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El valor de la salud

Publicado por Admón. (SENDERI Educación en Valores). el 9 de marzo de 2009 a las 10:54 pm

La salud es uno de esos temas que generan una ambivalencia de sentimientos bastante
acusada: por una parte, mejor si no lo comentamos, es señal que nos encontramos bien (y
no hay que llamar al mal tiempo); por otra parte, quizás que le prestemos un poco de
atención para tratar de prevenir algunas enfermedades o accidentes evitables.

Entendida como ausencia de enfermedad y como resultado de un equilibrio biológico,


mental y social, la salud ha alcanzado recientemente el rango de derecho fundamental de
las personas. Esta noción integral de la salud se vincula con una noción también integral de
la persona y hay que concretarla en el desarrollo de dimensiones racionales, emocionales y
conductuales que permitan un equilibrio de sus necesidades con los recursos del sistema de
salud disponibles/suficientes.

Los avances científicos, junto con los cambios ideológicos y económicos de los últimos dos
siglos, han situado la salud en un primer plano del interés social. Pero aun así, no ha llegado
a todos y las desigualdades sociales tienen en la salud un exponente muy marcado: en el
terreno internacional, observamos la diversidad de patologías que afectan a países ricos y a
países pobres (cardiovasculares, oncológicas o accidentes de tránsito, contra sida, malaria y
tuberculosis, para poner algunos ejemplos); asimismo, dentro de cada sociedad la salud
también se convierte en factor potencial de discriminación y, a la larga, de exclusión
(discapacidades, incapacidades laborales, enfermos mentales). En definitiva, los que no
“están en forma” quedan al margen, ocupan menos espacio mediático y a menudo son
rechazados de los sistemas de producción y de participación social y política.

El sistema sanitario, la base biogenética, las condiciones ambientales y el estilo de vida, son
los cuatro factores que determinan el grado de salud de las personas, pero precisamente este
último, aun siendo el más importante, es el más desatendido por todos. Si analizamos
algunos de nuestros comportamientos a lo largo del día, como por ejemplo los ritmos
horarios, las condiciones laborales, los ingredientes de las comidas, las actividades de ocio,
etc. ¿Llevamos un estilo de vida saludable? ¿Quién es el responsable? ¿Qué podemos
hacer?

En definitiva, la salud no es sólo un asunto individual, sino que implica también a la


comunidad; es necesario orientar nuestra tarea educativa precisamente reforzando la doble
responsabilidad individual y colectiva inherente a la salud. Así pues, hay que incorporar la
salud a la educación en una triple orientación: como contenido educativo estricto, como
tema de debate ético y como escenario para tomar decisiones.

Como contenido educativo, la educación para la salud ha de formar parte de los programas
y currículos educativos en todos los niveles. Es necesario que niños y adultos sean capaces
de conocer las limitaciones y las posibilidades del propio cuerpo, pero hay que hacerlo en el
contexto directo donde viven.
La salud como tema de debate ético significa que niños y adultos han de saber reconocer
sus prejuicios sobre la salud y admitir la variedad de creencias asociadas a la salud, pero
sobre todo que la sociedad actual plantea retos constantes sobre los cuales hay que tener
una posición tomada, con toda la flexibilidad que se quiera, pero siempre a partir de unos
referentes determinados.

Finalmente, hay que entender que la educación para la salud tiene que preparar para la toma
de decisiones, tiene que ayudar en la adquisición de habilidades que nos faciliten la toma de
decisiones de manera autónoma y responsable, y siempre en contextos sociales. Por lo
tanto, no podemos olvidar los factores emotivos y racionales que forman parte de la toma
de decisiones, y aquí entra en escena el papel de educadores y educadoras (padres,
maestros, monitores, abuelos….) y también el entorno educativo en general (medios de
comunicación, amigos…).

Se impone, en definitiva, una clarificación conceptual y metodológica por parte de los


profesionales implicados, pero sobre todo una estrategia coherente que pasa por un acuerdo
profundo con familias y otras instancias (sobre todo mediáticas) para educar en entornos
saludables, es decir, que sitúen la salud como uno de sus valores centrales.

Consell de redacción
Abril, 2003

http://www.natureduca.com/blog/?p=398

PREGUNTAS:

1. ¿Qué es SALUD?

2. ¿Cuáles son sus determinantes?

3. ¿Qué importancia tiene la Educación para la SALUD?

4. ¿Cuáles serían su contenido y estrategias?

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