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CUESTIONARIO

1. ¿A qué se dedica la epistemología? Investigue


2. ¿Por qué se habla de varias “psicologías “?
3. ¿Que separación estableció Kuhn sobre los ámbitos del conocimiento y por qué?
4. ¿Por qué decimos que la psicología puede ser considerada una ciencia?
5. ¿En qué momento de la historia del pensamiento se separa la ciencia de la filosofía?
Investiguen acerca de ese momento histórico, tratando de establecer las causas (sociales,
políticas, filosóficas, económicas) de tal acontecimiento.
6. ¿Qué es el método experimental y cuando surge? Investiguen si se aplicó a la psicología y
quien lo hizo.
7. ¿Qué se entiende por Dualismo en filosofía y por monismo? ¿Investigue cuál es la
tendencia actual de la investigación psicológica respecto de lo anterior?
8. Menciones y haga un resumen de las principales escuelas psicológicas contemporáneas.
Diseñe una biografía de los exponentes más importantes de cada uno.

1. La epistemología se encarga de explorar la coherencia interna de los razonamientos que


llevan a la creación de conocimiento, la utilidad de sus metodologías teniendo en cuenta
sus objetivos, los contextos históricos en los que aparecieron esas piezas de conocimiento
y el modo en el que influyeron en su elaboración, y las limitaciones y utilidades de ciertas
formas de investigación y de ciertos conceptos, entre otras cosas.
2. Se habla de varias psicologías porque hay temas o problemas de los que se han ocupado
distintas escuelas del pensamiento psicológico pero las respuestas a esos problemas
varían de acuerdo con la perspectiva epistemológica.
3. Kuhn estableció la diferencia entre dos ámbitos del conocimiento: el de las ciencias
naturales y sociales por el gran desacuerdo entre ambas ciencias por la naturaleza misma
de los problemas (el objeto de estudio) y a la cuestión del método.
4. Dúrate la concepción Aristotélica se consideraba a la psicología como la ciencia del alma
5. En el siglo XIX la ciencia se separa de la…
La Filosofía: como saber esencialmente especulativo y subjetivo.
La Ciencia como saber con pretensiones de objetividad, apoyada en métodos rigurosos.
Causas:
 se rompe el estrecho e infame monopolio de la religión sobre todo lo demás, y
especialmente sobre la ciencia y la filosofía, hasta entonces saturada
totalmente de dogmas y lenguaje religioso
 La Ciencia busca la independencia para ya no forman parte de un estudio universal
y totalitario del ser, se especializan en un solo objeto, con el fin de obtener
soluciones concretas a problemas determinados.
 se evidencia que la necesidad existente entre el querer descubrir otros
conocimientos, que se desarrollan en el sujeto de estudio, de manera intrínseca y
extrínseca, siempre ha llamado la atención de eruditos en la materia, por lo tanto,
se debe evolucionar e ir en procesos de cambios hacia otras nuevas fuentes del
conocimiento, de allí sale en realidad la esencia del desprendimiento de las
ciencias de la madre filosofía.
6. Método Experimental (surgimiento siglo XVI): es un tipo de método de investigación en el
que el investigador controla deliberadamente las variables para delimitar relaciones entre
ellas, está basado en la metodología científica. En el caso específico de la psicología, es
posible describir y explicar dichas variables en su relación con el comportamiento humano
y, por consiguiente, también predecir sus modificaciones.
7. Dualismo es un sistema religioso y filosófico que admite la existencia de 2 principios
diversos y contrarios entre sí, como el espíritu y materia, cuerpo y alma, bien o mal, y que,
entre uno y otro, siempre están en un eterno conflicto. Mientras que el Monismo
reconoce un solo principio como fundamento de todo lo existente. Existe un monismo
materialista y otro idealista. Los materialistas consideran que la materia es el principio, la
base del mundo. Los idealistas, por el contrario, estiman que el único fundamento de
todos los fenómenos es el espíritu.
8. Principales escuelas psicológicas
 Conductismo. John B. Watson (1878-1958)
 Cognitivismo / Psicología cognitiva. Alan Baddeley
 Humanismo. Abraham Maslow (1908-1970)
 Funcionalismo. William James (1842-1910)
 Psicología sistémica. Ludwig von Bertalanffy
 Psicoanálisis. Sigmund Freud (1856-1939)

John B. Watson (1878-1958)

(Greenville, Estados Unidos, 1878 - Nueva York, 1958) Psicólogo estadounidense, fundador del
conductismo. Aunque se trasladó a Chicago para estudiar filosofía, atraído por John Dewey y el
pragmatismo, muy pronto comenzó a interesarse por la psicología. En 1903 obtuvo el doctorado y
empezó a trabajar como asistente instructor en psicología animal.

En 1907 ingresó en el plantel académico de la Universidad Johns Hopkins, en la que permanecería


hasta 1920, e inició sus estudios sobre los procesos sensoriales en los animales. Influido por los
estudios sobre condicionamiento animal de Ivan Pavlov y Vladimir Bechterev, John B. Watson llegó
al convencimiento de que las referencias a los contenidos de la mente y a la conciencia no podían
someterse a ningún criterio objetivo y suscitaban una problemática seudocientífica. Ello lo llevó a
la utilización de los únicos datos objetivos existentes en el análisis psicológico, es decir, aquellos
que proporcionaba la conducta exterior.

Watson adquirió gran notoriedad gracias a la publicación en la Psychological Review de su artículo


Psychology as a Behaviorist Views It (La psicología según la concibe un conductista, 1913), en el
que por primera vez se establecían de manera radical los principios característicos del
conductismo: rechazo tanto a la noción de conciencia como al método introspectivo
(característico, por ejemplo, del psicoanálisis de Freud), y explicación de la conducta únicamente
en términos de estímulos (proporcionados por el ambiente) y de respuestas «de naturaleza por
entero fisicoquímica», cuyo estudio debía llevarse a cabo en el laboratorio.

En 1914 publicó Behavior: An Introduction to Comparative Psychology (Conducta: una


introducción a la psicología comparada), donde postulaba la observación directa de la conducta
con el objetivo de hallar conexiones entre ella y la fisiología subyacente. Las tesis de John B.
Watson, ampliadas mediante estudios comparados de psicología animal y humana en Psychology
from the Standpoint of a Behaviorist (La psicología desde una perspectiva conductista, 1919),
hallaron su más acabada formulación en Behaviorism (Conductismo, 1925), que incluía una
compleja teoría acerca del desarrollo del aprendizaje a través del condicionamiento. Aunque
Watson abandonó en los años 20 el ejercicio de la psicología para centrarse en sus negocios, su
influencia perduraría en el ámbito académico estadounidense, del que surgirían destacados
representantes del conductismo: Edward C. Tolman, Clark L. Hull y B. F. Skinner.

En un primer momento, Watson reconoció la importancia de las tendencias innatas de la


conducta, postura que modificaría, no obstante, en posteriores trabajos, en que dio más
importancia al ambiente en la formación de la conducta. Cuando nace un nuevo ser, su repertorio
de conductas es limitado; ni siquiera posee instintos. A partir de su reducido bagaje, el niño irá
adquiriendo normas de conducta debido al aprendizaje o condicionamiento, y también gracias a
su desarrollo motor. En este elaborado proceso, que culminará en la maduración de la edad
adulta, el ambiente social desempeña un destacado papel, y el período infantil tiene crucial
importancia.

Abraham Maslow

Abraham Harold Maslow; Nueva York, 1908 - California, 1970) Psiquiatra y psicólogo
estadounidense. Impulsor de la psicología humanista, que se basa en conceptos como
la autorrealización, los niveles superiores de conciencia y la trascendencia, creó la
teoría de la autorrealización que lleva su nombre.

En obras como Motivación y personalidad (1954), Psicología del ser (1962) y La


Psicología de la ciencia (1966), Abraham H. Maslow postuló que cada individuo tiene
unas necesidades jerárquicas -fisiológicas, afectivas, de autorrealización- que deben
quedar satisfechas, y que el objetivo fundamental de la psicoterapia debe ser la
integración del ser. Cada nivel jerárquico domina en cada momento de consecución, y
las necesidades inferiores en la jerarquía (comida, refugio o afecto), en caso de no
quedar cubiertas, impiden que el individuo exprese o desee necesidades de tipo
superior.

La teoría de la autorrealización de Maslow se sitúa dentro del holismo y la psicología


humanista y parte de la idea de que el hombre es un todo integrado y organizado, sin
partes diferenciadas. Cualquier motivo que afecta a un sistema afecta a toda la
persona. Maslow llevó a cabo una crítica a las teorías sobre la motivación de Sigmund
Freud y Clark L. Hull. Según Maslow, el modelo de Freud sólo describe los
comportamientos neuróticos de sujetos que no toleran las frustraciones, mientras que
la teoría de Hull trata exclusivamente de organismos movidos por una situación de
déficit. Frente a ellos, Abraham Maslow propuso una teoría del crecimiento y
desarrollo partiendo del hombre sano, en la cual el concepto clave para la motivación
es el de necesidad. Describe una jerarquía de necesidades humanas donde la más
básica es la de crecimiento, que gobierna y organiza a todas las demás. A partir de
aquí existen cinco jerarquías o niveles, desde las que proceden de la necesidad de
supervivencia, que es relativamente fuerte, de naturaleza fisiológica y esencial para la
homeostasis, hasta las que se originan en la necesidad de crecimiento, relativamente
débil y de naturaleza más psicológica.

La jerarquía de necesidades humanas ordenadas según la fuerza (las fisiológicas son


las que tienen mas fuerza o "dominancia" y las de autorrealización tienen menos
fuerza) es la siguiente: necesidades fisiológicas, necesidades de protección o
seguridad, necesidades sociales de amor y pertenencia a un grupo, necesidades de
estima y reconocimiento (autoestima, confianza en sí mismo) y, por último, necesidad
de autorrealización, entendida como la realización de todo el potencial que encierra el
individuo.

William James

(Nueva York, 1842 - Chocorua, 1910) Psicólogo y filósofo norteamericano, destacado


representante del pragmatismo y uno de los artífices de la constitución de la
psicología como ciencia. Hermano mayor del novelista Henry James, es el pensador
norteamericano moderno más apreciado y admirado. Sus antepasados fueron
inmigrantes irlandeses enriquecidos en su nueva patria. Durante la infancia William
James, como su hermano, acompañó a la familia en sus largas peregrinaciones por
Europa, frecuentó numerosas escuelas en seis países distintos y participó en las
conversaciones que su fogoso y patriarcal progenitor dirigía en las tertulias de
importantes personalidades.

La irregularidad de los estudios y la profusión de sus facultades innatas le hicieron


difícil la elección de una carrera, que orientó finalmente hacia la ciencia. A los cursos
de la Harvard Medical School, interrumpidos por una expedición a la cuenca del
Amazonas en compañía del naturalista Louis Agassiz y luego reanudados, siguió una
estancia de dieciocho meses en Alemania. Fue un período de lecturas, observaciones y
reflexiones al cual cabe remontar la aparición de su ideología, pero también una etapa
de inquietas decisiones y de un desaliento que rayó casi en la desesperación suicida.

William James había heredado de su progenitor no solamente la tendencia a las


especulaciones no ortodoxas (llamado Henry James, como el hermano menor, el
padre era un notable seguidor del teósofo Emanuel Swedenborg), sino también un
profundo interés por los valores morales y espirituales, la necesidad de una fe religiosa
y una acusada propensión al misticismo, que sus estudios científicos, y más
particularmente la lectura de Darwin, pusieron en grave aprieto. A lo largo de toda su
vida se sentiría acuciado por el problema de la conciliación de la tendencia interior a la
fe con el pensamiento científico que parecía minarla; ello constituyó uno de los
principales móviles de su obra.

El resultado inmediato de este clásico dilema del siglo XIX, unido en tal caso a un
drama psicológico personal, fue, a su regreso a América en 1868, un período de
torturadas vacilaciones, aguda melancolía y grave crisis nerviosa que le llevó al borde
de la locura y dio lugar más tarde a un casi místico "juicio" cuya formulación filosófica,
expresada con crudeza, es la siguiente: aun cuando la mente, según afirma Darwin,
sea en verdad un producto de la evolución biológica y un instrumento elaborado para
que el organismo humano pueda afrontar el medio ambiente, la voluntad del hombre
permanece, a pesar de ello, "libre" bajo cualquier aspecto; la fe, siquiera privada de su
contenido teológico, mantiene sea como fuere sus propios derechos de íntima función
al mismo tiempo inextirpable e indispensable para el mantenimiento de la existencia;
la vida merece, por sí misma, ser vivida.

El "optimismo" intencional con que la mentalidad sensitivamente equilibrada de


William James logró superar, de esta forma, su propio desequilibrio fundamental,
daría lugar a un complicado sistema de pensamiento especulativo. En 1872 el filósofo
inició en Harvard su carrera docente, que desempeñaría a lo largo de toda su
existencia; sus cursos de fisiología fueron ampliándose gradualmente, y llegaron a
incluir la biología, la filosofía, la psicología y sus relaciones mutuas. A su matrimonio
en 1878, del cual tuvo cinco hijos, siguieron años de ardua investigación intelectual, de
los que surgirían en 1890 los monumentales Principios de psicología, obra que por
primera vez en América hizo de esta materia una disciplina científica independiente y,
quizá por última vez, la reveló susceptible de ser también una forma de literatura
humanística.

Echados los fundamentos psicológicos de su pensamiento, William James se aprestó a


elaborar sus derivaciones filosóficas. En 1897 La voluntad de creer ofreció una
justificación "interior" (o sea psicológica) del fenómeno de la fe. Largas investigaciones
en el campo de la psicología y de la filosofía de las religiones le llevaron en 1902 al
texto Las varias formas de la experiencia religiosa, en el que culminaba una tradición
ideológica norteamericana iniciada un siglo y medio antes por Jonathan Edwards con
su Treatise Concerning Religious Affections.
En esta obra, William James examinó la fe a la luz no de la "exactitud científica" de las
religiones particulares, sino de la validez psicológica (y, por consiguiente,
"pragmática") de la misma experiencia religiosa, y se preguntó si era o no favorable a
la supervivencia humana, a la perpetuación de la vida y al bienestar espiritual y social.
En realidad, este experto de la dolencia y la locura se había transformado en el gran
rapsoda norteamericano de la salud física, el vigor, la alegría, la energía, la iniciativa, la
animación, la exaltación y la aventura; al emerger de las sombras de la muerte, el
perito de la desesperación se convertía en un poeta filósofo que entonaba alabanzas a
la infinita variedad y abundancia de la vida, y en un apóstol de la sólida "confianza en
sí mismo" de Emerson, de la "disponibilité" intelectual de Gide, del espíritu libre y de
la mente y el mundo abiertos.

El criterio pragmático, ampliado al campo de las ideas, apareció plenamente descrito


como una confirmación de "verdad" filosófica en Pragmatismo (1907); tal doctrina
quedó ulteriormente elaborada, como respuesta a las críticas, en El sentido de la
verdad (1909). El que amaba la ilógica abundancia y la infinita y centelleante variedad
de la vida, y odiaba cuanto redujera la existencia a una engañosa unidad sistemática
cualquiera, se vio alentado por las páginas de su amigo Henri Bergson referentes a la
"continuidad de la experiencia viva" a llevar a cabo en Un universo pluralista (1909)
una exposición de las implicaciones del pragmatismo y del temperamento
"jamesiano".

A lo largo de toda su vida William James mantuvo estrechas relaciones con filósofos y psicólogos
de Europa, donde estuvo con frecuencia. En los últimos años se vio abrumado por una serie de
honores oficiales, recibidos tanto en su patria como en el extranjero. Después de su muerte
aparecieron diversos tomos con sus textos dispersos: artículos, comunicaciones, etc. Entre estas
obras cabe citar Memories and Studies (1911), Ensayos sobre el empirismo radical (1912), y la más
humana de todas, las Letters, publicadas en 1920 por su hijo Henry.

Sigmund Freud (1856-1939)

En los albores del siglo XX, el neurólogo austriaco Sigmund Freud empezó a sentar las bases del
psicoanálisis, un novedoso enfoque sobre la psique humana que es tanto una teoría de la
personalidad como un método de tratamiento para pacientes con trastornos. La principal
contribución de Freud a la psicología sería su concepto de inconsciente. Freud sostenía que el
comportamiento de una persona está profundamente determinado por pensamientos, deseos y
recuerdos reprimidos; según su teoría, las experiencias dolorosas de la infancia son desalojadas de
la conciencia y pasan a formar parte del inconsciente, desde donde pueden influir poderosamente
en la conducta. Como método de tratamiento, el psicoanálisis procura llevar estos recuerdos a la
conciencia para así liberar al sujeto de su influencia negativa.

No son pocas las objeciones e incluso sarcasmos que, ya en su tiempo y todavía en nuestros días,
recibió y sigue recibiendo el psicoanálisis. Por los mismos años en que Wilhelm Wundt trataba de
afianzar la psicología como ciencia independiente aplicando una metodología experimental, Freud
partió de la observación clínica para construir una disciplina con importantes núcleos
especulativos y, en consecuencia, difícilmente verificables; su eficacia terapéutica también sería
blanco de críticas.

Pese a ello, la difusión del psicoanálisis acabó revolucionando la visión del ser humano; su
influencia sobrepasó de inmediato el ámbito de la psicología para extenderse a la filosofía, la
literatura y las artes, y nociones como la de inconsciente quedaron instaladas en la cultura
occidental hasta el punto de haber sido asumidas, incluso en lo que respecta a la percepción de su
propia mente, por el hombre contemporáneo. En este sentido, en Freud culminan los sucesivos
avances que, desde el siglo XVII, dejaron atrás los presupuestos religiosos y configuraron la
mentalidad científica moderna: Newton estableció la concepción del universo; Darwin, la del
origen de la vida y del hombre, y Freud, la de la psique, con la salvedad de que las doctrinas
freudianas carecen de fundamentos científicos comparables.

Biografía

Sigismund Freud, que a los veintidós años habría de cambiar ese nombre por el de Sigmund, nació
en Freiberg, en la antigua Moravia (hoy Príbor, República Checa), el 6 de mayo de 1856. Su padre
fue un comerciante en lanas que, en el momento de nacer él, tenía ya cuarenta y un años y dos
hijos habidos en un matrimonio anterior; el mayor de ellos tenía aproximadamente la misma edad
que la madre de Freud -veinte años más joven que su esposo- y era, a su vez, padre de un niño de
un año. En su edad madura, Freud hubo de comentar que la impresión que le causó esta situación
familiar un tanto enredada tuvo como consecuencia la de despertar su curiosidad y aguzar su
inteligencia.

En 1859, la crisis económica dio al traste con el comercio paterno, y al año siguiente la familia se
trasladó a Viena, en donde vivió largos años de dificultades y estrecheces, siendo muy frecuentes
las temporadas en las que, durante el resto de su larga vida (falleció en octubre de 1896), el padre
se encontraría sin trabajo. Aunque siempre detestó Viena, Sigmund Freud residiría en esta ciudad
hasta un año antes de su muerte: pese a la intercesión de Roosevelt y Mussolini, en junio de 1938
se vería obligado por su condición de judío (sus obras habían sido quemadas en Berlín en 1933) a
emprender el camino del exilio hacia Londres como consecuencia del Anschluss, la anexión de
Austria al proyecto pangermanista de la Gran Alemania, preparada por los nazis con ayuda del
canciller austriaco Arthur Seyss-Inquart y sus prosélitos.

La familia se mantuvo fiel a la comunidad judía y sus costumbres, aunque no fue especialmente
religiosa; al padre cabe considerarlo próximo al librepensamiento, y el propio Freud había perdido
las creencias religiosas ya en la adolescencia. En 1873, el joven Freud finalizó sus estudios
secundarios con excelentes calificaciones. Había sido siempre un buen estudiante,
correspondiendo a los sacrificios en pro de su educación hechos por sus padres, que se prometían
una carrera brillante para su hijo, el cual compartía sus expectativas. Después de considerar la
posibilidad de cursar estudios de derecho, se decidió por la medicina, aunque no con el deseo de
ejercerla, sino movido por una cierta intención de estudiar la condición humana con rigor
científico.

Entre la medicina y la investigación

A mitad de la carrera tomó la determinación de dedicarse a la investigación biológica, y de 1876 a


1882 trabajó en el laboratorio del fisiólogo Ernst von Brücke, interesándose en algunas estructuras
nerviosas de los animales y en la anatomía del cerebro humano. De esa época data su amistad con
el médico vienés Josef Breuer, catorce años mayor que él, quien hubo de prestarle ayuda, tanto
moral como material. En 1882 conoció a Martha Bernays, su futura esposa, hija de una familia de
intelectuales judíos; el deseo de contraer matrimonio, sus escasos recursos económicos y las
pocas perspectivas de mejorar su situación trabajando con Von Brücke hicieron que desistiese de
su carrera de investigador y decidiera ganarse la vida como médico, título que había obtenido en
1881, con tres años de retraso.

Sin ninguna vocación por el ejercicio de la medicina general, resolvió sin embargo adquirir la
experiencia clínica necesaria para alcanzar un cierto prestigio; desde julio de 1882 hasta agosto de
1885 trabajó como residente en diversos departamentos del Hospital General de Viena,
decidiendo especializarse en neuropatología. En 1884 se le encargó un estudio sobre el uso
terapéutico de la cocaína y, no sin cierta imprudencia, la experimentó en su persona. No se
convirtió en un toxicómano, pero causó algún que otro estropicio, como el de empujar a la
adicción a su amigo Von Fleischl al tratar de curarlo de su morfinomanía, agravando, de hecho, su
caso. En los círculos médicos se dejaron oír algunas críticas, y su reputación quedó un tanto
ensombrecida.

En 1885 se le nombró Privatdozent de la Facultad de Medicina de Viena, en donde enseñó a lo


largo de toda su carrera (primeramente neuropatología, y, tiempo después, psicoanálisis), aunque
sin acceder a ninguna cátedra. La obtención de una beca para un viaje de estudios le llevó ese
mismo año a París, en donde trabajó durante cuatro meses y medio en el servicio de neurología de
la Salpêtrière bajo la dirección de Jean-Martin Charcot, por entonces el más importante neurólogo
francés. Allí tuvo ocasión de observar las manifestaciones de la histeria y los efectos de la hipnosis
y la sugestión en el tratamiento de la misma.

De regreso a Viena, contrajo matrimonio en septiembre de 1886, después de un largo noviazgo


jalonado de rupturas y reconciliaciones como consecuencia, en especial, de los celos que sentía
Freud hacia quienquiera que pudiese ser objeto del afecto de Martha (incluida su madre). En los
diez años siguientes a la boda, el matrimonio tuvo seis hijos, tres niños y tres niñas, la menor de
las cuales, Anna Freud, nacida en diciembre de 1895, habría de convertirse en psicoanalista
infantil. Poco antes de casarse, Freud abrió una consulta privada como neuropatólogo, utilizando
la electroterapia y la hipnosis para el tratamiento de las enfermedades nerviosas.

Hacia el psicoanálisis
Su amistad con Josef Breuer cristalizó, por entonces, en una colaboración más estrecha, que
fructificaría finalmente en la creación del psicoanálisis, aunque al precio de que la relación entre
ambos se rompiera. Entre 1880 y 1882, Breuer había tratado un caso de histeria (el de la paciente
que luego sería mencionada como «Anna O.»); al interrumpir el tratamiento, habló a Freud de
cómo los síntomas de la enferma (parálisis intermitente de las extremidades, así como trastornos
del habla y la vista) desaparecían cuando ésta encontraba por sí misma, en estado hipnótico, el
origen o la explicación. En 1886, luego de haber comprobado en París la operatividad de la
hipnosis, Freud obligó a Breuer a hablarle de nuevo del caso y, venciendo su resistencia inicial, a
consentir en la elaboración conjunta de un libro sobre la histeria.

Durante la gestación de esta obra (aparecida en 1895 con el título Estudios sobre la histeria),
Freud esbozó sus primeras ideas sobre el psicoanálisis. Breuer participó hasta cierto punto en el
desarrollo, aunque frenando el alcance de las especulaciones más tarde características de la
doctrina freudiana y rehusando, finalmente, subscribir la creciente convicción de Freud acerca del
papel desempeñado por la sexualidad en la etiología de los trastornos psíquicos.

En 1896, después de romper con Breuer de forma un tanto violenta, Freud empezó a transformar
la metodología terapéutica que aquél había calificado de «catártica», basada en la hipnosis, en lo
que él mismo denominó el método de «libre asociación». Trabajando solo, víctima del desprecio
de los demás médicos, el tratamiento de sus pacientes le llevó a forjar los elementos esenciales de
los conceptos psicoanalíticos de «inconsciente», «represión» y «transferencia». En 1899 apareció
su famoso tratado La interpretación de los sueños, aunque con fecha de edición de 1900, y en
1905 se publicó Tres contribuciones a la teoría sexual, la segunda en importancia de sus obras.
Estos dos fueron los únicos libros que Sigmund Freud revisó puntualmente en cada una de sus
sucesivas ediciones.

Hasta 1905, y aunque por esa fecha sus teorías habían franqueado ya definitivamente el umbral
de los comienzos y se hallaban sólidamente establecidas, contó con escasos discípulos. Pero en
1906 empezó a atraer más seguidores; el circulo de los que, ya desde 1902, se reunían algunas
noches en su casa con el propósito de orientarse en el campo de la investigación psicoanalítica,
fue ampliado y cambió incluso varias veces de composición, consolidándose así una sociedad
psicoanalítica que en la primavera de 1908, por invitación de Carl Gustav Jung, celebró en
Salzburgo el Primer Congreso Psicoanalítico.

Al año siguiente, Freud y Jung viajaron a Estados Unidos, invitados a pronunciar una serie de
conferencias en la Universidad Clark de Worcester, Massachusetts, y comprobaron con sorpresa el
entusiasmo que, mucho antes que en Europa, el pensamiento freudiano había suscitado en
América. En 1910 se fundó en Nuremberg la Sociedad Internacional de Psicoanálisis, dirigida por
Jung, quien conservó la presidencia hasta 1914. Ese año se vio obligado a dimitir como corolario
de la ruptura propiciada en 1913 por el mismo Freud, al declarar improcedente la ampliación
jungiana del concepto de «libido» más allá de su significación estrictamente sexual. En 1916
publicó Introducción al psicoanálisis.

En 1923 le fue diagnosticado un cáncer de mandíbula y hubo de someterse a la primera de una


serie de intervenciones. Desde entonces y hasta su muerte en Londres el 23 de septiembre de
1939, estuvo siempre enfermo, aunque no decayó su enérgica actividad. Sus grandes
contribuciones al diagnóstico del estado de la civilización datan de ese período: El porvenir de una
ilusión (1927), El malestar en la cultura (1930), Moisés y el monoteísmo (1939). Ya con
anterioridad, a través de obras entre las que destaca Tótem y tabú (1913), inspirada en el
evolucionismo biológico de Charles Darwin y el evolucionismo antropológico y social de James
George Frazer, había dado testimonio de hasta qué punto consideró que la importancia primordial
del psicoanálisis, más allá de una eficacia terapéutica que siempre juzgó restringida, residía en su
condición de instrumento para investigar los factores determinantes en el pensamiento y el
comportamiento de los hombres.

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