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INTRODUCCIÓN:
El año 2009 abrió sus puertas para recibir en el palacio más importante del mundo (la
casa blanca) la figura ilustre del hombre que derrotó al republicano John McCain en las
elecciones que iban a definir, quién será el 42° presidente de la nación más poderosa de
la actualidad. Barack Obama estar a escribiendo una nueva página en la historia de los
Estados Unidos de América.
Un joven sencillo, criado sin su padre, viviendo en Indonesia en los años de la infancia, que
llegar a a la Casa Blanca para brillar delante de la nación y del mundo.
El presidente de los Estados Unidos, tiene una influencia que es capaz de cambiar
decisiones de varios países, empezar o acabar con guerras en cualquier parte del mundo,
y hasta de movilizar a los empresarios más ricos del planeta (G-20) a una unidad de
propósitos en función a la crisis mundial.
Una influencia como esta, puede ser una poderosa luz para alumbrar las tinieblas del
mundo social, o una farsante manera de conducir multitudes a obedecer sus caprichos
políticos.
Como cristianos, nosotros comprendemos que estamos en el mundo, pero no somos del
mundo. ¡Nuestra misión es ser una influencia, para reflejar la luz del cielo! “El Señor
tiene una obra especial que hacer por nosotros individualmente… Podemos ejercer una
influencia, una influencia poderosa en el mundo.
Pero, para resplandecer y para que naciones anden bajo nuestra luz, como nos dijo el
profeta Isa as, tenemos que tomar grandes e importantes decisiones todos los d as de
nuestra vida, como jóvenes determinados a estar conectados con nuestro dador de vida y
esperanza.
¿Quieres saber los pasos que tenemos que dar para reflejar la luz del cielo?
a. Ser y no Parecer
La mentalidad post-moderna es enemiga del compromiso espiritual y del
desarrollo moral. Involucra el modo de pensar y de evaluar de los líderes del
pensamiento y del entretenimiento, promovido por los medios de comunicación.
Hace que muchos jóvenes y adultos quieran ser cristianos, pero no lo demuestran
ante de sus amigos de trabajo, facultad y hasta sus propios vecinos. ¡Esto es seguir
a Jesús de lejos!
La religión está adaptada al estilo de vida que las personas quieren vivir. Esto es
antropocentrismo. Una religión basada en las necesidades humanas, no en las
verdades de Dios. ¡Por eso, muchas iglesias están llenas de personas con el
corazón vacío! Están “siguiendo a Jesús de lejos”.
“La religión debe convertirse en la gran tarea de la vida. Todas las demás cosas
deber an subordinarse a ella. Todas nuestras facultades mentales, físicas y
espirituales deben ser empleadas en la lucha cristiana. Debemos mirar a Cristo
para recibir fuerza y gracia, y ganaremos la victoria...” (Mensajes para los Jóvenes,
p. 67).
La experiencia de Pedro nos muestra que cuando uno tiene miedo de comprometerse con
Cristo, su senda es muy peligrosa. ¡En la fría noche de la vida, puede buscar calentarse en
fuego equivocado! Muchas serán las fogatas encendidas por el mundo para proveer el
calor que puede calentar el cuerpo, pero que no calentará el corazón.
Apreciados jóvenes, ¡No hay como hacer las cosas correctas de manera errada! Lo
que es cierto, es cierto. Lo que es errado, es errado. En el nombre de Jesús,
busque el verdadero fuego, cuando la vida le regala una noche fría y sin esperanza.
b. El verdadero fuego
El fuego de los altares de sacrificio, el fuego de la zarza ardiente en el monte
Sinaís, es el mismo fuego del shekinar (presencia de Dios), en el lugar santísimo del
santuario. Este es el fuego que cada cristiano debe buscar todos los d as para
recibir el calor de la presencia de Cristo en su vida. Esto es dependencia de Dios.
“La vida cristiana debe ser una vida de fe constante y viva. Una confianza
inflexible, una firme dependencia de Cristo, proporcionarán paz y seguridad al
espíritu”. (Mensajes para los Jóvenes, p. 66).
Llegó el momento de tomar decisiones. Ya no hay más como vivir una vida doble.
Tenemos que comprender la oportunidad de vida que Dios nos da, y la misión que,
tenemos que cumplir como sus siervos en este mundo. Llegó el momento de
brillar como Pedro, y de ser una esperanza a los ojos de muchos que muy a
menudo están desconsolados y dolidos por los embates de la vida.
No somos estrellas con brillo propio. Dependemos del brillo de Dios. La justicia
de Cristo irá delante de nosotros y la gloria de Jehová será nuestra retaguardia.
¡Seremos como huerto de riego, y como manantial cuyas aguas nunca falten!
“Cuando el Esp ritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida. Los
pensamientos pecaminosos son puestos a un lado, las malas acciones son
abandonadas; el amor, la humildad y la paz, reemplazan a la ira, la envidia y las
contenciones. La alegr a reemplaza a la tristeza, y el rostro “refleja la luz del cielo”.
(DTG. Pág. 144).