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VISTOS:
En esta causa Nº 1669-2001, rol del Trigésimo Segundo Juzgado del
Crimen de Santiago, por sentencia de veintidós de febrero de dos mil seis, que
corre de fojas 802, se condenó a Patricia del Pilar Cabello Caro y a Roberto
absoluta para profesiones titulares mientras duren sus condenas, más el pago
proporcional de las costas del litigio, por su responsabilidad como coautores del
veintinueve de mayo de dos mil ocho, que rola a fs. 938, desestimó el primero de
causal segunda del artículo 546 del Código de Procedimiento Penal. A su turno, la
artículo 546 del mismo cuerpo legal. Luego, la abogado Solange Borgeaud, por la
las causales segunda y séptima del artículo 546 del código procesal citado.
autos en relación.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO: Que el recurso incoado por el Servicio Nacional de Menores se
Penal, esto es, en que la sentencia, haciendo una calificación equivocada del
culposo, en lugar de uno perpetrado con dolo, toda vez que claramente se
desprende de ellos que se obró con dolo eventual y no con imprudencia temeraria,
encuadramiento típico que la ley penal contempla para ellos, pues la conducta de
los encausados se condujo de modo racional desde que se puso la cinta adhesiva
en la boca del lactante hasta dejarlo en la cuna, donde agonizó. Esta situación, de
contemplados inicialmente, desde que basta que el agente refleje con su actitud
posible constituye la nota definitoria del dolo eventual. En este caso, sostiene que
abstracto.
con lo previsto en el artículo 391 N°2 del Código Penal, aplicando las sanciones en
séptima del artículo 546 del Código de Procedimiento Penal, es decir, en haberse
violado las leyes reguladoras de la prueba y siempre que esta infracción influya
en primer grado y luego procede a fijarlos, determinando que el deceso del menor
que éste falleció por sofocación causada por obstrucción de vía aérea compatible
la posta de urgencia aún se habría encontrado con vida, lo que equivale a decir
que de las mismas probanzas surge que la huincha no produjo el deceso del
la evolución que se produce ante una asfixia, cualquiera sea su origen; de los
rectal de 37°, sin livideces y con su cuerpo fláccido, no rígido; de lo referido por la
tanatóloga que realizó la autopsia, en el sentido que si el menor hubiese tenido los
orificios nasales y boca tapados habría fallecido en pocos minutos; porque habría
porque si hubiera fallecido cerca de las 14:30 horas, al ingresar a la posta a las
35°.
presencial -Mónica Tapia- por estimarlos desvirtuados por otros que menciona, de
acoge los indicios que formula y sopesándolos le permite concluir que Patricia
Cabello no le sacó la cinta a la víctima. Contra ello reclama que existen al menos
otras dos declaraciones que unidas a la desestimada de Mónica Tapia forman
cumpliéndose con los requisitos del artículo 459 del Código de Procedimiento
los artículos 457 y siguientes del indicado ordenamiento para concluir que la
Otra infracción que revela surge al decir el fallo que “el deceso del menor
cavidad bucal para evitar que siguiera llorando …” (basamento B.5° de segundo
grado), por cuanto afirma que no hay probanza alguna del hecho que Patricia
acostarlo. También afirma que entre los motivos quinto y séptimo del veredicto
a los artículos 108, 109, 456, 456 bis, 457, 459, 464 y 472 del Código de
de casación en el fondo fundado en la causal segunda del artículo 546 del Código
inciso 1°, 30 y 391 N° 2 del Código Penal, por falta de aplicación; 28, 37, 490 del
que los hechos son suficientes para dar por establecido el delito de homicidio del
que surgen del fundamento cuarto del dictamen de primer grado de los cuales se
concluye queel niño fue acostado con la cinta adhesiva, la que nunca se retiró. A
su parte refiere que pensó era riesgoso pero que lo podía manejar y no debería
pasar nada, pues él sabe por la experiencia que es peligroso acostar a un menor
de espalda y poner una cinta adhesiva, pero la intención era sacarla rápidamente.
cuidados que debía dispensar al menor. Él, creó un peligro o riesgo concreto más
noventa y ocho, reconoció que para que un delito de acción como el homicidio
posición de garante respecto del bien jurídico que está amenazado, por situarse
garante”. Agrega ese dictamen que “una de las fuentes de posición de garante es,
precisamente, la conducta anterior del autor creadora del peligro, el cual, en razón
actuar a fin de sustraerlo a los riesgos así generados, de suerte que, si no lo hace,
fuente de la posición de garante se configura por el contrato en virtud del cual los
respecto del cual tenían conciencia que era apto e idóneo para producir el
volitivo.
menos, cinco años y un día de presidio mayor en su grado mínimo, más las
accesorias legales correspondientes y las costas de la causa, como pide en la
conclusión.
causales segunda y séptima del artículo 546 del Código de Procedimiento Penal,
en consonancia con los artículos 1, 2, 61, 68, 391 N° 2 y 490 N° 1 del Código
Penal.
muerte del menor- es constitutiva del dolo eventual, por manera que el querellado
huincha, es decir, Rodríguez es homicida tanto por acción como por omisión, lo
que lleva aparejado la infracción a los artículos 1° del estatuto punitivo, pues se
trata de una acción y una omisión voluntaria penada por la ley; 2° del mismo texto,
por cuanto se está ante una acción y una omisión cometida con dolo, lo que
comprobada la malicia.
infracción a los artículos 1°, 2°, 391 N° 2 y 490 N° 1, todos del Código Penal, por
cuanto se trata de una omisión voluntaria penada por la ley verificada con dolo,
que corresponde sancionar con presidio mayor en sus grados mínimo a medio.
haber dado correcta aplicación al artículo 488 del Código de Procedimiento Penal,
546 del mismo cuerpo legal. Asevera que los distintos medios de prueba
muerte del menor, pese a ello no retiró la cinta de su boca y se fue del lugar,
Navarrete, vio al menor con la cinta en su boca, sin retirársela lo acostó en una
de aplicar las agravantes del artículo 12, Nros. 1 y 18 del Código Penal.
condene a los enjuiciados en calidad de autores del delito de homicidio simple con
errores de derecho en que se sustenta la causal séptima del artículo 546 del
958 a 962 vuelta y 999 a 1009, por la condenada Patricia Cabello Caro y los
respectivamente, única vía que permitiría alterar los acontecimientos que se han
reguladoras de la prueba, que caen dentro del estudio y decisión de este tribunal,
impuestas por la ley a los sentenciadores para asegurar una correcta decisión en
resolutivo del fallo, pueden provocar su invalidación. En este orden de ideas, por
regla general, se ha estimado inobservancia de las aludidas leyes cuando se
admite uno que repudia o cuando se modifica, niega o altera el valor probatorio
Cabello Caro, a que el dictamen de alzada desconoce los artículos 108, 109, 456,
456 bis, 457, 459, 464 y 472 del Código de Procedimiento Penal; y para la defensa
de los querellantes Navarrete y Velásquez, el artículo 488 del mismo cuerpo legal,
OCTAVO: Que acorde con lo expuesto, los artículos 108 y 109 del estatuto
establecen reglas o instrucciones de carácter general a las que han de ceñirse los
tribunal al dictar el fallo. Tampoco comparte tal aptitud el artículo 456 del mismo
convicción producidos.
regula la forma en que puede tenerse por comprobado un delito y dictarse una
legal como principio central, haciendo objetables las sentencias condenatorias que
no cuentan con los medios de prueba legal que las sustenten, en parte alguna se
artículo 459 del código procedimental penal carece de la calidad requerida, toda
vez que sólo faculta al tribunal para otorgar a la declaración de testigos el valor de
un imperativo para el proceder de los jueces del grado. Por su parte, el artículo
464 del indicado cuerpo legal no contiene una regla reguladora de la prueba, sino
declaraciones de testigos que no reúnan los requisitos exigidos por el artículo 459
indicios judiciales, lo que importa que aún cuando éstos no atestigüen bajo
juramento en razón de su edad o del parentesco que los liga con alguna de las
vale decir, prodiga un criterio determinado para estimar y valorar los hechos
vertidos por los deponentes, y en cuya apreciación los jueces obran con
testimonios en tanto no reúnan los requisitos exigidos por el citado artículo 459, de
potestad otorgada por la ley a los jueces del fondo para apreciar soberanamente
hecho los atestados que no reúnan las calidades que determina el citado artículo
459. Por otra parte, no puede renovarse por esta vía el señalado proceso, porque
contra el sistema y la finalidad del presente recurso para convertirlo en una tercera
están investidos los jueces para apreciar la fuerza probatoria de los informes
periciales y con su mérito dar o no por justificado el o los hechos sobre los que
recae, de modo que no constituye norma reguladora de la prueba de aquellas a
recurso de casación, pues caen dentro de las atribuciones propias de los jueces
esta Corte le está vedado entrar a conocer de los hechos del litigio, que han de
tenerse por inamovibles, con arreglo a la facultad que en esta materia incumbe a
“a) Que el día primero de marzo de 2001, alrededor de las 14.00 horas,
al cuidado de los encargados de una sala cuna, uno de los guardadores, ante el
insistente llanto que mantenía el lactante mientras era atendido por una parvularia,
y a fin de poner término a dicho llanto, procedió a cubrir la boca de éste con una
burlándose de su llanto.
c) Que el lactante fue llevado a la posta Aristía, lugar donde fue recibido
cabo de los cuales fueron suspendidas, por no haber sido posible revivir al
lactante.
(fundamento B) 2°)
cinta adhesiva …”, “…la colocación de la cinta adhesiva en la boca del niño no
privó a éste de inmediato de toda respiración, sino que la asfixia debió producirse”,
“la cinta adhesiva colocada fue encontrada en la cuna ..” (motivo B) 3°)
analizar la calificación jurídica que de ellos han hecho los tribunales de instancia y
Velásquez Gaete, en que, se dice, los jueces han hecho una errónea calificación
sexto de la sentencia de segundo grado afirman que “el deceso del menor Andrés
por otro, al acostarlo en una cuna sin retirar previamente dicha cinta, no obstante
elementos de juicio que lleven a esa conclusión y, además, por cuanto no resulta
racional estimar que hayan actuado de ese modo, de haberse representado como
posible la muerte del menor a consecuencias de su actuar, sin que les importara
que ello ocurriera…”, “….resulta más ajustado a la razón concluir que, aun de
con representación.”
esta impugnación también deberá ser desestimada, pues esta Corte estima que
determinada figura delictiva, no han cometido error de derecho y han dado una
jueces del fondo a calificar, en ejercicio de sus facultades privativas, los hechos
también representada- del respectivo bien jurídico puesto en peligro. No basta, por
activo haya aceptado, asumido, admitido o aprobado el evento lesivo como algo
Penal, Parte General, T. III, Bosch casa Editorial, 1985, Pág.59; Muñoz Conde -
García Arán, Derecho Penal, parte General, Págs. 286 y s.s.; Etcheberry, Derecho
Penal, T. I, Págs. 300 y s.s.; Cury; Derecho Penal, Parte General, págs. 317 y s.s.;
Matus, Ramírez, Lecciones de Derecho Penal Chileno, Parte General, Págs. 275 y
s.s.; Náquira, Derecho Penal, Teoría del Delito, I, Págs. 139 y s.s.)
resultado, para el caso en que éste se produzca. (SCS, 21.04.1960, RDJ, t. LVII,
2ª parte, secc. 4ª, Pág. 60 y los fallos citados por Cousiño, Derecho Penal Chileno,
T. I, 771)
emprendida, sino que a ello debe añadirse como plus subjetivo esencial, la
fórmula” -, el sujeto se dice a sí mismo, “sea así o de otra manera, suceda esto o
lo otro, en todo caso actúo“; por ende, quien obra con dolo eventual renuncia a su
resaltado los complejos problemas que ofrece la prueba del dolo en la sede
realidad que, como afirma Herzberg, “se encuentra en la cabeza del autor”, o,
Los elementos subjetivos del delito “se han de concebir como realidades
dolo, entendido como conocer y querer o aceptar la realización del tipo objetivo, no
sus elementos, si lo que ha sido objeto de prueba sólo arroja dudas acerca de la
intimidad psíquica del acusado (in dubio pro reo)- (STS español, 22.04. 1977). El
para llegar a la convicción de que el procesado actuó con dolo eventual (STS
sólo admite una prueba indirecta, porque, como con innegable ironía puntualiza
Baumann, “al dolo nunca nadie lo ha visto”, de suerte que la única forma de
RDJ, t. CII. Nro 1, enero-junio 2005,2ª parte, secc. 4ª, pág. 395; SCS, 10.07.2008,
ha de optarse, por aplicación del principio in dubio pro mitius (en caso de duda
ámbito del dolo eventual a costa de aquélla. (Politoff, Matus, Ramírez, Lecciones
consecuentes -en relación al requerimiento del artículo 456 bis del Código de
DÉCIMO SÉPTIMO: Que por los fundamentos anotados, cabe concluir que
los juzgadores del grado al fijar los hechos, ponderarlos y calificar sus
quebrantadas y en las que descansa la causal segunda del artículo 546 del
Código Adjetivo Penal, reclamada por los representantes del Servicio Nacional de
535, 546, N°s 2° y 7°, y 547 del Código de Procedimiento Penal, SE RECHAZAN
Sirner Álvarez, en lo principal de sus libelos de fojas 949, 958, 987y 999,
acusada Patricia Cabello Caro, por la Junta Nacional de Jardines Infantiles y por
de dos mil ocho, que se lee a fojas 938, la que, en consecuencia, no es nula.
Regístrese y devuélvase.
En Santiago, a dos de julio de dos mil nueve, notifiqué en Secretaría por el Estado
Diario la resolución precedente, como asimismo personalmente a la señora Fiscal
Judicial de la Corte Suprema, quien no firmó.