manifestándose así el Tri-
bunal Constitucional como auténtico artífice del sistema de cohesión
internormativa, manteniendo así integrada con la normativa estatal a
la normativa autonómica.
Nuestro Tribunal Constitucional ha ido creando un conjunto juris-
prudencial bastante amplio, integrador de las producciones legislati-
vas territoriales propias de las diferentes Comunidades Autónomas,
aún hoy no cerrado, del que vamos obteniendo una doctrina constitu-
cional bastante clarificadora, tanto sobre la competencia constitucional
como del ámbito de la coordinación de las Policías Locales por las Co-
munidades Autónomas. La coordinación de las Policías Locales no
puede exceder a lo determinado en el artículo 39 de la Ley Orgánica
porque es “númerus clausus” y cualquier otra competencia correspon-
de al Estado, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 149.1.29 de
la Constitución Española.

5.1. Concepto y ámbito de la coordinación de las policías locales

Llegados a este punto estamos ya en condiciones de abordar el pro-


pio concepto de coordinación, y debemos antes precisar que la coordi-
nación en el ámbito policial puede tener visiones y contenidos diferen-
tes dado que la LOFyCS emplea el término, no sólo en el contexto de lo
que aquí estamos tratando: la coordinación de las Policías Locales por
las Comunidades Autónomas116, sino también para articular los dife-
rentes mecanismos en materia de seguridad pública, de ahí que poda-
116
Previsión en el art. 39 de la LOFyCS.
96 José Escalante Castarroyo

mos encontrar en el texto de la Ley Orgánica citada mecanismos orgá-


nicos de coordinación como el Consejo de Política de seguridad117, de
composición paritaria, donde se elaboran fórmulas de coordinación,
acuerdos, programas de formación, de información y actuaciones con-
juntas; elaboración de directrices generales y de dictamen de las dispo-
siciones legales que afecten a los Cuerpos de Policía. Igualmente en los
niveles autonómico y local se recoge la posibilidad de constituir Juntas
de Seguridad en las Comunidades Autónomas y en los Municipios que
dispongan de Cuerpos de Policía propios para armonizar su actuación
y la de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado118 y como meca-
nismo complementario de coordinación operativa, puesto que la coor-
dinación general se atribuye a órganos como el anteriormente citado.
Es la propia Constitución Española la que utiliza el término coordi-
nación como uno de los principios de actuación de la organización ad-
ministrativa al señalar que la “Administración Pública sirve con objeti-
vidad los intereses generales y actúa de acuerdo con los principios de
eficacia, jerarquía, descentralización y coordinación, con sometimiento
pleno a la ley y al derecho”119.
En el marco de este amplio principio podemos distinguir dos va-
riantes que, siguiendo el criterio de la jurisprudencia constitucional,
podemos calificar como de “coordinación forzosa o en sentido estricto
y voluntaria o de cooperación”120, siendo la primera de ellas la que aquí
nos interesa, pues esa coordinación entre Administraciones Públicas
distintas cuales son los Ayuntamientos y las Comunidades Autóno-
mas, supone la adopción por una de ellas de una decisión de obligado
cumplimiento para otra y que condiciona el ejercicio por parte de estas
de sus propias competencias. Comporta pues un cierto poder directivo
de la Administración coordinadora sobre la coordinada, lo que signifi-
ca que aquella se encuentra respecto de esta en una cierta posición de
supremacía. Por eso el poder de coordinación no se presupone con ca-
rácter general, sino que debe estar atribuido caso por caso por las nor-
mas jurídicas. Si se trata, cual es el caso de las Policías Locales depen-
dientes de los Ayuntamientos por las Comunidades Autónomas,
necesita estar regulado por norma con rango de ley. En cualquier caso,
como señala Sánchez Morón “las facultades de coordinación no pue-
den ser utilizadas para fines distintos de los que justifican su ejercicio,
117
Ibidem, en el art. 48.
118
Ibidem, en el art. 50 y 54.
119
Art. 103.1 de la C.E. de 1978.
120
STC 214/1989 de 21 de diciembre.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 97

las medidas que en virtud de ellas se adopten deben guardar una pro-
porción adecuada con la necesidad de la acción conjunta o de la cohe-
sión administrativa que se pretende conseguir y nunca pueden llegar a
colocar a la administración coordinada en una situación de dependen-
cia jerárquica incompatible con su autonomía”121.
Volviendo a lo que aquí realmente nos interesa, a la coordinación
de las Policías Locales por las Comunidades Autónomas, es la propia
LOFyCS, como vimos en el apartado anterior, la que establece cuales
son las funciones coordinadoras, materia que tiene entidad propia,
pero ha sido el Tribunal Constitucional, como veremos más adelante, el
que ha tenido que resolver los problemas de descoordinación que la
primera etapa del Estado de las Autonomías producía; para unos, por
la invasión de la autonomía municipal, recordemos que la coordina-
ción que ejercen las Comunidades Autónomas sobre las Policías Loca-
les se realiza sobre unos funcionarios de una Administración distinta;
para aquellas, porque desconocían los límites de la competencia, de ahí
que haya sido el Tribunal Constitucional el que haya fijado su alcance
en unos casos y los límites en otros.
Es precisamente la Constitución Española la que encomienda la co-
ordinación de las Policías Locales por las Comunidades Autónomas, y
entendemos que lo es como fórmula que permite que el ejercicio de la
autonomía municipal se desenvuelva por cauces armónicos122, al mis-
mo tiempo que se garantiza que todos los ciudadanos de una Comuni-
dad Autónoma gozan de las mismas posibilidades de protección de su
seguridad y derechos, con independencia de cual sea su lugar de resi-
dencia, y por lo tanto, el Cuerpo de Policía Local al que se le encomien-
de tal misión.
Por el interés que la doctrina jurisprudencial aporta, tanto al con-
cepto propiamente de coordinación, como a su desarrollo, traemos
aquí algunas sentencias que nos ayudarán a entenderlos además de co-
nocer sus delimitaciones.
En primer lugar una Sentencia en la que fue Ponente el recordado
Constitucionalista Francisco Tomas y Valiente que entendió que la co-
121
SÁNCHEZ MORON, M., Revista Reforma y Democracia, número 1, Enero
1994.
122
Debemos recordar, al respecto de la autonomía local, que es la propia Exposi-
ción de motivos de la LOTC la que señala que “ la garantía de la autonomía local acon-
seja que puedan ser objeto de impugnación ante el TC, por parte de los Entes Locales,
aquellas Leyes del Estado o de las Comunidades Autónomas que pudieran no resultar
respetuosas de dicha autonomía”.
98 José Escalante Castarroyo

ordinación “persigue la integración de la diversidad de las partes o


subsistemas en el conjunto o sistema, evitando contradicciones y redu-
ciendo disfunciones que, de subsistir, impedirían o dificultarían, res-
pectivamente, la realidad misma del sistema. En consecuencia la coor-
dinación general debe ser entendida como la fijación de medios y de
sistemas de relación que hagan posible la información recíproca, la ho-
mogeneidad técnica en determinados aspectos y la acción conjunta de
las autoridades estatales y comunitarias en el ejercicio de sus respecti-
vas competencias, de tal modo que se logre la integración de actos par-
ciales en la globalidad del sistema”123.
Por su parte el Tribunal Supremo, ante una sentencia apelada y en
relación con los límites de la coordinación sobre las Policías Locales seña-
laba: “la coordinación de las policías locales no constituye, a tenor del ar-
tículo 148.1.22 una mera base como pueden serlo las demás relativas al
Régimen Local, sino el contenido de una Ley Orgánica, a cuyos términos
han de someterse las Comunidades Autónomas. Es decir, no estamos
aquí en presencia del juego normativo de leyes básicas-leyes de desarro-
llo, al que se refiere la doctrina del Tribunal Constitucional124... cuya fija-
ción de las primeras corresponde al Estado y la legislación o normación
de desarrollo corresponde a las Comunidades Autónomas”125.
Y en otra sentencia del Tribunal Constitucional, en la que nueva-
mente intervendrá Tomás y Valiente, al respecto de la autonomía local,
con la que más de una vez, Ayuntamientos y Comunidades Autóno-
mas colisionarán, señala: “la coordinación no supone una sustración o
menoscabo de las competencias de las entidades sometidas a la misma,
antes bien, presupone lógicamente la titularidad de la competencia de
manera que se logre la integración de actos parciales en la globalidad
del sistema, integración que la coordinación persigue para evitar con-
tradicciones y reducir disfunciones que, de subsistir, impedirían o difi-
cultarían el funcionamiento del mismo. Así entendida, la coordinación
constituye un límite al pleno ejercicio de las competencias propias de
las Corporaciones Locales y como tal, en cuanto que afecta al alcance de
la autonomía local constitucionalmente garantizada, solo puede pro-
ducirse en los casos y las condiciones previstas en la Ley”126, cual es el
caso donde la coordinación y el ámbito de las funciones viene precisa-
mente por ley delimitado.
123
STC número 32/1983 de 28 de Abril.
124
STC 32/1981 de 28 de julio, entre otras.
125
STS número 20/1989 de 15 de marzo.
126
STC núm. 27/1987 de 27 de febrero.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 99

Atendiendo a esta consideración general y a los preceptos normati-


vos de las Comunidades Autónomas, el desarrollo del artículo 148.1.22
en cuanto a la coordinación y demás facultades en relación con las Poli-
cías Locales, posee gran riqueza de posibilidades de coordinación una
vez asumida la competencia sobre la materia. En un sentido amplio po-
demos señalar que la coordinación comprenderá el régimen estatutario
de los Cuerpos de Policía Local existentes en la Comunidad respectiva,
con el objetivo de lograr esa armonización entre todos ellos, pero en un
sentido más concreto podemos señalar, siguiendo el artículo 39 de la
LOFyCS, que las modalidades de la coordinación pueden comprender:
1. La mera regulación normativa: En la que la actuación coordi-
nadora de la Comunidad Autónoma consiste en establecer
unas bases normativas para regular la organización y funcio-
namiento general de los Cuerpos de Policía Local, fijando su
estatuto en el ámbito de la Comunidad respectiva. A través del
establecimiento de Normas Marco y fijando los criterios de se-
lección, formación y promoción, entre otros.
2. La actuación normativa y económica: En la que la acción de la
Comunidad Autónoma no se detiene en la reglamentación
sino que propicia condiciones, especialmente económicas,
para que los Cuerpos de Policías Local y el ejercicio de sus fun-
ciones se desenvuelvan eficazmente con la homogeneización
de medios técnicos, uniformes, retribuciones, etc.
3. La formación profesional: Mediante la que la Comunidad Au-
tónoma va a propiciar unos niveles, adecuados y homogéneos,
de capacitación profesional, de acuerdo con los estándares de
seguridad vigentes en cada momento con la creación de Escue-
las de formación.
4. La mera coordinación: A través de la creación de un órgano
consultivo deliberante en el que estén representados los secto-
res implicados: Ayuntamientos, profesionales, la propia Co-
munidad Autónoma, que sirva de foro de discusión, análisis y
propuesta de mejoras y soluciones a los planteamientos sobre
los Cuerpos de Policía de la Comunidad.
Veremos más adelante, que transcurridos estos años y asumidas
las competencias coordinadoras por la totalidad de las Comunidades
Autónomas, el marco de la coordinación establecido por la Ley Orgáni-
ca parece haberse quedado corto para unas Comunidades y resulta
oneroso y problemático para otras, habiéndose creado una situación no
ya de coordinación para lograr la homogeneidad de las Policías Locales
100 José Escalante Castarroyo

de España que se pretendía, sino una manifiesta deshomogeneidad en-


tre las diferentes Policías Locales de España y entre las de cada una de
las Comunidades Autónomas.

5.2. Las Leyes de Coordinación de Policías Locales objeto de


constitucionalidad

Los primeros años del desarrollo legislativo por las Comunidades


Autónomas de las funciones coordinadoras sobre las Policías Locales,
una vez promulgada la LOFyCS, fueron especialmente críticos. La abo-
gacía del Estado, en representación del Gobierno, interpuso recursos
de inconstitucionalidad contra un gran número de Leyes de Coordina-
ción de Policías Locales de Comunidades Autónomas, número que ha
sido ampliamente superado si prosperan las diversas cuestiones de in-
constitucionalidad en tramitación a esta fecha conocidas127.
Podemos deducir, sin ánimo a equivocarnos, que el desarrollo
constitucional y estatutario de la competencia coordinadora sobre las
Policías Locales por las Comunidades Autónomas, en las postrime-
rías de los años ochenta e inicios de los noventa del pasado siglo XX,
no podía ser peor; a la novedosa y en algunos casos no deseada y en
otros excesiva competencia constitucional coordinadora de las Poli-
cías Locales por las Comunidades Autónomas, se unía el celo guber-
namental por limitar al máximo aquella competencia y, porque no se-
ñalarlo, reducir el protagonismo local de aquellos Cuerpos de
Seguridad que unían este al de los Ayuntamientos democráticos en
pleno desarrollo, prueba de ello son los muchos fallos desestimato-
rios producidos y que más adelante veremos. Y porque no decirlo
también, el de algunos Ayuntamientos que veían su siempre invoca-
da autonomía municipal invadida por la respectiva Comunidad Au-
tónoma, a veces, las mas, con diferente signo político, cuando el legis-
lador Constitucional con la determinación de asignar a las
Comunidades Autónomas esta competencia pretendió sacar del os-
tracismo y abandono a los Cuerpos de Seguridad locales, con los que
además se contaba en el nuevo espacio de seguridad territorial y para
funciones tan importantes como es la de “proteger el libre ejercicio de
los derechos y libertades de los ciudadanos” que les encomienda la

127
Seguimos para ello, aparte de las STC conocidas a fecha de julio 2006 a Régimen
de distribución de competencias entre el Estado y las Comunidades Autónomas, Colección In-
formes y documentos, Seguridad Pública, Edit. INAP, Madrid, 1992, p. 21 y s.s.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 101

misma Constitución, la cual su vez también les constitucionaliza por


primera vez en su dilatada historia128.
A pesar de ese panorama de obstáculos y de reticencias no cabe
duda de que disponer de más competencias en las Comunidades es sig-
no también de poder, en este caso político, Administraciones que na-
cían en una realidad territorial nueva en España y donde tenían que
hacerse un hueco entre dos Administraciones preexistentes, Estado y
Ayuntamientos. Para muchas de ellas asumir competencias era todo
un reto, máxime cuando también el municipalismo postconstitucional
era protagonista indiscutible del cambio político y es evidente su im-
portancia, especialmente tras las primeras elecciones municipales de-
mocráticas celebradas el año 1979.
Hoy podemos decir, con la perspectiva que da el tiempo y la expe-
riencia personal y profesional vividas, que la constitucionalización y
posterior coordinación pretendían aprovechar el potencial de unos
Cuerpos de Seguridad, las Policías Locales, que venían desenvolvién-
dose en una nueva realidad próxima, el municipalismo democrático
recién instaurado, con las nuevas perspectivas que ofrecía la cons-
trucción de un nuevo sistema de seguridad pública y modelo de poli-
cía tras la LOFyCS, sistema que hasta entonces había estado monopo-
lizado por los Cuerpos de Seguridad del Estado, no olvidemos que
muy significados con el anterior régimen y muy marcados por el. Las
Policías Locales, en el contexto de los Ayuntamientos democráticos,
eran entonces el Cuerpo de Policía por descubrir y por el que había
que apostar.
No son de extrañar entonces los recursos interpuestos por el Go-
bierno de la Nación para mantener un “status quo” policial y evitar, en
lo posible, todo aquello que lo cambiara en detrimento de los Cuerpos
de Seguridad del Estado, que tenían en las entonces Policías Municipa-
les a unos auxiliares muy rentables, los cuales empezaban a independi-
zarse profesionalmente y ocupar un espacio de seguridad, el de los mu-
nicipios, en el que hasta entonces solo a ellos les pertenecía en exclusiva
y sin dar participación a ningún otro cuerpo.
En ese contexto y consideraciones entendemos se produjeron los
primeros Recursos de Inconstitucionalidad contra diversas Leyes de
Coordinación de Policías Locales, hoy no vigentes la mayoría de ellas y
cuyas cuestiones, una vez resueltas, nos han dado una jurisprudencia
constitucional muy interesante sobre la constitucionalización de las Po-

128
Artículo 104.1 y 2 de la C.E. de 1978.
102 José Escalante Castarroyo

licías Locales y el ámbito funcional de la coordinación de estas por las


Comunidades Autónomas.
A continuación se relacionan las Leyes de Coordinación de Policías
Locales que han sido objeto de inconstitucionalidad y que el Tribunal
Constitucional ya ha fallado:

– Región de Murcia: Ley 5/1988, de 11 de julio - STC 25/1993, de 21/1


– Islas Baleares: Ley 10/1988, de 26 de octubre - STC 49/1993, de 11/2
– Principado de Asturias: Ley 6/1988, de 5 de diciembre - STC 50/1993,
de 11/2
– Andalucía: Ley 1/1989, de 8 de mayo - STC 81/1993, de 8/3
– Extremadura: Ley 1/1990, de 26 de abril - STC 51/1993, de 11/2
– Comunidad Valenciana: Ley 2/1990, de 4 de abril - STC 82/1993, de 8/3
– Cataluña: Ley 16/1991, de 6 de julio - STC 85/1993, de 8/3
– Galicia: Ley 3/1992, de 23 de marzo - STC 86/1993, de 8/3
– Madrid: Ley 4/1992, de 8 de julio - STC 52/1993, de 11/2

Cuando este capítulo se elabora están en tramitación ante el Tribu-


nal Constitucional y pendiente de resolución de la correspondiente
Cuestión de Inconstitucionalidad algunos preceptos de las siguientes
Leyes de coordinación:

– Canarias: Ley 6/1997, de 4 de julio:


Cuestiones 5384/2003 y 4465/2004 ambas en relación con la disposición
transitoria 2ª.
– Andalucía: Ley 13/2001, de 11 de diciembre:
Cuestión 4346/2003 en relación con la disposición transitoria 4ª.;
Cuestión 1836/2005 en relación con la disposición transitoria 1ª. 2 y
Cuestión 2651/2005 en relación con el art. 46.

5.3. Los motivos objeto de constitucionalidad y la doctrina del


Tribunal Constitucional
Conocidas las Leyes de Coordinación que han sido objeto de recur-
so ante el Tribunal Constitucional129, la mayoría interpuestos por el Go-
129
Según el art. 161 de la C.E. de 1978, el TC, es competente para conocer: “Del re-
curso de inconstitucionalidad contra leyes y disposiciones normativas con fuerza de
ley ... de los conflictos de competencia entre el Estado y las Comunidades Autóno-
mas”.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 103

bierno, estamos pues en condiciones de conocer ahora, aunque sea bre-


vemente, los fundamentos que el supremo interprete de la Constitución
nos ha ido dejando en cada una de las Sentencias pronunciadas sobre
aspectos relacionados con la Coordinación de las Policías Locales por
las Comunidades Autónomas. A la vista de aquellas y los correspon-
dientes fallos podemos obtener conclusiones sobre los límites de las
funciones y el ámbito competencial coordinador.
Para ello he creído que el mejor procedimiento era seguir las Sen-
tencias producidas y el contenido de los diferentes preceptos legales re-
curridos y obtener así la doctrina que los fallos han declarado. Preten-
demos solamente destacar, bajo epígrafes de fácil comprensión, lo más
significativo de cada recurso objeto de inconstitucionalidad y la doctri-
na del TC producida, veámoslo.

5.3.1. Ámbito de actuación territorial de las Policías Locales

La LOFyCS establece que los Cuerpos de Policía Local “sólo po-


drán actuar en el ámbito territorial del municipio respectivo, salvo en
situaciones de emergencia y previo requerimiento de las Autoridades
competentes”130.
Cuatro Comunidades Autónomas, las de Andalucía131; Baleares132;
Madrid133 y Comunidad Valenciana134de una forma u otra contempla-
ban en sus Leyes de Coordinación la posibilidad de que los Cuerpos de
Policía Local pudieran ejercer sus funciones fuera del municipio res-
pectivo. El Tribunal Constitucional ha sido claro al respecto al fallar
que “la potestad coordinadora de las Comunidades Autónomas no
puede introducir supuestos de actuación policial extra o supramunici-
pal distintos al previsto en el artículo 51.3 citado”135. Términos como
urgencia o especiales que hacen las Leyes de Baleares o Valenciana “no
son posibles por exceder de las situaciones de emergencia”. En cambio
encuentra conforme que las situaciones de emergencia sean autoriza-
130
Art. 51.3 de la LOFyCS.
131
Art. 7 de la Ley del Parlamento de Andalucía 1/1989, de 8 de mayo, de Coordi-
nación de Policías Locales, ( en adelante como Ley de Policía de Andalucía).
132
Art. 3 de la Ley de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares 10/1988, de
26 de octubre, de Coordinación de Policías Locales.
133
Art. 27 de la Ley de la Comunidad de Madrid 4/1992, de 8 de julio, de Coordi-
nación de Policías Locales, ( en adelante como Ley de Policía de Madrid).
134
Art. 2 de la Ley de la Generalidad Valenciana 2/1990, de 4 de abril, de Coordi-
nación de Policías Locales.
135
STC 50/1993 y 49/19993.
104 José Escalante Castarroyo

das por la Junta Local de Seguridad donde estas existan o en su defecto


por el Alcalde136.
Recientemente, al respecto de la actuación territorial de las Policías
Locales fuera del municipio respectivo debemos tener en cuenta la mo-
dificación operada por LO 16/2007, de 13 de diciembre, complementa-
ria de la Ley para el desarrollo sostenible del medio rural, de la LO-
FyCS para que “en los supuestos en los que dos o más municipios
limítrofes, pertenecientes a una misma Comunidad Autónoma, no dis-
pongan separadamente de recursos suficientes para la prestación de
los servicios de policía local, podrán asociarse para la ejecución de las
funciones asignadas a dichas policías en esta Ley”.

5.3.2. Cuerpos de Policía Local supramunicipales

Es esta previsión, la creación de cuerpos supramunicipales, el mo-


tivo que más Recursos de Inconstitucionalidad ha causado hasta la fe-
cha, correspondiendo a las Leyes de Andalucía137; Asturias138; Balea-
res139; Extremadura140; Madrid141 y Murcia142. Bien por la posibilidad de
crear Cuerpos de Policía por las Mancomunidades o Áreas Metropoli-
tanas, mancomunar los servicios de estos cuerpos o crearles con carác-
ter intermunicipal o comarcal o de ámbito superior al municipal, ex-
presiones todas ellas contenidas en las leyes que exceden de lo que la
Ley Orgánica atribuye como funciones coordinadoras a las Comunida-
des Autónomas143, fundamentándolo en los siguientes términos: “ es-
tándoles excluidas la posibilidad de crear Cuerpos de Policía supramu-
nicipales y de establecer o permitir la prestación unificada o
mancomunada del servicio de Policía Local en régimen de colabora-
ción intermunicipal”144, queda así delimitado el carácter estrictamente
136
STC 52/1993.
137
Artículo 13 de la Ley de Policía de Andalucía.
138
Ley del Principado de Asturias 6/1988, de 5 de diciembre, de Coordinación de
Policías Locales.
139
Íbidem, Disposición adicional primera.
140
Art. 3 de la Ley 1/1990, de 26 de abril, de Coordinación de Policías Locales de
Extremadura, (en adelante como Ley de Policía de Extremadura).
141
Íbidem, art. 26.
142
Art. 3 de la Ley 5/1988, de 11 de julio, de la Comunidad Autónoma de la Re-
gión de Murcia de Coordinación de Policías Locales, ( en adelante como Ley de Policía
de Murcia).
143
Véase el artículo 39 de la LOFyCS.
144
STC 25/1993 y 49/1993.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 105

municipal de la acción policial, al municipio respectivo, y excluidas


otras prestaciones supramunicipales, salvo las situaciones de emergen-
cia que la misma LOFyCS prevé.
Sorprende comprobar que una de las Leyes antes citadas, la corres-
pondiente a las Islas Baleares, objeto de recurso de inconstitucionali-
dad 257/1989 y fallado por STC 49/1993 de fecha 11 de febrero, tam-
bién fue objeto de Contencioso Administrativo ante el Tribunal
Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma y apelada ante el Tri-
bunal Supremo enjuiciando un acuerdo de la Mancomunidad intermu-
nicipal del Pla de Mallorca “ sobre creación y puesta en práctica de un
servicio de Policía Local en forma mancomunada, con su correspon-
diente plantilla orgánica y oferta pública de empleo”145. El Tribunal Su-
premo “ no aprecia obstáculos para la creación del servicio de policía
local mancomunado”146.
Igualmente comprobamos que habiendo sido este motivo el que
más Recursos de inconstitucionalidad ha provocado existe una Ley,
que desconocemos haya sido objeto de recurso, sigue contemplado esta
posibilidad para los Cuerpos de Policía Local. Nos estamos refiriendo a
la Ley Foral de Cuerpos de Policía de Navarra que contempla “podrán
crear también Cuerpos de Policía las Entidades locales resultantes de la
agrupación de municipios ... las de carácter asociativo que se creen
para mantener un Cuerpo de Policía propio o que prevean entre sus fi-
nes específicos la creación de dicho Cuerpo ... la actuación se ejercerá
de modo uniforme en el conjunto de los términos municipales o conce-
jiles que integran la entidad”147.

5.3.3. Policía Local en funciones de Policía Autonómica

Algunas Leyes de Coordinación de Policías Locales contemplaron,


de forma novedosa entonces, por cuanto con ello se iniciaba un nuevo
horizonte funcional para los Cuerpos de Policía Local de España, como
145
Acuerdo de la Mancomunidad intermunicipal del Pla de Mallorca de 1 de ju-
nio y de 7 de septiembre de 1988.
146
STS del 27 de Mayo de 1992, en recurso de apelación, interpuesto por la Man-
comunidad del Pla de Mallorca y por la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares,
promovido contra la Sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribu-
nal Superior de Justicia de Baleares núm. 514 de 1998.
147
Art. 12.2, 16.1, 21 y 22. Decreto Foral Legislativo 213/2002, de 14 de octubre,
por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley Foral de Cuerpos de Policía de Na-
varra.
106 José Escalante Castarroyo

sucede en Andalucía148 y Canarias149, la asignación a estos Cuerpos de


todas o algunas de las funciones de la Policía Autonómica previstas en
el art. 38.1 de la LOFyCS, decía al respecto de la Ley de Andalucía la
STC que el artículo 23 “ viene a atribuir las funciones propias del Cuer-
po de policía autonómica a determinados contingentes de la Policía Lo-
cal, previo convenio con los respectivos Ayuntamientos ... reconocien-
do que la solución ideada no puede ser más sencilla ni de mayor
economía de medios ... evita la creación de un nuevo aparato de policía
autonómico, acudiendo a la estructura proporcionada por los Cuerpos
de Policía Local”150.
Por lo que respecta a Extremadura, la Comunidad contemplaba la
“posibilidad de establecer convenios con las entidades locales para
ejercer las funciones de vigilancia y protección de sus edificios e insta-
laciones”.
Cataluña preveía lo contrario, que la Policía Autonómica pueda
apoyar y desarrollar las funciones de las Policías Locales en aquellos
municipios donde no pueden ser asumidas por estas o en los casos de
no disponer de Cuerpo policial, previo convenio151.
Este nuevo elenco de funciones para las Policías Locales entendía el
recurrente que no le correspondían ejercer a los Cuerpos de Policía Lo-
cal, a pesar de estar ejerciéndolas en la mayoría de los casos de hecho.
¿Quién no reconoce aquí que muchos Cuerpos de Policía Local diaria-
mente velan por el cumplimiento de disposiciones de la Comunidad
Autónoma respectiva o inspeccionan actividades sometidas a su disci-
plina y denuncian las actividades ilícitas? Y ello sucede con frecuencia
en las Comunidades que no tienen Policía Autonómica, aceptándose
como normal y se asume como una más de las funciones de Policía ad-
ministrativa de estos Cuerpos Locales.
Pues bien, sometido a fallo del Tribunal Constitucional los recur-
sos, este señala que es cierto que los preceptos recurridos establecen
formulas alternativas no previstas explícitamente en la Ley estatal, sin
embargo debe tenerse en cuenta que “la LOFyCS no impone a las Co-
munidades Autónomas que no hubieran ejercido su competencia de
148
Art. 23 de la Ley 13/2001, de 11 de diciembre de Coordinación de Policías Lo-
cales de Andalucía.
149
Art. 8 de la Ley 6/1997, de 4 de julio, de coordinación de las Policías Locales de
Canarias.
150
STC 81/1993, de 8 de marzo, apdo. A).
151
Art. 23 de la Ley de la Generalidad de Cataluña 16/1991, de 10 de julio, de las
Policías Locales, (en adelante como Ley de Policía Local de Cataluña).
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 107

creación de una policía propia el recurso obligado a la colaboración de


la policía estatal para el desempeño de las funciones previstas en el artí-
culo 38.1, sino que tal colaboración es de carácter potestativo, como se
deduce claramente del término “podrán” que emplean los art. 38.2 y 47
de la LO de FyCS. Si estas funciones pudieran no desempeñarse cabría
pensar que la Ley Orgánica solo permite adoptar los mecanismos susti-
tutorios en ella previstos o renunciar al ejercicio de las mismas. Sin em-
bargo, al tratarse de funciones de necesario ejercicio la fórmula “po-
drán” debe interpretarse como aceptación de otros mecanismos
sustitutivos. La previsión en la Ley Orgánica 2/1986 de la colaboración
con el Estado se justifica por el hecho de que si no estuviera prevista en
la Ley estatal difícilmente hubiera podido establecerla unilateralmente
la Ley autonómica”152.
En conclusión, cuando una Ley de Coordinación prevé, previo con-
venio con los respectivos Ayuntamientos, la eventualidad de que las
Policías Locales operen funcionalmente como Policía Autonómica al
ejercer las funciones del art. 38.1 de la LOFyCS, no resulta contrario a
dicha Ley, en todo caso, han de circunscribir su actuación al marco te-
rritorial del municipio respectivo según preceptúa el artículo 51.3 de la
misma Ley Orgánica.
Estoy seguro que en esta interpretación del Tribunal Constitucio-
nal se puede vislumbrar un nuevo horizonte para muchas Cuerpos de
Policía y también para algunas Comunidades Autónomas, que no tie-
nen previsto crear Policía Autónoma ni desean convenir con el Estado
la adscripción de Unidades del Cuerpo Nacional de Policía. Por el con-
trario, son las Policías Locales el Cuerpo que tradicionalmente en el
ámbito municipal, viene desde antiguo, ejerciendo de policía adminis-
trativa en relación con las normas locales, y ahora, por falta de policía
autonómica, también para muchas Comunidades Autónomas.

5.3.4. Acuerdos de colaboración policial entre Ayuntamientos

La actuación fuera del término municipal de los Cuerpos de Policía


Local ha estado especialmente presente en los recursos de inconstitu-
cionalidad, no es extraño que el recurrente intentara también conside-
rar que los convenios de colaboración entre Ayuntamientos para que
Policías Locales de un Municipio prestaran funciones en otros como
preveían algunas leyes de coordinación, para que “en casos de necesi-
152
STC 81/1993, fundamento jurídico 5.
108 José Escalante Castarroyo

dad … puedan suscribir acuerdos de cooperación entre policías”153, “en


orden a que puedan actuar … por tiempo determinado y en régimen de
comisión de servicios”154 y “colaborar entre sí para atender eventual-
mente las necesidades en situaciones especiales y extraordinarias”155.
El Tribunal Constitucional ante las impugnaciones ha señalado
que la fórmula de colaboración es ”conceptualmente distinta de las que
determinan la actuación supramunicipal de las Policías Locales …
puesto que se refiere a la posibilidad de colaboración entre municipios
… y son concebibles fórmulas de colaboración distintas de la actuación
extraterritorial”156.
Lo que la LOFyCS prohíbe es “la creación de Policías Locales su-
pramunicipales, la prestación en común de los servicios de policía y la
actuación extraterritorial de los Cuerpos, pero no impide la transferen-
cia o adscripción temporal de agentes individualmente considerados.
Igualmente este mecanismo de colaboración entre municipios es per-
fectamente constitucional como lo será en el supuesto que dicho sopor-
te asistencial sea convenido con Ayuntamientos “que no tengan nece-
sariamente que disponer de un cuerpo propio de Policía Local”157.

5.3.5. Medios e instrumentos de información recíproca

Esta facultad, prevista en las leyes de Cataluña158; Extremadura159 y


Galicia160 entendía el recurrente que no se encuentra entre las faculta-
des de coordinación que contempla el artículo 39 de la LOFyCS, lo que
no es compartido por el Tribunal Constitucional, fallando que “la exis-
tencia de deberes recíprocos de intercambio de información entre Ad-
ministraciones Públicas es una consecuencia del principio general de
colaboración que debe presidir las relaciones entre todas ellas … por-
que deriva de la esencia del modelo de organización territorial que la
Constitución Española de 1978 implanta”161.

153
Íbiden, art. 23 Ley de Policía Local de Cataluña.
154
Art. 6 de la Ley del Parlamento Gallego 3/1992, de 23 de marzo, de Coordina-
ción de Policías Locales.
155
Art.. 28 Ley de Policía Local de Madrid.
156
STC 52/19993
157
STC 86/1993.
158
Ídem, art. 15 Ley de Policía Local de Cataluña.
159
Ídem, art. 7 Ley de Policía Local de Extremadura.
160
Ídem, art. 5 Ley de Ley de Policía Local de Galicia.
161
STC 85/1993.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 109

En este sentido, la LRJPAC ordena los principios de relación entre


las Administraciones Públicas, distinguiendo entre “facilitar informa-
ción a otras Administraciones, prestar cooperación y asistencia activas
y coordinación de competencias”162.
Por consiguiente, posibilitar la información recíproca entre Cuer-
pos de Policía Local “no puede estimarse contraria a la Constitución
Española, ni una hipotética invasión competencial, tampoco en la espe-
cífica materia de las competencias en cuestiones de seguridad públi-
ca”163, aspecto que también expresamente viene contemplado en la pro-
pia LOFyCS al establecer que “ los miembros de las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad ajustarán su actuación al principio de cooperación recí-
proca”164.

5.3.6. Equivalencia de estudios profesionales

Ya la LOFyCS en el contexto de las disposiciones estatutarias co-


munes para todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad señala que, la
formación y perfeccionamiento de estos “tendrá carácter profesional y
permanente y los estudios que se cursen en los centros de enseñanza
dependientes de las diferentes Administraciones Públicas podrán ser
objeto de convalidación por el Ministerio de Educación y Ciencia…”165.
En parecidos términos algunas Comunidades Autónomas han pre-
visto en sus Leyes de Coordinación también la posibilidad de convali-
daciones de los estudios o Cursos que se realizan en las Escuelas de Po-
licía Local de ellas dependientes.
Al Tribunal Constitucional llegó primeramente el Recurso de In-
constitucionalidad 1918/1990 contra la Ley de Coordinación de Poli-
cías Locales de la Comunidad Valenciana166, que contemplaba la
“equivalencia de títulos mediante Cursos realizados en el Instituto Va-
lenciano de Seguridad Pública o Escuelas de Policía Local de las Corpo-
raciones Locales, siempre que dicha equivalencia fuera reconocida por
la Consellería de Cultura, Educación y Ciencia”.
La impugnación tiene su fundamentación en que la regulación de
las condiciones de obtención, expedición y homologación de títulos
162
Art. 4 y 18 de la LRJPAC.
163
STC 51/1993.
164
Artículo 3 de la LOFyCS.
165
Art..2 a) y b) de la LOFyCS.
166
Ley 2/1990, de 4 de abril, de coordinación de Policías Locales de la Comuni-
dad Valenciana.
110 José Escalante Castarroyo

académicos y profesionales es competencia estatal, que comprende la


de “establecer los títulos correspondientes a cada nivel y ciclo educati-
vo, en sus distintas modalidades, con valor habilitante tanto desde el
punto de vista académico como para el ejercicio de profesiones titula-
das, es decir de aquellas cuyo ejercicio exige un título … así como com-
prende también la competencia para expedir los títulos correspondien-
tes y para homologar los que no sean expedidos por el Estado”167.
Las Comunidades Autónomas pueden fijar los criterios de selec-
ción, formación, promoción y movilidad de las Policías Locales pero la
Ley autonómica de coordinación no puede conferirse la facultad de ho-
mologación de los estudios y dar valor de títulos a aquellos, lo que im-
plica invadir la competencia exclusiva del Estado ex art. 149.1.3º de la
Constitución Española. Corresponde por tanto al Estado, dentro de sus
competencias exclusivas, establecer las “bases de la Función Pública
para todas las Administraciones”168, de tal naturaleza “las Leyes auto-
nómicas sobre la materia deben respetar las normas básicas estata-
les”169.
A pesar de ese pronunciamiento constitucional seguimos contem-
plando Leyes de Coordinación no recurridas, que eximen en un grado
de la Titulación académica preceptiva para acceder a los Grupos de cla-
sificación de los funcionarios, cuando no se exime de aquella por pe-
ríodos de tiempo concretos o simplemente se integra a funcionarios en
los citados grupos careciendo de la titulación académica exigida para
ellos o considerando Cursos realizados en Escuelas de Policía de las
Comunidades Autónomas a esos efectos.170 Nos sorprende una vez
más las situaciones de hecho que se están produciendo cuando el dere-
cho no las ampara.
Dicho esto, es cada día más frecuente contemplar como por los Tribu-
nales Superiores de Justicia se resuelven recursos, sobre convocatorias
167
STC 42/1981 y 82/1993.
168
Art. 149.1.18 de la C.E. de 1978.
169
STC 302/1993.
170
La Comunidad de Castilla-La Mancha tenía convocados, para el año 2006, los si-
guientes Cursos de dispensa: Del Título de Licenciado para Inspectores, (1-PL2.04.06);
De integración en el Grupo B para Subinspectores, (1-PL 2.01.06) y de dispensa del Títu-
lo de Diplomado para Oficiales, (1-Pl 2.03.06), todo ello de conformidad con la disposi-
ción transitoria quinta de la Ley 8/2002 de coordinación de Policías Locales.
Para las misma finalidad la Comunidad de Canarias por Resolución del Director
se convocan cursos de dispensa de grado, a efectos de promoción interna, de confor-
midad con lo establecido en la Disposición Transitoria Segunda de la Ley 6/1997, de 4
de julio, de coordinación de Policías Locales.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 111

para provisión de puestos de trabajo en Cuerpos de Policía Local, que si-


guen obviando aquellos requisitos básicos de titulación, recientemente
incluso contemplamos dos Cuestiones de Inconstitucionalidad presenta-
das contra la vigente Ley Canaria de Coordinación de Policías Locales171.

5.3.7. Movilidad entre Cuerpos de Policía Local

La tan invocada autonomía municipal, una vez más, llegará al Tri-


bunal Constitucional con ocasión de un Recurso contra la Ley de Coor-
dinación de Murcia, dado que ésta contemplaba que “antes de proce-
der a la oferta de empleo público para cubrir vacantes en los
respectivos Cuerpos de Policía Local, los Ayuntamientos podrán con-
vocar Concursos de méritos entre los miembros de las Policías Locales
de la Región, según sus categorías, de conformidad con las bases que a
tal efecto se aprueben por el Consejo de Gobierno”172.
Acertadamente la respuesta del Tribunal Constitucional será que
tal previsión “no merece reproche alguno desde una perspectiva cons-
titucional”173, porque una de las funciones de las Comunidades Autó-
nomas en relación con la coordinación de las Policías Locales es “fijar
los criterios de selección, formación, promoción y movilidad” de con-
formidad con la LOF.yC.S.174.
Resulta por tanto claro que la movilidad funcional es un mecanis-
mo de homogeneización en línea con los demás supuestos incluidos
en la Ley Orgánica, que ha de ser configurado como límite explícito
de la autonomía, dada también la preferencia otorgada a la legisla-
ción marco como norma específica. Por tanto, como termina señalan-
do el Tribunal Constitucional “el establecimiento…de las bases para
dar homogeneidad a la movilidad espacial de los servidores de esos
Cuerpos en el ámbito regional limita razonablemente la autonomía
municipal y no merece reproche alguno desde una perspectiva cons-
titucional”175.
171
Cuestión de inconstitucionalidad números 5384/2003 y 4465/2004 en relación
con la disposición transitoria segunda de la Ley 6/1997, de 4 de julio de Coordinación
de Policías Locales: “se podrá dispensar de un grado el requisito de titulación siempre
que se hayan realizado los cursos y obtenido los diplomas correspondientes en la Aca-
demia Canaria de Seguridad”.
172
Art. 18 de la Ley 5/1988, de 11 de junio, de Coordinación de Policías Locales.
173
STC 25/1993.
174
Art. 39 de la LOFyCS.
175
STC 25/1993.
112 José Escalante Castarroyo

5.3.8. Uniformidad y armamento

Señalamos por último dos aspectos que también fueron objeto de


Recurso de Inconstitucionalidad, el trabajo sin uniforme y algunos as-
pectos relativos al armamento. En cuanto al primero, la Ley de Andalu-
cía contemplaba que la dispensa en vestir el uniforme reglamentario
“será objeto de concreción por los respectivos Alcaldes”176contravi-
niendo lo preceptuado por la LOFyCS que dispone que en el ejercicio
de sus funciones los miembros de los Cuerpos de Policía Local “debe-
rán vestir el uniforme reglamentario, salvo los casos excepcionales que
autorice el Gobernador Civil respectivo”177; es esta autoridad por tanto
y no el Alcalde “a quién le corresponde otorgar, excepcionalmente y de
modo singular las dispensas de uniformidad”.
En cuanto al armamento, los recursos se formularon contra la Ley de
Cataluña y de Andalucía, la primera de ellas contemplaba que “de acuer-
do con la normativa vigente en materia de armamento, reglamentaria-
mente se determinarán los tipos de armas, características de los depósitos,
las normas para administrarlas y las medidas de seguridad de aquellas”178.
Entiende al respecto el Tribunal Constitucional que este precepto
es respetuoso con la competencia exclusiva estatal ex art. 149.1.26 de la
Constitución Española dado que expresamente la habilitación que se
hace al reglamento autonómico se hace “de acuerdo con la normativa
vigente en materia de armamento”179.
En la Ley de Andalucía lo que se recurría era que “el Alcalde, a ini-
ciativa propia o a propuesta del Concejal Delegado, decidirá que tipos
de servicios se prestan con arma y cuales no”180.
Entiende el Tribunal Constitucional que se acomoda y responde a
lo dispuesto en el artículo 21.h) de la LRBRL que sitúa a los Cuerpos de
Policía Local bajo la Jefatura del Alcalde, quién “nombra y sanciona a
los funcionarios que usan armas”, igualmente es de su competencia “la
facultad de determinar qué servicios específicos se prestarán con arma
y cuáles no”. La ley autonómica no invade la competencia estatal “li-
mitándose a asignar al Alcalde una facultad de decisión típicamente je-
rárquica”181.
176
Art. 13 de Ley de Policía Local de Andalucía.
177
Art. 52.3 en relación con el artículo 47 de la LOFyCS. Entiéndase hoy el Delega-
do del Gobierno en la Comunidad Autónoma respectiva.
178
Art. 18 Ley de Policía Local de Cataluña.
179
STC 85/1993.
180
Art. 12 Ley de Policía Local de Andalucía.
181
STC 81/1993.
Segunda parte. La previsión constitucional de las policías locales 113
TERCERA PARTE
MARCO ESTATUTARIO COMPARADO DE
LAS POLICÍAS LOCALES EN LAS
COMUNIDADES AUTÓNOMAS

CAPÍTULO VI. MARCO ESTATUTARIO COMPARADO DE LAS


DIFERENTES LEYES DE COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS
LOCALES Y SUS NORMAS DE DESARROLLO

1. LA CREACIÓN DE LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL


2. LOS MUNICIPIOS SIN CUERPO DE POLICÍA LOCAL
3. LAS DENOMINACIONES DE LOS CUERPOS DE POLICÍA
LOCAL
3.1. De Guardia a Policía
3.2. Guardia Urbana ó Municipal
3.3. Policía Municipal
3.4. Policía Local
4. LA ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA Y JERÁRQUICA EN
LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL
5. LAS FUNCIONES DE LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL
5.1. Las funciones preconstitucionales
5.2. Las funciones postconstitucionales
5.2.1. Constitución Española de 1978
5.2.2. Ley Orgánica 2/1986 de F y C S
5.2.3. Ley 7/1985 Reguladora de las Bases de Régimen Local
5.2.4. Tráfico y Seguridad Vial
5.2.5. Poder Judicial y Policía Judicial
5.2.6. Ley de Modernización del Gobierno Local
5.2.7. Leyes de Régimen Especial de Barcelona y Madrid
116 José Escalante Castarroyo

5.3. Las funciones en las normas de coordinación de las


CC.AA
6. LA JEFATURA EN LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL
6.1. Jefatura política y la jefatura técnica
6.2. La provisión de la Jefatura
6.3. Las funciones de la Jefatura o del Jefe de Policía Local
7. LA FORMACIÓN PROFESIONAL EN LOS CUERPOS DE
POLICÍA LOCAL
7.1. Los centros de formación de las Policías Locales en las
CC.AA.
7.2. La formación que imparten las Comunidades
Autónomas
7.2.1. Formación básica
7.2.2. Formación permanente
7.2.3. Formación para la promoción profesional
7.3. La carrera profesional
7.4. Las enseñanzas profesionales y los títulos en las
universidades
8. LA MOVILIDAD ENTRE LOS CUERPOS DE POLICÍA
LOCAL
9. LA SEGUNDA ACTIVIDAD EN LOS CUERPOS DE POLICÍA
LOCAL
9.1. Primeros antecedentes normativos
9.2. En la normativa básica y local
9.3. El concepto actual de segunda actividad
9.4. Causas que originan la segunda actividad
9.5. Las edades del pase a la segunda actividad
9.6. Los destinos para la situación de segunda actividad
9.7. Las retribuciones en la situación de segunda actividad
CAPÍTULO VI
MARCO ESTATUTARIO COMPARADO DE
LAS DIFERENTES LEYES DE
COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS
LOCALES Y SUS NORMAS DE DESARROLLO
La tradicional carencia de un Estatuto profesional específico que
regulara las especificidades de los Cuerpos de Policía Local, a pesar de
contemplarse en la Constitución Española de 1978 su coordinación por
las Comunidades Autónomas, hizo que la primera Ley municipal que se
promulgara en el nuevo período constitucional y una vez constituidos
los Ayuntamientos democráticos en 1979, contemplase aquella necesi-
dad en los siguientes términos: “el personal de las Policías Municipales...
gozará de un Estatuto específico, aprobado reglamentariamente, te-
niendo en cuenta la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”1. Un año
más tarde, dicha necesidad sería nuevamente ratificada por el TRRL se-
ñalando que “ en tanto se aprueben las normas estatutarias de los cuer-
pos de policía local, de acuerdo con lo dispuesto en la LRBRL y en la
LOFyCS serán de aplicación las siguientes normas”2, entre las que cita
las relativas a la creación de los cuerpos, la integración en un cuerpo
único, bajo la autoridad y dependencia directa del Alcalde y el mando
directo del Jefe del Cuerpo, las escalas y categorías, la edad de ingreso y
el sistema selección y el carácter de agentes de la autoridad.
Cuando así se legislaba, estamos en los años 1985 y 1986, práctica-
mente todas las Comunidades Autónomas ya habían asumido como
competencia estatutaria la coordinación de las Policías Locales3. Inclu-
1
Disposición final tercera de la LRBRL.
2
Disposición transitoria cuarta del TRRL.
3
En el año 1979 fueron promulgadas las correspondientes Leyes Orgánicas de
los Estatutos de Autonomía del País Vasco y Cataluña; en 1981 las de Galicia, Andalu-
cía, Asturias y Cantabria; en 1982 las de La Rioja, Murcia, Comunidad Valenciana,
Aragón, Castilla-La Mancha, Canarías y Navarra; en 1983 las de Extremadura, Islas
Baleares, Madrid y Castilla y León y no será hasta 1995 las de las Ciudades Autónomas
de Ceuta y Melilla.
118 José Escalante Castarroyo

so se había promulgado la primera ley de coordinación de las Policías


Locales por una Comunidad Autónoma4 y la LOFyCS estaba reciente-
mente promulgada5, fruto también de la previsión constitucional que
puso de manifiesto aquella necesidad estatutaria en los siguientes tér-
minos: “una ley orgánica determinará las funciones, principios básicos
de actuación y estatutos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ”6, en-
tre los que se encuentran las Policías Locales.
Ni la LRBRL, vacío que momentánea y parcialmente cubriría el
TRRL citado, ni la LOFyCS abordarán el necesario marco estatutario
específico para los Cuerpos de Policía Local, si bien es cierto que esta
última Ley contempla algunos criterios estatutarios fundamentales,
pero dejará prácticamente en manos de las Comunidades Autónomas
la futura ordenación complementaria de estos Cuerpos, dado que la
LO de FyCS se limita a reiterar la aplicación a las Policías Locales de los
criterios generales establecidos en los capítulos I, II y III del título I que
no son otros que los principios básicos de actuación y las disposiciones
estatutarias comunes a todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de
España y el Título V, con tan solo cuatro artículos, dedicado principal-
mente a señalar las funciones propias y en colaboración y coordinación
con las demás Fuerzas y Cuerpos de seguridad7.
Del Estatuto específico hubo “borradores e intentos”, pero sobre
todo mucho interés profesional, especialmente el que se manifestaba
en los seminarios nacionales de Jefes de Policía Local de España. Pero a
pesar de ello la falta de interés político en promulgarlo desvanecía una
y otra vez los intentos y los proyectos. Los motivos pudieron ser diver-
sos. Uno inicialmente muy importante fue que difícilmente el estatuto
podía promulgarse cuando la propia disposición le condicionaba a la
promulgación de la LOFyCS que cuando éste se pretendía en la LRBRL
aún no había sido promulgada, no olvidemos que la LOFyCS se pro-
mulga prácticamente un año después de la LRBRL, ésta en Abril de
1985 y aquella el marzo de 1986.
Promulgada por tanto la LOFyCS y desarrollada en esta el ámbito
de la función constitucional otorgada a las Comunidades Autónomas
“de conformidad con la presente Ley y con la de Bases de Régimen Lo-
cal, de coordinar la actuación de las Policías Locales en el ámbito terri-
4
Ley 10/1984, de 5 de marzo, de coordinación delas Policías Locales de Catalu-
ña.
5
La LOFyCS es de fecha 13 de Marzo de 1986.
6
Art. 104.2 de la LOFyCS.
7
Art. 1 al 8 y 51 al 54 de la LOFyCS.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 119

torial de la Comunidad”8 condicionará de forma definitiva, no sólo la


elaboración del Estatuto específico previsto sino su posible contenido,
dado que a partir de dicha Ley Orgánica serán las Comunidades Autó-
nomas, cada una en su territorio, las que ejerciendo la competencia
constitucional coordinadora sobre los Cuerpos de Policía Local, pro-
mulgarán el estatuto específico para los Cuerpos de Policía Local exis-
tentes en su territorio, estatuto que se materializa en las correspondien-
tes Leyes de Coordinación y sus desarrollos reglamentarios.
Antes de entrar a comparar los diferentes “estatutos profesionales”
que las diecisiete Comunidades han promulgado a través de la diferen-
te normativa hoy vigente para los Cuerpos de Policía existentes en su
territorio respectivo, cabe recordar que, como fue defendido ardiente-
mente por muchos profesionales entonces, se iniciaba el camino no a
un estatuto para todos los Cuerpos de Policía Local de España, que era
lo que pretendía la LRBRL en 1985, sino a diecisiete estatutos profesio-
nales diferentes, tantos como Comunidades Autónomas se constituye-
ron entonces9.
Hoy, con la perspectiva que da el tiempo transcurrido y a la vista
de la diversidad estatutaria de los Cuerpos de Policía Local de España,
que pretendemos poner de manifiesto en cuanto sigue, y es solo en
aquellos aspectos más significativos, el desacierto de no promulgar
“un solo estatuto” en 1985 cumpliendo el mandato legal nos ha condu-
cido a un resultado diverso, diferente en contenido y lo que es más pre-
ocupante en ocasiones injusto, dado que se partía de la igualdad en
todo el territorio nacional y hoy las diferencias entre Policías Locales
son tan manifiestas como diferentes son las Comunidades entre sí. Para
los que somos testigos de este proceso en España, aún podemos decir
que si hay Comunidades Autónomas de primera y de segunda. En pa-
recidos términos podemos decirlo de los Cuerpos de Policía Local, se-
gún la Comunidad Autónoma y el interés que ésta haya puesto en el
desarrollo de la competencia asumida, hay por tanto también Policías
Locales de primera y de segunda.
Veamos algunos aspectos en los que se ha materializado la coordi-
nación y comprobemos cómo ya no hay un estatuto profesional para
los Cuerpos de Policía Local de España, sino diecisiete Estatutos de Po-
licía Local y con diferencias sustanciales entre unos mismos funciona-
rios que tienen encomendadas las mismas funciones.
8
Art. 39 de la LOFyCS.
9
Véase Anexo II: Marco estatutario de las Policías Locales en las Comunidades
Autónomas.
120 José Escalante Castarroyo

1. LA CREACIÓN DE LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL

La facultad de los Ayuntamientos de disponer de un Cuerpo pro-


pio de Policía se encontraba, previamente a su desarrollo por las Co-
munidades Autónomas, claramente regulado tanto en el TRRL como
en la LOCyFS. Al respecto el primero señalaba que “la policía local sólo
existirá en los municipios con población superior a 5.000 habitantes,
salvo que el Ministerio de Administración Territorial autorice su crea-
ción en los de censo inferior”10 y la segunda recordando que “los muni-
cipios podrán crear Cuerpos de Policía propios, de acuerdo con lo pre-
visto en la presente Ley, en la de Bases de Régimen Local y en la
legislación autonómica”11. Asimismo tal posibilidad de ejercer esta fa-
cultad se desprende del contenido de la primera Ley, la Constitución
Española de 1978, al referenciar expresamente a estos Cuerpos dentro
de las competencias que pueden asumir las Comunidades Autóno-
mas12.
Una triple previsión legal que comprende no solo la posibilidad le-
gal de creación de los Cuerpos, sino el punto de partida para ello, como
es el número de habitantes del municipio y en su caso la autorización
ministerial, ahora de la respectiva Comunidad Autónoma.
Pero va a ser la legislación autonómica en cada Comunidad, la que
en el contexto de las normas relativas a la coordinación de las Policías
Locales determine, en cada Comunidad, lo relacionado con la creación
de los Cuerpos en aquellas, que sintetizando, hasta la asunción de las
funciones coordinadoras sobre las respectivas Policías Locales, pode-
mos concretar en lo siguiente:

Creación Población Órgano - Acuerdo

5.000 habitantes o más Ayuntamiento Pleno


Cuerpo de Policía Local
Menos 5.000 habitantes Autorización CCAA

Si realizamos un repaso por las diferentes normas comunitarias y


lo que estas contemplan respecto a la creación de los Cuerpos y los re-
quisitos exigibles para ello, encontramos una serie de variables que son
de interés traer aquí.
10
Transitoria cuarta del TRRL.
11
Art.1 de la LOFyCS.
12
Art. 148.1.22 de la C.E. de 1978.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 121

Así mayoritariamente remiten para su creación a las normas de


ámbito nacional que antes citamos las Comunidades Autónomas de
Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad
Valenciana, Extremadura, Galicia, Madrid y Región de Murcia, si bien
en algunos casos modifican, aunque solo sea parcialmente, algunos de
los requisitos o expresiones que venían hasta entonces establecidos con
carácter general.
Para aprobar la creación de los Cuerpos de Policía Local es el Pleno
de los Ayuntamientos el órgano señalado para ello, tanto para crearlos
cuando ex lege se permite, como cuando, aún no pudiendo por el nú-
mero de habitantes, se pretende materializar la voluntad de su crea-
ción. Bien es cierto que algunas Comunidades Autónomas previamen-
te a ese acuerdo de creación por el Pleno del Ayuntamiento precisan
también el acuerdo previo de la correspondiente Comisión de Coordi-
nación de la respectiva Comunidad Autónoma, así expresamente lo
establecen Canarias, Cantabria, Cataluña, Islas Baleares y La Rioja, la
comunicación para su informe por la Consejería competente en la ma-
teria en Castilla y León y Madrid o la autorización del Gobierno en el
País Vasco.
Llama la atención por lo novedoso, la exigencia que Cataluña esta-
blece respecto al número de habitantes del municipio, si para el resto
de Comunidades es el de 5.000 habitantes a partir del cual se crean los
Cuerpos, para esta Comunidad Autónoma el punto de partida es de
10.000 habitantes y en los de menos es preceptivo el acuerdo municipal
y la autorización de la Comisión de Coordinación de policías locales
respectiva.
Otra variable significativa es la promulgada por la Comunidad de
Navarra, cuando establece que la creación de los Cuerpos es propia de
los municipios y contempla además su creación por las agrupaciones
de aquellos, superando la cifra de los 5.000 habitantes en su conjunto13.
Si el requisito de población, el acuerdo expreso y la autorización o
comunicación en su caso, son aspectos a tener en cuenta para crear
13
Recordemos que parecida posibilidad “fomentar y favorecer los servicios de
policía intermunicipal o comarcal donde los Ayuntamientos no puedan sostener una
policía propia o donde las circunstancias aconsejen mancomunar o unificar los servi-
cios de policía municipal” fue declarado inconstitucional y nulo por STC 50/1993, de
11 de febrero, con ocasión del recurso interpuesto contra la Ley 6/1998, de 5 de di-
ciembre de coordinación de Policías Locales del Principado de Asturias. Hoy esta STC
debemos enmarcarla en el contexto de la nueva posibilidad prevista en la LO 16/2007,
de 13 de diciembre que modifica la LOFyCS posibilitando la colaboración entre dos o
más municipios para la prestación de servicios de policía local.
122 José Escalante Castarroyo

Cuerpos de Policía Local, son muchas las Comunidades Autónomas


que establecen otros requisitos que deben cumplirse, así:
a) Contar con suficientes medios técnicos y adecuadas depen-
dencias para garantizar su labor en Andalucía.
b) Ponderación de las circunstancias reales del municipio en re-
lación con las funciones y cometidos del Cuerpo y los medios
técnicos que garanticen la prestación del servicio en Cana-
rias.
c) Exigencia de un número mínimo de miembros para su crea-
ción, tres en Cantabria; un subinspector, un oficial y 5 agentes
en Castilla y León; una plantilla de diez agentes en La Rioja y
cuando exceda de tres policías auxiliares es obligada su crea-
ción en Islas Baleares, donde además una vez creado no po-
drán disolverlo si la población desciende de los 5.000 habitan-
tes.
d) Informe justificativo de las necesidades, costes y programa de
implantación del servicio en La Rioja.
e) Con población igual o superior a 5.000 habitantes y excepcio-
nalmente menos en Navarra y País Vasco.

2. LOS MUNICIPIOS SIN CUERPO DE POLICÍA LOCAL

Ya el RFAL de 1952 señalaba que “serán auxiliares de la policía mu-


nicipal, los funcionarios subalternos que tengan asignadas misiones se-
cundarias de vigilancia en relación con los servicios y dependencias
municipales, así como los vigilantes nocturnos o serenos, del comercio
y particulares, porteros, vigilantes de alcantarillado, electricidad y
otros”14.
El TRRL que determina los extremos donde existirá policía local
establece quienes desempeñarán su misión donde no exista, y lo hace
en los siguientes términos: “ donde no existan (policías locales), su mi-
sión se llevará a cabo por los auxiliares de la policía local, que com-
prenderá el personal que desempeñe funciones de custodia y vigilan-
cia de bienes, servicios e instalaciones, con la denominación de
guardas, vigilantes, agentes, alguaciles o análogos”15, texto que igual-
14
Art. 255.2 del Decreto del Ministerio de la Gobernación de 3 de mayo de 1952,
RFAL.
15
Disposición Transitoria cuarta del TRRL.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 123

mente vendrá a reproducir la LOFyCS en el título que esta dedica a las


Policías Locales16.
La realidad de este personal bajo denominaciones y funciones tan
diversas, en algunos casos coetáneos e incluso antecesores en los oríge-
nes de las actuales policías locales17, hoy son empleados municipales en
unos casos encuadrados según el TRRL en la subescala de subalternos18
que a tenor del mismo pertenecerán a esta “los funcionarios que reali-
cen tareas de vigilancia y custodia interior de oficinas, así como misio-
nes de conserje, ujier, portero u otras análogas en edificios y servicios
de la corporación” o bien, si son propiamente auxiliares de la Policía
Local, “pertenecerán a la subescala de servicios especiales...que el mis-
mo TRRL señala en la clase de Policía local y sus auxiliares”19.
La Ley Orgánica 19/2003, de 23 de diciembre, de modificación de la
Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial en la Disposición
adicional decimoquinta modifica la LOFyCS, añadiendo un apartado 3
al artículo 53 de la citada Ley Orgánica con el siguiente texto: “ En los
municipios de gran población podrán crearse, por el Pleno de la Corpo-
ración, Cuerpos de funcionarios para el ejercicio exclusivo de las funcio-
nes previstas en el párrafo b) del apartado 1.20 Dichos funcionarios no se
integrarán en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y en el ejercicio de
esas funciones tendrán la consideración de Agentes de la Autoridad, su-
bordinados a los miembros de los respectivos Cuerpos de Policía Local21.
Los funcionarios integrantes de los cuerpos referidos en el párrafo
anterior se regirán por las normas contenidas en la Ley 30/84, de 2 de
16
Título V, De las Policías Locales, que se expresa “en los municipios donde no
exista Policía Municipal, los cometidos de ésta serán ejercidos por el personal que des-
empeñe funciones de custodia y vigilancia de bienes, servicios e instalaciones, con la
denominación de Guardas, Vigilantes, Agentes, Alguaciles o análogos”, art. 51.2.
17
Entre otros Auxiliares de las antiguas Guardias Municipales estaban los Guardas
Municipales de Campo cuyo Reglamento data de 8 de noviembre de 1849, los Serenos de
comercio y vecindad creados por RD de 24 de febrero de 1908 y mas recientemente los Vi-
gilantes Nocturnos creados por RD 2727/1977, de 15 de octubre, solo por citar algunos.
18
Art. 169.1 d) del TRRL.
19
Art. 172.1 y 2 a) del TRRL.
20
Las funciones correspondientes a los Cuerpos de Policía Local, susceptibles de
desempeñar por estos cuerpos de funcionarios, previstas en el citado párrafo b) apar-
tado 1 del artículo 53 de la LOFyCS son: “Ordenar, señalizar y dirigir el tráfico en el
casco urbano, de acuerdo con lo establecido en las normas de circulación”.
21
Según esta Ley son municipios gran población, entre otros, las ciudades que
superen los 250.000 habitantes, las capitales de provincia con más de 175.000 habitan-
tes y aquellas que lo decidan las asambleas legislativas de la correspondiente Comuni-
dad Autónoma de conformidad con lo que en la misma se determina.
124 José Escalante Castarroyo

Agosto, de Medidas para la Reforma de Función Pública, y las demás


normas que se dicten en desarrollo de la misma”22.
Por tanto, en los Ayuntamientos que no disponen de Cuerpo de Policía
Local, de una manera u otra, sí pueden disponer de determinados funciona-
rios que desempeñen las funciones que le son propias a las policías locales.
Teniendo en cuenta las diversas normas promulgadas por las Co-
munidades Autónomas23, observamos respecto de los municipios que
no disponen de Policía Local las siguientes variables:

a) Diversidad de denominaciones:

Si bien, como señalamos anteriormente, la denominación genérica


de este personal venía siendo la de “auxiliares de policía local” compren-
diendo a los guardas, vigilantes, alguaciles o análogos24, denominacio-
nes que recogerá también la LOFyCS añadiendo la de “agentes”25, las
normas de coordinación en unos casos utilizan alguna de estas denomi-
naciones y en otros las combinan entre sí encontrando las denominacio-
nes de Vigilantes Municipales en Andalucía, Canarias, Castilla-La Man-
cha y Castilla y León; Auxiliares de Policía Local en Cantabria,
Comunidad Valenciana, Extremadura, La Rioja y Región de Murcia; Vi-
gilantes en Cataluña; Agentes auxiliares de Policía Local en Galicia y Ma-
drid; Policías auxiliares en las Islas Baleares y Alguaciles en Navarra.

b) Desempeño de las funciones de Policía Local:

En principio, a tenor de lo dispuesto en el TRRL las funciones a des-


empeñar por los Auxiliares de Policía Local son las que venían desarro-
llando como personal de “custodia y vigilancia de bienes, servicios e
instalaciones” a las que la LOFyCS añade los “cometidos de la Policía
Local donde esta no exista”26. Tan amplio abanico de posibilidades fun-
22
Disposición adicional decimoquinta de la LO 19/2003, de 23 de diciembre de
modificación de la LO 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.
23
Véase Anexo 9: Extracto normativo relativo a los Municipios sin Cuerpo de Po-
licía Local.
24
Disposición Tª 4ª TRRL.
25
Artículo 51.2 de la LOFyCS.
26
“En los municipios donde no exista Policía Municipal, los cometidos de ésta
serán ejercidos por el personal que desempeñe funciones de custodia y vigilancia de
bienes, servicios e instalaciones, con la denominación de Guardas, Vigilantes, Agen-
tes, Alguaciles o análogos”, Artículos 51.2 LOFyCS.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 125

cionales ha sido concretado por algunas Comunidades Autónomas


asignando de forma genérica las atribuidas a las Policías Locales en la
LOFyCS27 en Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León,
Extremadura, Islas Baleares, La Rioja, Navarra y Región de Murcia. En
cambio son previstas expresamente, como funciones propias de estos
Auxiliares de Policía Local con carácter de policiales por las normas de
Cantabria, Cataluña, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia, Islas
Baleares, Madrid y País Vasco.

c) La Existencia de Auxiliares de Policía Local:

En los textos legales previos a las normas coordinadoras de las Po-


licías Locales por las Comunidades Autónomas, la existencia de Auxi-
liares de Policía solo cabe “ donde no exista Policía Local”28, así expre-
samente lo establecen las normas en Aragón, Extremadura, La Rioja,
Madrid y Navarra. Forman parte de los Cuerpos policiales en Galicia.
El resto de Comunidades Autónomas entendemos que, al no señalar
nada al respecto, es de aplicación lo establecido en TRRL que venimos
citando y la existencia de los Auxiliares, en principio solo se dará en
aquellos municipios donde no exista Policía Municipal.
No obstante lo anterior, el personal auxiliar de la Policía Local parece
que en los últimos años pretende implantarse nuevamente en los Ayun-
tamientos en coexistencia con los Cuerpos de Policía Local, una modifi-
cación de la Ley Orgánica del Poder Judicial29 ya introdujo a su vez otra
modificación en la LOFyCS en lo relativo a la funciones a desempeñar
por los Cuerpos de Policía Local en la que se contempla “personal auxi-
liar” para desempeñar las funciones de tráfico, eso sí, aplicable en aque-
llos Municipios denominados Gran Población30. Recientemente, el
Ayuntamiento de Madrid, que ya se encontraba incluido en la anterior
norma, en el contexto de su Ley de Capitalidad y de Régimen Especial,
ha contemplado personal auxiliar de la policía municipal nuevamente31.

27
Las funciones a ejercer por los cuerpos de Policía Local vienen establecidas en
el artículo 53 LOFyCS.
28
Disposición Tª 4ª TRRL y Artículo 51.2 LOFyCS.
29
Disposición Adicional decimoquinta de la Ley Orgánica 19/2003, de 23 de di-
ciembre, de modificación de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.
30
Previsión en el Título X de la Ley 57/2003, de 17 de diciembre, de Moderniza-
ción del Gobierno Local.
31
Art. 44 de la Ley 22/2006, de 4 de julio, de Capitalidad y de Régimen Especial
de Madrid.
126 José Escalante Castarroyo

d) Limitación de número de Auxiliares:

Ninguna norma legal previa establecía para los Municipios limita-


ción alguna en el número de este personal subalterno o auxiliar, son las
normas de las Comunidades Autónomas las que vienen a determinarlo
ahora. Así, en Madrid no más de dos, no más de tres en Extremadura,
en Aragón, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana y no más de
cuatro y hasta un máximo de siete en Castilla y León.

e) Extensión de la coordinación por la Comunidad Autónoma:

Dado que son muchas las normas de las Comunidades Autónomas


que contemplan a este personal auxiliar en el contexto de las normas sobre
coordinación de las Policías Locales, varias extienden ésta también a aquel
personal. Expresamente así lo contemplan Andalucía, Aragón, Castilla-La
Mancha, Comunidad Valenciana, La Rioja y el Principado de Asturias.

f) Carácter de Agentes de la autoridad de los Auxiliares:

La LOFyCS confiere el carácter de “agentes de la autoridad en el


ejercicio de sus funciones, a todos los efectos, a los miembros de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”32. No obstante esta exclusividad, las
normas de coordinación de Canarias, Islas Baleares y Madrid, estable-
cen tal carácter también para los Auxiliares en el ejercicio de sus funcio-
nes, carácter que parece procedente reconocer cuando desempeñen
funciones propias de los Cuerpos de Policía local, como recientemente
también se ha reconocido a otros “cuerpos de funcionarios”33 que sin
integrarse en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad desempeñan algunas
funciones propias de los Cuerpos de Policía Local.

g) Portar armas:

El uso, como dotación, de armas por los Auxiliares de Policía Local,


en unos casos expresamente lo prohíben algunas normas como en la
32
Art. 7.1 de la LOFyCS.
33
Las funciones correspondientes a los Cuerpos de Policía Local, susceptibles de
desempeñar por estos Cuerpos de funcionarios, previstas en el párrafo b) apartado 1
del artículo 53 de la LOFyCS son: “ Ordenar, señalizar y dirigir el tráfico en el casco ur-
bano, de acuerdo con lo establecido en las normas de circulación” y para las que tienen
el carácter de agentes de la autoridad.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 127

Comunidad Valenciana, Islas Baleares y Madrid pero en cambio se au-


toriza en Navarra. El resto de normas silencian tal posibilidad.

h) Clasificación administrativa de los Auxiliares:

Como cualquier otro tipo de funcionarios, de conformidad con la LR-


FP, estos “se agruparán de acuerdo con la titulación exigida para su ingre-
so”34, debiendo tener en cuenta para ello la pertenencia de los Auxiliares de
Policía Local a una escala concreta, que en principio entendemos corres-
ponde a la de “servicios especiales, clase Policía Local y sus auxiliares”35.
Al respecto de ello, expresamente algunas normas de Comunida-
des Autónomas contemplan para los Auxiliares de Policía Local el gru-
po D, hoy C2 de conformidad con el EBEP, como lo hacen Castilla y
León, Extremadura, Islas Baleares y Región de Murcia; en Navarra es-
tablecen a los Alguaciles en el grupo C1. El resto de Comunidades no
establecen nada al respecto36.

Municipios sin Policía Local


1. En la LOFyCS: Denominados Guardas, Vigilantes, Agentes, Alguaciles o
análogos.

2. En las Leyes de Coordinación: Denominaciones de Vigilantes municipales.


Auxiliares de Policía Local, Vigilantes, Policías Auxiliares y Alguaciles.

3. LAS DENOMINACIONES DE LOS CUERPOS DE POLICÍA


LOCAL

Estoy seguro de que más de una vez nos hemos preguntado el por-
qué de la diversidad de denominaciones que reciben las actuales Poli-
cías dependientes de los Ayuntamientos, denominaciones que no son
uniformes en los pueblos y ciudades de España, sino por el contrario,
en la actualidad se han visto incrementadas con la actual denomina-
ción de “Policía Local” que como veremos es la genéricamente mas em-
pleada y conocida en la actualidad.
34
Art. 25 LRFP.
35
Art. 172.2 TRRL.
36
Véase al respecto las equivalencias entre los sistemas de clasificación de los
funcionarios de la Ley 7/2007, de 12 de abril, Estatuto Básico del Empleado Público y
la LRFP.
128 José Escalante Castarroyo

El diverso origen de estos Cuerpos de Seguridad, que aunque


uniforme desde el punto de vista de su dependencia, siempre fue-
ron Policía dependiente de los Ayuntamientos, no lo fue en su nor-
ma originaria dada la diversidad de Municipios y la tradición secu-
lar territorial de nuestro país. Me estoy refiriendo a lo que hoy ha
sido reconocido y denominado como la diversidad territorial espa-
ñola, Regiones y Nacionalidades que integran la Patria común e in-
divisible de todos los españoles y a las que se les reconoce autono-
mía37.
Tradicionalmente los Municipios han gozado de autonomía para la
gestión de sus respectivos intereses, si bien los avatares históricos les
privaron en muchas ocasiones de ella. Autonomía, que según Santiago
Bello “como concepto y significado no comienza sino a partir de la
Constitución Española de 1978, cuando se utiliza este término para re-
ferirse a la situación de las Comunidades Autónomas y a las Entidades
Locales en la distribución territorial del poder realizada por aquella,
dado que, con la salvedad de la Constitución de 1931, este término no
había sido utilizado nunca anteriormente en nuestros textos constitu-
cionales38.
Estas dos consideraciones históricas, hoy constitucionalizadas, la
diversidad territorial y la autonomía municipal, son los fundamentos
que justifican la diversidad actual en la denominación y las peculiari-
dades que aún se mantienen en algunas de las Policías Locales de Espa-
ña. ¿A quién no le suenan denominaciones como Guardia Urbana o Po-
licía Municipal y no las relaciona inmediatamente con las Policías
Locales de Barcelona y de Madrid?. Bien es cierto que una cosa es la de-
nominación tradicional de cada Cuerpo y otra la actual de todos los
Cuerpos de Seguridad Locales.
Pero para que entendamos la diversidad en la denominación trae-
mos aquí algunos datos históricos y la referencia obligada a las diver-
sas Comunidades y Ciudades Autónomas, ello nos facilitará su conoci-
miento recorriendo épocas pasadas en unos casos y en otros con el
reflejo en los textos legales donde se contemplan las diversas denomi-
naciones.
37
“ La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación Espa-
ñola, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el dere-
cho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad
entre todas ellas”, art. 2 de la C.E. de 1978.
38
BELLO, S., Las Entidades Locales, Retos y perspectivas, Edit. Jurosoft, Burgos,
2002, p. 71y s.s.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 129

3.1. De Guardia a Policía

Antes de entrar en otras consideraciones, es obligado ofrecer una


primera visión sobre los términos “guardia y policía”. En cuanto al pri-
mero nos interesa encuadrarle dentro de aquellos cuerpos encargados
específicamente de funciones de vigilancia o defensa de personas o bie-
nes, aunque el término es empleado con otros muchos significados39 y
en estamentos que nada tienen que ver con la seguridad pública. Res-
pecto de policía su encuadramiento funcional está mas en consonancia
con velar por el orden público y la seguridad ciudadana, por el cumpli-
miento de las leyes y los reglamentos por el conjunto de los ciudada-
nos. Si para el guardia su fin era cuidar y custodiar, el nuevo concepto
de policía integra esas funciones en la administración de la seguridad
en la ciudad40.
La existencia de “guardias” así entendidas es muy antigua, dando
lugar a la formación con esta denominación de cuerpos tan famosos
como la “guardia pretoriana” de los emperadores romanos, si bien la
organización de un cuerpo de “guardia” regular se inició en Francia en
el siglo XV denominándose los “gardes du corts”. En España serían los
Reyes Católicos quienes, a comienzos del siglo XVI, establecieron un
cuerpo fijo encargado de la custodia de las personas reales, al que se co-
noció como “guardia amarilla”, por el color de sus uniformes. La cos-
tumbre de disponer de escolta o guarda del Rey se mantiene para la
protección y defensa de la corte y en los sitios reales por los sucesivos
Monarcas. Felipe V , según el modelo francés, introdujo la “ guardia de
corps” agregándose en el siglo XVIII la “guardia valona” en Flandes.
La Revolución Francesa liquida la vieja guardia real y crea nuevos
cuerpos que dieron lugar en 1804 a la formación de la “ guardia impe-
rial” de Napoleón, dividida en joven y vieja guardia. Paralelamente se
organiza en los Estados Pontificios una “ guardia noble” perteneciente
a la aristocracia y una “ guardia suiza” análoga a la que existía en otros
países europeos, que aún sobrevive en la actualidad. Durante el reina-
do de Fernando VII, la “guardia real” será la única parte del ejército en
la que el soberano tenga plena confianza. En 1871 se creó una “ guardia

39
Por citar algunas acepciones del término guardia, lo encontramos como servi-
cio que se realiza en determinadas profesiones: Médico de Guardia; como tiempo que
dura un servicio: Tiempo de Guardia e incluso como una actitud de defensa o descon-
fianza: En guardia, por citar algunos.
40
Según la Gran Enciclopedia Larouse el término “policía” proviene del griego po-
liteia y del latín politia, ambos con significado de “administración de una ciudad”.
130 José Escalante Castarroyo

del Rey” para dar escolta a Amadeo I, que sería disuelta por la Primera
República Española. En 1975 se crea la “guardia real” que reemplaza a
la “ guardia” del Generalísimo Franco que había sido creada en 1937.
Conocidos esos apuntes históricos y volviendo a nuestro país, du-
rante el Antiguo Régimen las funciones de policía no estuvieron cen-
tralizadas, sino que corrían por cuenta de las fuerzas que actuaban o se
organizaban a nivel local o regional, que es lo que aquí mas nos intere-
sa, recibiendo el nombre de guardias o guardas diversos cuerpos arma-
dos encargados de la seguridad interior y de la conservación del orden
público, mereciendo especial mención las “guardas viejas de Castilla”
organizadas por los Reyes Católicos en 1493. Es un precedente muy
próximo y significativo la Guardia Civil, que se crea en 1844 y durante
la Segunda República Española los Guardias de Asalto, bien es cierto
que estos como cuerpos de policía con ámbitos supra municipales41.
Pero será el termino Guardia, referido a los Funcionarios y Cuer-
pos dependientes de los Ayuntamientos el que se imponga para distin-
guir a aquellos a los que se les encomienda hacer cumplir las Ordenan-
zas y Disposiciones Municipales y más recientemente la dirección de la
seguridad vial en el interior de los municipios y su casco urbano.
Respecto del término “policía”, aún siendo antiguo en cuanto a su
significado, no lo es para determinar a una fuerza de seguridad en sen-
tido moderno. La palabra que proviene del latín – politia- y del griego
“politeia” comprende todo aquello que afecta al gobierno, cuidado y
ordenamiento de la ciudad, de personas y cosas, que sirven a los fines
colectivos. Pero aún siendo ese su origen, no solo es aquel significado
el que nos interesa, sino aquella específica referencia a un servicio de
seguridad público determinado, de un colectivo de empleados-funcio-
narios que desempeñan funciones de seguridad y defensa de derechos
y libertades de los ciudadanos “la Policía” como Cuerpo y Fuerza de
Seguridad. Pues la existencia de una policía gubernativa en sentido
moderno es relativamente frecuente, si bien es obligado señalar que to-
das las civilizaciones estatalizadas contaron con fuerzas organizadas
para hacer cumplir las leyes y sus sanciones. Estas fuerzas de policía te-
nían una función de auxilio a los jueces. Recordemos el Egipto faraóni-
co, o de vigilancia urbana como en Grecia y Roma. La creación de
“cuerpos de guardias” por los soberanos daría lugar a esta fuerza de
control sobre el territorio del reino, que se irá perfilando en la edad mo-
derna.

41
Datos obtenidos de la Gran Enciclopedia Larousse, Edit. Planeta, Barcelona, 1992.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 131

Nuevamente será Francia, durante el reinado de Luis XIV, creando


el cargo de Lieutenat de police en París con atributos de policía general
y específicamente urbana, quién alcanzará más autonomía con la Revo-
lución.
En España, como en otros países, las funciones específicamente po-
licíacas no fueron objeto de institutos hasta época reciente. Primera-
mente sería la Policía en 1824, antecedente más inmediato del actual
CNP y con posterioridad la Guardia Civil en 1844, si bien ésta depen-
diente del ejército. Respecto del origen de las policías en los Ayunta-
mientos remitimos a los siguientes apartados.
De estos breves apuntes podemos obtener una primera conclusión:
que tanto los “Guardias” como los “Policías” son aquellos que cum-
plen funciones de seguridad y protección de personas y bienes, antes y
ahora. Pero si profundizamos más en los términos llegaremos a una
conclusión más próxima: Guardia o Policía municipales o locales serán
por tanto aquellos miembros de Cuerpos encargados de la seguridad y
protección de bienes y personas, en la “polis” para los romanos y grie-
gos y en nuestras ciudades y pueblos, la Policía de la ciudad, ayer y
hoy.

3.2. Guardia Urbana ó Municipal

Son estas dos denominaciones las primeras utilizadas para referirse


a los Cuerpos de Seguridad Municipales, que situamos en sus inicios,
tal cual los conocemos hoy, tras la promulgación de nuestra primera
Constitución en 1812 por la que se encomienda a los Ayuntamientos,
entre otras,“ la policía de salubridad y comodidad, así como el auxilio
al Alcalde en todo lo que pertenezca a la seguridad de las personas y
bienes de los vecinos y a la conservación del orden público”42. Desde
entonces serán muchos los Ayuntamientos que creen bien “ex novo” o
partiendo de otros Cuerpos de empleados municipales existentes,
como Alguaciles y Serenos, Cuerpos de Guardias Urbanas o Municipa-
les43. Esta denominación, sola o conjuntamente, vamos a encontrarla en
Ciudades como Madrid, Zaragoza, San Sebastián, Burgos, Barcelona,
Gerona, etc. Incluso dentro de los Cuerpos la denominación será dife-
rente en función del destino que ejerzan. Si es dentro del Municipio

42
Art. 321 de la C.E. de 1812.
43
ESCALANTE, J., Policía Local de Burgos, Ayer y Hoy, Edit. Instituto Municipal
de Cultura, Ayuntamiento de Burgos, 2000.
132 José Escalante Castarroyo

será “Guardia Urbana” y si lo es para el exterior de este recibirá la de-


nominación de “ Guardia Rural”44.
Con estas dos denominaciones “Urbana” o “Municipal” se conoce-
rá prácticamente durante todo el siglo XIX a los Agentes Municipales.
Así queda de manifiesto en la Ley Municipal de 1877, que establecía
que era obligación de los Ayuntamientos “procurar por sí o con los aso-
ciados, el exacto cumplimiento, con arreglo a los recursos y necesida-
des del pueblo, de los fines y servicios que quedaban sometidos a su ac-
tuación y vigilancia y en particular la Policía Urbana y Rural”45. La
misma Ley citada faculta a los Ayuntamientos para la formación de las
Ordenanzas Municipales de policía urbana y rural, así como que los
Agentes Municipales que usen armas dependerán exclusivamente del
Alcalde.
Nuestra vetusta Ley de Enjuiciamiento Criminal, que data de 1882,
ya se refería a los Agentes municipales de policía urbana o rural para
incluirles dentro de la Policía Judicial a los efectos de averiguar los deli-
tos, practicar diligencias y descubrir delincuentes, auxiliando así a Jue-
ces, Tribunales y Ministerio Fiscal, y lo hacía en estos términos “ consti-
tuirán la policía judicial ... los serenos, celadores y cualesquiera otros
Agentes municipales de policía o rural”46.
El siglo XX se inicia manteniéndose aquellas primeras denomina-
ciones. Ahora las Guardias Municipales Urbanas estarán prácticamen-
te generalizadas en todas las Ciudades y grandes pueblos. Ante su pro-
liferación se hace preciso dictar normas unificadoras de todos los
servicios de vigilancia y seguridad existentes en los Municipios; así se
dispuso por el entonces Ministerio de la Gobernación, que estableció
que “en las capitales de provincia y en las demás poblaciones donde
existan, los Gobernadores Civiles, oyendo a los respectivos Alcaldes,
dictarán las reglas necesarias para que la Guardia Municipal armada y
demás Agentes municipales presten su cooperación a los servicios de
orden público, prevención y represión de delitos y faltas”47.
Vendrán después nuevas referencias a las Guardias Municipales
como en la Ley y Estatuto Municipales de 1928 confiriendo el nombra-
miento y dependencia de estos Cuerpos a los Alcaldes. El Estatuto Mu-
44
Ibidem,, nombramiento por el Ayuntamiento de Burgos el 21 de diciembre de
1860 de 12 Guardias Municipales Urbanos y tres Guardias Rurales, primera plantilla
de nuevo Cuerpo de seguridad municipal.
45
Art. 73 de la Ley Municipal de 1877.
46
Art. 283 Apdo. 5º del RD de 14 de septiembre de 1882.
47
RD de 24 de Febrero de 1908.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 133

nicipal de 1935 la mencionará al referirse a la policía urbana como ma-


teria íntimamente ligada a las funciones de la Guardia Municipal en lo
relativo a las Ordenanzas dentro de su competencia, incluyéndola en la
clasificación de los funcionarios de la Administración Municipal: d)
Subalternos y Guardias Municipales”.
Una última referencia la encontramos en la Ley de Vigilancia y Se-
guridad de 1941 donde, entre otras, se determina que “serán elementos
auxiliares de los Cuerpos de Policía y Guardia Civil ... los Guardias
Municipales”48.

3.3. Policía Municipal

El Municipio ha sido el ámbito territorial tradicional de actuación


de la policía dependiente del Ayuntamiento y donde este ejerce sus
funciones y competencias, hoy entendido como el término municipal
respectivo49. Son, por tanto, el Municipio y el término municipal ámbi-
tos indisolublemente unidos tanto para el Ayuntamiento como para el
desarrollo funcional de las actuales Policías Locales. No es extraño, por
tanto, que sea este término “municipal” el que se imponga al de “urba-
no o rural”, que venía empleándose hasta mediados del siglo XX. Y ello
a pesar de la popularización que el cine hizo de la figura del Guardia
Urbano en nuestras calles saturadas de vehículos y en las que aquel po-
nía el orden circulatorio.
Así va a suceder con el primer Reglamento que se promulga para
los Funcionarios de Administración Local, que no municipal, en 195250.
Sobra señalar que la Guardia Municipal venia formando parte de esta
clase de funcionarios y, por tanto, este Reglamento iba a referenciarla
expresamente con ellos. Por la importancia que el mismo tuvo para el
conjunto de los funcionarios locales y en especial para las Policías Mu-
nicipales desde entonces, es preciso citar lo referente a su denomina-
ción genérica que disponía así: “la Guardia Municipal constituirá en
cada Ayuntamiento un solo Cuerpo bajo la denominación genérica de
Policía Municipal sin perjuicio de las especialidades y denominaciones
de urbana, rural, nocturna, de tráfico y otras semejantes”51.
48
Ley de 2 de septiembre de 1941.
49
Así expresamente lo contempla en la actualidad el art. 51.3 de la LOFyCS al es-
tablecer que los Cuerpos de policía propios de los municipios “ solo podrán actuar en
el ámbito territorial del municipio respectivo”.
50
Decreto del Ministerio de la Gobernación de 30 de mayo de 1952.
51
Idem, art. 252.
134 José Escalante Castarroyo

La LRBRL promulgada en 1985, a pesar de introducir en su deno-


minación y en el articulado los términos “local o corporación local”
cuando atribuye al Alcalde las funciones, en una de ellas le encomienda
“ejercer la jefatura de la Policía Municipal ...”52, pero este texto legal va
a ser el último, dado que un año después son refundidas las disposicio-
nes legales vigentes en materia de Régimen Local y ya se va a contem-
plar como “Policía Local” tanto cuando se le incluye en la Subescala de
Servicios Especiales bajo la expresión “Policía Local y sus auxiliares”,
como en la Transitoria Cuarta, a ella dedicada, en la que no sólo emplea
aquella denominación sino que hace referencia también expresa al
“Cuerpo de Policía Local”. La denominación “Guardia” permanecerá
todavía unos años pero como uno de los empleos o categorías53 no
como denominación genérica del Cuerpo.
A pesar de los preceptos citados no todas las Guardias Municipales
adoptaron la nueva denominación de Policía Municipal que iniciara el
Reglamento de 1952 citado, por el contrario siguieron manteniendo al-
gunas la primigenia denominación de Guardia Municipal o Urbana, y
muchas de ellas incluso las siguen manteniendo en nuestros días, ya
entrado el siglo XXI. Es el caso de Barcelona o San Sebastián, entre
otras. Es más, en el nuevo marco estatutario iniciado en 1978 con la pre-
visión constitucional de “la coordinación de las policías locales por las
Comunidades Autónomas”54, algunas Comunidades contemplan el
mantenimiento de la denominación de policía municipal55.

3.4. Policía Local

Las locuciones, “urbana o municipal”, empleadas para referirse a


las Policías de los Municipios las reconvierte la Constitución Españo-
la de 1978 en “Policías Locales”, primero al encomendar a las Comu-
nidades Autónomas como antes vimos “la coordinación de las Poli-
cías Locales en los términos que establezca una Ley Orgánica” que no
52
Art. 21.1. h) de la LRBRL.
53
Art. 172.1 y Disp.Tª Cuarta del TRRL.
54
Art. 148.1.22 de la C.E. de 1978.
55
Entre otras, Castilla y León, en el Decreto 55/97, de 13 de marzo, Normas Mar-
co, así expresamente lo señalaban: “ la denominación genérica de los Cuerpos de Poli-
cía dependientes de las Corporaciones Locales será la de “Cuerpo de Policía Local”.
No obstante las policías locales podrán recibir la denominación de “Policía Munici-
pal” siempre que así lo acuerde la respectiva Corporación.” Acogiéndose a este pre-
cepto la ciudad de Ponferrada, a diferencia del resto, se denomina Policía Municipal a
la Policía Local.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 135

es otra que la vigente LOFyCS que también viene prevista en el texto


constitucional vigente cuando se refiere a los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad dependientes del Gobierno de la nación a los que les enco-
mienda como misión “proteger el libre ejercicio de los derechos y li-
bertades y garantizar la seguridad ciudadana”, añadiendo a conti-
nuación “que una Ley Orgánica determinará las funciones, principios
básicos de actuación y estatutos de las Fuerzas y Cuerpos de seguri-
dad”56. Norma esta que al constituir una repetición formal de la regla
Constitucional, dedica a los Cuerpos de Policía dependientes de las
Corporaciones Locales el Título V de forma específica, denominándo-
les expresamente como “Policías Locales”. Previamente había señala-
do quienes son Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, incluyendo en ellos,
como no podía ser de otra manera, a los “Cuerpos de Policía depen-
dientes de las Corporaciones Locales”57, expresión “local” que el le-
gislador en completo acatamiento de la Norma Suprema vuelve a ha-
cer realidad en otros textos legales posteriores.
La locución “local”, tras la promulgación de nuestra vigente Cons-
titución, no va a ser exclusiva de las Policías Locales, sino que también,
en sintonía con la distribución territorial que diseña, va a introducir
una nueva denominación para los Municipios: “Administración Lo-
cal”. Así lo va a contemplar expresamente al referirse a ella con el título
“De la Administración Local”58.
Fácil es, por tanto, llegar a una conclusión: esos centenarios Cuer-
pos de Seguridad dependientes de los Concejos o Ayuntamientos por
mandato constitucional, han reconvertido sus diversas y en ocasiones
añoradas denominaciones, en una más actual y acorde con el período
constitucional presente de “Policía Local” que, sin dejar de lado sus an-
tecedentes municipales, siguen siendo los mismos Guardias urbanos o
municipales de nuestras ciudades y pueblos, eso sí con una nueva pro-
fesionalidad demostrada en el día a día y en continua adaptación a la
sociedad de la que forman parte.
De cuanto antecede podemos deducir que las tres denominaciones
que han recibo las actuales Policías Locales en su dilatada historia, aún
permanecen en algunas ciudades y pueblos, si bien está muy generali-
zada la denominación de Policía Local. A modo de síntesis estos son los
tres períodos y las denominaciones más significativos en ellos:

56
Art. 104.2 de la C.E. de 1978.
57
Art. 2.c de la LOFyCS.
58
Título VIII, Capítulo II, Artículo 140 de la C.E. de 1978.
136 José Escalante Castarroyo

59 60 61

Denominaciones de los Cuerpos de Policía


en los municipios españoles
1. Desde la creación de los cuerpos y hasta 1952:
GUARDIAS URBANAS O MUNICIPALES59

2. Desde 1952 y hasta la Constitución Española de 1978:


POLICIAS MUNICIPALES60

3. Desde la Constitución Española de 1978 a nuestros días:


POLICIAS LOCALES61

4. LA ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA Y JERÁRQUICA EN LOS


CUERPOS DE POLICÍA LOCAL

La estructura administrativa y jerárquica en los Cuerpos de Policía


Local se materializa en la actualidad en tres ámbitos:
a) La Categoría profesional.
b) La Escala en que la categoría profesional se encuadra.
c) El Grupo determinado por la titulación académica.
Pero no siempre fue así, de ahí que a pesar de su antigüedad volva-
mos a citar el RFAL de 1952 como referencia de partida, en este encon-
tramos que “cuando los funcionarios sean varios deberá establecerse
una rigurosa jerarquía de clases, en relación con el Municipio y el volu-
men de las funciones, y con distribución proporcional dentro de la
plantilla”, estableciendo, a renglón seguido, la primera referencia a las
“clases de menor a mayor”, hoy entendidas como categorías que han
permanecido en los Cuerpos de Policía Local de España hasta que las
Comunidades Autónomas asumen la coordinación de los Cuerpos de
Policía Local en su territorio: “las clases de menor a mayor, según la im-
portancia creciente de cada localidad, serán Cabo, Sargento, Suboficial,
Oficial, Subinspector e Inspector”62.
Estas categorías van a ser recogidas en la nueva legislación post-
constitucional, así el TRRL va a contemplar a la Policía Local en la
59
Denominación prevista por los Reglamentos Municipales de cada Cuerpo du-
rante los siglos XIX y XX.
60
Denominación prevista en el RFAL, vigente hasta la C.E. de 1978.
61
Denominación prevista en la C.E. de 1978, si bien se mantienen como denomi-
nación tradicional, en algunos Ayuntamientos las de Guardia Urbana, Policía Munici-
pal o Guardia Municipal.
62
Art. 253.2 del RFAL.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 137

“Escala de Administración Especial” como “de Servicios Especiales”


y a su vez dentro de aquella señala que “pertenecerán a la Subescala
de Servicios Especiales, los funcionarios que desarrollen tareas que
requieran una aptitud específica, y para cuyo ejercicio no se exija, con
carácter general, la posesión de títulos académicos o profesionales de-
terminados... se comprenderá en esta Subescala ... Policía Local y sus
auxiliares”63. Señalando más adelante que “ en tanto se aprueben las
normas estatutarias de los Cuerpos de Policía Local, de acuerdo con
lo dispuesto en la LRBRL y la LOFyCS, será de aplicación las siguien-
tes normas: Orgánicamente, la Policía Local, estará integrada por una
escala técnica o de mando y otra ejecutiva. En la escala técnica podrán
existir los empleos de Inspector, Subinspector y Oficial, pero los dos
primeros solo podrán crearse en los municipios de más de 100.000 ha-
bitantes; en la ejecutiva los de Suboficial, Sargento, Cabo y Guar-
dia”64.
Norma de obligada cita aquí igualmente es la LRBRL que determi-
na el marco normativo por el que se rigen los funcionarios al servicio de
la Administración Local estableciendo que “los funcionarios al servicio
de la Administración Local se rigen, en lo no dispuesto por esta Ley,
por la legislación del Estado y de las Comunidades Autónomas en los
términos del artículo 149.1.18ª”65, sin olvidar lo referente a este perso-
nal al servicio de las entidades locales previsto en el Título VII de la
misma LMRFP.
Por lo que respecta al Grupo, que determina la titulación acadé-
mica y que integrará a las categorías antes citadas, debemos acudir a
normativa mas reciente como la LRFP que reformó en profundidad
el régimen funcionarial existente hasta entonces en España alcanzan-
do su ámbito de aplicación a las diferentes Administraciones públi-
cas, como señala en su exposición de motivos la propia Ley que
“constituye el nuevo marco de la función pública derivado de nues-
tra Constitución ... motivado por la construcción del Estado de las
Autonomías y la propia obsolescencia de muchas de las normas por
las que se rige nuestra función pública ... dando carácter de bases a
algunos preceptos en desarrollo del artículo 149.1.18ª de la Constitu-
ción Española”.
En estos términos se expresa dicha LMRFP en relación con que “los
Cuerpos, escalas, clases y categorías de funcionarios al servicio de las
63
Art. 172.2 TRRL.
64
Idem, Disp. Tª Cuarta 3.
65
Art. 92.1 LRBRL.
138 José Escalante Castarroyo

Administraciones Públicas se agruparán, de acuerdo con la titulación


exigida para su ingreso, en los siguientes grupos:
Grupo A. Título de doctor, licenciado, ingeniero, arquitecto o
equivalente.
Grupo B. Título de ingeniero técnico, diplomado universita-
rios, arquitecto técnico, formación profesional de tercer grado
o equivalente.
Grupo C. Título de Bachiller, formación profesional de segun-
do grado o equivalente.
Grupo D. Título de graduado escolar, formación profesional
de primer grado o equivalente.
Grupo E. Certificado de escolaridad”66.

Vigente la LMRFP hubo de promulgarse un RD que estableciera el


régimen de retribuciones de los funcionarios de Administración Local
de conformidad con el nuevo sistema retributivo que aquella estable-
ciera, determinado este que “las retribuciones básicas de los funciona-
rios de la policía municipal ... serán las que legalmente correspondan
conforme a las siguientes equivalencias:
Grupo A: Inspector, Subinspector y Oficial.
Grupo C: Suboficial y Sargento
Grupo D: Cabo y Guardia”67.

Completa este primer marco la LOFyCS, que ya en lo especifico re-


lativo a las Policías Locales encomienda a las Comunidades Autóno-
mas ejercer, entre otras funciones, “fijar los criterios de selección, for-
mación, promoción y movilidad de las Policías Locales, determinando
los distintos niveles educativos exigibles para cada categoría, sin que
en ningún caso el nivel pueda ser inferior a Graduado Escolar”68.

66
Antes art. 25 LMRFP y ahora art. 76 y disposición transitoria tercera del EBEP.
67
Disp. adicional segunda del RD 861/1986, de 25 de abril, del Régimen de retri-
buciones de los funcionarios de Administración Local, BOE de 3 de mayo de 1986.
68
Art. 39 c) de la LO de FyCS.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 139

Estructura administrativa y jerárquica en las Policías Locales antes


de asumir la coordinación por Comunidades Autónomas
Categorías Escalas Grupos Ley 30/84

Inspector Técnica o de mando A

Subinspector “ A

Oficial “ A

No existía No existía B

Suboficial Ejecutiva C

Sargento “ C

Cabo Ejecutiva D

Guardia “ D

Pero las anteriores normas y su aplicación van a tener un preceden-


te muy significativo y de progresiva aplicación también para las Poli-
cías Locales; la reclasificación del personal de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad operada por el Real Decreto Ley 12/1995, de 28 de Diciem-
bre69, esta será el referente en el que reflejarse también las Policías Loca-
les que, a través de las nuevas Leyes de Coordinación, verán como la
misma reclasificación se establece en muchas Comunidades Autóno-
mas para los Cuerpos Locales de su territorio.
Estamos refiriéndonos a la reclasificación también para los Cuer-
pos de Policía Local en sólo tres Grupos de los previstos en la LMRFP,
A, B y C y a similitud como se había aplicado para los Cuerpos de Segu-
ridad dependientes del Gobierno de la Nación, dado que hasta enton-
ces las Leyes de Coordinación de las Policías Locales, que aún hoy
mantienen algunas, las escalas y categorías se fijaban también en tres
Grupos, en A, C y D, estando excluidos del B, grupo este que empezará
a contemplase de forma general en las primeras Leyes de Coordinación

69
El art. 5 establece la reclasificación en los Grupos B y C , a efectos retributivos,
del personal de determinados empleos del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia
Civil, hasta entonces integrados en los Grupos C y D, de entre los regulados en el artí-
culo 25 de la LRFP. Por RD 1847/1996, de 26 de julio, se fijaron las cuantías de las retri-
buciones derivadas de la citada reclasificación de los grupos y los niveles de los com-
plementos de destino.
140 José Escalante Castarroyo

encuadrando también a las Policías Locales mayoritariamente en cua-


tro Grupos, A, B, C y D de la LMRFP.
La reclasificación a los tres primero Grupos, aplicada en los Cuer-
pos de seguridad del Estado a “efectos retributivos y de fijación de ha-
beres”70, no ha estado exenta de problemas en las Policías Locales, es-
pecialmente a la hora de efectuar aquella de conformidad con la citada
LRFP, siendo diversas las Leyes de Coordinación, como ya vimos, obje-
to de recurso de inconstitucionalidad al pretender integrar en aquellos
grupos sin respetar aspectos básicos, como son las titulaciones acadé-
micas.
Por similitud y comparación traemos aquí lo establecido para el
Cuerpo Nacional de Policía en lo que respecta a sus escalas, categorías
y grupos, dado que estos sirvieron en muchos casos como antecedente
a la hora de establecer escalas y categorías en los Cuerpos de Policía Lo-
cal, recordemos que entonces se pretendía, con los cambios de denomi-
naciones de las categorías, huir de las denominaciones militares que
hasta entonces seguían existiendo en los Cuerpos. El CNP está formado
por “cuatro escalas: Superior, ejecutiva, de subinspección y básica:
La Escala Superior comprende dos categorías, la de Comisario Principal y
la de Comisario.
La Escala Ejecutiva comprende dos categorías, la de Inspector-Jefe y la de
Inspector.
La Escala de Subinspección comprende la categoría de Subinspector.
La Escala Básica comprende dos categorías, la de Oficial de Policía y la de
Policía”71.
A los solos efectos retributivos y de fijación de los haberes regula-
dores y de fijación de los derechos pasivos, se aplicarán para los com-
ponentes del Cuerpo Nacional de Policía, las siguientes “equivalencias
entre los empleos y los grupos de clasificación de los funcionarios al
servicio de las Administraciones Públicas:
Grupo A: Escala Superior
Grupo A: Escala Ejecutiva
Grupo B: Escala de Subinspección
Grupo C: Escala Básica”72.

70
Art. 5 RD Ley 12/1995, de 28 de diciembre.
71
RD 1484/1987, de 4 de diciembre, sobre Régimen Jurídico, dependencia, esca-
las y categorías.
72
Art. 93.2 de la Ley 42/1999.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 141

73

Estructura administrativa y jerárquica en el CNP73


Categorías Escalas Grupos Ley 30/84

Comisario Principal Superior A

Comisario “ A

Inspector-Jefe Ejecutiva A

Inspector “ A

B
Subinspector Subinspección
B

Oficial de Policía Básica C

Policía “ “ C

Con los antecedentes de la legislación básica y previa a la coordina-


ción de las Policías Locales por las Comunidades Autónomas, que re-
cordemos en principio era de aplicación igual para todos los Cuerpos
de Policía Local en España, y lo establecido al inicio y con posterioridad
para el Cuerpo Nacional de Policía, estamos en disposición para aden-
trarnos en las categorías, escalas y con ambas en los grupos de la LRFP
fijados por cada una de las Comunidades Autónomas, todo ello deter-
mina la estructura administrativa y jerárquica de los Cuerpos de Poli-
cía Local en cada Comunidad Autónoma, veamos:

a) Escalas
Las dos Escalas previstas y de aplicación general para todos los
Cuerpos de Policía Local en España que establecía el TRDRL, Escala
técnica o de mando y ejecutiva, se han convertido en la actualidad en
ocho denominaciones diferentes, permaneciendo Comunidades Autó-
73
Debemos recordar que la LOFyCS extinguió los Cuerpos Superior de Policía y
de Policía Nacional integrándolos en el nuevo Cuerpo Nacional de Policía, estable-
ciendo aquella la denominación de las Escalas y los Grupos de conformidad con la
LRFP en la que estas se establecen y el número de categorías en cada una de ellas, ( Ar-
tículo 17, Disposición Transitoria primera 1 y adicional tercera 1). Situación que per-
manecerá hasta 1995 con la reclasificación a efectos retributivos y fijación de haberes
operada por RD Ley 12/1995, de 28 de diciembre, que estableció las Escalas en solo
tres Grupos (A,B y C) de los establecidos en la LMRFP.
142 José Escalante Castarroyo

nomas con aquellas dos primigeneas, las mas estableciendo tres escalas
y una sólo con cuatro.

b) Categorías

La posible existencia de siete denominaciones en las categorías y


dentro de las dos posibles Escalas que establecía el TRDRL, Inspector,
Subinspector, Oficial, Suboficial, Sargento, Cabo y Guardia en la actua-
lidad se han convertido en diecinueve diferentes denominaciones de
otras tantas categorías existentes en las Comunidades Autónomas.
Siete Comunidades Autónomas siguen manteniendo el mismo nú-
mero de siete categorías inicial, seis establecen seis y dos establecen
ocho y cinco categorías respectivamente, si bien las denominaciones no
son coincidentes con las inicialmente establecidas.
En cuanto a las denominaciones resultantes en las categorías, son
por este orden la de Inspector (18), Oficial (17), Subinspector (16), In-
tendente (11), Policía (10), Sargento (9), Cabo (9), Superintendente y
Suboficial (7), Agente (6), Comisario y Guardia (3), Mayor, Intendente
Principal e Intendente Mayor (2) y Subcomisario, Intendente General,
Agente 2ª y Oficial de Policía (1).

c) Grupos

Los tres Grupos iniciales en los que a afectos de retribuciones bási-


cas se equiparaban las Categorías y Escalas previstas para las Policías
Locales por el TRDRL. (A, C y D), entre los que no se contemplaba B, en
la actualidad en aplicación de las diversas normas coordinadoras sobre
aquellas, mayoritariamente se observa que categorías y escalas vienen
establecidos en cuatro grupos: A, B, C y D, siendo muchas las Comuni-
dades Autónomas que han reclasificado a los Cuerpos en solo los tres
primeros grupos: A, B y C.
Así, en la actualidad nueve Comunidades o Ciudades Autónomas
establecen 3 Grupos, (A, B y C) a similitud de la integración efectuada
para los Cuerpos de Seguridad del Estado; cinco tienen establecidas las
categorías en cuatro grupos, (A, B, C y D) y cinco aún mantienen los
primigeneos grupos de A, C y D para las categorías establecidas74.

74
Reiteramos que cuanto referimos a los Grupos de la LMRFP debemos enten-
derlo hoy referidos a los establecidos en el EBEP.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 143

DENOMINACIÓN DE LAS ESCALAS Y GRUPOS EN LOS


CUERPOS DE POLICÍA LOCAL DE LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS SEGÚN LMRFP - EBEP 75

Nº de escalas
Superior o de
Técnica o de

Intermedia

Inspección
Denominación.

Ejecutiva
Superior

Técnica

mando

mando
Básica
Comunidad/
Ciudad

Andalucía A B C 3
Aragón CD A 2
Cantabria C AB 2
Canarias A BCD 2
Castilla-La
A B C 3
Mancha
Castilla y León A B C 3
Cataluña A B D C 4
Comunidad
A B C 3
Valenciana
Extremadura A B C 3
Galicia CD A 2
Islas Baleares A B C 3
La Rioja A B C D 3
Madrid BCD A 2
Navarra En niveles (A, B, C) y 7 grados
País Vasco AB D C 3
Asturias CD A 2
Región Murcia A B C 3
Ceuta CD A 2
Melilla CD A 2

75
Elaboración propia partiendo de lo establecido en las diferentes Leyes de Co-
ordinación y sus normas de desarrollo de cada Comunidad y en su caso Ciudad Autó-
noma. Los grupos LMRFP hay que contextualizarles en las equivalencias del EBEP (A-
A1; B-A2; C-C1 y D-C2).
144 José Escalante Castarroyo

DENOMINACIONES DE LAS CATEGORÍAS- EMPLEOS EN LAS


POLICÍAS LOCALES DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS
SEGÚN LMRFP-EBEP

Total
7 11 2 18 18 16 17 6 10 3 7 9 9 3 2 1 1 1 1
Categorías

Intendente- General
Intendente-Principal

Intendente-Mayor

Oficial de policía
Superintendente

Denominaciones

Subcomisario
Subinspector
Intendente

Comisario
Suboficial
de los

Agente 2º
Inspector

Sargento

Guardia
Agente
Oficial

Policía
Mayor

Cabo
empleos

Comunidades/
Ciudades

Andalucía A A B B C C A
Aragón A A C C D A D
Cantabria B A A C B C C
Canarias A A A D B C D
Castilla -
A A B B C C
La Mancha
Castilla y León A A A B B C C
Cataluña A A B C D C D A
Com.
B B C C A A
Valenciana
Extremadura A A B B C C
Galicia A A A C C D D
Islas Baleares A A B B C C A
La Rioja B C D D A
Madrid A A A D B C D
Navarra A B A C B C
País Vasco A C D B C B D
Princ.de
A A A C C D D
Asturias
Región de
A A B C B C
Murcia
Ceuta A A C C D D
Melilla A A A C C D D
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 145

5. LAS FUNCIONES DE LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL

5.1. Las funciones preconstitucionales

Como señala Cortina, muchos años decano de los Jefes de Policía


Local de España, “por primera vez en la historia de los Cuerpos de Po-
licía Local la legislación delimita sus funciones”76 y lo hace en el RFAL
enmarcando estas en los siguientes términos:

“1. La Policía Municipal tendrá las siguientes funciones:


a) Vigilancia y ordenación del tráfico.
b) Policía Judicial.
c) Orden público.
d) Cooperación a la representación corporativa.
e) Las demás que le correspondan o se le encomienden.”77

Este elenco va a permanecer vigente hasta bien entrado el período


constitucional, si bien con algunos desarrollos muy significativos en al-
gunos de los apartados funcionales señalados, que comentamos breve-
mente y previo a reflejar el marco actual funcional de las Policías Loca-
les de España, iniciado tras la promulgación de la Constitución
Española de 1978 y especialmente con la LOFyCS y la coordinación de
las Policías Locales por las Comunidades Autónomas, que veremos
después, dado que conociendo los antecedentes inmediatos y su conso-
lidación funcional será más fácil conocer el desarrollo posterior.
Si bien el citado RFAL encomendaba en 1952 a las Policías Munici-
pales la “ vigilancia y ordenación del tráfico”, con anterioridad el Códi-
go de la Circulación promulgado en 1934 ya señalaba que “las Regio-
nes autónomas, las Provincias, los Municipios y los Cabildos insulares,
podrán establecer en cada comarca o localidad disposiciones u orde-
nanzas especiales, regulando la circulación dentro de las vías de espe-
cial jurisdicción... y adoptarán las oportunas medidas para que los con-
ductores de toda clase de vehículos o de animales que de ellos
dependan, conozcan las reglas generales de la circulación, las especia-
les concernientes al servicio que les está encomendado y cumplan es-
trictamente los preceptos del presente Código” 78.
76
CORTINA FRADE, I. y otros: “La Policía Local, veinticinco años al servicio de los
Ayuntamientos democráticos”, Tomo I, Historia Critica, Edit. Castilla Ediciones, Valla-
dolid, 2005, pág. 35.
77
Art. 255 del RFAL.
78
Art. 12 y 6 del Decreto de 25 de septiembre de 1934 aprobando el Código de la
Circulación y sus Anexos.
146 José Escalante Castarroyo

Recordemos también que la especialidad de Policía de Tráfico, que


venía formando parte de la Policía Armada, no quedará extinguida hasta
1959, asumiendo desde entonces sus funciones la Guardia Civil en las
vías interurbanas, con la “ misión de vigilancia, protección y auxilio a los
usuarios de las vías públicas”, ejerciéndose estas funciones por este
Cuerpo “ y por los Agentes o Cuerpos Auxiliares de la autoridad ... en or-
den a su agrupación o demarcación territorial de actuación”79.
Pero será la LRBRL en 1985 la que consolide definitivamente pri-
mero como materia a ejercer por los Municipios “la ordenación del trá-
fico de vehículos y personas en las vías urbanas”80 y como competencia
de los municipios y función de las Policías Locales “ la ordenación y el
control del tráfico en las vías urbanas de su titularidad, así como su vi-
gilancia por medio de agentes propios”81.
Las funciones de las Policías Municipales como policía judicial es-
taban ya previstas en la vetusta Ley de Enjuiciamiento Criminal de
1882 que preveía “constituirán la policía judicial ... los empleados de la
policía de seguridad .... los serenos, celadores y cualesquiera otros
Agentes municipales de policía urbana o rural”82, lo que pone de mani-
fiesto como antecedente funcional que desde entonces todos los miem-
bros de fuerzas y cuerpos de seguridad constituyen la policía judicial y
son auxiliares de los Jueces y Tribunales en materia penal y del Minis-
terio Fiscal, obligados a seguir las instrucciones que de aquellas autori-
dades reciban a efectos de investigación de los delitos y persecución de
los delincuentes. En términos parecidos se expresará años más tarde la
Constitución Española de 197883.
Tradicional venía siendo, como ya señalara en uno de mis cuader-
nos profesionales84, a pesar del vacío legal en el que se desenvuelve su
gestión, la custodia de detenidos a disposición judicial que asumen, en
funciones de policía judicial, los cuerpos de policía de los municipios
79
Art. 3.2 y 7.1 de la Ley de 30 de julio de 1959, de la Jefatura del Estado, Circula-
ción urbana e interurbana, competencia en materia de tráfico.
80
Art. 25.2 de la LRBRL.
81
Art. 7º del RD Legislativo 339/1990, de 2 de marzo por el que aprueba el texto
Articulado de la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motos y seguridad vial.
82
Art. 283 segundo y quinto del RD de 14 de septiembre de 1882, aprobatorio de
la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
83
Art. 126 de la C.E. de 1978: “La Policía judicial depende de los Jueces, de los
Tribunales y del Ministerio Fiscal en sus funciones de averiguación del delito y descu-
brimiento y aseguramiento del delincuente, en los términos que la ley establezca”.
84
ESCALANTE, J., Revista Policía Municipal, Cuaderno Profesional, “Los depósi-
tos municipales de detenidos”, Edit. Cosema, número 8, 1987.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 147

cabeza de partido judicial y que se plasmará en la LRBRL85 como com-


petencia delegada para aquel tipo de municipios.
Pero no será hasta 1986 cuando se delimiten las funciones como poli-
cía judicial para las Policías Locales, y lo hará la LOFyCS que determinará
que “para el cumplimiento de dicha función, la de policía judicial, tendrá
carácter colaborador de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el
personal de Policía de las Comunidades Autónomas y de las Corporacio-
nes Locales”86. La creación de las “unidades especializadas de policía judi-
cial” por el Ministerio del Interior en la Dirección General de Seguridad y
en la Dirección General de la Guardia Civil ... según las diferentes clases de
delitos... La creación de las unidades ... se efectuará de acuerdo con los Mi-
nisterios interesados por razón de las materias que correspondan a cada
una de las unidades de policía judicial especializadas”87, se había previsto
con anterioridad aunque propiamente su regulación no lo sería hasta 1987
al regularse la policía judicial88en sentido estricto con las Unidades de Poli-
cía Judicial especializadas y manteniéndose con funciones generalistas
para todos los demás componentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Materia funcional más antigua aún que la de policía judicial será el
orden público que ya la primera Constitución Española de 1812 señala-
ba que “estará a cargo de los Ayuntamientos: Auxiliar al Alcalde en
todo lo que pertenezca a la seguridad de las personas y bienes de los
vecinos y a la conservación del orden público”89.
Pero será una vez finalizada la contienda civil y establecido el nue-
vo régimen político del General Franco90, cuando el orden público evo-
lucione, desde la seguridad de las personas y los bienes al mantenimien-
to de las instituciones políticas vencedoras en aquella. La promulgación
de la primera ley específica sobre el orden público se producirá, en pa-
labras de su preámbulo, para “definir precisa y actual el orden público,
la delimitación orgánica y unitaria del instrumento encargado de velar
85
La Disposición final quinta de la LRBRL dispone que “ a partir de la entrada en
vigor de esta Ley, los Municipios cabeza de partido judicial en que no exista estableci-
miento penitenciario alguno asumirán, en régimen de competencia delegada, la ejecu-
ción del servicio de depósito de detenidos a disposición judicial, correspondiendo la
custodia de dichos detenidos a Policía Municipal en funciones de Policía Judicial”.
86
Art. 29.2 de la LOFyCS.
87
Art. único del RD 1377/1978, de 16 de junio, sobre creación de unidades espe-
cializadas de policía judicial que no será derogado hasta 1987, regulando la Policía Ju-
dicial por RD 769/1987, ya vigentes tanto la C.E. de 1978 como la LOFyCS.
88
RD 769/1987, de 19 de junio, sobre regulación de la Policía Judicial.
89
Apdo. 2º del art. 321 de la C.E. de 18 de marzo de 1812.
90
La guerra civil española se inicia en el año 1936 y finaliza en 1939.
148 José Escalante Castarroyo

por el, el desarrollo rigurosamente sistemático de sus estados vitales y


de crisis, reduciendo estos a los que son racionalmente admisibles”91.
En la misma se determinan las autoridades encargadas de su conserva-
ción en estos términos: “Bajo la autoridad y dirección del Gobernador
Civil correspondiente, los Alcaldes coadyuvarán a la conservación del
orden público en sus respectivos términos municipales”92.
Y ya en las proximidades de reinstaurarse un nuevo período consti-
tucional y democrático en España, será el Ministro de la Gobernación de
entonces, Manuel Fraga Iribarne, el que, dadas las circunstancias y la
conflictividad social e incertidumbre política, que se plantearon tras el
fallecimiento en 1975 del General Franco, y con el fin de afrontar con to-
dos los medios disponibles para la garantía del orden público, el que
propusiera al Gobierno una disposición que va a determinar el régimen
y funciones de la Policía Municipal en materia de orden público93seña-
lando que , “debiendo actuar en todos los casos de alteración del orden
público con función propia en la guarda de aquel, tanto colaborando con
las restantes fuerzas del orden público, como actuando por sí mismas,
con las medidas que la situación aconseje”94, pudiendo a tales efectos los
Gobernadores Civiles “disponer de los servicios de la Policía Municipal
cuando la prevención o el mantenimiento del orden público así lo acon-
sejen, dictando las ordenes que procedan a dichos fines”95.
Esta implicación funcional en materia de seguridad, tan sensible y
especializada, había quedado un año antes, coincidente con el falleci-
miento del General Franco, fijada en las Bases del Estatuto de Régimen
Local en los siguientes términos: “ La Policía Municipal tendrá, además
de las funciones propias de su competencia, la de auxilio al orden pú-
blico”96. Recordemos que también los alcaldes eran competentes para
sancionar los actos contrarios al orden público97.

91
Ley 30 de julio de 1959, de Orden público.
92
Ibidem, art. 7.
93
RD 823/1976, de 23 de abril, por el que se regulan el régimen y funciones de la
Policía Municipal en materia de orden público.
94
Ibidem, art. 1.
95
Ibidem, art. 5.
96
Base 40ª de la Ley 41/1975, de 19 de noviembre, de Bases del Estatuto de Régi-
men Local.
97
“Los Alcaldes podrán sancionar los actos contra el orden público con multas que
no excedan de quinientas pesetas, en municipios de hasta diez mil habitantes; de mil pese-
tas en los de diez mil a vente mil; de dos mil pesetas, en los demás de veinte mil; de cinco
mil pesetas en los demás de cincuenta mil y de diez mil pesetas en los de más de cien mil”,
Ley 36/1971, de 21 de julio, modificación de la Ley de Orden Público de 30 de julio de 1959.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 149

La articulación parcial de aquel Estatuto en lo relativo a los funcio-


narios públicos locales, al referirse en concreto a la Policía Municipal,
determinará una nueva relación de las funciones reproduciéndolas en
otro orden señalando que, “la policía municipal tendrá a su cargo, de
acuerdo con la legislación general, de las medidas de policía emanadas
de las autoridades competentes y, en especial, la vigilancia y ordena-
ción del tráfico, la cooperación a la representación corporativa y otras
análogas que se le atribuyan. Además, tendrá la de auxilio al orden pú-
blico en general y, en su caso, la de policía judicial con arreglo a las le-
yes”98.
La promulgación de una nueva Constitución en 1978 modificará
sustancialmente el término de “orden público” por el de “seguridad
ciudadana”, aquel venía empleándose con manifiestas connotaciones
político ideológicas dando paso a ésta como garantía de los derechos y
libertades de los ciudadanos reconocidos constitucionalmente99, cam-
biando así sustancialmente las funciones de los cuerpos y fuerzas de se-
guridad, que ya no estarán al servicio y defensa de un sistema político
concreto sino para “proteger el libre ejercicios de los derechos y liberta-
des y garantizar la seguridad ciudadana”100.
No obstante establecerse con claridad, para las entonces Policías
Municipales, unas funciones propias, no es menos cierto que en su con-
junto aquellas se ejercían en el contexto del carácter auxiliar y colabora-
dor con el resto de Cuerpos de Seguridad existentes, y, me atrevo a seña-
lar, mas en subordinación funcional que en colaboración profesional.
Prueba de ello son algunos textos legales que se expresaban en los si-
guientes términos:“son auxiliares de la policía gubernativa ( entonces
Cuerpos General de Policía y Policía Armada) y, dentro de la misión es-
pecial que a cada uno compete en su propia esfera, están obligados a
prestarle su colaboración, aún sin requerimiento previo:
Primero.- Los individuos pertenecientes a Cuerpos armados que
dependan de las Diputaciones o Ayuntamientos.
Quinto.- En general cuantos individuos puedan tener intervención
en funciones de vigilancia, seguridad o mantenimiento del orden pú-
blico”101.
98
Art. 98.1 del RD 3046/1977, de 6 de octubre, por el que se articula parcialmente
la Ley 41/1975, de Bases del Estatuto de Régimen Local.
99
Cap. II, Derechos y libertades, art. 14 y s.s. de la C.E. de 1978.
100
Art. 104 de la C.E. de 1978.
101
Art. 6 del Decreto 2038/1975, de 17 de julio, por el que se aprueba el Reglamen-
to Orgánico de la Policía Gubernativa.
150 José Escalante Castarroyo

Curiosamente, dos días antes de someterse a votación por el pue-


blo español una nueva Constitución, se promulgará la última Ley de
Policía preconstitucional que seguirá manteniendo conceptos a su-
perar unos años más tarde, estableciendo que “ la organización y
funciones de los Cuerpos de Seguridad dependientes de las provin-
cias y municipios se regirán por sus disposiciones especiales. Estas
disposiciones establecerán las competencias de los Cuerpos mencio-
nados y su coordinación y obligada colaboración con los de Seguri-
dad del Estado bajo el principio de primacía y superior dirección de
estos”102.
Aquel carácter de auxiliar e incluso de subordinación de unos poli-
cías respecto de otros quedará proscrito definitivamente para las Poli-
cías Locales en la LOFyCS al establecer que “los miembros de las Fuer-
zas y Cuerpos de Seguridad ajustarán su actuación al principio de
cooperación recíproca y su coordinación se efectuará a través de los ór-
ganos que a tal efecto establece esta ley”103.
En adelante, con una delimitación funcional y territorial para cada
una de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de los que formarán parte
las Policías Locales104, no se entenderán otros principios que los citados
de la cooperación y colaboración recíprocas, al entender que “la seguri-
dad pública constituye una competencia difícil de parcelar, toda vez
que no permite delimitaciones o definiciones con el rigor y precisión
admisibles en otras materias ... y que es un terreno de encuentro de las
esferas de competencia de todas las Administraciones Públicas”, como
señala el preámbulo de la LOFyCS que regula funciones, principios bá-
sicos de actuación y estatutos de aquellas Fuerzas y Cuerpos de seguri-
dad.
Por último, y probablemente como una de las más antiguas funcio-
nes de las Policías Locales, a pesar de los años y el cambio en las formas,
que aún hoy perdura, está la colaboración a la representación corpora-
tiva.
La participación en el ceremonial y protocolo municipales hace que
las policías locales vistan sus mejores galas acompañando a la respecti-
va Corporación cuando concurre como tal a actos y celebraciones, con
Maceros, Guardias de Gala y Gran Gala, etc. Esta función, recogida
desde antiguo entre las funciones de los Guardias Municipales como lo
102
Art. 1.2. de la Ley 55/1978, de Policía, de 4 de diciembre.
103
Art. 3º LOFyCS.
104
“ Son fuerzas y cuerpos de seguridad: c) Los Cuerpos de Policía dependientes
de las Corporaciones Locales”, artículo 2º de la LOFyCS.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 151

hace el RFAL y también lo contemplan acuerdos municipales105, en la


actualidad se mantiene en algunas de las normas promulgadas por las
Comunidades Autónomas106.

5.2. Las funciones postconstitucionales

Una vez promulgada la Constitución Española en 1978, el marco le-


gal de las funciones propias de las Policías Locales podrá emanar de
los tres ámbitos territoriales en los que se organiza el Estado, juntamen-
te con las Comunidades Autónomas y la Administración Local107.
Estos son los principales textos legales y las funciones de las Poli-
cías Locales que en ellos se establecen.

5.2.1. Constitución Española de 1978

La constitucionalización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en


general fue una necesidad y una lógica derivación de su misión tras-
cendental, en cuanto a la protección del libre ejercicio de los derechos y
libertades que, en el contexto de la Constitución de 1978, son objeto de
su Título I y principal, ya que integran la Carta Magna del ciudadano
español. Esta va a ser la razón que determinará el particular relieve con
que la LOCyFS resalte la promesa o juramento de acatar y cumplir la
Constitución, por parte de los miembros de todos los Cuerpos y Fuer-
zas de Seguridad, que no constituye un mero trámite esencial, sino
constitutivo de la condición policial y al mismo tiempo símbolo y em-
blema de su alta misión.
Así, la norma suprema determina que “ Las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad tendrán como misión proteger el libre ejercicio de los dere-
chos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana”, señalando a
105
Acuerdo del Ayuntamiento de Burgos de 26 de Noviembre de 1880, sobre “ce-
remonial a observar para los actos públicos con la asistencia del Ayuntamiento, divi-
didos en religiosos y cívicos, subdivididos unos y otros en ordinarios y extraordina-
rios. Por su mayor o menor importancia con la concurrencia de la Corporación en
Pleno y mediante una Comisión representativa.
106
“ Funciones de la Jefatura: k) Acompañar a la Corporación en aquellos actos
públicos en que concurra esta ...” Art. 23 del Decreto 84/2005, de 10 de noviembre,
Normas Marco de las Policías Locales de Castilla y León.
107
Art. 2 y 140 de la C.E. de 1978: “ La constitución ... reconoce y garantiza ... el de-
recho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran ... y la autono-
mía de los municipios ...”
152 José Escalante Castarroyo

continuación que “una Ley Orgánica determinará las funciones, princi-


pios básicos de actuación y estatutos de las Fuerzas y Cuerpos de Segu-
ridad”108.
Al referirse a la policía judicial, después de señalar que “depende
de los Jueces, de los Tribunales y del Ministerio Fiscal en sus funciones
de averiguación del delito y descubrimiento y aseguramiento del de-
lincuente” remite “ en los términos que una ley establezca”109.
Una referencia constitucional especifica de las Policías Locales vie-
ne expresamente contemplada, dentro del Capítulo Tercero del Título
Octavo, rubricada por las Comunidades Autónomas al enumerar las
competencias en las materias que podrán asumir éstas la de “... la coor-
dinación y demás facultades en relación con las Policías Locales en los
términos que establezca una Ley Orgánica”110, si bien mas adelante re-
lacionará también, dentro de las competencias exclusivas del Estado la
“seguridad pública, sin perjuicio de la posibilidad de creación de poli-
cías por las Comunidades Autónomas en la forma que se establezca en
los respectivos Estatutos en el marco de lo que disponga una ley orgá-
nica”111.

Funciones de las Policías Locales en la C.E. de 1978


Proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y
garantizar la seguridad ciudadana

5.2.2. Ley Orgánica 2/1986 de FyCS

Respondiendo al mandato constitucional112, la Ley tiene como obje-


tivo principal, citando su preámbulo, el de “diseñar las líneas maestras
del régimen jurídico de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en su con-
junto, tanto de las dependientes del Gobierno de la Nación como de las
Policías Autonómicas y Locales ... La existencia de varios colectivos po-
liciales que actúan en un mismo territorio con funciones similares y, al
menos parcialmente, comunes, obliga necesariamente, a dotarlos de
principios básicos de actuación idénticos y de criterios estatutarios
108
Art. 104.1 y 2 de la C.E. de 1978. La remisión constitucional es a la LOFyCS.
109
Art. 126 de la C.E. de 1978. La remisión constitucional es a la LO 6/1985 de 1 de
julio, del Poder Judicial.
110
Art. 148.1.22 de la C.E. de 1978.
111
Art. 149.1.29 de la C.E. de 1978. La remisión constitucional es a la LOFyCS.
112
Art. 104.2 de la C.E. de 1978.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 153

también comunes, y el mecanismo mas adecuado para ello es reunir


sus regulaciones en un texto legal único que constituye la base mas
adecuada para sentar el principio fundamental de la materia: el de la
cooperación recíproca y de coordinación de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad pertenecientes a todas las esferas administrativas”.
Por lo que respecta a las funciones de las Policías Locales, reconoci-
das las competencias de los municipios en materia de seguridad en lu-
gares públicos y de ordenación del tráfico de personas y vehículos en
las vías urbanas113, admite distintas modalidades de ejecución de las
mismas, desde la creación de Cuerpos de Policía propios, por parte de
las Corporaciones Locales, hasta la utilización de personal auxiliar de
custodia y vigilancia y, dado que no existe ningún condicionamiento
constitucional, la Ley ha procurado dar a las Corporaciones Locales de
las que dependen aquellas, “una participación en el mantenimiento de
la seguridad ciudadana, coherente con el modelo diseñado, presidido
por la evitación de duplicidades y concurrencias innecesarias y en fun-
ción de las características propias de los Cuerpos de Policía Local y de
la actividad que tradicionalmente vienen realizando.
Sin la distinción formal entre competencias exclusivas y concurren-
tes, la Ley atribuye a las Policías Locales “las funciones naturales y
constitutivas de toda policía”, recogiéndose como específicas: la orde-
nación, señalización y dirección del tráfico urbano y policía adminis-
trativa en lo relativo a las Ordenanzas y Reglamentos municipales;
añadiendo la de vigilancia y protección de personalidades y bienes de
carácter local, en concordancia con los cometidos similares de los de-
más Cuerpos policiales, y atribuyéndoles también las funciones de co-
laboración recíproca con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Esta-
do, en su caso con la Policía de las Comunidades Autónomas, en
materias concurrentes de seguridad ciudadana y la participación en las
funciones de policía judicial en la forma establecida en las leyes114.
Y como obviamente se parte reconociendo la autonomía municipal
para la ordenación complementaria de su Policía, la Ley, en cuanto a su
régimen estatutario, se limita a reiterar la aplicación a las Policías Loca-
les de los criterios generales establecidos en las disposiciones genera-
les, los principios básicos de actuación y las disposiciones estatutarias
comunes115 y delimita, teniendo en cuenta lo establecido en la propia

113
Art. 25 de la LRBRL.
114
Art. 53 de la LOFyCS.
115
Idem, Título I, Capítulos primero, segundo y tercero, artículos 1 al 8.
Ley y la LRBRL, las funciones de coordinación de las Policías Locales
por las Comunidades Autónomas en el ámbito territorial respectivo116.

Funciones de las Policías Locales en la LOFyCS


a) Proteger a las Autoridades de las Corporaciones Locales, y vigilancia o
custodia de sus edificios e instalaciones.
b) Ordenar, señalizar y dirigir el tráfico en el casco urbano, de acuerdo con lo
establecido en las normas de circulación.
c) Instruir atestados por accidentes de circulación dentro del casco urbano.
d) Policía Administrativa, en lo relativo a las Ordenanzas, Bandos y demás
disposiciones municipales dentro del ámbito de su competencia.
e) Participar en las funciones de Policía Judicial en la forma establecida en el
artículo 29.2 de esta Ley.
f) La prestación de auxilio, en los casos de accidente, catástrofe o calamidad
pública, participando, en la forma prevista en las leyes, en la ejecución de
los planes de Protección Civil.
g) Efectuar diligencias de prevención y cuantas actuaciones tiendan a evitar la
comisión de actos delictivos en el marco de colaboración establecido en las
Juntas Locales de Seguridad.
h) Vigilar los espacios públicos y colaborar con las Fuerzas y Cuerpos de Se-
guridad del Estado en la protección de las manifestaciones y el manteni-
miento del orden en grandes concentraciones humanas, cuando sean re-
queridos para ello.
i) Cooperar en la resolución de los conflictos privados cuando sean requeri-
dos para ello.

5.2.3. Ley 7/1985, Reguladora de las Bases de Régimen Local

Señalábamos que la Constitución Española “garantiza la autono-


mía de los Municipios. Estos gozarán de personalidad jurídica plena.
Su gobierno y administración corresponde a sus respectivos Ayunta-
mientos”117. En este contexto la LRBRL establece que “ el municipio
para la gestión de sus intereses y en el ámbito de sus competencias,
puede promover toda clase de actividades y prestar cuantos servicios
públicos contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la
116
Idem, artículo 39.
117
Art. 140 de la C.E. de 1978.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 155

comunidad vecinal ... ejercerá, en todo caso, competencias en los térmi-


nos de la legislación del Estado y de las Comunidades Autónomas, en
las siguientes materias:118
a) Seguridad en lugares públicos.
b) Ordenación del tráfico de vehículos y personas en las vías ur-
banas.
c) Protección civil”...119
Las competencias de los Municipios relacionadas lo están directa o
indirectamente con la seguridad pública, reconociendo la LOFyCS su
ejecución a través de distintas modalidades, desde la creación de Cuer-
pos de Policía propios por parte de las Corporaciones Locales, hasta la
utilización de personal auxiliar de aquellos120.
Esta Ley no relaciona, salvo la custodia de detenidos a disposición
judicial, en los denominados depósitos municipales, funciones especí-
ficas a las Policías Locales, si bien las que citan como competencias del
municipio están previstas, en parecidos términos, en la LOFyCS121.
Respecto de la citada custodia de detenidos a disposición judicial,
función peculiar y que venía asumiéndose desde antiguo por los Muni-
cipios y llevada a cabo por los Policías Locales, ha quedado reflejada en
esta Ley en los siguientes términos: “los municipios cabeza de partido
judicial en que no exista establecimiento penitenciario alguno asumi-
rán, en régimen de competencia delegada, la ejecución del servicio de
depósito de detenidos a disposición judicial, correspondiendo la custo-
dia de dichos detenidos a la policía municipal en funciones de policía
judicial”122.
118
Art. 51.1 de la LOFyCS: “Los municipios podrán crear Cuerpos de Policía pro-
pios, de acuerdo con lo previsto en la presente Ley, en la de Bases de Régimen Local y
en la legislación autonómica”.
119
Art. 25 de la LRBRL.
120
Art. 51.2.2. LOFyCS: “En los municipios donde no exista Policía Municipal, los
cometidos de esta serán ejercidos por el personal que desempeñe funciones de custo-
dia y vigilancia de bienes, servicios e instalaciones, con la denominación de Guardas,
Vigilantes, Agentes, Alguaciles o análogos”.
121
Art. 53 LOFyCS:
“ Los Cuerpos de Policía Local deberán ejercer las siguientes funciones:
b) Ordenar, señalizar y dirigir el tráfico en el casco urbano, de acuerdo con lo esta-
blecido en las normas de circulación.
f) La prestación de auxilio en los casos de accidente, catástrofe o calamidad públi-
ca, participando, en la forma prevista en las leyes, en la ejecución de los planes de Pro-
tección Civil.
h) Vigilar los espacios públicos ...”.
122
Disp. final 5ª de la LBRL.
156 José Escalante Castarroyo

Funciones de las Policías Locales en LRBRL


a) Seguridad en lugares públicos.
b) Ordenación del tráfico de vehículos y personas en las vías urbanas.
c) Protección Civil.
d) Custodia de detenidos a disposición judicial

5.2.4. Tráfico y Seguridad Vial

Hoy la diversa legislación vigente sobre tráfico, circulación de


vehículos a motor y seguridad vial tiene como origen la Constitución
Española de 1978 que asigna al Estado la competencia exclusiva, en-
tre otras materias en “tráfico y circulación de vehículos a motor”123,
promulgándose al efecto, como normas mas significativas, una Ley
de Bases sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad
vial124, articulada en un texto normativo con rango de Ley125 y con
numerosas remisiones en su articulado a desarrollos reglamenta-
rios126.
En lo relativo a las competencias, la Ley de Bases establece que “se
regulará el ejercicio de las competencias, que de acuerdo con la Consti-
tución y los Estatutos de Autonomía, corresponden a la Administra-
ción del Estado y se determinarán las que hayan de corresponder a las
Corporaciones Locales”127, concretándose aquellas en el Texto articula-
do de la Ley128 en los siguientes términos, ”se atribuyen a los Munici-
pios en el ámbito de esta Ley, las siguientes competencias:
a) La ordenación y el control del tráfico en las vías urbanas de su
titularidad, así como su vigilancia por medio de Agentes pro-
123
Art. 149.21ª de la C.E. de 1978.
124
Ley 18/1989, de 25 de julio.
125
RD Legislativo 339/1990, de 2 de marzo, por el que se aprueba el Texto articu-
lado de la Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial.
126
Entre los que se encuentran el Reglamento General de Circulación, aprobado
por RD 13/1992, de 17 de Enero; Reglamento General de Conductores, RD 772/
1997, de 30 de Mayo; Reglamento de Vehículos, RD 2822/1998, de 23 de Diciembre y
Reglamento de procedimiento sancionador, RD 320/1994, de 25 de febrero entre
otros.
127
Base 2ª de la Ley 18/1989, de 25 de Julio, de Bases sobre tráfico, circulación de
vehículos a motor y seguridad vial.
128
RD Legislativo 339/1990, de 2 de marzo.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 157

pios, la denuncia de las infracciones que se cometan en dichas


vías y la sanción de las mismas cuando no esté expresamente
atribuida a otra Administración.
b) La regulación, mediante disposición de carácter general, de los
usos de las vías urbanas, haciendo compatible la equitativa
distribución de los aparcamientos entre todos los usuarios,
con la necesario fluidez del tránsito rodado y con el uso peato-
nal de las calles.
c) La retirada de los vehículos de las vías urbanas y el posterior
depósito de aquellos y de los retirados de las vías interurbanas
en los casos y condiciones que reglamentariamente se determi-
ne, cuando obstaculicen o dificulten la circulación o supongan
un peligro para ésta.
d) La autorización de pruebas deportivas cuando discurran inte-
gra y exclusivamente por el casco urbano, exceptuadas las tra-
vesías.
e) La realización de las pruebas a que alude el apartado o) del ar-
tículo 5º ( pruebas para determinar el grado de intoxicación al-
cohólica, o por estupefacientes, psicotrópicos o estimulantes,
de los conductores que circulen por las vías publicas en las que
tiene atribuida la vigilancia y el control de la seguridad de la
circulación vial), de acuerdo con lo que reglamentariamente se
establezca.
f) El cierre de vías urbanas cuando sea necesario”129.
A la vista de las competencias que se atribuyen a los Municipios,
en materia de tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad
vial, podemos señalar que varias de ellas están comprendidas en las
que se fijan para los Cuerpos de Policía Local por la LO de FyCS y se
ejercen como funciones propias por estas, como son la ordenación, vi-
gilancia y control del tráfico, la denuncia de las infracciones, la retira-
da de los vehículos o la realización de las pruebas de detección alco-
hólica entre otras y cuya inclusión en aquella Ley orgánica viene
fijada en los términos de “ordenar, señalizar y dirigir el tráfico en el
casco urbano, de acuerdo con lo establecido en las normas de circula-
ción”130.

129
Ibidem, art. 7.
130
Art. 53 b) de la LO de FyCS.
158 José Escalante Castarroyo

Funciones de las Policías Locales en LSV


a) Ordenación y control del tráfico.
b) Regulación mediante disposición de carácter general.
c) Vigilancia y denuncia por medio de Agentes propios.
d) Sanción de las infracciones.
e) Retirada de los vehículos que obstaculicen o dificulten la circulación.
f) Autorización de pruebas deportivas y cierre de vías urbanas.
g) Realización de pruebas alcohólicas, estupefacientes, psicotrópicas o esti-
mulantes.

5.2.5. Poder Judicial y Policía Judicial

Quizás sean las funciones de policía judicial de las Policías Locales,


la asignatura pendiente que no resolvió la LOFyCS al fijar las funciones
propias y en colaboración para cada uno de los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad, a pesar de tener un antecedente constitucional básico y ge-
nérico donde se refiere que “la policía judicial depende de los Jueces,
de los Tribunales y del Ministerio Fiscal en sus funciones de averigua-
ción del delito descubrimiento y aseguramiento del delincuente, en los
términos que la ley establezca”131. Remisión hecha a la citada LOFyCS
que asignará “las funciones de Policía Judicial que se mencionan en la
Constitución serán ejercidas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado, a través de las Unidades que se regulan en el presente capí-
tulo. Para el cumplimiento de dicha función tendrá carácter colabora-
dor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el personal de
Policías de las Comunidades Autónomas y de las Corporaciones Loca-
les”132.
La citada LOFyCS, ha pretendido en principio, ser limitadora y ex-
clusiva en las funciones de policía judicial para que sean ejercidas a tra-
vés de las Unidades de Policía Judicial y de las que solo forman parte
algunos “funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Esta-
do”133, pero en otras disposiciones, dentro de una regulación mas real y
consecuente, han venido a subsanar aquella limitación y exclusividad
que se pretendía, incluso la propia LOFyCS lo hace al determinar, en el

131
Art. 126 de la C.E. de 1978.
132
Art. 126 1 y 2 de la LOFyCS.
133
Idem, art. 30 y s.s.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 159

contexto de las funciones que deberán ejercer los Cuerpos de Policía


Local, asignándoles funciones de policía judicial como “instruir atesta-
dos por accidentes de circulación dentro del casco urbano” y “efectuar
diligencias de prevención y cuantas actuaciones tiendan a evitar la co-
misión de actos delictivos”. Eso sí, remarcando expresamente en otra
de las funciones el carácter colaborador al “ participar en las funciones
de policía judicial”134.
Y como no podía ser de otra manera, la propia Ley de Enjuicia-
miento Criminal ya lo establecía en época tan lejana como el año 1882,
norma vigente en la actualidad que señala que “constituirán la Policía
Judicial y serán auxiliares de los Jueces y Tribunales competentes en
materia penal y del Ministerio Fiscal quedando obligados a seguir las
instrucciones que de aquellas autoridades reciban a efectos de la inves-
tigación de los delitos y persecución de los delincuentes: Los Agentes
Municipales de policía urbana”135.
Ante función tan delicada y compleja y la propia delimitación y fi-
jación del concepto de policía judicial, que lejos de tener un significado
único y monovalente en las normas, se presta a interpretaciones dispa-
res, a través de una regulación específica136 se ha tratado de deslindar la
consideración de función general que se deduce de la Ley de Enjuicia-
miento Criminal de lo que debe ser una conceptuación moderna de la
policía judicial como policía científica que requiere la aplicación de
principios de especialización que es lo que pretende la LOFyCS con las
Unidades Orgánicas de Policía Judicial137. Así esta regulación deja a las
claras que “ las funciones generales de policía judicial corresponden a
todos los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, cualquiera
que sea su naturaleza y dependencia ... con estricta sujeción al ámbito
de sus respectivas competencias ... practicarán por su propia iniciativa
y según sus respectivas atribuciones las primeras diligencias de pre-
vención y aseguramiento así que tengan noticia de la perpetración del
hecho presuntamente delictivo ... dando cuenta en los términos legales
a la Autoridad Judicial o Fiscal, directamente o a través de las Unidades
Orgánicas de Policía Judicial ”.
En ese marco es donde debemos encuadrar las funciones generales
de policía judicial de los Cuerpos de Policía Local y su relación tanto
134
Idem, art. 53 c) , e) y g).
135
Art. 283 5º del RD de 14 de septiembre de 1882 aprobatorio de la Ley de Enjui-
ciamiento Criminal.
136
RD 769/1987, de 19 de junio, sobre regulación de la Policía Judicial.
137
Ibidem, art. 1 y 4.
160 José Escalante Castarroyo

con el Poder Judicial como con las Unidades de Policía Judicial en senti-
do estricto integradas por miembros del Cuerpo Nacional de Policía y
de la Guardia Civil.

Funciones de las Policías Locales en LOPJ


Policía judicial: Generales y de auxilio a la Autoridad Judicial
y al Ministerio Fiscal

5.2.6. Ley de Modernización del Gobierno Local

Parece ser que a la hora de modernizar el Gobierno Local también


es necesario el concurso de los Cuerpos de Policía Local, prueba de ello
es la última disposición legal que cierra este marco postconstitucional
en relación con las funciones de los Cuerpos de Policía Local, que pre-
tende potenciar la participación de aquellos “ en el mantenimiento de
la seguridad ciudadana, como policía de proximidad, así como en el
ejercicio de las funciones de policía judicial”138, aspectos que, como he-
mos visto, no han sido definidos y concretados con claridad para su
ámbito funcional material y de participación. Lo veíamos en el aparta-
do anterior y lo comprobamos con frecuencia por la abundancia de
convenios de colaboración entre el Ministerio del Interior y la Federa-
ción de Municipios y provincias en materia de seguridad ciudadana.

5.2.7. Leyes de Régimen Especial de Barcelona y Madrid

No podíamos dejar de referirnos por último, a los dos regímenes


especiales establecidos recientemente para las ciudades de Barcelona y
Madrid139. Para la primera, recordar que ya disponía desde 1960 de un
régimen especial140, que mantuvo también con la promulgación en 1985
138
Disp. adicional 10ª de la Ley 57/2003, de 17 de diciembre, de Modernización
del Gobierno Local.
139
Ley 1/2006, de 13 de marzo, por la que se aprueba el Régimen Especial del mu-
nicipio de Barcelona y Ley 22/2006, de 4 de julio, de Capitalidad y de Régimen Espe-
cial de Madrid.
140
Régimen especial aprobado por Decreto 1166/1960 por el que se introdujeron
determinadas singularidades relativas a la organización municipal, administración y
hacienda municipal, este fue complementado con el Decreto 3276/1974, de 28 de no-
viembre, de constitución y desarrollo de la Entidad Metropolitana de Barcelona.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 161

de LRBRL y no ha sido de aplicación el Título X de la Ley de medidas


para la modernización del Gobierno Local que antes vimos. Respecto
de Madrid la ley regula también un régimen especial así como las pecu-
liaridades del mismo en cuanto Capital del Estado y sede de las institu-
ciones generales. Con anterioridad igualmente poseía un régimen es-
pecial y la LRBRL preveía su sustitución ya entonces141.
Pero lo que en este apartado nos interesa resaltar es lo que se refiere
o pueda estar en relación con las funciones de las policías dependientes
de estas dos ciudades, en una denominada Guardia Urbana y en la otra
Policía Municipal. Respecto de Barcelona la ley hace una mención ex-
presa a la Guardia Urbana en los siguientes términos: “La guardia ur-
bana de Barcelona, bajo la dependencia jerárquica del Alcalde de Bar-
celona, actúa como policía administrativa, policía de seguridad y
asistencial y policía judicial, en los términos de la normativa estatal y
autonómica de aplicación”142. La Ley de Madrid es, al respecto de las
competencias en materia de seguridad pública y Policía Municipal mas
extensa, resaltamos dos apartados significativos: “En colaboración con
las Administraciones correspondientes, al Ayuntamiento de Madrid le
corresponde la prevención, mantenimiento y restablecimiento de la se-
guridad ciudadana y tratar de garantizar en lo referente a aquellos ac-
tos que ocasionen molestia social o daños sobre bienes y personas en la
vía pública ... así como la denuncia en las materias de policía adminis-
trativa especial de competencia estatal. La policía municipal ejercerá
las competencias que en materia de policía judicial le atribuye la nor-
mativa estatal”143.
Observamos, a modo de conclusión, sobre las funciones de los
Cuerpos de Policía, cómo de unos años a esta parte y especialmente por
el transcurso del tiempo desde la promulgación de la LOFyCS, que se
hace necesaria una modificación de esta norma que contemple y reco-
nozca la realidad actual y sobre todo evolutiva de estos Cuerpos de Se-
guridad Locales que parece obvio el papel que representan para la
proximidad, la seguridad y protección ciudadanas.
Negar por mas tiempo la evidencia del potencial funcional de los
Cuerpos de Policía Local o seguir en las ideas sin materializarlas en la
141
Decreto 1674/1963, de 11 de julio, régimen especial para Madrid y Disposición
adicional sexta de la LRBRL.
142
Art. 34 de la Ley 1/2006, de 13 de marzo, Régimen especial del municipio de
Barcelona.
143
Art. 35, de la Ley 22/2006, de 4 de julio, Capitalidad y Régimen Especial de
Madrid.
162 José Escalante Castarroyo

norma, perjudicará a los ciudadanos que se verán menos protegidos en


sus derechos y libertades y la seguridad ciudadana, misión a la que es-
tán llamados todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, con indepen-
dencia del ámbito funcional y territorial que les corresponda, en aras
de una mejor eficacia y eficiencia en los recursos públicos.

5.3. Las funciones en las normas de coordinación de las


Comunidades Autónomas

El ejercicio funcional de la Coordinación de las Policías Locales por


las Comunidades Autónomas viene determinado en la LOFyCS y ex-
presamente delimitado, no figurando “las funciones propias de los
Cuerpos de Policía Local”144como parte del ejercicio coordinador enco-
mendado a aquellas. No obstante, observamos que algunas Comuni-
dades Autónomas han contemplado en normas propias el elenco de
funciones postconstitucionales como las hemos referido con anteriori-
dad y contemplando otras nuevas.
Este nuevo marco normativo funcional nos obliga a indagar en las
normas de cada Comunidad Autónoma y reflejar lo que al respecto de
las funciones de los cuerpos de policía local se señala, así:

a) Remisión a la LOFyCS

En el artículo 53.1 de la LOFyCS se enumeran las funciones a ejercer


por todos los Cuerpos de Policía Local de España en el ámbito territorial
del municipio respectivo. A este artículo y Ley remiten las Comunidades
Autónomas de Andalucía, Canarias, Castilla y León, Castilla-La Man-
cha, Navarra, Islas Baleares, La Rioja y Región de Murcia cuando se refie-
ren a las funciones de las Policías Locales de su Comunidad respectiva.

b) Trascripción del art. 53.1 de la LOFyCS

Las Comunidades Autónomas de Aragón, Cantabria, Comunidad


Valenciana, Extremadura, Madrid y País Vasco transcriben textual-
mente las funciones que establece, para las Policías Locales de España,
el artículo 53.1 de la LOFyCS también para las Policías Locales de sus
Comunidades Autónomas.
144
Art. 39 LOFyCS donde se enumeran las funciones y es un númerus claúsus en
su ejercicio por las Comunidades Autónomas.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 163

c) No señalan funciones al respecto

Las Comunidades Autónomas de Galicia y el Principado de Astu-


rias no señalan, en sus normas de coordinación, nada al respecto de las
funciones de las Policía Locales. Entendemos, por tanto, que les perte-
necen las que se determinan en el Artículo 53 de la LOFyCS como pro-
pias de los Cuerpos de Policía Local.

d) Establecen, además de las funciones del artículo 53 de la


LOFyCS., las del artículo 38.1 de la misma Ley Orgánica

Así lo contemplan tres Comunidades Autónomas: Andalucía, Ca-


narias y Castilla y León fijando, además de las establecidas por el artí-
culo 53 de la LOFyCS como funciones propias de todos los Cuerpos de
Policía Local, las del artículo 38.1 de esta Ley, funciones que recorde-
mos son las previstas que podrán ejercer a través de sus Cuerpos de Po-
licía Autonómica aquellas Comunidades en cuyos Estatutos tengan
prevista su creación.

e) Establecen funciones nuevas:

Algunas Comunidades Autónomas, además de las funciones seña-


ladas en al artículo 53.1 de la LOFyCS, fijan para las Policías Locales en
su territorio funciones con nuevas denominaciones, así:
• Canarias: Con cometidos de Policía social, asistencia al usua-
rio turístico, Policía ambiental y urbanística.
• Cataluña: Distribuye las funciones en tres ámbitos: propias,
compartidas y unificadas o de gestión conjunta con la Policía
Autonómica. Estableciendo como propias la de policía comu-
nitaria; compartidas las de policía de proximidad, auxilio y
asistencia y a través de convenio las compartidas o de gestión
conjunta.
• Comunidad Valenciana: Establece la de colaborar con la Uni-
dad Adscrita de la Policía en la Comunidad Autónoma.
• Extremadura: Contempla vigilar y custodiar detenidos en los
municipios cabeza de partido judicial, participar en el desarro-
llo de los Planes de Educación Vial y vigilar el medio ambiente
en el término municipal.
• Madrid e Islas Baleares: Participar en la Educación Vial y pro-
tección del medio ambiente.
164 José Escalante Castarroyo

• País Vasco: Velar por el cumplimiento de la normativa en ma-


teria de medio ambiente y colaborar con las Unidades de Poli-
cía Judicial.

Las funciones de las Policías Locales en las


Leyes de Coordinación de las CC. AA.
a) Policía Autonómica ( art. 38.1 de la LOFyCS).

b) Policía social, asistencia al usuario turístico, ambiental y urbanística.

c) Delimitación como propias: policía comunitaria; compartidas las de


policía de proximidad, auxilio y asistencia.

d) Participar en el desarrollo de los Planes de Educación Vial y velar por


el medio ambiente en el término municipal.

6. LA JEFATURA DE LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL

La importancia de la Jefatura de los Cuerpos de Policía Local viene


ya reflejada en el vetusto Reglamento de Funcionarios de Administra-
ción Local de 1952 que contemplaba “dentro de las facultades del Al-
calde como Jefe de la Administración Municipal,... la Guardia Munici-
pal estará bajo la dependencia de un solo Jefe inmediato ...
determinando que este será ... el de mayor graduación en cada Munici-
pio el que ostentará el cargo de Jefe de la Policía Municipal”145. Pero no
será hasta el restablecimiento de los Ayuntamientos democráticos
cuando Jefatura política y técnica comiencen a diferenciarse en los tex-
tos legales y en la práctica administrativa, pues hasta entonces por Jefe
del Cuerpo se entendió al funcionario de mayor graduación, sin que se
interpusieran entre Alcalde y Jefe de la Policía, entonces Municipal,
otros órganos y personas con las mas variadas denominaciones e inclu-
so funciones.

6.1. Jefatura política y la jefatura técnica

Será la LRBRL y recientemente la de Medidas para la moderniza-


ción del gobierno local las que modifiquen aquella tendencia, que bien
pudiéramos llamar “profesional” y contemplen entre las atribuciones
145
Art. 253.1 y 2 del RFAL.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 165

que corresponden a los Alcaldes la de “ejercer la jefatura de la Policía


Municipal” o propiamente “la Jefatura de la Policía Municipal” respec-
tivamente146, iniciándose con estas una clara diferenciación del mando
político y el técnico, incluso como podremos comparar más adelante,
confundiéndose estos en la actualidad.
En parecidos términos a la LRBRL el TRRL señala que “dentro de
cada municipio la Policía se integrará en un cuerpo único, ... bajo la su-
perior autoridad y dependencia directa del Alcalde el mando inmedia-
to de la Policía Local corresponderá en cada Entidad al Jefe del Cuer-
po”147, si bien a diferencia de aquella este va a aclarar respecto de cada
uno, Alcalde y Jefe del Cuerpo, los ámbitos respectivos, a uno lo relati-
vo a la dependencia y autoridad y a otro el mando directo, expresiones
sobre las que girarán en adelante las limitaciones mutuas y también los
conflictos, de hasta dónde dependencia directa y hasta dónde mando
inmediato.
Pero una cosa era y es la letra de la ley y otra las posibilidades que
esta va a conceder a renglón seguido, me estoy refiriendo primeramen-
te a la Delegación de sus atribuciones que el Alcalde puede hacer, así
encontramos en la primera Ley citada que la atribución del Alcalde de
“ejercer la jefatura de la policía municipal” está entre la que puede de-
legar, apareciendo con esa delegación los Concejales-Delgados en las
Policías Locales. Recientemente con la pretendida modernización del
gobierno local la ley va a ser mas expresa al establecer que “ el Alcalde
podrá delegar mediante decreto las competencias ... en la Junta de Go-
bierno Local, en sus miembros, en los demás concejales y, en su caso en
los coordinadores generales, directores generales u órganos similares,
con excepción de las señaladas en los párrafos ... j)”148, que es precisa-
mente la jefatura de la Policía Municipal.
Un paso más en esa delegación de la Jefatura de la Policía Local, en
este caso municipal, ha venido a materializarse recientemente en otro
órgano ejecutivo de gobierno municipal. Es la posibilidad legal con la
que cuenta el Ayuntamiento de Madrid tras la promulgación de la Ley
de Capitalidad y su Régimen Especial, ya que se respeta la atribución
del Alcalde de “ejercer la superior jefatura de la policía municipal ... po-
146
Art. 21.1 i) de la LRBRL y art. 124 j) de la Ley 57/2003, de 16 de diciembre, de
Medidas para la Modernización del Gobierno Local, este último dentro del Título X re-
ferido al Régimen de Organización de los Municipios de Gran Población, ( en adelante
como LMGL).
147
Disp. transitoria 4ª.2.
148
Art. 124.5 de la LMGL.
166 José Escalante Castarroyo

drá delegar o desconcentrar mediante Decreto ... en los órganos directi-


vos”149.
El ejercicio por delegación de las competencias atribuidas al Alcal-
de vendrá igualmente previsto por la LRJPAC al señalar que “los órga-
nos de las diferentes Administraciones públicas podrán delegar el ejer-
cicio de las competencias que tengan atribuidas en otros órganos de la
misma Administración”150.
Quizás cuanto antecede debamos insertarlo en el contexto de la au-
tonomía municipal, que en palabras de Santiago Bello151 “es un poder
limitado”, si bien reconocida constitucionalmente a los municipios152,
los es para la gestión de sus respectivos intereses en la esfera de sus
competencias, entre las que se encuentran “las potestades reglamenta-
rias y de autoorganización”153, que vuelve a recoger en parecidos tér-
minos cuanto antecede respecto a “ejercer la jefatura directa de la poli-
cía municipal” y “delegar el ejercicio de determinadas atribuciones en
los miembros de la Comisión de Gobierno, y donde esta no exista, en
los tenientes de alcalde”, pudiendo efectuar delegaciones especiales “
relativas a un determinado servicio”, materializadas en un Concejal
Delegado, como órgano complementario así expresamente contempla-
do, por ostentar alguna de las atribuciones del Alcalde y especificadas
“ en el respectivo Decreto de delegación y las ejercerán de acuerdo con
lo que en él se prevea”154, cual puede ser la Policía Local155.
El equilibrio funcionarial y político entre el “mando político” y el
“mando técnico” o en palabras más usuales entre “jefe político” y “jefe
técnico” no siempre fue fácil, ni en la actualidad lo es, y ello a pesar de
la claridad con que se expresan los textos legales antes citados.
149
Art. 14.3 g) y 4. relativas a las atribuciones del Alcalde y art. 21relativo a los Ór-
ganos directivos, todo ello de la Ley 22/2006, de 4 de julio, de Capitalidad y de Régi-
men Especial de Madrid.
150
Art. 13 de la LRJPAC, modificada por Ley 4/1999, de 13 de enero, que concuer-
da con el artículo 21.3 de la LRBRL que contempla la Delegación por los Alcaldes de
sus atribuciones y delimita estas.
151
BELLO, S. Ob. cit. p. 76.
152
Art. 140 de la C.E. de 1978: “La constitución garantiza la autonomía de los mu-
nicipios. Estos gozarán de personalidad jurídica plena. Su gobierno y administración
corresponde a sus respectivos Ayuntamientos, integrados por Alcaldes y Concejales”.
153
Art. 4 de la LRBRL y art. 4 del Reglamento de organización y funcionamiento y
régimen jurídico de las Entidades Locales, RD 2568/1986, de 28 de noviembre, (en
adelante ROF).
154
Idem, art.119 1ª), 120.1 y 121.1.
155
Idem, art. 43.1, 3 y 5. Entiéndase donde dice Comisión de Gobierno por Junta
de Gobierno Local según la modificación operada por la LRBRL y por LMGL.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 167

Ejercer la Jefatura de un Cuerpo armado, el más numeroso de fun-


cionarios en las Corporaciones Locales, con funciones tan significativas
como la relacionadas con la seguridad y especialmente la coacción ad-
ministrativa, provoca a más de uno, si no el intento de dominio, si el de
control. Y surge entonces el conflicto político-funcionario por invasión
de funciones donde los límites que están definidos se pretenden oscu-
recer. Así, las Jefaturas de Policía Local han sido desde los inicios de la
transición democrática, y siguen siéndolo en la actualidad, objeto de
controversia y en muchos casos de pleitos, que si bien han resuelto la
situación particular planteada, no la que subyace en el fondo, cual es la
autoridad y dependencia y el mando inmediato y técnico. La delimita-
ción de la jefatura política, el ámbito de la delegación y la jefatura técni-
ca, y lo que es ya frecuente la interposición de un intermedio director
de servicio, área, coordinador que, si bien previsto expresamente por la
última de las leyes citadas, la de modernización del gobierno local, no
es menos cierto que ocasiona y en ocasiones agrava la indefinición de
cada uno de los ámbitos.
Si la estabilidad como funcionario está garantizada por la legislación
no así el puesto de Jefe de la Policía Local, pues parafraseando a Muine-
lo156 la picaresca política fomentó desde los inicios de la transición políti-
ca el fomento del sistema de la libre designación para ir introduciendo a
personas más afines ideológicamente con el partido gobernante, figuras
administrativas de rango superior hoy consolidadas en muchos ayunta-
mientos, de dudosa legalidad en algunos casos, que desde su condición
funcionarial practican una indudable “fidelidad al gobernante de turno”
y a su vez, controlan o anulan al Jefe de Policía Local, del que al menos,
en principio y en intenciones al crear dichos puestos intermedios admi-
nistrativos, dudan, cuando no desconfían manifiestamente157.
En cualquier caso, ejercer la Jefatura de la Policía Local en la actua-
lidad se enfrenta, en mayor o menor grado, a tres focos de presión: los
partidos políticos, los sindicatos y la opinión pública, creando princi-
palmente inestabilidad en las Jefaturas y desorientación en los Mandos
de los Cuerpos, cuando no una “larvada” politización de unos y otros,
que si bien aquellos constitucionalmente “expresan el pluralismo polí-
tico” no es menos cierto también que “la administración pública sirve
con objetividad los intereses generales ... con sometimiento pleno a la
156
MUINELO, G., Conferencias y Discursos, Edit. Foro de Cultura Policial, Valla-
dolid, 2001, p. 128.
157
Nos referimos expresamente alos Jefes de Área que no de Policía Local, en mu-
chas ocasiones “frustrados mandos” que no pudieron ser Jefes de policía.
168 José Escalante Castarroyo

Ley y al derecho”158, acertadamente materializado en uno de los princi-


pios básicos de actuación policial cual es “actuar, en el cumplimiento
de sus funciones, con absoluta neutralidad política e imparcialidad”159.
Pero no es este el momento ni el lugar para reflexionar sobre tan
controvertido asunto, políticos y técnicos, remitiendo para ello a la his-
toria crítica que otros ya han realizado de las Policías Locales160.

6.2. La provisión de la Jefatura


La diferentes Leyes y normas de desarrollo promulgadas por las
Comunidades Autónomas no han hecho más que agudizar el proble-
ma que antes expusimos entre “jefe político y jefe técnico”, lo que se
puede corroborar en el extracto de los textos normativos que se acom-
paña al final del apartado y que ahora comentamos.
Así, aquellas expresiones que ya contemplara el Reglamento de
1952 de “ un solo Jefe inmediato”, “ el de mayor graduación” y “ el
Mando inmediato corresponde al Jefe del Cuerpo” que recogería bien
entrada la democracia el TRRL, como “ el mando inmediato de la Poli-
cía Local corresponderá en cada Cuerpo al Jefe del Cuerpo” sin olvidar
que “ corresponde al Alcalde ejercer la jefatura de la Policía Municipal”
y que parece consustancial con el gobierno político de un Cuerpo jerár-
quico como son los Cuerpos de Policía Local y acorde con el sistema de-
mocrático, ha derivado en una serie de variables tanto para desempe-
ñar y ejercer la Jefatura como para ocupar el puesto de Jefe del Cuerpo,
que podríamos señalar tantas como Comunidades Autónomas.
Pero antes de entrar en lo concreto que establecen al respecto las di-
ferentes Comunidades Autónomas y para mejor comprender sus pre-
visiones, repasemos la normativa más significativa en el ámbito de la
función pública, comenzando por nuestra Constitución al establecer
que “ la ley regulará el estatuto de los funcionarios públicos, el acceso a
la función pública de acuerdo con los principios de mérito y capacidad,
... y las garantías para la imparcialidad en el ejercicio de sus funcio-
nes”161, reservándose el Estado como competencia exclusiva “ el régi-
men estatutario de los funcionarios”162. Ambos preceptos debemos po-
158
Art. 6 y 103 de la C.E. de 1978.
159
Art. 5º de la LOFyCS.
160
MUINELO, G., ORTINA, I., GOMEZ-MONTEJANO, A., “La Policía Local, vein-
ticinco años al servicio de los Ayuntamientos democráticos”, Tomo I, Historia crítica. Edit.
Castilla Ediciones, Valladolid, 2005.
161
Art. 103.3 de la C.E. de 1978.
162
Idem, art. 149.1.18ª.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 169

nerlos en íntima conexión con “ el derecho de los ciudadanos a acceder


en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos”163.
Por otro lado debemos recordar que la selección y provisión gene-
ral164 de los puestos de trabajo adscritos a funcionarios, de conformidad
con la LRFP, se establece sea de acuerdo con los sistemas y procedi-
mientos de concurso, oposición o concurso-oposición y excepcional-
mente por la libre designación165. Ingreso en la función pública y provi-
sión de puestos en esta que ha sido también, con carácter general,
desarrollado reglamentariamente166 y específicamente también para
los funcionarios de administración local167.
En el ámbito propio ya de las Policías Locales, cual es la Adminis-
tración Local, a los funcionarios de carrera, entre los que se encuentran
los pertenecientes a aquellas, les corresponde “el desempeño de los
puestos de trabajo que tengan atribuidas las funciones señaladas en el
artículo 92.2 de la LRBRL”168 determinado tales funciones públicas las
que su “cumplimiento queda reservado exclusivamente a personal su-
jeto al estatuto funcionarial, las que implican ejercicio de la autoridad ...
y aquellas que ... se reserven a los funcionarios para la mejor garantía
de la objetividad, imparcialidad e independencia en el ejercicio de la
función”169. Entendiendo el mismo TRRL que “ son funcionarios de ca-
rrera de la Administración local los que, en virtud de nombramiento le-
gal, desempeñen servicios de carácter permanente en una entidad lo-
cal, figuren en las correspondientes plantillas y perciban sueldos a
asignaciones fijas con cargo a las consignaciones de personal del presu-
163
Idem, art.23 .
164
Empleamos el término de “selección general” dado que existen procedimien-
tos específicos para la selección de determinados funcionarios, en el ámbito de la Ad-
ministración Local, que si bien respetan lo esencial previsto en la LRFP poseen pecu-
liaridades, como los Cuerpos Nacionales o la necesaria adecuación de la Ley citada a
lo previsto en la LMGL en lo que atañe a los puestos directivos previstos en esta.
165
Los art. 19, 20, 21 y 22 de la LRFP desarrollan las normas para objetivar la selec-
ción del personal, la provisión de puestos de trabajo y la promoción profesional de los
funcionarios.
166
RD 364/1995, de 10 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento General de
Ingreso del personal al servicio de la Administración General del Estado y de provi-
sión de puestos de trabajo y promoción profesional de los funcionarios civiles de la
Administración General del Estado, de aplicación supletoria para las restantes admi-
nistraciones conforme señala el art. 1.3.
167
RD 896/1991, de 7 de junio, sobre Reglas Básicas y Programas mínimos de pro-
cedimiento de selección de los funcionarios de Administración Local.
168
Art. 132 del TRRL.
169
Art. 92.2 de la LRBRL.
170 José Escalante Castarroyo

puesto de las corporaciones”170, estando integrado el personal al servi-


cio de las entidades locales “ por funcionarios de carrera, ... y personal
eventual que desempeña puestos de confianza o asesoramiento espe-
cial”171.
Conocidos, aunque solo sea brevemente, los aspectos anteriores es-
tamos en disposición de sintetizar la diversidad de sistemas, procedi-
mientos y posibilidades que encontramos en la normativa de las dife-
rentes Comunidades Autónomas para desempeñar el puesto de Jefe
del Cuerpo o Jefatura de la Policía Local, diversidad que tiene su origen
en las funciones de coordinación que aquellas poseen sobre las Policías
Locales, y entre las que se encuentra la de “ fijar los criterios de selec-
ción ... promoción y movilidad ...” de estas172. Veamos:
a) Será Jefe del Cuerpo el funcionario de la máxima categoría,
empleo o graduación de los existentes, así lo prevé Andalucía,
Aragón, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Man-
cha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Islas Ba-
leares, La Rioja, Madrid y Región de Murcia.
b) La libre designación como posibilidad en la designación del
Jefe del Cuerpo en caso de existir más de un funcionario en la
máxima categoría, empleo o graduación se prevé como segun-
da opción por Andalucía, Canarias, Cantabria, Castilla y León,
Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana e Islas Baleares.
c) En caso de existir más de un funcionario en igualdad de cate-
goría, empleo o graduación algunas otras normas contemplan
que la selección será conforme a uno o varios de los principios
de igualdad, mérito y capacidad, objetividad o antigüedad,
como en Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Ma-
drid173 y Región de Murcia.
d) La libre designación del Alcalde como forma directa de selec-
ción para la Jefatura del Cuerpo la encontramos en Navarra,
Galicia y País Vasco, sin determinar sobre qué categoría, em-
pleo o graduación aquella se realiza.

170
Art. 130 del TRRL.
171
Art. 89 de la LRBRL
172
Art. 39 c) de la LOFyCS.
173
Respecto de la Villa de Madrid, habrá de tenerse en cuenta la Ley 22/2006, de 4
de julio, de Capitalidad y de Régimen Especial, dado que la Jefatura de la Policía Mu-
nicipal puede ser delegada o desconcentrada en un órgano directivo, así expresamen-
te se establece en el art. 14.4 de la misma.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 171

e) En Navarra se determina el carácter como personal eventual y


en Galicia la designación lo es entre funcionarios del Cuerpo.
En el País Vasco según las RPT.
No obstante de los anteriores sistemas de provisión, existen algu-
nas variables dignas de ser referidas, como las de que la Jefatura pueda
ser desempeñada por funcionarios de otros Cuerpos de Policía Local
que prevé Andalucía, Canarias, Cantabria e Islas Baleares, fomentando
la movilidad ínter cuerpos.
Además de que la Jefatura del Cuerpo de la Policía Local también
pueda ser desempeñada por funcionarios de otros Cuerpos de Seguri-
dad, diferentes de los Policías Locales, pudiendo ser su procedencia de
los Cuerpos Nacionales de Policía ( CNP y GC) como contemplan An-
dalucía e Islas Baleares e indistintamente entre Cuerpos de Policía Au-
tonómica y Local como lo prevé el País Vasco.
Por último señalar algunas peculiaridades como son el concurso
como forma de provisión alternativa, si no se provee por libre designa-
ción que hace Castilla-La Mancha. Aragón determina que, en caso de
igualdad, sea el designado al efecto según la RPT y como significativo
dentro de estas peculiaridades La Rioja contempla la Delegación del
ejercicio de las competencias del Alcalde como Jefe directo de la Policía
Local en un funcionario de carrera del Ayuntamiento.
A la vista de cuanto antecede podemos sintetizar que, mayoritaria-
mente, las Comunidades Autónomas han optado por prever que el Jefe
del los Cuerpos de Policía Local sea el funcionario de la misma plantilla
que ostente la mayor categoría o graduación, como sistema más proce-
dente, pues la estructura y organización de aquellos cuerpos, recorde-
mos, es jerarquizada y así lo exige174: Acertadamente en las Islas Balea-
res señala textualmente que “el mando inmediato operativo del Cuerpo
corresponderá al Jefe del mismo” 175.
No obstante, cuando se da o se crea en el Cuerpo la coincidencia de
existir, en la mayor categoría o empleo, más de un funcionario, las Co-
munidades Autónomas también optan mayoritariamente por la libre
designación entre los funcionarios de aquella máxima categoría, recor-
174
Art. 52.1 de la LOFyCS: “Los Cuerpos de Policía Local son Institutos arma-
dos de naturaleza civil, con estructura y organización jerarquizada ... con la adecua-
ción que exija la dependencia de la Administración correspondiente, las disposicio-
nes dictadas al respecto por las Comunidades Autónomas y los Reglamentos
específicos de cada Cuerpo, y demás normas dictadas por los correspondientes
Ayuntamientos”.
175
Art.5 del Decreto 67/2007, de 7 de junio Normas Marco.
172 José Escalante Castarroyo

dando para su selección, algunas de ellas, los principios constituciona-


les de mérito y capacidad, además de la igualdad y antigüedad.
Son las menos, las Comunidades Autónomas que emplean primera
y directamente el sistema de la libre designación para seleccionar al
Jefe de la Policía Local o al que ha de ocupar la Jefatura del Cuerpo. Y
escasas, pero significativas, las que abren la posibilidad a que aquel
puesto y funciones puedan ser ocupados por funcionarios no pertene-
cientes al propio Cuerpo de Policía Local o que accedan al mismo para
ello, abriendo la posibilidad a funcionarios procedentes de otros Cuer-
pos de Policía Local, incluso de otros Cuerpos de Seguridad, como son
el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil e incluso de las Policías
Autonómicas donde estas existan. Parecía que quedase atrás la tradi-
cional ocupación de las Jefaturas de las Policías Locales por mandos del
ejército176, muy frecuente en los inicios de la transición democrática y se
ha iniciado, ciertamente solo en algunas Comunidades Autónomas,
una nueva etapa en la que se vuelve a olvidar la carrera profesional y,
lo que es más, el derecho a la promoción interna que, paradojas de la
norma, tan frecuentemente se invocan en las mismas normas por las
Comunidades Autónomas, y luego no se fomenta.

Selección de la Jefatura o Jefe de la Policía Local:


a) El funcionario de la máxima categoría (13 CC. AA.).
b) Libre designación cuando hay más de un funcionario en la máxima
categoría (7 CC. AA.).
c) Teniendo en cuenta los principios de igualdad, mérito, capacidad,
objetividad o antigüedad ( 5 CC. AA.).
d) Libre designación directamente (3 CC. AA.).

6.3. Las funciones de la Jefatura o del Jefe de Policía Local

Hasta época reciente no se han señalado las funciones de los pues-


tos de Jefatura o del Jefe de la Policía Local, excepción hecha de su pre-
visión en los Reglamentos de cada Cuerpo, allá donde estos existían.
176
La Ley de 17 de julio de 1957, establecía entre otros, el pase voluntario de Jefes
y Oficiales del Ejército de Tierra al servicio de organismos civiles, ello supuso que mu-
chas Jefaturas de la entonces Policía Municipal fueran mandadas, hasta bien entrada
la época constitucional, por personal procedente de la milicia y así serían convocadas
muchas de las Jefaturas, previamente eran anunciadas por la Comisión Mixta de servi-
cios civiles de Presidencia del Gobierno.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 173

De ahí que buscar un antecedente para poder comparar aquellas con


las actuales establecidas por las normas de las Comunidades Autóno-
mas es tarea difícil y además carente de importancia, pues es tanto el
cambio sufrido en las organizaciones policiales y sus funciones que po-
demos señalar, sin miedo a equivocarnos, que la asignación de funcio-
nes a la Jefatura o Jefes de los Cuerpos de Policía Local se establecen co-
incidiendo con la asignación de concretas funciones a los Cuerpos.
Entendemos que las funciones que venían desempeñando hasta su
plasmación en la norma, consuetudinarias o reglamentarias, no difie-
ren de las que como responsable funcional máximo de un importante
grupo de funcionarios le son propias, como a otros funcionarios del
Ayuntamiento respectivo en situación orgánica similar. De ahí que ob-
servemos con frecuencia que la catalogación de la categoría profesional
correspondiente a la Jefatura o Jefe del Cuerpo esté en los máximos
grupos y niveles administrativos de la respectiva Corporación Local,
incluso observamos que algunos de estos, además se inscriben como Je-
fatura de servicio, de área e incluso encuadrados en puestos directivos
como personal de naturaleza político-directiva o técnico-directiva177.
De un repaso por las normas encontramos que algunas Comunida-
des Autónomas fijan las funciones genéricamente o por Escalas como
Andalucía, Castilla y León, Islas Baleares y Región de Murcia.
Específicamente, al Jefe o Jefatura del Cuerpo le fijan funciones
concretas Aragón, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña,
Comunidad Valenciana, Extremadura, Navarra, La Rioja y Madrid.
Por el contrario, no señalan nada al respecto las Comunidades Au-
tónomas de Galicia, País Vasco y Principado de Asturias.
Respecto de las funciones específicas que se señalan encontramos
una gran diversidad en las denominaciones que se emplean para deter-
minarlas. Así podemos sintetizarlas en un conjunto de funciones para
una mejor comprensión funcional:
a) Como Jefe del Cuerpo: Dirigir, inspeccionar, supervisar y ejer-
cer el mando.
b) Como Jefe administrativo del servicio de Policía Local: Admi-
nistrar, evaluar y coordinar.
c) Como asesor del Gobierno Local: Propuesta, informe o aseso-
ramiento técnicos.
177
Este personal directivo viene contemplado en la LMGL, que adiciona el Título
X a la LRBRL, Título aplicable a los municipios denominado en aquella de gran pobla-
ción.
174 José Escalante Castarroyo

d) Como Jefe de personal de la Policía Local: Adscribir y designar


al personal en los puestos de trabajo y velar por su formación
profesional.
e) Como representante institucional del Cuerpo: Interna y exter-
namente.

Funciones de la Jefatura o Jefe del Cuerpo


a) Dirigir, inspeccionar, supervisar y ejercer el mando jerárquico y operativo.

b) De administración, evaluación y coordinación.

c) Propuesta, informe o asesoramiento.

d) Designación y formación del personal.

e) Representación y relación institucional.

7. LA FORMACIÓN PROFESIONAL EN LOS CUERPOS DE


POLICÍA LOCAL

La necesidad de una formación profesional y permanente, que ya


en el preámbulo como aspecto estatutario le atribuye una especial im-
portancia, viene explícitamente contemplada en la LOFyCS al estable-
cer, en el capítulo referido a las disposiciones estatutarias comunes y
para todos los Cuerpos de Seguridad, la obligación de los poderes pú-
blicos de “promover las condiciones más favorables para una adecua-
da promoción profesional, social y humana ... de acuerdo con los prin-
cipios de objetividad, igualdad de oportunidades, mérito y capacidad.
La formación y perfeccionamiento... se adecuará a los principios se-
ñalados en el artículo 5º y se ajustará a los siguientes criterios:
a) Tendrá carácter profesional y permanente.
c) Para impartir las enseñanzas y cursos referidos se promoverá la
colaboración institucional de la Universidad, el Poder Judicial, El Mi-
nisterio Fiscal, las Fuerzas Armadas y de otras Instituciones, Centros o
establecimientos que específicamente interesen a los referidos fines do-
centes”178.
Respecto de las Policías Locales, por la misma Ley se encomienda a
las Comunidades Autónomas, entre otras funciones, las de “fijar los
178
Art. 6.1 y 2 de la LOFyCS.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 175

criterios de ... formación y coordinar la formación profesional de las Po-


licías Locales, mediante la creación de Escuelas de Formación de man-
dos y de Formación Básica”. Aspecto este que, como podemos compro-
bar mas adelante, todas las Comunidades Autónomas ejercen a través
de Escuelas, Academias o Institutos propios y específicos para formar a
las Policías Locales de su comunidad respectiva.
Con esta base legal como punto de partida y en los tres apartados
que siguen, podremos hacernos una idea de lo que ha supuesto esta
previsión legal para las actuales Policías Locales, aunque recordemos
que ya en los albores de la democracia, por el desarrollo de la Ley de
Bases de Estatuto Régimen Local de 1975179, articulada dos años más
tarde, se contemplaba en el ámbito local también la necesidad de per-
feccionamiento de sus funcionarios llegando a establecer como deber el
“asistir a cursos de perfeccionamiento con la periodicidad, característi-
cas y demás condiciones que establezca el Ministerio del Interior. Los
funcionarios de carrera habrán de obtener diplomas acreditativos de su
capacitación para el acceso a determinados cargos o funciones expresa-
mente reservados a sus poseedores, en los términos que reglamentaria-
mente se establezcan”180.
Pero lo que ni antes ni ahora quedó resuelto y sigue siendo una
“asignatura pendiente” para los miembros de los Cuerpos de Seguri-
dad Locales es la existencia de una carrera profesional homogénea
para todos ellos, similar a la establecida para los Cuerpos de Seguri-
dad dependientes del Gobierno de la Nación181. Y ello a pesar de que
expresamente se contempla para todos ellos, Cuerpos de Seguridad
del Estado, de las Comunidades Autónomas y de las Corporaciones
Locales que “los estudios que se cursen en los centros de enseñanza
dependientes de las diferentes Administraciones Públicas podrán ser
objeto de convalidación por el Ministerio de Educación y Ciencia, que
a tal fin tendrá en cuenta las titulaciones exigidas para el acceso a cada
uno de ellos y la naturaleza y duración de dichos estudios”182. Pero no
será por no intentarlo, como veremos, pues diferentes Universidades
han creado Títulos propios con ese objetivo y Centros de Formación
policial lo han pretendido y se han topado con el problema de la difí-

179
Ley 41/1975, de 19 de noviembre, de Bases del Estatuto de Régimen Local, (en
adelante como LBERL).
180
Art. 35.1 y 2 del RD 3046/1977, de 6 de octubre, por el que se articula parcial-
mente la LBERL.
181
Véase ANEXO: Carrera profesional en el CNP y GC.
182
Art. 6.2 b) de la LOFyCS.
176 José Escalante Castarroyo

cil, cuando no imposible, homologación por el Ministerio de Educa-


ción y Cultura y sin ésta difícilmente los estudios realizados en Cen-
tros no universitarios pueden tener la ansiada equivalencia a efectos
profesionales, favoreciendo así la promoción profesional y el adecua-
do desarrollo de las funciones que a estos Cuerpos de Seguridad Lo-
cal les son propias.

7.1. Los centros de formación de las Policías Locales en las


Comunidades Autónomas

El establecimiento constitucional de unas nuevas Administracio-


nes Públicas territoriales en España, las Comunidades Autónomas, su-
puso también la redistribución competencial con las otras dos existen-
tes, el Estado y los Ayuntamientos. Así recordemos que la propia
Constitución de 1978 entre las competencias que podrán asumir aque-
llas incluye “ la coordinación y demás facultades en relación con las po-
licías locales en los términos que establezca una ley orgánica”183, y la
LOFyCS les asigna, entre otras funciones “de conformidad con la pre-
sente Ley y con la de Bases de Régimen Local ... en el ámbito territorial
de la Comunidad:
“c) ... Coordinar la formación profesional de las Policías Locales,
mediante la creación de escuelas de Formación de Mandos y Forma-
ción básica”184.
En base a ello hoy podemos contemplar que prácticamente todas
las Comunidades Autónomas, unas más tarde que otras, han asumido
la formación profesional de las Policías Locales en su territorio, y lo de-
sarrollan a través de los diferentes centros de formación, en unos casos
Escuelas o Academias y en otros a través de Institutos, bien directa-
mente o a través de convenios185.
Sería injusto no referenciar aquí, aunque sólo fuera brevemente,
que los actuales centros de formación de las policías locales de las Co-
munidades Autónomas tienen sus antecedentes más inmediatos en
las Academias Municipales de Policía Local, en muchos casos prime-
ros y únicos centros de formación con los que contaron, hasta bien
entrados los años 80, algunos Cuerpos de Policía Local, que no todos,
y algunos aún hoy día siguen siendo la base de la correspondiente Es-
183
Art. 148.1.22 de la C.E. de 1978.
184
Art. 39 de la LOFyCS.
185
Véase ANEXO: Escuelas de formación de las Policías Locales en las Comuni-
dades Autónomas.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 177

cuela Regional, a través de Convenio, para la respectiva Comunidad


Autónoma186.
Señalado lo anterior, veamos como contemplan las diferentes nor-
mas de coordinación la previsión legal de creación de escuelas de for-
mación de mandos y básica.
Una primera consideración que debemos hacer a la vista de la pres-
cripción legal es que ninguna de las Comunidades Autónomas ha pre-
visto la creación de escuelas diferenciadas en consideración a las dos
funciones que se le señalan, formación para mandos y básica, quizás la
terminología empleada por el legislador tuviera como antecedente la
formación que se imparte a otros Cuerpos de Seguridad en los centros
específicos de estos y por similitud separó ambos tipos de formación187.
La formación diferenciada, cuando esta está formalmente establecida
en la escuela, se desarrolla en el mismo centro formativo de la Comuni-
dad Autónoma, de ahí que observemos la existencia de una única es-
cuela, si bien con funciones formadoras diversas como veremos.
La LOFyCS fijó, como denominación de los centros de formación
de las Policías Locales de la respectiva Comunidad, entendemos que
genéricamente, el de “escuelas”, no obstante encontramos diversidad
de denominaciones para aquellas, aunque debemos de reconocer que
es esa denominación, de forma expresa o en la norma, la más emplea-
da, así denominan “escuela” expresamente las Comunidades Autóno-
mas de Andalucía, Aragón, Cantabria, Castilla La Mancha, Castilla y
León, Cataluña, Islas Baleares, La Rioja, Navarra, Principado de Astu-
186
Recordemos el prestigio que tuvieron y aún mantienen, la Academia de la
Policía Municipal de Madrid, en pleno funcionamiento en la actualidad, a pesar de
la creación por la Comunidad de un Ente de derecho público y con personalidad ju-
rídica dedicado específicamente a la formación en materia de seguridad pública o la
Escuela de la Guardia Urbana de Barcelona que pretende ser eclipsada por la Escue-
la de Cataluña creada en 1985. Ambos Centros, por no citar a otros como Valladolid,
Zaragoza, Málaga etc. que ante el vacío formativo de las Policías Locales asumieron
un protagonismo que no debemos olvidar y que cubrieron y respondieron a una ne-
cesidad.
187
Tanto el Cuerpo Nacional de Policía como la Guardia Civil disponen de varios
centros de formación específicos, aquel forma para el ingreso en las categorías de la
Escala Básica y Escala de Inspección en el Centro de Formación de Ávila, la Guardia
Civil en la Academia de Guardias y Suboficiales de Baeza a las Escalas de Guardias y
Cabos y de Suboficiales. En uno y otro Cuerpo la formación para las Escalas de Mando
disponen de centros específicos para ello, el Cuerpo Nacional de Policía uno para la
formación para la promoción y la Guardia Civil la enseñanza militar en los correspon-
dientes centros de esta formación.
Véase ANEXO V: Carrera profesional en el CNP y la GC.
178 José Escalante Castarroyo

rias y Región de Murcia. Como “academia” en las Islas Canarias, Extre-


madura, Galicia y País Vasco. El término más reciente de “instituto” lo
emplean la Comunidad Valenciana y Madrid.
Desigual es la previsión normativa de las escuelas, desde la sola
cita de previsión en la ley de coordinación o de policía a la expresa crea-
ción en aquella o con la remisión a un desarrollo posterior legal o regla-
mentario188. Sí podemos señalar que todas las Comunidades Autóno-
mas asumen como función legal la formación de los Cuerpos de Policía
Local en su territorio respectivo. Igualmente la mayoría crea y estable-
ce academias propias donde impartir la formación derivada del ejerci-
cio de esta función de coordinación, excepción de La Rioja que en prin-
cipio no creó ni dispuso de escuela concertando las actividades
formativas con otras Administraciones y Entidades públicas, poste-
riormente a la ley de coordinación esta Comunidad ha creado la Escue-
la Riojana de Administración Pública189 que tiene entre sus funciones
gestionar y tramitar las actividades formativas dirigidas a las Policías
Locales.
Son varias las Comunidades Autónomas que, atendiendo a facto-
res de economía y eficacia posiblemente, han optado por crear centros
formativos en los que las Policías Locales son una parte con otros cuer-
pos o servicios, generalmente relacionados con la seguridad pública y
la protección civil, así lo han hecho Andalucía, Canarias, Comunidad
Valenciana, Islas Baleares, Madrid y Navarra190, incluso en las Comuni-
dades Autónomas de Cataluña, Navarra y País Vasco los centros de
formación son compartidos con otros cuerpos de policía, como son las
policías autonómicas respectivas191.
Las dos variables anteriores, centro formativo propio para los
Cuerpos de Policía Local o compartido con otros cuerpos o servicios, en

188
Podemos citar como referencias genéricas a Andalucía que prevé la creación
de la Escuela de Seguridad Pública en la Ley 13/2001 de coordinación de Policía Loca-
les y desarrolla esta previsión legal por Reglamento a través del Decreto 213/1987 de 2
de septiembre. En cambio Cataluña crea la Escuela de Policía por Ley 27/1985.
189
Decreto 63/1999, de 10 de septiembre.
190
En la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía forman Policía Local, Bom-
beos y Protección Civil. En el Instituto Superior de Estudios de Seguridad de Madrid
se forman además de los policías locales, a los servicios de prevención y extinción de
incendios y de protección civil y a los profesionales que dirijan sus esfuerzos a garanti-
zar la protección ciudadana y la seguridad.
191
En Cataluña la Escuela de Policía de Cataluña, en el País Vasco la Academia de
Policía y en Navarra la Escuela de Seguridad de Navarra, en las tres se forman tanto
Policías Locales como Policías Autonómicos.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 179

algunas Comunidades Autónomas las Escuelas se integran en otros


centros formativos creados con competencias más amplias que la for-
mación policial o la relacionada con la seguridad pública y la protec-
ción civil, así lo hacen, entre otras, las Comunidades de Aragón, que
adscribe la Escuela al Instituto Aragonés de Administración Pública,
Cantabria que la integra en el Centro de Estudios de Administración
Regional y Galicia, en el recientemente creado Centro de Estudios Judi-
ciales y de Seguridad Pública192.
Si bien en el siguiente apartado veremos la formación que impar-
ten las Comunidades Autónomas para los Cuerpos de Policía Local,
son muchos los centros de formación profesional que, además de la
formación profesional, tienen otras funciones, entre las que merecen
ser destacadas las relacionadas con la investigación, estudio y difu-
sión de prácticas y técnicas relativas a la seguridad, función que
prácticamente todas las Comunidades Autónomas contemplan para
los Centros de formación, la participación en los procesos de selec-
ción de aspirantes a policías locales o de promoción profesional den-
tro de los Cuerpos y la asistencia técnica a los municipios con policía
local.

7.2. La formación que imparten las Comunidades Autónomas

La formación profesional que se imparte en los diferentes centros


de formación de las Comunidades Autónomas, denominadas por la
LOFyCS Escuelas de Formación de Mandos y de Formación Básica,
viene fijada en las diferentes normas de coordinación para las respecti-
vas Policías Locales de forma diversa, no obstante la podemos sinteti-
zar y encuadrar en tres apartados:

7.2.1 Formación básica

Decir que es necesario proporcionar una formación básica al poli-


cía de nuevo ingreso antes de que tome posesión de su cargo y comien-
ce a prestar servicio en las calles como agente de la autoridad, parecería
a estas alturas una perogrullada, pero no fue hasta bien estrados los
años noventa del pasado siglo, cuando se generalizó y se consideró la
192
Creado por Ley 1/2005, de 4 de enero, que incluye un área de seguridad y for-
mación de Policías Locales y Autonómicos, además de las áreas de estudios judiciales
y formación jurídica para el personal de la administración de justicia.
180 José Escalante Castarroyo

trascendencia que tiene este período previo de formación de los funcio-


narios que van a hacer observar la Ley en sus Municipios.
La falta de efectivos, la carencia de medios y el aislamiento geográ-
fico son algunos de los pretextos a menudo argumentados por los go-
biernos municipales para justificar la deficiencia profesional de sus
plantillas sin que falte algún contumaz, que los hay, que está convenci-
do de que las enseñanzas, los estudios, los libros, la teoría, los conoci-
mientos son argumentos para hacer perder el tiempo a los policías, sin
desechar tampoco la maquiavélica hipótesis, que alguna vez todavía se
escucha, sobre la inconveniencia de que los policías aprendan demasia-
das cosas y puedan plantear problemas o reivindicaciones profesiona-
les. Y no creo que este análisis que aquí hago sea demasiado duro o exa-
gerado. Basta con recorrer unos cientos de Kilómetros de nuestro país
para constatar esta penosa realidad, especialmente en los pequeños
municipios.
Coincidimos con este diagnóstico profesional y la decidida apuesta
de que se potencien las Escuelas, Academias o Centros profesionales
de las Comunidades Autónomas o, en su caso, de los Municipios con
posibilidades económicas y medios idóneos para que la enseñanza pro-
fesional se extienda hasta el último rincón de España y alcance al mas
modesto de los Cuerpos. La Formación Básica del policía local es, no es
la primera vez que lo escribo, la mejor inversión que puede hacer una
Comunidad Autónoma y un Ayuntamiento si es consciente de que
una plantilla policial bien formada es la mejor garantía de que las deci-
siones municipales, y en muchos casos autonómicas193, van a ser co-
rrectamente exigidas y aplicadas.
La Formación Básica del policía local tiene hoy diversos plantea-
mientos, no en vano los años pasados ejerciendo la coordinación por
las Comunidades Autónomas en la materia han consolidado y genera-
lizado aquella. Los cursos de formación se desarrollan en los Centros
Autonómicos y en ellos se capacita a los aspirantes a policía local para
desempeñar esta función social, otorgándoles un título profesional con
el cual concurren a las convocatorias de las oposiciones que se anun-
cian en los distintos Ayuntamientos. El primer sistema ofrece las venta-
jas de una inmediata incorporación al servicio del personal que supere
193
No debemos olvidar que muchos Cuerpos de Policía Local, no solo desempe-
ñan las funciones que les son propias, sino que convienen en unos casos o simplemen-
te desempeñan en otros, ante la carencia de Policía Autonómica propia, funciones asu-
midas por las Comunidades Autónomas. Ejemplos funcionales hay muchos, como en
materia de medio ambiente, transporte, consumo, establecimientos públicos, etc.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 181

la oposición y la posibilidad de concurrir a convocatorias de distintas


localidades con una formación ya homogeneizada, además de permitir
un amplio período de selección del aspirante durante su permanencia
en el Centro de formación. Tal vez el inconveniente mayor fuera la
creación de unas expectativas de colocación que podían verse frustra-
das si no se llegasen a convocar las esperadas plazas, aunque también
es cierto que hoy día la demanda de solicitudes de acceso es relativa-
mente baja y existen convocatorias en las que ni siquiera se cubren las
plazas ofertadas.
La otra modalidad de cursos de Formación Básica es la mas exten-
dida en las Comunidades Autónomas y consiste en la incorporación
del curso a las pruebas de acceso, debiendo ser realizado y superado
una vez finalizadas con éxito las pruebas de la oposición. Este sistema
plantea asimismo algunos inconvenientes, tales como el retraso de va-
rios meses en la entrada en servicio de los policías en formación, lo cual
origina impaciencia de las Corporaciones de los Ayuntamientos por
disponer de los policías seleccionados, además de las lógicas preocupa-
ciones del estudiante por la tensión motivada por la imperiosa necesi-
dad de aprobar el curso para tomar posesión de su cargo, circunstan-
cias que no favorecen precisamente a un proceso formativo de la
amplitud e intensidad que es preciso hoy día para el policía local.
La formación básica, que persigue la adquisición de conocimientos
y el desarrollo de aptitudes, habilidades, destrezas y actitudes para el
puesto básico de policía de nuevo ingreso, recibe deferentes denomina-
ciones para conseguir esos objetivos formativos, así: Curso de ingreso
en Andalucía, de formación en Aragón, de Curso formación básica en
Islas Canarias, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura,
Región de Murcia. Curso básico de formación en Cantabria, selectivo
básico en Cataluña, selectivo de ingreso en Islas Baleares, selectivo en
Castilla La Mancha, básico en La Rioja, de formación básica para el in-
greso en Madrid y de formación para el ingreso en Navarra y País Vas-
co.

7.2.2. Formación permanente

El concepto genérico de “servidor de la Ley”, atribuible al policía,


entraña una elevada dosis de responsabilidad que debe estar respalda-
da por una formación y unos conocimientos acordes con la compleja
función que desempeña como garante de la seguridad ciudadana y
protector de las libertades públicas. Una responsabilidad que se ve
182 José Escalante Castarroyo

comprometida frecuentemente debido a su intervención en situaciones


límites o dudosas, y siempre conflictivas, que requieren un absoluto
dominio de las disciplinas profesionales dentro de los marcos legales y,
por supuesto, con la adecuación precisa a los principios básicos de ac-
tuación que establece la LOFyCS. para sus miembros194.
En este aspecto la citada LOFyCS, tan ambigua en otras considera-
ciones, se muestra explícita cuando, en las disposiciones estatuarias co-
munes a todas las FyCS, impone a los poderes públicos la obligación de
“promover las condiciones más favorables para una adecuada forma-
ción profesional, social y humana de los miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad, de acuerdo con los principios de objetividad,
igualdad de oportunidades, mérito y capacidad” además de adecuar el
carácter de su “formación profesional y permanente”195a los principios
básicos antes señalados. Y sólo elogios puede merecer esta disposición,
que entiende, por fin, la misión que tiene un policía y su complejísima
tarea profesional. Pero quizá lo que más llama la atención del precepto
y posiblemente lo que menos se tiene en consideración es el carácter de
permanencia que se atribuye a esta formación, si bien existen Adminis-
traciones que han abordado con diligencia y hasta eficacia la formación
profesional de las plantillas de Policías Locales, tanto a nivel autonómi-
co como a nivel municipal.
La vieja imagen del guardia que ingresaba en el Cuerpo, un buen
día, con el bagaje cultural de un certificado acreditativo del conoci-
miento de las cuatro reglas aritméticas, los ríos de España, la lista de los
reyes godos y poco mas y que, al día siguiente, comenzaba a prestar
servicio en la calle con una pistola al cinto y un talonario de denuncias
en la mano, está hoy definitivamente superada. Pero también es cierto
que esta meritoria formación básica inicial generalizada, en muchos ca-
sos no encuentra una continuidad que la afiance periódicamente, bien
por la desidia de los dirigentes autonómicos que no interpretan en su
autentica dimensión el significado de la coordinación de las Policías
Locales, bien por el egoísmo de algunos Ayuntamientos que no termi-
nan por entender que la mejor inversión que pueden hacer en su Policía
es su formación “profesional y permanente” y, obstaculizan, cuando
no impiden, la asistencia, a Cursos, Seminarios y Jornadas a miembros
de la plantilla policial. Y así sucede que, lo que un día se aprendió co-
rrectamente en el curso de ingreso termina por olvidarse, deformarse,
anquilosarse, sin reacción a los impulsos de los vaivenes sociales, la vo-
194
Art. 5º de la LOFyCS.
195
Idem, Cap. 3º, art. 6.1 y 2.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 183

rágine normativa y a los vicios que amenazan a cualquier profesión


marcada por las relaciones humanas como es la de policía local.
La formación profesional permanente, que persigue la actualiza-
ción de los conocimientos adquiridos y la adecuación a los cambios re-
cibe diferentes denominaciones en las normas de las Comunidades
Autónomas, así:
Actualización y especialización en Andalucía y Madrid; perfeccio-
namiento y especialización en Canarias, Cantabria, Cataluña, Extrema-
dura y Galicia; especialización y formación continua en Castilla y León;
perfeccionamiento en la Comunidad Valenciana y La Rioja; especiali-
zación y reciclaje en Navarra y País Vasco.
La formación profesional y permanente que impone la LOFyCS y
viene establecida en las formas y denominaciones diferentes que aca-
bamos de referenciar es la solución y no caben excusas o demoras en su
aplicación, también permanente, como su vigencia. Impartir cursos de
actualización de conocimientos o reciclaje para toda la plantilla de un
Cuerpo policial no es en ningún modo un imposible. Allí donde existe
una Comunidad Autónoma o Corporación Local sensible a esta necesi-
dad de la profesionalidad de su Policía, se viene aplicando con éxito.
No vale con su previsión en la norma sino con su aplicación. Y decimos
esto porque hoy este tipo de formación no se aplica generalmente y
muchas Comunidades Autónomas creen como única obligación coor-
dinadora la formación básica y esta formación profesional también vie-
ne asumida por ellas por aplicación de la LOFyCS196.

7.2.3. Formación para la promoción profesional

Las posibilidades de promoción que ofrece la Policía Local son más


bien escasas en la mayoría de los Cuerpos, si por promoción se entien-
de el ascenso en la estructura jerárquica accediendo a categorías y esca-
las superiores. Y ello por varias razones. La primera y mas importante,
sin duda, se deriva precisamente de una característica del funcionario:
su inamovilidad197. Las plantillas se encuentran cerradas con la única
posibilidad, muchas veces remota, de producirse vacantes por bajas y
196
Art. 39 c) y d) de la LOFyCS: “ Fijar los criterios de formación ... coordinar la
formación profesional de las Policías Locales ...” .
197
Recordemos que los funcionarios locales, en general, en grado menor las Poli-
cías Locales, tienen muy limitada la movilidad entre diferentes Administraciones, en-
tre los propios Ayuntamientos, de los Ayuntamientos a las Comunidades Autónomas
y prácticamente cerrada la movilidad a puestos de la Administración del Estado.
184 José Escalante Castarroyo

jubilaciones o casi utópicos aumentos de personal que acaecen de tarde


en tarde y, en algunos casos, no llegan nunca. De esta manera un joven
policía que ingrese en el Cuerpo a los 18 años, podrá pasarse cuarenta y
siete años en el mismo puesto198, ocupando la misma categoría y des-
empeñando las mismas funciones de aquella. El problema es aún más
acuciante en las plantillas pequeñas donde el acceso de una persona jo-
ven a un puesto o categoría de mando puede estar bloqueado toda una
vida profesional, anulando cualquier otra aspiración propia o entre sus
compañeros de profesión. La movilidad, como ya hemos visto, aplica-
da con criterios al menos regionales, podría significar un alivio a esta
penosa y frustrante situación a costa, por supuesto, del sacrificio de un
cambio de residencia.
Otra razón que dificulta, cuando no invalida las lógicas aspiracio-
nes de promoción que albergan muchos funcionarios policiales, es la
necesidad de poseer las titulaciones académicas que la legislación ac-
tual impone a los funcionarios en general para el acceso a escalas o ca-
tegorías profesionales superiores. Un plan específico de carrera, con-
venientemente adaptado a la realidad social y cultural de las
plantillas y elaborado con un criterio de dar oportunidades a los me-
jores profesionales del Cuerpo, aunque no coleccionen títulos ajenos a
los conocimientos de la profesión, resolvería esta lacerante cuestión
que frustra hoy tantas ilusiones y debilita tantas esperanzas profesio-
nales.
Y, sin ser la última de las razones, hay que hacer mención también a
las ofertas de plazas de mando por acceso libre, bloqueando la vía de
promoción interna, unas veces con el pretexto de rejuvenecer o incor-
porar savia nueva a las plantillas y otras para colocar a gente afín a de-
terminadas Corporaciones. La aplicación de un estricto sistema de pro-
moción, como han regulado algunas Leyes de Coordinación, resuelve
tan espinoso asunto equiparando la Policía Local a los otros Cuerpos
de Seguridad en algo tan elemental como lo es la promoción profesio-
nal. Porque que una persona tenga aspiraciones de promocionarse y de
aceptar mayores responsabilidades solo puede ser causa de estímulo, y
a la apertura de caminos para facilitarlo deben orientarse los esfuerzos
y las normas.
Mas, como es preceptivo y así está normado, esta oportunidad de
promoción debe subordinarse a la correcta aplicación de los principios
198
Edades mínima para el ingreso y máxima de permanencia en los Cuerpos de
Policía Local de España. Al cumplir la edad de 65 años la jubilación es forzosa para to-
dos las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 185

básicos de la carrera del funcionario policial: “ la objetividad, igualdad


de oportunidades, los méritos y la capacidad”199, a los que debe unirse
sin duda la formación profesional para el ascenso y la antigüedad.
Si la antigüedad es un obsequio del tiempo y los méritos el acu-
mulamiento del esfuerzo cotidiano, la capacidad, como medio eva-
luable para la promoción, debe de acreditarse en los cursos previos
para lograr la aptitud para el ascenso. Unos cursos que muchas Co-
munidades Autónomas desarrollan en los Centros de Formación, a
los que debieran tener acceso todos los funcionarios con ambiciones
en virtud de ese otro incuestionable principio de la profesión admi-
nistrativa que es el de la igualdad de oportunidades. Porque resulta
lamentable descubrir que existan Corporaciones Locales que ponen
dificultades, trabas u obstáculos para que los funcionarios de la plan-
tilla de la Policía Local puedan acceder a esta formación profesional
para el ascenso que, aunque puede suponer un trastorno temporal
para el rendimiento de la plantilla policial y un gasto adicional para
los siempre escasos presupuestos municipales, es una excelente in-
versión en el nivel de formación y consecuentemente de motivación
para de los funcionarios policiales, cuando no de mejora en el desem-
peño profesional.
Los cursos de formación para la promoción profesional en los dife-
rentes Cuerpos de Policía Local vienen establecidos por las Comunida-
des Autónomas con diferentes denominaciones, así:
Curso de capacitación en Andalucía y País Vasco, aptitud para el
ascenso en Canarias e Islas Baleares, promoción en Cantabria y Catalu-
ña, curso selectivo en Castilla La Mancha y Galicia, de formación de
mandos en Castilla y León, curso de ascenso o promoción en la Comu-
nidad Valenciana y Navarra, curso selectivo para la promoción interna
y movilidad en Extremadura y Madrid.
La implantación de la enseñanza a distancia basada en las nuevas
tecnologías y la tele-formación, que, aceptados los inconvenientes de la
separación alumno-profesor, pueden ofrecer las ventajas de no restar
medios humanos a las plantillas, además de estar aceptada como un
sistema viable y procedente, al que debe acompañarse de tutorías en lo-
calidades céntricas, unos contactos periódicos, una bibliografía ade-
cuada y dosificada en envíos por correspondencia, las evaluaciones cí-
clicas y la disposición de un mayor esfuerzo e interés por el alumno,
posibilitará un procedimiento idóneo para que las Comunidades Autó-

199
Art. 6.1 de la LOFyCS.
186 José Escalante Castarroyo

nomas no se sustraigan a la formación profesional. También para la


promoción profesional, a pesar de que la extensión o configuración te-
rritorial dificulten la formación presencial.
De esta manera la conveniente o necesaria “fase de presente” que
incluyen en las programaciones de los cursos para la promoción, una
vez superada la “fase a distancia”, puede ser reducida y orientada a la
resolución de casos prácticos que aclaren o consoliden los conocimien-
tos teóricos aprendidos por correspondencia, lográndose un elevado
índice de participación en las clases y un fecundo intercambio de opi-
niones y experiencias entre los alumnos de los distintos Cuerpos. Si su-
mamos a este planteamiento la realización de trabajos profesionales
tendremos esbozado un sistema moderno, funcional y eficaz que re-
suelva la necesidad de la formación para el futuro mando de cualquier
cuerpo, paliando los inconvenientes del aislamiento y la precariedad
de medios tan comunes a nuestros Ayuntamientos.

200

200
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 187

ACADEMIAS Y ESCUELAS EN LAS


200
COMUNIDADES AUTONOMAS *

POLICIAS LOCALES

ÁREA SEGURIDAD PUBLICA

DIPLOMAS: ACCESO Y
PROMOCIÓN PROFESIONAL

Formación Básica para el ingreso

Promoción Escala Básica ( Grupo C 1-2)


ENSEÑANZAS
Promoción Escala Técnica (Grupo A 2)

Promoción Escala Superior (Grupo A 1)

PRESENCIAL
FORMAS
DISTANCIA

MULTIMEDIA

ACADEMIAS LOCALES PRÁCTICAS:


Formación continua
Reciclajes y Prácticas EN AYTOS.

200
Elaboración propia.
188 José Escalante Castarroyo

7.3. La Carrera profesional

El tema de la carrera policial sigue siendo un problema común a to-


das las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Parodiando la famosa frase
podríamos decir que es la “asignatura pendiente” en el desarrollo del
modelo policial para unos y sistema de seguridad pública para otros,
que se mantiene después de tantos años de vigencia de la LOFyCS.
No tienen resuelto del todo el problema los Cuerpos de Seguridad
dependientes del Gobierno de la Nación, salvo excepciones201, que su-
fren continuas modificaciones en sus respectivos planes de carrera202,
ni tampoco las jóvenes policías autonómicas pueden presentar logro
alguno en este campo. Lo mismo podemos señalar de las Policías Loca-
les coordinadas por diecisiete Comunidades Autónomas que, como vi-
mos anteriormente, difieren incluso en los planteamientos de la forma-
ción básica y profesional.
Podemos preguntarnos ¿por qué en España se ha dado histórica-
mente por sentado que la policía, sin distinción de cuerpos y de depen-
dencia, antes del Estado y de los Ayuntamientos, ahora también de las
Comunidades Autónomas, ha sido un colectivo profesional académi-
camente independiente, con planes de estudios y formación profesio-
nal, no ya aprobados, ni siquiera visados por las autoridades educati-
vas? ¿Tan diferente de los demás profesionales es el trabajo policial,
que no puede encuadrarse en el sistema educativo del país?.
No tengo respuesta, mínimamente coherente, para mis propias
preguntas. Será porque no existe interés alguno por lograr una interre-
lación real y abierta entre la enseñanza policial y la oficialmente nor-
malizada. Quizás sea la resistencia al análisis de los comportamientos
policiales y su correlación con las bases formativas, realizada por ex-
pertos de la formación, ajenos a la subcultura policial la que lo impida.
Tal vez sea porque no ha existido nunca en nuestro país, a diferencia de
otros, un verdadero interés por parte del estado de regular y exigir la
necesaria homologación de la formación policial en sus diferentes ám-
bitos y niveles.
No obstante lo anterior, hoy la importancia de la formación policial
y su diversidad académica se pone de manifiesto a la hora de compro-
bar la enorme oferta anual de cursos organizados por todo un elenco de
Administraciones, Universidades, Centros públicos y privados, etc.
201
Véase ANEXO: La carrera profesional en el CNP y la GC.
202
RD 102/2008, de 1 de febrero, por el que se modifica el Reglamento de los pro-
cesos selectivos y de formación en el CNP, aprobado por RD 614/1995, de 21 de abril.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 189

que a pesar de esa diversidad no consiguen, en conjunto, poner unas


bases que respondan a la necesidad de un plan de carrera policial en
España, que si bien parte de una realidad histórica, rompa el pasado y
plantee un futuro con expectativas cumplibles, relacionando la forma-
ción específica profesional con las posibilidades previstas en el sistema
educativo reglado, fijando unos planes de estudio a diferentes niveles y
con las exigencias académicas que vienen establecidas para el resto de
las profesiones.
Pasados tantos años desde la promulgación de la LOFyCS la for-
mación y perfeccionamiento de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad sigue siendo profesional pero no se ha hecho realidad lo
que la misma ley establece que “ los estudios que se cursen en los cen-
tros de enseñanza dependientes de las diferentes administraciones pú-
blicas podrán ser objeto de convalidación por el Ministerio de Educa-
ción y Ciencia, que a tal fin tendrá en cuenta las titulaciones exigidas
para el acceso a cada uno de ellos y la naturaleza y duración de dichos
estudios”203.
Por lo que respecta al ámbito de las Policías Locales recordemos
también que es la LOFyCS y dentro de las funciones de coordinación, la
que señala que “corresponde a las Comunidades Autónomas de con-
formidad con la presente Ley y con la de Bases de Régimen Local ... en
el ámbito territorial de la Comunidad:
c) Fijar los criterios de ... formación ... determinando los distintos
niveles educativos exigibles para cada categoría...”204. Niveles educati-
vos que hoy vienen exigidos para todos los funcionarios públicos, tam-
bién para los miembros de las diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguri-
dad, en los siguientes términos: “Los cuerpos, escalas, clases y
categorías de funcionarios al servicio de las Administraciones Públicas
se agruparán, de acuerdo con la titulación exigida para su ingreso, en
los siguientes grupos:
• Grupo A. Título de doctor, licenciado, ingeniero, arquitecto o
equivalente.
• Grupo B. Título de ingeniero técnico, diplomado universita-
rios, arquitecto técnico, formación profesional de tercer grado
o equivalente.
• Grupo C. Título de Bachiller, formación profesional de segun-
do grado o equivalente.
203
Art. 6.2 b) de la LOFyCS.
204
Idem, art. 39.
190 José Escalante Castarroyo

• Grupo D. Título de graduado escolar, formación profesional


de primer grado o equivalente.
• Grupo E. Certificado de escolaridad”205, grupos de titulación
académica que tienen su antecedente legal más inmediato,
para los funcionarios de la administración local, en la articula-
ción de la Ley de Bases del Estatuto de 1975, con las proporcio-
nalidades por niveles206.
Parecidos problemas, respecto del plan de carrera, mantiene en es-
tos momentos la formación y planes de estudios de los Agentes de la
Guaria Civil dependiente en parte de la Dirección General pertenecien-
te al Ministerio del Interior. Sus estudios207, salvo los propiamente mili-
tares, no están reglados y por ende no tienen validez académica homo-
logable alguna fuera de la institución armada.
La misma situación, suprimiendo la bicefalia formativa de la Guar-
dia Civil, la encontramos en el Cuerpo Nacional de Policía en cuyos pla-
nes de estudio y carrera profesional no se mantiene homologación algu-
na con el Ministerio de Educación y Ciencia208, salvo la excepción y
antecedente ilustrativo de lo que debiera hacerse también en el ámbito
formativo de las Policías Locales. Me estoy refiriendo a una Orden209,
que a propuesta del Ministerio del Interior y previo informe del Consejo
205
Art. 25 de la LRFP en relación con las equivalencias de la disposición transito-
ria tercera del EBEP.
206
Art. 62.2 del RD 3046/1997, de 6 de octubre, por el que se articula parcialmente
la Ley 41/1995, de Bases del Estatuto de Régimen Local en lo relativo a los funciona-
rios públicos locales que señala al respecto: “La proporcionalidad correspondiente a
los niveles de titulación exigibles para el ingreso en los Cuerpos o, en su caso, catego-
rías, subgrupos o clases de funcionarios será la siguiente:
Educación universitaria 10 ( Doctores, Licenciados, Arquitectos, Ingenieros y
equivalentes).
Educación universitaria 8 ( Diplomados, Arquitectos técnicos, Ingenieros técni-
cos, Titulados de formación profesional de tercer grado y equivalentes).
Enseñanzas medias 6 (Bachiller, Titulados de formación profesional de segundo
grado y equivalentes). Educación General Básica 4 (Graduado escolar y equivalentes).
Educación General Básica 3 ( Certificado de escolaridad)”.
207
Según la página Web www.futurosguardiasciviles.com en la actualidad los cen-
tros de formación de la Guardia Civil están distribuidos de la siguiente forma: Dos
Academias, una de Oficiales y otra de Guardias y Suboficiales; Cinco Escuelas para la
especialización, adiestramientos especiales, desactivación de explosivo, de montaña,
de perros y de tráfico, ( consulta efectuada el día 05/07/06).
208
Según la página Web oficial de la D.G.P. www.policia.es para impartir la docen-
cia, el CNP dispone de tres Centros: de formación, de promoción y de actualización y
especialización, (consulta efectuada el día 05/07/06).
209
Orden del Ministerio del Interior de 18 de Abril de 2000, B.O.E. del 25.04.2000.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 191

de Universidades, establece la equivalencia del nombramiento de Ins-


pector del Cuerpo Nacional de Policía al título de Licenciado universita-
rio, que viene a reconocer el plan de estudios para este empleo desarro-
llado por el Centro de Formación de Ávila210 a esos efectos equivalentes,
bien entendido que para acceder al mismo debe acreditarse previamen-
te la posesión de título de Diplomado o equivalente. Estamos por tanto
ante un reconocimiento de estudios “profesionales”, cursados en un
Centro de la Administración, convalidado por el Ministerio correspon-
diente, si bien es obligado señalar que en el proceso previo el plan de es-
tudios ha sido elaborado conjuntamente con la Universidad de Sala-
manca. Recordemos que antes también existió una equivalencia formal
del Diploma Superior en Criminología al título oficial de Diplomado
Universitario, a los únicos efectos del acceso a Cuerpos, escalas y cate-
gorías de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para cuyo ingreso se exija
título de Diplomado universitario o equivalente211.
A la vista de lo anterior y transcurridos tantos años desde que las
Comunidades Autónomas comenzaran a coordinar a los Cuerpos de
Policía Local sorprende que aún hoy día y más habiendo asumido to-
das ellas competencias en materia también de educación, ninguna haya
desarrollado la carrera profesional que muchas de ellas invocan en las
propias normas de coordinación para los Policías Locales de su Comu-
nidad y siga siendo la iniciativa universitaria, cuando no la de otros
profesionales o sindicatos las que inicien los proyectos y en muchas
ocasiones promuevan los estudios propios.
El compromiso de una carrera profesional para las Policías Locales
se ha plasmado mayoritariamente en las normas de coordinación res-
pectivas. Así, su elaboración se establece en Andalucía en los siguientes
términos: “ la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía elaborará un
plan de carrera profesional que prevea, de acuerdo con lo establecido
en la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo y
normas de desarrollo, la posibilidad de que se equiparen las titulacio-
nes exigidas para el acceso a las distintas categorías”212. Con las mismas
expresiones y años antes la Ley en Cataluña lo hacía desde la Escuela
de Policía213y siguen expresándolo otras Comunidades Autónomas

210
El Centro de formación del CNP ubicado en la ciudad de Ávila acoge a los
alumnos de nuevo ingreso, tanto de la escala Básica ( Policías) como de la Ejecutiva (
Inspectores).
211
Orden de 19 de noviembre de 1996, B.O.E. núm. 286, de 27 del mismo año.
212
Art. 54 de la Ley13/2001, de 11 de diciembre, de coordinación de Policías Locales.
213
Art. 33.1 de la Ley 16/1991, de 10 de julio, Policías Locales.
192 José Escalante Castarroyo

como Canarias en la Academia de Seguridad214 y Castilla La Mancha a


través de su Escuela de Protección Ciudadana215.
El problema de la homologación o convalidación de las enseñanzas
que se imparten en las Escuelas de Policía Local es otro de los compro-
misos que se contemplan por las normas coordinadoras. En los siguien-
tes términos se expresa la Comunidad Valenciana: “El Instituto Valen-
ciano de Seguridad Pública promoverá convenio y acuerdos con las
instituciones docentes competentes, con el objeto de homologar los
cursos y programas de formación policial con las titulaciones académi-
cas exigidas para el acceso a las distintas escalas y categorías”216. La Co-
munidad de las Islas Baleares, mantiene el mismo compromiso de ho-
mologación y añade que “de acuerdo con las exigencias de la ordenación
general del sistema educativo”217,en cambio “promoviendo su homolo-
gación ante el Ministerio de Educación y la Universidad”218 lo pretende
la Comunidad de Madrid y ante el “órgano competente en materia de
educación” lo señala la Región de Murcia219 y el País Vasco220, esta últi-
ma Comunidad Autónoma no solo para las Policías Locales sino tam-
bién para la Policía Autonómica, dado que regula ambas policías en la
misma norma.
Entendemos, más allá del compromiso de elaborar un plan de ca-
rrera profesional, o la homologación y en su caso la convalidación de
los estudios profesionales impartidos por las Escuelas de las Comuni-
dades Autónomas por las autoridades académicas competentes, que
no son otras que las del Ministerio de Educación y Ciencia, encontra-
mos en una de las últimas normas coordinadoras promulgadas, la Ley
de coordinación de Castilla y León una significativa novedad respecto
de la formación policial profesional y la carrera profesional, expresán-
dose que “así mismo podrá establecer y organizar, en colaboración con
centros universitarios, cursos específicos dirigidos a la obtención de Tí-
tulos propios en materia de seguridad, que podrán sustituir, a todos los
efectos, los cursos selectivos de formación tanto de acceso como de pro-
moción interna”221. Tan interesante novedad y probablemente expe-
214
Art. 30 de la Ley 6/1997, de 4 de julio, Coordinación de Policías Locales.
215
Art. 31.2 de la Ley 8/2002, de 23 de mayo, de Coordinación de Policías Locales.
216
Art. 27.3 de la Ley 6/1999, de 19 de abril, de coordinación de Policías Locales.
217
Art. 27.2 de la Ley 6/2005, de 3 de junio, de coordinación de Policías Locales.
218
Art. 4.3 de la Ley 15/2000, de 21 de diciembre, de creación del Instituto Supe-
rior de Estudios de Seguridad de Madrid.
219
Art. 29.4 de la Ley 4/1998, de 22 de julio, de coordinación de Policías Locales.
220
Art. 40.1 de la Ley 4/1992, de 17 de julio, de Policía del País Vasco.
221
Art. 24.3 de la Ley 9/2003, de 8 de abril, de coordinación de Policías Locales.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 193

riencia formativa no ha iniciado todavía su andadura, pero su acierto


con la previsión legal se nos antoja, por lo que de proximidad profesio-
nal tenemos en esta Comunidad Autónoma, que pueda ser la solución
a la formación y a la tan invocada carrera profesional. Solo éxito desea-
mos e implicación de las Universidades de la Región para llevarlo a ca-
bo.

7.4. Las enseñanzas profesionales y los títulos en las


Universidades

Visto cuanto antecede no queda duda de que la necesidad de for-


mación en materia de seguridad pública es evidente y más aún de unos
estudios – homologables y convalidables – tanto en el ámbito de la for-
mación reglada profesional como en la universitaria, que rompan la
tendencia actual a la atomización de aquella en multitud de centros for-
mativos, de programas, planes y contenidos. La tendencia generaliza-
da en los países de la Unión Europea a una formación policial común,
con independencia del modelo territorial de policía, centralizado o des-
centralizado, se rompe en España, aquí ni existe relación institucional
ni formal alguna entre los centros de formación de las dos policías del
Estado ni tampoco entre las diecisiete Escuelas o centro de formación
de las Comunidades Autónomas para las Policías Locales y entre estas
y las Academias de Policía Local dependientes de los Ayuntamientos
que siguen impartiendo formación profesional.
No es extraño por tanto que veamos como la iniciativa privada en
unos casos, y mayoritariamente la pública en otros, ofrezcan en la ac-
tualidad un gran abanico de posibilidades formativas para los profe-
sionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, formación paralela a la
profesional impartida por las diferentes Administraciones Públicas de
las que aquellos dependen.
Las universidades, que tienen como misión “las enseñanzas para el
ejercicio de profesiones que requieren conocimientos científicos, técni-
cos o artísticos y la transmisión de la cultura” en palabras de la corres-
pondiente Ley Orgánica222, en los últimos años han encontrado, en la
enseñanza en materia de seguridad en general y pública en particular,
un vacío que llenar ante una demanda cada día mayor.
Así no es extraño encontrar Masters tan prestigiosos como los
que viene organizando la Universidad Europea de Madrid y Belt Ibé-
222
Art 33 de la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades.
194 José Escalante Castarroyo

rica S.A.223 pioneras en España y Europa en la aplicación del concepto


de seguridad global, de manera similar a otras instituciones educati-
vas de carácter internacional que lo han desarrollado para diferentes
sectores profesionales, respondiendo así a la creciente demanda de
profesionales capacitados para gestionar la seguridad de las organi-
zaciones englobando conocimientos de las diversas facetas de la se-
guridad.
Pero son las enseñanzas conducentes a la obtención de diplomas de
formación continua, especialista universitario y los títulos propios en
materias de seguridad pública especialmente, posibilitados por dife-
rentes Universidades, en respuesta a las demandas profesionales de
formación universitaria en materia de seguridad pública, los estudios
que aquí nos interesan resaltar. Así encontramos a la pionera de las
Universidades en implantar un Título Propio de Grado en Estudios Su-
periores de Seguridad, desarrollado por la Universidad Rey Juan Car-
los, que utilizando su lema “ non nova, sed nove” ( no nueva, sino de
forma nueva), tiene entre los objetivos de este título, según se anuncia
en la correspondiente página Web224 “ofrecer una formación amplia y
pluridisciplinar en prevención y seguridad ... que no solo se preocupa
de una formación completa en capacidades terminales, sino que forma
y define al nuevo experto como un trabajador del conocimiento prepa-
rado para responder rápidamente a los diferentes requisitos asociados
a los distintos riesgos”. Pero lo verdaderamente importante, y es por lo
que traemos aquí estos estudios es por su reconocimiento profesional
en el ámbito de las Policías Locales de Madrid, que “ con la superación
del primer curso del Título propio en Ciencias de la Seguridad se obtie-
ne el Certificado de Formación Superior en Seguridad, el cual sustitu-
ye, a todos los efectos, al curso selectivo de formación correspondiente
a los procesos de ingreso en cuerpos de policía local, que viene impar-
tiendo el ISES de la Comunidad de Madrid. Tras la superación del se-
gundo curso, se consigue el Certificado de Experto Universitario en Se-
guridad. Una vez superado el tercer curso y realizado un proyecto fin
de carrera se obtiene el Titulo propio en Ciencias de la Seguridad, espe-
cialidad seguridad pública o privada”225.
Dos universidades más anuncian para el Curso 2006/07 títulos
propios relacionados con la seguridad pública, la de Alicante bajo la
223
En www.belt.es - Master Ejecutivo en Dirección de Seguridad Global, (consulta
efectuada el día 18.07.06).
224
En www.urjc.es - (consulta efectuada el día 18.07.06).
225
Ibidem, www.urjc.es.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 195

denominación de Título propio en seguridad pública226 y la de Sala-


manca como Especialista universitario en seguridad pública227, ambos
también de tres años.
Y ya por lo que de proximidad me corresponde, no quiero pasar
por alto la novedosa previsión que al respecto de los Títulos universita-
rios propios hace la Ley de Coordinación de Policías Locales de Castilla
y León228, al establecer y organizar estos en colaboración con centros
universitarios, uno más de los intentos por conseguir que la formación
universitaria en materia de seguridad pueda sustituir tanto a los cursos
de formación para el acceso libre como de promoción interna. Esta pre-
visión legal se completa con una participación activa de las Universida-
des de la Región en el Consejo Asesor de la Escuela de Policía Local229.
Pero si bien damos la bienvenida a la universidad en su implicación en
la formación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, no es menos cierto
que está por ver el resultado y el acierto de estas enseñanzas y su implica-
ción, pues no debemos olvidar que los títulos propios, conforme establece
la propia Ley de Universidades “carecen de los efectos que las disposicio-
nes legales otorguen a los mencionados en el apartado 1” que no son otros
que “ los títulos universitarios que tengan carácter oficial y validez en todo
el territorio nacional... integrados en el catálogo de títulos universitarios
oficiales, que aprueba el Gobierno, expedidos en nombre del Rey por el
rector de la Universidad en la que se hubieren expedido”230.
Y son estos, el carácter oficial y la validez de los estudios a efectos
profesionales lo que verdaderamente importa a la mayoría de los pro-
fesionales que se acercan a aquellas enseñanzas, pues recordemos que
ya la LOFyCS contempló que “ los estudios que se cursen en los centros
de enseñanza dependientes de las diferentes Administraciones Públi-
cas podrán ser objeto de convalidación por el Ministerio de Educación,
que a tal fin tendrá en cuenta las titulaciones exigidas para el acceso a
226
En www.ua.es , (consulta efectuada el día 18.07.06).
227
En www.usal.es/cise , ( consulta efectuada el día 18.07.06).
228
El art. 24.3 de la Ley 9/2003, de 8 de Abril, de coordinación de Policías Locales
contempla que “ la Junta de Castilla y León ... podrá establecer y organizar, en colabo-
ración con centros universitarios, cursos específicos dirigidos a la obtención de títulos
propios en materia de seguridad, que podrán sustituir, a todos los efectos, los cursos
selectivos de formación...”
229
El art. 6 del Decreto 56/2002, de 18 de abril, de creación de la Escuela Regional
de Policía Local prevé que el Consejo Asesor tenga en su composición “ un represen-
tante de las Universidades Publicas de Castilla y León designado por el Consejo
Interuniversitario de Castilla y León”.
230
Art. 34.1, 2 y 3 LOU.
196 José Escalante Castarroyo

cada uno de ellos y la naturaleza y duración de dichos estudios”231, po-


sibilidad que también han contemplado en las Leyes de coordinación
muchas Comunidades Autónomas232.
Sin ese carácter oficial y validez en todo el territorio y en su caso la pre-
via convalidación, los estudios profesionales, tanto los impartidos en la ac-
tualidad por las escuelas de policía local como los universitarios que veni-
mos señalando como títulos propios, entendemos que serán beneficiosos,
no lo dudamos, para el desarrollo personal y profesional de los policías,
pero en tanto no obtengan aquel carácter y reconocimiento y convalidación
no serán útiles para la carrera profesional que como vimos prácticamente
todas las Comunidades autónomas invocan para sus policías locales.
Y esta carencia estatutaria la vienen arrastrando todas las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad desde la promulgación de la LOFyCS pues ningu-
na de las Administraciones Públicas competentes en materia de formación
profesional de aquellos ha instado convalidación alguna, ante el Ministe-
rio hoy de Educación y Ciencia, la convalidación de los estudios profesio-
nales que imparten, excepción hecha, como ya citamos con anterioridad,
de las equivalencias, que no convalidación, del nombramiento de Inspec-
tor del CNP al título de Licenciado Universitario233, o la de Diplomado Su-
perior en Criminología al título de Diplomado Universitario, para el acce-
so, cuando se exija el título de Diplomado Universitario o equivalente234.

231
Art. 6.2 b) de la LOFyCS.
232
Por citar algunas, así lo contemplan las Comunidades Autónomas de Cataluña
y la Comunidad Valenciana : “ La Escuela de Policía de Cataluña elaborará un plan de
carrera profesional que prevea, de acuerdo con la legislación vigente, la posibilidad de
que se equiparen las titulaciones exigidas para el acceso a las distintas categorías que
establece la presente Ley...” (Art. 33.1 de la Ley 16/1991, de 10 de julio, de Policías Lo-
cales). “El Instituto Valenciano de Seguridad Pública promoverá convenio y acuerdo
con las instituciones docentes competentes, con el objeto de homologar los cursos y
programas de formación policial con las titulaciones académicas exigidas para el acce-
so a las distintas escalas y categorías”, (Art. 27.3 de la Ley 6/1999, de 19 de abril, coor-
dinación de las Policías Locales) respectivamente.
233
Equivalencia realizada por Orden Ministerial de 18 de abril de 2000, publicada
en el B.O.E. del 25 de abril. Recordemos que la equivalencia se realiza con una serie de
condiciones y a efectos económico-administrativos, pues el Inspector del CNP perte-
nece a la Escala Técnica, encuadrada en el Grupo A de la LRFP, exigiéndose, previa-
mente al ingreso en la Escuela de Ávila, el título de Diplomado Universitario o equiva-
lente y desarrollar dos cursos lectivos en la citada Escuela.
234
Equivalencia realizada por Orden Ministerial de 19 de noviembre de 1996,
B.O.E. del 27 de noviembre. La equivalencia se realiza con una serie de condiciones en-
tre las que se encuentran las relativas a la titulación de acceso, una mínima carga lecti-
va y su expedición por Universidad o Centro de esta dependiente.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 197

A todo ello ahora debemos añadir que partimos en la actualidad


con un precedente muy significativo, cual es la doctrina del Tribunal
Constitucional que ya en 1990 tubo conocimiento a través del Recurso
de Inconstitucionalidad 1918/1990 contra la Ley de Coordinación de
Policías Locales de la Comunidad Valenciana 2/1990, de 4 de abril, que
contemplaba la “ equivalencia de títulos mediante Cursos realizados
en el Instituto Valenciano de Seguridad Pública o Escuelas de Policía
Local de las Corporaciones Locales … siempre que dicha equivalencia
fuera reconocida por la Consellería de Cultura, Educación y Ciencia”,
impugnando el artículo y fundamentándolo en que la regulación de las
condiciones de obtención, expedición y homologación de títulos acadé-
micos y profesionales es competencia estatal, que comprende la de “es-
tablecer los títulos correspondientes a cada nivel y ciclo educativo, en
sus distintas modalidades, con valor habilitante tanto desde el punto
de vista académico como para el ejercicio de profesiones tituladas, es
decir de aquellas cuyo ejercicio exige un título … así como comprende
también la competencia para expedir los títulos correspondientes y
para homologar los que no sean expedidos por el Estado”235.
Recordemos, respecto de la formación profesional que imparten las Co-
munidades Autónomas, que pueden coordinar la formación profesional y
la creación de escuelas de formación para las Policías Locales pero las leyes
de coordinación autonómicas no pueden conferirse la facultad de homolo-
gación de los estudios y dar valor de títulos oficiales habilitantes a aquellos,
lo que implica invadir la competencia exclusiva del Estado ex artículo
149.1.3º de la Constitución Española, pues es al Estado, dentro de sus com-
petencias exclusivas, al que corresponde establecer las “bases de la Función
Pública para todas las Administraciones”236 de tal naturaleza “las Leyes au-
tonómicas sobre la materia deben respetar las normas básicas estatales”237.
A pesar de ese pronunciamiento constitucional seguimos contem-
plando Leyes de Coordinación –no recurridas– que eximen en un gra-
do de la Titulación académica universitaria preceptiva para acceder a
los Grupos de clasificación de los funcionarios238, cuando no se exime
235
STC 42/1981 y 82/1993.
236
Art. 149.1.18 de la C.E. de 1978.
237
STC 302/1993.
238
En los siguientes términos exenciona la Ley 4/1992, de Policía del País Vasco,
en el art. 59.2: “Podrán concurrir por el turno de promoción interna quienes, carecien-
do de la titulación exigible para el ingreso en la correspondiente categoría, posean la
propia del grado de clasificación inmediatamente inferior al que aquella corresponda
... y hayan superado el curso de capacitación ... cuya organización y desarrollo corres-
ponde a la Academia de Policía del País Vasco”.
198 José Escalante Castarroyo

de aquella por períodos de tiempo concretos239 o simplemente se inte-


gra a funcionarios en los citados grupos careciendo de la titulación aca-
démica exigida o considerando Cursos realizados en Escuelas de Poli-
cía de las Comunidades Autónomas a esos efectos240.
Quizás a estas alturas del problema deban ser otras las soluciones
para afrontar la carencia de una formación universitaria para el ejerci-
cio de la profesión de seguridad pública, debatimos en la actualidad en
España la homologación de nuestros estudios universitarios oficiales
en el marco de la Unión Europea y en el denominado contexto de Bolo-
nia, puede ser el momento para establecer una titulación que resuelva,
de forma general y para todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el
título académico universitario habilitante para el ejercicio de la profe-
sión policial en aquellas escalas y categorías que así hoy lo requieren.
Igualmente debiera plantearse para aquellas escalas y categorías,
en las que no es preceptivo el título universitario, el establecimiento de
una formación profesional de grado medio y grado superior en su caso,
que habiliten para dicho desempeño profesional.

239
Así lo contempla la Comunidad de Castilla-La Mancha en la Ley 8/2002, de 23
de mayo, de coordinación de Policías Locales, Disp. 1ª. 2, al establecer: “ la titulación
de Diplomado universitario o equivalente para el acceso a la categoría de Subinspec-
tor, sólo será exigible a partir de los dos años siguientes a la entrada en vigor de la pre-
sente ley, exigiéndose hasta tanto la titulación de bachiller o equivalente”.
240
En la Comunidad de Castilla La Mancha para el año 2006 tiene convocados los
siguientes cursos de dispensa: Del Título de Licenciado para Inspectores, (1-
PL2.04.06); De integración en el Grupo B para Subinspectores, (1-PL 2.01.06) y de dis-
pensa del Título de Diplomado para Oficiales, (1-Pl 2.03.06), todo ello de conformidad
con la disposición transitoria quinta de la Ley 8/2002, de coordinación de Policías Lo-
cales.
Con la misma finalidad, la Comunidad de Canarias, por Resolución del Director,
se convocan cursos de dispensa de grado, a efectos de promoción interna, de confor-
midad con lo establecido en la Disposición Transitoria Segunda de la Ley 6/1997, de 4
de julio, de coordinación de Policías Locales.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 199

CIENCIAS DE LA SEGURIDAD
241
TITULO DE GRADO

SEGURIDAD
SEGURIDAD PÚBLICA PRIVADA

CUERPOS DE
EMPRESAS INDUSTRIA
SEGURIDAD DE Y
SEGURIDAD COMERCIO

POLICÍAS POLICÍA
AUTÓNOMICA
LOCALES PERSONAL
SEGURIDAD
PRIVADA

Formación profesional ingreso Ejercicio profesional en empresas:


(A 1 – A 2) - Puestos de Comercio e Industria.
Mando

TITULO DE GRADO EN TITULO DE GRADO EN


SEGURIDAD PUBLICA SEGURIDAD PRIVADA

8. LA MOVILIDAD ENTRE LOS CUERPOS DE POLICÍA LOCAL 241

Será la LOFyCS quién establezca, dentro de las disposiciones esta-


tutarias comunes a todos los cuerpos policiales que corresponde a “ los
poderes públicos promover las condiciones más favorables para una
adecuada promoción profesional, social y humana de los miembros de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de acuerdo con los principios de
objetividad, igualdad de oportunidades, mérito y capacidad”242, enco-
241
Elaboración propia.
242
Art. 6.1 de la LOFyCS.
200 José Escalante Castarroyo

mendando más adelante a las Comunidades Autónomas, entre otras


funciones de coordinación sobre las Policías Locales, “ fijar los criterios
de ... movilidad...”243. Estamos, por primera vez en la larga historia fun-
cional de los cuerpos locales, ante un derecho reconocido legalmente,
cuando nunca dispusieron de él dada su tradicional selección y depen-
dencia de los Ayuntamientos, por cierto administración que raramente
dispuso posibilidades de movilidad para el resto de sus funcionarios,
salvo aquellos pertenecientes a los denominados Cuerpos Nacionales
cuya habilitación es de carácter nacional244.
Previamente a la LOFyCS la LRFP recogía el principio de movilidad
de los funcionarios públicos entre las Administraciones Públicas, con ca-
rácter de normativa básica, “con el fin de lograr una mejor utilización de
los recursos humanos” y lo hacía para los funcionarios de la Administra-
ción Local señalando que “cuando así esté previsto en las relaciones de
puestos de trabajo, podrán desempeñar puestos de trabajo en otras corpo-
raciones locales, en las Administraciones de las comunidades Autónomas
y en la Administración General del Estado en puestos relacionados con las
funciones que les competen en materia de entidades locales”245.
Pero para ejercer el derecho de movilidad la LRBRL señala que “ es
de competencia de cada corporación local la selección de los funciona-
rios” fijando a continuación que “ los puestos de trabajo vacantes que
deban ser cubiertos por los funcionarios ... se proveerán en convocato-
ria pública por los procedimientos de concurso de méritos o de libre
designación, de acuerdo con las normas que regulen estos procedi-
mientos en todas las Administraciones públicas.
En dichas convocatorias de provisión de puestos de trabajo, ade-
más de la participación de los funcionarios que pertenezcan a cuales-
quiera de las Administraciones públicas, quedando en este caso supe-
ditada la participación a lo que al respecto establezcan las relaciones de
puestos de trabajo”246.
243
Idem, art. 39 c).
244
De conformidad con los art. 92.3 y 98.2 de la LBRL están dentro de esta habili-
tación nacional y estarán legitimados para participar en los concursos de méritos con-
vocados para la provisión de las plazas o puestos de trabajo reservados a estos funcio-
narios en las plantillas de cada entidad :
“ a) La de Secretaria, comprensiva de la fe pública y el asesoramiento legal pre-
ceptivo.
b) El control y la fiscalización interna de la gestión económico-financiera y presu-
puestaria y la contabilidad, tesorería y recaudación”.
245
Art. 17.1 y 2 de la LRFP , redactado conforme a Ley 55/1999, de 29 de diciembre.
246
Art. 100.1 y 101 de la LRBRL.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 201

Si la movilidad trata de lograr, como señaló el Acuerdo Marco247,


“fomentar la movilidad de los empleados públicos entre las Adminis-
traciones Públicas y que esta sea una realidad, además de una previ-
sión normativa, se concrete en medidas que faciliten aquella de forma
generalizada y recíproca y logre una mejor utilización de los recursos
humanos perseguida por la citada LRFP”, es el objetivo de la movili-
dad de los funcionarios entre las diferentes Administraciones Públicas,
aconsejando ofertas de puestos de trabajo a funcionarios de otras Ad-
ministraciones Públicas.
La movilidad de los funcionarios públicos en general, y de las poli-
cías locales en particular, ha supuesto una ampliación de sus posibili-
dades y expectativas de obtener destino y de promocionar en su carrera
profesional, respetando la autonomía y la capacidad de autoorganiza-
ción de los diferentes Ayuntamientos y favoreciendo las legítimas aspi-
raciones de los policías en aquellos derechos profesionales.
Vista la posibilidad de movilidad y reconocido el derecho a la mis-
ma para los funcionarios públicos en general y en particular, en el ám-
bito de las Comunidades Autónomas y la coordinación de las Policías
Locales, específicamente para estas, estamos en condiciones de profun-
dizar en las formas en las que concretamente se articula aquella y la su-
jeción a los procedimientos ordinarios legalmente previstos para el ac-
ceso a la función pública o la provisión de vacantes. Esto es, la
movilidad podemos concretarla en un procedimiento selectivo en for-
ma de concurso o de un concurso-oposición con la peculiaridad de que
el procedimiento selectivo queda restringido a la participación de de-
terminados funcionarios, en este caso policías, con ciertas característi-
cas y adaptándose las bases y requisitos a esa peculiaridad.
Para los aspirantes, la movilidad solo va afectar a los requisitos en
la medida en que se les va a requerir que sean previamente policías de
unos determinados cuerpos o con un concreto perfil profesional. En
otras palabras, salvo el hecho que, mediante la convocatoria de plazas
en movilidad la administración convocante restrinja el número de op-
tantes a la plaza en función de unas determinadas características profe-
sionales que se incorporan a los requisitos de participación, no existen
diferencias en las situaciones o tratamientos administrativos de los as-
pirantes si la misma plaza fuera convocada en turno libre.
247
Este Acuerdo Marco ha sido elaborado por el Ministerio de Administraciones
Públicas y suscrito por diversas Comunidades Autónomas, entre otras Castilla y León
por Resolución de 31 de Octubre de 2003, de la Dirección General del Secretariado de
la Junta y Relaciones Institucionales, BOCyL de 10 de Noviembre de 2003.
202 José Escalante Castarroyo

La situación respecto del puesto de trabajo de origen del funciona-


rio que ha obtenido una plaza en un procedimiento selectivo convoca-
do por movilidad, va a ser idéntica a la de ese mismo funcionario si la
plaza hubiera sido cubierta por turno libre, y habrá de regularse por las
previsiones administrativas respecto de las situaciones de los funcio-
narios que vienen reguladas por el correspondiente Reglamento248.
Este regula expresamente la excedencia voluntaria por prestación de
servicios en el sector público, y lo hace en los siguientes términos: “
Procederá declarar de oficio o a instancia de parte, a los funcionarios
que se encuentren en servicio activo en otro Cuerpo o Escala de cual-
quiera de las Administraciones Públicas, salvo que hubieran obtenido
la oportuna compatibilidad”249, la que es incompatible para un funcio-
nario de los Cuerpos de Seguridad, ya sea estatal, autonómico o local.
Respecto de la forma en la que ha de tramitarse el pase a la situa-
ción de excedencia voluntaria por prestación de servicios en el sector
público esta se realiza de oficio o a instancia de parte.
Otra cuestión que se puede plantear es si pasar a desempeñar un
puesto en otro Cuerpo de Policía Local por movilidad supone la pérdi-
da de la condición de funcionario en el Cuerpo de origen. Es evidente
que si el funcionario policial renuncia a la plaza en el Cuerpo de origen
perderá su plaza en el mismo, pero en el caso de quedar en situación de
excedencia voluntaria por prestación de servicios en el sector público,
el policía no pierde la plaza en el Cuerpo de origen, pero tampoco tiene
reserva de plaza en el mismo como señala el Reglamento citado “ las
distintas modalidades de excedencia voluntaria no producen, en nin-
gún caso, reserva de puesto de trabajo y los funcionarios que se en-
cuentren en las mismas no devengarán retribuciones ... No será com-
putable el tiempo permanecido en esta situación a efectos de
promoción, trienios y derechos pasivos”250. Por ello, si el policía que ha
hecho uso de la movilidad y ha solicitado la excedencia voluntaria por
el motivo citado, pretende reincorporarse al servicio activo en el Cuer-
po donde tiene declarada la situación de excedente, deberá solicitar el
reingreso si cesara en el puesto obtenido por movilidad con límite tem-
poral. Bien entendido que para reingresar deberá existir la plaza a cu-
brir en el cuerpo de origen.

248
RD 365/1995, de 10 de marzo, Reglamento de situaciones administrativas de
los funcionarios civiles de la Administración General del Estado, supletorio para los
funcionarios de Administración Local.
249
Ibidem, art. 15.
250
Idem, art. 19.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 203

En conclusión, la obtención de una plaza en un Cuerpo de Policía


Local procedente de otro Cuerpo de Policía Local por movilidad, ya sea
por turno libre, concurso-oposición o concurso, quedará sujeto en su
cuerpo de origen a la situación de excedencia voluntaria por prestación
de servicios en el sector público y, aún cuando no pierda la plaza en el
cuerpo de origen, no va a disponer de reserva de la que venía ocupan-
do antes de optar por la movilidad ínter cuerpos.
Para un mejor conocimiento de lo que establecen las diferentes nor-
mas comunitarias, hemos fijado las variables más significativas en diferen-
tes apartados, concretando en ellos como se materializa la movilidad entre
policías locales en las Comunidades Autónomas, aunque previamente a
ello debemos aclarar que estas emplean generalmente el término de movi-
lidad en el sentido de cobertura por funcionarios policiales de puestos de
trabajo vacantes en otros cuerpos de policía, pero en ocasiones, las menos,
emplean el de traslado o de permuta, matizando así la movilidad como
una forma de cambio de localidad y de cuerpo policial, veamos:

a) Movilidad horizontal:
Entendida como el derecho a la movilidad en la misma categoría,
pero en otros Cuerpos, así la contemplan en Andalucía, Aragón, Cana-
rias, Cantabria, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Islas
Baleares; La Rioja; Madrid; País Vasco y la Región de Murcia.

b) Movilidad vertical:
La movilidad a superior categoría en otros Cuerpos de Policía Lo-
cal, podemos entenderla también como promoción, si bien con una sal-
vedad, que esta no se da en el mismo cuerpo sino en otro, en ambos ca-
sos supondría un cambio de categoría profesional e incluso pudiera ser
de escala y grupo, así se contempla por Andalucía y Aragón. Previa-
mente a la convocatoria por libre en Castilla y León; indistintamente
entre Ayuntamientos o resto sistemas de acceso en Cataluña y Comu-
nidad Valenciana; como promoción en Extremadura; como derecho a
todos los Cuerpos de Policía de Navarra, incluida en estos a la Policía
Foral en Navarra y Galicia, La Rioja, Madrid y Región de Murcia.

c) Movilidad y limitación numérica de reserva de plazas:


La movilidad, bien horizontal o vertical, en la misma categoría o su-
perior viene limitada en porcentajes, así para la categoría de Policía el
204 José Escalante Castarroyo

20%, para el resto de categorías el 40% ( 20% misma categoría/20% cate-


gorías superiores) en Andalucía; el máximo del 20% en Canarias; el 25%
en la categoría de Agente en Castilla y León; según criterios preestable-
cidos de población y plantilla en Cataluña y Comunidad Valenciana; 1/
3 como porcentaje según empleos y/o categorías a turno abierto; el 20%
en la escala básica y teniendo en cuenta criterios de población y dimen-
sión de la plantilla en escalas ejecutiva y técnica en las Islas Baleares;
hasta un 20% para grupos D y E del mismo municipio o Policías de otros
cuerpos en La Rioja; un máximo del 20% en Madrid; el 20% para Agen-
tes y las que resulten vacantes por promoción interna, antes de convo-
car por libre, en determinadas categorías en Región de Murcia.

d) Requisitos para la movilidad:

La diversidad de requisitos que se contemplan podemos resumir-


los a dos principalmente, la necesidad de ocupar puesto de trabajo con
una mínima antigüedad y la edad máxima en relación con el ejercicio
de la movilidad, así 10 años antes de jubilación en Andalucía; dos años
en la corporación de origen en Canarias; dos años en la categoría infe-
rior en Cantabria; dos años en puesto de origen en Extremadura; dos
años por lo menos en la categoría inferior en Galicia; tres años de ejerci-
cio en puestos de los grupos D y E en La Rioja; cuatro años en la catego-
ría en la Región de Murcia.
Las titulaciones exigidas por la LRFP y los cursos de aptitud son re-
quisitos que se exigen en Cantabria.

e) Cobertura previa a la convocatoria por movilidad:

Hay Comunidades Autónomas que antes de ofertar las plazas por


movilidad contemplan como requisito la promoción interna previa, así
en Aragón, Cantabria y Castilla y León.

f) Procedimiento o sistema para la movilidad:

El Concurso-oposición que incluye psicotécnico y reconocimiento


médico en Castilla y León; la permuta en Cataluña; el Concurso de mé-
ritos para misma categoría en Extremadura y Región de Murcia; Como
Turno abierto se expresa Navarra; la Titulación, el Concurso-oposición
y el curso aptitud es la exigencia en Galicia y los Concursos centraliza-
dos se establecen en las Islas Baleares.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 205

g) Peculiaridades:

La movilidad no solo se contempla entre la misma o superior catego-


ría sino para inferior en las Islas Baleares; para grupos E y D en La Rioja;
movilidad indistintamente entre Policía Foral y policía Local en Navarra y
entre categoría equivalente de Ertzaintza y Policía Local en el País Vasco.

9. LA SEGUNDA ACTIVIDAD EN LOS CUERPOS DE POLICÍA


LOCAL

Son muchas las razones que hacen que la situación administrativa


en la Policía en general y en particular en Policías Locales adquiera una
importancia relevante. En primer lugar, por las funciones y cometidos
que les son propios; en segundo lugar el hecho de que el cumplimiento
de sus funciones exija particulares condiciones, no solo intelectuales,
sino también físicas y psíquicas, y en tercero, y quizás la más importan-
te, el carácter protector en unos casos y coactivo y limitador en otros de
los derechos y libertades de los ciudadanos en sus actuaciones251.

9.1. Primeros antecedentes normativos

La situación policial de segunda actividad tiene como primer ante-


cedente de creación policial la previsión para los Cuerpos de la Guar-
dia Civil y Policía Nacional en la Ley de la Policía en 1978, desarrollada
cuatro años más tarde por el Real Decreto 230/1982, de 1 de febrero. La
importancia del antecedente legal hace que transcribamos los términos
de su previsión: “El Gobierno creará y organizará en los Cuerpos de la
Guardia Civil y Policía Nacional una situación de segunda actividad a
la que pasarán, a las edades que se determinen, todos los miembros de
la Policía Nacional y de la Guardia Civil”.
Los oficiales y jefes de ambos cuerpos que se encuentren en dicha
situación podrán tener acceso a funciones administrativas, en sus res-
pectivos cuerpos, en la forma y en el número de plazas que reglamenta-
riamente se determinen.
Para los suboficiales y clases de tropa en situación de segunda acti-
vidad se establecerá, con los mismos criterios, el acceso a funciones
auxiliares o subalternas.
251
La C.E. de 1978, en el art. 104.1 encomienda, como misión a las Fuerzas y Cuer-
pos de Seguridad ... “proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garanti-
zar la seguridad ciudadana”.
206 José Escalante Castarroyo

Igualmente podrán acceder a dicha situación y, en su caso, a fun-


ciones administrativas, auxiliares o subalternas, según los supuestos,
los miembros de los Cuerpos disminuidos físicamente para el servicio
que, previo fallo del Tribunal médico, sean considerados aptos para di-
chas funciones. Si la disminución de sus condiciones físicas hubiese
sido consecuencia del servicio, tendrán derecho preferente, salvo que
ingresen, en su caso, en el cuerpo de mutilados.
Las edades que en su día se fijen para pasar a la situación de segun-
da actividad y para el retiro serán comunes a ambos Cuerpos, en cada
empleo, estableciéndose en régimen análogo al Ejército de Tierra y
adaptando a las situaciones actuales de los escalafones a aplicación de
esta norma, de forma que no se perjudique la carrera profesional de sus
actuales miembros”252.
La LOFyCS años más tarde seguiría reconociendo que “ por ley se
determinarán las edades y causas del pase de los funcionarios del CNP a
la situación de segunda actividad, atendiendo a las aptitudes físicas que
demande su función. Asimismo, se establecerán las remuneraciones a
percibir y las obligaciones correspondientes a esta situación”253 y prorro-
garía “ provisionalmente el régimen vigente de dicha situación”254, hasta
la promulgación de esa ley específica y su desarrollo reglamentario que
no se producirían hasta 1994 y 1995 respectivamente255, sin olvidar que
será dicha Ley Orgánica la que contemplará dentro de las disposiciones
estatutarias comunes a todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad “ el de-
recho a una remuneración justa, que contemple su nivel de formación,
régimen de incompatibilidades, movilidad por razones de servicio, de-
dicación y el riesgo que comporta su misión, así como la especificidad de
los horarios de trabajo y su peculiar estructura”256.
Para encontrar la justificación a dicha situación administrativa de
segunda actividad, aparte de lo señalado respecto de las “aptitudes fí-
sicas que demanda la función” a que se hace referencia antes, la Ley de
segunda actividad para el CNP ya en su preámbulo señala que “ las
funciones que por mandato constitucional, la LOFyCS atribuye a los
funcionarios del CNP, son eminentemente operativas y en ocasiones

252
Disp. Adicional 2ª de la Ley 55/1978, de 4 de diciembre, de la Policía.
253
Art. 16.4 de la LOFyCS.
254
Disp. Tª. 4ª.1 de la LOFyCS.
255
Ley 26/1994, de 29 de septiembre, por la que se regula la situación de segunda
actividad en el CNP, modificada por Ley 24/2001 de medidas fiscales, administrativas
y de orden social de 31 de diciembre y el Real Decreto 1556/1995.
256
Art. 6.4 de la LOFyCS.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 207

arriesgadas y penosas, lo que requiere determinadas aptitudes psicofí-


sicas en aquellos que, naturalmente, se van perdiendo con la edad o en
determinadas circunstancias257, concretando que el “fin de la situación
administrativa de segunda actividad es garantizar una adecuada apti-
tud psicofísica (de los funcionarios del cuerpo) mientras permanezcan
en activo, asegurando la eficacia del servicio”258.
Por tanto, la segunda actividad tiene dos finalidades diferenciadas:
a) De carácter objetivo, que es el aseguramiento del cumplimien-
to de los servicios que los funcionarios policiales tienen enco-
mendados.
b) De carácter subjetivo del funcionario público, que pretende la
garantía de su aptitud física y psicofísica, evitando que el des-
empeño de sus funciones, en caso que estas falten o sean insu-
ficientes, causen riesgos al propio funcionario policial que las
padece, a sus compañeros y a los ciudadanos en general.

9.2. En la normativa básica y local

Entrando en el estudio concreto de la situaciones administrativas de


los funcionarios de Administración Local lo primero que conviene seña-
lar es que en esta concreta materia, el sistema normativo de fuentes, nos
viene dado por el TRRL que señala “las situaciones administrativas se re-
gularán por la normativa básica estatal, por la legislación de función pú-
blica de la respectiva Comunidad Autónoma y, supletoriamente, por la
legislación de los funcionarios de la Administración General del Estado,
teniéndose en cuenta las peculiaridades del régimen loca”, previamente
se relacionan “ las situaciones en que pueden hallarse los funcionarios de
carrera de la Administración Local que serán las siguientes:
a) Servicio activo
b) Servicio en Comunidades Autónomas
c) Excedencia forzosa voluntaria
d) Servicios especiales
e) Suspensión”259.
Comenzando por el análisis de la normativa básica estatal, consta-
tamos que la Ley 30/1984 LRFP, dictada en uso de la competencia del
257
Preámbulo de la Ley 26/1994, de 29 de septiembre, de Segunda Actividad
para el CNP.
258
Idem, art. 1.
259
Art. 140 del TRRL.
208 José Escalante Castarroyo

Estado conferida al respecto por el artículo 149.1.18 de la C.E., no con-


tiene referencia explícita a la segunda actividad en el articulado que de-
dica a las situaciones administrativas “creándose las de servicios espe-
ciales, la excedencia para el cuidado de hijos, la expectativa de destino,
la excedencia voluntaria incentivada y la modalidad de excedencia for-
zosa aplicable a los funcionarios declarados en expectativa de desti-
no”260. Sin embargo esta misma LRFP dispone que “el personal de la
policía local ... queda exceptuado de la posibilidad de permanencia vo-
luntaria en la situación de servicio activo prevista en el artículo 33 de la
presente Ley,” posibilidad de prolongación del servicio activo y per-
manencia, como máximo hasta los 70 años, que se les reconoce al resto
de funcionarios, señalando al final que “ de lo dispuesto en el párrafo
anterior quedan exceptuados los funcionarios de aquellos cuerpos y es-
calas que tengan normas especificas de jubilación”261.

9.3. El concepto actual de la segunda actividad


Cuando hablamos de “segunda actividad” estamos hablando de
una situación administrativa “específica” pues como genérica de los fun-
cionarios no viene establecida en la normativa de aplicación general para
estos. De ahí que siguiendo al profesor Juan Barrachina entendamos pri-
meramente como situaciones administrativas “aquellas que en virtud de
la Ley puedan encontrarse los funcionarios públicos mientras perdura
su relación de servicios con la administración, y que se caracterizan por
estar presididas por el principio de legalidad, en cuanto a su reconoci-
miento como tales, su variabilidad, puesto que cambian a lo largo del
tiempo debido a causas políticas y sociales, modificabilidad, tanto en lo
que se refiere al servidor público como a la Administración en la que
presta sus servicios, se inician con la toma de posesión del funcionario y
su reconocimiento no crea derechos adquiridos para el funcionario”262.
Desde otro ángulo, Alberto Palomar señala que “la situación admi-
nistrativa es aquella modificación de la relación funcionarial, debida a
la concurrencia de circunstancias objetivas o subjetivas, que comportan
alteraciones de la estructura básica de la misma, con los efectos que las
respectivas normas establecen para cada una de ellas”263.
260
Art. 29.1 de la LRFP.
261
Idem, art. 33 modificado por Ley 13/1996, de 30 de diciembre.
262
BASTARDO YUSTOS, F., La situación administrativa de segunda actividad en la
Policía Local, El Consultor de los Ayuntamientos, núm. 23, 15 diciembre 2004, p. 3.928.
263
PALOMAR, A., “ Manual de Derecho de la Función Pública. Régimen Jurídico de los
Funcionarios Públicos”. Ed. Dykinson S.L. Madrid, 1998.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 209

Y ya desde otra visión doctrinal, Entrena Cuesta define las situacio-


nes administrativas como “ aquellos supuestos en los que puede en-
contrarse un funcionario y que se caracterizan porque no se extingue la
relación de servicios, sino tan solo la relación orgánica, o al menos
aquella relación orgánica que correspondería al funcionario de que se
trate respecto de la Administración”.
Entrando ya en lo que se refiere la legislación específica relativa a
las Policías Locales, dado que en la legislación básica sobre funciona-
rios no encontramos la situación de segunda actividad, solo en el CNP
y GC y por similitud, veamos como definen esta situación algunas Co-
munidades Autónomas, así:
Para Andalucía “la segunda actividad es una situación administra-
tiva en la que se permanece hasta el pase a la jubilación u otra situación
que no podrá ser la de servicio activo”264. Como “ situación administra-
tiva especial de los Cuerpos de Policía Local ... que tiene por objeto fun-
damental garantizar una adecuada aptitud psicofísica mientras se per-
manezca en activo”265 lo es para las Comunidades de Cantabria y
Comunidad Valenciana. Como una “modalidad de la situación admi-
nistrativa del servicio activo ... hasta el pase a la jubilación”266, lo es para
Castilla-La Mancha e Islas Baleares. “Una situación administrativa en
la que pueden hallarse los funcionarios de los cuerpos de policía del
País Vasco”267 y “un cambio de situación funcional de los miembros de
la Policía Local” para la Ciudad Autónoma de Ceuta268.

9.4. Causas que originan la segunda actividad

De un repaso de las causas o motivos que determinan el nacimiento


de la situación de segunda actividad, por los legisladores autonómicos
para las Policías Locales, salvo las Comunidades de Galicia y Principa-
do de Asturias que no contemplan dicha situación, Navarra que remite
264
Art. 28.2 de la Ley 13/2001, de 11 de diciembre, de coordinación de las Policías
Locales.
265
Art. 25 de la Ley 5/2000, de 15 de diciembre, de coordinación de las Policías de
Cantabria y art. 40 de la Ley 6/1999, de 19 de abril, de coordinación de las Policías Lo-
cales de la Comunidad Valenciana respectivamente.
266
Art. 23.1 de la Ley 8/2002, de 23 de mayo, de Coordinación de Policías Locales
y art. 47.1 de la Ley 6/2005, de 3 de junio, de coordinación de las policías locales de las
Illes Balears.
267
Art. 81.1 y 85 de la Ley 4/1992, de 17 de julio, Policía del país Vasco.
268
Art. 90.1 del Reglamento de la Policía Local de la Ciudad Autónoma de Ceuta,
Pleno del 3 de junio de 2002.
210 José Escalante Castarroyo

al desarrollo reglamentario y Aragón que lo establece como para el


CNP, encontramos, entre otras:

a) La edad:

Es causa para el pase a la situación de segunda actividad en todas


las Comunidades Autónomas, si bien con diferencias dentro de ellas.

b) La falta de aptitudes psicofísicas:

Vienen contempladas mayoritariamente como causa por Andalu-


cía, Cantabria, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comuni-
dad Valenciana, Extremadura, Islas Baleares, Madrid y País Vasco.

c) Las condiciones físicas:

Expresamente son causa en Castilla y León, Comunidad Valencia-


na, Madrid y País Vasco

d) El embarazo y la lactancia:

Lo prevén como causas Andalucía, Castilla y León, Islas Baleares y


Región de Murcia.

e) Las causas médicas o la enfermedad:

Son causas para Canarias, Cantabria, Comunidad Valenciana y re-


gión de Murcia.
La regulación que se realiza en cuanto al procedimiento aplicable a
cada una de las causas, revela el diferenciado carácter con que el legisla-
dor autonómico las ha conferido cada una de ellas, puesto que mientras
la edad supone un hecho jurídico que junto con un acto de voluntad,
bien del funcionario, bien de la Administración, determina ope legis el
pase automático o voluntario y puede determinar o bien excepcionar el
pase a segunda actividad a cupos anuales o previsión de puestos.
Las demás causas, físicas, psíquicas o médicas, operan con inde-
pendencia de la edad que tenga cumplida el funcionario policial y pre-
cisan para ser determinadas la apreciación por un Tribunal médico,
bien a instancia del Ayuntamiento o del interesado, siendo revisables
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 211

en el tiempo si la causa, que motivó el dictamen, desapareciera con


posterioridad.

9.5. Las edades del pase a la segunda actividad

Es en las edades del pase a la situación de segunda actividad donde


más variedad legislativa se aprecia, sin duda alguna, que opera, donde
se establece, bien por escalas o por categorías o genéricamente para to-
dos los policías de la Comunidad.
Como antecedente normativo, incluso invocado como supletorio
en algunas normas comunitarias, tenemos lo establecido para el CNP
que en la actualidad, tras la última modificación, viene fijado en los si-
guientes términos:

“Escala Superior: Sesenta años


Escala Ejecutiva: Cincuenta y ocho años
Escala Subinspección: Cincuenta y ocho años
Escala Básica: Cincuenta y ocho años”269.

En las diferentes normas comunitarias, referidas a las edades del


pase a segunda actividad de las policías locales respectivas, encontra-
mos que se distingue:
a) Por Escalas: Andalucía, Cantabria, Comunidad Valenciana e
Islas Baleares de 55 a 60 años, Castilla- La Mancha de 56 a 63
años. El CNP de 58 a 62 años.
b) Obligatorio a una determinada edad: Mas de 57 años en Cana-
rias y Cataluña, 60 años en Castilla y León y Extremadura, en
esta el Jefe de Policía a los 65 años.
c) Voluntaria: Desde los 55 años en Castilla y León, Madrid y Re-
gión de Murcia.

9.6. Los destinos para la situación de segunda actividad

Quizás donde más coincidencia encontramos, en las diferentes


normas de las Comunidades Autónomas, es respecto de los destinos
269
Art. 58.2 de la Ley 24/2001, de 31 de diciembre, que modifica la Ley 26/1994,
de 29 de septiembre, reguladora de la segunda actividad en el CNP. Modificada nue-
vamente por Ley 51/2007, de 26 de diciembre, con efectos 1 de enero de 2008 para pro-
rrogar la edad de pase a dicha situación.
212 José Escalante Castarroyo

o puestos de trabajo a ocupar por los funcionarios en situación de se-


gunda actividad, que podemos agrupar por este orden preferente-
mente:
— En el propio cuerpo de policía local.
— Dentro del área de seguridad del Ayuntamiento.
— En otros puestos del Ayuntamiento, previo acuerdo.
— En la Comunidad Autónoma, previo convenio.
Por lo que respecta al tipo de puesto a desempeñar en situación de
segunda actividad, prácticamente todos los legisladores autonómicos
hacen énfasis en que el puesto de trabajo sea adecuado a la categoría
que ostenta el funcionario al pasar a dicha situación.
En lo que sí divergen las Comunidades Autónomas es en el modo
de realizar la previsión de los destinos, puesto que unas contemplan la
situación con destino, en cambio otras prevén sin destino cuando la si-
tuación organizativa de la plantilla municipal no les permita tal pase de
forma inmediata, como es Castilla y León. Incluso algunas Comunida-
des, como Madrid, prevé que el funcionario permanezca en situación
de servicio activo en expectativa de destino hasta que su adscripción a
un puesto de trabajo por la Corporación sea resuelta, incluso en este su-
puesto hay limitaciones en el período máximo de permanencia e im-
prorrogable a un año, situación que se contempla en la Comunidad Va-
lenciana.
En lo que se refiere al modo y momento de creación o catalogación
de puestos de trabajo de segunda actividad, mayoritariamente las le-
gislaciones autonómicas establecen que es competencia municipal, y
que deben reflejarse en las correspondientes plantillas y relaciones
anuales de puestos de trabajo de las Corporaciones, destacando en este
tema la posibilidad que contemplan las Comunidades Autónomas de
Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León e Islas Baleares de poder
contemplar puestos de trabajo, en las relaciones de aquellas, ara Poli-
cías Locales en segunda actividad de la respectiva Comunidad, incluso
señalando órganos o en funciones concretas, como es Canarias en el
Centro de coordinación operativa 112 o para funciones de vigilancia y
control en los edificios públicos dependientes de la Administración Re-
gional de Castilla y León.

9.7. Las retribuciones en la situación de segunda actividad

Al respecto de las retribuciones que se deben percibir en situa-


ción de segunda actividad, mayoritariamente la legislación autonó-
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 213

mica distingue cuando el funcionario está con destino o sin destino,


generalizando en el primer caso que el pase a la situación de segun-
da actividad con destino no supondrá disminución de las retribu-
ciones básicas y complementarias, salvo aquellas que se encuentren
vinculadas al puesto de trabajo concreto que se desempeñare. En el
supuesto de que el pase a segunda actividad sea motivado por acci-
dente laboral o enfermedad profesional, el funcionario percibirá el
cien por cien de sus retribuciones como prevé expresamente Casti-
lla-La Mancha.
Cuando la situación de segunda actividad es sin destino o en ex-
pectativa de este, la previsión del percibo de las retribuciones se mino-
ra del complemento específico en un 80% en Cantabria, Castilla-La
Mancha y Comunidad Valenciana y se parte del 65% de aquel comple-
mento a los 60 años en las Islas Baleares, si bien cada año de prolonga-
ción desde los 60 se aumenta un 7% más.
214 José Escalante Castarroyo

ÁMBITO DEL MARCO ESTATUTARIO DE LA COORDINACIÓN


POR LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS 270

Menos de 2000 Habitantes

CREACIÓN 2000 – 5000 Habitantes


Í
Más de 5000 Habitantes

POLICÍA LOCAL

DENOMINACIÓN POLICÍA MUNICIPAL

GUARDIA URBANA - MUNICIPAL

PROCEDIMIENTOS

SELECCIÓN PROMOCIÓN INTERNA

INGRESO

BASICA
ESCUELAS
ACTUALIZACIÓN
FORMACIÓN
ESPECIALIZACIÓN

PROMOCIÓN

GRUPOS EBEP - LRFP 30/84

RETRIBUCIONES NIVELES C D Max./Min.

INTEGRACIONES

270
Elaboración propia.
Tercera parte. Marco estatutario comparado de las policías locales 215

CATEGORÍAS DIVERSIDAD

ESCALAS DENOMINACIONES

MAYOR CATEGORÍA

JEFATURAS MAS ANTIGUO


TÉCNICA - POLITICA
LIBRE DESIGNACIÓN

DIRECTOR SERVICIO (LMGL)

VERTICAL

HORIZONTAL

MOVILIDAD INTERNA

EXTERNA

EDAD: 55 - 65

2ª. ACTIVIDAD CON DESTINO

SIN DESTINO

COMO C. N. POLICÍA
CUARTA PARTE
REFLEXIONES PROFESIONALES SOBRE EL
SISTEMA DE SEGURIDAD PÚBLICA
TERRITORIAL Y EL MODELO DE POLICÍA

CAPÍTULO VII. ¿COORDINACIÓN O DESCOORDINACIÓN


POLICIAL?

1. DIVERSIDAD DE CUERPOS POLICIALES EN UN MISMO


TERRITORIO
2. DIVERSIDAD EN LA NORMATIVA COORDINADORA
SOBRE LAS POLICÍAS LOCALES
3. NO MÁS CUERPOS DE POLICÍA: CREAR POLICÍAS
AUTONÓMICAS DESDE LAS ACTUALES FUERZAS Y
CUERPOS DE SEGURIDAD

CAPÍTULO VIII. NECESIDAD DE UN SISTEMA DE SEGURIDAD


PÚBLICA TERRITORIAL INTEGRADO

1. LA SEGURIDAD PÚBLICA EN ESPAÑA: TERRENO DE


ENCUENTRO DE TODAS LAS ADMINISTRACIONES
2. EL SISTEMA DE SEGURIDAD PÚBLICA TERRITORIAL Y
EL MODELO DE POLICÍA TRIDIMENSIONAL
3. LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS: UN ESPACIO
TERRITORIAL EN FORMACIÓN PARA LA SEGURIDAD
PÚBLICA Y LAS POLICÍAS AUTONÓMICAS
4. EXPERIENCIAS EN ALGUNAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS: LA APUESTA POR LAS POLICÍAS
LOCALES
5. LOS MUNICIPIOS: UN ESPACIO TERRITORIAL PARA LA
SEGURIDAD PÚBLICA Y LAS POLICÍAS LOCALES
5.1. Los Alcaldes y la seguridad pública local
218 José Escalante Castarroyo

5.2. La Policía Local, una institución que evoluciona

CAPÍTULO IX. UN SISTEMA DE SEGURIDAD PÚBLICA


TERRITORIAL Y DE POLICÍA PRECISADOS DE REFORMA

1. LA LEY ORGÁNICA 2/1986 DE FYCS: UNA LEY


OBSOLETA
1.1. Necesidad de la reforma: Razones y principios
1.2. Alcance de la reforma de la Ley Orgánica de FyCS
1.2.1. Título III: De las Policía de las Comunidades
Autónomas
1.2.2. Título IV: De la colaboración y coordinación entre el
Estado y las CCAA
1.2.3. Título V: De las Policías Locales
2. LA ARMONIZACIÓN ESTATUTARIA NACIONAL DE LOS
CUERPOS DE POLICÍA LOCAL: UNA CARENCIA
CRÓNICA
2.1. La armonización estatutaria de las Policías Locales en
un Estatuto Específico Nacional
2.2. Alcance y contenido del Estatuto Específico Nacional
para las Policías Locales
3. LA RACIONALIZACIÓN FUNCIONAL Y PROFESIONAL
DE LAS POLICÍAS LOCALES: UNA NECESIDAD
3.1. Los municipios gran población
3.2. Los municipios con más de 10.000 habitantes no gran
población
3.3. Los municipios con menos de 10.000 habitantes

A MODO DE CONCLUSIÓN
CAPÍTULO VII
¿COORDINACIÓN O DESCOORDINACIÓN
POLICIAL?

1. DIVERSIDAD DE CUERPOS POLICIALES EN UN MISMO


TERRITORIO

Estoy seguro que al llegar a este punto, se ha entendido el título que


hemos planteado a este capítulo y especialmente la complejidad del pa-
norama de la seguridad pública territorial y policial española, el deno-
minado sistema de seguridad y modelo de policía, que para unos tiene
sus orígenes en la Constitución Española de 1978 y para otros, entre los
que me encuentro, este origen debe ser muy matizado, por cuanto el
mismo se origina, principalmente, con la promulgación de la LOFyCS
que nace ya con excepciones evidentes, las de aquellas Comunidades
Autónomas que disponían de Cuerpos de Policía propios a la entrada
en vigor de la misma1 y con la asunción de competencias, relacionadas
directa o indirectamente con la seguridad pública y una policía propia,
en algunos Estatutos de Autonomía.
Es cierto que la Constitución Española de 1978 diseñó claramente
un sistema de seguridad territorial concreto, fijándolo en tres ámbitos
administrativos: Administración del Estado, de las Comunidades Au-
tónomas y Locales, pero no es menos cierto que se reservó como “com-
petencia exclusiva”, entre otras materias, “la seguridad pública”, eso
sí, “sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por las Comu-
nidades Autónomas en la forma que se establezca en los respectivos Es-
tatutos y en el marco de lo que disponga una Ley Orgánica”2. Son por
tanto los Estatutos de Autonomía y la LOFyCS los que dentro de un de-
1
Disposiciones finales primera, segunda y tercera relativas a la no aplicación de
la LOFyCS en algunos aspectos en materia de régimen de las Policías Autonómicas
del País Vasco, Cataluña y Foral de Navarra, dado que la LOFyCS “ por respeto a las
situaciones creadas, a su entrada en vigor, permite mantener su actual régimen de
competencias.
2
Art. 149.1.29 de la C.E. de 1978.
220 José Escalante Castarroyo

terminado sistema territorial han establecido el marco dispositivo del


modelo de policía.
Es el propio preámbulo de la LOFyCS el que recuerda que “para
comprender el reparto de competencias, entre el Estado y las Comuni-
dades Autónomas, en materia de seguridad, es preciso señalar que tal
delimitación tiene dos soportes fundamentales: la presente Ley Orgá-
nica y los Estatutos de Autonomía. En el esquema de ordenación nor-
mativa que la Constitución estableció, se encomienda a una Ley Orgá-
nica del Estado, la fijación del marco de regulación de las Policías
Autonómicas, mientras que a los Estatutos les corresponde determinar
la forma de creación de las mismas”3. Previamente en el mismo preám-
bulo se reconocía que, “ la seguridad pública constituye una competen-
cia difícil de parcelar, toda vez que no permite delimitaciones o defini-
ciones, con el rigor y precisión admisibles en otras materias ... Hay que
tener en cuenta, a este respecto, la ocupación, por parte de la seguridad
pública, de un terreno de encuentro de las esferas de competencia de
todas las Administraciones Publicas”4.
Respecto de la seguridad pública territorial en las Comunidades
Autónomas, además de los Cuerpos de Seguridad del Estado, nos en-
contramos con Cuerpos de Policía propios de la Comunidad en deter-
minadas Comunidades Autónomas, Comunidades Autónomas en
cuyo Estatuto de Autonomía preven la posibilidad de creación de Poli-
cía propia y Estatutos que no contienen tal previsión de creación, pero
disponen de la posibilidad de ejercer sus competencias de seguridad y
policiales acudiendo a la adscripción de Unidades del CNP. A todo
ello debemos añadir, que la LRBRL reconoce competencias a los muni-
cipios en materia de seguridad5, atribuyendo la LOFyCS a las Policías
Locales “las funciones naturales y constitutivas de toda policía”, si bien
en el ámbito local, “en concordancia con los cometidos similares de los
demás cuerpos policiales”, reconociendo a las Comunidades Autóno-
mas “la potestad normativa para la ordenación complementaria” de
estos Cuerpos6.
La complejidad del actual modelo de seguridad territorial y mode-
lo de policía en España, por su diversidad es costoso e ineficiente y nos
debe preocupar en el futuro inmediato, ante el creciente aumento de la
inseguridad ciudadana. Igualmente si queremos mantener los actuales
3
Preámbulo, apdo. IV de la LOFyCS.
4
Ídem, Preámbulo apdo.I.
5
Artículo 25 de la LRBRL.
6
Apdo. IV del Preámbulo de la LOFyCS..
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 221

niveles de calidad de vida y una convivencia en armonía, es preciso re-


plantearse las respuestas a las demandas de seguridad, en el más am-
plio sentido del término, que plantean los ciudadanos, a las diferentes
Administraciones Públicas. Y lo que es más significativo, cada día más
las demandas se orientan y dirigen primero a los Ayuntamientos, como
Administración más cercana y a las Comunidades Autónomas en se-
gunda instancia por su identificación de Gobierno más próximo. Ad-
ministraciones, que en unos casos poseen Policía, las Policías Locales
de los Ayuntamientos, en una situación de indefinición funcional como
Cuerpo de Seguridad y las Comunidades Autónomas, muchas de ellas
sin cuerpo de Policía propio, estando a la buena voluntad de los Cuer-
pos de Policía Local o de los del Estado para poder llevar a cabo las
competencias en materia de seguridad asumidas estatutariamente.
Nuestra sociedad no puede dejar pasar más tiempo sin clarificar el
modelo de seguridad territorial de policía que se ha ido gestando du-
rante estos años de democracia, probablemente sin un objetivo concre-
to de hacia dónde se quería llegar. Las sociedades evolucionan y con
ellas deben hacerlo también las instituciones. No podemos seguir con-
templando un panorama tan diverso de Cuerpos de Policía actuando
en un mismo territorio, con funciones similares sino iguales. Es el caso
de territorios donde confluyen cuerpos Policiales Nacionales, Autonó-
micos y Locales, cuando no la confluencia funcional se realiza entre
Cuerpos Nacionales y Locales, o entre los propios Cuerpos Nacionales.
Aunque solo fuera por economía y eficacia, la reflexión que muchos
profesionales realizamos en alto debe ser comprendida y atendida por
los Gobernantes.
La solución a “la existencia de varios colectivos policiales que ac-
túan en un mismo territorio con funciones similares y, al menos par-
cialmente comunes, que obliga necesariamente ... a la cooperación recí-
proca y a su coordinación”7, no es la solución, pues en la actualidad este
vocablo ha sido ampliamente superado como mecanismo más adecua-
do; estamos ante la necesidad de nuevos mecanismos de multicoordi-
nación o pluricoordinación, ya que no solo hay que coordinar a los dife-
rentes Cuerpos policiales que intervienen en un mismo territorio, sino
a las diversas Administraciones Públicas con competencia en materia
de seguridad pública e incluso últimamente la coordinación se invoca
entre los propios cuerpos de seguridad del Estado.

7
Preámbulo I de la LOFyCS.
SISTEMAS COMPARADOS DE SEGURIDAD PÚBLICA8

222
PAIS GRAN CANADA ESPAÑA
FRANCIA ALEMANIA
BRETAÑA Base regional Base estatal
Base estatal Base regional
NIVEL Base local compartida compartida

FEDERAL Policía Nacional Incipientes órganos Policía Fronteras Guardia Montada C.N.Policía
o Gendarmería de investigación e Ofic. def. Constitución Guardia Civil
ESTATAL información S.V.A.

José Escalante Castarroyo


REGIONAL, NO Policías de Condado Policías de Länder Policías Policías
PROVINCIAL o AU- Provinciales Autonómicas
TONÓMICO Ontario y Québec (Estatuto de
Atonomía)

MUNICIPAL Municipios Policías Comunales NO Decisión de las Policías Locales


o LOCAL (más de 5 Agentes) comunas (Municipios más
5.000 habitantes)

8
JAR COUSELO, G., Modelos comparados de policía, Edit. Dikinson S.L. Madrid, 2000 p.192.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 223

2. DIVERSIDAD EN LA NORMATIVA COORDINADORA SOBRE


LAS POLICÍAS LOCALES

La constitucionalización de la coordinación de las Policías Locales


por las Comunidades Autónomas, que en principio el legislador enten-
dió necesario para detraer a estos Cuerpos de la atomización en la que
se encontraban y así a través de la misma lograr su homogeneidad, a la
vista del tiempo pasado podemos contemplar cómo el objetivo se ha
conseguido sólo parcialmente, y en el ámbito de cada una de las Comu-
nidades Autónomas, que si bien la coordinación ha producido sustan-
ciales mejoras profesionales, formativas, un estatuto propio en cada
Comunidad, no es menos cierto que también se ha producido una des-
igualdad manifiesta entre Cuerpos de Policía Local de las diferentes
Comunidades Autónomas que se manifiesta con solo hacer un repaso
del contenido de las diversas Leyes de Coordinación y las normas de
desarrollo. De abundante y confusa podemos definir la regulación so-
bre Policías Locales promulgada por las diferentes Comunidades Au-
tónomas9. Desarrollos estatutarios que por si solos pudieran ser objeto
de trabajos individuales tan extensos como el presente.
Siguiendo el artículo 39 de la LOFyCS, punto de partida y límite de
la coordinación de las Policías Locales, como ha señalado reiterada-
mente el Tribunal Constitucional10, podemos contrastar como la homo-
geneidad en aquellas no se ha conseguido a través de la Coordinación,
mas al contrario como sostenemos, lo que se ha producido es una des-
coordinación entre 17 Comunidades y dos Ciudades Autónomas y los
Cuerpos de Policías Locales existentes en ellas. Sin perjuicio de remitir
al marco estatutario comparado donde hemos plasmado la diversidad
normativa, si procede que aquí veamos sucintamente algunos aspectos
de lo que la pretendida coordinación ha producido.
Así encontramos que las denominaciones de los propios Cuerpos
de Policía Local en unas Comunidades se denominan como Policía Lo-
cal, en otras Guardia Urbana, cuando no siguen denominándose Poli-
cía Municipal.
Parecido ocurre con los empleos y categorías, tan dispares y dife-
rentes de unos Cuerpos a otros, que lo que en Castilla y León se deno-
mina Intendente en la Rioja se llama Comisario, lo que en Madrid es
Cabo en Baleares es Oficial, en Madrid está en el Grupo A1 del EBEP y
9
Véase ANEXO II: Marco estatutario de las Policías Locales en las Comunida-
des Autónomas.
10
Entre otras, la STC de 28 de Abril de 1983.
224 José Escalante Castarroyo

en la Escala Técnica y en aquella está en el C2 y en la Escala Básica; dife-


rencias tan sustanciales entre unos y otros que a uno se le exige la Titu-
lación Superior Universitaria y a otro le es suficiente con el Graduado
Escolar o equivalente, y lo que es en estos momentos más llamativo y
que ha complicado todavía más el panorama, el proceso integrador que
muchas Comunidades Autónomas están realizando de los empleos y
categorías a solo tres Grupos de clasificación de los del EBFP (A1,A2 y
C1), a similitud como se hizo por el Estado para los Cuerpos Nacional
de Policía y Guardia Civil.
Este panorama raya lo absurdo cuando las integraciones en unos
casos lo es a efectos retributivos exclusivamente, en otras esta va acom-
pañada de una integración a todos los efectos si se posee la Titulación
Académica y si no se posee, se arbitran Cursos que la convalidan o pe-
ríodos de carencia, en clara contradicción con la legislación básica esta-
tal, cuando no se exime en un grado de la Titulación para promocionar-
se internamente. A todo ello unimos la propia diversidad integradora
dentro de cada Comunidad Autónoma.
Si entramos en aspectos que afectan más a la funcionalidad y mejo-
ra en la prestación de las funciones policiales y de seguridad podemos
observar que, la formación profesional sí ha sido una preocupación ge-
neralizada en las Comunidades, solo hace falta trasladarse unos años
atrás cuando la ausencia de formación profesional de las Policías Loca-
les era absoluta. Preocupación formativa que ha llevado a crear en
cada Comunidad Autónoma Escuelas de Policía Local, algunas de las
cuales son hoy cualificados Centros Formativos. Pero como siempre
hay excepciones, hay Comunidades Autónomas que sin olvidar la
competencia asumida, la prestan básicamente, olvidando que una for-
mación profesional de calidad y permanente es fundamental para cam-
biar organizaciones y mejorar la prestación de los servicios de seguri-
dad local a los ciudadanos11.
Tratar a estas alturas del siglo XXI la olvidada carrera profesional
por la que años atrás se ilusionaron muchos profesionales, es tarea difí-
cil de comprender y una necesidad que urge aclarar para el futuro in-
mediato si queremos tener, no sólo buenos titulados universitarios,
sino también buenos profesionales de la seguridad pública. Si se ha ge-
neralizado la formación profesional y las Comunidades Autónomas
han asumido las competencias de Educación en otros ámbitos educati-
vos, es hora de que también asuman la formación profesional de los Po-
11
Véase ANEXO IV: Escuelas de formación de las Policías Locales en las Comu-
nidades Autónomas.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 225

licías Locales, pues no en vano la LOFyCS no solo les encomienda “co-


ordinar la formación profesional de las Policías Locales”,12sino que
muchas de ellas en sus Leyes de Coordinación expresamente contem-
plan la convalidación de los estudios con las titulaciones correspon-
dientes a las distintas categorías de funcionarios.
Está bien y es necesario aportar a la profesión policial los conoci-
mientos adquiridos en la formación obligatoria y universitaria, pero
también es precisa la formación profesional, aquella que se adquiere
con los conocimientos específicos de la profesión policial a través de la
práctica, la experiencia y la antigüedad. Una y otra, deben complemen-
tarse si queremos profesionales de las Policías Locales cualificados y
preparados para dar respuesta a los retos que les plantea una sociedad
en permanente cambio.
Y no hablemos de otros aspectos tan necesarios de solución para los
Cuerpos de Policía Local, cuyos precedentes más inmediatos llevan
años resueltos para los Cuerpos de Seguridad del Estado. Me estoy re-
firiendo a la situación administrativa de segunda actividad. No esta-
mos comparando los Cuerpos de Policía Local con los demás Cuerpos
de Seguridad: Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía; es que esta
no es preciso realizarla, porque tan Cuerpos y Fuerzas de Seguridad
son unos como otros y para quién lo dude remitirle a la LOFyCS para la
que son Fuerzas y Cuerpos de Seguridad: “los dependientes del Go-
bierno de la Nación …los dependientes de las Comunidades Autóno-
mas … y los dependientes de las Corporaciones Locales”13. La única di-
ferencia que les separa a unos cuerpos de otros es su dependencia
funcional, unos de los Ayuntamientos y otros del Estado, eso sí, tam-
bién con presupuestos diferentes que no contemplan situaciones admi-
nistrativas iguales.
Es inaudito que haya Cuerpos donde policías locales en el final de
su trayectoria profesional permanezcan en servicios operativos como
si tuvieran 25 años, cuando está demostrado que las aptitudes dismi-
nuyen progresivamente con la edad y la prestación de servicios de se-
guridad requiere, hoy más que nunca, de una buena forma física y psí-
quica que inexorablemente se pierde con los años.
Es plausible que Comunidades Autónomas, las menos, equiparen
esta situación a la de los Cuerpos de Seguridad del Estado, otras esta-
bleciendo la segunda actividad al alcanzar determinadas edades, pero
a desarrollar en puestos no operativos, bien en las propias plantillas o
12
Art. 39 de la LOFyCS.
13
Idem, art. 2 .
226 José Escalante Castarroyo

en otras áreas municipales, pero la mayoría olvidan esta situación fun-


cional.
La situación actual no puede ser mas discriminatoria, mientras los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y algunos Cuerpos de Poli-
cía Local, los menos, han encontrado formulas y solución, a otros, los
mas, se les niega un derecho que no sólo tiene un precedente en otros
Cuerpos de Seguridad, sino en muchos trabajadores acogidos a un mis-
mo Régimen de la Seguridad Social como son los de la minería, el mar,
de determinadas industrias … y la Banca. Se sigue olvidando lo que la
propia LOFyCS les reconoce: “el riesgo que comporta su misión y las
condiciones de esta de peligrosidad, peligrosidad y especificidad de
los horarios de trabajo”.
Es difícil encontrar a Cuerpos de Policía Local cuya uniformidad
no coincida genéricamente con los colores azul marino y celeste y en la
prenda de cabeza no utilicen el peculiar damero o ajedrezado, colores y
prenda que hoy caracterizan a todos ellos y es donde podemos decir
que la homogeneidad ha sido más conseguida, salvando las peculiari-
dades climáticas que la diversidad territorial aconseja. Tal es así que li-
bros y revistas relacionados con la profesión de Policía Local son cabe-
cera con títulos de “ policías de azul” o “la noche de las sirenas
azules”14. Es más, incluso el Cuerpo Nacional de Policía hace unos años
adoptó el “color azul” para la uniformar a sus miembros. Como diría
un compañero ya jubilado de profesión “ que tendrá el color azul de los
Policías Locales que llegada la democracia hasta los grises y después
marrones lo adoptan como suyo”15. ¿Será que es el inicio de una previ-
sible unificación o una encubierta apropiación de imagen?. Dejémoslo
a lo que cada uno opine.
Y para terminar un último apunte, es el referido a la movilidad fun-
cional entre Cuerpos de Policía Local dentro de la respectiva Comuni-
dad Autónoma, derecho reconocido en muchas de la normas pero im-
practicable en la realidad de las convocatorias, cuando es este derecho
uno de los que precisamente pueden colaborar, juntamente con la for-
mación profesional, a fomentar la promoción, seleccionar mejor y evi-
tar la frustración de muchos y buenos profesionales, condenados a per-
manecer en un Cuerpo y en una Ciudad toda su vida laboral. Son
probablemente la falta de una regulación expresa más clara e imperati-
va y las reticencias de los Ayuntamientos y de muchas Jefaturas de Po-
licía Local las que hacen poco practicable la deseada movilidad entre
14
GOMEZ MONTEJANO, A. La noche de las sirenas azules” Edit. Casals, 2002.
15
MUINELO, G., obra citada, 1991, p. 94 .
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 227

Cuerpos de Policía Local, cuando no la hacen inviable o imposible. Sin


embargo estamos presenciando como cada día más se facilita esta para
miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado ingresando en los
puestos de mando y las Jefaturas de los Cuerpos Locales, porque “fijar
los criterios de la movilidad de las Policías Locales” también es función
de las Comunidades Autónomas16.

3. NO MÁS CUERPOS DE POLICÍA: CREAR POLICÍAS


AUTONÓMICAS DESDE LAS ACTUALES FUERZAS Y
CUERPOS DE SEGURIDAD

Quizás la pregunta que a estas alturas debemos formularnos, tanto


por el tiempo transcurrido desde que la Constitución Española de 1978
diseñara la estructura territorial para España, aún en permanente de-
bate en la actualidad, como desde la promulgación de la primera Ley
para todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en 1986, es si el sistema
de seguridad pública y modelo de policía existente hoy: Policías del Es-
tado, Policías Autonómicas en algunas Comunidades Autónomas y
Policías Locales puede permanecer diseñado como entonces y con el
ámbito territorial y competencial que en aquellas se establece. La res-
puesta que sigo manteniendo, tanto en mis intervenciones públicas
como en algunas de mis publicaciones es que el modelo de policía ha
sido ampliamente superado, tanto por el tiempo transcurrido sin mo-
dificar la LOFyCS, como por la realidad social y sobre todo competen-
cial en el ámbito territorial de las Comunidades Autónomas y local de
los Ayuntamientos.
Posiblemente no fue imaginado cuando aquellas leyes se promul-
garon y tampoco cuando las Comunidades Autónomas accedieron a la
Autonomía. Unido a todo ello, el aumento de las competencias asumi-
das estos años de desarrollo territorial y consolidación autonómica y
municipal, techo competencial que ya no está limitado en el tiempo
para ninguna Comunidad Autónoma y los Ayuntamientos, que por la
vía de las competencias “impropias”, han superado hace tiempo las
funciones que la LRBRL les asignó en 1985.
La experiencia de estos años ha venido a demostrar a aquellas Co-
munidades Autónomas que desde el principio, bien no desarrollaron
una Policía propia, cual es el caso de Andalucía, Canarias, Comunidad
Valenciana y Galicia a pesar de contemplarlo en sus respectivos Estatu-
16
Art. 39 de la LOFyCS.
228 José Escalante Castarroyo

tos o a aquellas Comunidades Autónomas que no contemplándolo en


sus Estatutos tenían la posibilidad en estos de convenir con el Estado la
adscripción de una Unidad del Cuerpo Nacional de Policía como Ara-
gón, Cantabria, Castilla-La Mancha, Madrid, Extremadura, La Rioja,
Asturias, Murcia y Castilla y León, para que a estas alturas se planteen
unas el desarrollo de esa Policía propia17 y otras introducir tal posibili-
dad en los Estatutos de Autonomía que han modificado recientemen-
te18.
Estamos pues en un momento en el que la cuestión territorial en Es-
paña está en pleno debate político19, dentro de aquella, como parte im-
portante la seguridad y concretamente la creación de más Policías Auto-
nómicas, no solo por Comunidades Autónomas que estatutariamente
disponen ya de esa posibilidad, sino de otras Comunidades Autóno-
mas que, a través de la reforma de sus Estatutos, anuncian que contem-
plarán en ellos esa posibilidad.
La decisión de crear más cuerpos de policía no es fácil y debe to-
marse con reflexión, sopesando pros y contras, ventajas e inconvenien-
tes, pues no todas las Comunidades Autónomas son iguales a efectos
de estructura territorial y de su seguridad interior.
Conocidas las posibilidades legales y sobre todo las experiencias
habidas en estos años en Comunidades que no han dispuesto de Policía
Autonómica propia y que han convenido dentro de las posibilidades
que la Ley les permitía, la primera valoración que tenemos que hacer es
muy negativa. Decíamos que había unas Comunidades Autónomas
que podían convenir con el Estado la adscripción de Unidades del
Cuerpo Nacional de Policía y vemos con sorpresa que son pocas las que
lo han hecho20, si en cambio han convenido tres de las Comunidades
que además contemplan en sus Estatutos la posibilidad de crear Policía
propia y que no la han creado hasta la fecha21.

17
Ley 8/2007, de 13 de junio, de Policía de Galicia.
18
Son las Comunidades Autónomas de las Islas Baleares, Aragón y Castilla y
León.
19
Cuando se finaliza este libro (diciembre de 2007), se han reformado los Estatu-
tos de Autonomía de la Comunidad Valenciana, Cataluña, Andalucía, Aragón, Islas
Baleares y Castilla y León.
20
Recordemos que la posibilidad de convenir está contemplado tanto en los Es-
tatutos de Autonomía de las Comunidades Autónomas como previsto en la propia
LOFyCS.
21
Nos estamos refiriendo a las Comunidades Autónomas de Galicia, Andalucía
y Comunidad Valenciana.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 229

Nos debemos preguntar a estas alturas, tanto de la vigencia de la


LOFyCS como del desarrollo estatutario del conjunto de Comunidades
Autónomas, qué ha pasado para que los convenios con el Estado para
la adscripción de Unidades del Cuerpo Nacional de Policía no se hayan
materializado a pesar de las previsiones Estatutarias que así lo contem-
plaban. Las respuestas pueden ser diversas, dependiendo el punto de
vista del que se parta, entendemos que fue un error de base haber pre-
visto aquella posibilidad legal y lo fue por varias razones 22. Una, por-
que el CNP no es un cuerpo policial que haya sido formado, a diferencia
de la Guardia Civil y las Policías Locales, como policía administrativa
y, si comprobamos las funciones que le son propias a las Comunidades
Autónomas en el artículo 38.1 de la LOFyCS podemos corroborar que
estas son, preferentemente, administrativas y no de seguridad ciuda-
dana, salvo la vigilancia y protección de personas, órganos, edificios,
establecimientos y dependencias de la Comunidad Autónoma, las
otras tres son eminentemente administrativas como velar por el cum-
plimiento de las disposiciones, la inspección de actividades o la coac-
ción administrativa.
Otra razón a tener en cuenta es que la LOFyCS cuando se promulgó
se encontró con que las Comunidades Autónomas que habían accedido
a la Autonomía por la vía competencial del art. 151 de la Constitución
Española23, en unos casos ya poseían Policía Autonómica propia como
el País Vasco, Cataluña y Navarra, las demás optaron por la posibili-
dad de preverla en los respectivos Estatutos y es posible que ya se vis-
lumbrara entonces que aquellas que accedieron a la Autonomía por la
vía del art.143 de la Constitución Española24, que no podían disponer
entonces de Policía Autonómica, necesitaran de alguna solución poli-
cial y de seguridad y debía garantizárseles cuando precisaran disponer
de ellas. La mejor solución que se entendió entonces, fue en ese mo-
mento, adscribir funcionarios del CNP, que no de la Guardia Civil o de

22
Art. 47 de la LOFyCS.
23
El art. 151.1 de la C.E. de 1978 señala que “ no será preciso dejar transcurrir el
plazo de cinco años, a que se refiere el apdo. 2 del art. 148, cuando la iniciativa del pro-
ceso autonómico sea acordada dentro del plazo del artículo 143.2, además de por las
Diputaciones...”.
24
El art. 148.2 de la C.E. de 1978 señala que “ transcurridos cinco años, y median-
te la reforma de sus Estatutos, las Comunidades Autónomas podrán ampliar sucesiva-
mente sus competencias dentro del marco establecido en el artículo 149”, art. donde se
contempla en el apdo. 29 “la seguridad pública, ... sin perjuicio de la posibilidad de
creación de policías por las Comunidades Autónomas en la forma que se establezca en
los respectivos Estatutos en el marco de los que disponga una ley orgánica”.
230 José Escalante Castarroyo

las Policías Locales, y así evitar crear más Policías territoriales que las
expresamente ya creadas o previstas en los Estatutos.
A todas luces nos ha demostrado, la experiencia de estos años, que
aquella previsión legal era la que procedía probablemente entonces,
pero no ahora y ello queda probado por el escaso uso que han hecho las
Comunidades Autónomas que contaban con aquella posibilidad.
A esas razones se pueden añadir otras más, como la rigidez de los
principios que rigen la adscripción de las Unidades afectando a unida-
des operativas completas y la dependencia funcional y orgánica sepa-
radas como determina la LOFyCS en el art. 47 y el propio RD que las re-
gula25.
Podemos incluso añadir también la permanente escasez de efecti-
vos policiales nacionales o la difícil convivencia para encajar a los fun-
cionarios policiales en contextos político-territoriales muy diferentes.
Pero probablemente haya sido también la inmadurez de las pro-
pias Comunidades Autónomas que accedieron a la autonomía compe-
tencial por la vía de art. 148 en los temas de seguridad y policía, pues lo
importante entonces era asumir la propia autonomía e identidad terri-
torial y el desarrollo de las competencias era solo un inicio para ambas,
por eso es hoy comprensible que aquellas competencias, que hoy ma-
yoritariamente se plantean de seguridad y policía como complemento
a la ya asumida y consolidada autonomía, también figuren como parte
indisoluble de esta, pues no en vano disponer de Policía también es “un
plus” de autonomía para la Comunidad Autónoma respectiva.
Y, porque no, a ello también debemos unir la experiencia que para
la generalidad de las Comunidades Autónomas ha supuesto el desa-
rrollo de la competencia constitucional y estatutaria, durante estos
años, sobre la coordinación de las Policías Locales que ha supuesto un
contacto real con el mundo de la seguridad y la policía, comprobando
el potencial profesional de unos Cuerpos en permanente evolución y
con un arraigo social significativo y especialmente en las zonas urba-
nas.
O quizás hayan sido otras las razones el no prosperar ese modelo
alternativo a las Policías Autonómicas con las Unidades Adscritas que
contempla la LOFyCS o fuera de todo un poco de lo señalado hasta
aquí. Lo que si es cierto es que nos hallamos ante un presente lleno de
25
RD 221/1991, de 22 de febrero, modificado por el RD 1089/2000, de 9 de junio,
por el que se regula la organización de Unidades del Cuerpo Nacional de Policía ads-
critas a las Comunidades Autónomas y se establecen las peculiaridades del régimen
estatutario de su personal.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 231

necesidades de “seguridad y policía” en las Comunidades Autónomas


sin Policía Autonómica propia y que aquellas que la tienen han asumi-
do un papel identitario considerable de sus Gobiernos, solo hace falta
ver al País Vasco con la Ertxantza, Cataluña con los Mossos d´Escuadra
y Navarra con la Policía Foral, o aquellas otras que reiteradamente la
pretenden establecer como la Comunidad Valenciana, Galicia, Anda-
lucía y Canarias, sin olvidar la imagen que de Comunidad y de Auto-
nomía ello representa.
Siempre sostuve que no es bueno crear más cuerpos de policía te-
rritorial en España y que con los existentes es suficiente si se racionali-
zan su distribución territorial y competencial, no en vano también so-
mos uno de los países europeos que mas ratio tenemos de policía por
habitante26.
El problema actual debe encontrar respuesta en la adecuada distri-
bución funcional y territorial de los diferentes Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad existentes en nuestro país y solo se logrará a través de la mo-
dificación del actual modelo de policía diseñado por la vetusta LO-
FyCS, sin descartar que tanto territorio y policía como autonomía y po-
licía son términos inseparables hoy a la altura en la que se encuentran
las competencias asumidas por las Comunidades Autónomas en Espa-
ña, al hacer de nuestro país un país de los más descentralizados políti-
camente.
Nos encontramos por tanto con una estructura política territorial,
en relación con el sistema de seguridad y policía, diversa, compleja y
asimétrica. Diversa, porque hay varios Cuerpos de Seguridad en un
mismo territorio, con funciones similares y concurrentes que origina
problemas de eficacia y eficiencia; compleja porque la solución a esa di-
versidad territorial en materia de seguridad y policía, tiene difícil solu-
ción al ofrecer mimetismos al resto de Comunidades Autónomas al
pretender obtener unas mismas competencias en la materia que las de-
nominadas históricas y entendemos que es asimétrica porque a pesar
de la diversidad y la complejidad no tiene porque ser igual en todas las
Comunidades.
No obstante una posible solución sería que todas las Comunidades
Autónomas, que aún no disponen de Policía Autonómica propia, con-
templaran primeramente en sus Estatutos dicha posibilidad, parece ser
26
El ratio actual está situado en 4,66 policías por 1000 habitantes, según un Estu-
dio de la situación policial en España y Países Europeos, realizado por el área de Segu-
ridad CSI-CSIF – 1998. Véase al respecto el Cuadro 3: Modelos de policía y policías por
mil habitantes.
232 José Escalante Castarroyo

que ese es en la actualidad el camino que se pretende27. Estaríamos en-


tonces hablando de 17 Comunidades Autónomas y de 17 Policías Au-
tonómicas. ¿Pero que papel jugarían en esta hipótesis los Cuerpos de
Seguridad Nacionales y los Cuerpos de Seguridad Locales? ¿Se inte-
grarían en aquellas o se establecerían ex novo los nuevos Cuerpos Au-
tonómicos?. En función de la decisión adoptada estaríamos hablando
de mas Cuerpos de seguridad y por tanto de mas diversidad y mas
complejidad en el sistema de la seguridad pública y de coordinación
policial, cuando a lo que deberíamos tender es a la racionalización del
sistema y modelo de policía que haga a todos más eficaces y eficientes.
Como quiera que puede ser esta la hipótesis que al final se desarro-
lle, es obligado seguir reflexionando sobre ella y especialmente inci-
diendo en la necesidad de disponer de Policía propia en todas las Co-
munidades Autónomas, pero mantenemos la postura de no creando
nuevos Cuerpos sino partiendo para su establecimiento de los ya exis-
tentes, tanto nacionales como locales.
Como no podía ser de otra manera, es evidente que no procede que
se creen más Cuerpos de seguridad, pero igualmente es evidente que
con los existentes debe encontrarse la solución a la necesidad que plan-
tean aquellas Comunidades que no disponen de Policía propia creada.
La solución debe encontrarse partiendo de los Cuerpos existentes, tan-
to desde el Cuerpo Nacional de Policía como desde las Policías Locales;
difícilmente sería entendible por los ciudadanos que apareciera en el
territorio de su Comunidad Autónoma un nuevo cuerpo de seguridad
además de los existentes, cuya permanente coincidencia funcional se-
ría fuente de conflictos y de difícil coordinación.
Estamos pues ante una posible solución, que no es otra que estable-
cer las “nuevas Policías Autonómicas” con efectivos procedentes de los
actuales Cuerpos de Policía Nacional y Local, si se pretendiera raciona-
lizar el actual sistema de seguridad pública territorial. Racionalización
que llevaría igualmente a replantear también el sistema de seguridad
pública local, pues no es eficaz que establecidas las respectivas Policías
Autonómicas permanezcan las Policías Locales coincidiendo en un
mismo territorio en funciones con la nueva Policía Autonómica, a simi-
litud como lo es en la actualidad con el Cuerpo Nacional de Policía. No
habríamos resuelto el problema, solo lo habríamos trasladado.
27
Prueba de ello es la previsión de policía propia en los reformados Estatutos de
Autonomía de las Comunidades Autónomas de las Islas Baleares, Aragón y Castilla y
León, reformados en 2007, Comunidades que en los anteriores Estatutos no contem-
plaban tal competencia.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 233

Esta exploración, que quizás parezca a algunos descabellada es


precisamente la que las Comunidades Autónomas que disponen de
Policía Autonómica desde su establecimiento como tales, siguen pre-
tendiendo sin haberlo conseguido. ¿Que pretende la Ley de Policía del
País Vasco al “ordenar la administración de la seguridad de la Comuni-
dad Autónoma con identidad de estatuto y de formación”? 28. Integrar
a las Policías Locales, tarde o temprano, en la Policía Autonómica. O en
Cataluña con ¿“un sistema de seguridad propio” como señala la Ley
de Ordenación del sistema de seguridad pública?29. Ambas Comunida-
des Autónomas pretenden un mismo objetivo: Una sola Policía territo-
rial en la Comunidad Autónoma.
Los caminos están iniciados por ambas Comunidades, especial-
mente en la segunda, Cataluña, donde Policías Nacionales, Guardias
Civiles y Policías Locales, se les facilita el acceso para formar parte de la
Policía Autónoma.
Podremos hablar de las formas pero los objetivos actuales deben
estar claros: No más Policías Autonómicas ex novo y si Policías Auto-
nómicas en todas las Comunidades Autónomas desde los actuales
Cuerpos de Seguridad.

28
Art. 1 y Preámbulo apdo. II de la Ley 4/1992, de 17 de julio, de Policía del País
Vasco.
29
Art. 1 de la Ley 4/2003, de 7 de Abril, de Ordenación del Sistema de Seguridad
Pública de Cataluña.
234 José Escalante Castarroyo

CUERPOS Y FUERZAS DE SEGURIDAD EN ESPAÑA – 2007 (*)

73.835

63.000
51.831

GC
13.100
P. L. 7.731
CNP
M.E.

1.000
ERT.
P.F.

TOTAL FyCS en España: 210.497 (*)


(*) Elaboración propia con datos facilitados del Ministerio del Interior, Comuni-
dades Autónomas y Municipios, correspondientes al año 2007. Respecto de la GC son
los efectivos a 1.1.08; El CNP es a 11.12.07; La PA del País Vasco a 30.06.07; La PF de
Navarra a 31.12.07 y os datos de la PA de Cataluña son los 2005 sumadas las convoca-
torias de los años 2006 y 2007.
CAPÍTULO VIII
NECESIDAD DE UN SISTEMA DE
SEGURIDAD PÚBLICA TERRITORIAL
INTEGRADO

1. LA SEGURIDAD PÚBLICA EN ESPAÑA: TERRENO DE


ENCUENTRO DE TODAS LAS ADMINISTRACIONES

La Constitución Española de 1978 reservó al Estado, como materia


de competencia exclusiva “la seguridad pública, sin perjuicio de la po-
sibilidad de creación de policías por las Comunidades Autónomas en
la forma que se establezca en los respectivos Estatutos en el marco de lo
que disponga una ley orgánica”30.
Al respecto de esa competencia exclusiva y la remisión a la una
Ley Orgánica debemos incorporar aquí lo que ya en el preámbulo de
la LOFyCS se explicita señalando que “la seguridad pública constituye
una competencia difícil de parcelar, toda vez que no permite delimita-
ciones o definiciones, con el rigor y precisión admisibles en otras mate-
rias. Ello es así porque las normas ordenadoras de la seguridad pública
no contemplan realidades físicas tangibles, sino eventos meramente
previstos para el futuro, respecto de los cuales se ignora el momento, el
lugar, la importancia y en general las circunstancias y condiciones de
aparición”31.
Por eso sigue señalando que “hay que tener en cuenta, a este res-
pecto, la ocupación, por parte de la seguridad pública, de un terreno de
encuentro de las esferas de competencia de todas las Administraciones
Públicas ... lo que hace de ella una de las materias compatibles por to-
dos los poderes públicos, si bien con estatutos y papeles bien diferen-
ciados”32. No olvidando que al ser la seguridad pública competencia
exclusiva del Estado, “corresponde su mantenimiento al Gobierno de
30
Art. 149.1.29 de la C.E. de 1978.
31
Preámbulo I, LOFyCS.
32
Idem, Preámbulo I.
236 José Escalante Castarroyo

la Nación y al de las demás Administraciones Públicas, Comunidades


Autónomas y Corporaciones Locales”33.
Es la propia LOFyCS quien va a delimitar los términos de aquella
participación en la seguridad pública de cada una de las Administra-
ciones Públicas, señalando al respecto de las Comunidades Autóno-
mas que “participarán en los términos que establezcan los respectivos
Estatutos y en el marco de esta Ley” y las Corporaciones Locales “ en
los términos establecidos en la LRBRL y en el marco de esta Ley”34.
Conocida y delimitada la competencia en materia de seguridad pú-
blica de cada una de las Administraciones Públicas nos resta por cono-
cer a través de quienes las Administraciones Públicas ejercen su mante-
nimiento, y como no podía de ser otra manera, la propia Ley Orgánica
establece que será “ a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”35,
sin distinguir su dependencia de una u otra Administración Pública, si
bien a continuación señale quienes son Fuerzas y Cuerpos de Seguri-
dad:

“a) Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dependientes del Go-
bierno de la Nación.
b) Los Cuerpos de Policía dependientes de las Comunidades Autónomas.
c) Los Cuerpos de Policía dependientes de las Corporaciones Locales”36.

No obstante lo anterior y la dificultad para entender la determina-


ción como competencia exclusiva de la seguridad pública por parte del
Estado e interpretar ese terreno de encuentro en el que también la segu-
ridad pública corresponde a todas las Administraciones Públicas y se
ejerce a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de estas depen-
dientes, no solo por una de ellas, sino también por las otras dos, las Co-
munidades Autónomas y las Administraciones Locales, el Tribunal
Constitucional, ha tenido que pronunciarse en diversas ocasiones al
respecto y especialmente para interpretar la multiplicidad de adjetivos
con los que la seguridad viene calificada en la propia Constitución Es-
pañola y especialmente en los de seguridad pública y seguridad ciuda-
dana cuando no al integrar en ellos el orden público.
En cuanto al sustantivo, según el DRAE, “la seguridad es la cuali-
dad de seguro, es decir, de estar libre o exento de todo daño, peligro o
riesgo”. Pero no es el análisis político o sociológico de la seguridad el
33
Ídem, Preámbulo II.
34
Ídem, art. 1º 2 y 3.
35
Idem, art. 1º.4.
36
Idem, art. 2º.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 237

que interesa, es la seguridad personal y pública, la seguridad ciudada-


na o lo que ya desde el pasado siglo se entendió como orden público, y
sobre todo la relación entre ambas “seguridad pública y seguridad ciu-
dadana” puesta de manifiesto en muchas ocasiones por el TC, una de
ellas en la que se resuelve el conflicto de competencia planteado por el
Gobierno Vasco contra el R/D 1118/84, sobre medidas de seguridad en
entidades o establecimientos públicos o privados, donde entiende la
seguridad pública como una “actividad dirigida a la protección de per-
sonas y bienes y al mantenimiento de la tranquilidad y el orden ciuda-
dano37. Un conjunto plural y diversificado de actuaciones, distintas
por su naturaleza y contenido, aunque orientadas a una misma finali-
dad tuitiva del bien jurídico así definido. Dentro de este conjunto de ac-
tuaciones hay que situar, incluso de modo predominante, las específi-
cas de las organizaciones instrumentales destinadas a este fin y, en
especial, las que corresponden a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad a
que se refiere el art. 104 de la Constitución Española. Pero, por relevan-
tes que sean, esas actividades policiales, en sentido estricto, o esos ser-
vicios policiales no agotan el ámbito material de lo que hay que enten-
der por seguridad pública en cuanto que concepto delimitador de la
competencia, aún solo ejecutiva de los poderes públicos. Otros aspec-
tos y otras funciones distintas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, y
atribuidas a otros órganos y autoridades administrativas”38.
Queda claro que el Estado tiene la competencia exclusiva sobre se-
guridad pública, competencia plena o íntegra en el sentido de que todas
las funciones, legislativas o ejecutivas, se encuentran monopolizadas por
aquel. A las Comunidades Autónomas las marca una diferencia, la po-
sibilidad de que a través de sus Estatutos asuman una serie de compe-
tencias, exclusivas del Estado, como la seguridad pública, de conformi-
dad con lo que establezcan sus Estatutos y creando cuerpos de policía,
pero con una limitación en esa competencia, como es el marco delimita-
dor de LOFyCS39. Competencia en seguridad pública que debe ser asu-
mida por el Estatuto, ejercida por cuerpo de policía propio, a crear por

37
También así lo entendieron las STC 33/1982; 117/1984; 123/1984; 59/1985;
325/94 y 37/98 entre otras.
38
STC 104/89.
39
Excepción única de aquellas Comunidades Autónomas que disponían de
Cuerpos de Policía propios a la entrada en vigor de la LOFyCS.: País Vasco, Cataluña y
Navarra, a las cuales, por razones de respeto a las situaciones creadas, así como de
funcionalidad y eficacia, se les permite mantener su régimen de competencias previo a
la Ley.
238 José Escalante Castarroyo

la Comunidad Autónoma y competencia circunscrita a unas funciones


concretas, las que determina una Ley Orgánica. Es decir, de la Ley se
deduce una competencia limitada y en ocasiones compartida cuando
no concurrente40.
Por lo que respecta a las Corporaciones Locales su participación
también es limitada por la LOFyCS “a los términos establecidos en la
LRBRL”41, si bien del preámbulo de esta parece poder ampliarse la par-
ticipación en materia de seguridad pública, pues hecha la delimitación
añade que “dado que no existe ningún condicionamiento constitucio-
nal, se ha dado a las Corporaciones Locales una participación en el
mantenimiento de la seguridad ciudadana, coherente con el modelo
diseñado, presidido por la evitación de duplicidades y concurrencias
innecesarias y en función de las características propias de los cuerpos
de Policía Local y de la actividad que tradicionalmente vienen realizan-
do”.
Podemos concluir que la distribución de competencias en materia
de seguridad pública entre las tres Administraciones: Estado, Comuni-
dades Autónomas y Corporaciones Locales debe ajustarse al conjunto
de principios generales que vienen enunciados, tanto por la Constitu-
ción Española como por la Ley Orgánica a la que esta remite, sin olvi-
dar los principios de unidad y autonomía proclamados por aquella42.
Junto a estos, el criterio nuclear sobre el que parece vertebrarse el re-
parto de competencias es el de asignación a cada administración, de
cuanto concierne a la gestión de sus respectivos intereses, porque es la
propia Constitución Española la que reconoce autonomía en cuanto
concierne a la gestión de sus respectivos intereses.

40
Véase art. 38 apdo.1 y 2 de la LOFyCS.
41
Art. 1º.3 de la LOFyCS cuya remisión a la LRBRL es al art. 25 apdos. 1 y 2 que
establecen: “ El municipio para la gestión de sus intereses y en el ámbito de sus compe-
tencias, puede promover toda clase de actividades y prestar cuantos servicios públi-
cos contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la comunidad vecinal.
El Municipio ejercerá, en todo caso, competencias en los términos de la legisla-
ción del Estado y de las Comunidades Autónomas en las siguientes materias:
a) Seguridad en lugares públicos.
b) Ordenación del tráfico de vehículos y personas en las vías públicas.
c) Protección Civil y extinción de incendios”.
42
Art. 2 y 140 de la C.E. de 1978: “ La Constitución se fundamenta en la indisolu-
ble unidad de la Nación española ... y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía
de las nacionalidades y regiones ...” .
Igualmente al referirse a la administración local también “ garantiza la autono-
mía de los municipios”.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 239

2. EL SISTEMA DE SEGURIDAD PÚBLICA TERRITORIAL Y EL


MODELO DE POLICÍA TRIDIMENSIONAL

La Constitución Española de 1978 diseñó la organización territorial


del Estado y remitió a una Ley Orgánica el modelo de policía territorial
para España, se hizo estableciendo, con meridiana claridad, tres ámbi-
tos administrativos competentes y tres tipos de policía territorial dife-
renciados, concretándoles en tres tipos de Fuerzas y Cuerpos de Segu-
ridad que no número de cuerpos de policía43.
Así, después de proclamar que “la Constitución Española se funda-
menta en la indisoluble unidad de la Nación española y reconocer y ga-
rantizar el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que
la integran fija su organización territorial “en municipios, en provin-
cias y comunidades autónomas. Todas estas entidades gozan de auto-
nomía para la gestión de sus respectivos intereses”44.
Igualmente es la propia Constitución Española la que establece los
tres tipos de policía territorial, coincidentes con las tres estructuras ad-
ministrativas territoriales:

“ ... Fuerzas y Cuerpos de Seguridad bajo la dependencia del Gobierno”45.


“ ... Policías de las Comunidades Autónomas ...”46
“ ... Policías Locales ...”47

El desarrollo constitucional de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad


lo será por “ una Ley Orgánica” que la misma Constitución Española
contempla y “que determinará las funciones, principios básicos de ac-
tuación y estatutos de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”48. Ley Orgá-
nica que reitera que la seguridad pública es competencia exclusiva del
Estado y que su mantenimiento corresponde al Gobierno de la Na-
43
Decimos no de cuerpos de policía porque, si bien tres son las esferas territoria-
les administrativas, Estado, Comunidades Autónomas y Administración Local, estas
no son coincidentes con tres únicos cuerpos dado que el Estado dispone de dos Cuer-
pos de ámbito nacional, las Comunidades Autónomas unas ya disponen y otras pue-
den disponer y algunas no lo prevén en los Estatutos de Autonomía, pero cada Policía
Autonómica forma parte de un cuerpo también diferenciado. Igual consideración de-
bemos hacer sobre los Cuerpos de Policía Local, dado que cada uno pertenece al res-
pectivo Ayuntamiento.
44
Art. 2 y 137 de la C.E. de 1978.
45
Idem, art. 104.1.
46
Idem, art. 149.1.29.
47
Idem, art. 148.1.22.
48
Idem, art. 104.2.
240 José Escalante Castarroyo

ción49, estableciendo que tanto las Comunidades Autónomas como las


Corporaciones Locales participarán en su mantenimiento, fijando a
continuación la dependencia de cada una de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad de las tres Administraciones Públicas antes señaladas50.
Así, “las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ejercen sus
funciones en todo el territorio nacional y están integradas por:
a) El Cuerpo Nacional de Policía, que es un Instituto Armado de
naturaleza civil, dependiente del Ministro del Interior.
b) La Guardia Civil, que es un Instituto Armado de naturaleza mili-
tar, dependiente del Ministro del Interior, en el desempeño de las fun-
ciones que esta Ley le atribuye, y del Ministro de Defensa en el cumpli-
miento de las misiones de carácter militar que éste o el Gobierno le
encomienden. En tiempo de guerra y durante el estado de sitio, depen-
derá exclusivamente del Ministro de Defensa”51.
“Los miembros de los Cuerpos de Policía de las Comunidades Au-
tónomas sólo podrán actuar en el ámbito territorial de la Comunidad
Autónoma respectiva, salvo en situaciones de emergencia, previo re-
querimiento de las autoridades estatales”52.
“ Dichos Cuerpos (Policía Local) sólo podrán actuar en el ámbito
territorial del municipio respectivo, salvo en situaciones de emergencia
y previo requerimiento de las autoridades competentes”53.
Es esa realidad tridimensional, Policías del Estado, Policías de las
Comunidades Autónomas y Policías de las Corporaciones Locales, la
que diferencia nuestro sistema de seguridad pública de otros países eu-
ropeos de nuestro entorno, resultando un sistema único en el contexto
europeo más próximo.
Nuestros condicionantes históricos previos respondían a un siste-
ma de seguridad estructurado territorial y administrativamente en for-
ma centralizada, salvo la muy insignificante participación de los Ayun-
tamientos, que por tradición histórica venían disponiendo de cuerpos
de policía, pero muy poco significados en materia de seguridad y su-
bordinados a los cuerpos de policía del Estado.
Así, por citar a algunos países de nuestro entorno, nuestra organi-
zación de la seguridad pública, cuando se promulga la Constitución
49
Expresión que se contempla en el art. 1.1 de la LOFyCS y que en los mismos
términos se expresa la C.E. de 1978 en el art. 149.1.29.
50
Art. 1 y 2 de la LOFyCS.
51
Idem art. 9.
52
Idem, art. 42.
53
Idem, art. 51.3.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 241

Española de 1978 era coincidente con la de Francia e Italia al disponer


estos dos países también de Cuerpos dependientes de dos Administra-
ciones, el Estado y los Ayuntamientos. Pero existían sistemas de segu-
ridad pública como los de Alemania, Austria y Holanda en los que sí
coincidimos al disponer estos países de dos ámbitos administrativos
para la seguridad pública, la diferencia estaba en sus ámbitos territoria-
les que eran los territorios Nacional y Regional, no disponiendo el ám-
bito local de policía propia. Por el contrario, la relevancia local en mate-
ria de seguridad se pone de manifiesto en la Gran Bretaña.
Esta diferencia, tan sustancial respecto de otros países europeos,
hace que nuestro sistema de seguridad pública territorial y modelo de
policía sea complejo y costoso para unos y asimétrico para otros, pero
evidentemente único en Europa, de ahí que no podamos tener un mar-
co comparativo similar sino diferentes modelos europeos coincidentes
en uno o dos ámbitos territoriales, pero ninguno en los tres en los que
nuestra Constitución fijó el sistema de seguridad pública y la LOFyCS
el modelo de policía. Ello nos llevará, partiendo de nuestra propia rea-
lidad presente y en desarrollo, a conclusiones diversas sobre el sistema
de seguridad pública y modelo de policía territorial en un futuro inme-
diato, partiendo para ello del marco que nos delimita el actual bloque
de la constitucionalidad en el que se encuentran aquellos.
MODELOS DE POLICÍA Y POLICÍAS POR MIL HABITANTES 54

242
MODELO MEDITERRANEO FEDERAL DESCENTRALIZADOS NÓRDICOS ANGLOSAJONES

TIPO F I P E G A A B H L D S F I
R T O S R L U E O U I U I R. R
A A R P E E S L L X N E N U. L

POLICIA ESTATAL X X X X X X X X X X X X X

José Escalante Castarroyo


REGION.
AUTÓM. X X X X X X X X
POVIN.

LOCAL X X X

Nº x 1.000 HABIT. 4.0 5 4.33 4.5 3.80 3.30 2.78 3.28 3.2 2.8 2.7 3,23 1.7 2.6 3.1

54
Elaborado con datos obtenidos de JAR, G., Idem, Modelos comparados, p. 192; CSI-CSIF, Situación policial en España y países Euro-
peos,1ª Jornadas Internacionales de Policía y Seguridad, Aranjuez (Madrid), Mayo 1998, p. 3 y s.s. y La coordinación de las policías, Obra
colectiva, Edit. Colex, Madrid,2003, p. 246.
Los datos señalados hay que aceptarlos con reservas y deben ser orientativos, dado que son diferentes las formas de elaboración
en cada país y cada autor, incluyendo en algunos casos incluso a personal administrativo y de apoyo adscrito a los cuerpos de policía.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 243

3. LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS: UN ESPACIO


TERRITORIAL EN FORMACIÓN PARA LA SEGURIDAD
PÚBLICA Y LAS POLICÍAS AUTONÓMICAS

Es la Constitución, la que reconoce y garantiza el derecho a la auto-


nomía de las nacionalidades y regiones que podrán acceder a su auto-
gobierno y constituirse en Comunidades Autónomas con arreglo a lo
previsto en aquella y en los respectivos Estatutos, siendo estos la nor-
ma institucional básica de cada Comunidad Autónoma, conteniendo
entre otras, las competencias asumidas dentro del marco establecido en
aquella55, y una de las competencias asumidas por algunas Comunida-
des Autónomas, y asumibles por el resto, es la de “seguridad pública,
sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por las Comuni-
dades Autónomas en la forma que se establezca en los respectivos Esta-
tutos de Autonomía en el marco de lo que disponga una Ley Orgáni-
ca”56.
La remisión constitucional a una Ley Orgánica se materializó a tra-
vés de la LOFyCS la cual dedica el Título III a las Policías de las Comu-
nidades Autónomas57. No obstante es preciso señalar, siguiendo al
preámbulo de la citada Ley, la distinción entre Comunidades Autóno-
mas con Cuerpos de Policía propios, ya creados cuando la Ley Orgáni-
ca se promulga; Comunidades Autónomas cuyos Estatutos prevén la
posibilidad de creación de Policías y Comunidades Autónomas cuyos
Estatutos no contienen tal previsión competencial, ofreciéndose a estas
últimas, en tanto no dispongan de Cuerpo de Policía propio, bien por-
que no lo han desarrollado o porque no lo prevén en los Estatutos de
Autonomía, la posibilidad de ejercer sus competencias en materia de
seguridad y de policía acudiendo a la adscripción de Unidades del
Cuerpo Nacional de Policía para aquellas.
El Tribunal Constitucional ha usado ya, en diversas ocasiones, la
noción de “bloque de la constitucionalidad”, para referirse a los instru-
mentos normativos que, junto con la Constitución misma y como com-
plemento de ella, es preciso tener en cuenta para fijar con exactitud el
régimen de una determinada competencia58. De ahí, que para com-
prender el reparto de competencias entre el Estado y las Comunidades
Autónomas en materia de seguridad pública, es preciso señalar que tal
55
Art. 2, 143.1 y 147.1 y 2 de la C.E. de 1978.
56
Idem , art. 1149.1.29.
57
Art. 37 al 50 de la LOFyCS.
58
Entre otras las Sentencias del TC de 23 de marzo y 24 de mayo de 1981.
244 José Escalante Castarroyo

delimitación tiene dos soportes fundamentales: La LOFyCS y los Esta-


tutos de Autonomía de cada Comunidad Autónoma. En el esquema de
ordenación normativa que la Constitución Española estableció, se en-
comienda a una Ley Orgánica la fijación del marco de regulación de las
Policías Autonómicas, mientras que a los Estatutos les corresponde de-
terminar la forma de creación de las mismas.
La pieza normativa en la que se relacionan de modo principal las
competencias autonómicas es, sin duda, el Estatuto de Autonomía co-
rrespondiente. Pero no es la única, ni es tampoco la norma de aplica-
ción exclusiva para resolver los problemas interpretativos que puedan
suscitarse. Son, por el contrario, en palabras del TC “los preceptos de la
Constitución el marco de referencia más general y permanente, no ago-
tando su virtualidad en el momento de la aprobación del Estatuto de
Autonomía, sino que continuarán siendo operativos en el momento de
realizar la interpretación de los preceptos de éste, a través de los cuales
se realiza la asunción de las competencias por la Comunidad Autóno-
ma,” como señala su intérprete59.
El Estado Autonómico, denominación más usual de nuestra forma
de Estado territorial entraña, como elemento imprescindible, un repar-
to de poder político y administrativo entre dos espacios territoriales, el
Estado y dentro de este las Comunidades Autónomas, lo que a su vez
se traduce en la articulación de un sistema de distribución de compe-
tencias entre el primero y las segundas, con el que trata de rellenarse de
contenido a la autonomía de que gozan las Comunidades Autónomas.
Es el reparto de competencias, sin ningún género de dudas, la cuestión
más compleja de cuantas ha debido resolver nuestro constituyente en
relación con el modelo del Estado Autonómico que diseñara la Consti-
tución Española de 1978. Por supuesto, que una de esas competencias
es la seguridad pública, si bien no ha sido esta propiamente la que más
divergencias ha suscitado, sino la coordinación por las Comunidades
Autónomas de las Policías Locales, cuyo tratamiento ya vimos con an-
terioridad60.
Cada vez que nos referimos al montaje normativo del Estado Auto-
nómico nos vemos obligados a recordar la existencia de dos tipos de
Comunidades Autónomas desde la perspectiva del acceso a la autono-
mía, dado que este ha marcado también en ellas la asunción de las com-
petencias, si bien a estas alturas no podamos diferenciar, unas de otras,
59
STC de 4 de mayo de 1982.
60
Remitimos para comprobarlo al Apdo. El Tribunal Constitucional y la coordi-
nación de las Policías Locales por las Comunidades Autónomas.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 245

en cuanto a las posibilidades de asumirlas y debamos dejar de lado la


consideración de la vía más o menos rápida iniciada para alcanzar un
mayor techo competencial. No debemos olvidar tampoco a estas altu-
ras que nuestro constituyente deja a cada Comunidad, en aplicación
del principio dispositivo, la posibilidad de asumir competencias dife-
renciadas dentro del marco delimitado por la propia norma constitu-
cional, lo que implica claramente una opción a favor de la heterogenei-
dad, en detrimento de la homogeneidad. Heterogeneidad que hasta no
hace mucho podíamos concretar en dos grandes bloques de Comuni-
dades: aquellas que vieron aprobados sus Estatutos de Autonomía se-
gún el procedimiento del artículos 15161 y aquellas otras cuyos Estatu-
tos se aprobaron de conformidad con las previsiones del artículo 14362.
Son por tanto los Estatutos de Autonomía las normas llamadas a
precisar las competencias asumidas por cada Comunidad Autónoma
dentro del marco establecido en la Constitución, quiere ello decir que la
asunción de competencias se asienta en el principio dispositivo, princi-
pio que viene diseñado por los artículos 148 y 149 de la Constitución de
1978, artículos competenciales que han sido coincidentes con los dos
procedimientos de acceso a la autonomía de las Comunidades Autóno-
mas que antes señalábamos. Esta dualidad de listas competenciales po-
sibilitó que unas Comunidades lograran desde el primer momento del
acceso a la autonomía un mayor nivel competencial, por el contrario,
las más debieron dejar transcurrir un período mínimo de tiempo para
poder alcanzar mayores cotas de autogobierno. Es evidente, por tanto,
que la Constitución no impone una fórmula final homogénea para que
todas las Comunidades Autónomas desempeñen las mismas funcio-
nes.
Estas consideraciones nos dan pie para defender que las Comuni-
dades Autónomas son un espacio en formación, tanto para el sistema
constitucional de seguridad pública como para el modelo de policía,
pues son precisamente ambas vías de acceso a la autonomía y sobre to-
do, la no necesaria homogeneidad en la asunción de competencias por
las Comunidades Autónomas, la que justifica este apartado. Pues, se-
gún cómo vayan asumiendo las competencias en materia de seguridad
pública y policía las Comunidades Autónomas, estaremos en disposi-
ción de conocer el sistema y modelo resultantes en el estado autonómi-
co.
61
País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía, a la que hay que añadir Navarra en
virtud de la Ley de Amejoramiento del Fuero.
62
Las restantes Comunidades Autónomas.
246 José Escalante Castarroyo

No obstante lo anterior, hoy sí podemos poner en evidencia la si-


tuación actual y vislumbrar por donde pueden concretarse, en un futu-
ro inmediato, las competencias en seguridad pública territorial y crea-
ción de cuerpos de policía por las Comunidades Autónomas. Así
encontramos hoy:
a) Dos Comunidades Autónomas con policía propia ya creada:
Las Comunidades Autónomas del País Vasco y Cataluña, que
disponen de una Policía Autonómica propia y con funciones
de policía integral en su territorio, posibilidad que no podrán
asumir, salvo modificación de la LOFyCS, el resto de policías
autonómicas que se creen.
b) Una Comunidad Autónoma con policía propia creada y en
evolución competencial. Es el caso de la Comunidad Foral de
Navarra, que dispone de Policía Autónoma propia, que está en
proceso de desarrollar las competencias que su Estatuto le re-
serva63. El camino que con la reciente Ley de Seguridad Públi-
ca se ha iniciado es el de una policía autónoma integral, a simi-
litud de las creadas en el País Vasco y Cataluña, dado que esta
Ley Foral amplía las funciones que la Policía Foral venía des-
empeñando con las propias de seguridad ciudadana, restable-
cimiento del orden y policía judicial64.
c) Siete son las Comunidades Autónomas con previsión actual
estatutaria de cuerpo de policía: Galicia, Andalucía, Comuni-
dad Valenciana, Canarias Islas Baleares, Aragón y Castilla y
león. Cuatro de ellas en la actualidad disponen de Unidades
Adscritas del CNP para las funciones propias del cuerpo de
policía autonómico. Canarias y Galicia debaten desde hace
años crear una policía propia, esta última Comunidad con Ley
de policía ya promulgada65
d) Varias Comunidades Autónomas se encuentran en proceso de
modificación de los Estatutos de Autonomía y manifiestan la
intención de prever en ellos cuerpo de policía propio.
63
De conformidad con la Ley Orgánica 13/1982, de 10 de agosto, de reintegra-
ción y amejoramiento del Régimen Foral de Navarra, art. 51.1 y 2, la Policía Foral “
continuará ejerciendo las funciones que actualmente ostenta ... Podrá ampliar sus fi-
nes y servicios, en el marco de lo establecido en la correspondiente Ley Orgánica”.
64
La Ley Foral 8/2006, de 20 de junio, de Seguridad Pública de Navarra, fija las
funciones propias de la Policía Foral en el artículo 25.1 y las compartidas con las Poli-
cías Locales en el apdo. 3 del mismo artículo.
65
Ley 8/2007, de 13 de junio, de Policía de Galicia.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 247

e) Respecto del resto de Comunidades Autónomas, en la actuali-


dad son espacios territoriales sin definir la previsión estatutaria
sobre cuerpo de policía, pero no dudamos que cuando modifi-
quen sus Estatutos de Autonomía aprovechen dicha modifica-
ción para ello.
f) Por último, nos encontramos con dos Ciudades Autónomas
con Estatuto de Autonomía que cuentan con cuerpo de policía
propio, Policía Local, en funciones de policía de la Ciudad Au-
tónoma y cuya peculiar situación merece ser reflejada, dado
que estas dos ciudades todavía no son Comunidades Autóno-
mas propiamente, pero el cuerpo de policía de ellas depen-
diente, según su Estatuto de Autonomía66, lo es a los efectos
del artículo 149.1.29 de la Constitución Española. Artículo re-
cordamos que establece la competencia y sirve de base al resto
de Comunidades Autónomas para crear cuerpo de policía pro-
pio, Policía Autonómica.
Es fácil por tanto concluir que nos encontramos en el Estado Auto-
nómico ante un espacio territorial en formación para la seguridad públi-
ca y el modelo de policía, vislumbrado que el mismo no estará plena-
mente desarrollado en un futuro próximo, augurando que su desarrollo
futuro podría concretarse de la siguiente forma:
Dos Comunidades Autónomas con policía autonómica propia y
con funciones de policía integral, que son el País Vasco y Cataluña,
cuya consolidación como tales cuerpos de seguridad integrales no lo
dudamos, a las que se suma Navarra.
El resto de Comunidades Autónomas, tanto las que disponen hoy
en día en sus Estatutos de la posibilidad de crear cuerpo de policía pro-
pio, como las que lo pretenden con las modificaciones de aquellos, y las
que todavía no se lo han planteado, unas y otras pensamos que dispon-
drán de cuerpos de policía propios, pero no con funciones de policías in-
tegrales, sino en el marco funcional delimitado por el artículo 38 de la
LOFyCS, salvo modificación de esta Ley. Funciones de las Policías Au-
tonómicas que en un principio serán ejercidas bien por las Unidades
Adscritas del CNP o en los ámbitos municipales por las Policías Locales
allí donde se convenga, salvo también modificación legal, en tanto todas
las Comunidades Autónomas dispongan de policía propia creada.
66
Así se determina en el art. 24 de los respectivos Estatutos de Autonomía de am-
bas Ciudades: “Policía Local en los términos que establezca la Ley a que se refiere el ar-
tículo 149.1.29 de la Constitución”.
248 José Escalante Castarroyo

A la vista de este incierto panorama, no es difícil deducir, que no se


alcanzará la consolidación del sistema de seguridad pública territorial
en España en unos años, que seguirán los problemas de coordinación y
sobre todo de eficacia en materia de seguridad pública territorial y po-
licía. No obstante, todo ello dependerá de la rapidez con que las Comu-
nidades Autónomas, todas, asuman la competencia que constitucio-
nalmente se les posibilita pero que no se les impone,67 se haría entonces
realidad lo que la LOFyCS establece: “Las Comunidades Autónomas
participarán en el mantenimiento de la seguridad pública en los térmi-
nos que establezcan los respectivos Estatutos y en el marco de esta
Ley”68.

LA SEGURIDAD PÚBLICA Y POLICIA EN LAS


COMUNIDADES AUTONOMAS, HOY
– 2 CC. AA. con Policía Autonómica integral creada, ( Disp.1ª y 2ª LO FyCS).

– 1 CC. AA. con Policía Autonómica creada y en fase de desarrollo,


(Disp. 3ª LO FyCS).

– 7 CC. AA. con Policía Autonómica prevista en el Estatuto de Autonomía.

– 7 CC.AA sin previsión de Policía Autonómica en el Estatuto de


Autonomía.

– 2 Ciudades Autónomas con Policía Local, (P.L./P.A. art. 149.1.29 C.E.).

4. EXPERIENCIAS EN ALGUNAS COMUNIDADES


AUTÓNOMAS: LA APUESTA POR LAS POLICÍAS LOCALES

A nadie le es ajeno que, durante estos años de desarrollos estatuta-


rios y sobre todo de coordinación de las Policías Locales por las Comu-
nidades Autónomas, ha habido experiencias muy positivas. Solo com-
probar cómo estaban los Cuerpos de Policía Local al inicio de la
andadura democrática de nuestra Constitución en 1978 y previo tam-
bién al inicio de su coordinación por las Comunidades Autónomas en
1986 y como están en la actualidad. Incluso en la misma proporción po-
demos hacerlo también de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Es-

67
Art. 149.1.29 de la C.E.de 1978:” Seguridad pública ... y posibilidad de crear
cuerpos de policía propios”.
68
Art. 1.2 de la LOFyCS.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 249

tado, si bien son más evidentes los cambios producidos en las Policías
Locales, parejos estos al papel que los Municipios vienen asumiendo en
el nuevo mapa territorial.
Dado el papel que hoy representan los Cuerpos de Policía Local en
el sistema de seguridad pública y de policía en España, a diferencia del
que representaban no muchos años atrás, hace que las Comunidades
Autónomas, una vez asumida íntegramente su coordinación, se fijen
en los mismos a la hora de diseñar el sistema de seguridad y de policía
respectivo. De ahí que no sea extraño comprobar cómo las Policías Lo-
cales, de una manera u otra, formando parte del sistema de seguridad
propio o del que se pretende construir, merezcan una generalizada
atención por las Comunidades Autónomas.
Crear por tanto más cuerpos de policía territoriales en estos mo-
mentos entienden muchas Comunidades Autónomas y quien esto es-
cribe, que no es ni necesario ni procedente y que a más Cuerpos habrá
más descoordinación, mas costes y menos eficacia en materia de segu-
ridad pública territorial.
Conocidos el sistema de seguridad pública y de policía en la Cons-
titución de 1978, su descentralización territorial y más específicamente
el régimen constitucional de las Policías Locales, estamos en mejor dis-
posición para entrar a conocer algunas experiencias y respuestas a las
demandas de seguridad y policía que durante estos años y en la actua-
lidad, sin necesidad de crear cuerpo de policía propio y sin adscribir
Unidades del Cuerpo Nacional de Policía a las Comunidades Autóno-
mas, han encontrado respuesta en algunas de estas.
En la actualidad, recordemos que en nuestro país hay constituidas
17 Comunidades y 2 Ciudades Autónomas, de las que solo tres dispo-
nen de cuerpo propio de Policía Autonómica69, siete Comunidades no
se han decidido a crearla aún teniéndola prevista en sus Estatutos70 y
muchas contemplan convenir con el Estado para que el Cuerpo Nacio-
nal de Policía desempeñe las funciones de aquella policía que no po-
seen, no han creado o no contemplan sus Estatutos71. Por tanto, trans-

69
Disponen de Cuerpo de Policía propio en la actualidad las Comunidades de el
País Vasco, Cataluña y Navarra.
70
Son las Comunidades Autónomas de Andalucía, Canarias, Galicia, Comuni-
dad Valenciana, Islas Baleares, Aragón y Castilla y León.
71
Son las Comunidades Autónomas de Aragón, Cantabria, Castilla-La Mancha,
Castilla y León, Extremadura, La Rioja, Principado de Asturias y la Región de Murcia.
Algunas ya modificado su Estatuto y con la previsión de cuerpo de policía propio,
otras en proceso de modificación de aquel.
250 José Escalante Castarroyo

currido tanto tiempo desde la promulgación de la Constitución


Española de 1978 y de la LOFyCS, el sistema de seguridad y modelo de
policía en las Comunidades Autónomas o no ha madurado lo suficien-
te como para decidirse por uno de los posibles o no se ha tenido claro
que aquel modelo de la LOFyCS ya no es posible hoy. Por eso no es de
extrañar que en la actualidad se estén desarrollando y se planteen alter-
nativas, con relativo éxito, para dar respuestas puntuales a las necesi-
dades de seguridad y de policía en las Comunidades Autónomas que
no han optado ni por uno ni por otro sistema posibles, ni por crear cuer-
po propio ni convenir con Estado una Unidad del CNP específica para
ello.
Sería fácil acudir a las primeras experiencias, quizás también de-
biéramos llamarlo “intentos de supresión o integración” que en las de-
nominadas Comunidades históricas se ha pretendido sobre las Policías
Locales72, cual es hacer una sola policía territorial; es el caso del País
Vasco cuya Ley de Policía, que no de coordinación, ya lo señalara tex-
tualmente como vimos, o Cataluña que siendo la primera Comunidad
Autónoma que promulgó la Ley de Coordinación de Policía Local en el
año 1984, incluso antes de que se promulgara la LOFyCS a la que condi-
cionó especialmente el texto del artículo 39 sobre las competencias de
las Comunidades Autónomas y la coordinación y que fue un “calco” de
lo que ya su ley de coordinación señalaba, hoy con la Ley del Sistema
de Seguridad de Cataluña pretende estructurar la seguridad pública
con un único objetivo en su territorio: Un sistema propio de seguridad.
Navarra, la tercera Comunidad Autónoma con policía propia, en desa-
rrollo competencial en materia de seguridad ciudadana, no ha alcanza-
do las proporciones de las otras dos y tampoco respecto de las Policías
Locales, pero camino se vislumbra sobre ello, especialmente a la vista
de la Ley Foral de Cuerpos de Policía de Navarra y las peculiaridades
forales de la función pública en este territorio.
El camino escogido por el País Vasco, Cataluña y probablemente
no tardando mucho por Navarra, de un sistema de seguridad también
propio, supone el desarrollo máximo de uno de los elementos emble-
máticos para cualquier política nacionalista, que no parece ser igual a
autonomista, pretendiendo la tentadora oportunidad de soslayar las li-
mitaciones de los Cuerpos Locales y Nacionales a través de la creación
72
Se suele denominar históricas, a estos efectos, a las tres Comunidades Autóno-
mas que asumieron la autonomía por la vía específica de la Disposición Transitoria
Segunda de la C.E. de 1978 y disponen de Policía Autonómica: País Vasco, Cataluña y
Navarra.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 251

de un cuerpo policial de nuevo diseño que responda indudablemente a


una determinada visión acerca de la organización policial deseada a
medio plazo, una Policía única en el territorio y dependiente del Go-
bierno Autónomo, que cubra la totalidad del territorio y de las funcio-
nes policiales, salvando excepcionalmente aquellas extra o supra co-
munitarias según expresión usada en los Estatutos de Autonomía para
el País Vasco y para Cataluña y la propia LOFyCS73.
No debemos olvidar que los grandes proyectos empezaron por pe-
queños actos y que para llegar muy lejos hay que dar el primer paso en
la dirección correcta. El objetivo no arranca de cero pues estas Comuni-
dades Autónomas ya disponen de Policía propia y esta asume princi-
palmente las funciones de las Policías del Estado, pero existe en su te-
rritorio otra Policía, la de los Ayuntamientos, que colisiona con la
Policía Autonómica, como colisiona con las del Estado en las funciones
similares o concurrentes. De ahí que algo habrá que hacer con estas Po-
licías Locales pues la concurrencia funcional sigue confusa y tanto en el
País Vasco como en Cataluña siguen sin considerar seriamente las po-
sibilidades de explotar a fondo las oportunidades que les ofrece la fa-
cultad de coordinar a los cuerpos locales en vez de verlos como contrin-
cantes de la Policía Autonómica, cuando no como un obstáculo o un
problema en aquel objetivo, pues su primer interés es consolidar una
policía propia y secundario coordinar a las Policías Locales.
Respecto de las otras Comunidades Autónomas que estatutaria-
mente, como ya vimos, pueden disponer de Policía propia: Canarias,
Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Aragón y
Castilla y León y además de esta competencia la de coordinar a las Poli-
cías Locales, las experiencias han oscilado entre la permanente disposi-
ción a crear aquella, en algunos casos como Galicia con Ley aprobada o
la disposición como señalábamos antes de Unidades del Cuerpo Na-
cional de Policía ejerciendo las funciones de Policía Autonómica que no
han desarrollado74. Incluso algunas profundizando al máximo posible
la coordinación de sus Policías Locales con objetivos de ubicar a estas
dentro de la Policía Autonómica, el caso más reciente a nivel de decla-
raciones de sus Gobernantes, es el de Galicia y antes lo fueron los de
Andalucía y Canarias, esta última Comunidad aún lo mantiene.

73
Referencia que se hace en el Preámbulo III de la LOFyCS para referirse a las
funciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
74
Es la solución adoptada por la Comunidad Valenciana, de Andalucía y Galicia
que disponen de Unidades Adscritas del Cuerpo Nacional de Policía en funciones de
Policía Autonómica.
252 José Escalante Castarroyo

Así, el Conselleiro de Xusticia de Galicia declaraba, que “la Xunta


aspira a que a finales del año 2005 ya esté en funcionamiento la Policía
Autonómica en su primera fase, tras aprobarse por unanimidad políti-
ca de los representantes autonómicos el proyecto de Ley de Policía de
la Comunidad Autónoma” 75. No debemos olvidar que en Galicia ya
funciona una Unidad adscrita del Cuerpo Nacional de Policía. De esas
declaraciones políticas y de la Ley de Policía de Galicia se desprende
que en la “nueva policía autonómica, se ofrecerá la posibilidad de inte-
gración de la actual Unidad adscrita del CNP como a los miembros
procedentes de los demás Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
En Andalucía se viene debatiendo, tanto por los partidos políticos
como en foros sociales, la necesidad de desarrollar una policía autonó-
mica andaluza, recordemos por citar una referencia las Jornadas orga-
nizadas por la Universidad de Málaga en las que se reunieron respon-
sables de seguridad pública y destacados representantes políticos que
incidieron en ese objetivo, así, el diputado regional de Izquierda Uni-
da-Los verdes Antonio Romero, tras recordar “que España tiene una
tasa de 4,7 policías por cada cien habitantes, en Europa solo superada
por Italia, destacó que la policía autonómica andaluza debe ser inte-
gral, con todos los servicios y sus Agentes deben recibir una buena for-
mación”76.
Por el Partido Popular Juan Ramón Casero también parlamentario
regional hizo un llamamiento a “definir el modelo policial para Anda-
lucía, diseñar su despliegue territorial, definir quién tiene que hacer
cada servicio y pensar en su financiación” puntos sobre los que señaló
se debe llegar a un consenso.
En nombre del Partido Socialista, en el Gobierno regional de Anda-
lucía, su diputada Ana Fuentes aseguró que su partido “pretende una
policía autonómica integral y que incorpore las competencias de tráfico
y seguridad ciudadana”. Para su creación señaló que “ es preciso alcan-
zar un consenso sobre sus funciones, sus efectivos, sus capacidades y
sus competencias y la coordinación de las fuerzas y cuerpos de seguri-
dad”.
La Comunidad Autónoma de Canarias, que desde hace unos años
viene potenciando la coordinación de las Policías Locales a niveles no
alcanzados por otras Comunidades Autónomas, es quizás el modelo a
75
Declaraciones de Jesús Palmou, Conselleiro de Xustiza de la Xunta de Galicia,
a el Diario El Mundo, publicadas el jueves día 24 de febrero de 2005.
76
Idem, www.belt.es bajo el título “El modelo policial en Andalucía, La Policía
Autonómica”- Universidad de Málaga, ( consulta efectuada el día 8 de abril de 2004).
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 253

seguir más significativo de hasta donde es posible desarrollar la coor-


dinación de aquellos Cuerpos cuando hay medios y voluntades pues-
tas en un objetivo, la Policía Canaria.
El hecho de que esta Comunidad fuera la última Comunidad en
promulgar una Ley de Coordinación de Policías Locales77, cuando
otras las han modificado varias veces, le ha dado pie a valorar los resul-
tados obtenidos por cada una de las estrategias en materia de seguri-
dad y policía desarrolladas por el resto de Comunidades. Para esta Co-
munidad Autónoma el proyecto de Policía de Canarias tiene una base
clara e indiscutida: las Policías Locales. Así lo ha entendido su gran im-
pulsor y que fuera Director General de Seguridad y Emergencias du-
rante los años 1999 a 2003, José Julián Isturitz, contemplándolo en el
contexto del Plan de Seguridad Canario78.
Es obligado, aunque solo sea brevemente, traer aquí algunos de los
principios básicos que sirvieron de objetivo político en el proceso de
elaboración, partiendo para ello, de lo que textualmente se señala en di-
cho Plan “un modelo propio para Canarias” dado que “no puede adop-
tar de una forma mimética, dadas sus características de insularidad, re-
gión europea ultraperiférica, actividad turística predominante, etc.
ninguno de los modelos de seguridad pública existentes en otras Co-
munidades Autónomas. De algunos de ellos podrá obtener, sin embar-
go, los beneficios de su experiencia tanto como de las dificultades que
han debido superar. Canarias necesita, consecuentemente, un modelo
propio de sistema de seguridad pública que, en la medida que respon-
da a su singularidad, pueda atender sus necesidades específicas de
protección”79.
Y en cuanto al desarrollo de una organización policial el Plan es claro
“Canarias debe disponer de un modelo propio de organización policial
que, en base a las posibilidades que ofrecen la coordinación de las Policías
Locales y la creación de una policía propia, le permita superar las limita-
ciones estructurales que condicionan la eficacia del modelo actual”80.
Pero ante tan novedosa apuesta en el panorama policial español
debemos preguntarnos, qué valores aportan las policías locales a la Po-
77
Ley 6/1997, de 4 de julio, de Coordinación de las Policías Locales de Canarias,
BOCA, núm. 91, de 16 de julio, BOE, núm.181, de 30 de julio.
78
Este Plan fue aprobado por acuerdo del Gobierno de Canarias, sometido pre-
viamente a Dictamen del Consejo Económico y Social, en sesión plenaria del 31 de Ju-
nio de 1997.
79
Íbidem, apdo. 1.2 de los principios básicos del Plan de Seguridad Canario.
80
Íbidem, apdo. 2.3 de las líneas de actuación del Plan de Seguridad Canario.
254 José Escalante Castarroyo

licía de Canarias, qué se pretende, qué las falta y qué habrá que comple-
mentar para conseguir aquel objetivo. Para el Gobierno de Canarias las
Policías Locales aportan a la Policía de Canarias y por extensión al sis-
tema de seguridad pública, la base local que resulta indispensable para
la que se pretende sea una organización descentralizada, conocedora
del territorio y de los ciudadanos. Consciente de que habrá que com-
plementarlas con una formación cualificada, por ello dentro de su plan
estratégico incluye la Academia Canaria de Seguridad, cuyo papel en
la formación persigue homogeneizar los diferentes Cuerpos potencián-
dolos como servicio básico de policía. A ambas piezas que considera
básicas: Formación y Plan de Seguridad, une el teléfono único de emer-
gencias 112 como apuesta decidida por la coordinación operativa y
como instrumento estratégico indispensable para la consecución del
nuevo sistema de seguridad pública que pretende alcanzarse en la Co-
munidad.
La creación de la Policía Canaria es objeto del debate político tanto
en el seno del Gobierno, con la presentación del anteproyecto de ley,
como entre los grupos políticos y los medios de comunicación, de estos
podemos extraer que se pretende que “la policía de Canarias sea res-
ponsable de todas las materias de seguridad que no traspasen la fronte-
ra autonómica”81. Los Cuerpos de Seguridad del Estado serían respon-
sables de las tareas supracomunitarias. El Gobierno canario quiere
evitar solapamiento en las funciones de la Guardia Civil, la Policía Na-
cional, la Autonómica y la Local.
El reto y la apuesta de Canarias por las Policías Locales no es fácil,
pero no es menos cierto que lo está intentando con empeño. Hoy por
hoy es la Comunidad Autónoma, me atrevo a señalarla sin duda como
la que más lejos ha llevado la potestad coordinadora sobre las Policías
Locales y estoy seguro que está marcando en la actualidad un modelo a
seguir para otras Comunidades. Una prueba evidente de cuanto ante-
cede al respecto de esa apuesta por las Policías Locales es la novedosa
celebración que, a modo de día de la policía, la Comunidad Canaria ce-
lebra anualmente como el “día de la Coordinación” de la Policía Local
de Canarias.
La Comunidad de Madrid, con el desarrollo de convenios de cola-
boración con los Ayuntamientos, ha venido a introducir una novedad
en el panorama de la seguridad pública territorial y ha abierto el debate
sobre el modelo de policía en la Comunidad Autónoma, apostando
81
Entre otros, en “ La opinión de Tenerife” de 21 de enero de 2005 y en “ La opi-
nión de Lanzarote” de 5 de Octubre de 2005.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 255

también claramente por las Policías Locales y la seguridad en el ámbito


municipal.
Así, en boca de su Vicepresidente segundo, Madrid “no necesita
una Policía Autonómica, dado que trabajan perfectamente y con unos
buenísimos resultados tanto la Policía Local como la Nacional y la
Guardia Civil y, además, en los lugares donde existe Policía Autonómi-
ca no han mejorado ostensiblemente los ratios de seguridad ciudada-
na. Hay que reforzar y potenciar la Policía existente y no crear un Cuer-
po mas” 82.
El Proyecto de Seguridad Regional de la Comunidad de Madrid
denominado “Bescam”, Brigadas de Seguridad de la Comunidad de
Madrid, es una implicación de la Comunidad Autónoma presupuesta-
ria y políticamente en la seguridad ciudadana. Para ello la Comunidad
ha dispuesto en la primera fase de 50 millones de euros iniciada el año
2005 en “gastos materiales y salarios” que se destinarán dentro del
“convenio marco del plan de seguridad” y para financiar a los 630
agentes locales destinados en los 17 municipios firmantes del Conve-
nio e implicados en la primera fase. Durante la legislatura la Comuni-
dad pretende que sean financiados 2.500 Policías Locales en total.
El palabras de la Presidenta de la Comunidad, “la puesta en mar-
cha de las Bescam no significa la creación de una policía autonómica”
sino que representa esta iniciativa “una alternativa a lo que existía en
otras Comunidades Autónomas”83.
Una apuesta importante la que desarrolla Madrid, no solo por lo
que de gasto implica, sino por la novedad de cómo son posibles, dentro
de las competencias de coordinación de las Policías Locales por las Co-
munidades Autónomas, otras facultades y sobre todo, implicaciones
en materia de seguridad pública coincidentes con la LOFyCS la que en
su preámbulo proclama que la seguridad es “terreno de encuentro de
las diferentes administraciones públicas”84.
Y como el mimetismo también se da en materia de seguridad pública
y policía, a similitud de la Comunidad de Madrid, la Región de Murcia,
en boca del Jefe del Ejecutivo, ha anunciado que “el Gobierno regional fi-
nanciará el cien por cien de las Brigadas de Seguridad, germen de la futu-
82
Palabras de Alfredo Prada, Vicepresidente 2º de la Comunidad Autónoma de
Madrid y Consejero de Justicia e Interior, en declaraciones a “El Circulo” a primera
hora en Telemadrid, realizadas el 16 de enero de 2005.
83
Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid en declaraciones a
www.madriddiario.es El Diario Digital de Madrid, año VI, número 1.828.
84
Preámbulo I de la LOFyCS.
256 José Escalante Castarroyo

ra policía autonómica, una vez que la Comunidad Autónoma reciba las


competencias”85. Dichas Brigadas pretenden que estén operativas a lo lar-
go del año 2007 y aún está sin precisar el número de agentes que las con-
formarán, apuntando un dato “el déficit de agentes de los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado en la Región de Murcia es de 600, por lo
que ahí está el dato”, apuntó seguidamente el Consejero de Presidencia86.
El éxito, como en Madrid, parece estar asegurado también en la Re-
gión de Murcia, dado que en palabras del Presidente de la Federación de
Municipios de la Región al mismo medio reconocía que “se trata de una
propuesta histórica para la Región desde la creación del Estado de las Au-
tonomías, pues nunca antes un Gobierno había propuesto a los Ayunta-
mientos actuar sobre algo que no tiene competencias financiándolo”.
Y para finalizar, a modo de reflexión más que de experiencia a estas
alturas, ¿que son las Policías Locales de Ceuta y Melilla? ¿ Policía Lo-
cal o Policía Autonómica?. Reflexión que es oportuno hacerla en este
apartado porque pone a las claras una posibilidad mas que evidente de
cómo unos Cuerpos de Policía Local pueden ser también funcional-
mente Policías Autonómicas, y no solo porque lo haya reconocido el
Tribunal Constitucional87, sino porque funcionalmente ejercen, en un
territorio exclusivamente circunscrito a un término municipal, aunque
sea el de una Ciudad Autónoma, funciones previstas dentro de las
competencias estatutarias de las Comunidades Autónomas, expresa-
mente así contempladas por su Estatuto y como policía “autonómica-
local” de la Ciudad Autónoma respectiva88.
Recordemos que la Constitución Española de 1978 cuando se refie-
re a la coordinación de las Policías Locales lo hace en el artículo
148.1.2289, por cierto artículo al que no hacen referencia los Estatutos de

85
Palabras recogidas en http://actualidad.terra.es el día 23 de Marzo de 2006.
86
Ídem, palabras de Fernando de la Cierva, Consejero de Presidencia de la Re-
gión de Murcia.
87
STC 81/1993.
88
Los art. 21. 24ª de las Leyes Orgánicas 1 y 2/1995, de 13 de marzo de Estatutos
de Autonomía de Ceuta y Melilla establecen, como competencias de las Ciudades Au-
tónomas: “ la vigilancia y protección de sus edificios e instalaciones. Policía Local en
los términos que establezca la Ley a que se refiere el artículo 149.1.29 de la Constitu-
ción”, artículo que señala como una de las competencias exclusivas del Estado la “ Se-
guridad Pública, sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por las Comu-
nidades Autónomas”.
89
Este art. 148.1.22ª de la C.E. de 1978 es el que preve como una de las competen-
cias de las Comunidades Autónomas “La coordinación y demás facultades en relación
con las policías locales en los términos que establezca una Ley Orgánica”.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 257

estas dos Ciudades Autónomas, sino que se refieren al artículo


149.1.29, precisamente el que bajo la rúbrica de “seguridad pública” ha
servido de base para la creación de Policías Autonómicas propias en
otras Comunidades Autónomas90.
Estamos pues, no ante una mera coordinación de los Cuerpos de
Policía Local, que difícilmente puede coordinar la Ciudad Autónoma
al ser un solo Cuerpo en cada Ciudad, sino ante dos Cuerpos de Policía
Local enmarcados dentro de una competencia, que en principio es ex-
clusiva del Estado, la seguridad pública, que les permite no ya crear,
pues disponían de ellos las Ciudades Autónomas antes del Estatuto de
Autonomía, sino ejercer a través de esos Cuerpos de Policía las funcio-
nes en materia de seguridad pública que les vienen conferidas a las Co-
munidades Autónomas por la LOFyCS con carácter de propias91, y ello
sin necesidad de crear otra Policía Autonómica o en su caso acordar
con el Estado la adscripción de Unidades del Cuerpo Nacional de Poli-
cía para aquellas funciones propias92.

90
De forma similar a como lo hacen los Estatutos de estas dos Ciudades Autóno-
mas lo contemplan entre otros los Estatutos de Autonomía de Cataluña en el artículo
13.1 al señalar que “ La Generalidad podrá crear una Policía Autónoma en el marco de
... la Ley Orgánica prevista en el artículo 149.1.29 de la Constitución” o el Estatuto de
Galicia, en el art. 25: “ ... la creación de una Policía Autónoma, de acuerdo con lo que
disponga la Ley Orgánica prevista en el artículo 149.1.29 de la Constitución”, entre
otros.
91
Art. 38.1 de la LOFyCS.
92
Idem, art. 47.
258 José Escalante Castarroyo

ESTRUCTURA FUNCIONAL DE LAS POLICÍAS LOCALES


CON FUNCIONES DE POLICÍA AUTONÓMICA93

POLICÍA LOCAL POLICÍA LOCAL


AYUNTAMIENTO COMUNIDAD AUTÓNOMA

FUNCIONES

Art. 53 L.O. 2/1986 FyCS Art. 38 L.O. 2/1986 FyCS

a) Proteger a las autoridades de las Con carácter de propias:


Corporaciones Locales y vigilancia o
custodia de sus edificios e instalaciones a) Velar por el cumplimiento de las
b) Ordenar, señalizar y dirigir el tráfico en el disposiciones y órdenes singulares dictadas
casco urbano. por los órganos de la Comunidad Autónoma.
a) Instruir atestados por accidentes de b) La vigilancia y protección de personas,
circulación dentro del casco urbano. órganos, edificios, establecimiento y
b) Policía Administrativa en lo relativo a las dependencias de la Comunidad Autónoma y
Ordenanzas, Bandos y demás disposiciones de sus entes instrumentales, garantizando el
municipales dentro del ámbito de su normal funcionamiento de las instalaciones y
competencia. seguridad de los usuarios del servicio.
c) Participar en las funciones de Policía c) La inspección de las actividades sometidas a
Judicial. la ordenación o disciplina de la Comunidad
d) La prestación de auxilio en los casos de Autónoma denunciando toda actividad
accidente, catástrofe o calamidad pública, ilícita.
participando, en la forma prevista en las d) El uso de la coacción en orden a la ejecución
Leyes, en la ejecución de los planes de forzosa de los actos o disposiciones de la
Protección Civil. propia Comunidad Autónoma.
e) Efectuar diligencias de prevención y cuantas
actuaciones tiendan a evitar la comisión de
actos delictivos en el marco de colaboración En Leyes de Coordinación de CCAA
establecido en las Juntas de Seguridad.
f) Vigilar los espacios públicos y colaborar con
la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado y con la Policía de las CC AA en la e) Teléfono 112 (CyL)
protección de las manifestaciones y f) Policía turística (IB/ IC)
mantenimiento del orden en grandes g) Policía urbanística (IC)
concentraciones humanas. h) Policía social (IC)
g) Cooperar en la resolución de los conflictos i) Policía comunitaria y proximidad (CAT)
privados cuando sean requeridos.

ÁMBITO TERRITORIAL: MUNICIPIO

5. LOS MUNICIPIOS: UN ESPACIO TERRITORIAL PARA LAS


SEGURIDAD PÚBLICA Y LAS POLICÍAS LOCALES
La reserva de norma, que la Constitución Española hace en el art.
104.2, se materializa en la LOFyCS que en su primer artículo ya señala:
“Las Corporaciones Locales participarán en el mantenimiento de la se-
93
Elaboración partiendo de las normas estatutarias vigentes.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 259

guridad pública en los términos establecidos en la LRBRL y en el marco


de esta Ley”94.
Dos son los por tanto los marcos delimitadores de la participación
de los municipios en materia de seguridad pública, uno, la propia LO-
FyCS que incluye a los Cuerpos de Policía Local, dependientes de las
Corporaciones Locales, en el contexto de las FyCS, regulando dicha
Ley su estatuto funcional y estatutario. Otro marco delimitador es la
LRBRL que fija las competencias de los municipios entre las que se en-
cuentran algunas relacionadas con la seguridad pública.
La dificultad, desde la propia promulgación tanto de una Ley como
de la otra –LOFyCS y LRBRL–, está en delimitar ese marco legal com-
petencial en materia de seguridad pública, y ello por la difícil parcela-
ción que esta representa tanto para las diferentes Administraciones Pu-
blicas, como para los cuerpos de policía de ellas dependientes, no solo
porque ya la propia LOFyCS señala que la seguridad pública es terreno
de encuentro de todas las Administraciones y por deducción de todas
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, sino por la propia concreción de
las funciones y competencias. Ambas leyes lo pretenden, pero como
viene poniéndose de manifiesto y los sucesivos años nos vienen dando
la razón, en vez de resolverlo con el transcurso del tiempo lo ha agrava-
do, ignorando estas superadas leyes, la gran evolución que en la presta-
ción de los servicios públicos y para satisfacer las necesidades y aspira-
ciones de la comunidad vecinal, empleando sus propias expresiones,
vienen promoviendo los municipios95.
Son muchos los que señalan que la asignatura pendiente, en rela-
ción con la estructura territorial del Estado, que diseñara nuestra Cons-
titución de 1978, son precisamente las Administraciones Locales, la ter-
cera administración en esa realidad tridimensional territorial y de
policía existente en España. El Libro Blanco del Gobierno Local, y más
recientemente la pretendida reforma del Gobierno y la Administración
Local, son solo las últimas iniciativas emprendidas para la reflexión o
la reforma política96. Entre los objetivos de esta está garantizar las com-
94
Idem, art. 1.3.
95
Art. 251 de la LBRL: “El municipio para la gestión de sus intereses y en el ámbi-
to de sus competencias, puede promover toda clase de actividades y prestar cuantos
servicios públicos contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la comu-
nidad vecinal”.
96
El libro Blanco sobre la reforma del Gobierno Local recogió propuestas y apor-
taciones de distintos sectores de cara a la elaboración de la Ley del Gobierno y de la
Administración. Aquel se elaboró por la Comisión de Expertos creada el 27 de julio de
2004. En www.map.es (consulta efectuada el 6.08.06).
260 José Escalante Castarroyo

petencias y la constitucionalizada autonomía municipal reconociendo,


una vez más, al municipio como el gobierno más cercano a los ciudada-
nos y la capacidad de detectar sus necesidades y convertir las solucio-
nes en competencias.
Nada nuevo, si ya tradicionalmente los municipios vienen defi-
niéndose como la administración pública más próxima al ciudadano,
que tienen la tarea fundamental de desarrollar, en las coordenadas
donde se mueve el concepto de seguridad pública, la producción de
servicios adaptados también a las demandas en esa materia. Más aún,
cuando la ciudad se presenta, en el contexto mundial, como el marco
futuro de la vida, porque no olvidemos que sobre el año 2020, el 70% de
la población del mundo vivirá en las ciudades97. En nuestro entorno eu-
ropeo, igualmente, se habla de la Europa de las ciudades. De ahí que la
seguridad pública, ahora, y mucho más en el futuro inmediato, se plan-
teará como un problema de carácter fundamentalmente urbano, muni-
cipal y local.
Al hablar de la seguridad pública local, urbana o municipal, los fe-
nómenos sociales y las demandas más diversificadas, que van más allá
de la lucha contra la delincuencia y la superación de los actos incívicos,
hacen que su heterogeneidad sea una ventaja fundamental para hacer
diseños de seguridad pública diferentes de los conocidos y, sobre todo,
adaptados a las cambiantes realidades sociales donde tienen que dejar-
se ver primeramente sus efectos, dado que es el ámbito local el que per-
mite que las actuaciones se adapten a realidades sociales concretas, de
manera que puede conocerse con más detalle la realidad y adoptar po-
líticas que cumplan los objetivos de satisfacción personal y colectiva.
Los ciudadanos reclaman a los Ayuntamientos, y por deducción a su
policía, a la Policía Local, porque es en ellos donde encuentran el con-
tacto de calle y más próximo, tanto con sus representantes políticos
como por ser el cuerpo de seguridad más próximo. Las ciudades tienen
la ventaja de ser el ámbito donde la proximidad puede dar una mejor
respuesta a los retos de la seguridad pública.
El ámbito local es el único donde se puede trabajar a escala huma-
na. El Ayuntamiento es la Administración Pública que recibe la presión
ciudadana de manera más directa, pero también es la que mejor puede
conocer los problemas y anticiparse a los mismos. Es lo que venimos
denominado como proximidad, tanto administrativa como policial, sin
olvidar que la proximidad es también un derecho-deber de la comuni-
97
MARCUS MICHEL, “El delito y las nuevas recomendaciones urbanas. Delito y Se-
guridad de los habitantes”, México, D.F., Edit. S.XXI, 1997.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 261

dad local. Las ciudades están formadas por personas, las cuales, a tra-
vés del sentimiento de pertenencia identifican su vida cotidiana con el
entorno más próximo e intentan mejorarlo. Es en ese concepto de dere-
cho-deber de quién quiera sentirse seguro donde tiene que contribuir a
la seguridad común y donde igualmente debemos insertar el concepto
de seguridad comunitaria, los ciudadanos parte del sistema de seguri-
dad pública, no solo consumidores de esta.

5.1. Los Alcaldes y la seguridad pública local

Durante los períodos democráticos en España se ha respetado, in-


cluso potenciado, la autonomía local, pero estos han sido cortos en
nuestra historia lamentablemente. En estos años de democracia se han
reproducido unas tímidas concesiones a los Alcaldes por la LPSC98,
con anterioridad y no sin fuertes presiones de aquellos, la LOFyCS in-
cluía como tal a los Cuerpos de Policía Local de ellos dependientes, fi-
jándoles, no sin desconsideraciones notables, las funciones que tradi-
cionalmente les eran propias y otras en colaboración con los Cuerpos
dependientes del Estado y en su caso de las Comunidades Autónomas.
En aras de pretender una participación en la seguridad pública de
los Ayuntamientos la LOFyCS establece la constitución de una Junta
Local de Seguridad99, coopresidida por Alcalde y Delegado del Gobier-
no en la Comunidad Autónoma o Subdelegado en la Provincia, para
coordinar a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado con las Po-
licías Locales, Junta que se ha mostrado inoperante, y prueba de ello es
que no se ha llegado a constituir en muchas ciudades y donde se ha
constituido su operatividad es muy escasa al carecer de marco regula-
dor para su funcionamiento, como reiteradamente ha puesto de mani-
fiesto la FEMP.
En ambas leyes figuran algunas de las concesiones que la Adminis-
tración del Estado ha tenido para con la Local en materia de seguridad
pública, desconociendo tanto el protagonismo de los Ayuntamientos
en la gobernabilidad de las ciudades y el avance experimentado por las
98
La LO 1/1992 , de 12 de febrero, de Protección de la Seguridad Ciudadana en el
art. 2.1 señala las autoridades competentes en materia de seguridad, entre las que no
se relaciona a los Alcaldes. No obstante en el siguiente Apdo. 2 señala textualmente
que “ las autoridades locales seguirán ejerciendo las facultades que les corresponden,
de acuerdo con la LOFyCS y la legislación de Régimen Local...”. Facultades si, compe-
tentes no, difícil de entender tanto entonces como ahora.
99
Art. 54 de la LOFyCS.
262 José Escalante Castarroyo

Policías Locales, motivando muchas veces que la pura necesidad de la


demanda social y la realidad de los hechos, tener que dar las Autorida-
des Locales respuesta a las insistentes demandas de sus administrados
en materias de seguridad pública y no cubiertas por los Cuerpos de Se-
guridad del Estado competentes, cuando no de la inexistente Policía
Autonómica.
En esa realidad, tanto las Administraciones Locales como los Cuer-
pos de Policía Local, están alcanzado una mayoría de edad en materia
de seguridad pública que difícilmente es reversible, dado que hoy se
resentiría considerablemente la seguridad ciudadana si estos volvieran
a sus funciones propias y tipificadas. Se viene expresando por miem-
bros de la FEMP que las competencias impropias que se ejercen en la
actualidad por los Ayuntamientos, por extensión también por las Poli-
cías Locales, representan más del 30 por ciento de las que les son pro-
pias y están previstas en las leyes100.
Los Alcaldes, por lo que respecta a la seguridad pública y pese a la
proclamación constitucional de la autonomía municipal y al importan-
te papel que los Ayuntamientos desempeñan en la política preventiva
dentro del sistema de seguridad pública y el esfuerzo realizado dotan-
do de medios para ello a sus Policías Locales, siguen representando un
papel marginal y subsidiario como Autoridades en materia de seguri-
dad pública. Y las Policías Locales siguen desempeñando un papel uti-
litarista, llevando a cabo multitud de funciones impropias y de colabo-
ración necesaria en unos casos y de sustitución en otros, propias, según
la LOFyCS, de los Cuerpos de Seguridad del Estado, cuando no de las
Policías Autonómicas donde estas no están creadas. Realidad que ha-
brá que modificar cuanto antes por incongruente, pero también será
necesario no reproducir el mismo modelo al modificar el actual sistema
de seguridad pública y modelo de policía territorial al señalar las com-
petencias entre las Administraciones del Estado y las Autonómicas,
hoy en pleno proceso modificador de Estatutos para disponer de cuer-
pos de policía propios, olvidándose de los Ayuntamientos.
100
Entendemos por competencias funcionales impropias de los Ayuntamientos
aquellas funciones, competencias, y demandas ciudadanas que, aun no siendo de
prestación obligatoria por aquellos ni disponer de financiación para ellas, estos las
prestan, bien por la no prestación por las demás Administraciones competentes o la
carencia de medios de estas para llevarlas a cabo. Un claro ejemplo de competencias
impropias es la evidente colaboración, material y de recursos humanos en materia de
seguridad pública de los Ayuntamientos con el Estado, de los Ayuntamientos con las
Comunidades Autónomas que no disponen de cuerpo de policía propio o con el Mi-
nisterio de Justicia en materia de Policía Judicial.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 263

Si se quiere que haya corresponsabilidad con la participación de las


Administraciones Locales en la creación de un clima de seguridad en
las ciudades a través de políticas preventivas, y si se reconocen asimis-
mo las ventajas que los municipios tienen para conocer e interpretar las
necesidades de sus administrados, también en materia de seguridad
pública, a los Alcaldes se les debe de reconocer Autoridad y se les ha de
dar un campo competencial propio en materia de seguridad pública,
comenzando por la seguridad básica local, la de proximidad ciudada-
na y a la Administración del Estado y en su caso a la Autonómica las
competencias supra y extra locales.
Así entendidas las competencias locales en materia de seguridad
pública y bajo la autoridad del Alcalde, deben circunscribirse al fomen-
to de la prevención, el mantenimiento y restablecimiento de la seguri-
dad pública básica en todas sus manifestaciones, tipificar y sancionar
los actos contrarios a la convivencia y seguridad pública básica en el
ámbito de las relaciones de vecindad y ejercer las competencias en ma-
teria de espectáculos públicos y policía administrativa que comprenda
también los aspectos sancionadores. Para ello los Alcaldes no solo de-
ben ser los Presidentes natos de las Juntas Locales de Seguridad, sino
sentir también que la seguridad local es parte importante de las compe-
tencias de un Ayuntamiento y ello aunque sólo sea por consideración
al ser la primera Autoridad Local.
Hay otra inseguridad con incidencia local, que se olvida con excesi-
va frecuencia, la seguridad vial, donde deberán reconocerse también
todas las competencias sancionadoras, pues no tiene hoy explicación
que un Jefe Provincial de Tráfico pueda decretar el precinto de un vehí-
culo, la retirada de un permiso de conducir, tramitar determinadas in-
fracciones, etc. y un Alcalde no pueda hacerlo cuando el municipio tie-
ne competencias en materia de seguridad vial en las vías urbanas y
Agentes propios para su ordenación, dirección, señalización y denun-
cia101.
Entendemos que no resulta congruente establecer autoridades,
competencias y funciones en materia de seguridad pública local al
margen de los Ayuntamientos y de los Alcaldes. Si aquellos son los ad-
ministradores de la ciudad y estos la primera Autoridad, es evidente
101
Las competencias de los Municipios en materia de seguridad vial les vienen
atribuidas por el art. 7 del RD Legislativo 339/1990, de 2 de marzo, por el que se
aprueba el Texto Articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a mo-
tor y Seguridad Vial. Como función de los Cuerpos de Policía Local por el art. 53 b)
de la LOFyCS.
264 José Escalante Castarroyo

que no pueden seguir quedando al margen de un servicio básico como


es administrar la seguridad pública en su ciudad.
Los Alcaldes deben participar, y en una parte importante, en la ad-
ministración de la seguridad pública local102, precisamente porque
afecta a su ciudad y dejar para el Estado y la Comunidad Autónoma la
que corresponda a niveles territoriales supra locales y a intereses gene-
rales. El simple traspaso de competencias en seguridad pública del Es-
tado a las Comunidades Autonomías y de estas a los Ayuntamientos,
no debe significar otra cosa que el cambio de ubicación de la centraliza-
ción de la seguridad pública y trasladar su gestión a quienes mejor pue-
den interpretar demandas y responder a necesidades: los Ayuntamien-
tos.
La Administración Local es la más próxima y se acerca a través de
sus servicios en cada barrio, distrito, área metropolitana, ... a las distin-
tas formas de organización y de participación ciudadana: Asociaciones
vecinales, comerciantes, padres,... Y es, partiendo y contando con esa
estructura organizativa próxima al tejido social y asociativo, desde
donde se pueden establecer políticas de participación y corresponsabi-
lidad también en materias de seguridad pública básica.
Por ello no es extraño que las administraciones locales estén recla-
mando cada día mayor protagonismo social en forma de autonomía
para gobernarse, por lo que en materia de seguridad pública local no se
las puede ignorar, trazando la política a cientos de kilómetros o en ins-
tancias ajenas a la realidad social inmediata. Es así que hoy día se en-
tienda a la Administración Local, como la Administración que está en
mejores condiciones para establecer sus propios objetivos también en
materia de seguridad pública local.

102
En esta idea están de acuerdo los dos grandes partidos nacionales. El PP expre-
samente, en las conclusiones del XII Intermunicipal Popular, en el apartado Ciudades
seguras y Gobiernos Locales responsables, en www.pp.es ( consulta efectuada el día
5.07.06) propone la “ potenciación de la figura del Alcalde, a través de las Juntas Loca-
les de Seguridad, en el diseño y control de la política de seguridad ciudadana de su
municipio”.
El PSOE, en la Propuesta de política Autonómica y Municipal, en www.psoe.es
(consulta efectuada el 5.07.06) propone “incrementar las atribuciones del Alcalde en
materia de seguridad municipal, reconociéndose al mismo competencias para su eje-
cución de los acuerdos de la Junta Local de Seguridad”.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 265

NÚMERO DE MUNCIPIOS CON CUERPO DE POLICÍA LOCAL103

68 238

Más de 1 00 ,0 00 habita nte s

Ent re 20 ,00 0 y 1 00 ,0 00
habita nte s

Ent re 10 ,00 0 y 2 0,00 0 ha bitan tes

Meno s de 1 0.0 00 ha bita nte s

1.205
289

5.2. La Policía Local: Una Institución que evoluciona

Partimos de que la Policía Local, como cualquier otra organización


social o administrativa, participa de la evolución general de la socie-
dad. Una evolución y cambio social que se produce a velocidad impen-
sable hace unos años. Las ciudades se transforman, a las Administra-
ciones Locales se les demandan nuevos servicios y más calidad en
ellos, con nuevas tecnologías que los faciliten, en permanente cambio y
todo ello motivado por la movilidad e información, donde ya nada es
como era con la aceleración de los cambios tecnológicos que se produ-
cen en nuestro entorno. Y naturalmente, la realidad de la Policía Local
también, porque nada le debe ser ajeno en la realidad donde esta inser-
ta, la realidad denominada local, municipal o urbana104.
Una parte muy importante de la ciudadanía desconoce la impor-
tante transformación experimentada en los últimos años por estos
cuerpos de seguridad locales. La formación se ha reglado y generaliza-
do, la labor policial viene acompañada por los medios técnicos, las
plantillas se han ampliado y rejuvenecido y ocupado los puestos de
mando universitarios que no provienen, como era antes preceptivo, de
las Fuerzas Armadas o de los Cuerpos de Seguridad del Estado.

103
Elaboración propia con datos del INE ( RD 1683/2007, de 14 de diciembre, Pa-
drón Municipal) y El Consultor de los Ayuntamientos, 18-30 septiembre 2007 pág. 2977.
Los Cuerpos de Policía Local son 1800 de los 8.108 los Municipios de España.
104
Locuciones que entendemos sinónimas, de ahí que las empleemos indistintamente.
266 José Escalante Castarroyo

Los cambios ocurridos en la sociedad española, y particularmente


en las ciudades, reclaman cada día mas la consolidación de una Policía
Local eficiente y que desarrolle sus funciones con calidad en los servi-
cios y próxima a quienes se los requieren.
Las costumbres cambian a la par que la tecnología avanza, influen-
ciando a muchas estructuras tradicionales como la familia, las formas
de trabajo, el ocio o la convivencia y la movilidad. Apareciendo proble-
mas que requieren respuestas policiales específicas como en los casos
de menores y el absentismo escolar, la desestructuración familiar o los
malos tratos en el seno de la familia y el fenómeno de la inmigración o
la inseguridad vial, entre otros.
Todas esas circunstancias producen una sociedad urbana más inse-
gura, agresiva e insolidaria, cuya convivencia se deteriora y reclama la
continua intervención de la Policía Local, por ello la seguridad pública
local básica es una demanda ciudadana en alza y los poderes públicos
locales deben satisfacerla, porque en caso contrario se extenderá una fi-
losofía de autoprotección que conduce a otros comportamientos.
La Administración local, y su Policía, es la que recibe mas directa-
mente las demandas ciudadanas. Cualquier problema de inseguridad,
alteración de los servicios públicos o relacionado con la convivencia ve-
cinal lleva las reivindicaciones hacia el Ayuntamiento y a su Alcalde.
Por ello, las problemáticas locales requieren respuestas que solo las ins-
tituciones locales, por ser las más cercanas, pueden proporcionar.
Jurídicamente, muchas funciones que hoy ejerce la Policía Local no
han sido definidas, como señala Isidoro Cortina Frade: “ tiene funcio-
nes típicas y atípicas, estas últimas no recogidas en textos legales”105,
pero que representan una gran parte de su labor diaria. Su dependen-
cia del Ayuntamiento y su proximidad para los ciudadanos hace, que
por la vía de hecho, sea considerado un Cuerpo de Seguridad para to-
do, en todos los lugares y situaciones. No existe acontecimiento en el
interior de casco urbano, al que la Policía Local no llegue la primera, ni
existe echo público del que no tenga alguna noticia. Se trata en definiti-
va de una Policía asequible, una policía de seguridad básica y próxima,
cuyo mayor motivo de enfrentamiento con los vecinos reside en las in-
tervenciones coactivas, derivadas principalmente de la ordenación del
tráfico y como policía administrativa.
La imagen del policía local actual todavía participa de la cercanía y
proximidad de los antiguos Guardias Municipales, ello representa
105
MUINELO, G., y otros, “La Policía Local: Veinticinco años al servicio de los Ayun-
tamientos, Historia crítica”, Castilla Ediciones, Valladolid, 2005, p. 42 y s.s.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 267

ventajas e inconvenientes en sus relaciones funcionales, ventajas que


son apreciadas por su profundo conocimiento de la ciudad y sus gen-
tes. El problema aparece cuando el policía local necesita practicar el
ejercicio de la autoridad y el público cree que no le corresponde y es
cuando la situación se vuelve violenta. Entonces el Policía Local sufre
en sus propias carnes representar al Ayuntamiento ante los ciudada-
nos, no sólo con su uniforme, sino aplicando la normativa propia local.
Conscientes de estas situaciones las Policías Locales ansían el reco-
nocimiento legal de la mayoría de edad como integrantes de los Cuer-
pos y Fuerzas de Seguridad y el reconocimiento de las funciones de se-
guridad pública básicas que de hecho vienen desempeñando, no solo
por la gran transformación efectuada estos últimos años, sino por la
dignificación e importancia de su actividad profesional y numérica que
representa en el conjunto de las FyCS en España106.
La defensa de los derechos y libertades y la garantía de la seguri-
dad ciudadana básica necesitan hoy mas una Policía Local de intensa
presencia en la calle que de alta especialización, porque la sociedad, en
general, se ve agredida por las faltas y los delitos de pequeña entidad
solo perseguibles por las actuaciones “in fraganti”. Características que
responden al modo de actuación próxima de las Policías Locales.
Hoy la existencia e intervención de varios Cuerpos de Policía en un
mismo territorio urbano, en vez de aumentar y mejorar los servicios de
seguridad pública a los ciudadanos, está originando duplicidad de ac-
tuaciones y solapamientos innecesarios de funciones, en ocasiones in-
cluso, conflictos competenciales y lo que es peor, una perdida de recur-
sos cuando estos son escasos.
Por ello son necesarias reformas sobre la seguridad pública y mo-
delo de policía territoriales que contemplen la realidad de una Policía
Local preparada para desempeñar, y en su caso asumir funciones poli-
ciales básicas en materia de seguridad pública, que ya les demandan
los ciudadanos y que la ley debe contemplar.

106
Véase cuadro: Efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en España-
2007, en el que las Policías Locales son en número después de la GC. el más numeroso.
268 José Escalante Castarroyo

EVOLUCIÓN DE LOS EFECTIVOS DE LAS


POLICÍAS LOCALES EN LAS CC.AA.(1975-1985-2005)107

COMUNIDAD
1975 1985 2005
AUTONOMA

Andalucía 1998 6.225 10.500

Aragón 663 863 1.312

Canarias 742 1.673 3.261

Cantabria 182 305 615

Cataluña 2.513 6.914 9.319

Castilla la Mancha 289 1.071 1.908

Castilla y León 866 1.581 2.274

Com. Valenciana 968 3.752 8.200

Extremadura 186 856 1.386

Galicia 576 1.420 2.485

Islas Baleares 363 995 2.684

La Rioja 140 213 404

Madrid 3.392 5.948 9.978

Navarra 222 358 714

País Vasco 840 2.032 3.138

Principado Asturias 206 932 1.237

Región de Murcia 235 1.029 1.956

Ceuta 112 121 302

Melilla 128 123 194

TOTAL 14.621 36.411 61.867

107
Elaboración propia. Los datos correspondientes a los años 1975 y 1985 han sido
obtenidos de MORALAES, A., Administración policial española, Edit. San Martín, Ma-
drid, 1998 p. 478 y 479. Los datos correspondientes al año 2005 han sido obtenidos a
través de la información de las diferentes Comunidades Autónomas y de algunos
Ayuntamientos concretos.
CAPÍTULO IX
UN SISTEMA NACIONAL DE SEGURIDAD
PÚBLICA TERRITORIAL Y DE POLÍCIA
PRECISADO DE REFORMA

1. LA LEY ORGÁNICA 2/1986 DE FUERZAS Y CUERPOS DE


SEGURIDAD: UNA LEY OBSOLETA

En marzo de 2008 se han cumplido 22 años desde que las Cortes


Generales aprobaron, a través de la preceptiva Ley Orgánica, los prin-
cipios, la estructura y los elementos de coordinación del sistema de se-
guridad pública territorial y modelo de policía vigentes actualmente en
nuestro país. El tiempo transcurrido desde entonces, sin prácticamente
modificación sustancial alguna108, aconsejan al menos una reflexión,
aquí y ahora.
Es difícil encontrar, no ya en el mundo, sino en Europa, dos siste-
mas de seguridad pública y de policía que sean idénticos. Cada país
adopta el sistema que mejor se adapta a la estructura política y territo-
rial de su Estado, a la cultura y mentalidad de sus ciudadanos, a sus
propias tradiciones y al momento histórico. Esta heterogeneidad de los
sistemas de seguridad y modelos de policía nos lleva a formular, pre-
viamente a cualquier propuesta o reflexión, la inexistencia de modelos
de seguridad pública y de policía ideales, universales e intemporales.
Por tanto, no existe la posibilidad de importar para nuestro país el
modelo de cualquier otro Estado, por muy eficaz o acertado que nos pa-
108
Las modificaciones introducidas lo han sido por la Ley Orgánica 1/2003, de 10
de marzo relativa a la actuación fuera del ámbito territorial respectivo de los Cuerpos
de Policía de las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales cuando ejer-
zan funciones de protección de las autoridades públicas respectivas; por la Ley 19/
2003, de 23 de diciembre, relativa a la creación de Cuerpos de funcionarios para el ejer-
cicio exclusivo de las funciones previstas en el art. 53.1 párrafo b) de la LOFyCS y por
LO 16/2007, de 13 de diciembre, complementaria de la Ley para el desarrollo rural
que contempla la colaboración – entre municipios limítrofes – para la prestación de
servicios de Policía Local.
270 José Escalante Castarroyo

rezca un sistema determinado. El análisis comparado de los diferentes


sistemas de seguridad pública y de policía existentes en nuestro contex-
to político y cultural de Europa puede ayudarnos a obtener experiencias
y enseñanzas para la reflexión, y en su caso modificación, de nuestro
propio sistema. No obstante el sistema que al final creamos más conve-
niente debe tener muy presente la peculiar organización de nuestro Esta-
do, la cultura y costumbres de nuestra sociedad y a la tradición histórica
de nuestro país. Pues a la hora de definir un sistema de seguridad públi-
ca territorial y modelo de policía nos estamos refiriendo a una materia
trascendental y próxima a los conceptos de democracia, soberanía y esta-
do de derecho, como es la potestad coercitiva que el Estado ejerce, en ré-
gimen de monopolio, sobre sus ciudadanos, a través de las FyCS a las
que encomienda, además proteger el libre ejercicio de los derechos y li-
bertades individuales y colectivos, garantizar la seguridad ciudadana109.
Esta especial consideración constitucional de la materia a tratar
hace que, para la reforma del sistema de seguridad pública y modelo
de policía en España, no podamos utilizar únicamente criterios de efi-
cacia policial o de eficiencia económica, sino que debamos combinar es-
tos criterios con otros de legitimidad política, garantía jurídica y sus-
tento social sin olvidar al contexto histórico.
Otro aspecto fundamental a considerar es, que los sistemas de se-
guridad pública y de policía no se generan sobre el vacío, sino sobre
realidades de hecho muchas veces consolidadas por décadas e incluso
siglos de tradición histórica, cual es el caso de nuestro país110. Esta pre-
misa hace que debamos ser especialmente prudentes al plantear refor-
mas. Por otro lado, la seguridad de los ciudadanos es un valor excesi-
vamente trascendente como para permitirnos experimentar con
modelos de seguridad pública y policiales radicalmente innovadores o
rupturistas. La política de reformas moderadas, que tan buenos resul-
tados ha dado en nuestro país para la adaptación de otras muchas insti-
109
Entre otros en los art. 1 y 10 de la C.E. de 1978.
110
Prueba de ello es la tradición histórica que representan para los gobiernos loca-
les los cuerpos, hoy de policía local, antes guardias municipales, cuyos orígenes se re-
montan al siglo XIX.
Algunos cuerpos de policía de Comunidades Autónomas como Cataluña, País
Vasco y Navarra no se han consolidado hasta bien entrado el pasado siglo XX.
De los Cuerpos de Seguridad del Estado actuales, solo la Guardia Civil puede com-
pararse con las Policías Locales en antigüedad, porque coincide su creación en 1844 con la
mayoría de las Guardias Municipales, también en el entorno de aquel años creadas.
El Cuerpo Nacional de Policía es fruto de la unificación efectuada en 1986 de los
Cuerpos Superior de Policía y Policía Nacional entonces existentes.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 271

tuciones a las nuevas realidades políticas territoriales, sociales o econó-


micas, deberá ser una vez más la norma a seguir.
La reforma del sistema de seguridad pública territorial y de policía en
España debe ser además una reforma sustentada en un amplio consenso
parlamentario, como ya lo fueron tanto la vigente Constitución Española
como la propia LOFyCS en su momento. Este consenso es especialmente
necesario por dos razones. En primer lugar, porque la seguridad pública
interior es uno de los elementos conformadores del propio Estado y como
tal cuestión de Estado, debe ser tratada. En segundo término, porque nada
hay más perjudicial para la eficacia de cualquier sistema de seguridad pú-
blica que la inestabilidad. El cambio permanente de modelo, cuando ni si-
quiera se dio tiempo al anterior para su pleno desarrollo, termina produ-
ciendo no sólo la disfuncionalidad del sistema, sino la desmoralización de
los diversos componentes del mismo, sometidos a una permanente incer-
tidumbre e indefinición en el tiempo111.
En definitiva, la seguridad pública y la policía de España tienen hoy
ante sí nuevos riesgos a los que las estructuras y los procedimientos actua-
les no siempre ofrecen respuestas adecuadas. La necesaria protección de
los derechos y libertades de los ciudadanos y la garantía de la seguridad
ciudadana, una de las más transcendentes obligaciones de todo Estado de-
mocrático y de derecho, obliga a realizar una reflexión sobre el sistema de
seguridad pública y de policía en España, reflexión que en última instancia
debe conducirnos a la formulación de un sistema de seguridad más próxi-
mo al ciudadano, más flexible, más eficiente y sobre todo, conocida nues-
tra peculiar distribución administrativa de la seguridad pública territorial,
acorde con el bloque de la constitucionalidad que lo diseña112.

111
La seguridad pública territorial en España está replanteándose con la asunción de
competencias en la materia por las Comunidades Autónomas, muchas de estas en sus Es-
tatutos primeros no la contemplaron y ahora, aprovechando su reforma, la contemplan
como una más de sus competencias. Además, están también replanteándose las competen-
cias en materia de seguridad pública que vienen desempeñando los Ayuntamientos. Una y
otra Administración a través de las Policías correspondientes, Autonómicas y Locales.
112
Ante la pregunta: En su opinión ¿ que cosas debería mejorar o cambiar la poli-
cía para dar un mejor servicio a los ciudadanos? formulada dentro del Barómetro del
CIS, el día 16 de diciembre de 2005, en relación con la valoración de la Policía, la res-
puesta con el porcentaje mayor del 23,3 % fue: “Aumentar la presencia policial en la
calle. Patrullas de barrio, policía de proximidad y patrullas nocturnas”.
En esta misma encuesta y en tercer lugar y con un porcentaje del 13% se señala
que “ mayor cercanía con la población, mejor trato y mas igualitario, mejores maneras
y menos prepotencia”. En www.cis.es/opencms/ES/1_encuestas/estudios/ (con-
sulta efectuada el 20 de agosto de 2006).
272 José Escalante Castarroyo

1.1. Necesidad de la reforma: Razones y principios

Todas las instituciones acaban, pronto o tarde, reguladas por las leyes
y la policía mucho mas por ser una institución de derecho público. Sin em-
bargo también la vida de las leyes es limitada. Una ley es la institucionali-
zación de una realidad social, es decir, un proyecto para congelar la vida
en el momento de su elaboración. La ley establece el estado de las cosas y
dicta las reglas para organizarlas de una determinada manera. La evolu-
ción constante de la vida sobrepasa las leyes, las deja obsoletas y obliga a
una nueva creación legislativa. De manera que podemos señalar que la
fortuna y acierto de una ley reside en su anticipación al tiempo, en su posi-
bilidad para mantenerse en vigor muchos años, en definitiva, la perviven-
cia de las leyes no reside en su capacidad para congelar la realidad en que
nacieron sino en adaptarse a la evolución de las realidades sociales.
Decimos esto, porque la Constitución Española de 1978 estableció
para España un sistema de seguridad y de policía que venimos denomi-
nando tridimensionales y que se materializó en la vetusta LOFyCS. Por
un lado, sitúa la responsabilidad última de la garantía de los derechos y
libertades de los ciudadanos y de la seguridad ciudadana en el Gobierno
de la Nación113. Por otro, posibilita a las Comunidades Autónomas la
creación de cuerpos de policía propios y asigna a dichas Administracio-
nes determinadas competencias en materia de seguridad pública114. Fi-
nalmente, hace una referencia explícita a la existencia de policías locales,
dando con ello amparo constitucional a la existencia de dichos cuerpos
de seguridad en las Administraciones Locales115. Este diseño constitucio-
nal presenta sin embargo diversas asimetrías. Así, reconoce en primer
lugar determinados derechos históricos que implican, para determina-
das Comunidades Autónomas, la asunción de niveles competenciales en
materia de seguridad pública más elevados116, e igualmente introdujo di-

113
Así se determina por el art. 104.1 de la C.E. de 1978: “Las fuerzas y cuerpos de
seguridad, bajo la dependencia del Gobierno, tendrán como misión proteger el libre
ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana”.
114
Idem, art. 149.1.29: “El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes
materias: Seguridad pública, sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por
las Comunidades Autónomas... ”.
115
Idem, art.148.1.22 : “ ... La coordinación y demás facultades en relación con las
Policías Locales ...”.
116
“La Constitución ampara y respeta los derechos históricos de los territorios fo-
rales ( Álava, Guipúzcoa y Vizcaya). La actualización general de dicho régimen se lle-
vará a cabo, en su caso, en el marco de la Constitución y de los Estatutos de Autono-
mía”, conforme dispone la Disp. Adicional 1ª. de la C.E. de 1978. Derechos históricos que
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 273

ferentes velocidades en la asunción de las competencias de seguridad


pública para otras Comunidades Autónomas117.
Conforme a este diseño de derecho nos encontramos actualmente
con una situación de hecho. Por un lado, el Estado mantiene dos fuer-
zas y cuerpos de seguridad diferenciados: Cuerpo Nacional de Policía,
de naturaleza civil ejercitando sus funciones en las capitales de provin-
cia y los núcleos urbanos y con población superior a 20.000 habitantes y
la Guardia Civil, de naturaleza militar y con despliegue en el resto del
territorio nacional y su mar territorial y funcionalmente en los núcleos
menores de aquel número de habitantes y zonas rurales. Ambos Cuer-
pos resultan sumamente potentes y voluminosos y con funciones en
todo el territorio nacional.
En segundo lugar, nos encontramos con tres Comunidades Au-
tónomas, País Vasco, Cataluña y Navarra, que en la actualidad dis-
ponen de cuerpos de policía propios en diferentes estados de desa-
rrollo y funciones. En las dos primeras Comunidades, dichos
Cuerpos tienen vocación, o son ya de hecho, policías integrales de se-
guridad pública, reservando en sus territorios a las Fuerzas y Cuer-
pos de Seguridad del Estado sólo determinadas competencias extra o
supra comunitarias.
Este panorama policial autonómico actual se completa con la exis-
tencia de varias reducidas Unidades del Cuerpo Nacional de Policía,
adscritas como Policía Autonómica a las Comunidades de Galicia, An-
dalucía, Comunidad Valenciana, Aragón ... Comunidades que estatu-

116

en materia se seguridad pública han sido invocados, excepcionando lo dispuesto en la


LOFyCS y siendo de aplicación el artículo 17 del Estatuto de Autonomía del País Vasco
en materia de régimen de la Policía Autónoma...” según la Disp. final 1ª. de la LOFyCS.
Por lo que respecta a Cataluña, si bien la Constitución de 1978 no hace referencia
expresa a los derechos históricos en materia de seguridad pública, la Disp. final 2ª. de
la LOFyCS le reconoce que “la policía autónoma ... se rige por su Estatuto de Autono-
mía ... teniendo la presente Ley carácter supletorio”.
Una tercera Comunidad Autónoma, igualmente amparada por los derechos his-
tóricos forales como el País Vasco es Navarra que, de conformidad con la Disp. final 3ª.
de la LOFyCS dispone: “ la policía foral se regirá por la Ley Orgánica 1371982, de 10
de agosto, de Reintegración y Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra ... de la
que la presente Ley tendrá carácter supletorio”.
117
Nos estamos refiriendo a las Comunidades Autónomas que accedieron a la auto-
nomía por la vía del art. 143 de la C.E. de 1978 y asumieron en sus primeros Estatutos de
Autonomía las competencias del art. 148 de la misma. Por el contrario las Comunidades
que accedieron a la autonomía por la vía del art. 151 sus Estatutos no tuvieron la limitación
de 5 años para ampliar sus competencias con las del art. 149 de la misma Constitución.
274 José Escalante Castarroyo

tariamente disponen también de la posibilidad de crear policía autonó-


mica.
Finalmente, encontramos también un elevado y creciente número
de Cuerpos de Policía Local, repartidos por toda la geografía española,
especialmente importantes en las ciudades y grandes núcleos urbanos,
cuyas competencias en materia de seguridad pública, si bien limitadas
por la LOFyCS, no es menos cierto que vienen desempeñando de hecho
muchas competencias pertenecientes a los Cuerpos de Seguridad del
Estado y de las Policías Autonómicas donde estas aún no existen.
Este sistema de seguridad pública y de policía territorial descrito,
aún no está completado en la actualidad, porque existen pretensiones
de ser asumido por otras Comunidades Autónomas118, a pesar de ello y
además de ser tridimensional, complejo y asimétrico, es razonable-
mente eficaz pues los ciudadanos disfrutan en España de sus derechos
y libertades con plena normalidad democrática, el número de delitos
cometidos por habitante está entre los más bajos de la Unión Europea y
el grado de esclarecimiento de aquellos que llegan a cometerse está
también por encima de la media comunitaria119.
Además es obligado señalar en su favor que las diferentes fuerzas y
cuerpos de seguridad en España se encuentran plenamente integradas
en el orden constitucional vigente, que la valoración que reciben de la
opinión pública es positiva, encontrándose entre las instituciones públi-
cas más valoradas por los ciudadanos y que su organización, métodos y
actuaciones resultan homologables a las del resto de las democracias de
nuestro entorno europeo120. Sin embargo, junto a estos elementos positi-
vos de eficacia, reconocimiento social y legitimidad democrática, encon-
tramos una serie de razones que nos obligan a plantear la necesidad de

118
Las Comunidades Autónomas de las Islas Baleares, Aragón, Castilla y León lo
han previsto en las reformas estatutarias aprobadas durante 2007.
119
Según el propio Ministerio del Interior, www.mir.es/DGRIS/Cronología/2006/01,
(consulta efectuada el día 21 de Agosto de 2006), “los datos de criminalidad durante el
pasado año 2005 presentan una evolución positiva, que sitúa a España con una de las
Tasas de criminalidad ( infracciones por cada mil habitantes) mas bajas de toda la
Unión Europea: 49,5 frente a las 70 de la media europea. Además, en 2005 se consolidó
la tendencia descendente del número total de delitos que cayeron un 1,6%, según el
Balance sobre criminalidad y delincuencia en 2005”.
120
Según el CIS ( Centro de Investigaciones Sociológicas), Barómetro del mes de diciem-
bre de 2005, número de estudio 2.630, en www.cis.es/openncms/ ES/1_encuestas/estudios
(consulta efectuada el 21 de agosto de 2006), a la pregunta: ¿Qué valoración le daría al servicio
de los diferentes cuerpos policiales en una escala de 0 a 10? Las respuestas fueron: Policía Lo-
cal 5,78; Policía Autonómica 6,05; Guardia Civil 6,48 y Cuerpo Nacional de Policía 6,51.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 275

reformar el sistema de seguridad pública y modelo de policía de nuestro


país. Entre estas razones destacamos las siguientes:
a) La necesidad de adaptar el sistema de seguridad pública tridi-
mensional a los nuevos retos que afronta la seguridad ciudada-
na en nuestro país. Entre estos nuevos retos podemos mencio-
nar la criminalidad organizada, la inmigración y las crecientes
demandas ciudadanas en lo que se refiere a sus niveles de pro-
tección social policial, no en vano es también la Constitución Es-
pañola la que define nuestro país como un estado social121.
b) La conveniencia de lograr una mejor coordinación entre las
distintas Administraciones y las competencias propias en ma-
teria de seguridad pública y entre las propias FyCS, con el ob-
jetivo común de proporcionar una mayor seguridad ciudada-
na y una más eficaz protección en el ejercicio de los derechos y
libertades a los ciudadanos.
c) La exigencia de mejorar la eficiencia del sistema de seguridad
pública territorial, evitando la solapación y duplicación de
funciones y tareas, aprovechando en mayor medida las poten-
cialidades y los recursos de los diferentes FyCS, con el objetivo
de reducir los costes globales de la seguridad pública y cuando
estos no son posibles, aumentar su eficiencia.
d) El desarrollo progresivo de un espacio común de justicia, li-
bertad y seguridad en el seno de la Unión Europea, obliga en
España a una adaptación de nuestro sistema nacional de segu-
ridad pública a las nuevas estructuras de cooperación comuni-
taria en materia de seguridad.
e) Aprovechar la oportunidad que ofrece el desarrollo del bloque
de la constitucionalidad122, en materia de seguridad pública y
121
Ídem, CIS, a la pregunta: ¿ Cuales son, a su juicio, los tres problemas principa-
les que existen actualmente? Entre las primeras respuestas están el paro 48,9 %, la in-
migración 29,4 %, el terrorismo 27,9 % y la inseguridad ciudadana 22,6 %.
122
En palabras de Manuel Jiménez de Parga, en Aula de cultura de ABC - Las Autono-
mías y el Estado, 21 de Enero de 2003, el bloque de la constitucionalidad incluye “ un conjun-
to de Constitución, Estatutos de Autonomía, Leyes complementarias, etc. pero es la Consti-
tución la que está en la base, dando fundamento y razón de ser al resto del ordenamiento, y
que los Estatutos derivan de ella. El poder originario en España está en la Constitución Es-
pañola en 1978 y hoy corresponde a la nación española, el poder derivado corresponde a
las Comunidades Autónomas. Hay un bloque de constitucionalidad por el cual podemos
acercarnos a los problemas para resolverlos, pero siempre sabiendo que en dicho bloque es
la Constitución la norma fundamental y en la que basa el resto del ordenamiento.”
276 José Escalante Castarroyo

de policía, para mejorar el sistema en el contexto del principio


de la subsidiaridad123, también para los servicios de seguridad
pública más próximos y con inmediatez territorial en la res-
puesta.
Este conjunto de razones nos reafirma en la necesidad y la conve-
niencia de plantear una reforma del sistema de seguridad pública terri-
torial que, partiendo de los niveles de eficacia y legitimidad alcanzados
estos años de desarrollo constitucional, permita mejorar desde la reali-
dad tridimensional y en el contexto del bloque de la constitucionalidad
planteado, una serie de principios básicos sobre los que debe asentarse
un reformado sistema de seguridad pública y modelo de policía.
Estos principios básicos serían los siguientes:
1. Un sistema democrático: El sistema debe profundizar en una
concepción democrática de la seguridad pública y la policía.
Esta profundización va más allá del riguroso respeto, en todas
las actuaciones de los componentes de las fuerzas y cuerpos
de seguridad, de los principios democráticos, los derechos
humanos y la legislación vigente. La democratización del sis-
tema de seguridad debe implicar también la construcción de
un sistema de seguridad pública más transparente, más
próximo al ciudadano y más participativo. El ciudadano debe
ejercer, a través de los necesarios canales de representación,
un mayor control democrático de las fuerzas y cuerpos de se-
guridad. Esto exige fundamentalmente el establecimiento de
una responsabilidad política respecto de la seguridad pública
más directa y cercana a los ciudadanos. Por su parte, las fuer-
zas y cuerpos de seguridad deben ser más abiertas y próxi-
mas, estableciendo mecanismos adecuados de comunicación
y participación de la sociedad en la gestión de la seguridad
pública.
123
El principio de subsidiaridad tiene su origen en el art. 3 b) del Tratado de la
Unión Europea y tiene por objeto, en este ámbito, garantizar la toma de decisión lo
mas cerca posible del ciudadano. La acción que debe emprenderse a escala comunita-
ria se justifica en relación con las posibilidades que ofrece el nivel nacional, regional o
local. El citado artículo señala: “La Comunidad actuará dentro de los límites de las
competencias que le atribuye el presente Tratado y de los objetivos que le asigna. En
los ámbitos que no sean de su competencia exclusiva, la Comunidad intervendrá, con-
forme al principio de subsidiariedad, solo en la medida en que los objetivos de la ac-
ción pretendida no puedan ser alcanzados de manera suficiente por los Estados miem-
bros ...”.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 277

2. Un sistema descentralizado: La Constitución reconoce la concu-


rrencia de todas las Administraciones Públicas en el manteni-
miento de la seguridad publica. Esta concurrencia se traduce
consecuentemente en una pluralidad de fuerzas y cuerpos de
seguridad de aquellas Administraciones dependientes. El
principio centralista que ha presidido tradicionalmente el sis-
tema de seguridad pública y policía en España, hasta la pro-
mulgación de la Constitución Española de 1978, debe adaptar-
se, por imperativo de la propia Constitución y el bloque de la
constitucionalidad, al principio de descentralización territo-
rial con la participación de todas aquellas, Administraciones y
FyCS, en la prestación de los servicios de seguridad pública,
que no de la competencia exclusiva sobre esta, que como vi-
mos anteriormente es exclusiva del Estado124. Esta necesaria
adaptación de nuestro sistema de seguridad pública a un siste-
ma político descentralizado en forma tridimensional, debe re-
dundar además en una mayor aproximación de la seguridad
pública a los ciudadanos y en una mayor eficacia de las fuerzas
y cuerpos de seguridad, haciendo posible con ello el principio
de subsidiariedad, también en materia de seguridad pública.
3. Un sistema integral: La pluralidad de participantes en el mante-
nimiento de la seguridad pública y su ejercicio por las distintas
Administraciones Públicas a través de las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad no debe traducirse en un fraccionamiento del
sistema de seguridad pública. Por el contrario, el sistema debe
pretender ser integral, cohesionado y coordinado de forma efi-
caz entre todos los llamados a integrarle. Esta necesaria inte-
gración tiene varias razones. En primer lugar, la Constitución
otorga al Estado la responsabilidad última de la seguridad pú-
blica. En segundo término, los niveles de prestación de la se-
guridad pública deben ser necesariamente homogéneos en el
conjunto del territorio nacional. En tercer lugar, existen razo-
nes de eficacia, dado que los riesgos a los que se enfrenta hoy la
seguridad ciudadana exigen necesariamente principios bási-
cos de gestión y actuación conjunta e integral. Finalmente, hay
también razones de eficiencia. Así, la creciente necesidad de
especialización en materia de seguridad ciudadana exige un
ámbito de actuación mayor que el de un municipio o incluso
124
Art. 149.29 de la C.E. de 1978.
278 José Escalante Castarroyo

de una Comunidad Autónoma. Todo ello precisa de una ade-


cuada coordinación, tanto de las políticas de seguridad públi-
ca, como la integración en aquella de los diferentes participes,
Administraciones Públicas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
que juntos conforman un sistema plural y descentralizado y
por ello necesitado de cohesión, coordinación y colaboración
recíprocas.
4. Un sistema de cooperación y coordinación recíprocas: El sistema de
seguridad pública en España debe tener como principio fun-
damental la suma de recursos públicos. La aplicación práctica
de este principio exige, en primer lugar, una distribución clara
de competencias administrativas y funciones policiales en ma-
teria de seguridad ciudadana que evite solapamientos, dupli-
cidades y fricciones innecesarias entre los diferentes partici-
pes. Esta suma implica también la necesidad de diseñar
mecanismos de colaboración y coordinación operativos ágiles
y eficaces entre las diferentes FyCS en la realización de las
competencias administrativas y funciones que cada cual tiene
asignadas tanto como propias, compartidas o en colabora-
ción.125 Por último, los principios de cooperación y coordina-
ción llevan consigo la creación, no solo en el papel, del desa-
rrollo de mecanismos políticos y órganos operativos entre las
diferentes Administraciones Públicas y las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad de ellas dependientes que posibiliten la genera-
ción y aplicación de políticas nacionales y también territoriales
( locales y autonómicas) de seguridad ciudadana.
5. Un sistema eficiente: El modelo de policía en España debe respon-
der, por último, a un criterio de economía. El modelo actual, aun
manteniendo unos niveles aceptables de eficacia, resulta costo-
so en relación con los servicios que presta. Esta realidad nos
hace reflexionar sobre la necesidad de aprovechar más intensa-
mente las potencialidades de las diferentes Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad existentes. Exige también una revisión de la políti-
ca de recursos humanos y técnicos, tanto en lo que se refiere a
los números globales, como a la distribución geográfica de ellos,
las funciones propias, compartidas y en colaboración y la nece-
saria formación profesional homogénea de todos ellos. Por últi-
125
El principio de coordinación administrativa viene previsto en el art. 4 de la LR-
JPAC, modificada por Ley 4/1999, de 13 de enero.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 279

mo, este principio económico exige una mayor coordinación de


las políticas públicas de forma que puedan aprovecharse las po-
tenciales sinergias operativas y economías de escala y se haga
realidad que la Administración Pública sirve a los intereses ge-
nerales y actúa, como señala la Constitución Española, de acuer-
do con los “principios de eficacia, jerarquía, descentralización,
desconcentración y coordinación”126.
6. Un sistema funcional delimitado: La concurrencia y participación de
las diversas Administraciones Públicas en la gestión y manteni-
miento de la seguridad ciudadana exige, previamente a cualquier
reforma del modelo, una delimitación legal precisa de las compe-
tencias y responsabilidades de cada una de las Administraciones
y de cada uno de las FyCS. Una distribución racional y precisa,
ajustada al sistema de seguridad pública que establece la Consti-
tución Española comprendido en el denominado bloque de la
constitucionalidad. Para lograr esa delimitación funcional legal
es preciso, transcurridos estos veintidós años desde la promulga-
ción de la LOFyCS, Ley que diseñó por imperativo constitucional
el modelo de policía tanto territorial como del régimen jurídico de
las FyCS en su conjunto, reformar en profundidad dicha Ley Or-
gánica, contemplando la realidad actual de la seguridad pública
en España y su previsible evolución y desarrollo dentro de blo-
que de la constitucionalidad que venimos invocando.
Para ello concluimos que, además de armonizar la normativa estatu-
taria de las Policías Locales de España, que vemos en el siguiente aparta-
do, es preciso una modificación en profundidad de la vigente LOFyCS en
el contexto de las razones y principios básicos antes expuestos, que haga
realidad el terreno de encuentro, para la seguridad ciudadana, de todas
las Administraciones, en un modelo de policía integrado y armonizado.

1.2. Alcance de la reforma de la LO de FyCS

Cuanto hasta aquí hemos expuesto, al respecto de la necesidad de


reformar el actual sistema de seguridad pública y modelo de policía,
queremos delimitarlo en el contexto de la LOFyCS. Ley a la que remitía
la Constitución Española de 1978 y que en su preámbulo ya señalaba:
“El objeto de la Ley se centra en el diseño de las líneas maestras del ré-
gimen jurídico de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en su conjunto,
126
Art. 103.1. de la C.E. de 1978.
280 José Escalante Castarroyo

tanto de las dependientes del Gobierno de la Nación, como de las Poli-


cías Autonómicas y Locales, estableciendo los principios básicos de ac-
tuación comunes a todos ellos y fijando sus criterios estatutarios funda-
mentales”. Son precisamente estas líneas maestras del régimen jurídico
las que hoy están superadas por el tiempo transcurrido desde su pro-
mulgación en los inicios del año 1986, las que precisan de una profunda
reforma, que contemple la realidad actual territorial y sobre todo las
experiencias que estos años de desarrollo del bloque de la constitucio-
nalidad nos han deparado.
La Ley, que fue tardía en su promulgación y compleja en su conte-
nido, iniciaba entones una difícil reforma en el seno de los propios
Cuerpos de Seguridad del Estado, unificando en un solo cuerpo, el
Cuerpo Nacional de Policía, a los Cuerpos Superior de Policía y de Po-
licía Nacional127, decisión nada fácil entonces y de difícil encaje, por
cuanto uno de ellos era de carácter civil y el otro de carácter militar.
La Ley también nacía con la necesidad de plasmar, aunque llegaba
tarde en algunos casos, una realidad territorial nueva, cual eran las Co-
munidades Autónomas y la posibilidad de que estas dispusieran de
Cuerpos de Policía propios. De ahí que la propia Ley excepcione de su
aplicación en unos casos, tenga carácter supletorio en otros o en los me-
nos, remita al Estatuto de Autonomía de las Comunidades que a su
promulgación disponían de Policía Autonómica128.
A pesar de su tardanza, la Ley contempló la posibilidad de que
otras Comunidades Autónomas dispusieran en sus Estatutos de la po-
sibilidad de crear cuerpos de policía propios, diferenciándolas de las
que ya disponían de policía propia a su entrada en vigor, pues poco po-
día hacer sino respetar las situaciones creadas y mantener su actual ré-
gimen de competencias. A las futuras Policías Autonómicas que se
crearan las limitó el marco competencial funcional significativamente
respecto de las entonces existentes129. De ahí que en estos años ninguna
127
Disposición Transitoria 1ª. de la LOFyCS.
128
Las disposiciones finales 1ª, 2ª, y 3ª de la LOFyCS. se refieren a las Policías Au-
tónomas del País Vasco, Cataluña y Navarra.
129
Hay una significativa diferencia entre las Policías Autonómicas del País Vasco y
Cataluña, porque sus Gobiernos disponen de competencias en materia de seguridad
ciudadana y son consideradas como una policía integral. Las posibles nuevas Policías
Autonómicas que se creen por otras Comunidades Autónomas tendrán su campo com-
petencial delimitado por la vigente LOFyCS, en principio sin seguridad ciudadana.
Esta diferencia fue originada por la existencia previa de aquellas policías cuando
la LOFyCS se promulgó y reconoció situaciones previas ya creadas.
Véase para ello el vigente art. 38 de la LOFyCS y los tres apartados que lo componen.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 281

otra Comunidad Autónoma haya creado cuerpo de Policía Autonómi-


ca propio, a pesar de disponer estatutariamente de tal posibilidad130.
Fijados el mapa policial nacional y autonómico, la Ley reconocía el
tradicional marco competencial de los Municipios en materia de segu-
ridad, resolviéndolo de una manera poco efectiva, y me atrevo a decir
que cicatera, visto desde la perspectiva actual, ya que serán precisa-
mente las policías dependientes de las Corporaciones Locales las que
en adelante se consolidarán en un sistema de seguridad que nacía tridi-
mensional pero que pretendía seguir siendo centralista.
No es de extrañar por tanto que, si para algunos la Ley fue lo que
era posible en aquellos momentos, para otros, ya intuíamos que su vi-
són era más la de conservar el status de unos Cuerpos Nacionales, que
la de descentralizar el sistema de seguridad pública y policía a simili-
tud de como se descentralizaba la administración territorial y política
del Estado, pues la Constitución Española de 1978 reconocía, previa-
mente a la ley, tanto la autonomía de las nacionalidades y regiones,
como también la autonomía de los municipios131.
De ahí que ahora, pasados tantos años, mantengamos que la Ley
precisa de reforma, ahora con más profundidad, dada la experiencia
que el tiempo transcurrido nos aporta y lo hagamos delimitando los as-
pectos que entendemos están más precisados de la misma. Para ello
emplearé la misma disposición del articulado de la Ley, señalando en
el mismo las modificaciones a efectuar.

1.2.1. Título III - De las policías de las Comunidades Autónomas

a) Los principios generales del Art. 37

Si bien la Constitución Española de 1978 reconoce que la seguridad


pública es competencia exclusiva del Estado, no es menos cierto que re-
conoce a las Comunidades Autónomas la posibilidad de creación de
policías132, procede que esa competencia en seguridad pública y policía
se refleje en la Ley y lo sea, no solo haciendo referencia al artículo
148.1.22 sino también al 149.1.29.
130
Son los Estatutos de Andalucía, Islas Canarias, Comunidad Valenciana y Gali-
cia y en 2007 los reformados de las Islas Baleares, Aragón y Castilla y León que dispo-
nen estatutariamente de tal posibilidad.
131
Art. 2 y 140 de la C.E. de 1978.
132
Idem, art. 149.1.29.
282 José Escalante Castarroyo

Para aquellas Comunidades Autónomas que, a pesar de poder dis-


poner de policía propia, no lo prevean sus Estatutos de Autonomía, no
es procedente limitar a éstas la firma de acuerdos de cooperación exclu-
sivamente con el Estado, pues el propio Tribunal Constitucional ha
sentenciado que aquellas Comunidades Autónomas pueden convenir
también con los Ayuntamientos133.

b) Las competencias de las Comunidades Autónomas


del art. 38

La experiencia nos señala que, los problemas de coordinación entre


los diferentes Cuerpos de Policía que desempeñan sus funciones en el
mismo territorio, se producen en la mayoría de las ocasiones por no es-
tar definidas con claridad las funciones propias de cada cuerpo y las
que deben ejercer en colaboración con los demás, si fuera más de uno,
cuando no por estar estas señaladas como de prestación simultánea,
como hace la Ley cuando determina las funciones que las Comunida-
des Autónomas podrán ejercer a través de sus cuerpos de policía.
Para mejorar en la coordinación y sobre todo en la eficacia policial
procede la delimitación funcional de las competencias que las Comunida-
des podrán ejercer a través de los cuerpos de policía propia, reordenán-
dose en dos únicos apartados. Uno, que relacione las funciones propias y
otro las funciones en colaboración, si bien en estas últimas aclarando a
cuál de los cuerpos de policía les son prioritarias las funciones de colabo-
ración y la previsión del requerimiento previo de dicha colaboración, a
formular a través de las autoridades correspondientes, no en la forma
como prevé la Ley que contempla desarrollar las funciones de colabora-
ción también por decisión propia o de prestación simultánea e indiferen-
ciada con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En esta situa-
ción el conflicto, la descoordinación y la ineficacia son previsibles.

c) La coordinación de las Policías Locales del art. 39

Entendemos, no solo por haber sido fallado por el Tribunal Constitucio-


nal, sino porque es una situación de hecho que se da en la mayoría de los
cuerpos de Policía Local, cual es el desarrollo de determinadas funciones co-
rrespondientes a la policía de la Comunidad Autónoma, donde esta no exis-
te, para que proceda contemplar como una más de las funciones de coordi-
133
STC 81/1993, de 8 de marzo.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 283

nación de las Comunidades Autónomas, fijar los criterios de organización y


de coordinación de los policías, organizados en unidades o secciones, que
desempeñen funciones policiales para la Comunidad Autónoma134.

d) El régimen estatutario de los funcionarios de policía del


art.40
La Constitución Española establece como competencia exclusiva
del Estado “las bases del régimen jurídico de las Administraciones Pú-
blicas y del régimen estatutario de los funcionarios”135.
Igualmente la Constitución Española al remitir a la LOFyCS enco-
mienda “determinar los estatutos de aquellos”136. Pero esta Ley fue par-
ca en ello, especialmente en lo que respecta a las Policías de las Comu-
nidades Autónomas y las Policías de las Corporaciones Locales, no así
en cambio respecto de las Policías del Estado. No es extraño por tanto
que encontremos diferencias estatutarias significativas entre Adminis-
traciones Públicas y dentro de cada una de ellas, Comunidades Autó-
nomas y Corporaciones Locales.
La LOFyCS no solo debe preverlo sino ser por imperativo constitu-
cional el estatuto básico de todas las FyCS.

e) El desempeño de las funciones policiales sin uniforme de


los art. 41 y 51.3

Sorprende a estas alturas que aún esté vigente un precepto que so-
mete a autorización el desempeño de las funciones policiales sin vestir
el uniforme reglamentario, tanto para las Policías de las Comunidades
Autónomas como para las de las Corporaciones Locales. A unos les
debe autorizar las Juntas de Seguridad y a otros el Gobernador Civil
respectivo, ahora Delegado del Gobierno. Parecería que unos y otros
cuerpos de seguridad precisan aún la tutela de otros cuerpos o Admi-
nistraciones “superiores”. Una mayoría de edad y probada profesiona-
lidad de estos cuerpos y sobre todo su eficacia funcional, hacen preciso
que “tutorizaciones” como esta desaparezcan de la Ley y si hubieran
de autorizarse que lo sean por el Consejero y Alcalde correspondientes
e informarse a las Juntas de Seguridad.
134
Ibidem, STC 81/1993, y previsión funcional, entre otras, en las Leyes de Coor-
dinación de Policías Locales de Andalucía y Castilla y León.
135
Art. 149.1.18 de la C.E. de 1978.
136
Art. 104.2 de la LOFyCS.
284 José Escalante Castarroyo

f) Los mandos de los cuerpos de policía de las Comunidades


Autónomas en el art. 43
La “tutorización” de los nuevos cuerpos de policía que nacían en
las Comunidades Autónomas debía garantizarse a través de la desig-
nación de los mandos de estas, que como establece la Ley deben proce-
der, exclusivamente, de entre jefes, oficiales y mandos de las fuerzas ar-
madas y cuerpos de seguridad del Estado, olvidándose que existen
otros cuerpos de seguridad, las Policías Locales, a las que no se les posi-
bilita el acceso, incluso se limita a un porcentaje el acceso a los propios
componentes de los cuerpos de Policía Autonómica para ser mandos
en el mismo cuerpo137. Igualmente se reserva el Ministerio del Interior
la homologación de la formación peculiar de estos mandos.
Quizás, en los inicios del Estado Autonómico el precepto no causó
oposición porque eran escasas las Policías Autonómicas creadas; en la
actualidad, consolidadas unas y en proceso de creación de otras, no pa-
rece que esta limitación vaya a ser tenida en cuenta, bien al contrario,
auguramos que el precepto es papel mojado e inaplicable en la actuali-
dad, máxime cuando la misma Ley abre la puerta para la promoción in-
terna sin fijar porcentaje concreto. Entendemos que el precepto choca
frontalmente con la autonomía propia de las Comunidades Autóno-
mas y el autogobierno de estas.

1.2.2. Título IV - De la colaboración y coordinación entre el Estado y las


Comunidades Autónomas

a) La colaboración y coordinación interpolicial de los art. 45 y 46

La cooperación y coordinación recíprocas entre los miembros de


las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se encuentra tipificado en las dis-
posiciones generales de la Ley y aplicables a todos ellos138; no obstante
137
A pesar de las limitaciones de la Ley y especialmente en Cataluña, miembros
de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como de las Policías Locales han
podido, sin otras limitaciones que demostrar el mérito y la capacidad profesional, for-
mar parte de los Cuerpos Autonómicos o viceversa de los Locales. En las restantes Po-
licías Autonómicas el intercambio es frecuente también. Lo que no es frecuente y des-
conocemos que exista un solo caso, es que los cuerpos Autonómicos y Locales pasen a
los Cuerpos del Estado. Quizás sea la “supremacía” histórica que a estos Cuerpos del
Estado se les viene inculcando la que impida reconocer “el mérito y capacidad profe-
sional” de las demás policías como a todos los funcionarios públicos se les exige por la
C.E.1978, para el acceso a la función pública.
138
Art. 3 de la LOFyCS.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 285

esta reciprocidad, por lo que respecta a las Comunidades Autónomas y


cuando estas no dispongan de medios para el ejercicio de las funciones
que en materia de seguridad contempla la Ley en el art. 38.1 y 2 , señala
que podrá recabar el auxilio de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado para ello. Una vez más, la Ley olvidó que también existen otros
cuerpos de seguridad, las Policías Locales, a las que también pueden
recabar el auxilio las Comunidades Autónomas. Precisamente son las
funciones tipificadas en el citado artículo, especialmente las del primer
apartado, las que algunas Comunidades Autónomas ejercen a través
de las Policías Locales, bien a través del correspondiente convenio o
por estas a propia iniciativa, ante la carencia en su ámbito territorial de
Policía Autonómica. Procede por tanto reconocer en la Ley lo que de
hecho se viene desarrollando.
Mención aparte merece reseñar la supremacía que, de unos cuer-
pos sobre otros, aparece en la Ley, ante la concurrencia de dos cuerpos
de seguridad en la prestación de un servicio o en la realización de una
actuación concreta, pretendiendo que sean los mandos de los Cuerpos
del Estado los que asuman la dirección de la operación, cuando lo pro-
cedente hubiera sido que, ante tal concurrencia de cuerpos o policías, la
asunción de la dirección y mando y ejecución en su caso, fuera del
cuerpo competente funcionalmente. Colaborar y coordinar en materia
de seguridad y policía supone superar primacías de unos sobre otros,
determinando procedimientos funcionales para ello.

b) Las Unidades del C.N.P. como Policía Autonómica del art. 47

Cuando la LOFyCS se promulgó es posible que no se pensara que


llegaría un día en el que todas las Comunidades Autónomas dispusie-
ran de cuerpo de policía propio, pero entonces esa posibilidad no exis-
tía y había que dar respuesta a las que entonces no disponían de dicho
cuerpo de policía, máxime cuando la propia Ley, a aquellas Comunida-
des Autónomas, las señalaba competencias en materia de seguridad
pública a ejercer a través de los cuerpos de policía propios, y lo hacía en
tres modalidades, con carácter de propias, en colaboración con las
FyCS del Estado y de prestación simultánea e indiferenciada con estas.
Para resolver la necesidad de disponer de cuerpo de policía que
desempeñara aquellas funciones en las Comunidades Autónomas que
no dispusieran de el, la Ley prevé que aquellas funciones puedan ser
desempeñadas por Unidades del CNP en funciones de Policía Autonó-
mica de la Comunidad Autónoma respectiva. Así lo acordaron con el
286 José Escalante Castarroyo

Ministerio del Interior algunas Comunidades y aún mantienen unida-


des de este cuerpo para dichas funciones139.
La asunción de competencias estatutarias en materia de seguridad
pública por las Comunidades Autónomas, especialmente derivadas de
la actividad competencial de la normativa administrativa, ha hecho ne-
cesario disponer de policía para que velara, no solo por su cumplimien-
to, garantizara la seguridad y funcionamiento de los entes instrumenta-
les, sino para disponer del uso de la coacción para que sus actos o
disposiciones fueran cumplidos. A estos fines pretendía dar respuesta la
Ley con las Unidades adscritas del CNP a las Comunidades Autónomas,
pero la realidad fue desde el principio por delante de la Ley, no parece
procedente que las Comunidades Autónomas, que mayoritariamente
han asumido funciones de coordinación en su territorio de las Policías
Locales, olviden a estos cuerpos de seguridad local precisamente cuando
les son necesarios para su propia funcionalidad y ejercicio competencial.
Pudiéramos hablar de fracaso o de errónea previsión de la Ley el
encomendar a un cuerpo de seguridad de ámbito nacional, que venía
formado para el orden público y la seguridad ciudadana y no para la
policía administrativa, dicha adscripción funcional. Una vez más en-
tendemos se olvidó la existencia de unos cuerpos de seguridad locales,
formados principalmente y desde sus orígenes, como policía adminis-
trativa, para que fuera a estos, o a ambos, a los que se les encomendara
cubrir el vacío de la inexistencia de Policía Autonómica propia. No fue
así y tuvo que ser el TC el que se lo reconociera140.
La Ley contempla en exclusiva y para el CNP la adscripción de uni-
dades a las Comunidades Autónomas y debe contemplar la posibili-
dad de que también sean las Policías Locales las que desempeñen las
funciones de Policía Autonómica para la Comunidad Autónoma. El
problema que habrá que superar, y lo deberá hacer también la Ley es el
ámbito territorial limitador de las Policías Locales, al menos en estas
funciones, que debe superar al actual marco municipal.

c) Los órganos de coordinación de los art. 48, 49, 50 y 54

Uno de los mayores problemas que no resolvió la Ley, aunque si lo


pretendió, ha sido la coordinación tanto interpolicial como interadmi-
139
Son las Comunidades Autónomas de Galicia (1990), Andalucía (1992), Comu-
nidad Valenciana (1992) y Aragón (2005) entre otras.
140
STC 81/1993, de 8 de marzo.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 287

nistrativa, ya que contempla la exclusividad de la seguridad pública y


del consiguiente carácter concurrente del ejercicio de la competencia
sobre la misma, reconociendo como terreno de encuentro de las esferas
de competencia de todas las Administraciones Públicas. En este terre-
no se encuentran varios colectivos policiales, que actúan en el mismo
territorio, con funciones similares y al menos parcialmente comunes, lo
que obliga a dotarles a unas y a otros de mecanismos orgánicos de coor-
dinación.
La Ley opta por establecer un “Consejo de Política de Seguridad”
de ámbito nacional limitando su composición al Estado y a las Comuni-
dades Autónomas sin dar participación alguna a las Corporaciones Lo-
cales. Entendemos que este debe ser, no solo de seguridad pública, sino
también de policía y admitir en su seno a representantes de las Corpo-
raciones Locales a través de la FEMP donde estas encuentran su repre-
sentación.
Acertadamente la Ley contempla que dentro del Consejo de Políti-
ca de Seguridad funcionará un comité de expertos, si bien olvida que
en este también, además de contar con representantes del Estado y las
Comunidades Autónomas, debe dar cabida a la tercera Administra-
ción Pública con competencias en materia de seguridad y con policía
propia, las Corporaciones Locales.
Consideración aparte merecen, tanto las competencias del Consejo
de Política de Seguridad, como la misión del Comité de Expertos; de-
fendemos que en ambos tienen que estar representadas las Corporacio-
nes Locales y deben de plantearse, desde esta incorporación, tanto en
uno como en otros, aspectos que afectan a esta esfera administrativa de
seguridad pública y de policía.
Partiendo de aquella indivisibilidad y concurrencia de los tres
ámbitos administrativos y de los tres tipos de policía territorial en
materia de seguridad pública, entendemos procedente que también
en los otros dos ámbitos, las Comunidades Autónomas y las Corpo-
raciones Locales, venga establecida la obligatoriedad de la constitu-
ción de Juntas de Seguridad tanto autonómicas como locales, dotan-
do a las mismas de competencias y reglamentación específicas para
su funcionamiento, planteándose en su seno el desarrollo de políti-
cas autonómicas y locales en materia de seguridad, así como servir
de órgano de coordinación y cooperación recíprocos entre los dife-
rentes cuerpos de policía competentes funcionalmente en un mismo
territorio.
288 José Escalante Castarroyo

1.2.3. Título V - De las Policías Locales

a) La creación por los municipios de Cuerpos de Policía Local


y sus Auxiliares del art.51

Ya señalamos que, la asignatura no superada por Ley ha sido, por


una parte la falta de concreción de la participación de las Administra-
ciones Locales en materia de seguridad ciudadana y por otra la de los
cuerpos de seguridad de estas dependientes en dicha materia. De ahí
que esta asignatura pendiente pretendamos superarla con la modifica-
ción de aquellos aspectos que están relacionados con ambas. Sin olvi-
dar que algunos ya han sido planteados en anteriores apartados.
Comenzamos con uno de los más importantes, la propia limitación
a la existencia de los cuerpos de policía local. Entendemos que no pue-
de permitirse en adelante que los cuerpos de policía local puedan ser
creados por las Administraciones Locales sin unas mínimas condicio-
nes que garanticen el desempeño de las funciones de seguridad que la
misma ley les asigna. Nos estamos refiriendo a su composición numéri-
ca, la prestación del servicio permanente y la disponibilidad de los me-
dios suficientes para ello, entre otras. No procede la existencia de cuer-
pos de seguridad locales en los que el cuerpo resulta ser único en
efectivos o las funciones no se pueden desempeñar por la falta de los
medios mínimos y elementales141.
Proceden y están justificadas, por motivos de eficacia en materia de
seguridad pública local, las limitaciones que planteamos al respecto de
un requisito poblacional mínimo y obligatorio, pero también a esas li-
mitaciones deben aportarse soluciones, así entendemos que en los mu-
nicipios donde no pueda disponerse de cuerpo de seguridad local pro-
pio, deben establecerse otro tipo de cuerpos de funcionarios, que sin
ser policías, puedan desempeñar algunas de las funciones que son tan-
to competencias municipales como funcionales de los policías locales.
Nos estamos refiriendo especialmente a las competencias municipales
141
Limitaciones que podemos poner como ejemplo son las que dispone el art. 6 de
la Ley 9/2003 de Coordinación de Policías Locales de Castilla y León, estableciendo
que “ los municipios que decidan crear Cuerpo de Policía Local, con independencia de
otras limitaciones legales, deberán cumplir las siguientes condiciones mínimas:
a) Contar con una plantilla de un Subinspector, un Oficial y cinco Agentes.
b) Cubrir el servicio de forma permanente.
c) Disponer de dependencias específicas y adecuadas a sus funciones, de medios
técnicos idóneos y suficiente dotación presupuestaria”.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 289

y funciones de los cuerpos de policía local relacionadas con la policía


administrativa y la seguridad vial, entendiendo que estas no requieren
la creación de un cuerpo de seguridad local propiamente como preten-
demos sean los Cuerpos de Policía Loca.
El límite poblacional vigente de 5.000 habitantes mínimo para la
creación de los cuerpos de policía local no ha sido escogido al azar,
pues ya la TRRL lo establece como punto de partida142, lo que ha suce-
dido en estos años ha sido que, ante la carencia de las normas estatuta-
rias que prevé la LRBRL, algunas Comunidades Autónomas, ante la
ausencia de texto estatutario y basadas en la competencia coordinado-
ra sobre las Policías Locales, han reducido aquel mínimo poblacional
autorizando la creación de Cuerpos de Policía Local partiendo de po-
blación inferior a la señalada.
Nuestra opinión de modificación legal va más allá de ese mínimo
poblacional de 5.000 habitantes que posibilita su creación, obligando a
su creación solo a partir de los 10.000 habitantes, lo que justificamos en
aras de esa eficacia en la prestación de un servicio de Policía Local de
calidad.
Esta limitación poblacional no pretende dejar desasistidos a los
municipios con población inferior a 10.000 habitantes o a aquellos que
disponiendo de la posibilidad poblacional no creen cuerpo de policía
local, mas al contrario, señalamos una solución acorde con las necesi-
dades de esos municipios que no puedan contar con cuerpo de policía
local o no pretendan crearlo, la posibilidad de disponer de otro cuerpo
de funcionarios, que no sería de seguridad sino auxiliar y al que le asig-
namos funciones concretas, policía administrativa y vial, que entende-
mos son las que se precisan ejercer y también prestar por los munici-
pios con población inferior a las señaladas143.

142
Dicho TRRL dispone en la Disposición Transitoria 4ª. que “ en tanto no se
aprueben las normas estatutarias de los Cuerpos de Policía Local, de acuerdo con lo
dispuesto en la LRBRL serán de aplicación las siguientes normas: La Policía Local solo
existirá en los municipios con población superior a 5.000 habitantes, salvo que el Mi-
nisterio de Administración Territorial (hoy Ministerio para las Administraciones Pú-
blicas) autorice su creación en los de censo inferior.”
143
Es plausible la regulación que al respecto efectúa la Ley 16/1991, de 10 de
julio, de Policías Locales de Cataluña al respecto de la creación de los Cuerpos de
Policía Local y la solución que da a aquellos municipios que no los creen, fijando
los 10.000 habitantes como punto de partida para la creación de cuerpos de policía
local. En municipios menores se requiere la autorización del Consejero de Gober-
nación.
290 José Escalante Castarroyo

b) Las funciones de los cuerpos de Policía Local del art.53

Enlazando con la anterior pretensión, fácil es deducir que a la hora


de determinar las funciones a ejercer por los Cuerpos de Policía Local
replanteemos el articulado de la Ley y lo adaptemos a la realidad en la
que se encuentran estos cuerpos y sobre todo la que se pretende de
ellos en el contexto actual, insertos en una seguridad pública tridimen-
sional administrativa, territorial y de policía.
Así, siguiendo la pretensión de evitar la descoordinación o el sola-
pamiento en el desarrollo de las funciones de seguridad, cuando no el
conflicto competencial positivo o negativo por la coincidencia de varias
policías en un mismo territorio, pretendemos para los Cuerpos de Poli-
cía Local y por deducción para las Corporaciones Locales que les creen,
unas funciones propias que deben desempeñar en su ámbito territorial
de actuación. Contemplando en la relación de funciones las que vienen
desempeñando hasta la fecha y aquellas, que si bien de hecho también
las ejercen, la Ley no las especificaba como propias, son las de policía
judicial en materia de seguridad vial, policía de proximidad y comuni-
taria o de asistencia a los ciudadanos, que sin duda son también pro-
pias de las Policías Locales.
Entendido que es importante delimitar las funciones propias,
también lo es las que se pretenden desarrollar en colaboración con las
otras fuerzas y cuerpos de seguridad, ya sean con las del Estado o con
las Policías Autónomas en caso de existir estas en el mismo territorio.
Las funciones que en colaboración con estos Cuerpos pretendemos y
que son fuente de conflicto con frecuencia, son las de seguridad ciu-
dadana y policía judicial que, si bien en la actualidad ya son objeto de
desempeño por algunos cuerpos de policía local a través de conve-
nio144, no es menos cierto que este desempeño no viene concretada
por la Ley145.
La delimitación de las funciones propias de los cuerpos de Policía
Local y en colaboración con otros cuerpos de seguridad, no debe cerrar
el abanico de posibilidades funcionales, abierto estos años, para los
144
Convenio marco de colaboración suscrito entre el Ministerio del Interior y la
FEMP en materia policial, Madrid 25 de Noviembre de 1996.
145
La LOFyCS fija en el art. 11 apdo. 1 y 2 la distribución territorial de las compe-
tencias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, correspondiendo al CNP
las capitales de provincia y los términos municipales y núcleos urbanos que el Gobier-
no determine. A la Guardia Civil el resto del territorio nacional y su mar territorial,
siendo misión de aquellos “ mantener y restablecer en su caso el orden y la seguridad
ciudadana e investigar los delitos ...”.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 291

cuerpos locales. En la actualidad se ha producido una situación de he-


cho y en algunos casos de derecho, confiando el desempeño por las po-
licías locales de las funciones que las Comunidades Autónomas po-
drán ejercer a través de sus cuerpos de policía146, funciones que
venimos señalando como funciones de la Policía Local como Policía
Autonómica.
Otra de las ausencias no previstas por la Ley y que es una posibili-
dad en evolución, siempre manteniendo como norte aquella preten-
sión de eficacia y mejora de los servicios de seguridad pública para
los ciudadanos, es la posibilidad de establecer, ante determinadas ne-
cesidades, servicios unificados y de gestión conjunta entre las dife-
rentes fuerzas y cuerpos de seguridad. Servicios que no son fáciles de
prestar y menos de dirigir técnicamente, que deben venir planteados
por el titular de la competencia y ser objeto de tratamiento previo en
las correspondientes Juntas de Seguridad y, si procede, del convenio
administrativo correspondiente. No cabe duda de que la prestación
de estos servicios conjuntos representan ante los ciudadanos la plas-
mación de que la Administración Pública, cualquiera de ellas, sirve
con objetividad los intereses generales y de acuerdo con los princi-
pios de eficacia, jerarquía y coordinación que establece la Constitu-
ción Española147.

c) El ámbito funcional de los Cuerpos de Policía Local del art. 51

Delimitado restrictivamente por la Ley y confirmado por el TC148,


los cuerpos de Policía Local vienen desempeñando sus funciones en el
ámbito territorial del municipio respectivo. Esto que se entendió proce-
dente en 1986 precisa en la actualidad de alguna interpretación más ex-
tensa e incluso adecuarlo a las nuevas realidades organizativas de las
Administraciones Locales.
Me estoy refiriendo primeramente a realidades tales como las man-
comunidades, las áreas metropolitanas y las comarcas, entre otras for-
mas organizativas. Ámbitos en los que está presente la Administración
local y en los que, por delimitación funcional territorial, no están pre-
146
Son las previstas en el art. 38.1 de la LOFyCS, así lo prevén las Leyes de coordi-
nación de Andalucía y de Castilla y León.
Previamente el TC se había pronunciado afirmativamente en la STC 81/1993, de
8 de marzo.
147
Art. 103 de la C.E. de 1978.
148
Entre otras las STC 49/1993 y 52/1993, ambas de 11 de febrero.
292 José Escalante Castarroyo

sentes los servicios de seguridad locales, a pesar de ser tan necesarios


como cualesquiera otros que se prestan en aquellas149.
Otra realidad funcional objetiva es la posibilidad funcional de las
policías locales como policía autonómica, delimitado restrictivamente
en la actualidad al ámbito territorial del municipio respectivo150.
Una y otra modificación legal151, en el sentido de ampliar el desa-
rrollo funcional al territorio que comprendan aquellas realidades orga-
nizativas y la Comunidad Autónoma, resolverían eficazmente las ne-
cesidades de seguridad pública y evitarían la proliferación de más
cuerpos de policía territorial, partiendo de los existentes y aprovechan-
do más eficazmente a estos.

2. LA ARMONIZACIÓN ESTATUTARIA NACIONAL DE LOS


CUERPOS DE POLICÍA LOCAL: UNA CARENCIA CRÓNICA

La necesidad de contar con una reglamentación de carácter nacio-


nal, que ordenara la potestad reglamentaria o discrecional de los
Ayuntamientos, en lo que se refiere al gobierno y dirección de sus poli-
cías, ha sido una constante histórica en los cuerpos, representados tra-
dicionalmente por las Jefaturas de las más importantes plantillas, espe-
cialmente cuando todavía no existía la representación sindical.
Haciendo referencia solamente como antecedentes a los últimos
cincuenta años, se tiene constancia de la presentación en mayo de 1950
de un Reglamento Mínimo de los Cuerpos de la Guardia Municipal Es-
pañola que, elaborado por una Comisión de Jefes de las más importan-
tes plantillas españolas, fue entregado en la Dirección General de Ad-
ministración Local152.
Un comentario editorial, publicado en la decana de las revistas pro-
fesionales, justificaba este documento con este significativo comenta-
rio: “las reglamentaciones específicas de unos cuantos centenares de
149
“ De acuerdo con lo establecido en el art. 3 de la LRBRL y el art. 1 del ROF: “La
Administración Local Española está constituida por:
1. Las Entidades locales territoriales: a) El Municipio, ...
2. Otros entes que gozan, asimismo, de la condición de entidades locales: b) Las
comarcas ... que agrupen varios municipios, ... c) Las Áreas Metropolitanas. d) Las
Mancomunidades”.
150
STC 81/1993, de 8 de marzo.
151
Esa finalidad parece pretender la última modificación de la LOFyCS operada
por la LO 16/2007, complementaria de la ley para el desarrollo rural al prever la cola-
boración para la prestación de servicios de policía local entre municipios limítrofes.
152
MUINELO, G. El marco legal de las Policías Locales en España, Ob. cit. p. 23.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 293

Municipios, frente a millares que carecen aún de esta norma, no hace si


no aumentar la confusión que existe de siempre en esta clase de funcio-
narios municipales, regulados de formas distintas y aún contradicto-
rias, de las que muchas veces no se obtiene toda la eficacia que sería
conveniente alcanzar”153. Una argumentación que podía ser aplicada,
con algún ligero matiz, a la que se vive mas de medio siglo después.
El anteproyecto citado que, respetaba la potestad reglamentaria de
los Ayuntamientos, no prosperó por cuanto por aquel tiempo la Admi-
nistración del Estado preparaba la articulación de la Ley de 17 de Julio
de 1945, que vio la luz en 1950 con la denominación de Texto Articula-
do de la Ley de Régimen Local, que contemplaba algunas normas de
aplicación en las Guardias Municipales y que el Gobierno consideró
suficientes, aunque no así los Jefes mas representativos de algunos
cuerpos que insistieron nuevamente en 1952, con otro Anteproyecto de
Reglamentación específica que terminaría siendo considerado por el
Gobierno, si bien en parte sólo, como integrante de un capítulo del Re-
glamento General de los Funcionarios de la Administración Local154.
En él, entre algunas regulaciones unificadoras, se contemplaba la
creación de una Inspección General del Cuerpo encargada de la aplica-
ción, en todo el territorio nacional, de la normativa reglamentaria que
al efecto se redactara y la redacción de un Reglamento Técnico del Ser-
vicio. Ambas promesas fueron incumplidas por la Administración del
Estado, pese a las reiteradas reclamaciones que desde las Jefaturas de
los Cuerpos se vinieron haciendo sin ninguna respuesta oficial.
Con el advenimiento de la democracia y la promulgación de la
Constitución Española de 1978 que, consecuente con el reconocimiento
de la autonomía municipal, revalorizaba el papel de los Ayuntamien-
tos dentro de la organización territorial del Estado, se volvió a plantear
la necesidad de regular estatutariamente a las Policías entonces Muni-
cipales, convocándose hasta tres Congresos Nacionales, auspiciados
por algunos Ayuntamientos, en los que se debatieron Anteproyectos
de Estatutos para la Policía Municipal, iniciándose el primero con la re-
unión celebrada en Madrid en 1979, que fue seguida de otra en Cana-
rias en 1980 y en Valladolid en 1981. Los textos elaborados se presenta-
ron con vocación unificadora y respetuosos con las potestades
reglamentarias de los Ayuntamientos; recordemos que no se había in-
troducido aún la competencia coordinadora de las Policías Locales por
153
Policía Municipal Revista Técnico - Legislativa, Editorial, núm. correspon-
diente al mes de Junio de 1950.
154
Nos estamos refiriendo al RFAL de 1952.
294 José Escalante Castarroyo

las Comunidades Autónomas, por ser documentos elaborados con an-


terioridad a la LOFyCS que fijará el ámbito de la coordinación de las
Policías Locales por aquellas.
En los textos elaborados se trataban aspectos de gran interés para
la regulación estatutaria de las Policías Locales, como son la superior
autoridad del Alcalde, máxima autoridad del Cuerpo en cada munici-
pio; las potestades y funciones del Jefe del Cuerpo; el establecimiento
de las funciones a desarrollar por los Cuerpos, con clara incidencia en
las de carácter municipal, las de seguridad vial y policía judicial; el de-
recho de sindicación de los policías municipales; la segunda actividad
en los Cuerpos, señalando requisitos y edades incluso de la jubilación;
las condiciones generales de acceso y promoción y formación profesio-
nal; la incompatibilidad de la función policial con cualquier otra activi-
dad retribuida; las retribuciones e índices de proporcionalidad y las de-
nominaciones de las categorías profesionales y normas básicas de
uniformidad, como mas significativos.
Aunque en los posteriores Congresos, que anualmente se fueron
celebrando, impulsados por otros Ayuntamientos como el de Palma de
Mallorca, Valencia, Barcelona, Alicante...etc. se siguió poniendo de ma-
nifiesto la necesidad de un Estatuto Nacional, ahora ya a través de la
portavocía oficiosa del Secretariado Permanente de Jefes y Mandos
Técnicos de la Policía Municipal que, creado en el primer Congreso,
era conocido por la Administración del Estado y presentó nuevos bo-
rradores de Estatuto que no prosperaron. Hubo de esperarse hasta
1985 para que el Gobierno de la Nación atendiese esta vieja demanda
profesional, incluyéndola en la LRBRL una disposición final en la que
se reconocía la peculiaridad de la Policía Local, conjuntamente con el
Cuerpo de Bomberos, cuyo personal “gozará de un Estatuto específico,
aprobado reglamentariamente, teniendo en cuenta, respecto de los pri-
meros, la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”, ley que se publica-
ría al año siguiente. La LRBRL no especifica ni el organismo que debía
redactar este Estatuto, si bien se deduce que debía presentarlo el Go-
bierno del Estado, ni tampoco los plazos para su tramitación.
En 1986, tanto la LOFyCS como el TRDLRL hicieron sendas refe-
rencias al Estatuto bajo las expresiones “normas estatutarias”155, ini-
ciándose a continuación un periodo de silencio que duró dos años, inte-
rrumpido por dos Resoluciones, ministerial una y judicial la otra, que
pusieron en evidencia las ambigüedades recogidas en la LOFyCS en lo

155
Art. 52.1 de la LOFyCS y Disposición Transitoria 4ª. del TRRL.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 295

que se refiere a las competencias compartidas de las Policías Locales


con los otros Cuerpos de Seguridad. En el primero, el servicio jurídico
del Ministerio del Interior concluía que “no pueden las Corporaciones
Locales utilizar medios materiales en forma tal que su uso se identifi-
que con el que hace de sus propios medios el Cuerpo Nacional de Poli-
cía, máxime ante las repercusiones desfavorables para el servicio que
ello puede suponer, como ocurre en el presente caso”156. En el segundo,
la Audiencia Provincial de Gerona, a través de la Comisión Provincial
de Coordinación de la Policía Judicial entendía que “al estar atribuidas
las funciones de Policía Judicial de manera expresa a los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado, cualquier actuación de la Policía Mu-
nicipal en cuanto a Policía Judicial, se trate de delitos o faltas, debe ca-
nalizarse a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado,
viniendo avalada tal interpretación por razones elementales de racio-
nalización del trabajo y de control y unificación de la investigación cri-
minal, de forma que la Comisaría o Puesto de la Guardia Civil corres-
pondiente tendría la dirección y coordinación de los servicios de
Policía Judicial en su ámbito territorial”.
Estas posturas e interpretaciones en los inicios de la vigencia de la
LOFyCS fueron motivo de comentarios y críticas en los Congresos pro-
fesionales de los años posteriores, avivando el malestar existente en las
Jefaturas de las plantillas más desarrolladas técnicamente que, al am-
paro de otra interpretación de estos asuntos, habían creado unidades y
servicios policiales especializados que ahora eran cuestionados. Posi-
blemente esta problemática competencial-profesional fuera la causa de
que la FEMP, se decidiera a abordar la redacción de un borrador del Es-
tatuto Específico pendiente, nombrando para ello una Comisión Técni-
ca de Jefes de Plantillas de grandes y medianos municipios que, en Fe-
brero de 1988, elaboró un primer Proyecto de Estatuto que fue
sometido aquel mismo año a debate entre una cincuentena de mandos
policiales con ocasión de un Congreso específico celebrado en el mes de
mayo en la ciudad de Murcia.
Finalmente, con el patrocinio de la FEMP y el Estatuto de Policía
Local como tema estrella, se celebraron en Alicante, en el mes de Di-
ciembre de 1988, las VIII Jornadas de Protección Ciudadana y Munici-
pios donde fue debatido un Anteproyecto, reformado previamente por
la Comisión Permanente de Protección Ciudadana y presentando
como Proyecto, un breve texto recopilando mínimos imprescindibles

156
MUINELO, G., El marco legal de las Policías Locales en España, Ob. cit. p.28.
296 José Escalante Castarroyo

que permitan a las Comunidades Autónomas y a los Municipios ejercer


las facultades reconocidas a ambos en los textos legales. Es obligado se-
ñalar, que cuando este proyecto de Estatuto Específico se encontraba
en trámite de Borrador, no olvidemos que su elaboración correspondía
al Gobierno del Estado, ya se habían promulgado varias Leyes de Co-
ordinación de Policías Locales por Comunidades que no habían espe-
rado a la promulgación del citado Estatuto Específico157, que se enten-
día debería haber establecido las bases estatutarias generales para las
Leyes de coordinación y consecuentemente de los Reglamentos Marco
de las Policías Locales de los municipios españoles.
No fue así y, por si fuera poco, la presentación del texto del proyec-
to, una vez mas, se fue dilatando en discusiones estériles a lo largo de
los siguientes años, constituyéndose varias Mesas Técnicas en las que
participaron representantes del Ministerio del Interior, del Ministerio
de Administración Territorial, de los Sindicatos y de la FEMP, llegán-
dose finalmente en 1990 a la redacción de un texto aprobado por la
Mesa Técnica impulsada por la FEMP, con cuarenta artículos, en buena
parte recopiladores de otros textos legales y diferenciados en ocasiones
de los preceptos ya vigentes en algunas Comunidades Autónomas y
previstos en las correspondientes Leyes de Coordinación.
El desarrollo competencial coordinador de las Policías Locales por las
Comunidades Autónomas, generalizado en los años 90, hace que nueva-
mente se silencie, tanto la carencia crónica de un Estatuto Nacional para
las Policías Locales como el precepto legal que le sustenta desde 1985 y en
adelante se olvide dicha necesidad, salvo contadas excepciones de quienes
seguimos sosteniendo, no solo su necesidad profesional aún hoy día, sino
también su posibilidad legal a pesar del tiempo transcurrido.
En 1993, con ocasión de la elaboración de un trabajo profesional, en el
contexto de un curso de formación en la Escuela de Policía Local de Castilla
y León, sobre las Leyes de Coordinación y los desarrollos reglamentarios
sobre las Policías Locales por las Comunidades Autónomas, ya evidenciá-
bamos la existencia de una gran diversidad de Estatutos profesionales que
se estaban produciendo en los Cuerpos de Policía Local de España y que
era precisa una armonización normativa que lo evitara158, recordemos que
157
Entre otras leyes, la primera de ellas, la correspondiente Ley de Policía Local
de Cataluña, que fue el 5 de marzo de 1984.
158
Trabajo profesional correspondiente al Curso de Aptitud para el empleo-cate-
goría de Mayor de las Policías Locales de Castilla y León, encuadrado en el Escala Téc-
nica de estas y prevista su realización por la Ley 12/1990, de 28 de noviembre, de Co-
ordinación de policías locales.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 297

en esos años, final de los ochenta y primeros de los noventa, práctica-


mente todas las Comunidades Autónomas habían promulgado las co-
rrespondientes Leyes de Coordinación, incluso tenían algunos desa-
rrollos reglamentarios.
Si ya entonces, y desde los inicios de la coordinación de las Policías
Locales por las Comunidades Autónomas, se vislumbraba la actual di-
versidad estatutaria, puede que nos preguntemos porqué no se evitó.
La respuesta entonces estuvo en la no promulgación, a su debido tiem-
po, del Estatuto Específico que preceptuaba la LRBRL. Pero hoy recor-
dar lo que no se hizo no resuelve lo que debamos hacer, y es no buscar
sólo cual fue el problema, sino cual puede ser hoy la solución. Aquí he-
mos pretendido reflexionar sobre ello, poniendo de manifiesto oríge-
nes y desarrollo constitucional de las policías locales en el contexto del
bloque de la constitucionalidad y sobre todo evidenciar con datos la si-
tuación actual del sistema de seguridad pública y modelo de policía en
el que están inscritas aquellas.
Del Estatuto específico, como vimos, mucho se habló y escribió y
también se elaboraron diversos anteproyectos, pero el tiempo pasó sin
que viera la luz en la forma legal que correspondía. Es más, se promul-
gó con posterioridad a su previsión legal, la LOFyCS que debía de te-
nerle en cuenta y lo que hizo fue ignorarle, estableciendo que los Cuer-
pos de Policía Local se regirán, “en cuanto a su régimen estatutario, por
los principios generales de los Capítulos Segundo y Tercero del Título I
y por la Sección 4ª del Capítulo Cuarto del Título II, de la presente Ley,
con la adecuación que exija la dependencia de la Administración co-
rrespondiente, las disposiciones dictadas al respecto por las Comuni-
dades Autónomas y los Reglamentos específicos para cada Cuerpo”159.
Este encuadre estatutario olvida, que previamente en el artículo ante-
rior, la misma Ley establece que “ los municipios podrán crear Cuerpos
de Policía Local, de acuerdo con lo previsto en la presente Ley, en la
Ley de Bases de Régimen Local y en la legislación autonómica”160, y es
precisamente en la LRBRL donde se prevé que las Policías Municipales
gozarán de un Estatuto Específico, aunque este deberá tener en cuenta
a la LOFyCS promulgada con posterioridad, pero prevista en la Consti-
tución Española.
Abandonada por el Gobierno de la Nación la promulgación del Es-
tatuto Específico de ámbito nacional y de aplicación para todos los
Cuerpos de Policía Local, con independencia de la Comunidad Autó-
159
Art. 52.1 de la LOFyCS.
160
Ídem, art. 51.1.
298 José Escalante Castarroyo

noma en la que se encuentren, fácil es deducir, que las Comunidades


Autónomas ante su inexistencia y en el marco del artículo 39 de la LO-
FyCS, incluso en ocasiones superándole, promulgaran las Leyes de Co-
ordinación y las desarrollaran reglamentariamente sin tener en cuenta
marcos estatutarios y puntos de partida comunes, los que debía haber
establecido el Estatuto Específico, pues nuevamente es la misma Ley la
que recuerda que “corresponde a las Comunidades Autónomas, de
conformidad con la presente Ley y con la de Bases de Régimen Local,
coordinar la actuación de las Policías Locales en el ámbito de la Comu-
nidad” respectiva.
Veintidos años después, la no promulgación de aquel Estatuto Es-
pecífico, único para todos los Cuerpos de Policía Local, existen al me-
nos y por el momento, diecisiete Estatutos de Policías Locales diferen-
ciados sustancialmente, tantos como Comunidades Autónomas han
asumido y desarrollado reglamentariamente las competencias coordi-
nadoras sobre estos Cuerpos de Seguridad Locales, diecisiete que pue-
den ser diecinueve, pues no olvidemos que las ciudades de Ceuta y
Melilla podrán constituirse, de conformidad con la Constitución Espa-
ñola, en Comunidades Autónomas, si así lo deciden sus respectivos
Ayuntamientos, hoy Ciudades Autónomas todavía161.
Pero estos posible diecinueve Estatutos de Policía Local, de seguir
sin afrontarse una armonización estatutaria uniforme para todos ellos,
pudieran aumentar y aumentar en las propias Comunidades Autóno-
mas, dado que los actuales marcos normativos sobre las Policías Loca-
les están modificándose por leyes sectoriales que contemplan, puntual-
mente, diferenciaciones entre Cuerpos en función de su localización o
tamaño162.
Como decíamos antes, la diversidad estatutaria ya está producida,
pero el que exista no debe conformarnos, de ahí que pretendamos en-
contrar, sino una solución, si posibles soluciones, pues partimos de que
esta realidad existe. Es posible que llegado a este punto haya quién
piense que no hay tal problema y que la situación actual es la que debe

161
Disposición Transitoria 5ª. de la C.E.de 1978.
162
Así lo corroboramos en la Ley 1/2006, de 13 de marzo, por la que se regula el
Régimen Especial del municipio de Barcelona, la Ley 22/2006, de 4 de julio de Capita-
lidad y Régimen Especial de Madrid o la LMGL que amplían las funciones para las
Policías Locales bajo su dependencia o las pretensiones de algunas CCAA de incluir a
las Policías Locales en el contexto de la Policía de la Comunidad Autónoma (Cataluña,
País Vasco, Navarra, ...), son otros tantos ejemplos de posibles marcos estatutarios di-
ferenciados de los ya existentes.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 299

ser. Respetable es esta opinión pero no la compartimos, máxime cuan-


do la diversidad normativa y estatuaria es tan evidente y con evidencia
la hemos planteado anteriormente.
Y dado que partimos de la Constitución al iniciar este trabajo, invo-
camos nuevamente el capítulo relativo a las Comunidades Autónomas;
si al principio lo fue para localizar la competencia coordinadora de estas
sobre las Policías Locales, ahora lo hacemos para señalar la necesidad
que mantenemos de armonizar las diversas disposiciones existentes so-
bre las Policías Locales. Ciertamente, es la Constitución Española de 1978
la que prevé que “ el Estado podrá dictar Leyes que establezcan los prin-
cipios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las Co-
munidades Autónomas, aún en el caso de materias atribuidas a la com-
petencia de estas, cuando así lo exija el interés general”163. Pero para ello
se requiere que los poderes públicos y sobre todo nuestros representan-
tes políticos aprecien esa necesidad de armonizar la diversidad normati-
va estatutaria existente, consideren de especial importancia la materia,
exijan un régimen estatutario uniforme en toda España sin dejar resqui-
cio a la diferenciación estatutaria entre Policías Locales de diferentes Co-
munidades Autónomas, como tampoco lo hizo la LOFyCS ni la LRBRL,
ordenando estatutariamente aquellas de forma homogénea, pues todos
los Cuerpos, con independencia de la Comunidad Autónoma donde se
encuentren, están llamados a un mismo servicio “proteger el libre ejerci-
cio de los derechos y libertades de los ciudadanos”.
La armonización de las disposiciones normativas sobre las Policías
Locales, si bien es la más procedente, no es la única de las posibles solu-
ciones, otra puede encontrarse en la tan debatida reforma del modelo
de policía en España. Hay muchas voces que claman por una reforma
en profundidad, no en vano están próximos los treinta años desde la
promulgación de la Constitución de 1978 y veintidos de la LOFyCS, y
es preciso, después de tanto tiempo, adaptarse a la nueva realidad te-
rritorial y redefinir la seguridad territorial y modelo de policía que ten-
ga en cuenta la dimensión político – constitucional de nuestro Estado.
La primera exige contemplar como realidad un sistema de seguridad
territorial tridimensional, pues así lo ha diseñado la propia Constitución
de 1978, y la segunda un modelo de policía coherente con esa distribu-
ción. De ambos, seguridad pública y policía, forman parte los Cuerpos de
Policía Local de España y para ambos es importante que las Policías Loca-
les estén armonizadas estatutariamente en el territorio nacional.

163
Art. 150.3 de la C.E. de 1978.
300 José Escalante Castarroyo

2.1. La armonización estatutaria de las Policías Locales en un


Estatuto Especifico Nacional

El actual marco coordinador, en lo que afecta a los Cuerpos de Poli-


cía Local, previsto en la Constitución Española y fijado por la LOFyCS
en 1986 y desarrollado por las diferentes Comunidades Autónomas en
las respectivas Leyes de Coordinación, es evidente que necesita de una
armonización; la diversa situación estatutaria de aquellos Cuerpos ha
ido desembocando en un confusionismo orgánico, normativo y funcio-
nal que precisa un planteamiento de revisión, si se desea poner límites
a la diversidad que se advierte en las diferentes normas de las Comuni-
dades Autónomas.
Frente a la diversidad normativa estatutaria es clara la necesidad de
la homogeneidad en un Estatuto Específico, que encontraría una prime-
ra justificación por la existencia de diecisiete Leyes de Coordinación de
Policías Locales, sustancialmente diferentes entre si y en las que encon-
tramos, desde distintas denominaciones de categorías y escalas profesio-
nales, cuando no de retribuciones por su inclusión en los diferentes gru-
pos clasificatorios, a diferentes normas de acceso, promoción y planes de
estudios, con particulares regulaciones de los derechos profesionales a la
segunda actividad y a la movilidad funcionarial, hasta formas dispares
en la designación de las Jefaturas, por señalar solo algunas de las realida-
des diferenciales que tanto alteran la necesaria imagen uniforme de los
Cuerpos de Policía Local en todo el territorio nacional.
Eso sin olvidar el contencioso profesional y funcional sobre la fun-
ción de la Policía Local como Policía Judicial, cometido sujeto a los cri-
terios cambiantes de las autoridades judiciales de cada localidad, la fal-
ta de concreción en las funciones de seguridad ciudadana, dependiente
de los criterios del equipo que en cada ocasión o circunstancia gobierne
en los respectivos Ayuntamientos y la notoria falta de coordinación y
colaboración recíprocas que se advierten entre las diferentes FyCS en
un mismo territorio, cuando no un elenco de funciones nuevas propias
de la Policía Autonómica donde esta no existe.
Esta situación, fundamentada en una ya secular crisis de identidad
de los Cuerpos de Policía Local y consecuencia de un muy diverso de-
sarrollo estatutario, sin dirección nacional clara de objetivos, aún pu-
diera ser reconducida, recurriendo al ejercicio de una competencia del
Estado que los sucesivos Gobiernos de la Nación han ido obviando en
estos últimos veintidós años: la promulgación del Estatuto Específico
de carácter nacional que se anuncia en la LRBRL ya en 1985 y al que se
hacía posteriormente referencia en la LOFCS y en el TRDRL.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 301

Este trascendental documento, que pudo tener carácter de Ley y


que habría condicionado la elaboración de todas las Leyes de Coordi-
nación de Policías Locales de las Comunidades Autónomas y evitar la
disparidad de planteamientos estatutarios profesionales que en ellas se
hacen, sigue pendiente de aprobación. Esta circunstancia legal posibili-
ta al Gobierno del Estado que pueda hacer uso de lo dispuesto en una
Ley vigente, la LRBRL y dictar una normativa armonizadora estatuta-
ria de las diferentes Policías Locales con carácter unificador, teniendo
en cuenta tanto la legislación autonómica como la local existentes al
respecto y concretándolas, como se ha hecho a nivel nacional para la
Función Pública, en un Estatuto Específico para las Policías Locales164.
Se trataría pues de, a la vista de los contenidos de las diferentes Le-
yes de Coordinación promulgadas y los desarrollos reglamentarios,
aprobar un Estatuto Específico Nacional que, en la medida de lo posi-
ble, aproximara conceptos, unificara denominaciones, rellenara vacíos
y orientara los desarrollos normativos en adelante, impulsando de esta
manera las difíciles y cuestionadas funciones de coordinación de las
Comunidades Autónomas sobre las Policías Locales.
La solución mas adecuada a la situación planteada es la elabora-
ción de un Estatuto Específico que, frente a la diversidad normativa y
estatutaria, que bien podemos entender mas como descoordinación,
logre una armonización normativa, con objetivos de homogeneidad de
los mismos, en un Estatuto Específico y en el marco de una Ley. Solu-
ción que no debe encontrar obstáculos de índole constitucional ya que
es la Constitución la que impone regular por Ley el estatuto de los fun-
cionarios públicos165.
Evidentemente resulta complejo arbitrar en estos momentos esta
tardía normativa armonizadora; posiblemente encontraría la oposición
o reticencia primero por parte de Comunidades Autónomas, celosas de
sus competencias y que esgrimirían, no sin razón, la dejación del Esta-
do a lo largo de estos veintidós y el intrusismo que supone plantear
ahora una norma estatutaria para un estamento que en cada Comuni-
dad ya ha sido regulado. Pero aún así consideramos que merecería la
pena intentarlo y que, con prudencia y utilizando el diálogo y la parti-
cipación de representantes de todos los Gobiernos autonómicos y de la
FEMP, podría llegarse a una solución de compromiso sin excesivo cos-
te político, sobre todo en estas circunstancias en que existen una gene-

164
Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público.
165
Art. 103.3 y 149.1.18 de la C.E. de 1978.
302 José Escalante Castarroyo

ralizada mentalización de redefinición del sistema de seguridad públi-


ca territorial y por extensión del modelo de policía.

2.2. Alcance y contenido del Estatuto Específico Nacional para


las Policías Locales

Conviene precisar, antes de delimitar el alcance y su contenido,


que el Estatuto Específico Nacional armonizador de la normativa co-
munitaria de las Policías Locales que defendemos, no significa una ab-
soluta homogeneidad de los Cuerpos de Policía Local de España, lo
que se pretende es, partiendo de los principios generales y básicos de
actuación y disposiciones estatutarias comunes a todas las FyCS pre-
vistos por la LOFyCS166, lograr un régimen estatutario también común
para todos los Cuerpos de Policía Local de España, que acentúe sus ele-
mentos comunes y aquellos que les son propios y les permita recuperar
la cohesión y avanzar dentro del sistema de seguridad pública y mode-
lo de policía futuros.
El Estatuto Específico Nacional debe ser el conjunto de principios y
normas peculiares que definan al conjunto de los Cuerpos de Policía
Local de España. Dicho de otro modo, el Estatuto Específico Nacional,
desde un punto de vista sustantivo, debe identificar y regular a los
Cuerpos de Policía Local de España de forma uniforme y homogénea
en todos sus elementos comunes, con independencia del Ayuntamien-
to o la Comunidad Autónoma en la que se encuentren. De ello deriva la
necesidad de armonizar primeramente la diversidad de normas exis-
tentes y establecer un núcleo o bloque común igual para todos ellos, sin
perjuicio de las distinciones que convenga adoptar en ese marco, como
específicas y fundadas tanto en razones históricas como territoriales y
funcionales, sin perder de vista que ha de aplicarse a Cuerpos de Poli-
cía Local muy heterogéneos también.
La extensión actual de las diferentes normas coordinadoras es ex-
cesiva y por ello demasiado diversa167; resulta pues imprescindible re-
ducir dicha normativa estatutaria y armonizarla, simplificando en
unos casos y refundiendo en otros el enmarañado panorama normati-
vo actual. La elaboración de un texto único que condense las normas
básicas y comunes, sin perjuicio de que abra aquellos espacios específi-

166
Título I, Cap. Primero, Segundo y Tercero de la LOFyCS.
167
Véase ANEXO II: Marco estatutario de las Policías Locales en las Comunida-
des Autónomas.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 303

cos que permita reconocer en la diversidad de Cuerpos Locales un solo


Cuerpo en el ámbito nacional, combinar normas de obligado cumpli-
miento con aquellas otras de carácter orientativo, que permitan a cada
Administración, en el ámbito de su autonomía, cumplir sus funciones.
El Estatuto Específico debe reforzar el papel de los valores históri-
cos y consustanciales de las Policías Locales de España, estableciendo
los criterios estatutarios comunes que le permitan formar parte de un
sistema de seguridad pública constitucional tridimensional, en el que
fueron parte importante y están llamados a ser la seguridad de la proxi-
midad en una Administración Local influenciada por el principio de
subsidiariedad.
Cuando en un capítulo anterior tratábamos el marco estatutario ac-
tual de los Cuerpos de Policía Local de España podíamos comprobar la
gran diversidad de estatutos producidos por las diferentes normas de
las Comunidades Autónomas. Ante esta situación, no podemos per-
manecer indiferentes, pues entendemos que repercute sobre el sistema
de seguridad pública territorial y sobre todo de policía, tan necesitado
este de reforma en nuestro país, y que igualmente hemos puesto de ma-
nifiesto con anterioridad.
Entendemos que el Estatuto Especifico Nacional debe articularse
mediante preceptos que, partiendo del contenido actual mas generali-
zado en las diferentes Comunidades Autónomas y a la vista de las si-
militudes de otros cuerpos de seguridad nacionales y autonómicos,
pretenda una unificación estatutaria básica para todos ellos. Preceptos
que deben ser los necesarios y comprender solamente a aquellas mate-
rias propias de un Estatuto Específico que identifique a estos cuerpos
de seguridad, dejando para la LOFyCS lo que les afecte como Cuerpo
de seguridad pública y a las Comunidades Autónomas aquello que ex-
clusivamente no venga establecido como tal competencia de estas en
aquella o en el Estatuto Específico. De ahí la importancia que reitera-
mos de la reforma previa y el alance que ya señalamos de la LOFyCS.
Con esos objetivos entendemos que el alcance y contenido del Esta-
tuto Específico Nacional de los Cuerpos de Policía Local debe respon-
der a los planteamientos que señalamos a continuación:
a) Reconocer a los Alcaldes-Presidentes la consideración de Autori-
dad en materia de seguridad ciudadana local y por deducción las
funciones propias en la materia a las Administraciones Locales.
b) Reconocimiento de los Cuerpos de Policía Local como Cuer-
pos de Seguridad en el contexto de un sistema de seguridad
pública constitucional tridimensional y básico.
304 José Escalante Castarroyo

c) Fijar a los Municipios los requisitos mínimos para la creación y


mantenimiento de los Cuerpos de Policía Local para desempe-
ñar eficazmente las funciones propias que se les asigna tanto a
los Ayuntamientos como a los Cuerpos de Policía Local en ma-
teria de seguridad pública básica.
d) Posibilitar a los municipios disponer de cuerpos de funciona-
rios propios para algunas o determinadas competencias y fun-
ciones en materia de seguridad pública cuando no dispongan
de cuerpo de policía propio, bien por limitaciones presupues-
tarias o poblacionales.
e) Solventar la problemática del ámbito territorial funcional de
los cuerpos de Policía Local cuando la Administración Local
extiende su organización a ámbitos que exceden aquel.
Entendemos que el diverso marco estatutario actual de las Policías
Locales de España tiene su origen en el ejercicio diferenciado por las
Comunidades Autónomas de las funciones de coordinación sobre
aquellas, si bien estas partían de una fuente normativa común, cual es
el art. 39 de la LOFyCS, no es menos cierto que a la hora de ejercer estas
funciones han promulgado normas propias diferenciadas sustancial-
mente unas de otras, por lo que se hace preciso una delimitación de la
función coordinadora de aquellas sobre las Policías Locales.
Ese abanico de diferencias en el ejercicio de las funciones de coor-
dinación entendemos que ha sido extenso, diferenciador y en ocasio-
nes incluso ha ido más allá de las propias funciones de coordinación,
si bien solo en algunos casos intervinieron los Tribunales para senten-
ciar su procedencia. La realidad actual es que se han ido configuran-
do, al menos, diecisiete estatutos de otras tantas Policías Locales,
cuando no diferencias incluso entre las propias policías locales de una
misma Comunidad Autónoma ante la falta de norma o el incumpli-
miento de la promulgada, en algunos de los cuerpos, por los Ayunta-
mientos.
Ello justifica, que efectuada la reforma de la LOFyCS que ya plan-
teamos, delimitar la función coordinadora de las Comunidades Autó-
nomas al ámbito del establecimiento de la correspondiente Ley de Co-
ordinación y sus Normas Marco para que estas se ajusten a lo
establecido en la citada Ley Orgánica, a la LRBRL y por supuesto a lo
dispuesto en el Estatuto Específico Nacional del que defendemos su
promulgación como legislación básica.
Las funciones de coordinación de las Comunidades debieran de
concretarse, en el ámbito comunitario respectivo, a las siguientes:
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 305

a) Fijar, partiendo de las normas básicas sobre función pública y


específicas previstas en el Estatuto Específico Nacional de las
Policías Locales, los criterios sobre selección, promoción y mo-
vilidad de las policías locales.
b) Establecer Academias o Escuelas de formación profesional
para las Policías Locales de la Comunidad Autónoma, debien-
do disponer de la homologación previa por los Ministerios del
Interior y de Educación de las enseñanzas que impartan, con el
fin de lograr homogeneidad en todo el territorio nacional.
c) Homologar los distintos cuerpos de Policía Local de la Comu-
nidad autónoma en materia de medios técnicos, uniformidad
y retribuciones.
d) Fijar los criterios de organización y coordinación, en su caso,
de las unidades o secciones de Policía Local con funciones de
Policía Autonómica en la Comunidad Autónoma donde esta
policía no esté creada.
Y en lo que afecta a los aspectos y contenidos concretos del régimen
estatutario nacional de las Policías Locales, el Estatuto Específico Na-
cional que pretendemos, deberá contemplar aquellos aspectos que le
son propios y que entendemos de aplicación igual en todos los cuerpos
de Policía Local de España, con independencia de la Comunidad Autó-
noma a la que pertenezcan.
Sería injusto no reconocer que, muchos aspectos del actual y diver-
so régimen estatutario de las Policías Locales, son fruto de la coordina-
ción efectuada por algunas Comunidades Autónomas, pero no es me-
nos cierto a pesar de ello, que no pueden existir estatutos diferentes
para unos mismos cuerpos de policía que desempeñan unas mismas
funciones de seguridad pública. De ahí que persigamos un contenido
básico y uniforme y lo insertemos en el contexto de un Estatuto Especí-
fico Nacional para todos ellos que prevea, principalmente:
a) Unificar la denominación de los cuerpos a la que establece la
Constitución Española de 1978, Policía Local.
b) Fijar las condiciones específicas y básicas para el ingreso en los
cuerpos de Policía Local y la promoción interna profesional en
ellos, a similitud del resto de funcionarios y cuerpos de seguri-
dad.
c) Establecer las condiciones para una carrera profesional unifor-
me, que comprenda una formación profesional básica homo-
logable con una FPII, la previsión de una titulación universita-
ria de grado en materia de seguridad pública exigible a los
306 José Escalante Castarroyo

mandos y el establecimiento de una formación profesional ge-


nérica de calidad. Todos los estudios profesionales deberán es-
tar homologados por el Ministerio de Educación y Ciencia.
d) Unificar las estructuras jerárquicas en el ámbito de las escalas
y las categorías policiales, a similitud con las de los otros Cuer-
pos de Seguridad.
e) Contemplar los derechos y los deberes básicos de los Policías
Locales.
f) Delimitar el ámbito del ejercicio de las funciones políticas y
técnicas en el mando y la dirección de los cuerpos policiales.
g) Fijar las estructuras organizativas básicas de los cuerpos que
comprenda los ratios policía por habitante, las distribución de
las escalas y categorías en ellos y la plantilla de policías en fun-
ción del número de habitantes.
h) Determinar la imagen corporativa básica de los Cuerpos de
Policía Local de España que comprenda un color básico gene-
ral de la uniformidad, los medios móviles y la acreditación po-
licial.
i) Fijar las condiciones generales para la movilidad horizontal y
vertical entre los diferentes cuerpos de Policía Local, que com-
prenda primeramente la movilidad en el ámbito de la Comu-
nidad Autónoma y en segundo lugar del Estado. Dicha movili-
dad pudiera ser igualmente recíproca entre los cuerpos de
Policía Local como de las Policías Autonómicas.
j) Establecer criterios uniformes para la segunda actividad y la
jubilación a similitud de las demás FyCS.
k) Fijar órganos internos de diálogo, control y coordinación como
el Consejo de Policía Local en el ámbito de cada Ayuntamien-
to, de Asuntos Internos y una Inspección General de los Cuer-
pos en la Comunidad Autónoma respectiva.

3. LA RACIONALIZACIÓN FUNCIONAL Y PROFESIONAL DE


LAS POLICÍAS LOCALES: UNA NECESIDAD

Se oyen muchas voces, algunas suficientemente argumentadas,


que defienden un modelo de seguridad pública y policía tridimensio-
nal tanto territorial como funcional, coincidimos con ellos en su exis-
tencia, pero discrepamos en un aspecto importante, la racionalización
funcional a la hora de su materialización territorial, dado que se olvida
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 307

la peculiar y singular realidad municipal de España y la considerable


atomización de sus Ayuntamientos168. Si a todos los Ayuntamientos
existentes se les dotara de las mismas competencias y la prestación de
servicios, se haría imposible el ejercicio eficaz de los mismos.
En principio, es la propia LRBRL la que diferencia a los Municipios
a la hora de señalarles las competencias, los servicios y su ejercicio, en-
marcando aquellas “en los términos de la legislación del Estado y de las
Comunidades Autónomas” y delimitando los servicios que aquellos
“por sí o asociados deberán prestar en todos los municipios, en los con
población superior a 5.000 habitantes, ... con población superior a
20.000 habitantes ... con población mas de 50.000 habitantes”169.
Estas limitaciones en función de la población nos dan pie para sos-
tener la necesidad de racionalizar también el ejercicio de las funciones
de seguridad pública y policía a prestar por los Municipios y desde esta
consideración poblacional numérica, ponemos nuestro punto de vista
de cómo debieran ubicarse funcionalmente a las Policías Locales en un
nuevo sistema de seguridad territorial y modelo de policía.
Por tanto, nuestra primera postura es diferenciar a los municipios,
con cuerpo de Policía Local creado, en función del número de habitan-
tes, dado que es la limitación legal prevista en el TRDRL la que señala
que “solo existirá en los municipios con población superior a 5.000 ha-
bitantes”170. Este limite y a tenor literal del mismo nos da pié para seña-
lar que, si bien este es de autorización para su creación, no es un límite
imperativo para crearse, por lo que entendemos que pueden existir
municipios, que aún superando este limite de 5.000 habitantes, no vie-
nen obligados a su creación.
Este precepto e interpretación personal debemos enmarcarlo con
las disposiciones promulgadas por las Comunidades Autónomas, y es
aquí donde encontramos una gran diversidad de limitaciones y excep-
ciones, que deberán armonizarse. De ahí que ya propusiéramos que el
límite de los 5.000 habitantes fuera potestativo y obligatoria la creación
de Cuerpo de Policía Local cuando el municipio superara los 10.000 ha-
bitantes.
168
Según el INE www.ine.es, (consulta realizada el 30 de septiembre de 2005) el
censo de Municipios en España correspondiente al año 2001 reflejaba el número de
8.108, de los que 5.944 tenían menos de 2.000 habitantes; 1.004 municipios estaban
comprendidos entre 2001 y 5.000 habitantes y entre 5.001 y 10.000 habitantes 510 mu-
nicipios.
169
Art. 25.2 y 26 1. a) y b) de la LRBRL.
170
Disp. Tª. 4ª del TRRL.
308 José Escalante Castarroyo

Otro importante precepto limitador, en relación con el número de


habitantes de los Municipios, nos viene dado por la LMGL al fijar las
normas y ámbito de aplicación y su régimen de organización para los
denominados municipios de gran población, donde encontramos lími-
tes poblacionales de 250.000, 175.000 y finalmente 75.000 habitantes171.
Sobre la base de estas consideraciones poblacionales y también las
ya señaladas al pretender una necesaria reforma del sistema de seguri-
dad pública y modelo de policía que planteamos, sostenemos que la ra-
cionalización funcional de los cuerpos de Policía Local en el modelo de
policía que propugnamos, debe inscribirse de forma diferenciada tam-
bién a la hora de asignar y ejercer sus funciones de seguridad pública y
territoriales.

3.1. Los municipios gran población

Cuanto venimos señalando pone de manifiesto lo importante que es,


no solo el reparto de funciones y competencias entre Administraciones
Públicas y Autoridades, sino también entre los propios Cuerpos de Segu-
ridad a través de quienes se ejercen aquellas. Así, entendemos una prime-
ra consideración sobre Policía Local, el aplicable a los denominados mu-
nicipios de gran población172, por su significativo número de habitantes y
por deducción, con Cuerpo de Policía adecuadamente estructurado. Ám-
bito local donde deben responsabilizarse de las competencias en materia
de seguridad básica local, dejando para el Gobierno Autonómico las co-
munitarias y supra municipales y para la Administración del Estado las
extra y supra locales y comunitarias. Para ello habrá que concretar las Po-
licías de que dispondrán cada Administración y los sistemas de conexión
y colaboración recíprocas que hagan el modelo eficaz y eficiente en mate-
ria de seguridad ciudadana básica y local.

171
El Título X, de la LRBRL, fue adicionado a esta por la LMGL fijando su ámbito
de aplicación en el art. 121en los siguientes términos:
“ Las normas previstas en este título serán de aplicación:
a) A los municipios cuya población supere los 250.000 habitantes.
b) A los municipios capitales de provincia cuya población sea superior a los
175.000 habitantes.
c) A los municipios que sean capitales de provincia, capitales autonómicas o se-
des de las instituciones autonómicas.
d) Asimismo a los municipios cuya población supere los 75.000 habitantes, que
presenten circunstancias económicas, sociales, históricas o culturales especiales.”
172
Contemplados así en el Título X de la LRBRL, adicionado por LMGL.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 309

Partiendo de la realidad policial actual, aquellos Ayuntamientos


que se acojan al régimen de organización de los municipios de gran po-
blación, desarrollarían las competencias y funciones en materia de se-
guridad ciudadana básica local a través de las Policías Locales; las Co-
munidades Autónomas lo harían, según los casos, con su propia
Policía Autónoma, si disponen de ella o la crean, o bien a través de
miembros de los Cuerpos de Seguridad, tanto de las Policías Locales
como del CNP, a ellas transferidos; estos pasarían a formar parte de la
Policía Autónoma, que no policías adscritos; la Administración Central
dispondría de un solo cuerpo de policía como Policía del Estado, resul-
tante de los actuales Cuerpos Nacional de Policía y Guardia Civil, con
una nueva denominación que bien pudiera ser de Policía Federal,
como en otros países de nuestro entorno o Policía Nacional Civil.
En este modelo policial territorial, las tres Administraciones man-
tienen las competencias propias y las funciones en materia de seguri-
dad, pero no todas disponen de cuerpo de policía propio para llevarlas
a cabo. El modelo exigiría en unos casos el establecimiento y la amplia-
ción competencial de funciones de seguridad ciudadana básicas y nú-
mero de efectivos a las Administraciones Locales y a las Comunidades
Autónomas sin Policía propia, que bien pudieran ser procedentes de la
reducción efectivos policiales nacionales, justificados al asumir aque-
llas Administraciones competencias en materia de seguridad pública
local o autonómica y disminuir estas proporcionalmente en el Estado.
Igualmente implicaría un acuerdo de financiación del modelo en el
que se debería tener en cuenta tanto las competencias como las funcio-
nes a ejercer por cada uno de los Cuerpos presentes en el territorio y las
plantillas necesarias que cada Administración precisara para desarro-
llar, en condiciones de eficacia, dichas competencias y funciones.
Este modelo policial, resultaría congruente tanto con la estructura
política y administrativa tridimensional del Estado: Administraciones
Locales, Comunidades Autónomas y Administración del Estado, como
con el diseño policial también tridimensional en el contexto del bloque
de la constitucionalidad que venimos señalando: Policías de los Muni-
cipios, Policías de las Comunidades Autónomas y Policía del Estado.
Pero lo mas importante del modelo es que delimita las Autoridades
competentes territorialmente en materia de seguridad pública básica y
racionaliza el desempeño funcional de cada uno de los Cuerpos en base
a las capacidades de cada uno de ellos y la eficacia en el desempeño de
las funciones propias, reconociendo a los Cuerpos de Policía Local de
los municipios de gran población una participación efectiva en materia
310 José Escalante Castarroyo

de seguridad ciudadana básica, que ya vienen ejerciendo. Se haría rea-


lidad en este modelo lo dispuesto en la LMGL que establece que “ en el
marco de lo dispuesto en las Leyes Orgánicas 6/1985, de 1 de julio, del
Poder Judicial; 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Segu-
ridad; 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciu-
dadana, y en las disposiciones legales reguladoras del régimen local, se
potenciará la participación de los Cuerpos de Policía Local en el mante-
nimiento de la seguridad ciudadana, como policía de proximidad, así
como en el ejercicio de las funciones de policía judicial, a cuyos efectos,
por el Gobierno de la Nación, se promoverán las actuaciones necesarias
para la elaboración de una norma que defina y concrete el ámbito mate-
rial de dicha participación”173.
La distribución territorial de Autoridades en materia de seguridad
pública y policial así diseñada precisa, por principio de eficacia, que las
fuerzas policiales que actúen en un municipio, ciudad o área metropo-
litana determinada, deban hacerlo en su totalidad bajo la dirección fun-
cional de la Autoridad Local, es decir, del Alcalde. La participación
municipal en la seguridad de la colectividad es una necesidad derivada
de la proximidad de los municipios, haciendo así realidad el principio
de subsidiariedad también en materia de seguridad pública y policía.
Este modelo territorial y funcional de policía local sería aplicable a
los Ayuntamientos comprendidos en la LMGL, que posean un censo
de habitantes igual o superior a los 75.000 habitantes, sean capitales de
provincia o de Comunidad Autónoma y que según el INE comprende-
ría en principio a 91 municipios174.
La estructura policial territorial y de Autoridades en materia de se-
guridad en este modelo de policía, en el contexto del sistema de seguri-
dad pública tridimensional, en el que las Policías Locales de los munici-
pios de gran población desarrollarían las funciones propias que le
vienen fijadas por el art. 53.1 de la LOFyCS mas las de seguridad ciuda-
dana básica y policía judicial, lo vemos estructurado de la siguiente for-
ma:

173
Disposición adicional décima de la LMGL: Policías Locales.
174
INE, Censo de municipios, en www.ine.es.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 311

MUNICIPIOS GRAN POBLACIÓN

Ámbito Titular Racionalización funcional

Policía Local:
Funciones del art. 53 LOFyCS y
Local Alcalde
seguridad ciudadana básica local y
comunitaria

Policía Autonómica:
Comunidad Consejero de
Funciones art. 38 LO FyCS
Autónoma Interior
Seguridad ciudadana comunitaria

Policía del Estado (1 Cuerpo):


Ministro del
Estado Seguridad ciudadana extra local y extra
Interior
comunitaria

3.2. Los Municipios con más de 10.000 habitantes, no gran


población

En nuestro país, existen 8.108 municipios con Ayuntamiento cons-


tituido y comprendidos entre 10.000 y 100.000 habitantes 534 munici-
pios175, a la vista de estos datos debemos preguntamos ¿pueden todos
los Ayuntamientos de España ser considerados de forma igual también
en la prestación de las competencias y funciones en materia de seguri-
dad pública y policía?. Evidentemente no, de ahí que debamos plantear
una segunda alternativa, aquella que debe comprender a los Ayunta-
mientos no incluidos en la LMGL como de gran población y que en
principio disponen también de competencias en materia de seguridad
pública y cuerpo de Policía Local.
La defensa del modelo tridimensional de seguridad pública territo-
rial y policial apuntado no puede ser aplicable por igual a todos los mu-
nicipios españoles y para todos los cuerpos de Policía Local. La realidad
municipal de España y la de los Cuerpos de Policía, igualmente atomiza-
dos como los municipios, haría imposible un ejercicio eficaz de las com-
petencias si a todos los existentes se les dotara de las mismas competen-
cias en materia de seguridad ciudadana básica. Por tanto, si mantenemos
175
Ibidem, INE.
312 José Escalante Castarroyo

nuestra primera postura de un sistema tridimensional de seguridad y


policía, que racionalizamos en una primera delimitación de Autoridades
y Cuerpos, debemos mantener que debe haber una subclase de Munici-
pios y Cuerpos de Policía Local a los que delimitamos su marco compe-
tencial a las capacidades de organización fijadas por la LRBRL y las fun-
ciones que establece la LOFyCS como propias, pero no por ello debemos
olvidar que su participación en la seguridad pública local disminuye,
por el contrario, se mantiene como viene establecido en la actualidad
para el conjunto de municipios y Policías Locales del Estado.
Entendemos que, en estos municipios con Cuerpo de Policía Local
propio, la seguridad ciudadana básica local debe corresponder desem-
peñarla a las Policías Autonómicas donde estas estén creadas; no obs-
tante y en tanto se creen en todas las Comunidades Autónomas, segui-
ría correspondiendo a la Policía del Estado como en la actualidad. Los
cuerpos locales deberán prestar la colaboración recíproca como viene
establecido actualidad en el contexto de la LOFyCS.
Materia de especial consideración en estos municipios también es
el papel del Alcalde como primera Autoridad Local, como ya señala-
mos para los municipios de gran población; al Alcalde, como primera
autoridad local, también debe corresponderle la seguridad ciudadana
básica local, con independencia del cuerpo de policía que funcional-
mente la desempeñe, de ahí que sostengamos nuevamente que los
cuerpos de policía, destinados en el municipio, deben depender fun-
cionalmente del respectivo Alcalde.
Este modelo territorial y funcional de Policía Local sería aplicable a
los Ayuntamientos excluidos de la aplicación o que no se acojan a la
LMGL y posean un censo de habitantes igual o superior a los 10.000,
cuya población les obliga a crear Cuerpo de Policía Local176.
Intencionadamente no delimitamos el número de habitantes máxi-
mo, dado que en la actualidad no todos los municipios de mas de
75.000 habitantes se han acogido a la citada LMGP, por el contrario ob-
servamos que su aplicación, al ser potestativa, en algunos supuestos no
está teniendo el éxito esperado177.
176
El TRRL en la Disp. Tª 4ª fija el mínimo en 5.000 habitantes para disponer de
Cuerpo de policía local, nosotros entendemos que esta cifra debe ser aumentada a
10.000 y así lo creemos debe reflejarse en la necesaria modificación de la LOFyCS.
177
La ciudad de Burgos, es uno de los ejemplos; pudiera formar parte de los mu-
nicipios de gran población al disponer de 175.000 habitantes según el censo de 2006,
además de ser sede de un órgano de la Comunidad Autónoma, el TSJCyL y no ha acor-
dado todavía acogerse a esa consideración legal.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 313

La estructura de este subsistema de modelo de Policía Local, en el


contexto del sistema de seguridad pública tridimensional, en el que las
Policías Locales de estos municipios seguirían desarrollando las actua-
les funciones propias que les vienen fijadas por el art. 53.1 de la LO-
FyCS. podemos verlo estructurado como sigue:

MUNICIPIOS + 10.000 HAB. NO GRAN POBLACIÓN

Ámbito Titular Racionalización funcional

Policía Local:
Funciones art. 53 LO FyCS
Local Alcalde
Unidad: Policía Autonómica
Seguridad ciudadana local

Policía Autonómica:
Comunidad Consejero de
Funciones art. 38 LO FyCS
Autónoma Interior
Seguridad ciudadana comunitaria

Policía del Estado (1 Cuerpo):


Ministro del
Estado Seguridad ciudadana extra local y
Interior
extra comunitaria

3.3. Los Municipios con menos de 10.000 habitantes

Según el INE los municipios con menos de 10.000 habitantes en Es-


paña son 7.458178. A la vista de su población nuevamente podemos pre-
guntarnos: ¿pueden estos Municipios disponer y ejercer adecuada-
mente competencias en materia de seguridad pública y disponer de
cuerpo de Policía Local para llevarlas a cabo?. Nuestra respuesta es que
adecuadamente no y lo fundamentamos en los recursos disponibles
que, como fácil es deducir, están en función de su población en gran
medida.
Es precisamente, la población, el índice de medida mas significati-
vo con el que venimos contando para ubicar a los Cuerpos de Policía
Local en el contexto del modelo policial y partimos de un planteamien-
to limitador al entender que, las competencias y funciones en materia
de seguridad pública y policía local precisan, para ser ejercidas con un

178
Ídem, INE.
314 José Escalante Castarroyo

mínimo eficacia, de recursos económicos y humanos que garanticen su


prestación en condiciones adecuadas.
El hecho de que estos municipios, los de menos de 10.000 habitan-
tes, no puedan disponer de cuerpo de Policía Local propio, no debe sig-
nificar que no puedan ejercer las funciones que en relación con la mate-
ria les señala la LRBRL, por el contrario, debemos buscar la solución
que responda por un lado, a las reducidas necesidades en materia de
seguridad pública y por otro, a la carencia de cuerpo de seguridad que
las preste. La respuesta la hallamos en el TRDRL que contempla la po-
sibilidad de disponer de Auxiliares de Policía Local en aquellos mu-
nicipios donde no exista Cuerpo de Policía Local179. Respuesta que
igualmente han dado algunas Comunidades Autónomas, en las co-
rrespondientes Leyes de Coordinación, cuando limitan la creación de
Cuerpos de Policía Local y establecen para este personal determinadas
funciones de los Cuerpos de Policía Local.180.
Mas recientemente, si bien en el contexto de los municipios de gran
población, una modificación de la LOPJ ha previsto que estos munici-
pios puedan crear Cuerpos de funcionarios para el ejercicio exclusivo
de las funciones de “ ordenar, señalizar y dirigir el tráfico en el casco
urbano de acuerdo con las normas de circulación”, funciones que vie-
nen asignadas como propias de los Cuerpos de Policía Local y en el
contexto de la LMGL pueden encomendarse a otros funcionarios no
policías, eso si con la consideración de Agentes de la Autoridad cuando
las desempeñen181.
Ambos preceptos sirven de base para sostener que en aquellos mu-
nicipios que no dispongan de cuerpo de Policía Local, bien porque la
ley se lo impide al no disponer de población suficiente o como ya mani-
festamos, porque entendemos que el límite de los 10.000 habitantes
debe ser su limitación para crearlo, deben de disponer de un cuerpo de
funcionarios que desempeñe, sino todas, si algunas de las funciones
que, relacionadas con la seguridad pública genérica o para los Cuerpos
de Policía Local, sean de competencia municipal, funciones que pode-
mos concretar principalmente en relación con la seguridad vial, velar

179
Disposición Transitoria 4ª. del TRDRL.
180
Nosotros proponemos como denominación la de Auxiliares de Policía Local al
ser esta la más utilizada en las Leyes de Coordinación de las Comunidades Autóno-
mas; no obstante el TRDRL, en la misma Disp. Tª. 4ª. señala otras denominaciones
como las de Guardas, Vigilantes, Agentes, Alguaciles o análogas.
181
Las funciones vienen fijadas por el Art. 53.1 b) de la LOFyCS y la modificación
de la LOPJ se realizó por la Ley Orgánica 19/2003, de 23 de diciembre.
Cuarta parte. Reflexiones profesionales sobre la seguridad pública en España 315

por cumplimiento de las Ordenanzas Municipales o la mediación veci-


nal principalmente.
Así lo contemplamos igualmente cuando delimitamos el alcance
de la modificación de la LOFyCS, donde concretamos las funciones que
este personal pudiera desempeñar en los municipios donde no exista o
se cree cuerpo de policía local. No debemos olvidar que este personal, y
en el ejercicio de esas funciones, deberán tener la consideración de
Agentes de la Autoridad, e igualmente deberán estar subordinados a
los miembros de los Cuerpos de Seguridad que desempeñen funciones
de seguridad ciudadana en el municipio, como viene previsto para los
municipios de gran población.
Por último, en estos municipios sin cuerpo de Policía Local tam-
bién el papel del Alcalde en la materia, como venimos señalando, debe
ser el de primera autoridad local, con independencia de que no dispon-
ga de cuerpo de policía, de ahí que sostengamos que, si el municipio
tiene adscrito cuerpo de seguridad, autonómico o nacional, con inde-
pendencia de quién dependa orgánicamente, funcionalmente lo sea del
Alcalde. Diferente opinión tendríamos si el cuerpo de seguridad no tu-
viera adscripción municipal concreta y lo fuera para varios municipios,
estructura orgánica y funcional que entendemos para la mayoría de los
municipios objeto de este apartado.
El planteamiento de esta racionalización funcional de la Policía Lo-
cal, en el contexto de un modelo de policía tridimensional, debemos en-
tenderlo por razones de eficacia, sin olvidar que con la solución que de-
fendemos, los municipios, sin cuerpo de Policía Local, disponen de
respuesta a las competencias que les son propias y que le vienen fijadas
por la LRBRL y no por la LOFyCS.
Cuanto señalamos para los municipios sin cuerpo de Policía Lo-
cal podemos verlo materializado, respetando las Autoridades en
materia de seguridad local, en el contexto de esa racionalización
como sigue:
316 José Escalante Castarroyo

MUNICIPIOS CON POBLACIÓN – 10.000 HAB.

Ámbito Titular Racionalización funcional

Auxiliares de Policía:
Funciones seguridad vial y
administrativa y mediación ciudadana
Local Alcalde
Unidad Policía Autonómica
Seguridad ciudadana local y
comunitaria

Policía Autonómica:
Comunidad Consejero de
Funciones art.38 LO FyCS
Autónoma Interior
Seguridad ciudadana comunitaria

Policía del Estado (1 Cuerpo):


Ministro del
Estado Seguridad ciudadana extra local y
Interior
extra comunitaria
A MODO DE CONCLUSIÓN
El primer objetivo de este trabajo fue encontrar respuestas a la pri-
mera constitucionalización en 1978 de las Policías Locales en su dilata-
da historia y la ubicación de estos cuerpos de seguridad local en el con-
texto del bloque de la constitucionalidad, iniciado entonces con la
previsión en la Constitución Española de 1978 de su coordinación por
las Comunidades Autónomas, en los términos que determinó poste-
riormente la LOFyCS en 1986 y asumieron, como competencia mate-
rial, por otra Ley Orgánica, los Estatutos de Autonomía, cada una de
aquellas Comunidades. Unas y otras, Constitución de 1978 y Leyes Or-
gánicas, de FyCS y de Estatutos de Autonomía, iniciaron y configuran
hoy el actual sistema de seguridad pública territorial y el modelo de
policía en España.
El tiempo transcurrido, treinta años desde la aprobación de la
Constitución y veintidós desde la LOFyCS y sobre todo la consolida-
ción del denominado Estado de las Autonomías, que difícilmente el
constitucionalista podía prever en 1978 y hasta donde este se desarro-
llaría, ponen hoy de manifiesto la imprevisión en el desarrollo territo-
rial competencial en materia de seguridad pública y de policía, donde
no vislumbramos otro final que la federalización de aquel Estado de las
Autonomías también en materia de seguridad pública y de policía.
Al sistema de seguridad pública territorial y de policía los hemos
venido denominando tridimensionales, si bien la Constitución Españo-
la de 1978 dejó diseñado en el Título VIII, el sistema de organización te-
rritorial en los tres capítulos que dedica a cada uno de los ámbitos de
dicho título: Estado, Administración Local y Comunidades Autóno-
mas; no sucede lo mismo con la policía, cuyas referencias constitucio-
nales se encuentran en diferentes títulos, unas veces al tratar del Go-
bierno y de la Administración, otras del Poder Judicial y cuando lo hace
de la organización territorial del Estado, lo hace únicamente en el capí-
tulo dedicado a las Comunidades Autónomas, dejando el diseño del
modelo de policía a Leyes Orgánicas posteriores. Modelo que hoy ob-
servamos lleno de imprevisiones y manifiestas asimetrías, cuando no
descoordinado funcionalmente y sin armonización ni cohesión entre
los participes en el mismo.
318 José Escalante Castarroyo

Quizás fuera entonces el modelo de policía posible dentro del siste-


ma territorial que diseñara la Constitución Española, pero ello no es
óbice para que hoy, próxima a cumplir treinta años desde que aquella
entrara en vigor, más de veintidós de vigencia de la LOFyCS que le di-
señara y en unos momentos en los que muchos Estatutos de Autono-
mía se han modificado o están pendientes de reforma, superemos
aquel modelo de policía, posible entonces, y afrontemos el que se ade-
cue mejor al actual y previsible desarrollo territorial presente.
El recorrido que hemos hecho por el sistema de seguridad pública
desde su gestación constitucional, como por el modelo de policía resul-
tante del conjunto del bloque de la constitucionalidad, ponen de mani-
fiesto puntos de partida previos, marcos comparativos y descriptivos,
desarrollos normativos y estructurales, realidades funcionales y terri-
toriales, ajustes y desajustes y sobre todo, una realidad: La puesta en
valor social y político de la seguridad pública territorial, de la policía en
general y de las Policías Locales en particular, que hemos pretendido
sean el centro de la publicación que ahora concluimos.
Así pues, llegados al final, estamos es disposición para extraer al-
gunas conclusiones.
1ª. La Constitución Española de 1978 representa un antes y un
después para las Policías Locales de España.
2ª. La Constitución Española de 1978 constitucionaliza tres tipos
de policía.
3ª. La dependencia y la estructura orgánica y funcional de las Po-
licías Locales hoy no está exenta de ambigüedades competen-
ciales.
4ª. Entendemos que el sistema de seguridad pública y modelo de
policía, son términos diferentes pero complementarios.
5ª. Observamos que la seguridad pública en la Administración
Local, es una competencia sin delimitar.
6ª. La seguridad pública constitucional lo es en dos ámbitos terri-
toriales, las policías en tres ámbitos territoriales.
7ª. El modelo de policía hoy está necesitado de racionalización
funcional y las Policías Locales de armonización estatutaria.
8ª. Es posible desde el sistema constitucional de seguridad públi-
ca actual, reformar el modelo de policía territorial.
FINAL: El modelo de policía territorial para el futuro: Un Cuerpo
Nacional y Cuerpos Autonómicos, integrados en un sistema nacional
de seguridad pública y racionalizados en el territorio funcional y esta-
tutariamente.
QUINTA PARTE
ANEXOS
I. RELACIÓN DE LAS NORMAS MÁS SIGNIFICATIVAS DE
APLICACIÓN A LAS POLICÍAS MUNICIPALES PREVIAS A
LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1978 Y A LA LEY
ORGÁNICA 2/1986 DE FyCS.

II. MARCO ESTATUTARIO DE LAS POLICÍAS LOCALES EN


LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS

III. RELACIÓN DE LA LEGISLACIÓN POLICIAL MÁS


SIGNIFICATIVA EN ESPAÑA

IV. ESCUELAS DE FORMACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES


EN LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS

V. CARRERA PROFESIONAL EN EL CNP Y GC.

VI. LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS LOCALES EN LOS


ESTATUTOS DE AUTONOMÍA
ANEXO I
RELACIÓN DE NORMAS MÁS
SIGNIFICATIVAS DE APLICACIÓN A LAS
POLICÍAS MUNICIPALES PREVIAS A LA
CONSTITUCIÓN DE 1978 Y A LA LEY
ORGÁNICA 2/1986 DE FyCS1
Régimen Local:

– Decreto de 24 de junio de 1955, por el que se aprueba el Texto


articulado y refundido de las Leyes de Bases de Régimen Local
de 7 de julio de 1945 y 3 de diciembre de 1953.
– Real Decreto 3046/1977, de 6 de octubre, por el que articula
parcialmente la Ley 41/1975, de Bases del Estatuto de Régi-
men Local, en lo relativo a los funcionarios públicos locales y
otros extremos.
– Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de Régimen
Local.

Funcionarios de Administración Local:

– Decreto de 30 de Mayo de 1952, Ministerio de la Gobernación,


aprobando el Reglamento de los Funcionarios de Administra-
ción Local, BOE del 28 de junio.

Orden público:

– Ley 45/59, de 30 de julio de 1959, Orden público, nuevas nor-


mas reguladoras.
1
La presente relación de normas, directa o indirectamente, forman parte del
ámbito normativo donde se ubican las Policías Municipales, previamente a la promul-
gación de la Constitución Española de 1978, algunas incluso mantienen su vigencia
una vez promulgada esta y otras son derogadas al promulgarse la LOFyCS.
322 José Escalante Castarroyo

– Ley 36/1971, de 21 de julio, sobre modificación de determina-


dos artículos de la Ley de Orden Público de 30 de julio de 1959.
– Real Decreto 823/1976, de 23 de abril, por el que se regula el ré-
gimen de funciones de la Policía Municipal en materia de or-
den público.
– Orden de 18 de abril de 1979, facultades de los Gobernadores
Civiles y Alcaldes en materia de orden público.
– Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma,
excepción y sitio.

Policía:

– Decreto 2038/1975, de 17 de julio, por el que se aprueba el Re-


glamento Orgánico de la Policía Gubernativa.
– Ley 55/78, de 4 de diciembre, de la Policía.
– Real Decreto 768/1981, de 10 de abril, por el que se regula la
concesión de licencias y la adopción de medidas de seguridad
de las armas que hayan de utilizar los miembros de los Cuer-
pos de Policía de las Comunidades Autónomas y de las Corpo-
raciones Locales.

Circulación urbana:

– Ley 47/59, de 30 de julio, Circulación urbana e interurbana.


Competencia en materia de tráfico.
– Decreto de 25 de septiembre de 1934, aprobando el Código de
la Circulación y sus anexos, (Gaceta, núm. 269, de 26 de sep-
tiembre de 1934).
– Proyectos de Ley previos:
– Proyecto de Ley de Modificación parcial de la Ley de Orden
Público, ( BOC núm. 55, de 1 de febrero de 1985).
– Proyecto de Ley de la Policía, ( BOC núm. 74 de 30 de marzo de
1978).
– Proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana, (BOCG Serie A,
núm. 73-I, de 21 de septiembre de 1979).
– Proyecto de Ley Orgánica de Policías de las Comunidades Au-
tónomas, (BOCG núm. 65-I, del 11 de julio de 1979).
ANEXO II
MARCO ESTATUTARIO DE LAS POLICÍAS
LOCALES EN LAS COMUNIDADES
AUTÓNOMAS2

Andalucía

1. Ley Orgánica 2/2007, de 19 de marzo, de reforma del Estatuto


de Autonomía para Andalucía.
2. Ley 13/2001, de 11 de diciembre, de Coordinación de Policías
Locales.
3. Decreto 250/2007, de 25 de septiembre, por el que se establece
la uniformidad de las Policías Locales.
4. Decreto 98/2006, de 16 de mayo, que crea la orden al mérito de
la Policía Local de Andalucía.
5. Decreto 93/2003, de 8 de abril, de Homogeneización de me-
dios técnicos de los Cuerpos de Policía Local.
6. Decreto 101/2.003, de 15 de abril, por el que se aprueba el bare-
mo de méritos para la fase de concurso, en los procedimientos
selectivos de concurso-oposición libre que para los vigilantes
municipales se regula en la disposición transitoria sexta de la
Ley 13/2.001, de 11 de diciembre, de coordinación de policías
locales.
7. Decreto 135/2003, de 20 de mayo, que desarrolla la situación
administrativa de segunda actividad de los funcionarios de
los Cuerpos de la Policía Local de Andalucía.
8. Decreto 201/2003, de 8 de julio, de ingreso, promoción interna,
movilidad y formación de los funcionarios de los Cuerpos de
la Policía Local.
2
Teniendo en cuenta las frecuentes variables en la normativa sobre Policías Lo-
cales en las Comunidades Autónomas esta relación se ha realizado a fecha 30 diciem-
bre del año 2007 y con las normas más significativas relacionadas directa o indirecta-
mente con aquellas.
324 José Escalante Castarroyo

9. Decreto 346/2003, de 9 de diciembre, que regula los Registros


de Policías Locales y Vigilantes Municipales.
10. Decreto 196/1992, de 24 de noviembre, de selección, forma-
ción y movilidad de los Cuerpos de Policía Local de Andalu-
cía, modificado por Decreto 86/1994, de 19 de abril.
11. Decreto 197/1991, de 29 de octubre, determina los grupos de
la Escala Ejecutiva de los Cuerpos de Policía Local.
12. Decreto 198/1991, de 29 de octubre, de integración de los
Auxiliares de Policía Local en os Cuerpos de Policía Local.
13. Decreto 201/1991, de 5 de noviembre, por el que se crea la Me-
dalla al Mérito de la Policía Local de Andalucía.
14. Decreto 213/1987, de 2 de septiembre, de creación de la Escue-
la de Seguridad Pública de Andalucía.
15. Orden de 4 de marzo de 2004, por la que se regulan determina-
dos aspectos del curso de ingreso para los funcionarios en
prácticas de los Cuerpos de la Policía Local.
16. Orden de 20 de enero de 2.003, de modificación parcial de la
Orden de 24 de febrero de 2.000, por la que se regula la concer-
tación de escuelas de Policía de las Corporaciones Locales con
la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía.
17. Orden de 26 de septiembre de 2003, que desarrolla el procedi-
miento de con-cesión de la Medalla al Mérito de la Policía Lo-
cal de Andalucía.
18. Orden de 22 de diciembre de 2003, por la que se establecen las
pruebas selectivas, los temarios y baremo de méritos para el
ingreso, la promoción interna y la movilidad a las distintas ca-
tegorías de los Cuerpos de Policía Local de Andalucía.
19. Orden de 14 de febrero de 2002, por la que se modifica parcial-
mente la de 14 de noviembre de 2000, por la que se establecen
las pruebas para el acceso a las distintas categorías de los Cuer-
pos de Policía Local de Andalucía.
20. Orden de 14 de febrero de 2001 sobre, baremos reguladores de
las remuneraciones de las actividades docentes en la Escuela
de Seguridad Pública de Andalucía.
21. Orden de 14 de Febrero que modifica parcialmente la Orden
de 24 de febrero de 2000, que regula la concertación de Escue-
las de Policía de las Corporaciones Locales.
22. Orden de 14 de noviembre de 2000, de pruebas para el acceso a
las distintas categorías de los Cuerpos de Policía Local de An-
dalucía, modificada por Orden de 14 de febrero de 2002.
Quinta Parte. Anexos 325

23. Orden de 10 de diciembre de 1997, que regula la homologación


de títulos de cursos por la Escuela de Seguridad Pública de
Andalucía.
24. Orden de 10 de diciembre de 1997, por la que se establecen los
programas mínimos y criterios docentes básicos de las Escue-
las de las Corporaciones Locales de Policías Locales.
25. Orden de 10 de diciembre de 1991, que desarrolla el Decreto de
29 de octubre de 1991, de Uniformidad de las Policías Locales.
26. Orden de 10 de diciembre de 1991, que establece el diseño, ca-
racterísticas y dimensiones de la Medalla al Mérito de la Poli-
cía Local de Andalucía.
27. Orden de 20 de junio de 1990, por la que se aprueba el Regla-
mento de régimen interior de la Escuela de Seguridad Pública
de Andalucía .

Aragón

1. Ley Orgánica 5/2007, de 20 de Abril, de reforma del Estatuto


de Autonomía de Aragón.
2. Ley 7/1987, de 15 de abril, de Coordinación de Policías Locales
de Aragón.
3. Decreto 103/1992, de 26 de mayo, de creación de la Escuela de
Policías Locales de Aragón.
4. Decreto 121/1992, de 7 de julio, de uniformidad de Policías
Locales de Aragón.
5. Decreto 215/1991, de 17 de diciembre, de creación del Registro
de Policías Locales.
6. Decreto 222/1991, de 17 de diciembre, por el que se aprueba el
Reglamento Marco de Organización de las Policías Locales,
modificado por el Decreto 12/1992, de 18 de febrero.

Cantabria

1. Ley Orgánica 8/1981, de 30 de diciembre, de Estatuto de Auto-


nomía para Cantabria.
2. Ley 5/2000, de 15 de diciembre, de Coordinación de Policías
Locales.
3. Decreto 1/2003, de 9 de enero, modificado por Decreto 169/2007,
de 27 de diciembre, por el que se aprueban las Normas-Marco
de los Cuerpos de Policía Local de Cantabria.
326 José Escalante Castarroyo

4. Decreto 9/1995 de 16 de marzo por el que se constituye la Es-


cuela Regional de Policía Local.
5. Orden de 30 de abril de 2003, por la que se crea y regula el fi-
chero automatizado de datos de carácter personal del Registro
de Policías Locales de Cantabria.
6. Resolución de 1 de febrero de 2006 – Convenio de colaboración
entre el Ministerio del Interior y el Gobierno de Cantabria para
la formación de las Policías Locales de la Comunidad Autóno-
ma.

Castilla-La Mancha

1. Ley Orgánica 9/1982, de 10 de agosto, de Estatuto de Autono-


mía de Castilla-La Mancha.
2. Ley 8/2002, de 23 de mayo, de Coordinación de Policías Loca-
les de Castilla La Mancha.
3. Decreto 110/2006, de 17 de octubre por el que se aprueba el
Reglamento de la Ley de Coordinación de Policías Locales de
Castilla-La Mancha.
4. Decreto 132/1990, de 18 de diciembre, de organización y fun-
cionamiento de la Escuela de Administración Regional.
5. Orden de 2 de febrero de 2007 Consejería de Administraciones
Públicas Descripción y características de las prendas de Uni-
formidad Policías Locales de Castilla la Mancha.
6. Orden de 8 de febrero de 2007 Consejería de Administraciones
Públicas Medios identificación profesional, medios técnicos,
emblemas y divisas de los Cuerpos de Policía Local de Castilla
la Mancha.
7. Resolución de 31 de enero de 2007 Consejería de Administra-
ciones Públicas, programa de acceso a la Categoría de Policía
de los Cuerpos de Policía Local de Castilla la Mancha.

Castilla y León

1. Ley Orgánica 14/2007, de 25 de 30 de noviembre, de reforma


del Estatuto de Autonomía de Castilla y León.
2. Ley 4/2007, de 28 de marzo, de Protección Ciudadana.
3. Ley 9/2003, de 8 de abril, de Coordinación de Policías Locales
de Castilla y León, modificada por Ley 13/2006, de 13 de no-
viembre.
Quinta Parte. Anexos 327

4. Decreto 104/2007, de 18 de octubre, por el que se regula la uni-


formidad de los Cuerpos de Policía Local de Castilla y León.
5. Decreto 84/ 2005, de 10 de noviembre, por el que se aprueban
las Normas Marco a las que han de ajustarse los Reglamentos
de Policías Locales en el ámbito de la Comunidad de Castilla y
León.
6. Decreto 97/2004, de 2 de septiembre, por el que se crea la me-
dalla al mérito de la Policía Local de Castilla y León.
7. Decreto 56/2002, de 18 de abril, de Creación de la Escuela Re-
gional de Policía Local.
8. Decreto 196/1992, de 26 de noviembre, que regula los modelos
y utilización de la tarjeta de identificación y símbolos regiona-
les de la uniformidad.
9. Decreto 48/1985, de 9 de mayo por el que se crea la Comisión
de Cooperación con las Corporaciones Locales en materia de
Policía Local.
10. Orden 778/2007 de 16 de abril, por la que se aprueba el mode-
lo de bases para las convocatorias de pruebas de acceso a la ca-
tegoría de Agente de los Cuerpos de Policías Locales.
11. Orden 1056/2006, de 13 de junio, por la que se regulan las ca-
racterísticas de imagen de los vehículos de la Policía Local de
Castilla y León.
12. Orden 178/2005, de 7 de febrero, que desarrolla el Decreto 97/
2004, de 2 de septiembre, por el que se crea la Medalla al méri-
to de la Policía Local de Castilla y León.
13. Orden de 3 de diciembre de 2001, sobre criterios técnicos y de
procedimiento para el funcionamiento del Registro de Policías
Locales y Auxiliares de Policía.
14. Resolución de la Dirección General de Secretariado de la
Junta y Relaciones Institucionales, de 6 de mayo de 1999, por
la que se ordena la publicación del Convenio de Colabora-
ción entre el Ministerio del Interior y la Consejería de Pre-
sidencia y Administración Territorial de la Junta de Castilla
y León, para la realización de los Cursos de Formación Bási-
ca de la Policía Local de la Comunidad de Castilla y León en
el Centro de Formación del Cuerpo Nacional de Policía de
Ávila.
328 José Escalante Castarroyo

Cataluña

1. Ley Orgánica 6/2006, de 19 de julio, de reforma del Estatuto de


Autonomía de Cataluña.
2. Ley 10/2007, de 30 de julio, del Instituto de Seguridad Pública
de Cataluña.
3. Ley 1/2006, de 13 de marzo, por la que se aprueba el Régimen
Especial del municipio de Barcelona3.
4. Ley 4/2003, de 7 de abril, de Ordenación del sistema de seguri-
dad pública de Cataluña.
5. Ley 16/1991, de 10 de julio, de las Policías Locales, modificada
por Ley 5/2000 de 5 de junio de modificación del art. 29; modi-
ficada por la Ley 25/1998, de 31 de diciembre de Medidas fisca-
les, administrativas y de adaptación del euro, por Ley 5/2000,
de 5 de junio y por Ley 4/2003, de 7 de abril.
6. Ley 27/1985, de 27 de diciembre, de la Escuela de Policía de
Cataluña.
7. Decreto 230/2007 de 16 de octubre por el que se crea el Comité
de Ética de la Policía de Cataluña.
8. Decreto 233/2002, de 25 de septiembre, por el que se aprueba
el Reglamento de acceso, promoción y movilidad de las Poli-
cías Locales.
9. Decreto 233/2002, de 25 de septiembre, por el que se aprueba
el Reglamento de acceso, promoción y movilidad de las poli-
cías locales.
10. Decreto 151/1998, de 23 de junio, de regulación de las Juntas
Locales de Seguridad.
11. Decreto 219/1996, de 12 de junio, por el que se aprueba el Re-
glamento de Armas de las Policías Locales.
12. Decreto 292/1995, de 7 de noviembre, por el que se aprueba el
Reglamento de régimen interior de la Escuela de Policía de Ca-
taluña.
13. Decreto 217/1987, de 28 de mayo, por el que se determinan
ciertos elementos del uniforme de los Policías Locales de Ca-
taluña.

3
Si bien esta Ley no está promulgada por la Comunidad Autónoma de Catalu-
ña, en la misma hay preceptos aplicables a la Guardia Urbana de Barcelona.
Quinta Parte. Anexos 329

Comunidad Valenciana

1. Ley Orgánica 1/2006, de 10 de Abril de reforma de la Ley Or-


gánica 5/1982, de 1 de julio, de Estatuto de Autonomía de la
Comunidad Valenciana.
2. Ley 6/1999, de 19 de abril, de Policías Locales y de Coordina-
ción de las Policías Locales de la Comunidad Valenciana.
3. Decreto 189/2006 de 22 de diciembre, por el que se regulan las
distinciones y condecoraciones que se concedan a los miem-
bros de los Cuerpos de la Policía Local de la Comunidad Va-
lenciana.
4. Decreto 114/2005, de 17 de junio, regulador del sistema de ho-
mogeneización y homologación de la uniformidad de la poli-
cía local de la Comunidad Valenciana.
5. Decreto 19/2003, de 4 de marzo, que aprueba la Norma-Marco
sobre Estructura, Organización y Funcionamiento de los Cuer-
pos de Policía Local de la Comunidad Valenciana.
6. Decreto 20/2003, de 4 de marzo, por el que se desarrolla la Dis-
posición Transitoria Primera de la Ley 6/1999, de 19 de abril,
de Policías Locales y de Coordinación de las Policías Locales
de la Comunidad Valenciana, de habilitación a los efectos de
promoción interna.
7. Decreto 89/2001, de 24 de abril, que desarrolla la Disposición
Transitoria Cuarta de la Ley 6/1999, de 19 de abril, de Policías
Locales y de Coordinación de las Policías Locales de la Comu-
nidad Valenciana, sobre consolidación de empleo temporal.
8. Decreto 88/2001, de 24 de abril, por el que se establecen las ba-
ses y criterios generales uniformes para la selección, promo-
ción y movilidad de todas las escalas y categorías de los auxi-
liares.
9. Decreto 181/1998, de 3 de noviembre, sobre homogeneización
de medios técnicos, acreditación y Registro de Policías Locales.
10. Decreto 18/1995, de 24 de enero, regulador de los criterios de
utilización del equipo de autodefensa y armamento.
11. Decreto 260/1994, de 20 de diciembre, de dispensa de un gra-
do del requisito de titilación de los policías locales, a efectos de
promoción interna.
12. Decreto 254/1993, de 30 de diciembre, por el que se establecen
las bases para el acceso a los Cuerpos de Policía Local de los
auxiliares de Policía Local.
330 José Escalante Castarroyo

13. Decreto 255/1993, de 30 de diciembre, regulador de las condi-


ciones y requisitos de homologación de los cursos de forma-
ción de los miembros de las Policías Locales.
14. Orden de 23 de noviembre de 2005, por la que se aprueba el bare-
mo general para la valoración de los méritos en los concursos-opo-
sición convocados para la selección de los Cuerpos de Policía Local.
15. Orden de 23 de noviembre de 2005, por la que se aprueba el ba-
remo general para la aplicación a los concursos de méritos
para la provisión de plazas en los Cuerpos de Policía Local por
el turno de movilidad.
16. Orden de 1 de junio de 2001, que desarrolla el Decreto 88/2001,
de 24 de abril, de bases y criterios generales uniformes para la
selección, promoción y movilidad de la Escala Básica y Auxi-
liares de Policía.
17. Orden de 1 de junio de 2001, que desarrolla el Decreto 88/2001,
de 24 de abril, de bases y criterios generales uniformes para la
selección, promoción y movilidad de la Escala Técnica.
18. Orden de 1 de junio de 2001, que desarrolla el Decreto 88/2001,
de 24 de abril, de bases y criterios generales uniformes para la
selección, promoción y movilidad de la Escala Superior, Cate-
goría de Intendente General e Intendente Principal.
19. Orden de 2 de noviembre de 2000, por el que se crea el fichero
informatizado Registro de Policías Locales.
20. Orden de 11 de octubre de 2000, por la que se regula el funcio-
namiento del registro y la acreditación.
21. Orden de 5 de diciembre de 1994, por la que se establecen los
criterios mínimos para la selección de los Policías Locales de la
Comunidad Valenciana en las pruebas físicas, psicológicas de
reconocimiento médico.
22. Orden de 5 de diciembre de 1994, por la que se desarrolla el
Decreto 254/de 30 de diciembre, por el se establecen las bases
para el acceso a los Cuerpos de Policía Local de los Auxiliares
de Policía Local.

Extremadura

1. Ley Orgánica 1/1983, de 25 de febrero, de Estatuto de Autono-


mía de Extremadura.
2. Ley 4/2002, de 23 de mayo, de modificación de la Ley 1/1990,
de 26 de abril, de Coordinación de Policías Locales.
Quinta Parte. Anexos 331

3. Decreto 74/2002, de II de junio, que aprueba las Normas Mar-


co de las Policías Locales de Extremadura.
4. Decreto 27/1997, de 4 de marzo, por cl que se aprueba el Re-
glamento que regula la uniformidad y acreditación de los Poli-
cías Locales de Extremadura.
5. Orden de 14 de septiembre de 2004, por la que se aprueban los
programas con los temas a los que han de ajustarse las bases de
las convocatorias realizadas por las Entidades Locales para el
ingreso, promoción y movilidad en los Cuerpos de Policía Lo-
cal y Auxiliares de Policía Local de la Comunidad Autónoma
de Extremadura.
6. Orden de 22 de octubre de 2002, por la que se establecen los
criterios técnicos y de procedimiento para el funcionamiento
del Registro de Policías Locales de Extremadura.
7. Orden de 20 de febrero de 1997, por la que se aprueba el regla-
mento de organización, funcionamiento y de régimen interior
de la Academia de Seguridad Pública de Extremadura, modi-
ficada parcialmente por la Orden de 9 de septiembre de 1997.
8. Orden de 15 de mayo de 1991, por la que se aprueba el Regla-
mento de Organización y Funcionamiento de la Comisión de
Coordinación de la Policía Local de Extremadura.
9. Resolución de 3 de marzo de 2006, de la Dirección General de
Protección Civil, Interior y Espectáculos Públicos, por la que se
aprueba la Carta de Servicios denominada “ Actividades y Fun-
ciones de la Academia de Seguridad Pública de Extremadura” .

Galicia

1. Ley Orgánica 1/1981, de 6 de abril, de Estatuto de Autonomía


de Galicia.
2. Ley 4/2007, de 20 de abril, de coordinación de policías locales.
3. Ley 1/2007, de 15 de enero, de la Academia Gallega de Seguri-
dad, que deroga la Ley 1/2005, de 4 de enero, del Centro de Es-
tudios Judiciales y Seguridad Pública de Galicia.
4. Decreto 85/2006, de 18 de mayo, por el que se modifica el De-
creto 75/1997, de 10 de abril, por el que se crea la Medalla de la
Junta de Galicia al mérito de la policía local.
5. Decreto 204/2000, de 21 de julio, por el que se refunde la nor-
mativa vigente en materia de coordinación de policías locales.
332 José Escalante Castarroyo

6. Decreto 404/1996, de 7 de noviembre, por el que se modifica


parcialmente el Decreto 92/1996, de 29 de febrero, sobre carac-
terísticas básicas y comunes de uniformidad de las Policías Lo-
cales de Galicia.
7. Decreto121/1995, de 20 de abril, por el que se aprueban los cri-
terios básicos de selección, formación, promoción y movilidad
de los miembros de los cuerpos de policía local.
8. Orden de 9 de enero de 2008 de la Consejería de Presidencia ,
Administraciones Públicas y Justicia por la que se regula la
composición y el funcionamiento del gabinete técnico en ma-
teria de coordinación de policías locales.
9. Orden de 2 de julio de 1997 por la que se aprueba el baremo de
méritos para la promoción interna de las policías locales de
Galicia.
10. Orden de 5 de julio de 1995, por la que se aprueba el Regla-
mento de Régimen Interior de la Academia Gallega de Seguri-
dad.

Islas Baleares

1. Ley Orgánica 1/2007, de 28 de febrero, de reforma del Estatuto


de Autonomía para las Islas Baleares.
2. Ley 6/2005, de 3 de junio, de Coordinación de las Policías Lo-
cales de las Islas Baleares.
3. Decreto 67/2007, de 7 de junio de 2007, por el que se aprueba el
Reglamento Marco de Medidas Urgentes de las Policías Loca-
les de las Islas Baleares.
4. Decreto 59/2006, de 1 de julio, regulador de los cursos previs-
tos en las disposiciones transitorias de la Ley 6/2005, de 3 de
junio, de coordinación de las policías locales de las Islas Balea-
res.
5. Decreto 73/2006, de 25 de agosto, de creación del Instituto de
Seguridad Pública de las Islas Baleares.
6. Decreto 66/2006, de 21 de julio, de modificación del Decreto
72/1989, de 6 de julio, de bases y ejercicios para el ingreso en
las diversas categorías de la policía local, y del Decreto 146/
2001, de 21 de diciembre, por el que se establecen la formación,
el ingreso, la promoción y la movilidad de los policías locales
de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares.
Quinta Parte. Anexos 333

7. Decreto 51/2004, de 4 de junio, por el que se regula el Registro


General de Datos de los miembros integrantes de los Cuerpos
de policía local, de los demás miembros que presten servicios
de vigilancia y custodia y de los cuerpos de policía local de los
ayuntamientos de las Islas Baleares.
8. Decreto 69/2004, de 9 de julio, por el que se modifica la norma-
tiva reguladora de las policías locales de las Islas Baleares en
materia de organización, uniformidad, formación, ingreso,
promoción y movilidad.
9. Decreto 146/2001 de 21 de diciembre por el que se establecen
la formación, el ingreso, la promoción y la movilidad de los
policías locales de las Illes Balears.
10. Decreto 70/1989, de 6 de julio, que aprueba las Normas Marco
a las que habrán de ajustarse los Reglamentos de organización
y funcionamiento de los Cuerpos de Policía de las Entidades
Locales, modificado por Decreto 67/2007, de 7 de junio, por el
que se aprueba el reglamento Marco de Medidas Urgentes de
las Policías Locales de las Islas Baleares.
11. Orden de 11 de enero de 2005, por la que se regulan las condicio-
nes de uniformidad de las policías locales de las Islas Baleares.
12. Orden de 17 de enero de 2001, de criterios de revalidación y/o
actualización de diplomas de cursos de aptitud de las policías
locales.

Islas Canarias

1. Ley Orgánica 10/1982, de 10 de agosto, de Estatuto de Auto-


nomía de Canarias.
2. Ley 9/2007 de 13 de abril, del Sistema Canario de Seguridad y
Emergencias y de modificación de la Ley 6/1997, de 4 de julio,
de Coordinación de las Policías Locales de Canarias.
3. Ley 6/1997, de 4 de julio, de Coordinación de Policías Locales
de Canarias, modificada por Ley 9/2007, de 13 de Abril, del
Sistema Canario de Seguridad y Emergencias.
4. Decreto 75/2003, de 12 de mayo, por el que se establecen las
normas marco y otras normas de Coordinación de Policías Lo-
cales de Canarias.
5. Decreto 5/2001, de 22 de enero, por el que se crea el Registro
de Policías Locales de Canarias.
334 José Escalante Castarroyo

6. Decreto 172/1998, de 8 de octubre, por el que se regula la Aca-


demia Canaria de Seguridad.
7. Decreto 219/2000, de 4 de diciembre, Orden al mérito a la segu-
ridad pública de Canarias y sus condecoraciones, modificado
por Decreto 151/2002, de 24 de octubre y por Decreto 131/2004,
de 21 de septiembre.
8. Decreto 5/2001, de 22 de enero, Registro de Policías Locales de
Canarias, modificado por Decreto 134/2002, de 23 de septiem-
bre.
9. Orden de 29 de julio de 2006, por la que se establecen disposi-
ciones para la homogeneización de los signos externos de
identificación de las policías locales de canarias en funciones
de la policía autonómica y de apoyo a los cuerpos de policía de
otros municipios.
10. Orden de 4 de noviembre de 2004, por la que se crea y regula el
fichero automatizado de datos que contiene el registro de Poli-
cías Locales de la Comunidad Autónoma de Canarias, así
como su utilización.
11. Orden de 20 de febrero de 2003, por la que se complementa la
Orden de 16 de febrero de 2001, por la que se establece la estan-
darización de los medios técnicos y defensivos de los efectivos
de las Policías Locales de Canarias.
12. Orden de 3 de abril de 2003, por la que se establecen los conte-
nidos mínimos para la homogeneización de los signos exter-
nos de identificación de las Policías Locales de Canarias.
13. Orden de 27 de junio de 2002, por la que se organizan los actos
protocolarios del día de la Coordinación de las Policías Locales
de Canarias.
14. Orden de 17 de junio de 2002, por la que se complementa la Or-
den de 16 de febrero de 2001, por la que se establece la estanda-
rización de los medios técnicos y defensivos de los efectivos de
las Policías Locales de Canarias.
15. Orden de 16 de febrero de 2001, por la que se establece la estan-
darización de los medios técnicos y defensivos de los efectivos
de las Policías Locales de Canarias.
16. Orden de 17 de mayo de 1999, de la Academia Canaria de Se-
guridad, por la que se determinan los requisitos y el procedi-
miento para la homologación de acciones formativas organi-
zadas por instituciones públicas y privadas y dirigidas al
Quinta Parte. Anexos 335

personal integrante de los Cuerpos de Policía Local de Cana-


rias.
17. Orden de 20 de noviembre de 1998, por la que se aprueban las
Normas de Organización y Funcionamiento de la Comisión de
Coordinación de Policías Locales de Canarias.
18. Resolución de la Dirección General de Seguridad y Emergen-
cias, de 27 de mayo de 2002, por la que se establece la organiza-
ción y funcionamiento de la Unidad Funcional de Comunica-
ción de las Policías Locales.
19. Resolución de la Dirección General de Seguridad y Emergen-
cias, de 19 de noviembre de 2002, por la que se acuerda la pu-
blicación del protocolo general entre la Consejería de Presi-
dencia e Innovación Tecnológica y la Federación Canaria de
Municipios (FECAM) para la Coordinación de las Policías Lo-
cales de Canarias.
20. Resolución de 27 de junio de 2006, del Director de la Academia
Canaria de Seguridad, por la que se convocan los cursos de
dispensa de un grado del requisito de titilación exigido a los
funcionarios de carrera de los Cuerpos de la Policía Local, a
efectos de promoción interna, de acuerdo con lo establecido en
la Ley de Coordinación de Policías Locales.

La Rioja

1. Ley Orgánica 3/1982, de 9 de junio, de Estatuto de Autonomía


de La Rioja.
2. Ley 7/1995, de 30 de marzo, de Coordinación de las Policías
Locales de La Rioja, modificada por Ley 6/1998, de 6 de mayo
y por Ley 13/2005, de 16 de diciembre, de medidas fiscales y
administrativas para el año 2006.
3. Decreto 14/1999, de 16 de abril, por el que se aprueba el Regla-
mento Marco de las Policías Locales de La Rioja.
4. Decreto 63/1999, de 10 de septiembre, de creación, régimen,
estructura y funcionamiento de la Escuela Riojana de Admi-
nistración Pública.
5. Orden de 16 de marzo de 2001, de la Consejería de Desarrollo
Autonómico y Administraciones Públicas, por la que se esta-
blecen las bases, baremos y programas mínimos para el ingre-
so en los Cuerpos de Policía de La Rioja.
336 José Escalante Castarroyo

6. Resolución de 25 de julio de 2006 de la Secretaria General Téc-


nica del Ministerio del Interior – Convenio Marco en materia
de formación de Policías Locales.

Madrid

1. Ley Orgánica 3/1983, de 25 de febrero, de Estatuto de Autono-


mía de la Comunidad de Madrid.
2. Ley 22/2006, de 4 de julio, de Capitalidad y de Régimen Espe-
cial de Madrid4.
3. Ley 15/2000, de 21 de diciembre, de creación del Instituto Su-
perior de Estudios de Seguridad de Madrid.
4. Ley 4/1992, de 8 de julio, de Coordinación de Policías Locales.
5. Decreto 124/1996, de 29 de agosto, por el que se crea la Meda-
lla al Mérito de la Policía Local de la Comunidad de Madrid.
6. Decreto 112/1993, de 28 de octubre, que aprueba el Reglamen-
to Marco de Organización de las Policías Locales de la Comu-
nidad de Madrid.
7. Orden de 12 de marzo de 2002, sobre procedimiento y criterios
para la homologación de cursos impartidos por Centros Muni-
cipales de Formación.
8. Orden de 27 de septiembre de 1996, por la que se desarrolla el
Decreto de 29 de agosto de 1996, que crea la Medalla al Mérito
de la Policía Local de la Comunidad de Madrid.
9. Orden de 22 de septiembre de 1994, por la que se aprueba el
Reglamento de Régimen Interior de aplicación al alumnado
que ostente la condición de funcionario de carrera o en prácti-
cas en la Academia Regional de Estudios de Seguridad.

Navarra

1. Ley Orgánica 13/1982, de 10 de agosto, de reintegración y


amejoramiento del Régimen Foral de Navarra.
2. Ley Foral 8/2007, de 23 de marzo, de las Policías de Navarra.
3. Ley Foral 8/2006, de 20 de junio, de Seguridad Pública de Na-
varra.

4
Esta Ley no ha sido promulgada por la Comunidad Autónoma, pero contiene
disposiciones de aplicación para la Policía Municipal de Madrid.
Quinta Parte. Anexos 337

4. Decreto Foral 52/2006, de 31 de julio, por el que se modifica el


Decreto Foral 113/2005, de 12 de septiembre, Reglamento de
organización y funcionamiento de la Escuela de Seguridad de
Navarra.
5. Decreto Foral 113/2005, de 12 de septiembre, por el que se
aprueba el Reglamento de organización y funcionamiento de
la Escuela de Seguridad de Navarra, modificado por Decreto
Foral 52/2006, de 31 de julio.
6. Decreto Foral 718/2003, de 29 de diciembre, por el que se
aprueba el Reglamento de Personal de los Cuerpos de Policía
de Navarra.
7. Decreto Foral 8/1990, de 25 de enero, por el que se aprueba el
Reglamento Marco de organización de las Policías Locales.

País Vasco

1. Ley Orgánica 3/1979, de 18 de diciembre, de Estatuto de Auto-


nomía para el País Vasco.
2. Ley 4/1992, de 17 de julio, de Policía del País Vasco, modifica-
da por Ley 6/2006 de 1 de diciembre.
3. Decreto 111/2002, de 21 de mayo, por el que se modifica el De-
creto 315/1994, de 19 de julio, que aprueba el Reglamento de
selección y formación de la Policía del País Vasco.
4. Decreto 7/1998, de 27 de enero, que desarrolla determinados
aspectos relativos al pase a la situación administrativa de se-
gunda actividad de los Cuerpos de Policía del País Vasco.
5. Decreto 388/1998, de 22 de diciembre, por el que se aprueba el
Reglamento de provisión de puestos de trabajo de los funcio-
narios de los Cuerpos de Policía del País Vasco.
6. Decreto 331/1993, de 14 de diciembre, por el que se modifica el art.
18 del Reglamento de Régimen Interior de la Academia de Policía
del País Vasco aprobado por Orden de 22 de febrero de 1982.
7. Decreto 403/1994, de 18 de octubre, por el que se determinan
las equivalencias entre categorías de distintos Cuerpos de Po-
licía del País Vasco, así como el nivel de formación exigible,
para proveer puestos de trabajo propios de los mismos en
otros Cuerpos distintos al de procedencia.
8. Decreto 170/1994, de 3 de mayo, por el que se aprueba el Re-
glamento de Régimen Disciplinario de los Cuerpos de Policía
del País Vasco.
338 José Escalante Castarroyo

9. Decreto 382/1994, de 4 de octubre, por el que se regulan las


Comisiones de coordinación de ámbito local de la Ertzaintza y
de los Cuerpos de Policía Local.
10. Decreto 381/1994, de 4 de octubre, por el que se regula la cons-
titución, composición y funcionamiento de la Comisión Vasca
para la Seguridad.
11. Decreto 34/1983, de 8 de marzo, de Creación de los Centros de
Coordinación Operativa.
12. Decreto 218/1993, de 27 de julio, por el que se establece la es-
tructura orgánica de la Academia de Policía del País Vasco.
13. Orden de 27 de febrero de 2002 del Consejero de Interior por la
que se modifica y hace pública la composición de la Comisión
de coordinación de Policías Locales del País Vasco.
14. Orden de 8 de junio de 1995, por la que se determinan los con-
tenidos generales y los modos de evaluación de los cursos de
capacitación para el acceso a la escala de inspección previstos
en el artículo 57.1.a) del decreto 315/1994, de 19 de julio, por el
que se aprueba el Reglamento de selección y Formación de la
Policía del País Vasco.
15. Orden de 12 de febrero de 1990, que modifica los artículos 17 al
22, del Reglamento de Régimen Interior de alumnos de la Aca-
demia de Policía del País Vasco, aprobado por Orden de 22 de
febrero de 1982.

Principado de Asturias

1. Ley Orgánica 7/1981, de 30 de diciembre, de Estatuto de Auto-


nomía del Principado de Asturias.
2. Ley 2/2007, de 23 de marzo de Coordinación de Policías Loca-
les.
3. Decreto 84/1990, de 26 de diciembre, por el que se aprueba el
Reglamento de organización y funcionamiento de la Comisión
de Coordinación de Policías Locales.

Región de Murcia

1. Ley Orgánica 4/1982, de 9 de junio, de Estatuto de Autonomía


para la Región de Murcia.
Quinta Parte. Anexos 339

2. Ley 4/1998. de 22 de julio de Coordinación de las Policías Lo-


cales de la Región de Murcia.
3. Decreto 92/2001, de 21 de diciembre, por el que se aprueban
¡as Bases Generales por las que han de regirse los concursos de
méritos para la movilidad en los Cuerpos de Policía Local de la
Región de Murcia.
4. Decreto 8/1991, de 24 de enero, de uniformidad de las Policías
Locales de la Región de Murcia.
5. Decreto 82/1990, de 16 de octubre, por el que se aprueban los
criterios a que deberán atenerse las bases de las convocatorias
que se aprueben por las Corporaciones Locales de la Región
para el ingreso y ascensos en los Cuerpos de Policía Local.
6. Orden de 28 de julio de 2003, por la que se determinan los re-
quisitos y el procedimiento para la homologación de acciones
formativas dirigidas a los funcionarios de los Cuerpos de Poli-
cía Local de la Región de Murcia.
7. Orden de 18 de septiembre de 2003, por la que se regula la base
de datos del Profesorado colaborador de la Escuela de Policías
Locales de la Región de Murcia.
ANEXO III
RELACIÓN DE LA LEGISLACIÓN POLICIAL
MÁS SIGNIFICATIVA EN ESPAÑA5

1. Constituciones e Instrumentos internacionales

CONSTITUCIÓN EUROPEA, Ley Orgánica 1/2005, de 20 de ma-


yo, por la que se autoriza la ratificación por España del Tratado por el
que se establece una Constitución para Europa, firmado en Roma el 29
de octubre de 2004.
CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA, de 27 de diciembre de 1978.
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS,
aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de di-
ciembre de 1948.
CONVENIO EUROPEO PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERE-
CHOS HUMANOS Y LIBERTADES FUNDAMENTALES, de 4 de no-
viembre de 1950.
CONVENCIÓN SOBRE EL ESTATUTO DE LOS REFUGIADOS,
hecho en Ginebra el 28 de julio de 1951, y Protocolo sobre el Estatuto de
los Refugiados, hecho en Nueva York el 31 de enero de 1967. Instru-
mento de Adhesión a España.
CONVENCIÓN SOBRE EL ESTATUTO DE LOS APÁTRIDAS, de
28 de septiembre de 1954.
PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTI-
COS, hecho en Nueva York el 19 de diciembre de 1966.
PROTOCOLO FACULTATIVO DEL PACTO INTERNACIONAL
DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS, hecho en Nueva York el 19 de
diciembre de 1966.

5
Teniendo en cuenta las frecuentes variables en la normativa sobre policía y se-
guridad pública este Anexo está realizado a fecha 30 diciembre del año 2007 y en él se
incluyen las normas más significativas relacionadas con aquellas.
En la presente relación se han excluido las Normas específicas de las Policías Lo-
cales, estas se encuentran relacionadas por Comunidades Autónomas en el Anexo an-
terior.
342 José Escalante Castarroyo

RESOLUCIÓN 169/34, de 1979, de la Asamblea General de las Na-


ciones Unidas. CÓDIGO DE CONDUCTA DE FUNCIONARIOS EN-
CARGADOS DE HACER CUMPLIR LA LEY.
RESOLUCIÓN 690, de 1979, de la Asamblea Parlamentaria del
Consejo de Europa. DECLARACIÓN SOBRE LA POLICÍA.
CONVENIO DE APLICACIÓN DEL ACUERDO DE SCHENGEN,
de 14 de junio de 1985.
CONVENCIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA EL TRÁ-
FICO ILÍCITO DE ESTUPEFACIENTES Y SUSTANCIAS PSICOTRÓ-
PICAS, hecha en Viena el 20 de diciembre de 1988.
CONVENIO EUROPEO PARA LA PREVENCIÓN DE LA TORTU-
RA Y DE LAS PENAS O TRATOS INHUMANOS O DEGRADANTES,
hecho en Estrasburgo el 26 de noviembre de 1987.

2. Leyes Orgánicas

LEY DE ENJUICIAMIENTO CRIMINAL (Real Decreto de 14 de


septiembre de 1882).
LEY ORGANICA 1/1979 de 26 de septiembre que establece la Ley
General Penitenciaria.
LEY ORGÁNICA 2/1979, de 3 de octubre, del Tribunal Constitucional.
LEY ORGÁNICA 3/1981, de 6 de abril, del Defensor del Pueblo.
LEY ORGÁNICA 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, ex-
cepción y sitio.
LEY ORGÁNICA 9/1983, de 15 de julio, reguladora del derecho de
reunión.
LEY ORGÁNICA 6/1984, de 24 de mayo, reguladora del procedi-
miento de habeas corpus.
LEY ORGÁNICA 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral
General.
LEY ORGÁNICA 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.
LEY ORGÁNICA 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad.
LEY ORGÁNICA 3/1986, de 14 de abril, sobre medidas especiales
en materia de salud pública.
LEY ORGÁNICA 4/1987, de 15 de junio, sobre competencia y orga-
nización de la jurisdicción militar.
LEY ORGÁNICA 2/1989, de 13 de abril, Procesal Militar.
LEY ORGÁNICA 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la
Seguridad Ciudadana.
Quinta Parte. Anexos 343

LEY ORGÁNICA 19/1994, de 23 de diciembre, de protección a tes-


tigos y pe- ritos en causas criminales.
LEY ORGÁNICA 10/1995, de 23 de noviembre. Código Penal.
LEY ORGÁNICA 12/1995, de Represión del Contrabando.
LEY ORGÁNICA 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del
Menor, de modificación parcial del Código Civil y de la Ley de Enjui-
ciamiento Civil.
LEY ORGÁNICA 4/1997, de 4 de agosto, por la que se regula la uti-
lización de videocámaras por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en
lugares públicos.
LEY ORGÁNICA 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de
Datos de Carácter Personal.
LEY ORGANICA 2/2000, de 7 de enero, de modificación de la Ley
Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en materia
de prohibición del desarrollo y el empleo de armas químicas.
LEY ORGÁNICA 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y liberta-
des de los extranjeros en España y su integración social.
LEY ORGANICA 3/2000, de 11 de enero, de modificación de la Ley
Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en materia
de lucha contra la corrupción de agentes públicos extranjeros en las
transacciones comerciales internacionales.
LEY ORGÁNICA 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la respon-
sabilidad penal de los menores.
LEY ORGANICA 7/2000, de 22 de diciembre, de modificación de
la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, y de la
Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la Responsabili-
dad Penal de los Menores, en relación con los delitos de terrorismo.
LEY ORGANICA 8/2000, de 22 de diciembre, de reforma de la Ley
Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los ex-
tranjeros en España y su integración.
LEY ORGANICA 3/2002, de 22 de mayo, por la que se modifican la
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre del Código Penal y la Ley Or-
gánica 13/1985, de 9 de diciembre, del Código Penal Militar, en materia
de delitos relativos al servicio militar y a la prestación social sustitutoria.
LEY ORGANICA 7/2002, de 5 de julio, de reforma parcial de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal.
LEY ORGANICA 8/2002, de 24 de octubre, complementaria de la
Ley de reforma parcial de la Ley de Enjuiciamiento Criminal sobre pro-
cedimiento para el enjuiciamiento rápido e inmediato de determinados
delitos y faltas, y de modificación del procedimiento abreviado.
344 José Escalante Castarroyo

LEY ORGANICA 9/2002, de 10 de diciembre, de modificación de


la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, y del
Código Civil, sobre sustracción de menores.
LEY ORGANICA 1/2003, de 10 de marzo, para la garantía de la de-
mocracia en los Ayuntamientos y la seguridad de los Concejales.
LEY ORGANICA 2/2003, de 14 marzo, complementaria de la Ley
sobre la orden europea de detención y entrega.
LEY ORGANICA 3/2003, de 21 de mayo, complementaria de la
Ley reguladora de los equipos conjuntos de investigación penal en el
ámbito de la unión Europea, por la que se establece el régimen de res-
ponsabilidad penal de los miembros destinados en dichos equipos
cuando actúen en España.
LEY ORGANICA 4/2003, de 21 mayo, que complementa la Ley de
prevención y bloqueo de la financiación del terrorismo , que modifica
la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio de 1985, del Poder Judicial, y la
Ley 29/1998, de 13 de julio de 1998, reguladora de la Jurisdicción Con-
tencioso-Administrativa.
LEY ORGANICA 5/2003, de 27 mayo, por la que se modifica la Ley
Orgánica 6/1985, de 1 de julio de 1985, del Poder Judicial, la Ley Orgá-
nica 1/1979, de 26 de septiembre, General Penitenciaria, y la Ley 38/
1988, de 28 de diciembre de 1988, de Demarcación y Planta Judicial.
LEY ORGANICA 6/2003, de 30 de junio, de modificación de la Ley
Orgánica 1/1979, de 26 de septiembre, General Penitenciaria.
LEY ORGANICA 7/2003, de 30 junio, de medidas de reforma para
el cumplimiento íntegro y efectivo de las penas.
LEY ORGANICA 11/2003, de 29 de septiembre, de medidas con-
cretas en materia de seguridad ciudadana, violencia doméstica e inte-
gración social de los extranjeros.
LEY ORGANICA 13/2003, de 24 de octubre, de reforma de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal en materia de prisión provisional.
LEY ORGANICA 14/2003, de 20 de noviembre, de Reforma de la Ley or-
gánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros
en España y su integración social, modificada por la Ley Orgánica 8/2000, de
22 de diciembre; de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del
Régimen Local; de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico
de las Administraciones Públicas y del procedimiento Administrativo Co-
mún, y de la Ley 3/1991, de 10 de enero, de Competencia Desleal.
LEY ORGANICA 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modi-
fica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
(BOE, núm. 283, de 26 de noviembre de 2003).
Quinta Parte. Anexos 345

LEY ORGANICA 18/2003, de 10 de diciembre, de Cooperación


con la Corte Penal Internacional.
LEY ORGANICA 19/2003, de 23 de diciembre, de modificación de
la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.
LEY ORGANICA 20/2003, de 23 de diciembre, de modificación de
la Ley Orgánica del Poder Judicial y del Código Penal.
LEY ORGANICA 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Pro-
tección Integral contra la Violencia de Género.
LEY ORGANICA 2/2004, de 28 de diciembre, por la que se modifi-
ca la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.
LEY ORGANICA 2/2005, de 22 de junio, de modificación del Códi-
go Penal.
LEY ORGANICA 3/2005, de 8 de julio, de modificación de la Ley
Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, para perseguir extra-
territorialmente la práctica de la mutilación genital femenina.
LEY ORGANICA 4/2005, de 10 de octubre, por la que se modifica
la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en ma-
teria de delitos de riesgo provocados por explosivos.
LEY ORGANICA 5/2006, de 5 de junio, complementaria de la Ley
para la eficacia en la Unión Europea de las resoluciones de embargo y
de aseguramiento de pruebas en procedimientos penales, por la que se
modifica la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.
LEY ORGANICA 8/2006, de 4 de diciembre de 2006, por la que se
modifica la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la res-
ponsabilidad penal de los menores.
LEY ORGANICA 7/2007, de 2 de julio, de Modificación de las Le-
yes Orgánicas 13/1985, de 9 de diciembre, del Código Penal Militar, y
8/1998, de 2 de diciembre, de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Ar-
madas, y del Real Decreto-ley 8/2004, de 5 de noviembre, sobre indem-
nizaciones a los participantes en operaciones internacionales de paz y
seguridad.
LEY ORGANICA 10/2007, de 8 de octubre, reguladora de la base
de datos policial sobre identificadores obtenidos a partir del ADN.
LEY ORGANICA 11/2007, de 22 de octubre, reguladora de los de-
rechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil.
LEY ORGANICA 12/2007, de 22 de octubre, del régimen discipli-
nario de la Guardia Civil.
LEY ORGANICA 13/2007, de 19 de noviembre, para la persecu-
ción extraterritorial del tráfico ilegal o la inmigración clandestina de
personas.
346 José Escalante Castarroyo

LEY ORGANICA 15/2007, de 30 de noviembre, por la que se modi-


fica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal en
materia de seguridad vial.
LEY ORGANICA 16/2007, de 13 de diciembre, complementaria de
la Ley para el desarrollo sostenible del medio rural.

3. Leyes ordinarias

LEY 50/1981, de 30 de diciembre. Estatuto Orgánico del Ministerio


Fiscal.
LEY 5/1984, de 26 de marzo, reguladora del derecho de asilo y de
la condición de refugiado.
LEY 2/1985, de 21 de enero, de Protección Civil.
LEY 4/1985, de 21 de marzo, de Extradición Pasiva.
LEY 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local.
LEY 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad.
LEY 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte.
LEY 23/1992, de 30 de julio, de Seguridad Privada.
LEY 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Ad-
ministraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.
LEY 35/1995, de 11 de diciembre, de ayudas y asistencia a las vícti-
mas de delitos violentos y contra la libertad sexual.
LEY 36/1995, de 11 de diciembre, sobre la creación de un fondo
procedente de los bienes decomisados por tráfico de drogas y otros de-
litos relacionados.
LEY 3/1996, de 10 de enero, sobre medidas de control de sustan-
cias químicas catalogadas susceptibles de desvío para la fabricación ilí-
cita de drogas.
LEY 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de
la Administración General del Estado.
LEY 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Conten-
cioso-Administrativa.
LEY 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.
LEY 17/2001, de 7 de diciembre, de Marcas.
LEY 19/2001, de 19 de diciembre, de reforma del texto articulado
de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad
Vial, aprobado por Real Decreto legislativo 339/1990, de 2 de marzo.
LEY 36/2002, de 8 de octubre, de modificación del Código Civil en
materia de nacionalidad.
Quinta Parte. Anexos 347

LEY 38/2002, de 24 de octubre, de reforma parcial de la Ley de En-


juiciamiento Criminal, sobre procedimiento para el enjuiciamiento rá-
pido e inmediato de determinados delitos y faltas, y de modificación
del procedimiento abreviado.
LEY 39/2002, de 28 de octubre, de transposición al ordenamiento
jurídico español de diversas directivas comunitarias en materia de pro-
tección de los intereses de los consumidores y usuarios.
LEY 40/2002, de 14 de noviembre, reguladora del contrato de apar-
camiento de vehículos.
LEY 47/2002, de 19 de diciembre, de reforma de la Ley 7/1996, de
15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista, para la transposi-
ción al ordenamiento jurídico español de la directiva 97/7/CE, en ma-
teria de contratos a distancia, y para la adaptación de la Ley a diversas
Directivas comunitarias.
LEY 3/2003, de 14 de marzo, sobre la Orden europea de detención
y entrega.
LEY 3/2003, de 14 de marzo, sobre la orden europea de detención y
entrega.
LEY 11/2003, de 21 de mayo, reguladora de los equipos conjuntos
de investigación penal en el ámbito de la Unión Europea.
LEY 17/2003, de 29 de mayo, por la que se regula el Fondo de bie-
nes decomisados por tráfico ilícito de drogas y otros delitos relaciona-
dos.
LEY 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de protección
de las víctimas de la violencia doméstica.
LEY 23/2003, de 10 de julio, de Garantías en la Venta de Bienes de
Consumo.
LEY 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de protección
de las víctimas de la violencia doméstica.
LEY 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido.
LEY 57/2003, de 16 de diciembre, de medidas para la moderniza-
ción del gobierno local.
LEY 59/2003,de 19 de diciembre, de firma electrónica.
LEY 1/2004. Ley de Medidas de Protección Integral contra la Vio-
lencia de Género.
LEY 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en
materia de derecho a contraer matrimonio.
LEY 17/2005, de 19 de julio, por la que se regula el permiso y la li-
cencia de conducción por puntos y se modifica el texto articulado de la
ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial.
348 José Escalante Castarroyo

LEY 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al


tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la pu-
blicidad de los productos del tabaco.
LEY de 13 de marzo, por la que se regula el Régimen Especial del
municipio de Barcelona.
LEY 12/2006, de 16 de mayo, por la que se modifica el texto refun-
dido del Estatuto Legal del Consorcio de Compensación de Seguros,
aprobado por el Real Decreto Legislativo 7/2004, de 29 de octubre, y la
Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores.
LEY 18/2006, de 5 de junio, para la eficacia en la Unión Europea de
las resoluciones de embargo y de aseguramiento de pruebas en proce-
dimientos penales.
LEY 19/2006, de 5 de junio, por la que se amplían los medios de tu-
tela de los derechos de propiedad intelectual e industrial y se estable-
cen normas procesales para facilitar la aplicación de diversos regla-
mentos comunitarios.
LEY 21/2006, de 20 de junio, por la que se modifica la Ley 9/1987,
de 12 de junio, de órganos de representación, determinación de las con-
diciones de trabajo y participación del personal al servicio de las Admi-
nistraciones Públicas.
LEY 22/2006, de 4 de julio, de Capitalidad y de Régimen Especial
de Madrid.
LEY 23/2006, de 7 de julio, por la que se modifica el texto refundido
de la Ley de Propiedad Intelectual, aprobado por el Real Decreto Legis-
lativo 1/1996, de 12 de abril.
LEY 26/2006, de 17 de julio, de mediación de seguros y reaseguros
privados.
LEY 36/2006, de 29 de noviembre, de medidas para la prevención
del fraude fiscal.
LEY 44/2006, de 29 de diciembre, de mejora de la protección de los
consumidores y usuarios.
LEY 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público.
LEY 13/2007, de 2 de julio, por la que se modifica el Texto Refundi-
do de la Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados,
aprobado por el Real Decreto Legislativo 6/2004, de 29 de octubre, en
materia de supervisión del reaseguro.
LEY 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xeno-
fobia y la intolerancia en el deporte.
LEY 21/2007, de 11 de julio, por la que se modifica el texto refundi-
do de la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de
Quinta Parte. Anexos 349

vehículos a motor, aprobado por el Real Decreto Legislativo 8/2004, de


29 de octubre, y el texto refundido de la Ley de ordenación y supervi-
sión de los seguros privados, aprobado por el Real Decreto Legislativo
6/2004, de 29 de octubre.
LEY 26/2007, de 23 de octubre, de Responsabilidad Medioambiental.
LEY 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconocen las lenguas
de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunica-
ción oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordocie-
gas.
LEY 43/2007, de 13 de diciembre, de protección de los consumido-
res en la contratación de bienes con oferta de restitución del precio.
LEY 45/2007, de 13 de diciembre, para el desarrollo sostenible del
medio rural.
LEY 46/2007, de 13 de diciembre, de modificación de la Ley 42/
1999, de 25 de noviembre, de Régimen del Personal del Cuerpo de la
Guardia Civil.

4. Reales Decretos Leyes

REAL DECRETO LEY 8/2004, de 5 de noviembre, sobre indemni-


zaciones a los participantes en operaciones internacionales de paz y se-
guridad.
REAL DECRETO LEY 8/2007, de 14 de septiembre, por el que se
modifican determinados artículos de la Ley 23/1992, de 30 de julio, de
Seguridad Privada.

5. Reales Decretos Legislativos

REAL DECRETO LEGISLATIVO 339/1990, de 2 de marzo, por el


que se prueba el texto articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación
de Vehículos a Motor y Seguridad Vial.
REAL DECRETO LEGISLATIVO 6/2004, de 29 de octubre, por el
que se aprueba el texto refundido de la Ley de ordenación y supervi-
sión de los seguros privados.
REAL DECRETO LEGISLATIVO 7/2004, de 29 de octubre, por el
que se aprueba el texto refundido del Estatuto Legal del Consorcio de
Compensación de Seguros.
REAL DECRETO LEGISLATIVO 8/2004, de 29 de octubre, por el
que se aprueba el texto refundido de la Ley sobre responsabilidad civil
y seguro en la circulación de vehículos a motor.
350 José Escalante Castarroyo

REAL DECRETO LEGISLATIVO 1/2007, de 16 de noviembre, por


el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa
de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias.

6. Reales Decretos

REAL DECRETO 196/1976, de 6 de febrero, por el que se regula el


documento nacional de identidad.
REAL DECRETO 731/1982, de 17 de marzo, sobre control de los
establecimientos dedicados al desguace de vehículos de motor.
REAL DECRETO 2816/1982, de 27 de agosto, por el que se aprueba
el Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Activida-
des Recreativas.
REAL DECRETO 1378/1985, de 1 de agosto, sobre medidas provi-
sionales para la actuación en situaciones de emergencia.
REAL DECRETO 769/1987, de 19 de junio, sobre regulación de la
Policía Judicial.
REAL DECRETO 197/1988, de 22 de febrero, por el que se aprueba
el Reglamento de la Ley de objetos fabricados con metales preciosos.
REAL DECRETO 1119/1989, de 15 de septiembre, por el que se re-
gula el tráfico de embarcaciones especiales de alta velocidad en las
aguas marítimas españolas.
REAL DECRETO 75/1992, de 31 de enero, sobre la Comisión Na-
cional contra la Violencia en los espectáculos deportivos.
REAL DECRETO 137/1993, de 29 de enero, por el que se aprueba
el Reglamento de Armas.
REAL DECRETO 769/1993, de 21 de mayo, por el que se aprueba
el Reglamento para la prevención de la violencia en los espectáculos
deportivos.
REAL DECRETO 1079/1993, de 2 de julio, por el que se regula la
remisión de sanciones administrativas en materia de drogas.
REAL DECRETO 1398/1993, de 4 de agosto, por el que se aprueba
el Reglamento de procedimiento para el ejercicio de la potestad sancio-
nadora.
REAL DECRETO 2364/1994, de 9 de diciembre, por el que se
aprueba el Reglamento de Seguridad Privada.
REAL DECRETO 203/1995, de 10 de febrero, por el que se aprue-
ba el Reglamento de Aplicación de la Ley 5/1984, de 26 de marzo, re-
guladora del derecho de asilo y la condición de refugiado, modifica-
da por la Ley 9/1994, de 19 de mayo.
Quinta Parte. Anexos 351

REAL DECRETO 190/1996 de 9 de febrero, que aprueba el Regla-


mento General penitenciario.
REAL DECRETO 617/1997, de 25 de abril, de Subdelegados del Go-
bierno y Directores Insulares de la Administración General del Estado.
REAL DECRETO 864/1997, de 6 de junio, por el que se aprueba
el Reglamento del Fondo procedente de los bienes decomisados por
tráfico de drogas y otros delitos relacionados.
REAL DECRETO 1330/1997, de 1 de agosto, de integración de ser-
vicios periféricos y de estructura de las Delegaciones del Gobierno.
REAL DECRETO 230/1998, de 16 de febrero, por el que se aprueba
el Reglamento de Explosivos.
REAL DECRETO 1649/1998, de 24 de julio, por el que se desarrolla
el Título II de la Ley Orgánica 12/1995, de 12 de diciembre, de repre-
sión del contrabando, relativo a las infracciones administrativas de
contrabando.
REAL DECRETO 596/1999, de 16 de abril, por el que se aprueba
el Reglamento de desarrollo y ejecución de la Ley Orgánica 4/1997, de
4 de agosto, por la que se regula la utilización de videocámaras por las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lugares públicos.
REAL DECRETO 658/2001, de 22 de junio, por el que se aprueba el
Estatuto General de la Abogacía Española.
REAL DECRETO 864/2001, de 20 de julio, por el que se aprueba
el Reglamento de Ejecución de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero,
sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integra-
ción social, reformada por Ley Orgánica 8/2000, de 22 de diciembre.
REAL DECRETO 865/2001, de 20 de julio, por el que se aprueba
el Reglamento de reconocimiento del estatuto de apátrida.
REAL DECRETO 865/2001, de 20 de julio, por el que se aprueba el
reglamento de reconocimiento del estatuto de apátrida.
REAL DECRETO 1281/2002, de 5 de diciembre, por el que se
aprueba el Estatuto General de los Procuradores de los Tribunales de
España.
REAL DECRETO 1383/2002, de 20 de diciembre, sobre gestión de
vehículos al final de su vida útil.
REAL DECRETO 178/2003, de 14 de febrero, sobre entrada y per-
manencia en España de nacionales de Estados miembros de la Unión
Europea y de otros Estados parte en el Acuerdo sobre el Espacio Eco-
nómico Europeo.
REAL DECRETO 896/2003, de 11 de julio, por el que se regula la
expedición del pasaporte ordinario y se determina sus características.
352 José Escalante Castarroyo

REAL DECRETO 1325/2003, de 24 de octubre, por el que se


aprueba el Reglamento sobre régimen de protección temporal en caso
de afluencia masiva de personas desplazadas.
REAL DECRETO 178/2003, de 14 de febrero, sobre entrada y per-
manencia en España de nacionales de los Estados miembros de la
Unión Europea y otros Estados parte en el Acuerdo sobre Espacio Eco-
nómico Europeo.
REAL DECRETO 896/2003, de 11 de julio por el que se regula la ex-
pedición del pasaporte ordinario.
REAL DECRETO 1325/2003, de 24 de octubre, por el que se aprue-
ba el Reglamento sobre régimen de protección temporal en caso de
afluencia masiva de personas desplazadas.
REAL DECRETO 2393/2004, de 30 de diciembre aprobando el re-
glamento de ejecución de la Ley 4/2000 sobre derechos y libertades de
los extranjeros en España.
REAL DECRETO 1553/2005, de 23 de diciembre, por el que se re-
gula la expedición del Documento nacional de Identidad y sus certifi-
cados de firma electrónica.
REAL DECRETO 1683/2007, de 14 de diciembre, por el que se de-
claran oficiales las cifras de población resultantes de la revisión del pa-
drón municipal referidas al 1 de Enero de 2007.

7. Órdenes Ministeriales

ORDEN de 22 de febrero de 1989 (Ministerio del Interior), sobre


medios económicos cuya posesión habrán de acreditar los extranjeros
para poder efectuar su entrada en España.
ORDEN de 2 de noviembre de 1989 (Ministerio del Interior), por la
que se regulan las modalidades de elaboración de libros-registro y
otros documentos de control, obligatorios para determinados estable-
cimientos.
ORDEN de 14 de febrero de 1992 (Ministerio del Interior), sobre li-
bros-registro y partes de entrada de viajeros en establecimientos de hos-
telería y otros análogos.
ORDEN de 3 de octubre de 1994 (Ministerio de la Presidencia),
por la que se precisa el régimen aplicable a los «sprays» de defensa
personal de venta permitida en armerías.
ORDEN INT/192/2003, de 3 de julio, sobre libros-registro y partes
de entrada de viajeros en establecimientos de hostelería y otros análo-
gos.
Quinta Parte. Anexos 353

ORDEN INT/249/2004, de 5 de febrero, por la que se regula la baja


definitiva de los vehículos descontaminados al final de su vida útil.
ORDEN INT/3939/2007, DE 28 DE DICIEMBRE, POR LA QUE SE
HABILITA EL REGISTRO DE Asociaciones Profesionales de Guardias
Civiles.

8. Otras Disposiciones/ Acuerdos

CONVENIO marco de colaboración entre el Ministerio del Interior


y la Federación Española de Municipios y Provincias, de 19 de sep-
tiembre de 2002.
ANEXO IV
ESCUELAS DE FORMACIÓN DE LAS
POLICÍAS LOCALES EN LAS
COMUNIDADES AUTÓNOMAS6

Andalucía

Denominación: Escuela de Seguridad Pública

Carácter Órgano administrativo dependiente de la Consejería de


Gobernación.
Encargada de la formación de las áreas de Policía Local,
Bomberos y Protección Civil

Regulación Previsión: Ley 13/2001 – Creación: Decreto 213/1987 –


Régimen Interior: Orden de 20/06/1990

Dirección Ctra. Isla Mayor km. 3,5 41849-AZNALCÁZAR (Sevilla)

Aragón

Denominación: Escuela de Policías Locales de Aragón

Carácter Sin personalidad jurídica, adscrita al Instituto Aragonés de


Administración Pública

Regulación Previsión: Ley 7/1987- Creación: Decreto 103/1992

Dirección Actual: Convenio con Academia Policía Local de Zaragoza

6
Elaboración propia partiendo de la información facilitada en las Leyes de Co-
ordinación de las Policías Locales, sus normas de desarrollo y en las páginas Web de
las Comunidades Autónomas.
356 José Escalante Castarroyo

Cantabria

Denominación: Escuela Regional (Autonómica) de Policía Local –


Convenio con el Ministerio del Interior

Carácter Sin personalidad jurídica, integrada en el Centro de Estu-


dios de la Administración Regional

Regulación Previsión : Ley 5/2000 – Funciones: Decreto 1/2003

Dirección 39690-La Concha de Villaescusa (Cantabria)

Canarias

Denominación: Academia Canaria de Seguridad

Carácter Organismo autónomo de carácter administrativo,


personalidad jurídica.

Regulación Creación: Ley 6/1997 – Regulación: Decreto 172/1998

Dirección Avda. Francisco la Roche 33, 33071 – Santa Cruz


C/ León y Castillo 431, 35071 Las Palmas

Castilla-La Mancha

Denominación: Escuela de Protección Ciudadana de Castilla-La Mancha

Carácter Órgano administrativo

Regulación Creación: Ley 8/2002

Dirección Avda. de Portugal s/n 45005-Toledo

Castilla y León

Denominación: Escuela Regional de Policía Local


Carácter Sin personalidad jurídica, instrumento especializado.

Regulación Previsión: Ley 9/2003 Art.24 – Creación: Decreto 56/2002

Dirección Ubicación en el Centro de Formación del Cuerpo Nacional


de Policía (Ávila ), Convenio de colaboración con el Mº.
del Interior
Quinta Parte. Anexos 357

Cataluña

Denominación: Escuela de Policía de Cataluña – Instituto de Seguridad P

Carácter Organismo autónomo de carácter administrativo

Regulación Creación Escuela: Ley 27/1985 – Previsión: Ley 16/91


Régimen Interior Decreto 292/1995
Creación Instituto: Ley 10/2007, de 30 de julio.

Dirección 08100-Mollet del Vallés (Barcelona)

Comunidad Valenciana

Denominación: Instituto Valenciano de Seguridad Pública

Carácter Órgano administrativo

Regulación Previsión: Ley 6/1999 - Reglamento de 20.2.1997

Dirección Avda. Campo de Turia s/n 46183-L’ELIANA ( Valencia)

Extremadura

Denominación: Academia de Seguridad Pública de Extremadura

Carácter No se determina

Regulación Creación: Ley 1/19 – Régimen interior. Orden 20/02/1997

Dirección Avda. de Elvas s/n 06006-BADAJOZ

Galicia

Denominación: Academia Gallega de Seguridad

Carácter Organismo autónomo de carácter administrativo

Regulación Creación: Ley 1/2007 – Antes Centro de Estudios Judiciales


y Seguridad Pública.

Dirección Avda. de la Cultura s/n A ESTRADA ( Pontevedra)


358 José Escalante Castarroyo

Islas Baleares

Denominación: Escuela Balear de Administración Pública –


(antes) Instituto Balear de Seguridad Pública

Carácter Organismo autónomo

Regulación Previsión: Ley 6/2005 – IBSP: Decreto 69/2001

Dirección C/ Ter 27 – 7009 PALMA de MALLORCA

La Rioja

Denominación: Escuela Riojana de Administración Pública –


Convenio con el Ministerio del Interior

Carácter Rango orgánico de Servicio

Regulación Creación: Decreto 63/99

Dirección Consejería Administración Pública y Política Territorial

Madrid

Denominación: Instituto Superior de Estudios de Seguridad de Madrid


(antes) Academia Regional de Estudios

Carácter Ente de derecho público con personalidad jurídica

Regulación Creación: Ley 15/2000 y Decreto 97/1986 – Previsión:


Ley 4/1992 (ARES)

Dirección Ctra. Colmenar Viejo Km.13600 – 28049 MADRID

Navarra

Denominación: Escuela de Seguridad de Navarra –


(antes) Instituto Navarro de Administración Pública

Carácter Nivel orgánico de servicio

Regulación Decreto Foral 113/2005 y Decreto Foral 100/2003

Dirección Ctra. de Zaragoza km.9 31191-BERIAIN ( Navarra)


Quinta Parte. Anexos 359

País Vasco

Denominación: Academia de Policía del País Vasco

Carácter Organismo autónomo de carácter administrativo

Regulación Creación: Ley 4/92 – Estructura orgánica: Decreto 218/1993

Dirección Ctra. Vitoria-Irún, ARCAUTE (Álava)

Principado de Asturias

Denominación: Escuela Regional de las Policías Locales del Principado

Carácter No se determina

Regulación Creación: Ley 6/88

Dirección La Morgal 33690-LLANERA (Asturias)

Región de Murcia

Denominación: Escuela de Policía de la Región de Murcia

Carácter No se determina

Regulación Previsión: Ley 4/98

Dirección Avda. Infante Juan Manuel 14, 30011-MURCIA


ANEXO V
CARRERA PROFESIONAL EN EL CUERPO
NACIONAL POLICÍA7
A
COMISARIO PRINCIPAL
Antigüedad selectiva

A
COMISARIO
Cinco años de permanencia mínima en la
categoría Inspector Jefe
Antigüedad selectiva / concurso oposición

A
INSPECTOR JEFE
Diez años de permanencia mínima en la
categoría Inspector Jefe
Antigüedad selectiva/concurso oposición

Superadas las pruebas Tres años de


selectivas (físicas, permanencia
A
psicotécnicas y de mínima en la
INSPECTOR
conocimientos) categoría
Subinspector
Oposición Antigüedad Concurso
libre selectiva oposición

B
SUBINSPECTOR
Tres años de permanencia mínima en la categoría Oficial de
Policía.
Antigüedad selectiva Concurso oposición

C
OFICIAL DE POLICÍA
Dos años de permanencia mínima en la categoría de Policía.

Concurso oposición

C
POLICÍA
Quienes superan las pruebas selectivas (física, psicotécnicas y de
conocimientos), realizan un curso académico y un módulo de
prácticas
Oposición libre

7
Obtenido de la página Web del Mª del Interior, www.mir.es.
362 José Escalante Castarroyo

CARRERA PROFESIONAL EN EL
CUERPO DE LA GUARDIA CIVIL8

8
Obtenido de la página Web del Ministerio del Interior, www mir.es
ANEXO VI
LA COORDINACIÓN DE LAS POLICÍAS
LOCALES EN LOS ESTATUTOS DE
AUTONOMÍA
Andalucía: “Compete asimismo a la Comunidad Autónoma de
Andalucía la coordinación general y la coordinación supramunicipal
de las policías locales andaluzas, sin perjuicio de su dependencia de las
autoridades municipales”9.
Aragón: “Corresponde a la Comunidad Autónoma la coordinación
de la actuación de las Policías Locales aragonesas”10.
Canarias: “La Comunidad Autónoma de Canarias tendrá compe-
tencia en materia de seguridad ciudadana, en los términos establecidos
en el artículo 148, apartado1, número 22ª de la Constitución” 11.
Cantabria: La Comunidad Autónoma de Cantabria tiene compe-
tencia exclusiva en las materias que a continuación se señalan: “Coor-
dinación de las policías locales sin perjuicio de su dependencia jerár-
quica de la autoridad municipal”12.
Cataluña: “Corresponde a la Generalidad, en materia de seguridad
pública, de acuerdo con lo dispuesto en la legislación estatal ... la orde-
nación de las Policías Locales”13.
Castilla-La Mancha: “La Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha asume las siguientes competencias exclusivas: la coordinación

9
Art. 65.3 de la Ley Orgánica 2/2007, de 19 de marzo, de reforma del Estatuto
de Autonomía para Andalucía.
10
Art. 76.3 de la Ley Orgánica 5/2007, de 20 de abril, de reforma del Estatuto de
Autonomía de Aragón.
11
Art. 34.1 de la Ley Orgánica 10/1982, de 10 de Agosto, de Estatuto de Autono-
mía de Canarias.
12
Art. 24 de la Ley Orgánica 8/1981, de 30 de diciembre, de Estatuto de Autono-
mía de Cantabria.
13
Art. 164.1 a) de la Ley Orgánica 6/2006, de 19 de julio, de reforma del Estatuto
de Autonomía de Cataluña.
364 José Escalante Castarroyo

de las policías locales, sin perjuicio de su dependencia jerárquica de la


autoridad municipal” 14.
Castilla y León: “Corresponde a la Comunidad Autónoma la coor-
dinación y demás facultades previstas en la Ley Orgánica a que se refie-
re el número 22 del artículo 148.1 de la Constitución, en relación con las
policías locales de Castilla y León”15.
Madrid: “La Comunidad de Madrid tiene competencia exclusiva
en la siguientes materias: Coordinación y demás facultades en relación
con las Policías Locales, en los términos que establezca la Ley Orgáni-
ca”16.
Comunidad Valenciana: “ Es competencia de la Generalitat ... y la
coordinación de la actuación de las policías locales de la Comunitat Va-
lenciana, sin perjuicio de su dependencia de las autoridades municipa-
les”17.
Extremadura: “Corresponde a la Comunidad Autónoma: La coor-
dinación demás facultades en relación con las policías locales, en los
términos que establezca una Ley Orgánica”18.
Galicia: No contempla expresamente su Estatuto la coordinación
de las Policías Locales, si bien ha ejercido la competencia con desarrollo
legal amparándose en la Constitución19.
Islas Baleares: “ Coordinación y demás facultades en relación con
las policías locales, en los términos que establezca una Ley Orgánica”20.
La Rioja: “Corresponde a la Comunidad Autónoma de La Rioja la
competencia exclusiva en las siguientes materias: La coordinación de
las Policías Locales, sin perjuicio de su dependencia de las autoridades
municipales”21.

14
Art. 31.32 de la Ley Orgánica 9/1982, de 10 de Agosto, de Autonomía de Casti-
lla-La Mancha.
15
Art. 72.4 de la Ley Orgánica 14/2007, de 30 de noviembre, de reforma del Esta-
tuto de Autonomía de Castilla y León.
16
Art. 26.1.28 de la Ley Orgánica 3/1983, de 25 de febrero, de Estatuto de Auto-
nomía de la Comunidad de Madrid.
17
Art. 55.3 de la Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril, de Reforma de la Ley Orgá-
nica 5/1982, de 1 de junio, de Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana.
18
Art. 7 y 21 de la Ley Orgánica 1/1983, de 25 de febrero, de Estatuto de Autono-
mía de Extremadura.
19
Ley Orgánica 1/1981, de 6 de Abril, de Estatuto de Autonomía para Galicia.
20
Artículo 30.19 de la Ley Orgánica 1/2007, de 28 de febrero, de reforma del Es-
tatuto de Autonomía para las Islas Baleares.
21
Art. 8 y 36 de la Ley Orgánica 3/1982, de 9 de junio, de Estatuto de Autonomía
de La Rioja.
Quinta Parte. Anexos 365

Navarra: “Navarra tiene competencia exclusiva sobre las siguien-


tes materias: coordinación de las Policías Locales de Navarra sin detri-
mento de su dependencia de las respectivas autoridades municipales o
concejiles”22.
País Vasco: No contempla expresamente su Estatuto la coordina-
ción de las Policías Locales, si bien la hace en la Ley de Policía del País
Vasco23.
Principado de Asturias: “El Principado de Asturias tiene la compe-
tencia exclusiva en las materias que a continuación se señalan: La coor-
dinación de las Policías Locales, sin perjuicio de su dependencia de las
autoridades municipales”24.
Región de Murcia: “Coordinación y demás facultades en relación
con las policías Locales, sin perjuicio de su dependencia jerárquica de
la autoridad municipal”25.

22
Art. 44 y 51.1 de la Ley Orgánica 13/1982, de 10 de agosto, de reintegración y
amejoramiento del Régimen Foral de Navarra.
23
Ley Orgánica 3/1979, de 18 de diciembre, de Estatuto de Autonomía para el
País Vasco.
24
Art. 10 y 20 de la Ley Orgánica 7/1981, de 30 de diciembre, de Estatuto de Au-
tonomía del principado de Asturias.
25
Art. 10 de la Ley Orgánica 4/1982, de 9 de junio, de Estatuto de Autonomía
para la Región de Murcia.
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